Falsedades | Realidades | |
1 | Existe un tipo de cambio ideal o deseable. El tipo de cambio vigente en el mercado, la paridad efectiva hoy, debe ajustarse a ese ideal. | En una economía sana, el único tipo de cambio ideal o deseable es el que fija el mercado hoy y ahora mediante la oferta y la demanda, excluidas las manipulaciones del gobierno. No hay tal cosa como una sobrevaluación o subvaluación de la moneda. Eso es una entelequia de los economistas. |
2 | Ese tipo de cambio ideal favorece la generación de empleos, reduce la propensión a importar, estimula las exportaciones, contribuye a disminuir las tasas de interés, en fin: mantiene bajo control el temible déficit en cuenta corriente. | Las devaluaciones NO generan empleo, ni disminuyen las tasas de interés (ver "error de Diciembre de 1994"). El déficit en cuenta corriente es deseable y signo de salud en una economía que crece. Importar es señal de bienestar. |
3 | Importar es un mal necesario para poder exportar. Si la gente compra muchos bienes importados, disminuye el ahorro interno. | Exportar es un medio para poder importar. Lo que importa (valga la redundancia y el juego de palabras) es poder importar. El bienestar se mide por el poder de compra, no por la pobreza. |
4 | La flexibilidad en el tipo de cambio es el mejor instrumento para sortear crisis provocadas por choques externos. | Los países con tipos de cambio "flexibles" han sido más vulnerables a las crisis externas e incapaces de crear un sólido mercado de capitales (ver "Financial Turmoil and the Choice of Exchange Rate Regimes" de Ricardo Hausmann, Michael Gavin, Carmén Pagés-Sierra y Ernesto Stein, investigación presentada en la reunión anual "New Initiatives to Tackle International Financial Turmoil", París, Francia, marzo de 1999 y "To Choose or Not to Choose...", Francisco Gil Díaz, The Mont Pellerin Society Regional Meeting, agosto 31 de 1999). |
5 | Es legítimo y conveniente que el emisor de la moneda, el gobierno, manipule la paridad -aprovechando su papel de actor dominante en el mercado de divisas- para evitar una declinación del crecimiento económico. | No solo es inconveniente, es ilegítimo (en el sentido moral, que es el más importante) que un gobierno incumpla su compromiso de garantizar el valor de la moneda que emite. Además, las devaluaciones NO promueven el crecimiento económico (ver "error de Diciembre de 1994"). |
"No importa que esa depreciación agrave la crisis de la banca mexicana (suponga un segundo o tercer Fobaproa), no importa que la depreciación implique una baja abrupta y automática en los salarios reales y en el poder de compra, no importa que vuelva a poner al borde de la quiebra a decenas o cientos de empresas y familias. Nos dirán, como en diciembre de 1994, que eso era lo que se tenía que hacer."
"...que al final del día no le digan que esta nueva devaluación era inevitable (una especie de fatalidad dictada desde el oráculo del dios de la economía), y que se trata de algo así como una bendición difícil de entender que debemos agradecer con fe ciega de creyentes en la sabiduría tecnocrática... se tratará de un nuevo error, basado en ideas falsas."
Ricardo Medina Macías.
(v.pág.21 de El Economista de El Informador del 15 de septiembre, 1999).
"Pero cuando es el propio gobierno que por no atender a un programa de austeridad, provoca la inflación, entonces el daño a la sociedad debería tipificarse como delito sujeto al juicio de los tribunales. Como esto no puede suceder en México, el único juicio que nos queda esperar es el de la historia. Si es que ésta la escriben en otro país para que sea imparcial."
Luis Jorge Cárdenas Díaz.
(v.pág.23 de El Economista de El Informador del 4 de octubre, 1999).
Marcos Shemaría Zlotorynski.
(v.pág.4-A de El Informador del 16 de octubre, 1999).
Enrique Ortiz Parra.
(v.pág.2-AA de El Informador del 7 de febrero, 2000).
José Manuel Suárez Mier, economista asociado al Centro de Investigación para el Desarrollo.
(v.pág.14 de "El Economista" de El Informador del 19 de abril, 2000).
"¿Sin embargo, esto qué implica?"
"Por una parte, cuando hay una devaluación, y ello lo ha demostrado la historia, es el detonante de inflación galopante. Crece el índice de precios al consmidor y al productor, en forma espectacular y los que sufren ese encarecimiento siempre son los trabajadores que tienen un salario fijo y cuyas percepciones no crecen conforme a la inflación."
"En estos momentos, y ello se observa en el reporte del Banco de México sobre la situación de la inflación, los culpables de que se estén generando "cortos" o recuperación de la Banca Central de dinero circulante por el orden de los 280 millones de pesos diarios son los incrementos salariales arriba del índice oficial de inflación. Esto, según Banxico, sería el detonante de problemas y calentamiento de la economía."
"El sector exportador presiona. Un peso que fluctúa enre los 9.25 y los 9.50 no les conviene ya que están acostumbrados a competir en los mercados internacionales en precio, mas no en calidad y servicio. Como esos empresarios tienen salarios bajos, enonces pueden ofrecer mejores precios a los consumidores internacionales."
"Esto ya no debe permitirse. Se trata de un juego peligroso en donde los perdedores somos todos los mexicanos y el resto de la industria. Que los empresarios saquen las agallas y el talento para enfrentar la competencia. Los mexicanos estamos hartos de cargar con una imagen de "exportadores" con bajos salarios. Dignidad en el salario, por una parte, y mejores productos, es lo que demandamos. Que los exportadores mejoren y así ganen dinero."
Víctor Sánchez Baños.
(v.pág.3-E de Ocho Columnas del 17 de agosto de 2000).
"Tales golpes fueron: A. Un gabinete que decepcionó a los mercados. B. Un secretario de Hacienda (Jaime Serra) que desdeñó las solicitudes de información y de mensajes claros enviadas por los agentes financieros internacionales. C. Un flamante gabinete económico que parecía ignorar datos tan elementales como el monto de los Tesobonos en manos de inversionistas extranjeros, y D. Un flamante gabinete económico que desoyó las llamadas a la prudencia y las sugerencias de solución ofrecidas por los más altos funcionarios del banco central."
Ricardo Medina Macías.
(v.pág.14 de "El Economista" de El Informador del 5 de octubre de 2000).
"'Entonces, si cometo el error de: 'la tasa de inflación a toda costa', sí voy a tener un alto costo social. Por tener una política monetaria que podría ser demasiado restrictiva, las tasas de interés serían demasiado altas, y automáticamente impactarían sobre el empleo, sobre el salario. Por eso no me gustan las discusiones sobre consejos monetarios, dolarizaciones, tipos de cambio fijos, porque eso quita la flexibilidad de un instrumento más que puedo usar, que es el tipo de cambio ayudándome de colchón para cualquier impacto de exterior.'"
El señor Derbez... ha puesto el dedo en la llaga. En el tema del tipo de cambio no se trata, dice en síntesis, de discutir cuál es la mejor opción para la economía del país, sino cuál es la mejor opción para el secretario de Hacienda. Por eso el 'argumento' es 'me disgustan esas discusiones'."
"¿No aprendimos nada del error de diciembre?, ¿tan rápido se nos olvidó que las devaluaciones de diciembre de 1994 se nos vendieron como herramientas para disminuir las tasas de interés (que subieron hasta las nubes), defender el empleo (que cayó bruscamente) y los salarios (que perdieron de golpe más de la mitad de su poder adquisitivo)?"
"... ¿no sabe usted, señor Derbez que siempre (siempre, repito), las devaluaciones equivalen a una caída automática de los salarios reales?"
"Ante un choque externo o interno que afecta a una economía vulnerable ¿quién debe ajustar sus ingresos y disminuir sus gastos?, ¿la sociedad o el gobierno?, ¿debemos depreciar la moneda y aumentar los impuestos para que el gobierno no sufra? o ¿debemos restaurar la confianza perdida mediante una política monetaria más restrictiva y una reducción del gasto público?"
"No hay ajuste de ingresos de un país sin dolor. El punto, la discusión es quién debe afrontar los costos: ¿el gobierno o la sociedad?"
Ricardo Medina Macías.
(v.pág.21 de "El Economista" de El Informador del 23 de octubre de 2000).
Mario Rodarte E., doctor en Economía por la Universidad de Texas
(v.pág.7-F de "El Economista" de El Informador del 18 de abril de 2001).
Arturo Damm Arnal, economista, filósofo, profesor universitario y periodista
(v.pág.7-F de "El Economista" de El Informador del 15 de agosto de 2001).
"Esta es la historia de una degeneración, que culminó el 15 de abril de 1971, cuando Richard Nixon, en aquel entonces presidente de los Estados Unidos, eliminó el 'último bastión' de la prudencia monetaria: la convertibilidad del dólar en oro. Fue entonces (y el caso de México es buena muestra de ello), cuando se inició la más reciente era de inflación: de enero de 1971 a agosto del 2003 la inflación acumulada en México fue de 427,666 por ciento, producto de la imprudencia monetaria a la que invitan, haciéndola irresistible, los sistemas monetarios basados en el dinero fiduciario, producido por una entidad estatal, ofrecido de manera monopólica, e impuesto por ley como única moneda de curso legal."
"La historia del dinero es, en muy buena medida, la historia de los esfuerzos del poder público para hacerse del control del dinero, historia que, desde esta perspectiva, ha sido todo un éxito: ¿Qué mayor control pueden ejercer los poderes públicos sobre el dinero, que el que les permiten los sistemas monetarios basados en el dinero fiduciario, producido por una entidad estatal, ofrecido de manera monopólica, e impuesto por ley como única moneda de curso legal? Es más: esos sistemas monetarios son el producto del control que los poderes públicos han llegado a ejercer sobre el dinero y, a través de él, sobre los agentes económicos: empresarios, trabajadores, consumidores, ahorradores, inversionistas, etcétera, quienes, en materia monetaria, no tienen voz ni voto. ¡Aceptar y callar!"
"Lo que ha sido un fracaso es el dinero resultante de ese sistema monetario: un dinero débil y enfermo, que no ha mantenido la estabilidad de precios, que no ha preservado el poder adquisitivo de los consumidores y, todavía más importante, de los ahorradores; un dinero que, por débil y enfermo, no es capaz de ser el medio eficaz para potenciar la economía. Y eso, potenciar la economía, es lo que necesitamos."
"Presencia Empresarial" de la Coparmex-Jalisco.
(v.pág.3/F de El Occidental del 8 de marzo de 2004).
"También hay que recordar que, en términos generales, el Banco de México, en las últimas tres décadas, no ha cumplido con esa única tarea que lo justifica, y la muestra es una inflación acumulada, de enero del 71 a agosto del 2001, de 390,378.99%, lo cual ha dado como resultado un peso débil y enfermo, que ha sido uno de los principales obstáculos al progreso económico. Por eso, ahora que las autoridades monetarias están dando los resultados esperados, y que nos encontramos a unos cuántos puntos porcentuales de la estabilidad de precios, resulta un error criticar la obsesión antiinflacionaria del Banco de México y proponer, como medida para reactivar el crecimiento económico, la eliminación o reducción de la restricción monetaria. Por el contrario, a las autoridades monetarias hay que apoyarlas hasta que logren ese único fin que las justifica: la estabilidad de precios y la preservación del poder adquisitivo de nuestro dinero.
En segundo lugar hay que señalar que, pese a los logros obtenidos en los últimos años, la inflación en México sigue siendo elevada, 5.9% en términos anualizados, razón por la cual la propuesta a favor de la eliminación o reducción de la restricción monetaria es, sobre todo en estos momentos, un llamado a la irresponsabilidad, cuyas consecuencias serían negativas."
"Una y otra vez la buena teoría económica demuestra que la inflación no es, la vista puesta en el largo plazo y en los efectos generales que ello generaría, el camino del crecimiento elevado, general y sostenido, de la creación de empleos productivos y suficientes."
"Después de más de 30 años la inflación sigue presente en México. El pendiente es dar los últimos pasos hacia la estabilidad de precios, últimos pasos que pueden resultar de lo más difícil. La tentación es usar la inflación, ahora que algunos creen que ya es lo 'suficientemente' baja y por lo tanto 'controlable', para contrarrestar las presiones recesivas. Caer en la tentación nos alejaría de lograr el pendiente, que en México dura ya tres décadas."
"Presencia Empresarial" de la Coparmex-Jalisco.
(v.pág.4/F de El Occidental del 22 de marzo de 2004).
"Durante décadas se ha mantenido el mito de la existencia de ciertas empresas que deben ser forzosamente propiedad del gobierno (no de la nación, que es el conjunto de todos los individuos que poseemos la nacionalidad)."
"Las razones aducidas para mantener como un dogma esa 'nacionalización' o más precisamente gubernamentalización, de determinadas empresas, se circunscribía a argumentos de tipo nacionalista-revolucionario; de exaltación del concepto decimonónico de la soberanía, o bien planteamientos economicistas, basados en teorías neo-keynesianas, propugnadoras de que el gobierno fuera el principal contratador de mano de obra a través del acaparamiento del mayor número posible de empresas, para poder ejercer de manera estricta y centralizada esa famosa rectoría económica del Estado."
"Otra razón más academicista estaba fundada en conceptos del Derecho Administrativo entorno a la figura de los 'Servicios Públicos', que requerían ser brindados por la autoridad gubernamental, a fin de evitar acciones especulativas por parte de empresarios privados, más interesados en la ganancia rápida, que en la prestación de ese servicio, en beneficio de toda la colectividad. También se justifica el monopolio estatal de una actividad económica a través del Servicio Público, por la complejidad financiera inicial que demandan ciertas actividades necesarias para el conjunto de la sociedad, como pudiera serlo, por ejemplo la dotación de energía eléctrica o la construcción de carreteras, las cuales, implican, que se requiera de enormes capitales iniciales y plazos larguísimos para amortizar dicha capitalización inicial, que resultarían en muchos casos poco atractivos para los inversionistas particulares, por lo que no se podría dejar sin satisfacer esos servicios necesarios."
"A partir de tales argumentos, plantear siquiera la posibilidad de hacer algún tipo de insinuación respecto de poner en la competencia libre y abierta a las actividades monopolizadas por el gobierno, resultaba ser algo así como alta traición a la patria."
"Eso ha creado terribles cotos de poder entorno a muchas de esas empresas paraestatales, que afectan tremendamente el servicio que deberían brindar a los usuarios, que ante cualquier legítimo reclamo, por la pésima disposición con que se les trata, reciben como contestación la típica frase de: 'Si no le gustó váyase a la... competencia'."
"Por otra parte, al no existir parámetros que permitan internamente la medición de la eficacia del servicio brindado, los usuarios estamos totalmente a las expensas de esos auténticos burócratas en lo que al precio y a la calidad del servicio se refiere, sin que por otra parte veamos nunca los dividendos que debiéramos obtener el conjunto de co-nacionales, en el caso de que efectivamente, dichas empresas fueran nacionalizadas y no simplemente gubernamentalizadas.
Y ya para qué hablar de esa otra derivación de lo que supone la existencia de los cotos de poder político, económico y sindical en el terreno de la corrupción y las canonjías para el que sea sumiso, aunque terriblemente ineficiente, que son propias de esta clase de monopolios."
Juan de la Borbolla, catedrático universitario
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 5 de julio de 2004).
"Esta es también la opinión creciente de la mayoría silenciosa, no sólo de los rebeldes. En una encuesta realizada en abril por Naciones Unidas, el 53% de los latinoamericanos dijo que preferirían un gobierno 'autocrático' si ello mejorara la economía. En una encuesta reciente efectuada en México, se encontró que el 58% de los mexicanos preferirían a un político que fuese 'un poco deshonesto' si pudiera cumplir con su cometido."
"Ahora está claro que la imagen de cambio rápido fue, en gran medida, una ilusión: las barreras comerciales fueron derribadas y las empresas estatales se vendieron, pero en lugar de dispersar el poder y el capital del estado, la mayoría de ellas simplemente fue transferida en masa a una élite privada disfuncional que todavía trabaja en contubernio con un estado entrometido. 'Nominalmente, el proceso que vimos hace 10 años fue algo que parecía privatización, pero no hubo ninguna dispersión pública de la propiedad', dice Glenn Yago, economista del Milken Institute, de Santa Mónica, California."
"Las industrias dirigidas por el estado fueron vendidas, pero no se abrieron a una mayor transparencia y confiabilidad. Los sectores bancarios de Ecuador, Venezuela y México sufrían crisis resultantes, y el sector todavía padece ampliamente de los 'préstamos familiares', en que los bancos recientemente privatizados otorgan tasas preferenciales a los amigos de los nuevos dueños."
"Las protecciones gubernamentales como los controles de precios y las restricciones al comercio, continuaron preservando las prácticas comerciales no reformadas."
"La mayoría de las naciones latinoamericanas albergan sólo una parodia del sector privado, entendido como un espacio sabiamente regulado en que el negocio puede florecer y competir."
"'Cuando se desregula y se privatiza sin que impere a ley, sólo se transfieren los recursos a todos los colaboradores del viejo sistema', dice Denise Dresse, especialista en ciencia políticas del Instituto Tecnológico Autónomo de México."
"En México, abrir una nueva empresa toma dos meses en promedio; en China, menos de una semana."
"Los pobres no son los únicos enfadados. En México, que tiene la clase media de mayor crecimiento en todo el hemisferio, existe un penetratnte sentimiento de amargura. 'No es posible mantener la democracia si ésta no produce resultados. Sin seguridad no hay crecimiento', dice el economista político mexicano Lorenzo Meyer. 'Lo veo en mi propia vida. Tengo trabajo pero mi hijo no. Me siento enfadado, triste. La democracia no ha mejorado nada. Es democracia sólo por defecto. Lo que estamos perdiendo es nuestro optimismo'."
Scott Johnson
(v.pág.30 de la revista Newsweek en español del 12 de julio de 2004).
Miguel Bazdresch Parada
(v.pág.15 del periódico Público del 9 de enero de 2005).
Cait Murphy y Julia Boorstin
(v.Fortune del 11 de julio de 2005).
