México, el país de las maravillas (2009-2014).


Un problema que será muy notorio para México durante 2009 será nuestra inacabada posición como competidor global. Nuestro país sigue ensimismado, viendo hacia adentro para tratar de descubrir el origen de sus males. No obstante, la crisis actual tiene implicaciones provenientes de diferentes latitudes, por lo que en la cabeza del mexicano promedio será muy difícil comprender por qué si el gobierno dice que vamos tan bien, estamos tan mal.

Carlos Mata
(v.pág.2 del periódico Público del 2 de enero de 2009).


En este país se recompensa la improvisación y se desdeña la cultura de la prevención (ver la "Fábula de la Cigarra a la Mexicana" en: www.anamariasalazar.com) por esto es difícil imaginarse un cambio gradual en México, tendrán que suceder eventos catastróficos para que la clase política y la misma sociedad se sacuda y entienda que una democracia no nace, se hace. Y se hace por todos...

Ana María Salazar
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 3 de enero de 2009).


Las presuntas "conquistas sociales" debidas a la Revolución Mexicana se estrellan en el muro de una sola cifra: 40 millones de mexicanos viven en la miseria.

Naturalmente, seguimos celebrando el 20 de noviembre. Y festejamos también el 18 de marzo olvidando interesadamente que importamos del extranjero las gasolinas que no podemos refinar aquí.

El obsecuente acatamiento de los dogmas que practicamos los mexicanos es verdaderamente aberrante: nos creemos, a pie juntillas, que el estado debe dilapidar millones de pesos en producir combustibles -algo que las empresas privadas hacen de manera mucho más eficiente y profesional- mientras que nos resignamos a que no cumpla con ninguna de las obligaciones que le ordena doña Constitución (que, no por ser excesivas y fantasiosas, dejan de ser legales). Alguien vino y nos dijo que "el petróleo era nuestro" y, tan-tan, el credo se impuso a la realidad de la improductividad, el derroche y los mil millones trasvasados a las cajas del PRI. Alguien, también, decretó que los sindicatos debían de ser "únicos" y que ningún particular podía instalar molinos de viento para venderle electricidad a sus vecinos. Y estas doctrinas, con el paso del tiempo, devinieron en verdades tan absolutas -como las que propugna el régimen cubano- que nadie las puede siquiera cuestionar.

Román Revueltas Retes
(v.pág.2 del periódico Público del 4 de enero de 2009).


Culturalmente lo sabemos: el mexicano no perdona el éxito a nadie.

Es un país adolescente que busca su identidad, y en esta búsqueda, hay muchas tentaciones y males. Es una sociedad culturalmente corrupta, en donde la única institución sólida es el narco.

Carlos Cuarón, realizador cinematográfico mexicano
(v.pág.1 de la sección "gente!" del periódico Mural del 8 de enero de 2009).


La diferencia entre el primer mundo y el tercer mundo es que mientras en un lado si un narrador gana 8 medallas lo reciben como héroe, en el otro, a un escritor que gana 6 premios lo cuestionan hasta en el Congreso.

Ignacio Padilla, escritor
(v.pág.40 del periódico Público del 9 de enero de 2009).


A lo mejor soy muy mal mexicano, pero confieso que envidio a Estados Unidos.

No acabaría nunca de escribirle las cosas que envidio de nuestros vecinos del norte, desde la genuina posibilidad que tienen sus habitantes de acumular riquezas hasta la desfachatez con la que ostentan sus libertades, pasando por toda clase de sutilezas materiales e inmateriales.

Obviamente no es un país perfecto y este es un momento difícil para su economía, pero Estados Unidos es una gran nación y en los últimos días ha hecho suspirar a millones de personas en todo el mundo con la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca.

¿Por qué nosotros no podemos tener un presidente así?

¿Por qué aquí, para cualquier cosa, sí importa el color de tu piel, tu religión, de dónde vienes, quién es tu familia, cuántos años tienes, si eres hombre o mujer y si te gustan los hombres o las mujeres?

¿Por qué aquí la democracia no funciona? ¿Por qué aquí sólo hay libertad para ciertas cosas? ¿Por qué aquí nadie respeta al diferente, al que no piensa igual?

¿Por qué en México, y en general en toda América Latina, una persona no puede acumular riquezas sin que los demás se lo traten de impedir?

[Es que no es "solidario", con su acumulación de riqueza, suponiendo que sea en forma honesta, pone en evidencia la mediocridad de los demás - el webmaster.]

¿Por qué aquí un hombre o una mujer, con entusiasmo, amor, trabajo y educación no llega a ninguna parte?

Duele, duele ver que aquí pocos quieren al presidente, que pocos lo admiran, que pocos llenarían plazas enteras para ovacionarlo con sinceridad, sin insultarlo, sin atacar a otros, sin acarreados, sin pedir nada, sin rencor.

Duele el tema de los adversarios políticos, de que en México la gente de un partido no reconoce a la gente de otro, de que en esta parte del mundo sólo se obedece al presidente cuando se tiene la misma credencial.

No, y ni hablemos de la parte de los medios. En América Latina los medios están con los gobernantes que están con los medios. Lo demás no existe y, si se puede, se le desaparece como en dictadura.

¿Ahora entiende cuando le digo que envidio a Estados Unidos? No sé usted, pero yo quisiera tener un presidente como el que tienen ellos, creer como creen ellos, soñar como sueñan ellos.

¿Pero quién? ¿A qué mexicano conoce usted que pudiera ser el Obama nacional? ¿Cuál de nuestros líderes podría conmover así a las mayorías? ¿A quién respetaríamos? ¿A quién amaríamos? ¿Quién nos podría volver a unir como nación?

Alvaro Cueva
(v.pág.13 del periódico Público del 25 de enero de 2009).


Bismarck dijo que la política era el arte de lo posible, pero en México, para más mal que para bien, hemos demostrado que la política es el arte de lo imposible, y si no ahí están los políticos acusados de pederastia impunes, las lideresas sindicales millonarias, los presidentes legítimos que buscan una diputación y el presidente constitucional que gobierna religiosamente un estado laico. En el México de la política imposible, todo es posible, y otro Fox o una Josefina podrían estar a la vuelta de la esquina. La pregunta es si eso cambiaría algo.

Genaro Lozano
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 28 de enero de 2009).


En nuestro país, el terrible racismo está presente en todos los órdenes de la vida: el grupo dominante política, económica y socialmente es el criollo, pero representa apenas 10% de la población total. Son de origen europeo y todo el sistema funciona para su beneficio. Están inmersos en las ideas, modas y manías occidentales. Aunque tienen una relación intensa con su país, para saber cómo se ven a sí mismos y a los demás habrá que fijarse en los comerciales de televisión.

El sector intermedio de la sociedad se integra con mestizos, mestizos blancos, mestizos indios y mestizos negros que son 80% y sienten un gran impulso hacia la modernidad. Pero las políticas públicas los excluyen. Los criollos se refieren a ellos llamándolos nacos y les atribuyen incapacidad para los buenos modales y la modernidad, en ese grupo se encuentran los 10 millones de indígenas cuya situación miserable no ha variado en 100 años.

Martha González Escobar, divulgadora científica de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 28 de enero de 2009).


Un exhaustivo estudio sobre la cultura nacional que Sara Sefchovich -aguda escritora e investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM- ha titulado País de mentiras.

Es un libro verdaderamente obligatorio para entender la realidad de una nación corrompida por la simulación, el doble discurso, el engaño y la práctica universal del fingimiento.

No es una casualidad que los mexicanos desconfiemos por principio de cualquier afirmación. Nosotros mismos acostumbramos expresiones como "mañana te llamo", "nos vemos en la semana" y otras muchas que, más allá de los formulismos y el deseo de no ser rudos con los demás, significan compromisos que no estamos dispuestos a cumplir. Esas promesas y esas efusiones que dedicamos al amigo, al conocido o al compañero de trabajo son, por lo general, meras exhibiciones de una generosidad que, en los hechos, nunca se traduce en nada concreto y a la cual no se le da seguimiento alguno. En cuanto a nombrar las cosas por su nombre, somos los expertos del circunloquio y de la evasiva. Es cierto, por ejemplo, que las relaciones sentimentales son complicadas y que es muy incómodo despachar al candidato de turno. Pero, luego de una de esas "citas a ciegas" o de un encuentro debido a recomendaciones de terceros ¿no sería mucho más sencillo -y saludable- que el objeto del deseo te dijera, simplemente, que no le gustas o que no le interesas o que no le convienes en vez de no volver a tomarte ni una sola llamada de teléfono? De ahí, de situaciones como ésta, en las que hay que inferir causas y consecuencias en vez de que te las ofrezcan de manera explícita, se deriva, a su vez, una cultura permanente de la sospecha y una presunta perspicacia que, finalmente, envician las relaciones entre las personas y distorsionan las reglas sociales.

El libro de Sara, sin embargo, no es un recuento de desencuentros entre las parejas ni un estudio sobre las raíces sicológicas de nuestros comportamientos personales sino un completísimo compendio de mentiras oficiales, un repaso, punto por punto, de las engañifas que gestiona, por costumbre, una casta gobernante dedicada a promulgar leyes que son letra muerta desde el momento mismo en que nacen, a montar mareantes escenografías para impresionar al respetable público, a dilapidar colosales sumas de dinero en programas inútiles, a crear comisiones, consejos, secretarías, comités y delegaciones con nombres estúpidamente rimbombantes que, a la larga, sólo sirven para agrandar la maquinaria burocrática, a proclamar datos que no tienen fundamento real y a perpetuar el más nefasto de los rasgos de la mexicanidad, a saber, el instinto de la simulación.

Cada episodio, cada ejemplo, cada caso y cada incidente están respaldados por información directa y datos minuciosamente investigados. No es, a pesar de todo, un "texto amargo" como dice la contraportada. Para nada. Es... la verdad. Y, nada más. Es la denuncia de una ciudadana lúcida que sabe distinguir la diferencia entre las cosas y detectar la ofensiva imbecilidad de los que nos han gobernado. Y es, sobre todo, el apremiante llamado de una persona que, en mi opinión, nos avisa de un país sin futuro en caso de que no se decida a resolver esta perniciosa falla de origen, este cáncer devorador de recursos y destinos individuales. La dolorosa realidad de la mentira -tan vergonzante como pueda ser- necesita ser exhibida de esta manera, una y otra vez, hasta que, en algún momento, la conciencia nacional termine por transformarse.

Román Revueltas Retes
(v.pág.4 del periódico Público del 1o.de febrero de 2009).


Carstens siempre que habla de la economía mexicana parece que está hablando de Disneylandia, o de la Tierra de Nunca Jamás.

Germán Dehesa
(v.pág.1 de la sección "Comunidad" del periódico Mural del 5 de febrero de 2009).


Así concebimos el mundo los mexicanos: es un lugar donde los cumpleaños son festejos absolutamente irrenunciables y donde la gente necesita, antes que nada, mimos, embelecos y cariñitos.

Román Revueltas Retes
(v.pág.4 del periódico Público del 8 de febrero de 2009).


Si el discurso es que vamos bien
y todo marcha (cierto o no),
lo tachamos de iluso, de Foxilandia
y de querernos ver la cara.

Si nos ponen un horizonte negro,
lleno de nubarrones (cierto o no)
lo criticamos de catastrofista y negativo.

Lo mejor sería, por votación democrática,
decidir qué queremos que nos digan
y qué discurso queremos oír.

Bueno, todo menos la verdad.
Esa está prohibida.

Nemesio Maisterra
(v.pág.6 de Mural del 12 de febrero de 2009).


México se ha quedado rezagado. En poco más de 3 décadas el mundo cambió, pero el país sigue igual con la única diferencia de alternancia, ejecuciones por miles, spots electorales de gorra y celulares con proveedor monopólico. El atraso, la desigualdad y la corrupción cabalgan con singular alegría. El poder mudó de la retórica nacionalista a la del optimismo de la realidad ficción. Los catastrofistas somos todos.

Federico Berrueto
(v.pág.2 del periódico Público del 15 de febrero de 2009).


El magnate Carlos Slim repite los malos augurios de los economistas internacionales que prevén un muy mal año para la economía mexicana, y el gobierno del presidente Calderón, en voz de Javier Lozano, su secretario del Trabajo, se apresura a derrochar una dosis de optimismo, casi como dogma de fe: no nos irá tan mal, tendremos "crecimiento negativo". La batalla mediática se da en el plano del discurso: ¿Quién tiene la razón? ¿El catastrofista Slim o el optimista Lozano?

La imagen de México en el mundo está por los suelos. La prensa internacional reporta al país en guerra. Las ejecuciones diarias en México, los secuestros, la inseguridad, los asaltos y asesinatos de turistas son las notas que llegan a las primeras planas de diarios españoles, estadounidenses, chilenos, japoneses y demás. A su vez, los medios mexicanos parecen haberse convertido hoy en el "Alarma". Y ante estos hechos, el secretario de Turismo mexicano, Rodolfo Elizondo, se lava las manos y culpa a los medios de la caída de la imagen del país, advirtiendo que "de nada sirve" que se reproduzca la realidad. De nuevo la batalla entre los medios catastrofistas y un funcionario optimista.

De acuerdo con datos recopilados por algunos medios, de 2006 a la fecha se han reportado en el país más de 10,345 muertes violentas relacionadas con el crimen organizado. Tan sólo en lo que va de 2009 se han registrado 743 ejecuciones. Esta cifra es real y proviene de todos los estados del país. Y sin embargo, la canciller Patricia Espinosa maquilla las cifras al rechazar que la violencia esté generalizada por todo el país y decir que se limita a Baja California, Chihuahua y Sinaloa. Cifras catastrofistas contra una diplomática optimista.

Semana tras semana el gobierno de Felipe Calderón ha tenido que salir a la defensiva. Irritado por una realidad que lo ha rebasado, el presidente y su gabinete se encuentran atrapados en lo que parece la defensa de lo indefendible. Si el sexenio comenzó con una estricta mordaza de Los Pinos a todos los secretarios y secretarias para que evitaran los excesos y errores cometidos por el gabinete Montessori de Vicente Fox, hoy la estrategia parece haber cambiado. Lozano, Elizondo, Téllez y Espinosa son los primeros secretarios que agarran el micrófono para meterse a la batalla por el spin, por el dominio del debate público en la cobertura de los medios.

Como recientemente publicó Jorge Castañeda, el resultado de las elecciones legislativas de este año podrían, por quinta ocasión consecutiva, no darle a ningún partido la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, pero sí revertir la correlación actual de fuerzas a favor del partido tricolor. En caso de que esto suceda, los últimos 3 años de Calderón en Los Pinos se parecerán a los 3 primeros. Nada pasará.

Proteger al presidente, y de paso a su partido en un año electoral, es la tarea que han iniciado los funcionarios a través de sus declaraciones. El riesgo que conlleva la tarea es que sin una mejor estrategia de comunicación y preparación de los secretarios, lo único que lograrán es que sus defensas se perciban como el inicio de "Calderolandia".

Genaro Lozano
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 18 de febrero de 2009).


Señalaba Aristóteles que si los hombres se portaran como verdaderos amigos, no se necesitarían ni siquiera las leyes ni el aparato coercitivo del estado; bastaría con que las personas compartieran la amistad y fueran congruentes con dicha interrelación.

Esa gran enseñanza nunca la hemos seguido en México; como país de conquista, el que tiene más saliva traga más pinole. Así los mexicanos, a pesar de que nos decimos muy religiosos, no nos tratamos como hermanos -si se supone que todos somos hijos de Dios-, ni siquiera como amigos. Entonces, en nuestras comunidades y sociedades no somos hermanos ni amigos, de ahí la gran cantidad de problemas que nos aquejan.

La idea de comunidad proviene de quienes tienen afinidades de lengua, religión, necesidades, cultura, costumbres, normas y demás elementos que identifican a una agrupación humana en un contexto histórico. Así, los que viven juntos realizan muchas comuniones, se solidarizan y se apoyan en todos los problemas comunes y, por tanto, crean la "república", la cosa de todos, lo que les es común para enfrentar, afrontar y disfrutar entre todos.

En nuestro país tenemos muchos problemas, dado que no nos hemos aglutinado en torno a vivir en comunidad, a ser nacionales y a ser hermanos, lo cual seguirá creando una multiplicidad de vicisitudes que no hemos podido resolver y han hecho de nuestro país una tierra de conquista permanente donde quien grita más o tiene más dinero, es el que se queda con el poder.

José de Jesús Covarrubias Dueñas
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 18 de febrero de 2009).


¿Se imagina que pasaría antes y ahora,
si el presidente diera un informe negativo
frente a un pueblo maduro y unido como el mexicano?

Calderón debe ser optimista y decirnos siempre
que el vaso está medio lleno.
La oposición lo verá siempre medio vacío.

¿Yo?
Yo ya lo único que quiero
es que no rompan el vaso.

Nemesio Maisterra
(v.pág.6 de Mural del 19 de febrero de 2009).


En México, alguna extraña seducción en los medios de comunicación hace que sea más relevante ponerle el reflector a Téllez antes de profundizar sobre si Salinas se robó la lana, hablar de las declaraciones de Slim en lugar de mirar las cifras del desempleo para saber si hay catástrofe, y culpar a Gerardo Ruiz de bocón más que discutir el riesgo de que un hombre del narcotráfico llegue a Los Pinos.

Carlos Loret de Mola A.
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 24 de febrero de 2009).


Según Decio de María [directivo de la Femexfut] es "un problema cultural. A los mexicanos nos gusta cuestionar a la autoridad". Claro, los mexicanos cuestionamos a la autoridad porque la mayoría de las autoridades de nuestro país son corruptas y por eso los cuestionamos y exigimos limpieza.

Gerardo Velázquez de León
(v.pág.3 del suplemento "La afición" del periódico Público del 27 de febrero de 2009).


Darle resonancia a los premios no es una especialidad mexicana, trasunto quizá de nuestra dificultad para reconocer los logros de otros en todos los ámbitos.

Candidatos políticos y futbolistas derrotados no saben reconocer ni felicitar al ganador. Las tribus de la cultura del país tampoco se caracterizan por su generosidad a la hora de celebrar a sus pares.

Héctor Aguilar Camín
(v.pág.4 del periódico Público del 6 de marzo de 2009).


El regreso del PRI no sólo se explica por el fracaso del PAN o la ruina del PRD. El tricolor está a la altura de la sociedad y ése es el verdadero drama y es, también, la razón de su vigencia. Por doquiera que se vea: las élites, los medios, la inteligencia, la sociedad, organizada o el mismo ciudadano son categorías muy por debajo del estándar para una democracia generadora de gobiernos eficaces. Llama la atención que los más severos jueces del PRI hayan sido los más complacientes con el pésimo gobierno de Vicente Fox.

Federico Berrueto
(v.pág.2 del periódico Público del 8 de marzo de 2009).


¿Cuándo no hemos estado en crisis? ¿Cuándo hemos tenido un gobierno perfecto? ¿Cuándo hemos vivido mejor que antes? ¡Nunca!

La crisis sólo es nota para unos cuantos ricos que creyeron en mentiras o que no supieron invertir su dinero cuando lo tuvieron.

Para el resto de la población esto no tiene nada de nuevo ni de noticioso.

Estar en crisis es nuestro estilo de vida. Así vivieron nuestros abuelos, así vivieron nuestros padres y así vivimos nosotros.

Honestamente, ¿usted cree que exista la movilidad social en nuestro país?

¿Cuántas historias milagrosas conoce usted de mexicanos de nuestra generación que hayan nacido en la miseria y que hoy desayunen de igual a igual con Carlos Slim?

Las únicas historias de "éxito" que existen en México son de personas que nacieron en cuna de oro o que se dedican a algo malo, incluyendo, por supuesto, la política.

El resto de nosotros nos podemos hacer tontos toda la vida, pero jamás vamos a volar en helicóptero de una a otra de nuestras instalaciones corporativas.

¿A usted no se le hace cruel que se juegue con los sentimientos de tantos millones de mexicanos inventándoles lo contrario?

Alvaro Cueva
(v.pág.15 del periódico Público del 8 de marzo de 2009).


El 14 de marzo de 2009, en la oficina de Correos 52, en Zapopan, Jal., me solicitaron un ¡comprobante de domicilio! para mi apartado postal. Obviamente le saqué copia a un estado de cuenta que me había llegado a dicho apartado postal y se las entregué. Sólo en este país quien maneja la correspondencia que llega a tu domicilio te pide que compruebes que vives allí. ¡Si ellos ven todos los días comprobantes del domicilio!

El webmaster


Ah, pero no diga un gringo que hemos perdido control de territorios tomados por el narcotráfico, o un diario francés que hemos creado un sistema de justicia corrupto hasta la médula porque "¡mas si osare un extraño enemigo...!", nuestro sonoro rugir estremece en sus centros la Tierra.

Luis González de Alba
(v.pág.28 del periódico Público del 15 de marzo de 2009).


Edmundo O’Gorman publicó en 1977 (UNAM) México, el trauma de su historia, un análisis que iba a ser epílogo para su Invención de América y que termina en amoroso exhorto a los mexicanos "a que vuelvan a la realidad que tanto han rehuido y que arriesguen con honor y denuedo lo que acontezca".

Volver a la realidad eludida significa renunciar a toda esa mitología que enerva nuestra historia, para tener conciencia más clara de sus posibilidades. Las recaídas mitológicas están ya en la lucha entre liberales y conservadores, conflicto entre dos imposibilidades históricas: "la de no poder seguir siendo como ya se era, al estilo tradicional, y la de no poder ser como Estados Unidos".

El siglo XX continuó las confusiones al acudir a las mitologías angelicales del espíritu iberoamericano y su vocación redentora. Ahí está La raza cósmica, tan nuestra, y su misión mundial. O el Ariel del uruguayo Rodó, espíritu del sur siempre dispuesto a redimir con su grandeza al pragmatismo de Estados Unidos. Visiones, en opinión de O'Gorman, "desnudas de apoyo empírico" como no hay otra.

La única realidad es que somos distintos del modo de ser de Estados Unidos, porque de España heredamos una visión tradicional, que no hemos aceptado así como no hemos aceptado sus salidas históricas. Estamos diferenciados por un cambio ocurrido en Occidente hace 500 años, que acabó enfrentando "el modo de ser tradicional de esa cultura a un distinto modo de ser, el que conocemos como el propio de la modernidad". "Se trata de una novedad que se incubó paulatinamente, se desarrolló dentro de la cristiandad medieval y a la larga se actualizó en un sistema de creencias, ideas, valores y principios que conceden a la vida en este mundo una primacía negada por la religiosidad tradicional".

Entrado el siglo XXI no hemos dado los pasos suficientes. Al menos no con los 2 pies. No hemos dado su lugar autónomo al pensamiento, la ciencia, la técnica, a las cosas de esta vida. Seguimos pensando que somos la neta, inventándonos misiones imposibles. Y que nadie nos diga cómo, Dios nos libre.

Luis Petersen Farah
(v.pág.14 del periódico Público del 15 de marzo de 2009).


Resulta que, en pocas palabras, somos un país que no entiende lo que lee. Imagínese lo que esto puede significar: que no tiene caso hacer instructivos de uso de aparatos y que es cierto que nadie se interesa en ellos; que nada hay más peligroso que enviar una carta de amor, pues será entendida en su contra y en el mejor de los casos acabará casándose la próxima semana; que hay que tener cuidado hasta con las recetas médicas; que estamos destinados a no conocer la voz de los actores del cine extranjero porque se nos escapan los subtitles, y que ni Alfonso Reyes ni Juan Rulfo ni Agustín Yáñez ni Octavio Paz han tenido una influencia importante en la cultura mexicana. Los expertos dicen que si bien somos un país alfabetizado y podemos identificar palabras, un gran porcentaje tropieza cuando se describen situaciones o conceptos.

La escuela mexicana ha sido mala maestra de lectura. En las últimas pruebas PISA de la OCDE, 49% de nuestros quinceañeros no comprendió las lecturas que se incluían en la evaluación. Si esto ha sido así durante años, ha determinado nuestro modo se ser: está claro entonces por qué nadie hace lo posible por leer un contrato, mucho menos entenderlo, y que se necesita un abogado hasta para comprar un refrigerador porque el asunto de la garantía resulta complicadísimo. Y lo peor, está claro que con los libros de texto hemos hecho un monumental despilfarro de papel.

Estos resultados en comprensión, comentan los expertos, "nos permiten ver que hay problemas de concentración, pero también notamos limitaciones en las habilidades para generar imágenes o para hacer asociaciones de conceptos". En la torre, esto quiere decir que sólo podemos entender las telenovelas facilonas. Y que las campañas políticas ni caso tiene que sean propositivas y analíticas. Tal vez deberíamos organizar unas luchitas entre candidatos, sería el método más adecuado de selección y en una de esas hasta tendríamos la inesperada ventaja de sacar por fin de la jugada a alguno.

Luis Petersen Farah
(v.pág.14 del periódico Público del 22 de marzo de 2009).


La publicidad en nuestro país sigue los dictados de la pigmentocracia. Los anuncios en la TV, revistas y espectaculares y demás rara vez muestran personas con los rasgos autóctonos de la mayoría. Por el contrario, los comerciales se encuentran plagados de "güeritos". Las tiendas departamentales conocen nuestro clasismo y aspiracionalismo y prefieren mostrar a güeritas (en su mayoría extranjeras) sobre nuestras "prietitas". (Recuérdense el comercial de la rubia Superior y los del Palacio de Hierro).

Ya lo dijo Jorge Ibargüengoitia hace un tiempo: "El mexicano es por lo común, chaparrito, gordo y prieto, o en su defecto, chaparrita, gorda y prieta y se pasa la vida entre anuncios en los que aparecen rubios, blancos y largos, que corren por la playa, manejan coches deportivos y beben cerveza. ¿No es para estar acomplejado?"

Hablando del tema con un afamado publicista, le pregunto por qué en otros países exaltan a la belleza latina y aquí no. "No, pues porque aquí no vende", me responde. "Los medios discriminan. Sigue importándonos -y mucho- el color de la piel".

Nos guste o no aceptarlo, vivimos aún en la pigmentocracia. Seguimos con una preferencia a los tonos más claros, aún y dentro del mismo color. Por eso nos gusta definirnos como "morenos claros" en vez de decir únicamente "morenos"; el tinte rubio es el más vendido en este país en el que predominan las morenas, y las madres, en vez de elogiar los tonos oscuros del cabello de sus hijas, compran productos como champú de manzanilla con la esperanza que tengan el pelo un poco más rubio o que no pierdan esos destellos de "oro".

Fernanda de la Torre
(v.pág.26 del periódico Público del 22 de marzo de 2009).


"No apta para pobres", así es la multa que se aplica a quienes invaden los carriles exclusivos del Macrobús y esto es un gran problema para la secretaría de Vialidad. Ayer comentaba el secretario José Manuel Verdín que muchos de los infractores son tan pobres, tan pobres, pero, tan tan pobres, que no sólo no pueden pagar la multa de 20,000 pesos, sino que en algunos casos ni con el coche. Por eso en la SVT ya piensan en un sistema para que sólo se cobre esa cantidad a los reincidentes.

[Una prueba más de que los pendejos que gobiernan no se han dado cuenta de la clase de país en el que viven. Autorizaron una multa sólo aplicable a diputados y similares. - El webmaster.]

La tremenda corte
(v.pág.3 del periódico Público del 24 de marzo de 2009).


Fuimos hechos a imagen y semejanza del antiguo régimen, un sistema cuyo propósito era infantilizar a la población para luego aplacarla a punta de dádivas idiotas, cursilerías y agasajos. El mexicano salido de las líneas de producción del nacionalismo revolucionario se volvió de tal manera un individuo sensiblero, excesivamente susceptible y demandante. Nunca, sin embargo, reclamó derechos de verdad -los del ciudadano adulto que sabe que tiene también una sustanciosa cuota de responsabilidades y obligaciones- sino que se conformó con las ternuritas negociadas por el líder sindical a cambio de la fidelidad del esclavo feliz, la de la persona incompleta que se contenta con su canasta navideña pero que no exige una salida de emergencia en la ratonera donde trabaja.

Hoy, estamos en el peor de los mundos: no queremos cumplir siquiera con los trámites más esenciales de la vida -el examen de la escuela, el horario completo en la chamba o el pago de los servicios que consumimos- pero, eso sí, a las primeras de cambio trasmutamos cualquier exigencia en una injusticia mayor: si no nos obsequian el pase automático bloqueamos las avenidas de la ciudad, si no gana nuestro candidato armamos violentas algaradas y si nos quieren construir un aeropuerto sacamos los machetes. Lo curioso es que, mientras tanto, se nos está yendo de veras el tren.

Román Revueltas Retes
(v.pág.46 del periódico Público del 24 de marzo de 2009).


Los mexicanos constituimos una de las sociedades más predecibles del mundo. Actuamos por consenso del grupo social que nos califica o reprueba. Es triste, pero es verdad. En los niveles socioeconómicos de clase alta y media esto es particularmente cierto. No hay originalidad.

Lo anterior explica por qué en estos días, justo en esta semana, cientos de mexicanos viajan a Colorado para esquiar en nieve. ¿Por qué no lo hicieron en enero o febrero? La respuesta rápida es que fue así por las vacaciones de Semana Santa. Pero ése no es el punto, porque ese grupo social que ahora vacaciona en la nieve tampoco eligió ir a Connecticut o a los pueblitos de esquí de Pennsylvania. Pudiendo.

Así, somos predecibles como la peor película de Arnold Schwarzenegger. Ahora es Vail. Pero en septiembre es Las Vegas -a mirar la pelea de algún mexicano y a escuchar al Potrillo o Luis Miguel dar el Grito. En diciembre toca Nueva York, donde los viajeros gustan de encontrarse en el lobby del Hotel Palace -no se conforman con ir al mismo destino, ¡muchos van al mismo hotel!

Los más privados gustan del Año Nuevo en Ixtapa o Valle de Bravo -al mismo tiempo que Playa del Carmen o Huatulco están llenos de extranjeros. Nunca faltan. Han de saludar a la misma gente y en el mismo lugar. Si no, no sirve.

Después de Thanksgiving todo mundo a San Antonio, como si en Nueva Orleans o en Atlanta no hubiesen ofertas.

Esta falta de originalidad de las clases socioeconómicas A y B explica por qué no somos un pueblo volcado a los deportes acuáticos -teniendo tantas costas-, al montañismo o la espeleología -más practicada en México por ingleses que por nosotros mismos. Es también la razón por la que se populariza una marca de ropa entre jóvenes -Abercrombie-, o por la que una marca de accesorios para mujer -Tous- tiene rotundo éxito en México, aunque en otros países sufra más para destacar.

Quizá esto también explica un poderoso concepto electoral acuñado en estas tierras: el "candidato de unidad".

El sueño de un mercadólogo en México es encontrar ese espacio mental de consenso o "unidad". Nada fácil. El que le atine, gana, porque ahí están los borregos, disponibles. Y supongo que la manada nunca se equivoca.

Carlos Mota
(v.pág.2 del periódico Público del 10 de abril de 2009).


¿Por qué algunos países se molestan con el uso de sus símbolos patrios, al tiempo que otros no? ¿Por qué en Estados Unidos la Mujer Maravilla puede traer las estrellas de la Unión en una tanga y las barras en un corsé, pero en México Gloria Trevi no puede envolverse en la Bandera mexicana para la portada de una revista de espectáculos sin causar revuelo?

Sin menospreciar el valor que mucha gente le da al nacionalismo, es ridículo que las autoridades mexicanas pierdan tiempo en pleitos por el uso de imágenes de las que se sienten dueños.

Es un nacionalismo chatarra sentirse ofendido porque una empresa multinacional utiliza a un hombre moreno, con panza y con un sarape tricolor y no sentirse ofendido porque las campañas publicitarias en México utilizan gente alta, delgada, blanca y rubia para vender sus productos. Es nacionalismo chatarra indignarse por eso, pero no por evadir impuestos o no ir a votar cuando hay elecciones. Nacionalismo chatarra sentirse orgulloso porque Carlos Slim es de los 3 hombres más ricos del mundo en un país en el que 40% de su población vive en la pobreza...

Genaro Lozano
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 15 de abril de 2009).


Perdón, ¿pero de dónde nos salió lo fino a los mexicanos? Lo digo porque ahora resulta que aquí nos ofendemos mucho si se "burlan" de nosotros y porque sentimos que, nada más por nuestro bonito rostro, todo el mundo tiene que venir a hacernos fiesta.

Si no me cree, nomás dese cuenta de lo que acaba de pasar con la publicidad de la nueva hamburguesa Texican de Burger King España y con la visita del presidente de Estados Unidos a nuestra nación. Es como para que nos manden al psiquiatra.

¿Qué fue lo que pasó con la Texican burger? Que Burger King España decidió sacar una hamburguesa de temporada con una mezcla de condimentos que a los señores de por allá se les hizo muy representativa tanto de Texas como de México, y lanzaron una campaña publicitaria plagada de humor.

En el spot pusieron a un tipo caracterizado como vaquero texano, grandote pero menso, y a otro como luchador mexicano, chaparro pero astuto; y eso nos dolió mucho.

¿Por qué? Porque como el luchador estaba chaparro, ¡híjole!, qué mala onda. Y como el peleador traía una máscara con los colores de la bandera, ¡uff!, pues peor tantito.

Hasta nuestros geniales diputados, que no tienen nada más importante qué hacer, están pidiendo la cabeza de Burger King México en venganza. ¿Así o más hipócrita?

¿Con qué pantalones armamos un escándalo internacional alrededor de ese anuncio cuando aquí atacamos a norteños, costeños, cubanos, argentinos y españoles?

Si Burger King tuvo que quitar su anuncio dizque antimexicano en España, ¿por qué KFC México no retira el spot en el que se burla de los hawaianos?

Qué pronto se nos olvidó a los mexicanos que somos los primeros en enseñar el cobre cuando vamos al extranjero, que nos pintamos más que nadie con los colores de nuestra bandera en las contiendas internacionales, que somos los más sombrerudos de los estadios y que sólo sabemos comunicarnos mediante groserías.

Si fuéramos tan dignos como decimos, ya hubiéramos retirado la mayoría de las producciones audiovisuales generadas en este país porque son realmente pocas las que hablan de ese México que no somos.

Lo peor de todo es que en medio de esta estupidez Barack Obama vino de visita al Distrito Federal y nuestros pobres cerebritos confundieron publicidad con el comienzo de una nueva era para México y Estados Unidos.

Barack Obama, al igual que Hillary Clinton hace unas cuantas semanas, vino el jueves pasado a México a darnos por nuestro lado, a dejarse consentir y a tomarse fotos.

¿Se arregló algo en términos de narcotráfico? ¿Cambió en algo el tema de la migración? ¿Se prohibió la venta de armas en Arizona? ¿Usted, como mexicano, ahora ya puede viajar más fácilmente al "otro lado"? ¡No!

Barack Obama vino a México a lo mismo que vienen Madonna, Metallica y los luchadores de la WWE: a hacer relaciones públicas, a vender.

Y nosotros nos comportamos igual, quisimos estar cerca de él, comer los mismos camarones, tomarnos la foto, llevarnos el autógrafo.

¿O qué, usted encuentra alguna diferencia entre las típicas declaraciones de las estrellas gringas que vienen a México ("Me siento muy feliz de estar en México". "Me gustan los tacos") y las que hizo el señor Obama durante su viaje ("Es un extraordinario honor y un enorme placer poder estar aquí en México". "Los estadunidenses se nutren del trabajo, esfuerzo y comida de los mexicanos")?

Por lo mismo, prácticamente nadie le preguntó algo incómodo a don Barack, mucho menos nuestro presidente. ¿Para qué si lo importante ahí era alimentar nuestro ego, ser parte de "la historia" y sentirnos parte del "progreso"?

En resumen, a los mexicanos nos gusta que nos traten como no somos, que nos den por nuestro lado. Burger King se convirtió en nuestra víctima y el gobierno de Estados Unidos, como ya nos agarró el modo, ahora puede hacer con nosotros lo que quiera. ¡Excelente!

Alvaro Cueva
(v.pág.13 del periódico Público del 19 de abril de 2009).


En términos generales, los mexicanos no son muy ahorrativos, y para saberlo no se tienen que comparar con los europeos o los asiáticos; basta ver lo que hacen otras naciones de América Latina. Esta costumbre nos hace vulnerables ante las incertidumbres económicas.

Existen quienes irresponsablemente gastan en unos días de paseo y juerga lo que necesita su hogar para subsistir en un mes. La mayoría de quienes recurren al préstamo prendario, tanto en instituciones sin fines de lucro como en negocios que rayan en el agio, lo hacen para atender carencias y sin una cultura de previsión.

Editorial
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 21 de abril de 2009).


Una de las veces que estuve en un pueblo de Inglaterra, pasé por una calle que tenía como 3 días de estar en reparación y una amiga me preguntó:

-¿Tardan tanto en México?

Sonreí. No dije nada. Sólo pensé: "En México no tardan casi nada, quedan rotas por infinitos días. Vean las banquetas".

Gabriel Paz, escritora
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 25 de abril de 2009).


Contemplar a Germán [Martínez] y Fox atisbar lo que fue de López Portillo, recrea la idea de que en este país hay que ser imbécil para ser feliz. Expresión fuerte y, más que eso, profunda y esencialmente dolorosa. Aplica para quienes mandan y también para quienes son mandados; para quienes contemplan y dicen, si así se quiere, sólo queda la observación amarga en el iluso afán de lograr algo mejor, si no, que siga la fiesta y todos felices.

Federico Berrueto
(v.pág.2 del periódico Público del 26 de abril de 2009).


Vivimos en el país del "hágase la voluntad de Dios... en las mulas de mi compadre"; el país acostumbrado a que lo rescate la Divina Providencia; el país donde la irresponsabilidad de la norma y las soluciones tienen que venir del gobierno y no de los ciudadanos. En fin, habitamos el país del "no pasa nada".

Néstor Ojeda
(v.pág.2 del periódico Público del 26 de abril de 2009).


Para la marca de lujo francesa Cartier, con más de 150 años de existencia, México representa uno de sus mercados con mayor potencial.

"No sólo para Cartier, para todas las marcas de lujo, México representa 55% del mercado de América Latina", explica François-Marc Sastre, director de la filial. "Realmente este país es muy importante".

Hay algo que distingue al país como uno de los mercados de artículos más atractivos en el mundo: es una de las naciones donde se venden más helicópteros y aviones privados en el planeta, un dato que Sastre resalta para justificar el interés de la prestigiada firma por México.

(V.pág.14-A del periódico El Informador del 29 de abril de 2009).


Parece como si México hubiera sido elegido por la mala fortuna: drogas, fraudes, secuestradores, narcotraficantes, asesinos, policías ineptos, desempleados, negocios en ruina... y ahora la fiebre porcina.

El mexicano hace la lista de nuestras desdichas y con terror se pregunta: "¿Y luego, qué?". Sí, qué va a seguir después, porque no nos podemos acostumbrar a tanta mala suerte.

Llevamos tapabocas, usamos nuestros propios cubiertos, no mandamos a los niños a la escuela y nos advierten que si el caso se agrava suspenderán el transporte público.

Pienso en la Virgen de Guadalupe para que no lleguemos a eso, que intervenga. Se suspenderían muchos trabajos y el país quedaría paralizado. Hay mexicanos que viven en el norte de la capital y trabajan en el sur, pasan gran parte del día en el metro o autobús. No puede andar tantos kilómetros, no llegará a tiempo al trabajo, a no ser que se quede en la noche durmiendo en la puerta de la fábrica.

Los turistas que llegan a su país después de haber pasado unas vacaciones en México son examinados minuciosamente por si llevan con ellos el contagio.

Los turistas que planean venir, lo piensan 2 veces. Ir o no ir. Y suele ganar la segunda opción, de modo que casi todo lo que hacía ganar a México está afectado por esa crisis de la salud.

Nos pasamos pegados a la televisión para ver y oír algo nuevo. Siempre es lo mismo: tapabocas y paciencia, manos bien lavadas.

Gabriel Paz, escritora
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 2 de mayo de 2009).


Tenemos una oportunidad de corregir algunas cosas y de estar mejor preparados para un futuro que, desde ya, sabemos incierto. En primerísimo lugar podríamos trabajar para tener un país más limpio: por dar un ejemplo, esos cajeros automáticos piojosos que los empleados lavan ahora deberían de ser desinfectados por principio y México no tendría por qué seguir siendo el muladar colectivo que conocemos ahora. Segundamente, no nos vendría mal ser más previsores en lo que toca a las finanzas personales: la presunta precariedad económica de los mexicanos no les impide, hasta ahora, vacacionar alegremente y tirar la casa por la ventana con cualquier pretexto.

Román Revueltas Retes
(v.pág.4 del periódico Público del 3 de mayo de 2009).


La pregunta que sigue pendiente es por qué una epidemia tan contagiosa como la del H1N1, pero de un virus tan benigno, ha tenido tantos muertos en México y prácticamente ninguno en otros sitios.

La respuesta del secretario de Salud ha sido hasta ahora: porque los enfermos que murieron llegaron tarde a los centros de salud cuando había poco que hacer por ellos.

La pregunta a esa respuesta es por qué llegaron tarde. Una respuesta general, pero penetrante fue ensayada por el corresponsal de El País en México, Pablo Ordaz: por los hábitos de los mexicanos ante la enfermedad.

Es decir, porque nadie va al médico en México por una gripe, porque la gente en México, y en particular la gente pobre, prefiere aguantar que reconocer la enfermedad.

"Nadie va al médico a las primeras de cambio. Y, desde luego, nadie va al médico por una gripe más o menos fuerte. Ir al médico supone casi siempre una pérdida considerable de tiempo y de dinero" (El País 3/5/09).

La observación alude por igual a un hábito y a una desconfianza: el hábito muy mexicano de no ir al médico sino en un grito y la desconfianza de los mexicanos sobre las calidad o la eficacia de sus médicos y de su sistema de salud, a lo que hay que agregar el hábito paralelo de la automedicación y el pobre control médico de lo que se vende en las farmacias.

Héctor Aguilar Camín
(v.pág.4 del periódico Público del 8 de mayo de 2009).


Un extraterrestre que, enterado de la peculiar coyuntura que vive actualmente el país, observara nuestras conductas, las encontraría absurdas, por decir lo menos... "¿Es que no están enterados estos extraños humanoides del riesgo de contagio que corren al acudir en masa a tiendas y similares?... ¿En tan poco aprecio tienen su vida y las de sus hijos?...", se preguntaría en el primer caso. En el segundo, se cuestionaría seriamente las prioridades de la curiosa especie zoológica con que vino a tropezarse en este pintoresco planeta: "¿Es que no captan que sería absolutamente insensato, temerario, irresponsable, suicida incluso, anteponer los intereses económicos de los menos a la salud y eventualmente a la vida de los más?...".

A reserva de que puedan interpretarse de otra manera esos hechos, cabe la hipótesis de que hay, en el fondo del desdén del ciudadano común por las recomendaciones y de las protestas de los damnificados por las restricciones para ciertas actividades que se han dispuesto, un preocupante descrédito de los gobernantes -y, en consecuencia, de sus disposiciones- a los ojos de los gobernados.

¿Haría falta, para dar crédito a las voces de alarma de éstos, que se reeditaran, en la realidad, las escenas dantescas -grabados, películas...- de las epidemias del pasado: los hospitales, rebosantes de enfermos; las calles, alfombradas de cadáveres; las fosas comunes, pletóricas, etc...?

(Como decían -sabias como eran todas ellas- las abuelas: "Eso ya es tentar a Dios...").

Jaime García Elías, periodista y conductor radiofónico
(v.pág.4-A de El Informador del 12 de mayo de 2009).


México es una nación que cada sexenio se inventa destinos artificiales, destinos agrícolas, pesqueros, mineros, industriales, petroleros y cuanta imaginería se nos atraviesa. Destinos que se han convertido en una obsesión que dura mientras el poderoso en turno permanece en el poder.

Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 16 de mayo de 2009).


Porque las pérdidas el sector turismo se multiplicarían al modificarse la fecha para el término de clases, el titular de la Secretaría de Turismo de Jalisco, Aurelio López Rocha, apeló a la sensibilidad de las autoridades educativas para regresar al calendario original.

Y es que julio es el mes con mayor actividad para la afluencia turística. Alcanza una ocupación hotelera de hasta 70%. Al contar sólo con los 2 últimos fines de semana se tendría sólo 50%, es decir una ocupación de 35%, en uno de los meses más importantes, que además representarían recuperación para la actividad en un entorno de crisis económica.

[Que los escuincles sean unos verdaderos asnos no importa. ¡Los billetes por delante! - el webmaster.]

(V.pág.6-B del periódico El Informador del 26 de mayo de 2009).


Los grandes problemas de México se deben a un retorcido diseño institucional. Y así, el territorio está dividido en millares de municipios que no tienen razón alguna de ser, ni política ni demográfica ni económica.

El antiguo centralismo no ha se ha trasmutado en un federalismo saludable sino que devino en feudalismo galopante; los esquemas de tributación no apuntalan una adecuada recaudación de impuestos; las generosísimas garantías constitucionales no aseguran una mínima justicia social; etc., etc., etc...

Vivimos en un sistema fundamentalmente defectuoso: doña Constitución, mil veces enmendada y retocada, sigue siendo un engañoso catálogo de buenas intenciones pero, a la vez, un machacón inventario de prohibiciones absurdas. Los dogmas fundacionales del antiguo régimen permanecen intactos. De tal manera, basta que aparezca en el escenario, digamos, una desganada propuesta de reforma del estado mexicano para que los guardianes de la pureza doctrinal, los mismos conservadores nacionalistas y revolucionarios de siempre, se engallen y acudan, prestos, al frente de batalla: no hay mejor cosa que un buen pretexto para exhibir ese patriotismo cuyos contornos se diluyen provechosamente con los principios del Buen Partido de Siempre -una especie de Good Old Party (GOP) nacional- despertando, a la vez, raudas adhesiones en las filas perredistas. El nacionalismo trasnochado sirve así de antídoto para cualquier propuesta de cambio: justifica la crónica imbatibilidad del sindicalismo mafioso, la persistencia de los grupos corporativos, la continuidad de usos y costumbres perniciosos, el imperio de la politiquería por encima de los intereses ciudadanos, el predominio de los dogmas a expensas del pragmatismo y, en general, el mantenimiento de un modelo absolutamente sobrepasado en términos de modernidad. ¿La prueba? Pues, de entrada, la pavorosa desigualdad de la sociedad mexicana. Y, luego, la incapacidad de nuestro modelo para generar riqueza y crecer económicamente.

De tal manera, no es nada sorprendente que las fuerzas del narcotráfico aprovechen ventajosamente las debilidades del aparato institucional: ésta sería apenas la expresión, en el ámbito de la criminalidad, de un mal mucho mayor, de una dolencia que, en los hechos, termina siempre por manifestarse en todos los ámbitos de la vida nacional. El municipio, en este sentido, es tan débil como el sistema educativo de Oaxaca y tan vulnerable como una economía avasallada por los monopolios. Mientras el estado mexicano no emprenda una verdadera reforma institucional -los cambios "estructurales" vendrían después- las cabezas de la hidra criminal seguirán apareciendo por todas partes.

Román Revueltas Retes
(v.pág.4 del periódico Público del 31 de mayo de 2009).


Los mexicanos no viajamos por nuestro propio país porque nos sale caro, porque el servicio es malo y porque nos discriminan por mexicanos.

¿A usted no le ha pasado? A mí, sí. A mí, por mexicano, me han arrebatado, de mala manera, a mi hijo de brazos en el aeropuerto de Los Cabos porque a lo mejor le puse droga en el pañal.

A mí, por mexicano, me han tratado diferente, peor, en un megaresort de lujo de la Riviera Maya.

A mí, por mexicano, me han hecho esperar a que pasen los turistas extranjeros y tomen los mejores lugares en el espectáculo de luz y sonido de Uxmal, porque yo, por mexicano, merezco menos.

Y si a esto le agregamos que a cualquiera que viva en este país le sale más barato pasar una temporada en Las Vegas, Orlando o Nueva York que en Cancún, pues usted dirá si esto se va a componer o no.

Alvaro Cueva
(v.pág.12 del periódico Público del 31 de mayo de 2009).


Con la suspensión de Aviacsa me pasa igual que con algunos médicos. Uno te dice que tienes cáncer en la piel, otro te dice que sólo estás asoleado de más. Como entre ellos ni se hablan, las decisiones quedan en manos del más ignorante, del más inexperto, del que tiene más probabilidades de regarla. O sea, yo.

La debilidad financiera de Aviacsa hace más creíble y elocuente la suspensión del permiso para volar que le propinó la SCT por razones de seguridad. ¡Pero al mismo tiempo los pilotos y sobrecargos garantizan con su propio pellejo que los aviones están listos para volar sin riesgo! El tesón de la empresa ya consiguió suspensión de la suspensión. La Dirección General de Aeronáutica busca ahora suspender la suspensión de la suspensión, recomendando a los usuarios que se la piensen seriamente antes de viajar. ¿Por qué no informan a detalle qué es lo que pasa con los equipos? ¿Habrá algún secreto mecánico? ¿Es mucho pedir que se pongan de acuerdo, aunque tengan que encerrarse 3 o 4 días? Se trata de aviones, supongo que no es un juego.

Al dejar que el usuario viaje bajo su propio riesgo dejan la decisión en manos del más ignorante, el más inexperto, el que tiene más probabilidades de regarla. O sea, yo.

Luis Petersen Farah
(v.pág.17 del periódico Público del 7 de junio de 2009).


México, un país con alrededor de 40 millones de pobres, gastó por lo menos 305 millones de pesos en el pabellón construido en Zaragoza, España, en contraste con los aproximadamente 179 millones de pesos que el opulento Japón pagó por los costos de su pabellón.

Luego de que el gobierno mexicano aceptó la invitación española en 2006, la entonces oficial mayor de la SRE, Mónica Ruiz Huerta, pagó 600,000 pesos a la empresa MetaDesarrollo para un anteproyecto de presupuesto. Ese estudio resultó ser una tabla de Excel con 8 conceptos y sus costos, más de 100 páginas con antecedentes históricos de la expos, síntesis de información oficial de Expo Zaragoza y otras generalidades.

Pero en su estudio, MetaDesarrollo no explica la metodología por la que concluyó que la participación costaría 66'740,000 pesos en "sueldos y honorarios", entre otros rubros, para un total de más de 252'050,000 pesos.

La intención del gobierno de Vicente Fox era que el pabellón de Zaragoza fuera organizado por un fideicomiso privado como el que se creó para Aichi 2005, pero la idea no cuajó. Un ejemplo de las anomalías en Aichi fue el pago de 7 millones de pesos en sueldos para 30 empleados en un solo mes.

Con el cambio de gobierno, finalmente la participación en Zaragoza no fue puesta en manos de un fideicomiso privado sino de uno público como lo es ProMéxico.

(V.pág.9-A del periódico El Informador del 17 de junio de 2009).


El aspirante perredista a la alcaldía de Guadalajara, Carlos Orozco Santillán, se mostró en contra de la Ley Antitabaco al considerarla inaplicable en un país como México, por ser de 3er. mundo.

"Hemos sido la oposición quienes hemos denunciado la inviabilidad de las leyes de renombrón, que solamente pretenden imitar naciones desarrolladas para que parezca que nuestros gobiernos actuales responden a la necesidades del mundo global, por ejemplo la Ley Antitabaco", declaró Orozco Santillán en su discurso ante la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados.

(V.pág.2 de la sección "Comunidad" del periódico Mural del 18 de junio de 2009).


Mientras el presidente y el secretario de Hacienda repiten que aquí no pasa lo que pasa y que lo que viene no viene, el mundo financiero internacional alerta con bajará los indicadores de seguridad y de futuro para el país.

Daniel González Romero
(v.pág.21 del periódico Público del 19 de junio de 2009).


Volamos buscando la Isla Bermeja, que está en mapas, está en documentos oficiales, pero nadie la encuentra en la realidad. Si no aparece, se le van a México 300,000 millones de dólares en petróleo.

Isla Bermeja, de estar por donde la pintan, extendería 55 kilómetros la frontera marítima de México, abarcando casi la totalidad del Hoyo de Dona occidental, una de las reservas petroleras más importantes del mundo. Si nadie la encuentra, un buen tramo de ese yacimiento se va para Estados Unidos.

Por eso hay quien asegura que la bombardeó Estados Unidos para quedarse con el tesoro. Otros defienden que fue el calentamiento global el que la hundió. Hay quien piensa que un sismo. Y algunos, que es un mito, que nunca existió, que fue un error de los cartógrafos o de marineros que se la inventaron para cobrar a sus gobiernos el haber descubierto otro territorio.

Desde el año 1600 la pintaron como una islita de apenas 20 hectáreas. En 1820 concluyeron sin éxito 2 expediciones para encontrarla, pero no la borraron de los mapas, sino hasta mediados del siglo XX. Sin embargo, en los años 80 seguía en los inventarios de islas de la Secretaría de Programación y Presupuesto. Lo que nunca hubo fue registro de que alguien viviera ahí.

Con 300,000 millones de dólares de por medio, el congreso ordenó su búsqueda. La UNAM se aventó el tiro. Los resultados están ya en manos de los legisladores: Isla Bermeja no fue encontrada por la expedición (segunda en la historia reciente; la primera fue encabezada por la Secretaría de Marina en 1997). Isla Bermeja no está donde dicen que está. Pero los científicos universitarios no se animan a declarar que fue un invento, sino que piden ser enviados de nuevo, a otras rutas, a otros mares, a seguirla buscando.

La Marina no tiene esperanza: sus mediciones del fondo del mar no revelan que esté bajo el agua, y en superficie, tras 60 años de navegar el Golfo de México, ninguna embarcación pública o privada ha reportado nada; si existiera y no estuviera en los mapas actuales, y alguna embarcación tuviera un accidente contra ella, la Marina tendría que pagar los daños por errores en la cartografía, y eso, sostienen, nunca ha pasado. La posición oficial de la secretaría no deja espacio a la discusión: "Es un mito".

Carlos Loret de Mola A.
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 23 de junio de 2009).


El sector empresarial nacional lamentó que México esté estancado en materia de competitividad, al ubicarse en el lugar 60 de 134 naciones, de acuerdo con el Informe del Foro Económico Mundial.

El presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, Claudio X.González Laporte, llamó a concretar cambios para "dejar de obedecer a mitos" y realizar acciones de futuro "que verdaderamente cambien al país y le quiten la mediocridad que estamos teniendo en estos momentos".

(V.pág.12-A del periódico El Informador del 23 de junio de 2009).


Yo creo que hay 2 cosas que son básicas para que este país no avance: una, sin lugar a dudas, la tara que venimos arrastrando del machismo; lo hemos seguido tolerando, las señoras lo siguen reproduciendo en la relación con sus hijos. Y la otra es la Iglesia Católica, estoy absolutamente consciente de que el lucro de la Iglesia ha sido a través de la ignorancia de las personas; la Iglesia es la empresa que lucra mejor con la ignorancia de los seres humanos.

Miguel Galán, candidato del Partido Socialdemócrata a alcalde de Guadalajara
(v.pág.14 del periódico Público del 26 de junio de 2009).


Como bien dice Jorge Castañeda, México es el "campeón absoluto de no hacer nada". Pasan los años y se conforman sucesivas legislaturas en el congreso sin que se tomen las más apremiantes medidas para detener el imparable declive de la nación en un entorno mundial de feroz competencia y desarrollo económico. ¿Brasil crece, capta inversión extranjera, fortalece el mercado interno y reduce sus niveles de pobreza? No nos quita el sueño. ¿Corea nos saca una inalcanzable delantera luego de haber estado por debajo de nosotros en los índices de desarrollo humano? No nos sirve de ejemplo. ¿España logra una transición democrática ejemplar a partir del entendimiento acordado entre los diferentes grupos políticos? Ellos son españoles y nosotros somos mexicanos: la confrontación, por lo visto, es un rasgo de nuestra personalidad -consustancial e irremediable- al que no podemos renunciar.

Román Revueltas Retes
(v.pág.4 del periódico Público del 5 de julio de 2009).


El casino del gobierno.

Tan sólo en los primeros 5 meses del año las ventas de juegos de azar en busca de fortuna se incrementaron. Pronósticos para la Asistencia Pública reporta un incremento de 8.1% en ventas a nivel nacional, que en Jalisco fue mayor, al alcanzar 10.4%, informó el director del organismo, Adolfo Blanco Tatto.

El crecimiento es inesperado, reconoce el directivo. Para este año esperaban, en el mejor de los casos, tener cifras similares a las de 2008.

Ante el cuestionamiento de que si el desempleo ha sido un motor para el aumento respondió: "No lo sé. Yo sé que gente sin dinero no jugaría, y yo lo que le pido a la sociedad de Jalisco y a la del país es que si no tiene dinero para sostener a su familia, no juegue. Si tiene 15 pesos para el sustento de la familia, que se quede en la familia".

(V.pág.11-A del periódico El Informador del 8 de julio de 2009).


En México, ya se sabe, siempre hemos sido violentos y cantamos como si fuera motivo de orgullo que entre nosotros "la vida no vale nada". Como digo, ya éramos violentos, pero la abdicación práctica y cotidiana de nuestras policías y nuestro sistema de justicia, la irrupción del narco que abona precisamente con violencia el terreno donde se establece y la naturalidad con que una cultura mira el hecho de dar o recibir la muerte violenta; todo esto nos tiene a los ciudadanos en la total indefensión. Explicablemente nos hemos vuelto miedosos, incapaces de alzar la voz, o de adquirir alguna notoriedad, quejumbrosos, pero pasivos y sin más esperanza que la de no ser avistados, ni tropezar impensadamente con alguna de las mil formas de la violencia.

Germán Dehesa
(v.pág.7 del periódico Mural del 9 de julio de 2009).


Mexicano es aquél que odia por razones de espacio en el metro a otro nacional; mexicano es aquél dispuesto a jurar ante el juez que otro mexicano, en las noches, extrae la caja de cenizas de su hermano y le cuenta lo mal que le caía.

Carlos Monsiváis
(v.pág.14 del periódico Público del 12 de julio de 2009).


México continuará siendo el país con peor desempeño en la región, una metáfora de lo que ahora es la selección nacional de futbol, en apuros hasta con los equipos de las islas caribeñas.

Las virtudes cívicas no existen. Los problemas se ignoran. El México aplaudidor de privilegiadas élites acomodaticias se impone. El tamaño del fracaso generacional se elude. Más reconfortante y cómodo vivir al amparo del ridículo, la desmemoria y el cinismo.

Federico Berrueto
(v.pág.2 del periódico Público del 19 de julio de 2009).


Según afirman varios obispos, las familias mexicanas, en su mayoría, dicen ser católicas pero en rigor profesan el "ateísmo funcional", o de otro modo no se explica la constante solicitud de una "nueva evangelización".

Carlos Monsiváis
(v.pág.13 del periódico Público del 26 de julio de 2009).


¿Cuáles son los prejuicios y paradigmas que nos tienen a cada uno, a nuestras familias y empresas, a los políticos, a la policía y a los profesores de escuela; a los estudiantes, a los deportistas y a buena parte de los mexicanos viviendo en condiciones deplorables, inmersos en un mar de crímenes y corrupción, aportando al mundo materias primas y mano de obra barata en lugar de productos terminados y conocimientos, sin ninguna clase de respeto por la ley y los derechos de los demás, y con resultados mediocres en casi todo lo que hacemos?

Los componentes del mindset mexicano son múltiples. Y es necesario identificarlos si queremos modificar la inercia mental, romper los paradigmas y acabar con los prejuicios que definen lo que somos y lo que seremos.

Todo indica que la inercia mental de los mexicanos, nuestras predisposiciones colectivas, nuestro mindset, son de incivilidad y de "valemadrismo"; de intentos permanentes para obtener beneficios por medio de la corrupción y el engaño, y no el resultado del trabajo honesto y la competitividad.

Si esto no cambia, nuestro plan de vida está condenado a ser siempre mediocre, corrupto, inseguro en todos sentidos y regido por la ley del más fuerte.

Las formas personales de actuar las podemos modificar con cambios en nosotros mismos, pero las actitudes colectivas sólo cambiarán cuando los grupos de poder y el liderazgo social estén en manos de individuos que hayan cambiado su viejo mindset (ese que a diario les dice que se vale mentir, que existen justificaciones propias para robar y engañar, que no hay ricos honestos, etc.) por uno nuevo en el que los escrúpulos, las leyes y los derechos de los demás sean prioritarios; en el que se entienda que calidad de vida no significa coche nuevo y chequera llena, sino buena salud, buena educación y un trabajo honesto y bien remunerado que permita el desarrollo de las capacidades individuales en un clima de respeto absoluto a las leyes y derechos.

Ricardo Elías, arquitecto y empresario
(v.pág.6 del periódico Mural del 30 de julio de 2009).


México sigue empantanado en el atraso y la desigualdad. Y no me digan, por favor, que poco más de 9 años de gobernaciones panistas explican, de pronto, la existencia de 40 millones de pobres en este país. Pero, por lo que parece, la evidencia de tan morrocotudo fracaso -un desastre que se origina en la concepción misma de un sistema que nunca tuvo el propósito de otorgar libertades a ciudadanos soberanos sino que se dedicó simplemente a controlar una colectividad de súbditos consintientes a punta de prebendas y beneficios espurios- no sirve para hacernos cambiar de rumbo ni para corregir las fallas: hoy mismo, confrontados a la realidad de la desigualdad, la injusticia social y vapuleados, encima, por una devastadora crisis económica, somos incapaces de cuestionar un pernicioso modelo de desarrollo que, por el contrario, hemos transmutado en dogma sagradamente constitucional.

Hablo, desde luego, de ese gran decreto fundacional del estado mexicano que consagra solemnemente la propiedad pública de los hidrocarburos y los energéticos pero que, en los hechos, ha perpetuado la descarnada expoliación de un recurso para alimentar las arcas de un gobierno ineficiente, ha servido de caja chica a los líderes sindicales, ha propiciado colosales niveles de corrupción, ha repartido las ganancias entre una pandilla de contratistas cercanos al régimen, ha sentenciado a la empresa petrolera nacional a una bancarrota onerosa para la nación entera y, sobre todo, ha impedido la verdadera creación de riqueza implantando un catálogo de prohibiciones que ni siquiera estaban previstas en la proclama original de Lázaro Cárdenas. ¿A alguien le beneficia que un conciudadano emprendedor no pueda venderle a los vecinos la electricidad que producen sus molinos de viento?

Se ha discutido mucho este tema pero, por lo general, las argumentaciones se apoyan en los dogmas que sustentan a las ideologías en vez de surgir de la razón y el pragmatismo. El debate es así "político" en el peor sentido de la palabra: no cuentan los hechos duros sino la exhibición de incuestionable fidelidad a unos principios de doctrina que nadie debe discutir. El petróleo "es de todos los mexicanos" [el webmaster sigue aquí esperando que le llegue su primer cheque de utilidades... o al menos un vale para un tanque de gasolina]. Punto. Quien proponga que algunos de esos mexicanos inviertan sus dineros para construir refinerías o explorar nuevos yacimientos es un traidor.

El problema es que esa empresa que tan alegremente reparte convenios y contratos no gana dinero; no tiene capital propio para invertir en infraestructura y en exploración; y, en el colmo de la política antipatriótica y antinacionalista, se asocia con magnates texanos porque doña Constitución le prohíbe celebrar maridajes con los ricos del terruño para construir refinerías en su propia casa. Las gasolinas nos las refinan fuera de nuestras fronteras, el gas natural nos lo venden los yanquis al precio que les viene en gana y los petroquímicos que utilizan nuestras industrias los tenemos también que comprar en el exterior, dejando a otras multinacionales el beneficio del valor agregado. México solamente vende petróleo crudo. Nada más.

Este, el de los hidrocarburos, debería de ser el gran debate nacional en estos momentos. Porque, aunque algunos (muchos) no lo quieran ver, es la única salida que existe para remediar el pavoroso estancamiento de la economía mexicana. Imaginen ustedes, para no ir más lejos, los beneficios de que con recursos privados -justamente ésos de los que carece estado y por lo cual apenas va a edificar una refinería- se construyeran, ahora mismo, 5 nuevas plantas de refinación. Tan simple y tan sencillo como dar un paso. Y tan complicadamente mexicano como eso mismo.

Román Revueltas Retes
(v.pág.4 del periódico Público del 2 de agosto de 2009).


México tuvo desde finales de los años 80 un régimen audaz e ilustrado, pero autoritario, que impuso a una sociedad recalcitrante la opción de América del Norte a través del TLC, pero, por ello mismo, la sociedad y sobre todo sus élites, nunca terminaron de convencerse, ni de lo acertado de la imposición, ni de las consecuencias que entrañaba. Hoy, como en otros momentos de los últimos 15 años, asistimos a una versión azteca del freudiano "retorno de lo reprimido". La sociedad mexicana y sus elites no saben lo que quieren. Por ello parecería ya indispensable iniciar un debate sobre el código postal: ¿a cuál queremos pertenecer: al de Zelaya y su sombrero, al de Chávez y su boina, al de Raúl y su senectud, al de Brasil que no nos quiere en el vecindario, o al de América del Norte cuyos jefes de estado y de gobierno se reúnen este fin de semana en Guadalajara? ¿A dónde están los jóvenes turcos que, con Atatürk, apoyaron la decisión de Turquía de ir por Europa? No se ven, no se oyen.

Jorge G.Castañeda
(v.pág.6 del periódico Mural del 6 de agosto de 2009).


El viernes 24 de julio, Sección Amarilla en mano, localicé una empresa de vidrios para comprar tres cristales templados, muy sencillos, para unas mesas. La empresa, de nombre Fábrica de cancelería de alumnio, aparecía como una de las de mejor calidad.

Diligentemente un trabajador tomó medidas de los cristales ese mismo día y prometió su entrega hoy, lo que no ocurrirá, porque 7 días después de la primera visita llamaron para realizar una segunda visita y medir de nueva cuenta. Empezó la tortura.

Al menos 6 personas me han visitado para desenmarañar un misterio: medir el tamaño de 3 cristales para unas mesas. Una idea fue tomar una plantilla. Fallida. Otra llevar los vidrios sin templar, cortarlos in situ, y luego templarlos. Fallida. Una tercera enviar al individuo que sí sabe medir. Pero ¡faltó al trabajo! ¿Otra? "El señor de la camioneta ya salió para allá con los vidrios". Nunca llegó.

Hoy no hay medidas ni consenso sobre ellas, y mucho menos los cristales.

Ya le entendí: ni Armando Paredes -recientemente reelecto al frente del Consejo Coordinador Empresarial- ni el nuevo portal tuempresa.gob.mx solucionarán que somos brutos. Porque, ¿qué se requiere para que nos sacudamos la estupidez y para que reaccionemos frente a la peor crisis de nuestra generación?

Se dirá que la capacitación es crítica, y lo es; pero más allá de los problemas de educación perennes, lo que urge en las empresas es simple: buen servicio y capacidad de ejecución. Diagnósticos de que somos poco competitivos hay suficientes, pero gente que ejecute bien, no.

Podrá el emprendedor abrir a partir de ahora una nueva empresa en 2 horas. Pero, ¿para qué?; ¿para que un servicio tan sencillo como vender un cristal rectangular siga siendo una tortura? ¿Para qué queremos inundar el país de nuevas empresas si las mueblerías que ya existen prometen y no cumplen, o si el proveedor de un cancel equivoca repetidamente las medidas?

Va siendo hora de que alguien detone una revolución cultural que cimbre la estructura de falta de compromiso en las empresas existentes. Hay mucho mediocre.

Carlos Mota
(v.pág.2 del periódico Público del 7 de agosto de 2009).


Más de la tercera parte de los mexicanos gasta más de lo que gana, reveló una encuesta sobre cultura financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. De acuerdo con el sondeo, sólo 18.5% de la gente lleva algún registro de sus deudas, gastos, ingresos y ahorro. La dependencia federal dio a conocer que, mientras más bajo es el nivel socioeconómico, menor es el conocimiento sobre cómo elaborar un presupuesto.

(V.pág.23-A del periódico El Informador del 10 de agosto de 2009).


La fuerza de la publicidad comercial utilizada por el gobierno promulga los mensajes propagandísticos de que la vida va bien de maravilla, y lo aseveran con tanto aplomo que si bien no siempre suenan creíbles, es claro que los emisores sí están empedernidamente convencidos de ello. Se nos pinta la imagen de un país color de rosa por un lado y rojo chillante por el otro, casi al mismo tiempo.

Norberto Alvarez Romo, presidente de Ecometrópolis, A.C.
(v.pág.4-A de El Informador del 11 de agosto de 2009).


Es infantil la pretensión de los políticos mexicanos de dibujar para los extraños los mismos paraísos de cartón y utilería que nutren la noticia cotidiana.

En el escenario político de México, la lógica es ajena al pronóstico; las cosas acontecen al margen de sus previsiones o de sus razonamientos. Todo puede suceder. Por eso se ha dicho que México no es un país lógico, sino mágico; el pequeño mundo de lo imprevisible.

Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 15 de agosto de 2009).


Parecería que está en nuestro genoma mexicano esa búsqueda por chingar al otro, porque claro, nos sentimos chingados por él.

Imposible no recordar al poeta. Octavio Paz nos lo dijo premonitoriamente: "júbilo y lamento, canto y aullido se alían en nuestros festejos; no para recrearse o reconocerse, sino para entredevorarse. No hay nada más alegre que la fiesta mexicana, pero también no hay nada más triste" (El Laberinto de la Soledad).

Tristes, lamentables espectáculos los que México ha dado en sus tribunas. Y aunque la victoria deportiva nos haya sabido a venganza, flaco favor le hacemos a la imagen nacional en el mundo. Cito de nuevo a nuestro Nobel de literatura: "La violencia de nuestros festejos muestra hasta qué punto nuestro hermetismo nos cierra las vías de comunicación con el mundo" (op cit).

México no merece este salvajismo. Podemos ser arte, magia, historia y elocuencia. Y no me canso de citarte, Octavio. También podemos ser hijos de la chin...

Eduardo Caccia, estudioso del comportamiento con énfasis en el consumo de marcas
(v.pág.6 del periódico Mural del 20 de agosto de 2009).


El médico maltés Edward de Bono, ha dedicado su vida a estudiar la mente humana y en particular la creatividad. Inventó un ejercicio denominado "Los Sombreros" cuyo propósito es, a fin de lograr avances cuando se trabaja en grupo, delimitar la manera en que cada miembro de un equipo puede criticar cualquier idea. Si tienes el sombrero negro, por ejemplo, tienes que ver las fallas de la idea. Quien porte el sombrero amarillo, por obligación tiene que ver los puntos positivos. El señor verde buscará qué se puede mejorar.

Tenemos que aprender a rotar esos sombreros. Pareciera que al momento de inscribir a un mexicano nuevo en el Registro Civil, se le entrega una cachucha negra y la instrucción irrevocable de jamás ponerse otra. Si nuestro instinto es ver las fallas de cualquier propuesta, sin duda alguna las encontraremos. Si nuestra misión es que nunca avance ninguna propuesta, ésta es la manera ideal de lograrlo.

Rodrigo Espinosa Marván
(v.pág.21 del periódico Público del 21 de agosto de 2009).


Todo depende de las palabras. Las realidades no cuentan. Según Calderón en México prevalece la armonía y la seguridad. Es cosa de hallarlas, de no desesperar, en algún sitio deben encontrarse. Hable bien de México y luego aplauda 6 veces seguidas con la vista fija en el oriente y vendrá el arcoíris y encontrará la olla llena de orden y fin de la violencia.

Carlos Monsiváis
(v.pág.14 del periódico Público del 23 de agosto de 2009).


Historias del señor pérez y de su trágica lucha contra la burocracia.

El Alto Funcionario le preguntó al señor pérez:

-¿Cómo ves al País?

El señor pérez respondió con timidez:

-Lo veo ligeramente jodidísimo.

Dictaminó El Alto Funcionario:

-Lo ves así porque no tienes estos lentes que uso yo. A través de sus cristales el País se ve próspero, boyante, bonancible. Estamos ganando la batalla contra la pobreza, el narcotráfico y la inseguridad. Vivimos en el mejor de los mundos posibles.

Suplicó el señor pérez:

-¡Por favor, dadme unos lentes como ésos! ¡También yo quiero ver así a mi País!

Contestó El Alto Funcionario:

-De nada te servirán. Estás demasiado cerca de la realidad.

Armando Fuentes Aguirre "Catón"
(v."Subibaja". Ed.Diana. Octubre de 2005).


Nuestro problema es esencialmente ético. México ya no puede seguir viviendo rodeado de mentiras, de engaños, de abusos y de simuladores, o gesticuladores como los llamaba Usigli. Necesitamos gente cabal, gente de palabra a la que no le tiemblen ni las manos, ni las corvas cuando hay que echarse para delante hasta donde tope. La vida pública en México tiene que adecentarse, de otro modo, los ciudadanos veremos en cada funcionario a un enemigo y a un solapado bribón.

Germán Dehesa
(v.pág.7 del periódico Mural del 27 de agosto de 2009).


Es el PRI, ahora, el que comienza a alarmarse de que su próximo presidente de la república reciba un país en quiebra. Por ahí, miren ustedes, hay alguna esperanza.

El gran obstáculo para el cambio, sin embargo, es cultural. De tal manera, a cada uno de los diez puntos planteados por Calderón puede corresponder una andanada de impugnaciones derivadas de temas como los usos y costumbres, la especificidad irrenunciable de los mexicanos, los agravios históricos, la soberanía, el nacionalismo, los logros y conquistas de la Revolución Mexicana, la identidad nacional y cualquier pretexto que sirva para no hacer absolutamente nada. Ustedes habrán visto ya como los ciudadanos se oponen, por principio, a la realización de cualquier obra: no quieren puentes ni aeropuertos ni pasos a desnivel ni vías de ferrocarril (piden, inclusive, que se quiten los trazados que ya existen y que surcaban el terreno antes de que se edificara el barrio que atraviesan) ni centros comerciales ni plantas de tratamiento de aguas.

Calderón no habló de este oscuro impulso autodestructivo aunque no ignora, tal vez, que su expresión más visible -y, curiosamente, organizada- se ubica en la Cámara de Diputados. Nuestros representantes populares, señoras y señores, no vienen de Marte. Saben, por un lado, que su modelo de presuntas complacencias es muy rentable desde el punto de vista político (usado este término en el peor sentido de la palabra). Mientras no arremetan contra un orden establecido de prebendas y canonjías garantizadas a los grupos corporativos -ésos, precisamente, que pueden bloquear las avenidas de las ciudades y paralizar sectores enteros de la economía- llevarán la fiesta en paz. Y están convencidos, además, de que el oposicionismo a ultranza (dicho en otras palabras, la estrategia de ponerle zancadillas todo el tiempo al presidente de la república) es la mejor estrategia para que sus partidos (causa suprema de sus acciones) mantengan el poder.

Román Revueltas Retes
(v.pág.4 del periódico Público del 6 de septiembre de 2009).


Somos la sociedad donde nos timamos unos a otros, en donde un mexicano le cobra a otro una cantidad exorbitante por pasarlo ilegalmente la frontera y lo deja a mitad del desierto ¡de este lado del río Bravo! Un país donde para ser rico hay que venderle a los pobres a precio de oro en abonitos.

Fabiola Figueroa Neri
(v.pág.3 del suplemento "ocio" del periódico Público del 11 de septiembre de 2009).


Cada día se comprueba que aquí hay de verdades a verdades. Que la crisis no es la que está sucediendo e invade de pobreza de toda clase a nuestra sociedad (financiera, alimenticia, educativa, científica, productiva, ética y política, etc.), a todo lo largo y ancho del territorio nacional. Que este país no es el que por ahí critican y que el verdadero es el que en el discurso se expresa y existe, no es de ficción, es más rebasa la realidad y convierte a México en ese otro en el que hay que creer y vivir, en el que sus historias, unas claras y otras torcidas o perversas, son ideales, pero que ese es y no hay que buscar el gato pardo para hablar mal o lamentarse. Ese en el que hay ahora que ponerle remedio a sus males, sin arrepentimiento y aguantando vara. Total, qué tanto es tantito; con impuestos se arregla todo. Lo que ya pasó, pasó sin culpables (Fobaproa lo menos), por sus buenas causas. Porque desde siempre mañana será mejor.

Eso nos ha dejado sentir lo sucedido en los últimos días luego del informe del presidente Felipe Calderón, y las recetas para pasar y superar la crisis. Las referencias no dejan lugar a dudas. Este país tiene algunos problemas pero nada que no se remedie con discursos y un decálogo, que sigan pagando los de siempre y las resonantes intenciones de los representantes populares y las sanadoras o lacónicas expresiones de los hombres y grupos de poder, político y privado.

Vivimos como en una esfera espacio y verdad concreta de lo irreal narrado por los actores principales, no paramos en muestras, pues si ya tuvimos a Fox de presidente y a Martita de vice, ahora llego Juanito el de Iztapalapa, el que se llama Rafael Acosta, que ya dijo que va a gobernar 3 años; y aquí vive el presidente que lleva vírgenes y el gobernador que regala dinero, pero que ahora ya no invitará a los políticos a festejar el Grito, sino a los mejores estudiantes con sus papás. Ese es México ¿alguien lo duda?

Daniel González Romero
(v.pág.21 del periódico Público del 11 de septiembre de 2009).


Macoatl

Macoatl

(Publicado en Macoatl el 11 de septiembre de 2009).


Mientras otros países han decidio apoyar a la ciencia y tecnología para sacar de la crisis a sus naciones, en México caminamos en sentido contrario.

Francisco Javier Castellón Fonseca, presidete de la comisión der ramo en el Senado, al urgir a que se retituyan los ontos originales a las becas que concede el Conacyt
(v.pág.28 del periódico Público del 13 de septiembre de 2009).


Tenemos violencia rampante, también chiles en nogada. Tenemos pobreza y alza de impuestos, también nuevos hallazgos en el Templo Mayor. Tenemos a la maestra Gordillo (que en sí no es lo malo, sino que encabece a los maestros), también tenemos a Lorena Ochoa. Ante la corrupción nada mejor que sumergirla en una torta ahogada.

¿Podemos comenzar de nuevo una sociedad y aprender de los errores?

En el país donde Acción Nacional no termina por generar acción, hagamos que las palabras sí lo hagan.

Cuando no es opción abandonar México y decir "el último apague la luz", refundar nuestro ánimo a partir de nuestro lenguaje y generar un contagio social parece un camino transitable.

Más allá del infortunio, el mexicano tiene una enorme capacidad de aguantar y encontrar la felicidad. Otras culturas son menos felices aunque sus indicadores financieros sean muy superiores. ¿Cómo aprovechar nuestras reservas internacionales de optimismo?

Ricardo Caccia
(v.pág.6 del periódico Mural del 17 de septiembre de 2009).


Ser un buen mexicano requiere de muchas cosas. Estar siempre en estado de alerta respecto a nuestra soberanía nacional; boicotear iniciativas de ley sin haberlas leído; pegar los codos al claxon apenas encendamos el auto; y, claro está, odiar a los gringos.

Nada mejor comprueba ser pieza íntegra de este país que en automático recibir cualquier noticia con "pinches gringos". ¡Subió el dólar! Pinches gringos. ¡Bajó el dólar! Pinches gringos. ¡Guerra en Irak! Pinches gringos. ¡Guerra en las Malvinas! Seguro tuvieron algo que ver.

De todas las actitudes que les reprochamos, ninguna es tan ferviente como la situación migratoria. Aunque sin duda hay excepciones, hay veces que somos muy poco objetivos en nuestra apreciación del tema.

En México de inmediato calificamos como ‘racista’ cualquier posición negativa que un estadunidense tenga sobre inmigrantes mexicanos.

Tenemos que reconocer que de ser al revés la situación -o más puntualmente, considerando la manera en que nuestro gobierno trata a centroamericanos- nosotros también nos enojaríamos.

Requerimos un poco más de objetividad antes de empezar a repartir calificativos, hay gringos que sólo quieren defender su identidad nacional -al igual que nosotros nuestras playas.

Rodrigo Espinosa Marván
(v.pág.21 del periódico Público del 18 de septiembre de 2009).


Consecuencia lógica de gritar hasta el cansancio ¡Viva México, cabrones! es nuestro nacionalismo ramplón que arranca precisamente en esa frase, pasa por otra serie de bravatas e insultos y concluye en la misma expresión. Ante el extranjero nos movemos con una suerte de admiración y recelo, de cortesías y ánimo revanchista.

Sobra decir que de nuestros vecinos del norte sabemos, a nivel nacional, lo siguiente: que son los pinches gringos, que nos robaron la mitad del territorio que incluye a las güeras y lo pavimentado; que son imperialistas y se quieren quedar con el país (lo que se dice sin tomar en cuenta la cantidad de mexicanos que están allá, legales e ilegales).

De nuestras lecciones de relaciones internacionales y comprensión del mundo, se desprenden los siguientes conocimientos: ¡Pinches gachupines, casi acaban con nosotros, de milagro quedó Teotihuacan!; a México no llegan españoles de España sino españoles de mierda (hay que subrayar que la frase anterior normalmente está dicha por individuos de apellido Godínez, Pérez o Hernández); en la plaza de toros cada vez que un torero español hace una buena faena ante el pasmo de los de aquí (el reglamento dice que no pueden torear en un cartel más extranjeros que mexicanos), se oye el grito que resume nuestro sentimiento de inferioridad, nuestra impotencia ante el de afuera: ¡se siguen llevando el oroooo!!

¡Que le apliquen el 33! Grita con rabia en los ojos y con supuesto sentido de reivindicación histórica el politiquillo improvisado. Sabedor de que uno de los pocos conocimientos que compartimos la mayoría de los mexicanos es, precisamente, la existencia del artículo 33 de la Constitución. Pero no sólo lo sabemos nosotros. Pocos extranjeros que hayan vivido o que vivan en México ignoran la existencia de dicho artículo ya que desde que llegan nos dedicamos a repetírselos hasta la saciedad.

Uno de los temas que debemos reflexionar en estas fechas patrias es adónde nos llevan estas convicciones primitivas de que los de afuera son malos y los de adentro los buenos. En otros países el triunfo de alguien que llega de afuera es motivo de satisfacción y orgullo por las condiciones de oportunidad que se generan. Aquí no aguantamos que triunfen ni los de adentro. ¡Viva México, cabrones!

Juan Ignacio Zavala
(v.pág.12 del periódico Público del 20 de septiembre de 2009).


En una misma semana, las Naciones Unidas fueron aval y maledicencia. Aval, cuando una horrible mañana despertamos para ver los titulares en las noticias, que decían que las Naciones Unidas, ¡las mismísimas defensoras de los pobres del mundo!, avalaban el impuesto de 2%. ¡Orale! Los ciudadanos pusimos cara de what, pero todos los gobernantes y legisladores que ya están apuntadísimos para atorarnos con 2% más para el resto de nuestras miserables vidas, pusieron cara, de "¿Ya ven? ¡Hasta las Naciones Unidas lo dicen!".

Luego, en un extraño viraje (y lo extraño venía de que sonaba a verdad) dijeron, a través de un estudio sobre el desarrollo humano en Jalisco, que los diputados son unos buenos para nada. Y entonces los diputados, pero también todos los involucrados en la farsa de la política profesional, se rasgaron las vestiduras y dijeron que el PNUD (que es el nombrecito del programa que presentó el estudio) no tiene objetividad, ni profesionalismo, ni sirve para nada pues. Igualito que ellos.

Que la ONU avale un impuesto a todas luces injusto y que todos sabemos no llegará nunca a los pobres de este país, no es sorpresa. Que la misma ONU diga que los diputados son unos sapos buenos para nada que lo único que hacen es chuparse sus sueldos y vivir a nuestras costillas, no es sorpresa. No es sorpresa para nadie enterarse que el gobierno del estado compró El Disparate a más de lo que valía; que Mario Vázquez Raña lo único que busca es hacer un negocio de 400 millones de pesos, y que pasará arriba de cualquier autoridad estatal o municipal para hacer la Villa Panamericana donde más le convenga; como no es sorpresa que en un estado en el que el dengue y la influenza arrasan y contagian a al menos a 3 conocidos de primera mano de cualquier persona, el secretario de Salud, un inepto redomado y certificado, siga tan campante y con cara de yo no fui. Caen trombas y arrasan la ciudad. No hay sorpresa. Las calles se desbaratan en socavones que evidencian años de negligencia. Ni la ceja levantamos. Las banquetas de las principales avenidas desaparecen en añicos y nos las devuelven sin esquinas, sin terminar y simplemente nos avisan: se acabó la lana. No hay bronca. Que el presidente va a quitar la tenencia, pero el gober nos la va a revirar. Chido.

Ni la enfermedad, ni la muerte, ni la corrupción rampante, ni el robo descarado, ni la ineptitud, ni la mentira, ni el cinismo nos hacen reaccionar. Funcionamos en automático. Que no me toquen mi vidita, mi chambita, mi casita, mi cochecito. Que no me den lata, no quiero verlos ni oírlos. Así caminamos a diario. Así dejamos que esta ciudad, nuestra ciudad, se convierta en botín de pocos e infierno de muchos. Que nadie se sorprenda entonces, cuando despertemos dentro del socavón del destino y Hacienda nos haga llegar un requerimiento de impuestos por ocupar el hoyo.

Myriam Vidriales
(v.pág.18 del periódico Público del 25 de septiembre de 2009).


La población mexicana ya se habituó a las recesiones económicas e incluso se refugia en actividades o festividades para sobrellevarlas, expuso Ricardo Trujillo Correa, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Según el especialista, el futbol, las fiestas patrias, los viajes y las reuniones con amigos y familiares son formas en las que el mexicano enfrenta las situaciones de crisis económicas, por ser una manera de ignorar escenarios críticos.

De acuerdo con un boletín de la UNAM, el mexicano actual pertenece a la llamada "generación de la crisis", que lleva 30 años experimentando condiciones adversas y por lo cual ya está acostumbrado a las dificultades y a dar por hecho que todo lo que le rodea está mal. "Se siente inconforme con su entorno y está consciente de los altos cobros en productos y servicios, pero aún así no pierde su ánimo festivo", afirmó Trujillo, investigador de la Facultad de Psicología de la máxima casa de estudios.

Atendiendo a una psicología inmediatista, agregó, el connacional se asusta y modifica su conducta ante declaraciones alarmistas o al saber que su empleo o patrimonio están en riesgo; sin embargo, a diferencia de lo que pasa en otras partes del mundo, el mexicano no actúa con temor o, si lo hace, es de forma irracional.

Un ejemplo frecuente de esto, que raya en el folclor, se da cuando un padre de familia viaja con toda su familia a Acapulco, sin un peso en la bolsa y conciente de que a su regreso "ya verá cómo hacerle". Para un estadounidense, que en las mismas circunstancias optaría por encerrarse en casa para gastar lo menos posible, este comportamiento resultaría temerario, explicó.

Por esta razón, la llamada "teoría del shock financiero", que promueve escenarios graves para generar miedo social e imponer medidas gubernamentales drásticas, funciona de manera muy diferente con un anglosajón que con un mexicano, porque éste último tiende a compensar situaciones catastrofistas y reales con indolencia.

Ricardo Trujillo detalló que los partidos de futbol sirven de válvula de escape para muchos malestares personales, al igual que las fiestas, pues sólo así se explica que haya personas que "echen la casa por la ventana" para celebrar, aunque esto los ponga al borde de la precariedad. "Se trata de un ánimo festivo que pretende compensar lo crítico", comentó el también secretario técnico de la Coordinación de Psicología Social de la UNAM.

Otro episodio que evidencia cómo es nuestra comunidad se manifestó en la emergencia sanitaria de la influenza A H1N1, cuando la gente se asustó en un principio ante la posibilidad de enfermarse, pero volvió rápidamente a la normalidad y adoptó una postura anticrisis que rayaba en lo irracional. A partir de un hecho estresante o amenazante, el mexicano le apuesta al "sí se puede" como si fuera un mantra con el que resolverá todo sus problemas.

Añadió que desde épocas de la Colonia el mexicano se sojuzgó a una alta burguesía que le impuso su orden, y que para contrarrestar esta situación optó por responder con ironía o sátira en vez de hacerlo con rebeldía.

El psicólogo declaró que: "Cuando se presenta una dinámica de dominio, el mexicano responde con albures y burlas ante el poderoso". Esta actitud podría parecer conformista, pero es producto de una lógica social que cree que toda adversidad es superable.

"No sé si esta forma de pensar sea sana o no, pero nos mantiene vivos, festivos o animados, y sirve de sustituto a reclamos ante el gobierno", aseveró.

Agregó que aunque reaccionar festivamente y con humor suena ilógico, esto parece funcionar de alguna forma porque en culturas más racionales y enfocadas al éxito como Estados Unidos, Japón y Alemania hay índices muy altos de suicidio y depresión.

(V.pág.11-A del periódico El Informador del 29 de septiembre de 2009).


Debajo del suelo que está pisando usted es muy probable que haya reservas de gas natural, petróleo, cobre u oro.

Los primeros, como usted sabe, son intocables, antes muertos de hambre, que permitir que alguna empresa privada venga a sacarlos y hacernos ricos en equipo.

Los metales tienen un trato distinto y ahora que están en boga, el PRI y el PRD quieren añadir un impuesto a quienes les sacan provecho.

(V.pág.2 del periódico Mural del 1o.de octubre de 2009).


Nelson Vargas denunció que el valemadrismo permea todas las capas de la impartición de justicia, pero está equivocado. El valemadrismo cunde en el aparato de seguridad, pero también cubre con su gelatinoso bálsamo todos los espacios de la vida pública. De la misma manera en que hay valemadres en la PGR, la SSP y en un altísimo porcentaje de las patrullas y retenes que se distribuyen a lo largo y ancho de la patria, es posible encontrar valemadres en todos los espacios laborales, pedagógicos, deportivos y sindicales.

Si el valemadres es aquel al que, acosado por la abulia, la indiferencia y la güeva narcisista, no le importa la otredad porque piensa que el infierno son los otros, es posible pensar que el valemadrismo no es un accidente existencial, sino más bien un estilo de vida que ha encontrado particularmente en México, espacios muy importantes de desarrollo.

Jairo Calixto Albarrán
(v.pág.4 del periódico Público del 2 de octubre de 2009).


Mayor uniformidad regulatoria respecto a bienes inmuebles sería un avance tremendo. Cualquier persona que tiene un negocio cuyos intereses rebasan un único municipio sabe que en México no sólo defendemos nuestra soberanía a nivel federal sino en cada estado y todavía en cada municipio, es decir, cada última población hace sus reglas como Dios le da a entender.

Rodrigo Espinosa Marván
(v.pág.21 del periódico Público del 2 de octubre de 2009).


Tonalá es uno de los rincones más notables del "México mágico".

¿Le parece poco que mataran por allá un hombre, compadre del alcalde y que después se supiera que el muerto andaba enredado en negocios sucios y junto con él unas gentes del mismo gobierno municipal? ¿De veras no se enteró que metieron al bote al presidente municipal?

¡Ah, pos ya lo soltaron! ¡Soltaron al alcalde Vizcarra que era el organizador de todo! ¡Soltaron al cómplice, que era el secretario del Gobierno de Tonalá y soltaron también al que mató al muerto (¡!), a ése también!

¡Ya están libres todos y el muerto enterrado! ¿"México mágico" sí o no?

(V.pág.1-B del periódico El Informador del 3 de octubre de 2009).


El fracaso no es de un gobierno, es de un sistema negado a revisarse y a reinventarse. Desde siempre se combate a la pobreza con la misma receta: el gasto público con fuertes dosis asistencialistas. Se le ataca por sus efectos, no por sus causas. Fijaciones históricas impiden ver en el capitalismo y en la inversión privada la fórmula más eficaz para generar bienestar, oportunidades y desarrollo integral. El modelo liberal requiere de regulación para que el desarrollo se vuelva sustentable y para que el mercado sea realmente un espacio para la libertad de productores y consumidores. Tampoco todo lo pueden hacer los particulares, pero no hay progreso sin una política económica que promueva la inversión privada. Las recetas socialdemócrata o demócrata cristiana son muy progresistas para el conservadurismo generalizado de la clase política mexicana. Mejor ignorar e insistir en lo mismo de siempre, es más cómodo.

Los mexicanos asumen que poco de lo que se cobra realmente se destina a lo que dice el gobierno. Dispendio, corrupción y privilegios son la marca. Pero la cuestión es de más fondo y más inmediata: ¿cómo recuperar el crecimiento económico?, ¿cómo generar empleo?, la variable más importante para proveer oportunidades y bienestar, ¿cómo integrar a las regiones más marginadas al desarrollo regional? En fin, ¿cómo atacar la pobreza histórica y, también, la que produce el modelo económico vigente?

