No estás deprimido, estás distraído.
Por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo te fue dado.
No hiciste ni un solo pelo de tu cabeza, por lo tanto no puedes ser dueño de nada.
Además, la vida no te quita cosas: te libera de cosas...
te aliviana para que vueles más alto, para que alcances la plenitud.
De la cuna a la tumba es una escuela; por eso, lo que llamas problemas, son lecciones.
No perdiste a nadie:
El que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos.
Además, lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón.
¿Quién podría decir que Jesús está muerto?
No hay muerte... hay mudanza.
Y del otro lado te espera gente maravillosa:
Gandhi, Miguel Ángel, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuela y mi madre,
que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero
nos distrae con demasiadas cosas y nos aleja, porque nos hace desconfiados.
Haz sólo lo que amas y serás feliz.
El que hace lo que ama, esta benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar,
porque lo que debe ser será y llegará naturalmente.
No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor.
Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible y sin esfuerzo,
porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me levantó cuando se
cayó el avión con mi mujer y mi hija; la que me mantuvo vivo cuando los
médicos me diagnosticaban 3 ó 4 meses de vida.
Dios te puso un ser humano a cargo y eres tú mismo.
A ti debes hacerte libre y feliz. Después podrás compartir la vida verdadera con los demás.
Recuerda a Jesús: "Amarás al prójimo como a ti mismo".
Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que
estás viendo es obra de Dios y decide ahora mismo ser feliz, porque la felicidad es una adquisición.
Además, la felicidad no es un derecho, sino un deber; porque si no eres
feliz, estás amargando a todo el barrio.
Un solo hombre que no tuvo ni talento ni valor para vivir,
mandó matar a seis millones de hermanos judíos.
Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo.
Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera,
el chocolate de la Perusa, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno,
los mares y los ríos, el fútbol de los brasileños, Las Mil y Una Noches,
la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero
y las poesías de Whitman; la música de Mahler, Mozart, Chopin, Beethoven;
las pinturas de Caravaggio, Rembrandt, Velázquez, Picasso y Tamayo, entre tantas maravillas.
Y si tienes cáncer o SIDA, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas:
si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto (tengo hambre, tengo frío,
tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas)...
y si le ganas, serás más humilde, más agradecido...
por lo tanto, fácilmente feliz, libre del tremendo peso de la culpa,
la responsabilidad y la vanidad,
dispuesto a vivir cada instante profundamente, como debe ser.
No estás deprimido, estás desocupado.
Ayuda al niño que te necesita, ese niño que será socio de tu hijo.
Ayuda a los viejos y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas
Además, el servicio es una felicidad segura,
como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá.
Da sin medida y te darán sin medida.
Ama hasta convertirte en lo amado; más aún, hasta convertirte en el mismísimo Amor.
Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas.
El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso.
Una bomba hace más ruido que una caricia,
pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan a la vida.
Vale la pena, ¿verdad?.
Si Dios tuviera un refrigerador, tendría tu foto pegada en él.
Si él tuviera una cartera, tu foto estaría dentro de ella.
El te manda flores cada primavera.
El te manda un amanecer cada mañana.
Cada vez que tu quieres hablar, él te escucha.
El puede vivir en cualquier parte del universo, pero él escogió Tu corazón.
Enfréntalo, amigo ¡él está loco por ti!
Dios no te prometió días sin dolor, risa sin tristeza, sol sin lluvia,
pero él sí prometió fuerzas para cada día, consuelo para las lágrimas, y luz para el camino.
"Cuando la vida te presente mil razones para llorar, demuéstrale que tienes
mil y un razones por las cuales sonreír".
Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes... y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... y con cada día uno sigue aprendiendo.
Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.
Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.
Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.
Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.
Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.
Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.
Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.
Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir.
Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.
Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado.
Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado incierto para hacer planes.
Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas.
Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.
Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado.
Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba, ya no tiene ningún sentido.
Pero desafortunadamente, sólo con el tiempo...