"En la actual coyuntura, el carácter electorero impone una agenda económica cuyo discurso se encierra en promesas de futuro. Su viabilidad no encuentra más sustentos que la esperanza, o la confianza, sobre todo en personas y capacidades supuestas para lograr lo prometido."
Jaime Preciado Coronado
(v.pág.26 del periódico Público del 22 de julio de 2005).
"El estado debe retomar su papel en el fomento del crecimiento económico sobre bases razonables, es decir, mediante el impulso de la inversión pública y el acceso al crédito por parte de las empresas productivas del país. La federación se come casi toda la renta petrolera como la tabla de salvación para financiar su gasto corriente mientras la recaudación del impuesto sobre la renta decae, según la Secretaría de Hacienda."
Pablo Gómez
(v.pág.23 del periódico Público del 9 de septiembre de 2005).
"Si lo que se trata de ofrecer contra el llamado neoliberalismo es endeudarse excesivamente, o gastar más de lo que se tiene disponible, o tratar de arraigar y hasta acrecentar los viejos sistemas sindicales obsoletos, corruptos e inoperantes, o bajar tarifas y precios sin que la estructura productiva de las empresas lo permita, estaremos atestiguando un esquema que va en camino al colapso. Sería una forma de no observar las leyes económicas y perder la brújula sin ton ni son y el costo para el país sería irremediablemente alto, extendiendo a las futuras generaciones el yugo de la falta de oportunidades y de la pobreza. Pensemos pues que el éxito en las cosas económicas depende de observar con prudencia las leyes de la economía y si además nuestro sistema judicial se limpia, gradualmente las cosas irán por buen camino. De no ser así, habrá de qué preocuparse."
Guillermo Mendoza Tarré
(v.pág.2 de la sección "Negocios" del periódico Mural del 19 de enero de 2006).
Andrés Manuel López Obrador, candidato perredista a la Presidencia de la República
(v.pág.33 de la edición internacional de la revista TIME del 6 de julio de 2006).
"¿Por qué no dijo Fox que del año 2000 al 2005, Pemex tuvo ingresos por 125,530 millones de dólares (ya descontados sus costos de producción)? ¿Por qué no dijo a los mexicanos que con esa inmensa suma podía pagar la deuda externa en su totalidad; en lugar de pagar tanta publicidad televisiva y mantener una abultadísima burocracia dorada que vive mejor que cualquier monarquía, misma que concede al pueblo un trato de miserables? No cabe duda que la ambición de la clase política (sin distingo de partidos) está acabando con este país, que por cierto si no lo merece, sí anhela un mejor destino. Por favor, basta de mentiras."
Manuel Hernández Gómez
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 2 de septiembre de 2006).
(V.pág.8-A del periódico El Informador del 3 de octubre de 2006).
"Pemex es ahora ordeñado por el gobierno proveyendo alrededor del 30% de los ingresos federales; una dependencia que ha torpedeado la reforma fiscal. El cobro de impuestos no-petroleros, como porcentaje del PIB, es del 10% aproximadamente -casi lo mismo que en Haití-. El equipo económico de López Obrador calculaba que un 2 a 3% adicional podía recuperarse con una recaudación de impuestos más rigorosa, la cual implicaría acabar con la rampante evasión -alrededor del 50%- y el extendido abuso de exenciones de impuestos legales pero injustificadas. 'Todos los negocios deberían pagar impuestos sin exenciones', declara José Luis Barraza, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, organización líder de empresarios. Pero que [el presidente] Calderón hiciera esto en la escala requerida implicaría atacar los intereses de los poderosos empresarios que controlan su partido (y ataron a Fox), los cuales jugaron un papel decisivo en su elección ganada por un margen ínfimo."
"Después de que Fox tomó el cargo en 2000, prometiendo una nueva era, algunos ejecutivos jóvenes de la cementera Cemex decidieron tomarle la palabra y competir contra su expatrón importando cemento barato desde Rusia. Su barco fue bloqueado en todos los puertos, y después de meses de presiones, se llevaron su negocio a Africa. La fijación oligopólica de precios es tan pronunciada en algunos sectores -como el de telecomunicaciones, dominado por Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo- que está dañando a la competitividad mexicana. 'La clave para tener éxito en los negocios en México es enfrentar poca competencia. Todos en el mundo quisieran lo mismo, el problema es que el estado no puede promover esa situación si quiere ser un país exitoso', declara Adolfo Hellmund, exconsejero económico de López Obrador quien solía trabajar para ALFA, una empresa regiomontana. 'Ellos son nuestros Rockefellers y Carnegies. Nosotros somos ahora el país de los barones ladrones'."
Ken Stier
(v.pág.42 de la edición internacional de la revista TIME del 27 de noviembre de 2006).
Federico Berrueto
(v.pág.2 del periódico Público del 1o.de marzo de 2009).
"Entonces, el instrumento de mayor significación queda confinado al manejo de la tasa de interés del banco central. No se resta importancia al tipo de cambio, pero su influencia se subordina a la tasa de interés por cuanto ésta supuestamente influye en el ritmo de actividad económica y realmente en la magnitud de los flujos del ahorro externo, esto es, en el financiamiento de la balanza de pagos."
"Los resultados macroeconómicos del periodo 1989-2008 no podrían atribuirse por completo a la política monetaria por importante que hubiese sido su influencia. En el medio, hay disturbios, cambios institucionales y la crisis de 1995. El gran logro en ese lapso fue el abatimiento de la inflación, atribuible por igual a un manejo fiscal prudente. En contraste, el ritmo de crecimiento se abate, la exclusión y pobreza se agravan con el desbarajuste del mercado de trabajo; hay, por último, desplome económico en el año en curso, por más que se atribuya a factores externos."
"La tasa de interés como instrumento principal de la administración macroeconómica tropieza con enormes obstáculos. En primer término las señales del Banco de México con alzas o bajas en la misma no alteran mayormente el comportamiento de bancos o empresas. La banca comercial se ha especializado en financiar al consumo, al gobierno y abandonado en alto grado a la producción y a la inversión. La banca de desarrollo casi no otorga préstamos directos, se limita a descontar y compartir los riesgos de la banca comercial. Las empresas líderes del país satisfacen o satisfacían sus necesidades en bancos del exterior, insensibles a los cambios de postura de la política monetaria nacional."
"Los mecanismos de regulación bancaria han hecho caso omiso del control de las elevadas tasas activas de interés. Cuando más, se ha buscado reducirlas por la vía de acrecentar la competencia multiplicando las licencias bancarias, pero sin romper el oligopolio establecido y paradójicamente sacando de la concurrencia a los bancos de desarrollo. El Banco de México al mover la tasa de interés interbancaria a un día, difícilmente influye, sea en las tasas reales de interés de los préstamos a los productores o siquiera en los márgenes de intermediación financiera. En consecuencia, los movimientos de la tasa de interés, cuando más, alteran el comportamiento de los ahorradores nacionales o extranjeros. Hoy en día, la tasa de interés Cetes a 28 días resulta inferior a la inflación, confiscando ingresos a los ahorradores nacionales. En cambio, al inversionista extranjero, le resulta atractivo recibir una remuneración muy superior a la que le otorgan los bancos en el exterior y protegerse de posibles riesgos, invirtiendo a corto plazo. De aquí surge una de las causas de la acumulación de reservas internacionales y de las presiones a la revaluación del tipo de cambio."
David Ibarra
(v.pág.A22 del periódico El Universal del 26 de diciembre de 2009).
"O sea que al igual que en un extremo, el banco central drena demanda con su política monetaria, para proteger contra presiones inflacionarias, la política crediticia podría servirle para generar demanda en momentos recesivos, de un ciclo económico en su fase descendente."
"Comentó la representación del Banco de México que los beneficios de reducir la inflación en los últimos 15 años habían sido evidentes; a lo que el mismo participante discrepó, citando la relación de años de bajas inflaciones y bajos crecimientos; o sea que si bien puede ser cierto que el objetivo de estabilidad de precios no es contrario al de crecimiento económico, también puede ser cierto que en ese segmento de la relación PIB/Inflación, hay amplio margen para que el Banco de México actúe en pro del crecimiento, sin ser contrario a la lucha contra la inflación."
"También en la reunión del Colegio Nacional de Economistas surgió la insistencia que es hora de que México disponga de una real banca de desarrollo para que el estado mexicano pueda promover crecimiento en segmentos de la economía de elevada potencialidad para mejorar los niveles de vida de sus habitantes."
"De hecho, sería importante insistir, dijo ese comentarista, que el estado mexicano no esté al margen de influir sobre la economía mexicana conjuntamente con las fuerzas del mercado para corregir cualquier potencial error o distorsión que pueda existir. La noción de que es responsabilidad exclusivamente del mercado, es un error. México debe buscar el correcto equilibrio entre la participación del mercado y del Estado en la economía."
Jesús Alberto Cano Vélez, presidente de El Colegio Nacional de Economistas
(v.pág.31-A del periódico El Informador del 27 de junio de 2011).
"Entonces ¿en qué se sustentan las afirmaciones sobre la supuesta solidez de la economía mexicana? En mentiras: 'Resulta increíble la cantidad de falsedades que una y otra vez nos repiten', dice Arturo Damm Arnal."
"Países que eran más pobres que el nuestro, hoy van delante de nosotros de manera importante, por ejemplo Chile, Irlanda o España. Este último, dice Raúl Rodríguez Barocio, tiene el doble de PIB que México, cuando hace apenas unos años lo tenía similar."
"'México es la tragedia más grande en Latioamérica -consideró hace poco José Luis Daza- y debería ser hoy la economía con más rápido crecimiento en el mundo, creciendo más rápido que China, pero sin embargo, ha alcanzado muy modestas tasas de crecimiento'. Hace varios años el banquero Agustín Legorreta fue tajante cuando dijo: 'Da mucha lástima, pero estamos estancados, yo me imaginaba que a estas alturas México estaría ya entre los países desarrollados, pero no se ha logrado, estamos viviendo en el estancamiento'. Eso mismo afirman los datos del Banco Mundial. Según el representante de ese organismo en el país, 'no se observa ningún progreso en México en los últimos 15 años: no ha crecido la productividad, tampoco los ingresos por habitante y hay una gran fragilidad en sus patrones de crecimiento'."
"Y sin embargo, a pesar de esas realidades, a pesar de los señalamientos de los expertos, de todos modos seguimos con una política económica basada en la idea de que el crecimiento requiere más inversión y no una estrategia de desarrollo. Por eso, dice León Bendesky, los ajustes que se hagan periódicamente serán 'frágiles y volátiles' y una vez más, no se podrán enfrentar cuestiones como el empleo y los ingresos de las familias, con lo cual se harán más graves la informalidad, subocupación y emigración."
[...]
"Para la economía, por paradójico que parezca, lo fundamental son las decisiones políticas. Ello rompe el mito que le atribuye todo lo que nos sucede a los avatares de la economía norteamericana y pone el acento en que existen 'instrumentos y políticas públicas que pueden compensar los vaivenes de las coyunturas internacionales' como han mostrado en su desempeño los países asiáticos."
"Pero es en este terreno donde nuestra caballada es más flaca, pues nuestros tecnócratas piensan en números pero no en todo lo que debe rodear, arropar y apoyar a esos números, y que va desde la educación hasta la infraestructura, desde el marco jurídico hasta las instituciones, desde el estado de derecho hasta la lucha contra la corrupción y la inseguridad. Por eso lo importante no es el porcentaje tal o cual de crecimiento o de inflación sino eso que Roberto Salinas llama 'el clima de estabilidad' y podríamos agregar el de 'confianza'."
"Pero vistos los datos anteriores, no queda sino aceptar que las cosas en México no son como dicen que son. Y que ni estamos a punto de dar el salto ni México es ya una economía emergente con un desempeño ya no se diga brillante, sino mínimamente adecuado (aunque por supuesto el secretario de Hacienda, cualquiera que ocupe el cargo, opinará lo contrario y asegurará que es la economía emergente más exitosa) y que así como pasamos en unos años de ser la novena economía mundial a ser la número 15, nos seguiremos deslizando sin parar."
Sara Sefchovich
(v.págs.238 y 239 de"País de mentiras". Ed.Océano. México, 2008).
Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 26 de mayo de 2012).
Carlos Elizondo Mayer-Sierra
(v.pág.9 del periódico Mural del 6 de diciembre de 2012).
Jaime Preciado Coronado
(v.pág.19 del periódico Milenio Jalisco del 7 de junio de 2013).
"Y de esto, los mexicanos saben un rato largo, porque basta tratar de equilibrar el presupuesto familiar para saber que en este momento es prácticamente imposible. Que si se adquieren unos bienes, otros deberán ser cargados a la tarjeta de crédito en turno, para engrosar la lista de los morosos de la banca que, en los meses recientes, ha aumentado; la otra opción es simplemente dejar de adquirirlos, bajando el nivel de vida todavía más."
"La OCDE demuestra que la inflación existente es resultado del alza del precio de la energía, gas y gasolinas, no así del alza en alimentos, aunque para los mexicanos este rubro ha sido el más difícil, junto con el costo de los servicios básicos, puesto que los ha obligado a hacer malabares para sostener, proveer y alimentar a la familia cuando además el desempleo amenaza, la calidad de los trabajos se vuelve cada vez más precaria."
"Porque para nadie en este país es un secreto que los productos de la llamada canasta básica y los servicios han subido por encima de lo que las autoridades reconocen. Y basta escuchar a los dioses del Olimpo para saber que la realidad no llega a esas alturas y que, por lo tanto, las señales de una muy real inflación tampoco son recibidas, por lo que nada inteligente se hace por atajarla."
"Porque sólo así se entiende que el gobernador del Banco de México, desde Acapulco, que no desde el Cerro del Cuatro... haya asegurado: 'La política económica se ha manejado de manera adecuada y no debe ser utilizada para resolver un problema transitorio' ¿Transitorio cuando cruza ya la vida de los mexicanos, cuando esta inflación lleva ya más meses de los que reconocen?"
"Pero la voz del gobernador es más fuerte que la de la población completa... por lo que continúa trucando la realidad: 'Reitero que estos choques de precios relativos no representan por sí mismos un fenómeno inflacionario, al no ser una elevación sostenida de todos los precios en la economía (¿?); por lo mismo, no son eventos que deban combatirse... En todo caso el reto fundamental ha sido que esas alteraciones en precios relativos, transitorias, no contaminen otros precios de la economía' (¿?). Luego, los simples mortales que creen que lo que les pasa es la realidad, deben ajustar sus dioptrías para ver lo que desde el Olimpo se mira..."
"Pero en este análisis una pregunta cabe: si la OCDE y el Inegi afirman que hay inflación, los productos de la vida diaria sufren considerables alzas, las familias se han tenido que ajustar aún más el cinturón, ¿no será que la inflación sí existe?, aunque Carstens, desde su mullido asiento del presupuesto federal continúe aferrado al pétalo de la margarita que le dice, mentirosa ella: no, querido mío, no hay inflación, sólo son los efluvios de la primavera que te han mareado un poco..."
Lourdes Bueno, investigadora de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 5 de abril de 2014).
"Los ahorradores nacionales se encuentran afectados negativamente por el alza en la inflación en México y tasas de interés históricamente bajas."
"El crecimiento de los precios al consumidor durante julio, dado a conocer por el INEGI, fue de 0.28%, que anualizada asciende a 3.3%. Esta cifra está muy por arriba del 2.83% de rendimiento promedio de los Cetes a 28 días, reportado en el mismo periodo"
"En lo que resta del año, se espera un incremento estacional de la inflación, incluso por arriba del margen de tolerancia del Banco de México, lo que mantendrá castigados los rendimientos de algunos instrumentos del mercado de deuda, una vez descontado el efecto de la inflación."
[¿Y quién se beneficia de lo anterior? Los bancos y los gobiernos. - El webmaster.]
"Los mercados de todos los países del mundo tiemblan por la revaluación del dólar y el debilitamiento de sus monedas. Ningún país queda inmune. Un movimiento telúrico que en México produce oleadas de tsunamis, uno tras otro. De hecho, los mexicanos utilizan el término devaluación como sinónimo de crisis: 'la devaluación de 1982', 'la devaluación de 1994'. Una vez más, lo que en otros países produce resfríos en su relación con el dólar, en México provoca pulmonías."
"Y no podía ser de otra manera con 3,000 kilómetros de frontera común, y prácticamente un 3er. país en esa franja con decenas de millones habitantes cuya vida cotidiana transcurre con un pie en cada lado de la línea, desde San Diego-Tijuana hasta Brownsville-Matamoros. Una variación en el valor relativo de las 2 monedas produce en esta zona infinitas combinaciones de fortunios e infortunios, nacen unos oficios y desaparecen otros, se modifican hábitos de consumo y se trastocan estrategias de sobrevivencia. Ahora la leche se compra acá, pero la gasolina allá; se abandona al dentista de siempre o, de plano, regresa al consultorio el dentista que se había convertido en taxista."
"En el país en su conjunto el efecto también es variopinto. En lo que va del año el peso se ha depreciado casi un 30% y el deslizamiento continúa. Eso significa que los millones de habitantes beneficiados por las remesas enviadas por los emigrados han aumentado su poder adquisitivo casi en un tercio. Es una buena noticia porque por lo general son los sectores más desprotegidos del país. El impacto de esta derrama puede dimensionarse si consideramos que los más de 22,000 millones de dólares que habrán de recibirse representan casi el triple del presupuesto anual de la Secretaria de Salud (alrededor de 8,000 millones de dólares). Los 300 dólares a los que asciende una remesa promedio equivalen ahora a 2 veces el salario mínimo mensual; suficiente para permitir a una familia abandonar la miseria absoluta. Del otro lado, un dólar fuerte significa mayores márgenes de rentabilidad para el narcotráfico. Es decir, más recursos para corromper autoridades y policías, más razones para dejar de cultivar maíz a favor de amapola o marihuana; nuevos incentivos para abandonar un aula y ponerse a vender tachas afuera de la escuela."