En el debate económico se ignoran estas preguntas, mejor lo mismo de siempre. El voluntarismo es la constante del gobierno, la academia y la oposición. Dicen que dejaremos de ser pobres por voluntad; el tema es que hay que dar respuestas estructurales que propicien el crecimiento, muchas de ellas a contrapelo del prejuicio y del estatismo que permea la cultura de nuestros políticos. El país es rebasado por la derecha y por la izquierda. Nos vamos quedando atrás, hasta las otrora repúblicas bananeras nos marcan distancia. Desde el exterior, los Méxicos de El Chapo Guzmán y el de Carlos Slim no merecen comparación con el de Cantinflas y Agustín Lara. Se tenía poco y se perdió en el camino y lo peor es que no hubo tiempo para advertirlo, para dimensionarlo, por ello la pobreza poco importa, es parte del paisaje y motivo recurrente de la retórica política. México no sólo es un país de violencia, corrupción y desigualdad, también somos acomodaticios y cruelmente indiferentes, como lo revela la marginación y la impunidad legal y social que pesa sobre los hombres de poder. Es un hecho que nuestras élites no se han dado el tiempo para ver nuestra realidad con un poco de vergüenza.

Federico Berrueto
(v.pág.4 del periódico Público del 4 de octubre de 2009).


En Estados Unidos, el programa "Cash for Clunkers" (dinero por chatarra) provocó que en un mes salieran de las calles de ese país alrededor de 700,000 vehículos usados o deteriorados. En México, el Programa de Renovación Vehicular apenas ha logrado en dos meses la chatarrización de 1,300 automotores, de los 33,300 que esperan.

En la Unión Americana, el programa repartió 3,000 millones de dólares, bonificando con hasta el equivalente de 53,600 pesos la destrucción de un auto deteriorado. En nuestro país, los fondos son de 500 millones de pesos, y la bonificación es de 15,000 pesos por unidad.

Pero no son estos aspectos tan contrastantes los que han inhibido en México que los propietarios de automóviles deteriorados se interesen en cambiarlos por otros nuevos, más eficientes y económicos. El problema de fondo es la burocratización con la que nuestros gobiernos suelen organizar sus actividades y programas. De acuerdo con el procedimiento definido por la Secretaría de Economía, el interesado tiene que hacer un peregrinaje de varias escalas para cambiar su auto. Idealmente le lleva 3 días, pero hay casos en los que el proceso tarda hasta 2 semanas.

En cambio, en Estados Unidos la persona llegaba con su automóvil viejo a la agencia, documentaba el cambio, y en menos de una hora podía salir del mismo lugar conduciendo un flamante modelo nuevo a su gusto.

El Programa de Renovación Vehicular, popularmente conocido como plan de chatarrización, no es malo. Por el contrario, es socialmente valioso que la iniciativa saque de nuestras calles y carreteras autos ineficientes y contaminadores; hasta "cafeteras" humeantes. Lo lamentable es que una buena idea se convierta en un Vía Crucis para la población, que debe recorrer un procedimiento donde es sospechoso de cometer fraude hasta que demuestre que es propietario legítimo de los autos para chatarrizar.

Esta tendencia tan mexicana, burocratizar los procesos, cuesta mucho dinero y muchos empleos para el país, porque cada trámite, así sea uno tan benéfico como destruir "chimeneas" andantes, termina por ser gobernado por quienes profesionalmente se dedican a la "tramititis".

Editorial
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 10 de octubre de 2009).


La empresa [Luz y Fuerza del Centro] es expresión clara del drama nacional. Lo peor no es el desproporcionado déficit subsidiado con recursos fiscales, el doble del presupuesto de la UNAM. Tampoco lo más grave es la corrupción gremial o la ilegalidad en la reelección de su dirigente sindical Martín Esparza. Lo más serio de Luz y Fuerza es el costo que representa una empresa ineficiente en extremo que tiene el monopolio en proveer electricidad al corazón del país, así como la escandalosa colusión social que implica la práctica generalizada del robo eléctrico: se estima en 32% las tomas ilegales. Una empresa propia de un país encumbrado en el desdén a la productividad y a la legalidad, regocijado de vivir en la trampa, un país estructuralmente negado al éxito, castigando a quienes cumplen y pagan; premiando a quien abusa.

Federico Berrueto
(v.pág.2 del periódico Público del 11 de octubre de 2009).


Trekki Monster, una marioneta personaje de la obra de teatro musical Avenida Q, dedica una de sus canciones a refutar la idea de que la internet es el futuro de la comunicación entre seres humanos, una herramienta indispensable para la educación, la ruta del crecimiento económico de las naciones y el aprendizaje de sus ciudadanos. Para Trekki, el internet es sencillamente para ver porno.

La visión de Trekki Monster sobre la red de redes parece ser la que sostienen los que impulsaron y aprobaron hace unas horas cobrarle un impuesto de 3%: Presidencia, Hacienda, PRI y PAN.

Hoy, México se lamenta de no haber invertido hace 20 años en una revolución educativa, sino haber dejado al vaivén de la política el mejor cimiento del desarrollo de una nación. Dentro de 20 años serán lamento público cuando se sepa que quisieron detener con un gravamen el ferrocarril de la humanidad, logrando sólo que México se quede -una vez más- atrás.

No había terminado de aprobarse este impuesto de 3% a las telecomunicaciones, cuando ya la comunidad de internet había reaccionado. En la red social Twitter se creó un foro de discusión (llamado "#internetnecesario") para que la gente se expresara al respecto:

@leos dice: "El impuesto va porque la gente informada es gente con poder y no les conviene". @hemg21: "De por sí los precios de internet en México no pueden competir con los de otros países, ahora con el impuesto, menos".

@jonatva no se la cree: "No pensé decir esto, pero apruebo la toma de tribuna". @cafeenelbalcon propone una ruta: "¿En qué se parece un mouse a un político? En que si no lo presionas y arrastras, no funciona". @roalcocer remata recordando la visita del llamado "padre de internet" a nuestro país hace unos días: "Y Calderón regalándole un balero a Vint Cerf".

Y como esos, más de 25,000 (al momento de redactar esta columna). La condena al impuesto al internet es unánime. No sé si fueron las prisas, la ignorancia, la falta de imaginación. Quisieron cobrar más a empresas y sacarles raja a los empresarios más poderosos, terminaron poniéndole un dique al crecimiento y condenando a los menos favorecidos al analfabetismo informático, a nunca ser competitivos.

Carlos Loret de Mola
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 21 de octubre de 2009).

[Finalndia se ha convertido en el primer país en crear una ley que declara que el acceso de banda ancha a Internet es un derecho legal. Se requerirá a la compañías de telecomunicaciones en Finlandia que provean a todos los ciudadanos con una conexión a Internet de al menos un megabit por segundo. Para el año 2015 se planea aumentar 100 veces la velociada, a 100 megabits por segundo. Finlandia es uno de los países más "conectados" del mundo, con un estimado del 95% de la población con acceso a Internet - el webmaster.]


Bien calificó el Premio Nobel de Economía, James Nobel Heckman, de "capitalismo de amigos" a la cultura política y económica que tiene México, se mostró sorprendido por la "permanente desigualdad" y agregó que existen "grupos de interés especial, que reciben favores que llevan a la formación de monopolios, y los monopolios evitan que los innovadores entren a la industria, retrasan el crecimiento y además elevan los costos". Informó que aquí son más costosas 7 veces las llamadas de telefonía que en Corea. Y aquí está su conclusión más apabullante: "En los pasados 20 años el crecimiento de la productividad en México ha sido negativo, y esto debería ser preocupante para cualquier interesado en el bienestar social de los trabajadores mexicanos". Heckman desconoce que no hay autoridades interesadas en eso, ya lo demostraron.

Martha González Escobar, divulgadora científica de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 21 de octubre de 2009).


En la conciencia colectiva, muchos ciudadanos no aspiran a ser gobernados por un político eficaz y sensato, sino por un mago. O un conjunto de magos, claro.

Todos quieren un gobierno que luego de prometer mucho, haga mucho y bien. Pero ese mismo gobierno debe ser tan bueno que no cobre más impuestos y, si es posible, reduzca los impuestos. Todos quieren un gobierno eficaz, pero que no acepte inversión externa; todos condenan la burocracia, pero cuestionan el despido de burócratas; prefieren enamorados del sindicalismo, pero que no cierre empresas quebradas por los sindicatos; que atienda a los pobres, pero que entregue dinero a los partidos, no a los pobres... ¿Queremos gobiernos eficaces y sensatos, o queremos magos?

Ricardo Alemán
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 26 de octubre de 2009).


Avidos como somos de telenovelas y juegos de futbol, nos olvidamos de repasar algunas teorías básicas de Economía, Sociología y Ciencias Políticas, que comprueban cómo una clase media consciente, se opone a las batallas y defiende el imperio de las leyes.

Sin embargo, en este país nuestro que atestigua cómo los poderes fácticos del narco y el crimen organizado le disputan al estado la monopolización de la violencia; en el que la ley y la justicia se desvanecen ante la impunidad, y en el que la pobreza sólo se vence acumulando riqueza a costa de millones que sólo pueden tener la certeza de que serán más pobres mañana, se avanza decididamente al reciclaje de escenarios donde sí podría ser factible un levantamiento armado.

Las nuestras son generaciones sin memoria de guerra. No tienen abuelos que hayan vivido en ella y a los pocos que aún quedan, no los oyen. Por eso, estúpidamente, abundan las invocaciones de otra revolución que, muchos creen, terminará con los problemas de tajo.

Jorge O.Navarro
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 27 de octubre de 2009).


Cobrar impuestos, asignar el gasto y vigilar su buen uso es la tarea central de todo poder legislativo cada año. Dada esta temporalidad, no puede mandar el problema al futuro y concentrarse en buenos deseos, como son algunas de nuestras leyes recientes que sólo parecen servir para justificar el costo de nuestro congreso. En otras materias puede no legislar en todo el año y el país puede sobrevivir con las leyes vigentes. Incluso puede ser mejor, dada la curiosa inventiva de muchos de quienes legislan.

En la asignación de impuestos y gasto público vemos las preferencias reales de nuestra clase política, no sus buenos deseos, así como la relación de fuerzas entre los distintos actores que componen nuestra sociedad. En el pasado reciente ha importado menos este proceso, ya que los ingresos petroleros han servido para que cerca de un 40% del gasto del gobierno no se pague con nuestros impuestos y, por lo tanto, parezca que no nos cuesta.

Sin embargo, el petróleo se está acabando. Desde hace varios años Pemex no ha cumplido con sus promesas de producción. Es previsible que no las cumpla en el futuro, pero no queremos tener alternativa a esta inefectiva empresa. Por ello tiramos alegremente nuestro dinero en un yacimiento como Chicontepec, con pocas posibilidades de éxito, pero no exploramos en donde sí hay petróleo, es decir, en aguas ultraprofundas. Ahí no sabemos cómo hacerlo y la Constitución nos impide asociarnos con empresas que sí saben cómo y que ya han encontrado miles de millones de barriles de crudo en el Golfo de México del lado de Estados Unidos. Incluso puede ser que se trate de yacimientos compartidos por México y Estados Unidos, pero se explotarán exclusivamente para beneficio de nuestros vecinos. Todo sea en nombre de nuestro nacionalismo.

Si el ingreso del petróleo era, por definición, temporal, fue una irresponsabilidad usarlo en gasto corriente, que aun en los casos donde fuera socialmente deseable, debe ser pagado con impuestos. Pero pagarlo con el petróleo era más fácil políticamente hablando. Ahora que una parte de este ingreso ya se terminó, el gobierno nos propone aumentar los impuestos. ¿Por qué no mejor reducir el gasto que creció a lo loco en los últimos años?

Hay excesos por todos lados. Muchos periódicos lo han documentado casi a diario desde que inició el debate presupuestal, pero el grito de "ni un peso menos" dificulta hacer más eficiente el gasto. Incluso la modesta propuesta de recorte de secretarías del gobierno federal va a ser rechazada por el PRI. Siempre hay un grupo bien organizado, dentro o fuera de la burocracia, que se defiende de todo recorte bajo el argumento de que el país no tiene futuro si no gasta en el campo, educación, turismo o lo que sea, pero tampoco tenemos futuro si tiramos el dinero en burocracia y otros desperdicios. En el colmo de la incongruencia, muchos de quienes piden menos impuestos están ahora yendo a la Cámara de Diputados para pedir más presupuesto.

La solución fácil es apostarle a un mayor precio del petróleo y endeudarse más, ya que el futuro no protesta. Con un poco de suerte prolongaríamos la fiesta. Aunque si falla la apuesta, tendremos que pagar los platos rotos a un precio aún mayor. Una aparente mayoría de legisladores no quiere asumir ese riesgo. Esperemos se sostengan en esa prudencia.

El ciudadano no es parte inocente en esta obra de teatro. Sabe poco de lo que pasa, quiere servicios públicos, pero no pagar por ellos. Cree que contribuye con muchos impuestos, pero incluso el causante cautivo tiene cargas fiscales menores que sus contrapartes en el mundo. Aunque suele no tener servicios públicos eficientes, no suele protestar con el voto por el mal uso de nuestros impuestos. Protestamos por lo que ni existe. Según una reciente encuesta de Parametría, más del 60% de los encuestados cree que ya se cobra IVA en medicinas y alimentos.

Esta tragicomedia no se puede quedar en la ficción. Los legisladores tienen que decir algo. Lo ideal, aunque improbable al escribir estas líneas, sería que, temerosos de subir impuestos, ni si quiera de forma temporal, o de apostar al precio del petróleo, optaran por plantear un recorte de fondo del gasto público; la única manera de construir las bases para poder cobrar más impuestos en el futuro. En realidad, en México falta gasto público, pero éste sólo sirve si es de buena calidad.

Carlos Elizondo Mayer-Serra
(v.periódico Mural en línea del 29 de octubre de 2009).


A mí no me asusta que el hijo de Andrés Manuel López Obrador haya ido a San Lázaro con unos carísimos tenis Louis Vuitton.

Es parte de la pantomima nacional donde cada político, de cada partido, y sus familiares, juegan a ser lo que no son.

¿A poco usted alguna vez creyó que la familia de López Obrador comía frijoles de la olla espantando moscas en un piso de tierra?

Pensar eso es como imaginar a los señores de PT renunciando a sus salarios para entregárselos a los ex trabajadores de Luz y Fuerza.

Como visualizar a los senadores del PRI pidiéndole perdón a la Virgen de Guadalupe por haber perjudicado al pueblo de México con el tema del IVA.

Como suponer que Felipe Calderón sabe más de lo que pasa en este país que de las canciones de Ricardo Arjona. Es pura pose.

¡Para que luego digan que la doble moral del pueblo de México nace en sus bases y no en su cúpula!

¡Para que luego nos echen la culpa a los ciudadanos comunes y corrientes de ser los que no cumplimos con nuestras responsabilidades!

No, a mí el cuento de los tenis de Andrecito López Beltrán no me asusta, lo que sí me tiene verdaderamente aterrorizado es lo que le pasó a Jeffrey Max Jones, ex subsecretario de fomento a los agronegocios de la Secretaría de Agricultura.

¿Qué le pasó? Lo más probable es que usted ya lo sepa y si no, le cuento: a don Jeffrey se le ocurrió decir, en público, que hay mucho qué aprenderle al narcotráfico porque las personas que participan en esa "industria" saben de mercadotecnia y tecnología.

Más se tardó el señor Max Jones en abrir la boca que los medios electrónicos de comunicación en acabar con él, en amarrar navajas entre sus palabras y las del Presidente de la República, en ponerle enfrente a sus enemigos políticos y en juzgarlo como al peor de los delincuentes.

¿Qué tiene de malo que don Jeffrey haya dicho lo que dijo? Fue un excelente ejemplo para ilustrar su discurso de ese día porque, en efecto, el narco es lo que es porque sabe aprovechar los recursos que no aprovechan los agricultores que trabajan de acuerdo con la ley.

Sí es como para sentir terror porque después de haber dicho algo tan elemental, a Jeffrey Max Jones no le quedó más remedio que renunciar.

¡Perdió su trabajo por atreverse a expresar sus ideas! ¿Sí se da cuenta de lo que esto representa? Es una macroadvertencia.

¿Cuántas personas más se van a quedar en la calle en los próximos 3 años por decir algo que no coincida con las declaraciones de Felipe Calderón?

Alvaro Cueva
(v.pág.13 del periódico Público del 1o.de noviembre de 2009).


En tono triunfante, el presidente anunció el fin de la recesión. Según dijo, la economía creció 2.7% en el último trimestre; se generaron más de 200,000 empleos en los últimos 5 meses. La reacción no se hizo esperar: los comentarios públicos calificaron la declaración de "broma", "mentira" e incluso "traición". López Obrador siguió la línea y Ebrard refutó: "La crisis continúa, al menos en el Valle de México". Nadie apoyó al presidente; la incredulidad fue mayor.

Las reacciones no sólo fueron expresión de inconformidad ante lo que dice la autoridad, sino manifestación de la profunda y creciente distancia entre el gobierno y la cruda realidad cotidiana. Ya el INEGI había revelado que el desempleo alcanzó 6.41% en septiembre; 900,000 personas han perdido su fuente de trabajo. Y no sólo eso: el Indice de Confianza del Consumidor se desplomó en octubre a 77 puntos, por debajo de la zona de mínimos. No se perciben salarios, no se consumen productos.

¿Qué tipo de conclusiones saca el presidente? ¿Qué credibilidad merecen sus palabras? Una cosa es que una cifra cambie y otra, muy distinta, que el cambio sea sostenido y la recesión haya terminado. A decir del periodista Enrique Quintana, "todo depende de si salir de la recesión es pasar de estar 2 o 3 metros bajo el agua, a estar 1.5; el caso es que seguimos bajo el agua". Una cosa es que cambie el signo del movimiento económico y otra muy distinta es que tengamos garantía de que la tendencia hacia arriba será permanente. Las economías siguen respirando con aparatos, a través de los estímulos fiscales y monetarios, pero la respiración artificial no puede ser para siempre.

Aún falta tiempo para ver resultados. Tendremos que aguardar hasta el segundo semestre de 2010 para que aumente el empleo; 2 años para ver incrementos en salarios. Para regresar a donde estábamos en 2008 todavía tardaremos entre 24 y 36 meses.

Ante la urgencia de fabricar "buenas noticias", las palabras del presidente parecen declaraciones de un hombre aturdido. Y más con la aprobación de una reforma fiscal cuyas modificaciones apuntan a estrangular al contribuyente; una ley para el rescate financiero del estado, que no se preocupa por salvar de la quiebra a miles de empresas y a millones de familias. No cabe duda, el código postal de Los Pinos se ubica aparte; ahí, donde los pajarillos cantan.

José Cárdenas
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 10 de noviembre de 2009).


Calderón se echó a sí mismo la pelota y declaró, con énfasis un tanto inconvincente, que habían terminado la crisis y la recesión y, no lo dijo pero sí que estaba implícito, que el empleo volvía a colmar las arcas vacías de las familias y el optimismo era un derecho concedido a los que apoyaban su política. A semejante hacedor de milagros, y a su grupo de discípulos que caminan sobre las aguas declarativas sin hundirse, le resultará por lo menos fastidioso la existencia de la educación superior pública que estimula la crítica, para ellos pura blasfemia, que confrontan las palabras gubernamentales con los hechos de la realidad.

Carlos Monsiváis
(v.pág.14 del periódico Público del 15 de noviembre de 2009).


México tiene su corazón en América Latina, pero tiene su cartera, su cabeza y la undécima parte de su población en América del Norte.

Jorge Medina Viedas
(v.pág.15 del periódico Público del 15 de noviembre de 2009).


En términos globales, el ingreso por habitante es relativamente alto. Sin embargo, en el tema de la distribución de esa riqueza -es decir, en lo que se refiere al bienestar de los ciudadanos en general- nos aventaja un país como Costa Rica. México, en números absolutos, es el país que más autos de lujo compra en todo el subcontinente, lo que nos habla de la pujanza de su clase media. [¿no nos hablará, más bien, de la prosperidad del los miembros del crimen organizado, tanto en el sector gobierno como en el privado? - pregunta el webmaster] Somos, también, un territorio de espectaculares centros comerciales, modernísimas salas de cine, poderosas empresas multinacionales y fábricas muy productivas. La planta de Ford en Hermosillo es la más eficiente de todas las que tiene en el mundo. Ahí trabajan obreros mexicanos ¿o no? Pero, del otro lado existe un país de sombras hecho de gente derrotada, prácticas clientelares, rancias creencias, manipulaciones, intereses corporativos, estorbosos burocratismos y, sobre todo, nefastas intervenciones debidas a una clase política que peca lo mismo de acción que de omisión.

Pareciera, por ahora, que el país ganador comienza a perder puntos: ha bajado la competividad, se han incrementado el desempleo y la pobreza, hay más corrupción y, por cuenta de un congreso que se resiste a emprender la reformas que le urgen a México, persisten tenazmente los mismos problemas de siempre. Sin embargo, la nación sigue contando con esos millones de mexicanos que, contra viento y marea, han construido una sociedad próspera y civilizada. Esos ciudadanos merecen representantes de verdad en las esferas del poder. El cambio se tiene que dar en el ámbito de la política. Pero la exigencia, perentoria y terminante, dirigida hacia los responsables de la cosa pública, nos corresponde a nosotros. Algún día, tal vez, nos organizaremos de verdad...

Román Revueltas Retes
(v.pág.4 del periódico Público del 29 de noviembre de 2009).


Me río cuando ciertos mexicanos bien surtidos se lamentan de que no pueden ir a Europa. Pues que no vayan ¿qué falta les hace?

Hay otros que deciden quedarse en casa, y así el dinero que iban a gastar queda en la patria.

Pero muchos salen fuera y dejan divisas por ahí, sin calcular el daño que hacen a México.

Gabriel Paz, escritora
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 1o.de diciembre de 2009).


Juanito. Clara Brugada clama que está afectado de sus facultades mentales. Los 2 partidos que buscaron beneficiarse con el lamentable entuerto, navegan entre el lavado de manos y la abierta condena. El PRI, oportuno y democrático, respetuoso de la ley (doble ajá) lo reconoce como el señor delegado. Marcelo Ebrard le ofrece, irresponsablemente, hueso para que en lugar de acabar con Iztapalapa, lo haga con alguna dependencia que a nadie le importe. López Obrador (el doctor Frankenstein creador del monstruito) guarda un (ni tan) sospechoso silencio. El pueblo atestigua, vía los medios, que se regodean, a la vergonzante opereta. "Juanito" balbucea a los micrófonos, acribillando a la sintaxis, que ganó la elección y que el pueblo de Iztapalapa le exige que lo gobierne. Y todo esto, risible, indigno, putrefacto, viene a confirmar de manera incontestable lo adolescente, en muchos sentidos, que sigue siendo éste México lindo y querido.

Antonio Salcedo M.
(v.pág.4 del suplemento "Ocio" del periódico Público del 4 de diciembre de 2009).


Durante la homilía celebrada en la Catedral Metropolitana, el cardenal hizo un llamado para que en México se logre una verdadera cultura de los derechos humanos y "no de pseudo derechos humanos. No en el papel o en una ley, sino en la realidad viva".

Norberto Rivera cuestionó: "¿Qué ganamos con decir que todos tienen derecho a una sana alimentación? ¿Qué ganamos con decir que todos los mexicanos tienen derecho a salud? ¿Qué ganamos con decir que todo el ser humano tiene derecho a una habitación digna sino hay los medios para conseguirlo?".

En su mensaje a los fieles católicos, el cardenal declaró que "garantizar los derechos humanos de los mexicanos no es solamente cuestión de leyes o de cambios constitucionales".

(V.pág.13-A del periódico El Informador del 7 de diciembre de 2009).


En la política mexicana los desacuerdos parecen irreconciliables y estériles. Desde el mote de peligro para México que le enderezaron el PAN y Calderón a López Obrador durante la campaña, pasando por el calificativo de espurio que le gritan los legítimos al Presidente en sus mítines, hasta las tragicómicas comparecencias en la Cámara, donde se insultan y agraden sin ninguna contención, todo parece absurdo y fruto de un mal guión.

Pero, ¿por qué las diferencias entre nuestros políticos parecen irreductibles? ¿Por qué nuestra vida pública está llena de una absoluta incomprensión respecto de las posición de los otros? Roger Bartra lo explica extraordinariamente bien en el número de diciembre de "Letras Libres". En su artículo "La sombra del futuro", nos explica que los protagonistas de nuestra vida pública viven en diferentes tiempos históricos.

Los componentes del sistema político mexicano coinciden simultáneamente en la lucha electoral e ideológica pero no son contemporáneos. "En México se confrontan quienes piensan que la democracia ya existía desde hace mucho tiempo, quienes creen que la democracia llegó a fines del siglo XX, quienes creen que la democracia todavía no llega y quienes simplemente no creen en la democracia".

No hay piso común a partir del cuál confrontarse de forma civilizada y fecunda. No se vive en la misma época y no se interpreta la realidad a partir de un código compartido. Por eso en México no hay conflicto y confrontación, sino polarización.

El otro es un enemigo y las diferencias son irreconciliables. Polarizó Vicente Fox cuando trató de impedir a toda costa el triunfo de López Obrador, polarizó Calderón cuando cimentó su triunfo en el miedo al peligro para México, polarizó López Obrador cuando interpretó como un fraude (a la antigua) lo que fue una derrota en las urnas.

Dice Bartra: Si un político de derecha considera que sus adversarios de izquierda son en realidad peligrosos conspiradores subversivos (...) será muy difícil que conviva con ellos sin tratar de exterminarlos (...) si un político de izquierda cree que la derecha es cuasifascista, esencialmente abusiva y absolutamente incapaz de ser moderna, que no es más que un complot de los ricos para vender el país al extranjero, no veo cómo podrá aceptar que gobierne sin intentar derrocarla.

Denise Maerker
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 9 de diciembre de 2009).


México es único y organiza su industria petrolera de forma brutalmente centralizada y cerrada. Las decisiones no se toman en función del interés de los accionistas, nosotros los mexicanos, sino con criterios políticos y sindicales. Esta lógica no permite reaccionar a los cambios en el mercado. Todo se lleva hasta arriba de la pirámide, muchas veces la propia Presidencia, y ahí se congestiona el proceso, como es de esperar en un sistema piramidal grande.

Pemex está muy por debajo de la eficiencia de otras empresas del ramo. Por errores se desperdicia el 40% del gas producido en Cantarell. El estándar mundial es 2%. Chicontepec está produciendo 30,000 barriles diarios en lugar de los 100,000 programados. La nota de Reforma que da cuenta de estos datos reporta que, a diferencia de otras empresas del ramo, Pemex "carece de una metodología para la planeación integral de sus proyectos de exploración y producción".

El principal recurso natural de los mexicanos se explota mal, pero la evidencia de esto sólo merece la página 4 de la sección de negocios de Reforma. No fue titular en ninguno de los diarios capitalinos. Nos enoja, y con razón, tener que pagar más impuestos, pero no parece importarnos mayormente la razón inmediata de esto: la caída en la producción de crudo gracias a las ineficiencias de Pemex.

Se necesita un vínculo más directo para hacerle evidente al ciudadano los problemas de nuestra empresa. El modelo Petrobras, de acciones en Bolsa y con competencia, es el mejor disponible, pero ofende nuestra sensibilidad nacionalista. Eso cuesta. A partir del año entrante lo padeceremos con una mayor carga fiscal.

Propongo un modelo alternativo. Ahora que estamos por hacer una cédula de identidad ciudadana protegida contra la duplicidad y la falsificación, ya que depende de las características físicas inimitables de cada mexicano, es el momento de darle a cada mexicano que tenga su cédula la parte proporcional del excedente correspondiente. La ganancia es doble. Incentiva a todos para tener una cédula de identidad y nos hace socios directos de Pemex, quien hoy está encargado de explotar nuestras reservas de hidrocarburos y que no pagó un centavo por ellas.

Una empresa petrolera bien manejada dejará para los más pobres mucho más que Oportunidades, así que se podrían empezar a cancelar muchas de estas transferencias. Para quienes tienen más recursos sería un ingreso adicional gravable. La credencial serviría también para asegurar que todos tengan un registro como contribuyente, con lo cual se puede cerrar la pinza si queremos un sistema fiscal más incluyente.

Son muchos los afectados por este modelo. Primero Pemex, que vive con libertad sus ineficiencias, y en segundo quienes gastan en todos los niveles de gobierno y suelen preferir repartir lana, siempre hay ganancias en hacerlo, que una regla sencilla y directa como darle la parte proporcional de los excedentes de Pemex a todo mexicano con cédula.

Carlos Elizondo Mayer-Serra
(v.periódico Mural en línea del 10 de diciembre de 2009).


Una batería de reformas constitucionales en que otorgan personalidad jurídica al óvulo fecundado ha recorrido el país piadosamente durante éste año electoral, insertándose (hasta ahora) en 15 constituciones estatales. Las reformas consisten en insertar, sin más, un credo profesado por la alta jerarquía católica y rescatado en los Principios de Doctrina adoptados por el PAN en 2002: que al ser penetrado por un espermatozoide el óvulo pasa a ser persona. Los estragos que ha dejado esta estrategia en el régimen de protección constitucional de los derechos fundamentales no es menor.

¿Qué implicaciones jurídicas tienen las reformas? Para darnos una idea cuán graves son éstas reformas para el régimen de derechos fundamentales en nuestro país, tenemos que tomamos en serio la tesis de que, desde el momento en que un óvulo es fecundado, aparece una nueva persona "para todos los efectos legales correspondientes". No es fácil pensar que un óvulo es realmente una persona, pero eso es lo que dicen los textos constitucionales reformados. Las reformas constitucionales nos obligan, en primer lugar, a reconocerle a estas "personas" todos los atributos de la personalidad que el derecho otorga a las personas: nombre, nacionalidad, domicilio, etc. Si le otorgamos a la "persona" nombre, tenemos que registrarla en el Registro Civil desde que la prueba de embarazo resultara positiva y los progenitores acordaran un nombre; si le otorgamos nacionalidad, las mujeres embarazadas tendrán que viajar con 2 pasaportes y habrá que aceptar como co-nacionales a quienes fueran producto de los arrebatos lunamieleros en Cancún y otros destinos turísticos internacionales; si le otorgamos domicilio ¿cuál sería éste sino el vientre de la mujer embarazada? Hasta dónde sé, sólo el legislador queretano a intentado tomarse en serio su propia reforma y ha llegado al absurdo de regular la adopción y el registro de óvulos fecundados. Ya veremos cómo les va.

Las cosas se tornan mucho más serias, e invitan menos risa, si pasamos del derecho civil al derecho penal. Si desde la fecundación existe una persona, entonces la interrupción del proceso de gestación constituye un caso específico de homicidio. La anticoncepción de emergencia -incluso en casos en que la mujer es víctima de una violación- se torna delito. Peor aún, la anticoncepción reversible más socorrida en el mundo, el dispositivo intra-uterino (DIU), sería también homicidio. La importancia del DIU no es menor: a nivel mundial 13% de los usuarios de anticoncepción se apoyan en él; en contraste, sólo el 4% utiliza el condón. Si los promotores de las reformas se hubieran detenido un segundo a pensar en las consecuencias de sus decisiones, se habrían dado cuenta que al problematizar el uso del DIU, estarán provocando mas embarazos no deseados, no menos; y, en consecuencia, más abortos clandestinos. Por último, los defensores de "La Vida" (así, con mayúsculas) están también cancelando la posibilidad de usar métodos de fecundación asistida, al sostener que el óvulo fecundado es persona. No estoy haciendo un argumento al absurdo: en 2002 el tribunal constitucional de Costa Rica declaró la fertilización in vitro inconstitucional, pues 4 de cada 5 óvulos fecundados en dicho procedimiento no resultan en embarazo. En perfecta consistencia con la tesis de que el óvulo es persona desde su fecundación, la corte costarricense consideró que la fecundación asistida equivalía a condenar a muerte a 4 personas inocentes, por cada embarazo exitoso. Flaco favor le hacen nuestros legisladores locales a las parejas que quieren procrear y no pueden sin ayuda de la tecnología.

Alejandro Madrazo Lajous
(v.periódico El Universal del 2 de enero de 2010).


Ahora la gente asocia sus dificultades económicas con la incapacidad del gobierno para llevar a cabo lo que prometen, sin poder adelantarse a las predicciones de los expertos y actuar en consecuencia, dejando que las cosas cayeran por su peso.

Qué hubiera pasado si cambian el plan de trabajo y este cambio lo asocian con el discurso que, una y otra vez, quedó sólo en buenas intenciones, mostrando con ello, la cerrazón con la que ven las cosas esos que ahora son los responsables de mejorar la calidad de vida de sus gobernados.

¿Qué hubiera pasado si en lugar de imaginar un país fantástico como "mexicolandia" -prima hermana de la "foxilandia" del sexenio pasado-, se hubieran anticipado a los problemas y actuado en consecuencia?

Se dice fácil, lo sé, pero para eso están en el poder donde deben tener la capacidad de anticiparse a los sucesos -consultando a los oráculos- y jugar a imaginarse lo que hubiera pasado si en lugar de negar la crisis, hubiesen creado fuentes de empleos a tiempo, dándole seguimiento y marcando los actos como las defensas del futbol.

Tal vez si hubieran jugado al "qué hubiera pasado si...", otro gallo nos cantara, como esos que afinan la garganta, recién entrados al palenque, con ganas de prometer acciones que contrarresten un fracaso nunca antes visto.

Martín Casillas de Alba
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 5 de enero de 2010).


En la simplificación fiscal y el deseo de que más mexicanos paguen impuestos por lo sencillo que resulta hacerlo, contribuyendo con ello a la mayor recaudación y disponibilidad de recursos para programa sociales, gobierno federal y congreso aprobaron que a partir de este año un trabajador por honorarios calcule en sus recibos la retención impositiva del 10.667% de IVA como proporción de dos terceras partes del total del Impuesto al Valor Agregado. En este país en donde, según la prueba Enlace 7 de cada 10 mexicanos que terminaron la secundaria no saben restar.

Carlos Loret de Mola
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 6 de enero de 2010).


El lunes 4 de enero, en MURAL, vi una foto que de veras retrata al México en el que vivimos: una persona le da a un migrante un folleto que lo instruye en caso de ser extorsionado por la policía en el camino hasta su casa.

Es en verdad indignante que se tenga que prevenir a los migrantes que se cuiden de quien está supuestamente para cuidarlos. El folleto no era para que se cuidaran de los narcos o de otros maleantes, era para que se cuidaran de la policía. La verdad que esto solamente se ve en México.

Óscar Jaime Martínez E.
(v.pág.5 "Cartas del lector" del periódico Mural del 7 de enero de 2010).


México es el séptimo país más feliz del mundo, en virtud de que los mexicanos son capaces de juzgar positivamente su calidad de vida, de acuerdo con la Base de Datos Mundial de la Felicidad.

Según los resultados publicados por esta organización encargada de analizar información que permita dilucidar la percepción de las personas sobre su calidad de vida, la pobreza no parece mermar la posibilidad de que los mexicanos se sientan felices.

El estudio coloca a Costa Rica como el país más feliz del mundo, seguido de Dinamarca, Islandia, Suiza, Canadá, Noruega, México, Finlandia, Suecia, Panamá, Luxemburgo y Colombia.

Las medidas de felicidad que considera el World Database of Happiness, incluye los tipos de felicidad que afecta los distintos niveles de vida de las personas y los tiempos que ésta dura.

[¿Entonces por qué tantos se han ido a los EEUU y todavía un número mayor quiere seguir a los primeros? - pregunta el webmaster.]

(Notimex, 11 de enero de 2010).


Vivimos, desafortunadamente, en un país cada vez menos competitivo y más enredoso. Pero, para no confrontar esta dura realidad, buscamos el socorrido espejismo de los dogmas. Nos refugiamos, también, en la cómoda práctica del victimismo: los malos son los otros. El mundo está lleno de extraños enemigos que han dispuesto un alevoso sistema para despojarnos de nuestras riquezas.

El cacareado Bicentenario no es sólo una conmemoración: será, si no nos ponemos las pilas, una patética perpetuación de nuestro dañino conservadurismo.

Román Revueltas Retes
(v.pág.4 del periódico Público del 17 de enero de 2010).


Los mexicanos nos reímos de nosotros mismos... y lo que le provoca más risa es su desgracia, su miseria y su falta de valor, para oponerse a todas las anomalías que estamos viviendo.

El mexicano ya no se ríe, el mexicano que le sale como una risa es una especie de defensa para no darse cuenta de la situación en que vive; esa no es risa, la risa es sana. Pero su risa es una especie de lamento, como una expresión de dolor, es una queja. Cómo es posible que se esté riendo, cuando ve que el futuro de su familia, de sus hijos... ya es incierto. Ya no hay futuro.

El mexicano es tragicómico y no se puede amargar porque es un inconsciente; te amargas si eres consciente de lo que vives, pero un inconsciente no se puede amargar, ¿o sí?

Jorge Arvizu, "El Tata"
(v.pág.5-E del periódico El Informador del 18 de enero de 2010).


Jorge G.Castañeda y Héctor Aguilar Camín parten de 2 hipótesis: la primera es que éste es un país con mucho más pasado que futuro. En términos prácticos esto se demuestra en que dedicamos muchos más tiempo, esfuerzo, tinta y neuronas a discutir el pasado que a pensar el futuro. Por lo mismo, somos un país lleno de atavismos y en el que hemos hecho de la historia oficial una especie de religión. El laicismo a la mexicana evitó que nos convirtiéramos en una país fundamentalista en términos religiosos, pero el nacionalismo revolucionario inventó el fundamentalismo histórico que nos impide, siquiera, plantear ciertos temas sin ser acusados de blasfemos a la patria.

La segunda hipótesis es que logramos sacar al PRI de Los Pinos, pero no de nuestras mentes. La cultura política no cambió, seguimos siendo los mismos mexicanos, con las mismas ideas, con los mismos vicios, queriendo habitar un andamiaje moderno. El resultado es una democracia sin demócratas, una democracia de forma en mentes que, entre otras cosas, no están abiertas a debatir.

Diego Petersen Farah
(v.pág,1-B del periódico El Informador del 19 de enero de 2010).


Terminó la crisis.

(V.Caricaturista Pacote del 23 de enero de 2010).


¿Cómo es posible que un simple jugador gane mensualmente poco más de un millón de pesos? ¿Cómo es posible que en 360 minutos al mes de patear un balón (si es que juega completos los 4 juegos cada 30 días) gane esa cantidad en un país donde la mitad de la población (50 millones de personas) está en la miseria? Y aquí sí entra la reflexión por el dicho popular "no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre", y más culpa tiene todavía la afición que es en última instancia quien paga los sueldos de los jugadores cada que va a los partidos, sin importar que algunas veces las familias no tengan los lunes ni para la leche de la chata.

Y aquí otra reflexión: pienso que indebidamente la directiva o el dueño del equipo [Chivas] hizo público lo que gana el jugador que nos ocupa, pues por su seguridad personal no debe dar a conocer lo que percibe o puede tener una persona en un país donde un trabajador gana un salario mínimo que no le ajusta ya ni para comprar frijoles y tortillas, ya que lo anterior lo expone junto con su familia, en un país donde los secuestros y asaltos están a la orden del día, o bien a que intervenga la Secretaría de Hacienda y lo investigue para ver si está al corriente en el pago de sus impuestos.

Adolfo Martínez López
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 27 de enero de 2010).


Si en México alguno de nosotros tuviera un terreno con gas, sería una maldición. El gas es de la nación y Pemex es el responsable de explorar la zona. Si llegaran a producir algo, lo más seguro es que sólo nos tocaría contaminación.

Los países más cuidadosos con el manejo de la renta tratan de guardar un porcentaje elevado para las generaciones futuras. La lógica es simple. Este dinero no es sólo del ciudadano nacido hoy, sino de todos. Incluso tiene sentido dejar una parte de los recursos fuera del país, para no sobrevaluar la moneda y no erosionar la competitividad.

Nosotros no hemos sido capaces de guardar los recursos del petróleo. Las generaciones futuras parecen no importar. Por lo menos podríamos cambiar la lógica del reparto y darle a cada mexicano un porcentaje de la renta. En 2008 ésta, definida como los ingresos petroleros del gobierno federal (excluyendo IVA e impuestos a gasolinas), fue de 905,263.8 millones de pesos. Repartida entre los 106.7 millones de mexicanos nos habrían tocado unos 8,400 pesos. La condición para recibirlos debería ser estar inscritos como contribuyentes y tener identificación con datos biométricos para evitar duplicidades. En el caso de los menores de edad bastaría la identificación. Para compensar la caída de los ingresos públicos se eliminarían todo tipo de subsidios y transferencias. Éstas sumaron 714,072 millones en ese mismo año.

Ahora bien, quienes tienen terrenos no deben de preocuparse. Los descubrimientos en Luisiana y otras zonas de Estados Unidos son en yacimientos del llamado gas de esquisto, shale gas en inglés. Se trata de gas atrapado en la piedra. Gracias a tecnologías muy recientes se puede explotar. Pemex no tiene idea de si tenemos esos yacimientos en México. Todavía no termina de descubrir ni explotar el gas tradicional en el país, mucho más fácil de extraer. No tiene la capacidad ni la tendrá nunca si continúa nuestro estaliniano amor por una sola empresa responsable de todo lo que tiene que ver con hidrocarburos.

En Estados Unidos esta revolución tecnológica no fue impulsada por las grandes compañías petroleras tipo Exxon Mobil. Fueron las pequeñas, sin acceso a grandes proyectos internacionales o a aguas profundas, las que se especializaron en explotar yacimientos de esquisto. Alfa, asociada con una empresa de Estados Unidos, está invirtiendo en este negocio, pero en Texas, en México es ilegal. Para las grandes empresas no tenía sentido desconcentrarse por proyectos de dudosa rentabilidad, dado que los recursos administrativos son limitados, algo que no entendemos cuando le colgamos todas las responsabilidades a una empresa. Pemex no podrá nunca atender todas las oportunidades del sector y nunca surgirán empresas capaces de explotar nuevas oportunidades, como también ha pasado en Brasil. La ley lo impide.

Por ello no tiene mucho sentido discutir los muchos problemas de implementación detrás de la regla que propongo de repartir en partes iguales a cada mexicano la renta petrolera. Las ineficacias de Pemex, producto de las reglas que tenemos, nuestra pasión por subsidiar los combustibles y el anteponer la ideología al pragmatismo nos llevan a ahogar muchas oportunidades en el sector. La renta petrolera se agotará muy pronto.

Carlos Elizondo Mayer-Serra
(v.periódico Mural en línea del 4 de febrero de 2010).


¿Qué quiere decir el texto del artículo tercero de la Constitución cuando pide inculcar el amor a la patria en los educandos? ¿Acaso es orgullo por la Selección Mexicana de futbol cuando logra un triunfo? ¿También la amamos cuando pierde? ¿O va por el lado del amor a la Virgen de Guadalupe, a quien nos recomiendan acudir cuando todo lo demás no fue eficaz?

También es frecuente identificar el amor a la patria con la defensa (si algún día hace falta) de la integridad del territorio nacional. Desde luego tal defensa futura no alcanza para defender y consumir lo "hecho en México", por ejemplo. Sobretodo si es de mala calidad. También durante muchos años "defender el territorio" ha implicado defender "nuestro petróleo", "nuestros minerales" y otros bienes "nuestros" de los intereses extraños, extranjeros y malvados por hipótesis. Incluso se insiste en la defensa cuando "nuestro" se traduce todavía hoy en beneficios para sólo un grupo o sólo para ciertos intereses bien identificados. Mientras el "amor" se mantenga en referencias abstractas tales como nuestra tierra, nuestras tradiciones, nuestro idioma, nuestro patrimonio cultural y otros semejantes hay casi unanimidad en aceptar un significado común de patria. En la medida que los bienes amados bajo el cobijo de la patria se hacen concretos empezamos a tener diferencias y aun desacuerdos.

Miguel Bazdresch Parada
(v.pág.15 del periódico Público del 7 de febrero de 2010).


En México, independientemente del tema de que se trate, difícilmente se dan las condiciones para un debate serio, respetuoso, constructivo, de altura..., y sí, en cambio, cualquier controversia sirve de pretexto para dar, metódicamente, los pasos que van de la descalificación al agravio... y, ya metido en gastos y a la voz de "¡Jijo el que raje!", a lo que venga.

Jaime García Elías, periodista y conductor radiofónico
(v.pág.4-A de El Informador del 8 de febrero de 2010).


Según el nuevo secretario de Hacienda, en México se vive en Jauja, tanto que hasta declaró en la capital de Estados Unidos de Norteamérica, presumiéndolo, que "la crisis en nuestro país ya se acabó", por fortuna dijo que con fecha 20 de enero: "Ya no estamos en recesión", y siguió hablando de la fortaleza de la economía mexicana, gracias a las acciones que el gobierno ha emprendido para contrarrestarla, provocando con lo anterior extrañeza y hasta irritación en los asistentes al encuentro realizado en el Woordrow Wilson Center, efectuado para analizar el estado de nuestra economía.

El dinero sobra, ya que el pueblo lo aporta en los altos sueldos que en México se pagan a los funcionarios y políticos; la clase política del país es la que vive en Jauja.

Una familia de Guadalajara que habita en la colonia, el barrio o como se llame, Arroyo Hondo, tiene 6 miembros, el matrimonio y 4 hijos, viven (¿viven?) en un cuartucho de 4 por 4 metros, no tiene ventanas ni puerta, sólo un plástico en ellas, el techo es de cartón y láminas viejas, cuentan con una sola cama, la cual se van turnando para dormir en ella, el que no alcanzó lo hace en el suelo; el jefe de familia era chofer, pero con la crisis que nos agobia perdió el empleo y no puede conseguir otro, por lo cual la esposa es la única que trabaja, lavando y planchando ajeno, gana 15 pesos diarios y con esa cantidad es con lo único que sobreviven. ¿Serán ellos los que viven en Jauja?

Adolfo Martínez López
(v.pág.4-A de El Informador del 10 de febrero de 2010).


Pocas cosas son tan complicadas en México como nuestra relación con Estados Unidos. Ni siquiera con España, el país que nos conquistó y del que nos independizamos (lo cual implicó 2 guerras) tenemos esa relación de amor odio tan compleja. Más aún, durante el siglo XIX nos deshicimos de España como figura odiada y en el XX nos conseguimos otra: los vecinos del norte.

No deja de ser un poco patético que tengamos una relación de tanto rencor con el país con el que tenemos 90% del comercio, donde vive 10% de la población mexicana y del que imitamos hasta la forma de constituirnos en república. En esta construcción víctima-victimario, México ha asumido con mucha facilidad y muy poca reflexión el papel de amante despechada; les reclamamos que no tomen el papel de padres protectores y al mismo tiempo negamos cualquier posibilidad de formalizar una relación con ese monstruo "que no comparte nuestros valores, usos y costumbres".

El nacionalismo revolucionario estableció en su catecismo que ser buen mexicano implicaba ser antiyanqui. En todas las escuelas se nos enseñó que la derecha conservadora era pro yanqui, y que los buenos revolucionarios peleaban día a día la batalla contra el imperialismo, pero sin romper con ellos, porque ante todo había que ser pragmáticos.

El conservadurismo mexicano es en realidad profundamente antiyanqui. La eterna batalla entre liberales y conservadores en el siglo XIX tenía como eje el modelo de país que México debía adoptar tras la independencia. Los liberales querían el modelo estadounidense; los conservadores un modelo europeo. Ganaron los primeros e importamos el modelo, la constitución y hasta el nombre de los vecinos del norte (se nos olvidó un detalle, que fue importar el espíritu liberal, que es como importar un carro sin motor, pero qué buena carrocería). Los grupos conservadores detestaban de los vecinos del norte su pluralidad religiosa, pero sobre todo sus formas de gobierno que no encajaban con las estructuras sociales y comunales de este país que venían desde la colonia y aún antes de ella. Contrario a la caricatura que nos muestra la historia de cartón, los soñadores, idealistas y admiradores de los yanquis eran los liberales; los conservadores eran pragmáticos, y su referencia era Europa e Hispanoamérica (América Latina no existía ni como concepto. Ése fue un invento posterior de los franceses para poder meter su cuchara en este territorio. En América del Sur el liberalismo es más afrancesado; el de México siempre fue "agringado").

Después de la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte, México ha firmado tratados con Europa, Chile y Centroamérica. Los resultados de estos 3 han sido ínfimos en comparación con el de América del Norte que, con todos sus defectos y problemas, aumentó el volumen de intercambio entre los tres países, especialmente entre México y Estados Unidos.

Diego Petersen Farah
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 27 de febrero de 2010).


Cuando los mexicanos tienen trabajo, lo tienen en cantidades -y horario- más allá de lo humano: dobles jornadas, empleos con más de una hora de traslado, horas extra para salir adelante... Todo lo que deja a este grupo poblacional extenuado y con tan escasa energía que sólo la televisión es paliativo... mucho más por los horarios que en estas condiciones se tienen libres.

Lourdes Bueno, investigadora de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 27 de febrero de 2010).


Estamos tan mal en materia de comunicación en este país que la población reacciona ante todo como si se tratara de un partido de futbol.

Cuando uno opina en contra de algo que tenga que ver con el PRD, por ejemplo, es porque necesariamente está a favor del PAN. ¿Por qué?

Y lo mismo sucede con el PRI y el PAN, con el presidente y el crimen organizado, con Estados Unidos y América Latina, con Televisa y Tv Azteca, con la religión y el estado laico, con la cultura y la diversión, y con la heterosexualidad y la homosexualidad.

Estamos muy limitados en nuestra percepción de la realidad y esto se debe, en gran parte, a que no hemos sido educados en la comunicación.

Alvaro Cueva
(v.pág.13 del periódico Público del 28 de febrero de 2010).


Nuestras universidades públicas deberían pagar un salario modesto a los estudiantes de física cuántica. Si mil recibieran un salario de 3,000 pesos al mes, nos costarían lo que un solo diputado con sus gastos extra. En vez de eso, la UNAM cerrará el Museo de la Luz.

Luis González de Alba
(v.pág.30 del periódico Público del 28 de febrero de 2010).


Parece ser que radicalizar una postura es el pan nuestro de cada día. Por ejemplo: el que opina que el Peje es un orate, forzosamente es calderonista; el que dice estar a favor de la Línea 2 del Macrobús, tiene intereses en el proyecto o está manipulado por un poder superior; el que opina en contra del matrimonio y la adopción en el caso de las parejas homosexuales, es un homófobo consumado. No hay puntos medios: o se está ciegamente a favor de una causa o se es enemigo de ella.

Edgar Velasco
(v.pág.20 del periódico Público del 12 de marzo de 2010).


Había una vez, hace mucho, mucho tiempo, un país muy peculiar. Bendecido por los dioses, sus riquezas naturales fueron tantas que incluso se volvieron un lugar común para discursos oficiales de políticos de pacotilla. Cuando el territorio fue descubierto por los navegantes de allende los mares, éstos se lanzaron a su conquista y, cosa curiosa, vencieron gracias a que los propios habitantes pusieron sus armas del lado de los advenedizos sólo para derrocar a la tribu que mandaba, sin saber que se les venía encima un imperio de 300 años.

Un día, casi por accidente, los habitantes de aquel país se encontraron luchando por su independencia, gesta que dos centurias después sería pretexto para una insufribles "festejos" y parafernalias varias. Pasados cien años, los habitantes volvieron a pelear, ahora entre ellos, primero para derrocar a un dictador, luego para derrocar a todo aquel que ocupara la silla que dejó vacía el vencido. Cien años después, la guerra se volvió, también, pastura para discursos institucionales y edulcorados.

Como herencia de la lucha quedó un partido político que, durante más de 70 años, corrompió todo lo que estuvo a su lado -y en frente y detrás. Tanto fue el mal que hicieron los miembros de ese ente maligno, que, cuando por fin fue derrocado, sus sucesores, acaso en un acto de venganza o para ver qué se sentía, se dedicaron a repetir una y otra vez los mismos vicios, sólo cambiando los colores: verde, blanco y rojo fueron sustituidos por blanco y azul, por negro y amarillo. Por todo el arco iris. Hijos bastardos de la misma simiente, el cambio cromático no significo nada en la práctica.

Sumido en la miseria, el país comenzó a navegar a la deriva porque los encargados de guiar el timón estaban ocupados en otras cosas. Mientras delante de la gente se tiraban miasmas a diestra y siniestra, los líderes políticos firmaban pactos en lo oscurito. Pactos que luego servirían para seguir tirándose miasmas. Mientras un "representante popular" se paseaba en su discreta camioneta de 800,000 pesos, el líder de su partido, ese que debería llamarlo a la cordura, anunciaba su pomposa boda con una "cantante" cuyo máximo éxito estaba dedicado a una vaca -en la luna de miel, dicen, se lo dedicó a un buey. Mientras los curas pederastas eran puestos en evidencia, en un rincón de aquel lejano lugar el jerarca religioso, como en otro tiempo hizo el enemigo Pilatos, se lavaba las manos fingiendo demencia, para luego comerse sus palabras -y los que lo vieron dicen que tenía bastante boca para comer. Mientras todo esto y mucho más tenía lugar, los habitantes quedaron en medio de un fuego cruzado entre "delincuentes" y "autoridades", sin lograr distinguir entre las balas quiénes eran los buenos y quiénes los malos...

Edgar Velasco
(v.pág.20 del periódico Público del 19 de marzo de 2010).


La lista de la revista "Forbes" lo ungió el miércoles por la tarde como el hombre más rico del mundo, superando a Bill Gates y a Warren Buffet. El mexicano Carlos Slim Helú ocupa ese sitio desde un país con decenas de millones de pobres que no son ni su responsabilidad ni su culpa, pero que sí enmarcan la designación en un entorno cultural y político incómodo, por decir lo menos.

De hecho, en 2010 por primera vez en los últimos 3 lustros un "no estadounidense" preside el cuadro de quienes han acumulado grandes fortunas. La diferencia es que en Estados Unidos ser multimillonario resulta mayoritariamente aplaudido por una cultura protestante con otros marcos valóricos que conciben a la riqueza terrenal como un signo de capacidad y ética en el trabajo.

Existe un índice de desigualdad insultante pero no corresponde a "la maldad o la bondad" de los multimillonarios resolverlo, sino a las carencias de un estado de derecho y una construcción histórica que haga inaceptable la prolongación de esas realidades.

Rossana Fuentes Berain
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 20 de marzo de 2010).


Los liberales de este país nos han dejado en un estado de absoluta orfandad: no podemos esperar, por ejemplo, una reforma energética de fondo porque el tabú del "petróleo de todos los mexicanos" sigue teniendo plena vigencia (no hay manera, por lo visto, de convencer a nadie, en el ámbito de la politiquería local, de que México se encamina fatalmente a la situación más desastrosa desde el punto de vista de la soberanía nacional -tan cacareada, miren ustedes-, a saber, la de una absoluta dependencia del exterior en el apartado de la energía); no podemos tampoco imaginar una verdadera reforma educativa; ni mucho menos una reforma laboral, por ejemplo, que permita a un trabajador afiliarse libremente al sindicato que le dé la gana.

Román Revueltas Retes
(v.pág.4 del periódico Público del 28 de marzo de 2010).


Somos clase media, tenemos instinto de supervivencia ante el peligro de extinción. Un salario no alcanza, así que nos vemos obligados a aceptar cuanta chamba extra nos ofrecen: para pagar hipotecas, seguros, contingencias médicas (el miedo de ir al IMSS), etc. "Mi nombre es F y soy adicta al trabajo" me gustaría decir frente a todos mis amigos y pedirles atentamente que mejor me inviten una cerveza o tequila, en lugar de pedirme participar en más proyectos.

Fabiola Figueroa Neri
(v.pág.2 del suplemento "Ocio" del periódico Público del 2 de abril de 2010).


El líder de los senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones llamó al secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, a poner un alto al uso de información restringida de la Clave Unica de Registro de Población y que hoy aparece a disposición de cualquier delincuente.

Luego de que cientos de usuarios de celulares se han registrado con la CURP del presidente Felipe Calderón, Vicente Fox, Beltrones y el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, el senador priista advirtió que eso es una señal de alerta para la Secretaría de Gobernación.

Ante ello, convocó al encargado de la política interior del país a realizar los arreglos adecuados con el fin de que no se utilicen las claves CURP que debe ser información reservada y restringida. Beltrones sostuvo que esa información no debe estar a disposición de cualquiera que quiera cometer un delito.

Calificó de inadmisible esa situación, por lo que urgió al titular de la Secretaría de Gobernación a poner un alto al uso de información restringida "y que hoy aparece a disposición de cualquier delincuente".

(Notimex, 11 de abril de 2010).


No hay duda: 100 años después la Revolución Mexicana está instalada en la vida cotidiana. Eso sí, hoy somos mucho más civilizados. Pasamos del "mátalos y después viriguas", a un democrático "legisla y después viriguas". Lo que sí está intacto, tras un siglo de cultura política revolucionaria, es el "acátese, pero no se cumpla".

Después de 10 años de signos alarmantes, de un día para otro nos dimos cuenta que somos un país de obesos. Ágiles cual hipopótamos de zoológico, los diputados decidieron que había que legislar contra la gordura. Uno de los signos inequívocos de las democracias subdesarrolladas es que creemos que las leyes resuelven problemas, cuando en realidad por lo general lo que hacen es crearlos. Las leyes no cambian hábitos ni conductas, pero generan burocracia y mordidas. Hacer de cada idea, aunque sea buena, una ley (como es el caso de la legislación contra la obesidad), es hacer nuevos incumplidos pasivos. En México se puede violar la ley sin salir de casa, y peor aún, sin enterarse.

Legislar contra la comida "chatarra" suena maravilloso. Lo que no hemos visto, y seguramente no veremos, es la lista de productos que tienen que salir de las escuelas.

Hay 2 maneras de afrontar un problema, decía otro clásico de la Revolución. "Si quiero que se resuelva, lo resuelvo yo; si no quiero que se resuelva, nombro un comisión". Si queremos resolver el problema de la obesidad, hay que comenzar a tomar decisiones ya sobre el espacio público en cada ciudad, en cada delegación, en cada colonia. Si queremos que no se resuelva, mandémoslo a comisiones al congreso.

Diego Petersen Farah
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 17 de abril de 2010).


Los paradigmas que la religión católica entrega a los individuos para comprender su vida están plagados de fantasías porque niegan al cuerpo, a la sexualidad. Es machista y anticapitalista, al ser la religión católica una de las bases del mexicano le impide conocerse. Una religión que enseña a ser una víctima, va a forjar a millones de seres que inconscientemente están aspirando a convertirse en derrotados, en mártires, en sacrificados y en derrotados. Una evidencia es lo que las propias feministas nos han informado a nosotros los varones, nos han dicho que la feminista mexicana se concibe como un ser subordinado y sometido. Ésta está muy presente, porque millones de mexicanas creen eso y se sienten incómodas en sus lugares de trabajo. ¿Cómo un país va progresar si la mitad de su población está incómoda, porque está siendo acosada?

Tenemos 60 millones de miserables, partidos políticos que ninguno es una vía y una economía que se colapsa cada ciertos meses. Está mal todo. Decir que la mexicanidad no funciona se escucha muy fuerte, por eso el mexicano niega lo que sabe.

Heriberto Yepes, escritor
(v.pág.9-B del periódico El Informador del 17 de abril de 2010).


México 2010.

Ahora que se aproxima nuestro bicentenario, ¡nos debemos de sentir mas orgullosos que nunca de ser mexicanos!

¡Festejemos entonces! ¡No tenemos nada de qué avergonzarnos!

Orgulloso de ser mexicano.

(Recibido por e-mail el 17 de abril de 2010).


No sé hasta cuándo Calderón quiera quitarse la venda de los ojos que lo hace ver todo bien, con Fox tuvimos nuestro Foxilandia y sólo para su familia y la de Marthita hubo progreso ¿o no?

Ahora, con Calderón, esta es la tierra del "Nunca Jamás", sí, nunca jamás habrá paz, seguridad, bienestar económico y salud, cada vez hay más "expulsados" a los Estados Unidos (no se quejen de la ley antiinmigrante), cada vez más pobres, menos trabajo, menos recursos a la salud.

Como siempre, sólo su familia y la de Margarita gozan de seguridad y bienestar económico; en ellos sí hay riqueza explicable: el poder.

Ya despertemos, alcemos la voz, castiguemos a todos los políticos con nuestro voto, se aproximan las campañas de promesas.

Nuestro voto vale.

Gerardo Nieves
(v.pág.14 "Cartas del lector" del periódico Mural del 29 de abril de 2010).


La sociedad mexicana es una sociedad desigual, de graves injusticias y marginaciones internas, pero del fondo de esa sociedad desposeída socialmente crece el rumor de una épica del esfuerzo y del trabajo que no sabemos escuchar en toda su grandeza, ni estimular en su despliegue con mejores instituciones de educación y salud, y mejores oportunidades de trabajo. Hablo de la masa de millones de mexicanos que han migrado internamente dentro de su país o hacia el norte, fuera de él, en busca de lo que no se resignan a no encontrar: trabajo, dignidad, progreso para ellos y los suyos.

Esta es la epopeya silenciosa y la ética invisible de México: la de los millones de mexicanos que van a buscar lo que necesitan donde hay, eso que hizo decir al economista John Keneth Galbraith que en ninguna minoría de migrantes a Estados Unidos había encontrado él una disposición al trabajo y el esfuerzo como en la de los migrantes mexicanos.

Héctor Aguilar Camín
(v.pág.4 del periódico Público del 30 de abril de 2010).


¿A qué jinetes y de qué Apocalipsis venció nuestro señor presidente? Y aún más ¿cuál será ese misterioso quinto caballero?, ¿de qué color será su caballo?

Me conmueve hasta las lágrimas las fantasiosas expresiones de mi señor presidente que más parecen relatos épicos del país de las maravillas en el que parece que él se pasea a lomo de un caballo azul, venciendo a los malos que cabalgan montados en monumentales huracanes de algodón, estremeciendo la tierra hasta hacer brotar de ella flores y primores.

Porque, en México... todo va muy bien, tan bien que hasta él puede gobernarnos. Ahora sí, mire que le mando un beso mi señor presidente.

Maríaleonor Carrillo C.
(v.pág.19 "correo" del periódico Público del 7 de mayo de 2010).


En el final de la década de los 80, Brasil comenzó a invadir el mercado mexicano de autopartes. Las partes de repuesto llegaban a precios extremadamente asequibles. Su calidad era directamente proporcional a costo. Era un momento en el que la moneda brasileña tuvo por lo menos 3 nombres: cruzeiro, cruzado y real. Su valor ante otras divisas era escaso y esto forzaba la economía brasileña a adoptar un perfil exportador. Su mercado interno era débil y mostraba pocas perspectivas de crecimiento. México, en cambio, estaba a "días" de entrar al primer mundo y comenzaba a tejer su hoy en día sofisticada red de acuerdos comerciales. El dólar estadounidense se compraba con poco más de 2 pesos. Hoy que la situación se ha invertido, los consumidores mexicanos vivimos un mundo irreal, en el que nuestro nivel de exigencia es varias veces mayor que nuestra capacidad adquisitiva. Es una frustrante realidad. Somos cada vez más pobres, pero pensamos merecer sólo lo mejor.

El más reciente golpe a nuestra cartera llegó con la devaluación comenzada en 2008, cuando llegamos a necesitar 16 pesos para comprar un dólar. Esto nos llevó a vivir un año de 2009 extremadamente atípico, en el que los precios de los autos nuevos fueron subsidiados debido a que las marcas tenían enormes inventarios que no podían mantener. Los precios de los autos en nuestro país estuvieron el año pasado entre los más bajos del mundo, una distorsión que aún no se corrige del todo debido a que, a pesar de la mejora económica reciente, el poder adquisitivo del pueblo sigue por el suelo. Así, nos estamos transformando de nuevo en una economía exportadora.

Sergio Oliveira
(v.pág.5-F del periódico El Informador del 8 de mayo de 2010).


Una forma adicional como pudiera ser descrito México es como el país "del se supone". En México abunda esta afirmación. Es común escucharla cuando algún extranjero nos visita por primera vez y pregunta sobre cosas que le sorprenden. Algunos ejemplos: Se supone que los legisladores vigilan los intereses de sus representados, pero en realidad muchos buscan primero sus intereses personales y después los del partido que les apoye para lograrlos.

Se supone que las policías están para proteger al ciudadano, pero en realidad pocos son los ciudadanos que confían en ellas.

Se supone que el IMSS cobra importantes cuotas y debe tener medicamentos suficientes, pero en realidad, en ocasiones los familiares tienen que conseguírselos a los pacientes.

Se supone que una dependencia empieza a proporcionar servicio desde la hora de apertura, pero muchos empleados llegan más tarde.

Se supone que las empresas no deben contaminar, pero algunas paraestatales están entre las que más deterioran el medio ambiente. Se supone que el servidor público se designa con base a su vocación, conocimientos y capacidades, pero muchas veces es por compromisos políticos.

Se supone que la universidad pública es autónoma, democrática y de todos los mexicanos, pero la realidad demuestra lo contrario. Se supone que está prohibido tirar basura en la calle, pero es un mal epidémico.

Se supone que los sindicatos están para velar por los derechos de sus afiliados, pero en realidad varios se valen de sus afiliados, puesto que no tienen que dar cuentas a nadie gracias a la autonomía sindical.

Se supone que las trasnacionales que obtienen grandes utilidades de sus operaciones en México deberían pagar sus correspondientes impuestos, pero el año pasado nos dijeron que eso no es cierto en muchas de ellas. Se supone que el nuevo estadio de las Chivas no podrá usarse hasta que se construya el nodo vial, cuando en realidad muchos piensan que va a ser inaugurado antes.

Se supone que se busca al crimen organizado por todos lados y con toda la fuerza del estado, pero en realidad varios afirman conocer al narco que vive en su colonia y no pasa nada.

Se supone que todos los casos son tratados igual por la ley, pero cada vez que hay un escándalo siempre se afirma que "ahora sí se llegará hasta las últimas consecuencias, caiga quien caiga".

Se supone que los maestros deben enseñar y motivar a sus alumnos para construir un México mejor, ¿y en realidad sucede?

Lo anterior algunos lo resumen como una ausencia de un Estado de Derecho, un vacío de autoridad; la ley tiende a aplicarse contra el más débil.

¿De qué sirve que los legisladores aprueben nuevas leyes si no existe el Estado de Derecho que haga que todos la cumplan? No se trata de que "se suponga" que todos las deben cumplir.

¿Es suficiente que haya más y mejores leyes? ¿o también se necesita un estado sólido con fuerza para aplicarlas y que combata la corrupción y la impunidad?

Mauricio Carvallo Pontón, director general del Centro de Desarrollo Integral Arboledas
(v.pág.6 del periódico Mural del 13 de mayo de 2010).


Los mexicanos vivimos en un país de simulaciones. Nos encanta simular, fingir, falsear, suponer y aparentar. "Ahora sí, mañana te pago", decimos a sabiendas de que el pago se hará hasta que se pueda, es decir o en una semana o en un mes o quizá hasta en un año. "En México actuamos muy a tiempo para evitar que las circunstancias del crimen organizado tuvieran un escalamiento como el que llegaron a tener, desafortunadamente, en países hermanos como en Colombia", dijo Calderón durante la rueda de prensa conjunta con el presidente español, José Rodríguez Zapatero, el pasado 16 de mayo. He ahí una flagrante simulación de nuestro presidente. Cuando escuchamos este tipo de declaraciones, hacemos como que las creemos, lo que significa que simulamos darles crédito. En realidad nos engañamos a nosotros mismos, porque a Calderón no le creemos ni papa. ¿Creerá él mismo lo que dice? ¿Estará realmente convencido de que en relación con el crimen organizado en México se ha actuado a tiempo? Me temo que sí, ahí está el detalle. ¿Le habrá creído Obama cuando Calderón repitió lo mismo en Estados Unidos? Claro que no. Bueno, tal vez le creyó a medias al recordar lo que dijera Hillary Clinton hace apenas unos días durante la reunión anual del Consejo de las Américas, un organismo privado: "La brutalidad, el barbarismo de los traficantes de drogas en México está más allá de la imaginación. Y necesitamos estrategias más inteligentes, más efectivas para lidiar con esta amenaza continua". Es evidente que la secretaria de Estado de Estados Unidos no recurrió a la simulación. De hecho, ha de estar hasta la coronilla de las simulaciones mexicanas con relación a este problema.

Me temo que en México todas y todos simulamos. Los políticos simulan ser buenos políticos. Los abogados simulan ser honestos. Los comerciantes simulan vender a un precio justo. En los hospitales, las enfermeras simulan dar un servicio eficaz y humano. Las parejas que cumplen 50 años de casados simulan haber llevado una vida conyugal de absoluta felicidad. "Esta noche estuviste maravilloso...", dicen las amantes que simulan orgasmos apasionados. Los feligreses simulan una profunda devoción cuando regresan de comulgar. Muchos de los narcotraficantes simulan ser Robin Hood. Los futbolistas de nuestra Selección simulan "echarle ganas", como ellos mismos dicen. Los que andan siempre con un libro bajo el brazo simulan ser grandes lectores, cuando en realidad nada más leen las contraportadas de los libros. Pero sin duda, el gran simulador de todos los simuladores es Maciel. ¡Ah, cómo simulaba ser un gran guía espiritual! ¡Cómo simulaba ser un auténtico cristiano! ¿Y la gran simuladora? ¡Martita! Ella simulaba saber de política y simulaba que no le interesaba el poder.

Por último diremos lo que decía Octavio Paz a propósito de este tema tan escabroso: "La simulación es una actividad parecida a la de los actores y puede expresarse en tantas formas como personajes fingimos. Pero el actor, si lo es de veras, se entrega a su personaje y lo encarna plenamente, aunque después, terminada la representación, lo abandone como su piel la serpiente. El simulador jamás se entrega y se olvida de sí, pues dejaría de simular si se fundiera con su imagen. Al mismo tiempo, esa ficción se convierte en una parte inseparable -y espuria- de su ser: está condenado a representar toda su vida, porque entre su personaje y él se ha establecido una complicidad que nada puede romper, excepto la muerte o el sacrificio. La mentira se instala en su ser y se convierte en el fondo último de su personalidad. Simular es inventar o, mejor, aparentar y así eludir nuestra condición" ("Máscaras mexicanas", parte del libro El Laberinto de la Soledad).

Guadalupe Loaeza
(v.pág.5 del periódico Mural del 20 de mayo de 2010).


En Europa existe la Guía Michelin, y en Estados Unidos la guía Zagat. Pero aquí, si un hotel nos dice que es de 4 estrellas, siendo de 2, le creemos.

Carlos Mota
(v.pág.2 del periódico Público del 21 de mayo de 2010).


Se sabe que la influenza jamás pudo [podría] hacer los moderados estragos que causó en nuestro país si los mexicanos fuésemos respetuosos de la higiene elemental de lavarse las manos y cubrirse la boca al toser o estornudar. Lo mismo pasa hoy con el dengue, enfermedad de pobres, de asiáticos desnutridos y mal protegidos, como lo fue el beriberi o la tuberculosis.

Enfermedades de países como México. Ahí viene la plaga. Escondámonos todos.

Félix Cortés Camarillo
(v.pág.26 del periódico Público del 21 de mayo de 2010).


Ingerir la cantidad de comida que consume un mexicano al día, hacer fiestas con más de 20 invitados y pagar menos de 40% del sueldo en impuestos es de ricos. En Europa, ni en sueños, ya no digamos en China o India.

Renato V.
(v.pág.14-A del periódico El Informador del 26 de mayo de 2010).


Desde que arrancó el año, el gobierno federal nos ha machacado el conciente y el inconciente con su bendita campaña del Bicentenario. Anuncios cursis que exaltan "lo mexicano" nos recuerdan, con una melosidad que raya en lo empalagoso, que somos, por ejemplo, el piano de Agustín Lara, la solidaridad en la desgracia o los sabores del mole poblano. Los spots -esa bonita herramienta usada hasta la saciedad por los políticos del siglo XXI- tienen una réplica en YouTube (firmada por Tres Mexicanos Pensaron). Es ampliamente recomendable y aquí agrego algunas ideas. Porque a México también le podríamos decir que:

Eres el hedor de los partidos políticos, el descaro parasitario de los 500 diputados y la ineptitud de los 128 senadores.

Eres la corrupción metida hasta el tuétano. Eres el candidato Greg Sánchez Martínez y el hermano de Leonel Godoy. Eres las ligas de Bejarano y la desfachatez de Carlos Imaz. Eres todos y cada uno de los policías ligados a bandas de narcotraficantes y secuestradores.

Eres la guerra contra el narco: cuando no dejaba de llover plomo, pero nadie dejaba de consumir y traficar. Cuando los pobres quisieron mejorar su vida vendiendo droga, y la perdieron.

Eres los estudiantes del Tec, los jóvenes acribillados durante una fiesta en Ciudad Juárez. Y también todas las muertas de Juárez.

Eres el gobierno dogmático de Emilio González Márquez, el mandato golpeador de Mario Marín, la esquizofrenia del Peje, la ineficiencia de Calderón, los tentáculos de Elba Esther Gordillo, la injerencia política de Juan Sandoval Íñiguez -quien afirma que, además, eres "medio mañoso, medio doble"- y el ocultismo encubridor de Norberto Rivera. Ah, y también eres Marcial Maciel, con todo lo que esto implica.

Eres Luis Donaldo Colosio, Juan Jesús Posadas Ocampo y Francisco Ruiz Massieu. Eres Diego Fernández de Cevallos, las boletas del 88, su influyentismo, su doble juego de ser juez y parte. Y también eres, claro, su desaparición o secuestro. Haiga sido lo que haiga sido.

Eres las bandas de secuestradores, extorsionadores y del crimen organizado. Eres tres dedos amputados, una oreja, el cadáver abandonado en un baldío aun cuando hubo pago de por medio. Eres Fernando Martí y también Silvia Vargas Escalera. Y todos los otros que no salen en la tele, pero están maniatados mientras sus familias lloran.

Eres el migrante que abandona su casa para buscar una vida mejor, porque no hay futuro en su país, y se encuentra con la Ley SB 1070 en Arizona y la indiferencia y ambigüedad estadunidense ante el tema migratorio.

Felicidades. También eres eso, México. Y... ¿hay qué celebrar?

Edgar Velasco
(v.pág.20 del periódico Público del 28 de mayo de 2010).


Me gusta hablar de México, pensar en México y especular acerca del talante y condición de la cultura mexicana. En ella veo muchas cosas gratas e ingratas. De estas últimas hay una que me parece la peor, la más triste, la más deprimente: somos una nación de "dejados".

Hay quien habla de nosotros y de nuestro "aguante" pero lo hace con voces admirativas y encomiásticas. A muchísimos les asombra que aguantemos todo: si nos dan ruedas de molino para desayunar, nos tragamos nuestra rueda sin chistar; si un caso criminal cuya investigación ha sido a todas luces equívoca y carente de sentido, lo declaran resuelto, alguien por ahí protestará, pero al final se impone la resolución que, en el fondo, más tranquiliza a todos y así, el caso está resuelto porque está resuelto. Si el señor Manlio Fabio Beltrones con su carita de Capulina decide perorar sobre Revolución y Modernidad y para ello expele una apretada fila de estupideces, nadie le dice nada sobre estas estupideces y, si acaso, llegara a decirle que encuentra polémicas sus declaraciones. Éste es el océano de credulidad en el que navegamos todos y en el que muy difícilmente vamos a encontrar una verdad que nos resulte útil para afianzar un futuro.

Todo mundo le apuesta a nuestra credulidad: los funcionarios, los conductores de medios, las autoridades eclesiásticas, los políticos que comienzan, los que terminan, los parientes consanguíneos y los parientes políticos. Todos consideran que más nos vale creerlo que averiguarlo. Provenimos de una cultura de dogmas y de credos. Muy tardíamente prosperó entre nosotros, si es que ya prosperó, la formación de una conciencia crítica y la aplicación de un criterio propio que muy poco tiene que ver con la creencia de que lo sabemos todo, pero que es indispensable para reivindicar nuestro derecho a saberlo todo.

¿Qué pasó realmente con Paulette?, ¿cómo estuvo realmente la desaparición de Diego?, ¿por qué nadie ha sido inculpado por el incendio de la guardería ABC?, ¿por qué nunca nos enteramos de asuntos que serían indispensables para ubicar nuestra existencia en este país? Nos quedan dos caminos: o investigar por nuestra cuenta cada uno de estos enigmas, o resignarnos a la credulidad y terminar nuestros días en calidad de formaciones rocosas.

Germán Dehesa
(v.pág.9 del periódico Mural del 10 de junio de 2010).


La gran condena de los mexicanos es la mentira. No hay casi suceso que no despierte sospechas y no puede ocurrir tampoco acción alguna que no haga pensar en un engaño. Mentimos por costumbre y por principio. Pero esta adicción a la falsedad nos trasforma fatalmente en una raza de gente esencialmente desconfiada. Y así, nada es lo que es, todo es resultado de enredosos arreglos y no puede haber jamás interpretaciones simples, y lógicas, de la realidad.

Nuestra naturaleza evasiva facilita ciertamente la convivencia -solemos rendir al prójimo un trato ceremonioso de prometedoras amabilidades- pero revela, al mismo tiempo, una profunda incapacidad para afrontar las cosas con la entereza del que está dispuesto, desde un principio, a vivir las consecuencias de sus actos. Somos, de tal manera, conciliadores de oropel pero en el fondo nos oponemos a casi a todo porque nada nos convence.

Llevamos sobre el lomo una larga historia de embustes: las elecciones eran fraudulentas, los ricos eran pillos, los políticos robaban, los extranjeros saqueaban el país, los pobres eran irremediablemente haraganes, los curas se amancebaban, en fin, no había ámbito de la vida nacional que pudiera salvarse de la deshonestidad. Hoy mismo, la clase gobernante sigue estando bajo sospecha, Carlos Slim se ha enriquecido porque le quita dinero a millones de mexicanos, Felipe Calderón es un presidente "espurio", los narcos controlan por igual a empresarios y politicastros, la federación del balompié celebra oscuros maridajes con las televisiones, etc.

Lo peor, sin embargo, es que muchos de estos cuentos tenebrosos son ciertos. Miren, para mayores señas, los precios inflados de las medicinas que compra el sector público y la escandalosa impunidad que el "sistema" sigue garantizando a los multimillonarios líderes sindicales, auténticos intocables; miren, también, los tráficos de terrenos y las licitaciones amañadas y todos esos comercios, realizados en la sombra, de los que no podemos siquiera imaginar la maña con que han sido concebidos.

Ahora bien, una sociedad que no cree, que vive en la más persistente desconfianza, es una sociedad que no puede crecer ni evolucionar. Pero, no sólo eso: estamos viendo, por el contrario, una preocupante involución, un retroceso en la vida pública del país. La idea misma de la democracia, por ejemplo, no parece convencernos a los habitantes de México. Teníamos ya un organismo ciudadano, el IFE, absolutamente ejemplar en todos los sentidos; habíamos logrado, al mismo tiempo, ciertos niveles de certidumbre en lo que se refiere al desempeño de las instituciones y una participación muy saludable en los procesos de ciudadanización. Ha ocurrido, por desgracia, un movimiento de "restauración" del antiguo orden, por así decirlo: luego de la embestida del Congreso, las autoridades electorales son menos autónomas y, encima, se ocupan de asuntos que no les corresponden; amplios sectores de la comunidad "artística e intelectual", azuzados -e hipnotizados- por un mal perdedor, descalifican pura y simplemente la validez de nuestro sistema democrático; se cuestiona y se critica la práctica totalidad de lo que se hace en la nación; y, finalmente, se desconocen los aciertos que han tenido lugar en los últimos tiempos y se fomenta, así sea de manera inconsciente, un clima de lúgubre pesimismo.

Román Revueltas Retes
(v.pág.4 del periódico Público del 20 de junio de 2010).


¿Ha visto usted a un partido político
aplaudir y colaborar en la acción de otro?
Jamás.

¿Ha escuchado a las universidades públicas
agradecer y estar satisfechas
con su presupuesto? Nunca.

¿Ha sabido que sus Señorías
aprueben una iniciativa
del presidente con agrado? Nunca.

¿Ha oído de algún político
que reconozca errores y se vaya? Jamás.

Sobre todo en la política,
México parece moverse en el país
de Peter Pan.

O sea, el País de Nunca Jamás.

Puro Capitán Garfio.

Nemesio Maisterra
(v.pág.8 de Mural del 24 de junio de 2010).


Lo demás está en suspenso, relegado, convenientemente oscurecido por los dilemas que el partido suscita y eso aunque continúen los narcobloqueos en Monterrey, las balaceras en Tamaulipas, Chihuahua y Michoacán; los enfrentamientos, las emboscadas, los levantones, las ejecuciones a lo largo y ancho del territorio nacional.

Menos importa todavía, a una ciudadanía más pendiente del Vasco Aguirre y su anuncio de la alineación para el partido que de los gobernantes o dirigentes de oposición, que, ante el proceso electoral del 4 de julio próximo, la clase política se revuelque en el lodo.

Trapacerías históricas de unos (Fidel Herrera en Veracruz, Ulises Ruiz en Oaxaca, Mario Marín en Puebla) marrullerías del mismo cuño (de la mano del poder que presta sus aparatos de inteligencia y se hace de la vista gorda ante evidentes violaciones a la Constitución) la de los otros.

No importa, nada de eso importa, sólo cuentan los minutos hasta que comience el partido.

Si la victoria llega entonces "se abrirán las grandes alamedas" y el Ángel de la Independencia resultará insuficiente para recibir al pueblo. Qué digo el Ángel, el Zócalo mismo, las plazas todas del país. Tocarán las campanas a rebato y aunque se sigan matando por el norte parecerá que aquí reinan, de la mano, la paz y el relajo.

A ese frenesí de la victoria apuestan quienes como FCH quieren dar legitimidad y continuidad a su legado y a ese mismo frenesí apuesta el PRI para montar su retorno.

Del PRD, del PRD ni hablamos; aliado de sus enemigos, enemigo de sus principios, mendigará votos por un lado y espacios en los medios por el otro para tratar de hacer suya una victoria que, por todos, le será negada.

Habrá entonces de convertirse la felicidad de la gente en el más preciado botín político. Una especie de patente de corzo que dará al poder -en tanto dura la euforia y para alimentarla está la tv- espacio de maniobra para seguir actuando sin rendir cuentas claras.

Pero y si -como muchos lo creen- pierde la selección, ¿qué pasará entonces?

La clase política -y hablo de todas las vertientes ideológicas- está lista y entrenada para capitalizar la victoria, pero no está preparada, menos ahora, para dar la cara a una multitud desencantada a la que de pronto las arengas patrióticas asociadas al futbol, los llamados al optimismo, al triunfo de la voluntad, le sonaran no sólo huecas, sino ofensivas.

Y vendrá el desencanto y en mala hora; con los precios de la gasolina subiendo y el desempleo arreciando, y el hartazgo de la política y los políticos obligando a la gente a mirar hacia otros lados, y la inseguridad a tope y la violencia invitando a la violencia.

Epigmenio Ibarra
(v.pág.19 del periódico Público del 25 de junio de 2010).


Me recordé del discurso reciente del presidente Calderón en Los Cabos, allá en el extremo de las Californias. Señaló el presidente que tal vez no era necesario, para atraer al turismo, hacer más carreteras, sino mejorar la imagen del país en el extranjero.

Para ello, dijo el señor Calderón, se han contratado las mejores agencias de publicidad, pero sobre todo de relaciones públicas, en el mundo, a fin de que laven esta triste y mugrosa cara de México actual para que los turistas se lancen como eslovacos a la portería italiana, en torrente.

Nada de cambiar la realidad dolorosa del México actual para que la imagen surja solita, no. Se trata de inventar un México de utilería, de telones pintados. Así hemos de salir del agujero. Aleluya.

Félix Cortés Camarillo
(v.pág.26 del periódico Público del 25 de junio de 2010).


Tiene razón Eduardo Dergal en MILENIO Diario Monterrey de ayer. El cálculo inicial de 10,000 millones de pesos para establecer el monto de los daños ocasionados en Nuevo León por las lluvias que trajo el huracán Alex no solamente es improvisado, sino irresponsable. A todas luces, insuficiente.

Pero si el cálculo es modesto, la estima en que nos tiene la autoridad federal se vuela la barda; llegan 115 millones de pesos, dicen el encabezado del periódico ayer. 22 millones de ellos se dedicarían a Monterrey y sus dolencias, me dicen. Francamente ridículo.

Claro, la explicación oficialista es que esos 115 millones son apenas el enganche de una suma mucho mayor que será establecida una vez que los aborígenes del norte sean capaces de cuantificar sus daños reales; sólo entonces se liberarían en abonos los fondos de ayuda. No se está pichicateando el apoyo, fue Calderón a decirle a los regios; luego vendrán. Cuando tengan destinatario específicamente definido, para que estos corruptos norteños no se vayan a clavar la lana de los apoyos.

Guárdame el resto, pa’comprarme mi alipús.

Félix Cortés Camarillo
(v.pág.27 del periódico Público del 9 de julio de 2010).


México es un país ensimismado. Pese a que tenemos una diáspora en Estados Unidos y a que somos uno de los países más interconectados con la economía global, la población mexicana no está interesada en los asuntos internacionales, lo cual se corrobora con una serie de estudios que el CIDE ha realizado desde 2004. El informe "México y el mundo" en efecto señala que sólo 52% de los mexicanos afirma tener "mucho o algo de interés por las noticias sobre las relaciones de México con otros países".

Genaro Lozano
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 17 de julio de 2010).


Maestros del Bloque Democrático Magisterial y un grupo de oaxaqueños exigieron la libertad de 2 delincuentes en Chiapas: el ex diputado Elmar Darinel Díaz, quien mató a su esposa, y Alberto Mirón, acusado de secuestro. Vaya maestros, ¿qué intenciones tienen para que sean liberados estos delincuentes?

(V.pág.19 del periódico Público del 18 de julio de 2010).


Se incendia el circo y el dueño en vez de salvar a los enanos vende boletos para la siguiente función.

El símil con el gobierno mexicano no es justo, porque los dueños saben dirigir sus circos, menester difícil si los hay, mientras que a nuestro gobierno se le hace bolas el engrudo y en medio del desbarajuste prepara los eventos más disparatados y costosos dizque para celebrar las fechas patrias.

Estamos en medio de una de las tragedias colectivas más dolorosas de los últimos tiempos. Las inundaciones han causado muertes y pérdidas materiales en la mitad de la república. La ayuda, como siempre, ha sido lenta y escasa Los daños son incalculables y las lluvias apenas empiezan. Debe preverse que la catástrofe lejos de menguar crezca y lleguemos a las mentadas fiestas patrias en medio de una emergencia mayor. Ante la realidad y el peligro de que empeore, un gobernante sensato debería evitar todo festejo superfluo y todo gasto inútil.

Deben cancelarse hoy las fiestas especiales del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución. Debemos ajustarnos a la austeridad republicana. Celebremos como un pueblo maduro, no como aquelarre de nuevos ricos o de negociantes irresponsables.

Los funcionarios encargados de rescatar a las víctimas de las inundaciones se han quejado de falta de recursos. Somos convalecientes de una intensa y larga crisis económica, nos acechan tiempos difíciles también en lo económico. No celebre jolgorios escandalosos en medio de la desolación. Dedique ese dinero asignado al despilfarro a favor de quienes lo necesitan. Cancele, don Felipe.

Se me ocurre que la manera más inesperada y satisfactoria de rendir homenaje a los héroes y a la patria que nos dieron, sería anunciar un cambio debido a la adversidad acumulada sobre los mexicanos, un cambio de planes en el programa del 15 y 16 de septiembre. Cortar todo gasto innecesario.

Los actos de buen gobierno no siempre son de hacer. A veces valen más los que se dejan de hacer a tiempo.

Cancele.

Jacobo Zabludovsky
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 19 de julio de 2010).


Si usted anda de viaje por nuestras carreteras, reconocerá los siguientes mensajes: no maltrate las señales; obedezca las señales; no deje piedras sobre el pavimento; no obstruya el crucero; no arroje basura en zona federal. Éstos son sólo algunos de los ridículos y dispendiosos letreros en nuestras carreteras.

Ridículos porque dicen lo obvio. Con esa lógica se requiere un letrero para cada conducta anómala, como no estacionar su auto en el carril de alta velocidad. Ridículos porque no tienen sentido. ¿Si no se puede tirar basura fuera de la zona federal, es cuestión de lanzar con fuerza la botella de plástico? Caso de dispendio sin sentido es haber puesto Ruta 2010 o algo similar en no sé cuántas carreteras del país.

Ahora bien, no espere realmente que los letreros le ayuden a llegar a su destino. Para ello se requiere una burocracia sofisticada capaz de poner el letrero en el lugar correcto y darle seguimiento en cada disyuntiva importante. También es necesaria una ciudadanía que proteste por la falta de señales claras.

Es más fácil para la burocracia poner letreros con generalidades obvias a diestra y siniestra. Como ciudadanía ya estamos resignados a preguntar para poder llegar, y cruzar los dedos para que tu guía de ocasión realmente conozca la zona y no invente por pena a decir "no sé". Lo único bien señalado suelen ser negocios privados que ponen sus letreros en la carretera donde les parece conveniente. Llegar a Malinalco es posible gracias a algunos hoteles de esta localidad. Esto es una privatización más de la que nadie protesta.

En los países más organizados las señales te ayudan a llegar a tu destino. Están organizados con lógica, incluyen cosas tan básicas como numerar salidas de una autopista o vía rápida, que en México sólo lo he visto recientemente en el Circuito Interior de la Ciudad de México. El responsable de una carretera no sobreviviría en su puesto si los letreros llevaran al lugar opuesto o en el cruce clave ya no se hace más referencia al destino antes indicado.

Carlos Elizondo Mayer-Serra
(v.periódico Mural en línea del 5 de agosto de 2010).


Hemos recibido el honroso reconocimiento internacional de un mexicano como el hombre más rico del mundo, que es emblema de una plutocracia enferma de ganancias, y cuyas codicias insaciables no son otra cosa que ávidos sorbos de sed. En nuestro lenguaje coloquial los señalamos como aspirantes a ser los más ricos del panteón...

Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 7 de agosto de 2010).


Para cualquier ciudadano mexicano es más fácil adoptar a un niño extranjero que a uno que haya nacido en su propio país.

Los trámites son terribles, el trato que se le da a los solicitantes es pésimo, en algunas partes si no estás casado por la Iglesia Católica ni te reciben y todo esto es sólo la punta de un iceberg de terror que nadie ha querido ni denunciar ni discutir.

Mientras tanto, pasan los años y decenas de miles de niños siguen esperando por una familia encerrados en alguno de los muchos albergues que pululan a lo largo y ancho de la nación.

Las cosas están tan mal en materia de adopciones en México que quien quiere tener un hijo, independientemente de su orientación sexual, acaba teniéndolo por otros medios, lo cual, por supuesto, no le resuelve nada a los niños de los albergues.

Alvaro Cueva
(v.pág.13 del periódico Público del 8 de agosto de 2010).


Acababa de leer un texto de Diego Osorno en milenio.com sobre la crueldad en el conflicto del narco en México. Refería una conversación en la que el periodista Jon Lee Anderson se preguntaba por qué los narcos de México eran tan crueles comparados con otras mafias del mundo. Y se asomaba, Diego, a nuestras "herencias recientes" para responderle. Se asomaba sobre todo a la increíble brutalidad de la policía mexicana durante la segunda mitad del siglo XX. Muchos capos fueron antes policías, qué nos extraña.

No conozco el pasado reciente ni remoto de la crueldad en México. Sin duda tiene que ver con lo que ahora nos produce escalofríos. Todo indica que en este conflicto morir ha dejado de ser suficiente; que si alguien pretende ajustar cuentas y repartir castigos ejemplares no piensa en matar, piensa en hacerlo con el mayor sufrimiento posible. Todo indica que quienes están dentro ya han aceptado que más temprano que tarde los alcanzará la muerte y han preferido una vida corta pero considerada mejor, frente una más larga pero jodida. La perspectiva de morir pronto no asusta, no más que la de morir más tarde. Si la pena es la muerte, que sea, no es una pena máxima. Lo que aterra es el dolor. Eso es castigo.

Se expande cada vez más una manera de ver la vida en la que morir no importa tanto y matar tampoco basta.