"En principio, el mayor beneficiado tendría que ser el sector exportador mexicano. Cuando un país devalúa su moneda, sus mercancías se hacen más baratas en el mercado internacional. Es la razón por la cual China ha depreciado el yuan en los últimos días: busca revitalizar sus exportaciones. El problema para México es que buena parte de lo que vendemos al exterior son productos industriales concatenados a líneas de producción estadounidenses. La rama automotriz, en particular, que supera ya a las exportaciones de petróleo, turismo o remesas con más de 40,000 millones de dólares, adquiere buena parte de los insumos en dólares, por lo cual el precio final se encarece en la misma proporción."
"Para el gobierno mexicano, en principio, es una buena noticia un barril vendido en dólares más caros. Pero es un beneficio que se neutraliza cuando tiene que comprar con esos mismos dólares gasolina y gas para cubrir el déficit interno. Más allá de los claroscuros que se experimentan a lo largo de la geografía económica y política del país, el saldo final del deslizamiento del peso es deplorable para la mayoría de la población. El 80% del comercio exterior del país se realiza con Estados Unidos. Tarde o temprano un dólar caro se traduce en un incremento en los precios al consumidor. En suma, en un empobrecimiento de los mexicanos en su conjunto y a la postre en una razón más para el desencanto, la irritación y, peor aún, la miseria, ya de por sí escandalosa."
"Autoridades repiten incansablemente que la depreciación del peso no ha incidido en la inflación. Más aún, algunas afirman que no permitirán que eso suceda. La sociedad está sorprendida por la situación y atónita con el planteamiento de la Procuraduría Federal del Consumidor. Por lógica económica es inevitable que una devaluación prolongada del peso, un tipo de cambio más alto, tarde o temprano incida en los precios, si bien algunos factores pueden retrasar y/o atenuar dicho impacto."
"Lo que no es razonable es suponer que no va a suceder, y mucho menos que se evitará con un 'operativo a nivel nacional que permita controlar el incremento de precios injustificado'."
"A partir de septiembre de 2014 el tipo de cambio nominal aumentó de 13.2 a 17.1 pesos por dólar, un incremento nominal de 29.5%. En tanto, durante el mismo periodo, los precios al consumidor aumentaron sólo 2.1%, esto es, una diferencia de 27.4% entre ambos. El último dato del Índice Nacional de Precios al Consumidor indica que la inflación anual de la 1a. quincena de agosto fue la más baja de la historia (2.6%). Ésa es la información que da lugar a la afirmación de que el tipo de cambio no ha afectado los precios."
"Entre los factores atenuantes que explican ese resultado se encuentran una disminución del precio del gas natural y que el precio de los combustibles no ha sufrido modificación desde enero. Ambos factores contribuyeron a una disminución de las tarifas eléctricas. También inhibe y retrasa el alza de precios una economía que crece a tasas muy bajas, y genera un creciente desempleo. Por lo pronto, en el corto plazo los salarios han observado un ligero aumento real."
"Sin embargo, el efecto de la devaluación del peso ya se observa en los precios al productor, si de éstos se sustrae el efecto del petróleo. Quizá el componente de mayor interés del Índice Nacional de Precios al Productor es el que se refiere a las industrias manufactureras, que aumenta a tasas cercanas a 5% (4.8% en julio) o aún más, si se atiende el componente de mercancías manufactureras para uso final, cuya tasa anual fue 6.7% en julio. Este indicador también se incrementó en 2008, cuando a partir de abril los precios comenzaron a aumentar."
"El asunto no es si un aumento sostenido del tipo de cambio peso/dólar va a incidir sobre la inflación, sino cuándo y cuánto. Por tanto, es importante anticipar las implicaciones correspondientes, en especial sobre las finanzas públicas. Por una parte, está el impacto sobre las compras de bienes y servicios por parte del sector público, que coincidirá con la disminución que traerá el presupuesto de austeridad que se prepara. Por otra, está el impacto que una inflación más alta tendrá, tarde o temprano, sobre las tasas nominales de interés y, éstas sobre un mayor servicio de la deuda pública."
"La evidencia sobre el comportamiento reciente del tipo de cambio y la inflación plantea múltiples interrogantes sobre el mecanismo de transmisión entre ambos. No se está repitiendo la misma intensidad y velocidad de repercusión del mayor tipo de cambio sobre la inflación, lo que requiere atención. Entre más rápido se identifique cómo ha cambiado dicho mecanismo, mejor, ya que la política macroeconómica podrá ajustarse para minimizar el inevitable impacto negativo que vendrá con una mayor inflación."
"Para fomentar el desarrollo, el gobierno no es la solución, sino el problema. El famoso John Maynard Keynes, economista y financiero británico, ferviente partidario de la inflación como una forma de estimular el crecimiento, considera que el gobierno es el problema fundamental para que la economía crezca."
"Contrario a la doctrina de promover la inflación, los monetaristas propusieron la desregulación; liberalizar y privatizar grandes partes de la economía controladas por el Estado. Esta escuela estuvo dirigida por Milton Friedman, economista norteamericano. Para él, los gobiernos deberían de dejar de impulsar artificialmente la economía a través del gasto público; cortar los subsidios a empresas improductivas como la CFE, el IMSS e ISSSTE que lo único que hacen es crear bolsas de trabajo para recomendados y fieles a la causa. Esta escuela parece ser la que nuestro gabinete económico está siguiendo en la actualidad, con la privatización de Pemex y la apertura a la producción de energía."
"El Consenso de Washington se presentó como la materialización de toda una filosofía política: 'el poder del mercado estribaba en la libertad económica, pero la libertad económica solamente podría existir en el contexto de la libertad política, donde el individuo es libre de elegir cómo vivir, qué comprar y qué producir' ('Mitos y Mentadas de la Economía Mexicana', Random House Mondadori).
Esta filosofía preconiza que para lograr el crecimiento económico basta con acabar con los monopolios, eliminar la corrupción, abrirse a la inversión extranjera, liberalizar, desregular y demás medidas complementarias, lo cual no es poca cosa."
"El Consenso de Washington no es nada nuevo; el término lo acuñó John Williamson para describir un conjunto de 10 fórmulas para los países en desarrollo azotados por la crisis, que se resumen a continuación: 1) Disciplina en la política fiscal evitando el déficit por endeudamiento. 2) Redirección del gasto público, evitando los subsidios para los pobres, cambiándolo por inversión en puntos claves como la educación, salud e infraestructura generadora de empleos. 3) Reforma tributaria ampliando la base y disminuyendo las tasas. 4) Tasas de interés moderadas. 5) Tipo de cambio competitivo. 6) Liberalización del comercio local y de las importaciones. 7) Liberalización de las barreras a la inversión extranjera directa. 8) Privatización de las empresas estatales. 9) Desregulación: abolición de regulaciones que impidan acceso al mercado o restrinjan la competencia. 10) Seguridad jurídica para los derechos de propiedad."
"Como podrá apreciarse, México está tratando de generar políticas públicas que se adhieran al Consenso de Washington, lo cual ha hecho a medias, pues le falta mucho camino por recorrer, sobre todo en los puntos: 2) Subsidios a los pobres, que deben evitarse; 3) Reforma Tributaria; 4) Tasas de interés moderadas y sobre todo: 10) Seguridad Jurídica, tomando en cuenta que no únicamente las leyes la proporcionan, sino su aplicación pronta, expedita y oportuna, eliminando la impunidad y la corrupción en el poder judicial."
"Los gobiernos necesitan provocar inflación para reducir la carga de su pesada y creciente deuda. Con la deflación se incrementa el valor de aquélla y disminuyen los ingresos fiscales."
"Queda un riesgo latente para los países que vivimos dentro del patrón dólar y ese es que se inicien rondas de devaluaciones competitivas en las monedas europeas, latinoamericanas y otras, mismas que resultarían infructuosas porque, a final de cuentas, terminarían teniendo paridades relativas similares entre sí, pero dejando gran inestabilidad en su camino."
"De hecho, fue lamentable la decisión de China de devaluar el yuan, con su política monetaria, cuyo objeto fue impulsar el desarrollo industrial y así reactivar su economía, que ha estado en desaceleración. Decisión que el propio Fondo Monetario Internacional ve como
mala, ya que existen otros instrumentos disponibles para el mismo fin."
"La baja del petróleo es el principal factor de la depreciación del peso, según los especialistas, porque la relación con el yuan se puede mejorar desde su tipo de cambio recién devaluado.""En materia de inflación, la variable financiera sitúa el nivel de los precios en México en 2.13% en diciembre pasado, con lo que alcanzó su nivel histórico anual más bajo en 45 años, desde que se tiene registro. En esto coinciden el nivel general de precios, su nivel subyacente y el nivel no subyacente de los indicadores oficiales."
"Las caídas del peso siempre han generado crisis económicas en México. Lo vimos en 1976, 1982, 1987, 1994 y 2008. Los gobiernos siempre buscaron calmar los mercados diciendo que no había razón para preocuparnos, que los fundamentos de la economía eran sólidos."
"Hoy el tipo de cambio del peso frente al dólar ha pasado de 13.08 al finalizar 2013, a 14.72 en 2014, 17.21 al concluir 2015 y 18.61 el 22 de enero de 2016 (Banxico, tipo de cambio para solventar obligaciones). Es un aumento de 42.3% del dólar en poco más de 2 años, a pesar de que el Banco de México ha vendido miles de millones de dólares con el propósito de dar liquidez del mercado. Se ha evitado el pánico, excepto en algunos días, pero el peso ha seguido cayendo."
"¿Es diferente esta vez? Un factor nuevo es que el peso no ha estado solo en su caída. Lo han acompañado muchas otras divisas. Su depreciación frente al euro, por ejemplo, ha sido insignificante. Las divisas de otros países, como el real brasileño y el peso argentino, han caído mucho más. ¿Mal de muchos consuelo de tontos? No lo sé. Pero sí estamos viendo una apreciación del dólar más que un desplome del peso."
"Otro factor diferente es que la depreciación no ha contaminado hasta ahora la inflación. El índice de precios al consumidor subió 2.13% en 2015 y 2.48 en términos anuales en la 1a. quincena de enero de 2016. Son niveles históricamente bajos."
"Los altos precios del dólar, sin embargo, han afectado ya a empresas que importan insumos o mercancías y venden en pesos. Muchas firmas han estado reportando buenos resultados operativos, pero pérdidas cambiarias. Estas compañías tendrán menos posibilidades de invertir en el futuro inmediato."
"Los mexicanos tenemos mayor conciencia del tipo de cambio que los ciudadanos de otros países. La mayoría de los europeos no se enteran del costo del dólar. Tampoco los brasileños. Los mexicanos, en contraste, hemos aprendido a considerar el tipo de cambio como un termómetro de la salud de la economía porque en incontables ocasiones hemos visto cómo las depreciaciones son seguidas por crisis profundas. Otra razón es la importancia del dólar para nuestra economía. El 80% de nuestro comercio exterior (y tenemos un comercio exterior muy importante para el tamaño de nuestra economía) se lleva a cabo con Estados Unidos, pero aun la parte que se realiza con otros países se cotiza en dólares."
"'Otros países ponen veladoras para que su moneda se deprecie', me dice en Davos un alto funcionario mexicano. ¿China?, le pregunto, pero sólo se ríe. Sin embargo, es verdad. China y los países de Asia han buscado tradicionalmente una competitividad artificial a través de la subvaluación de sus divisas. Esto lo pueden hacer porque sus sociedades valoran más el bien colectivo que el individual."
"La competitividad que logra la depreciación de una moneda es consecuencia de la reducción del poder de compra de quienes ganan en esa moneda. Quienes ganamos en pesos sufrimos un empobrecimiento automático cuando cae nuestra divisa. Lo peor es que hasta ahora la depreciación no se ha traducido en un aumento de las exportaciones no petroleras mexicanas, aunque es probable que esto ocurra tarde o temprano."
"La depreciación del peso es un golpe contra los mexicanos, que nos empobrecemos, pero crea también oportunidades. Quien sepa comprar e invertir con mente fría en un mercado subvaluado se llevará buenas gangas."
"El peso ha perdido 37.7% frente al dólar desde noviembre de 2014. En los últimos 30 días, el tipo de cambio pasó de 17.21 pesos por dólar a 18.62. La depreciación ha sido de 8.2%."
"En México, no hay un grupo más afectado por una devaluación que las clases medias. Son 47% de la población, 14.6 millones de hogares, de acuerdo a Euromonitor. Esta clase media tiene importancia creciente porque ha sido el segmento poblacional de más crecimiento en México en los últimos 15 años."
"Pertenecer a la clase media significa aspirar a más. Muchos de los bienes y servicios que están asociados al prestigio social de los clasemedieros tienen su precio vinculado al tipo de cambio. Casi la mitad de lo que consume un hogar de clase media mexicana no son artículos de primera necesidad: comida fuera de casa; ropa y calzado; viajes: suplementos alimenticios; aparatos electrónicos; servicios de telecomunicaciones y esparcimiento. El encarecimiento del dólar implica un empobrecimiento para la clase media. Trae consigo una pérdida de poder adquisitivo, que no está reflejada en el índice de precios del Inegi."
"La clase media está molesta y preocupada por la marcha económica. La desaceleración de la macroeconomía trae consigo un escenario microeconómico más complicado para los 14.6 millones de hogares que ahora integran la clase media. El tipo de cambio es parte de un conjunto más grande de síntomas, pero tiene una peculiaridad: todos los mexicanos le siguen la pista. Es la ventana por la que se asoman a la información económica. Los índices de confianza económica reflejan el crecimiento del pesimismo y la incertidumbre. Son muchos los que dudan de que el año próximo será mejor que éste."
"¿Nos consolaría saber que los mexicanos no estamos solos en este sentimiento? Brasil, Chile, Colombia y Perú están pasando por un periodo de malestar parecido. Este descontento con la marcha de la economía tiene consecuencias políticas. Va acompañado de una pérdida de popularidad de los presidentes de cada uno de los países, apunta un informe especial de Financial Times. También hay una mayor participación clasemediera en manifestaciones antigobierno. Estas pueden ser callejeras o digitales, toda vez que las nuevas tecnologías han abaratado los costos de distribuir información y realizar tareas de coordinación política."
"El intelectual venezolano Moisés Naim se ha ocupado de este asunto en los últimos tiempos. Lo explica así: 'En comparación con los ciudadanos más pobres, la clase media está más conectada y se siente más empoderada; sus expectativas respecto al gobierno crecieron de manera proporcional a la mejora de su estado económico... esta nueva clase media tiene menos tolerancia a fenómenos como la corrupción gubernamental, particularmente desde que el deterioro de la economía amenaza con sabotear su estándar de vida'."
"El malestar económico es gasolina que mueve el activismo político. Las clases medias por primera vez son el segmento poblacional más grande, en México y América Latina. Su activismo puede tener resultados muy positivos como cambiar leyes obsoletas y sancionar malo gobiernos, pero también puede producir inestabilidad política, parálisis gubernamental y auge de soluciones facilonas, de tipo populista. Aguas con la devaluación. No es sólo un asunto económico."
"Aunque los economistas digan lo contrario, la inflación y la devaluación ni son lógicas ni son inevitables ni son provechosas, simplemente son el resultado de la corrupción."
"Y estas son las transas que las originan, ejemplificadas en una mesa de póker:"
"Somos 4 jugadores, yo soy el 'cajero' que tiene las fichas y guarda el dinero de todos. Cada uno me da 100 pesos y le doy 100 fichas; Hay $400 en la caja y 400 fichas en la mesa."
"Antes de empezar a jugar, tomo de la caja 50 pesos de coperacha, por botanas y tragos, cuando siempre les he cobrado 25 pesos (aumento de impuestos, luz y gasolina). Ahora solo hay $350 en la caja, pero 400 fichas en la mesa."
"Más tarde llega el de la cantina y me cobra lo que me bebí ayer, tomo otros 50 pesos de la caja y se los doy (pago de endeudamientos). Nos quedan $300 en la caja y 400 fichas en la mesa."
"Como mis amigos ya están medio borrachos, descaradamente tomo 50 pesos de la caja y me los guardo en mi bolsillo. (Corrupción descarada, casas blancas, aviones, viajes y moches). En la caja ya solo hay 250 pesos y 400 fichas en la mesa."
"Y ya entrados en gastos, pos pá cubrir mis perdidas en las apuestas, de plano me robo 100 fichas y las pierdo todas. (Aumento de impresión de dinero y exceso de gasto). Sigue habiendo $300 en la caja, pero ahora hay 500 fichas en la mesa."
"¡Ups! 500 fichas de a peso por pagar, con 300 pesos... ¿Y 'ora que hago?"
"Me acuerdo de mis tiempos de economista comunistoide y con cara de circunstancia les digo a mis cuates: Amigos, les aviso que hemos sufrido una terrible devaluación provocada por la caída de la economía rusa, la subida de la economía gringa y la estupidez de los ingleses al aceptar el Brexit. Y entonces lógicamente (...) por cada ficha de a peso que hay en la mesa, solo les vamos a poder dar la mitad. O sea que su mugroso peso vale la mitad y el dólar vale el doble."
"Por culpa de la globalización, no de nosotros."
"Desde Los 60s nos han vendido el cuento de que la inflación y la devaluación son culpa de otros, no de lo que hacemos. Si así fuera ¿entonces por qué los ingleses se devaluaron en un día, por qué los americanos se revaluaron y por qué muchísimos países ni se inmutaron? Esos son cuentos de los economistas y los casabolseros, la devaluación no se debe a causas internacionales, se debe a factores de corrupción interna en la política monetaria."
"Y en México, los responsables de la política monetaria son la Secretaría de Hacienda y el Banco de México."
"¡Noooo, pos poresomismo!, el primero no tiene no se da cuenta de que no se da cuenta y el otro, el que tiene que controlar el peso, no puede controlar ni el propio..."
"La Secretaría de Hacienda y Crédito Público ya lo tiene cuantificado. El efecto Trump contra México está generando que el dólar sea entre 1 y 1.50 pesos más caro de lo que estaría si un candidato presidencial de Estados Unidos no tuviera como bandera de campaña golpear financieramente al país."
"Así me lo han hecho saber fuentes de 1er. nivel en la dependencia, que muestran su preocupación ya que la semana pasada se desató la especulación contra la moneda mexicana debido al mal estado de salud de la candidata del Partido Demócrata Hillary Clinton."
"La volatilidad tiene que ver con algunos de los planteamientos con los que ha jugado el magnate en sus discursos proselitistas: sacar a Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte o al menos renegociarlo; expulsar de su país a 11 millones de mexicanos o cuando menos a 6 millones; construir un muro en la frontera con México y si nuestro país se niega a pagarlo, como es el caso, frenar el flujo de remesas que nada más el año pasado fue de 25,000 millones de dólares."
"La cotización del dólar frente al peso alcanzó su máximo histórico la semana pasada."
"Además del efecto Trump, contribuyeron también la incertidumbre generada por la Reserva Federal de los Estados Unidos sobre qué hará con sus tasas de interés (hubo señales encontradas en declaraciones de algunos integrantes de la Fed) y, en menor medida, el crecimiento económico mediocre que plantea para México el paquete de Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos de 2017 presentado por el ejecutivo al congreso."
"La posibilidad de que Trump triunfe en la elección del 8 de noviembre -más allá del tsunami político que generó en México su repudiada visita- se yergue como la principal amenaza a la estabilidad económica del país, el mayor riesgo de corto plazo. Es algo en lo que están de acuerdo prácticamente todos los analistas, inversionistas y autoridades financieras. El dólar frente al peso es sólo el espejo que refleja el pánico."
"En la filosofía Legarreta, 'no porque suba el dólar sube el precio de todo lo que las familias consumimos'. Éste fue el mensaje que los redactores del programa Hoy de Televisa colocaron en el guión de Andrea Legarreta y Raúl Araiza en enero de este 2016. La declaración llevó a una tormenta en redes sociales. Al final Legarreta tuvo que aclarar que el comentario no era de ella sino de un redactor que lo había puesto en su guión."
"Uno puede entender el deseo de alguna empresa de emitir un mensaje optimista en un momento en que el peso cae en los mercados. Los gobiernos buscan siempre presentar las depreciaciones en un contexto optimista porque saben que, si no, corren el riesgo de provocar un pánico."
"La verdad, sin embargo, es más compleja. Si bien en un principio el dólar se apreció frente a todas las demás divisas, y no hubo sólo una depreciación del peso, en los últimos meses la baja de la moneda mexicana ha sido más pronunciada que las demás. El precio del dólar en el mercado interbancario de 48 horas ha pasado de 12.94 el 30 de noviembre de 2012, último día del gobierno de Felipe Calderón, a 19.84 ayer. El aumento en este gobierno ha sido, pues, de 53.3%. En ventanillas bancarias el dólar al menudeo se cotizaba ayer a 20.13 pesos."
"Sorprende a muchos que no se haya registrado un contagio, un passthrough, por la caída del peso. Con devaluaciones bastante más moderadas hemos visto en el pasado fuertes explosiones inflacionarias y crisis económicas. En esta ocasión la inflación registrada por el INEGI sigue estando abajo del objetivo de 3% anual."
"Pero esto no significa que no haya consecuencias negativas para los mexicanos. La tesis Legarreta es incorrecta. La depreciación de una moneda implica por definición una baja en el poder de compra de quienes tienen ingresos en esa moneda, sólo que el deterioro puede manifestarse de manera gradual y de formas muy distintas."
"Quizá la canasta de productos que el INEGI utiliza para medir el índice de precios al consumidor no está reflejando todavía la fuerte depreciación del peso, pero algunos productos empiezan ya a manifestarla. Los bienes de importación son los primeros. Ya lo vemos en teléfonos celulares, vehículos y productos electrónicos. Siguen los bienes comerciables. Las manzanas, por ejemplo, suben de precio, aunque se produzcan en México, porque de otra manera se exportarían todas y no quedaría ninguna en México. Con el tiempo las consecuencias de la depreciación se extenderán por toda la economía."
"La caída en el poder de compra puede manifestarse de maneras que no siempre se reconocen. El precio de los vagones y refacciones del Metro, por ejemplo, sube en pesos por la depreciación, pero como el gobierno capitalino controla el pasaje puede decidir mantenerlo en 5 pesos sin reflejar el incremento en los costos. Uno podría pensar que esto significa que no hay consecuencia inflacionaria, pero la consiguiente descapitalización del Metro se refleja en un peor servicio y en una mayor saturación que afecta a los usuarios. Ésta es una inflación que no se mide, pero que es real."
"La depreciación del peso está teniendo consecuencias en la economía y éstas se irán acentuando con el tiempo. Los economistas saben por qué definen una depreciación como una pérdida del poder adquisitivo de los salarios. Hasta el momento esta pérdida está oculta, pero no significa que no esté teniendo lugar."
"Los expertos nos dicen que como es externo esto no se ha reflejado en la inflación, pero quiero que entienda usted cómo hablan los políticos: el decir que no se ha reflejado en la inflación no es algo positivo (nada que venga del gobierno es positivo), lo que le están diciendo es que ya nos trincaron con los dólares y que faltará muy poco, poquísimo para que nos trinquen con la inflación, ahí se van a completar los ciclos de la mentira. El hecho es de que nos van a fregar, nos van a fregar."
Para muchos, escuchar el lenguaje con el que el sector político se comunica con la ciudadanía tan mortal como corriente y común, resulta incomprensible dado el sentido de fantasía que le imprimen, confundiendo más que orientando, y, lo más importante, afrentando a la inteligencia de la clase pensante.
Los argumentos que se esgrimen cada vez que el peso se devalúa -la historia es testigo- son los mismos. Van en el tenor de que tanto el turismo como las exportaciones se favorecen, razonamiento lógico, sí; pero si intentan hacer creer que este beneficio está por encima de la pérdida real del poder adquisitivo del hundido peso, creo que el error a la vista salta.
Y califico de hundimiento -respetando a encuestadores y analistas que, visto lo visto, no han dado una...- porque la realidad única, cruda y pesada pero realidad al fin, es que nuestra moneda, desde el inicio de la administración peñista, se ha devaluado en más del 50%. El turismo, primordialmente el de Norteamérica y el de Europa, dado el alto, muy alto nivel de inseguridad que priva en el hoy en México, se mira afectado, consecuencia similar por la misma causa, aunque no lo quieran reconocer, que muchas inversiones se han quedado estancadas.
Importantes compañías ven con recelo, y con toda justificación, el clima delincuencial y la galopante corrupción protegida por la impunidad más humillante a todos los niveles, y se mantienen a la expectativa, mientras José Antonio Meade como secretario de Hacienda, funcionario capaz y honesto, diseña malabarismos que le permitan ir sorteando la situación de la maltrecha economía mexicana.
Y califico de malabarismos porque resulta indispensable analizar el aspecto de las importaciones.
Cuando se importa desde maíz -algo que nos enorgullecía producir y exportar-, pasando por vestimenta venida de tierras chinas, sumando trigo y, lo más increíble de un país altamente productor del hoy también devaluado petróleo, llegar a importar gasolina, lo que indudablemente impactará aún más en el transporte, se puede deducir que son más los perjuicios que los beneficios.
La devaluación de la moneda mexicana que no obedece sólo a factores externos sino sobre todo al desbarajuste interno de la economía en manos del gobierno: crecimiento exorbitante de la deuda externa, dilapidación de recursos en gasto corriente, en campañas electorales, en apagar los fuegos del sur e impedir que surjan en el norte, etc.
Entre el 18 de octubre de 2012 y el día de ayer, el dólar se encareció en 45.5%. El "efecto Trump" quizá pueda explicar un 10%. No más.
En este mismo lapso, el diferencial de precios de México y Estados Unidos fue de 5.9%. Es decir, un tipo de cambio equilibrado respecto a septiembre de 2012 hoy sería de 13.53 por dólar.
Esto es, hay una depreciación real de 37.5%.
A ello han contribuido tanto el cambio del entorno internacional como la debilidad de nuestras finanzas públicas y el deterioro de nuestra cuenta corriente.
Y, como no todo es Trump, no hay que esperar a que un probable triunfo de Hillary vuelva a dejar el tipo de cambio en 14 o 15 pesos. Ni remotamente.
El reto para los próximos años es aprovechar el dólar caro para exportar más, conseguir más dólares, generar una mayor oferta de la divisa norteamericana y por ello bajar su precio.
Ayer por la tarde, la divisa norteamericana se cotizaba en 18.54 pesos.
Si tomáramos como referencia el fin del año 2012, cuando el dólar se cotizaba en 12.85 pesos, la depreciación registrada ha sido de 44.3%.
Uno de los métodos más populares para calcular la subvaluación de una moneda es comparando la depreciación con los diferenciales de precios.
Si en un país la inflación es mayor que en otro, la moneda del primero se debería depreciar contra la del segundo, para que la paridad se mantuviera equiparable.
Si la depreciación fuera mayor al diferencial de precios habría una subvaluación. Si fuera menor, entonces habría sobrevaluación.
La realidad en los sistemas de libre flotación es que nunca hay un equilibrio. Pero la comparación resulta importante para analizar su efecto en la economía.
La inflación en Estados Unidos desde el final de 2012 hasta septiembre pasado fue de 5.1%. En México fue de 12.2%. Así que para mantener la misma relación que nuestras monedas tenían al cierre de 2012, el dólar se debería haber encarecido en 6.8%. Es decir, debería cotizarse en 13.72 pesos.
Sobre la base de los datos anteriores, podríamos considerar que si la subvaluación se calcula contra el final de 2012, ésta puede calcularse en 25.9%.
En este cálculo, la determinación del punto de partida es crucial. Lo cambia todo.
Si la comparación fuera respecto al nivel de 13.67 pesos que el dólar tenía en diciembre de 2008, tras la crisis, la historia sería diferente porque el diferencial de precios fue de 13.5%, así que el tipo de cambio de equilibrio hoy sería de 15.51 y la subvaluación de 16.3%.
¿Qué significa para una economía tener una moneda subvaluada por periodos largos?
Esa circunstancia encarece estructuralmente los bienes y servicios importados, protege el mercado interno y estimula las exportaciones.
Claro que también puede propiciar alzas de precios domésticos durante el proceso de adaptación y pérdidas a las empresas o personas que tengan costos en dólares e ingresos en pesos.
Hay algunas naciones que deliberadamente mantuvieron paridades débiles con objeto de incrementar sus exportaciones, como Japón en alguna época o China más recientemente.
Si la paridad adquiriera estabilidad en algún punto entre los niveles actuales y el 15.51 referido anteriormente, probablemente permitiría alentar el crecimiento de la industria en un contexto de apertura y mayor competencia, al mismo tiempo que proteger un mercado nacional muy apetecible.
Carlos Slim aseguró que algunas políticas propuestas por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, serán buenas para México, pues permitirán que el país se beneficie de lo que allá se aplique.
Destacó que una de las cosas buenas para nuestro país será que bajen los impuestos para la clase media de EU, además de que se pueda crecer 4% de su economía, pues esto incrementará su gasto.
"Crecer 4% no es fácil para la economía de EU, pero es lo que él prometió en el contrato con los electores; eso es bueno para México, pues implica un trillón de dólares de inversión y eso bueno, aunque no sé si el trabajo para generar ese crecimiento lo van a hacer los estadunidenses. No sé si haya suficientes para hacer esos trabajos allá, eso quiere decir que sí será necesario que tengan trabajadores mexicanos allá", dijo Slim.
Destacó que lo que sí está sucediendo es que México debe voltear ahora hacia México, pues si en los años 80, durante la crisis de la deuda, se pensó en ver hacia afuera, invertir en actividades externas, se tenían que abrir las fronteras, pero ahora se necesita abrir los ojos a México.
"Debemos concentrarnos en nuestra economía y trabajar en ella, la habíamos tenido olvidada por tantos años, debemos regresar a atender la economía interna, que es una de las prioridades que vienen con esto", dijo el empresario.
Destacó que México debe invertir unos 250,000 millones de dólares para crecer a niveles de 5%, aproximadamente, y de dichas inversiones la mayoría serían nacionales, pues la inversión extranjera directa cuando mucho es 10 o 15%.
Destacó que es necesario que los activos, carreteras, puertos aeropuertos, servicios médicos, en educación, se hagan con dinero privado, y que muchas de las empresas en los sectores petrolero y de energía eléctrica, donde ya hubo un cambio jurídico, participe también el sector privado.
Aseguró que las empresas pueden realizar inversiones con mucha eficacia de recursos, los cuales no tiene el Estado porque sus presupuestos son anuales y los llevaría a grandes déficit.
"Es una oportunidad para regresar a la economía interna que durante 50 años era prioridad y logró crecernos 6.2% durante ese tiempo, pero desde la crisis de la deuda externa crecemos a 2%, lo cual no es suficiente, y por eso la presión de no poder dar oportunidad de empleo a los que emigran, por eso tanta emigración, porque no hemos podido atender la economía interna en 30 años" aseguró.
Dice el secretario de Hacienda que, de no haberse autorizado el incremento anunciado [a la gasolina], 3 eran las opciones: adicionales recortes al gasto público; más deuda; y más o mayores impuestos para compensar los 72,000 millones de pesos que en 2017 significaría el subsidio de un peso por litro a las gasolinas. Esta es una verdad a medias, ya que dejar de dar el subsidio no era la única opción para dejar de gastar ese dinero. Esos, o mayores recursos se pueden obtener de: 1.- racionalidad y austeridad en el gasto público (cancelar las megalómanas torres del INE; reducir los exorbitantes sueldos de altos funcionarios del Poder Judicial Federal, INE, y Organismos Constitucionales Autónomos; 2.- reducir el financiamiento público a los partidos políticos y eliminar el que les otorgan los gobiernos locales (tan solo INE y partidos políticos se llevarán 15,000 millones de pesos en 2017); 3.- reducir la partida de apoyo a los grupos parlamentarios y eliminar su discrecionalidad; 4.-eliminar las excenciones fiscales que entre 2007 y 2016 ascendieron a 822,000 millones de pesos (entre 2012 y 2016 fueron de 188,000 millones de pesos), que beneficia a las 15 más grandes empresas de México (tan solo a Sabritas se le condonaron 929 millones de pesos en 2015); 5.- incorporar al fisco a las decenas de millones de mexicanos que no pagan impuestos; y 6.- dejar de producir electricidad con combustóleo y no con gas natural. Aplicando cualquiera de estas medidas se compensaría el susidio. Hacerlas todas dejaría enormes ganancias y evitaría el alza a las gasolinas.
Se ha dicho que los subsidios a las gasolinas benefician a los estratos más pudientes económicamente. Esa también es una verdad a medias: Ciertamente es inevitable que alguien con un auto de lujo ponga gasolina subsidiada, pero también es cierto que millones de asalariados utilizan autos austeros como medio de transporte o trabajo (por eso México es uno de los países con mayor consumo per cápita de gasolina en el mundo ), sin considerar la gran mayoría que se traslada en transporte público, a los que afecta directamente el alza, como también a todos los consumidores, por el impacto en cadena que en los precios de las mercancías tendrá el incremento del costo de su traslado. Para evitar la distorsión social de los subsidios a las gasolinas impleméntense temporalmente tarjetas de pago diferenciadas para autos de lujo, y así se evitaría la irracionalidad o injusticia del subsidio mientras se elimina.
Se ha afirmado también que con el alza a las gasolinas México tiene ya un precio real, similar al de otros países del mundo. Lo que no se dice es que mientras en México con un salario mínimo al día un trabajador solo podrá comprar 5.3 litros de gasolina, en el estado de California de los Estados Unidos, un trabajador con un salario mínimo diario puede comprar 114 litros de gasolina. ¿Cómo poner como logro igualar el precio de las gasolinas entre países, cuando sus ingresos son dramáticamente distintos?
La otra verdad a medias es decir que el alza a las gasolinas es producto de la reforma energética. Es la causa inicial, sin duda, más no la única. Los otros factores son el valor del dólar, el precio del petróleo; y que importamos la mayor parte de las gasolinas que consumimos.
De esta última media verdad, se deriva la que dice que todo es por culpa de los legisladores que votaron a favor de esa reforma en diciembre de 2013. Ciertamente, de ahí derivó todo, pero la causa verdadera del alza se localiza en el Décimo Segundo Transitorio de la Ley de Ingresos de la Federación 2017 que fue aprobada en la Cámara de Diputados con 406 votos a favor. En contra votaron 8 diputados del PRD y 43 de MORENA. En el Senado se aprobó, con 73 votos. Ahora resulta que algunos de los partidos que votaron en favor de ello (como el PRD) están convocando a manifestaciones y protestas contra lo que ellos mismos aprobaron. (México, campeón del surrealismo político).
Lo que se exige es que los legisladores sean más responsables, lean lo que votan y aprueban; y piensen no solo en la disciplina partidaria, sino en las consecuencias políticas para sus propios partidos, y en las sociales y económicas que tendrán para sus representados.
La postura del gobernador de Jalisco en contra del alza es inédita y digna de destacarse. Dado que Jalisco tendrá la Gasolina más cara de México, procede un amparo indirecto contra la regionalización acordada por la Comisión Reguladora de Energía. Además, las diferencias de precios entre municipios y regiones son absurdas.
El Banco de México no tendrá otra opción más que subir las tasas de interés como medida para contener la inflación.
Este aumento de las tasas podría ser apenas un paliativo para la inflación, en la opinión del coordinador de Modelística y Proyectos Económicos de la Universidad Autónoma de México, Eduardo Gilberto Loría Díaz de Guzmán.
"Va a ser estéril la elevación de las tasas de interés para combatir la inflación; es decir, la inflación que estamos teniendo ahorita es por costos, no por demanda, y otro tanto por inercia, por la elevación de los costos de lo que estamos observando, como en la gasolina".
Aun así, aumentar las tasas de interés será una realidad y una medida necesaria en México, debido a varios factores.