Luis Petersen Farah
(v.pág.14 del periódico Público del 8 de agosto de 2010).


Las galas que acaban de agregarse al vasto índice de los timbres de orgullo de la mítica "Perla de Occidente", son dos. Una, la respuesta del titular de la policía local ante las quejas de los vecinos de la Colonia Moderna por la alarmante multiplicación de robos y asaltos en la que quiso ser "Zona Rosa" de Guadalajara (La Paz, Chapultepec y anexas): la determinación de tomar, puntualmente, nota de las denuncias, al efecto de sistematizar la información que de dichas denuncias se desprenda, y confeccionar algo que -ustedes dispensarán la inmodestia...- no todas las ciudades del mundo tienen: un "catálogo delincuencial", con la constancia pormenorizada de los delitos que se cometen, horarios, tiempos y lugares. (Ya luego se verá -si no se atraviesan otras prioridades, desde luego- cómo prevenir y combatir tales delitos)... Otra, la inminente reestructuración del Comité Técnico -así, con mayúsculas- del gobierno municipal, que tratará de encontrar a los predios aledaños al Parque Morelos, adquiridos con la intención de construir en ellos la Villa Panamericana que sería el primer paso hacia la recuperación del Centro de la ciudad, un uso acorde a su propia historia.

Jaime García Elías, periodista y conductor radiofónico
(v.pág.2-B de El Informador del 10 de agosto de 2010).


Algunos de los principales restaurantes mexicanos en Madrid, como Las Mañanitas, La Panza es Primero y Entre Suspiro y Suspiro, se han solidarizado con el grupo de paisanos varados en el aeropuerto de Barajas y les proporcionan comida, ya que llevan varias semanas acampando en la terminal aérea.

Este grupo de mexicanos, que también ha recibido ayuda de la embajada en Madrid, no puede regresar por tener boletos sujetos a disponibilidad.

Ah, el performance de cada año de los turistas barateros.

Trascendió
(v.pág.4 del periódico Público del 13 de agosto de 2010).


En México, dado que nacimos intolerantes, poco aceptamos que alguien opine de manera diferente; que se nos critique, en el entendido que no sabemos criticar, sino más bien destruir, ya que dentro de nuestras peroratas no aportamos propuestas para resolver las cuestiones que estamos planteando, por ello, pocos acuerdos logramos.

De igual forma, tenemos complejos de inferioridad y nuestras opiniones no siempre están sustentadas en conocimientos científicos, sino en "chismes", "rumores" o en noticias que se reciben en ocasiones con el ánimo de injuriar, calumniar o difamar, de ahí que las cuestiones que se deben discutir en público y de manera objetiva, se han personalizado y se convierten en problemas particulares cuando son cuestiones que debemos debatir en la República.

José de Jesús Covarrubias Dueñas, magistrado del TEPJF
(v.pág.10-A del periódico El Informador del 16 de agosto de 2010).


México es un país de solemnidades, pompas, conmemoraciones y festejos celebrados bajo cualquier pretexto. Somos pueblo de retóricas inflamadas y feroces elocuencias patrióticas. La oratoria no florece solamente en los espacios oficiales sino que el anfitrión de la fiesta, el jefe del despacho, el padre de la novia o el patrón de la empresa esperan ansiosamente el momento de poder soltar un discurso de irreprimible cursilería a los comunes mortales que se encuentren por ahí. No hay obra pública, por pequeña e intrascendente que sea, que no merezca una ostentosa inauguración y no hay tampoco proyecto, esbozado apenas en el escritorio de un oscuro burócrata, que no amerite la consabida ceremonia para cacarearlo ante el respetable.

Imaginen ustedes, entonces, los colosales alcances de la efeméride que tenemos en puerta, ese bicentenario del comienzo de la revolución de independencia (el nacimiento propiamente dicho de la nación mexicana no ocurrió hasta 1821 y me pregunto, más allá del valor simbólico que tienen ciertas cifras, si no debiéramos festejar ese aniversario más que cualquier otro) y las grandiosas celebraciones que ha de concitar.

Pues bien, resulta que el Monumento del Bicentenario no estará terminado a tiempo. Por lo visto, en este México de tantas promesa quebrantadas y tantos proyectos abortados, ya no somos capaces ni de eso. El simbolismo de este fiasco no es cosa menor: estamos hablando de la capacidad de hacer las cosas a tiempo, de cumplir, de respetar los plazos y de saldar los compromisos. Cosas que, en un país serio, se dan por descontado.

Román Revueltas Retes
(v.pág.2 del periódico Público del 20 de agosto de 2010).


No sé si sea el año del bicentenario el que está removiendo antiguos y agresivos enfrentamientos entre la Iglesia Católica y el Estado, que según yo ya eran cosa del pasado, pero muchos parecen sugerir y hasta desear una nueva y estúpida guerra entre laicos y creyentes.

Es válido diferir. Lo que no es válido es convertir las diferencias en bandos bélicos, y con la intención de dividir etiquetarlos como: liberales y conservadores; católicos y anticatólicos; ángeles y demonios; pro familia o anti familia; mayorías y minorías; etcétera. Nada más falta que se comiencen a confeccionar banderas de cada bando y el 15 de septiembre se desplieguen como estandartes de guerra.

Tampoco es válido manifestar desacuerdos insultando, denigrando y discriminando, como lo hizo el cardenal Sandoval al referirse a los homosexuales como "maricones".

Ricardo Elías, arquitecto y empresario
(v.pág.6 del periódico Mural del 26 de agosto de 2010).


La Revolución Mexicana buscaba sacar a Porfirio [Díaz] del poder, cosa que hizo casi de inmediato, aunque la revolución se extendió por años de forma inexplicable en cualquier país, menos en México, donde entre tanta envidia nuestros héroes terminaron matándose entre sí.

Jorge es un seudónimo
(v.pág.2 del suplemento "Ocio" del periódico Público del 27 de agosto de 2010).


No sé usted pero si yo me encuentro plácidamente sorbiendo una bebida embriagante en algún lugar de mi playa vacacional de preferencia, y de golpe me revienta las piernas un arma de uso exclusivo del Ejército, no me gustaría escuchar una disculpa del talante "fue un accidente, estas cosas suceden, le invitamos una ronda". Es que sin querer, detonose el artefacto que estaba en manos de algún mesero o comensal que juguetonamente lo mecía.

Veamos, preparativos para el festejo: Tarjeta de crédito, conductor designado, granadas de mano, preservativos... ¡Y vivan los héroes que nos dieron Patria!

Jorge Zul de la Cueva
(v.pág.6-B del periódico El Informador del 1o.de septiembre de 2010).


Aunque todavía están en planes y existen sólo en el papel, proyectos como el de Movilidad Urbana, el Centro Logístico, la Vía Express y el Macrolibramiento son las banderas con la cuales se promociona a Jalisco para atraer empresas del sector manufacturero.

(V.pág.4 de la sección "Negocios" del periódico Mural del 2 de septiembre de 2010).


Calderón rinde su cuarto informe de gobierno. Desterrado de San Lázaro, arma su fiesta en Palacio Nacional. Las cosas en México no podían estar mejor. Atrapamos narcos, creamos empleos con todo y crisis y tal. Es tiempo de ponerse a festejar el Bicentenario, todos cantando a coro la canción de Syntek y López. Ah, si la vida de todos también la escribieran los asesores de Presidencia.

Edgar Velasco
(v.pág.18 del periódico Público del 3 de septiembre de 2010).


Participar del jolgorio, investirse de los colores patrios (llevando una banderita en la ventanilla, por ejemplo) y dejarse zarandear el corazón con las músicas y los vivaméxicos que estarán retumbando en los días que vienen, tiene mucho de ingenuidad -y no hace falta ser del todo un aguafiestas para admitirlo: el tiempo presente ofrece poca o ninguna ocasión para el alborozo, y menos si se piensa que esta descomposición brutal corona dos siglos que nos hemos entercado en no corregir.

Los miserables modos que el estado mexicano ha sido capaz de imaginar para la celebración -pero no sólo el estado: también cuantos, sintiéndose llamados a sumarse, han dispuesto lo propio, desde cadenas de supermercados hasta universidades- son puro reciclaje de la demagogia septembrina de toda la vida, nomás que a lo bestia y costando millonadas injustificables. Más allá de los fastos oficiales -precedidos por una prolongada y tediosa comedia de equívocos-, que seguramente rezumarán las predecibles grandilocuencias hipócritas de todo funcionario, del Presidente de la República para abajo; más allá de la obra pública rebautizada a las carreras por la ocasión, y de las toneladas de pólvora que reventarán en los cielos; de la oleada de resurrecciones y exhumaciones y revisiones y reinvenciones de los próceres, una marejada asfixiante que ha llenado las redes de los oportunistas, pero que al cabo sólo arrojará los mismos cadáveres irreconocibles a las playas de nuestra ignorancia, y volverá a tragarse a los que sólo ahora han asomado fugazmente (por ejemplo en las moneditas de 5 pesos); más allá de la infestación cursi, chantajista, esperpéntica y en todo caso aborrecible de recreaciones televisivas o cinematográficas o escénicas o pictóricas o lo que sea de los episodios históricos ineludibles (sólo que añadiéndoles morbito y carnita: ¿no sabíamos que el Cura Hidalgo era un cachondo?); más allá de todo eso, ¿qué va a quedarnos, sino los mismos desconsuelos, la misma desesperación, la misma perplejidad?

José Israel Carranza
(v.pág.5 de la sección "gente!" del periódico Mural del 9 de septiembre de 2010).


Muchos de los quejosos no han podido advertir siquiera la admiración que le tengo a un cuerpo donde imperan la disciplina, el orden y la obediencia. Y esto, en un país de gente impuntual, incumplida e irresponsable, no es mérito menor. Los militares, en su gran mayoría, son gente con un admirable sentido del deber. En el Ejército, además, no hay lugar para esas demandas espurias que reclaman los malcriados ciudadanos de nuestra sociedad paternalista ni se confunden tampoco las jerarquías: las cosas son lo que son, simplemente.

Román Revueltas Retes
(v.pág.4 del periódico Público del 10 de septiembre de 2010).


Luego de escribir un artículo sobre los militares mexicanos, un amigo me llamó para hacerme ver que en su ciudad, en ese norte nuestro azotado por la delincuencia organizada, el Ejército es el único cuerpo que puede, a estas alturas, garantizar un mínimo de seguridad pública: "Hay municipios aquí donde no hay ni un solo policía, Román", me dijo. "Y esta gente del Ejército, estos soldados y estos oficiales, se están partiendo la madre por nosotros. Son los únicos en hacerlo. Pero no les brindamos ningún reconocimiento y basta con que ocurra algún incidente desafortunado para que todo mundo se les eche encima. A ellos también los matan y ni siquiera dan los nombres para que los narcos no vayan luego a masacrar a la familia como ocurrió en Tabasco con la de ese marino. Están un mes en un lado y luego los mandan a otro punto de la república; de esa manera no los pueden identificar ni comprar. Hay algunos elementos malos como en todas partes pero la gran mayoría no son corruptos ni trabajan para el hampa. Aquí, la policía está completamente podrida. El Ejército no".

A ese Ejército, me pregunto, ¿por qué no le brindamos el reconocimiento que merece y por qué le pegamos, de manera automática, la etiqueta del represor de 1968 siendo, encima, que ni siquiera tenemos claro su papel en la masacre de Tlatelolco (leer a Luis González de Alba, por favor, que estuvo allí en primera línea)? A ese Ejército, cuyas filas están integradas por mujeres y hombres del pueblo mexicano ¿no lo podemos hacer parte de nosotros mismos?

Yo, por lo pronto, voy a cuidar mucho mis palabras cuando vuelva a hablar de nuestros soldados.

Román Revueltas Retes
(v.pág.4 del periódico Público del 12 de septiembre de 2010).


En la película El Infierno de Luis Estrada, los personajes, las situaciones de violencia y brutalidad, los diálogos y la filosofía barata resultan repetitivos. ¿Qué le parece que mientras que Beni baraja fajas de billetes, se compra cadenas de oro y el cura bendice su nueva pistola, su madre sigue viviendo en la misma choza de la primera escena y viste los mismos trapos y canas del día en que Beni se despidió de ella 20 años atrás? O la filosofía que se trasmite a través de diálogos como: "¿Le temes al Infierno?" "¿Al Infierno? ¡El infierno está aquí!". En los diálogos los personajes también suelen aleccionar al espectador acerca de los efectos de la globalización, los poderes corruptos y la espiral de violencia. "En México", dicen, "no se vive como se quiere sino como se puede". Por cierto, entre los sicarios hay algunos especialmente sangrientos. Se dice que son del sur del país y hablan un idioma indígena.

Annemarie Meier
(v.pág.34 del periódico Público del 12 de septiembre de 2010).


Estos son días para humillar nuestra admiración por los anónimos soldados e improvisados guerreros que lucharon por un ideal que llamamos México y no una oportunidad embriagada por el ocio, el despilfarro y los gritos de la más doliente hipocresía. Hagamos el coro como debe ser: ¡Viva la Virgen de Guadalupe! (sin necesidad de verificar la existencia notarial de San Juan Diego), ¡Viva Fernando VII! (sin tener que explicar los abusos de Napoleón y su primer mundo) y ¡Muera el mal gobierno!

Jorge F.Hernández
(v.pág.39 del periódico Público del 10 de septiembre de 2010).


En la capital del país y en algunas ciudades en que se escribieron capítulos verdaderamente significativos de la insurgencia, se gastará en pólvora, oropel y papel de china por toneladas, con tan de estimular el orgullo implícito en la mexicanidad, como si en este país no hubiera carencias; como si ese dispendio, para el que se ha tenido el descaro de anunciar que se gastarán algunos miles de millones de pesos, no ofendiera la intención de Morelos cuando postulaba, en "Los Sentimientos de la Nación", la necesidad de reducir, al menos, el abismo "entre la extrema indigencia", que a la fecha encarnan muchos millones de mexicanos, y "la extrema opulencia", que encarnaría -el ejemplo perfecto- Carlos Slim.

En Guadalajara (donde el cura Hidalgo proclamó la abolición de la esclavitud, según nos enseña la Historia Patria, antes de la derrota en el Puente de Calderón, que muy pocos historiadores consignan), amén de las simplezas rutinarias, el "plato fuerte" de la celebración será un alarde de imaginación y de sensibilidad patriótica, cuyo autor intelectual, según fuentes generalmente bien informadas, desde el momento mismo de concebir tan descomunal "ideota", se encuentra internado en el área de terapia intensiva de cierto nosocomio, con un derrame cerebral complicado con fractura de la base del cráneo y "por si fuera poco" caspa...

El portentoso numerito consistirá en la confección de una torta ahogada de 600 metros de largo, que posteriormente degustarán unas 17,000 personas.

(No se reprochará, pues, a los gobiernos del Bicentenario que no acaten al pie de la letra la sabia lección de los césares romanos: "Al pueblo, pan -aunque sea poquito...- y circo".

Jaime García Elías, periodista y conductor radiofónico
(v.pág.2-A de El Informador del 13 de septiembre de 2010).


La del Bicentenario es, como toda celebración, cursi y absurda. Lo único que podemos agregar al cursi sentimiento patriótico del grito, y al absurdo de celebrar el inicio de la guerra y no su culminación (México celebra los 200 años como nación independiente en 2021, pero por obvias razones quienes terminaron la guerra no murieron en ella y a nosotros nos gustan los héroes masacrados, porque a diferencia de los vivos, éstos [¿aquéllos?] no se equivocan) es lo caro: ésta será, pues, una celebración absurda, cursi y costosa.

Diego Petersen Farah
(v.pág.1-B del periódico El Informador del 13 de septiembre de 2010).


En Jalisco las autoridades la hacen todavía más confusa, al decidir conmemorar la Independencia con actos significativamente relacionados con un perfil derrotista. El primero de ellos es la Batalla en el Puente de Calderón, en Zapotlanejo, un espacio donde se registró una de las más dolidas derrotas del cura Hidalgo, icono mayor de la insurgencia: "Aquí el 17 de enero de 1811 la suerte fue adversa al Padre de la Patria, don Miguel Hidalgo y Costilla, y al generalísimo Ignacio Allende". Inscripción en el puente.

Martín Almádez
(v.pág.11-B del periódico El Informador del 13 de septiembre de 2010).


México sigue ligado a su pasado y no han cambiado las estructuras coloniales de poder, de familia, de religión e incluso hábitos alimenticios. Pensamos igual que en 1810, la diferencia es que ahora tenemos una computadora a un lado.

Jaime Olveda Legaspi, doctor en Historia por la UNAM e investigador de El Colegio de Jalisco
(v.pág.6 del suplemento "Bicentenario y Centenario" del periódico El Informador del 15 de septiembre de 2010).


La fe -o la superstición- que es creer que el gentilicio "mexicano" tiene sentido más allá de la cosa práctica (de algún país hay que ser para tener acta de nacimiento, o algún papel cualquiera que sirva para demostrar que existimos) está sostenida también por la mitología que, en el caso particular de la nación mexicana, ocupa el lugar de la Historia -materia por lo general temible o lamentable, y en todo caso poco útil como no sea para tergiversarla y cimentar en ella los malentendidos con que nos explicamos cómo hemos llegado hasta aquí-.

Y, al lado de esa mitología y el culto que impone, la infeliz insistencia en la afirmación de lo mexicano que pasamos la vida oyendo: desde las monsergas de los maestros no bien entramos al kínder, hasta los aullidos tricolores de un locutor si mete gol el "Chicharito"; del anuncio de cerveza al discurso del político cretino; de la perorata oracular del intelectual mesiánico (esa peste que simula entender lo que dice) al sermón que nos recuerda en qué modos especiales la Patria ha sido bendecida, etceterísima.

Más allá de la dificultad de definir qué, aparte de la casualidad geográfica, empareja a un yucateco y a un bajacaliforniano con un tlaxcalteca, un colimense y un tamaulipeco, está el problema de que ser un pésimo mexicano es, al mismo tiempo, ser un mexicano ejemplar: campeón del disparate, del estropicio, del exceso, de la trampa y del cinismo. Esto, claro, de aceptar que ser mexicano signifique algo más que el humo tras el coheterío.

José Israel Carranza
(v.pág.5 de la sección "gente!" del periódico Mural del 16 de septiembre de 2010).


Un país de gente mayormente buena y trabajadora; un país azotado por la violencia criminal que, sin embargo, es menos violento que otras tierras; un país que no era democrático y que ahora es gobernado, en sus diferentes entidades, por 3 partidos políticos diferentes; un país donde había una prensa sojuzgada por el poder político y donde ahora ejercen los más feroces caricaturistas y críticos de la figura presidencial; un país de pobreza habitado, a su vez, por 60 millones de personas que ya no son pobres; un país cuyo sistema político tolera sin problema alguno los desplantes de un opositor que se proclama, por sus pistolas, "presidente legítimo"; un país de casas de la cultura, museos y orquestas sinfónicas; un país de ricas tradiciones y fortísima personalidad; un país moderno cuya capital ha decidido, en abierto desafío a los intolerantes, garantizar los mismos derechos a todos sus ciudadanos con el apoyo, además, de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; un país, finalmente, que se encuentra, hoy día, mejor que en cualquier otro momento de su historia.

El desánimo nacional, con todo, es una realidad. Y no nos falta razón a los que, en esos obligados momentos de sobriedad a los que te condena la cotidianidad, nos indignamos ante el trámite burocrático imbécil o la canallesca ineptitud del aparato de justicia. Guardamos, en este sentido, un equilibrio muy precario: no sabemos, por ejemplo, si esas generaciones de jóvenes mexicanos que no estudian ni trabajan terminarán por constituir una autentica amenaza para la integridad de la nación y no podemos tampoco predecir el futuro de una nación que ha fracasado estrepitosamente en la trasmisión de los valores morales.

Nuestra realidad es la de un país que tiene leyes de transparencia, que ha implementado mecanismos crecientes para combatir la corrupción y que ha transferido a sus ciudadanos la responsabilidad de organizar elecciones. Y todo esto, a pesar del criminal -ése es el término- obstruccionismo de la clase política. El descontento creciente de la población, sin embargo, terminará por determinar los rumbos de lo público: no podemos imaginar un porvenir de eterna inmovilidad por más que los impulsos autodestructivos de nuestros politicastros hayan significado una condena de inacción nacional. En algún momento, los datos duros -los índices de competitividad a la baja, el pobre crecimiento económico, el desplome de las posiciones de México en las mediciones de los organismos internacionales, etc.- aunados al rechazo unánime de los ciudadanos, habrán de provocar una reacción, así sea para asegurar su mera supervivencia, de los diputados, los senadores y el resto de la casta gobernante.

Román Revueltas Retes
(v.pág.4 del periódico Público del 19 de septiembre de 2010).


No aparecen en los libros ni en las declaraciones, pero el país es también un mosaico de civismos. Aquí hay algunos ejemplos.

Civismo lógico. Premisa mayor: "Todos tenemos el gobierno que merecemos". Premisa menor: "A mí me va muy bien con este gobierno". Conclusión: "Me lo merezco".

Civismo fresa. Nunca da problemas, pero tampoco da los buenos días. Dos formas de enfrentar el miedo y de no relacionarse ni con el vecino (no lo conoce y espera no topárselo nunca). Manera infalible de hacer que la patria no exista.

Civismo de condominio. Mientras no lo exhiban en la lista de los que pagan la cuota, no pagará. Y entonces dirá: "Lo que pasa es que ya no les alcanza pa’sus chelas".

Civismo cumplidor. Aporta lo que le toca, sobre todo porque se lo retienen. Festeja el Grito de la Independencia y apoya a la selección. Con eso queda satisfecha su vena heroica. Cansado pero contento.

Civismo de billar. Con decírselo a su compadre ya cumplió. "Hay que arreglar esto, hay que cambiar esto, hay que mejorar". Espera que le manden una secretaria para que tome apuntes de sus ideas.

Civismo del pecado original. "Somos todos seres caídos, acéptalo, y lo que dejes tú se lo llevará otro. Pásame otra bolsita que ya Dios nos puso en ese camino".

Civismo turístico. Mejor te vas a vivir al otro lado, si tienes con qué. Mejor invierte del otro lado, si tienes con qué. Allá serás el mejor ciudadano: en una de esas te dan tu residencia definitiva.

Civismo relajado. No hay mal que dure otros cien años. Tranquilo, ya pasará. Ora, medita. La paz llegará.

Civismo juicioso. Lo primero y lo único que le pasa por la cabeza es "a éste ya le llegaron al precio". Piensa mal y tendrás la tranquilidad de que aunque nada funciona, a ti, lo que es a ti, nadie te vio la cara de pendejo.

Civipartidismo. Si provienen de otro partido, son maldades diabólicas; si provienen del propio, son errores humanos. Si implican al otro, son urgencias; si implican al propio, son procesos de maduración.

Civismo cobrador. "Si viviera en otro país, yo tendría tal educación, tal empleo, tal seguridad. Como vivo aquí, no los tengo. Por lo tanto, el país me debe. Y me cobro a lo chino: no pago los impuestos, ni las multas ni las tenencias, o le entro a los múltiples negocios rápidos hasta que pueda decir: México nada me debes/ México, estamos en paz".

Luis Petersen Farah
(v.pág.14 del periódico Público del 19 de septiembre de 2010).


Meses de silencio en torno a una turbia decisión de su gobierno, y el presidente Felipe Calderón habló por fin ayer de las licitaciones de espacio radioeléctrico que casi regaló su administración a empresas privadas (Televisa-Nextel). Pero sólo lo hizo para decir 2 grandes mentiras: la primera, que al meter al mercado de las telecomunicaciones a nuevos competidores "se trabaja para los consumidores mexicanos". En la realidad ni las tarifas de telefonía han bajado ni el servicio de las compañías mejora -Televisa, por ejemplo, ofrece pésimo servicio de telefonía con Cablevisión y Telcel sigue cobrando lo que quiere y hostiga a sus clientes. Y la segunda mentira presidencial es que su gobierno "trabaja sin conceder privilegios y con el fin de favorecer la inclusión de los más desprotegidos". Ninguna compañía, ni de las dominantes ni de las que recibieron la "ganga", ofrecen planes o servicios para mejorar la conectividad de los mexicanos más pobres o del sector rural. Una de dos: o al presidente lo engañan, o él quiere vivir en un mundo de fantasía donde los grandes empresarios son damas de la caridad.

Salvador García Soto
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 5 de octubre de 2010).


¡Metodología infalible para terminar en 3 años con el narcotráfico en el país!
  1. Legalizar el comercio de drogas;
  2. Declararlo área estratégica para el desarrollo nacional;
  3. Nacionalizar la industria productora de estupefacientes;
  4. Crear un organismo desconcentrado en el que resida el monopolio del estado para la producción y comercialización de las drogas. Nacional Operadora de Mota y Alcaloides Mexicanos (NOMAMEX);
  5. En asamblea nacional encabezada por Carlos Romero Deschamps, Napoleón Gómez Urrutia, Elba Esther Gordillo y Martín Esparza Flores -entre otros-, constituir el Sindicato Mexicano de Trabajadores de la Industria de los Narcóticos;
  6. Esperar un par de años;
  7. Crear una comisión legislativa encargada de auditar a NOMAMEX, y
  8. Problema resuelto, en el tercer año podremos observar, entre los narcomerciantes nacionales huelgas, luchas de poder internas y ausentismo. La industria del narcótico se encontrará colapsada y requerirá de una reforma jurídica de fondo.
Con toda seguridad los productos escasearán y costarán 40 o 50 veces lo que deberían, inhibiendo por completo la demanda y acarreando hacía la pobreza con todos los miembros de la floreciente industria.

Nota del autor: Esta metodología ha demostrado en la práctica sus resultados, destacando entre sus logros la industria petrolera, la azucarera, la eléctrica y la minera, también con la educación, entre muchas otras ramas económicas.

(Recibido por e-mail el 11 de octubre de 2010).


De todas las cosas que se desprendieron del rescate de los mineros chilenos hubo una que me dejó profundamente molesto: el movimiento antimexicano.

Nomás comenzaron las labores para sacar a esos hombres y una multitud se lanzó a las redes sociales y a los medios tradicionales de comunicación a comparar lo que hubiera pasado si esos mineros, en lugar de chilenos, hubieran sido mexicanos.

El resultado fue que los mexicanos somos una lacra asquerosa, irresponsable, payasa, corrupta y estúpida, y que los chilenos son la máxima manifestación de solidaridad, pulcritud, responsabilidad, compromiso e inteligencia de este planeta.

Todo esto, dicho a través de unos chistes infames que le dieron la vuelta a Twitter, Facebook, la radio y la televisión.

El problema es que entre broma y broma, la verdad se asoma, y que este movimiento, a diferencia de otros diseñados para apoyar o perjudicar a determinadas figuras, fue 100% espontáneo.

Eso es lo que los mexicanos pensamos de nosotros mismos. Ojo, ya no es lo que pensamos de nuestros políticos, de nuestras instituciones o de nuestros empresarios. El México mierda ahora somos nosotros y eso duele.

Duele porque es un indicador de que nuestra autoestima, como país, está peor que nunca y porque en esta nación, a pesar de los problemas, siempre había algo parecido a una fortaleza colectiva que nos mantenía vivos y unidos hasta el final.

Eso, me queda claro, ya se perdió y los mexicanos preferimos sentirnos inferiores ante cualquier noticia positiva que nos llega del extranjero.

¿Sabe por qué ahora hay tantos ataques tan rudos? Porque cualquier pretexto es bueno para joder a México y los mineros chilenos, que ni vela tienen en ese entierro, nos dieron la excusa perfecta para quejarnos, atacarnos y hundirnos más de lo que ya estamos.

Alvaro Cueva
(v.pág.13 del periódico Público del 17 de octubre de 2010).


La cueva de cuarzos más grande del mundo yace bajo el suelo de Naica, en la sierra chihuahuense. Cristales de más de diez metros de longitud habitan en lugar tan mágico como para conquistar a un grupo de espeleólogos de distintas nacionalidades que reunieron esfuerzos para la realización de Naica. Un viaje a la cueva de los cristales, filme dirigido por Gonzalo Infante.

Gonzalo Infante explica: "Las autoridades están muy distraídas con sus cosas y no se han interesado en Naica. No me explico por qué no hay un boom estatal por salvar ese lugar. En estos 5 años nos acercamos a funcionarios y nadie nos dijo nada sobre realizar un programa serio de conservación de este sitio. Si estuviera en Alemania ya sería un museo. Los mineros sacan minerales del fondo, gracias a ese trabajo se pudo conocer la cueva, pero que el hallazgo haya sido fortuito no quiere decir que tienen la autorización y el derecho de destruir un sitio extraordinario. Se necesita un planteamiento donde intervenga la gente que tiene que ver con turismo y ecología. No podemos dejar en manos de los mineros que un día se suba el switch y la cueva se inunde de nuevo. Si ellos apagan las bombas desaparece Naica. Cuando se acabe el mineral se acaba la cueva. No es una situación fácil porque es un sistema muy complejo, tan sólo de luz se pagan millones de pesos, pero eso no quiere decir que no pienses en una fórmula para salvar la cueva".

(V.pág.8 del suplemento "Visor" del periódico Público del 31 de octubre de 2010).


México es un país que por un lado ignora a sus héroes y heroínas reales, y por otro potencia, reconoce y celebra a sus tiranos y delincuentes, son las calles por las que circulamos todos los días.

Hace unos meses me mudé de casa, las y los vecinos nos vimos obligados a hacer una colecta de 500 pesos para reparar una larga "avenida" de terracería que parecía afectada por un bombardeo desde hace 2 años, a pesar de pagar el predial en tiempo y forma, nunca la han arreglado. Fue entonces que descubrimos que ese dañado camino lleva el nombre de Mario Villanueva Madrid, ex gobernador de Quintana Roo, actualmente encarcelado en La Palma, acusado de vínculos con el narcotráfico. El nombre fue asignado ya que había recibido sentencia de 36 años de prisión.

Por otro lado, para llegar a mi oficina debo circular por la avenida José López Portillo (y recordar la devaluación que dejó a mi familia en serios problemas económicos) y en un día cualquiera para hacer los mandados circulo entre Jesús Reyes Heroles, J.Martínez Ross y Fidel Velázquez. por si fuera poco en Tabasco visité la Colonia Roberto Madrazo y recientemente tuve que conducir por la Avenida Carlos Salinas de Gortari, era de noche y recordé el poder de las mafias fortalecidas por este ex presidente; no pude sino preguntarme ¿por qué no nos hemos rebelado ante este fenómeno? ¿es acaso un símbolo de la fatalidad que recae sobre nuestro país? No solamente nos gobiernan dejándonos en la ruina, avalando al narcotráfico, destruyendo el sindicalismo honesto y los derechos laborales, corrompiendo a las instituciones, fomentando la injusticia, además y por si fuera poco, sus nombres quedan grabados en nuestras vidas cotidianas como si tal cosa.

Lydia Cacho
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 3 de enero de 2011).


-Compadrito, te voy a hacer una oferta como las de "El Padrino", una oferta que no puedes rehusar-, me dijo por teléfono mi amigo el rico. -Vamos a comprar una aerolínea mexicana.

-¿Quieres decir de México?, ¿te refieres a ese país que es el cuerno de la abundancia?, ¿a ese país que ha soportado años y años de saqueo?, ¿a esa tierra que es el paraíso de la impunidad?, ¿ese lugar donde las leyes son incomprensibles y se maneja todo por abajito de la mesa?

-¡Sí, sí!, me refiero al lugar en donde tener una empresa mal manejada es el mejor negocio de todo el orbe. ¡Escucha, y luego decides! Todo está protegido para nosotros. Podemos tener las tarifas más altas del mundo, podemos cobrar lo mismo por un vuelo del DF a Guadalajara, que de Nueva York a París, y nadie se queja. No tenemos que cumplir con normas de seguridad internacionales y nunca vamos a pagarle a los aeropuertos por sus servicios; ¡vaya, ni el combustible vamos a pagar!, porque la ley del comercio, la de comunicaciones y la secretaría del ramo están hechas para proteger al inversionista, no a los usuarios ni a los proveedores.

-Pero compadre, yo no tengo dinero para comprar una aerolínea, supongo que se necesita mucha lana para eso, ¿no?

-¡No hombre!, el dinero nos lo presta un banco de allá y le damos de garantía tus terrenitos, esos que no valen nada, pero nos los aceptan a 100 veces su valor. Y ya que tengamos el control del negocito nos ponemos unos sueldotototes, gastamos como locos, nos compramos mansiones, edificios, coches deportivos y todo lo que se te antoje; gastamos todo el dinero que quieras dizque para las "Relaciones Públicas" y al final nos declaramos en quiebra.

-Y entonces, ¿tenemos que pagar todo?, pregunté, con la voz un poco quebrada.

-No compadrito, no seas inocente. Hacemos un "Fondo de Rescate" para que el mismo gobierno se quede con la empresa y todo el pueblo lo pague de sus impuestos.

-¿Y nosotros no llevamos ninguna responsabilidad?-, pregunté asustado.

-No my friend, me dijo (porque es medio pocho). Antes de la quiebra le aumentamos el sueldo a los pilotos y a las aeromozas para que el sindicato no proteste, contratamos un despacho para que haga una auditoría y entregue los resultados en CDŽs que nadie puede abrir (porque no les darían el password) y tú y yo salimos como héroes y como víctimas del neoliberalismo imperialista.

Me quedé pensando. Como que tanta belleza no era posible, como que ese planteamiento carecía de sentido común. Y le pregunté a mi amigocho:

-Oye, ¿pero no se te hace que los ciudadanos van a protestar?, no creo que acepten la deuda de una empresa privada.

-¡Ahh, pero qué tarugo eres!, me dijo casi en tono de burla. ¡Si los mexicanitos aceptan todo lo que les diga "Papá Gobierno", sin chistar. ¿No ves que todos están en el ajo? Todos tienen cola que les pisen y nadie se queja de nada, por eso están como están. ¡No te preocupes compadrito! Lo tengo todo planeado, inviértele con fe, confía en tu amigo y en que estos cuates van a apechugar con toda la deudota que les dejemos.

Alberto Martínez Vara
(v.pág.6 del periódico Mural del 13 de enero de 2011).


Sólo bajo los argumentos de la postmodernidad -pongámoslo elegantemente dicho por el bien de la vergüenza que nos toca- podemos entender que previa revisitación de la historia local, se celebre hoy desde el máximo poder en el estado, la máxima derrota que el máximo insurgente sufrió en el Puente de Calderón.

¿En qué momento de nuestra historia llegamos a confundir los hechos que son dignos de recordar con dolor y pena en busca de no repetirlos, con aquellos que nos enorgullecen por su gloriosa herencia?

Y no sólo es esa la confusión, quiero decir, la revisitación de la historia, porque si atendemos al programa que se tiene para este día en el que se cumplen 200 años de esa vergüenza nacional, el punto de celebración mayor está centrado en la misa que oficiará el cardenal de Guadalajara. Celebremos pues una derrota con una misa en un estado constitucionalmente laico.

Martín Almádez
(v.pág.15-B del periódico El Informador del 17 de enero de 2011).


Les voy a poner el reto más grande del ilusionismo -dijo a sus alumnos el Maestro de Maestros de la magia- ¿Cómo podemos pasar a través de una puerta de acero sólido -cerrada con cadenas y resguardada por guardias armados- 60,000 automóviles, 400,000 jóvenes con todo y mochila, 200,000 toneladas de drogas, 25,000 cuernos de chivo y 30,000 tráilers cargados?

Ninguno supo cómo realizar ese truco maravilloso que lograría que las multitudes aplaudieran a rabiar.

Finalmente el Maestro de Maestros tomó la palabra: "Pues lo haríamos con la esencia del ilusionismo, la sencillez. Simplemente le pintamos un letrero a la puerta de acero que diga: 'Aduana Mexicana'... ¡y pasa todo!".

¿Verdad que ese truco, que se hace en México todos los días, es digno del mejor mago del mundo? Y se lleva a cabo magistralmente, sin telones negros y sin aparatos complicados. Es una maravilla del ilusionismo y su nombre es "El viejo truco de la Aduana Mágica".

Este es el engaño que llevan a cabo las autoridades aduanales, haciéndonos creer que por el simple hecho de revisarnos exhaustivamente nuestra maletita en la frontera, se impedirá que pasen enormes cantidades de contrabando por la misma puerta.

Lo terrible es que todo el contrabando es dañino. Las 35,000l balas que el año pasado mataron al mismo número de mexicanos, pasaron por esa aduana mágica. La cocaína que inhalan nuestros jóvenes también pasó por ahí. Las medicinas caducas, DVDs, cigarros, ropa, electrónicos y todo lo que es desecho del primer mundo, también. Los coches que le robaron a 60,000 compatriotas salieron por la aduana. Y también los niños raptados y la jovencita que secuestraron para prostituirla en Asia. Todo mágicamente pasó, sin que nadie hiciera nada para evitarlo.

Entonces el problema de México empieza en donde empieza el territorio nacional. En las aduanas.

¿Cómo se lo haremos saber al secretario de Hacienda?, y al director de Aduanas y a los federales y al mismísimo presidente. Porque yo creo que los pobrecitos no se han dado cuenta.

Pero no echemos la culpa sólo a los funcionarios; todo es demasiado obvio, por ejemplo: a los terrenotes donde guardan 60,000 coches robados antes de mandarlos a la frontera, ¿nadie se asoma? Las madrinas y los barcos en los que son transportados, ¿no los detectan los policías de caminos ni las autoridades portuarias? Las bodegas donde descargan 30,000 tráilers de mercancías robadas o de contrabando, ¿nadie sabe dónde están? Los 400,000 inmigrantes ilegales que cruzan todo el país encima de los ferrocarriles, ¿son invisibles? Los vendedores de piratería, drogas y armas, ¿nadie sabe a qué se dedican? Y es más, las casas de seguridad que utilizan los secuestradores, ¿no tienen vecinos?

Por estas razones no se vale quejarse; la culpa la compartimos los ciudadanos con las autoridades, todos los mexicanos nos hacemos los occisos.

Alberto Martínez Vara
(v.pág.6 del periódico Mural del 20 de enero de 2011).


El hijo del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, Emiliano Salinas Occelli, habló del clima de violencia que vive México y el papel de los miembros de la sociedad civil frente al fenómeno.

Subrayó asimismo que "somos un país de víctimas" y que la mayoría de los mexicanos se asumen como víctimas de sus circunstancias.

Emiliano Salinas, fundador del Movimiento INLAK'ECH por la Paz, A.C., llamó a todos los mexicanos a sumarse a su iniciativa, la cual busca restablecer la paz en México mediante el fortalecimiento de la sociedad civil.

En un video que se difunde en la red, el hijo del ex mandatario reconoció que para algunos iba a ser "difícil separar el hecho de ser el hijo de Carlos Salinas de Gortari, de su condición como ciudadano preocupado por la actual situación del país".

"Fuimos víctimas de los españoles, luego víctimas de los franceses, de don Porfírio, luego fuimos víctimas del PRI, también de Salinas y del Peje, y ahora de `Los Zetas` y de los narcos y de los delincuentes y de los secuestradores...".

Habló de pasar de una sociedad que se asume como víctima de las circunstancias a una sociedad responsable, participativa y que tome el futuro de su país.

"El primer nivel más débil de respuesta ciudadana ante la violencia es la negación y la apatía. Se necesita mover a la sociedad mexicana de esa negación y apatía al siguiente nivel de respuesta ciudadana que es el reconocer la gravedad de la situación".

"El otro nivel de respuesta ciudadana es el miedo, porque nos mueve a hacer algo. Necesitamos enfrentar ese miedo al siguiente nivel que es la acción para retomar calles, ciudades y colonias... El coraje y a la acción violenta a la acción ciudadana coordinada y pacífica".

(V.periódico El Universal en línea del 21 de enero de 2011).


Fue hasta 1878 que un curador del Museo Imperial de Historia Natural de Viena, Ferdinand von Hochstetter, describió la pieza número 3 como: "Un alto tocado mexicano de magníficas plumas verde brillante y tiras de color decorada con botones de oro. Tiene cerca de 3 pies de altura". El tocado estaba en tan malas condiciones a causa de un ataque de polillas, que, dice von Hochstetter, "se nos deshacía en las manos". Se restauró poco después. Una buena parte estaba completamente destruida, por lo que tuvo "cambios irreparables" en sus estructura. (The Treasures of Moctezuma, Fantasy and reality, Ferdinand Anders, 2001).

Hoy por hoy no hay manera de probar que el penacho haya pertenecido a Moctezuma, ni siquiera que efectivamente se trate de un penacho y no de un peto o una falda. El consenso de que se trata de "una corona de plumas" se tomó en 1908 en el XVI Congreso de Americanistas en Viena, pero aún hoy hay quien sostiene que ese adorno de plumas no puede ser una corona o un tocado. Tampoco hay evidencia de que ese objeto maravilloso perteneció al IX Tlatoani Azteca, Moctezuma Xocoyotzin. La leyenda sostiene que el penacho, junto como otras piezas de arte plumario, fueron parte del tesoro que el azteca ofreció a Cortés, que éste a su vez entregó al emperador Carlos V, quien finalmente lo regaló a su hermano Ferdinando I. Pero ni coinciden las fechas ni el penacho o algo similar a un ornamento de plumas aparece en la relación de regalos de Moctezuma.

La batalla por el "penacho de Moctezuma" es uno de esos grandes mitos sobre los que está construida nuestra historia. La idea de que ese objeto que se exhibe en Viena es la corona del último rey Azteca, y que encima nos pertenece, es un invento más del nacionalismo y fue impulsado, como otros mitos, por el presidente Luis Echeverría, quien en 1974 comenzó la batalla por la repatriación del objeto simbólico.

La réplica del penacho, que encargó el presidente Abelardo Rodríguez y que se exhibe actualmente en el Museo de Antropología, está hecho con plumas del Sur de México y se tuvo el cuidado de que la parte que encaja en la cabeza pareciera claramente un penacho. La parte baja del original no se sostiene erguida y fue reconstruida a finales del siglo XIX con plumas provenientes de la India.

No se sabemos si es un penacho, mucho menos que haya sido de Moctezuma, pero cuando se trata de ser las víctimas y hacer escándalos, somos inmejorables.

Diego Petersen Farah
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 22 de enero de 2011).


En el Foro Económico Mundial de Davos, Felipe Calderón expresó a la comunidad internacional que México es un país seguro... seguro para hacer negocios y para llevarse las ganancias, pero lo que no dijo es que la población de este mismo país, un paraíso para los inversores, vive amenazada por el peligro que representa una guerra, que no es guerra, pero que ha sido la violenta estrategia elegida por el gobierno federal para combatir al narcotráfico.

Pero el país, hecho de tal "nobleza" económica para los de fuera, de acuerdo al análisis del Banco BBVA y a pesar del ambiente existente -de extrema violencia, según el propio Felipe Calderón- asegura un crecimiento de 4.3% para este año; y recibió 19,000 millones de inversión extranjera directa, 53% más que el año previo, además de que este año ha llegado tal cantidad de dólares, que el tipo de cambio está a favor del peso mexicano, dando por resultado una moneda "fuerte" -aunque volátil- a punto de bajar de 12 pesos por dólar.

Y si con toda la violencia que hay, se espera un crecimiento de 4.5%, ¿qué sucedería si el gobierno federal modifica y complementa su estrategia de combate al narcotráfico para garantizar más seguridad a la población...? ¿Qué sucedería si además de las ganancias para las empresas extranjeras, se plantearan ganancias para la población mexicana con más empleo y menos inseguridad...? ¿Qué sucedería si se garantiza el respeto a las garantías individuales de los mexicanos, con el cuidado por los derechos humanos de los ya demasiados inocentes agraviados -muertos, heridos, desaparecidos- en esta absurda guerra que no es guerra...?

Porque a pesar de que el titular del ejecutivo diga en Davos que el gobierno federal "ha tenido una acción muy importante (...) impulsando una estrategia por la seguridad de los mexicanos", lo que vive la población a diario es violencia desde todos sitios.

Lourdes Bueno, investigadora de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 29 de enero de 2011).


Desde hace décadas, Oaxaca ha estado en la mira de todos los mexicanos, ya que pese a ser una entidad rica en patrimonio cultural y natural, en sus 570 municipios -muchos de los cuales se desarrollan bajo la ley de "usos y costumbres" en pleno siglo XXI- exhiben una de las prácticas menos propicias para salir adelante: la flojera.

Habríamos de recordar a los miles de profesores y seudo profesores oaxaqueños apostados año tras año en el centro histórico de la Ciudad de México, dejando abandonadas sus escuelas y por ende a sus alumnos durante meses, supuestamente en busca de mejores condiciones de trabajo.

Qué bueno que son luchadores, que pelean por sus derechos y mejores condiciones, pero definitivamente que una cosa es Juan Domínguez y otra muy diferente... ya no la chiflen.

Cuauhtémoc Cisneros Madrid
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 22 de febrero de 2011).


El secretario de Hacienda, Ernesto Cordero Arroyo, fue criticado principalmente en las redes sociales como Facebook y Twitter al trascender una declaración donde asegura que una familia mexicana con ingresos de 6,000 pesos al mes tiene crédito para una vivienda, para un coche y que incluso puede mandar a sus hijos a una escuela privada y pagar colegiaturas.

(V.pág.8-A del periódico El Informador del 22 de febrero de 2011).


En nuestro país el folclor es una forma de vida y una pésima expresión de subdesarrollo.

Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 26 de febrero de 2011).


La razón de la invitación [del presidente Barack Obama al presidente Calderón a Washington] fue que el primer presidente afroamericano se enteró de que en nuestro país una familia con ingreso de 500 dólares puede pagar además de vivir, hipoteca, abonos del coche y colegios particulares y eso sí que lo puso fuera de sí y es evidente que él quiere para los norteamericanos tanto bienestar como tenemos nosotros, porque hay que decirlo, la clase media de allá ni con el triple puede vivir así. Es natural que teniendo allá problemas de pobreza alimentaria quieran vivir como nosotros.

Carlos Enrigue
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 27 de febrero de 2011).


México es el país
en que más se honra a Newton.

Los gobiernos actúan de acuerdo
a la Ley de la Gravedad.
Los diputados legislan de acuerdo
a la Ley de la Gravedad.
Los urbanistas proyectan
con la Ley de la Gravedad.

El principio científico dice que los
problemas se deben dejar crecer
hasta que se vuelvan graves y casi
imposibles de resolver.

No podemos terminar el Periférico
porque se llenó de casas.
No podemos quitar
a los "viene-viene" porque
ya son más que los autos.
No podemos quitar los anuncios
espectaculares porque ya son más
que los árboles.

Y así, la Ley de la Gravedad impera
en el país.
Newton estaría orgulloso.

Nemesio Maisterra
(v.pág.6 del periódico Mural del 3 de marzo de 2011).


Los datos de la lista de "Forbes" dicen mucho más de México de lo que aparentan. El once mexicano, lo que sería la selección nacional de los ricotes, comienza con Slim y termina con Joaquín "El Chapo" Guzmán (lo del "Chapo" es una de esas típicas jugarretas de "Forbes" para añadir morbo a su lista, pues realmente es imposible saber cuánto tiene el narcotraficante de Sinaloa). Bien, la suma de las fortunas del número 2 al 11 no alcanzan a Slim o, dicho de otra manera, el señor Slim es más rico que los 10 juntos. Esa diferencia que podemos observar en la cumbre se reproduce hacia abajo de manera bestial. Las empresas de Slim generaron en 2010 valor por 685 millones de pesos diarios.

Los 250,000 millones de pesos que creció la fortuna del dueño de Carso en ese año equivale a 1.8% de PIB nacional. Por supuesto que no todas la empresas de Slim operan ni generaron su renta en México, pero para darnos una idea, lo que generaron en 2010 equivale a una tercera parte de los que generó todo el país en el mismo año (y encima lo festejamos).

Otro dato que vale la pena revisar es que del once mexicano 6 fueron beneficiarios de alguna privatización de la era Salinas. No todos los que recibieron concesiones llegaron a la lista de "Forbes", algunos literalmente dilapidaron las empresas, pero esta "selección" salió de las fuerzas básicas del salinismo e hicieron su fortuna con empresas que, mal operadas y mal trabajadas, eran del Estado. 6 de los 11 operan concesiones o son beneficiarios directos de subsidios por parte del gobierno mexicano (si contamos el beneficio de "preliberación" del "Chapo", el único mexicano que ha logrado escaparse de una cárcel de alta seguridad, entonces debemos contar 7). Finalmente, 5 de ellos participan en mercados que pueden ser considerados como monopólicos u oligopólicos, con condiciones de mercado más que favorables.

La lista de "Forbes" es una buena radiografía de lo que somos y lo que no somos, de las distorsiones de nuestra economía y de las taras de nuestro sistema económico: favoritismos, inequidad ante la ley, y una economía de mercado donde la mano negra pesa más que la mano invisible.

Diego Petersen Farah
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 12 de marzo de 2011).


Antier, muy tempranito, fui a la toma de protesta de la nueva directiva de Coparmex. Escuché a los oradores, me quedé pensando y llegué a una conclusión: vivo totalmente equivocado.

Equivocado al sentirme inseguro cuando salgo a la calle. Guadalajara es más segura que Singapur, Suiza y Finlandia; según nos hizo entender don Emilio.

Equivocado por no saber que en Jalisco no hay desempleo, ni pobreza, ni crimen organizado. ¡Que bárbaro!, yo pensaba que era todo lo contrario, qué bueno que ya el gobernador lo aclaró y me dejó tranquilo.

Equivocado, porque yo creía que íbamos a hacer el ridículo con los Panamericanos, pero ya está todo listo, lo nuevo construido y lo viejito remodelado; vamos a recibir a más de millón y medio de turistas y los vamos a tratar muy bien, van a poder admirar el atirantado sin cuellos de botella, los periféricos nuevos que tenemos, el hermoso macrolibramiento y las calles sin hoyos, con tráfico fluido y sin topes.

También mi cartera está equivocada al sentirse sola y vacía, México es "La tierra de las oportunidades", eso lo comentó nuestro secretario de Hacienda. ¡10 millones más de contribuyentes!, con un promedio de percepciones familiares de más de 40,000 pesos. ¡Somos ricos!.. y yo en la taruga, pensando que con 6,000 pesos me alcanzaba...

Es una maravilla ser invitado a esas reuniones y enterarse de lo que han hecho nuestros magníficos políticos, Por eso hay que ir; si ustedes no van, no se enteran y viven equivocados, como yo vivía.

Lo único que no me gustó fue la falta de respeto y de educación que mostraron los políticos. Mientras los empresarios exponían sus opiniones, se la pasaban atendiendo sus telefonitos o platicando con el señor de junto.

Cuando habló el presidente entrante, Óscar Benavides, dijo muchas verdades bien pronunciadas que todo mundo aplaudió varias veces, pero los señores estaban cotorreando y no las oyeron... ¡qué lástima!, a lo mejor les hubiera servido escuchar lo que los empresarios y el pueblo opinamos de sus gestiones.

Bueno exagero, nomás se distrajeron los políticos que todavía estaban, porque los 3 alcaldes de la ZMG no se distrajeron... ya se habían ido. Después de la foto, por supuesto.

No sé si soy demasiado suspicaz, pero no me quedó muy claro si el secretario de Hacienda y el gobernador hablaron de todos los logros de sus gestiones, o de sus sueños guajiros para ahora que sean "El Presidente", porque de todos esos avances que presumieron, los del pueblo no estábamos enterados... es que no nos invitan a estas reuniones.

Por elemental educación y por respeto a los asistentes, deberían prohibir el ingreso de telefonitos con twitter, facebook y chat. Y exigir a las "personalidades" invitadas al presidium que no papaloteen, presten atención y se queden hasta el final... tanto en las ceremonias, como en sus puestos "de elección popular".

Qué bueno que me invitaron y me abrieron los ojos. Ya no vivo equivocado. Ya me siento rico, primermundista y más tranquilo...

Alberto Martínez Vara
(v.pág.6 del periódico Mural del 17 de marzo de 2011).


En México todo lo arreglamos elevando a rango constitucional cada problema y cada necesidad. Tenemos pues en la Carta Magna el derecho al trabajo, el derecho a la salud, el derecho a la alimentación. Con solo eso, todos los mexicanos tenemos empleo, rebozamos salud y tenemos pan de satisfacción 3 veces al día.

Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 19 de marzo de 2011).


Si tuviéramos que definir el modelo de nuestra economía, éste tendría que ser el de Economía del Merecimiento. Todos merecemos algo. Es cuestión de acumular durante unos cuantos años algún privilegio para que sea considerado, ad infinitum, nuestro derecho.

En México es más importante merecer que competir.

Carlos Mota
(v.pág.2 del periódico Público del 1o.de abril de 2011).


El caos mexicano es resultado de la yuxtaposición de mundos cerrados e inconexos donde cada grupo social vive en su esfera propia, acuña su propio lenguaje, su código individual de conducta, su estilo de vida, siempre al margen de la realidad de los demás, pero beneficiándose piramidalmente de sus bases. Entre estos mundos alienados el de la esfera política ha llegado a ser el más lamentable, entre otras cosas, por las múltiples formas de robar que ha inventado y justificado, toda vez que tiene el poder de hacer leyes por su cuenta para validar cuanto le convenga.

Armando González Escoto
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 3 de abril de 2011).


Es muy conocida esa disposición nuestra, entre bélica y vandálica, a la que muy ingenuamente llamamos "júbilo nacional", y que puede ser más lesiva que una insurrección.

Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 9 de abril de 2011).


Hace poco tiempo el magnífico documental de Presunto culpable causó una conmoción al hacer del conocimiento de la población el drama de los juicios penales en nuestro país, que es tan sólo una parte de las terribles deficiencias que tiene el sistema judicial desde la policía hasta la Suprema Corte. En fin, todos nos enteramos del caso y como siempre simplemente nos quedamos con el arguende. En cualquier país serio, que el nuestro no lo es, esto hubiera generado un movimiento, muchas personas hubieran organizado foros en que se escuchara a la gente acerca de qué tipo de juicios queremos y digo escuchar a la gente, no hacer lo que siempre hacemos que es hacer foros en que "expertos" van y predican sin que pase nada.

Puede que las respuestas que demos los miembros del infelizaje sean una tontería, puede ser, pero sería intentar algo diferente de los eternos proyectos oficiales.

Carlos Enrigue
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 10 de abril de 2011).


Cada año que pasa, trae sus emblemáticas cargas que salen a relucir apenas se llega el día: el asesinato del cardenal Posadas, un 24 de mayo de 1993; el asesinato del candidato Colosio, cada 23 de marzo desde el 94; el 2 de octubre, que según esto "no se olvida"; y así, hemos ido sumando otras tragedias que se van anexando a la ya de por sí cargada agenda nacional.

Desde el catastrófico temblor del 19 de septiembre de 1985, aquel incendio en Lobohombo, el mal desempeño de la policía en News Divine, el derrumbe de la mina de carbón de Pasta de Conchos seguido del fracasado intento de rescate de 65 mineros, el sórdido descubrimiento de 72 cadáveres de inmigrantes en el ahora famoso San Fernando, Tamaulipas, o la espantosa tragedia en la Guardería ABC de Hermosillo.

Más que santoral, nuestro calendario parece una inagotable fuente de lamentos, la mayoría provocados no por la naturaleza -fuerza indómita en la que no podemos incidir-, sino por nuestra propia naturaleza: quizá más que con maldad, tengan todos que ver con la corrupción, en todas sus variantes.

El recuerdo queda entonces como único recurso ante lo que no tiene remedio. La injusticia es revivida una y otra vez, las heridas a punto de cerrarse se abren a fuerza de conmemoraciones, la lucha de los deudos y sobrevivientes marcados por cada tragedia se vuelve una cíclica piedra de Sísifo.

Los discursos y arreglos florales de los afectados, intentan mantener la esperanza de que algún día, alguien hará algo al respecto. Los que llegan del lado oficial, o buscan votos, o buscan desesperadamente quitarse un poco de culpa. Hay homenajes, pero nunca soluciones.

En el México del "ya ni modo", importa más un discurso con lagrimita incluida que buscar culpables, hacer justicia e intentar reparar el daño, ya no digamos prevenir.

No deja de ser gracioso lo que pasó, por ejemplo, en el Distrito Federal. En los terrenos que alguna vez dieron cabida al Lobohombo -antro célebre por acabar en cenizas, provocando 24 muertos y varias decenas de heridos-, hoy se erige una bonita estación de bomberos, una de las más modernas en América Latina, según se dijo en su momento. Para dejar sin aliento es el nombre con que la bautizaron: Ave Fénix, se llama, y no lo culparía si, como a mí, el tino le provoca risa.

Se agradece que al menos algo benéfico saliera de esa tragedia, pero ¿acaso el entramado de corrupción que permite estos giros negros cambió? Por supuesto que no. El Lobohombo funcionaba sin permisos adecuados, no tenía salidas de emergencia, admitía un mayor número de clientes que su capacidad y, entre otras desvergüenzas, se supo que los hidrantes que aparentemente exhibían en cumplimiento a la ley, eran de mentiritas y no estaban conectados a una toma de agua. Eso fue en el año 2000 y, sin ir más lejos, en Guadalajara cada vez son más los sitios recreativos (casinos, bares, antros y demás) que operan mágicamente, con licencias hechizas y sin cumplir con los requisitos necesarios; por mera suerte es que no nos ha tocado otra tragedia.

Y si esto sigue pasando todos los días en cualquier local comercial, un pequeño territorio de escasos 250 metros cuadrados, sujeto a leyes y reglamentos específicos, ¿qué podemos esperar de situaciones complejas que rebasan la competencia de las autoridades, o de las situaciones que las mismas autoridades provocan? Sin duda, el más silencioso de los olvidos, o la más impúdica simulación.

Nuestro 22 de Abril, el de las explosiones de hace 19 años, cabe perfectamente en ese estatus.

Como broma de mal gusto, un gobierno estatal junto a un municipal, convocan a un concurso para edificar un monumento que nos recuerde la tragedia; el ganador se tiene desde 1998, pero todavía no se ha colocado ni siquiera la primera piedra. Si no hacen lo más simple, tampoco harán lo más complejo.

¿Acaso algún iluso espera entonces que de verdad se ejerzan acciones para que una tragedia como ésta nunca más suceda?

Sofía Orozco
(v.pág.7 del periódico Mural del 22 de abril de 2011).


Cuando el Mayflower arribó a las costas de Estados Unidos, México ya era una gran ciudad... ¿qué fue lo que pasó, que nuestra panga se quedó varada en el lodo de la mediocridad?

Uriel Eduardo Santana Soltero
(v.pág.8-A del periódico El Informador del 24 de abril de 2011).


Entre nosotros, a los inválidos se les llama "con capacidades diferentes", a los viejos "adultos en plenitud" (me escribe un lector: "¿En plenitud de qué? Será de enfermedades, de incapacidades, de problemas"), a las cárceles "centros de readaptación social", a las guarderías "centros de desarrollo integral", a la lucha contra la corrupción "renovación moral", a la prostitución "sexoservicio", a los niños que no tienen casa donde vivir, "en situación de calle". Entre nosotros, los arraigos se "conceden", las órdenes de aprehensión se "obsequian" y las investigaciones se "atraen". [...] Como afirma un escritor: "todo es cosa de atribuirle un nombre diferente a las cosas y ya por eso creemos que las podemos mejorar".

[...]

Entre nosotros las palabras, como decían los cabalistas, no son un medio para representar al mundo sino su fundamento mismo.

[...]

Las palabras parecerían no reflejar significados sino construirlos, dice Carlos Monsiváis.

[...]

El uso de las palabras dándoles el significado que convenga es algo tan común, que los empresarios no tienen empacho en exigir la libertad de empresa pero luego se oponen a la concesión de un muelle o a la apertura de un nuevo canal de televisión porque eso les compite y afecta y la Iglesia no tiene empacho en exigir la libertad religiosa pero hacer todo para impedir la existencia de otras religiosidades.

[...]

En una ocasión en que los habitantes de Coyoacán se reunieron con el delegado, fue tanto lo que se pidió y exigió, tanto lo que se le reclamó y criticó, que el hombre no podía tomar ninguna decisión sin afectar a algún grupo: unos pedían sí a la apertura de nuevos negocios mientras que otros se negaban a ello; unos querían quitar a los ambulantes mientras que otros insistían en permitirlos; había quien quería hacer espectáculos públicos y quien se negaba porque se genera mucho tráfico y ruido, y así. Entonces, el dicho funcionario terminó haciendo nada, excepto algunas esculturas de héroes de la mitología oficial ¡y ni así la gente estuvo contenta y los vecinos de una colonia protestaron por la que les tocó a ellos, que no les gustó!

[...]

Somos un pueblo con un pésimo sistema educativo, con desconocimiento profundo de la historia (incluida la propia) y de los productos culturales nuestros y de otros países. Ello se debe en buena medida a que en los tiempos coloniales la Corona y la Iglesia prohibieron leer y lo castigaron, pero sobre todo lograron hacer creer que era una pérdida de tiempo "gastarlo en la lectura de filósofos y poetas" y en general que el conocimiento sólo servía para crear problemas.

[...]

El caso de Pemex pone de relieve todos los vicios del sistema político: arrancarle hasta el último centavo a la gallina de los huevos de oro y dilapidar los enormes flujos de dinero sin aprovechar la oportunidad para convertirlos en motores del desarrollo. Parece de ficción, pero México ahora importa petroquímicos y productos refinados: medio millón de barriles de gasolina al día y se ha quedado atrás inclusive de países que no tienen petróleo, como España.

[...]

Emilio Uranga escribió que en el mexicano "todo es arbitrario y al revés, nada es sustancial y permanente y eso se manifiesta en actitudes como la improvisación, el relajo y hasta la exaltación y burla de la muerte", y para Octavio Paz, se trata de un ser hostil, oscuro y vengativo, fascinado con la violencia y con la muerte, que desconfía de sus propias capacidades y no tiene formas de expresión propias sino que todas son prestadas, son máscaras que le sirven para disimular: "El mexicano excede en el disimulo de sus pasiones y de sí mismo [...] no camina, se desliza, no propone, insinúa, no replica, rezonga, no se queja, sonríe".

[...]

Más que sobre los hechos concretos, se trata de mentiras que tienen en su base concepciones con las cuales nos hemos engañado, como la idea de que los perdedores son mejores que los triunfadores o que los violentos son mejores que los conciliadores, o que los débiles son por definición los justos y que es más noble trabajar desde la debilidad que desde la fuerza, ideas todas que nos han llevado, como diría Néstor Braunstein, a pretender que somos lo que no somos.

[...]

En nuestra cultura política resulta preferible levantar estatuas en cada esquina que barrer los parques públicos, organizar espectáculos en las plazas que poner luz en los faroles, estrenar una fuente que desazolvar las coladeras, construir una clínica nueva que darle mantenimiento a una que ya existe (algunas se han abandonado al punto que ya no se las puede ni componer y hasta resulta más barato de plano derruirlas, como sucede con el hospital del Seguro Social de León, Guanajuato). Porque los funcionarios quieren hacer solamente lo "visible", que luce a la hora de presumir.

Aquí nos parece mejor hacer una ceremonia para honrar la "Grandeza de la Patria" que atender el problema de la falta de medicamentos en el Seguro Social, levantar un monumento a un héroe de la historia oficial que construir un pozo para agua que llevaría el líquido a varias colonias, asignar mil millones de pesos más al Instituto Federal Electoral para que organice elecciones que al Fondo Nacional de Desastres al que nunca le alcanza para atender los problemas derivados de ciclones, inundaciones o sequías, gastar en publicidad sobre los avances de la lucha contra la pobreza en lugar de llevarle cobijas a quienes soportan rudos inviernos en las zonas marginadas del país.

Como dice el escritor Gabriel Zaid, no es nuestra la filosofía de las cosas pequeñas, sino que más bien al contrario, lo que se cotiza son las obras enormes, lo espectacular. Por eso en México no se hace un auditorio para conciertos sino un Centro Nacional de las Artes, no se hace una biblioteca sino una Megabiblioteca.

[...]

En México no hemos entendido que no basta con desear las cosas, ni siquiera basta con promulgar una ley o crear una institución o hacer un discurso. No hemos entendido tampoco que un cambio no viene solo...

Aquí sólo existe el hoy, el ahorita mismo.

[...]

Como dice Néstor Braunstein, para nosotros la realidad se configura por los discursos que sobre ella se vierten y como diría el marxista, entre nosotros se considera que se crean las condiciones de posibilidad para la realidad si antes se la dice.

En esa lógica, el gobernante se levanta una mañana y crea la Comisión Nacional de Derechos Humanos y el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública y la Secretaría de Protección al Medio Ambiente y firma los tratados internacionales para la defensa de las ballenas y forma una Comisión contra la Discriminación y una subsecretaría de Asuntos Religiosos y propone leyes contra la violencia intrafamiliar y por la igualdad de todos los que viven en el territorio y por el respeto a sus culturas y prohíbe el terrorismo y ya está: da por hecho que ha creado esas realidades.

Y en esa misma lógica también, sucede lo contrario: que los encargados de la seguridad pública pueden echarle la culpa de la existencia de la delincuencia a "horas y horas de transmisión en los medios de comunicación advirtiendo sobre el clima de inseguridad que existe en el país que han terminado por hacer de ese ambiente una realidad", porque desde su punto de vista es la palabra la que provoca la inseguridad y no las acciones de los delincuentes o las deficiencias en las políticas públicas y en el quehacer de funcionaris, burócratas y policías. O los legisladores le echan la culpa a los medios de comunicación de "la pésima imagen" que hay de ellos entre la opinión pública, porque desde su punto de vista, la crítica es lo que les da mala fama y no la realidad de sus acciones e inacciones. O el procurador general de la República puede decir que "no es cierto que hayan incrementado el número de secuestros sino que lo que creció fue la idea de que hay más secuestros", como si no hubiera un número real de personas que están en esa situación. O un funcionario de alto nivel puede afirmar que la crítica es lo que "genera desconfianza e intranquilidad" en el país como si eso no se creara por la realidad del mal gobierno y la inseguridad.

[...]

Fuimos el único país que en noviembre del 2001 se atrevió a afirmar que los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos no le habían afectado a su turismo, aunque las agencias de viajes, líneas aéreas, hoteles y restoranes se quejaban amargamente por las pérdidas, el único país que en 2007 afirmó que la caída de la bolsa de Shangai no le había afectado a su economía, aunque se había registrado una caída de 5.8% en la bolsa de valores, "lo que significó perder en una sola sesión el avance acumulado durante el año" y el único que en el 2008 ha dicho que la crisis alimentaria mundial se va a detener en sus fronteras.

[...]

La fantasía del país que somos, de la nación que hemos creado en el imaginario, hicieron de la simulación una necesidad y hoy requieren de la mentira para seguir existiendo.

[...]

En México no queremos recordar. Hay una cómoda desmemoria colectiva que permite que vuelvan a suceder cosas que ya sucedieron, que se hagan propuestas que ya se hicieron, que se repitan formas de acción y de reacción, que quienes proponen hoy alguna cosa sean los mismos que ayer la impidieron y que quienes la impugnan hoy sean mañana quienes la promueven.

¿No criticaron los partidos de oposición al PRI por sus métodos de hacer política, pero apenas llegaron al poder funcionaron exactamente igual que aquél: de manera clientelar, haciendo promesas que no cumplen, cobrando facturas por los favores, gastando el dinero populistamente y sin transparencia ni rendición de cuentas?

Hoy como nunca, es claro que no importa lo que se dijo o hizo antes y que se vale apropiarse del discurso del otro y convertirlo en propio.

Me escribe un lector: "De manera repetitiva se reproducen las mismas quejas y se llevan a cabo los mismos errores que conllevan otra vez al fracaso". Y otro: "¿Por qué el empeño nuestro en no recordar? ¿es porque nos da vergüenza? ¿es porque preferimos cada vez empezar desde cero para no aceptar cómo somos y cómo actuamos? ¿o es simplemente por ignorancia y desconocimiento de nuestro pasado? ¿o quizá porque nos conviene que las cosas sean así?".

Sara Sefchovich
(v.págs.69, 70, 71, 72, 166, 213, 231, 243, 247, 286, 289, 303, 311, 312 y 320 de "País de mentiras", Ed.Océano, México 2008).


En el ensayo Un futuro para México, Héctor Aguilar Camín y Jorge Castañeda plantean, entre otras cosas, el problema de un país anclado a su historia. México, decían, es una nación que mira más al pasado que al futuro y que tiene más claro lo que fue, gracias a una historia oficial convertida en credo, que lo que quiere ser. Es decir, tiene muy cierta su génesis y su mito fundante, pero muy oscuro su relato de futuro, la explicitación del deseo.

Un año después y tras haber confrontado sus hipótesis y sus ideas en decenas de reuniones, con miles de mexicanos, el nuevo ensayo, Volver al Futuro, replantea algunas hipótesis, pero sobre todo reconoce al país en su complejidad y diversidad: un sistema de ciudades pujantes, vitales y, al mismo tiempo, aterrorizadas por el crimen organizado. Un país feuderalizado, con gobernadores que se comportan como caciques, con más dinero y poder que nunca en la historia, lejanos en muchos sentidos al poder central. Pero sobre todo dicen haber encontrado un país ballena que se ve a sí mismo como un ajolote.

No pocos debatirán esta visión y sostendrán que no, que efectivamente México es un ajolote, o a lo sumo una carpa amenazada y temerosa. La pregunta en todo caso es de dónde nos viene esta visión, distorsionada o no, de que el país se cae a cachos. El pesimismo tiene dos fuentes fundamentales: el discurso político y el discurso de prensa. En ambos, todos los días el país se desmorona, nunca habíamos estado peor y cualquiera que sostenga lo contrario es un demagogo, si es político, o un vendido, si es periodista, analista o académico. Ya lo dijo el finado Monsiváis: antes de la transición lo valiente era atacar al Presidente; hoy, lo valiente es defenderlo.

No se trata por supuesto de hacer un periodismo de loas ni de perder las distancias críticas frente a la realidad sino de exigir y de exigirnos rigor. Hoy, los políticos están dispuestos a decir cualquier idiotez con tal de ganar una primera plana o voz en un noticiero, pero lo peor es que los medios estamos dispuestos a darles espacio con tal de parecer críticos, plurales e incisivos.

Diego Petersen Farah
(v.pág.1-B del periódico El Informador del 4 de mayo de 2011).


Con todo el respeto y la admiración que se merece el gran ausente en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, hay que decir, en acatamiento al mandamiento supremo de la objetividad ("Al pan, pan, y al vino, vino") que Juan Rulfo, en algún aspecto al menos, se limitó a ser un discípulo aventajado del célebre "Tlacuache" Garizurieta...

La prueba: el primero tuvo que escribir 2 libros ("Pedro Páramo" y "El Llano en Llamas") para ganarse la inmortalidad; al segundo le bastaron 9 palabras: las que integran el epítome por excelencia de la política mexicana: "Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error".

(En su ensayo "Isagoge sobre el mexicano", de 1952, César Garizurieta dijo en muy pocas palabras lo que Samuel Ramos y Octavio Paz intentaron en sendos libros que se volvieron clásicos -"Perfil del Hombre y la Cultura en México" y "El Laberinto de la Soledad", respectivamente-: "Al mexicano no le da por lo grande porque no tiene por qué superar ninguna inferioridad; realista por excelencia, ve su mundo empequeñecido y se conforma con vestir pulgas o con colocar un matrimonio o un entierro en una cáscara de nuez. Si tuviera complejo de inferioridad, para superarlo le daría por conquistar Guatemala o por liberar a las minorías étnicas de Belice. Al mexicano que le da por lo grande lo ponen en el manicomio").

Jaime García Elías, periodista y conductor radiofónico
(v.pág.2-B de El Informador del 5 de mayo de 2011).


Nada cambiará si no somos capaces de entender que somos un país en que permea el egoísmo, uno de los menos comprometidos con sus propias comunidades. Un país de mártires que vive aterrado del disenso; un país chismoso que vive temeroso del conflicto, tal vez porque nadie nos enseñó a negociar esos conflictos ni nos mostró que la democracia no está en el congreso y las urnas sino en las calles y hogares, y que se fortalece cuando los grupos diferentes son capaces de informarse, debatir, disentir y seguir conviviendo con acuerdos pacíficos.

Mientras millones se quejan del hacer de otros y otras, las ONGs que rescatan a infantes, a huérfanos de la guerra, se quedan sin recursos porque muy poca gente ha comprendido que allí está el cambio de fondo. Mientras las sobremesas del país se abocan a un quejumbroso discurso contra los políticos que nada hacen por los millones de adolescentes adictos a drogas, sólo 1 de cada 10,000 mexicanos dona algo para organizaciones expertas en adicciones.

Sabemos que el Estado ha fallado. Que esta guerra es el cáncer que develó otras enfermedades ancestrales en el cuerpo de esta patria dolida. Cada vez hay más gente de clase media alta armada, dispuesta a asesinar a su enemigo, en lugar de comprometerse a participar en acciones colectivas, formar parte de consejos ciudadanos supervisores de los cuerpos policíacos. Cada vez hay más que aseguran que no votarán porque los políticos son una basura, pero a cambio de su voto nulo no dona 2 horas a la semana para una organización comunitaria que rescate adolescentes en situación de riesgo.

Lydia Cacho
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 9 de mayo de 2011).


Podemos ver a unos legisladores sesentones, panzones, muchos de ellos con dos décadas de vivir como marqueses a costa del erario como parte de una élite política privilegiada, coreando "el pueblo unido, jamás será vencido" disfrazados de electricistas, entonando en el recinto de San Lázaro el himno de la Internacional Socialista conmovidos hasta las lágrimas, o la allendista Venceremos y hablando de la dignidad de los oprimidos.

O escuchar al personaje que ha tenido en los últimos años más promocionales, miles de ellos, en televisión nacional (amparado por la ley electoral) y a sus seguidores denunciando un inexistente "cerco informativo impuesto por la mafia en el poder". O bien oír consignas alusivas a "la dignidad de nuestros 40,000 muertos" en relación con la violencia del narcotráfico, que muy poco tiene que ver con las historias de represión, desaparición y asesinato de un régimen dictatorial a sus opositores, cosa que no les impide elaborar pancartas que describen a Calderón como "genocida" y publicar análisis equiparándolo con Díaz Ordaz.

También podemos ver a un líder sindical cuyas huestes golpean gente y realizan destrozos con la complacencia del gobierno de la ciudad cada vez que organizan una manifestación, afirmar que son reprimidos, participar en una marcha por la paz y anunciar una resistencia civil pacífica como la que Gandhi empleó en su lucha contra el colonialismo británico.

En la derecha ya tuvimos un presidente al que sus cercanos sin empacho comparaban con Nelson Mandela, como si la lucha antiapartheid tuviera algún paralelismo con la victoria electoral sobre el PRI y como si venir de 4 años de gobernar Guanajuato fuera igual que venir de 27 años en una prisión sudafricana.

Como con ganas de no quedarse atrás, Calderón ha decidido tirarle a la grande al equiparar su lucha y la incomprensión de sus gobernados con lo que tuvo que enfrentar nada menos que Sir Winston Churchill frente al avance del Tercer Reich de Hitler antes de la Segunda Guerra Mundial.

Carlos Loret de Mola A.
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 18 de mayo de 2011).


El mexicano es rabiosamente individualista, ajeno a todo compromiso colectivo o participativo, tiene aversión al conflicto, rechaza visceralmente al "otro", al extranjero, padece un chip priista de nacionalismo trasnochado y se asume como víctima de tiempo completo.

El 97% de las casas construidas en los últimos años son horizontales. El mexicano se resiste a los multifamiliares verticales, porque no quiere vivir en colectivo. Le fastidia tener que negociar la basura, el foco del pasillo, el estacionamiento, la seguridad. Preferimos vivir a 2 horas de distancia, donde resulta carísimo llevar agua y servicios, que vivir en sándwich entre un vecino arriba y otro abajo.

En México se le tiene pánico al conflicto. Sólo los mexicanos son capaces de renunciar a un trabajo o terminar una amistad porque "me habló golpeado". No sabemos disentir, toda crítica es una ofensa mortal, hacemos culto de la victimización. Preferimos que las decisiones se tomen de manera autoritaria para refugiarnos luego en nuestra condición de víctima.

Se cree incorrectamente que la democracia es una fórmula para ponernos de acuerdo. Eso es falso, la democracia es una manera de gestionar nuestras diferencias. Pero para ello debemos contra-argumentar, hacer valer nuestros puntos de vista frente a los otros. Queremos mayorías, no consensos.

Somos el país que tiene más récords Guinness pendejos: el tamal más grande, el beso más largo, el árbol navideño artificial más alto. Récords en los que nadie quiere competir. Este rasgo de aversión al conflicto nos ha ayudado a ser un país históricamente menos violento de lo que se cree. Pero hoy en día es un resabio absurdo.

83% de los mexicanos se consideran de clase media, según encuestas. Obviamente son menos, pero esa es la percepción, aunque sea aspiracional. En realidad son más de 55%, es decir, mayoría. En mi texto reviso criterios internacionales: ocupación, ingreso y percepciones. Por donde se le mire, la mayor parte de los mexicanos son ya sectores medios.

La comentocracia y la clase política siguen insistiendo en que este es un país de pobres, que lo más importante es salir de la pobreza. Somos un país miserabilista que le fascina ser víctima. Desde luego la pobreza es un problema real, inmenso e intolerable. Pero los números están ahí.

Nuestra clase media es la única en el mundo que no se sube al metro. En Nueva York, Madrid, Buenos Aires, Santiago, Sao Paulo o París la clase media usa el metro, no en México. Le da fobia lo colectivo, asociarse con otros, participar.

El incumplimiento de la ley es otro de los rasgos de ese carácter. "Obedézcase pero no se cumpla" es un lema que viene de la Colonia. Fue la única manera en que la sociedad podía obedecer normas de la Corona, muchas de ellas imprácticas. El problema es que hoy en día la persistencia de una falta de Estado de Derecho es incompatible con una sociedad democrática, global, competitiva. Los mexicanos creen que si una ley no es justa no se debe respetar. Eso es una actitud premoderna, anticapitalista, antidemocráctica.

Si un noruego no está de acuerdo con una ley, va a obedecerla, aunque acto seguido se reúna con otros noruegos y se organice para cambiarla. En cambio, entre nosotros simplemente está bien visto no respetar la ley y punto.

La corrupción puede ser altamente funcional para el sistema de antes, pero es disfuncional para el país que ya somos. Necesitamos inversión extranjera, pero la falta de Estado de Derecho la espanta y se va a otro lado. Es disfuncional para el país de ahora.

No hay ninguna base social para una lucha antimonopólica en México. ¿Quién se va a meter a competirle a Televisa después de lo que le pasó a NBC o a Isaac Saba, a quien crucificó la televisión? Y no obstante la falta de competencia en todos los mercados, desde el sindical hasta el electoral, pasando por todas las empresas que conocemos, nos coloca en desventaja frente al resto del mundo.

No hay incentivos para ser competitivos para los de arriba y para los de abajo. La ley la incumplen todos. Si a los diputados les exigen cuotas de género, inventan a "las juanitas", que renuncian a su curul a favor de un varón, una vez que ganaron. Si a Carlos Salinas le impiden designar secretario de Estado a Córdoba Montoya porque nació en el extranjero, pues inventa de facto la figura de "primer ministro". No hay Estado de Derecho porque todos los incentivos están alineados para favorecer el incumplimiento de la ley.

La corrupción es consustancial al desastre mexicano, proviene de él. Es probable que no podamos resolver ese reto. Seguir como vamos no es una mala solución, salvo por la guerra imbécil de Calderón.

La guerra que ha emprendido es un error monumental. Para empezar, los 35,000 millones de dólares que entran por la droga superan al petróleo, al turismo o a las remesas. En Canadá aprovecharon la ley seca de Estados Unidos en los años 20 para explotar a fondo la fabricación de alcohol. México es el único país demencial que mata 40,000 personas para evitar el flujo de algo que le beneficia (y beneficia al país que lo recibe). La legalización es una alternativa, no una panacea sino parte de un paquete. Retirar al ejército es parte del paquete. Pero me temo que Calderón va a seguir su guerra.

Yo creo en un presidencialismo fuerte y democrático en México. Lo he sostenido en otros libros. Sólo un liderazgo claro nos puede sacar de este marasmo. Desde luego, no veo ningún De Gaulle entre los aspirantes ni sabría de dónde diablos podríamos sacarlo.

Jorge G.Castañeda, comentando su libro "Mañana o pasado. El misterio de los mexicanos.", Ed.Aguilar, México 2011
(v.pág.32 de la revista Día Siete del 22 de mayo de 2011).


No somos capaces, como sociedad y como sociedad política, de actuar para remodelar nuestro presente, porque estamos cruzados por 2 aspiraciones impertinentes: el ansia de reconstruir un pasado que se esfumó, o la apuesta por un porvenir sin las ataduras del pasado. Ambos proyectos, si es que así se les puede llamar, obstruyen, con su bruma, lo que hoy es posible y deseable.

Existe un resorte nostálgico casi inercial en no pocas franjas de la población. "Todo tiempo pasado fue mejor" expresa no sólo en nuestro país el desencanto con el presente imperfecto (que nunca dejará de serlo). Y siempre se podrán encontrar ejemplos para ilustrar esa melancolía: ante la ola criminal, el orden y la tranquilidad; de cara al crecimiento de la informalidad, el incremento sostenido del trabajo asalariado; frente al empantanamiento de diferentes iniciativas en el Legislativo, la rapidez de su procesamiento mecánico. No se trata de mentiras sino de medias verdades aderezadas por la nostalgia.

José Woldenberg
(v.pág.7 del periódico Mural del 26 de mayo de 2011).


Cordero se pone en riesgo, además, mientras siga expresando como secretario de Hacienda sus opiniones. Cayó en la tentación de entrar en un viejo dilema sobre la pobreza en o de México. La creencia que fraseó Humboltd hace más de 2 siglos, de que México era un cornucopia, un cuerno de la abundancia, cuyos habitantes son pobres. no es verdadera Ahora, según Cordero, es un país de renta media con población pobre. Su conocimiento matemático no alcanza para reconocer imposible que haya un país de ingresos medios sin pobres que tiren hacia abajo el promedio.

Miguel Angel Granados Chapa
(v.periódico El Siglo de Durango del 2 de junio de 2011).


El Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado envió recibos de cobros a vecinos de colonias de Zapopan que carecen del servicio de abasto de agua.

La denuncia fue dada a conocer por el coordinador de los regidores del PAN en Zapopan, Guillermo Martínez Mora quien explicó que han atendido al menos 84 casos de personas que viven en colonias como: 12 de Diciembre, Mesa Colorada, Mesa Colorada del Crucero, Mesa Colorada Poniente y Mesa de los Ocotes a quienes les llegaron requerimientos de pago pero que carecen del servicio.

"Nunca han recibido el servicio se les instaló la red de tuberías, la llave, incluso el medidor y tienen años sin recibir algo a lo que todos tenemos derecho a recibir: un servicio del vital liquido como es el agua", comentó.

El SIAPA ha amenazado a los supuestos deudores con reducir el servicio que no les ha proporcionando y con efectuar embargos.

Guillermo Martínez comentó que extraoficialmente le dicen que como ya están instalados los medidores se tiene que ejercer el cobro, lo cual -dijo- es absurdo.

(V.pág.7 del periódico Milenio Jalisco del 10 de junio de 2011).


Las elecciones presidenciales y las preocupaciones por la seguridad por el momento no constituyen riesgos en el mercado, por lo cual México vive un "estado de felicidad" y donde la mayoría de las variables económicas se encuentran en un rango positivo, afirmó el banco HSBC.

(V.pág.25 del periódico Milenio Jalisco del 10 de junio de 2011).


Esta será la tercera ocasión que el gobierno federal lanza el concurso para las grandes obras carreteras del Pacífico, en donde se incluye el libramiento de Guadalajara.

En la segunda licitación -a principio de este año- ya dividida en 2, el único finalista fue la empresa Impulsora del Desarrollo y el Empleo en América Latina (IDEAL) de Carlos Slim y fue desechada su oferta en abril al ser declarado el primer millonario del mundo como "no solvente" ante la sorpresa del mismo empresario. Aunque usted no lo crea.

Germán Ramos Navas
(v.pág.25 del periódico Milenio Jalisco del 17 de junio de 2011).


-¿Le parece que el país tenga salvación?

-Sí, pero todos los remedios que se me ocurren para salvar a los mexicanos suponen la previa aniquilación de los mexicanos.

-¿Por qué dice usted que lo que ocurre en México es una ficción?

-Ojalá así fuera y que todo se arreglase cambiando de libro, o de canal, o de cine. Es cierto que el reality show es apabullante y muy nutrido de tramas y subtramas, pero, de nuevo, los personajes son excesivamente caricaturescos. Los villanos, que son la proteína de una buena ficción, son demasiado planos, demasiado idiotas, sin ningún tipo de sofisticación perversa. Y héroes pues, hasta donde he logrado ver, no hay. Y las heroínas, peor. Tampoco ayuda que ahora la medida mínima de cada capítulo sea 6 años. Pero lo peor para esta ficción en que estamos atrapados no es tanto que sea real, que el horror sea real, que la injusticia y el hambre sean reales, sino que no haya sorpresas, que siempre sepamos qué es lo que sigue...

Guillermo Sheridan, escritor
(v.pág.9-B del periódico El Informador del 19 de junio de 2011).


El propio Jesús Reyes Heroles expresaba, en su Historia del liberalismo mexicano, la candidez con la cual los grandes pensadores liberales del siglo XIX creían a ojos cerrados que bastaba establecer una ley para que ésta por sí misma modificara al hombre y a la entera sociedad.

No obstante los buenos servicios del marco legal, su situación actual muestra que sus efectos colaterales han sido nefastos, tanto por su exacerbamiento como por la actitud, jamás enfrentada, del mexicano ante la ley.

Hemos llegado a tales extremos en esta divinización del legalismo que desde hace años hasta robar se vuelve lícito, si la ley lo establece, pongo por ejemplo los salarios de las clases altas de los políticos mexicanos, y su más reciente escándalo, los aumentos a los señores consejeros electorales que ahora recibirán, "legalmente", un salario de hasta 170,000 pesos mensuales, por no hacer, "legalmente" nada. Frente a estos hechos, quiere el buen gobierno que cientos de policías expongan su vida diariamente a cambio de un salario miserable, porque así lo marca la ley.

En México la promulgación de una sola ley trae como consecuencia una derrama económica inconcebible por la serie de nuevas leyes que para hacer aplicar la primera se van sucediendo, con su consiguiente cascada de recursos para interpretar, reinterpretar, evadir, ampararse o simplemente brincarse las normas, sea por nuestra anarquía social, sea sobre todo porque el sistema educativo mexicano ha fracasado en una de sus tareas esenciales: formar una ciudadanía de alto nivel democrático. Igual culpa han tenido los responsables de ejecutar y sancionar el cumplimiento de las leyes, pese a todas las leyes que para obligarlos a cumplir su función se han promulgado.

Pero como seguimos pensando que todo se ha de arreglar por la promulgación de leyes, pues ahí tenemos esos más de treinta clubes de golfos que se llaman eufemísticamente congresos, jugoso consuelo de precandidatos frustrados o pago arbitrario de favores en campaña, cuya función, piensan, es seguir haciendo leyes y más leyes.

Armando González Escoto
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 19 de junio de 2011).


El Presidente hizo una dura crítica a la conducta de algunos jueces, sé que hay algunos que reciben dinero, y cuando Sicilia habló del caso Hank Rhon, reveló que él no fue informado del operativo, que ya aplicó las medidas disciplinarias correspondientes, aludió a los jueces y mencionó la conducta de algunos obispos (Ecatepec y Tijuana), sepulcros blanqueados y raza de víboras, que ponen a ciertos personajes (el mismo Hank Rhon) como modelo de santidad.

Joaquín López-Dóriga V.
(v.pág.3 del periódico Milenio Jalisco del 24 de junio de 2011).


El subsecretario de Educación, Fernando González, aseguró que está en desuso reprobar alumnos y dijo que se implementará un nuevo modelo a partir del próximo ciclo escolar.

(V.primera plana del periódico Mural del 14 de julio de 2011).


Georgette Camaaño, directora del Colegio Escuela, ubicado en Tlalpan, aseguró que la SEP ha impuesto no reprobar a los alumnos desde el 2009.

"Antes no era tan descarado, lo que pasa es que ahora te mandan una carta, una circular, diciendo que no puedes sacar a ningún alumno, correrlo incluso que no puedes retenerlos o reprobar a los alumnos".

Incluso, dijo, al final de ciclo escolar 2010-2011, les enviaron un comunicado para decir que aquellos alumnos que habían tenido 5.1 a 5.9 debían pasar.

Eso genera, explicó, que los alumnos dejen de considerar importante aprender.

"Es que saben que no podemos reprobarlos, y esto devalúa el conocimiento", expresó.

(V.pág.2 del periódico Mural del 14 de julio de 2011).


Hace tiempo ya que los mexicanos deberíamos habernos quitado estos rasgos del servilismo gratuito y la hipocresía costumbrista que asustan hasta a los más flemáticos miembros de sociedades menos acomplejadas y con academias de la lengua decentes y útiles.

¿Qué demonios es eso de andarle ofreciendo la casa propia a cualquier hijo de vecino con uno de esos vivillos intercambios de pronombre, de las de: "mi casa es tu casa"? ¿Realmente me están cediendo la propiedad? ¿No está intestada? ¿No es una trampa jurídica? Y como tampoco es cosa de sentirse a sus anchas de uno subiendo los pies descalzos al desayunador o rascándose lo que se dice el perineo en el sillón asignado frente al televisor en la tertulia a que se ha sido invitado, ¿por qué la insistencia en restarle méritos a la exquisita propiedad privada que permite mandar todo y a todos directamente al destino fálico más cercano y cerrar tras de sí la puerta?

Disculpen, pero no lo entiendo: yo no le ofrecería mi casa a nadie más allá de mi reducidísimo cerco de intimidades; si acaso lo dejo entrar y le facilito un vaso de agua, una cerveza, un cigarrillo.

Pero ya estoy escuchando las protestas de quienes dirán: so burro, se trata de una frase hecha, una exageración zalamera de la cortesía, ningún tragaleche se tomaría literal el ofrecimiento de una casa. Bien, vale, y aunque sigo sin estar de acuerdo va otro ejemplo: un connacional encuentra a otro connacional en esa posición sagrada que es la hora de la comida. Uno desenvuelve flamante torta de lo que usted quiera y aún no se libera del aluminio y la bolsa de plástico cuando ya se anda ofreciendo a cualquiera con un retórico: "¿gustas?", que invariablemente, según las contradictorias o al menos confusas reglas de la cortesía del nopal, se contesta con la palma vuelta en dorso y un: "provecho" por toda respuesta. Porque es incómodo cuando alguien se salta la regla y accede a darle un mordisco a la torta de alguien más.

Pero ya no estoy dispuesto a discutir. Ya que hay quien gustoso la ofrece y quien goloso la acepta, pasemos a la siguiente etapa de nuestra cortesía nacional: quiero ver a alguno de ustedes siendo interrumpido por el que suscribe cuando besa a su chica con desmesura, y ofrecerla, como buen compatriota, sólo por retórica, a la voz de: "¿gustas?".

A ver si vamos siendo menos cortesitos.

Alejandro Silva
(v.pág.31 del periódico Milenio Jalisco del 22 de julio de 2011).


Por una parte las mujeres de 35 años y los varones que alcanzan los 45 pareciera ser que pasan a la larga lista de "personas castigadas e inservibles que se deben de ir a una esquina volteados hacia la pared", pues para muchos resultan inservibles o por lo menos inconfiables, no obstante que se trata de los recursos humanos -estadísticamente- con más capacidad y experiencia, se trata de las personas con la suficiente materia gris para transformar al país, empero, así actuamos en México.

Por otra parte, están los "ninis", esto es, los que no han llegado a las edades mencionadas, pero que de cualquier manera se les niegan oportunidades de crecimiento y sobre todo de desarrollo. Por supuesto que no estamos pensando en que todo esto se hace por maldad. No, se trata de una falla del sistema en que vivimos, el cual sólo parece contemplar a los "vencedores".

Cuauhtémoc Cisneros Madrid
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 26 de julio de 2011).