Uno de éstos es el relacionado con Estados Unidos, pues se espera que sus tasas de interés pudieran subir hasta 50 puntos base 0.5, por lo que en México se tendría que esperar la misma situación, como mínimo, pues hasta podrían elevarse hasta un punto o 100 puntos base.
El 2o. factor es para contener las presiones inflacionarias evidentes en el país, ante el aumento del salario mínimo y de los combustibles, con todo lo que acarrea ya en el país.
"Será un efecto en cascada y el mandato hacia el banco central es que controle la inflación y la mantenga baja. El 3er. factor sería para contener la depreciación del tipo de cambio, que se está moviendo muy rápido, serían las razones por las cuales Banxico estaría subiendo las tasas de interés".
De acuerdo con el analista, el banco está conteniendo que el tipo de cambio se deprecie más, pero sería una de las pocas ganancias del incremento de las tasas de interés pues, con la medida, el mexicano verá mermada su economía al aumentar el endeudamiento neto de las familias y de las empresas, además de que los gobiernos deberán pagar más por la deuda pública.
Uno de los efectos negativos que tendrá el alza de tasas será a nivel productivo, al desalentar el consumo financiado por préstamos bancarios, opina el especialista del Departamento de Estudios Económicos del Colegio de la Frontera Norte, Eliseo Díaz González.
En el mismo tono, Joanna Guerrero Avilés, gerente comercial de la consultora LoanCo, prevé que la subida en las tasas de interés provocará una merma en el consumo: "Cuando la tasa de interés sube, los créditos bancarios también suben, provocando una baja en el consumo y una desaceleración económica".
La inflación anualizada llegó a 6.66% en agosto. Es la mayor inflación registrada desde 2001, para el 8o. mes del año.
Decir que la inflación está fuera de control sería una exageración, pero no podemos negar que este fenómeno se ha instalado en este 2017 con terquedad. Sigue firme en el 9o. mes del año, a pesar de las medidas para contenerla. El Banco de México ha subido 4 veces las tasas de interés en lo que va del año. Un alza de tasas encarece el dinero y frena la demanda. Normalmente esto produce un efecto de moderación en los precios.
¿Qué tan grave es la inflación? El 6.66% parece poca cosa, comparada con lo que México vivió en otros momentos, más de 100% anual en los 80. Es digna de tomarse en serio, si la referencia es el 2.1% que tuvimos al cierre del 2015. Ese mes se logró la menor inflación en 4 décadas.
Los optimistas confían que el alza de los precios ya tocó techo, pero su optimismo tiene patas cortas: desde hace 2 meses se hablaba de que la inflación había alcanzado máximos... y siguió subiendo. Las alzas de precios registradas entre junio y agosto de este año son relevantes porque estos meses, normalmente, se caracterizan por tener poca presión inflacionaria.
Los pesimistas nos recuerdan que hay factores que están fuera de control y harán difícil que la inflación baje: por ejemplo, la temporada de huracanes. Harvey le pegó a la zona petrolera de Estados Unidos y traerán presión a los precios de los petrolíferos. Irma y Katia podrían golpear a regiones productoras de frutas, verduras y granos.
El brote inflacionario del 2017 tiene mucho que ver con el proceso de liberalización del mercado de los derivados del petróleo. Este año han entrado en vigor diversas disposiciones para eliminar los controles de precios en gasolina, diesel y gas. Es de todos conocido que la inflación se destapó con el alza de los precios de las gasolinas decretado en enero. Menos resonancia ha tenido en los medios masivos lo que ha pasado con los precios del gas. Este insumo subió 56% en el 1er. semestre del año. En agosto registró un alza adicional cercana al 3%.
El alza de precios ha vuelto a ser un tema de conversación. Las amas de casa hablan del incremento del ticket en el supermercado y ponen en duda la cifra oficial que emite el Inegi, "que 6 % ni que 8 cuartos, estoy gastando mucho más que el año pasado", dicen. Los empresarios del aumento de los costos. Tiene su riesgo que la inflación sea trending topic: contribuye a generar expectativas inflacionarias. El que puede, aumenta sus precios.
De pilón. A fines de octubre terminará la gestión de Agustín Carstens al frente del Banco de México. El asunto es relevante porque esta institución tiene el mandato de combatir la inflación y las últimas semanas del gobernador Carstens en el Banxico serán los de mayor inflación de su mandato.
Los efectos de la inflación son múltiples y muy variados, aquí expondré solo algunos de ellos: con el mismo dinero, cada vez se compra menos, esto quiere decir que el dinero vale menos; se devalúa internamente y externamente comparado con otras monedas; se erosionan los ahorros, los intereses que pagan las instituciones de crédito son menores que la tasa de inflación, por lo que se traduce en una disminución del valor del dinero; cuando el gobierno no puede controlar la inflación se desboca y crea una situación de psicosis en la población que lo incita a deshacerse del dinero y cambiarlo por bienes duraderos que conserven su valor. Como no ajusta el dinero que hay en circulación por su pérdida de valor, el Banco de México imprime más billetes y de mayor denominación; la demanda de dinero es mayor que la masa monetaria en circulación; la inflación afecta negativamente el desarrollo económico porque altera el funcionamiento de los mercados; la inflación perjudica más a quien menos dinero tiene porque no puede protegerse comprando los productos de la canasta básica a precios de mayoreo, la compra en la tienda de la esquina que es la más cara.
La inflación la mide el Banco de México por medio del Índice Nacional de Precios al Consumidor, tomando la información de los precios en varias ciudades de todo el país de unos 200 productos de consumo general. Una medida que toma para controlarla, es a base de la tasa de interés bancario, subiéndola o bajándola según el comportamiento de los precios.
El gobierno provocó la inflación disparando los precios de la energía eléctrica, la gasolina y el gas, que son motores de la economía.
Es el mal gobierno el que provoca la inflación gastando más de lo que se recauda y endeudándose. Del año 1973 al 2000, la inflación fue de 7.1% mínimo y 159.2% máximo. El presidente Echeverría rompió un período de 18 años de estabilidad económica imprimiendo billetes sin ningún control. Corrió al secretario de Hacienda y al subsecretario porque le advirtieron que podría desatar el fenómeno de la inflación, y así nos fue.
Ahora bien, los que quieran aprovecharse de la inflación son todos aquellos que pueden comprar activos a largo plazo con tasas fijas de interés, como vehículos y bienes raíces. Los comerciantes que pueden comprar para almacenar consiguen los mejores precios y cuando venden obtienen mejores ganancias.
No conviene colocar los ahorros a largo plazo porque las tasas de interés subirán a mayor velocidad. Los dólares, el Euro, la Libra Esterlina y otras monedas continuarán aumentando sus precios, quien quiera aprovecharse de la inflación puede destinar parte de sus ahorros en una canasta de monedas.
En México, las medidas para conseguir mayor crecimiento a través de reducciones fiscales requieren de un factor muy poco convencional en la teoría económica: fe. Para funcionar en forma óptima, la economía necesita que las personas y los agentes económicos, crean, tengan confianza en las capacidades de sus gobernantes, las habilidades de sus gestores, en ellos mismos y en los demás. A esto habría que agregarle lo que R.Thaler -Premio Nobel de Economía 2017- dice sobre las decisiones de las personas en temas económicos, entre las que resaltan las percepciones sobre justicia y la falta de autocontrol.
Los economistas nos suelen decir que un país que emplee políticas fiscales como bajar impuestos, anima a los empresarios a invertir. No necesariamente. En Estados Unidos donde la confianza en las capacidades de los entes económicos es elevada, aunado a la certeza de que las medidas tomadas perdurarán más allá de un término presidencial, esto puede ser cierto. Pero en México no lo es tanto. El nuestro es un país en donde prima la desconfianza generalizada. No solo de la población hacia los gobernantes y políticos, sino entre los ciudadanos mismos. En alguna medida, esto explica la persistencia de la empresa familiar (99% son familiares) y la falta de acceso a capital: al creador de una compañía le cuesta abrirla al mercado de valores para incorporar accionistas, o incluso contratar gerentes profesionales, pues rara vez confía en alguien más que en su propia familia.
Una reforma fiscal que disminuya los impuestos no va a conseguir, por sí sola, que los empresarios inviertan más o que emprendedores informales empiecen a pagar impuestos. Por nuestra experiencia, es probable que numerosos actores económicos no consideren necesario realizar nuevas inversiones, porque en el pasado, por haberlo hecho, muchos perdieron por cambios en la legislación, y quienes comenzaron a tributar, se encontraron luego con moratorias y perdones fiscales que favorecían a quienes se mantenían en las sombras.
Quienes afirman que habría un multiplicador alto derivado del ahorro que tendrían los empresarios por impuestos bajos, pueden no estar en lo correcto, pues no necesariamente los actores económicos invertirían más si tienen dudas sobre la permanencia de la medida. En cambio, el agujero fiscal que crearía al Estado, ampliaría los problemas que ya tenemos.
Así mismo, a diferencia de EU, México tendría dificultades para adquirir mayor competitividad por la vía monetaria. Por sus características económicas, Estados Unidos puede devaluar (como lo ha hecho) sin afectar el funcionamiento de su economía. Las diferentes características y elementos que tiene la economía mexicana, harán que medidas que funcionan en una economía como la norteamericana, no funcionen aquí.
Estas ideas retoman lo que mencioné en mi libro Mitos y mentadas de la economía mexicana: no hagas todo cuanto te digan, sino lo que puedas hacer del mejor modo en que puedes. No copiemos las recetas si no tenemos los ingredientes. Si México no tiene azafrán, pues que no haga paella valenciana, sino un arroz con mole. Si la falta de confianza en nuestros gobernantes y ciudadanos (con o sin razón) inhabilita ciertas formas de la política fiscal, deberemos buscar otros ingredientes en la cocina económica para facilitar la competitividad de largo plazo.
Alejandro Díaz de León se ha estrenado al frente del Banco de México con un par de alzas en las tasas de interés. El nuevo gobernador del banco central no es un halcón, pero es pragmático. Tiene claro el riesgo que representa la inflación: para el cumplimiento de las metas del Banxico, pero sobre todo para la economía mexicana.
Estas 2 alzas son la expresión más clara de la preocupación de la Junta de Gobierno por la resiliencia de la inflación. Ahora sube con menos fuerza que a principios de 2017, pero no está bajo control. Los precios de los energéticos son la mejor prueba de ello. No subieron el 20%, como hace 13 meses, pero sí dieron un brinco que el INEGI estima en 2.19%. Sería bueno saber de dónde sale esa cifra: una muestra de precios de la Comisión Reguladora de Energía, consultada por El Economista, muestra incrementos de 7% en el mismo periodo. Más allá de controversias sobre medición, hay que estar preparados porque la gasolina seguirá subiendo, muy probablemente. Dependemos del valor del dólar y del precio de las gasolinas en Texas.
La presión inflacionaria es un malestar al que se recomienda aplicar incrementos en las tasas de interés. Eso es lo que ha hecho el Banxico, desde principios del año pasado. En ese periodo, la tasa de referencia ha pasado de 5 a 7.5%, el nivel más alto desde el 2009. Si se toma en cuenta la inflación de enero, significa que la tasa real es de casi 2 puntos porcentuales. Esta es la más alta en 2 décadas.
Este rendimiento es una excelente noticia para los ahorradores. Desde otra perspectiva, el nivel de las tasas se ha convertido en un dolor de cabeza para aquellos que tienen niveles elevados de deuda. En 1er. lugar esté el gobierno federal, cuyos pasivos equivalen a 46% del PIB.
El servicio de la deuda pública implicó para el gobierno federal un pago de 533,000 millones de pesos en 2017. En el presupuesto de egresos del 2018, está proyectado para crecer 9.7% y llegar a 663,000 millones. Suena mucho, pero será mayor. ¿Cuánto más? Dependerá del número de alzas a las tasas de interés que determine el Banco de México y otros bancos centrales. Pueden ser una o 2 más, dependiendo de la inflación y también de lo que haga la Reserva Federal de Estados Unidos. Allá se esperan 2 o 3 alzas. El Banco de México no está obligado a subir las tasas cada vez que la Fed lo haga, pero sí está presionado. El riesgo de no hacerlo es enfrentar embates contra el peso y una posible depreciación de la moneda mexicana.
Los movimientos de las tasas de interés serán uno de los grandes temas económicos del 2018. Lo serán en el mundo porque varios países están en el proceso de implementarlos. Además de Estados Unidos, están Canadá, Inglaterra y el Banco Central Europeo. En el caso de México, los incrementos en las tasas deben ser monitoreados para comprobar si pueden darle un buen descontón a la inflación, pero también para ver qué efecto tienen en la actividad económica y en el tipo de cambio.
La economía se ha estancado, la inversión fija y la construcción se han desplomado, pero el peso se mantiene sólido. ¿Por qué? Porque los factores que le importan a quienes invierten en el mercado cambiario se muestran hasta ahora favorables.
La inflación, para empezar, tuvo un aumento anual de solo 3.02% en octubre, contra 4.83% de diciembre de 2018. La tasa de interés de referencia del Banco de México es de 7.5% anual, lo cual representa una tasa real cercana a 4.5 puntos. Este rendimiento es muy alto si se compara con la tasa de interés de referencia de Estados Unidos, que es de 1.75% frente a una inflación de 1.8%. Muchos otros países tienen también tasas negativas de interés. Ante el premio que ofrece México, los fondos de inversión están dispuestos a mantener valores en pesos, por lo menos mientras no vean un peligro inminente de depreciación.
El gobierno de López Obrador ha sido muy cuidadoso con el gasto público. En el periodo enero-octubre de este 2019 el gasto neto total fue de 4"579,700 millones de pesos, 2.2% menos, en términos reales, que en los 10 primeros meses de 2018. Es verdad que hay críticas acerca de la forma en que se está gastando este dinero, pero la reducción del gasto ha transformado el déficit del gobierno en un pequeño superávit, lo cual significa que no se está contratando nueva deuda pública.
Las cosas, sin embargo, se podrían complicar. El gobierno ha usado dinero de los fondos de estabilización, que tenían como propósito compensar caídas de los ingresos en tiempos de crisis, para financiar gasto corriente. Este dinero ya no estará disponible en el futuro. Hacienda, por otra parte, está calculando que la economía registrará un crecimiento de entre 1.5 y 2.5 por ciento el año que viene, cifra que parece cada vez más difícil de cumplir: Si la economía crece menos, el SAT obtendrá una menor recaudación. El gobierno también ha presupuestado un aumento en la producción de petróleo crudo de 13%, el cual se antoja imposible de lograr.
El eslabón más débil en la actual solidez del peso mexicano es el grado de inversión de la deuda de Pemex. Si la petrolera no logra subir su producción de crudo en ese 13% que proyecta, y si utiliza los recursos que tiene no para producir más crudo sino para construir una refinería que perderá dinero, las calificadoras no tendrán más opción que quitarle el grado de inversión. Esto elevará las tasas de interés que paga la empresa. La deuda soberana, esto es, la del gobierno, podrá mantener el grado de inversión aun si Pemex pierde el suyo, pero para eso será necesario hacer más recortes en un gasto que ya está siendo insuficiente para cubrir los servicios públicos indispensables.
La actual fortaleza del peso puede cambiar de un día para otro. Recurrir a los fondos de estabilización nos ha dejado sin colchón. Hacer pronósticos a la ligera sobre el crecimiento de la economía y el aumento en la producción del crudo puede resultar en un ingreso inferior al presupuestado. La pérdida del grado de inversión de Pemex sería la alerta para todo el sistema.
Las 4 grandes mentiras económicas de la 4T
El presidente ha tenido logros económicos: subir el salario mínimo sin generar inflación, mantener el equilibro fiscal, presentar 2 presupuestos anuales responsables, conseguir la ratificación del T-MEC aun cediendo más de lo que dijeron, mantener alta la confianza del consumidor. Pero la economía no va bien. A veces lo reconoce tibiamente, pero casi siempre trata de esconderlo con estas 4 mentiras recurrentes. Le iría mucho mejor a la gran transformación que se ha planteado si hablara con la verdad y dejara de ser esta máquina de generar desconfianza entre los inversionistas que ha sido desde que ganó las elecciones.
La inflación subyacente no ha observado un incremento relevante en lo que va del año, lleva mucho tiempo en niveles cercanos al 4%, el lindero superior del intervalo de variación del objetivo de inflación del Banco de México (3% +/- 1 punto porcentual). En este sentido, si la inflación subyacente es la que responde más a la actividad económica, ¿cómo es posible que la economía mexicana lleve 7 de los últimos 11 trimestres con tasas de crecimiento trimestral del PIB negativas y la inflación subyacente no disminuya significativamente? Una de las explicaciones posibles es que la serie de incrementos anormales de los salarios mínimos haya tenido un impacto, por ejemplo.
Lo que hemos observado en los últimos meses es una impresionante creación de dinero. Se estima que los bancos centrales de los principales países desarrollados han introducido a la economía algo así como 13 billones (trillions) de dólares.
El resultado más visible e inmediato de esta política ha sido el desplome de las tasas de interés en el mundo. Prácticamente en todo el mundo desarrollado se encuentran cercanas a cero y en algunos lugares incluso por abajo.
Ese es el gran telón de fondo de la estabilidad cambiaria que hemos tenido a partir de la mitad del año pasado.
Muchos inversionistas están convencidos de que la política fiscal conservadora emprendida por el gobierno de López Obrador es una garantía de que la estabilidad va a continuar.
No importa que ésta tenga efectos recesivos y que impacte, por ejemplo, en una caída de las participaciones a los estados, como ya se presentó en el mes de enero, al bajar en 5.1% en términos reales.
Tenemos un dato: la inflación en la 1a. quincena de junio fue de 5.75% anualizada. A partir de este dato, empiezan las interpretaciones. Lo más importante es tener claro si esto es regular, malo o pésimo. En otras palabras: ¿es momento de preocuparnos o podemos estar tranquilos?
Leamos primero lo que tuiteó Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México: "La noticia de inflación que se da a conocer hoy es definitivamente mala: la tasa subyacente de la 1a. quincena de julio es la más elevada para una quincena similar desde 1999".