La paradoja está a la vista: el país con el hombre más rico del mundo y con más de la mitad de su población en la miseria. Un país de pobres, de monopolios y de gobiernos corruptos, ineficientes y ciegos ante la inequidad en la generación de riqueza y distribución de la renta. Frente a las desproporcionadas remuneraciones de la élite política y gubernamental, millones de mexicanos son tan pobres que no pagan impuestos, sí una parte desproporcionada a sus ingresos en telefonía móvil. Pero dicen que los mexicanos están entre los más felices del mundo; mérito de la televisión. Pobres, pero contentos.

Federico Berrueto
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 31 de julio de 2011).


Sin interesarse más que coyunturalmente por el oficio más desprestigiado del mundo (cuando filmó "Si yo fuera diputado"), Cantinflas fue, durante muchos años, el recurso sistemático del ciudadano reacio a ser utilizado como el idiota útil de los profesionales de la política el día de la "fiesta cívica" de las elecciones. Era la posibilidad de su revancha.

Un voto por Cantinflas era, por una parte, un perfecto ejercicio de la democracia; era, por la otra, una manera ácida de burlarse de los candidatos.

Y no sería remoto que, en próximas elecciones, a la vista de que el ciudadano común sigue sin encontrar opciones convincentes, Cantinflas, como El Cid, siguiera ganando batallas -o cosechando votos- después de muerto.

Jaime García Elías, periodista y conductor radiofónico
(v.pág.2-A de El Informador del 8 de agosto de 2011).


El precio del aguacate y el desafío del ejército enemigo transnacional se unieron esta semana en Michoacán para agravar la angustia de los mexicanos. Una mezcolanza absurda si se tratara de un país normal, pero México ha dejado de serlo desde hace 50,000 muertos, al grado de convertir lo trágico en el pan nuestro de cada día. Una fruta y un secuestro colectivo parecen elementos imposibles de mezclar. Sin embargo, su presencia simultánea puede servir para explicar el desastre michoacano, indicio del que padece la república.

Michoacán es el primer productor nacional y tal vez mundial de aguacate. El mercado interno consume 11 kilos anuales por persona. La producción nacional en 2008 superó el millón de toneladas, de las cuales se exportaron más de 320,000. Sus precios dependen de la oferta, la demanda y de la temporada. Hoy están por los cielos: en algunas tiendas llega a 100 pesos el kilo, según la variedad. La más común es el Hass, calidad de exportación.

En mercados de Estados Unidos, principal consumidor extranjero, un aguacate puede cotizarse hasta en 3 dólares. Pero, ¿quién regula los precios de este oro verde? No los productores, ni los intermediarios, ni los exportadores, ni el mercado libre. En la respuesta está la clave de la conexión entre el aguacate, 14 secuestros y la realidad de la vida y la muerte en Michoacán.

Los precios del aguacate son fijados por grupos que gobiernan de hecho el estado, aunque desde las sombras y al margen de la ley. Deciden cuándo debe cortarse y la cantidad. Nadie puede producir más o menos, ni vender a otro precio que el ordenado, a menos que se arriesgue a sufrir las consecuencias. Si un productor, vendedor o simple consumidor es sorprendido con una o más cajas de aguacate después de las siete de la tarde se le retiene, se le tablea, es decir, se le golpea con una tabla en los glúteos y la espalda, para que aprenda. Nadie debe transportar aguacate fuera de lo permitido y el castigo es mayor en relación con la carga.

La vigilancia es total y nadie escapa a las exigencias de los verdaderos dueños de las vías de comunicación, distribución y ventas en la entidad. Hay productores que prefieren dejar el producto en los árboles debido a que no les produce ganancia alguna. En un estado esencialmente frutero como Michoacán ocurre lo mismo con el mango, el melón, la sandía y otros vegetales. El caso del aguacate destaca y sirve para explicar su actual precio exorbitante sin alguien que pueda oponerse, o siquiera atreverse a pensarlo.

En ese ámbito de impunidad, 9 empleados modestos de 2 agencias encuestadoras son secuestrados, escondidos y liberados sin señales de violencia, sin que hasta el momento se sepa quién o quiénes, ni por qué o para qué los secuestraron, las condiciones y lugar de su cautiverio, ni por qué y de qué manera los secuestraron.

El viernes se supo que 5 empleados de la Sección Amarilla del directorio telefónico también fueron levantados, alarde de poder demostrador de quién manda aquí y no se equivoquen.

A principios de julio el gobierno federal envió a 1,800 policías federales "a reforzar el combate contra el crimen organizado en Michoacán". Nadie olvida, cómo vamos a olvidar, que éste es el estado natal del presidente Felipe Calderón, quien el jueves se apresuró a volar al terruño, oportuno gesto de tranquilidad en medio del terremoto, y también, como quien no quiere la cosa, apoyar con su presencia a su hermana, quien se postula para gobernadora en las elecciones de noviembre próximo. Son los últimos comicios previos a las elecciones generales de 2012.

El ejército enemigo ha hecho una exhibición de fuerza en Michoacán y al mismo tiempo un ensayo, lo que los militares llaman maniobras de entrenamiento, ejercicios para fortalecer los músculos y coordinar la estrategia, extremar la obediencia de sus tropas cronometrando la reacción del más raso de su infantería, tal vez con la idea de extender tan exitosa experiencia a todo el país.

Esa posible intención es obvia: desde el taco de aguacate hasta las elecciones presidenciales del año entrante, los grupos dispersos que el presidente Felipe Calderón enfrentó hace cuatro años y medio, cuando empezó a mencionar la palabra guerra en su discurso, se han consolidado y fortalecido, amarrado complicidades, unido sus fuerzas, extendido la corrupción a otros territorios y pactado con grupos similares de otras regiones del resto del mundo.

La advertencia es muy clara: estamos perdiendo esta guerra y la derrota presagia más desastres en el combate y en el resquebrajado sistema político y económico de un país atrapado en una las encrucijadas más azarosas de toda su historia.

Jacobo Zabludovsky
(v.pág.2-A de El Informador del 8 de agosto de 2011).


Ahora mismo, a raíz de que la semana pasada pretendió ser "noticia" la información de que la actual crisis financiera internacional hizo perder 8,000 millones de dólares en unas cuantas horas a Carlos Slim, el mexicano que al ser considerado el hombre más rico del mundo, salva a sus 100 millones de compatriotas del estigma de perezosos y conformistas, ¿quién capta los alcances del hecho...? (En la hipótesis de que sea verdad que el salario promedio de un trabajador, en Jalisco -según las cifras que manejó el gobernador el feliz día de su "destape" como precandidato a la Presidencia-, es de 17,000 pesos mensuales, alguien, que ya sacó las cuentas, refiere que ese trabajador, para reunir el dinero que el señor Slim perdió en unas horas, tendría que ahorrar, íntegro, su salario... durante poco más de 47 siglos. Y aún preguntan por qué dicen que "los ricos también lloran").

Jaime García Elías, periodista y conductor radiofónico
(v.pág 3-B de El Informador del 9 de agosto de 2011).


Hay una opereta que todos los mexicanos representamos varias veces al año, se titula "Inocencia inexplicable". La historia siempre es la misma, el final siempre es igual. No hay héroes, sólo villanos y muchos crédulos. Es aburridísima, pero la música es fabulosa.

Los actores son: El Funcionario (corrupto y sudoroso), La Jueza (trepadora y cuerísima), El Periodista (buscador de fama), El Ministerio Público (el tarado) y El Coro de los Pen... (nosotros, los ciudadanos). A ver si reconocen la historia:

Primer Acto.- Misteriosamente, en el escritorio de El Periodista aparecen pruebas de que El Funcionario sufre de "enriquecimiento inexplicable". Las pruebas son irrefutables: copias de los cheques pagados y de las facturas apócrifas, fotos de sus ranchos, de sus mansiones y de sus amantes llenas de bolas. El Periodista presenta una acusación en contra de "Quien resulte responsable", ante La Secretaría de la Función Pública que, obviamente, no hace nada, y ante El Ministerio Público, quien "abre varias líneas de investigación".

El Procurador, El Gobernador y El Presidente cantan a trío un coro gregoriano llamado "Aplicaremos todo el peso de la ley, hasta sus últimas consecuencias". Los del otro partido exigen aplicarle a El Funcionario el máximo castigo, que es inhabilitarlo para cualquier puesto público durante 3 años, o sea que ya no podrá robar más... hasta el próximo trienio.

Para cerrar el Primer Acto, El Coro de los Pen... entonamos un himno a ritmo de "Pasito tun tun", pidiendo "un juicio político".

Segundo Acto.- El Funcionario canta una aria llamada "Si te vienen a contar" en la que afirma que es católico, virgen, pobre y honesto. En seguida, los representantes de las cúpulas empresariales, en una escena desgarradora, gritan exigiendo un castigo ejemplar al corrupto político. Como nadie los pela, las ONGs se les unen y encabezan una marcha, coreando aquella de "México lindo y querido".

El Ministerio Público termina la averiguación y dictamina que el malvado funcionario sí se clavó toda esa lana, que es un degenerado y que es ateo. La Jueza ordena su arraigo domiciliario, o sea que, por una extraña razón, no lo mete al bote, pero lo obliga a quedarse encerrado en su casa con su propia señora.

Como colofón del Segundo Acto, El Funcionario, deprimido y sentado en el quicio de su puerta, canturrea "Sombras nada más", provocando las lágrimas de la audiencia.

Tercer Acto.- 6 semanas después, La Jueza, expeditamente "obsequia la Orden de Aprehensión", pero resulta que El Funcionario no aguantó a la vieja, hizo discreto mutis y ya voló. El Periodista sospecha que está escondido en el extranjero. Se intercala una escena en la que El Funcionario canta "El Ausente", mientras juega ruleta en Las Vegas.

Entonces, la historia tiene un giro. La Jueza (quien resultó ser amante de El Funcionario), cantando "Eres secreto de amor", emite una sentencia que lo exonera y lo declara inocente, "porque El Ministerio Público (el tarado) integró mal el expediente".

La escena final se sucede al atardecer en la playa. El Funcionario y la Jueza se pasean abrazados, cantando a dúo "Yo no soy abusadora". Los Pen... les hacemos coro, portando mantas que anuncian la próxima candidatura de El Funcionario al Senado. Ya nadie nos acordamos del enriquecimiento inexplicable ni de la inocencia inexplicable. Pueblo con memoria de 15 días.

Baja el telón. Ovación de pie de los funcionarios del ejecutivo, legislativo y judicial. Los Pen... también aplaudimos.

Obviamente, si somos los que les hacemos el coro.

Alberto Martínez Vara
(v.pág.6 del periódico Mural del 25 de agosto de 2011).


La tragedia de Monterrey es antes que nada eso: una tragedia. 52 personas, muchas de ellas mujeres de la tercera edad, murieron por nada. Para sus familiares no hay luto ni explicación que valga: no queda más que pedir.

Pero no es terrorismo, no es crimen organizado, no es parteaguas, no es otra perfidia del imperialismo. Es, más que otra cosa, la repetición de un síndrome mexicano lamentable: nadie hace bien su trabajo (obvio, hay muchas excepciones).

Primero, los sicarios hicieron muy mal el suyo. Por sus confesiones, los videos y por lo que dijeron sobrevivientes, su intención era todo menos aterrorizar a la sociedad: sólo tenían instrucciones de vengarse del dueño del casino por no pagar en tiempo y forma. Pero siendo "amateurs", la regaron y no supieron decir a la gente que debía salir del lugar para poderlo incendiar como Dios manda.

Segundo, los dueños de este casino tampoco hicieron bien su trabajo, como puede ser en muchos otros casinos. No había, hasta donde se sabe, verdaderas salidas de emergencia, alfombras cubiertas con químicos no combustibles, rehiletes o extinguidores. Y, además, no pagaban puntualmente sus "compromisos".

Tercero, las autoridades locales de protección civil, encargadas de vigilar que sí existan, sirvan y funcionen todos los dispositivos propios de un recinto de este tipo, no se cercioraron de que hubiera salidas, ni tapetes antiincendio, ni rehiletes, etc. Más bien, por lo que parece, en el caso del alcalde de Monterrey, se dedicaba a ignorar que su hermano fuera "extorsionador en jefe".

Cuarto, los poderes ejecutivos y legislativos federales. Desde el sexenio de Zedillo han hecho lo que siempre hacemos en México, y como siempre mal: no quieren legalizar el juego y los casinos, por buenas y malas razones; pero tampoco quieren realmente prohibirlos, también por buenas y malas razones. Resultado: no hay un marco legal, regulatorio, fiscal y de vigilancia especial; pero abundan sitios que no pueden ser llamados más que casinos o salas de juegos: se apuesta, se gana y se pierde; y sucede todo lo que sucede en esos lugares en todas partes del mundo.

Quinto, las policías y fuerzas armadas. Monterrey es hace tiempo un lugar casi sin ley. Lo lógico es que los recursos del Estado se dediquen a imponerla: patrullar calles, barrios, centros comerciales y de entretenimiento; y no a colocar retenes fuera de la ciudad para impedir el paso de drogas a EU. Como dice Aguilar Camín -y vale para antes y después de la tragedia- los gobiernos en México deben poner "todos sus esfuerzos y recursos en castigar los crímenes que afrentan a los mexicanos, más que en perseguir los delitos que afrentan a la DEA". No están haciendo bien su trabajo, como sí se hizo cuando Zedillo mandó al Ejército a patrullar las calles de Iztapalapa y Guadalajara en 1996.

Sexto, el gobierno no hace bien su trabajo. Denuncia un narcoterrorismo inexistente. En este caso, lo último que buscaron lograr los asesinos era espantar a la sociedad mexicana, ni saben de qué se trata. Tampoco tuvieron, en este caso, que ver los norteamericanos, la muerte provino de gasolina de Pemex, que los estadounidenses no consumen, y no con armas que sí nos venden. Proponer la construcción de una especie de "narcoducto" directo de los Andes a Miami o Nueva York para que la droga no pase por México no es serio: "si están decididos y resignados a consumir drogas, busquen, entonces, alternativas de mercado que cancelen las estratosféricas ganancias de los criminales, o establezcan puntos de acceso claros, distintos a la frontera con México".

Por último, nadie lo ha dicho mejor que el secretario de Salud: "creo que la droga es ilegal porque es mala... la política de combate a las drogas ha sido exitosa, la muestra es que ahora han diversificado sus acciones porque ya no les ajusta con lo que se ganaban vendiendo la droga". O sea que en lugar de llevar drogas a EU, exponiendo a los pobres gringos "al mal", ahora extorsionan casinos y matan a 52 inocentes. Si esto es el éxito, ¿cómo será el fracaso?

Jorge G.Castañeda
(v.1o.de septiembre de 2011).


Merecido homenaje a nuestro ínclito secretario de Hacienda... ¡OH ILUSTRE!

Nuevo billete de 6,000 pesos.

El gobierno federal a través de la Secretaría de Hacienda pone a su disposición el siguiente combo:

Combo 2011.

(Recibido por e-mail el 6 de septiembre de 2011).


En México somos muy poco dados a la meritocracia y siempre se argumenta que esta forma de elección deja fuera a personas cuyas capacidades están en otro lado. Es un asunto eminentemente cultural. Desde los exámenes de ingreso a las universidades y los maestros, hasta los nombramientos de alto nivel, los mexicanos tememos enfrentarnos a una evaluación. Somos tremendos promotores y creyentes de la frase de que "las comparaciones son odiosas". Decimos defender a los más débiles cuando en realidad lo que defendemos, es nuestra propia mediocridad.

Diego Petersen Farah
(v.pág.1-B del periódico El Informador del 7 de septiembre de 2011).


Casi nadie ha advertido la relación entre el número de ninis y la pésima legislación laboral de nuestro país. De hecho, aquellos mismos que protestan por el número de ninis, respaldan políticas que garantizan que esta cifra se mantenga alta.

Tenemos una ley diseñada para enriquecer a los líderes sindicales, hecha para que permanezcan toda la vida al frente de organizaciones monopólicas que manejan a su antojo y sin transparencia financiera. La ley, en cambio, obstaculiza la contratación de personas que no tienen empleo. Al hacer inflexibles, caros y costosos los despidos, los legisladores han creado barreras para la contratación de trabajadores.

La experiencia en el mundo nos dice que entre más difícil o caro sea despedir a un trabajador -por incompetencia, por estrategia de la empresa o por condiciones de mercado- más difícil será que la realización de nuevas contrataciones. La ley laboral mexicana favorece a quienes ya tienen empleo, pero castiga a quienes carecen de él, que son usualmente los más pobres.

Cientos de miles de mexicanos que actualmente se encuentran sin empleo lo podrían obtener si el congreso hubiese aprobado la reforma laboral que se encuentra en la congeladora desde el pasado 12 de abril. No es la mejor reforma posible, quizá, pero sí representa un avance significativo sobre la legislación que tenemos.

Lo curioso es que la iniciativa fue congelada por el PRI, que fue el partido que la elaboró. Al parecer los priistas no quisieron pagar el "costo político" de impulsar una reforma laboral poco antes de las elecciones del 2012. Lo perverso de nuestro sistema político, y de la información económica que los medios manejan, es que se hace pensar a los ciudadanos que una legislación que permitiría una mayor creación de empleos es mala para el país y tendría un costo para los políticos que la propongan y la respalden.

La verdad es que México necesita una reforma laboral que promueva una mayor flexibilidad en el empleo, que permita contrataciones por hora, que haga más fácil despedir a los trabajadores y que facilite también la contratación. La misma ley debe eliminar la discriminación por sexo, por embarazo o por edad. Es inaceptable que nos digan los líderes sindicales que tenemos una ley progresista cuando se permite que las empresas anuncien políticas de no contratar a trabajadores por ser mujeres o por tener más de 40 años de edad.

Uno de los grandes problemas de nuestro país es que quienes se quejan de la existencia de problemas sociales, como el desempleo, son los primeros en evitar que éstos se resuelvan. José Antonio Ardavín, el director en México de la OCDE, señalaba que una reforma que flexibilizara el mercado laboral permitiría la creación de numerosos empleos que beneficiarían preponderantemente a mujeres y jóvenes que actualmente no pueden obtenerlos por la rigidez del mercado laboral. Pero si la información de que México tiene la tercera mayor población de ninis en la OCDE generó titulares, esta observación de Ardavín no tuvo virtualmente eco.

Sergio Sarmiento
(v.periódico El Siglo de Durango del 15 de septiembre de 2011).


Hace 201 años, la Nueva España tenía una extensión de casi 4 millones de kilómetros cuadrados; carecía de deuda externa, en tanto que muchos empresarios de la metrópoli española estaban endeudados con nosotros; en 3 siglos no habíamos tenido ningún conflicto armado, más allá de las crónicas marchas, disturbios y plantones de la capital virreinal, si bien éstos eran de siglo en siglo. El gasto público destinado a sostener el aparato burocrático era comparativamente muchísimo menor; por supuesto que los virreyes, capitanes generales, presidentes de audiencia, oidores y regidores, recibían salarios muy inferiores a los que hoy reciben sus equivalentes, y sabían que al terminar su gestión se les aplicaría un "juicio de residencia" para evaluar su trabajo y la honestidad con que lo habían realizado, sin que congreso alguno interviniera para encubrirlos. Como carecíamos de Poder Legislativo, el reino se ahorraba una fortuna impresionante y, desde luego, se ahorraba también infinidad de vergüenzas que hoy día debemos soportar. Tampoco se había inventado la lotería de los partidos políticos, gracias a lo cual el ahorro era todavía mucho mayor.

Aun con las pesadas cargas tributarias con el imperio, la Nueva España había generado numerosos polos de desarrollo que hoy, al pasar del tiempo, se han convertido en atractivos espacios para el turismo nacional y extranjero, con espléndidas ciudades que ya hubiese querido tener Estados Unidos al momento de su emancipación. De igual manera la infraestructura minera, agrícola, ganadera, comercial y de comunicaciones había alcanzado notables avances para su tiempo, todo lo cual hacía de esta Nueva España, junto con el virreinato del Perú, las joyas de la corona.

A partir de 1810, a nuestros antepasados les dio por buscar la independencia con respecto al imperio español, lográndola en 1821; a partir de ahí comenzamos una larga historia de pérdidas, tanto territoriales como patrimoniales y aun de infraestructura económica, arruinada por la incesante serie de guerras partidistas que se sucedieron, y de las permanentes intervenciones extranjeras, cercanas y lejanas. Todo esto nos llevó a nuevas sujeciones que, lejos de superarse, se han profundizado.

Armando González Escoto
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 18 de septiembre de 2011).


Definitivamente a los mexicanos motivos para festejar nos sobran, algunos afirman que somos los únicos en el mundo que festejamos todo y durante todo el año; en el extranjero se sorprenden porque hasta fecha especial tenemos para el día de la muerte.

Celso Rodríguez González
(v.pág.9-A del periódico El Informador del 19 de septiembre de 2011).


El orgullo mexicano no puede seguir siendo ese alarido pueril, estúpido y vacuo que se grita desde los humos del alcohol, del machismo y la parranda: ¡Viva méxico, cabrones!

Somos más grandes que nuestros problemas. Pero para salir de ellos, necesitamos que nuestras jactancias y vanaglorias sean serias y honestamente competitivas; que nuestro orgullo tenga que ver con el honor, la palabra y los valores morales que siempre vimos en las familia mexicanas tradicionales, particularmente en las más humildes.

Habrá que demostrar que la sensibilidad y talento creativo que caracterizan a los mexicanos, no sólo sirven para artesanías baratas o composturas improvisadas, sino para aplicarse en nuevas tecnologías y en mejores maneras de vivir la vida; y que la famosa capacidad de improvisación que tenemos se convierta en un atributo nacional, reconocido por sus posibilidades de adaptación al cambio.

No me gusta referirme al orgullo mexicano en términos patrioteros, pero creo que nos irá mejor si -con o sin visitantes- eliminamos de nuestra idiosincrasia el valemadrismo y reclamamos airadamente cada vez que un ciudadano o un funcionario público no se comporte a la altura de las circunstancias o ponga en entredicho la capacidad y el prestigio de los mexicanos, entendiendo que cada ley violada, cada falta cívica, mina la confianza en el país, pone en riesgo nuestro futuro y acaba con nuestras esperanzas.

Ricardo Elías, arquitecto y empresario
(v.pág.6 del periódico Mural del 20 de octubre de 2011).


Hace varios años, cuando se imponía el movimiento de los globalifóbicos, alguien preguntó por qué en México no se daba este fenómeno. La respuesta fue contundente: en México ni siquiera advertimos los males que encierra la globalización.

Las clases trabajadoras permanecían inermes a los primeros efectos del TLC; que miles de empleados perdieran su trabajo porque la empresa migraba a algún país que mejoraba las ganancias de los dueños, que mucha gente tuviera que contratarse sin prestaciones, porque ahora ya se podía, que se modificara la ley de jubilaciones o el TLC golpeara severamente a innumerables empresas mexicanas, eran cosas superables con un buen circo televisivo, un festival musical gratuito o una tardeada de banda.

Por la aceleración de la comunicación el movimiento de los "indignados" ha tenido un eco más rápido en nuestro país, es todavía un eco mínimo si nos comparamos con las movilizaciones ocurridas en diversas naciones árabes y europeas. Para algunos analistas, los participantes del primer mundo se indignan por el declive de un promisorio "estado de bienestar" que prescindía en buena medida del esfuerzo colectivo, pero no es sólo eso, la indignación del primer mundo es una reacción también a la usura mundial, a la tendencia neocapitalista que hace cada vez más ricos a un número cada vez menor de grandes empresarios, sin que, como lo demostrara el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, esa acumulación brutal de capitales se derrame sobre la enorme base social. Es la indignación ante una casta de políticos que han decidido gobernar exclusivamente para los ricos, porque a fin de cuentas han sido ellos quienes los han llevado al poder, es la indignación de los jóvenes, en su mayoría estudiantes y profesionistas, que enfrentan un futuro incierto, sin hablar de los miles de jóvenes que, privados del hoy discutible privilegio de la formación profesional, deberán sobrevivir como obreros no calificados y con un mínimo de prestaciones.

En México la indignación ha nacido de ciudadanos golpeados por la inseguridad reinante y por otras realidades abrumadoramente actuales, nada que ver todavía con una indignación en vistas al futuro previsible.

Armando González Escoto
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 23 de octubre de 2011).


Si Steve Jobs hubiera nacido en México, además de llamarse Esteban sus probabilidades de un futuro promisorio serían mínimas. Lo más seguro es que hubiera terminado como uno de los 7 millones de ninis, o como vendedor de piratería en el comercio informal. Su madre lo dio en adopción. Millones de niños y niñas en los Estados Unidos terminan en el sistema de adopciones denominado Foster parenting, en el que el Estado, a través de un programa controlado por servicios sociales, se asegura de que niñas, niños y jóvenes abandonados no queden perdidos en el limbo del sistema de hospicios que en México maneja el DIF nacional.

Lydia Cacho
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 24 de octubre de 2011).


El neurólogo mexicano Arturo Álvarez Buylla ha recibido este fin de semana el Príncipe de Asturias de la investigación científica. Da gusto que por una vez las páginas de los diarios -no las primeras, eso hay que decirlo- se ocupen de alguien que, sin ser deportista ni de la farándula, recibe reconocimiento internacional. No es cosa menor, por supuesto; el premio pone el reflector en un científico mexicano aunque, en efecto, uno que ha tenido que emigrar como tantos otros.

El hecho pone también el reflector en otras cosas: en la fuga de talentos, en la precariedad de nuestras instituciones con frecuencia incapaces de retenerlos y ofrecerles trabajos dignos, en la mezquindad que a veces se manifiesta en áreas diversas, en lo poco prioritaria que es la investigación científica en nuestro país.

Para ejemplificar parcialmente lo anterior, digamos que el propio premiado se quejó en una entrevista del clima hostil que se vive a veces entre colegas en México. Álvarez Buylla, proveniente de una notable familia de científicos, se fue para especializarse y se quedó en Estados Unidos, donde actualmente desarrolla proyectos de investigación que le han valido hoy este reconocimiento.

Yo tengo otros testimonios qué compartir al respecto:

Un amigo científico que anhelaba regresar a su país recibió el ofrecimiento de una universidad. Cuando pidió que le pusieran por escrito todas las condiciones pactadas verbalmente, le dijeron que "aquí eso no se acostumbra". Naturalmente él puso las cosas en la balanza y decidió que era muy riesgoso aventurarse a cambiar un buen trabajo en el extranjero por otro de condiciones un tanto inciertas...y se quedó allá.

Otro conocido recibió alguna vez la oferta de venir a echar a andar un ambicioso proyecto musical de cierta institución educativa oficial. Quemó sus naves, es decir, vendió su casa y se trajo a toda la familia sólo para constatar, meses después, que el proyecto nunca se realizaría... y se volvió a ir.

Otra más: alguien regresó, también con todo y familia, aprovechando un programa oficial de "repatriación" de talentos. Los celos de su futuro jefe le impidieron, una y otra vez, poner a prueba sus capacidades. Nunca ejerció y acabó regresándose por donde vino.

De seguro hay muchas historias similares a esas y es una pena. Tal vez venga al caso preguntar, ¿de haberse quedado en México, Arturo Álvarez Buylla estaría siendo hoy reconocido con un premio como el Príncipe de Asturias?

Alfredo Sánchez
(v.pág.10-B del periódico El Informador del 24 de octubre de 2011).


Francamente no entiendo nuestra capacidad de evadirnos, de sucumbir ante la posibilidad de la alegría en algo que pudiera aparentar permanente optimismo pero es franca negación.

No puedo entender que sucedan cosas como que Alonso Godoy, el auditor que se pagó una prima vacacional de casi 10 millones de pesos, pueda aprobar prácticamente todas las cuentas de los ayuntamientos aprovechando la distracción panamericana; que el fondo para desastres haya sido gastado en sepa el cielo que (una cosa que no se puede ni debe hacer y que debe tener serias consecuencias); que la Villa Panamericana se haya construido en una zona de recarga de agua sin los permisos adecuados y que a todo mundo parece importarle un rábano esta brutal infracción; que estén tratando de desaparecer al transporte nocturno justo después de la justa panamericana y que nadie haya atendido a los damnificados de Jova; pero sobre todo que nosotros, felices y contentos cantemos vítores porque estuvo bien suave el final de los Panamericanos.

No estuvo bien suave. Nos tienen que explicar cuanto costaron, cómo vamos a pagarlo, qué pasó con los boletos y la reventa, porqué en una zona donde cada rato hay huracanes se compró un seguro millonario que no los contemplaba y porqué sigue Godoy en su cargo insultando cada día a cada uno de nosotros.

Somos la familia que se gastó todo su dinero en la mejor fiesta de 15 años del barrio (y esto con serios asegunes) y ahora se ve en problemas porque sobregiró las tarjetas, se gastó el ahorro destinado para la educación de los hijos, el seguro del auto caducó y no hay nada en la despensa. Pero no importa porque todo el barrio aplaude. Absurdo.

Sigo sin entender porqué tenemos que aplaudir y porqué parece traición ante el soviet supremo hablar mal de los organizadores de esta justa deportiva en la que se movieron de manera dudosa miles de millones de pesos.

Sigo sin ver la justificación a esta francachela psicótica de nuestros servidores, sigo sin entender por qué habrá remesas relativas a estos juegos.

Tampoco se aprovechó para mejorar la infraestructura de la ciudad, para reinventarla y hacerla mejor para todos, es decir se hizo un pegoste, se manejaron dineros de manera absurda y ahora no tenemos lana para ayudar a nuestros paisanos inundados.

¿Esa es la fiesta de América? ¿De verdad tengo que aplaudir en lugar de pedir cuentas claras y explicaciones de lo que a mi francamente me parece un disparate? ¿no me debe importar que el gobierno de Jalisco me venga con el cuento de que estamos mas expuestos a explosiones volcánicas y terremotos que a siniestros meteorológicos y que por eso se invirtieron 10 MDD en un seguro contra desastres que a duras penas cubre los huracanes con 250 MDP? ¿Nadie cree que nos están dando atole con el dedo y que más deberíamos pedir rendición de cuentas que estar contentos por que hubo cohetes y bailarines?

Ah Mexiquito, nunca te acabes.

Jorge Zul de la Cueva
(v.pág.5-B del periódico El Informador del 2 de noviembre de 2011).


Con sólo mencionar el nombre de México, aparecen loas a la grandeza de la patria y a las incomparables virtudes del mexicano; pero apenas se pronuncia la palabra "extranjero", nuestros políticos se enrollan en la Bandera, puestos y dispuestos a defender la grandeza del país y proteger a los mexicanos de la rapacidad del extranjero.

Nuestro país nace de iguales proporciones de xenofobia y complejo de inferioridad. Nace de la infortunada percepción de que somos mejores, aunque no estemos dispuestos a demostrarlo.

Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 12 de noviembre de 2011).


En México somos muy dados a solidarizarnos con las víctimas. Basta revisar los altares de la Patria, cuyos nichos están ocupados más por las víctimas de la historia que por los verdaderos constructores de la nación.

Diego Petersen Farah
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 12 de noviembre de 2011).


Lea un periódico o una revista de hace tiempo y verá cómo nos encontramos con las mismas noticias, las mismas promesas y los mismos opinantes, pasa tan poco que bien podría buscar algún artículo escrito hace 5 o 10 años y estaría vigente o cuando menos no se vería muy raro.

Que no pase no quiere decir que no suceda nada, suceden muchas cosas, pero no parecen trascender.

Carlos Enrigue
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 13 de noviembre de 2011).


En nuestra destartalada Cancillería circula desde hace años, confirmada por muchos, la anécdota de aquel desdichado arabista, flor y prez del Colmex, que tuvo la peregrina idea de ingresar en el Servicio Exterior. Como ese ente abomina a los "especialistas" que puedan testerear su proverbial grisura, el personaje fue destinado por más de 12 años a Centroamérica. Hay actualmente otro que estudió la carrera en la antigua URSS y habla perfectamente el ruso, y en consecuencia sus adscripciones han sido Los Ángeles, Madrid y La Habana.

María Palomar
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 27 de noviembre de 2011).


Un vocero de la Fundación Harp Helú de Oaxaca declaró que consideran necesario proponer a los diputados de la Comisión de Cultura del Congreso de la Unión que los particulares no deban tener derecho de poseer libros y documentos de los siglos XVI al XIX.

Me pregunto: ¿El nombre Harp Helú tiene autoridad moral para hacer esa clase de propuestas, después de haber vendido una colección de arte, una biblioteca y un archivo histórico, amén de decenas de palacios e inmuebles virreinales de todo el país a un banco extranjero? Este gravísimo atentado del señor Harp Helú dedicado a empobrecer nuestro patrimonio artístico e histórico, es un delito que quedará abierto e impune.

El señor Harp Helú jamás ha desembolsado un peso a favor de las bibliotecas nacionales. Encargada de eso está su esposa, María Isabel Grañén Porrúa, quien se ocupa de que jamás sea tocado un centavo de la sacrosanta y dudosa riqueza de su marido; además, es nieta del señor Manuel Porrúa, conocido bibliófilo y librero, y, por tanto, heredera de una parte de esa gran biblioteca, la cual no se ha repartido entre esos herederos, desde hace 20 años, por la calidad conflictiva de los mismos.

En Sotheby's Londres, el pasado 15 de noviembre, se puso en subasta un libro mexicano del siglo XVIII que procede de la biblioteca de Manuel Porrúa. ¿Estará enterada la nieta y heredera de ese bibliófilo y librero que su familia está cometiendo un delito federal en este momento al sacar del país un rarísimo libro novohispano, ofrecido en miles de libras esterlinas? Por caro y por el poco interés internacional en esta clase de libros, no se vendió.

La joven señora Grañén Porrúa es una especie de cacique cultural en Oaxaca, valiéndose de la posición plutocrática de su marido, cuya fortuna ha sido muy discutida.

La referida propuesta ¿tiene precedente alguno en la historia o en algún otro lugar del mundo? Ni en la Alemania de Adolfo Hitler se aplicó semejante salvajada de aparente corte nazi-fascista.

Ojalá y los legisladores de la Comisión de Cultura no vayan a cometer el ridículo y la barbaridad de dar entrada a semejantes actos de estupidez e incultura, como en tantas ocasiones ha sucedido en la pobre y reciente historia de legisladores ignorantes e irresponsables.

El Duque de Tlaquepaque
(v.pág.4-B del periódico El Informador del 27 de noviembre de 2011).


Para nadie es un secreto que el ex gobernador mexiquense no es un hombre ilustrado, por un lado, y por el otro, el promedio de lectura de los mexicanos es ridículo, así que la mayoría se vería en aprietos si intenta citar el autor de un libro, el título correcto de una novela o, ya pidiendo mucho, el nombre del personaje principal de alguna obra clásica.

Entonces, ¿por qué se regodea la gente con la ignorancia del mexiquense? ¿Qué fenómeno se desata en la sociedad, en los medios, para que miles de ciudadanos iletrados se mofen así de un producto político vulgar de Televisa?

Si la razón por la que la burla se presenta es porque hay una escala de valores en la sociedad mexicana en donde la lectura, la cultura y la ilustración son virtudes apreciadas, entonces Peña Nieto se encontraría en un grave problema. Con mucha facilidad se puede diseñar una táctica de ataque que desnude por completo sus carencias en ese terreno. Si una pregunta inocente bastó para meterlo en aprietos, un programa bien diseñado acabaría con él.

Si la razón fuera una especie de bullying político, es decir, una burla exagerada hacia aquél que tiene que desempeñar un buen papel, como el atleta que se cae justo antes de llegar a la meta, el estudiante predilecto que recita un poema con la bragueta abierta, la bailarina que pierde el equilibrio en su debut... entonces Peña Nieto no debería preocuparse por nada. Basta con que se sustituya el blanco de las bromas con otro sujeto.

Pero ¿qué tal si el mexiquense despertó con su desliz la legendaria venganza del mexicano hacia los poderosos? Peña Nieto va en caballo de hacienda, lidera las encuestas y de pronto hace el ridículo en un acto público. Los mexicanos, como caricaturistas todos, se regodean con el pequeño problema del hombre de poder, lo magnifican, lo manosean y se dan gusto, de aquí en adelante, con ese breve momento en el que los papeles se invierten y el hombre que domina, cae. Si ése fuera el caso, ay, el aspirante priista podría estar viendo el inicio de su caída.

Ivabelle Arroyo
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 7 de diciembre de 2011).


Sorprende la manera de bloquearse de nuestros aspirantes presidenciales en el tema de sus lecturas. Pero más podría sorprender la relevancia que medios, audiencias y participantes de las redes sociales le han dado a la exhibición de la fragilidad de la relación de los políticos de hoy con el mundo de los libros. Porque el tema parecería no ser relevante, en tanto esos políticos serían finalmente representativos en un país con uno de los promedios más pobres en hábitos de consumo de libros.

En el pasado reciente, las muestras de falta de familiaridad con la lectura del presidente Fox coincidían con altos niveles de aprobación ciudadana. Y algún experto vio eso como prueba de empatía del gobernante con sus electores y patrocinadores, incluyendo a grandes empresarios. Los dislates presidenciales habrían funcionado como una fuente de credibilidad conocida en los manuales de comunicación como similarity: la facilidad del líder para identificarse con las audiencias. "Yo tampoco sé quién es ese José Luis Borgues", podrían haber coincidido votantes y promotores del fenómeno de San Francisco del Rincón.

Por eso también habría pasado prácticamente desapercibida la inapelable cerrazón de López Obrador a someterse a esas pruebas sobre su bagaje cultural. Ello no le quitó una sola intención de voto en 2006. "Yo tampoco me expondría a un examen así", pudieron haber pensado los numerosos seguidores del campeón sin corona de Macuspana, aunque con él hayan estado grandes lectores del país, de los que hacen llegar a algo más de dos libros leídos por persona al año el promedio nacional.

Estadísticamente, más que audiencias críticas podríamos estar hablando de audiencias hipócritas. Porque gran parte de ese escandalizado auditorio podría andar en ese raquítico récord nacional de lectura. Y podría ocurrir también que los dos libros y pico que habrían hojeado al año no sean para presumir ante una pregunta a quemarropa de algún inquisidor de los medios. Y tampoco sería remoto que los inquisidores de los medios estén situados en la misma precariedad en consumo libresco.

José Carreño Carlón
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 7 de diciembre de 2011).


Muchas veces uno se pregunta porqué no hay más protestas en México. Por qué no crece la indignación.

Estamos rodeados de motivos que pueden encender la protesta. Las noticias al final de este año 2011 no son buenas, la pobreza volvió a crecer, porque con cada resbalón económico, interno o externo, la situación de vulnerabilidad en la que viven millones de mexicanos los lleva a caer de nuevo en situaciones de pobreza extrema. La política de ayuda social y programas contra la pobreza sólo administran la marginalidad, pero no la resuelven. También se incrementó la desigualdad. En los últimos cuatro sexenios se puede observar que hay una continuidad según el coeficiente de Gini. Estos incrementos de la pobreza y la desigualdad son una expresión de que la democracia no ha logrado revertir estas variables. Para cerrar con broche de oro, en estos días nos enteramos de los excesos de una clase política que se comporta como privilegiada, con aguinaldos de cientos de miles de pesos, con partidos políticos que cada día tienen más dinero público para sus gastos y campañas. Si a este panorama le agregamos la debilidad del estado de derecho, la violencia y la impunidad que abunda, se puede tener un panorama de fin de año poco optimista, en donde como dice Sabina "sobran los motivos" para la protesta.

Alberto Aziz Nassif
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 20 de diciembre de 2011).


Como vagos de secundaria, sentados en la banqueta fuera de la escuela esperando que alguien se resbale para chiflarle y reírnos, así serán estos largos meses de precampañas. Poco aporta a la discusión de país, pero mucho, mucho más de lo que hubiéramos esperado, al humor nacional.

Diego Petersen Farah
(v.pág.1-B del periódico El Informador del 20 de diciembre de 2011).


A diario comprobamos que México es un país de 2 velocidades. Y esta división de la patria es, sin duda alguna, la gran tragedia nacional. Miren ustedes, por ejemplo, el desempeño de la planta de Nissan en Aguascalientes: es una de las más productivas del mundo entero. La de Ford, en Hermosillo, es la más productiva de todas las que tiene la empresa. En esos lugares no laboran marcianos ni individuos de extrañísimas proveniencias sino mexicanos que, justamente, forman parte de un país que sí funciona: un México moderno, competitivo, eficiente, responsable y comprometido; un México en el que podemos vernos reflejados sin reserva alguna y del que podemos sentirnos profundamente orgullosos.

Bueno, ahora encaremos lo otro, algo de lo que no se puede casi hablar sin que le caigan a uno -escribidor de artículos de opinión- críticas feroces, improperios y descalificaciones. Ahí está, por ejemplo, la carta de una ciudadana avecindada en Acapulco, reproducida en este diario por Carlos Marín, que, entre otras cosas, señala que los manifestantes de la normal de Ayotzinapa "son unos verdadero vándalos. Durante muchos años han cerrado la caseta (de cobro en la autopista México-Acapulco) y amenazan con moler a palos los vehículos de quienes quieren pasar, si no les dan de 50 a 100 pesos...". La primera reacción de mucha gente cuando denuncias estas situaciones de flagrante abuso y desprecio por los derechos de los demás es, como decía, la denostación: te estás poniendo del lado de los "ricos", no tienes "conciencia social", te desentiendes de la marginación que padece la mitad de la población, eres un periodista "chayotero", en fin, los ataques van de la simple detracción al insulto iracundo. Pero, señoras y señores, ¿podemos invalidar así nada más, de un plumazo, las reclamaciones de una persona descontenta, como es la referida ciudadana, afectada directamente por una circunstancia particular (y que, ejerciendo personalmente el derecho a la queja educada, y nada más -de la misma manera como los otros pretenden desplegar acciones que perjudican directamente a terceros que nada tienen que ver con sus exigencias- envía un mensaje a un periódico) tan sólo porque no se inscribe en la traída y llevada "protesta social"? ¿Son nada más ellos, los manifestantes, quienes tienen la facultad de imponer un derecho de piso sin que pueda levantarse una voz para denunciar sus abusos? Y el hecho de que las autoridades hayan respondido con una bárbara torpeza al bloqueo de la autopista y de que dos estudiantes hayan sido asesinados ¿significa que ya no se va a poder aplicar la fuerza legítima del Estado para garantizar el orden público y la libre circulación de los ciudadanos por el territorio nacional?

Un nocivo cóctel de violencia y desorden ha terminado por afectar gravemente a Acapulco, otrora un destino turístico preferido por muchísimos mexicanos, especialmente los de la capital, que viajaban por carretera y que, en estos momentos, no saben si pueden llegar tranquilamente a su destino. Y quien habla de esta afectación se refiere a las consecuencias que tiene en la vida de miles de acapulqueños que viven del turismo -meseros en los restaurantes, taxistas, camareras de la hotelería, etc.- y que no son, en lo absoluto, enemigos de clase de los estudiantes de la escuela rural de Ayotzinapa sino meros trabajadores. ¿Sus intereses no importan? ¿No debe cuidar el gobierno, precisamente, sus fuentes de trabajo y asegurar que los turistas se sientan protegidos?

Desde luego, ahí está el problema de la delincuencia -algo que ha afectado también a ciudades como Cuernavaca, Tampico y Veracruz, por no hablar de Juárez y Monterrey- y, ya lo sabemos, la primera reacción de mucha gente es culpar a Calderón de las cosas como si el hombre fuera un fabricante de criminales en vez del encargado, en pleno ejercicio de sus facultades legales, de combatirlos (y, ah, como si los gobernadores y los alcaldes no tuvieran responsabilidad alguna en el asunto).

Pero, más allá del horror que pueda provocarnos la realidad de que muchos territorios estén copados por los delincuentes, también debiera indignarnos la extorsión que practican abiertamente los grupos de agitadores. Pandillas de manifestantes que, pretextando elevadas causas sociales, perjudican gravemente los intereses de millones de mexicanos. Vándalos que, de paso, nos recuerdan, día a día, la realidad de ese otro México, el país desordenado y anárquico, el país que no funciona. Un país de atraso que, encima, amenaza la viabilidad de la nación entera.

No sólo tenemos que garantizar la seguridad pública. El orden público también es una prioridad absoluta.

Román Revueltas Retes
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 25 de diciembre de 2011).


Nuestro país es un país de contrastes. Muchos de los cuales son generados por sus gobiernos en turno. Esta semana fue inaugurado por el presidente Calderón el puente atirantado más grande del mundo en el municipio de Concordia, Sinaloa, con el que de paso obtuvo un récord Guinness. Hace 2 semanas terminaron la vergüenza más grande del Bicentenario de la Independencia, la Estela de Luz, de la que nadie queremos saber su inauguración. No dejo de lamentar la forma en que afloraba el rancio nacionalismo pre moderno tanto en el primer mandatario como sus funcionarios al inaugurar el puente. Con el pecho inflamado repetían a los medios de comunicación, que se trataba de una obra hecha orgullosamente por ingenieros mexicanos, con una longitud de 1,124 metros que libra una barranca de 104.6 metros de profundidad, y cuyo claro central es de 520 metros; que debajo de ella cabe la Torre Eiffel, el Titanic en vertical, el Estadio Omnilife, los Arcos del Milenio, la Biblioteca Vasconcelos... en fin, todo un marco para que el presidente Calderón lanzara la perla de que su gobierno ha hecho en infraestructura carretera una inversión histórica jamás vista, incluso desde la época del presidente Porfirio Díaz.

Por confundir lo grandote con lo grandioso, no lamentamos, por ejemplo, no haber estado a la altura de don Porfirio en la realización de los festejos bicentenarios. El puente atirantado más grande del mundo es una obra sobresaliente, pero no es la muestra representativa de lo que podemos hacer juntos, como ha dicho el presidente. La Estela de Luz Bicentenaria es también representativa de lo que no hemos dejado de hacer también juntos. Una obra que ha costado el triple de lo presupuestado, que ha tenido descaradas adjudicaciones directas disfrazadas, incluso a una empresa inhabilitada desde 2009; que cambió el tipo de cuarzo que se requería y sufrió cerca de 400 modificaciones, lo que incrementó su costo de 393 millones de pesos a más de mil millones; que cuenta con averiguaciones previas por presuntos actos de corrupción; y que aún con un costo 3 veces mayor, desapareció un espacio conmemorativo de 2,000 metros cuadrados, que uniría el Altar a la Patria, la plaza de la Secretaría de Salud, la Torre Mayor y el Parque Ariel. Lo anterior es producto de la inmediatez coyuntural y del gusto por lo grandote, pues tiene la ridícula altura de 104 metros en zona sísmica, porque según el autor corresponde a la suma de 2 veces 52, el ciclo mexica, como si la fundación de Tenochtitlan tuviera que ver con el Bicentenario de la Independencia.

Por ello, considero que el júbilo desatado por la construcción del puente atirantado más grande del mundo, debería estar regulado por este tipo de obras también conmemorativas y más representativas de lo que no hemos sido capaces de superar.

Carlos Lara
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 7 de enero de 2012).


México es un país donde no existe la cultura de la confrontación de ideas.

Ana María Salazar
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 21 de enero de 2012).


Con las reservas actuales se pueden construir 3 refinerías y todavía quedarían más de 100,000 millones de dólares. En pocas palabras, la deuda externa se puede pagar 2 veces y sobra dinero.

[¿Y qué están esperando para construirlas y para pagar y ahorrarse los intereses? ¿Por qué seguimos importando gasolina? ¿Por qué seguimos tan jodidos? ¿Por qué, si somos tan ricos, Hacienda trae en chinga a los causantes cautivos? - Preguntas del webmaster.]

Javier Mercado Rodríguz (simpatizante de los panistas)
(v.pág.19 "Los correos del público" del periódico Milenio Jalisco del 27 de enero de 2012).


Hace unos años el economista Premio Nobel, Amartya Sen, defendió una tesis que hoy no cuadra en México: señaló que "las hambrunas nunca han afectado a ningún país independiente que va a elecciones con regularidad, que tiene partidos de oposición que externan críticas, que permite a los periódicos reportar con libertad y cuestionar la sabiduría de las políticas gubernamentales sin censura". En suma, que las hambrunas y las democracias no eran compatibles. Sin embargo, desde hace varios días la hambruna que padecen los rarámuris en la Sierra Tarahumara es una noticia constante. ¿Se equivoca Sen o México está lejos de ser democrático?

No existe un buen sistema de información, pero la hambruna es una terrible realidad en esa región. Se habla del cambio climático que ha producido sequía, lo cual ha provocado la falta de alimentos que agudizó el hambre. Además, la violencia se ha incrementado de forma notable en el área serrana y ha deteriorado la vida de los pueblos indígenas de toda esa región: rarámuris, tepehuanes, pimas y guarojíos.

El hambre en la región serrana no es una novedad; la desnutrición infantil es endémica; las condiciones de desarrollo son de las más bajas del país y las políticas públicas no han logrado ni siquiera resolver los mínimos de subsistencia. Ahora todos los problemas estructurales se han visto severamente agravados por una violencia que se ha salido de cauce, se ha desparramado y ha convertido a la región en tierra de nadie.

Gobiernos llegan y se van y la situación no cambia; alternancia electoral va y viene y las cosas siguen igual; programas de ayuda se ponen en marcha y sólo aminoran la tragedia. Los indígenas se sostienen por la atención de múltiples organizaciones que tienen décadas entregados a la ayuda humanitaria.

El antropólogo Juan Luis Sariego dice que hay al menos 4 problemas de política pública que necesitan atención, para que se puedan romper los círculos viciosos que reproducen el grave subdesarrollo y la miseria: salud, educación, empleo y combate a la violencia. La infraestructura médica de la zona es completamente restringida y precaria para las necesidades; el sistema educativo no logra generar un mejor capital humano; las fuentes de empleo y generación de riqueza están fuera del alcance de los indígenas. La violencia destruye los tejidos sociales, irrumpe en las comunidades y deja desolación. ¿Dónde está el Estado? ¿Dónde está la inversión pública en la zona? ¿Dónde está la defensa de los pueblos frente al crimen organizado? Silencio, los políticos andan en campaña.

Es una vergüenza que en un país que se considera democrático haya hambruna y domine una profunda injusticia llena de despojos, abandono y, sobre todo, de malas políticas públicas. Ya basta de parches...

Alberto Aziz Nassif
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 1o.de febrero de 2012).


Vivimos en el país de los discursos, de los "tlatoanis" que gobiernan por medio del más asombroso desenfreno verbal. Debemos por consenso decretar un prolongado toque de queda para todos los discursos gubernamentales.

Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 4 de febrero de 2012).


Educar ha sido el principio esencial de todas las grandes civilizaciones, la condición del progreso, y el mecanismo para controlar el egoísmo primitivo a favor de la participación generosa.

Lamentablemente los mexicanos no hemos comprendido con la seriedad que se requiere la trascendencia de esta misión. Nuestra historia independiente ha sido en buena medida una búsqueda desesperada por alcanzar la nave de la mejor educación, frecuentemente entorpecida por quienes debieran contribuir a este logro, por ejemplo profesores y políticos de Oaxaca y de tantos otros estados. En parte, esta constante frustración hizo nacer la educación privada, con el ideal de que en manos de "particulares" se lograran mejores resultados aun si se debía pagar por ello el doble.

Armando González Escoto
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 5 de febrero de 2012).


El que un delincuente pague una falta con trabajo para la comunidad en lugar de cárcel es inconstitucional porque viola el derecho a la libertad de trabajo. Esto es por lo menos lo que determinó ayer la Suprema Corte de Justicia en votación de 9 contra 2 en el caso de la Ley de Prevención de las Adicciones de Yucatán. Muchos supuestos derechos, como vemos, terminan siendo contrarios a los intereses no sólo de la comunidad sino de las propias personas que supuestamente se benefician de ellos.

Sergio Sarmiento
(v.periódico El Siglo de Durango del 9 de febrero de 2012).


En este país de desvergonzados también hay una suerte de alivio cuando uno de tantos llega a ser puesto en evidencia.

José Israel Carranza
(v.pág.5 de la sección "gente!" del periódico Mural del 16 de febrero de 2012).


Tal vez no esté ni enterado, pero por su cuenta corrió la factura de uno de los festejos más onerosos de la historia. Una minucia de 3,750 millones de pesos para celebrar el Bicentenario de la Independencia hace ya más de un año. Espero lo haya disfrutado tanto como los administradores que contrató para tal fin, quienes se sirvieron con la cuchara grande para pagar desfiles, adornos, espectáculos multimedia y una preciosa columna iluminada que sirve para... iluminarse.

De acuerdo al reporte de la Auditoría Superior de la Federación, de su bolsa salieron recursos que superaron incluso al presupuesto asignado a secretarías como las del Trabajo y la Función Pública. Sólo para documentar su optimismo y quite esa cara de asombro, aquí le damos unos datos de cómo su personalidad hedonista sí tiene precio.

A la empresa Instantia Producciones (creada por el australiano Richard Birch sólo para este evento) se le pagó un salario de 11.5 millones de pesos, otros 77.5 millones por su "desarrollo conceptual", más 134.6 millones por la administración de su propia empresa. Por cierto, no hay registro de que esta compañía pagara impuestos en México. Así de espléndido es usted con sus proveedores.

¿Siente un nudo en la garganta, el estomago o más abajo? Es por la emoción de saber que ni los jeques árabes hacen fiestas con tal dispendio; a su lado, son bastante pichicatos. Y eso que aún no sabe que sin estudios de mercado se otorgaron contratos por 1,051 millones de pesos (28% del total de las fiestas del Bicentenario) a filiales del Grupo CIE, empresa vinculada con Televisa, Qué enorme es usted, que busca a los especialistas en generar estrellas para brillar con su evento.

Por supuesto, ningún fiestón está completo sin el consabido recuerdito que consagre por la eternidad su magnífica generosidad. Ahí veremos por siempre a la Estela de Luz, que de 339 millones pasó a costar 920.5 millones (sin IVA).

Por cierto, del total de 3,750 millones sólo los primeros 500 fueron justificados. Pero a quién le importan los errores de cálculo o las facturas cuando la felicidad lo embriaga y la plata sobra. Ni que fuera usted pobre.

(V.Yahoo! Noticias del 16 de febrero de 2012).


Tenemos los ojos cerrados ante la problemática: pretendemos que el uso de drogas no ha proliferado, cuando la mayoría de los jóvenes consumen drogas habitualmente.

Juan María Naveja Diebold
(v.pág.47 del periódico Milenio Jalisco del 17 de febrero de 2012).


Me parece que la nominación de Demián Bichir al Oscar, sin restarle ningún mérito, porque además ha sido para él como actor, no deja de ser una especie de reconocimiento a la terquedad cinematográfica de nuestra industria, que se empeña en hacer de las desgracias de nuestros mojados una especie de virtud homérica.

Carlos Alberto Lara González
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 18 de febrero de 2012).


Nos hemos vuelto, encima, los alumnos aventajados de la clase porque, a diferencia de unas naciones europeas que no cuadran sus presupuestos y que desobedecen los preceptos sagrados de la macroeconomía, nosotros llevamos ya un buen tiempo ajustándonos el cinturón y aplicando una severa ortodoxia fiscal. Lo menos que se puede decir de México, entre otros socios cumplidores, es que sus finanzas públicas son tan sólidas y saludables que, en estos momentos, el Fondo Monetario Internacional no acude ya para rescatarnos sino, por el contrario, nos pide plata contante y sonante para atiborrar sus arcas. Llama la atención, en este sentido, la reticencia que exhibimos para abrir la billetera: por lo visto, nos va mejor la postura del pedigüeño que la del país adulto responsable de solventar sus compromisos.

Este estado de cosas, sin embargo, choca frontalmente con la realidad de la pobreza de nuestros pueblos, un fenómeno tan distintivo de la región que Latinoamérica es considerada la zona con más desigualdad social del mundo entero. Es verdad que se han fortalecido grandemente las clases medidas en países como Perú, Brasil, México y Colombia. Pero también es cierto que la existencia de millones de ciudadanos que no pueden siquiera integrarse a los circuitos productivos de la economía formal significa un obstáculo mayor en el camino hacia una modernidad plena y una auténtica economía de mercado. La democracia liberal, después de todo, sólo puede florecer en un entorno de justicia social.

Todas las políticas públicas emprendidas por cualquier gobierno para combatir la pobreza terminarán por toparse, de manera inexorable, con la figura del pobre extremo, es decir, un individuo particular a quien no sólo le faltan recursos materiales para afrontar los trámites de la existencia sino que él mismo carece de habilidades para abrirse paso sin la ayuda directa de terceros. Generalmente, las estrategias asistenciales del Estado procuran aliviar esta situación. Pero no cambian las cosas de raíz ni logran trasformar de fondo las condiciones de vida de los marginados. Si en un país, como México, fracasa estrepitosamente el proyecto educativo, será muy poco probable que los jóvenes salgan de las escuelas con una buena formación. Más bien, comprobaremos lo que estamos viendo: generaciones enteras de mexicanos con una pobrísima capacidad para comprender lo que leen, para expresarse correctamente, para escribir un texto medianamente entendible, para realizar las operaciones aritméticas más elementales y, como resultado, con muy poca aptitudes para trabajar en otra cosa que no sean labores muy rudimentarias. Tareas que no aportan valor añadido a la economía.

Hay aquí, por lo tanto, un reto enorme para cualquier gobierno, del color que sea. Y podemos también hablar del lastre agobiante que esto representa para una nación. Porque, señoras y señores, esa gente ya está ahí. Sabemos que es relativamente fácil cambiar las leyes y promulgar decretos pero ¿cómo trasformas efectivamente a una persona por dentro, cómo le inoculas -por decirlo de alguna manera- habilidades que no tiene, cómo la integras, cómo le haces aprender cosas que hubiera debido asimilar desde temprana edad y que nunca le fueron enseñadas, cómo le fabricas artificialmente una estructura de valores y cómo la introduces a la sociedad del conocimiento? De esto, y no de otra cosa, va el combate a la pobreza en tanto que, lo repito, millones y millones de pobres ya están ahí. Quien llegue y descubra los mecanismos para que estos mexicanos desarrollen sus talentos y sus habilidades tendrá la llave del futuro de nuestro país. Pero, eso sí, no será con limosnitas ni con asistencias temporales. Será con algo que, por desgracia, siempre nos ha faltado: el verdadero interés por el prójimo.

Román Revueltas Retes
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 19 de febrero de 2012).


Surge la idea de lo bien que nos podría ir si tuviéramos una clase política más apropiada, responsable, capaz; y una burocracia menos obesa, floja e inepta.

Imagine que en el pueblo o la colonia donde usted vive existiera la norma de que solamente se podría tener un birotero, sólo uno. Y que la decisión de quién fuera ese birotero estuviera hecha por la votación de todos los vecinos. Y que solamente se podría votar por aquellas personas de una lista hecha por sólo unos cuantos vecinos privilegiados para hacerla. Y que de esa lista ninguno hubiera sido entrenado especialmente para el delicado oficio de birotero ni mostraba dotes particulares para serlo. Sin embargo, quien recibiera la mayoría de votos, ése sería el designado birotero; y su producto sería el único del que usted podría disponer.

En otro caso, imagine que usted es socio de una empresa. Supongamos una mueblería. Que la asamblea de socios se reúne y deciden contratar a un administrador para llevar el negocio. Que el administrador luego de tomar las riendas, se dedica a ofrecerle a sus amigos ofertas de descuento especial sobre las mercancías y que además decide regalar a sus parientes parte de los inventarios. Y también decide disponer de las utilidades para lo que le dé la gana; un viaje a Europa, un coche de lujo nuevo, ropa de moda. Todo para sí mismo y a cuenta del negocio, del cual usted es socio. Y que para sustituir a ese administrador, solamente lo pueden hacer escogiendo de una lista de candidatos hecha por los amigos de ese administrador; lista de la cual ellos también forman parte.

Otro caso: imagine que usted tiene un médico que le ha servido bien ya por muchos años. Él (o ella) conoce su historial, su estilo de vida, costumbres, aflicciones y ustedes ambos se han entendido bien en los asuntos de la salubridad general de su familia. Imagine que luego surge una norma que prohíba que uno pudiera servir en el ejercicio de cualquier profesión por más de 3 años consecutivos. Su médico, entonces, no lo podría seguir siendo. Tendría que buscar a otro que lo fuera por sólo un tiempo máximo de otros 3 años. Y así hasta el infinito en brincos de 3 en 3 años. Como caso especial, se le permitiría volver a su médico preferido con la condición de que fuera de manera interrumpida: un período sí, un período no.

Ahora imagínese que usted es dueño proporcional del país; que sus administradores son sus empleados servidores públicos; que las reglas las establecen conjuntamente usted y sus otros socios miembros de la sociedad; y que tienen la libertad de escoger entre ustedes mismos a las personas más idóneas para llevarles los asuntos comunes para el bien de todos.

Norberto Alvarez Romo, presidente de Ecometrópolis, A.C.
(v.pág.2-A de El Informador del 29 de febrero de 2012).


En el caso de los inmigrantes mexicanos en E.U., México siempre ha reclamado el debido proceso que, en territorio nacional, le ha negado a Florence Casséz.

Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco
(v.Razón y Acción del 18 de marzo de 2012).


México es un país donde los milagros son tan de todos los días que no merecen 8 columnas. Época de olvidar el fango en que se refocila nuestra clase política, capaz de decirle majadero a un presidente sin que este se altere, apta para que un felón llame meretrices a todas las mujeres hermosas y no sea expulsado del recinto legislativo, tolerante y encubridora de todas las corrupciones y abusos de poder sin temor al castigo.

Jacobo Zabludovsky
(v.pág.6-A de El Informador del 19 de marzo de 2012).


La lista de multimillonarios de Forbes quizá no sea el indicador más preciso para mirar la producción de fortunas y la desigualdad de México, pero sí ofrece varias pistas para observar cómo ha evolucionado el reparto de la riqueza en el país.

El 10 de marzo se publicó que Carlos Slim aparece nuevamente como el hombre más rico del plantea con una fortuna personal y familiar valuada en 69,000 millones de dólares (MDD), y que en la lista aparecen otros mexicanos, entre ellos el líder del cártel del Pacífico, Joaquín Guzmán, a quien Forbes ubica en la posición número 1,153 con 1,000 millones de dólares.

El listado de Forbes se completa con los siguientes mexicanos: Ricardo Salinas Pliego (TV Azteca) con 17,400 millones de dólares en la posición número 37; Alberto Bailleres (Peñoles y Palacio de Hierro) con 16,500 MDD en el lugar número 38; Germán Larrea (Grupo México) con 14,200 MDD en la posición número 48; Jerónimo Arango (Aurrerá y Walmart) con 4,000 MDD y en la posición 276; Emilio Azcárraga Jean (Televisa) con 2,000 MDD en el lugar 634; Roberto González Barrera 1,900 MDD (Banorte y Maseca) posición número 683; Carlos Hank Rhon (Grupo Interacciones) con 1,400 MDD y posición número 913 y Roberto Hernández (Banamex y Citigroup) con 1,300 MDD, en el lugar 960. En total estos 10 empresarios y sus familias con una fortuna de 128,700 de MDD.

Véase el panorama que presentaba el listado de multimillonarios mundiales de la revista Forbes, en 2000 (entre paréntesis la fortuna en millones de dólares): Carlos Slim (7,900), Lorenzo Zambrano (2,100), Eugenio Garza Lagüera (2,000), Ricardo Martín Bringas (1,500), Jerónimo Arango (1,500), Emilio Azcárraga (1,500), Ricardo Salinas (1,400), Isaac Saba (1,400), Alfonso Romo Garza (1,200), Alberto Bailleres (1,200), Germán Larrea Mota-Velasco (1,100), Carlos Peralta (1,100), María Aramburuzabala (1,000). En total estos 13 empresarios y sus familias tenían una fortuna de 24,900 MDD.

Como se aprecia, en apenas 12 años la riqueza acumulada por los empresarios incluidos en la lista de Forbes aumentó más de 100,000 MDD, es decir, se multiplicó por 5.

El crecimiento es más palpable si se compara con el Producto Interno Bruto nacional. En el año 2000 el PIB era de 581,000 MDD, y la fortuna de los listados en Forbes equivalía a 4.2 % del PIB.

En 2012, el PIB es de 1"034,000 MDD, y la fortuna de las 10 familias más adineradas corresponde a 12.44%. Datos como éste, confirman que México es una extraordinaria fábrica de ricos y un lugar fabuloso para hacer fortunas, pero concentrada.

Ya se sabe el contraste: un país que tiene al hombre más rico del mundo y a 60 millones de pobres al mismo tiempo, 10 familias ricas que son dueñas una octava parte de la riqueza de un país con 112 millones de personas y un modelo económico en crisis. Es una situación social que no puede aguantar mucho más. Estamos parados en una bomba de tiempo.

Rubén Martín
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 27 de marzo de 2012).


Susana López Charretón, investigadora del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México, galardonada este jueves en París con el premio L'Oreal Unesco 2012 para la Mujer y la Ciencia, es enfática al afirmar que, por falta de inversión en el ámbito de la ciencia y la tecnología, México "se está quedando atrás".

La especialista en genética del desarrollo y fisiología molecular destacó que la falta de inversión en México ha provocado que en los últimos 8 años no se haya abierto ninguna plaza en el Sistema Nacional de Investigadores, el cual, comentó, dispone actualmente de alrededor de 13,000 integrantes.

"Es un número irrisorio, necesitamos mucho más científicos, el problema central es que no se han abierto plazas para contratar a nuevos investigadores y los recursos que el gobierno destina a ciencia y educación son muy bajos".

Dijo que basta "ver el avance de países como Corea o Brasil que decidieron destinar grandes recursos a la investigación".

López Charretón señaló que los jóvenes mexicanos que culminan sus estudios de doctorado en el extranjero no encuentran espacios laborales en el país, por lo que se ven en la necesidad de buscar trabajo en centros especializados de Estados Unidos o Europa, en donde logran desarrollar sus proyectos de investigación.

(V.pág.38 del periódico Milenio Jalisco del 30 de marzo de 2012).


Nuestro país es un país sumido en un profundo subdesarrollo, en que el presidente es un rey absoluto por 6 años. Hay que decirlo, que tiene un par de limitaciones. Una, que puede ser criticado inmisericordemente por amigos y enemigos, con razón o sin ella; y la segunda, que aunque no lo sepa sigue siendo un ser humano, aunque es difícil que lo piense durante su mandato.

Desde el primer día de su gobierno no habrá una sola persona que se atreva a decirle que algo está mal y mucho menos que él hizo algo mal, todos los días hará una inauguración, dirá un discurso ante un público por lo general amable, por ello a la hora en que él descubre que hay quienes no están de acuerdo o cree que no entienden su entrega se irrita. Simplemente no puede entender que no lo adoren.

Carlos Enrigue
(v.pág.2-B del periódico El Informador del 1o.de abril de 2012).


Puede que la cifra de casinos haya aumentado en el país, pero el número de mexicanos que gusta de ir a Las Vegas, Nevada, también aumentó el año pasado con respecto a 2010.

Rafael Villanueva, director de ventas internacionales de la Oficina de Convenciones y Visitantes de Las Vegas, reporta que en 2011 calculan que 400,000 mexicanos visitaron ese destino, aunque la cifra podría ser mayor, ya que muchos turistas entran por tierra y no son contabilizados.

Lo anterior significa un aumento de 21% con respecto a la cifra de 2010, cuando se registraron hasta 330,000 paseantes.

(V.pág.7-A del periódico El Informador del 7 de abril de 2012).


México es uno de los países más felices del mundo. Según la fuente, en el índice de felizología México está en tercero, de acuerdo con la encuesta de Ipsos, o en 19 según Gallup. En ambas, el México de 2011 es más feliz que el de 2007.

Esto demuestra 2 cosas. La primera es que el país es mucho más grande y diverso de lo que parece y de lo que aparece en los medios. La violencia está más concentrada de lo que creemos y, animales de costumbres, los mexicanos, como la mayoría de los humanos, habitamos segmentos muy pequeños de territorio, pedazos que con dificultad abarcan 3 o 4 barrios o colonias de nuestra propia ciudad. El mundo se puede estar cayendo a tres cuadras y lo venos tan lejano como Afganistán.

La segunda, que no por obvia que parezca es menos importante, es que la realidad contesta lo que le preguntamos, incluyendo qué tan felices somos. Si a los mexicanos le preguntamos si creen que México ganará el Mundial, la respuesta es abrumadoramente a favor, aunque no tenga una base de realidad. Si le preguntamos si son felices, la mayoría dice que sí, aunque para muchos las condiciones de vida en este país no sean para nada envidiables, y a pesar de que la realidad es hoy terriblemente más violenta y los medios nos hemos encargado de que no sólo sea más violenta, sino también más temible. Lo sorprendente ante la exhalación de la violencia en los noticieros de televisión es que los mexicanos salgamos a la calle.

Pues bien: no sólo salimos, sino que además nos decimos felices. Eso no quiere decir que estemos contentos con la situación del país, ni con el gobierno que rige los destinos de la ciudad, el estado o el país. Quiere decir, simple y llanamente, que esas entidades que rigen la vida pública son mucho menos importantes de lo que ellas mismas creen cuando se trata de nuestra vida privada.

La felicidad tiene que ver con factores mucho más terrenales como el clima, sobre el cual los gobiernos, las religiones o incluso los lazos familiares no tienen nada que ver. Otro factor fundamental en la conquista de la felicidad es la disposición y uso del tiempo libre.

[Según el webmaster, este tipo de encuestas demuestra que los mexicanos son unos mentirosos redomados, que tratan de manipular las encuestas buscando engañarse a sí mismos y al encuestador, porque si en este momento se abrieran las fronteras de EEUU, la mayoría se largaría del país en el que dicen estar tan felices.]

Diego Petersen Farah
(v.pág.1-B del periódico El Informador del 10 de abril de 2012).


Empezamos esta columna con dos noticias. La buena es que acaba de publicarse el estudio comparativo más completo acerca de la felicidad en el mundo. La mala es que México ocupa el lugar número 61 en el índice mundial de felicidad. En la tabla, estamos muy cerca de Marruecos, Bangladesh, Uganda, Guatemala e Israel.

Podemos rebelarnos ante las conclusiones del informe, hecho por el Earth Institute de la Universidad de Columbia. ¿Quiénes son esos tristes gringos para venir a medir nuestra felicidad (o carencia de ella)? Podemos gritar que la felicidad es tan subjetiva que cualquier intento de medición y/o comparación es ridícula. ¿Cómo se atreven a decir que los daneses y noruegos son mucho más felices que nosotros, los líderes del mundo en este asunto tan evasivo... esos güeros viajan miles de kilómetros para tener una probadita de nuestra fiesta.

Lo más valioso del informe son las reflexiones y las notas sobre la forma de medir la pobreza. Ellas explican parcialmente las conclusiones. Los países más felices del mundo están en el norte de Europa: Dinamarca, Noruega, Finlandia y Holanda. La riqueza nacional y per cápita explica una parte del alto grado de satisfacción de los habitantes de estas naciones. Más importante son factores sociales como la libertad política, la ausencia de corrupción y la fortaleza de los vínculos sociales.

Cuando se trata de evaluar la dimensión individual de la felicidad, llama la atención la importancia que el informe concede a la salud mental. "Es el factor que más determina la felicidad, a pesar de que sólo 1/4 de la población enferma recibe atención en los países desarrollados y una fracción menor en los subdesarrollados". Al ocuparse del mundo del trabajo explican: la seguridad laboral y las buenas relaciones en el lugar de trabajo son más importantes que los buenos salarios o la flexibilidad horaria... el desempleo causa tanta infelicidad como una separación amorosa.

Luis Miguel González
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 15 de abril de 2012).


No me trago otra piedra de molino inculcada por otra religión en mi infancia, la Historia de México. Dice que 300 escuálidos españoles, encabezados por un pobre diablo jorobado, sifilítico, chueco y de barbilla sumida (vean el retrato hecho por Diego Rivera en el Palacio Nacional, sin percatarse de la madriza que le pone a los aztecas) llegaron en busca de oro a tierras de un pueblo de recios guerreros, caballeros águila, caballeros tigre, que había levantado un imperio de fábula en sólo 200 años (antes del 1300 de nuestra era estaban en la etapa de cazadores-recolectores, superada en Eurasia y norte de África ¡12,000 años antes!

Estos millones de valerosos guerreros cayeron derrotados por 300 españoles con diez caballos flacos y un cañón sin pólvora, comandados por el jorobado antedicho. Digo: si así hubiera sido, se lo merecían. Pero no fue así: el "impuesto de sangre", como lo llama Laurette Séjourné, cosechaba jóvenes con el pretexto imperial de alimentar al Sol, así mataban en altares a los mejores guerreros que hubieran podido levantarse en armas contra una tiranía detestada. Fueron los pueblos indios, que odiaban el vasallaje azteca, el "impuesto de juventud", los que arrasaron Tenochtitlán (le pongo acento).

Hemos heredado un gusto necrofílico por la derrota, el gimoteo, hijos de La Llorona vamos cantando nuestras derrotas. ¿De qué archivos lo saco? De libros de primaria. En los mapas está que recibimos un país que tenía por frontera la de California con Oregón al norte, y Colombia al sur (Panamá era de Colombia). ¿Necesito meterme al Archivo Vaticano para declarar que lo perdimos ante los entonces minúsculos EU? Y para afirmar que ese enorme territorio, mayor al actual México, no desearía volver a ser gobernado por el PRI, PAN, PRD ni mexicano alguno desde el DF, ¿hice una encuesta con bases estadísticas? No. Me basta saber que los mexicanos se van para allá en busca del trabajo y el bienestar que, 150 años después, les niegan las políticas oficiales.

Todo niño mexicano aprende que no hay héroe triunfador: comenzando por Cuauhtémoc que ni siquiera llegó a gobernar; Hidalgo, cuya revuelta duró 10 meses y alejó a muchos independentistas. Lo disimula la Historia de Mármol; pero desde niños sabemos que las cabezas de Hidalgo et alii colgaban de la alhóndiga de Granaditas en jaulas de hierro, en julio del año siguiente. Sé restar.

¿Y por qué insistir en revisar el pasado? Por lo mismo que debemos revisar la religión: meter ideas de infiernos eternos en niños es un delito, es abuso infantil. Y enseñarle que su patria ha ido de derrota en derrota es otro abuso que pagamos con incapacidad para ver éxitos reales, como nuestra amplia clase media, e inventar otros, como el 5 de Mayo.

Luis González de Alba
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 15 de abril de 2012).


¿Con qué cara puede el Presidente de México decir que la expropiación petrolera que acaba de hacer Argentina es perjudicial para los argentinos, cuando México hizo lo propio en 1935 y es hasta ahora el régimen petrolero más nacionalista y cerrado del mundo?

Dado que la expropiación es uno de los riesgos más temidos por los inversionistas en países receptores de capital, cuando éstas ocurren la inversión privada en nuevas empresas se frena, por lo que habría que preguntarse qué es mejor para un país: ¿tener vía impuestos el 30 ó 40% de las utilidades de todas las empresas privadas que se establecen en un país atractivo y seguro para a la inversión, o el 100% de las utilidades de las empresas creadas o expropiadas por el Estado?

En mi antiestatizadora opinión la respuesta es obvia: es mejor ser dueño del 30% de las utilidades de muchas empresas y sin necesidad de invertir un peso en ellas, que del 51% o 100% de pocas. A menos, claro está, que el objetivo de una expropiación sea repartirse un botín entre sindicatos y políticos.

Es irónico lo que ocurre con Pemex y las leyes nacionalistas que lo regulan: por una parte le impiden participar en contratos de riesgo o asociarse con capitales privados que podrían mejorar la rentabilidad e ingresos de Pemex, y por otra compran o invierten los recursos petroleros en un paquete de acciones minoritario de una empresa extranjera privada, competencia de Pemex.

México no acepta que inversionistas privados inviertan o se asocien en Pemex, y mucho menos si son extranjeros, pero sí se asocia con ellos en sus empresas y deja el control de su inversión en sus manos.

Ricardo Elías, arquitecto y empresario
(v.pág.8 del periódico Mural del 19 de abril de 2012).


La formación de paraestatales nunca ha tenido como objetivo crecimiento económico, es una herramienta más bien utilizada como protección o impulso para industrias clave. Si Pemex y la CFE estuvieran en gran condición, con excelentes resultados sería otra la situación, pero los gobiernos simplemente no son buenos administradores de compañías.

Debido a nuestra proverbial burocracia, México siempre tiende a llegar tarde a las reformas económicas; las bases del libre comercio se establecieron en los 70, nosotros las alcanzamos en los 90; el cambio de enfoque al valor agregado de industrial a servicios arrancó hace 20 años, mientras que nosotros apenas venimos haciéndolo los últimos 5; y los fundamentos para la reforma mundial de energéticos se vienen planteando los últimos 10 años, cuando nuestros legisladores han estado sentados bloqueando el progreso de la industria, de hecho no los culpo, Pemex es a la única compañía a la que le pueden cobrar 62% de impuestos, no que esto sea una buena administración.

Naturalmente nosotros no sentimos la necesidad de adaptarnos todavía, después de todo, gozamos de la autosuficiencia energética que soñó Lázaro Cárdenas hace 70 años. Sería una lástima que por aferrarnos a su visión, poco vigente en el siglo XXI, perdamos esta soberanía.

Juan María Naveja Diebold
(v.pág.19 del periódico Milenio Jalisco del 27 de abril de 2012).


Calderón dijo hace algunos días que la migración de trabajadores mexicanos a Estados Unidos cayó gracias a las oportunidades que su gobierno ha creado en materia de empleo. O sea, ya lo estamos perdiendo. Se necesita una enorme dosis de negación de la realidad, para no ver la obviedad de los verdaderos motivos: la contracción de la economía de nuestro vecino, el endurecimiento de las leyes migratorias y la severidad de la vigilancia en la frontera.

En descargo de Calderón habría que decir que por lo general todos los soberanos suelen terminar encerrados en sus torres de marfil. Se alimentan exclusivamente de la información "a modo" que les ofrece el círculo cerrado que les rodea. Mientras existan funcionarios que sigan respondiendo "las que usted diga, señor" a la pregunta ¿qué horas son?, los presidentes vivirán en su burbuja personal.

Quizá porque nunca tuvo apetito real por el poder y llegó a Los Pinos por mera circunstancia, Ernesto Zedillo se inventó un buen recurso para escapar a la jaula de oro. Cuando hacía giras por alguna ciudad, se tomaba media tarde para hablar con líderes locales. Uno a uno y durante 20 minutos por persona recibía a un rector, algún presidente de ganaderos, un director de periódico local (era mi caso en Guadalajara), un intelectual destacado, etc. Durante la conversación a solas, sin secretarios o funcionarios presentes, Zedillo exhortaba a su interlocutor a externar su opinión sobre el gobierno federal y el estado de cosas en la entidad. Supongo que muchos elogiarían al presidente, pero me consta que algunos aprovechábamos la ocasión para expresar críticas y diferencias de criterio. Luego de la primera sesión, en la que fui particularmente severo con algunas de sus decisiones, asumí que nunca más sería invitado a otro ejercicio similar. Para mi sorpresa tuve otras 2 "encerronas" con el presidente giras posteriores.

Supongo que si Zedillo hizo esto a lo largo de todo el país su visión de la realidad debió ser mucho más rica y compleja que los descafeinados y pasteurizados reportes que le ofrecían sus subordinados.

Hace una semana Calderón aseguró en Washington que la providencia había colocado a la "gente acertada en el momento adecuado", refiriéndose a su cruzada personal en contra del narco. Nunca fue fácil dialogar con el presidente, mucho menos ahora que recurre a explicaciones de origen celestial, para justificar sus actos. No hay manera de cuestionar y mucho menos de modificar su estrategia contra el crimen organizado si, como él dice, es resultado de la volunta divina. Mala cosa cuando la desinformación y el fundamentalismo terminan generando un universo paralelo. La Disneylandia de Fox me resultaba más inofensiva y frívola que ésta extraña Calderolandia en la que se está deslizando el presidente.

Jorge Zepeda Patterson
(v.pág.2-B del periódico El Informador del 29 de abril de 2012).


El escritor Germán Dehesa, en uno de sus cameos en la película Cilantro y Perejil, lanzó como gran afirmación que los mexicanos tenemos el síndrome de Marga López: una cierta vocación sufridora que nos condiciona como pueblo a buscar y recibir altas dosis de decepción y frustración; como que necesitamos dolor, drama y pataleo para poder sentirnos completos. Muchos años antes, en su viaje por India y en una entrevista que concedió a una cadena televisiva europea, el también escritor Carlos Fuentes caracterizó al mexicano como un ser extraordinario, acostumbrado a sobrevivir aún en los escenarios, que desde la óptica del extranjero, se podrían considerar como imposibles.

El rostro que proyecta una profunda tristeza, con los ojos de borrego a medio morir de la actriz de la llamada época de oro del cine nacional es justo lo que el finado Dehesa quería compartir como su prototipo del ser mexicano. Habría que sumar esa predisposición genética a la mera sobrevivencia que refería Fuentes -esa resignación ante escenarios adversos, a darle buena cara al mal tiempo, a recomponer nuestra propia existencia para "ajustarla" a las desgracias-, y bien se podría explicar el actual orden de las cosas en el país.

Todo esto por la pregunta que más de 3 lanzan después de analizar el perfil, trayectoria y herramientas personales de los candidatos a la Presidencia, ¿otra vez apostar por el que consideremos que le puede hacer menos daño al país?

Y entonces habría que buscar la respuesta anclados en una premisa que es realmente simple: una sociedad desorganizada que asume las arbitrariedades, excesos, falta de transparencia y menor vocación a la rendición puntual y clara de cuentas por parte de sus gobernantes, como algo natural, "lo de siempre" y con un lacónico "todos son lo mismo", pues está condenada sufrir una y otra vez esa alta dosis del "flagelo de la amarga realidad" que pareciera, por su propia apatía, estar buscando.

Pero al margen de la anécdota y por supuesto, a años luz de la moralina, el detalle de fondo es que cualquier actor político, sin importar su nivel, puede dibujar el escenario que políticamente mejor le convenga, porque sabe perfectamente que no tendrá mayor consecuencia. La pobreza, la marginación, los grandes rezagos y problemas que afectan a la ciudadanía son utilizados sin mayor pudor como recursos retóricos, especialmente en campaña, ya que no les reporta ningún riesgo, no obstante que implica un profundo desprecio por la ciudadanía.

Es la vocación sufridora, un pueblo acostumbrado a sobrevivir, sin mayores elementos de cohesión y menos aún herramientas sólidas y prácticas para la movilización que permita oponer, en términos democráticos, resistencia ante el yerro y/o la omisión de la clase gobernante, lo que los vacuna en todos sus excesos.

Una frase del escritor español Enrique Jardiel Poncela: "El que no se atreve a ser inteligente, se hace político". Hoy, a los mexicanos no nos debería parecer tan gracioso, ya que finalmente somos corresponsables, por acción u omisión, de la clase de gobernantes y candidatos que tenemos.

Sí, el síndrome de Marga López a todo lo que da.

Alejandro Irigoyen Ponce
(v.pág.7-A del periódico El Informador del 5 de mayo de 2012).


Jorge Castañeda Gutman, ex canciller en el periodo presidencial de Vicente Fox y académico de la Universidad de Nueva York, es uno de los personajes públicos que más han insistido en profundizar acerca de la aversión que sienten los mexicanos por la discusión o el debate. Para los mexicanos, el debate significa automáticamente ruptura, escenarios de irremediable distanciamiento, y más parálisis que acuerdos. El debate no sólo no es valorado en sí mismo, sino que incluso luce como un obstáculo para lograr consenso; cada palabra de enfrentamiento en un debate es simplemente un paso atrás en la posibilidad de alcanzar un arreglo adecuado para todos. Esta realidad no sólo golpea a la arena política, sino que cultural y socialmente se vuelve una condición de relacionamiento. No es extraño que una discusión en una fiesta suponga la aparición del "aguafiestas", el que arruina la diversión con sus argumentos fuera de lugar. La diversión tendría que suponer consenso automático, la división es harina de otro costal. En el mercado laboral, una discusión entre empleados implica que se ha arruinado el ambiente de trabajo, que la relación se ha desgastado. Ni siquiera en la familia el debate es bien visto. "No discutas mientras comemos", "ya empezaste otra vez" o "siempre es lo mismo, todo es una discusión contigo", son frases que se repiten ante las intromisiones discursivas de algún irreverente debatiente familiar.

Sin embargo, a pesar de lo que muchos quisieran creer, esto no significa una inevitabilidad social o una herencia cultural inapelable. El desarrollo democrático y la consolidación de las fuerzas políticas son fundamentales para entender la debilidad de una cultura del debate. Ralf Dahrendorf, conocido filósofo y sociólogo inglés, con claras posiciones liberales y que fungió como director de la prestigiosa London School of Economics, identifica que la permeabilidad de los argumentos y la valoración del debate público, son construcciones lentas que pueden ser impulsadas por innovaciones institucionales. Así, las democracias más consolidadas, aunque no en el mismo nivel, han abrazado una cultura de la discusión permanente, donde el enfrentamiento y el intercambio de ideas suelen ser los elementos definitorios para encontrar senderos compartidos y políticas públicas legítimas.

Enrique Toussaint
(v.pág.5-B del periódico El Informador del 6 de mayo de 2012).


Este círculo vicioso de que los mexicanos no pagamos impuestos porque los políticos son corruptos y no podemos hacer nada porque el gasto público no alcanza tenemos que romperlo en algún momento.

Diego Petersen Farah
(v.pág.1-B del periódico El Informador del 7 de mayo de 2012).

[El webmaster siempre insistirá en que se empiece por los menos, o sea los políticos, y luego se les pida a los más. Aumenten o no los impuestos, es imperativo meter en cintura (y muchos a la cárcel) a los políticos.]


Me encanta la versatilidad con la que los mexicanos retozamos con la palabra, y hacemos verdaderos malabarismos para expresar, muchas cosas, con la misma expresión.

Cuando estamos hartos de algo y hemos llegado al fin de la tolerancia, estamos hasta la madre. Pero si nos parece grandioso lo que nos sucede, está a toda madre. Y si nos agarran con las manos en la masa, ya valió madres.

Con la madre, hacemos y desaseemos cuanta cosa se nos ocurre, así si alguien nos falla y se comporta como mal amigo "tiene poca madre". Y si algo se descompone y se estampa, "se dió en la madre". En cambio si salió increíble el proyecto, soltamos una exclamación de: ¡no tiene madre! Está increíble y si alguien del equipo se equivoca, entonces decimos con otro tono ¡ya le diste en la madre!

Si luchamos por algo, nos motivamos diciendo "hay que ponerlo todo, hasta darnos en la madre", pero si estamos huyendo de algo, "nos vamos a dar en la madre".

Y que tal cuando alguien ya nos hartó y decimos en forma explosiva: "ya me tienes hasta la madre", cuidado porque lo peor está por venir. Es cuestión de matices y de un uso preciso y puntual en cada situación.

Hay quien se da de madrazos y quien no tiene las agallas para darse en "la madre con alguien".

Por supuesto que los sobre protegidos están apegados a las faldas de su mamita, entonces tienen demasiada madre, y los que viven sin importarles nada, todo "les vale madres".

No podemos dejar de señalar que la peor ofensa, es decirle a alguien que "vaya y... a su madre". Y que si te crees mucho, te vamos a partir la madre.

La madre va y viene en muchos momentos de nuestra vida. La queremos, la amamos, la protegemos y buscamos su cariño y abrazos. Es que tenemos mucha madre. Como también mandamos a la fregada y a la madre, con mucha facilidad.

Que cada quien se acomode con su madrecita o su madrezota, porque igual una religiosa es una madrecita, o una carcacha vieja es tu madrezota, y mas vale que la quites.

Espero que esta reflexión te guste y esté de requete poca madre.

Y si no ¡en la madre! Ya la regué.

Guillermo Dellamary
(v.pág.7-B del periódico El Informador del 13 de mayo de 2012).


Quisiera iniciar el comentario de esta columna, con una reflexión sobre la arenga o sermón, que hiciera hace pocos días Bruno Ferrari, donde afirma que... México está mejor que nunca... en economía... desde el punto de vista del secretario de Felipe.

Creo que habrá que preguntarle a los mexicanos, de todas las clases sociales, si esto es una realidad para su vida cotidiana, o parecería ser virtual...

Sabemos que las reservas del Banco de México se encuentran a niveles históricos, más de 150,000 millones de dólares, que la inversión extranjera se encuentra a niveles aceptables... pero Felipe y su equipo saben que esto no ha sido suficiente y que el país no está bien.

El día de hoy los medios de comunicación presentan el análisis de la OCDE, en la que señala que el desempleo en México es de sólo 5.1% de la población activa. Esas cifras para México ¿son mucho o son poco?... ejemplifica totalmente la realidad o hay variables que se ocultan.

Los mexicanos se preguntarían como si tenemos tantas reservas y tanta inversión extranjera y algunas otras variables exitosísimas (Ferrari), por qué entonces nuestro país sólo crece a 3% anual, no hay suficientes empleos y los que se generan están muy mal pagados, el subempleo y autoempleo sigue creciendo, nuestros trabajadores en el futuro no tendrán pensiones ni jubilaciones en su mayoría, la pobreza crece, hay más pobres... pobres... y menos ricos... pero eso sí... muy ricos, la repartición de la riqueza del país es muy desigual e injusta, el poder adquisitivo de la mayoría sigue en picada... Se está provocando una herida social muy profunda, que puede aumentar el descontento de la población e incrementar las expresiones de violencia que hoy nos dicen que sólo son producida por el combate al crimen organizado y el ajuste de cuentas entres ellos... ¿será toda la verdad?... o hay cosas que se ocultan.

Continuar festejando que la macroeconomía está muy bien, que todos los mexicanos... "viven mejor" se nos hace que es un acto muy reprobable e irresponsable... bueno... quizás quieran ayudar a su candidata.

Es fácil predecir que "pese a quien le pese", el peso de la historia, le cobrará una factura grande al intento de gobierno de Felipe y sus amigos.

Lucio G.Lastra Escudero
(v.pág.10-A del periódico El Informador del 16 de mayo de 2012).


Una joven venezolana traída a México por una red de tratantes de Monterrey logró escapar de sus explotadores. Cuando se le ofreció pedir ayuda a Interpol, dada la protección que los tratantes tenían del ex gobernador de Nuevo León, la joven no aceptó. Narró frente a la Ministerio Público de SIEDO cómo durante la convención de Interpol llevada a cabo en Cancún (en la que el tema principal era el combate transfronterizo a la trata de personas) ella fue llevada por su tratante con un grupo de jóvenes a un hotel 5 estrellas de Cancún para una fiesta privada con los directivos de la Interpol de diversos países.

Lydia Cacho
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 21 de mayo de 2012).


La democracia nos ha enseñado a los mexicanos muchas cosas, pero no una esencial a ella: la aceptabilidad de la derrota.

La expresión es de Felipe González, el ex presidente español. La aceptabilidad de la derrota quiere decir que quienes contienden se resignan deportivamente a ella porque saben que han perdido en buena ley, en condiciones aceptables y aceptadas de competencia.

No es un elogio a la resignación por el veredicto, venga como venga, bajo circunstancias dignas o indignas de una democracia. La derrota es aceptable porque las reglas de competencia y las instituciones involucradas en ella lo son.

La escena canónica de la aceptabilidad de la derrota en la vida democrática es la que solemos ver en contiendas de democracias maduras, como la reciente elección presidencial francesa.

Consiste, muy sencilla y dramáticamente, en que el perdedor sale a los medios, normalmente frente a sus partidarios, admite públicamente que ha perdido y felicita al ganador.

Es una escena que transmite un valor intangible que no puede contarse con los votos: el valor de la legitimidad. Solo puede legitimar realmente la victoria del otro, el rival que la admite.

Esta es la escena que no hemos visto cabalmente en ninguna gran elección democrática de México. Me refiero a las sucedidas después de 1997.

Hemos visto una y otra vez a perdedores retobones que alcanzan a decir, en el más generoso de los escenarios: "Las tendencias electorales no me favorecen". Con lo que los escuchas debemos entender: "Perdí".

Y hemos visto al perdedor que sale denunciando que le hicieron fraude y convocando a sus seguidores a negar la legitimidad de su derrota.

Si algo no puede reprocharse a las distintas legislaciones electorales de México que construyeron paso a paso nuestra vida democrática, es haber sido excluyentes.

Las instituciones que hay en la materia y las leyes que las rigen han sido acordadas por todos los competidores, sin excepción de ninguno.

Pero se ha vuelto una escena común oír a los candidatos quejarse de las condiciones de competencia que sus mismos partidos pactaron, y repelar de las reglas que ellos mismos han aceptado al volverse candidatos.

¿Qué construyen con esas quejas? Construyen la posibilidad de protestar su derrota, reservándose la aceptación del veredicto solo para el caso de su victoria.