La inflación subyacente, que preocupa a Jonathan Heath, es aquella que excluye bienes o servicios de alta volatilidad. Su preocupación no puede pasar inadvertida porque la inflación que ahora vivimos se explica principalmente por el alza de precios en los energéticos y en los alimentos. Los productos que más aumentaron de precio fueron el transporte aéreo, que subió 56%; el gas LP, que incrementó 34%; la carne de cerdo, con 17%; la gasolina Premium, que subió 16.48% y las tortillas de maíz, 13.5%. Todas las alzas tienen como referencia el mismo momento del año pasado.
Sobre el mismo tema se pronunció, también en Twitter, otro subgobernador del banco central, Gerardo Esquivel. Escogió otro ángulo y encontró la forma de ver el vaso medio lleno: comparó el diferencial de inflaciones entre México y Estados Unidos en un periodo que va del 2017 a la fecha. Esquivel muestra cómo entre mayo y julio de 2017, México tenía una inflación superior a 6%, mientras que Estados Unidos estaba por debajo de 2% (la diferencia era de más de 4 puntos porcentuales). Para julio del 2021, México está en 5.75%, mientras que nuestros vecinos registran 5.4% (la diferencia es de 0.35 puntos porcentuales).
Al subgobernador Esquivel parece tranquilizarlo esta convergencia de los niveles inflacionarios con nuestro principal socio comercial, aunque el dato estadounidense es un foco amarillo en el tablero porque parece que obligará a la Fed a subir sus tasas de interés, con todo lo que eso implica (volatilidad del peso incluida). El gráfico que Gerardo Esquivel presenta también muestra que hay momentos recientes donde la convergencia se produjo en un contexto de inflación baja, en noviembre de 2019, cuando México estaba abajo de 2.5% y Estados Unidos, arriba de 2%. En su tuit incluye otro argumento para que no cunda el pánico. Dice: "En 2017 el diferencial entre ambos países creció porque el aumento del precio de la gasolina generó presiones inflacionarias domésticas... La situación actual es diferente y más bien parece responder a factores globales".
¿Nos bastan los factores globales para explicar las alzas de precios en México? La verdad es que no. Para empezar porque las tarifas autorizadas por el gobierno subieron 10.75%, respecto al mismo periodo del año pasado. Esto es el doble que la inflación. Además, debemos tomar en cuenta que en México las alzas de precios internacionales se magnifican por el mal funcionamiento de algunos mercados. Es el caso multicitado del Gas LP, donde un incremento del precio internacional se agrava porque el mercado mexicano está controlado por un puñado de empresas, a las que no les hacen ni cosquillas la Cofece, la Profeco y las mañaneras de AMLO.
El alza en el precio de las tortillas es el mayor desde 2012 y tiene que ver con el incremento del precio internacional del maíz, que ha alcanzado máximos desde 2013, pero la explicación no se agota ahí: hay menor superficie sembrada en grandes productores como Sinaloa y Tamaulipas, además, la Cofece ha hecho señalamientos respecto a acuerdos no legales entre empresarios para subir el precio de la tortilla en algunos estados y se refiere al Consejo Nacional de la Tortilla. Para contener los incrementos, el gobierno aumentó las importaciones de maíz, pero no ha dado resultados. Esto pega porque cada mexicano consume, en promedio, 75 kilogramos de tortillas al año.
México tiene inflación de 5.75% y se han prendido las luces de alerta, porque la meta de inflación del Banxico es 3%, +/- un punto porcentual. Argentina tiene mas de 50%; Brasil está en 8.3% y Turquía en 17.53%. ¿Qué hacemos... estamos ante un tigre feroz o un inofensivo minino?
La inflación va para arriba y esas no son buenas noticias para nadie, ni para la población ni para el gobierno del presidente López Obrador.
Después de ya varios años en que estuvo más o menos controlada y si bien subía no lo hacía por encima de ciertos parámetros aceptables ahora acusa un incremento que en este momento la tiene ya a más del doble de los pronósticos oficiales.
Cuando se acerca el cierre del año y podemos tener información más certera la inflación en este momento anda en 6.2%, más del doble del pronóstico al inicio del año que era de 3% +/- un punto que significaba que cuando más andaríamos alrededor de 4%.
Pero la inflación no parará ahí, los pronósticos conservadores para cerrar este 2021 la ponen en 6.5%, y creciendo.
Y además las medidas implementadas por el Banco México para tratar de controlarla no han funcionado del todo y el aumento en la tasa de interés de referencia no le ha puesto freno.
La mayor preocupación en este momento es que a pesar de las medidas del Banco de México y del optimismo del presidente López Obrador la inflación empiece a estar fuera de control y estemos en el umbral de una escalada como no se veía en nuestro país hace por lo menos 20 años.
Y esto precisamente cuando muchas personas están severamente golpeadas por los efectos de la pandemia.
Es bien sabido que contra una inflación elevada no hay argumento político que valga.
Mientras el presidente López Obrador asegura en su más puro estilo que se trata de algo pasajero los ciudadanos empezamos a ver escaladas de precios en casi todos los productos y en una visita al supermercado usted se dará cuenta que hay precios que están creciendo mucho más que esa cifra del 6.2% oficial.
Y un gobierno no tiene defensa contra la inflación.
Si es baja y los ingresos son más o menos constantes la mayoría de la población puede tolerar discursos populistas, arranques viscerales e incluso frivolidades por parte de un gobierno, pero si la inflación empieza a crecer y golpea la capacidad de compra de los habitantes de un país obligadamente hay enojo y frustración y las molestias se dirigen hacia el gobernante en turno.
Y contra la realidad de que el dinero "ya no alcanza" no hay argumentos ni "otros datos" que valgan.
Si bien la inflación es una medición económica su comportamiento tiende a convertirse en un importante actor político capaz de pegarle a la aprobación de un gobierno como el de López Obrador.
Porque hay que recordar que si bien la inflación golpea severamente a la clase media también es cierto que los más lastimados son los pobres, que es el sector más amplio de la población y donde está la gente que hoy sigue haciendo popular al presidente.
Si realmente se entiende el juego de los distintos agentes que hoy participan en la política mexicana seguramente hay alerta y más de uno de los eruditos que manejan la economía ya habrá dicho: ¡Aguas con la inflación!
Cuando hay inflación esta beneficia a los deudores.
El 2021 será de referencia mundial por los máximos históricos de inflación, de acuerdo con la subdirectora de análisis económico en Monex, Janneth Quiroz Zamora.
El año pasado la variación en los precios a nivel mundial fue provocada por los mismos factores: choques de oferta ante la reapertura de las economías y cuellos de botella en las cadenas de suministro; en algunos casos se observó contaminación de precios.
Hasta ahora, 31 países son los que ya han reportado la variación anual de los precios generales de todo el año, entre ellos México que presenta la 7a. inflación más alta con un registro de 7.4%.
Los líderes de la inflación en el 2021, fueron emergentes. Pero también las economías avanzadas sintieron presiones inflacionarias como Estados Unidos, que completó una variación de 7% en sus precios generales, un nivel no visto en 40 años.
En el caso de algunas economías emergentes, como México, también se ha presentado una contaminación de precios que es perceptible en la persistencia al alza de la inflación subyacente y en los precios al productor, acotó aparte el economista del del think lab Saver, Luis Pérez Lezama.
Entre las 31 economías revisadas, en el 2021 el líder de la inflación mundial fue de nuevo Venezuela, con una variación de 1,198% anual.
Le siguieron Argentina, Turquía y Brasil, que presentaron fluctuaciones de doble dígito con inflaciones anuales de 50.9%; 36.1% y 10.1%, respectivamente.
Luego están Polonia, que inscribió una variación en sus precios de 8.6% anual; Rusia de 8.4% y México, con 7.4%.
Arriba de la escalada mexicana de precios, en una proximidad sin precedentes en casi 3 décadas, está la inflación de Estados Unidos.
Las 8 economías mencionadas, las líderes de la inflación en el 2021, tienen niveles de precios generales que están lejos de los alcanzados en el 2020, el año de la irrupción de la pandemia y están también a una gran distancia de su tendencia normal y de sus niveles objetivo. Por eso desde noviembre sus bancos centrales comenzaron a abandonar la definición de "inflación transitoria".
Se habla mucho del subsidio a las gasolinas y se calcula que no aplicarlo nos costaría 2 puntos porcentuales más de inflación. Las cifras de mayo con una reducción de 20% en el precio de la electricidad, según el INEGI, nos indica que "la luz" también tiene un rol relevante contra la inflación. Gasolina y electricidad... lo cierto es que apenas hablamos del peso fortachón como baluarte antiinflacionario. Ayer estaba en 19.66 por dólar, ¿cuánta inflación tendríamos si el tipo de cambio fuera, por ejemplo, 22 por dólar? Más de la mitad del maíz y trigo que consumimos son importados y los pagamos en divisas duras. Vale la pena aclarar que en México el precio del dólar no es producto de la intervención cotidiana y directa del gobierno. Está relacionado con muchos factores, como las tasas del Banco de México y con otras cosas como el buen desempeño del sector externo: exportaciones, remesas, turismo y captación de inversión extranjera.
Quiero cerrar con una mirada panorámica a los precios de la gasolina. Después de todo, este combustible está alimentando las pesadillas inflacionarias de los consumidores de todo el mundo. La gasolina más cara del mundo está en Hong Kong, son 10.97 dólares el galón, equivalente a 3.78 litros. Al tipo de cambio de ayer jueves eso significa que la gente de Hong Kong paga cada litro en 57 pesos. En Noruega y Dinamarca, la gasolina vale el equivalente a 9.5 dólares por galón, aproximadamente 49.40 pesos. ¿Dónde está la gasolina más barata del mundo? En Venezuela. Allá el litro subsidiado vale el equivalente a 2 centavos de dólar. El no subsidiado, 50 centavos de dólar. ¿Por qué tanta inflación en un país con gasolina tan barata? Ahí entra en escena la carestía.
La buena noticia es que México tiene la inflación más baja entre todos los países de la OCDE. La mala es que tenemos los niveles de inflación más altos en 21 años y tendremos que convivir con ellos por muchos meses más, en el mejor de los casos hasta el 2024. No habrá regreso a los niveles de muy baja inflación como los que predominaron hasta el 2021 en el mundo, advierten los expertos. ¿Seguirá siendo realista para el Banco de México un objetivo de inflación de 3%, más/menos un punto porcentual?
Nuestro país tiene un índice de precios al consumidor de 7.99%, anualizada al mes de junio. Esto es ligeramente más alto de lo que esperaban los expertos, pero no es un mal dato ni estamos ante el peor de los escenarios. Nos podemos comparar con Turquía, que tiene más de 70%; Estados Unidos que está en 8.6% o España que rompió la marca del 10%. Eso quiere decir que en un año pésimo, estamos menos mal que otros, pero no sirve para consolar a casi nadie. En México, los precios se han vuelto el principal foco de preocupación en los hogares y empresas. En foco rojo se encuentran las alzas de precios de alimentos. Las frutas y verduras registran incrementos anualizados de 14.39%; los productos pecuarios traen alzas de 15.51%; los aceites comestibles subieron 33%, la harina de trigo, 28% y la naranja 24%. Todo esto no se compensa con saber que las televisiones bajaron 2.53%.
Los próximos meses seguirá la presión inflacionaria. Los datos que nos permiten anticiparlo se encuentran en el índice de precios al productor del INEGI. La industria alimenticia trae incrementos en sus costos de 16.3%; los productores de bebidas, 20% y la industria química, 19%. Estos aumentos para los productores tarde o temprano llegan a los consumidores. En algunos casos, los productores absorben una parte de los incrementos, reducen sus ganancias y no suben tanto los precios. En otros casos, los consumidores no tienen tanta suerte. Las empresas, cuando tienen poder sustancial de mercado, pueden cargar a los consumidores la presión inflacionaria completa y hasta los costos de sus ineficiencias. Poder sustancial de mercado lo tienen los monopolios y oligopolios, en México estos han recibido un tanque de oxígeno con el debilitamiento de la Comisión Federal de Competencia Económica.
¿Seguiremos hablando de inflación importada? La crisis inflacionaria nos llegó de fuera y, lo cierto es que en el mapamundi siguen los focos rojos que alimentan el desabasto y las alzas de precios: la guerra en Ucrania, la resiliencia del covid, que incluye la política china de cero contagios y los estragos del calor y la sequía en las cosechas, entre otras cosas. Al mismo tiempo, podemos percibir que hay algunos mercados internacionales que empiezan a anticipar la recesión que viene, con bajas en los precios. Esto es notorio en las materias primas. En junio cayeron más de 10% los precios del petróleo, el cobre y algunos granos básicos. Nada garantiza que esta tendencia seguirá. Los illuminati están divididos. Hay expertos que auguran que el precio del petróleo estará en 2023 por encima de 150 dólares por barril. Otros, con las mismas credenciales, se inclinan por creer en un precio de 60 dólares o quizá menor.
¿Seguirá siendo México la estrella de la OCDE? El arma antiinflacionaria más potente ha sido el subsidio a los precios de las gasolinas. En el 1er. semestre costó 159,000 millones de pesos y sirvió para evitar que la inflación llegara a 11%, estima Alonso Cervera, economista en jefe de Credit Suisse. La gran duda es si esto será sostenible en el tiempo. Nadie quiere más inflación, pero lo gastado en frenar el alza de la gasolina es una montaña de dinero y podría servir para otros fines, entre ellos resolver los problemas de infraestructura del agua en todo el país y acabar con el desabasto de las medicinas.
La fortaleza del peso ha sido también fundamental para tener inflación baja. Nadie puede garantizar que seguiremos contando con el Super Peso. La pelota está en la cancha de la Fed y si esta se pone halcona, tendremos volatilidad cambiaria. Nadie pone en el tablero la posibilidad de una macrodevaluación del peso mexicano, como la que se vive y presagia en Argentina, pero hay razones para revisar las letras chiquitas que están en el dorso del Super Peso. Este es otro factor que podrá mover la inflación.
No hemos hablado del Banco de México, ni del PACIC. El banco central ha hecho su trabajo y el Acuerdo Contra la Inflación y la Carestía no ha servido casi para nada. Cabe confiar que el Banxico siga usando la autonomía para hacer un excelente trabajo. Cabe aclarar que no basta con la política monetaria para acabar con una bestia tan rara como la inflación del 2022. El PACIC nos sirve para comprobar que los placebos no sirven para curar, ¿habrá medicina?
¿Por qué no hablamos de las alzas de tasas de interés desde el punto de vista de los ahorradores? En México, hay alrededor de 100 millones de cuentas bancarias activas. Con ese número, se podría decir que somos un país de ahorradores. A la luz de las tasas de interés que obtenemos por nuestro dinero, podríamos decir que los ahorradores somos una multitud silenciosa y sufrida. Recibimos rendimientos negativos, porque obtenemos a cambio de nuestros depósitos tasas menores a la inflación. Si a alguien le sirve de consuelo, los mexicanos no somos los únicos que viven esa situación. En estos momentos de alta inflación, en casi todo el mundo, los ahorradores están igual.
Empecemos por Estados Unidos. La tasa de interés de la Reserva Federal está en el rango de 1.5 a 1.75%, con una inflación de 9.1%. El rendimiento es negativo en 7.5%. Para los ahorradores estadounidenses, esta brecha es la más grande desde la Gran Depresión. Recordemos que en 1981 tuvieron una inflación de 8.6%, pero las "compensaron" con tasas de la Reserva Federal que llegaron hasta 15.6%.
Vayamos a los países nórdicos. Son una referencia obligada en desarrollo humano, prosperidad y competitividad. Dinamarca tiene inflación de 8.2%, con tasas de interés del Banco Central de -0.6%. Leyeron bien. Allá, al igual que en Japón y Suiza, el banco central cobra por guardar el dinero, no paga. En Dinamarca hay un rendimiento negativo de 8.8% anual. Podemos continuar el recorrido en Suecia. Allá, el banco central paga tasas de interés positivas, pero es apenas 0.75%, mientras que la inflación es de 7.3%.
El mayor desbalance entre las tasas activas y pasivas se encuentra en Turquía. Para una inflación de 78.6%, el banco central tiene una tasa de 14%. A los ahorradores se les ofrece una pérdida de 64.6% en su poder adquisitivo. Cabe aclarar que Turquía es un país miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y en más de un sentido es una potencia media. Para fines de política monetaria, es importante destacar que cuenta con un hombre muy ocurrente al frente del gobierno. El señor Recep Tayyip Erdogan decretó que bajar las tasas de interés es una buena estrategia para combatir la inflación. En el momento en que puso en marcha sus teorías, hace un par de años, Turquía tenía una inflación menor a 20%.
Entre las 40 economías más importantes del mundo, sólo hay 4 que están ofreciendo tasas de interés positivas. Se trata de Brasil, China, Hong Kong y Arabia Saudita. De estos, vale la pena poner atención al caso de China, porque se trata de la 2a. mayor economía del planeta, pero además porque es uno de los pocos países que se está moviendo en sentido contrario a la corriente. Su banco central ha bajado la tasa de interés de referencia, en vez de subirla. Está en 3.7%, con una inflación de 2.5%. En el póker de casos con tasas de interés positivas, Brasil es el único que batalla con inflación de 2 dígitos, 11.9%. El banco central de Brasil paga tasas de 13.25%.
Después de este largo periplo por el mundo, volvamos a México. El Banco de México paga una tasa de 7.75%, con una inflación de 7.99%. El Banxico ha subido 9 veces la tasa de referencia, desde marzo del 2021, cuando estaba en 4%. En ese mismo periodo, la inflación se movió de 4.65 a 7.99%. En estos 17 meses, tan importantes en materia de inflación y decisiones de los bancos centrales, las tasas han subido más rápido que la inflación.
Hablando de ahorradores, ¿se vale tomar como referencia las tasas que paga el Banco Central? En México, la inmensa mayoría de personas que tiene una cuenta de banco no recibe un rendimiento cercano al 7.75 del Banxico. Basta decir que sólo hay alrededor de 3 millones de cuentas que son depósitos a plazo en el sistema bancario. La especie predominante entre los ahorradores es aquella que tiene cuentas de disponibilidad inmediata, que no generan intereses. Para dar cuenta de un escenario más complejo, podemos incluir los cientos de miles que tienen cuentas de Cetes Directo y un nuevo grupo de ahorradores/inversionistas que ha puesto su dinero en fondos de renta variable, a partir de cantidades mínimas. El problema es que este año, esas inversiones pierden mucho más de 20%.
En los próximos meses, los banqueros centrales y los bancos estarán en el escenario principal, con los reflectores y los micrófonos. ¿Por qué no hablamos más de los ahorradores? Con suerte, algunos de ellos serán los únicos beneficiarios de las alzas de tasas de interés que vienen.
El "superpeso", que ya se cotiza debajo de los 18 por dólar, tiene efectos económicos, pero también políticos. Trae consigo ganadores y perdedores.
La visión popular considera un abaratamiento del precio del dólar como un resultado positivo para la economía, y al revés, una depreciación del peso frente al dólar como una mala noticia.
La realidad es que todo depende de la perspectiva desde la que se mire. Van una lista de ganadores y perdedores, tanto en la política como en la economía, porque con el peso fuerte hay de los dos.
Empecemos con los ganadores.
1-. AMLO.
El presidente de la república tiene perfectamente clara la mentalidad de la mayoría de los ciudadanos, que ven como un logro la apreciación del peso y como un fracaso la depreciación.
Esa percepción no es gratuita. La Historia de México ha estado llena de devaluaciones del peso frente al dólar, asociadas casi siempre con crisis económicas.
AMLO retomó sin decirlo aquella frase atribuida a José López Portillo, que decía que un presidente que devalúa se devalúa. En términos políticos, puede tomarse como cierto lo opuesto. Un presidente que mantiene un peso fuerte es un presidente fuerte.
La paridad del peso frente al dólar no es producto de la voluntad de AMLO, pero éste la aprovecha plenamente y la rentabiliza políticamente.
2-. Los importadores y los que tienen deudas en dólares.
Se trata desde aquellos que compran bienes de consumo a China para venderlos en los tianguis o de los que adquieren maquinaria sofisticada, un peso fuerte implica que las importaciones se hacen más accesibles y sus costos se abaratan. No puede dejar de subrayarse también el beneficio que tienen Pemex y el gobierno, el 1o. por el abaratamiento en la compra de combustibles y el 2o. por el menor costo de sus obligaciones en dólares.
Entre los perdedores están los siguientes.
1-. Los exportadores.
Pierden sobre todo los exportadores que tienen una enorme cantidad de costos en moneda nacional.
Un caso muy claro es el de los productores agropecuarios, de los que hay muchos en Jalisco. Aunque tienen algunos insumos importados, la mayor parte de sus costos son en moneda nacional. Lo que ha pasado en los últimos meses reduce fuertemente la rentabilidad de los productos que venden al exterior, trátese de aguacates, berries o tequila, sólo por citar algunos.
2-. Los receptores de remesas.
Las familias que reciben ingresos por remesas han perdido significativamente. Cuando el dólar estaba a 20 pesos, recibían 2,000 pesos por cada 100 dólares.
Con un dólar a 17.95, reciben 1,795 pesos. Esto significa una pérdida de 10%.
3. -Los receptores turísticos.
Hoteleros y proveedores de servicios turísticos tienden a cotizar sus servicios y tarifas en dólares. Si los ajustan hacia arriba para que la cantidad que reciben sea la misma en pesos, encarecen los servicios y eventualmente pueden perder clientela.
Si no los ajustan y pagan servicios en pesos, también pierden rentabilidad, pues los dólares que reciben equivalen a menos pesos.
El superpeso ha provocado que las familias que reciben remesas de Estados Unidos hayan visto disminuir sus ingresos. Un caso es el de Heriberto Saucedo, que envió 800 dólares para su hija, y por el cual le pagaron 13,449 pesos. Anteriormente, por esa cantidad recibía hasta 16,000 pesos.
Israel Macías, catedrático de la Universidad Panamericana, explicó que el superpeso ha provocado una disminución cercana al 16%. Ante esta situación las familias deben ajustar su consumo o gasto o piden a sus familiares que les manden más dinero, es decir 20% más de dólares para mantener sus niveles de ingresos.
"Mucha gente cree que cuando el dólar vale menos todo mundo gana, pero no: también tenemos grupos de personas que se ven afectadas porque ahora sus ingresos se reducen y no poco estamos hablando de reducciones del 16% y eso afecta todo sus ingresos y capacidad de gasto", añadió.
Agregó que otros sectores como los exportadores también se ven afectados, ya que reciben menos dinero por las mercancías que mandan al exterior. Otros sectores afectados son la industria del turismo que recibe dinero de los turistas o los productores agrícolas que reciben menos dinero al realizar exportaciones de alimentos. Antonio Ruiz Porras, coordinador del doctorado en Estudios Económicos de la Universidad de Guadalajara, explicó que aunque técnicamente están entrando más remesas en términos prácticos la gente recibe menos ingresos.
"Si estamos diciendo que se está perdiendo un 15 o 16% de los ingresos la verdad es una cantidad bastante fuerte sobre los ingresos de muchos hogares jaliscienses", comentó. El envío promedio de remesas en México es de 350 dólares en promedio al mes. "La mayor parte de la remesas se usan para el consumo entonces esto es donde se ve inmediatamente el efecto de la pérdida del poder adquisitivo porque con lo que reciben compran menos alimentos, menos bienes", agregó.
Durante el 1er. trimestre de 2023, México recibió 13,948.3 millones de dólares en ingresos por remesas, con un total de 36.5 millones de operaciones; en promedio cada operación de remesas es por un monto de 381.7 dólares.
En Jalisco, durante el mismo periodo se tuvieron ingresos por remesas de 1,270.9 millones de dólares, lo que representa el 9.1% del total de ingresos en el país. Respecto al mismo trimestre de 2022, las remesas enviadas a Jalisco aumentaron 4.5%. A nivel nacional la variación anual fue de 11.4% durante el mismo periodo.
La variación respecto al trimestre inmediato anterior de las remesas en Jalisco fue de -7.8% mientras que la variación trimestral de las remesas nacionales fue de -10.2% informó el Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco.
Todos lo sabemos, el dólar está muy barato. Un dólar a 16 pesos lo vimos la última vez por allá del 2014 o 2015.
Los mexicanos nos hemos acostumbrado a ver que el precio del dólar cambie todos los días, también que estábamos más acostumbrados a ver el precio del dólar subir y no bajar. El que durante tanto tiempo nuestro peso le esté ganando al dólar, eso sí que es nuevo.
¿Por qué está tan fuerte el peso? La respuesta rápida es que hay muchos dólares en el país. Y ocurre que como en cualquier otro producto, por ejemplo, el de alguna fruta de temporada, cada que hay mucho de algo, el precio de este algo se va para abajo.
Hoy México recibe enormes cantidades de dólares por los envíos que hacen los migrantes a sus familias. Recibimos al año más 60,000 millones de dólares por remesas. Nada más para que se dé una idea de lo que han crecido: en 2015 las remesas andaban por los 20,000 millones.
Otro elemento son las exportaciones. Imagine que al año mandamos mercancías al exterior por un valor de 10 veces todo lo que recibimos en remesas.
Y finalmente, la razón principal que provoca que nuestro peso esté así: la tasa de interés. Mire, nuestro banco central ha elevado la tasa de interés que paga por invertir en instrumentos en pesos. La tasa objetivo en México es del 11.25% anual. Esta tasa es muy atractiva para cualquier inversionista, simplemente compárela con la que pagan en los Estados Unidos: 5%.
La diferencia es enorme a favor de México. Eso provoca que grandes cantidades de dinero viajen a México, se cambien a pesos mexicanos y compren bonos para aprovechar las tasas.
La fortaleza de nuestro peso se debe a que están entrado más dólares de los que necesitamos, porque pagamos tasas tan altas que el dinero no deja de fluir.
¿Quién gana con un peso tan fuerte? Le diría que todos los mexicanos que ahora podemos comprar más productos importados a mejores precios. Claramente, quienes traen productos del extranjero son ganadores. Pero no todo mundo está contento con un dólar tan barato.
Piense en todas aquellas empresas que venden al extranjero. Un dólar más barato les representa menores ingresos en pesos y seguramente menores ganancias. Incluso podemos decir que cuando el dólar baja, todos sus costos en pesos son más caros.
En resumen, el precio del dólar es como el precio de cualquier otra mercancía. Subirá o bajará dependiendo de qué tan abundante o escaso esté. Justo como con las frutas.
¿Cómo terminará el tipo de cambio para finales del año? Mire, si hay algo peor que los pronósticos del tiempo, son los pronósticos del tipo de cambio. Pero el mercado espera que el precio del dólar en México termine por ahí de los 19 pesos.
No es necesario que se lo diga. Todo está muy caro. Y ni qué decir de la comida. Si hay algo que ha subido de precio desde la pandemia y que ha aumentado la carestía de los últimos años es, precisamente el precio de los alimentos.
Ojo, esto no contradice los recientes informes del INEGI respecto a que la inflación en México ha venido bajando. Para esta 1a. quincena de agosto, la tasa anual se ubicaba por el 4.7%.
Este número es todo un logro si consideramos que apenas hace un año por estas mismas fechas andábamos en cifras de inflación cercanas al 9%.
En un año entonces las autoridades monetarias han logrado bajar la inflación en casi la mitad. De un 9 a un 4.7%.
Pero en la calle y en la tienda no dejamos de ver que los precios de las cosas, principalmente de los alimentos no paran de subir.
En realidad, esto no significa que el dato sea falso. Lo que pasa es que cuando INEGI mide la inflación, lo que está midiendo es la velocidad con la que suben los precios de los productos. Una inflación del 9% es más alta que una del 4, porque significa que, entre agosto del 2022 y agosto del 2021, los precios eran 9% mayores.
Mientras que, entre agosto del 2023 y agosto del 2022, los precios han sido mayores en 4.7%.
Por lo que cuando la autoridad dice que "la inflación bajó", no quiere decir que los precios de los productos los vayamos a encontrar más baratos, sino que lo que baja es la velocidad con la que aumentan los precios.
Imagine que viaja por alguna de las autopistas del país y que su velocidad es de 100 kilómetros por hora. Si de pronto, decide pisar un poco el freno y bajar la velocidad, entonces el auto se desplazará menos rápido. Si en lugar de ir a 100 kilómetros ahora viaja a 70, su velocidad ha bajado, pero para nada significa que ahora se mueva en sentido contrario.
Sigue usted viajando hacia adelante, pero ahora a una velocidad menor.
Eso es lo mismo que ocurre con el dato de inflación que nos anuncian cada quincena el INEGI. Los precios ahora suben a una velocidad menor de lo que lo hacían hace un año, pero los precios siguen y seguirán subiendo.
Banco de México tiene como meta el lograr que los precios en el país en promedio suban un 3% al año. Eso significan que incluso cuando Banxico logre su meta de inflación, las familias mexicanas seguirán experimentado que las cosas son más caras. Pero no al ritmo acelerado que vimos el año pasado.
En resumen, que la inflación baje es buena noticia, porque significa que estaremos un poco mejor que antes. Lo que no significa que los precios vayan a bajar.
Al contrario: todo seguirá subiendo.
El gasto público es uno de los factores de riesgo al alza para la inflación. Lo piensa el autor y lo dicen muchos economistas que observan a México con lupa. No es un riesgo exclusivo para México. Lo mismo se dice cuando se evalúan las perspectivas inflacionarias en Europa o en Estados Unidos. En la mayor parte del mundo se ha usado el gasto público para estimular la economía, primero fue la pandemia y luego la postpandemia. Esto no puede durar indefinidamente y ha provocado un incipiente debate respecto a cuánto más se le puede exigir a la política monetaria en un contexto en el que la política fiscal no quiere disciplinarse. En el fondo está un argumento de peso: las altas tasas de interés son inefectivas cuando el gobierno abre las llaves del gasto público con tanto entusiasmo. Tener altas tasas de interés por un periodo muy largo puede provocar daños severos a la economía.
Luis Miguel GonzálezHablar de Economía para las personas en general se trata de platicar un poco respecto al precio de los productos que solemos consumir y de ahí pasarnos al tema de la inflación.
Otra rama de la discusión es si los salarios que ganamos son suficientes o no, generalmente estamos de acuerdo con que no, ya que siempre los comparamos con los precios que tenían las cosas hace años.
Otra variable muy importante en la mente de los mexicanos es el precio del dólar en nuestro país. Reflejo de crisis económicas pasadas, el dato que nos gritaba que todo estaba cayéndose a pedazos, era precisamente el valor del peso frente al dólar.
Durante décadas que México tuvo regímenes de manejo fijo o semifijo del tipo de cambio, significaban que los gobiernos se comprometían a defender un valor del peso y eso nos dejó a los mexicanos una fijación con el precio del dólar.
Si el dólar está estable o está bajando de precio, entonces la economía mexicana en general va bien. Si, por el contrario, el dólar está subiendo, mala suerte porque significa que la economía va mal.
Con la crisis de 1995, hace ya casi 28 años, el gobierno de México renunció al sueño de mantener controlado el precio del dólar, el quedarnos sin reservas en dólares nos obligó a adoptar un régimen flexible del tipo de cambio.
Y desde ahí más o menos nos hemos ido acostumbrando a ver cómo el precio del dólar cambia todos los días, a veces sube a veces baja. Generalmente unos centavos y listo. Solo en momentos de amplia volatilidad veíamos como se iba varios pesos arriba, como cuando fue la crisis financiera del 2008, que pasó de $10 pesos a $15; o cuando se dio la incertidumbre por la pandemia de COVID, que pasó de $19 pesos a los $25.
Ahora en los últimos meses vivimos un fenómeno doblemente extraño para nuestra costumbre histórica: el peso le ganó continuamente durante meses valor al dólar. Pasando de los $21 pesos en medio del COVID a los $16 de hace unas semanas.
Hoy el dólar parece que quiere volver a sus niveles "normales", mucho más cerca de los $20 pesos que de los 16. Esto es muy probable que ocurra, dado que el nivel de incertidumbre sigue aumentando en el mercado internacional y que han surgido varios factores que no sabemos cómo puedan afectar a la economía mundial, como la posibilidad de una guerra de mayor magnitud entre Israel y Hamas.
Es muy probable que el valor del dólar se ajuste conforme aumenten las tensiones. Las monedas líderes se fortalezcan y las de países emergentes como el nuestro, se deprecien. En conclusión, yo le diría que no se angustie demasiado, piense que los exportadores ya estaban más que sufriendo con un peso demasiado fuerte y si es que usted necesita los dólares, quizá esta sea la última gran oportunidad de conseguirlos a un "buen precio".
Israel Macías López, profesor de Economía de la Universidad PanamericanaLas altas tasas de interés han fortalecido al peso, que está en 17 por dólar. Pero han hecho que aumente la deuda neta del sector público, que pasó de 10.8 billones de pesos en diciembre de 2018 a 14.6 billones en noviembre de 2023. AMLO prometió que no endeudaría al país.
¿Qué explica el superpeso? Tres elementos, ninguno de los cuales tiene que ver con el gobierno federal.
Uno es el nivel de las tasas de interés, que determina en forma autónoma el Banco de México.
Ayer el banco central decidió reducir la tasa objetivo en un cuarto de punto porcentual, llevando ésta a 11.00%, nada menos que el doble que la fijada por la Reserva Federal de Estados Unidos (5.50%). Tal diferencial atrae y retiene el ahorro en pesos.
Pero además hay una fuente importante de dólares que entra continuamente a la economía mexicana: las remesas, que han aumentado considerablemente en años recientes.
A nivel anual están actualmente en alrededor de 63,000 millones de dólares, incrementando la oferta de la divisa estadounidense (y reduciendo su precio en pesos). Está además, en 3er. lugar, un precio del petróleo relativamente elevado.
Son los 3 pilares del superpeso, y no se espera que estos cambien en un futuro cercano.
La moneda mexicana solo tiene un flanco muy débil, que paradójicamente es quien tanto la presume.
Si su candidata pierde la elección presidencial es probable que AMLO desconozca el resultado. Nunca ha reconocido una derrota, y no va a empezar el camino del demócrata ahora.
Por el contrario, ya empezó a hablar de un golpe de estado -nada menos que desde el Poder Judicial.
México ha tenido por décadas, más de un siglo, un elemento que AMLO no titubearía en destrozar si la elección no resulta como quiere: estabilidad política, incluyendo transiciones pacíficas del poder entre distintos partidos políticos desde 2000.
El demagogo de Palacio parece no entender lo que implicaría continuar su descenso por la vía autoritaria, acostumbrado como está en imponer su voluntad.
Aparentemente cree que puede desatar una crisis constitucional y que esta no tenga consecuencias en muchos frentes, incluyendo el financiero y por supuesto, el cambiario.
Presume incansable al superpeso, sin ver que su flanco más débil es su propia persona.
Sergio Negrete CárdenasSon ya 30 años de aquél 1ro de abril del 1994, cuando entró en vigor el cambio al Artículo 28 de la Constitución de nuestro país, que le otorgó la autonomía total al Banxico y le encomendaba una sola misión: cuidar el poder de compra de la moneda. Es decir, que lo que compra el peso mexicano no caiga mucho.
Fue en el gobierno del presidente Carlos Salinas, aquél que todavía muchos mexicanos recuerdan como uno de los peores presidentes, el que impulsó este cambio estructural en nuestra economía.
Antes, el Banco de México no era otra cosa que una dependencia más del Poder Ejecutivo, es decir, el director general del banco era un empleado más del presidente de la república. Esto significaba, que siempre los objetivos propios del banco se subordinaban a los deseos del gobierno.
Como cuando el gobierno quería reactivar la actividad económica a través del gasto público, una de las opciones era simplemente pedirle el dinero prestado al Banco de México. De esa manera el gobierno podía gastar sin límites y sin tener que haber cobrado más impuestos a la población.