Es el viejo virus de la inaceptabilidad de la derrota que vuelve a circular entre nosotros como si nada hubiéramos logrado en estos años de construcción democrática.

Héctor Aguilar Camín
(v.pág.4 del periódico Milenio Jalisco del 25 de mayo de 2012).


Hoy, el movimiento estudiantil ha resurgido en el menos esperado de los sitios: una universidad privada cuyos alumnos, primeramente, expresaron un fuerte rechazo a Enrique Peña durante una visita suya al campus. Luego, para eludir la acusación de que fueron manipulados por terceros,131 jóvenes se identificaron plenamente como estudiantes de la Universidad Iberoamericana y, a partir de ese momento, se creó la plataforma "YoSoy132", un movimiento al que se han estado sumando espontáneamente muchos otros estudiantes.

Más allá de las posibles exigencias y las obligadas expresiones de inconformidad, me llama mucho la atención que buena parte del movimiento esté integrado por estudiantes de unas universidades privadas cuyas demandas, siendo ellos parte del segmento más privilegiado de la población (estamos hablando de que las colegiaturas pueden alcanzar unos 70,000 pesos por semestre), no necesariamente se derivan, como señalan algunos comentaristas al hablar de los jóvenes, de la falta de oportunidades y de las durezas del mercado laboral.

Pero, ¿qué piden? Pues, por lo pronto, "un proceso electoral transparente y claro", que "el voto sea consciente e informado" y la "democratización de los medios de comunicación". Tres cosas muy concretas.

Pues bien, es ahí donde a mí me entran algunas dudas. En lo que se refiere a las votaciones, ¿en qué momento ha dejado de ser trasparente el proceso y qué reservas podemos tener respecto a la actuación del IFE, la presencia de observadores de todos los partidos y el hecho de que las elecciones las organicemos nosotros, los ciudadanos? Y, en lo que toca a lo "consciente" que pueda ser el acto de acudir primeramente a votar, algo que en modo alguno es tan evidente en un país con altos índices de abstencionismo, y, luego, expresar preferencias por un candidato particular ¿de qué manera puede influir un movimiento estudiantil para que los votantes sean, por así decirlo, más responsables, más maduros, más instruidos y, supongo yo, menos manipulables? ¿Está en sus manos la formación cívica de los ciudadanos de este país y esto, al vapor, antes del 1º de julio?

Es el tercer punto, sin embargo, el que parece más complicado. Creo, eso sí, que hay que abrir el mercado para que participen más cadenas de televisión. Pero, luego de haber sobrellevado, en mis tiempos, la asfixiante realidad de una televisora -la única que había, además- declaradamente oficialista, no estoy de acuerdo en que Televisa esté, hoy día, al servicio del "sistema". Y si su candidato es Peña, pues entonces estaría desafiando abiertamente a Calderón, cosa inimaginable en aquellas épocas, las de la llamada "dictadura perfecta".

En lo que se refiere a la prensa escrita y radiofónica, debemos reconocer que no puede existir mayor pluralidad. ¿Han escuchado el programa El Weso, trasmitido, precisamente, en una estación en la que participa Televisa? ¿Han leído las columnas de Epigmenio Ibarra, de Rosario Robles y de Pablo Gómez en este diario? El periódico Reforma, ¿no sacado a la luz las trapacerías de politicastros de uno y otro bando? Y, en todo caso, la tal "democratización", ¿implicaría que La Jornada debiera publicar, obligatoriamente, las columnas, digamos, de Luis Pazos?

Lo más llamativo, con todo, es que el movimiento se deriva de un acto de intolerancia. Peña pudo expresarse, es cierto, en la Ibero. Pero si las cosas no hubieran pasado de ahí, nadie hablaría ahora del episodio. Ocurrió, sin embargo, que a la salida le gritaron "asesino" y "cobarde". "Fuera", vociferaban. Ésa fue la noticia y ése fue el suceso. Y algunas de las posteriores manifestaciones callejeras han sido de declarado repudio a su figura. De nuevo, un par de preguntas, más allá de que 131 estudiantes que se encontraban ahí se hayan identificado abierta y voluntariamente: ¿no debe participar el candidato del PRI en la contienda? ("¡Asesino, asesino!"). O, inclusive, ¿debe desaparecer el PRI? ("¡Fuera, fuera!"). En todo caso, con manifestaciones o sin ellas, los ciudadanos vamos a votar el 1º de julio. Y, con perdón, habrá un ganador. A alguna gente le gustará. Y a algunos otros, no. Tan sencillo como eso.

Román Revueltas Retes
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 26 de mayo de 2012).


Así como los fanáticos de un equipo de futbol responsabilizan de su derrota siempre al árbitro y nunca a su equipo, los mexicanos se niegan a aceptar que el resto de la población pueda pensar distinto a ellos o a su círculo más cercano.

No es ésta la primera vez que los políticos mexicanos se niegan a aceptar las encuestas. Durante mucho tiempo estos ejercicios estuvieron prohibidos o limitados. Representaban un reto contra un partido único que, cuando no ganaba elecciones, las arrebataba. Lograr que se generalizara una cultura de las encuestas, que se levantaran las prohibiciones y prejuicios, fue una tarea muy larga y difícil en la que tuvo un papel preponderante Federico Reyes Heroles con su trabajo en la revista Este País y su libro Sondear a México. Lo curioso es que el rechazo que antes provenía de los priistas más conservadores hoy lo muestran jóvenes que se dicen progresistas.

Sergio Sarmiento
(v.periódico El Siglo de Durango del 31 de mayo de 2012).


Una era donde las desigualdades son y la esperanza se aleja. Carlos Fuentes lo definió de manera excelente: la lucha, hasta nuestros días, es entre colonizadores y colonizados, porque el colonialismo más fuerte es el que algunos mexicanos ejercen sobre y contra millones de mexicanos...

Porque hoy que ha muerto, sus palabras resuenan más vivas que nunca: "A pesar de la destrucción, nos sentimos vivos, seguimos siempre; hemos aprendido a sobrevivir, pero hay un precio que pagar para sobrevivir...". Y los mexicanos lo estamos pagando.

Lo pagamos con la suave voz de los mexicanos, "voz baja, dulce, dejo indígena, dicen algunos; voz de esclavo, digo yo, voz del hombre sometido que debió aprender la lengua de los amos y a dirigirse a ellos con filigranas de respeto y rezos, circunloquios que no dicen nada, diminutivos para señalarlo todo, pero cuando el señor, cuando el dueño da la espalda, los mexicanos atizan con el filoso cuchillo del albur y, al final, con el alarido de la mentada".

Lo pagamos hoy, cuando las propuestas de los candidatos faltan y los ataques sobran, pantano que deja al ciudadano entre el abstencionismo, la anulación del voto o elegir a la suerte porque no está convencido.

Lo pagamos con ese conformismo que no demanda, porque en la colonización continuada, para salvar la vida nos fue quitada la voz que exige, hoy: no más violencia, no más inseguridad, no más desempleo ni empobrecimiento. Porque los mexicanos queremos desarrollo, merecemos desarrollo, ese que desde fuera, en la instrumentación de políticas para los pocos y con la soterrada complicidad de los de dentro, se nos ha arrebatado, también en este sexenio.

Para decirlo con palabras de Fuentes: lo que quedará será "el envilecimiento de colonizadores y colonizados, diseños contrapuestos; al final: ambos vencidos".

Lourdes Bueno, investigadora de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 9 de junio de 2012).


Casi todos los presidentes mexicanos se vuelven loquitos al 4o.año de gobierno.

Y es lógico: 4 años detentando el poder absoluto, encerrado en un mundo virtual, recibiendo diariamente alabanzas y platicando con puros políticos (vislumbren el nivel intelectual), hace que cualquiera se crea inteligente, inmortal, guapo, infalible y el mejor orador ateniense.

Alberto Martínez Vara
(v.pág.6 del periódico Mural del 14 de junio de 2012).


Madre se llama el libro de Liza Bakewell, una lingüista y antropóloga de la Universidad de Brown, que ha puesto toda su curiosidad y su imaginación en interrogar el laberinto de significados mexicanos de la palabra madre.

El título completo del libro es Madre: Perilous Journeys with a Spanish Noun (Madre: Viajes riesgosos con un sustantivo español).

Dice Liza Bakewell que durante su estancia en México la asaltó el enigma de una barda que decía: "A toda madre o un desmadre". Tratando de descifrar el significado de esa yuxtaposición acabó escribiendo el libro, a la vez una memoria y una averiguación lingüística y psicológica, una antropología y una reflexión de género y costumbres.

Las 5 letras de la palabra, dice Bakewell, acabaron siendo para ella como "una célula en el microscopio", una célula mínima pero con "más actividad de lo que hubiera pensado o hubiera tenido nunca bajo mis ojos".

Bakewell ha visto en esta palabra algo que los mexicanos solo usamos, o que nos usa, y que tenemos tan cerca que no podemos ver.

Hay algo de aleph, de universo comprimido, en la mezcla de sentidos, ofensas y consagraciones que puede disparar esta palabra, un misterio de uso diario, capaz de reunir en cinco letras el cielo y el infierno, la veneración y el insulto, la virgen y la puta, la adhesión sin condiciones y el insulto mortal. Lo más sagrado y lo más deleznable.

No he leído el libro, pero no puedo sino presentir que alude a uno de los cuartos oscuros, tan enigmático como cotidiano, del desmadre fundacional mexicano.

Lo traducirán pronto, supongo, y podremos ponerlo también al microscopio, cotejar sus ingenuidades con las nuestras. Algunos pensarán que el libro es una madre, otros que está a toda madre; unos que vale madre, otros que no tiene madre.

Yo he recordado la anécdota de Renato Leduc según la cual en medio de un discurso en un teatro alguien le gritó al político que hablaba "chinga a tu madre". El político respondió: "Yo tengo 2 madres. Una que pueden insultar los pelafustanes. Otra, intocable, que tengo en un nicho".

"¡Pues chinga a la del nicho!"

Héctor Aguilar Camín
(v.pág.4 del periódico Milenio Jalisco del 15 de junio de 2012).


Los mexicanos tenemos una cultura muy extraña y muy contradictoria. Somos, creo yo, un pueblo de comerciantes. Miren ustedes, para mayores señas, cómo han sido invadidas las calles de nuestras ciudades y cómo hemos privatizado unos espacios públicos que ahora están en poder de los llamados mercaderes ambulantes. Al mismo tiempo, tenemos una declarada aversión al individuo emprendedor y la riqueza (la ganancia) que haya podido atesorar siempre estará bajo sospecha. Pero, a la vez, el ideal de mucha gente es llegar a colocarse en un cargo gubernamental -es decir, conseguir una plaza en la burocracia- y, ahí, disponer, entre otras cosas, de la facultad de heredarle dicha plaza a un familiar en lo que viene siendo el más escandaloso acto de privatización del patrimonio común de los ciudadanos, a saber, la apropiación de un puesto que deja así de pertenecerle al estado mexicano y se convierte en la posesión personalísima de un individuo particular. Y esto, mientras los políticos nos recetan un discurso exaltando lo público y defendiendo lo estatal: ¿no nos dicen que el petróleo, explotado y administrado por Pemex, es "patrimonio de todos los mexicanos"? ¿Y no defienden también una tal "rectoría" del Estado?

Nuestras contradicciones son colosales: en las ciudades del mundo desarrollado, el transporte público -que nunca es rentable- está administrado por las autoridades municipales. Pues bien, aquí vivimos bajo la dictadura del microbús todopoderoso, conducido por el troglodita de turno, en un esquema tan privado como ineficiente y peligroso para los usuarios. Y en todas las localidades de la república circulan buses humeantes, ruidosos y desvencijados operados por corporaciones cuyos dueños, por lo visto, son absolutamente intocables porque ninguna autoridad les pide cuentas ni se atreve a quitarles la concesión para, ahí sí, estatizar un servicio público. Por fin ¿somos estatistas de corazón (feroces defensores de Pemex) o promotores descarados de la iniciativa privada (valedores de las mafias y los monopolios particulares)?

Mientras Obama se preocupa grandemente de no ser reelegido si es que sigue subiendo el galón de gasolina en su país. El hombre más poderoso del planeta no puede controlar en lo absoluto los mercados energéticos pero, miren ustedes, aquí Obrador nos promete, desde ya, las rebajas.

En esto, curiosamente, no opera el principio de la "ganancia" sino el de una pérdida colectiva que pareciera no quitarnos el sueño aunque la plata salga de nuestros bolsillos de contribuyentes. Tampoco nos inquieta demasiado el secuestro de lo público por los antedichos grupos corporativos y unas mafias (otras) de las que Obrador nunca ha siquiera hablado. Por lo que parece, esas ganancias, tan particulares como las de cualquier mercader, no le preocupan. Su cruzada es otra: la complacencia de los ciudadanos a punta de ofrecimientos populistas con cargo al erario, la denostación de la "ganancia mala" (la de los "ricos y los poderosos", desde luego) y la permanente denuncia, deliberadamente selectiva, de ciertos "grupos" a los que nunca menciona por nombre y apellido. Hay que reconocer, eso sí, que el hombre conecta muy bien con nuestra contradictoria y confusa naturaleza.

Román Revueltas Retes
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 17 de junio de 2012).


¿Realmente a los mexicanos nos interesa tener un "cambio"? Según la OCDE, México se encuentra entre los países más felices del mundo, al ocupar el lugar número 23 de 143 países encuestados en 2012. Se me hace que eso del "cambio" es una necedad de los que representamos a una minoría de inconformes ilusos y cursis.

Tan sólo observen cómo las mayorías aplauden las propuestas de los candidatos que ofrecen programas de dádivas y limosnas institucionales, y rechazan las que proponen crear fuentes de trabajo y progreso.

La realidad es que existimos 2 bandos en pugna eterna. Por un lado, una gran mayoría feliz que vive al estilo "Pepe el Toro"; en una vecindad, en la mugre, en la economía informal y que se rige por la ley de los cholos. Y por otro lado una minoría amargada y cursi, que queremos vivir en un estado de derecho, en una calle limpiecita, arbolada...

Obviamente la minoría cursi estamos equivocados, porque los mexicanos no "tienen que" vivir en una vecindad descarapelada y mugrosa, sino que "ya se hallaron" a vivir así y no les interesa cambiar. Muestra de ello son las zonas chicanas en EU, donde nuestros paisanos sí tienen trabajo y ganan muy buen dinero, pero no se contagian de la limpieza y el orden de los americanos; sino que siguen viviendo hacinados en vecindades despintadas, calles cochinas y con la ley salvatrucha.

Y aunque nuestras leyes promulgan el orden, el trabajo legal y la limpieza, nadie las pela y la autoridad no las hace respetar. Pero todos viven felices. Tons son las leyes las que están mal; están al revés. Las leyes deben reflejar la idiosincrasia de cada pueblo. Aquí no operan esas vaciladas como el Código Hammurabi, el Derecho Romano o el Napoleónico, aquí necesitamos leyes flojitas y cooperadoras, una Constitución Chafamex.

Lo lógico es cambiar las leyes para oficializar nuestro modus vivendi. Entonces, quien sea presidente debe lanzar una iniciativa de ley que proponga los siguientes cambios:

Oficialmente las banquetas serán tiraderos y propiedad de puesteros y franeleros; los ríos se utilizarán como desagüe; sólo se permitirá pintar casas con grafitti; todos trabajaremos en la economía informal y sólo los empleados pagarán impuestos. Por ley, todo deberá ser más caro: intereses, impuestos, gasolina, luz, transportes, carreteras, estacionamientos, celulares e internet de banda... delgadita. El pavimento será soluble al agua; habrá mínimo 2 topes por cuadra; las ciudades no deben tener árboles ni bosques; la Facultad de Ciencias Políticas otorgará becas a los hijos de las "prostis" para que nuestros gobernantes sean universitarios; los líderes sindicales tendrán derecho de pernada sobre cualquier mujer que pretenda trabajar; el duopolio televisivo nos educará y nos dirá por quién votar; se legalizarán el narcotráfico, el secuestro, la violación, el robo, el asesinato y la piratería; la CNDH garantizará la impunidad; los jueces cobrarán por sus sentencias; los diputados sólo asistirán a la cámara los días de cobro; todos los políticos serán plurinominales y tendrán fuero; los directivos del IFE deberán ser puros tarados, y nunca, nunca, valdrá el voto nulo.

Esto no es tan absurdo, exactamente así vivimos hoy. Y según la OCDE somos muuuy felices.

La gran mayoría tiene toda la razón, los equivocados somos los poquitos amargados cursis.

Alberto Martínez Vara
(v.pág.10 del periódico Mural del 21 de junio de 2012).


La educación en México es deficiente de manera deliberada, para mantener a mucha gente sometida y manipulada.

Laura Castro Golarte
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 30 de junio de 2012).


Resulta explicable que a los gozosos de becas en el órgano regulador de elecciones les valga gorro la situación económica del infelizaje, ya que ellos están más que calientitos con el billete que reciben (no suponga usted que tengo envidia de lo que reciben, tenga la certeza de que la tengo) pero impedir la bebida hace que los tequileros no vendan 5 millones de botellas de tequila en el festejo y eso sin contar a los restauranteros y lo más grave es que acaba con el ánimo festivo.

Pero no es todo, por si fuera poco, es uno de los ataques más arteros en contra del turismo -la gran esperanza de ingresos para nuestra patria- imagine usted a un turista alemán que despierta en Puerto Vallarta el domingo queriendo ver en la tele la final de la copa de Eurocopa, prepara sus botanas y llega a cualquier lugar "exigiendo su tequila y pidiendo su canción" y le anuncia el mesero que hay ley seca, dudo que en el mundo pueda explicarse el nivel de subdesarrollo que vivimos.

Carlos Enrigue
(v.pág.10-B del periódico El Informador del 1o.de julio de 2012).


Al igual que con la prueba ENLACE, ahora el examen para la Evaluación Universal -que se aplicará mañana a todos los maestros del país- se vende a través de Internet.

En el portal de Mercado Libre, Grupo REFORMA pudo adquirir la presunta prueba, que incluye 6 archivos diferentes, 5 relacionados con las preguntas por tema de la evaluación y uno que contiene la hoja con las respuestas.

Tras realizarse el pago se recibieron los 6 archivos desde el correo electrónico.

Al respecto, el secretario de Educación Pública, José Ángel Córdova, aseguró ayer que la filtración de los exámenes no pone en riesgo los propósitos del programa.

"Hay algunas muestras que no son reales de los exámenes que se pudieron haber aplicado en otras ocasiones. Lo mismo pasó en la evaluación para la carrera magisterial, y éstas son prácticas que existen en todos los medios, desde la secundaria y la prepa".

(V.primera plana del periódico Mural del 5 de julio de 2012).


Se dice que el PRI, vía CTM, coaccionó a votantes con tarjetas "prepagadas" de Soriana.

Esa empresa firmó hace 2 años un convenio con la central obrera, pero para tarjetas de descuento (no se venden) en consultas y productos de farmacia, en las que se acumulan puntos para comprar otras mercancías.

Ah, ¿sí?, pues ¡chíngale!: los delegados lopezobradoristas en el DF ordenaron inspeccionar las tiendas de Soriana y dos de Iztapalapa (emblemático caso Juanito) fueron clausuradas ipso facto.

Más allá de la sucia represalia política o del riesgo de pérdida de modestos empleos contra una firma comercial, dese por cierto que Soriana hizo el gran negocio con el PRI.

Y qué: ¿clausurarán también las plantas de Coca Cola o los changarros de donde salieron refrescos, tortas y tacos para las decenas de miles de acarreados a los mítines de ¡todos! los partidos?

¿No acaso con el regalo de un simple lápiz o llavero con propaganda electoral se quiere ¡siempre! coaccionar o motivar el voto?

¿Cierre a las impresoras de propaganda electoral o fábricas de gorras, playeras, termos y silbatos...?

Carlos Marín
(v.primera plana del periódico Milenio Jalisco del 6 de julio de 2012).


Todavía no se ven salidas al futuro entre las invocaciones al pasado que agobian el debate público: el pasado del PAN que no termina de irse, el pasado que todavía se teme con el regreso del PRI, y el pasado que ya nos alcanzó otra vez, del desconocimiento por AMLO del veredicto electoral. ¡Uf!

José Carreño Carlón
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 11 de julio de 2012).


Imagine usted que logramos incrementar en pocos años el porcentaje de electricidad generada con gas natural, entonces sí podría ser realidad la reducción de los precios para el comercio y la industria.

Pero hay otro uso del gas natural y de los líquidos que a veces salen con él. Resulta que es uno de los principales insumos de la industria petroquímica.

Si lográramos desarrollar una producción vasta o si tuviéramos una densa red de ductos que permitiera llevar el gas texano a muchas partes de la república, tendríamos quizás una de las bases para contar con una industria química de vanguardia y altamente competitiva.

Súmele usted a lo anterior que China -como le hemos platicado- está perdiendo competitividad en el mundo porque están subiendo sus costos y que tenemos junto a nosotros al mercado individual más grande del mundo, el potencial de crecimiento de México en industrias manufactureras es extraordinario.

El caso es que, como en otras ocasiones de nuestra historia, tenemos una ventana de oportunidad que quizá sea de algunos años, tal vez de una década. No más.

Si en ese lapso no despegamos, otra vez se nos va a acabar la pista. El asunto es que se requieren muchos cambios para convertir estos proyectos en realidad y falta ver si nuestra clase política, de todos los signos, tiene la capacidad para cambiar las cosas o, de nuevo, la oportunidad se va como el gas.

Enrique Quintana
(v.pág.2 de la sección "Negocios" del periódico Mural del 12 de julio de 2012).


Parafraseando a Manuel J.Clouthier, también suscribo: "En estos tiempos, amigos, o nos levantamos en armas, o nos levantamos más temprano". Y es que no tenemos otro camino. O pensamos positivo y seguimos trabajando, o seguiremos atrayendo cada vez más negativismo y pesimismo. Y el resultado será un país hundido en la miseria y en la violencia.

No podemos darnos el lujo de desmoralizarnos y bajar los brazos. La gente emprendedora de este país, tenemos que seguir trabajando y empujando a pesar de la inseguridad y la violencia que estamos padeciendo.

A pesar de todo, de lo difícil que resulta hacer proyectos de empresas, visualizar el futuro económico de nuestros negocios, de salir adelante con tanta ambigüedad política, seguiremos trabajando y nosotros sí apostándole a este hermoso país que todo lo tiene y que a veces, no nos merecemos los mexicanos.

Porque México sigue su marcha a pesar de todas las torpezas políticas y sociales que se cometen día a día.

Los que trabajamos, nos ganamos el pan con el sudor de nuestra frente, sin pedirle nada a nadie, ni limosnas ni apoyos, con la única esperanza de que con el fruto de nuestro trabajo, logremos nuestros más caro deseo: Vivir en un México donde se respire tranquilidad, confianza, honestidad, legalidad, seguridad y armonía en todos los sentidos.

Donde se respeten los derechos humanos. Trabajar y ganar dinero sin que esto represente un riesgo. Poder transitar y caminar por las calles sin el temor a ser secuestrados o asesinados. Que nuestros impuestos realmente tienen un uso decente. Confiar en nuestros gobernantes, saber que estamos en buenas manos.

Por eso, señores gobernantes, los que llegaron, con votos comprados o limpiamente, les pedimos de la manera más atenta: ¡ahora les toca trabajar para proteger a la población de la violencia, los secuestros, el narcotráfico, la impunidad y tantas asignaturas pendientes! Simplemente, hagan lo que tienen que hacer y si no pueden, váyanse y dejen el espacio a quien tenga vocación de servir.

En lo que nos toca, seguimos haciendo empresa. Le seguiremos apostamos a la alegría del trabajo, al positivismo, a la satisfacción que produce el trabajo bien elaborado, a la tenacidad, para seguir, a pesar de todo, trabajando a marchas forzadas en un país, en el que todos se confabulan para que siga estancado sexenios tras sexenios.

Los exhorto a adoptar una mentalidad positiva, franca y valiente para exigir a nuestros gobernantes que se pongan a trabajar y aniquilen a la corrupción y a la impunidad que están llevando a México a un caos y a un callejón sin salida.

Ignoremos a todos aquellos mexicanos traidores, que en lugar de hacer algo positivo por su país, se complacen en la ociosidad, en el maquiavelismo, en el cinismo y en la apatía.

Somos más los buenos. No lo olviden.

Trinidad Terrazas Gastélum
(v.pág.33 del periódico Milenio Jalisco del 13 de julio de 2012).


Yo tengo un puesto de tortas y vendo más o menos 10 diarias; si un día llega un fulano de tal y me dice: necesito que me tengas para el lunes que entra mil tortas listas, yo no le voy a preguntar a esa persona si es cristiana, protestante, si es del PAN o del PRI. A mí lo que me importa es que soy un comerciante, hago negocios y por lo tanto le vendo sin más miramientos las mil tortas. Eso es lo que más o menos sucedió con la organización Soriana. La guerra que se suscitó de este caso en particular se devino de unas elecciones cochinas, manipuladas y de una guerra sucia que encontró un nicho en las famosas tarjetas recargadas por el partido que, supuestamente, ganó las elecciones: el PRI y Peña Nieto, para desatar unos dimes y diretes que como todo, los que quedamos en medio de estos sucesos, ya no sabemos ni dónde está la bolita.

Las redes sociales tan de moda en esto del copypaste han desatado su furia sobre esta empresa promoviendo un boicot a no comprarles nada. Ya tan pronto se les olvidó que hace apenas unos meses la misma situación se desencadenó contra Wal-Mart por actos de corrupción también. No estoy defendiendo ni una ni la otra. Mi punto de vista es que en las redes ya no se sabe qué es real, qué es montaje y cuánta fantasía se desata en la imaginación de los que desde una computadora sentados cómodamente en su hogar, se sienten hoy los injuriados revolucionarios del cambio.

Yo no voté por Enrique Peña Nieto, y además creo también que hubo fraude y manipulación de las grandes masas que a falta de educación son movidos por unos cuantos pesos en forma de promesas. Pero igual lo hicieron los partidarios de AMLO. Todos tienen las manos y el cerebro manchado de poder.

Sí, somos un país que la hemos estado pasando muy mal económicamente y socialmente descalabrados de violencia. Lo único que no quiero en estos momentos es que un movimiento masivo entre nosotros mismos desate un odio que no merecemos y, que el movimiento de izquierda sabe que puede prender en cualquier momento, aunque López Obrador jure que será pacífico.

Carlos Corvera Gibsone
(v.pág.6-A del periódico El Informador del 15 de julio de 2012).


Es México un país de "melate".

Le apostamos a la suerte, y si no cae, pues hacemos que caiga.

Fue tan burdo y tan elemental el esquema de defraudación del Melate, que sería de risa loca si no hubiera implícito un fraude de decenas de millones de pesos.

En Pronósticos, la entidad pública que opera Melate, deben estar atentos a las demandas que habrá por lo menos para recuperar lo que la gente asignó para ese sorteo, una demanda que, por cierto, ya debiera estar encabezando la Profeco.

Pero le decía que existe una mentalidad entre nosotros que aspira a hacerse rico atinándole. La expresa aquella vieja canción de Chava Flores que dice así: "¿A qué le tiras cuando sueñas mexicano? ¿A hacerte rico en loterías con un millón? Mejor trabaja, ya levántate temprano, con sueños verdes sólo pierdes el camión".

Esas expresiones pueden aplicarse con exactitud a una parte de nuestra mentalidad. Le apostamos al Melate, a la Lotería y sobre todo a que nuestro cuate quede con el poder... de hacernos ricos o por lo menos sacarnos de pobres.

Hoy existen muchos contratistas, empresarios, funcionarios, sindicalistas y demás que tienen las veladoras prendidas para que, como decía otro clásico, no les den, sino simplemente los pongan donde hay.

Y no sólo porque llegue el PRI nuevamente a Los Pinos; sería parecido con cualquier otro partido que no estuviera en el poder. Acuérdese solamente de Bejarano y sus ligas, o de Ponce y sus apuestas.

Los que estaban viviendo en el error, perdón, fuera del presupuesto, van a querer corregir. Y los que ya están adentro van a pintarse de tricolores con tal de no quedarse afuera.

Los gobiernos panistas nos presumieron de la austeridad en el gasto corriente y en el hecho de que los altos funcionarios públicos no aumentaron sus sueldos por muchos años. Pero qué necesidad hay de aumentar esa parte pequeña de los ingresos, cuando se pueden conocer los números premiados en la rifa... y correr a comprarlos.

Lo ocurrido con Melate es una metáfora del estado de la corrupción que existe en el país. ¿Para qué hacer transa, si es posible que haya una licitación confeccionada a modo para que los demás queden afuera?

Enrique Peña Nieto sabe de qué pie cojean sus correligionarios, prominentemente su predecesor y padrino de primeros tiempos, Arturo Montiel. Por eso, entre las primeras cosas que ha planteado es la Comisión Nacional Anticorrupción.

Cuesta trabajo creer que va en serio. Por los antecedentes que hay es más fácil imaginar que se trata de una propuesta para tapar el ojo al macho.

Un antecedente es lo que ocurrió en el sexenio de Miguel de la Madrid. El gobierno de su predecesor fue una locura por la rapiña que hubo. Así que se creó la Secretaría de la Contraloría, que luego los gobiernos panistas rebautizaron como la Secretaría de la Función Pública. Lleva 30 años y nada cambia. Mejor dicho, cambia para peor.

Podemos cambiar leyes e instituciones, mientras la moral pública siga siendo la del País del Melate y sus arreglos para ganarse el premio, tendremos un lastre que no nos va a dejar avanzar.

Enrique Quintana
(v.pág.2 de la sección "Negocios" del periódico Mural del 19 de julio de 2012).


Verdaderamente tenemos en México una criatura mesiánica, un ser inexpugnable, pero eso sí, admirablemente persistente y con un gran poder de convocatoria en los que creyeron en él a pesar del cambio constante de discurso drástico y contradictorio, con una enorme y eficaz personalidad para fingir y actuar con innegables capacidades teatrales.

Recordemos hace unos meses como aspirante a la candidatura a la Presidencia, con su personalidad mesiánica, se decía el gran promotor y comprometido con el amor y paz para todos los mexicanos, para todas las familias. Declaró que no estaba en contra de las instituciones y días antes de la elección firmó y ratificó un documento, el Pacto de Civilidad junto con los otros candidatos, comprometiéndose a aceptar los resultados oficiales de las elecciones, pero cuando vio que el conteo marcaba que tenía más de 3 millones de votos menos que Peña Nieto, entonces pidió el conteo voto por voto; ya que se realizó contando todos los sufragios y checando todas las actas, sale con que Peña Nieto compró 5 millones de votos y al decir que se compraron 5 millones de votos degrada a 5 millones de mexicanos, los supuestos vendedores.

Ahora amenaza que si no anulan las elecciones habrá impunidad y se irán contra las autoridades sin importarle las consecuencias, evidentemente "rajándose" de sus anteriores declaraciones y firmas oficiales con su palabra.

Actualmente, diferentes personajes prestigiados creen que su actitud más que un peligro es un estorbo para que en México se consolide una izquierda seria y trascendente. El diario El País de España, conocido por su apoyo a la izquierda, lo ve como un obstáculo para su propio partido y las izquierdas en México.

También políticos serios, con prestigio, reconocidos y experimentados como Graco Ramírez al que tuve el gusto de conocer en Tuxtla y aprecio desde 1980, ahora gobernador electo por el PRD en Morelos, expresó su desacuerdo con esa actitud irresponsable nada republicana, sin importar la consolidación de la democracia en México y anunció que en la próxima reunión plenaria del PRD propondrá que se acepte la decisión de las autoridades y se respete a las instituciones.

Marcelo Ebrard, que hizo muy buen papel como gobernante de Ciudad de México, no lo dijo tan directo, pero anunció que cuando termine su gobierno empezará su actividad política enfocada con visión a lograr la Presidencia en 1918, ¿qué quiere decir eso?

Arturo Núñez, gobernador electo por el PRD en Tabasco, también expresó que habrá que aceptar la resolución oficial del Tribunal Electoral.

Pero la extraña criatura, que según él está en un comportamiento legal rechazando las elecciones, el viernes 20 anunció su Plan por la Democracia y Dignidad de México, un procedimiento bien estructurado, pero sin un fundamento probado que podría denominarse como un sofisma jurídico y agitador, aunque ratificó que siempre seguirá el camino de la legalidad, ¿cuántas veces ha dicho algo, se compromete y luego cambia radicalmente diciendo que defiende a México?

Ahora cita y exhorta al pueblo a asistir a unas mesas de información de pruebas en las plazas y lugares públicos, así que se podrían confundir con plantones y proclama que sus acciones se basan en 2 principios: "La Presidencia no se compra" y "México no tiene precio".

Amenaza de nuevo sutil, pero firme, al Tribunal Electoral diciendo que es parcial e ineficiente, en resumen manda un mensaje que si no anulan las elecciones algo pasará, jamás aceptará su derrota.

Pobre democracia en México, con la influencia de esta criatura mesiánica.

José Manuel Gómez Vázquez Aldana
(v.pág.6-A del periódico El Informador del 22 de julio de 2012).


Hay un grupo nutrido de personas que se alimentan de las redes sociales y vive en un México en el que hubo fraude electoral o por lo menos hubo una elección de chiquero donde se compraron votos con monederos y despensas. Un México roto e inaceptable donde el regreso del PRI es el desastre y el reinado de la corrupción y la impunidad.

Hay otro México en el que la elección fue purísima y de oro, la transparencia con la que se logró es impresionante, su costo bajo y su eficiencia y credibilidad absoluta. Ése es el mundo de los carísimos burócratas del IFE (ya de que se crean lo que dicen o que alguien se los crea, es otra historia).

Hay un México que está viendo el futbol, que cree que involucrarse en política es de mala educación, considera que los noticieros dicen lo que pasa y no interpretaciones de lo que pasa con toda clase de tendencias. Comen lo que les dan los medios tradicionales sin masticar y están contentos con la realidad en la que habitan.

Jorge Zul de la Cueva
(v.pág.5-B del periódico El Informador del 7 de agosto de 2012).


Los comicios tienen lugar el 1 de julio. Los cómputos distritales concluyeron el 8 de julio. Sin embargo, el Tribunal tiene hasta el 6 de septiembre, 68 días tras la elección, para determinar quién ganó.

En ese periodo, además, como cualquier fiscal competente sabe, no se van a resolver las impugnaciones que se han hecho, sobre todo por parte del Movimiento Progresista. Van a tardar varios meses más, en el mejor de los casos. De modo que estamos en el peor de los mundos. Ni se resolverán pronto las impugnaciones, ni tampoco se puede esperar la calificación a que éstas se encuentren resueltas.

Así que vamos a dejar pasar más de 2 meses de la elección antes de conocer oficialmente a quien ganó y luego vamos a tardar otros 85 días para que ocurra la toma de protesta y el arranque del nuevo gobierno.

Si estuviéramos en un mundo en el que todo marcha en cámara lenta, tal vez estos periodos serían irrelevantes y quizás hasta útiles. Sin embargo, estamos en un entorno en el que las condiciones cambian semana tras semana, y perder este tiempo es algo que vamos a lamentar.

Entre otras cosas, hay dudas y más dudas respecto a lo que podemos esperar del nuevo gobierno.

Sin embargo, como el triunfo de Peña aún no está legalmente validado, entonces no se puede declarar presidente electo.

Haciendo un recorrido por las instituciones que están involucradas en el día a día de la administración pública, resulta que no han tenido contactos formales con el equipo del candidato ganador.

Por ejemplo, si el Tribunal se toma todo el tiempo que la ley le da para calificar, entonces el resultado será que dependencias como Hacienda van a estar recibiendo quizás en la segunda quincena de septiembre a los integrantes del equipo de transición.

En años no electorales, para esas fechas, el presupuesto ya habría sido enviado al congreso. En años como éste ni siquiera estará hecho. En este contexto, se ve sumamente difícil que algunas reformas en materia económica puedan enviarse antes del arranque de la nueva administración, como en algún momento se pretendía.

Los tiempos se han estrechado. Quizá si el clima postelectoral hubiera sido otro, la calificación de la elección sería inminente o ya se hubiera realizado y, por lo tanto, el lapso efectivo para la transición sería mayor.

No fue así.

Por ejemplo, no se ve cómo se pueda proponer una reforma fiscal, que es condición para algunas otras de las propuestas, cocinándola apenas en unas cuantas semanas. A riesgo de equivocarme, en el mejor de los casos, se podrían poner a consideración del congreso propuestas para discutirse probablemente en el primer periodo de sesiones del 2013 y, por lo tanto, probablemente para operarse ¡hasta el 2014!

Antes de ese periodo quizá podrían cambiar algunas otras cosas, pero creo que temas tan esenciales como la modificación de reglas de impuestos y gastos públicos, los veríamos en acción hasta el segundo año del próximo gobierno.

Ojalá me equivoque, pero creo que ese va a ser el ritmo que seguiremos teniendo en México.

Enrique Quintana
(v.pág.2 de la sección "Negocios" del periódico Mural del 9 de agosto de 2012).


El sistema político mexicano es tan perverso que éste el único país que organiza las elecciones en verano, cuando la mitad está inundado y la otra mitad muerto de calor.

María de las Heras, encuestadora
(v.pág.1-B del periódico El Informador del 15 de agosto de 2012).


¡Híjole políticos! este triunfo olímpico de la selección de futbol es un síntoma peligrosísimo de que algo está cambiándoles la mente a los mexicanos. Y eso va directamente en detrimento de su poder omnipotente.

El hecho de que por primera vez, nuestros paisanos hayan podido trabajar en equipo, hayan vencido el miedo al triunfo colectivo, hayan borrado de sus mentes el complejo de tercermundistas y se crean mejores que cualquier equipo del mundo; implica que se van a tener que enfrentar a unos chavos que ya no se dejan mangonear.

Eso no les facilita a ustedes las cosas. Para poder seguir haciendo sus cochinadas necesitan la ignorancia y la sumisión del pueblo.

¡Aguas! Porque con ese tipo de actitudes atípicas de la raza de bronce y anti-revolucionarias, se les puede acabar la impunidad, se les puede acabar el vasallaje de toda la población y se les puede acabar... hasta el fuero.

Están permitiendo que esta bola de muchachitos irreverentes den el ejemplo, a toda la nación, de que preparándonos con disciplina, trabajando en equipo y aumentando la confianza en nosotros mismos, podemos ser los mejores. Por ende exigirles a ustedes que trabajen con honestidad y eficiencia. Y que si no hacen bien las cosas, podamos correrlos de su chamba y hasta meterlos a la cárcel.

¡Qué rayos les está pasando! ¿Ya ven? Por andar peleándose entre ustedes por sus ridículos partiditos, están dejando que los agachados se crean que pueden ser como los ciudadanos de los países desarrollados.

Yo les sugiero que sigan manteniendo al pueblo sin chambas, sin educación, en la insalubridad y en la miseria ¡pónganse abusados! Hay que seguir embruteciéndolos a través de la televisión, las tachas, el chupe y los fanatismos religiosos [y, curiosamente, del futbol mismo - el webmaster].

¡Que pues! ¿ya no tienen el apoyo desde los púlpitos y desde la caja idiotizante?

O qué ¿ya no tienen el apoyo de La Maestra para que los niños sigan en la bruta, estudiando cosas que no les sirven para nada? Y que onda con los sindicatos, ¿los agremiados ya no obedecen a sus líderes a la hora de votar? Se me hace que ya se volvieron muy suavecitos con sus esclavos.

¡Órale mis políticos, se me están atarugando! No vayan a acabar en el bote, vencidos por una nueva generación de mexicanos, que ya no se dejan...

Alberto Martínez Vara
(v.blog del 16 de agosto de 2012).


[El mexicano] es un pueblo demasiado optimista. Sólo así se comprende que trabaje 12 o más horas diarias por unos cuantos pesos, soporte a los políticos corruptos y adinerados y permita, sin hacer nada para oponerse, la concentración del dinero y el poder en unas cuantas manos.

Guillermo Fadanelli, escritor
(v.pág.12-B del periódico El Informador del 20 de agosto de 2012).


El gobierno de Michoacán confirmó que por primera vez en la historia el próximo lunes comenzará un ciclo escolar oficial para niños de Nueva Jerusalén, aunque probablemente las clases se impartan fuera de esa comunidad, donde pugnas religiosas impiden el arribo de acuerdos confiables.

(V.pág.25 del periódico Milenio Jalisco del 24 de agosto de 2012).


Hoy estoy hablando en particular de Holbox, nombre maya -se pronuncia jolbosh-.

Es una pequeña isla en el territorio de Quintana Roo, al norte de la península de Yucatán, que se precia de tener las aguas turquesa del caribe; las playas blancas de coral; grandes tiburones y ejércitos de rayas flotando en sus cercanías y... una vida pacífica y tranquila entre la bonhomía y el carácter tropical de su gente.

Para llegar a ella, hay que viajar un par de horas por automóvil -tras haber dejado la maleta del estrés en el terrible, turístico y conflictivo Cancun, paraíso extraviado en el progreso-, habrá que abordar un primitivo ferry que en una hora nos dejará en la remota isla, en donde, con sus calles de arena y ausencia de automotores, un silencioso carrito nos transportará a un pequeño hotel, en donde el soñoliento recepcionista nos registrará en un libro con páginas humedecidas por la constante brisa, para luego conducirnos a la tranquilidad de una recámara con su cama elegantemente cubierta por un dosel, mientras en la terraza una hamaca se balancea con la brisa cuando... ¡una estridente música de rock a todo volumen! romperá el encanto, estremeciendo y dando al traste con la imagen de "Pueblo Mágico" que a tan alto costo nos fue vendida.

El Sol se levanta temprano -aunque la gente se levanta tarde-. El día se va despacio y la playa con sus gaviotas parece cantar la alegría del amanecer de un nuevo día. Los flamingos pasan coloreando de rosa el amanecer, y una toalla se extiende sobre la arena para gozar del placer del no hacer nada, cuando... ¡Un mozalbete en una poderosa cuatrimoto! -de las que rentan en los nuevos hoteles- pasa zumbando cerca de nuestra cabeza, bañándonos de arena y mala vibra. Supuestamente no se permiten vehículos a motor, pero como Holbox trata de ser "Pueblo Mágico", hay que hacer excepciones para "rescatar" aquel pueblo olvidado: dicen los políticos.

Las caminatas por la playa, claro, están interrumpidas por un hotel que llevando el idílico nombre de "Las Nubes", sin importarle nada, mete sus construcciones hasta el mar cruzando impunemente la playa -teniendo el turista que subirse hasta el patio trasero en donde tira su basura- para poder ir a visitar caminando entre botellas, pañales y desechos, el santuario de los flamingos rosas, que está un poco más delante.

¿Esto es un Pueblo Mägico? No me platiquen. Este es un hermoso pueblo que está siendo tristemente arruinado por la falta de cultura y la corta visión de los políticos en turno, a los que parece que el respeto a las tradiciones de nuestros ancestros, las olvidan en pos de un estúpido progreso que es más dañino que el peor de los incendios.

Ojala aprendamos que dejar las cosas en paz y tener la visión de conservar "la magia" de un pueblo, tan sólo preservando intactas su cultura, sus costumbres y la naturaleza propia del lugar; que por si fuera poco, es lo que el turista internacional en el mundo entero está buscando.

Démosle al mundo lo que es nuestro y no lo que importamos. Holbox es un tesoro allá en la puntita oriental de México, que está corriendo un grave riesgo debido a la supuesta "magia" que dicen que el pueblo tiene.

Pedro Fernández Somellera
(v.pág.5-D del periódico El Informador del 26 de agosto de 2012).


Aquí al que es valiente se le dice que tiene muchos huevos. Al que es cobarde se le llama "pocos huevos". Al perezoso "huevón". Al represor se le oye decir: "nomás por mis huevos". El aburrido suspira: "esto está de hueva". A las progenitoras se les obedece "a huevo"...

Vanesa Robles
(v.pág.1-B del periódico El Informador del 26 de agosto de 2012).


En 1951, la revista "Anales" publicó lo que se considera el primer cuento del escritor argentino Julio Cortázar, Casa tomada. La trama expone el significado que para 2 hermanos, viejos y solterones, ha tenido vivir y cuidar una casona antigua y espaciosa; el tiempo y la misma vida dedicados al mantenimiento de esa herencia familiar. El nudo radica en la paulatina invasión de esa casa por extraños y desconocidos que se van adueñando de ella pieza por pieza, sin que los hermanos sean capaces de hacer otra cosa que recular. En el desenlace los hermanos acaban por ser expulsados por los invasores, se salen de su casa, la cierran, y tiran la llave por una alcantarilla, no vaya a ser que los ladrones se metan y se encuentren con otros peores que ellos.

Casa tomada es una magnífica parábola de lo que ha estado pasando en México desde la aparición de una delincuencia militarizada, con una estructura jerárquica férrea y una asombrosa organización. La "inteligencia" delictiva se ha mostrado muy superior a la del Estado, con admirable capacidad de comunicación y movilización, y sobre todo, capacidad de penetrar todas las instancias sociales y oficiales. Carente de todo escrúpulo ha sabido convertir su otrora especialización para la lucha antiterrorista, en una aplicación contundente del terrorismo tanto para adiestrar a sus efectivos, controlarlos y escarmentarlos, como para irse adueñando por ese mismo sistema de ranchos, pueblos, ciudades, y finalmente el país en su conjunto.

A diferencia del cuento de Cortázar, en México uno de los dos hermanos es cómplice de los invasores, y quizás los dos, pero nunca se lo dicen. Uno, o los dos, ha sucumbido a la oportunidad de enriquecerse dejando entrar a los "otros", sabiendo que al final podrán escaparse del país llevándose consigo los recursos obtenidos, o enviándolos de antemano a sabrá Dios que banco extranjero. Su último acto patriótico ha sido cerrar la casa por fuera y tirar la llave, para evitar a los delincuentes comunes toparse con los que se adueñaron del lugar. El problema nuestro es que dentro de la casa tomada, cerrada y traicionada por quienes debían cuidarla, se queda toda la sociedad, sometida a nuevas esclavitudes y pagando lo mismo a quienes traicionan que a quienes invaden y tiranizan.

Ante esa lamentable evidencia, las juras y tomas de protesta de las nuevas legislaturas resultan de antemano grotescas; dentro de las mismas grandiosas salas de la casa tomada, nuevos invasores en connivencia con los perpetuos, levantan el brazo para decir que si no cumplen, la patria se los demande, bien conocedores de que la supuesta patria no les va a demandar absolutamente nada, porque está secuestrada por ellos mismos.

Pero mexicanos al fin. No deja de enternecer la emoción maternal con que una bien conocida lideresa ha mirado ascender a los escaños legislativos del 2012 a su hija y a su nieto, y a su compadre y a su sobrino político, allá, en el Distrito Federal, donde una ciudad construida sobre el fango, se hunde cada vez más, por la podredumbre de sus estructuras, y con ella, la nación entera.

Armando González Escoto
(v.pág.4-B del periódico El Informador del 2 de septiembre de 2012).


Con tan solo 3 años de existencia, la Policía Federal construyó su propio museo con una inversión de 56.9 millones de pesos.

En el sitio, la institución expondrá su historia, organización y logros, además de que incluyó un memorial para los agentes caídos.

(V.pág.2 del periódico Mural del 6 de septiembre de 2012).


El imaginario mexicano es surrealista: el puñado de españoles de Hernán Cortés solamente pudo vencer al Imperio Mexica por el apoyo aplastante de los pueblos sometidos al imperialismo azteca. Se nos habla del obscurantismo colonial, olvidando que en esos siglos se fraguó la nacionalidad mexicana. El Padre de la Patria es un sacerdote muy inepto en lo militar, que toleró y propició asesinatos sin cuento y que al final fue derrotado. La Independencia la consumó un criollo del ejército realista, junto con un general insurgente y, caso único que yo conozca, ambos fueron fusilados por los que ellos habían liberado. La fecha y el personaje clave de la consumación de la Independencia se ha borrado de la historia oficial, con el agravante de que, por decreto presidencial de Díaz Ordaz, se estableció la verdad histórica que excluía a Itubide. Años después del cura Hidalgo, otro cura, José María Luis Mora, inició brillantemente lo que luego sería el liberalismo, que logró la separación del Estado y de la Iglesia. El Imperio de Maximiliano se debió primordialmente a las gestiones de Juan Nepomuceno Almonte, hijo de José María Morelos, el insurgente más lúcido, ilustre y justamente admirado. El Benemérito tuvo una incurable adicción a la silla presidencial, y la muerte fue con él muy misericordiosa porque le impidió haberse perpetuado en la presidencia. El caudillo que derrocó a Porfirio Díaz fue un chaparrito, de muy buen corazón y espíritu generoso, que murió asesinado. El vencedor de la Revolución, Carranza, mandó asesinar al caudillo más preocupado por los campesinos: Zapata. Y Obregón fue el mortal enemigo de los rebeldes más identificados con el pueblo: Villa y Zapata.

Jesús Gómez Fregoso, historiador y catedrático de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.18 del periódico Milenio Jalisco del 7 de septiembre de 2012).


El grado tan radical de violencia con que eventualmente ha reaccionado esta misma sociedad mexicana, es prueba inequívoca de esa otra tendencia nuestra al sometimiento pasivo, forzado, tantas veces con la sonrisa en los labios y el cerebro enardecido. Pero este sometimiento delata por otra parte el tamaño de la prepotencia y de la impunidad con que han actuado "cíclicamente" los gobernantes. Someterse una y otra vez ante la injusticia, dejarse atropellar por el despotismo de la impunidad, precisamente porque no queda otra salida, equivale a taponar el cráter y a la vez atizarle la lumbre.

Por lo mismo en México no ha habido guerras "civiles", todas han sido bárbaras; su estallido ha hecho reventar los diques de un resentimiento acumulado por años y generaciones frente a los ineptos con poder, a los corruptos con fuero, a los que se enriquecen con el erario público y encima lo presumen, a los que ganan sin otro mérito que el compadrazgo, o aplastan ufanos a quienes carecen de influencias.

Lo que hoy se recuerda es un estallido de ese tipo, en un país que ha encontrado en la delincuencia organizada una vía para desquitar el resentimiento.

El ciclo se repite desde el momento que las autoridades que presiden las celebraciones patrias son las mismas que suelen producir esas conflagraciones, con las mismas actitudes, la misma prepotencia, la infaltable presunción y el enriquecimiento impune a la vista de todos.

No obstante nuestra lentitud y sometimiento a esos ciclos siniestros, y a pesar de ellos, México sobrevive; la tierra sigue siendo generosa desde lo más profundo de sus entrañas, y un número incalculable de personas trabaja desde que amanece hasta que vuelve a anochecer, para progresar sin robar a nadie, sin tener que engañar o defraudar, con esfuerzo sostenido y creatividad constante, pensando y actuando, haciendo que suceda lo que se espera, ese es el único México que merece ser hoy festejado.

Armando González Escoto
(v.pág.5-B del periódico El Informador del 16 de septiembre de 2012).


Ahora sí que Andrés López está demostrando sus alcances esotéricos, caricaturescos y como las Fábulas de Esopo, con ese cuento que ha imaginado de que Morena "Movimiento de Regeneración Nacional" lo quiere registrar como partido político, pone en evidencia su maquinación que es consolidar un nuevo negocio; ya diseña su trayectoria fantasmagórica y mesiánica con el objeto de cuando pueda convertir a Morena como estrella en el país de las maravillas políticas, recibir el dinero que malgastamos los mexicanos en la explotación que nos hacen los partidos a través de las aportaciones que el Gobierno les da para su supervivencia y sus campañas políticas.

Es una circunstancia seria por la que atravesamos en México, tenemos un presidente electo que por supuesto el "Emperador Moreno" no lo va a reconocer, repitiendo su mascarada teatral y negativa al no aceptar a Felipe Calderón y ahora pretende hacer una labor de encantamiento al pueblo mexicano prometiéndoles amor...

Es encantador de serpientes como lo hizo con los otros partidos de izquierda, pero él no manejaba el dinero, ahora tendría el "privilegio" y el poder de administrarlo, o a lo mejor invita a Bejarano para que se encargue.

Todos nos dimos cuenta cómo manipuló y cómo se dejaron manipular esos partidos de los cuales ahora se separa, ¿cómo convenció a Ebrard que le cediera la candidatura?, porque sin ninguna duda lo hubieran preferido, sabiendo que sería mucho mejor candidato que Andrés López y éste, es el plan que tiene en su cerebro que trabaja urdiendo maniobras.

Ahora inventa una fábula para poner a su Morena separada teóricamente de los partidos de izquierda; al final piensa que los encantaría nuevamente y lo podrían apoyar, sin embargo los principales políticos de izquierda están decepcionados de él.

Ya basta de querer seguir haciendo realidad sus fábulas y vivir a costa de todos los mexicanos.

José Manuel Gómez Vázquez Aldana
(v.pág.10-A del periódico El Informador del 16 de septiembre de 2012).


Muchos grandes personajes que han brillado en la escena ciudadana, a la hora de entrar al escenario del funcionario público se topan con la triste realidad de que hay estructuras inamovibles.

Gabriel Guerra Castellanos
(v.pág.6-A del periódico El Informador del 26 de septiembre de 2012).


Todo está listo ya para que el presidente Felipe Calderón tenga su estatua en Los Pinos: el proyecto del Estado Mayor Presidencial, el material, las dimensiones, el escultor -Ricardo Ponzanelli- y hasta el costo: medio millón de pesos.

Desde que Miguel de la Madrid quiso dejar constancia del paso de los presidentes por Los Pinos, cada uno de los mandatarios ha podido imponer su sello en la residencia oficial.

Miguel Peraza y Ojeda, escultor que elaboró las estatuas de 4 mandatarios, cuenta entre sus anécdotas el hecho de que tuvo que repetir la obra de De la Madrid, porque su entonces secretario particular, Emilio Gamboa, consideró que se veía gordo.

También relata que la hiperactividad de Carlos Salinas -que le impedía estar quiero durante más de una hora- le obligó a realizarle una mascarilla con una mezcla de silicón para modelar su rostro, y que a José López Portillo lo tuvo que trazar a bordo de un helicóptero de la Fuerza Aérea Mexicana.

Lo hicieron Vicente Fox con su "V" de la victoria, que fue el símbolo de la caída del priismo después de 70 años; Salinas de Gortari, al reivindicar la autoría del Tratado de Libre Comercio con Norteamérica y el programa Solidaridad de lucha contra la pobreza, inscritos en un libro que sostenía en las manos y hasta Ernesto Zedillo quien, fiel a su estilo serio, rechazó la idea de posar para el escultor que se encargó de elaborar su figura en bronce, colocada 21 meses después de culminado su mandato en la calzada de Los Presidentes en Los Pinos.

A 2 meses de concluir el sexenio del presidente Calderón, todo está preparado: el Estado Mayor Presidencial se encargó del trámite administrativo para adquirir su estatua exactamente del mismo material y dimensiones -bronce forjado de 2.20 metros de altura- que de los últimos 12 presidentes, desde el general Lázaro Cárdenas, el primer inquilino de Los Pinos.

Lorena López
(v.pág.25 del periódico Milenio Jalisco del 28 de septiembre de 2012).


Este país depravado y horroroso, increíblemente, también es el país de gente que lee, conversa, disfruta, sueña y ríe.

José Israel Carranza
(v.pág.5 de la sección "gente!" del periódico Mural del 11 de octubre de 2012).


Vaya país de contrastes: México es una auténtica potencia industrial. Somos los 2os. exportadores de refrigeradores de todo el mundo y los 2os. proveedores de artículos electrónicos de nuestro poderoso vecino del norte, es decir, de la primera potencia económica del planeta.

En Tijuana se fabrican millones de pantallas planas y en Aguascalientes se realizan ahora las mayores inversiones de Nissan. Y en ese campo que nos parece tan improductivo se siembran hortalizas -en Sinaloa, por ejemplo- que luego se venden en los anaqueles de los supermercados de Texas y California. Las exportaciones agroalimentarias sobrepasaron los 22,000 millones de dólares en 2011, estableciendo un récord. O sea, que nuestro país no sólo exporta coches, herramientas y televisores, sino también tomates, cerveza, tequila, espárragos, moluscos, pescados y aguacates.

Adrian Woolridge, un columnista del semanario The Economist, acaba de consignar unos datos absolutamente categóricos sobre la economía mexicana: los intercambios comerciales de México alcanzan el 69% de su producto interno bruto, un porcentaje muy superior al de Brasil (19) y, miren ustedes, China (48).

Escribe también, en la misma columna, publicada apenas el 27 de octubre, que Bimbo no solo es la más grande empresa panadera de este país sino también de Estados Unidos donde otra corporación mexicana, como Cemex, ocupa el primer lugar en la venta de cierto tipo de cementos.

Ah, y otra cosa: uno de cada 10 mexicanos vive en Estados Unidos y, en las palabras de The Economist, si a esta población añadimos los ciudadanos estadunidenses nacidos de origen mexicano, tenemos entonces a 33 millones de personas que no solamente van a enviar dinero a sus parientes en este país, sino que van a comprar productos fabricados aquí. Nuestra vecindad al mercado más grande del mundo, en otras palabras, es tremendamente beneficiosa para la economía nacional tanto por razones puramente comerciales como demográficas.

El semanario, naturalmente, menciona los puntos oscuros de nuestra realidad: la corrupción y la violencia criminal. Pero, más allá de estos problemas, ofrece la visión de un país moderno, con una de las economías más abiertas. Y, bueno, es aquí donde no queda otra cosa que asombrarse ante la existencia, aquí mismo, de esos grupos de presión absolutamente cavernarios, por llamarlos con un adjetivo que les queda a la medida, que, por ejemplo, se oponen a que en los programas educativos oficiales se promueva la enseñanza de inglés o de computación. Y, faltaría más, para remarcar y enfatizar sus intenciones como Dios manda, lo primero que hacen es apoderarse, a la brava, de coches y camiones de gente que no tiene nada que ver y luego los queman. Supongo que estos actos innegablemente delincuenciales les parecen una saludable expresión de la furia revolucionaria con la que hay que responder a un "sistema" que, encima, por poco que responda con la fuerza legítima que le confieren las leyes, es calificado inmediatamente de "represor". Y ahí se suman, en automático, los intelectuales de "izquierda" y las señoras de obligada sensibilidad social, para denunciar la naturaleza autoritaria del gobierno de "derecha" de Calderón.

Muy pronto, el malo del cuento será Peña. Y denostaciones habrá también para todos aquellos que pretendan modernizar a un país que, como muestran las cifras, es mucho más próspero de lo que merecen los trogloditas. Si simplemente criticaran no pasaría nada. El problema, miren ustedes, es que queman coches y toman por asalto escuelas, carreteras y oficinas. Si México estuviera en manos de estos incendiarios, ahí sí que no habría esperanza alguna.

Román Revueltas Retes
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 28 de octubre de 2012).


Les voy a contar una historia, que nos pinta como mexicanos, dibuja nuestra idiosincrasia, nos revela las raíces que tenemos, pero también las ansias de cambiar y mostrar que esta raza está evolucionando.

Para abril o para mayo ya pintaba que teníamos problemas de salud en las aves, fuera de lo normalmente aceptable, pero fue hasta principios de junio cuando la alerta de posible influenza empezó a tomar su fuerza.

Sin embargo, la típica postura que nos caracteriza de esconder los problemas, alargó y alargó la decisión de comunicarlo a las autoridades y se perdieron días preciosos.

Por obligación y por mandato oficial, una empresa que maneja seres vivos tiene la responsabilidad de informar a la autoridad sanitaria en cuanto tenga en sus instalaciones cualquier indicio o síntoma de una enfermedad exótica, para así tomarse las medidas pertinentes de protección. Es muy común en la gente del campo no hacerlo, principalmente por el temor a que sus animales sean sacrificados y se queden sin una indemnización razonable. Una carencia que tenemos como país, ya que si hubiera fondos de contingencia suficientes y transparencia de su uso los productores reportarían con mayor facilidad y con la confianza de ser compensados.

El 9 de junio las noticias de altísima mortalidad en algunas granjas empezaron a circular en Tepa. En un principio se diagnosticó como "Cólera Aviar", como un posible mal manejo en alguna de las múltiples vacunas que se aplican o como un nuevo brote de Influenza H5N2. Pero el colmo de las incongruencias fue que el viernes 15 en el mismo Tepa, se lleva a cabo una reunión oficial para declarar a Jalisco estado libre de influenza aviar de baja patogenicidad.

En ese momento, como tantos en la Ciudad de México, nada pasaba. Nadie dijo, "esta boca es mía" ni hubo alguien que mencionara la gravísima preocupación que ya traían en sus mentes los avicultores, a pesar de que estaban ante el mismísimo director en jefe de la Senasica, dependencia de la Secretaría de Agricultura, responsable de la seguridad y sanidad animal y vegetal.

Ese fin de semana, la bomba estaba explotando; se confirmaba en laboratorios de diagnóstico locales que efectivamente se trataba de un virus letal.

En cuestión de 2 días los patólogo oficiales y privados coincidieron en el diagnóstico: era una Influenza AH7N3 de alta patogenicidad y hay que reportarla inmediatamente.

Y es aquí donde me siento muy orgulloso del México de hoy, del México de la credibilidad; del México que debemos construir en cada decisión; del México que merecemos los que trabajamos con la mira puesta en el futuro.

México se anticipa a cualquier noticia y reporta a los Organismos Multilaterales, como es su obligación, a sólo 2 días de haber conocido la presencia de la contingencia.

La Organización Mundial de la Salud Animal (OIE por sus siglas en francés) abrió entonces el canal de investigación, pero también de apoyo al pueblo de México.

La credibilidad de éste país, con esa pronta decisión de su autoridad sanitaria, emergió en el mundo como pocas veces habla sucedido...

César de Anda Molina
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 30 de octubre de 2012).


No llamar a las cosas por su nombre, acaso porque la significación castiza de las palabras nos parezcan demasiado ásperas, nos ha conducido al abuso de eufemismos disimuladores para no lesionar susceptibilidades. Tal es el caso del adjetivo tradicional con el que calificamos a quienes han excedido los límites convencionales de la edad. Solemos decir: es un viejo, palabra que en cierto modo es un calificativo no exento de intención peyorativa. Hemos preferido el uso de expresiones tersas, suaves, comedidas. Por eso, al referirnos a las personas mayores, hablamos de la tercera edad, de la juventud acumulada, de adultos mayores. De igual manera, los eufemismos se emplean para sustituir el significado original de las palabras: la denominación de cárceles y penitenciarías ha quedado proscrita; ahora son "centros de readaptación social". A las personas físicamente limitadas se les llamas discapacitados o con habilidades diferentes. A los ciegos se les llama invidentes; a los tradicionales cabarets se les denomina centros nocturnos o antros; a los prostíbulos, hoy en día se les conoce como casas de cita; a los centros de apuesta, como casinos; a los maricones y lesbianas se les llama gays, etc. La proclividad a encubrir o disimular la autenticidad del lenguaje, no tiene más explicación que el pudor inconfeso para llamar a las cosas por su nombre, lo que en mucho equivale a un autoengaño.

Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 3 de noviembre de 2012).


El petróleo es de todos los mexicanos, ¿verdad? Digo, eso nos lo han repetido machaconamente nuestros gobernantes, de todas las proveniencias y colores, de tal manera que ahora no podemos siquiera imaginar que un codicioso inversor venido de fuera pudiera gastarse su plata, digamos, en la construcción de una refinería para que las gasolinas que le ponemos a los coches las produzcamos aquí en vez de que el oro negro, tan "nuestro", tenga que ser procesado en Texas. Y no es una cuestión económica ni de números o provechos. Es un asunto de soberanía nacional y ahí sí, por favor, ni te metas.

Uno pensaría que un país que no tiene la capacidad de refinar sus propios combustibles no es precisamente la más soberana de las naciones pero, en fin, hay muchas maneras de ver las cosas.

Ahora bien, uno podría, de la misma manera, inferir que en estas comarcas de acendrado nacionalismo y ancestral estatismo, lo público es lo público y lo privado es lo privado, es decir, que hay una clarísima separación entre una cosa y la otra y que las leyes establecen de manera terminante los límites para que los individuos emprendedores y los capitalistas lo tengan todo muy claro y no quieran expoliar a su antojo los "recursos estratégicos" que sólo puede administrar el estado mexicano.

Pero, miren ustedes, hemos visto, en tiempos recientes, manifestaciones, movilizaciones y protestas de grupos que -pretendiendo representar los intereses colectivos de la clase trabajadora e invocando, justamente, los principios y los dogmas que han dado sustento a la estructura corporativista del sistema político mexicano- reclaman, a estas alturas, la preservación de canonjías y privilegios que nada tienen que ver con lo público.

¿Se puede, por ejemplo, imaginar apropiación más escandalosa del patrimonio común que la facultad de heredar una plaza de la administración pública -es decir, un cargo que pertenece al Estado, o sea, que está solventado con los impuestos de todos los ciudadanos- a un familiar directo? ¿No es verdaderamente inaudito que las plazas de maestros se vendan? ¿No es una desvergüenza, también, que ciertos puestos en las empresas paraestatales estén reservados, a perpetuidad, a burócratas que pueden repartirlos y usufructuarlos a su antojo gracias a su militancia en los sindicatos? ¿No debieran, esos cargos públicos, estar abiertos por concurso a cualquier ciudadano?

No somos, luego entonces, una sociedad que defiende los intereses de las mayorías sino, por el contrario, vivimos en un sistema que promueve soterradamente los privilegios de ciertos grupos en abierto detrimento del bien común. O sea, un sistema... privatizador. Y, por si fuera poco, esos cuerpos -de enseñantes, de trabajadores, de empleados públicos y, también, de estudiantes que todavía no ingresan a la burocracia estatal, pero que reclaman, desde ya, cuotas, cargos, prerrogativas, dispensas y exenciones- pueden desafiar panchamente la legalidad siempre y cuando pretexten que sus protestas tienen un componente social: bloquean así carreteras, desmadran el comercio en las ciudades, espantan al turismo, golpean y hieren a los integrantes de las fuerzas del orden, incendian gasolineras y queman vivos a trabajadores perfectamente inocentes, se apropian de autobuses y coches de particulares (y luego también los queman) y realizan actos sediciosos sin que las autoridades respondan con la fuerza legítima del Estado y sin que sea entablada ninguna posterior acción judicial en su contra.

Estamos hablando aquí de un uso de la violencia absolutamente inadmisible en una sociedad civilizada pero, por lo que parece, es todavía más grande la cobardía de nuestras autoridades que su interés por garantizar el orden público y la seguridad de los otros ciudadanos. Y, más allá de esta desalentadora realidad, lo que queda en evidencia es el doble discurso de un sistema que dice salvaguardar el "patrimonio" de todos los mexicanos, ese petróleo "nuestro" tan traído y tan llevado, pero que en la práctica admite los más inmorales niveles de privatización aunque seamos los ciudadanos, colectivamente, quienes terminemos por pagar las consecuencias. Los mexicanos somos, así, rehenes perpetuos de las minorías y carne de cañón de unos grupos corporativos que el gobierno, extrañamente, no se atreve a afrontar aunque el costo para la nación entera sea colosal.

Un país de "maestros" ausentistas que no enseñan, de estudiantes comodones que no estudian, de burócratas que no trabajan, de operarios que no compiten y de grupos que se reparten abusivamente el pastel es un país que nunca alcanzará una verdadera prosperidad. Salvo en el caso del SME, Felipe Calderón no tomó la decisión de terminar con este verdadero cáncer social.

Román Revueltas Retes
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 11 de noviembre de 2012).


¿Qué es lo que se supone que está pasando? Que la Universidad Autónoma de la Ciudad de México está en huelga. ¿Y por qué está en huelga? ¿Acaso porque sus alumnos quieren estudiar más? No, es porque no están de acuerdo con la rectora que tienen y quieren que les pongan otra.

¿Y por qué no están a gusto con su rectora? ¿La señora es tonta? ¿Es mala? ¿Es una ladrona? ¿Los acosa? ¿Los maltrata? ¿Cuál es el problema? Que no pertenece al grupo del rector que estaba antes.

O sea, la escuela está cerrada por una cuestión de preferencias políticas, porque los muchachos que van ahí no van a estudiar, van a grillar.

¿Para eso les pusieron una universidad? ¿Para que hicieran su santa voluntad? ¿Para que se salieran con la suya? ¿Para que estuvieran más preocupados por la filiación de sus maestros que por sacar buenas calificaciones?

¿Y qué hace la autoridad? Nada, porque a nivel local unos se están yendo y otros todavía no llegan, y porque a nivel federal o magisterial no hay manera de intervenir.

Es una universidad chilanga, es autónoma y háganle como quieran mientras esos bonitos estudiantes se pelean entre ellos y bloquean las pocas calles que estaban sin bloquear en la capital del país.

¿Qué tiene esto de importante?

La UACM no nació como un proyecto educativo, nació como una maniobra política electorera de Andrés Manuel López Obrador.

Su idea no era darle una preparación universitaria a los pobres jóvenes que no tuvieron acceso a las grandes universidades públicas de la nación como la UNAM, el IPN o la UAM, era construir alianzas, aumentar su popularidad, multiplicar sus votos.

Y con el paso de los años pasó lo que tenía que pasar: su burbuja política se derrumbó, la UACM les está pasando factura al México de 2012 y nadie se quiere meter por sus implicaciones a nivel macro y micro, pero eso es un fracaso, una aberración.

A ver, ¿cuántos miles de licenciados, ingenieros, maestros y doctores han egresado de la UACM desde su fundación? ¿Cuántos están trabajando? ¿Dónde? ¿Cuánto les están pagando?

No y ni hablemos de las aportaciones de la UACM a la sociedad. ¿Dónde están los resultados de las investigaciones que se han hecho en sus laboratorios?

¿Dónde están los reconocimientos internacionales a todo lo que han hecho sus alumnos y sus maestros en los últimos años? ¿Dónde están sus resultados a nivel deporte y cultura? ¿Dónde?

¿Entonces para qué ha servido ese proyecto? Recibir a todo el que no puede o no quiere entrar a las universidades establecidas no es la solución a un problema, es provocar uno nuevo.

Si esos muchachos fueron rechazados de otras instituciones no fue por discriminación, fue porque no tenían el nivel para convertirse en universitarios, porque no aprobaron los exámenes de admisión, porque representaban una amenaza a nivel conducta.

¡Imagíneselo a todos encerrados en un mismo salón de clases! ¡Imagíneselos fingiendo que se van a graduar en el tiempo que les corresponde y haciendo como que al final van a obtener un trabajo digno y remunerado!

¿Usted tiene como compañero de oficina a un egresado de la UACM? ¿Usted contrataría a un exalumno de la UACM?

¿Usted le abriría las puertas de su empresa después de ver todo lo que han hecho en estos días? ¿Los está contratando el mismísimo Gobierno del Distrito Federal?

Álvaro Cueva
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 11 de noviembre de 2012).


El común de la gente no desarrolla el hábito de acercarse a los medios de comunicación, porque éstos, en general, no difunden noticias propiamente dichas. Las declaraciones de Calderón, Peña Nieto, López Obrador, Rivera Carrera y demás no son -con todo respeto-, vía de regla, noticias. Éstas, conforme a la añeja definición, son "relatos de hechos verídicos, recientes, trascendentales o interesantes". La palabrería retumbante de los personajes públicos es, en el mejor de los casos, paja.

Jaime García Elías, periodista y conductor radiofónico
(v.pág 3-B de El Informador del 13 de noviembre de 2012).


Nuestro pasado autoritario también nos sigue modelando. El clima cultural de los 60 y 70 del siglo pasado alimentó -¡cómo no!- una actitud crítica hacia el Estado... así en bloque. En aquel entonces, dentro de un marco autoritario resultaba difícil ponderar las virtudes del poder político. Vertical, hiperpresidencialista, sin espacios institucionales para las oposiciones, resultaba impropio tratar de distinguir la cal de la arena. El Estado, como un bloque indiferenciado, aparecía como incapaz de absorber las diversas sensibilidades que existían en la sociedad y por ello se hacía cada vez más rígido, más autoritario. No había espacio para matices. Hoy, sin embargo, el Estado se encuentra colonizado por diferentes fuerzas políticas. No es más un monolito. Lo que reclama análisis que pongan sobre la mesa los claros y los oscuros e incluso los grises, pero da la impresión que mental y discursivamente seguimos instalados en los sesenta.

Hay además una especie de reflejo que confunde antiautoritarismo con antiautoridad. Se piensa que la autoridad por el simple hecho de serlo es invariablemente el manantial de nuestros males. Confiar en ella sería signo de cretinismo o de subordinación o de falta de espíritu crítico. La pulsión antiautoritaria que ofreció sentido al movimiento estudiantil de 1968, en una cierta vertiente se convirtió en un resorte elemental e incluso primitivo, antiautoridad.

José Woldenberg
(v.pág.9 del periódico Mural del 15 de noviembre de 2012).


Un empleado de mantenimiento del Cinépolis de Iztapalapa, donde un niño fue herido por una bala perdida que penetró por el techo, entregó a la Procuraduría de Justicia 16 elementos balísticos encontrados en el techo de los cines.

El trabajador rindió declaración en el Ministerio Público de la Fiscalía de Homicidios, donde aseguró que en días feriados es común hallar balas en el techo de alguna de las salas del complejo cinematográfico.

Incluso, dijo el empleado, al otro día de las festividades, algunos de los techos presentaban hoyos que provocaban goteras.

El 2 de noviembre, en la sala 2 del Cinépolis ubicado en Calzada Ermita Iztapalapa, el niño Hendrick fue herido en la cabeza mientras estaba en una función con su padre y su hermana.

2 días después, Hendrick falleció.

Pruebas periciales presentadas por la PGJDF indican que la bala 9 milímetros fue disparada desde el exterior, ingresó por el techo y cayó en el niño.

(V.pág.7 del periódico Mural del 15 de noviembre de 2012).


Además de la delegación Iztapalapa, en municipios del oriente del Estado de México es frecuente la detonación al aire de armas de fuego para celebrar bailes y fiestas patronales.

Ixtapaluca, San Vicente Chicoloapan y Nezahualcóyotl son algunos de los casos donde esto es más frecuente.

Decenas de usuarios han subido videos de los momentos en que ellos o sus conocidos disparan sus pistolas al aire, en muchas ocasiones bajo los efectos del alcohol.

El pasado 3 de julio, 4 guardas de una empresa de custodia de valores fueron detenidos en el municipio de Tlalnepantla, luego de que tras chocar el automóvil en el que viajaban realizaron disparos al aire para intimidar a los agraviados.

Pero esto no ocurre únicamente en el Estado de México, sino también en entidades como Michoacán o Oaxaca.

(V.periódico El Universal en línea del 16 de noviembre de 2012).


Somos un país ritual. Nos encanta la puesta en escena como forma de conmemoración y festejo. Ricos y pobres, mochos y liberales, gobiernos y antigobiernistas, todos acudimos al ritual como forma privilegiada de manifestación. Celebramos a la Virgen (sea la de Guadalupe, Zapopan o San Juan) con largas peregrinaciones; recordamos a los caídos del 2 de octubre con marchas y plantones; apoyamos o reprobamos al gobierno con manifestaciones. A los santos de la Patria, Hidalgo, Juárez, Madero, Carranza, los honramos con monumentos y ritos.

Diego Petersen Farah
(v.pág.1-B del periódico El Informador del 21 de noviembre de 2012).


Uno de cada 2 mexicanos en el país considera estar satisfecho con su vida actualmente, de acuerdo con los resultados de la primera Encuesta Nacional de Bienestar, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

Según las cifras arrojadas, de los 10,654 entrevistados en todo el país el 47.3% aseguró estar satisfecho con su vida; 36.1, sentirse moderadamente satisfecho; 11.8, poco satisfecho, y 4.8 insatisfecho.

La encuesta, realizada a personas entre 18 y 70 años, pedía asignar calificaciones de entre 0 y 10 a diferentes aspectos de su vida que les generan satisfacción y felicidad. Según los resultados, los mexicanos se sienten satisfechos principalmente en su vida familiar, autonomía, salud, vida afectiva y su apariencia; en tanto que su situación económica, la del país, el tiempo disponible, la educación y la vivienda son los rubros peor calificados.

[Según el webmaster, este tipo de encuestas demuestra que los mexicanos son unos mentirosos redomados, que tratan de manipular las encuestas buscando engañarse a sí mismos y al encuestador, porque si en este momento se abrieran las fronteras de EEUU, la mayoría se largaría del país en el que dicen estar tan felices.]

(V.primera plana del periódico Mural del 22 de noviembre de 2012).


Pobres, pero contentos. Así podríamos caracterizar a la mayoría de los mexicanos.

El 83.4% de los mexicanos se encuentran satisfechos o moderadamente satisfechos con su vida. Solamente 16.6% está insatisfecho o poco satisfecho.

La encuesta que ayer presentó el Inegi sobre el bienestar subjetivo de la población por 1a. ocasión revela una característica que probablemente explique la estabilidad social de muchos años en el país o la razón por la cual, pese a las crisis, las posiciones más radicales y contestatarias no convencen a la mayoría del país.

Claro que el nivel de satisfacción no es el mismo en todos los ámbitos.

Lo que menos nos gusta es que somos relativamente pobres como país. La situación de la economía es la peor calificada, con una nota de 6.5 en una escala de 10.

Sin embargo, la vida familiar de los mexicanos recibió una calificación de 8.6 puntos en esa misma escala. Es, entre lo cuestionado, con lo que más satisfechos estamos.

Y quizá lo más importante es que aunque nos disguste la situación de la economía en el presente, las perspectivas que tenemos merecieron una calificación de 7.7 puntos.

La encuesta del Inegi revela que uno de los factores determinantes de la satisfacción de vida es el nivel de educación.

Mientras que los que ni siquiera terminaron la primaria ponen una calificación de 7.7 puntos a su circunstancia actual, aquellos que tienen estudios de posgrados -en el otro extremo- pusieron una nota de 8.7 puntos a su situación actual.

Esta investigación del Inegi revela también que los jóvenes, pese a todo lo que se cree, son los más satisfechos con su vida.

El 85% de los que tienen entre 18 y 29 años se declararon de satisfechos o moderadamente satisfechos, mientras que ese porcentaje fue del 80% entre los de 45 a 59 años.

Curiosamente, luego vuelve a subir a 82 entre los de 60 años o más.

Pese a los problemas diversos que enfrentan los jóvenes, la encuesta revela que en México estamos lejos de vivir una situación como la de España, en la que se perciben privados de oportunidades.

Más allá de lo que digan los indicadores objetivos, nos encontramos con una población mexicana que en términos generales se encuentra positiva y optimista.

Eso no hace desaparecer los problemas ni implica que quienes han puesto el dedo en la llaga en temas como inseguridad, educación o competitividad, por ejemplo, se encuentren equivocados.

Las percepciones de la mayoría no necesariamente son correctas. Pero el sentido que tengan es un dato esencial para la confección de las políticas públicas.

Enrique Quintana
(V.pág.2 de la sección "Negocios" del periódico Mural del 22 de noviembre de 2012).


Nooo, pos'ora sí ya nos fastidiaron los gringos. ¿Cómo está eso de que ya se puede producir, procesar, y hasta encajetillar mariguana en 22 Estados de la Unión Americana? "Pero sólo para uso medicinal y de entretenimiento" (pos pa'qué otra cosa la usaban).

¿Cómo? ¿No se dan cuenta de que con esta medida les están partiendo el eje a los productores y distribuidores mexicanos de la Golden? ¡Imagínense! Ahora van a producir allá mota sin semilla (o sea que no truena) y además con ISO 9002. Nooo, pos van a desplomar la demanda de nuestra "verde" naturista y orgánica. ¿Y'ora a qué precio vamos a poder vender la "mexican grass"? Corrientita, pero tronadora, cultivada a mano con mucho cariño en las raquíticas laderas del monte. ¡No es justo!

Pero... pero ¡en qué mundo estamos viviendo! Y es que estos cuates americanos no han pensado en los daños colaterales. ¿Qué vamos a hacer con todos los coches que tenemos con compartimentos secretos para pasar la hierba escondida por la frontera? ¿De qué van a vivir los vistas aduanales mexicanos y gringos? ¿Y pa'qué van a servir los túneles que hemos estado excavando con palitas, durante años, entre las 2 fronteras?

Y si ya empezaron con la Golden, luego se van a seguir con las tachas y la coca. Eso sí que nos daría el tiro de gracia. Todos los que laboran en esa cadena productiva van a tener que trabajar en algo decente y ya no habrá nuevos ricos nacos.

Van a hacer que desaparezcan los narcocorridos y ya no se van a vender cinturones piteados ni botas amarillas de piel de armadillo tamaulipeco. Ni tampoco va a haber demanda de departamentos y autos de lujo. Las buchonas se convertirían en una especie en extinción, con todo y sus bubis recién estrenadas. Y lo peor de todo esto, si los narcotraficantes ya no tienen toda esa lana, ¿quién va a financiar las campañas políticas?

No, señores, tenemos que hacer una huelga general de hambre y manifestaciones en todo el país (todos vestidos de verde), contra estas medidas arbitrarias que nos afectan ostensiblemente.

¡Nada de legalizaciones ni de leyes modernas! Queremos seguir viviendo en la época prohibicionista. Y exigimos que se conserve la inseguridad, ¿cómo vamos a coexistir otra vez en paz?

Yo no me puedo imaginar cómo sería vivir en un país en el que se pueda circular por las carreteras sin que lo asalten a uno, en ciudades sin retenes con soldados encapuchados, casas sin barrotes en las ventanas, changarros sin rejas encima de los mostradores, empresarios sin guaruras, niños que puedan ir a la escuela en bicicleta y jugar en la calle. ¡Qué cosa más terrible! Sería vivir como hace 20 años. Una total retrogradez (palabra nueva del "Diccionario de vulgaridades, nacadas y sandeces mexicanas". Edición pirata del 2011).

Todo esto sería la terrible consecuencia de legalizar las drogas y aceptar que no es pecado ponerse bien pacheco.

Necesitamos que vaya nuestro presidente a Washington y regañe a los congresistas americanos (como le hizo con lo de la venta de armas en su territorio) y además que les meta una demanda ante el Tribunal Internacional de La Haya, por libertinos, modernistas y pasados de lanzas.

Alberto Martínez Vara
(v.pág.6 del periódico Mural del 21 de junio de 2012).


Juan Pablo Villalobos nació en Guadalajara, estudió Marketing y Literatura Hispánica, ha investigado temas tan dispares como la ergonomía de los retretes, la flexibilidad de los poliductos para instalaciones eléctricas y los efectos secundarios de los fármacos contra la disfunción eréctil, por mencionar algunos. Este 26 de noviembre, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara presentará su más reciente novela: Si viviéramos en un lugar normal (Anagrama).

-¿Cómo sería México si fuera un país normal?

"Ningún país es normal, el título de mi novela es una broma, una provocación. La cuestión no es ser un país normal o anormal, es ser un país verdaderamente democrático, justo y equitativo. Y lo que sucede es que hemos alimentado una idea de país que justifica todas las atrocidades. Hay gente que se atreve a decir que la violencia actual está relacionada con nuestras raíces prehispánicas, que somos una cultura violenta por naturaleza. Hay gente que dice que somos un país surrealista y eso sirve hasta para justificar la corrupción. Y entonces parece que es imposible cambiar y surge en la gente la añoranza de ser un 'país normal' y de compararse con otros países. Pero esa añoranza no sirve para nada, no se puede construir un nuevo país anclado en esas ideas."

(V.pág.9-B del periódico El Informador del 26 de noviembre de 2012).


El personaje de esta historia de la vida real tiene nombre y apellidos. Para efectos de este relato, no vienen al caso... Para no dejarla en el anonimato, quede constancia de su apodo: "La Prieta"; su edad, 48 años; su lugar de residencia, el poblado de San Sebastián el Grande, municipio de Tlajomulco de Zúñiga, zona metropolitana de Guadalajara ("Ciudad Amable", recuérdese), pues.

Una nota policiaca ("El Occidental", XI-23-12) se ocupó de ella en días pasados. El jueves por la tarde, una mujer pidió auxilio a la policía porque otra mujer la despojó -decía la nota- "de sus pertenencias"; (la bolsa o la cartera, habrá que suponer). Con rapidez y eficacia dignas de película gringa, la policía cumplió la encomienda: detuvo a la presunta ladrona. Para asombro de los gendarmes, la detenida no intentó huir ni pretendió negar los cargos; los aceptó plenamente; confesó su falta... Lejos de entristecerse, dijo alegrarse por su aprehensión. Explicó a los policías que su detención le permitiría "regresar con sus amigas" a la cárcel, donde ya había estado varias veces, siempre por el delito de robo. Volver al Reclusorio Femenil -dijo ella- le permitiría tener "techo y comida seguros"... "La vida en la calle no es vida", sentenció. Agregó que sus antecedentes penales le cancelaban el acceso al "empleo digno" que querría para comer y pagar el cuarto donde vivía (aunque lo de "donde vivía" habría que ponerlo precisamente así: entre comillas). En la cárcel, en cambio, tendría "techo y comida segura"... y "hasta trabajo" encontraría.

En efecto: se trataba de "La Prieta".

La historia de este personaje, cuasi anónimo pero absolutamente real, invita a reflexionar, primero, sobre la cruel paradoja de que muchos mexicanos sean más felices -¡y lo peor: con razón...!- encarceladas que en uso de la libertad; luego, sobre el absurdo de que muchos seres humanos tengan mejores perspectivas de acceso a una vida digna como reclusos que como seres libres; después, sobre la sangrienta ironía de que a las cárceles, en México, se les llame -sin el menor rubor... o con el mayor cinismo- "Centros de Readaptación (?) Social"; finalmente, sobre el conflicto de conciencia por el que debe estar pasando el juez que deberá decidir sobre el caso: ¿cuál es, no el mayor castigo, sino el dictamen más justo para "La Prieta": dejarla una temporada en la cárcel, o condenarla a "disfrutar" del don divino de la libertad...?

Jaime García Elías, periodista y conductor radiofónico
(v.pág 5-B de El Informador del 26 de noviembre de 2012).


El edificio en que deberá llevarse a cabo la investidura de Enrique Peña Nieto como Presidente de la República, el próximo sábado, "blindado" desde una semana antes; la vida ordinaria de los ciudadanos que residen, laboran, transitan o decidieran hacerlo simplemente para comprobar que en este país se respeta la garantía individual referente a la libertad de tránsito, se topan con restricciones -o prohibiciones, de plano- que se antojan absurdas en tiempos de paz.

¿Qué las motiva?: la necesidad -dicen- de preservar la seguridad y el orden... ¿Hay algo que temer?: la posibilidad -explican- de que los inconformes con el resultado de la elección intenten impedir que el rito se celebre y el cambio de poderes se consume... ¿En qué se basan los inconformes para ponerse en un plan tan radical?: en que aseveran tener pruebas de que hubo dirigentes de partidos, tan torvos que ofrecieron comprar los votos... y ciudadanos tan pusilánimes que accedieron a desoír la voz de su conciencia y a venderse por la versión moderna del proverbial "plato de lentejas": tarjetas de puntos de una tienda departamental, etc.

La exhibición de las "pruebas" del supuesto fraude electoral, rayó en lo grotesco. Las autoridades electorales no tuvieron elementos de juicio para complacer a los radicales, que demandaban la invalidación de los resultados y la reedición de los comicios (con campañas, propaganda, debates -¡y edecán, por supuesto!- incluidos. Convalidaron, pues, en lo esencial, la decisión del pueblo (la "vox pópuli", se diría) expresada en las urnas.

En este país, para saber lo que era una elección democrática había que ir al cine... o preguntarles a los familiares residentes en Los Angeles. De la "dictadura perfecta" de que hablaba Mario Vargas Llosa, se saltó al extremo de que la gran mayoría de los ciudadanos pasa a ser rehén de las minorías, si éstas se aferran a que la democracia no consiste en que gane el candidato que decidan las mayorías... sino el que ellas hubieran querido que ganara.

Jaime García Elías, periodista y conductor radiofónico
(v.pág 2-B de El Informador del 27 de noviembre de 2012).


La gente tuvo lo que pidió en las elecciones. ¿Para qué se quejan del estilo del equipo de Enrique Peña Nieto? ¿Para qué se quejan de su gabinete?

Queríamos algo diferente, ¿no? Pues esto es diferente y, por lo mismo, no puedo creer la avalancha de protestas.

¿Por qué en México no podemos tener un cambio de gobierno normal? ¿Por qué el presidente entrante no puede tomar posesión como en cualquier otra parte del mundo?

¿Qué esperan que les diga a las multitudes? ¿Que les pida perdón por haber ganado las elecciones? ¿Que renuncie y se vaya a su casa?

¡Por favor! ¡Son puras ganas de perder el tiempo! ¡De salir en la foto! ¡De echarle a perder la fiesta, no nada más al señor y a su partido, a las personas que genuinamente votaron por él y que merecen respeto!

Yo no estoy dispuesto a perder otros 6 años de mi vida viendo nada, a los pobres más pobres y a los ricos más ricos.

Cada 6 años es lo mismo y yo creo que cada 6 años, en consecuencia, nos sentimos igual: esperanzados, enojados, con miedo, incertidumbre.

Se nos olvida que los políticos no son dioses que cambian las cosas con magia, que nosotros tenemos que hacer lo que nos corresponde.

Se nos olvida que los políticos van y vienen y que nosotros, aquí nos quedamos.

¿Por qué entonces nosotros no somos el centro de esta ecuación? ¿Por qué insistimos en creer en soluciones fantasiosas, en poner nuestro destino en manos de los demás?

Alvaro Cueva
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 2 de diciembre de 2012).


Si en algún momento hemos logrado consagrar la narración de que los mexicanos somos un pueblo feliz a pesar de nuestras carencias materiales, eso se debe, muy seguramente, a la naturaleza esencialmente gregaria de nuestra gente y a la persistencia de una estructura familiar que sigue resistiendo los embates de la modernización.

Somos declaradamente individualistas cuando nos toca asumir los compromisos que exige el bien común, pero en el momento de atender a un familiar o a un amigo en dificultades exhibimos una ejemplar solidaridad. Y mostramos también calidez en las relaciones humanas ahí donde otros pueblos se permiten la dudosa prerrogativa de la indiferencia.

La pobreza, que es una suerte de adversidad colectiva, nos ha obligado a ser más fraternales. Por eso, los más necesitados son también los más generosos. Sin embargo, nos hemos convertido igualmente en una sociedad de hombres divorciados, madres solteras, trabajadores desarraigados, jóvenes sin hogar, emigrantes y ancianos abandonados.

Román Revueltas Retes
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 25 de diciembre de 2012).


Este país vive de expectativas frustradas. Los políticos son expertos en ello. Saben que su poder se concentra en la imposibilidad de ustedes y mía de lograr sobrepasar la expectativa.

Por ello, siempre hacen planes majestuosos donde logran la infraestructura, pero falla el resultado final. Se construyen grandes carreteras pero, por ellas, no circula el recurso. Se inyecta dinero, pero no se acaba el desempleo. Se combate el hambre, pero nunca se acaba la miseria.

Cada sexenio, cada trienio, cada día, nos topamos con la pared del fracaso. El derrumbe predestinado al mexicano de sus expectativas de ser mejores.

Y lo somos. Si volteamos a ver el avance de los últimos 4 lustros, este país es radicalmente distinto a lo que era. Todo, gracias a Ud. y a mí, no a la prevenda política.

Gonzalo Oliveros
(v.pág.17 del periódico Milenio Jalisco del 28 de diciembre de 2012).


Los mexicanos no sabemos convivir con rivales ideológicos; los tratamos como enemigos y no como adversarios. Defendemos nuestra ideología como si ésta fuera la expresión de una verdad absoluta. Nuestros debates, en vez de llevar a la verdad negociada, la llevan a la intoxicación triunfalista a la humillación del rival.

Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 29 de diciembre de 2012).


"¿Escucharon? Es el sonido de su mundo derrumbándose. Es el del nuestro resurgiendo. El día que fue el día, era de noche. Y noche será el día que será el día".

Leí esta frase creyendo que Marcos lamentaba que el mundo indígena, su mundo de ellos, se estaba derrumbando. Y resurgía el nuestro, el de México. El final era un trabalenguas bobo. El inicio parecía un acto de lucidez súbita y un reclamo: el mundo de los indios se derrumba y ustedes nada hacen. Pues no, me dije, porque todos nos empeñamos en impedir el derrumbe de nuestros mundos.

"Los usos y costumbres son sagrados y deben conservarse como Patrimonio de la Humanidad". Bien. Allá ustedes y sus mujeres que no pueden votar ni participar en asambleas, sus elecciones sin voto secreto, sus métodos de producción. Otros pensamos que hay culturas que producen pobreza porque están diseñadas para producir una forma de vida que, desde fuera, llamamos pobreza. Eso se oye mal en un mundo lleno de almas caritativas.

Va lugar común: no es la caridad, sino el empleo y las formas comprobadas de producción eficiente lo que crea riqueza. Un sistema fiscal moderno debe orientarse a la redistribución, en forma servicios, de esa riqueza. Es obviedad aquí, no en Chi-a-pas, donde las zonas "liberadas" del agobiante estado mexicano, los municipios autónomos, producen mayor pobreza, desaliento y rencor.

Pero el su de Marcos se refería el enorme país que es México. Es lo malo de no decir vosotros: "Es el sonido de vuestro mundo derrumbándose", queda claro. Como el Himno Nacional: Mexicanos... el acero aprestad; como Sor Juana: Hombres necios que acusáis...; como la canción de ronda infantil... Que manda decir el rey que cuántas hijas tenéis.

La economía mexicana se derrumba con inesperados hallazgos petroleros; el Banco de México, este mismo día 21 en que Marcos predijo su Fin del Mundo, publica: las reservas internacionales en divisas y oro alcanzaron "un nuevo máximo histórico de 163,650 millones de dólares (...)".

Otro disparate de Marcos para compás de su banda intelectual. A'i la llevan, muchachos.

Luis González de Alba
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 1o.de enero de 2013).


Hace poco platiqué con un tipo que es un asaltante gringo, todo tatuado, pelón, patilludo y metodista (se mete de todo; polvos, pastillas, hongos y a veces hasta comida). Y me comentó algo que me hizo pensar en que cada problema social tiene dos caras: "Yo me vine a México", me dijo, "porque aquí puedes asaltar cualquier negocio o meterte a una casa sin peligro, porque nadie tiene armas. En mi país todos tienen una escopeta abajo del mostrador o una pistolota debajo de la almohada. Allá es muchísimo más peligroso ser asaltante".

Me quedé pensando, y recordé las palabras de uno de los directivos de la NRA (National Rifle Association). Este señor es el típico fanático medio chalado, pero dijo algo que no es tan absurdo: "Si le prohibimos a los ciudadanos buenos que tengan armas, sólo las tendrán los ciudadanos malos".

Les repito, no estoy de acuerdo en que le vendan armas de asalto a cualquier persona, ¿pero entonces cómo podemos defendernos si te llega un tipejo con una pistola y te exige derecho de piso, el coche, la cartera o a tu hija? Si somos realistas, hoy la Policía mexicana es insuficiente para defendernos contra tantos delincuentes armados.

El problema de las armas es que son como un cuchillo de 2 filos, porque si sacas un arma la vas a tener que disparar, o te mueres.

Hace muchos años conocía yo al entonces secretario de la Defensa Nacional y le enseñé una pistola que me acababan de vender, una Walther PPK .380 (como la de James Bond). Y me preguntó despacito, con su voz aguardentosa: "¿sabes disparar bien?". "Pues no mucho, mi general", le contesté honestamente. "Ah, pos' entonces llévala con el armero pa' que le lime la mira". Con cara de extrañez le pregunté "¿Así ya le puedo atinar a cualquiera?". "No", me contestó. "Pero así, cuando te la quiten y te la metan en la boca, no te romperán los dientes".

O sea que tener un arma no es sólo comprarla, es saber usarla en un momento de crisis. Y eso sólo se logra disparándola mil veces.

Muchos dirán que eso sería volver a la selva y a la ley del más fuerte. ¿Y no vivimos hoy así? Pregunten a los familiares de los 25,000 desaparecidos.

La triste estadística es que en los últimos 6 años se vendieron en EU 420,000 millones de dólares en armas y los francotiradores locos mataron a 151 personas en 25 asesinatos masivos. En México, los portadores de armas ilegales han asesinado a 70,000 personas. Nadie sabe cuántas de ellas iban desarmadas.

Entonces, como dije al principio, cada problema social tiene 2 caras. ¿Quién es el dueño de la verdad absoluta?

¿Ustedes saben qué es lo que mantiene la espada en la cintura de un caballero? La espada en la cintura del caballero de enfrente.

Alberto Martínez Vara
(v.pág.6 del periódico Mural del 3 de enero de 2013).


Este México maravilloso ha obtenido medallas de bronce, plata y oro en el maratón de resistencia y aguante: haber sobrevivido al imperialismo azteca, que hacía guerras para obtener prisioneros para sacrificarlos a Huitzilopoztli no es algo de poco valor. La sangrienta conquista, lograda por un puñado de aventureros auxiliados por las diversas naciones desesperadas por la opresión azteca. 3 siglos de opresión colonial, con los indios y castas en lo más bajo de la pirámide coronada por los peninsulares son también dignos por lo menos de la medalla de plata. 11 años de la Guerra de Independencia y las interminables luchas de federalistas y centralistas fueron simplemente la overtura de la sinfonía trágica de las Guerras de Reforma, sangrientas como todas las guerras civiles. La tragicomedia, más tragedia que comedia, de los años de Porfirio Díaz y de nuevo otra serie de tragedias con las rebeliones y revueltas de Madero, Villa, Zapata, Carranza, el matón de Álvaro Obregón y la política cerril de Calles; las tragedias del agrarismo, la mano férrea del PRI con sus tentáculos de la CNOP, la CROM, CTM, CNC y demás. Las represiones de obreros, médicos y ferrocarrileros de los años 50; la matanza de Tlatelolco; los miles de muertos en la guerra contra el narcotráfico y la delincuencia organizada, los miles de mexicanos muertos en la frontera norte en busca de trabajo son sin duda alguna merecedores de medallas de oro en la carrera por la sobrevivencia de este país sufrido que no se da por vencido.

Jesús Gómez Fregoso, historiador y catedrático de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.17 del periódico Milenio Jalisco del 11 de enero de 2013).


Nuestro amado México es sin duda el país más transparente del mundo, no creo que haya habido ni habrá en ninguna otra nación en televisión nacional, prime time, sobornos como los que hubo aquí y que los actores de éstos estén gozando de jugosamente pagados puestos públicos -o sea no paso nada-.

Recordemos un poco y tratemos de olvidar que somos un pueblo con una fuerte tendencia a olvidar lo fregados que vivimos, tendencia perfectamente comprensible para no volvernos locos, simplemente para hacer notar la falsedad del corporativo, recordemos que hace poco tiempo y para combatir a los malos se nos obligó a registrar nuestros celulares en una entidad tan falsa como la propia IFAI, amenazaban con que se cancelarían los números no registrados, bueno, las penas del infierno eran pocas comparadas con las que tendríamos los que no registráramos el número de nuestro aparato. El resultado fue que en tepito usted podía conseguir la lista completa de teléfonos registrados y podía hacerlo por muy poco dinero. La bola de hocicones dijeron que el instituto protector era el que lo había comercializado y como en nuestro país aunque todo se sabe no pasa nada, por ello tiene muy poco de creíble y casi es seguro que mienten.

Carlos Enrigue
(v.pág.4-B del periódico El Informador del 13 de enero de 2013).


Fieles imitadores de sus amos, los perros decidieron organizarse creando su propio cártel. Sin armas sofisticadas pero con una instintiva y feroz coordinación, agilidad para el ataque y más agilidad para el escape, una jauría de chuchos marginados, ubicada en el Cerro de la Estrella, en Ixtapalapa, ha mantenido en solfa a la ya de por sí indefensa población. Como cabía esperar, las autoridades se anotaron un rotundo 10 al capturar tanto al líder como a los integrantes de esta perruna banda delictiva en tiempo récord. Como cabía también esperar, más tardaron en capturarlos que en declararlos inocentes, pese a que sus fotos habían ya circulado por los infaltables medios. Desde luego esta exoneración, también como cabía esperar, fue presionado por las inmediatas manifestaciones que los habituados habitantes del Distrito Federal hicieron para exigir la inmediata liberación de los cautivos. En esta marcha participaron numerosos perros, pero como en tantas otras, fueron llevados a la fuerza, y sin siquiera saber por qué estaban protestando.

Y mientras la nación entera se enteraba de este trascendental acontecimiento, apenas comparable con el fallido fin del mundo o los chismes rosas de la farándula, en México subía la gasolina una vez más, con la promesa del nuevo secretario de Hacienda de que seguirá subiendo, sin que haya sido posible hacerlo declarar hasta cuándo, o hasta qué tope. En algunos municipios de la zona metropolitana de Guadalajara, y en algunos casos, el impuesto predial se fue a las nubes con el feliz recurso de aumentar la valoración catastral aunque no haya persona alguna que pueda vender su casa en el nuevo precio que ha fijado el señor autoridad. Igual ocurrió con el asunto del gas, la electricidad y por supuesto el agua potable, que muchas personas han de pagar aunque nunca la reciban. Y en tanto las nuevas autoridades federales y municipales hacen su agosto en la cuesta de enero, los medios publican por todo lo alto noticias igualmente felices: Guadalajara es el municipio más endeudado de México, y Jalisco el estado que contrajo la deuda más alta de toda su historia, o sea que acudiendo al tapatío refrán de años pasados, -estamos como las jericallas, a dos fuegos-, es decir, lo mismo nos endeuda el gobierno del cambio que el gobierno del contracambio, nada de lo cual ha motivado al congreso estatal o a las dependencias municipales a reducir salarios y nóminas; pero eso sí, para asombro de todos, solicitar nuevos préstamos al más puro regateo nacional: pide 3 para que te den 2, cuando apenas si necesitas uno.

Hay otras noticias entre alentadoras o alarmantes: nuevas poblaciones, a ejemplo de Cherán, se levantan materialmente en armas para defenderse de los delincuentes, ya que el gobierno simplemente no puede cumplir con una de sus más importantes obligaciones: mantener el orden público, por más que siga cobrando como si pudiera. Es alentador que las comunidades se organicen para salvaguardar sus bienes y sus vidas, es un signo que habla de la toma de conciencia comunitaria que se ha hecho tanto esperar y que puede prometer verdaderos cambios. Pero es también alarmante que la justicia deba volver a propia mano, pues se abre así un abismo de caos y salvajismo muy semejante al de las guerras civiles. En tanto estas cosas ocurren, persiste la esfera impoluta de la función pública, cuyos integrantes ni se agitan ni se despeinan, por el contrario se lucen ante los medios dando elegantes declaraciones, enfundados en finos trajes de marca, como si fuesen invitados extranjeros llegados de los países más prósperos y pacíficos del planeta.

Armando González Escoto
(v.pág.5-B del periódico El Informador del 20 de enero de 2013).


En pasados días apareció un conocido antropólogo mexicano, certificando televisivamente, que varios de los restos de próceres de la historia de México, depositados con toda pompa y circunstancia de la bizarría militar, en osarios cristalizados y dorados en el Monumento a la Independencia de la contaminada capital del país, no eran de humano, sino que había de animales, huesos de venado para seña mayor, -en los de Morelos y Matamoros-, y hasta de infantes, -en el de Doña Leona Vicario-, supuestamente enterrados con su progenitora, o que vaya usted a saber cómo llegaron allí...

En la más pura expresión surrealista, hay que ver que el pirataje por acá, no respeta ni a los héroes muertos...

Francisco Baruqui
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 21 de enero de 2013).


No cabe duda de que quién caracterizó alguna vez el gusto del mexicano a las telenovelas y la lucha libre como una vocación colectiva a la evasión, y a no enfrentar con aplomo y seriedad los verdaderos problemas que le rodean, tenía (y tiene) algo de razón.

Alejandro Irigoyen Ponce
(v.pág.3-A del periódico El Informador del 23 de enero de 2013).


Me vuelvo a referir a "Sueños y aspiraciones de l@s mexican@s" documento que nos da una idea clara para saber dónde poner los énfasis colectivos.

Publicado por la revista Nexos relata que el mayor hallazgo es la fractura entre los mexicanos y su país; con un individualismo exacerbado, los mexicanos tienen un altísimo nivel de autoconfianza en la posibilidad de incidir en su futuro personal y el de su familia: 90% dice que puede cambiar su destino y más de 70 de cada 100 dicen que su máxima aspiración es el bienestar de su familia.

Un 53% confía en su capacidad para cambiar el rumbo del país; 61 de cada 100 afirman que el futuro es más importante que el pasado y 76%, que los sueños sí se puedan hacer realidad.

De nada sirve para el futuro tanta confianza individual, si no se traduce en energía transformadora de la realidad nacional. Sin sueño colectivo, sin faro que alumbre un camino, sin confianza en los gobernantes y los compatriotas que caminan a su lado, los mexicanos encuentran consuelo y esperanza en su familia.

La familia es idealizada como refugio en donde los mexicanos pueden confiar unos en otros. Esa imagen impide a los ciudadanos percibirse como parte de una colectividad superior (la comunidad, la ciudad, la patria) y al mismo tiempo ponerse de acuerdo para alcanzar metas en conjunto. El 63% de los entrevistados dice que en México "cada quien jala por su lado".

"Antes de perderse para siempre en el laberinto de su soledad, la familia brinda un asidero social y el motivo para salir a luchar por algo y por alguien". El estudio arroja un diagnóstico claro sobre una de nuestras principales problemáticas: los responsables de conducir e iluminar los pasos del país están contaminados de egoísmo, cinismo e intereses ocultos. Y al filtrarse ese sentimiento a las diversas capas de la sociedad, el país se reduce a la familia y no se confía en otros para lograr lo que se aspira.

Si México es un país sin sueño común (proyecto), un barco a la deriva, sin faro que ilumine el rumbo (liderazgo), con ilusiones fragmentadas, con desconfianza rampante, con angustia por el presente y bloqueos para imaginar el futuro, deberíamos dejar la coyuntura, la nota roja y la miopía, para dar paso al debate profundo sobre el rumbo y el destino que como nación queremos tener.

César de Anda Molina
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 29 de enero de 2013).


Desde que Lázaro Cárdenas en un arranque de dignidad y poder expropió en 1938 el petróleo se nos ha venido diciendo que es de los mexicanos y para eso desde el principio el discurso ha estado saturado de contenidos y adjetivos nacionalistas que a todos nos llenan el pecho de orgullo, como si la Patria toda la tuviéramos en nuestras manos y su riqueza realmente escurriera entre nuestros dedos.

Es impresionante leer en el artículo 27 de la Constitución que "corresponde a la Nación el dominio directo de todos los recursos naturales... los combustibles minerales sólidos; el petróleo y todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos; y el espacio situado sobre el territorio nacional, en la extensión y términos que fije el derecho internacional".

En el nombre del petróleo, del oro negro que nos tiene en el catálogo de los países petroleros ricos del planeta, se han creado instituciones como Petróleos Mexicanos y para darle el apoyo técnico que la industria demandaba al ser expropiada, se fundó el Instituto Politécnico Nacional; asimismo con el propósito de crear la tecnología propia y aportar conocimiento científico a la industria fue creado el Instituto Mexicano del Petróleo y todo ello para que los mexicanos pudiéramos disfrutar de una más elevada calidad de vida al estar usufructuando los beneficios de la riqueza petrolera que tanta discordia despierta en el mundo y promueve guerras para obtener el combustible que aporta la energía que mueve al planeta.

Todo el planteamiento es ideal y las palabras escritas y dichas por los políticos de todos los signos ideológicos dicen que el petróleo es de todos los mexicanos aunque este ideal esté lejos de la realidad y cerca de la fantasía. Si hubiera un real compromiso de que el petróleo beneficiara al pueblo de México entonces administrarían la industria expertos capacitados para reproducir y transformar con valor agregado la materia prima que puede aumentar su precio en el mercado internacional.

La petroquímica es un ejemplo de cómo se le puede agregar valor al petróleo que se extrae de las entrañas de la tierra. Las determinaciones han sido equivocadas por error o por interés. Si la petroquímica es prácticamente inexistente en el país es porque los políticos así lo han convenido al aceptar las presiones externas que les han impuesto modelos que nada tienen que ver con los valores nacionalistas que hoy les estorban para abrir el camino al capital privado.

Hace mucho que el oro negro no está en nuestras manos. Cada vez que se incrementan los precios de las gasolinas y el gas sentimos como este bien se convierte en el vehículo que nos acerca al mal vivir.

Las referencias relacionadas con el petróleo siempre están caracterizadas por los excesos. El sindicato y las prestaciones desproporcionadas que disfrutan quienes lo controlan son enormes, los dirigentes de los trabajadores de esta industria detentan una riqueza a la que ningún obrero podría acceder con el sudor de su frente.

Los administradores de PEMEX manejan la empresa como patrimonio propio y manejan los miles de millones de dólares que pasan por sus manos con toda discreción, escondiendo información y beneficiando con sus determinaciones a los proveedores que mejor los gratifican.

La industria de la transformación de la riqueza petrolera está estancada y ha sido empujada a la obsolescencia tecnológica. Por décadas hemos importado las gasolinas que deberíamos estar produciendo y exportando al mundo. El conocimiento científico y tecnológico de los expertos capacitados en las instituciones de educación superior de México ha sido aprovechado por todos los países petroleros del mundo, pero escasamente por PEMEX.

Por estos días el presidente Enrique Peña Nieto ha comentado con la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, acerca de la conveniencia de establecer una alianza estratégica entre PEMEX Y PETROBRAS, para intercambiar información y experiencia científica y tecnológica y es que posiblemente entre los colaboradores de Peña Nieto se omitió decirle que Petrobras se desarrolló utilizando una importante proporción del conocimiento científico y tecnológico que obtuvo de México.

Hace casi 20 años, el Instituto Mexicano del Petróleo era uno de los centros de investigación en que se capacitaban los especialistas de Petróleos Brasileños, la empresa cuyo modelo de privatización ha sido puesto sobre la mesa de la discusión en la reforma energética de México. Pero mientras al IMP se le ha recortado el presupuesto, Petrobras invierte, cada año, más de 700 millones de dólares en capacitación, investigación y desarrollo a través de su instituto petrolero y 25 centros de enseñanza superior.

Es una fantasía considerar al petróleo como nuestro cuando observamos en los hechos que esta riqueza sólo beneficia a unos cuantos. Al gobierno le ha permitido petrolizar la economía en lugar de llevar a cabo una profunda reforma hacendaria y fiscal para que paguen los que más tienen. A los grandes empresarios nacionales y extranjeros, hacer buenos negocios en el país al aportar poco al fisco y mantener bajos los salarios de los trabajadores y a usted, si lo piensa bien, ¿qué tanto sube la calidad de su vida cada vez que elevan el precio de la gasolina? Es nuestro lo que nos beneficia y éste no es el caso. Mito fantástico, ni más ni menos.

Enrique Pérez Quintana
(V.Yahoo! Noticias del 30 de enero de 2013).


Nos hemos acostumbrado a un México incambiable: atrasado, corrupto, violento. Nuestra incapacidad para pensar de maneras creativas y audaces, nos vuelve víctimas de lo que se ha denominado "la tiranía de las ideas muertas". Nos obligan a vivir en la dictadura de los paradigmas pasados.

Nos convierte en un país de masoquistas como sugiriera Mario Vargas Llosa, puesto que México no ha logrado pensar distinto ni adaptarse a las nuevas circunstancias. Es necesario desechar muchas ortodoxias; reconocer nuestras ideas muertas y enterrarlas de una buena vez antes de que nos hagan más daño. Requerimos nuevas ideas para el país que puede ser.

Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 2 de febrero de 2013).


Pemex tiene un promedio de 5 accidentes graves por año, en sus instalaciones. El último, antes de la explosión en la torre B2, sucedió el 17 de septiembre de 2012, en un centro receptor de gas, a 19 kilómetros de Reynosa. Hubo 26 muertos y también se descartó oficialmente un posible sabotaje.

En un país tan centralizado como México, es muy difícil sostener la atención de los medios de comunicación y de la clase política sobre un tema que tenga como epicentro cualquier otro lugar de la república. Las comparaciones son odiosas, sobre todo cuando se trata de tragedias, pero basta decir que la explosión de Reynosa fue nota principal de los periódicos nacionales sólo el día posterior a los hechos. 100 horas después ya no estaba en las portadas de los rotativos. No ameritó reacciones de una constelación de políticos parecida a la que ahora se manifiesta. Fue un accidente muy grave, pero aconteció en Tamaulipas, a 700 kilómetros de la capital.

Luis Miguel González
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 9 de febrero de 2013).


¿Por qué es tan difícil cambiar la cultura política del país? Gracias a la apertura en los medios de comunicación, y nuevas tendencias en transparentar la información gubernamental nos ha permitido observar horrorizados en que muchedumbres se desenvuelven estas extrañas criaturas que tratan de gobernar México.

Gracias a Twitter, Youtube y Facebook estamos inundados de fotos y videos de nuestros honorables políticos y funcionarios llevando a cabo todo tipo de ilegalidades, todo un "reality show" de corruptelas. Además podemos atestiguar con más detalle la falta de liderazgo que existe en nuestra clase política.

¿Usted se puede imaginar que le sucedería a un CEO si se publicara fotos de él o ella empacando una maleta de dinero o exigiendo pago por cometer un fraude en contra de la empresa? ¿O cómo reaccionarían los accionistas si vieran se transmitiera un video de un alto directivo exigiéndole favores sexuales a sus subalternos? En la mayoría de los casos estos individuos estarían siendo escoltados por seguridad a la puerta de salida de la empresa.

En el caso de la "Empresa México" el balconear las porquerías no es suficiente para despedir. El hecho de que todo el mundo pueda ver fotos de los yates y carros de lujo que compraste a "junior" con el erario público no es suficiente para terminar con la carrera política en México. Al contrario, parecería que eso te garantiza que te den fuero.

Entonces, si el transparentar no es suficiente, ¿el golpear los bolsillos de los corruptos y de los ineptos debería de ser un buen incentivo a portarse bien?

Pues en este México mágico no es el caso.

A pesar de todas las críticas y quejas que puede existir en contra del IFE, también es la institución con un récord planetario de multar partidos por corruptelas en los procesos electorales. Como olvidar los mil millones de pesos que tuvo que pagar en el 2003 el PRI por el Pemexgate o los 540 millones de pesos que tuvo que desembolsar el PAN-PVEM por Amigos de Fox, ni hablar de las recientes decisiones que ha hecho el IFE a la luz de las campañas y otras decenas de sanciones que se han acumulado y pese a esas sanciones los partidos no mejoran su comportamiento.

Hay que entender una cosa, las multas no afectan directamente a los individuos detrás de estas campañas porque el dinero que pagan viene del erario público, o sea de nuestros impuestos. Ahora, los gobernadores y presidentes municipales están exigiendo que el gobierno federal los rescate de abismo de deudas que se han acumulado. ¿Se pueden imaginar qué sucedería en los siguientes años? Ningún gobernante de ahora en adelante se preocuparía por pagar sus deudas y se dedicarían a gastar o robar con completa impunidad. ¿Para qué exigir que se paguen más impuestos y enfrentar la ira de los ciudadanos, si papá gobierno federal los rescatará?

No es solamente un problema de impunidad y la necesidad de castigos ejemplares. Lo que se necesita son incentivos para que la clase política cambie su forma de comportar y que sea más responsable.

O sea, enviarlos a la cárcel. No hay nada como perder la libertad para cambiar el comportamiento de una persona. Pero en este México mágico, los procesos penales han sido un arma más para las persecuciones políticas. Por lo menos eso parecería cuando uno analiza casos del sexenio pasado.

Cuando se dice que "México se está colombianizando" tiene un tono despectivo. Pero en el caso de Colombia, 100 legisladores o antiguos legisladores fueron procesados penalmente por vínculos con los paramilitares y, de ellos, 30 fueron sentenciados a prisión. ¿Se imagina usted un legislador mexicano purgando tiempo en la cárcel? No estaría mal que nos "colombianizáramos", aunque sea un poquito.

Ana María Salazar
(v.pág.12-A del periódico El Informador del 11 de febrero de 2013).


La honestidad no es por cierto la virtud más destacada en la sociedad mexicana, como sí lo es, por ejemplo, la generosidad o la solidaridad ante situaciones límite. Somos deshonestos desde el momento en que pensamos que el fin justifica los medios, y sobre todo, cuando el fin deseado acaba siendo única y exclusivamente el propio provecho o la propia satisfacción, así se disfrace de los pretextos más altruistas, y suponga en contraparte el perjuicio ajeno.

Por un mínimo de honestidad, muchas personas que ostentan elevados cargos, jamás los habrían aceptado ni mucho menos buscado, si, con sinceridad, conocieran y aceptaran sus evidentes limitaciones. Con demasiada frecuencia sucede todo lo opuesto, a la hora de perseguir promociones y puestos, en lo menos que se piensa es en si se tendrá la capacidad, el perfil, la experiencia que el cargo requiere, lo que importa es alcanzarlo, y lo hacen con la más descarada deshonestidad, cosa que tampoco les quita el sueño, porque dirán, así hace todo mundo. Por si fuera poco, muchos asumen tales responsabilidades pretextando las más nobles y altruistas razones, actitud que añade a la deshonestidad de base, hipocresía de forma.

Armando González Escoto
(v.pág.3-B del periódico El Informador del 17 de febrero de 2013).


Había una vez un niño que nació verde. "Este es el color de la impunidad", le dijo la primera de las tres hadas que visitaron su cuna. La segunda le comentó muy quedito al oído: "Cuando cumplas 22 años, heredarás un partido para ti solito y cuando seas mayor, serás senador". Y la tercera le aseguró que sería millonario: "Serás dueño de muchos negocios, los cuales te permitirán comprarte todo lo que quieras: relojes, coches de lujo, yates y muchas residencias. Invitarás a muchos amigos y amiguitas a tus yates y allí brindarán con champaña y beberán muchos tequilas y serás feliz porque tendrás mucho poder". Todo el mundo en su casa consentía al bebé verde, especialmente su abuelo, quien era un político muy importante. "Así como lo ven... este niño tiene mucho futuro. Estoy seguro de que llegará muy lejos. Será un experto en zafarse de sus transas... Siempre se saldrá con la suya...", le decía el abuelo, muerto de la risa, a todos sus amigos. El mismo orgullo sentían su padre y sus tíos. Todos admiraban al bebé verde, quien, a pesar de que aprendió a hablar hasta los tres años, cuando era sorprendido en una de sus tantas travesuras, siempre tenía respuestas para todo y muy rápidas: "Me chamaquearon", decía con una sonrisita angelical. (Hay que decir que su vocabulario siempre fue muy limitado, incluso cuando llegó a ser senador era conocido por su cero intervenciones en el Senado. Una vez, en una entrevista que se le hizo en la tele, confesó que a él nada más le gustaban las mujeres "vírgenes" y que no sabía que significaba la palabra "composta", no obstante se ufanaba de sus conocimientos ecologistas). Una de las características de este pequeño eran sus mentiras, ah, cómo mentía. A veces se cambiaba de nombre, creía que, al hacerlo, nadie lo descubriría en sus múltiples trampas. En el colegio, copiaba los exámenes, se burlaba de sus maestros y a veces hasta se robaba el "lunch" de sus compañeros. "Es que siempre tengo hambre y sed", intentaba justificarse con el director. Para celebrar sus cumpleaños, invitaba a toda la clase. Cuando cumplió 6 años, organizó una fiesta de disfraces; todos los invitados tenían que venir disfrazados en color verde. "Limón podrido dame un abrazo que yo te pido...", le cantaba a las niñas mientras las empujaba, las tiraba y las despeinaba. Era tan agresivo con ellas que, en una ocasión, tiró a una pequeña del balcón. La niña, quien por cierto era extranjera, se murió. Cuando los padres de la pequeña le reclamaron, el Niño Verde les dijo: "La fiesta no fue en mi casa, fue en un salón de fiestas, y además yo ni fui, porque yo estaba cuidando a mis tortugas y a mis lagartijas". Una vez más se salía con la suya. A pesar de que sí había estado en su fiesta, puesto que él mismo invitó a todos sus amiguitos, quién sabe de qué artimañas se valió, el caso es que los adultos le creyeron.

Andando el tiempo, el Niño Verde se fue haciendo tan malo y tan cínico que, poco a poco, su color cambiaba hasta convertirse en el Niño Negro. Sus detractores, también lo llamaban el Patán Verde. Una madrugada iba muy contento manejando su coche Mercedes Benz, de color negro (como su conciencia) con placas 224XFF, por Polanco, cuando de pronto, lo paró un policía. Cuando quiso hacerle la prueba del alcohol, el Patán Verde le confesó que había tomado cuatro copitas de tequila. Como no se dejó hacer la prueba del alcoholímetro, entre 10 policías intentaron llevárselo al "Torito" (Centro de Sanciones Administrativas y de Integración Social), pero no había manera. De pronto, aparecieron sus "guaruras", también verdes, y le dijeron a Antonio Carracheo, uno de los policías: "Échame, la mano, ¿no?, es el Niño Verde". Te vamos a dar 2 mil pesos. No saben con quién se están metiendo". El policía no aceptó y, como pudieron, él y sus compañeros, se lo llevaron al "Torito". Allí, encerrado, el Patán Verde no aguantó tanto frío, tanta hambre y tanta sed. "Me voy a amparar", pensó el senador. Así lo hizo y no cumplió con las horas que representaban su falta administrativa. Una vez más se salió, aparentemente, con la suya, porque aunque se amparó y salió del "Torito", ayer regresó a pagar las 13 horas que le faltaban.

Al otro día, todas, pero todas las redes sociales censuraron de una manera muy negativa el comportamiento del senador Jorge Emilio González. Como ejemplo, he aquí uno de los tantos tuits que reflejan a la perfección el sentir de la ciudadanía, especialmente los jóvenes: "Además el Niño Verde es un reflejo de las patéticas elites mexicanas y por eso luego sí dan muchas ganas de empuñar las armas".

Guadalupe Loaeza
(v.pág.9 del periódico Mural del 21 de febrero de 2013).


Coque Milo, tras peripecias, influencias, corruptelas, en fin, por fin y al fin, terminó el bachillerato, pero... Pero ¡oh desgracia! El golfón en ciernes no quería estudiar ya nada. Su padre Jorge, político renombrado y con todo lo que con su "profesión" conlleva, lo cuestionaba: -¡Ahh! ¿no quieres estudiar talegón...? Pues yo no mantengo vagos, así que ¡a trabajar...! ¿Estamos?

El "Papi", hombre acaudalado e inmerso en la política, -una cosa lleva a la otra o viceversa-, con políticos amigos, trata de conseguirle un empleo, para lo que habla con uno de sus compañeros de partido bien "enchufado" en el gabinete:

-Oye Peñita, ¿Te acordarás de mi hijo Coque Milo? Pues fíjate que a tiras y tirones acabó el bachillerato, pero no quiere estudiar. Ahí si puedes, necesitaría un puesto ya como para que empiece a trabajar, mientras decide qué carrera va a seguir... La cosa es que haga algo; que anda de vago en el golf, con la moto, y de flatulento en los antros con suripantas, y así a ver si se compone y hace algo de provecho. ¿Me entiendes?

A los 3 días el amigo Peña se reporta: -¡Ya te lo tengo Jorgito, Asesor del Presidente de la República con unos 90,000 al mes, ¿qué te parece?

El padre responde: -¡No la friegues Peñita, sería una locura. Debe empezar desde abajo, porque con ése dinero, se me descompone peor!

A los 2 días, de nuevo Peña al padre del gandul: -Ahora sí mi George, le conseguí un cargo de Asistente Privado de Diputado Federal, con un sueldo más modesto de 50,000 mensuales...

Don Jorge contesta: -¡No Peñita, que acaba de salir de la prepa... No quiero que la vida se le haga tan fácil de entrada. La intención es que sienta la "necesidad" de estudiar, ¿comprendes?

Al siguiente día Peña llama:

-¡Ahora sí Jorjón..! Jefe de compras en la Delegación de la Secretaría de Educación, claro, entendiendo que el sueldo va para abajo... 30,000 nada más...

De nuevo "papi" George: -¡Por favor Peñita, por favor...! Consíguele algo más modesto que va empezando. Algo de unos 8 o 10,000...

-¡No ma...nches! Eso es imposible! Contesta Peñita.

-¿Pero, por qué?- riposta el "papín".

-Porque esos cargos son por concurso, necesitan currículum, inglés, título universitario, tener por lo menos una maestría o un post-grado en el extranjero, haber hecho méritos, estar afiliado a un sindicato, antecedentes y, por supuesto, experiencia previa... Tá cañón mi George, ¡TRABAJOS ASÍ NO SE ENCUENTRAN FÁCILMENTE!

Tras reflexiva y profunda meditación, papá Jorjón indujo al vástago a la política, fundando y heredándole un partido emblematizado con colorido verdáceo en tono marihuanero, para que el junior viviera de él mejor que el maharajá de Kapurtala, llegando Coque Milo a consagrarse como golfo de primer mundo, tan senador como adorador de Baco, lo que en nocturnal aventura le valió sufrir la gelidez de una celda para beodos, compartiendo "hambre y penuria" con ausencia de solaz esparcimiento, saliendo amparado para continuar su disipada vida francachelera, esquilmando en la subdesarrollada política del más ínfimo nivel.

¿Cuento, fantasía, historia?

Que no, paciente lector mío, SUCEDIÓ... ¡Y SUCEDIÓ EN MÉXICO!

Francisco Baruqui
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 25 de febrero de 2013).


Con la sorpresa, y para algunos el susto de la detención de Elba Esther, los comentarios primerizos han sido un volver al país de las utopías: ahora sí todo va a cambiar, ya era hora de que se pusiera freno a esta mujer, en delante la educación se transformará... ¿y qué no hay otros líderes y otros sindicatos, y qué no persiste un congreso federal sobrepoblado, oneroso e inútil, y como éste el de otros estados? ¿Y la excesiva nómina burocrática de gobiernos estatales y municipales? ¿Y la cascada de cobros corruptos que se dan todos los días en todos los tribunales de la nación? ¿Y la persistencia de la impunidad que comienza cuando las administraciones salientes no son cabalmente revisadas, y si lo son, de todas formas no pasa nada?

En lo que mira específicamente al rubro de la educación, debemos recordar que los sindicatos tienen como objetivo velar por los derechos laborales de sus agremiados, no por su eficiencia profesional, si bien mucho podrían hacer en este aspecto si tuvieran altura de miras, por lo mismo el proceso por defraudación que se sigue a la maestra poco o nada influirá en la reforma educativa, si no se comienza por reformar las escuelas normales, y capacitar permanentemente al profesorado.

Armando González Escoto
(v.pág.6-B del periódico El Informador del 3 de marzo de 2013).


"Ante el cadáver de un líder"... película mexicana de 1974, que dirigió Alejandro Galindo y que protagonizaron David Reynoso y Gonzalo Vega, que retrata un "detalle" en la vida de un sindicato. Muere el líder en un hotel de paso, se presentan toda clase de enredos y situaciones cómicas, con taquero incluido, hasta que llega el segundo de abordo para dar el albazo y autoproclamarse nuevo líder, entre tamborazos y vítores de las "fuerzas vivas".

Por supuesto, los personajes que encarnan a los dirigentes sindicales cumplen con el estereotipo de joyas, guaruras y autos lujosos. Es sólo una película, una visión de comedia con cierta dosis de crítica social, pero en su fondo revela una estampa que palidece ante la realidad. Es el famoso gusto de los líderes sindicales mexicanos por lo ostentoso, por hacer alarde de la condición económica a la que acceden -representando los intereses de la clase obrera-. Una burla.

Y es que algo tienen las organizaciones gremiales, en su concepción, estructura y cobijo gubernamental, que permite ejemplos como el de la maestra Elba Esther y el actual líder del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps, aficionado a las joyas, los relojes de un millón de pesos, los viajes a Europa y los autos de 25 millones de pesos, como el que conduce actualmente uno de sus hijos, en Ferrari Enzo.

Alejandro Irigoyen Ponce
(v.pág.9-A del periódico El Informador del 4 de marzo de 2013).


Seguramente la malvada bruja Elba Esther Gordillo se robó los billetes del sindicato de maestros del país de Oz sin ayuda de un solo mono volador. Dicen que hacía brujería y les creo porque la única cosa que podría permitirle el desvío de todos esos recursos sin levantar sospecha alguna hasta hace poco es la magia negra. Seguramente Juan Díaz de la Torre, su otrora brazo derecho y hoy sucesor, no tenía idea de la robadera de la maestra ya que era víctima de un poderoso embrujo.

Durante los 5 años que Díaz de la Torre fue secretario particular de Elba Esther, jamás sospechó que los costosos bolsos de la maestra, sus lujos infinitos y sorprendente fortuna fueran ilícitos. En nada participó y nada conocía de estos tejemanejes de la habilidosísima bruja del SNTE.

Fue Dorothy Peña Nieto, con sus zapatitos rojos y sin más deseo que el del orden público y más motivaciones que las de cumplir y hacer cumplir la ley, quien descubrió esta oscura red de corrupción y robo a los maestros. Calderón, ya sea porque estaba tomado o embrujado, nada sabía y nada sospechaba de este desfalco, no fue cómplice de pensamiento, palabra, obra u omisión, sino víctima de un poderoso sortilegio.

Nadie sospecha ahora que en el mundo del poder existan otros bandidos como ella. La negra sombra de la corrupción no ha tocado el sindicato de Pemex, vaiga usté a creer. Las fotos en Facebook de la hija del líder del sindicato petrolero en aviones privados con su perro comiendo caviar o langosta demuestran que el arduo trabajo de su padre ha rendido los beneficios a los que tiene derecho la clase trabajadora o son un cochino photoshop. Lujo inmenso e ilícito, solamente el de la maestra y cuidado porque nadie, ni en Pemex ni en ningún lado, será tolerado a la hora de robar.

Alonso Godoy, en Jalisco, pagó impuestos a la hora de regalarse 9.8 millones de pesos adicionales a su salario. Antonio Rocha, director jurídico del congreso que se fue, resolvió en una investigación que, según esto, llevó a cabo, que se justificaba legalmente con toda plenitud ese robo en despoblado a las arcas de la ciudadanía. Está claro que nadie está por encima de la ley, porque la vara que mide la ley está en manos de una satrapía de oligarcas que harán de ella lo que quieran, perdonando con la ley en la mano a sus amigos, quitando a sus estorbos y encarcelando a los disidentes. En el marco de la ley cabemos todos. Me permito, para terminar con esta diatriba de quejas, citar a Montesquieu: "No hay tiranía más cruel que la que se perpetra bajo el escudo de la ley y en nombre de la justicia", sobre la cual, por supuesto, no cabe nadie.

Jorge Zul de la Cueva
(v.pág.4-B del periódico El Informador del 5 de marzo de 2013).


Con voz de seria y tono de créanme que es verdad, el presidente Enrique Peña Nieto dijo en la asamblea del PRI que en su gobierno no habrá intocables. Ayer mismo la hija de Elba Esther Gordillo, la senadora Mónica Arriola Gordillo, pidió que se revisara el caso de otros líderes sindicales y no sólo se tomara a su madre como chivo expiatorio de todos los pecados del sindicalismo nacional.

Los deseos de la senadora Arriola pueden ser más o menos sinceros y las palabras del presidente más o menos reales, pero la política es la política, y ni habrá transparencia sindical porque Elba esté en la cárcel, ni se acabarán la impunidad porque lo diga el presidente en un discurso. El acto de poder ejercido por Peña Nieto contra la maestra Gordillo funciona porque es justamente un acto único e irrepetible, no porque sea un acto de justicia.

Lo que ha generado la detención de la lideresa magisterial es que hoy todos los poderes fácticos y los corruptos mayores de este país estén tratando de mimetizarse con la silla en la que están sentados. Ninguno aparece, ninguno se mueve, ninguno quiere que lo vean. La descarga del poder cayó como un rayo sobre Elba pero corrió por el territorio nacional para acalambrar a todos los que tuvieran un pie metido en los lodos del poder. Pero, ¿qué pasaría si efectivamente Peña Nieto se dedicara a meter a los líderes sindicales corruptos a la cárcel? Seguiría Dechamps, luego Napoleón Gómez Urrutia, hasta acabar con los pequeños líderes estatales que son igual de corruptos pero más chiquitos. Y si ya tocó a los sindicatos, ¿por qué no a los gobernadores? y bueno, ahí sí que mínimo uno de cada partido. Y si va a meter al "bote" a los corruptos habría que ir por los corruptores, pues detrás de cada político rico hay un empresario, que no deberían de quedar fuera de la lista, etc. La persecución sería infinita e inacabable hasta terminar en el propio presidente, como sucedió con la guillotina en la Revolución Francesa (pregúntenle a Robespierre).

El juego político funciona en la medida que todos crean que habrá más gente procesada, pero que no procesen a nadie. El mensaje con el primero es "quietos", pero en el momento que caigan el segundo y el tercero el mensaje es "sálvese quien pueda" y la lógica se revierte.

El mensaje del presidente Peña Nieto es muy claro: en este país no hay intocables, pues el presidente puede tocar a quien quiera, en el momento que quiera, pero sí hay intocados, que son todos aquellos a quienes el presidente decida no tocar.

Diego Petersen Farah
(v.pág.1-B del periódico El Informador del 6 de marzo de 2013).


Los mexicanos tienen un nivel de confianza más alto en las 4 grandes instituciones que conforman al país -empresas, gobierno, organizaciones no gubernamentales y medios de comunicación- que la mayoría de los países avanzados y varios emergentes.

De acuerdo con el Barómetro de Confianza 2013, elaborado por Edelman, 68% de los mexicanos tiene un nivel de confianza pleno en las instituciones mencionadas, por lo que el país ocupa el lugar número 4 entre 26 naciones.

En contraste, los ciudadanos de Estados Unidos respaldaron con 59% a sus instituciones, mientras que los brasileños, con 55%, al igual que los alemanes.

Según los resultados arrojados por la encuesta realizada en 26 países, México está ubicado en el grupo de los países "confiados", junto a China, Singapur, India, Hong Kong, Emiratos Árabes Unidos, Malasia y Canadá.

Por debajo de México quedaron ubicadas la mayoría de las naciones desarrolladas encuestadas, entre ellas los Países Bajos, Francia, Suecia, Reino Unido, Italia, Australia, Argentina y España.

La economía que ocupó por 2o. año consecutivo el fondo del índice fue Rusia.

(V.pág.4 del periódico Mural del 7 de marzo de 2013).


Lamentable la incongruencia de los diputados de la mal llamada izquierda mexicana en la Cámara de Diputados. Por una parte criticaban a la bancada del PRI por querer sostener el fuero constitucional del Presidente de la República, y por el otro, solicitaban un minuto de silencio al pleno por la muerte del comandante Hugo Chávez.

Me cuesta trabajo entender a quienes desde el interior de una chaqueta de pana con coderas sostienen posturas paleomarxistas e incluso conspiranoicas como esa de la propagación del cáncer en los líderes de izquierda de América Latina a través de las embajadas estadounidenses.

Carlos Alberto Lara González
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 9 de marzo de 2013).


Lo que pasa es que en este globero país nada nos gusta. Todo nos parece mal y nos la pasamos criticando cuanto dicen o hacen nuestras amadas autoridades que tanto y tan generosamente se sacrifican por nosotros. Esta semana tenemos una clara prueba de ello, cuando nuestro más bien pagado tribunal del país trata de enseñarnos cómo no discriminar, cosa que en lo personal les agradezco, aunque no comparto. Los señores ministros nos enseñan que decir maricón o puñal puede ser considerado como discriminatorio y por tanto reprobable; el tema es discutible porque a mi juicio es mucho más discriminatoria la diferencia entre lo que ellos perciben y lo que recibo yo, eso me parece discriminatorio, no lo que me digan. La verdad a mí que me den la lana cada mes y que me insulten como quieran, al cabo que ya los traería en la bolsa.

Ahí va mi argumento, cuál opción escogería de entre las siguientes: la 1a., si usted recibiera mensualmente arriba de medio melón de devaluados y le dijeran puñal o maricón; o la 2a. opción, si a usted nadie lo pelara y ni siquiera le dijeran esos calificativos. Nadie en su sano juicio escogería la segunda, por eso insisto en que la verdadera discriminación está en las carteras no en las palabras.

La discriminación es inaceptable en todas sus formas pero principalmente la económica, pero esta discriminación es absurda incluso culturalmente. Desde luego que si yo ganara lo que ellos ganan, la cultura me parecería absurda e innecesaria.

Me parece que en todo caso la Corte debe sancionar a quienes realicen actos que humillen a otros, pero hay una distancia considerable entre eso y decirnos qué podemos o no podemos decir, o acaso decir puñal es discriminatorio y decir que alguien es hidrocanoico no lo es, en su absurda soberbia la corte se siente capaz y con derecho de decirnos cuál es el significado de las palabras.

La verdad que no me molesta que quienes pueden abusar del público lo hagan, lo que sí no puedo aguantar es que los funcionarios pretendan darnos clase de lo que muchos de ellos hacen con absoluta impudicia, y el colmo es que los señores ministros pretendan instruirnos respecto de lo que debemos decir o no decir. Y si alguno quiere bailar, pues, que baile.

Carlos Enrigue
(v.pág.6-B del periódico El Informador del 17 de marzo de 2013).


Bueno, ¿pos qué se creen los habitantes de Mérida Yucatán? Esta semana estuve de visita por allá por cuestiones de trabajo y se me revolvió el mondongo de puritita envidia, nomás de ver cómo tienen su ciudad estos señores. ¡Qué les pasa! ¿Acaso no son mexicanos? En la calle no hay un solo papel tirado, las banquetas brillan de limpias, parece que las trapean. Todos los edificios del centro están pintaditos, no hay graffiti en las paredes. No hay limpiaparabrisas ni limosneros ni franeleros. Y lo que más me molestó: ¡no hay topes!

Y luego me salen con que es la ciudad más segura del país, no hay robo de autos ni asaltos ni secuestros ni violaciones. ¿Pos' qué no tienen políticos?

¿Qué se traen? ¿Acaso quieren hacernos quedar en ridículo a los mexicanos de por acá? No se vale señores, lo único que están logrando con vivir en la ciudad con menos índice de delincuencia del país, es hacernos ver como trogloditas a todos los demás.

A ver, exigimos una explicación: ¿por qué ustedes son un pueblo de gente con cultura cívica, que respeta y quiere a su ciudad, que no tira basura y no es deshonesta? ¿Cómo le hicieron para educar a sus niños?, ¿qué allá no existe el sindicato de maestros?

Y pa'cabarla de amolar, son todos bien amables, saludan, se sonríen, ¡y tienen la osadía de ser felices!

Francamente no es justo que exista este tipo de ejemplo en nuestro País. Tenemos que hacer algo todos los demás mexicanos. A mí se me ocurre mandarles a los activistas del sindicato de maestros, a los seguidores del Peje, a los panistas que gobernaron Jalisco, a los priistas que nos devaluaron durante décadas y a los gobernadores de todos los partidos, que saben cómo endeudar a un estado sin que nadie les reclame nada. O algo así de drástico pa' que no se anden adornando. ¿Con qué derecho pueden tener una ciudad así de hermosa y tranquila? ¡Do baben!

Y luego, también por cuestiones de trabajo, tuve que ir a Cancún. Siempre que había ido, sólo permanecía en la zona hotelera, que está maravillosa. Pero ahora tuve que entrar a la ciudad, donde viven los cancunenses (¿cancunanos, cancuneños, cancuneros?).

¿Y qué creen? ¡Otro corajito de esos que provocan que me hierva el buche! ¿Qué onda? Parece que estás en Miami o en Puerto Rico, todo en estilo caribeño, pero moderno, avenidas sin baches, los más hermosos y modernos centros comerciales, enormes edificios de departamentos con arquitectura de vanguardia, cotos con casas hermosas sin bardas, vialidades anchas sin topes ni baches, túneles bien iluminados con las paredes pintadas de colores pastel, ¡ciclovías protegidas! (como las que hemos querido hacer aquí, pero a los políticos jaliscienses les da flojerita hacerlas), universidades enormes y con campos deportivos, fraccionamientos de lujísimo, un aeropuerto de primera y todo, todo, todo, bien organizado.

Además, todos los de ahí hablan inglés y español, y muchos hasta francés, alemán ruso y chino. A estos cuates les vale que los del CCH y ex adoradores de La Maestra se les haga anticonstitucional aprender otro idioma.

Pensándolo bien, la otra cosa que podríamos hacer, sería secuestrar a sus hombres de negocios, a sus políticos, a sus urbanistas y a sus policías y traerlos a educar a nuestra población para que respeten a la ciudad y a sus semejantes, a enseñarnos a pensar en grande y a organizarnos.

Y en reciprocidad, les mandamos a la bola de políticos y empresarios inútiles que pululan por estos lares. Y si no aprenden, de plano que los tiren a un cenote como tributo a los dioses mayas. Total, no se perdería mucho... y nos ahorraríamos una lanota.

Alberto Martínez Vara
(v.pág.6 del periódico Mural del 21 de marzo de 2013).


Cuando alguien calcula que en México las cosas pueden salir bien, generalmente se equivoca. Y cuando algo está bien hay una docena de factores e intereses empeñados en que salga mal y que lo bueno tenga como consecuencia y destino el fracaso.

Esa es la historia del confinamiento de desechos sólidos de Puerto Vallarta, Jalisco; y es que el desorden y las cosas mal hechas en este país son un gran negocio.

¿Es posible que exista un basurero que no huela feo a kilómetros de distancia? Sí. ¿Puede existir un parque ecológico junto al destino final de los desechos de una ciudad? Sí. ¿Aprovechar las llantas y desaparecer los líquidos tóxicos de la basura es una realidad? Sí.

Pues eso es lo que ocurre en el municipio de Puerto Vallarta, donde se dispone de 500 toneladas de basura al mes sin dañar el medio ambiente, dando empleo a una comunidad rural y sin quitarle el sustento a los pepenadores.

Pues es verdad, y es de no creerse, que ahí puede uno estar sentado comiendo una torta o asando carne para un día de campo familiar en un parque ecológico y que a menos de 100 metros haya un confinamiento de basura.

Es una historia que, sin duda, parece increíble, pero es cierta y ocurre en México; sin embargo, como siempre pasa aquí, tiene que haber un pelo en la sopa o un negrito en el arroz.

Resulta que Demetrio Guerrero, ex panista que llegó a la alcaldía de Puerto Vallarta bajo las siglas del partido Movimiento Ciudadano, quiere reventar el proyecto pues, como se trata de un contrato concesionado a la IP que no le deja en el camino la derrama propia de la corrupción que caracteriza a las mafias de la basura, se niega a pagar el servicio por el manejo de un confinamiento propio del primer mundo y de un futuro sustentable.

Sólo en este país ocurre algo así: cuando hay una iniciativa que trae ganancias para la sociedad, siempre surgen intereses que no quieren que prosperen porque el dinero no escurre a sus bolsillos.

Es la historia de siempre en México, anclado al pasado y a las corruptelas que se niegan a dejar de estar presentes y a cobrar su cuota en todos los niveles de gobierno, sin importar el color de su partido de origen.

Néstor Ojeda
(v.periódico Milenio Jalisco del 24 de marzo de 2013).


En mi libro "Mañana o pasado" me refiero a la obsesión mexicana por incluir todo en la Constitución y ofrezco algunas explicaciones. En un texto reciente en Nexos, María Amparo Casar habla también del fetichismo constitucional mexicano. Carlos Elizondo ha calculado que la reforma de Telecom tiene más palabras que toda la Constitución de EU que ha funcionado más o menos bien desde 1787. En el 2013, esto es una aberración para México.

Jorge G.Castañeda
(v.28 de marzo de 2013).


Por primera vez los mexicanos podremos comprar acciones de una petrolera estatal a través de la Bolsa a partir del 2 de abril. Desafortunadamente no es Pemex, que seguirá siendo controlada por grupos caciquiles. Los mexicanos, sin embargo, podremos comprar acciones de la noruega Statoil.

Sergio Sarmiento
(v.periódico El Siglo de Durango del 28 de marzo de 2013).


En México el derecho a la vivienda está consignado en el Artículo 4o. constitucional: "Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo".

Pero como se sabe, en un Estado liberal, una cosa son las leyes y otra la realidad. Y la realidad es que en México el derecho a una vivienda digna es uno de los más vulnerados.

Un dato ilustra este fracaso: el promedio de una vivienda popular es de apenas 40 metros cuadrados, cuando hace 3 décadas era del doble.

Las viviendas de interés social que se ofrecen en la actualidad son terrenos de 5 metros de frente por 15 de fondo (75 metros cuadrados) con viviendas de 40 metros o hasta 34 metros de construcción. Se trata minúsculos espacios de sala-comedor-cocina, 2 recámaras, baño y un patio pequeño donde apenas cabe el lavadero.

¿Cuántos son 40 o 34 metros cuadrados? Es el tamaño de un salón de clases y casi con seguridad son más pequeñas que las oficinas de los políticos que son responsables de permitir estas condiciones indecentes para una familia.

Además de que la calidad de dichas viviendas deja mucho que desear, regularmente los fraccionamientos para viviendas de interés social se encuentran en las periferias de las ciudades, alejadas de los centros históricos y de los servicios de mejor calidad. Los fraccionamientos de vivienda popular se convierten en la práctica en un lugar sólo para ir a dormir, al que se sale y se llega después de largos trayectos de transportación.

Rubén Martín
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 31 de marzo de 2013).


En un país donde la simulación alcanzó (desde las distintas esferas del poder público) su forma más acabada y el quehacer gubernamental se agota en la mera administración de los problemas -a permanentemente ganar tiempo y considerar como máximo logro evitar que la bomba le estalle a la administración en turno-, no debe sorprender que las policías municipales sigan operando bajo el presupuesto tradicional de bajos salarios para los uniformados.

Es la impronta que dejó lo que el discurso oficial refiere como otros tiempos y circunstancias, pero que a nivel de tierra es hoy por hoy la realidad. Habría que remontarnos a los 70 y 80 cuando media docena de frases resumían con claridad la visión generalizada de las reglas no escritas y valores entendidos que permitían que el país caminara por el sendero del "no quiero que me den, sino que me pongan donde hay"; "charola, pistola y ¡todavía pagan!". Es el México de "el que no transa, no avanza" y de las famosas patentes de corso que se suponía superado, pero que la cotidianeidad reclama su vigencia.

Alejandro Irigoyen Ponce
(v.pág.9-B del periódico El Informador del 8 de abril de 2013).


En México las tragedias se repiten anualmente, con exactitud matemática y por temporada. Díganme si no.

Ahorita estamos en temporada de incendios forestales. Utilizo las imágenes de archivo de los incendios de los años anteriores y las presento como si fueran de hoy. Y nadie se da cuenta. Saco los videos de bomberos que luchan para sofocarlos, y el señorcito-locutor dice lo mismo de siempre: "se quemaron hoy milochomil hectáreas de bosques, los tragahumo no se dan abasto para apagarlos incendios que fueron provocados por campesinos para facilitar las siembras, o por fraccionadores corruptos para vender terrenitos, pero ya mero el gobierno comprará aviones que echen polvitos pa' apagarlos".

Luego viene la temporada de inundaciones en Guadalajara. El video es el mismo desde hace 50 años. Aquí el señorcito dice: "Tremendo chubasco inundó la zona de Plaza del Sol. El agua subió hasta un metro de altura y se inundaron 6 pasos a desnivel, quedando atrapados chorrocientos automovilistas, de los cuales, los tres más chaparros se ahogaron".

Sigue la temporada de huracanes y crecidas de los ríos en todo el país. "Los pobladores de 'xxx' perdieron todas sus pertenencias cuando el Río 'xxx' creció hasta desbordarse e inundar todas las casitas de cartón construidas en el cauce seco". El video es de una señora, llorando en su cuartito, diciendo que perdió todo, que no les ha llegado la ayuda del gobierno y que los paquetes que mandó la Cruz Roja Internacional se los robaron los diputados y los comisariados ejidales.

A fin de año, vienen las tragedias de los congelados, de los intoxicados por "calentamiento de anafre de carbón" y los niños que van a la escuela a las 7 de la mañana en calidad de paletitas.

Durante todo el ciclo escolar es temporada de huelgas y la noticia de siempre es: "Los maestros de la Coordinadora están en huelga perenne y ningún niño de Oaxaca ha podido terminar la primaria jamás. Sólo Don Benito, quien alcanzó a graduarse antes de que se formara el sindicato. Por eso es un héroe".

Cada 3 y 6 años (cuando salen los políticos de sus puestos) ésta es la noticia: "El partido entrante hizo una auditoría y descubrió que el gobernante anterior era un pillo de 7 suelas que vació las arcas y dejó endeudado al (municipio, estado, paraestatal, país, etc.) por trinche mil millones de pesos, que tendrán que pagar las siguientes 8 generaciones de tarados habitantes del dicho municipio, estado, paraestatal, país, etc.)".

Bueno..., pues qué aburridos somos los mexicanos, cada año nos pasa lo mismo, una y otra vez. ¿Y por qué rayos no prevemos nada? ¿Por qué no contratamos guardabosques en vez de bomberos? ¿Por qué nunca han construido un drenaje más anchito en Guadalajara? ¿Por qué el gobierno municipal permite casitas en las cuencas secas de los ríos? ¿Por qué no vigilamos a los políticos durante "El Año de Hidalgo"? ¿Por qué no nos preparamos para el invierno? ¿Y por qué la policía no tiene permiso para agredir a quienes la agreden?

No es cuestión de dinero: es de orden y de prevención.

Trabajé en una empresa transnacional donde cada vez que había un error o un accidente se hacía una investigación de las causas y se modificaban los procedimientos. Lógico, ¿no? ¿Será muy difícil meternos esa filosofía de prevención en nuestra cabezota?

Alberto Martínez Vara
(v.pág.8 del periódico Mural del 18 de abril de 2013).


Pemex es una empresa que no es una empresa. Tiene propósitos distintos a un corporativo comercial. Su principal producto no son los derivados del petróleo, sino los impuestos, y no hay objetivo que le importe más al gobierno que el monto de los impuestos que pueda generar.

La diferencia entre las ganancias y pérdidas de un año y otro no es tan importante como pudiera parecer porque, fundamentalmente, es una empresa mal administrada que tiene un ritmo fiscal duro y depredatorio. El año pasado tenía muy buenos precios internacionales, ingresos extraordinarios por esos precios y la constante de ser una empresa que no tiene las condiciones para funcionar activamente. Otro factor a considerar es que no es una empresa diseñada para generar ganancias, sino ingresos al sector público en forma de impuestos, y canalizar una serie de apoyos a la población a través de una política de precios.

Son pérdidas contables. No hay otra empresa que tenga la clase impositiva que tiene Pemex. Paga 75% de impuestos como tasa.

Luis Miguel González, director editorial de El Economista
(v.pág.3-A del periódico El Informador del 27 de abril de 2013).


Hay culturas productoras de pobreza: las que esquilman los ahorros de la comunidad para una larga fiesta anual que impide la creación de capital y su empleo en empresas locales porque es obligatorio gastarse todo en la fiesta de San Pascual Bailón. Los camiones desbarrancados llenos de peregrinos a los santuarios son noticia cada año: devotos muertos, heridos o baldados de por vida. En ese sentido, el catolicismo es una cultura productora de pobreza. El dolor, el sufrimiento, el hambre son el camino a la vida verdadera.

Luis González de Alba
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 28 de abril de 2013).


México es un mosaico multicolor de ideas y de pasiones, de mentalidades avanzadas y retrógradas otras, de envidias por el éxito y de rencores del pasado. Un país verdaderamente difícil de controlar y armonizar.

Pero, una de las formas reales de mantener el país en calma y con sana convivencia es con un crecimiento económico más equitativo. Es básico tener primero en mente a los que van más atrás en la satisfacción de sus necesidades.

César de Anda Molina
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 30 de abril de 2013).


Es el país del ahí se va -el que no aprende aún de las sacudidas que enlutan decenas de hogares y que indignan al grueso de la población-, y que reacciona, promete, investiga y sanciona (en el mejor de los casos) pero que invariablemente olvida, hasta que se registra la siguiente sacudida.

Alejandro Irigoyen Ponce
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 8 de mayo de 2013).


La compañía Walt Disney prepara una película sobre la celebración mexicana del "Día de Muertos". Algo que, de suyo, nada tiene de novedoso, pues sobre el tema (o con el tópico como complemento circunstancial de tiempo y lugar) se han escrito muchas noveles y filmado varias películas -incluida alguna de caricaturas- y hasta juegos de computadora.

Lo alarmante del caso estriba en que la poderosa empresa estadounidense, animada por el afán de enganchar su espectacular ferrocarril industrial (producción y venta de juguetes, golosinas, prendas de vestir...) a la locomotora que sería la película, proyecta registrar, como marca propia, para acaparar el derecho de utilizarla comercialmente, el nombre "Día de los Muertos".

Atracos similares -consumados unos, en grado de tentativa otros-, inadmisibles porque son robos descarados, y ofensivos por cuanto prostituyen elementos de una cultura que no por ser ajena no merece respeto, ha habido muchos a lo largo de la historia. Desde que el primer embajador estadounidense en el México Independiente, Joel Robert Poinsett, se apropió de la paternidad intelectual de la mexicanísima Flor de Nochebuena (adjudicándole el nombre científico de "Poinsettia pulcherrima"), hasta los chinos que patentaron el nombre "Virgen de Guadalupe" para producir guadalupanas en cantidades industriales (y venderlas en México, por supuesto), pasando por los japoneses que producían y comercializaban el llamado "tequila de transistores"... hasta que las normas de la Denominación de Origen los pusieron en paz.

Jaime García Elías, periodista y conductor radiofónico
(v.pág 3-B del periódico El Informador del 8 de mayo de 2013).


Desde la Constitución de 1857, que importó la letra, pero no el espíritu de la constitución de los vecinos del norte, como escribió Toqueville, este país vivió el federalismo teórico y el centralismo práctico. En el 17 mantuvimos la idea y el nombre de la república federal (Estados Unidos Mexicanos), pero en la práctica la república se volvió aún más centralistas. El gobierno era uno, indivisible y hegemónico, los presidentes podían destituir y nombrar gobernadores cual si fueran virreyes; Hacienda centralizaba los impuestos y regresaba favores; la política de educación era una y obligatoria; la cultura se dictaba desde el centro que decidía qué era valioso y qué no, y hasta los símbolos religiosos fueron unificados: la Virgen de Guadalupe se impuso como la mayor y única imagen a venerar nacionalmente por sobre las imágenes y cultos locales.

La descentralización, promovida principalmente por los gobiernos de Zedillo y Fox, le regresó a los estados enormes facultades, pero ninguna responsabilidad. La hacienda siguió siendo un tema estrictamente federal y el reparto de los excedentes petroleros terminaron por convertir a los gobernadores en una especie de júniors mantenidos: su trabajo era gastar, nunca generar.

Los institutos electorales de los estados son un reflejo de este derroche. Controlados a billetazos por los gobernadores y nombrados por afinidad por los congresos locales, los institutos están cada día más cuestionados por las decisiones políticas, los compadrazgos y en algunos casos verdaderos actos de corrupción. Para los partidos políticos nacionales se volvió un verdadero dolor de cabeza enfrentarse en algunos estados a las estructuras electorales controladas por los gobernadores.

Diego Petersen Farah
(v.pág.1-B del periódico El Informador del 8 de mayo de 2013).


En el 2000, ante la inminente llegada de Vicente Fox al poder, me preguntaban "¿qué va a pasar?". "Nada importante" solía responder. La Historia lo hace a uno muy escéptico y, por lo común, nada alarmista: "el país seguirá caminando" respondo. Ahora, con todo el vandalismo de la UNAM y de los maestros de Guerrero y Oaxaca, el país seguirá caminando, tropezando, golpeado, zarandeado, pero seguirá caminando. Peores años hemos pasado y la nación ha sobrevivido.

No veo amenaza que pueda impedir que México siga su camino, a pesar de los cientos de ejecutados, de los bloqueos de carreteras, de los encapuchados de la UNAM y otras tragedias nacionales.

Son muchísimos los que no creen en los milagros; pero la permanencia de México, como nación, es mucho más que un milagro. Los orígenes de México, como los de Roma, emergen de mitos y leyendas sin fundamento histórico; pero en nuestro caso no hablamos de orígenes nebulosos, sino de épocas posteriores, más increíbles e inverosímiles, surrealistas y aparentemente fantásticas; pero, como dijo Galileo, "Sin embargo, se mueve"; sigue existiendo y va, poco a poco, hacia delante; aunque cada día y cada año padezcamos realidades, algunas inéditas y otras endémicas, que, a los ojos de cualquier ser pensante, digan que es imposible que ese ente, México, continúe con vida.

Jesús Gómez Fregoso, historiador y catedrático de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.18 del periódico Milenio Jalisco del 17 de mayo de 2013).


Según el listado de los megamillonarios del mundo elaborado por la consultora Bloomberg, el dueño de Microsoft, Billy Gates superó a Carlos Slim: Gates tenía, 72.4 miles de millones de dólares (mmdd), mientras que el mexicano Slim contaba con 67.7 mmdd.

En el listado de Bloomberg, que es de reciente creación, aparece únicamente otro mexicano; Alberto Bailleres, con una fortuna de 18.1 mmdd.

Hasta el pasado 3 de abril, cuando la revista Forbes dio a conocer su listado de multimillonarios de este año, Carlos Slim permanecía a la cabeza de esta singular lista de los potentados mundiales.

Sin embargo, el pasado 22 de mayo Forbes, actualizó la información y reveló que Gates rebasó nuevamente a Slim como el hombre más rico del mundo, con una diferencia mínima (para ellos, no para el común de los mortales): el empresario estadounidense tiene una fortuna de 69.8 mmdd, mientras que el empresario mexicano cuenta con 69.4 mmdd.

Más allá de si Slim sigue o no a la cabeza de los multimillonarios mundiales, permanece una tendencia al alza en la fortuna que concentran los multimillonarios mexicanos. Además de Slim, en el listado de Forbes aparecen las siguientes personas o familias de México:

Alberto Bailleres González en el lugar 32 (Peñoles y Palacio de Hierro) con 18.2 mmdd; Germán Larrea Mota Velasco (Grupo México) con 16.7 mmdd en la posición número 40; Ricardo Salinas Pliego (TV Azteca) con 9.9 miles de millones de dólares (mmdd) en la posición número 111; Eva Gonda Rivera, viuda de Eugenio Garza Laguera (Femsa), con 6.6 mmdd en la posición número 179; María Asunción Aramburuzabala (Grupo Modelo) con 5 mmdd, en el lugar número 248; Jerónimo Arango (Aurrerá y Walmart) con cuatro mmdd y en la posición 329; Emilio Azcárraga Jean (Televisa) con 2.5 mmdd en el lugar 589; Rufino Vigil González, (Industrias CH) quien aparece por primera vez en este listado con 2.4 mmdd, en la posición 613; y los hermanos José y Francisco Calderón Rojas (Femsa), con 2.3 mmdd, en el lugar 641.

En total estos 10 empresarios y sus familias tienen una fortuna de 140.6 mmdd, que representan 12% del Producto Interno Bruto de México.

En el 2000, había 13 empresarios mexicanos en la lista de Forbes, con una fortuna de 24.9 mmdd; 13 años después, los empresarios mexicanos que aparecen en Forbes han aumentado 115.7 mmdd su fortuna.

Ya el año pasado comentábamos el notable contraste entre un país que favorece la acumulación de grandes fortunas, mientras del otro lado del cuadro social, hay 60 millones de pobres. Esto demuestra que el modelo económico, social y político es hacia la acumulación de capital y no hacia la satisfacción de las necesidades de la población del país. Algo no checa en el modelo mexicano, no pueden existir estos niveles de antagonismo social.

Rubén Martín
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 25 de mayo de 2013).


Somos prácticamente el único país en el mundo en el que las mujeres sufren para encontrar un empleo luego de los 35 años de edad, mientras que a los varones tras llegar a los 45 años se les señala como no contratables -dizque por "viejos"-, con lo que se deja de aprovechar la experiencia, madurez y talento adquiridos por éstos.

Cuauhtémoc Cisneros Madrid
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 27 de mayo de 2013).


Los países dan muestras de civilidad y avance democrático, entre otras cosas, cuando sus ex presidentes desempeñan labores oficiales para el gobierno en turno. Significa que salieron en "paz" de su mandato y pueden caminar airosamente por la calle, aportando a su pueblo experiencia y relaciones cultivadas, constituyéndose como estadistas.

Qué extraordinario sería ver al ex presidente Ernesto Zedillo abriendo puertas y conectando a México con el mundo, aprovechando la credibilidad ganada por su discreción y seriedad, como estadista que ha logrado ser.

Pero en este país somos proclives a actuar en la "trastienda"... y desde ahí influir, como evidentemente lo hace otro personaje que a pesar de su inteligencia brillante y del éxito al inicio de su gestión, se tornó incongruentemente como el ex presidente innombrable.

Mientras eso sucede, Brasil ha logrado dar un brinco más en su estatura democrática y Luis Inácio Lula da Silva, ex presidente, ha desempeñado tareas en forma abierta para el actual gobierno. Su liderazgo y carisma de estadista consumado son un gran activo.

Las políticas de cambio en Brasil fueron orquestadas desde 1995 en el primer período de gobierno del estadista Fernando Henrique Cardoso, líder de la socialdemocracia brasileña y creador del Plan Real, origen de la fortaleza económica del gigante sudamericano. No obstante, ser de partido político antagónico a Cardoso, Lula y Rousseff continuaron la mayoría de sus iniciativas.

En México necesitamos, es más, exigimos, que se formen estadistas. Aquellos que piensen en la próxima generación y no en la próxima elección.

Que propongan obras e iniciativas que trasciendan su administración, con la mira puesta en la multiplicación de los beneficios y no en la división para llegar al poder. Que acepten sugerencias y en conjunto con la sociedad elaboren planes con miras altas y plazos largos.

Un estadista es no necesariamente un político o un ex presidente, sino un líder que se convierta en ciudadano del mundo, aportando su talento por el orden y el progreso de la humanidad.

César de Anda Molina
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 28 de mayo de 2013).


La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos argumenta que aunque México es el penúltimo en la lista de aspectos del bienestar entre sus miembros inscritos, ocupa, sin embargo, los primeros lugares en contar con ciudadanos satisfechos con el nivel de vida que tienen, según su Índice para Una Vida Mejor.

No cabe duda, México está anestesiado, sin memoria y con ciudadanos poco participativos, y seguiremos así mientras más importen el futbol y las telenovelas que los casos de corrupción y enriquecimiento ilegal de nuestros gobernantes.

Emilio Chapa de la Fuente
(v.pág.4 del periódico Mural del 30 de mayo de 2013).


Cómico y trágico a la vez, es el caso del ex presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Genaro Góngora Pimentel, y Ana María Orozco Castillo, su pareja y madre de sus 2 hijos, quienes desafortunadamente sufren de autismo. Ella era su colaboradora. Andando el tiempo, rompieron su relación. Fue tal su desencuentro a causa de un terreno que la mujer no puso a nombre de sus hijos, sino del suyo propio, que la metió a la cárcel, acusada de fraude. Como consecuencia de la separación, el juez de lo familiar le pidió a Góngora pagar 122,000 pesos como pensión, es decir el 35% de los ingresos de lo que percibe, 375,000 pesos, pues bien, Góngora apeló y la redujo a 12,818 pesos mensuales por cada niño por gastos en ropa, calzado, comida, colegiaturas y útiles. ¿Cuál fue su argumento? Que sus hijos pertenecían a un estatus social medio bajo. No contento con su complejo de clase, pidió excluir cualquier gasto por concepto de diversiones, al argumentar que sus 2 hijos, con autismo, "se ven imposibilitados para divertirse". Juez turbio, oportunista y, por si fuera poco, tramposo.

Guadalupe Loaeza
(v.pág.7 del periódico Mural del 6 de junio de 2013).


Admiro a mi pueblo por su estoicismo, su valor y su paciencia para soportar tantos sexenios de corrupción, cinismo, atropellos, injusticias. De personajes que sólo llevan agua para su molino y al terminar su gestión, se van repletos del dinero ajeno y dejan sólo malos recuerdos.

Trinidad Terrazas Gastélum
(v.pág.31 del periódico Milenio Jalisco del 7 de junio de 2013).


El mexicano...


El Tlatoani sustituido por el virrey, atrajo moda y circunstancia europeas hasta el término del siglo XIX, sin alcanzar la maduración requerida para obtener identidad promotora de dignidad. La insurgencia convertida en independencia nos dejó ayunos de ideología capaz de enfrentar la responsabilidad conductora de país verdaderamente autónomo. A cambio, colocamos la mirada hacia el norte conducente en pocos años al requerimiento y pago de la factura, sin tener el valor de reconocerlo y menos aún confesarlo. Tan reincidentes nosotros, como coincidentes los acontecimientos proyectados en el concurso de la división y la ambición, tuvimos el respiro de una dictadura, de aún indecisa calificación respecto a los méritos que englobó sus procedimientos, sujetos como siempre a los eternos vaivenes externos.

Transitamos un espacio en el tiempo, estimulado por el vocablo democrático, pero con ingrediente tecnológico arropado por vasta ignorancia, que al no alcanzar satisfacción se convierte en división. Sufrimos y gozamos con la resignación de aquel, que ignorante de un bien tampoco lo anhela, menos aún lo reclama pues su ignorancia lo aleja de tal inquietud. Luego surge el conformismo hasta el momento de recibir el mensaje descubridor de otros elementos de mayor satisfacción para el curso vital de su existencia.

El tradicional camino fácil, factor de la vida difícil, conduce a la deuda, lo mismo individual que colectiva del país, en perenne reto sobre el hacer para merecer. Eso queda fuera de la realidad virtual de una pantalla, donde todo parece moldearse al gusto y forma del operador convertido en manipulador al servicio de intereses ajenos. La deuda es estigma divisor sin encontrar la fórmula de construir para la unidad y merecer el trato justo en la sociedad para la que debe contribuir el individuo en su comunidad.

Son insuficientes los 2 siglos anteriores para alcanzar maduración que conlleve a identidad con el pasado y establecer el sentido director de la dignidad. Hasta ahí, tan sólo por raíz, tendríamos justificación a la pérdida de algo que nunca antes tuvimos y por lo mismo tampoco nos exigimos. Instintivamente buscamos al líder, quien asuma la responsabilidad endógena o exógena con libertad y justicia social acorde a su voluntad. Tal es la relación reciente de 200 años vistos con orgullo independista y balance reprobado de creciente duda de ser, hacer y merecer.

Carlos Cortés Vázquez
(v.pág.12-B del periódico El Informador del 16 de junio de 2013).


Desde 1938, "cuando Lázaro Cárdenas expropió el petróleo", las empresas que se vieron afectadas por el histórico decreto, pronosticaron que los mexicanos, por sí mismos, serían incapaces de explotar racionalmente el también llamado "oro negro". En la práctica, Pemex, desde entonces, ante la incapacidad gubernamental para establecer un sistema tributario que acabe con la evasión institucionalizada, se ha convertido en el principal abastecedor de las arcas públicas. El 30% de lo que los mexicanos pagan por la gasolina que mueve a los vehículos que se han convertido en las células cancerosas de las grandes ciudades, corresponde al pago del producto; el 70% restante, a impuestos.

Independientemente de la inequidad industrial y fiscal que esa desproporción implica, está el capítulo de la corrupción: Pemex opera así porque al gobierno le sirve más como "caja chica" (lo de "chica" es un decir) que como el gran motor para el desarrollo del país que podría ser, y el sindicato petrolero -como el magisterial- es uno de los grandes activos del partido que, ante la incompetencia de la oposición, regresó triunfante por sus antiguos fueros.

Ni cuando Carlos Salinas de Gortari removió a "La Quina" (alias Joaquín Hernández Galicia: enemigo declarado, por cierto, de la "privatización" de Pemex) de la dirigencia del sindicato petrolero, ni cuando Peña Nieto hizo otro tanto con Elba Esther Gordillo de la cúpula del sindicato magisterial, se fue más allá de los golpes de efecto mediático y de la consolidación del control presidencial sobre esas corporaciones.

Lo cual permite augurar que, de porfiar en su afán de "liberalizar" (¿eufemismo por "privatizar"...?) a la industria petrolera, la reacción del actual líder del correspondiente sindicato, Carlos Romero Deschamps, será la tradicional respuesta -conforme al viejo chiste- a la eventual pregunta del Presidente:

-¿Qué horas son?

-Las que usted ordene, Señor Presidente.

Jaime García Elías, periodista y conductor radiofónico
(v.pág 2-A del periódico El Informador del 24 de junio de 2013).


Uno supondría que Pemex no tiene necesidad de contratar empresas externas. Su personal es tan excesivo que hasta los uniformes deberían fabricarse en talleres internos. Pemex tuvo en 2012 ventas por 126,518 millones de dólares con más de 150,000 trabajadores (843,000 dólares por trabajador). Statoil, la petrolera estatal de Noruega, vendió 129,870 millones de dólares con 21,300 empleados (6.1 millones de dólares por cada uno).

Sin embargo, Pemex opera con un verdadero ejército de subcontratistas. Esto se debe a la tecnología que aportan y a la preparación de sus trabajadores. Otra razón es que los trabajadores externos no están sujetos a las burocráticas reglas del sindicato. Muchas veces Pemex prefiere subcontratar porque el trabajo sale mejor y más barato. Los líderes sindicales cobran "desplazamiento" con lo que se llenan los bolsillos de dinero.

No sólo Pemex trabaja con subcontratistas privados. También importó en los 4 primeros meses de 2013 un promedio de 357.6 millones de barriles diarios de gasolina (45.7% de los 782.1 millones de venta interna) y 1.3 billones de pies cúbicos diarios de gas natural (38.2% de 3.4 billones de venta interna). De hecho, buena parte de la producción de gasolina y gas ya está privatizada, pero en beneficio de empresas y trabajadores extranjeros.

No para ahí el absurdo. A Pemex la ley le permite tener socios privados en el exterior, como Shell en la refinería de Deer Park en Texas o Repsol en España, pero no en México. Si no cambia la ley va a ser más fácil para Pemex producir petróleo en la parte estadounidense del golfo de México, donde puede tener socios, que en nuestra plataforma continental.

No estamos discutiendo si habrá o no inversión privada en la industria petrolera. Esta inversión ya existe, pero en condiciones desventajosas para Pemex y para México. Es mejor tener socios que aporten capital y compartan riesgos que subcontratistas con un ingreso asegurado que le dejen todo el riesgo a Pemex. Debemos traer inversión productiva a México y no llevarla a Texas o a Bilbao.

Los conservadores que se oponen a modificar la ley no se han dado cuenta de que ya hay inversión privada en Pemex, sólo que con reglas que nos perjudican en lugar de beneficiarnos.

Sergio Sarmiento
(v.periódico El Siglo de Durango del 27 de junio de 2013).


Las protestas populares de Brasil -mucho más que las de Grecia, Chile, España, Israel, Túnez o Estados Unidos- comienzan a plantearnos incómodas disyuntivas: ¿No deberíamos nosotros también estar en las calles? ¿No padecemos, aquí, condiciones de adversidad e injusticia social como para organizar manifestaciones tan masivas como las que hemos visto en las ciudades de la nación suramericana? ¿No llevamos, colectivamente, un sentimiento de agravio que nos carcome todos los días y que nos obligaría a expresarlo, firme y decididamente, en nuestros espacios públicos?

En todo caso, resultaría, de estas interrogantes, una primera reflexión sobra la propia naturaleza de la protesta en las calles. El espacio público es, en efecto, un gran escenario de la inconformidad ciudadana. Pero, ¿lo es siempre y en todas las circunstancias? Esta última pregunta parece estar dirigida especialmente a los habitantes de una ciudad de este país, en particular, que es el escenario cotidiano de toda suerte de manifestaciones organizadas, muchas veces, con los pretextos más nimios, desde el punto de vista social, y en las que, por si fuera poco, participan apenas unas decenas de personas (perfectamente capaces, eso sí, de trastornar el orden público y de poner de cabeza la vida de los demás ciudadanos).

La calle, en México, es además una suerte de recurso particular de los partidos políticos: el término "acarreados", tan consustancial al habla autóctona, no es otra cosa que la escrupulosa consignación de una estrategia muy socorrida en un país poblado por muchos ciudadanos manipulables, gente dispuesta a perder un día entero en un acto partidista a cambio de una dádiva insignificante. Por lo visto, la capacidad de llevar personas a un crucero importante y de que bloqueen el tráfico es una suerte de demostración de poder político personal y, sobre todo, una valiosa moneda de cambio para cualquier futura negociación. Dime cuánta gente reúnes y te diré quién eres.

Pero vivimos además la cultura del bloqueo: un día sí y el otro también, avenidas y carreteras son cerradas por manifestantes. Y esto ocurre ante la sorprendente (aparte de escandalosa) pasividad de unas autoridades a las que, por lo que parece, el mantenimiento del orden público les tiene sin cuidado: la Autopista del Sol es el gran trofeo para los maestros agitadores de Guerrero y en estos mismos momentos se encuentra bloqueada una carretera en el norte del territorio.

Ahora bien, uno podría hacerse muchas preguntas sobre la eficacia de estas acciones, suponiendo que quienes las organizan tienen, en efecto, un propósito bien establecido. Después de todo, las cosas siempre se hacen por algo. Y, en este sentido, los logros obtenidos son muy desiguales: por una parte, hay grupos que siempre se salen con la suya y que precisamente por eso arman anualmente, sin faltar, sus algaradas. Y esto, con un calendario muy definido: todos los oaxaqueños saben perfectamente cuándo será tomada la capital del estado por las nefastas huestes de la CNTE y los niños de la entidad saben también cuántos días del año estarán sin clases a causa de las huelgas de sus maestros. Es más, este ausentismo laboral deliberadamente programado ya forma parte de las tristes estadísticas que manejan algunas instituciones. El ejemplo cunde y es tal vez por ello que muchos otros grupos negocian en la calle, a punta de desórdenes y vociferaciones, las prebendas y privilegios que, por lo visto, no logran obtener por vías más institucionales.

En los espacios públicos de nuestro país conviven, luego entonces, la protesta legítima, esa que vendría siendo una ejemplar manifestación de ciudadanía, y la otra, la del chantaje crónico, auspiciado por un sistema corrupto.

En todo caso, no salimos ahora a las calles, creo, porque ya llevamos años enteros allí.

Román Revueltas Retes
(v.periódico Milenio Jalisco del 30 de junio de 2013).


En Estados Unidos un tribunal encontró culpable a Apple por conspirar con las casas editoriales para aumentar los precios de los libros electrónicos. En México la ley prohíbe los descuentos en los libros y eleva artificialmente sus precios.

Sergio Sarmiento
(v.periódico El Siglo de Durango del 11 de julio de 2013).


Si de llenar espacios de noticias se trata, mejor sería que los reporteros persigan y entrevisten ciudadanos que gracias a su trabajo logran sacar adelante a sus familias; a los que respetan las leyes y a los que salen sobrios de un antro; a los alumnos y maestros que pasan exámenes, no a los que reprueban; a los que pagan sus deudas, no a los que encarcelan por no pagarlas, y así hacer noticia el "modus operandi" de la gente decente en lugar del de los ladrones.

Ricardo Elías, arquitecto y empresario
(v.pág.6 del periódico Mural del 11 de julio de 2013).


De pronto parece un contrasentido que México forme parte y quiera ser actor central de la economía mundial, del lado del neoliberalismo, del capitalismo, la tecnología y la mercadotecnia y que, al mismo tiempo, sea una de las naciones más corruptas del planeta.

No entiendo cómo es que el presidente Enrique Peña Nieto y los integrantes de su gabinete están en sintonía con las aspiraciones añejas de México y los mexicanos por acceder a estadios superiores de bienestar, pero no actúan en consecuencia en el combate a la corrupción.

Esta semana Transparencia Internacional dio a conocer su informe relativo al Continente Americano y resulta que México ocupa el 2o. lugar abajo sólo de Argentina (hay quienes dicen que no tenemos el 1er. lugar porque alguien "soltó una lana") en cuanto a la percepción de la corrupción en ambas naciones.

En Argentina, 72% de los encuestados cree que en su país se ha incrementado la corrupción de manera extraordinaria y en México, 71%. Porcentajes que contrastan, por ejemplo, con el 43% de Uruguay, caso que si bien se podría celebrar, deja en evidencia y nos confirma lo complejo que es erradicar esta práctica perversa entre ciudadanos y burócratas.

Claro que hay una responsabilidad de la sociedad en este asunto, pero desde la autoridad no se hace nada por erradicarla; los gobernantes se escudan en que es la gente la que la propicia, pero poco hablan de hacer cambios en las administraciones públicas para inhibirlas.

¿Cuál es una de las razones principales de la corrupción? La ineficiencia del gobierno, tanto del ejecutivo (municipal, estatal y federal) como del judicial y del legislativo.

Es un círculo vicioso y complejo que se debe romper por algún lado y creo firmemente que le toca hacerlo a la autoridad. En la medida en que las administraciones públicas sean eficientes en tiempo y forma, con empleados bien pagados para que no pidan; los ciudadanos no tendrán necesidad de ofrecer.

Ahora bien, la corrupción se ha filtrado en las estructuras de gobierno y en algunos casos se ha adherido como el salitre, de manera que se requiere una limpieza profunda, una purga, casi una reinvención para reemprender el camino sobre otras bases, más sólidas, eficientes, sanas, transparentes y productivas para todos en todos los sentidos.

Laura Castro Golarte
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 13 de julio de 2013).


En México hay carencias descomunales y urgencias impostergables, pero también una dilapidación siempre escandalosa en el aparato electoral o en la propaganda que el gobierno se hace a sí mismo.

[El aparato electoral y la propaganda del gobieno a sí mismo son partes de una misma cosa: la lucha del sistema por perpetuarse convenciendo a la gente de que funciona (y sí, funciona muy bien... para ellos, por eso no quieren que se acabe) - el webmaster.]

José Israel Carranza
(v.pág.5 de la sección "gente!" del periódico Mural del 18 de julio de 2013).


El subsecretario de Educación Media Superior, Rodolfo Tuirán, aseguró que la obligatoriedad del bachillerato sin recursos es pura demagogia.

"La obligatoriedad de la media superior sin presupuesto, sin mejora continua de sus planteles; y mejor infraestructura sin recursos, es pura demagogia".

Dijo que este año en la Cámara de Diputados se aprobaron 1,200 millones de pesos para la infraestructura del bachillerato; sin embargo, las necesidades rondan los 9,100 millones de pesos.

El funcionario explicaba así la falta de recursos presupuestarios a los 1,550 directores que pidieron ampliar los apoyos para infraestructura de planteles, tanto para crear nuevas aulas, como para mobiliario y equipamiento.

Dijo que aumentar los recursos para la educación media superior, debe ser una responsabilidad de todos y propuso a los directores invitar a sus planteles a los legisladores de sus entidades.

"Invitar a su diputado a su plantel para que conozca las necesidades", expresó.

Los directores que escuchaban murmuraron en contra de la propuesta, señalaban que no era posible, lo cual provocó que el funcionario pidiera respeto, tal como él había escuchado sus preguntas y demandas.

(V.pág.2 del periódico Mural del 25 de julio de 2013).


Qué rico que el petróleo de México sea propiedad de todos los mexicanos. ¿Pero algún día lo veremos en nuestros bolsillos?

Y si no se puede ver ahí, ¿algún día alguien nos hará la traducción exacta de dónde sí lo podemos ver y que sea algo que nos tenga completamente contentos?

[...]

Atrásese un solo día en el pago de una tarjeta de crédito o pague 20 pesos menos de un crédito y dígame si los bancos no lo acosan desde que amanece hasta que anochece, tratándolo como al peor de los delincuentes.

Ahí está la bronca. Si a usted le faltan 20 pesos en un pago, lo amenazan como si hubiera asesinado al Papa. A los señores que aparecen todos los días en las noticias nacionales, nunca les va mal. Siempre ganan.

[...]

Todo es dinero y poder. Ojalá que algún día, en lugar de hablar del dinero y del poder de otros, hablemos de nuestro dinero, de nuestro poder que, dicho sea de paso, tiende a extinguirse.

Alvaro Cueva
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 4 de agosto de 2013).


Si de decirnos las verdades a la cara se tratara, pues tendríamos que empezar con vernos al espejo y entender que como sociedad podemos encontrar la explicación a la mayoría de los problemas que enfrentamos en el hecho de que actuamos como un pueblo vencido y resignado. Somos indolentes y poco solidarios, menos subsidiarios con los que nada tienen y con una permisividad asombrosa ante el yerro, omisión y corrupción de quienes nos gobiernan.

Por decirlo claro, pagamos con un entorno hostil la factura de décadas de dejar hacer, dejar pasar, y de alimentar con acciones cotidianas los círculos ilícitos que hoy tanto lamentamos. El cardenal Francisco Robles Ortega dice que "los ciudadanos que compran celulares robados o mercancía de dudosa procedencia son corresponsables de la violencia y la inseguridad que azota al centro tapatío". Y sí, tanto peca el que mata a la vaca como el que le toma la pata.

La cuestión es que el prelado se queda corto, muy corto, con su caracterización, que dicho sea de paso ya significa poco toda vez que el poder de cambiar lógicas sociales y de cambiar sustancialmente el comportamiento de la feligresía a base de sermones quedó en el pasado remoto.

La inmensa mayoría de los mexicanos nos asumimos como católicos, pero con un comportamiento público y privado que nada tiene que ver con la doctrina de la Iglesia. Somos muy católicos y patriotas en el dicho y no tanto en el hecho.

Si todos dejamos de comprar celulares robados, pues resultaría lógico suponer que éstos teléfonos ya no tendrían mayor atractivo para los ladrones, simplemente porque no habría mercado donde colocarlos. Igualito sucedería con absolutamente todo lo que se pueda llegar a comprar en el mercado informal y/o subterráneo, y si en un arrebato de integridad se aplica lo mismo a la piratería y el contrabando, pues también desaparecerían. Pero no es así, el mercado persiste.

Somos extremadamente tolerantes ante todo aquello que cuestionamos y que entendemos que opera en contra de los valores más altos de una sociedad que ubicamos como adecuada para plantear nuestra viabilidad a futuro, pero no hacemos nada para construir lo que aspiracionalmente proyectamos. Por el contrario, en el día a día abonamos por acción u omisión a que persistan las grandes desigualdades y es más probable que engrosemos la obesa maquinaria de la corrupción con alguna mordida o apoyo "para los refrescos", que el aceptar las consecuencias de nuestras acciones.

Somos un pueblo que no confía en sus autoridades (y vaya que éstas se lo ganaron a pulso); somos tolerantes ante todo aquello que burla la ley, especialmente si nos beneficia y extremadamente temerosos de que si damos un paso en el camino correcto enfrentaremos todo el peso de la corrupción y la arbitrariedad. Y eso sí que no.

El cardenal dice que si compramos un celular robado somos cómplices del delito. Tiene razón, en el fondo somos -gracias a nuestra indolencia, miedo y/o la impronta del que no tranza no avanza o que se es tonto si no se aprovechan oportunidades, aunque éstas se den en el terreno ilícito-, corresponsables de todo lo que nos pasa. Si se trata de decirnos las verdades, somos un pueblo que parece podrido hasta la médula y resignado a serlo.

Alejandro Irigoyen Ponce
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 5 de agosto de 2013).


Si yo fuera turista en Zacatecas al ver a estos policías montados con rifles automáticos estaría todo menos tranquilo.

¿Qué van a hacer esos policías con esas armas? ¿Perseguir delincuentes a todo galope en las empedradas calles zacatecanas, donde los caballos se resbalarán peligrosamente? ¿Disparar una ráfaga desde los lomos del cuaco para que éste se vuelva loco con el tableteo del AR 15 y el rifle termine apuntando a todas partes? ¿Van a accionar el rifle con un solo brazo pues con el otro tienen que sostener la rienda para que el caballo medianamente (es un decir) se esté quieto? ¿Van a sostener con 2 brazos el rifle, como es debido para aguantar el culatazo, porque como el equino sabe que su cooperación anticrimen es importante no se asustará? ¿Para disuadir a un ladrón común se necesitan AR 15? ¿Son los ladrones comunes el problema real de Zacatecas?

Salvador Camarena
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 6 de agosto de 2013).