El problema es que incrementar el gasto pidiéndole al Banxico que le deposite dinero fresco, incrementaba de manera desproporcionada la cantidad de dinero en circulación en el país. Lo que terminaba provocando aumentos en los precios de las cosas. Esto es inflación.
La inflación es dañina porque reduce el poder de compra del dinero que ganan las personas.
Un billete que antes nos alcanzaba para comprar muchas cosas, ahora solo nos sirve para comprar algunas pocas. El billete es el mismo, pero su poder de compra es menor. Cuando los precios suben todos somos más pobres y nuestro nivel de vida baja.
Por lo que cuando vemos la histórica económica de México en la década de los años 70s y 80s, nos encontramos con el periodo de inflaciones más altas en el país. En febrero del 1987 México alcanzó la tasa anual de inflación más alta en su historia: 180% anual.
Muy similar a la inflación que actualmente sufren los argentinos en su país y que seguramente usted habrá visto en reportajes en los medios de comunicación.
Este nivel de inflación hacía que fuera insostenible la vida económica en México, nadie quería ahorrar o invertir. Por lo que no podría haber desarrollo ni crecimiento económico si antes no se lograba controlar la inflación. Es ahí donde la autonomía del Banco de México se volvió fundamental.
Con un banco central independiente, el gobierno en turno no puede darle órdenes ni influir en sus decisiones. El único interés del Banxico es que la inflación no crezca. Para lo que la ley lo ha hecho guardián de 2 poderosos instrumentos: de las reservas internacionales y de las imprentas de pesos.
El Banco de México administra las reservas internacionales en dólares, con el único objetivo de mantener funcionando nuestro sistema financiero. De igual modo, cuida el uso de las imprentas de pesos, cuyo uso se limita a que no tenga problemas nuestro sistema de pagos.
Si el Banxico estuviera bajo las órdenes del presidente y el presidente pudiera disponer libremente del dinero en las reservas, le pregunto, ¿usted cree que habría los 212,000 millones de dólares que hay actualmente?
De igual modo, si el presidente pudiera decidir cuantos pesos mexicanos se imprimen e inyectan en la economía nacional, ¿usted cree que tendríamos inflaciones del 4.6% o nos pareceríamos más a la que tienen en Argentina?
Entonces, el Banco de México realiza un enorme servicio a los mexicanos. Que sin saber por qué, disfrutan de una estabilidad en el crecimiento de los precios. Y en gran medida gracias a la autonomía que se le otorgó a nuestro banco central hace ya 30 años en aquel gobierno del odiado Carlos Salinas.
Israel Macías LópezEl secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, dijo que la fortaleza actual de la moneda mexicana frente al dólar es consecuencia de las altas tasas de interés que prevalecen en consecuencia de la política monetaria del Banco de México como medida para controlar la inflación.
Al participar en la Convención de Aseguradores AMIS 2024, el funcionario dijo que la inflación ha seguido bajando en el país y se encuentra más próxima al rango objetivo del banco central cuando en septiembre de 2022 llegó a su punto máximo de 8.7%, mientras que en la 1a. quincena de marzo se ubicó en 4.5%.
Ramírez de la O resaltó que desde finales de 2021 a la fecha, el peso se ha apreciado más de 20% y se encuentra en niveles similares a los que tenía en 2015.
(V.periódico El Universal en línea del 9 de abril de 2024).La narrativa más o menos va así: los Estados Unidos y China tienen desde hace años, una disputa comercial severa. China durante bastantes más años se había convertido en la fábrica del mundo. Prácticamente todo se manufacturaba en China y se exportaba al resto del planeta.
Esta fuerza exportadora convirtió a China de ser una economía rural en los años 80s a una de las primeras economías del mundo. Tanto protagonismo funcionó bien durante muchos años, todas las empresas querían mover sus operaciones de producción a China, primero por un tema de los bajos costos y posteriormente por estar cerca de las grandes cadenas de suministro. Pero, vino la pandemia y para colmo, el epicentro fue precisamente en China. Lo que puso de relieve ante el mundo, la verdadera cara de un país con una dictadura de partido y con un control absoluto de la población.
El mundo descubrió que China no funcionaba internamente como gran parte del planeta: no hay prensa libre, no hay internet libre, no hay libre expresión de las ideas ni manera de que la población se manifieste.
El gobierno chino quiso controlar todo lo que salía del país e impidió el libre flujo de información para quienes buscaban una vacuna. Hoy en día no se sabe bien si el COVID-19 surgió en uno de los mercados de Wuhan o se les escapó de alguno de los laboratorios del gobierno chino.
El mundo entendió la grave situación de depender exclusivamente de un país como China, para el suministro y funcionamiento de importantes elementos de sus cadenas productivas a nivel industrial. Un país con un régimen autoritario no era de confiar en momentos de crisis. Y a partir de ahí surgió la idea del Nearshoring: un movimiento de relocalización en la que cientos de empresas buscarían salir de China y establecerse en países cercanos a los principales mercados mundiales, específicamente los Estados Unidos.
¿Y que más near a los Estados Unidos que México? De ahí que desde el año 2022 se habla insistentemente de una cascada de inversiones de empresas que estarían por llegar al país buscando establecerse, contratar trabajadores y montar sus cadenas de suministro para el mercado norteamericano. La historia suena creíble y sobre todo nos habla de una próxima era dorada en la economía nacional: un fuerte impulso productivo que aceleraría el crecimiento económico nacional, en empleo y en ingreso.
Un impulso no visto en México desde que arrancó el Tratado de Libre Comercio en enero de 1994. Una jugada del destino que le regalaría a la próxima presidenta unas perspectivas de crecimiento económico para un México que le urge crecer.
Pues bueno, la mala noticia es que simplemente la lluvia de inversiones no llega. 2023 lo cerramos con casi el mismo monto de inversión extranjera directa que la que tuvimos en 2018, cuando arrancaba este gobierno. Peor aún: 2023 cerró con muchas menos inversiones nuevas que las que recibimos en 2018.
El dinero que ha crecido en términos de inversión se ha tratado de reinversión de utilidades de empresas que ya estaban en México. Eso sí ha crecido. Suponemos como respuesta a la expectativa de que algo bueno está por pasar, pero no ha pasado nada. Hoy el FMI lanzó las proyecciones de crecimiento económico para México para los siguientes 5 años: un decepcionante 2% promedio anual. El nearshoring se parece más a la leyenda de la llorona: todos la conocen, pero nadie la ha visto.
Israel Macías LópezEl 22 de marzo la Junta de Gobierno del Banco de México votó por bajar la tasa de referencia en 0.25 puntos. De un 11.25 a un 11%. El 1er. cambio hacia abajo en 3 años.
Esta tímida reducción en la tasa de referencia se pensaba que sería la 1a. de varias que se darían en el año, producto de que las altas tasas ya estaban haciendo su trabajo de provocar que la inflación fuera bajando. Lo que en general se trata de buenas noticias, ya que una inflación menor, no solo está asociada a tasas de interés más bajas, sino a una menor velocidad con la que los precios suben y por lo tanto, a una menor velocidad con la que nuestro dinero pierde poder de compra.
Entonces parecía que se abría un "ciclo descendente de tasas" en el banco central, sin embargo, todo parece indicar que no habrá tal ciclo descendente y que las tasas altas se mantendrán por mucho más tiempo del que se esperaba.
Recordemos que la inflación tope la tuvimos en México en septiembre del 2022, cuando alcanzamos una inflación anual del 8.7%. Banxico no perdió el tiempo y se dedicó a subir su tasa de interés.
Contar con tasas de interés altas, suena buena idea para quienes ahorran dinero, pero resulta en una pésima noticia para quienes tienen créditos o piensan pedir uno. De hecho, tasas de interés tan altas se han convertido en la principal razón por las que nuestro peso le había venido ganando al dólar. Muchos de los ahorros del extranjero veían a México como el lugar en donde podían traer sus inversiones de capitales, invertirlos en algún instrumento financiero y ganar intereses muy superiores a los que se pagan fuera del país.
Entran los dólares a México por montones, se invierten en pesos y resulta que generan una abundancia de dólares que provoca que su precio baje. Así el valor del dólar se reduce.
Simplemente considere que mientras que en los Estados Unidos un inversionista podía recibir un 5% de interés, moverlo a México le significaba más que duplicar sus ganancias.
Un dólar muy barato representa una pérdida de dinero y de competitividad para los miles de productores y exportadores nacionales que al valer menos el dólar, reciben menos pesos por su trabajo.
Incluso las famosas remesas se han visto afectadas, ya que mientras que antes el envío promedio que registraba el Banco de México andaba por los 350 dólares, ahora con un tipo de cambio no a 20, sino a 17 pesos, representa que esos mismos 350 dólares ya no compran lo mismo que antes.
Entonces los migrantes enfrentan dos opciones: o mandan más dólares o les dicen a sus familias que compren menos cosas en México.
El turismo es otro sector afectado, ya que ahora los destinos en México resultan más caros en comparación con las posibles alternativas. Un turista norteamericano entonces tiene la opción de venir a Cancún o a Puerto Vallarta, o también muchos otros destinos que podrían ser más baratos e igual de atractivos, como Bahamas o Jamaica.
Un dólar barato afecta al sector productor nacional, mientras que beneficia solamente a quienes compran cosas del exterior.
El problema es que la inflación se ha estancado y al parecer ha dejado de bajar. Lo que pone en aprietos el plan de Banxico de seguir con las bajas en las tasas de interés que ya tenía en mente. Tasas altas por mucho más tiempo, significará menor número de créditos y una economía mucho menos dinámica de la que se esperaba para este 2024.
De hecho, este 1er. trimestre la economía mexicana muestra un crecimiento de 0. Se ha estancado desde septiembre del 2023 y no se ve cómo se vaya a revivir. Tan en pausa está la economía, que ni las carretadas de dinero tirado en las campañas políticas se ve que estén reanimando el consumo.
2024 luce mucho menos prometedor que 2023.
Dr.Israel Macías LópezEl presidente López Obrador está perdido e imprudentemente usa sus "otros datos" para hablar irresponsablemente sobre la situación que prevalece en las últimas horas en los mercados bursátiles, como consecuencia de los temores a una recesión en Estados Unidos y que a la postre ha provocado una caída del peso frente al dólar.
Ayer AMLO dijo: "Nosotros tenemos un margen de protección, no nos afecta tanto, porque nuestras finanzas están muy fuertes". La reacción de los enterados en economía fue contundente:"Nuestras finanzas no están muy fuertes, las finanzas públicas, las finanzas del país ya tienen signos de debilidad", expresó Valeria Moy, directora del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), quien argumentó que "las presiones importantes son por el tamaño del costo financiero de la deuda, de los intereses que pagamos sobre la deuda y por el asunto de pensiones. Tenemos presiones fiscales muy importantes, así que las finanzas no están radiantes".
Y es que solamente hay que usar el sentido común para evaluar lo que sucede en las bolsas del mundo y la desaceleración del país vecino, quien es nuestro principal socio comercial y nosotros somos el principal socio de ellos. Así que, si ellos tienen problemas, nosotros nos ponemos al borde del precipicio.
A pesar del optimismo del inquilino de Palacio, habrá que tomar en cuenta que en el mes de julio tuvimos la mayor pérdida de trabajos formales, de acuerdo con el reporte del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
No hagamos caso de los optimistas comentarios de López Obrador. Ubiquémonos en la objetividad internacional, donde los indicadores de generación de empleos y las reacciones a los mercados bursátiles hablan por sí solos de una realidad, muy alejados de los "otros datos" que nos quiere dar el "economista" de Palacio.
Daniel RodríguezPara la gran mayoría de los mexicanos la economía mexicana está funcionando bien, con unos ingresos adicionales producto de los programas sociales, una llegada masiva de remesas y la sensación de que un dólar barato significa que México va bien.
Seguir entonces con lo mismo, significa seguir con la entrega de dinero y con una aparente economía normal en la que no pasa nada. Si, el sistema de salud está mal, no hay medicinas y la inseguridad, los homicidios y los desaparecidos están al alza, pero en realidad nunca han estado bien. "Lo bueno es que ahora recibo dinero del gobierno. Un dinero que nunca recibí de ningún otro gobierno".
Hoy no tenemos una idea de lo que significará el gobierno de Claudia Sheinbaum. De hecho, si revisamos sus participaciones después de las elecciones, hay muy pocas ideas que podamos afirmar que son de ella. La mayoría se trata de frases recicladas o de plano, copiadas de su mentor, López Obrador.
Nada original o de perdido auténtico que nos refleje lo que piensa la presidenta electa.
Buscándole por ahí, se deprenden algunas ideas de su asesora económica, Altagracia Gómez de grupo Minsa. Quien en foros ha hecho énfasis en que la palanca que le traerá a México el crecimiento del 5% anual tan deseado será el famoso nearshoring.
Esa cascada de inversiones extranjeras que, se supone, entrará a México a generar empleos mejor pagados, incrementando la producción y las exportaciones. De hecho, la misma Sheinbaum ha anunciado que impulsaría la creación de hasta 100 nuevos parques industriales en el país, buscando que el nearshoring llegue a los estados con menor dinamismo económico. Piénsese en Guerrero, Oaxaca o Chiapas.
100 parques industriales es un gran plan económico. El problema es que pareciera que el nuevo gobierno no está considerando los obstáculos que se presentan en el horizonte para que esas inversiones y esos parques sean una realidad.
Para empezar, el gobierno del presidente López Obrador no le ha importado convertirse a si mismo en un agente de incertidumbre para las inversiones. No le importó cuando destruyó el proyecto del Nuevo Aeropuerto y no le importa ahora que busca a toda costa subordinar a la Suprema Corte y a todo el Poder Judicial.
Hoy México recibe 60% menos inversiones extranjeras nuevas que las que recibía en 2018. Y eso que se supone que estamos en medio del nearshoring.
Otro factor desestabilizante es la elección presidencial en los Estados Unidos. ¿Qué va a pasar con los flujos de inversión si gana Donald Trump? Trump ha dicho que quiere nearshoring, pero no en México, sino en su país. Tan se esperan altas tarifas y aranceles a bienes como los autos eléctricos, que Elon Musk mejor prefirió dar por muerta la planta de Tesla en Nuevo León.
Claudia Sheinbaum actúa como si las inversiones estuvieran haciendo fila para entrar a México y que el gobierno podrá ponerle las condiciones que quiera en los modos que sean. La realidad es que no es así.
Hoy en día, aunque tengamos esos 100 parques industriales, ni siquiera podemos garantizarles el suministro suficiente de energía eléctrica porque nuestra capacidad instalada dejó de crecer porque se dio preferencia a una CFE que no puede sola con el paquete y ahora tenemos que acostumbrarnos a que cuando haga calor, tengamos apagones.
Y no hemos hablado de los riesgos de recesión que crecen en los Estados Unidos, en la inflación que no baja y en un contexto internacional que puede descomponerse muy rápido. Como ya vimos el "lunes negro".
Súmele a ese contexto un nuevo gobierno del que ni siquiera se sabe si tiene un plan económico o no.
Dr.Israel Macías LópezAhora, con la reforma aprobada y con un presidente engrandecido por las alabanzas de sus seguidores y del coro de incondicionales, muchos de los opinadores pagados por la 4T afirman que los terribles efectos negativos que se vaticinaban cuando se aprobara la reforma, no han pasado. Porque el valor del peso mexicano frente al dólar, ya no se siguió depreciando, sino que incluso le ganó unos centavos al dólar.
En realidad, basarse en el tipo de cambio cuando el país tiene un régimen de libre flotación, es realmente limitante. Ya sea para afirmar que la economía "va bien", como para decir que "va mal". Al presidente López Obrador le encanta decir que la economía del país en su gobierno "va bien", porque el tipo de cambio pasó de 20 pesos en 2018 a 16.35 poco antes de las elecciones.
La apreciación la identificábamos como resultado de importantes entradas de dólares al mercado mexicano, ya fuera por remesas, exportaciones, turismo [, narcodólares] y por el enorme diferencial de tasas de interés entre los Estados Unidos y México. Y ahora que el tipo de cambio regresó de nuevo a los 20 pesos, ¿qué fue lo que cambió?
Si bien las exportaciones se han estancado, no han caído. Lo mismo para las remesas o el turismo. El único elemento que ha variado es el aumento del "riesgo México" para las inversiones extranjeras. Y ese movimiento sí es atribuible a los cambios que ha querido hacer el presidente AMLO a la Constitución.
El tipo de cambio ya se ajustó con fuerza casi en un 20%. Lo que indica que los mercados cambiarios ya han asimilado el golpe.
Pero quien no lo ha asimilado aún y es la peor parte, es la economía productiva nacional. Por ejemplo, en los Estados Unidos, diarios tan importantes como el The Wall Street Journal hablan de que solo el anuncio de la reforma al poder judicial puso en la congeladora inversiones productivas por más de 35,000 millones de dólares que se esperaban para México. Cifra que representa más de la mitad de todas las remesas que capta el país en un año.
Dejando en los huesos los niveles de inversión extranjera directa y nueva que está entrando al país. La más baja en todo el actual sexenio.
Si, existe mucha emoción por el mentado nearshoring, pero nada más de los locales. Porque los extranjeros que aún no tienen su dinero en México han decidido mejor esperar a ver qué pasa con el gobierno de Sheinbaum.
Quien se supone, será la presidenta de México en 2 semanas.
Los efectos de esta creciente incertidumbre se sienten en todos lados, que el mismo Banco de México en sus encuestas entre analistas reconoce que traen una caída en las expectativas de crecimiento para México tanto para este año, como para el que viene.
Para apreciar el daño que le traerá a México la reforma al poder judicial no vea el precio del dólar, fíjese mejor en la caída de las inversiones productivas, en la menor actividad económica y en el fracaso del nearshoring.
Y esto apenas comienza. López Obrador se habrá ido en 2 semanas, pero el tiradero que le habrá dejado a su "querida" sucesora hará que le cueste toda la 1a.parte de su gobierno. Veremos si la presidenta le sigue aplaudiendo como hasta ahora.
Dr.Israel Macías López