Me dio bastante risa que Vicente Fox fuera declarado persona non grata en el estado de Oaxaca, y que se organizaran actos de desagravio a Juárez con motivo de que el guanajuatense dijo que había sido mejor presidente de México, mejor aún que el Benemérito. Recordé la la ocasión, tan recordada, en que El Loco Valdés sufrió consecuencias igualmente non gratas por haber hablado en uno de sus sketches de Bomberito Juárez y doña Manguerita Maza de Juárez. Tal se diría que al prócer oaxaqueño no se le puede rozar ni con el pétalo de una risa. Para reír han sido muchas de las declaraciones de Fox -en otras le ha asistido la razón-, pero es risible también el exagerado culto, casi religioso, que se rinde a la figura de don Benito, convertido en una especie de santón por muchos de sus adoradores, tanto que no faltan observadores suspicaces que se preguntan si algunos de ellos no tendrán interés pecuniario o de política en la glorificación.

A Juárez se le deben magníficas acciones en bien de este país, sobre todo las relativas a la separación de la Iglesia y el Estado. Merece ciertamente, y con sobrados motivos, el bien de la nación. Pero no es un dios, y ni siquiera un semidiós. Igual que todos los humanos tuvo errores -algunos de ellos graves- que en su tiempo le fueron señalados aun por sus más cercanos colaboradores y fieles partidarios. El mejor homenaje que podemos rendir a nuestros héroes es no exponerlos al ridículo con acciones como esos anacrónicos desagravios que -¡vaya ironía!- parecen más cosa de iglesia que de Estado.

Armando Fuentes Aguirre "Catón"
(v.periódico Milenio Tamaulipas en línea del 8 de agosto de 2013).


En medio de la riqueza que el petróleo representa sufre quebrantos económicos de todo orden y desorden. Una plena reforma energética debe incluir forzosamente la exigencia de una mejor administración, y el total destierro de la corrupción. Otros 2 grandes males sufre Pemex: el sindicalismo y el burocratismo. Y una rémora más estorba el desarrollo de la empresa: el nacionalismo. Somos dados a convertir en santones a algunos personajes públicos: Juárez en el siglo XIX; Cárdenas en el pasado siglo. Grandes próceres fueron los dos, no cabe duda. Ambos merecen el bien de la patria. Pero no son dioses. Su vida y su obra obedecieron a un tiempo y a una circunstancia. Las circunstancias y los tiempos ya son otros; la vida nacional no puede estar sujeta siempre a los cánones que ellos señalaron.

Armando Fuentes Aguirre "Catón"
(v.periódico Milenio Tamaulipas en línea del 15 de agosto de 2013).


Comenzamos hablando de energía.
Seguimos hablando de Pemex.

Después discutimos quién es el dueño
del petróleo.

Y acabamos con lo que dijo o no dijo,
allá en el siglo pasado, el sacralizado
e infalible General Lázaro Cárdenas.

Y Cuauhtémoc, su traductor.

México tiene una monarquía petrolera.

Con reyes, nobles y plebeyos.

Adivine usted de cuáles somos.

Nemesio Maisterra
(v.pág.11 del periódico Mural del 15 de agosto de 2013).


¿Cuál privatización de Pemex? ¿Alguna vez ha sido nuestra la paraestatal? Líderes y familias, ¿no son los verdaderos dueños?

Carlos Romero Deschamps es el verdadero dueño, "jeque" intocable, senador, diputado, político: todo sinónimo de ladrón.

Privatizar Pemex es y debe ser regresar a que el trabajador haga su trabajo (perdón, socialistas) y no a que 20 hagan lo de uno. Eso pasa en todos los sindicatos que creó el PRI para gobernar.

Privaticemos todo el país, liberándonos como nos estamos liberando de la Gordillo, privaticen Pemex sin privatizar, arréglenlo, límpienlo, inviertan con verdaderas reglas, nada por lo oscurito. Cuándo veremos este encabezado en los periódicos?: "Se privatiza México, somos verdaderamente libres".

¿Por qué nunca han querido arreglar la educación? Es más fácil gobernar a una bola de güeyes que a un país culto.

Francisco Molina Martínez de Castro
(v.pág.4 "Cartas del lector" del periódico Mural del 15 de agosto de 2013).


En el futbol, el patrioterismo de clóset abrió las puertas de la Selección Mexicana a los naturalizados sin discursos nacionalistas de por medio. Lo que quiere la afición son resultados.

La reforma energética hará lo mismo, sólo que ésta sí, en medio de un polarizado debate entre la rapacidad de un empresariado hábil, que ha sabido aliarse con un poder político que no sabe más que ordeñar empresas paraestatales. Enfrente tiene a un cardenismo cosecha 1938 que, bajo una visión conspiranoica aviva la creencia de que como nadie ha tenido nuestra historia, nadie puede comprender la importancia de nuestros altares.

El "Chepo" de la Torre ha decidido fortalecer al Tri con jugadores naturalizados; el debate ha sido en torno al desempeño de éstos durante los últimos años. Qué país seríamos si esta misma afición se interesara en el debate energético; que analizara los posibles contratos de riesgo en Pemex, su cambio de régimen, la conveniencia de tocar o no la violada constitución etc., de la misma forma que analiza el rendimiento en minutos y partidos.

Existen absurdos como ese de no poder invertir como particular en Petróleos Mexicanos si no es desde el extranjero. Esto es, instalándose fuera del país, dejando los beneficios igualmente fuera del país. Pemex está en quiebra, nadie en su sano juicio la compraría si saliera anunciada en la bolsa; necesita inversión y sí, existen muchos intereses empresariales que esperan una reforma a modo (con el sello priista de la casa), pero existe también otra realidad social; leyes de transparencia; de fiscalización... Que a través de un número importante de medios de comunicación y redes sociales obligarían al gobierno a rendir cuentas.

Saldrá adelante porque una parte importante de ciudadanos se ha dejado vencer por el cinismo político; sabe que gritar "si no pueden renuncien" sólo da resultados en el futbol, donde si bien es verdad que no pueden, por lo menos llaman a los naturalizados.

La política comienza haciéndose con la cabeza y termina hecha con los pies; pero para eso están los ciudadanos; para vigilar al poder político, para tolerar incluso que meta la pata, pero jamás las manos.

Carlos Lara
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 17 de agosto de 2013).


En muchas ocasiones cuando actitudes ilícitas se abren paso en este país, hay quienes señalan que este comportamiento es genético... como si en la sangre, luego, por herencia los mexicanos fueran proclives a la ilegalidad, la tranza, la corrupción, incluso, la delincuencia. "Tenía que ser mexicano" es una frase que algunos mexicanos usan en ese pedestal equívoco donde la etiqueta facilista y discriminatoria se ejerce contra otro connacional. Y a tanto machacar, no queda más que preguntarnos: ¿el tema de la honradez podría ser parte de la genética o se trata de otro asunto?

La respuesta puede encontrarse en cualquier libro de fisiología.

La honradez es una elección que requiere de una plataforma social y económica para ser ejercida y las condiciones contrarias a la equidad resultan agresoras de la honradez. Luego los genes mexicanos no son responsables, sí en cambio la corrupción desde el poder, las desigualdades económicas y el descuido de las autoridades gubernamentales a su población.

Lourdes Bueno, investigadora de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 17 de agosto de 2012).


Es imperiosa la necesidad de armonizar los reglamentos de uso de antibióticos en el tratamiento de los animales y/o ingredientes en las fórmulas de los alimentos, muchos que en otras partes del mundo están prohibidos desde hace años. Tal es el caso de nuestros socios comerciales Estados Unidos, Europa y Japón, que lo tienen perfectamente regulado y aquí en México, no se ha hecho lo suficiente.

César de Anda Molina
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 20 de agosto de 2012).


Octavio Paz en su extraordinario ensayo sobre el ser del mexicano El Laberinto de la Soledad, dice que la filosofía del mexicano es el importamadrismo.

Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 24 de agosto de 2013).


El nacionalismo, aunque es un sentimiento universal, es absolutamente distinto en cada país. El nacionalismo gringo no es igual que el francés, ni el brasileño que el argentino, y por supuesto ninguno es igual al nuestro. El gringo es un nacionalismo pragmático: se es norteamericano por conveniencia; el francés tiende a ser más un nacionalismo egocentrista: cada francés es Francia y por lo tanto ombligo del mundo; el brasileño sólo se ve a sí mismo: para donde voltea sólo hay Brasil y más Brasil; el argentino es un nacionalismo azotado y contradictorio, literalmente de diván. El nuestro es un nacionalismo irracional, fanático y fundamentalista. Nuestro nacionalismo es religioso porque en este país, en lugar de Historia, se nos enseñó el catecismo nacional. La religión de la Patria no permite contradicciones, mucho menos cuestionamientos. El que duda peca; el que pregunta ofende.

En el más puro estilo fundamentalista, estamos dispuestos a inmolarnos antes que mancillar nuestra fe (mas si osare un extraño enemigo/ profanar con sus máquinas tu subsuelo...).

Diego Petersen Farah
(v.pág.1-B del periódico El Informador del 28 de agosto de 2013).


El solo cambio de las normas legales, no cambia las realidades subyacentes.

De ahí la inutilidad de tantas leyes, enmiendas y adiciones al texto constitucional. Sin embargo, no cede el afán de nuestros gobernantes y su convencimiento pleno de que, mediante la imposición de normas ideales la realidad cambia. De ahí las ostensibles discrepancias entre los hechos y el derecho. Nos vanagloriamos de que no hay pena de muerte y que la tortura está prohibida; de que el derecho al trabajo, a la educación, a la salud, están garantizados por nuestra ley fundamental; pero olvidamos que, a pesar de todas las protecciones y prohibiciones constitucionales, siguen existiendo la ley fuga y los asesinatos políticos, que la tortura es innegable, y que desafortunadamente, forman legiones los desempleados, los analfabetos, los enfermos y los desheredados.

Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 31 de agosto de 2013).


No comparto la idea de que podemos considerarnos como un país actor, cuando menos, no de 1er. nivel en el mundo, somos un país tercermundista y sólo aquellos que hayan sido contratados para ello afirmarán lo contrario. Tenemos aspectos en que sí somos de 1er. mundo, como los salarios de los altos funcionarios, en eso sí, pero no podemos considerar que lo seamos en general cuando vemos las terribles desigualdades que tenemos en casi todos los aspectos.

Y una explicación que encuentro es que muchos mexicanos no entendemos que las decisiones que se toman requieren un proceso y así, si nos ponemos a dieta o a aprender un idioma y buscamos que sea casi mágico, si no, no. En las declaraciones gubernamentales no existen declaraciones condicionales, por ejemplo, cuando se votó la reforma laboral con absoluta certidumbre se declaró que por su sola promulgación se crearían, no que podrían crearse, millones de empleos; lo que según los números oficiales y la opinión de muchísimos expertos no ha sucedido.

Ahora el tema es la reforma energética, los que la promueven dicen que de darse nos traerá bienestar prácticamente inmediato y quienes la combaten aseguran que de darse caerán de inmediato toda suerte de calamidades, y no creo que ninguna de estas dos posiciones suceda con esa inmediatez, de suceder cualquiera de los 2 escenarios tardaremos mucho tiempo, años, en poder percibir las consecuencias de la decisión que se tome. Ninguna ley por si misma modifica una conducta y mucho menos de inmediato. El Código Hammurabi tiene casi 4,000 años condenando, entre otras cosas, los malos salarios y el homicidio y las lesiones... y aún se siguen dando.

Carlos Enrigue
(v.pág.3-B del periódico El Informador del 8 de septiembre de 2013).


Ser rico en México es que el ingreso de la familia alcance los 40,000 pesos al mes. En muchísimos hogares sólo trabaja la cabeza, sea la mamá o el papá. Quizá con ese dinero esté pagando un coche o abonando para una vivienda propia, apurándose con las colegiaturas y los gastos inesperados. No vive con lujos, no destapa caras botellas de vino ni toma vacaciones excéntricas.

La familia tiene para vivir 40,000 pesos al mes. Y por tanto, según las estadísticas oficiales, es una familia rica. Pertenece al privilegiado grupo del 10% de la población con los mayores ingresos en el país (el decil más alto, según se reporta en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares que elabora el INEGI).

Una familia que ingresa 40,000 pesos al mes comparte grupo con el ingeniero Carlos Slim, el hombre más rico. Él encabeza el decil más alto.

El problema es que en México la miseria y la desigualdad son tales que cuando se divide el país en 10 grupos según el nivel de ingresos, la mitad de la tabla -que debería ser la 'clase media'- en realidad está en situación de pobreza. Y la naciente clase media mexicana aparece en las estadísticas disfrazada de millonaria.

Carlos Loret de Mola A.
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 10 de septiembre de 2013).


Agachones, flojos, desidiosos, marrulleros, ladinos, con sentimientos de inferioridad, atenidos, corruptos, malinchistas y machos, son sólo algunos de los defectos que se le atribuyen al mexicano, así, en general.

Se han hecho estudios profusos y eruditos desde la Filosofía, la Sociología, la Historia y la Antropología, para conocer al mexicano y lo mexicano. Destacan intelectuales y académicos de la talla de Samuel Ramos Magaña, Octavio Paz, Roger Bartra, Santiago Ramírez y Leopoldo Zea entre muchos otros, que han intentado explicar la idiosincrasia del mexicano, su psicología, los complejos, defectos y debilidades.

Claro que la condena no es generalizada: se han resaltado también las cualidades, los aspectos positivos, los sueños, la creatividad, la alegría, el amor por la vida, la defensa de la familia, la solidaridad, el trabajo, la constancia, la perseverancia, la nobleza, el ingenio, la generosidad, la hospitalidad, la inventiva, la determinación, la capacidad para salir de las adversidades y muchas otras.

Es la parte negativa la que se difunde, la que se conoce más, la que se exalta, la que se echa en cara, la que se critica y se expone, la que todos tenemos en la memoria; es a la que recurrimos con mucha frecuencia, más de la deseada, para explicar las faltas y los errores de otros: es-que-la-gente-no-participa; es-que-tenemos-el-gobierno-que-merecemos; es-que-a-los-mexicanos-no-les-gusta-leer; es-que-son-unos-cochinos; el-pueblo-es-apático y demás epítetos (en los peores ejemplos nadie se incluye, por supuesto) que siempre nos dejan, como nación, mal parados.

Estas son las explicaciones que dan y que nos damos para tratar de entender por qué actuamos de determinada manera o por qué decidimos no movernos, quedarnos callados, cruzar los brazos, no meternos en problemas...

¿Qué no hay otras posibilidades? Por ejemplo, que estamos demasiado ocupados atendiendo 2 y 3 empleos para que alcancen los ingresos de manera que sea posible mantener a nuestras familias en mejores condiciones. A lo mejor preferimos estudiar e informarnos para tomar decisiones acertadas por nosotros y por nuestros hijos. Y de seguro, también por la paz. Viva la paz. ¿Quién quiere la guerra? ¿Quién, conflictos y pleitos y problemas? Otra posibilidad tiene que ver con nuestra idiosincrasia: somos un pueblo noble y capaz de soportar los más terribles abusos de la clase política con tal de conservar una relativa estabilidad política y social.

Sí, estas y otras pueden ser las razones por las que no denunciamos, ni exigimos tanto como deberíamos; y casi no participamos y preferimos llevar la fiesta en paz; también puede ser porque estamos a merced de las malas decisiones y de las omisiones de la clase gobernante en política educativa y las deficiencias en la materia inhiben el incremento en los niveles de conciencia y de participación. Conveniente, claro.

Esta es la independencia, la verdadera independencia, la que necesitamos con urgencia y que sin saberlo reclamamos en un grito colectivo y silencioso: La independencia tendría que consistir -a estas alturas y después de lo que hemos vivido gobierno tras gobierno en todos los órdenes y de todos los partidos- en liberarnos de atavismos añejos, mitos perversos, descalificaciones, críticas severas y desproporcionadas, generalizaciones injustificadas e insustentables, falsas acusaciones y juicios equivocados; comparaciones injustas e ideas preconcebidas.

Laura Castro Golarte
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 14 de septiembre de 2013).


El crónico consentimiento a los chantajes de las minorías ha sido ya, desde hace muchos años, una forma de llevar los asuntos públicos en este país. Y esto, con gobiernos de todos los colores y proveniencias, de izquierdas o de derechas. En este sentido, estamos simplemente viendo más de lo mismo, independientemente de los posibles beneficios que pueda tener, en estos momentos, la complacencia ofrendada al PRD. Y, aunque en ocasión de las celebraciones patrias los límites sí hayan quedado claramente establecidos, a partir del martes la capital de la república volverá a ser tomada. Esto, lo repito, es crónico y, por lo que parece, parte de nuestros usos y costumbres.

Román Revueltas Retes
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 15 de septiembre de 2013).


El pueblo tomó la determinación en la Revolución Mexicana. Tomó el poder en sus manos, y dijo: ‘te derribo a ti, Gobierno, que has sido dictatorial’. Y luego, se metió en pleitos internos por el poder. Poco a poco ha venido desacreditándose. El pueblo no se siente soberano. El pueblo cree que le dicen "soberano" con fines políticos, y sonríe con ironía. Pero no toma el poder en sus manos.

Somos un pueblo demócrata que no sabe lo que es la democracia. Se indigna cuando sindicatos y otras organizaciones especiales se manifiestan. Las ve mal porque dice que interrumpen el tránsito y no se puede transitar libremente.

¿Y qué hemos logrado nosotros después de la revolución? Nada. Bueno; sí. Hacemos 2 cosas: criticar a los gobernantes y decir chistes. El mexicano se venga con chistes; se satisface caricaturizando. Pero, ¿qué consecuencias saca de ello? Ninguna. Se burla de sí mismo, porque sabemos que los políticos se enriquecen. Y el pueblo cada vez está más atrasado. Más angustiado. Cada vez más miserable en lo material y en lo espiritual.

Juventino Castro y Castro, ministro retirado de la Corte, en una entrevista el 20 de julio de 2010
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 16 de septiembre de 2013).


Primero, que viva México, esta tierra tan generosa, tan poderosa, que ha logrado resistir estoica los sistemáticos embates de la clase gobernante con todos sus yerros, omisiones, excesos y corruptelas. Que viva, ya que algo de mágico tiene un país injusto, racista, clasista y corrupto (como diría con tino el gran Benito Taibo) y que pese a ello exuda un halo que mantiene viva la esperanza en todos y cada uno de los que hoy salen a luchar en sus respectivas trincheras para abonar por un futuro cercano mejor... aunque para mantener eso del realismo, son los menos.

Segundo, que viva México, que con sus ritos y tradiciones -con las fritangas y vítores a personajes que la mayoría ubica como nombres de calles y avenidas-, abre espacios a la convivencia en donde el fervor patriótico (o patriotero, como guste) sirve como catarsis colectiva y puente para construir en las nubes escenarios en donde la gloria que atribuimos al pasado puede reclamar el presente.

Y tercero, que viva nuestro maravilloso México, que pese al desastre que resulta nuestra selección de futbol y que el sábado por la noche descubrimos que nuestro muy inflado Saúl "El Canelo" Álvarez resultó muy bueno, pero sólo para aguantar 500 golpes en la cabeza, tiene algo que permite a los ciudadanos afirmar que pese a todo, somos un pueblo feliz.

Habría que interpretar como una tremenda bofetada para los que sólo ven nubarrones en el cielo y agobios por nuestros problemas económicos y de seguridad, los resultados de la encuesta World Happines Report 2013 (reporte mundial de la felicidad). La ciudadanía se ubica entre los primeros 20 lugares en rubros como expectativa de vida saludable, libertad de tomar decisiones de vida, apoyo social y generosidad. La encuesta dice que la mayoría de los mexicanos nos valoramos en términos de felicidad por arriba, por ejemplo, de pueblos como el estadounidense.

Entonces, y pese a todo, nos vemos y sentimos bien y eso es simplemente mágico.

Alejandro Irigoyen Ponce
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 16 de septiembre de 2013).


A querer y no, tenemos en la Cofepris un hermano mayor que vela
por nosotros.
Es un chaperón implacable
que nos controla.
Es una mamá pirata que nos dice
qué comemos y qué no.

No nos deja fumar enfrente
de la gente.
Quita los saleros de las mesas.
No nos deja comer papitas, churritos
y Churrumais.
No quiere que tomemos refrescos.
No podemos comprar antibióticos.
Y revisa a los doctores junto
a las farmacias como si su título
no bastara.

De plano, apúrese, porque dentro
de poco necesitará receta para
tomarse una Coca con galletas
de animalitos.
El Gran Hermano privilegia
la represión al diálogo.

Duraremos más.
Pero viviremos menos.

Nemesio Maisterra
(v.pág.7 del periódico Mural del 19 de septiembre de 2013).


En el gobierno federal, en el estatal y en muchos municipales, además de otros actores políticos, especialmente del Partido Revolucionario Institucional (aunque ni el PAN ni el PRD se escapan, han aprendido bien), son especialmente proclives a la simulación, es decir, a hacernos creer que todo es perfecto y que en este país no pasa nada.

La determinación porque compartamos su visión de un México perfecto es asombrosa y, bueno, tienen de su lado medios de comunicación y el aparato del Estado para que, efectivamente, con los niveles de pobreza y de mala educación que prevalecen en el país, mucha gente, mucha más de la que quisiéramos (a pesar de que vive en condiciones lamentables) crea la telenovela que se esmeran en producir.

Les funciona con las mayorías y mantienen la formulita con todo y que las minorías intelectuales no se tragan ese cuento, burdo y barato. Pero bueno, sabemos que no vivimos en un México perfecto y también estamos conscientes, muchos, de los intentos manipuladores vía la simulación y la ficción que emprenden, un día y otro también, los políticos del gobierno federal, sobre todo.

Ojalá el México perfecto en el que se juran fuera una realidad para todos y no sólo para unos cuantos privilegiados.

Laura Castro Golarte
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 21 de septiembre de 2013).


Sin lugar a dudas, resulta ocioso y hasta sin sentido utilizar generalizaciones para definir al mexicano de hoy; sobre todo si asumimos que somos una sociedad pluricultural y multiétnica en la que conviven muchas y muy variadas formas de pensar, sentir y ver la realidad presente y el futuro. No obstante, se sigue pesando en el imaginario colectivo el argumento fàcil que califica al mexicano como apático, desinteresado, despilfarrador, oportunista, fiestero, corrupto o impuntual, con mentalidad de perdedor, por decir lo menos.

Adjetivos descalificativos como esos nos remiten a la visión porfiriana de finales del siglo XIX recordando que el General sostenía, sin rubor alguno, que "Los mexicanos están contentos con comer desordenadamente antojitos, levantarse tarde, ser empleados públicos con padrinos de influencia, asistir a su trabajo sin puntualidad, enfermarse con frecuencia y obtener licencias con goce de sueldo, no faltar a las corridas de toros, divertirse sin cesar, tener la decoración de las instituciones mejor que las instituciones sin decoración, casarse muy jóvenes y tener hijos a pasto, gastar más de lo que ganan y endrogarse con los usureros para hacer posadas y fiestas onomásticas. Los padres de familia que tienen muchos hijos son los más fieles servidores del gobierno, por miedo a su miseria; a eso es a lo que más le tienen miedo los mexicanos de las clases directivas, a la miseria, no a la opresión, no al servilismo, no a la tiranía; a la falta de pan, de casa y vestido, y la dura necesidad de no comer o sacrificar su pereza" (Francisco Bulnes, citado por Paul Garner en su ensayo "Porfirio Díaz" dentro del libro Gobernantes Mexicanos Tomo 1, de Will Fowler, páginas 387-388, Fondo de Cultura Económica, México, 2008). En la actualidad, difícilmente se podría estar de acuerdo con una visión tan pobre y maniquea sobre la forma en que nos vemos los mexicanos a nosotros mismos y al país, por las razones antes expuestas, aunque en una cosa tenía razón el dictador: en que al mexicano de ayer y de hoy le interesaba y le interesa, como prioridad, satisfacer sus necesidades económicas y su seguridad personal.

Para documentar lo anterior, basta con remitirnos al diagnóstico realizado sobre México y los mexicanos a partir de los datos obtenidos por la encuesta Sueños y aspiraciones de l@s mexican@s, realizada entre septiembre y diciembre de 2010 por GAUSSC y Lexia, bajo la dirección de Manuel Rodríguez Woog y Guido Lara, y publicada en la Revista Nexos (febrero de 2011); quien reporta, al preguntar a los mexicanos cuáles eran sus principales preocupaciones personales, que casi 5 de cada 10 (49%) dijo que la crisis económica/ el alza de precios/ la inflación/ la pobreza y el desempleo; mientras que, en 2o. lugar, se mencionó que la inseguridad, más asociada a la delincuencia común que al narcotráfico (17%), por encima de problemas relacionados con la falta de servicios públicos, de salud y educación. Lo que permite confirmar que, efectivamente, al mexicano promedio le preocupa satisfacer sus necesidades económicas y su seguridad personal.

De acuerdo con los datos recabados, el mexicano de hoy está lejos de sentirse una persona mediocre, timorata, acomplejada, sin ambición o con baja autoestima, pues 90% de los entrevistados dijo tener la capacidad de cambiar su propio destino y el de su familia; 7 de cada 10 cree que los sueños, sus sueños, se pueden hacer realidad. También, casi 7 de cada 10 (69%) piensa que los mexicanos sí sabemos a dónde vamos en nuestro caminar por la vida, en tanto que casi 7 de cada 10 (69%) sostiene que los mexicanos tenemos cultura de triunfadores, que siempre ponemos un esfuerzo extra en lo que hacemos (52%) y que no necesitamos a los Estados Unidos para progresar (51%).

Ante la exposición de datos tan alentadores sobre el perfil de nuestra población, no faltará quién se pregunte por qué entonces los mexicanos de hoy vivimos rodeados de problemas sociales, económicos, políticos y enfrentamos en la actualidad una grave crisis de seguridad pública cifrada en altos índices de violencia en varias ciudades del país, un incremento sustancial de secuestros, extorsiones y crímenes dolosos. Más aún, ante la ola de movimientos populares que se suscitaron entre 2010 y 2013 para demandar libertades democráticas, cambios políticos, económicos y sociales, tanto en los países árabes como en Grecia, España, Italia y más recientemente en Brasil, no ha faltado quién se pregunte ¿por qué en México no ha pasado nada de esto?

Sara Sefchovich ("¿Y nosotros cuándo?", Revista Nexos, op.cit.), nos brinda diversas teorías que intentan explicar el fenoméno. Dentro de ellas encontramos explicaciones que van desde las que sostiene que la sociedad mexicana sólo ve por el presente y no por su futuro hasta, aquellas que sostienen que somos una sociedad netamente individualista. Es decir, que el mexicano bien podría hacer suyo aquél dicho que menciona: "mientras no me pase a mí, no hay problema". Sin lugar a dudas, la profesora e investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México acierta en algunos de sus diagnósticos; no obstante, los datos presentados en Sueños y aspiraciones de l@s mexican@s, dan cuenta de que el fenómeno es más complejo.

A través de ellos podemos saber que a la confianza personal que tiene la mayoría de los mexicanos sobre la posibilidad de cambiar su futuro personal y el de su familia, paradójicamente se le opone un sentimiento de inseguridad sobre su capacidad para cambiar el rumbo que lleva el país; al cual solemos ver como un barco a la deriva, al que le falta rumbo y liderazgo.

Ante la desconfianza en nuestros gobernantes, la política y las instituciones más relevantes, los mexicanos hemos volteado la vista hacia nuestra familia, concluyendo que ésta es nuestro mejor refugio ante las adversidades colectivas que nos aquejan, para verla como la catapulta de emociones y expectativas que nos impulsan a darle sentido a nuestros sueños y aspiraciones individuales, sin pensar en nuestro vivir en sociedad.

Quizá en este sentimiento encontremos la respuesta al por qué muchas veces solemos olvidarnos de los problemas comunes que nos afectan a todos, ya sea en la calle, en nuestra comunidad, en nuestro municipio, delegación, estado, en la escuela, en el trabajo o en el país entero. Si bien esta situación es relativa, pues los mexicanos hemos dado muestras fehacientes de ser enormemente solidarios ante las desgracias y tragedias naturales que nos sacuden, de conmovernos ante el dolor ajeno; también es fecuente escuchar decir a muchos de nuestros conciudadanos que los espacios públicos (las calles, los parques, las plazas, el transporte y los servicios colectivos) son libres o de todos los mexicanos, para justificar el impulso de maltratarlos, destruirlos o evitar pagar el costo con que se financia su funcionalidad.

Trasladada al ámbito de lo político, esta actitud de negligencia individual se traduce en actos que degradan la convivencia colectiva, el respeto, reconocimiento y solidaridad que nos debemos como iguales; como ciudadanos de una República democrática, donde la cosa pública es asunto de todos y de nuestra responsabilidad individual como ciudadanos. Lo que, en muchos casos, se traduce en confrontaciones estériles sobre el rumbo que deben tomar las cosas en el país, la solución que necesitamos dar a los problemas, retos y dilemas que enfrentamos como nación, impidiéndonos alcanzar acuerdos surgidos del consenso y respeto a la diversidad de opiniones y visiones que existen entre los mexicanos.

Si sumamos a la grave crisis de seguridad pública que se vive en varias ciudades del país, el incremento sustancial de secuestros, extorsiones y crímenes dolosos que nos aquejan la desconfianza en nuestros gobernantes, partidos políticos e instituciones para justificar la indiferencia que muchas veces nos conduce a la apatía, la inmovilidad o el miedo, los mexicanos de hoy estaremos cancelando la posibilidad de construir un futuro más promisorio para nosotros mismos y las generaciones del futuro; pues no existe mejor espacio que nuestro país ni mejor familia que nuestra sociedad para plantearnos las soluciones que nos demanda el devenir. Por ello, los ciudadanos de a pie y las organizaciones de la sociedad civil estamos llamados a llenar los vacíos de actividad e iniciativa que dejen nuestros gobernantes e instituciones para solucionar los graves problemas que nos aquejan como sociedad, ya sea por ineptitud, indolencia o miopía. Es ahora cuando los mexicanos debemos levantar la voz como uno solo y promover, lejos de los andamiajes mañosos de la política institucionalizada, la promoción de una verdadera cultura de la legalidad y de participación ciudadana activa que nos permita construir un mejor país, libre de violencia y con posibilidades de desarrollo para todos en los años por venir.

Dejar de ser habitantes de este país para transformarnos en ciudadanos plenos y responsables de nuestro futuro colectivo, será una batalla que debemos mantener para convertir en realidad nuestros expectativas y acabar con el flagelo de la inseguridad, la violencia criminal y la falta de expectativas de desarrollo.

México SOS
(27 de septiembre de 2013).


No importa la experiencia, siempre triunfa la esperanza en los mexicanos por su fe, por su pensamiento mágico.

Contrastando con los dramas de nuestra realidad, se publica en Estados Unidos y otros países sobre México como tierra de oportunidades... Cómo no, si aquí pueden pagar salarios inaceptables en otros países (ni los ilegales, ni los negros los aceptarían, diría Fox), además de condiciones enfermizas; conozco profesionistas con maestrías que trabajan casi como esclavos en horarios nocturnos para coincidir con horas de los asiáticos, por ejemplo.

Para cerrar con broche de oro las semanas de desastres, se organiza la Semana Nacional de Educación Financiera 2013, y se concluye que no hay cultura del ahorro ni se aprovecha el crédito como en otros países. ¡Cómo comparan, si aquí apenas alcanza a la mayoría para sacar para el diario vivir; si las tasas aquí son hasta 10 veces mayores!

"No me desanimo, sólo pido a Dios que me dé fuerza y vida para salir adelante", dijo una mujer que perdió su casa. Ésa es parte central del problema en México, creer que de Dios provienen las desgracias o el rescate de México.

Josefina Leroux
(v.pág.8 del periódico Mural del 3 de octubre de 2013).


Con fines académicos, he estado leyendo y estudiando la historia prehispánica y colonial de nuestro país y llego a la conclusión de que en México (por lo menos en México), vivimos una violencia crónica, de diferentes formas, por diferentes causas, pero violencia al fin. Es una banda sinfín.

Violencia crónica, por sacrificio en la época anterior a la llegada de los españoles y simplemente por matar cuando llegaron los que se convertirían en conquistadores. Hay teóricos de diferentes disciplinas, historiadores, sociólogos y antropólogos fundamentalmente, que han estudiado estas épocas y llegan a la conclusión de que los españoles de entonces mataron tanto por una especie de locura homicida; no por oro ni por riquezas como justificaban los cronistas de entonces, sino por una especie de sed de sangre, un frenesí asesino que alimenta la conocida "leyenda negra" sobre las que hay diferentes posturas.

Y comento este asunto porque al revisar las ilustraciones de matanzas sin sentido en lo que hoy es México y las islas de Caribe, me doy cuenta de que escenas similares tienen lugar aquí y ahora: colgados y desmembrados y destazados. El horror, la barbarie.

¿Cómo es que hemos sido víctimas y testigos de semejante realidad a lo largo de la historia? ¿Hasta cuándo? ¿Hasta dónde?

Laura Castro Golarte
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 12 de octubre de 2013).


De todo nos quejamos. Uno de los objetos permanentes de queja, con mucha razón, son quienes ejercen un cargo público: los partidos políticos, la clase política, los funcionarios de todos los niveles de gobierno, las corporaciones policiacas, los diputados y senadores, las instituciones de salud y un largo etcétera. Hay sobradas razones para hacerlo. No lo desapruebo. Hay que continuar quejándonos de nuestra élite gubernamental.

Pero también nos quejamos de quienes no son funcionarios: los vecinos, de tales o cuales parientes, de quienes tiran basura en la calle, de los bancos que exprimen hasta el último centavo, de las compañías telefónicas, de los jefes de nuestros trabajos, de los medios informativos y muchos más. Pertenecemos a un pueblo quejumbroso. Sé que tenemos derecho a quejarnos. La queja es un desahogo, un tapón que permite aliviar la enorme olla de presión que son nuestro cuerpo y mente. Una queja equivale a un problema. Pero olvidamos que un problema es un objetivo mal planteado.

Sé también que hay a quienes se les va la vida en acumular quejas. En amargarse. Lo positivo es que millones de quejas las transformamos en ironías, chistes, mentadas de madre, mensajes tuiteros agrios y todo lo que nos ocurra crear. Tenemos mucha inventiva para quejarnos con gracia.

Los quejumbrosos tienen un patrón similar: todos son culpables de lo que les pasa a ellos o ellas; todo es responsable de lo que les sucede. Acusan a todos (sus padres, sus patrones, Dios, los gringos, la pareja, etcétera) de lo que les ocurre. Son quejas convenencieras de quejumbrosos convenencieros, que dan a otros el enorme poder de provocarles lo que padecen. Los quejumbrosos suelen no ser autocríticos. No ven la enorme viga en sus ojos y sí la paja (o viga también) en los otros. Son quejumbrosos pasivos. No hacen nada o hacen poco para ir más allá de la queja. No ven sus propias miserias, sus creencias limitantes, su egocentrismo. No admiten responsabilidad por lo que a sí mismos les sucede. Los quejumbrosos pasivos contribuyen (sin desearlo) a que todo siga igual o empeore. Quedarse en las meras quejas es realimentar el sistema que envuelve al quejumbroso. Incluido el sistema político que padecemos.

Sergio René de Dios
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 14 de octubre de 2013).


Hoy la demanda de centralización viene de quienes antes reclamaron autonomía local. Frente a las ineficiencias y resabios de unos gobiernos locales por los que no ha pasado un auténtico proceso de modernización democrática, la solución que se busca es misma que usó Porfirio Díaz y perfeccionó el PRI: limitar desde el centro al poder local.

Jorge Javier Romero Vadillo
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 19 de octubre de 2013).


Las reglas del juego electoral nunca han sido realmente asimiladas por los actores políticos en México. Cuando un candidato pierde una elección, ya sea a nivel distrital o la Presidencia de la República, siempre carga contra la ley electoral. Las acusaciones son siempre las mismas: exceso de dinero, movilización o incluso un contexto electoral previo que favorecía a algún candidato. Las reformas políticas son fundamentales como un mensaje de legitimidad de los comicios. Pero como dijo alguna vez Luis Carlos Ugalde: "contra la irresponsabilidad de los candidatos, no hay reglas que valgan". La "semilealtad", un concepto de Juan Linz, es más la regla que la excepción; es decir, acepto las reglas si gano, no las acepto si pierdo. Podemos hacer reformas y reformas, cambios calcados de los mejores sistemas del mundo, pero no podemos olvidar que hay un grave problema de cultura política que se obstina en demonizar a las instituciones y nunca aceptar las derrotas. Ese problema no se resuelve con legislaciones.

Enrique Toussaint
(v.pág.8-B del periódico El Informador del 20 de octubre de 2013).


En México siempre ha habido espionaje entre la clase política. Se espían los unos a los otros con una tranquilidad pasmosa y luego se chantajean como si nada pasara. A nadie parece importarle gran cosa la intervención en las vidas privadas. El espionaje se tolera entre los altos mandos porque saben que todos espían a todos, tal como los americanos dicen que todos los países se espían entre ellos. La diferencia aquí es que hay evidencia de que se espió (o espía) al propio Presidente de la República, lo cual desnuda completo al sistema político. No tienen a su hombre en La Habana, lo que tienen es a su hombre en Los Pinos.

Diego Petersen Farah
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 23 de octubre de 2013).


El gobierno de México eximirá a Cuba del pago de 70% de un adeudo por 487 millones de dólares, dio a conocer el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray.

El funcionario federal dio a conocer que dicha deuda es producto de un crédito que el gobierno cubano contrajo con el Banco Nacional de Comercio Exterior hace ya casi 15 años.

Videgaray precisó que Cuba pagará el restante 30% del adeudo en un plazo de 10 años.

Aseguró que este acuerdo de pago permitirá restablecer las relaciones diplomáticas y de otra índole con la isla.

(V.periódico El Informador en línea del 2 de noviembre de 2013).


El presidente municipal de un poblado ubicado en medio de la sierra recibe un telegrama urgente que decía: "Movimiento telúrico trepidatorio detectado en su zona. Localizar epicentro e informar de daños y alteraciones con la flora y la fauna"...

Semanas después llega la respuesta del munícipe de marras redactada: "Epicentro localizado y apresado esperando órdenes superiores. Telúrico quedó muerto en el sitio de los hechos. Trepidatorio y otros 15 ca... fugados, pero seguimos el rastro. A las tales Fauna y Flora las corrimos del pueblo por "cuilas" -vulgar expresión autóctona de féminas dedicadas al carnal comercio-. No pudimos informar antes porque tuvimos un temblor de la ch...".

Francisco Baruqui
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 4 de noviembre de 2013).


En la actividad política de todos los días, nadie hace nada sin que otro se oponga y trate de impedirlo; nadie puede aspirar a algo sin que un opositor se le atraviese y estorbe. Esta lamentable expresión de la "real politique" es como la clásica entretención del palo encebado de las ferias populares: siempre habrá quien se cuelgue de los pantalones de un atrevido concurrente para no dejarlo trepar, o quien vea con satisfacción que a pesar de sus esfuerzos fracasa en el intento de subir; pero nadie impulsará a nadie hacia arriba.

Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 9 de noviembre de 2013).


De gran impacto será sin duda la famosa ley antilavado la cual creo está muy mal hecha, lo de menos es que a todos nos complique la vida convirtiéndonos en informantes, lo peor es que no se les ve finta de que vayan a lograr encontrar muchos.

Pero debemos ser positivos e intentar cooperar a que los lavadores sean encontrados y que nuestro amado gobierno, que tanto se sacrifica por nosotros, logre juntar la firulilla que necesita para socorrernos con sus nuevos programas sociales que tanto necesitamos y tan generosamente prometen darnos, por lo que hago las siguientes sugerencias, no todos serán lavadores, pero hallaran más donde hay que donde no hay.

Y para estar de moda con el sistema de promesas gubernamentales desde varios ejes.

1er. eje de acción.- Empiecen por investigar preferentemente a los muy ricos, un simple razonamiento indica que para poder lavar dinero se necesita tenerlo, nadie puede lavarlo si no lo tiene, cuando mucho se podrá ser cómplice de ellos; de esta manera no creo sea tan difícil consultar la lista de Forbes, que es una gran fuente de información.

2o. eje de acción.- En este país existen miles de aeronaves, yates, buques y autos que valen más de un millón de pesos y todas o casi todas están o debían estar obligatoriamente registrados actualmente, por lo que es fácil ver quiénes son los que las adquieren.

3er. eje de acción.- Habrá personas que tengan el dinero debajo del colchón, pero la mayoría lo tienen invertido en entidades financieras, para mi estas son los medios más sofisticados para lavar dinero y evidentemente serán los principales sujetos a verificar. Remember the HSBC laundry.

4o. eje de acción.- Serán verificables aquellos que adquieran inmuebles de más de cierta cifra digamos arriba de cinco millones y sobre todo deberá ser materia de atención cuando adquiera más de un bien de estas características.

5o. eje de acción.- Los líderes obreros parecen ser una fuente de derroche y lujos antes sólo pensable para jeques árabes, que ahora, cuando despilfarran han de decir que gastan como líderes mexicanos.

Si vigilan a estos cobrarán mucho más que lo que pueden reunir lo que el resto pudieran lavar, que es fácil tomando en cuenta que 60% está en la pobreza.

Carlos Enrigue
(v.pág.4-B del periódico El Informador del 17 de noviembre de 2013).


Narran las crónicas que muchos de los pobladores de la América prehispánica practicaban el autosacrificio como una forma de granjearse la ayuda de los dioses, eran rituales por lo común sangrientos, implicaban el dolor y en buena medida eran también un autocastigo. Tales creencias no fueron ajenas al resto de las culturas del mundo, pero estaban sujetas a procesos evolutivos. El problema comenzaba cuando los amantes de sacrificar su cuerpo decidían que también los de la tribu de enfrente debían hacerlo; por eso los tlaxcaltecas odiaban a los aztecas.

En una tierra de libertades como la nuestra cualquier persona podría en principio seguir mortificando y aún mutilando su economía corporal siempre y cuando no quisiera que los demás lo siguieran. Si esa agresión a sí mismo tiene por objeto buscar castigo a sí mismo es lo de menos, siempre y cuando no se quiera que los demás también se castiguen o resulten castigados.

Para no pocos mexicanos de hoy, por atavismo o perversión, afectar a los demás intencionalmente porque están siendo afectados ellos, se ha vuelto un lugar común. Si a mí me perjudican que se perjudiquen todos, si a mí me agreden ¿por qué no también a ti? Imponer la solidaridad en los males a la mala es la costumbre hoy cotidiana. Es la actitud que subyace a los movimientos magisteriales que sacrifican a la población escolar en su presente y en su futuro, y castigan a sus familias y al país, para que de una vez se amuelen todos y no nomás ellos; en este país la máxima común es la de hundirnos todos, según el viejo dicho "todos hijos o todos entenados".

Pero los maestros paristas han evolucionado muy pronto para el mal, desde luego que no se trataba de hacerse héroes, un plantón tiene fecha de vencimiento para quienes los practican por mucho que les atraiga autosacrificarse viviendo en tiendas de campaña, comiendo y descomiendo al aire libre y contaminado del Distrito Federal. Por eso se turnan. Su plantón es una carrera de relevos, refrescada periódicamente por nuevos contingentes frescos y briosos que irrumpen en la arena con ímpetu guerrillero para enfrentar a las mismas fuerzas del orden, a la misma ciudadanía harta de sus atropellos, a los mismos comerciantes que no pueden andar mudando sus negocios a tenor de las mareas de estos o de cualesquiera otros manifestantes.

La asamblea del Distrito Federal por su parte lo mismo reduce las penas que las agrava, independientemente de que se cumplan, en un afán publicitario por parecer interesada en las causas justas, en normar las marchas y los plantones, como si ya se hubiese vuelto un derecho de la ciudadanía perjudicar a los demás para hacer valer los intereses de éstos contra los de aquellos. Una marcha que reprime, sofoca o paraliza el tráfico aumenta la contaminación por el consumo de combustible, afecta los horarios laborales, la economía de la gente, el rendimiento, el clima social, todo, pero de eso es precisamente de lo que se trata, de crear anarquía y choque, de amolarnos todos.

Indudablemente la idiosincrasia actual de innumerables mexicanos se ha pervertido de tal forma que ya no puede sino seguir intoxicando el ambiente social, con el grave riesgo de provocar problemas aún mayores.

Armando González Escoto
(v.pág.2-B del periódico El Informador del 24 de noviembre de 2013).


Siempre he pensado que en nuestro país (mal alimentado, mal educado y mal orientado) existe capacidad y creatividad de sobra para consolidarnos como una nación ejemplar, no obstante, también existen los "listillos", esos seres que se consideran inteligentes e incluso más inteligentes que el resto de quienes les rodean, y por ello evaden o al menos tratan de evadir su responsabilidad en tal o cual situación, a base de pretextos, "grillas" o la tradicional simulación.

Uno de los muchos casos que puede servir como ejemplo es el movimiento cibernético propiciado por la puesta en marcha de la CURVA, en donde cerca de 27,000 personas -imagino que jóvenes en su gran mayoría- estableció un operativo paralelo al de las autoridades, pero no para prevenir accidentes, o lo que es peor: muertes, sino para evadir los puntos de revisión del alcoholímetro.

Cuauhtémoc Cisneros Madrid
(v.pág.17-A del periódico El Informador del 25 de noviembre de 2013).


Alguien dijo que "si la mitad del ingenio que el mexicano emplea para violar las normas lo empleara para trabajar, México sería país del Primer Mundo".

Botón de muestra, el operativo que comenzó a implementarse hace menos de dos semanas, en aplicación de la nueva Ley de Movilidad en Jalisco, para detectar y eventualmente sancionar "con multas y arrestos 'inconmutables'" a los automovilistas que manejen alcoholizados...

Han surgido las primeras expresiones de la habilidad mexicana para la chapuza...
Así, hay versiones fidedignas de que las redes sociales -a las que se tiene acceso desde un teléfono celular- avisan oportunamente acerca de los sitios en que se instalan los retenes "anti-alcohólicos"; y aunque la autoridad aseguró que éstos podrían desplazarse rápidamente hacia otro punto en cuanto se comprobara que estaban siendo burlados, la más moderna versión tapatía del viejo juego de El Gato y el Ratón -o su variante, el de Policías y Ladrones- se está resolviendo, hasta ahora, por amplísimo margen, a favor de los ratones.

Asimismo hay versiones (creíbles, aunque no confirmadas) acerca de que la cacería de automovilistas alcoholizados, no precisamente en los retenes, pero sí cuando lo aplican los agentes viales, ha servido para incrementar los montos de las mexicanísimas "mordidas". Y es lógico: si la multa fluctúa entre 9,000 y 13,000 pesos, la "mordida" no puede ser de tristes 100 o 200 pesos.

Algunos centenares de taxistas se inscribieron en un programa denominado "Taxi Seguro", comprometiéndose a respetar las tarifas nocturnas en beneficio de los parranderos que decidieran volver a casa en automóvil de alquiler. Pero como en Guadalajara y anexas circulan cerca de 12,000 taxis "oficiales" -los "piratas" se contabilizan aparte-, se infiere que, a cambio de 500 "taxis seguros" (así, con comillas), hay más de 10,000 inseguros; (así, sin comillas).

En ciudades en que ya aplicaban los operativos anti-alcohólicos, operan sistemáticamente grupos de jóvenes que han aprovechado la coyuntura para "pasar los retenes" a los automovilistas que se los soliciten... por la módica suma de 300 pesos.

Moraleja "mexicanísima" de la historia: "Hecha la ley, hecha la trampa".

Jaime García Elías, periodista y conductor radiofónico
(v.pág 7-A del periódico El Informador del 26 de noviembre de 2013).


Tres visiones que prevalecen en México, según estudios de mercado: la visión del México residual, ese que pervive refugiado en las diversas expresiones políticas de izquierda, manteniendo la nostalgia sesentera del "prohibido prohibir" y "la imaginación al poder", que aviva sus esperanzas en el cardenismo cosecha 1934. Hablo del México dominante, en el que se encuentra la denominada clase media y su establishment, con la mirada puesta en todo aquello que pueda garantizar la permanencia en su zona de confort. Hablo del México emergente, ese que nos quiere vender el gobierno bajo el discurso del "Mexican moment".

Carlos Alberto Lara González
(v.pág.9-B del periódico El Informador del 30 de noviembre de 2013).


Los anarquistas vandalizan comercios, hoteles, edificios... y van al mitin de AMLO, donde se comportan atentos escuchándolo. Los maestros capturan personas, apedrean escuelas, golpean a padres de familia... y van al mitin de AMLO, donde se comportan atentos escuchándolo. Ah, pero AMLO dice que su movimiento es pacífico.

Carlos Loret de Mola A.
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 3 de diciembre de 2013).


Desde la época de la Colonia hasta hoy, la historia de México y su lucha por la democracia está concatenada con momentos adecuados, pero protagonizados por los individuos incorrectos.

México, tras la conquista, se convirtió en una colonia de explotación. Y se organizó en función de las necesidades de España. El objetivo principal era explotar los recursos naturales, a su vez, explotando a la población.

En México, las oportunidades para dar el salto a la democracia no han sido pocas.

Desde la Independencia, hasta la Revolución, llegando al año 2000, la más clara de todas las oportunidades, desperdiciada por políticos que no supieron o simplemente no pretendieron estar a la altura.

Lorenzo Meyer
(v.pág.1-B del periódico El Informador del 4 de diciembre de 2013).


México es relativamente equitativo en calidad de la educación (o más bien, la educación es igual de mala en escuelas privadas) y la equidad está aumentando. Muy importante, los alumnos mexicanos son de los más felices en las escuelas (espero que no sea porque sus maestros están de plantón).

Ángel Sarmiento
(v.pág.8 del periódico Mural del 5 de diciembre de 2013).


La seguridad es una actividad prioritaria del Estado, así como la de imprimir billetes y monedas; es una actividad en la que los ciudadanos no participamos.

Así como el gobierno cuenta con las fuerzas armadas para defender la soberanía nacional, así también tiene la obligación de tener fuerzas para garantizar la paz y la tranquilidad de sus ciudadanos.

En México, la vida no vale nada y lo demostramos en nuestra vida cotidiana.

En este sexenio que recién se inicia, la cifra escalofriante de criminalidad va en aumento.

En los primeros 6 meses del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto la cuenta llegó a 13,775 asesinatos vinculados al crimen organizado y al término del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa hubo 83,000. (Vacíos de Poder en México, Edgardo Buscaglia).

De seguir esta tendencia, al término del sexenio de este gobierno, ¿podemos esperar una cifra de 165,300? Se eriza la piel.

Estas cifras no incluyen muertes por accidentes y por simplemente, vivir en México.

Las negligencia de las autoridades responsables de mantener carreteras y calles, causan muertes que pasan desapercibidas por no ser sensacionalistas.

A lo anterior habría que agregar, entre otros, accidentes en carreteras por mal mantenimiento, asesinatos por robo en casas habitación y falta de atención o negligencias médicas en hospitales del gobierno.

Llama la atención, por ejemplo, que los trabajadores de vialidad en carreteras, exponen su cuerpo para desviar el tránsito con una pequeña bandera en la mano y un chaleco anaranjado como única protección contra autos, tráileres en carreteras.

En otros países, protegen la vida de estos trabajadores instalando semáforos temporales y vallas de concreto, de manera que el automovilista no tenga acceso directo a ellos. Aquí en México, se conforman con unos pequeños conos color naranja, exponiendo directamente al trabajador vial.

Otro ejemplo, son los trabajadores de la construcción que trabajan a grandes alturas sin la debida protección. ¿Cuántos accidentes hay por año?

Definitivamente, en México no hay respeto por la vida.

Las empresas tienen la obligación y responsabilidad de cuidar la vida de sus trabajadores, protegiéndolos con elementos adecuados protegiéndolos del ruido, polvo, calor y olores que puedan perjudicar la vista, pulmones y oídos, que a la larga puedan causarles una enfermedad letal.

Como consumidores también estamos desprotegidos. Cuando comemos en un restaurante, no tenemos la certeza de que está debidamente inspeccionado y que cumpla las normas de higiene y de seguridad en la conservación de los alimentos.

En nuestro país estamos a merced de Dios, porque para los mexicanos, la vida no vale nada.

Vivir en un país donde se cuida al ciudadano de todos estos peligros, es uno de nuestros derechos que tenemos como seres humanos.

Trinidad Terrazas Gastélum
(v.pág.32 del periódico Milenio Jalisco del 6 de diciembre de 2013).


Un mexicano, decía Jorge Ibargüengoitia, es capaz de cualquier acierto. Pero, en plural, lo que parecen destinados a hacer es beber ron, hablar mal de terceros, no ser capaces de confesarse el tamaño de su odio y resignarse a aguardar el momento propicio para la puñalada... Esto, a escala política, cultural, económica, social y deportiva, cimenta la tragedia grotesca en la que vivimos.

Logró mirarse y mirarnos sin rencor ni asco; también sin esperanza alguna. En una entrevista con Margarita Villaseñor, a finales de los 70, la reportera le dijo: "Ya ves, Jorge, siempre nos ridiculizas". Y respondió Ibargüengoitia: "Los retrato, nada más los retrato".

Antonio Ortuño
(v.pág.8-B del periódico El Informador del 8 de diciembre de 2013).


Los mexicanos somos un tanto cuanto "especialitos..."

Dentro de una idiosincracia de lo inverosímil, somos proclives a la alharaca, al chiroteo, a la vehemente cortesía de una afabilidad manifiesta, enmarcada en sonrisa con un aplicable compadreo que da confianza, y que nos lleva a darle vueltas a las cosas para que se nos diga al final la sentenciosa frase que compra nuestro patriotero orgullo endulzando nuestros oídos al escuchar que: "Como México... Como México, no hay dos..."

Dentro de ese expresionismo tan folklóricamente vernáculo, la espectacularidad aflora al abordar tales o cuales temas, que a la postre nos llevan a entender que "damos muchos saltos, estando el piso tan parejo..."

¿Qué de todo esto?

Que no le hace falta ser genio economista al político bananero para comprender que la economía sumergida, sí esa fehaciente evasión fiscal de las clases medias desbarrándose hasta la más pobre, tiene la tendencia a crecer cuanto más alta es la presión tributaria en un país.

Y escribo esto basándome en un principio por demás elemental, que me ha hecho creer que los impuestos los pagan aquellos que no pueden eludirlos.

Así, mientras el aumento impositivo jala la atención de la ciudadanía afectada, hay el intento de que casi pase desapercibido otro incremento... El de la deuda pública.

Poco he visto que se repare en ello, sobre todo cuando varios aspectos chocan, toda vez que si mal aumentan las tasas de los gravámenes a fin de una recaudación mucho mayor, también, gravemente se incrementa lo que se debe, sin la correlatividad en la inversión pública por parte del gobierno federal.

Sobradamente es sabido que el gasto del gobierno, al margen de intereses negociados, se excede a los ingresos, lo que lleva a la preocupación inminente porque gran parte del endeudamiento público del año que viene, tendrá que ser destinado al pago del costo financiero del gobierno federal, lo que derivará la generación de una carga de inicio en las finanzas que debilitará la hacienda pública federal.

Todo esto me hace pensar, determinando, que, cuando un ciudadano tan corriente como común gasta más de lo que ingresa, siempre queda en la sospecha de FRAUDE...

Empero si es el Estado el que ejerce la misma operación, entonces se le llama DÉFICIT...

Francisco Baruqui
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 9 de diciembre de 2013).


En lugar de responder con seriedad y responsabilidad a la ley que prohíbe manejar luego de haber ingerido alcohol, la mayoría está buscando opciones para seguir tomando y manejar sin consecuencias.

Esto confirma una vez más lo que hace ya casi 4 años escribí en este mismo espacio: que somos una "sociedad alcohólica".

Si no me creen, hagan la prueba: intenten organizar una fiesta o una simple reunión familiar sin bebidas embriagantes y notarán la misma resistencia y las mismas justificaciones que un alcohólico da para seguir tomando.

El alcoholímetro no es un aparato que mide el grado de diversión que traemos (divertímetro). Mide el grado de riesgo de matar a otros.

Hay que aceptar sin rodeos que tomar y manejar está prohibido y reconocer que, inclusive dentro de los límites legales permitidos, el alcohol en la sangre aumenta el tiempo de reacción ante una emergencia, ocasiona problemas de coordinación motora y psicomotora, y alteraciones en la precisión de movimientos.

Y todo esto es de importancia extrema cuando manejamos un automóvil y tenemos bajo nuestra responsabilidad la vida de nuestra familia y de las de los demás.

Ser detenido por manejar tomado debe ser vergonzoso, no anecdótico.

Tenemos que aprender a respetar la ley y a ser responsables. Y en ocasiones, a divertirnos sin alcohol de por medio, siendo nosotros mismos, conversando en nuestros cinco sentidos y sin poner como excusa a nuestros desvaríos el haber tomado.

En su próxima reunión, dígale a sus hijos e invitados: siento informarles dos cosas, la primera, que el WiFi no funciona, por lo que tendrán que dejar sus teléfonos y hablar entre ustedes mismos, y la segunda, que se terminó el alcohol, por lo que tendremos que pasarla bien y divertirnos sobrios.

Si se quejan y se van, ni modo.

Ricardo Elías, arquitecto y empresario
(v.pág.8 del periódico Mural del 12 de diciembre de 2013).


Me preocupa particularmente que todos los cambios, en uno u otro sentido, prometan grandes beneficios o grandes desgracias, pero nunca cercanas, siempre serán visibles tras muchos años pero tenemos la duda de si no podríamos tener un adelantito.

Ahora que los miembros del glorioso infelizaje no sabemos si correr o quedarnos quietos y esto es porque en estos arreglos legislativos no hay puntos intermedios o sea se acusa a los de los otros grupos políticos de ser unos canallas desgraciados, ruines, despreciables, bribones, rastreros, mezquinos, viles infames, vende patrias, hampones, sinvergüenzas, vociferamentativos e hijos del siete de espadas en tanto que cada grupo se autodenomina como patriotas, honestos, devotos, pundonoroso, bien nacidos, magnánimos generosos y puede que sean todo eso y más, lo que nunca he escuchado que siquiera que una minoría de cualquiera de ambos grupos sepa algo de finanzas, ni de cuestiones tributarias, de seguridad financiera -como prueba si usted ha estado con uno de los enviados de la UIF a explicar lo del lavado de dinero- verá como los funcionarios están tan dudosos de la aplicación de la ley como los demás sujetos. Si usted hace un análisis de las reformas impositivas llegara a la conclusión que se trata de un mega aumento de impuestos que no creo haga ni remotamente más justo el pago de contribuciones, vamos, ni siquiera nuevos contribuyentes.

Y porque no hablar de que, prácticamente ninguno de ellos sabe nada de sistemas de seguridad ni combate a la delincuencia en sus versiones de delincuencia organizada o desorganizada y si hubiera alguno que lo supiera habría que preguntarnos por qué la sensación de seguridad tan solo aparece en las pomposas declaraciones oficiales y no en la realidad.

Y qué decir de la reforma energética, habremos de preguntarnos cuantos diputados o senadores tendrán alguna idea, siquiera lejana de que qué fregados es la energía, algunos que hayan sido suertudos en negociar con PEMEX o con los pillos de clase mundial de la CFE, habrán ganado harta lana pero de ahí energía hay mucha distancia.

Los que atacan el fenómeno por considerarlo antipatriótico no parecen tener idea y se refugian en lugares comunes defendiendo su pureza, pero lo peor es que los que defienden la modificación tampoco parecen tener idea, aunque por fortuna afirman que los primeros resultados se verán dentro de unos siete años o sea cuando ya estemos cantando aquella de "te acuerdas lo que prometiste".

Espero que tengan suerte los que lograron los cambios aunque ya sabemos que del gobierno pueden esperarse pocas cosas buenas y tal vez nuestra última esperanza sea acogernos bajo el manto de Santa María de Guadalupe.

Carlos Enrigue
(v.pág.2-B del periódico El Informador del 15 de diciembre de 2013).


La resobadísima premisa de que "el petróleo es nuestro" no deja de ser más que una falacia vulgar...

Ha sido, es y seguirá siendo de quienes lo controlan y manipulan medrando de él. Políticos del sistema; líderes sindicales que viven -regiamente y a pleno- para ellos y sus venideras generaciones; "ordeñadores" de ductos y operadores de transacciones piratas en altamar, de buques tanques pagados en efectivo, y ex presidentes que manejaron caprichosamente a Pemex a sus libres antojos y albedríos. Éstos sí que, insisto y repito, la han vivido, la viven y -se verá y se dirá- si la seguirán viviendo, despachándose con la cuchara grande.

Pero, ¿y la población?

La reforma energética es positiva. Algo que se debió llevar a cabo desde hace mucho tiempo. De ahí que más vale tarde que nunca.

El modelo noruego sería el conveniente a seguir para que los beneficios rindan, y que la ciudadanía, al margen de fuentes de trabajo que deberán abrirse en pro del empleo, repercutan positivamente en la ciudadanía.

Que la empresa sea productiva, transparente y conducida por gente capaz, preparada, eficaz y deseable, muy deseable, HONESTA, tirando el lastre de zánganos vividores que han hundido la institución derivando al país un atraso de décadas.

Francisco Baruqui
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 16 de diciembre de 2013).


Cuando se descubrió Cantarel, el mayor yacimiento de todos los tiempos en México, el gobierno decidió hacer algo nuevo: obtuvo financiamiento y realizó una gran obra de ingeniería a cargo de Pemex. Hoy, ese depósito de hidrocarburos, con toda su inevitable declinación, sigue siendo uno de los mayores aportantes de recursos fiscales. Otro problema fue que López Portillo y sucesores no hicieron reservas de capital dinero y se lo gastaron todo, mal, por cierto.

Pablo Gómez
(v.pág.16 del periódico Milenio Jalisco del 27 de diciembre de 2013).


Los centros turísticos de nuestro país, con todo y sus bellezas naturales, no dejan de ser paraísos artificiales rodeados de pequeños infiernos reales.

Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco
(v.pág.7-A del periódico El Informador del 28 de noviembre de 2013).


En México los gobernantes siempre han preferido organizar fiestas antes que promover el trabajo y la construcción de prosperidad. Los países ricos tienen pocas fiestas, nos dice Octavio Paz: "no hay tiempo, ni humor... Pero un pobre mexicano, ¿cómo podría vivir sin esas dos o tres fiestas anuales que lo compensan de su estrechez y su miseria? Las fiestas son nuestro único lujo."

Para los políticos mexicanos, que necesitan mantener a la población en la pobreza y así abaratar su voto, las fiestas son un instrumento muy eficaz. Julio César recomendaba a los políticos de la antigua Roma dar al pueblo pan y circo. Los políticos mexicanos de hoy piensan que, a falta de pan, el circo basta.

Sergio Sarmiento
(v.periódico El Siglo de Durango en línea del 1o.de enero de 2014).


México, y la historia así lo confirma, no ha sido un país proclive a los cambios. Lo escribo porque el rechazo a cualquier variante, sea por motivos políticos basados en una idiosincracia tan tradicionalista que tuvo el conformismo de que un partido se sostuviera durante 70 años en el poder, o por otros de distinta índole, hacen que el rechazo a cualquier proposición aparezca de inmediato cuando sale a la luz.

Francisco Baruqui
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 6 de enero de 2014).


La Organización de las Naciones Unidas acaba de hacer un reconocimiento que nos deja mudos y llenos de agradecimiento, le otorgaron a nuestra amada Suprema Corte de Justicia de la Nación un premio por su extraordinaria labor en materia de Derechos Humanos y la pone a nivel de Martin Luther King, del recién fallecido Nelson Mandela y otros laureados a nivel mundial y no nada más eso, esta es la 1a. vez que el premio se otorga a un tribunal. Creo justo que a nuestros admirados señores ministros, por ser catalogados como los mejores juzgadores del mundo, por lo que, cuando menos deberá serles entregada a cada juez del más alto tribunal una corona de laurel y -¿por qué no?- que sus nombres se inscriban el letras de oro en la sala de plenos. Entre las felicitaciones más notables que llegaron estuvieron la de los padres de los niños de la guardería ABC de Hemosillo, la entusiasta nota de Florence Cassez y la de Caro Quintero.

Pero cuando Dios da, da a puños y también le tocó a nuestro admirado señor presidente don Enrique Peña Nieto, que hay que decirlo anda tan ocupado promoviendo reformas que apenas tiene tiempo para pequeñeces como recibir premios internacionales, apenas si se fija porque don Enrique anda como gallina en barda, mirando de reojo; pero el trabajo bien hecho se nota y a ver si ahora todos los que lo critican, sobre todo en las redes, reconocen lo ancho del calicot, a él le correspondió el prestigiado galardón otorgado por la Fundación por un Llamado a la conciencia ACF por sus siglas en inglés y fue fundado por el rabino Schneier y se otorga a estadistas (que taponazo para los que lo critican) tales como don Juan Carlos I, que bastantes problemas trae con el asunto del yerno; a Michael Gorbachov; a Varlac Havel de la República Checa, Sarkosy, Harper de Canadá, Angela Merkel y otros estadistas de fama mundial.

El premio al Ministro de Finanzas del año, que no es poca cosa lo otorgó la revista británica The Banker [los banqueros premiando a su mejor generador de ganancias - el webmaster] a favor del doctor Luis Videgaray, máximo funcionario hacendario de nuestro país; según Brian Capers, director de la revista, se lo dieron por impulsar las llamadas reformas estructurales, esto último no es exacto porque como él lo ha dicho hasta el cansancio, lo único que hizo fue obedecer a nuestro primer mandatario: el verdadero autor de las reformas.

Sé que los 3 premios no van a ser publicitados, usted ni cuenta se va a dar, por eso quiero hacerlos público por este medio.

Carlos Enrigue
(v.pág.4-B del periódico El Informador del 12 de enero de 2014).


Llegará el día en que algún historiador veraz revelará el enorme daño que la reforma agraria le hizo a este país. Una buena intención se desvirtuó en manera tal que los campesinos pasaron de una dominación a otra. El hacendado fue sustituido por el líder y por el burócrata, y el hombre del campo siguió en calidad de menor de edad o incapaz necesitado de tutela. Por lo menos la hacienda era productiva. Se han exagerado con mendacidad los abusos de los hacendados, quienes por lo general trataban bien a sus peones, siquiera fuese por el interés de disponer de una buena mano de obra. El ejido, en cambio, con la fragmentación de la tierra, fue esencialmente improductivo, y al cabo de pocos años rindió una inmensa -y triste- cosecha de braceros, después llamados "espaldas mojadas" y ahora indocumentados. Subsisten aún muchas limitaciones que mantienen al campesino en condición de ciudadano de segunda clase, con trabas que le impiden ejercer plenamente el derecho de propiedad sobre su tierra. Toda una mitología se ha tejido en torno de la reforma agraria y de sus personajes emblemáticos. Los hechos contradicen en forma a veces dolorosa ese entramado de mentiras. Mientras no superemos tales mitos a cabalidad, mientras no se haga otra reforma agraria a fondo que corrija los errores y vicios de la que ayer se hizo, el campo mexicano seguirá siendo improductivo, será fuente permanente de pobreza, y los mexicanos dependeremos del extranjero aun para comernos una tortilla...

Armando Fuentes Aguirre "Catón"
(v.periódico El Siglo de Durango en línea del 16 de enero de 2014).


Vivimos en un surrealismo insultante donde los burócratas de alta alcurnia que constituyen la feudal clase política del mal llamado sistema democrático mexicano habitan en una burbuja, que bien podría considerarse un universo paralelo, y como resultado de esta separación de la realidad se comportan y legislan para un país inexistente, balbuceando tonterías inoperantes. Aquí algunos ejemplos.

Taparán, según ellos, el boquete fiscal con una reforma que obliga a todos los mexicanos a facturar de manera electrónica, cuando 70% de los habitantes de este país no tiene acceso a una computadora. Por más que cierren la pinza fiscal para lograr mayor recaudación, dudo que las señoras del mercado, los fontaneros, albañiles, carpinteros y zapateros remendones emitan un rábano y declaren nada a la computadora. Es más, seguro ni se han enterado de lo que "mandan" desde arriba.

Por otra parte, a pesar de no haber hecho nada para frenar la descomposición social que ha podrido Michoacán por lustros, ahora que hay autodefensas movidas por una enorme cantidad de intereses (algunos ciudadanos, otros privados, otros extranjeros, otros de cárteles y otros vaya usted a saber), hoy los gobernantes salen en defensa de la legalidad y las buenas costumbres a exigir a las autodefensas dejar las armas, sin entender que desarmarlos es condenarlos a la venganza cruel de los cárteles.

Exigen pero no proponen nada, no hacen nada para mejorar la situación. Magnifican así la crisis de credibilidad en la que se encuentran.

No contentos con esta retahíla de esquizofrénicas órdenes, montajes y locuras, hablan de un blindaje contra lo que sucede en Michoacán para los estados colindantes. Conociendo su más que comprobada inoperancia (mientras Michoacán arde, en el Congreso de Jalisco se vota a favor de la opacidad en materia de presupuestos de casas de enlace), aquellos criminales que cobraban cuota a los negocios llegarán a nuestras ciudades más temprano que tarde a hacer lo mismo o por lo menos a intentarlo.

Si Ramiro Hernández ha sido puesto en jaque por motorratones y ambulantes ¿qué hará contra bandas criminales organizadas cuando lleguen a instalarse armadas hasta los dientes en nuevos territorios? ¿Cómo va a contenerlas Jalisco, ese estado que tiene un poder legislativo de adorno que no sirve más que para generar escándalos y consumir presupuestos a velocidades de asombro? ¿Qué nos corresponde a nosotros, la sociedad, ante lo que puede avecinarse si el fuego toca nuestro pasto seco? A la hora que el agua llegue a los aparejos y si el estado se derrumba en su incapacidad, ¿quién podrá, a quién le tocará defendernos?

¿Nos convertiremos acaso en Torreón, donde la gente no sale de noche y los comercios del 1er. cuadro están abandonados?

Jorge Zul de la Cueva
(v.pág.9-A del periódico El Informador del 21 de enero de 2014).


Me parece sumamente grave que mientras en México el índice inflacionario galopa y la inconformidad crece por varias cuestiones, al otro lado del Atlántico se pretenda aparentar que todo es perfecto.

La inconformidad crece no sólo en Michoacán por la inacción del Estado contra la delincuencia; o por el mal manejo que se hizo recientemente al intentar desarmar a las autodefensas cuando no se habían hecho detenciones del grupo criminal conocido como los Caballeros Templarios.

La inconformidad crece porque las reformas estructurales que Peña Nieto fue a presumir a Davos no lograron el consenso de la población, al contrario; y en lo que se implementan (si es que se cumple con lo prometido) las tarifas de gas y gasolina siguen en aumento. La carga es cada día más pesada para quienes viven en pobreza y pobreza extrema (más de 50 millones de mexicanos) y, sobre todo, para los más humildes, pero eso sí, cautivos contribuyentes.

Las nuevas facturas y la venta de los programas necesarios para su envío y/o impresión, la necesidad de contratar a un contador y los incrementos en todos los servicios, desde los municipales hasta los federales, están dando como resultado falta de liquidez y un acumulamiento incontenible de molestias, más los rezagos que venimos arrastrando desde hace décadas en servicios sanitarios, educativos y otros.

Pero allá en Davos, México es perfecto.

Laura Castro Golarte
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 25 de enero de 2014).


Hay una vertiente de la situación que prácticamente no figura en los comentarios de los analistas y observadores de la realidad michoacana. Me refiero a la figura misma del canalla, ese asesino que, en compañía de otros de su calaña, es perfectamente capaz de amputarle las piernas a un muchacho, de sacarle un ojo a un policía federal apresado, de quemar viva a una chica luego de haberla violado, en fin, de perpetrar las más escalofriantes atrocidades. De esta gente hay mucha en esos pagos. Y no hay realmente una explicación muy plausible a tan extraña concentración de la maldad en una parte del territorio nacional.

Después de todo, señoras y señores, esos tipos fueron paridos por alguna mujer en algún momento. Lo que no sabemos es lo que ocurrió después: cómo fue su infancia, qué educación recibieron (o dejaron de recibir), qué instintos y qué gustos y qué aficiones y qué hábitos desarrollaron. Lo que sí nos queda muy claro es que, hoy día, son individuos irremediablemente antisociales (en el sentido clínico de la palabra, como suelo señalar en mis artículos cuando hablo del tema) que no experimentan sentimiento alguno de culpa al infligir dolor a los demás. Y, lo repito, su aglutinación en una región resulta todo un misterio en tanto que uno supondría que debiera ser mínimo el porcentaje de esas personas en la población.

Pues, por lo pronto, ahí están, en Tierra Caliente. Centenares de ellos, como si fueran parte del paisaje de la región, como si pertenecieran a un siniestro orden natural de las cosas. ¿Qué ha pasado? ¿De dónde han salido? ¿Por qué existen?

Estas preguntas, independientemente del hecho de que deban ser neutralizados (apresados o eliminados físicamente, para erradicar de tajo la amenaza que representan para sus semejantes), deberían de figurar, de manera urgente, en cualquier reflexión que nos podamos hacer sobre la nación mexicana. Porque, en efecto, ¿qué tipo de sociedad somos como para haber fabricado a tantos de estos monstruos?

Román Revueltas Retes
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 26 de enero de 2014).


Hay mucho interés en invertir en México, más allá incluso de lo energético. El problema es que cuando los inversionistas potenciales comienzan a preguntar por proyectos específicos, éstos no existen como algo ya palpable, realizable. Por una parte faltan las leyes secundarias en energía, telecomunicaciones y muchos otros ámbitos, con lo que las inversiones en esos sectores están a la espera de que salgan; por la otra existe confusión por las medidas fiscales aprobadas el año pasado (por eso Luis Videgaray informó que se buscará en las próximas semanas dar a conocer un pacto fiscal que dé certidumbre a los inversionistas). Pero lo principal es que muchos otros proyectos no están sobre la mesa: en Davos se habló de energía y de telecomunicaciones, pero también de trenes, de caminos, de infraestructura, de proyectos mineros y agrícolas, pero dicen los empresarios que estuvieron en esas pláticas que cuando se planteaba dónde está el proyecto, dónde se lo puede ver y cómo avanzar en la inversión, la respuesta sistemática era que todo eso estaba, aún, en preparación.

El diablo, dicen, está en los detalles, y los detalles no estaban sobre la mesa.

Tenemos una carpeta enorme de proyectos, pero ya es hora de que tengan cuerpo y presencia. En última instancia el tiempo ya no puede ser excusa: la administración lleva ya un año y 3 meses en funciones.

Jorge Fernández Menéndez
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 27 de enero de 2014).


Al contrario.

(V.pág.4 del periódico Milenio Jalisco del 31 de enero de 2014).


Infinidad de vicisitudes ha tenido que vencer en su larga y gloriosa historia el pueblo mexicano.

Ha sobrevivido revoluciones, levantamientos, expropiaciones, crisis económicas severas, devaluaciones, guerrillas, errores garrafales y demás.

De manera que nos sentimos confiados en que saldremos avantes de estos nuevos escollos que se nos presentan en el camino.

Sin embargo, debemos confesarles que nos preocupa mucho, mirando hacia el futuro, que se den este tipo de errores de conducción.

Es decir, que siendo -presuntamente- brillantes economistas quienes guían nuestro derrotero económico se avienten de una manera tan temeraria con decisiones que acarrean consigo consecuencias que poseen el potencial de causar estragos en la calidad de vida de la ciudadanía.

Como que no midieron el daño colateral que ocasiona elevar impuestos en medio de una recesión.

El desempleo que esto causa, la miseria que la debilidad económica propaga y la merma en el nivel de vida de los mexicanos que esta brutal transferencia forzada de recursos del sector privado hacia el sector público ocasiona.

Ello, sobre todo, cuando no se han palpado esfuerzos claros por parte del gobierno de hacer buen y eficiente uso de estos recursos adicionales.

No nos sorprende que haya caído el índice de confianza: es que no la hay. Lo que hay es lo opuesto, la desconfianza. No cree la ciudadanía que los recursos que aporta con tanto esfuerzo estén siendo bien aprovechados, administrados eficientemente, con honestidad y transparencia.

Manuel J.Jáuregui
(v.pág.7 del periódico Mural del 6 de febrero de 2014).


México es un país de
Constitución robusta.

Y es que si la soberanía es
dama siempre en peligro,
la Constitución es dama
siempre en engorda.

A sus 97 años, sus señorías
la alimentan con comida
chatarra un día sí y otro
también.

Perdió la línea de contener
los principios básicos más
importantes de un país.

Y se convirtió en un
creciente reglamento donde
los políticos ponen sus
ocurrencias para hacerlas
irreversibles.

Pronto nos dirá dónde
estacionar y dónde no.

De 22,000 palabras originales
a más de 50,000.

Más de 500 reformas.

México es de los primeros
lugares del mundo en
obesidad constitucional.

Nemesio Maisterra
(v.pág.6 del periódico Mural del 6 de febrero de 2014).


Los señores legisladores, además de esbozar jubilosamente los perfiles de la idílica Arcadia nacional, se ocupan también de asuntos no menos perentorios como el ajuste del entramado legal para adecuarlo a la modernización del país impulsada por el ejecutivo. No es tarea menor porque las antiguas disposiciones están profundamente enraizadas en la cultura conservadora de nuestro sistema político, por más nocivas que puedan ser para el simple desempeño de la economía y por más que estorben el crecimiento del país. Para muestra, este botón: en un reportaje de la revista Expansión sobre los operadores independientes que en un futuro se podrán beneficiar de la reforma energética, Alonso Ancira, presidente de la siderúrgica Altos Hornos de México soltó: "Cada vez que barrenamos y cruzamos los mantos de carbón encontramos gas shale [gas de esquisto]. No puedo tocar el gas y quemo 200 millones de dólares de gas al año. ¡Hágame el favor!". ¿Por qué no puede una corporación extractora de hierro y carbón recuperar ese gas -y explotarlo y venderlo- en lugar de tener que desperdiciarlo estúpidamente? Porque se lo prohíben las leyes mexicanas, señoras y señores. Unas reglamentaciones que, al pretender salvaguardar la soberanía energética de la nación y preservar el predominio del Estado en el sector, obligan a una empresa a quemar hidrocarburos en la atmósfera y a deteriorar el medio ambiente. El gas, si no es de Pemex, no es de nadie. Si eres otra empresa y te lo encuentras cuando estás extrayendo carbón, lo tienes que tirar. Punto.

Así de imbéciles y de nefastas como puedan parecer las reglamentaciones, así de urgente era, por lo tanto, reformar las leyes. Y, ya se ha hecho, para gran malestar y enojo de esos sectores de nuestra sociedad, los defensores del estatismo a ultranza, que no terminan de entender que el modelo no ha funcionado aunque los resultados mediocres estén a la vista y las llamaradas de gas desaprovechado iluminen la noche mexicana.

Ahora bien, todas y cada una de las reformas decretadas por el congreso implican la posterior elaboración de leyes secundarias y ahí es donde el asunto se atora calamitosamente.

La reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 11 de junio de 2013, el embrollo jurídico es tal -y el ente supervisor del Estado, el famoso Instituto Federal de Telecomunicaciones, tan asombrosamente inoperante- que, hoy día, la empresa Dish, que vende señales de televisión por satélite, ha sido demandada por Televisa y TV Azteca, las dos grandes corporaciones del sector, porque trasmite los programas de televisión abierta que producen dichas compañías.

Dish se ampara en las disposiciones legales, derivadas de la reforma a la ley, que obligan a los sistemas de televisión de paga a incluir la señal de la televisión abierta en su programación (la famosa "must-carry") y, a los concesionarios de la tele abierta, a poner sus canales a disposición de sus competidores de manera gratuita (la mentada "must-offer"). Todo parecería estar ahí muy claro. Pero no. TV Azteca, que consiente alegremente que su señal sea trasmitida través de SKY y Cablevisión, no quiere que Dish ofrezca televisión abierta. Aduce que es "operador preponderante" por haber celebrado oscuros maridajes con Telmex. La posible "preponderancia" de TV Azteca, en este sentido, no parece estar a discusión. El miércoles pasado, el Ifetel hubiera debido zanjar la cuestión. No lo hizo, porque un juez local de Ciudad de México había cuestionado... ¡sus facultades como ente regulador!

¿Quién aplica entonces las leyes, en este país?

Román Revueltas Retes
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 16 de febrero de 2014).


A pesar de que en la época del presidente Luis Echeverría, en un decreto presidencial, informó que estaba erradicada la tuberculosis y la lepra, los casos han seguido registrándose.

Wendy Aceves Velázquez
(v.pág.10 de La gaceta de la Universidad de Guadalajara del 17 de febrero de 2014).


Los héroes tienen reservado un espacio en la mitología de las sociedades.

Cuando una sociedad no tiene héroes, opera en un vacío axiológico. Sin héroes, todas las conductas se valen, puesto que no hay arquetipos que guíen el desarrollo de las generaciones más jóvenes. Una sociedad sin héroes está condenada sin remedio al conflicto y la violencia interpersonal. Desde esta óptica, los mitos cumplen una función social trascendente, puesto que establecen arquetipos de conducta y servicio que guían la conducta de las personas dentro de la comunidad.

La literatura, los medios de comunicación, la religión, y los textos y relatos históricos son los principales canales que usan las sociedades modernas para difundir los mitos que definen sus valores. Por ejemplo, autores como Dumas, L'Amour y Salgari crearon figuras épicas que sirvieron para la transmisión intergeneracional de valores y modelos de conducta. Los mosqueteros son un arquetipo de fidelidad y valor al servicio del Estado. Salgari creó héroes que lideraban la resistencia contra opresores coloniales. La mayoría de los héroes de L'Amour eran vaqueros. En sus novelas, eran hombres sencillos que tenían la integridad y el valor para enfrentar a villanos que frecuentemente estaban coludidos con las autoridades locales para desposeer a los más débiles y vulnerables.

Los valores de estos personajes y los de docenas de otros héroes míticos, como Batman, Luke Skywalker, Superman o Mujer Maravilla, son asimilados por millones de personas jóvenes y los motivan a asumir roles al servicio de la comunidad. En EU, Canadá y la mayoría de los países de Europa, los policías y bomberos, los conductores de ambulancias y proveedores de servicios médicos de urgencia, los soldados y los marinos son personas que ocupan puestos altamente respetados. Se les respeta porque cumplen roles heroicos.

Esto no sucede en el caso de México. No conozco ninguna figura mítica o real que tenga un perfil heroico. En nuestro país pensamos que los policías son cómplices del crimen organizado, y los líderes políticos, capos de estas mafias.

Cabe preguntar, ¿quiénes son los héroes de la juventud mexicana actual? ¿Estamos satisfechos con los valores que estas personas representan? ¿Qué es lo que no funciona en nuestra sociedad que causa que entre los policías que respondieron a la emergencia provocada por el sismo de 1985 no haya uno solo que se recuerde por sus actos heroicos, mientras que en EU se venera a los policías y bomberos que prestaron servicios de emergencia cuando las torres gemelas de Nueva York se derrumbaron? ¿Por qué hay tan pocos héroes en México? ¿Qué es lo que causa que aun en el caso de las figuras emblemáticas de nuestra historia haya tan pocos héroes?

La ausencia de héroes es muy dañina. Los mexicanos de a pie no sabemos en quién confiar ni qué esperar de personas que ocupan roles de liderazgo. Por el contrario, la mayoría de las figuras públicas trascendentes, incluyendo presidentes, gobernadores, empresarios, líderes sindicales y hasta sacerdotes, tienen mala fama por su conducta personal: los que no roban o matan, abusan del poder. No se puede creer en nadie.

Lo mismo sucede en el caso de muchas de las máximas figuras del espectáculo y los deportes. En estas profesiones, pocas personas resaltan por su disposición a aceptar sacrificios al servicio de la comunidad. En cambio, hay muchos que son ejemplos de lo menos deseable de la conducta humana.

Roberto Newell
(v.pág.2 de la sección "Negocios" del periódico Mural del 20 de febrero de 2014).


Organizadas, uniformadas con playeras blancas y con pancartas, algunas impresas con la misma tipografía, cientos de personas marcharon ayer en Culiacán, Guamúchil y Mocorito para exigir la libertad de Joaquín "El Chapo" Guzmán.

En la protesta principal, ocurrida en la capital de Sinaloa, la mayoría de los manifestantes acudió en autobuses rentados, portando playeras hechas para la ocasión, y recibieron refrigerios. Algunos dijeron que les dieron también 200 pesos.

La convocatoria para la marcha fue lanzada el martes en redes sociales, y a través de volantes y carteles que aparecieron en esas ciudades.

(V.primera plana del periódico Mural del 27 de febrero de 2014).


Como todo en la vida tiene sus compensaciones, se asumía que el mexicano tenía un talento extraordinario para cosas de las que otros se afrentarían: la picardía en las ramas de chapuza, engaño, estafa, etc.

Jaime García Elías, periodista y conductor radiofónico
(v.pág 7-A del periódico El Informador del 4 de marzo de 2014).


La tal Estela de Luz -un monumento que, más allá de cualquier otra posible consideración, exhibe de manera flagrante la cortedad de miras, la total ausencia de grandeza (esa grandeur, justamente, consustancial a la idea que tiene de sí misma, por ejemplo, una nación como Francia y que es debidamente cultivada por sus hombres de Estado), la mezquindad y la irremediablemente medianía de unos responsables políticos que pasaron de noche por el Bicentenario de México y que no pudieron, a diferencia de un Porfirio Díaz que llenó el territorio nacional de hermosas edificaciones conmemorativas, dejarle a la posteridad otra cosa que ese andamio miserable-, la mentada Estela de Luz, repito, fue pretexto para raterías y dispendios inexplicables, por no hablar del incumplimiento, colosalmente embarazoso, de no poderla siquiera terminar a tiempo para las celebraciones.

Muy bien, ¿y qué es entonces la Línea 12 del Metro de la capital de todos los mexicanos? Naturalmente, la obra no tenía aspiraciones de trascender como una seña de identidad ni nada parecido; simplemente, debía transportar a los sufridos habitantes de una ciudad muy caótica. Pero, ¿sirvió también de subterfugio para corruptelas o es meramente una demostración, otra más, de lo incapaces que somos? En otras palabras, ¿fue por tontos o por malos que no lograron, los señores constructores, terminar su faena como Dios manda?

En el primer caso, el pueblo mexicano señala directamente al antiguo Presidente de la República como primerísimo responsable de lo que, con ese ingenio que le sirve de efímero consuelo, califica de "Estafa de Luz". Pues ahora los índices acusadores designan a Marcelo Ebrard como uno más de esos gobernantes nuestros a los que no les puedes ni proponer que realicen una obra pública porque el resultado que te entregarán será una morrocotuda chapuza.

¿Qué pasó? Vaya usted a saber. El caso es que el servicio de los trenes se ha suspendido en la mayoría de las estaciones. La construcción fue certificada, en su momento, por consorcios internacionales. ¿Cuándo fue que se descertificó, junto con todo lo demás que se hace en este país?

Román Revueltas Retes
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 13 de marzo de 2014).


"El mayor impedimento para el emprendedor mexicano es el gobierno", sentenció el empresario Ricardo Salinas Pliego.

Para el empresario, presidente y director general de Grupo Salinas, México debe impulsar "un cambio cultural profundo" y, desde una educación de calidad, promover el liderazgo en la juventud para que los emprendedores dejen de ser "un recurso escaso" al que el Estado ataca "con regulaciones excesivas".

Refirió que la única manera de producir riqueza es impulsando a la empresa privada.

(V.pág.14-A del periódico El Informador del 15 de marzo de 2014).


Como muchos alumnos de escuelas públicas en los años 80, me eduqué en un ambiente de fervoroso nacionalismo.

La historia patria de los festivales quedaba clarísima: éramos un pueblo al que, de puro bueno que era, invadían recurrentemente una serie de barbones aviesos (españoles, franceses, gringos). Nuestro héroes acababan mal: Hidalgo, Morelos, Zapata y Villa, fusilados o ejecutados. Juárez, amarillo y en un camastro. Zaragoza, entre retortijones (esa parte no se escenificaba, hasta eso, pero nos la explicaban luego, en el aula, como para amargarnos la victoria de la Batalla del 5 de Mayo).

Antonio Ortuño
(v.pág.8-B del periódico El Informador del 21 de marzo de 2014).


En los últimos 8 días en muchos medios ocupó espacios destacados la terrible golpiza ocurrida en las gradas durante el clásico tapatío. La polémica fue y vino. Unos acusaron de la misma a las llamadas barras, otros a las autoridades del estadio y del futbol mexicano, otros a la falta de valores de la juventud, otros a la impericia (incluida la brutalidad) policial, y no faltó quien dijera que fue una suma de lo anterior.

Todos los factores enunciados son viejos conocidos nuestros. Acaso lo sorprendente es que en el país de los 70,000 asesinatos durante el sexenio pasado -violencia homicida que está lejos de haberse detenido o solucionado- se escucharan comentarios de algunos que se decían sorprendidos por la saña vista en las tribunas. Será que, por ejemplo, como la película Heli del cineasta Amat Escalante no ha sido transmitida varias veces en horario Triple A, nos negamos a reconocer que el salvajismo que ha azotado a México es parte de nuestra sociedad, no un elemento ajeno o marciano.

Salvador Camarena
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 31 de marzo de 2014).


Autoridades de Jalisco utilizaron ayer tácticas dignas de películas de chistes y pastelazos para desalentar la protesta de defensores de Temacapulín.

Recibieron en palacio a los inconformes, ofreciéndoles botellas con agua purificada, y mientras, cerraron con candado los baños públicos del inmueble. No quedó lugar dónde desalojar el agüita, salvo salirse.

Como la mayoría de los manifestantes eran personas de la 3a. edad, súmele un toque de crueldad a la 'tortura de vejiga'.

Además, cuentan que uno de los participantes, el padre Gabriel Espinoza, habría recibido una llamada desde las mismísimas oficinas del arzobispado, preguntándole por qué se manifestaba.

Ahora sí, el futuro de Temacapulín preocupa tanto ¡arriba como en la Tierra!

S.Cabañas
(v.pág.6 del periódico Mural del 10 de abril de 2014).


La corrupción es el bálsamo que lubrica los oxidados engranajes del sistema de abusos y costumbres que componen el mito genial de la mexicana alegría.

Un fenómeno circense tan mexicano como la corrupción ya debería tener denominación de origen como el Tequila y su valentía en una fiesta de dicha y color. Ya basta de comisiones, promesas de investigación caiga quien caiga.

Que la ciudadanía se deje de atavismos medievales y realicen con tranquilidad la transacción con el policía que lo orilló al orisha, el maiceo de funcionarios que de eso piden su limosna, o en la obtención de jugosas negocios vía la licitación amañada.

Digo, nos ahorraríamos los intentos de regular el internet como en Venezuela, las concertacesiones no serían en lo oscurito y hasta la Femexfut se transformaría en productora de videos...

Jairo Calixto Albarrán
(v.pág.4 del periódico Milenio Jalisco del 11 de abril de 2014).


La desigualdad económica y la pobreza parecen no ser un obstáculo para que los mexicanos seamos felices. Según el estudio "¿Cómo está la vida?" que compara a 34 países a nivel mundial, poniendo el acento en el crecimiento económico y la felicidad, México es uno de los países que a pesar de su mal desempeño en prácticamente todos los elementos que proveen bienestar, muestra a una población feliz.

Así, México es último lugar en educación y habilidades; es último lugar en seguridad personal; está entre los últimos en empleos, ganancias y el balance trabajo-vida, pero en "bienestar subjetivo" que es la pregunta directa ¿Qué tan feliz es? El resultado es sorprendente. México se encuentra entre los 20 países más felices, solamente por detrás de algunas naciones europeas. Lo interesante es que México roza los peores resultados en medio ambiente o en salud, pero a la pregunta sobre su felicidad, los mexicanos son bastante optimistas. El nivel de satisfacción de los mexicanos en una escala del 0 al 10, se encuentra en 7.2, lo que significa estar por encima del promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico que es de 6.6 en los hombres y 6.7 en las mujeres.

En otra arista despuntan países como Estados Unidos. Aunque no tiene niveles de satisfacción con la educación o la seguridad de muchos países europeos, el bienestar subjetivo se encuentra en promedio con los indicadores. Es decir, como argumentó el estudio, a diferencia del caso mexicano, en Estados Unidos el bienestar está directamente correlacionado con los indicadores objetivos en materia económica y social.

Los países con mayor bienestar son los europeos nórdicos, sobre todo Noruega que tiene 7.7 de bienestar subjetivo, situándose como uno de los países más felices del mundo. También en el caso de estas naciones, su felicidad está correlacionada directamente con sus niveles de vida en otras materias como salud y educación. Es decir, la felicidad está apalancada en el bienestar que brinda el acceso a satisfactores materiales.

En el Reporte Mundial de Felicidad elaborado por la Universidad de Columbia, específicamente por el Centro de Estudios de la Tierra, México también aparece en el pelotón que encabeza la felicidad a nivel mundial. Los países nórdicos siguen siendo los más felices, y los africanos los más infelices. En general, las naciones de nuestro código postal, las latinoamericanas, se encuentran de la media para abajo en materia de felicidad, siendo los centroamericanos los que menos felicidad expresan en el ranking.

Pero no todas las sociedades entienden la felicidad de la misma manera. Según investigadores asiáticos y europeos, que fueron reunidos por la Universidad Complutense para entender por qué algunas naciones son más felices que otras, la definición de la felicidad también tiene que ver con el individualismo o el colectivismo de cada una de las sociedades. Por ejemplo, en sociedades que tienden más a encontrar la felicidad en la colectividad, como son China o India, los conceptos como "serenidad" o "armonía" son sumamente valorados. En el caso de Estados Unidos, lo que demuestran estos estudios, es que la felicidad se concibe más como algo personal e individual, donde los criterios para ser feliz dependen de uno mismo.

Por otro lado, recientes investigaciones han encontrado que lo que más impacta la felicidad es lo que se le llama "el efecto comparativo". Es decir, no necesariamente la felicidad es bienestar material al máximo nivel, sino que tiene que ver mucho con la comparación que existe al interior de una sociedad. Según los resultados del informe de la OCDE, las sociedades desiguales, con alto nivel de polarización de la riqueza, suelen ser países con menores niveles de felicidad. A pesar de esto, México se sale de la escala de comparación. Según los mismos datos de la OCDE, México es el 2o. país con mayor desigualdad de los incluidos en el ranking, siendo Chile el más desigual.

México es el único país de la OCDE donde hay una desvinculación entre los indicadores objetivos y la subjetividad de cómo nos sentimos. Muchos cientistas sociales han tratado de encontrar respuestas. ¿Por qué un país pobre con múltiples carencias sociales y con niveles de desigualdad tan altos, puede encontrarse tan feliz?

Los estudios demuestran que aunque hay una correlación entre ingreso y felicidad, es decir que en todas las sociedades los que tienen más dinero son en promedio más felices que los que tienen carencias muy marcadas, la relación no es perfectamente simétrica. La Universidad Complutense de Madrid publicó en 2013 una investigación sobre el dinero y su papel en la felicidad. "Las investigaciones han demostrado repetidamente que un incremento en el dinero no trae necesariamente un mayor bienestar. Desde la década de los 70, Richard Easterlin, profesor de Economía de la Universidad del Sur de Carolina, exploró la relación entre felicidad e ingresos per cápita por país. Su trabajo arrojó que a medida que los países crecían en sus niveles económicos, los niveles de satisfacción no se incrementaban de la misma manera".

Uno de los elementos más importantes para entender la felicidad, es la relación con la familia, los amigos y la pareja. Incluso más importante que la situación laboral que llega como 6o. lugar dentro de las prioridades, según un estudio comparado elaborado por la Universidad de Palermo.

En México, el factor que más influye en la felicidad es precisamente la familia, según la Encuesta Felicidad elaborada por la asociación Imagina México A.C. "Los mexicanos están más satisfechos con la familia y menos satisfechos con la disponibilidad de tiempo libre... La disponibilidad de tiempo y un entorno favorable incrementan la felicidad de los mexicanos", puntualiza la encuesta.

70% de los mexicanos está muy satisfecho con su vida, según la OCDE.

4.8% de los mexicanos está insatisfecho con su vida, según el Inegi.

(V.págs.2-A y 3-A del periódico El Informador del 16 de abril de 2014).


¡Ah, raza chacalera…! ya decía el Piporro. Nos encanta echarle tierra encima a quien pretende destacar; y nos gusta más hablar de los chapos, los templarios y los oceánicos, que poner atención a las cosas que los científicos, técnicos y operarios, orgullosamente mexicanos, han podido lograr en nuestro país.

Pedro Fernández Somellera
(v.pág.3-A del periódico El Informador del 20 de abril de 2014).

La Constitución del país es sumamente extensa y busca una precisión sin comparación. Hasta el día de hoy, la Constitución Mexicana se ha reformado 573 veces desde 1917 (5 veces por año). Para ponerlo más claro, no sólo se ha reformado la Constitución, sino que se ha extendido inútilmente: pasó de tener 22,000 palabras en 1917 a 59,000 en 2014. Ya sea por miedo a que la Suprema Corte de Justicia de la Nación declare anticonstitucional alguna ley acordada, o como estrategia de negociación para incluir a todas las fuerzas políticas, pero la Constitución se ha vuelto muy extensa y es más una lista de aspiraciones, proyectos de nación y particularidades, que un tratado sustentado en ciertos principios.

Esta realidad choca con otros países que ven a su Constitución como una serie de principios que los unen como nación, pero que no necesitan tener especificidades. Estados Unidos en más de 200 años con su tratado constitucional, solamente ha tenido que reformarla en 27 veces, la última en 1971 para decretar 18 años como el mínimo de edad para ejercer el voto. O España, que durante 35 años de democracia solamente la ha reformado 2 veces, siendo la última como petición de la Unión Europea para poner topes al déficit en media crisis económica.

Enrique Toussaint
(v.pág.6-B del periódico El Informador del 27 de abril de 2014).

Alexis de Tocqueville dijo que una de las grandes paradojas de México era que habíamos importado la letra de la Constitución gringa pero no su espíritu.

Diego Petersen Farah
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 28 de abril de 2014).

Ciertos elementos culturales y antropológicos muy arraigados, como el gregarismo familiar, la creencia en Dios o el carácter, probablemente expliquen por qué algunos con bajo ingreso personal muestran tasas altas de felicidad. México registra niveles de felicidad casi tan altos como Francia, Alemania o Japón, a pesar de que estos países tienen ingresos 5 veces más altos que los del mexicano promedio.

Otto Granados, embajador de México en Chile
(v.pág.16 de la sección "aviso de ocasión clasificado" del periódico El Informador del 29 de abril de 2014).

Por la falta de una educación financiera desde la niñez, 62% de los mexicanos no tiene un hábito de ahorro ni un manejo sano de sus finanzas de acuerdo a la Comisión Nacional de Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros.

Ana Estela Durán Rico, delegada de la Condusef en Jalisco, aseguró que la cultura financiera de los mexicanos está en “pañales” y que se refleja en el mal uso de los productos financieros.

Otra de las cifras alarmantes es que 31% de la población de este país gasta por encima de su nivel de ingreso, en perjuicio del patrimonio familiar.

Ante esta realidad, Durán Rico señaló que es necesario que la educación financiera se fomente en el hogar, pero que también se imparta como materia desde la educación básica.

Según la Caja Popular Mexicana, 5 de cada 10 mexicanos no registran en ningún momento de su vida un contacto con el ahorro.

(V.pág.20-A del periódico El Informador del 30 de abril de 2014).

Durante los últimos 6 años, periodo que abarca una de las peores crisis financieras a nivel mundial, los mexicanos se sintieron más felices.

Un reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos titulado “¿Cómo va la vida en México?”, asegura que el porcentaje de mexicanos que está “muy satisfecho” con su vida se incrementó de 55% a 73% entre 2007, el año previo al estallido de la crisis, y 2013.

Destacó que la crisis financiera mundial afectó a los mexicanos menos que a los habitantes de las 34 principales economías del mundo miembros de la OCDE denominado el “club de los países ricos”.

Según el informe, “en contraste con la tendencia general, tanto la tasa de empleo y el desempleo a largo plazo permanecieron estables en México entre 2007 y 2012”; sin embargo, el ingreso disponible de los hogares cayó 2%, aunque el ingreso total, antes de impuestos y transferencias, no registró caídas.

(V.pág.15-A del periódico El Informador del 6 de mayo de 2014).

El Índice para una Vida Mejor recientemente dado a conocer por la OCDE es elocuente: “A pesar de obtener la mitad de los ingresos que reciben al año las personas de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, trabajar el doble de horas y tener menores expectativas de empleo y de vida, los mexicanos (son los que) manifiestan estar más satisfechos, tener sentimientos de paz, de gozo y sentirse orgullosos de sus logros”.

Jaime Preciado Coronado
(v.pág.19 del periódico Milenio Jalisco del 9 de mayo de 2014).

Una variable de la Ley de Murphy sostiene que “Quien considere que ya vio cosas imposibles de empeorar, menosprecia la inventiva del mexicano”.

Jaime García Elías, periodista y conductor radiofónico
(v.pág 7-A del periódico El Informador del 14 de mayo de 2014).

La simplicidad de la receta -usar autos más limpios- desafortunadamente es la mayor complicación para México. Porque todo el sistema mexicano está diseñado para que sea lo contrario. La tenencia, por ejemplo, premia a los autos cada vez más antiguos, precisamente cuando van siendo más contaminantes. La calidad de la gasolina, que Pemex nunca cumplió la promesa de ofrecerla -al igual que el diesel- con bajos contenidos de azufre, es otro problema. Pero el principal es que seguimos dejando entrar al país autos que ya no pasan la verificación en Estados Unidos. De alguna manera, Los Ángeles es más limpia porque nos manda hacía aquí su basura.

La secretaria del Medio Ambiente de Jalisco, María Magdalena Ruiz Mejía, declaró que entre las medidas que se tomarán para mejorar la calidad del aire en la zona metropolitana de Guadalajara no está el “Hoy no circula”, probado y reprobado en la Ciudad de México. Muy bien. Felicidades por una buena decisión. Lo que sí estará es el regreso de la obligatoriedad de la verificación, “dura y para todos”. Ruiz Mejía no contestó a pregunta directa sobre qué se haría con los autos que no pasaran la verificación. El detalle es que ésa es la respuesta clave. Sacar a esos autos de las calles mejoraría de tajo la contaminación y la velocidad de circulación de nuestras calles. Pero, políticamente, sería una decisión durísima de tomar, justo con la base electoral más fuerte de la población.

Otra propuesta es cerrar a la circulación de algunos vehículos áreas conflictivas, como el centro de la ciudad, por ejemplo. Londres lo hace, con resultados no muy alentadores.

La clave de todo está, sin embargo, en cerrar la llave a la entrada indiscriminada de autos inservibles que llegan del vecino del norte. Y hacerlo es tan complicado políticamente hablando, que ningún gobierno mexicano, sea del PRI o del PAN, ha querido asumir completamente el riesgo. Y cuando lo hizo, aunque de manera relativamente tímida, el poder judicial frenó las iniciativas con el argumento de los “amparos”.

Y si no hemos podido dejar de importar por temor a las consecuencias políticas, pensar que dejarán de circular los autos que ya están -sean nuevos o usados- que no logren pasar la verificación, me suena a utopía. O cuento.

Sergio Oliveira
(v.pág.2-D del periódico El Informador del 17 de mayo de 2014).

La publicidad cosifica a las mujeres y repite la tendencia que cualquier extranjero detecta en dos días en nuestro país: los mexicanos de la tele están lejos de ser representativos de los de la calle.

Salvador Camarena
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 19 de mayo de 2014).

Estirar la mano para recibir migajas pareciera ser la única esperanza o ilusión de una buena parte de la sociedad actual. Y eso no solamente se refiere a las familias o personas más necesitadas, las que menos oportunidades tienen, sino también a quienes gozan de todo e incluso los mismos magnates que sin necesitar nada, cada día quieren atesorar y poseer más, sin importarles la situación de quienes les rodean.

Por su parte, los gobiernos de los 3 niveles crean, inventan y reinventan programas y acciones tendientes a “satisfacer las necesidades” de unos y otros, aunque el término satisfacer parece no tener fin, pues los realmente necesitados ahora parecen buscar que el gobierno les de todo lo que quieren o necesitan, incluso con el menor esfuerzo posible de su parte para recibir dichas dádivas. Por el otro lado, muchos de los adinerados buscan nuevos esquemas de explotación de los trabajadores, con sueldos de miseria y condiciones cada vez más abusivas, pero redituables para sus bolsillos.

Y por si eso no fuera suficiente, los empresarios también han convertido sus propuestas en exigencias para que los gobiernos les brinden facilidades y seguridades para que sus negocios funcionen y sean ampliamente redituables para no correr riesgo alguno en sus inversiones (manejos preferenciales, condiciones especiales en el pago de impuestos, apoyos promocionales para sus negocios, sueldos más que mínimos ridículos e insultantes para el sector que hace el trabajo).

Cuauhtémoc Cisneros Madrid
(v.pág.14-A del periódico El Informador del 26 de mayo de 2014).

Cada vez hay más personas con hambre en este remedo de país. Cada vez hay más letreros que piden ayuda para encontrar familiares, mujeres, jóvenes y niños cuyo paradero es desconocido para los atribulados padres y amigos.

El tema de la tortura también va en aumento mientras que la autoridad continúa habitando el reino de las maravillas que inventó para sí misma e ignorando la descomposición del territorio y de nuestra vida.

Las decisiones cupulares no toman en cuenta a aquellos que deberían beneficiar, son claramente para beneficio de unos cuantos y en detrimento de las mayorías que, desafortunadamente, están demasiado ocupadas medio ganando el pan para preocuparse por cosas que suelen parecer distantes y que no amenazan, de manera inmediata, la miseria que hay que combatir con desespero y de manera impostergable.

¿Qué hacer cuando nada parece funcionar, cuando el sistema está tan corrompido que resulta casi imposible imaginar que podemos lograr siquiera pequeños cambios? Es fácil darse por vencido, aceptar esto como la normalidad, decidir que los mexicanos así somos, que la corrupción está en nuestras células, en los átomos que nos conforman, en el polvo de las corruptas estrellas de las que estamos hechos.

Tal vez sea verdad que no tenemos remedio y no vale la pena intentarlo, pero tal vez tenemos una generación joven más abierta, menos reprimida, menos homofóbica, menos corrupta y más deseosa de otros modelos de nación.

Jorge Zul de la Cueva
(v.pág.9-A del periódico El Informador del 27 de mayo de 2014).

Aquí hay muchos que siguen creyendo que la salvación de México es el petróleo o el turismo, pero descuidan el mayor recurso natural del país, que es su élite intelectual.

México sigue siendo el principal exportador de cerebros de toda América Latina hacia los Estados Unidos. La vasta presencia de mexicanos en el extranjero no es motivo de orgullo nacional, sino de vergüenza, pues sólo refleja el poco apoyo y la falta de estrategias del gobierno para conservar al talento mexicano.

Durante las crisis económicas los países más desarrollados no reducen presupuesto en materia de ciencia y tecnología. Los mejores recursos de esos países son sus ingenieros y sus científicos. En México la mayor parte del presupuesto se va en campañas políticas, tenemos de las democracias más caras del mundo. Los presupuestos de educación e investigación siguen siendo muy bajos.

Estamos en una clara desventaja incluso frente a países similares a los nuestros. Naciones como España o Brasil destinan al año alrededor de 300 millones de dólares para las agencias espaciales. México, por su parte, destina tan sólo 5. En lo que respecta a la agencia espacial mexicana, le han dado hasta ahora migajas.

Estas condiciones tan precarias ocasionan que la mayoría de los talentos emigre hacia otros países que les ofrecen mejores oportunidades. Se debe crear voluntad en los jóvenes para regresar a su país de origen y cambiar el aspecto psicológico de los niños y jóvenes para sentirse orgullosos de México. El otorgamiento de becas y la creación de empleos son sólo algunos de los métodos que se deben aplicar en el país para dejar de exportar cerebros a naciones extranjeras.

Doctor Rodolfo Neri Vela, primer astronauta mexicano
(v.periódico El Informador en línea del 30 de mayo de 2014).

Nuestro ministro de Hacienda, uno de los hombres del presidente, tiene muy claras las ideas sobre el desempeño de la economía mexicana. Sus explicaciones son tan razonables como las de cualquier otro encargado de las finanzas públicas pero, si las contrastas a la realidad de otras naciones, no puedes menos que plantearte algunas interrogantes.

Hay ciertas especificidades en lo que toca al modelo económico de México: somos, curiosamente, una de las economías más abiertas del mundo; somos también una auténtica potencia industrial; y, finalmente, nuestro principal socio comercial es la primera economía del planeta. Pero, por lo que parece, es precisamente esa condición nuestra de país exportador -que en otros casos podría parecer una verdadera bendición- la que nos vuelve tan vulnerables: si Estados Unidos no crece, entonces la economía azteca, que le vende a su vecino del norte casi el 80% de lo que exporta, se estanca irremediablemente. Y esa dependencia se agudiza por la debilidad de un mercado interno que, dicen los que saben, debiera ser el verdadero motor de la economía.

No es particularmente llamativa la concentración de ciertas economías nacionales en un sector particular: el crecimiento de varios países de Sudamérica se ha debido a la fortaleza de un comprador, China, al cual le han despachado alegremente unas materias primas cuyos precios se cotizaban al alza; pero, ha bastado que se ralentice el crecimiento del gigante asiático (y de otros clientes), con la consecuente baja de los commodities -a saber, esos metales, energéticos, alimentos y granos que se venden sin haber pasado por procesos de transformación que pudieran aportar un valor agregado (por cierto, México, uno de los grandes productores de petróleo, no vende gasolinas ni petroquímicos (es más, ni siquiera alcanza a producirlos para satisfacer la demanda interna) sino simple hidrocarburo crudo)-, para que la economía de Argentina cayera en una recesión, más allá de la esperpéntica política económica de un gobierno que, entre otras cosas, maquillaba tramposamente las cifras, y para que ocurriera algo parecido (no una recesión, técnicamente hablando, pero sí un magro crecimiento de 0.2 en el 1er. trimestre de este año, luego de un índice que apenas sobrepasó 2 puntos porcentuales en 2013) en Brasil, el gigante de la región, con todo y que el gobierno de DilmaRousseff, proteccionismos aparte, maneja las cosas con más sensatez. Luego entonces, el hecho de que México no sea la economía más diversificada del universo viene siendo un mal que compartimos con varios otros países.

Brasil y Argentina, sin embargo, llegaron a crecer como auténticas naciones en vías de desarrollo (7.5 de aumento del PIB brasileño en 2010) mientras que los desempeños de México se parecen a los de esas economías plenamente maduras donde ya no hay prácticamente hacia dónde crecer. Y si echamos una mirada hacia algunos de nuestros socios dentro de la Alianza del Pacífico, entonces las cifras son francamente apabullantes. ¿Qué será lo que tienen Perú y Colombia, para seguir creciendo en estos mismos momentos (4.8 y 4.2%, respectivamente, durante el 1er. trimestre de 2014), y qué será lo que no tiene México? Son países con los que podríamos compararnos perfectamente. Y las posibles diferencias en el Producto Interno Bruto por habitante (hay una variación al alza de unos mil dólares, en el caso de las 2 naciones andinas, de 2011 a 2013) no explicarían, al comparar los datos con México, nuestra ausencia de crecimiento (esto es, suponiendo que ellos hubieran crecido porque se han acercado meramente a los superiores niveles de desarrollo que tenemos aquí) porque las distancias se han reducido sustancialmente.

La buena noticia, a pesar de todo, es que el país se ha movido. Es decir, se han llevado a cabo reformas estructurales con el propósito, declarado y manifiesto, de promover el crecimiento económico, la única vía posible para mejorar el bienestar de la población. La mala nueva es que buena parte de ese impulso primigenio pueda estar diluyéndose actualmente en la maraña de leyes secundarias, resistencias de los grupos de interés, politiquerías y obstruccionismos que siguen marcando, fatalmente, la vida pública de México.

Román Revueltas Retes
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 1o.de junio de 2014).

Lo 1o. que salta a la vista es una contradicción de percepciones: para el mundo oficial, empresarial, la prensa económica y de los organismos financieros internacionales, México vive un extraordinario momento, derivado de las “reformas estructurales” emprendidas por el presidente Enrique Peña Nieto; del otro lado, en el mundo de la calle, la situación económica es cada vez más difícil y millones de mexicanos tienen problemas cotidianos para salir al día.

Esta contradicción es permanente entre el mundo del gobierno y de los grandes negocios y de la mayoría de las personas que viven de su fuerza de trabajo o de sus labores de subsistencia. Pero ahora esta contradicción es más evidente.

Vemos a gobernantes, empresarios, medios comerciales y representantes de agencias internacionales felicitar al actual gobierno por hacer “grandes reformas”. En la prensa económica internacional se hablan de grandes oportunidades de negocio, al tiempo que se insiste en el “momento mexicano” que ha ganado prestigio y reconocimiento en el exterior. El exterior no es un ente abstracto, sino el mundo de los grandes fondos de inversión que esperan hacer grandes negocios en México.

El México de abajo habla de otra situación, otro lenguaje. En el México de las tienditas se habla de aumento de precios, de aumento de impuestos; en el México de los mercados, de los tianguis y de los pequeños locales comerciales se habla de las bajas ventas, de las altas rentas y de que la gente no trae dinero para gastar.

Hace unos días fui a comer a una cenaduría de un barrio de clase media de Guadalajara. Al preguntar a la dueña cómo estaba, me respondió que desesperada y que estuvo a punto de cerrar su negocio que ha mantenido desde hace 33 años. Nunca había estado tan mal como ahora, dijo apesadumbrada. Y no es que haya cambiado la calidad de los antojitos o aumentado los precios. Lo que ocurre es que la gente tiene menos dinero para gastar.

Para el México oficial, todas estas tribulaciones son cifras macroeconómicas, son tendencias que a largo plazo se corregirán, como acaba de decir en el secretario de Hacienda Luis Videgaray en un artículo publicado en Reforma. Lo cierto es que el México que se mira y percibe en la oficina de Videgaray poco tiene que ver con el México de la mayoría de la población. El México de Videgaray habla el lenguaje de quienes hacen los grandes negocios; las reformas que muchos aplauden están hechas para ellos, no para la mayoría de los mexicanos.

Es tan evidente esta contradicción de percepciones, discursos y propósitos que es imposible que se mantenga por tanto tiempo.

Rubén Martín
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 4 de junio de 2014).

¿Qué pasará con los pasivos laborales de Pemex? El PRD exige una propuesta concreta. Los pasivos laborales de Pemex son ahora de 2 billones de pesos y, de acuerdo al documento de la reforma, la paraestatal debería solventar ese pasivo en un periodo de 10 años. Es una misión imposible, mucho más si no hay un plan a detalle para conseguirla. Se trata de una cantidad que es superior a la deuda externa del gobierno federal.

Luis Miguel González
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 14 de junio de 2014).

52 millones de mexicanos sobreviven en la pobreza; a casi 12 millones de ellos no les alcanza su miserable ingreso para comer 3 veces al día. La desigualdad en el país de las maravillas que los discursos oficiales nos dibujan, es hiriente, humillante, vejatoria. Es en extremo alarmante que en pleno 3er. milenio mueran diariamente 30 mexicanos por desnutrición. En el año 2012, 11,000 miserables murieron de hambre. La pobreza extrema y la carencia alimentaria severa son verdaderamente lacerantes, y aun así, no faltan quienes proclaman demagógicamente que el gobierno ha decidido atender a las comunidades más pobres, rurales o urbanas, con un decidido programa electorero contra el hambre. Programa tan ambicioso requiere de la colaboración sin regateos de todos los sectores sin excepción; pero los dueños del dinero rechazan todo aumento de impuestos, un auténtico impuesto progresivo sobre la renta, en el que paguen más los que más ganan.

Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco
(v.Razón y Acción del 21 de junio de 2014).

Diseñé una teoría según la cual los mexicanos vivimos bien al interior de nuestras casas, y mal al exterior de ellas; vale decir que tenemos una vida familiar fincada en valores y tradiciones firmes, en tanto que nuestra vida pública está afectada por graves vicios y tremendas lacras. Los norteamericanos, en cambio, en los términos de mi teoría, fallan en lo relativo a la familia, pero en lo público tienen virtudes que han hecho grande y próspero a su país. Tan orgulloso estaba yo de esa tesis que la presenté en varios foros internacionales, y fue unánimemente aceptada porque nadie la entendió. Ahora estoy empezando a dudar de mi teoría, y vaya que es una de las pocas que me quedan. Sucede que la pobreza no es una base sólida para construir un hogar, y más de la mitad de los mexicanos viven en condiciones de pobreza extrema. Quizá mi tesis sea aplicable a la bonachona clase media, pero no funcionará si se extiende a lo que antes -no sé si todavía- se llamaba “el proletariado”. Aunque sabemos que México es un país pobre seguimos cerrando los ojos a esa pobreza, hasta que un día los pobres nos obliguen a volver los ojos hacia ellos. Y eso, créanme, no sucederá en forma pacífica.

Armando Fuentes Aguirre "Catón"
(v.periódico Milenio Tamaulipas en línea del 26 de junio de 2014).

Resulta un tanto cuanto curioso que doña Christine Lagarde, la inatacable mera mera del FMI, haya pasado por esta su humilde casa nada más para llenarnos de elogios que deberíamos de tomar con tiento. Sobre todo cuando afirma que México tiene una gran solidez económica y social (se ve que no la llevaron a ver las narcofosas veracruzanas que le costaron la chamba al subprocurador local por no darle seguimiento a la visión idílica del góber), y que está muy impresionada por las reformas con las que el país llegará al infinito y más allá. Algo ha de querer.

Jairo Calixto Albarrán
(v.pág.4 del periódico Milenio Jalisco del 27 de junio de 2014).

Como la vida, la historia es circular. En una noche se consumió Quetzalcóatl en el fuego de Nautla, y en otra (la Noche Triste) Cortés dejó su condición divina para volverse carne mortal; siglos después, otros dioses mexicanos se volvieron putrefacta gloria transitoria al finalizar sexenios de exaltación y halagos; hombres de poder despejados de su omnipotencia y vueltos a su limitada potestad... En ciclo recurrente, en México, muere un Dios y nace otro en milagrosa metamorfosis. El que muere, queda en hombre, como Cortés en la Noche Triste, y desde su posición de político olvidado, atestigua la entrada del nuevo mesías, como él 6 años antes, entre aclamaciones de comerciantes y filisteos... Con la gran mentira del dios blanco y barbado comenzó la biografía de México. Luego resultó que ese dios de ficción, temido y omnipotente, era sólo un hombre. Y en esa desilusión seguimos todavía.

Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 28 de junio de 2014).

Al campeonato mundial se estima que han asistido más o menos 40,000 connacionales y si estimamos que en promedio el viaje costaría como 250,000 pesos por choya, quiere decir que de ser ciertos estos supuestos los viajeros habrían gastado de alguna forma como 10,000 millones de pesos y si hay tantas personas que pueden hacer ese gasto quiere decir que no todos estamos tan fregados y no olvidemos que los hoy gozosos aficionados tendrían que explicarle a la Secretaría de Hacienda, tan preocupada por nuestros gastos de dónde sacaron esa cantidad para gastarla."

Carlos Enrigue
(v.pág.4-B del periódico El Informador del 29 de junio de 2014).

Por más que algunos seguidores mexicanos dieron la nota con sus excesos (broncas, robos, tocamientos indebidos), es un hecho que Brasil va a extrañar a los aficionados tricolores porque son de los que más gastan en eventos de este tipo.

Según un reporte de Visa, los que más han gastado en Brasil 2014 con sus tarjetas afiliadas a este medio de pago son los estadunidenses. En lo que va del Mundial han dado tarjetazos por 48.3 mdd. A ellos les siguen los ingleses, que han gastado con esta marca unos 16 mdd, mientras que los franceses facturaron 10.2 mdd, igual que los mexicanos.

Este reporte toma en cuenta "gastos de turistas internacionales en cuentas de Visa" del 12 (apertura del Mundial) al 28 de junio. Incluye tarjetas de crédito, débito y prepagadas.

La eliminación de México (como de Inglaterra y EU), seguramente no dejó contentos a los empresarios turísticos brasileños.

Bárbara Anderson
(v.pág.2 del periódico Milenio Jalisco del 4 de julio de 2014).

Muy romántico y lleno de humanidad el mensaje de Peña Nieto de que va a dar paso seguro a niños migrantes que quieran entrar por México "hacia Estados Unidos" (si es que llegan). El problema es que la caridad empieza por uno mismo. Bastantes niños de la calle tiene México sin solución a su vida. Los adultos, a los que se les dan todas las facilidades para que se suban al tren "La Bestia", difícilmente van a entrar a Estados Unidos, pues cada vez sellan más la frontera. ¿Qué va a pasar con esas personas?, a sus países no regresan porque la situación está peor que en el nuestro. Y resulta que aquí no hay trabajo ni para los nacionales.

Pilar Sañudo
(v.pág.4 "Cartas a Mural" del periódico Mural del 10 de julio de 2014).
Dos países petroleros.


"Todavía no son los tiempos",
dicen a menudo los políticos.

Pareciera que son ellos
los únicos que tienen reloj.

Y son ellos los que marcan
el ritmo del país y la sociedad.

El reloj de México es político.

Por eso las cosas suceden
cuando el tiempo político
lo indica.

Llegamos 40 años tarde
a la reforma energética
(algunos dicen que no está
suficientemente discutida).

No hemos llegado a la reforma
carcelaria.

Tenemos décadas sin reforma
educativa.

Es que el reloj político se parece
al de los ferrocarrileros.

Va atrasado desde don Porfirio.

Nemesio Maisterra
(v.pág.6 del periódico Mural del 24 de julio de 2014).


Decir que la reforma energética es un robo a la nación se ha vuelto un lugar común tan socorrido como predecible en los amplios círculos del victimismo nacional.

En algún momento se consumará ya definitivamente el presunto atraco y tendremos, entonces, una compañía paraestatal que seguirá perteneciendo a todos los mexicanos, endeudada hasta las narices, pero que podrá recurrir a los osados inversores privados que quieran arriesgar su dinero para inyectarle a la empresa los recursos de los que carece y explorar así nuevos yacimientos o explotar la fabulosa riqueza petrolera de nuestro subsuelo.

Nada nuevo bajo el sol, por cierto. Todo mundo lo hace y hasta los países declaradamente comunistas o disimuladamente izquierdosos le han abierto las puertas a los aventureros del exterior, o a los pocos de casa que puedan andar por ahí, para fortalecer su sector energético. Resulta, sin embargo, que aquí somos un territorio donde los dogmas y las ideologías importan más que los provechos inmediatos. Y así, no nos dejamos impresionar por evidencias del tamaño de una casa como la realidad de que Pemex, la madre de las todas las corporaciones nacionales, está totalmente secuestrada por unos mexicanos que son más mexicanos -o sea, más iguales- que todos los demás: gente que celebra jugosísimos contratos con sus amiguetes, que se reparte alegremente el pastel, que transporta las gasolinas importadas en camiones de su propiedad y que se las apaña para dorarnos la píldora con el cuento de que todo ese negocio, su negocio de ellos, tiene que ver con el acendrado patriotismo de nosotros.

En fin, las cosas se están moviendo. Y, más pronto que tarde, seremos casi un país normal, como todos los demás, aunque ninguna corporación extranjera pueda traficar libremente con los energéticos ni vender sus combustibles a la vuelta de la esquina. La tal reforma, que tanto ruido nos mete, no es la consumación de lo deseable sino meramente de lo posible. Pero, algo es algo, después de todo.

Román Revueltas Retes
(v.pág.2 del periódico Milenio Jalisco del 25 de julio de 2014).

Si ya apoquiné con gran alegría para el rescate carretero, las devaluaciones echeverristas-lopezPorpillistas, la grisura telúrica de De la Madrid, el Horror de diciembre negro salinista, el no traigo cash de Zedillo, los fobaproas con anatocismo incluido, las barrabasadas foxianas, la narcoguerra michoacanizada del humanista Jelipillo... por qué no financiar las orgías de excesos y derroches en las paraestatales donde se amarraban a los perros con chorizo, los Godínez armaban guateques faraónicos, los hijos de los líderes sindicales viajaban por el mundo en condiciones que ni el sha de Irán en sus tiempos.

O sea, qué querían, ¿que Pemex y CFE vivieran bajo regímenes estilo Mamá Rosa donde imperaba el espíritu espartano extremo con El Pinocho incluido?; ¿que la bonita tradición mexicana del despilfarro se perdiera en un arrebato pejista de austeridad?; ¿que se gaste mejor en balas de goma?

Digo, es triste que se hayan terminado los tiempos de jauja pero lo bailado, eso quién se lo quita a esas empresas que tanto le dieron a México. No solo personajes de la cultura pop nacional como La Quina, El Trampas, Barragán Camacho, Robero Deschamps, ese prohombre; símbolos de la mexicana alegría como el pozo Ixtoc 1, la cosecha del ordeñe de los oleoductos que nunca se acaba, la Torre de Pemex cual ejemplo de los grandes logros de la petroquímica naconal. Y qué decir de CFE, esa empresa de clase mundial que hace de los wattajes terciopelo y de los apagones una de las bellas artes.

Es la mejor idea que he visto desde los tiempos del dios fracking. Está padre que luego de que ocupen tus tierras, extraigan hidrocarburos o gas natural por mil años, te traten como machetero de Atenco, al regresártelas te dejaran un páramo postapocalíptico que puedes rentar para que filmen El planeta de los ninis verdes.

Jairo Calixto Albarrán
(v.pág.4 del periódico Milenio Jalisco del 25 de julio de 2014).

Varias veces he tocado la materia de ese victimismo, auténtica plaga nacional, que se expresa en constantes jeremiadas teñidas de un rencor oscuro y contumaz. A los escribidores, en este sentido, nos hostiga una legión de quejosos que nos reconvienen constantemente por no ejercer la denuncia o por no reflejar la intrínseca nobleza de los movimientos sociales. Pareciera que ciertos temas son absolutamente obligatorios y que los otros, aquellos por no se abordan con la debida cólera para representar en toda su dimensión nuestra aciaga realidad, no merecen la pena y no deberían siquiera ser abordados.

De este deseo de tanta gente de que la palabra escrita evidencie exclusivamente sus gustos particulares o sus preferencias políticas, surge una confusión que va impregnando de manera creciente, y alarmante, el ámbito de las ideas. El bullying, con perdón, no tiene nada que ver con la explotación del hombre por el hombre aunque la falta de misericordia se manifieste tanto en ese universo laboral que tan descarnadamente describió Charles Dickens como en el suicidio de un pobre chico acosado por sus feroces compañeros.

Y, ya entrados en gastos, permítanme ustedes consignar otra exasperante revoltura de conceptos: vivimos, es cierto, en una tierra asolada por burócratas mequetrefes, politicastros estafadores y policías abusivos. Y, en tiempos más o menos recientes, y con la idea de volvernos menos impresentables como nación, nos hemos hecho de algunas instituciones que pretenden proporcionar auxilio a los indefensos ciudadanos. Pero, por favor, así como lo laboral o lo social se circunscriben a ámbitos bien precisos, de la misma manera los “derechos humanos” se refieren a algo muy concreto que, por más que en ciertas circunstancias se vea afectada también la soberanía de algunos individuos, no tiene que ver con lo estrictamente criminal, lo penal o lo procesal. Dicho en otras palabras, cuando la fiscalía investiga la escena de un asesinato o los sedimentos de un incendio, la famosa Comisión Nacional de Derechos Humanos -o las correspondientes delegaciones estatales o municipales- no tiene por qué inmiscuirse ni meter sus narices. De nuevo, una cosa es la criminalística -con todos sus procesos indagatorios y sus investigaciones- y otra muy diferente es la tarea de defender a un ciudadano enfrentado a los abusos del poder o, ahí sí, a la iniquidad de una reglamentación injusta y discriminatoria. Pero, ¿qué pasa? Pues que los comisionados y los secretarios de las tales comisiones ahora van de ministerio público, tan panchos, en plan fiscal de distrito, a determinar si al tipo que lo mataron en una reyerta entre vecinos del condominio le pisotearon, faltaría más, sus “derechos humanos”. No me jodan...

Román Revueltas Retes
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 27 de julio de 2014).

Hemos creado derechos constitucionales, algunos que de hecho son derechos naturales: el derecho a la vida, a la salud, al trabajo, a la educación, a la habitación, a la alimentación. Estos derechos nos deberían garantizar que México sea un país próspero y poderoso. ¿Qué nos falta para lograrlo? Que los derechos se hagan efectivos, no vamos a tener nuestra integridad a salvo hasta que se abatan los índices de delincuencia; no tendremos asegurada la salud hasta que se termine el duopolio de la distribución de medicinas; seguirá habiendo abortos mientras no exista una educación de paternidad responsable; no tendrán trabajo todos los mexicanos que integran la Población Económicamente Activa hasta que se reactive la economía dando facilidades para crear nuevas fuentes de trabajo; no tendrán casa todos los mexicanos hasta que desaparezcan los monopolios de los materiales de construcción y el coyotaje en la adquisición de los terrenos. En suma no podemos vivir con tranquilidad, salud, tener casa, trabajo, educación y alimentación por decreto. Sólo las acciones concretas pueden lograrlo: eliminar la impunidad y combatir con eficiencia y eficacia la corrupción.

Luis Jorge Cárdenas Díaz
(v.pág.17-A del periódico El Informador del 31 de julio de 2014).

Si bien quienes viven en el mundo de las redes sociales o de ciertos medios de comunicación están convencidos de que el presidente Peña Nieto es repudiado de manera unánime, las encuestas presentan una realidad muy distinta. En la encuesta de aprobación presidencial de Reforma que se publicó el 1ro de agosto, Peña Nieto muestra un alza de 44% en diciembre de 2013 a 50% en julio de 2014. La desaprobación ha bajado a 46%. El presidente tiene ya de nuevo un saldo de aprobación positiva. Los líderes de opinión, sin embargo, lo rechazan en un 60% y lo aprueban sólo en 40%.

Los buenos resultados del presidente y del PRI en las encuestas se registran a pesar de que las reformas que han hecho no son populares. El 40% de los mexicanos desaprueba la reforma energética, contra el 34% que la aprueba, aunque hay que decir que estos número han mejorado mucho del 70-30 que se registraba en otras encuestas hace apenas algunos meses. Los ciudadanos desaprueban el desempeño del gobierno en casi todos los temas: narcotráfico, seguridad pública, pobreza, economía, empleo, violencia y corrupción. Los únicos rubros en que hay más aprobación que rechazo son salud y educación. Quizá en este último tema la aprobación está influida por la reforma educativa.

Los mexicanos, hay que reconocer, son más benévolos en su aprobación de sus presidentes que casi todos los demás pueblos del mundo. En estos momentos sólo el 41% de los estadounidenses aprueba el desempeño de Barack Obama (Gallup). En Argentina Cristina Fernández registra 27% de aprobación (enero, Management & Fit). En Francia la aprobación de Francois Hollande se encuentra en 23% (julio, Ifop, Paris Match).

Sergio Sarmiento
(v.periódico El Siglo de Durango en línea del 7 de agosto de 2014).
¿Nuestro?

(V.pág.4 del periódico Milenio Jalisco del 8 de agosto de 2014).


A los furibundos críticos de la Reforma Energética aún les queda una esperanza: que sean escuchadas sus demandas y el tema sea sometido a una consulta ciudadana; de que, como corolario, la "vox populi" (la "vox Dei" según algunos blasfemos), en la hipótesis de que esté suficientemente versada para ello, decida si los recursos naturales del país deben entregarse a quienes podrían manejarla con criterio empresarial, con fines de lucro... o si debe seguir funcionando -como hasta ahora- como caja chica del gobierno y como modelo perfecto de corrupción institucionalizada.

Que legos en la materia, en fin, decidan qué manejo debe darse al legado que, según las rimas de López Velarde, la "Suave Patria" recibió del Arcano, cuando dijo: "El Niño Dios te escrituró un establo; y los veneros del petróleo… el diablo".

Jaime García Elías, periodista y conductor radiofónico
(v.pág 4-A del periódico El Informador del 11 de agosto de 2014).

El diagnóstico oficial sobre el caos que se generó en las autopistas del país por el cambio de la tarjeta de peaje IAVE salpica al grupo empresarial del hombre más rico del mundo.

La historia denuncia ocultamiento de información, bloqueos tramposos a aspirantes a competidores, intenciones de retener un virtual monopolio a toda costa, de no perder un negocio de 30 millones de dólares... aunque los usuarios se amuelen. Nada que no se haya visto hacer antes al Grupo Carso en otros sectores de su aplastante influencia económica.

Carso, de Carlos Slim, es dueño de la mitad de la empresa I+D, que controla el telepeaje en la inmensa mayoría de las autopistas del país a través de las famosas tarjetas IAVE. La otra mitad es de BBVA-Bancomer, que ha sabido mantenerse al margen del escándalo.

Durante los 11 años que así dominó el telepeaje en el país, I+D no invirtió para modernizar sus lectores de tarjetas, mantuvo tecnología obsoleta, convenció al gobierno de no regularlo, de ir extendiendo su contrato aunque fallaran sus sistemas, aunque los tags de los usuarios a veces servían pero a veces no, etcé.

Al llegar el gobierno de Enrique Peña Nieto, con Gerardo Ruiz Esparza como secretario de Comunicaciones y Transportes, se decidió renovar el contrato para mejorar tales condiciones. Grupo Carso no quiso participar: quería todo el pastel, y a la antigüita.

Según el mismo diagnóstico oficial de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, el caos generado tuvo diversas responsabilidades:

El gobierno falló en permitir que el viejo operador y el nuevo operador prolongaran sus negociaciones de entrega-recepción hasta empalmarse con la implementación de la nueva tecnología.

Telepeaje Dinámico falló en subestimar el tamaño del animal que estaba por recibir y la importancia de los vehículos particulares -y no sólo los de carga- en el flujo carretero.

I+D, con Grupo Carso al frente, ocultó información al nuevo operador, retrasó las negociaciones innecesariamente peleando por centavitos, trató de quebrar al nuevo esquema para mantener su negocio, fue descortés en el proceso de entrega-recepción y sembró la semilla del caos.

(Uno de mis trabajos es en Televisa, empresa que mantiene una disputa pública con Carso. Estoy a favor de que quienes opinen sobre temas que involucren a las empresas para las que trabajan o de las que reciben dinero, transparenten sus posibles conflictos de interés. Lástima que muchas y muchos los siguen ocultando).

Cualquier similitud con los celulares seguro es coincidencia.

Carlos Loret de Mola A.
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 13 de agosto de 2014).

No se está diciendo que el mejor presidente sea el que más reforma la Constitución. Lo que se indica es que el gobernante de México que quiera realizar sus políticas, liberándose de ataduras con el pasado y con el presente, tiene que reformar la Constitución; ya que, más para mal que para bien, nuestro pacto fundamental se ha convertido en una suerte de contrato de acuerdos coyunturales que se van firmando y que algunos quisieran que fueran eternos.

Javier Hurtado
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 16 de agosto de 2014).

"La administración de la abundancia" de López Portillo, o el TLCAN como puerta al 1er. mundo de Carlos Salinas o incluso la democracia como solución a todo de Vicente Fox, partían de diagnósticos y discursos políticos similares. Todos cojeando de la misma pata: generar expectativas que son incumplibles.

Es innegable que los 20 meses de Peña Nieto en Los Pinos delinean una paradoja al día de hoy: el futuro como escudo de los magros resultados del presente. En datos concretos, México no se mueve. El desempleo se mantiene en niveles similares a la última década (más de 2.5 millones de mexicanos sin empleo), la economía creció 1.1% en 2013 y estará por debajo de los 2 puntos porcentuales en 2014 (el Banco de México volvió a ajustar a la baja su pronóstico); en inseguridad, hay matices y algunos avances (descenso en asesinatos), pero las cifras de homicidios, secuestros y extorsiones siguen siendo muy altas.

Sin embargo, el escudo ante esta ausencia de resultados que ha lastimado profundamente la aprobación de la labor presidencial (40-45% de aceptación), es la narrativa de las reformas. Es como si desde Los Pinos dijeran, sabemos que no vamos bien, pero es sólo una breve coyuntura que anuncia mejores tiempos. Con las reformas, la libre competencia, el combate a la concentración de mercado, la apertura de sectores claves en la economía y el combate a la corrupción, provocaremos un círculo virtuoso que se traducirá en mejores sueldos (reforma laboral), mejores condiciones de seguridad social (reforma fiscal), precios más asequibles en gas, luz [energía eléctrica] y combustible (reforma energética), maestros mejor preparados (reforma educativa) y más crédito en el mercado (reforma financiera). Un paraíso terrenal. ¿Se puede cumplir o estamos condenados a otra decepción?

Las altas expectativas siempre han terminado en decepciones profundas. El mexicano se ha vuelto escéptico cuando al análisis del porvenir se refiere, ha dejado de ser un crédulo que se enciende como "fuegos artificiales" (decía Octavio Paz), ahora es más bien frío y calculador (las encuestas lo demuestran). Bien valdría la pena que el discurso presidencial le baje un poquito al tono tan elevado de las expectativas, ya que en la implementación siempre se han marchitado hasta las buenas ideas. Por lo pronto Peña Nieto ya pisó el acelerador, buscando hacer de la elección de 2015 no un plebiscito de expectativas, sino más bien una apuesta por una reforma ya en marcha. Con la elección petrolizada, los indicadores económicos en niveles más bien bajos y los beneficios prometidos con la reforma a cumplirse en 2018 y 2025, todo parece indicar que el Presidente tendrá que seguir habitando el discurso del futuro.

Enrique Toussaint
(v.pág.3-B del periódico El Informador del 17 de agosto de 2014).

Las cajetillas de cigarros se han convertido en un museo del horror. El problema es cuando eres parte del horror. Una señora en Ciudad Juárez se percató que los pitillos llevaban una fotografía de cuando cayó, víctima de un infarto, en el hospital. Nadie le dijo que se convertiría en un ejemplo de los estragos del fumar, más aún cuando no fumaba desde hace décadas. Otro problema del vicio que es el poder.

Gonzalo Oliveros
(v.pág.19 del periódico Milenio Jalisco del 22 de agosto de 2014).

Uno de cada 3 mexicanos -34%- está dispuesto a emigrar a Estados Unidos, según un estudio del Pew Research Hispanic Center.

Del total, la mitad sólo se iría si obtuviera un visado y un permiso de trabajo, mientras que el resto también emprenderían la aventura como indocumentado.

Frente a ellos, 2 tercios de los encuestados -65%- dijeron que no emigrarían a Estados Unidos ni aunque tuvieran visado y medios suficientes para hacerlo.

La encuesta subraya que las expectativas frente al sueño americano son hoy menores que hace 7 años.

Actualmente, menos de la mitad de los mexicanos cree que sus paisanos al otro lado de la frontera tienen una vida mejor que la de ellos.

La cifra cayó 7 puntos respecto a 2007, cuando eran del 51%.

Respecto a éstos, el 32% considera que la vida de los migrantes es igual que la del resto de los mexicanos y el 18% piensan que es peor.

En otro capítulo de la encuesta, el 32% de los interrogados asegura tener amigos o familiares en EU, una caída de 10 puntos respecto a 2007.

(V.pág.9 del periódico Mural del 28 de agosto de 2014).
Segundo informe.

(V.pág.4-A del periódico El Informador del 1o.de septiembre de 2014).


Como ha sido tradicional que los gobiernos en México no preguntan y hacen lo que se les da gana para matarnos de un coraje, llamó poderosamente la atención, como dicen los cursis, que el secretario Videgaray haya reconocido el espíritu de sacrificio de la sociedad en su conjunto para aguantar vara luego de tanta rudeza innecesaria en materia tributaria. Hasta uno se siente bien de formar parte del club de los contribuyentes cautivos pero pasivos.

Hay que reconocer que fue bonito que reconociera "que estamos muy lejos de donde quisiéramos estar, el desarrollo económico es abiertamente insuficiente" (cualquier cosa que eso signifique).

Fue padre que el muy respetable señor Videgaray agradeciera a la mexicaniza que está por tirarse al vicio y a la perdición para rendirle tributo a los héroes que nos dieron patria, por la estoica manera con la cual aguantó la tupida madriza impositiva. Lo que no dijo fue si siempre se iba a poder ir a la plancha del Zócalo la noche del 15 de septiembre, o si mejor nos abstenemos porque se va a usar de estacionamiento para camionetones aspiracionales.

Digo, no hay problema, con todas las maravillas que habrán de alegrar al livin la vida loca de los mexicanos, está bien la clase política se atasque ahora que hay lodo. Nada más avisen para ver el grito en la tele.

Gracias, secretario Videgaray, por el reconocimiento al estoicismo, ojalá y el próximo año nomás no exagere.

Jairo Calixto Albarrán
(v.pág.4 del periódico Milenio Jalisco del 12 de septiembre de 2014).

La cultura mexicana sobre el tema del conflicto de interés, es de opereta. Se enarbola como instrumento de golpeteo político en los momentos donde los grupos de interés miden sus fuerzas, y se guarda cuando la confrontación se deja atrás. Se argumenta con sofismas, donde para algunos ilegal es igual que ilegítimo, y para otros que sostienen que al no haber nada ilegal, tampoco es ilegítimo. Los 2 casos son equívocos y contribuyen por igual a la opacidad con la que se desarrolla la sociedad política mexicana. De paso, impiden que se construyan mecanismos para reducir los márgenes de conflicto de interés en servidores públicos que beneficien a actores y audiencias por igual.

La semana pasada sucedieron 2 eventos que muestran lo ramplón de la cultura política en México. El coordinador de Vinculación de la Presidencia de la República, Jesús Ramírez Stabros, renunció ante la presión pública que lo señalaba de incurrir en un conflicto de interés al ser funcionario federal y al mismo tiempo, consejero de la empresa española de generación de energía Iberdrola. Ramírez Stabros dejó el cargo no en reconocimiento que había incurrido en una falta de ética política -que ha afirmado tajantemente que no existió-, sino porque aferrarse al cargo empezó a tener un costo político para el Presidente.

Con el ruido de esa renuncia, Luis Téllez, presidente de la Bolsa Mexicana de Valores y miembro del consejo de administración de Sempra, la multinacional que distribuye energía eléctrica, fue designado por el Senado como integrante del comité técnico del nuevo Fondo Mexicano de Petróleo, que garantizará el manejo transparente sobre el uso de los ingresos petroleros. Criticado por sus intereses en una empresa energética, Téllez aseguró que su nombramiento estaba dentro de los márgenes de la ley, por lo que no incurría en falta ética alguna.

Téllez y Ramírez Stabros están mal. No se necesita incurrir en una ilegalidad o aprovechar su puesto para beneficio personal para colocarse en un conflicto de interés. Un conflicto de interés se presenta incluso, ante el potencial que exista del choque del interés público con el particular. En muchos casos es un tema de percepciones que en otros países se ataja para que no se conviertan en realidad o sean motivo de ataques.

Es un asunto claro: la mejor forma de manejar un conflicto de interés, y evitar ser acusado de ello y lastimar a la institución para la que trabaja, es no tenerlo.

En los países políticamente más maduros, quienes asumen una posición pública suelen vender sus acciones o colocarlas en un fideicomiso, retirarse de todos los consejos de administración y dar a conocer todos sus activos. En México, ni siquiera las declaraciones patrimoniales completas son una obligación moral darlas a conocer.

Un conflicto de interés no requiere de un acto ilegal o ilegítimo. Basta que exista la percepción para que se genere la sospecha y la falta de credibilidad.

En el caso de Téllez, una buena decisión por la experiencia del actual presidente de la Bolsa Mexicana, es lastimada por la dualidad de sus funciones. ¿Por qué no renunció al consejo de administración de Sempra? ¿Por qué no eliminó todo margen de sospecha? Esa duplicidad de funciones afecta la credibilidad no sólo sobre él, sino sobre el nuevo instrumento financiero de la Reforma Energética. ¿Por qué sucedió el caso Stabros? ¿Cómo pudo haber trabajado para una empresa extranjera durante 6 años como legislador, y trabajar en el gobierno que se embarcó en una profunda reforma energética? Las lecciones son públicas y no se quieren tomar en cuenta sus experiencias.

La OECD tiene un manual para administrar el conflicto de interés.

Raymundo Riva Palacio
(v.pág.10-A del periódico El Informador del 17 de septiembre de 2014).

El incidente emblemático que prácticamente no trascendió fue el desprendimiento de la bandera monumental del Zócalo de la Ciudad de México. He sido testigo del izamiento de esa bandera y la ceremonia es de una formalidad que encanta a todo mundo, la escolta responsable siempre tiene público, aunque sean las 6 de la mañana. Pues en esta ocasión, para iniciar el desfile, se inició con el izamiento que se hace con un mecanismo electrónico y la bandera gigantesca no había subido más que unos cuantos metros, cuando se desplomó. El video está disponible (creo que todavía) en internet y no se trata más que de un simple accidente; si hubo un error humano seguramente alguien está castigado (supongo) y si no, también, porque alguien es responsable y no se verificó que la bandera estuviera bien colocada, en fin.

Pues resulta que este asunto se ha ocultado para su difusión en medios masivos de comunicación y la pregunta es ¿por qué? ¿Cuál es el sentido o el propósito? Si de todas maneras muchos somos suspicaces y en redes sociales hablamos de "metáforas", "presagios", "vaticinios", "símbolos" y otras cuestiones interpretativas, realmente se trató de un accidente del que simplemente se debió dar cuenta en la relación de novedades y punto. Pero no, alguien tomó la decisión de "bajar" la información, de "editar" el video y tuvo cuidado de que no se mencionara, por ejemplo, en los noticieros top de la televisión. ¿Qué es lo que queda en evidencia? Este afán por ocultar cosas o tratar de tapar el sol con un dedo de este régimen (y de otros, no es el primero claro, pero se supondría que en estos tiempos de redes, globalización e internet ni siquiera lo intentarían, pero bueno).

Este fue el hecho emblemático y diferente, porque el asunto de los abucheos, que también se ocultó, no es nuevo. Tiene varios años con los gobiernos priistas de antes, los panistas y ahora que regresó el Revolucionario Institucional, persisten. Estos fueron la noche del Grito precisamente, mientras el Presidente ondeaba la bandera, sin embargo, a través de videos que circulan en redes se aprecia el "amontonamiento" de voces y sonidos contrastantes.

Laura Castro Golarte
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 20 de septiembre de 2014).

En México todo es posible y si no lo es, se crea, oculta, manipula o sencillamente se borra. Lo que habla bien de la inventiva de los mexicanos, creatividad fuera de serie, pero también deja claro que eso de la transparencia, congruencia y legalidad está lejos de suceder. Lo que es una pena, porque estos elementos son necesarios para que se sostenga la democracia. En todos los países, también en México.

Quizá por ello causan preocupación la serie de absurdos, incongruencias, opacidades e ilegalidades existentes, acciones que deben analizarse para pugnar por su erradicación, si no inmediata, sí, por lo menos en un tiempo razonable dándole al ciudadano la confianza de un mejor desempeño gubernamental a corto plazo.

Qué tal que la federación recibe gustosa los ingresos de la zona turística de Baja California Sur y habiendo sido alertada a tiempo del evento natural que azotaría ese sitio, pero no estableció ni operativos, tampoco protocolos o respuestas rápidas y eficientes para atender los daños de fenómeno natural. Lo que dejó a muchos poblados presas del pillaje que ha hecho estragos en la propiedad y en la seguridad. Respuesta gubernamental tardía que dejó a usuarios de hoteles gran turismo, también a los mexicanos, con una muy desagradable, pero real, opinión de las autoridades estatales y federales.

En esta lista no puede omitirse el eufemismo expresado por quienes, altos funcionarios, aseguran que el crimen ha "bajado", pero las empresas transportadoras cada vez son más golpeadas por robos, secuestros y aún extorsiones de los ministerios públicos.

Inseguridad que los ciudadanos viven a diario con un aumento de delitos, sobre todo patrimoniales, sin que las autoridades, esta vez en Jalisco, hagan lo que deben.

Y para rematar, las reformas. Si bien podrían tener futuro, las han cimentado en instituciones débiles, sin transparencia, dirigidas por funcionarios acostumbrados a la opacidad, la corrupción y la impunidad. Basamento en el que está el futuro de la nación y de los mexicanos.

Larga lista que habla de lo mucho por hacer en congruencia, legalidad y, sobre todo, transparencia por parte del gobierno.

Lourdes Bueno, investigadora de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 20 de septiembre de 2014).

La India acaba de colocar una nave espacial en la órbita de Marte, es la 4a. nación en el mundo en lograrlo, después de Estados Unidos, Rusia y China. La operación costó al gobierno hindú 73 millones de dólares, unos mil millones de pesos, un poco menos que la Estela de Luz o 20 veces menos que la Línea 12 del Metro. Pero ¿a quién le importa llegar a Marte?

Jorge Fernández Menéndez
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 30 de septiembre de 2014).

No sé cómo viva un presidente los 5 primeros años de su mandato, pero yo creo que no tiene un minuto en que pueda decidir nada, me imagino que desde que amanece ya tiene dispuesto qué va a hacer, qué ropa va a usar, a dónde va a ir, con quién se va a reunir y cuál es el paquete de buenas noticias que les va a dar, y de esa manera es muy difícil no equivocarse y es normal que cualquier persona que sea tan afortunada en tener cercanía al mandatario va a decirle, si éste llega a preguntarle su opinión sobre su actuación y le conteste con una crítica, eso no creo que se dé en éste ni en otro país, cuando menos sería muy extraño, lo clásico es que si el jerarca pregunta "¿Qué horas son?", la respuesta en el 99.9999999% de los casos será: "Las que usted quiera, señor presidente".

De esa manera no creo que el Tlatoani lea ningún periódico, ni vea más tele que la estrictamente necesaria para que le tomen una foto en un evento, de preferencia deportiva, a él sencillamente le dirán que todo va muy bien y si llegara a ver una noticia la vería en un resumen lo suficientemente filtrada para que no le cause molestias, por eso creo que es un error pensar que el señor presidente y proporcionalmente los demás altos funcionarios tienen la misma información -exacta o inexacta- que tenemos el resto del infelizaje y si algo le llegara de la agobiante publicidad oficial, que también dudo mucho que le llegue, le llegará aquello de que México se está moviendo y ante esa afirmación, aunque por diferentes causas tendremos que coincidir con que sí, sí se está moviendo.

Carlos Enrigue
(v.pág.4-B del periódico El Informador del 19 de octubre de 2014).

En los almacenes de la Secretaría de Cultura y de la Universidad de Guadalajara se encuentran, apiladas por cientos de miles, biografías de jaliscienses distinguidos, monografías, guías y rutas de arquitectura y arqueología, investigaciones de diversas temáticas, catálogos, así como ediciones de poesía, teatro, novela, crónica, ensayo, historia y fotografía.

Si se quisiera consultar todo ese acervo cultural sería imposible. Se trata de libros que, con el paso de los años, se han ido quedando en el olvido: 469,917 ejemplares están en las bodegas de los centros universitarios y de la editorial de la UdeG; mientras otros 26,981 en el almacén de la Calzada de Las Palmas número 40, junto al Parque Agua Azul, en donde la Secretaría de Cultura tiene su principal bodega. Una inversión estimada en 2'896,000 pesos en esos libros editados por esta dependencia, sin distribuirse desde administraciones pasadas.

En las bodegas universitarias y de Cultura reposan las letras de ejemplares publicados desde el siglo pasado, esperando que llegue el día en que puedan ser leídas. Eso si corren con suerte y no terminan en la trituradora: "Hay que reconocer que muchos libros ya perdieron su vigencia y será imposible colocarlos en canales comerciales. Debe haber una suma considerable de ellos", acepta el director de la Editorial Universitaria, Edgardo López Martínez, "una acción es que todos se clasifiquen e identifiquen, y los que ya no tengan vida posible que se manden a la trituradora. Hay una buena cantidad de libros que ya no tiene caso que estén siendo contabilizados".

El tiempo sigue corriendo y, mientras los fondos públicos engrosan la producción editorial universitaria y del gobierno estatal, en las bodegas continúan almacenándose los ejemplares sin una fecha para darles la salida.

(V.primera plana del periódico El Informador del 20 de octubre de 2014).

La burla, el desprecio, la familiaridad del mexicano con respecto a la muerte, se interpreta como parte del foklore: el día de muertos, la noche de muertos, el pan de muerto, los altares de muerto, las calaveritas de azúcar... La concepción de la muerte, el concepto de la inmortalidad del alma y la existencia de un inframundo en la cultura precolombina, forman parte de una cosmogonía que los conquistadores, retocándola, cristianizaron.

Otra cosa, sin embargo, son los muertos de Ayotzinapa que, desde hace casi un mes, han puesto a México en la platina del microscopio. No es lo mismo la amenaza que significa la irrupción y gradual propagación de un virus mortal, como el ébola, o un conflicto socio-político como el que se vive en el Medio Oriente, que los muertos de las últimas semanas en el Estado de Guerrero: 1o., el desprecio a la vida y a los derechos humanos más elementales; la desaparición y probable asesinato -masivo y sumario- de 43 estudiantes que planeaban manifestarse en un aniversario más de la matanza de 1968; después, el hallazgo de 28 cadáveres en una fosa común. Uno y otro son sucesos aterradores. La declaración oficial de que los restos encontrados no corresponden a las identidades de los estudiantes desaparecidos, lejos de constituir un alivio, entraña un agravante: ya no son 43 los desaparecidos: son, el menos, 71; ¿a quiénes corresponden, entonces, los restos de las 28 personas encontradas?; ¿en qué circunstancias desaparecieron…?

Jaime García Elías, periodista y conductor radiofónico
(v.pág 4-A del periódico El Informador del 20 de octubre de 2014).

Claro que el país es muy diferente en muchos sentidos; pero en la inseguridad, en el abuso de poder, en la muy injusta repartición de la riqueza no sé hasta dónde hayamos mejorado. En algunos aspectos veo hasta retrocesos. Es increíble que ahora ya no se cuenten los muertos, sino las fosas. Hay también diferencias en que ahora se reprimen menos las protestas y las manifestaciones de inconformidad, aunque los excesos ocurridos no hace mucho en Guerrero nunca se habían dado.

Después de la Guerra de Reforma, de las luchas de la República Restaurada, sobre todo de las luchas revolucionarias, de los conflictos agrarios y laborales de los treinta a los sesenta, del "milagro mexicano", del desarrollo estabilizador, del neoliberalismo y del "apantalle" de los primeros meses de Peña Nieto, la verdad es que nuestro país parece ser un adolescente perpetuo y no da muestras de iniciar la edad adulta y continúa muy lejos de la sensata madurez.

Jesús Gómez Fregoso, historiador y catedrático de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.17 del periódico Milenio Jalisco del 31 de octubre de 2014).

En nuestro país casi siempre se dan soluciones laterales; así, si una persona tiene hambre ésta se quita comiendo, no se quita si te regalan un electrodoméstico; así, si hay un desastre producido por la naturaleza, la solución es restaurar los servicios dañados en su lugar se pretende un programa educativo, lo que en sí mismo no es malo, pero no es lo adecuado.

Carlos Enrigue
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 2 de noviembre de 2014).

La falta de educación de calidad y la desatención de los problemas sociales han hecho la brecha enorme, transformándose en grilletes que no han dejado ni dejarán avanzar a este país.

Ese México multicolor lleno de cultura y sabores que forman un mosaico hermoso, hoy, es blanco y negro.

Es blanco desde la óptica positiva que percibe una economía en ascenso ‎con un mercado interno fuerte y exportaciones crecientes. Es blanco el plano de una sociedad que estudia y trabaja para consolidar a la nueva clase media. Es blanco por la posibilidad de un mercado sin monopolios y más competitivo. Es blanco por su gente buena. Sin embargo, esa superficie blanca tiene lunares negros que representan las regiones que no han progresado al mismo ritmo que las grandes capitales o las zonas de desarrollo industrial y de servicios.

Lunares negros que reflejan a los olvidados. A los millones de invisibles niños nunca registrados, a los desaparecidos que son mil veces más que 43. Lunares negros que pintan la omisión de no haber atendido a los indígenas y humildes. Lunares negros provocados por la violencia e ingobernabilidad en poblaciones y estados completos que han sido abandonados a la suerte del crimen a beneficio de intereses malsanos. Lunares negros de autoridades corruptas e incompetentes. Lunares negros que representan a coyotes tramposos que no merecen ser nombrados empresarios.

Así se viste México con un blanco lleno de lunares negros.

Pero la realidad nos confronta con un progreso desigual e inequitativo que ha derivado en la reciente escalada de violencia y criminalización que nos puede llevar hacia un México negro con lunares blancos.

El incremento en el número de actividades ilícitas y la generalización de la ilegalidad e impunidad están contaminando a una parte de la sociedad.

César de Anda Molina
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 6 de noviembre de 2014).

Seguir tachando de asesino a quien no mató a los jóvenes de Ayotzinapa solo puede ser propio de una muy torcida, aviesa mala fe.

El gobierno federal no los mató. El gobierno de Guerrero no los mató. Los mataron, Héctor Aguilar Camín dixit, los hijos de puta. Y no veo ni escucho una condena pública contra los asesinos. Como si se tratara de eximir a la estructura de los Guerreros Unidos.

La ineficacia del Estado mexicano en el terreno de la inseguridad es indudable. De ello hemos dado cuenta sin cesar desde el 1er. día de gestión del presidente Peña Nieto. Pero en el caso Iguala-Ayotzinapa los culpables son otros. Los hijos de puta en esta historia son:

Tuiteó Enrique Krauze: "Comparto la exigencia ciudadana de justicia hecha al Estado; pero estoy esperando la 1a. manifestación ciudadana contra los criminales".

Basta de deshonestidad intelectual. A los 43 los mataron los criminales profesionales que saben producir y desencadenar el horror. Volteémonos contra ellos.

Ciro Gómez Leyva
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 10 de noviembre de 2014).

El mero hecho de responsabilizar al Presidente de la República de absolutamente todo lo que acontece, o pueda acontecer, en cada uno de los rincones de un país vastísimo, aparte de muy complicado de gobernar, revela que esa gente que le exige cuentas no lo percibe como un simple mortal -un individuo encargado meramente de administrar la cosa pública- sino que le ha conferido, en su imaginación, las facultades de un semidiós, las atribuciones de un mago y los poderes de un auténtico dictador.

Y, pues sí, que renuncie entonces. Digo, no pudo prevenir que se infiltrara en el gobierno municipal de Iguala un maleante, promovido además por un partido político que no sólo no es el suyo sino que le contrapone una fiera oposición. No pudo adivinar, mirando su bola de cristal por las noches, que ese alcalde iba a desatar la más demencial de las persecuciones contra unos muchachos revoltosos y no imaginó, en sus más alucinados momentos, que los sicarios que trabajaban hombro a hombro con los policías de la localidad iban a desplegar una crueldad tan pasmosa como incomprensible.

México entero está pagando el precio de no haber educado a sus ciudadanos, de no contar con un sistema legal mínimamente confiable y de haber dejado que la corrupción carcomiera, imparablemente, las estructuras de toda la sociedad. Y así, nos encontramos ahora atenazados por amenazadoras realidades: la de un pueblo desobediente y egoísta que no puede poner siquiera la basura en su lugar (por ahí se empieza, señoras y señores, aunque no lo parezca); la de un aparato de justicia que cobija a jueces, fiscales y agentes totalmente envilecidos; la de unas autoridades que se desentienden desfachatadamente de obligaciones tan perentorias como el mantenimiento del orden público; la de una cultura nacional de incumplimientos promovida por las políticas corporativistas de un sistema basado en la interesada complacencia de sus clientelas; etcétera, etcétera. Lo repito: que renuncie Peña, por no obrar el milagro de componer todo esto de un plumazo.

Román Revueltas Retes
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 10 de noviembre de 2014).

El error de los criminales no fue hacer una fechoría dantesca, sino que se trató de 46 estudiantes en un solo acto. ¡Y 46 normalistas juntos son muchos!

La sociedad está acostumbrada a 5 acribillados aquí, 2 encajuelados allá, 7

levantados

en céntrica calle de no sé dónde, más 8 abatidos y un federal herido y, a veces, el cuerpo torturado de un periodista, sin dejar de agregar nombres a la lista de secuestrados y desaparecidos. Eso es ya normal y cotidiano.

Lo atípico del caso fue la descarada participación de policías al matar a 3 estudiantes y levantar a 43 más. ¡Se les pasó la mano!; se trata de un error de número, de víctimas y de procedimiento.

Tantos, en un mismo lugar, el mismo día, normalistas, y policías que no ocultaron el uniforme, ¡eso sí resulta insoportable! Los autores intelectuales derramaron el vaso, "iban bien", pero calentaron excesivamente la plaza y les cayó la justicia.

Pues ese desprecio por la vida lo aprovechan algunos para golpear rivales; otros, para "deslindarse", y otros más para destruir, incendiar y robar a placer.

La información recibida, y considerando la realidad nacional, hace posible juzgar al Estado mexicano (o si prefiere, al gobierno) ante la criminalidad, y por este hecho:

1) El Estado no cumple su deber de evitar crímenes evitables, y está infiltrado; no es proactivo, sino reactivo, y sus resultados son paupérrimos, tanto que la impunidad supera 90%. ¿De verdad fue necesario que la pudrición en Iguala se saliera de madre para que el gobierno "descubriera" rápidamente fosas clandestinas con despojos humanos, así como historias harto conocidas? ¿Seguirá la vergüenza de exportar huesos calcinados para identificar a nuestros difuntos? No lo merece México.

Con frecuencia los únicos que escuchan las denuncias son los denunciados, y acallan a los denunciantes.

2) En el caso de los normalistas, merece aprobación el esfuerzo sin precedentes realizado por miles de servidores públicos federales -de todos los niveles- en la búsqueda de estudiantes y de malvados. Evidenciada que fue la incapacidad del gobierno estatal, entró el federal, acompañado por familiares de los muchachos, campesinos y medios de comunicación. Hay 60 en la cárcel, incluida la "pareja imperial", hoy mostrada infernal, así como evidencias importantes de lo sucedido.

¿Que son malos y lentos los resultados alcanzados en 40 días?, para mí, no. Hay en el mundo criminales que fueron aprehendidos 20 o 30 años después de ser perseguidos por profesionales; a otros jamás los hallaron; el país más poderoso de la Tierra requirió de años para abatir enemigos como Bin Laden, y aún le duele recordar sus Torres Gemelas.

Reprochar la corrupción e ineptitud que existe en los gobiernos, y reconocer lo que hacen bien, es lo honesto.

Diego Fernández de Cevallos
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 10 de noviembre de 2014).

Me parece increíble que en lugar de que haya marchas y manifestaciones en la sede del PRD o Morena, que pidan explicaciones a estas fuerzas políticas del respaldo que dieron a un alcalde mafioso o a un gobernador indolente y frívolo, las exigencias sean al gobierno federal.

Enrique Quintana
(v.periódico El Financiero en línea del 11 de noviembre de 2014).

El presidente Enrique Peña Nieto ha sostenido que la corrupción es un problema "de orden cultural". Yo tengo dudas. La experiencia nos dice que cuando se califica un problema social de "cultural" simplemente se busca evitar una solución. Evidentemente hay una cultura de corrupción en México, pero esto no significa que los mexicanos seamos culturalmente corruptos.

La enorme mayoría de los mexicanos no son corruptos, aunque el porcentaje sube explosivamente en el sector público. No hay indicios de que los mexicanos en Estados Unidos sean particularmente corruptos. De hecho, yo pensaría que en México tenemos estructuras de gobierno que promueven y solapan la corrupción.

Hay que tener especial cuidado de la corrupción de quienes se dicen escandalizados por la corrupción. El tema me recuerda que, de las muchas promesas de campaña del presidente Peña Nieto, una que no se ha materializado es la creación de una Comisión Nacional Anticorrupción. Yo no sé si sirva de algo tener una nueva comisión, pero por lo menos permitiría que el tema de la "Casa Blanca" fuera revisado por una autoridad independiente y no simplemente explicado por el vocero de la Presidencia.

Sergio Sarmiento
(v.periódico El Siglo de Durango en línea del 13 de noviembre de 2014).
Idiosincracia enmascarada.

(V.periódico El Financiero en línea del 13 de noviembre de 2014).


De repente y sin estar preparados para enfrentarlo, se‎ le han prendido cien fuegos al gobierno. Lo más preocupante es que este capítulo de la historia del México moderno apenas comienza.

El estupor de toda una nación ante los hallazgos de fosas con restos humanos que datan de meses atrás, ha puesto el marco para protestas genuinas invadidas ahora de provocadores que sólo buscan exhibir al gobierno y al país.

Los cien fuegos prendidos ‎en Iguala, Chilpancingo, Acapulco, Morelia y Distrito Federal son inadmisibles. La rápida cancelación de la adjudicación del también aparentemente rápido tren a Querétaro es explicable ante la inexplicable donación de una casa blanca que costó muchos favores.

Pero lo mejor de los cien fuegos es la declaración del secretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos, que advierte: "Está en juego el desarrollo del país". "La indolencia, la insensibilidad, el silencio, la violencia desmedida y la complicidad obstruyen y limitan la verdadera esencia de la justicia". Y, hace un llamado a todos, sociedad, gobiernos y fuerzas armadas a cerrar filas en aras del interés nacional.

¡Por favor, México escucha! Cierra filas, más que un pacto y un acuerdo nacional lo primero es respetar instituciones y apoyar al gobierno federal a restablecer el estado de derecho. ¡No se vale que cada vez que este país pretende dar el brinco al franco desarrollo surjan las mentes y manos traidoras que le dan en la madre al trabajo y proyecto de casi todos los mexicanos!

César de Anda
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 13 de noviembre de 2014).

¿Qué clase de país es este, en el que protestar contra una pareja de impresentables políticos-criminales puede costar que te secuestren, te maten de asfixia o a balazos, quemen tu cadáver y trituren a batazos los restos de huesos, los embolsen y los lancen al río?

Es la peor tragedia del último medio siglo. Una brutalidad como de la Alemania nazi. Nada tan grave desde la represión de 1968-1971.

Carlos Loret de Mola A.
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 13 de noviembre de 2014).

De pronto, que este país vive tiempos indeciblemente aciagos como si las estremecedoras tragedias que han ocurrido en los últimos años no merecieran los lamentos, las encendidas denuncias y las rabiosas acusaciones que están saturando ahora las páginas de los diarios y las redes sociales.

Vamos a los hechos: una tarde de marzo de 2011, en el poblado de Allende, situado en la región de Los Cinco Manantiales de Coahuila, se aparecieron 40 camionetas tripuladas por sicarios de la organización criminal Los Zetas y, a lo largo de varios días, saquearon casas, incendiaron locales y se llevaron detenidas a más de 300 personas -entre ellas mujeres y niños- que no han vuelto a aparecer. Casi 4 centenares de seres humanos, según otras estimaciones, por los que nadie salió en momento alguno a manifestarse en las calles; mexicanos inocentes que no desataron un movimiento marcado por la leyenda "Vivos se los llevaron vivos los queremos"; pobladores de una localidad que, como escribía yo la semana pasada, vivían meramente sus existencias de todos los días sin otro pecado, la gran mayoría de ellos, que el de ser parientes, cercanos o lejanos (por no hablar de personas, visitantes o empleados, que estaban simplemente allí, en el lugar equivocado y a la hora equivocada), de 2 o 3 delincuentes que habían traicionado a unos mandamases de la organización quienes, en venganza, perpetraron la abominable masacre de civiles. Y esto, en las narices de una prensa nacional que -pensaría yo, porque a eso se dedican los periodistas- tuvo en sus manos la materia prima de un suceso que hubiera debido ser investigado, denunciado, reseñado y revelado como lo que fue: una tragedia inconmensurable y monstruosa, aparte de vergonzante para la nación entera.

Pero, no. No hubo titulares en los periódicos ni manifestaciones en las plazas ni bloqueos de autopistas ni cierres de centros comerciales ni incendios de oficinas públicas. Es más, hasta hoy, la noticia no es sabida por una gran mayoría de personas que se sorprenden cuando se enteran pero que no parecen indignarse demasiado.

Y, bueno, sigamos con el recuento de lindezas que tienen lugar en nuestro país y que no han sacudido tampoco nuestras conciencias al punto de que hayamos, en algún momento, sentido que estábamos al borde de la revolución o de ese "estallido social" que tan perversamente anhelan los más radicales de los izquierdosos. En una localidad de Tamaulipas, aconteció, en agosto de 2010, lo que se conoce como la "primera masacre de San Fernando". Y sí, en efecto, las cosas no terminaron ahí, con la muerte de 58 hombres y 14 mujeres -en su mayoría, emigrantes de Centroamérica, secuestrados por Los Zetas (vaya vileza, la de perseguir a los más desheredados de los desheredados, gente desesperada que abandona el terruño y emprende un azaroso viaje para labrarse un mejor futuro en tierras lejanas), que no pudieron lograr que sus familiares pagaran los rescates- sino que ocurrió otro asesinato masivo (faltaba una reedición en forma de las atrocidades, señoras y señores), en 2011, y en esa "segunda masacre de San Fernando" fueron ejecutadas por lo menos 193 personas, aunque doña Isabel Miranda de Wallace habla de que pudieron morir hasta 500 seres humanos. Ah, y los policías de ese municipio de Tamaulipas también fueron cómplices de los desalmados criminales pero nadie habló, en su momento, de que se hubiera perpetrado un "crimen de Estado".

Lo que quiero decir es que el horror y la ignominia han estado aquí mismo, entre nosotros, durante un buen tiempo pero que nos hemos acomodado, sin mayores problemas, a esta espantosa realidad. Pero ahora, repentinamente, hemos tomado en préstamo una conciencia de ciudadanos sensibles, aparte de combativos. Denunciamos así unas atrocidades que, hasta hace poco, no nos quitaban el sueño o que no nos indignaban lo suficiente como para que se detonara una crisis como la que vivimos en estos momentos. Justamente, ahora mismo se descubren, todos los días, fosas con cadáveres en todo el territorio nacional. ¿Sumamos esos cuerpos a los 43 de Ayotzinapa o seguimos ignorando selectivamente a las otras víctimas?

Román Revueltas Retes
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 16 de noviembre de 2014).

A los muchachos de Ayotzinapa, la mayoría alumnos de 1er. año, muchos adolescentes, se les mandó como novatada al parecer a reventar el informe de la presidenta del DIF de Iguala del 26 de septiembre. Supuestamente lo que debían hacer los alumnos era botear y recaudar dinero para la causa, pero para eso no tenían que ir hasta Iguala, a más de 3 horas de distancia, cuando tenían Chilpancingo a sólo 15 minutos. También dicen que iban a la ciudad de México a participar en las marchas del 2 de octubre, sólo que el enfrentamiento y secuestro masivo ocurrieron el 26 de septiembre, 7 días antes de esas movilizaciones.

¿Quién mandó a los novatos a Iguala? ¿Sabía del poder de María de los Ángeles Pineda, quien además de ser primera dama provenía de una familia vinculada al narco y tenía sus propias aspiraciones políticas ya que buscaba la candidatura del PRD a la presidencia municipal de Iguala? ¿Conocía al presidente municipal, José Luis Abarca, un hombre de gran poder y mecha corta?

Algunos de los miembros detenidos de Guerreros Unidos han declarado que entre los muchachos de Ayotzinapa venían integrantes de la banda rival de Los Rojos, una escisión, al igual que Guerreros Unidos, del cártel de los Beltrán Leyva. ¿Venían realmente esos delincuentes en los autobuses con los muchachos de primer año? No hay forma de saberlo ante la ausencia de cuerpos que permitan investigar las identidades de quienes fueron secuestrados el 26 de septiembre y presuntamente ejecutados.

Sin embargo, no era necesario que vinieran miembros de Los Rojos en los autobuses robados por los normalistas de Ayotzinapa. Bastaba con que así lo pensaran los integrantes de Guerreros Unidos que recibieron a los muchachos secuestrados por los policías de Iguala y entregados a policías de Cocula.

Ayotzinapa es más que una escuela. Es una institución subvencionada por el Estado cuyo propósito es derrocar al Estado. La normal, de la que han surgido guerrilleros y activistas políticos radicales a lo largo de las décadas, se enorgullece de su inclinación por la revolución armada y decora sus muros con símbolos que van desde la hoz y el martillo del comunismo hasta el Che Guevara. Es una institución en la que no ha habido clases en los últimos meses porque se dedica activamente a promover la revolución armada.

La gran pregunta es: ¿quién mandó a los novatos a Iguala y cuál era su propósito? ¿Qué tanto sabía de las posibles consecuencias de esa aventura? ¿No pensó que el presidente municipal tomaría medidas para enfrentar un reto como éste? ¿O mandó a los jóvenes precisamente porque sabía el riesgo que corrían?

Dicen que todo movimiento político necesita mártires. Quizá sea cierto. El hecho es que el movimiento de Ayotzinapa, antes limitado a una pequeña normal rural en un pueblo cercano a Chilpancingo, es hoy bandera de revolucionarios en México y el mundo gracias a sus 43 mártires. ¿Era eso lo que buscaba quien mandó a los jóvenes a su trágico destino?

Sergio Sarmiento
(17 de noviembre de 2014).

Decía públicamente Edmundo Flores de las canciones de la trova yucateca, esas en donde la voz aseguraba que "nunca besaría su boca de púrpura encendida", ni que llegaría a la "loca y apasionada fuente de su vida" y que, por eso, podría "vivir de hinojos, mirando siempre sus lindos ojos", que México nunca podría progresar si seguíamos cantando este tipo de canciones.

Martín Casillas de Alba
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 29 de noviembre de 2014).

De diversas formas se puede etiquetar la crisis social que vive la nación mexicana, donde un sector de la población, muy por debajo de la mitad, mantiene un estilo de conducta ética admirable, aunque sin compromiso social, por lo mismo observa los males, sacude la cabeza, opina en corto pero no sabe qué hacer o piensa que no puede hacer nada.

En torno actúa una enorme masa que considera un triunfo haber superado los principios éticos, y que se rige por su propia ley, la ley de sus gustos, de sus personales necesidades y urgencias, una masa que hace de sus caprichos la norma suprema a la que deben sujetarse todos los demás, lo mismo cuando va conduciendo un vehículo o abusa del trabajo que desempeña, roba lo que puede, o elimina a sus competidores por el recurso que sea.

Algunos analistas consideran que buena parte de este fenómeno se pude explicar por el declive de la religión, que históricamente llevó aparejado un compromiso moral inseparable, y por la incapacidad de las instancias educativas para producir un real compromiso ético al margen de las creencias religiosas.

Una cuestión parece indiscutible, si una sociedad ha estado por siglos edificada sobre una propuesta religiosa y eventualmente dicha propuesta comienza a ser devaluada sea por los actos de los propios líderes religiosos, sea por la agresión constante y sistemática de otras propuestas religiosas, o por la labor de zapa que desarrollan diversos profesores del sistema público, el primer resultado es una crisis de valores.

Los ciudadanos que en este país han asumido una actitud violenta, delincuencial, corrupta, degradada, no son precisamente los cuadros que militan en las parroquias, tampoco quienes lo hacen en alguna otra denominación religiosa, sino una masa que se ha distanciado de unos y otros ante la experiencia del relativismo que ha promovido, sin advertirlo, la abundancia de religiones de todo tipo y la ligereza con que otros actores han banalizado el compromiso ético.

La génesis es muy simple, si de pronto una o cien sectas comienzan a sabotear el fundamento religioso original de la sociedad, el efecto será muy simple: de cada 100 personas a las que intentan seducir, obtienen 10 adeptos y 90 que acaban por no creer en nada, ahora tienen razones lo mismo para no adherirse a éstos que para separarse de aquellos, pero sobre todo, tienen razones para vivir a su libre y personal antojo, lo cual no estaría precisamente mal, si no fuera que ese modo de vivir excluye los derechos de los demás y nos encamina a la anarquía.

Es aquí donde una educación de primera línea podría poner algún remedio al caos de la moralidad, pero esa fórmula todavía no existe, y por lo que muestran tantos maestros, habrá todavía que esperar. En su lugar impera la impunidad como aliada del relativismo ético, lo cual permite lo mismo pasarse un alto que incendiar edificios públicos, saquear negocios, llenar el país de fosas clandestinas o estacionarse en lugares prohibidos.

Armando González Escoto
(v.pág.11-B del periódico El Informador del 30 de noviembre de 2014).

Hay quienes responsabilizan absurdamente a Peña Nieto de esa tragedia dolorosa [de Guerrero], y piden que a causa de ella presente su renuncia. El PRD, en cambio, que gobernaba en aquel estado y en Iguala cuando sucedieron los acontecimientos, sale limpio de polvo y paja, y nadie hace reclamación alguna a quienes en ese tiempo dirigían ese partido y designaron a los culpables de los hechos.

Armando Fuentes Aguirre "Catón"
(v.periódico Milenio Tamaulipas en línea del 4 de diciembre de 2014).
Doble moral.


Una de las consecuencias de la tragedia de Iguala ha sido el desprestigio -relativo, si se quiere- de un país que, por años, se dedicó a cuidar su imagen: a proyectar al mundo sus atractivos turísticos -el Sol, el clima, las playas, las montañas, los vestigios arqueológicos que dan fe de su cultura milenaria...- y las cualidades de sus hijos, pero también su respeto por principios esenciales de la convivencia y el respeto entre los hombres y entre las naciones: la "Doctrina Estrada" que se sintetizaba en los principios de "No Intervención y Autodeterminación de los Pueblos"”, por ejemplo.

El "Caso Ayotzinapa" contribuyó a que la máscara que el discurso oficial confeccionó meticulosamente, se cayera, y a que el verdadero rostro de México se manifestara a plenitud. Así, vino a saberse que en este país maravilloso se practican sistemáticamente la tortura y las desapariciones; que se cometen asesinatos sumarios y feminicidios -impunemente, además- al por mayor; que la corrupción de la clase gobernante es atroz; que la complicidad de los caciques con los delincuentes es práctica común; que la legitimidad de los gobernantes es muy discutible, por más que los fraudes electorales no sean tan burdos y descarados como lo fueron en un pasado relativamente reciente; que el desencanto de los ciudadanos con respecto a la alternancia que llegó como consecuencia de alguna reciente reforma electoral es manifiesto, porque en la práctica se demostró que hacer elecciones más limpias no repercutió en que llegaran personas más probas o más competentes a los cargos públicos; que el sistema judicial adolece de casi todos los defectos posibles... En fin...

Sin embargo, gestos como la irrupción de un mexicano (Adán Cortés, estudiante de Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, y quien se jacta de no arrepentirse de nada y de no quedarse con las ganas de hacer, tuerto o derecho, cuanto se propone), ayer, en la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz, en Oslo, lejos de contribuir a erradicar cualquiera de las lacras ya apuntadas y de muchas otras que quizá se quedaron en el tintero (lo dijo muy bien el embajador de México en Noruega, Luis Javier Campuzano Peña: quizá eligió una buena causa, pero también "el lugar y el método equivocado") sólo denotan un protagonismo enfermizo, una educación lamentable... y una audacia digna de mejor causa.

Jaime García Elías, periodista y conductor radiofónico
(v.pág 8-A del periódico El Informador del 11 de diciembre de 2014).

No es tanto el daño que hace la corrupción, como el que hace la impunidad. La corrupción existe en todo el mundo. En unos países con más incidencia que en otros. En todas partes se combate, pero en México el castigo es leve y se aplica en niveles medios y bajos de la burocracia.

En todas las dependencias oficiales se crearon oficinas de auditoría para detectar la falta de cumplimiento de la normatividad y los errores y, de paso, sin que fuera el objetivo principal, para inhibir los peculados; posteriormente se crearon las contralorías para darle un enfoque más directo a la detección de violaciones a los controles internos que se podrían traducir en actos de corrupción; los sistemas evolucionaron y se crearon los órganos de supervisión dependientes de los congresos federal y estatales, con el ampuloso nombre de Auditoría Superior. Si hurgamos en los archivos de las dependencias oficiales, nos horrorizaríamos de los tremendos pliegos de responsabilidades que se levantan a los funcionarios. Pero no pasa nada, los órganos encargados de aplicar las sanciones no actúan más que en contadas ocasiones y sólo con funcionarios de mediano y bajo nivel. Cuando se aplican sanciones a algún funcionario de 1er. nivel, es más bien con fines políticos.

La impunidad está enquistada en México; desde el año 2009 entraron en vigor criterios para realizar buenas investigaciones pero no se han aterrizado. La Ley Anticorrupción que actualmente se estudia en el Congreso de la Unión, en circunstancias normales no sería necesaria -entre más leyes tiene un país, es más corrupto-. Sin embargo, tropezamos con la impunidad, que es el cáncer de México, asociada a la falta de transparencia y equidad.

Luis Jorge Cárdenas Díaz
(v.pág 19-A del periódico El Informador del 18 de diciembre de 2014).

La tolerancia de bloqueos, incendios, robos de comercios, golpes a policías hasta enviarlos al hospital con el cráneo roto, no le evitará al Presidente los gritos de represor y asesino en donde se pare. No están guiados por la razón ni los hechos, sino por la furia bien espoleada a favor de quienes pescan a río revuelto. Así es que Peña Nieto paga un alto precio por nada. Los bloqueos siguen por encima de su palabra. El Ejército permite que le vandalicen un cuartel en la zona de conflicto.

La única versión con datos, detenidos confesos y motivo acerca de los 42 normalistas de Ayotzinapa aún desaparecidos es la presentada por la PGR en voz del mismo procurador Murillo Karam a todos los medios de comunicación y sostenida con nuevos datos en entrevista con Carmen Aristegui. Respondió a todas las preguntas de Aristegui. Nadie más ha proporcionado otra versión, otra historia con un motivo, un móvil. Quien habla a nombre de los padres de los normalistas, pero no es padre de ningún desaparecido, sostiene que los oculta, vivos, el Ejército. ¿Con qué fin? A nadie afecta más esa tragedia que al gobierno de Peña Nieto. ¿Y los tiene escondidos, vivos?

A los normalistas de Ayotzinapa los entregó un alcalde del PRD, José Luis Abarca, a narcos donde están padres y hermanos de su esposa; ambos huyeron y fueron localizados y detenidos por la PGR. Los jóvenes murieron a manos de narcos, Guerreros Unidos, porque eran o creían que eran de los narcos contrarios, Los Rojos. Están detenidos los autores intelectuales: el alcalde perredista Abarca y el capo Sidronio Casarrubias, y los autores materiales y confesos del crimen: los quemaron en 16 horas con llantas que alcanzan 1,500 grados, pulverizaron los restos, los embolsaron y vaciaron en el río San Juan. ¿Prueba?: buzos encontraron varias bolsas en el fondo. Un trozo de hueso calcinado dio ADN, según los genetistas de Innsbruck, de uno de los 43. ¿Qué más buscan?

En agosto supimos que El Pozolero confesó haber disuelto en sosa cáustica 300 cadáveres de víctimas del cártel de Sinaloa, y pueden ser más ya que en Tijuana, bajo tierra, "existieron 2 cisternas que durante 9 años se llenaron con 17,000 litros de personas desintegradas en sosa cáustica. No se sabe cuántas, no se sabe quiénes". El Universal, 24 de agosto de 2014. Hay otros 900 desaparecidos... que no han conmovido al mundo ni al Papa.

Por el crimen de Iguala están detenidos, también, los policías que hicieron la captura y entrega de los normalistas a los narcos que los asesinaron. No son todos los culpables: falta interrogar al Comité Estudiantil de Ayotzinapa que los envió. Y hay al menos 3 versiones de a qué los envió.

También faltan los culpables de quemar vivo a Gonzalo Rivas, trabajador de la gasolinera incendiada por normalistas.

Sería magnífico leer la otra versión, donde con los mismos datos ya sabidos y los expuestos por el procurador Murillo a Carmen Aristegui en tv, nos expliquen, de forma aún más coherente, lo ocurrido a los 43 desaparecidos el 26 de septiembre. Ninguno de los que "no se la tragan" ha dado una versión mejor ni más redonda. En esa única versión con datos, fechas y motivos, a quien menos le conviene lo que está ocurriendo es a Peña Nieto.

Una activista con las tetas al aire (con este puto frío) fue reprimida por la Gendarmería del Papa sólo porque intentó llevarse al Niño Jesús del nacimiento. ¡Represión! ¡Fuera Peña Nieto!

Una empleada de la tienda departamental Liverpool apareció ahorcada. Una familia completa apareció muerta dentro de su hogar en Santa Fe. ¡Fue el Estado! ¡Peña Nieto asesino! ¡Fuera Peña Nieto!

La Peugeot tiene desde septiembre mi Pininfarina por un corto en los asientos. ¡Fuera Peña Nieto!

16 grados bajo cero en un municipio de Durango: ¡Fuera Peña Nieto!

Huellas de extraterrestres en un sembradío de cebada en Texcoco... ¡Fuera Peña Nieto!

Cae el precio del petróleo, medio México está nevado: ¡Fuera Peña Nieto!

Luis González de Alba
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 29 de diciembre de 2014).
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