El subsecretario de Defensa Paul Wolfowitz se vio en aprietos cuando la semana pasada apareció ante el Comité de Servicios Armados del Senado. El presidente Bush acababa de anunciar que requerirá 87 millardos de dólares para financiar las operaciones militares de postguerra, la mayoría de los cuales, 66 millardos, serían para financiar la ocupación y reconstrucción de Iraq. Los interrogadores de Wolfowitz pidieron una explicación: "Usted le dijo al Congreso en marzo que, citándolo, 'estamos tratando de un país que realmente puede financiar su propia reconstrucción, y relativamente rápido'," dijo el senador Carl Levin. "¡Háblenos acerca de escenarios rosas!". En realidad, los arquitectos del plan post-guerra iraquí del Pentágono se basaron en varias premisas clave que no se cumplieron.
El petróleo financiaría la reconstrucción
Los planeadores de la guerra sabían que la infraestructura petrolera iraquí requería de reparaciones, pero las subestimaron. En marzo Wolfowitz dijo al Congreso que Iraq generaría entre 50 y 100 millardos de dólares de ingresos petroleros en los próximos dos o tres años. Ahora resulta que la dañada industria petrolera (mucha de cuya tecnología data de los años 1970s) no ganará dinero este año exportando petróleo, y sólo 12 millardos de dólares el año próximo. De 2005 en adelante, los ingresos petroleros podrían llegar a los 20 millardos de dólares anuales, pero para ello requerirá que los precios se mantengan altos y se detenga el generalizado sabotaje contra los pozos y ductos petroleros.
Los planes del Pentágono asumieron que la base industrial y de servicios públicos estaban en condiciones de operar. Pero se encuentran en un estado lastimoso. Sin servicios públicos básicos, las fábricas no están produciendo mucho de nada, incluyendo los empleos urgentes que ayudarían a conquistar corazones y mentes. Se estima en 18 millardos de dólares el costo de reparar la red eléctrica.
Las tropas iraquíes ayudarían a mantener la paz
Un gran desplieque estadounidense para el mantenimiento de la paz era lo último que el secretario de Defensa Donald Rumsfeld deseaba cuando planeó la guerra. El y Wolfowitz esperaban sostener la seguridad de post-guerra utilizando parte de los 400,000 soldados iraquíes para complementar a una fuerza invasora relativamente pequeña. Sin Sadam, el plan era que servidores públicos iraquíes y la policía ayudaran a manejar el país mientras que un concejo de gobierno escogido por los Estados Unidos se encargaría de la administración hasta que la democracia floreciera.
El primer error de cálculo se basó en otra premisa fallida: que las tropas iraquíes se mantendrían juntas para rendirse. La realidad fue que sólo una pequeña parte de esas tropas se rindieron a las fuerzas de la coalición. La mayoría simplemente desapareció. El plan para utilizar las tropas remanentes se eliminó y la forma en que se hizo rebotó contra las autoridades ocupantes. Poco después de su arribo a Iraq, Paul Bremer, cabeza de la Autoridad Provisional de la Coalición (APC), ordenó que el ejército iraquí se disolviera. Alegó que esto era sólo un acto simbólico, pero enfureció a las tropas iraquíes que habían puesto poca resistencia a la invasión, tal como la propaganda de la coalición los había animado a actuar. Algunos de esos exsoldados se presume que están entre quienes continúan atacando a las tropas estadounidenses. Bremer acordó seguirle pagando a aproximadamente la mitad de las tropas que había despedido, y ahora está entrenando voluntarios para formar la nueva milicia iraquí que deberá contar con 12,000 soldados en menos de un año. Una nueva policía está siendo entrenada también, pero aquellos que actualmente trabajan para la APC son objeto de hosatigamiento e incluso de asesinato. El Concejo de Gobierno Iraquí, nombrado por los estadounidenses, tiene poca autoridad y sus miembros son vistos como colaboradores con la potencia ocupante.
La resistencia se desvanecería rápidamente
El Pentágono anticipó un cierto grado de resistencia después de la guera, una pequeña cantidad que no duraría mucho. Pero el Pentágono nunca previó que miles de soldados norteamericanos estarían bajo un ataque de gerrillas casi constante o que tantos de los atacantes serían extranjeros los cuales consideran la ocupación estadounidense como la "copa mundial de la jihad". El Pentágono calculó que según el país se fuera asentando y sus llaves de petróleo se fueran abriendo y ayudaran a financiar la reconstrucción, la resistencia sería rápidamente marginada. Incluso después de que en los meses pasados fue obvio que los ataques a las tropas aliadas se estaban intensificando, Rumsfeld los describió como las acciones de algunos baathistas desesperados. Un par de estudios del ejército estadounidense publicados antes de la guerra advertían que la buena voluntad de los iraquíes desaparecería y aparecería un violento nacionalismo que se convertiría en un problema. "Hubo mucha gente en el ejército que estuvo consciente de lo que la ocupación podría significar," dice Conrad Crane, investigador del Colegio de Guerra del Ejército de los Estados Unidos y coautor de ambos reportes acerca de los retos de la post-guerra. "Esos mensajes no parecen haber llegado al Comando Central ni a la organización del Secretario de Defensa".
(V.pág.30 de la edición internacional de TIME del 22 de septiembre de 2003)
Hemos creado las mismas circunstancias para cuya prevención intervinimos. Ahora hemos creado una conexión entre al-Qaeda y los restos del partido Baath y la Guardia Republicana que antes no existía. Hemos creado objetivos estadounidenses que antes no existían. Hemos convertido al pueblo iraquí y a las Naciones Unidas en objetivos que antes no existían. Toda la intención de la invasión ha sido contraproductiva. Pero los problemas reales no son sólo tácticos. Existe un profundo problema estratégico - la doctrina de la Guerra Preventiva, que Condoleezza Rice enunció el año pasado, que los Estados Unidos tienen el derecho de intervenir preventivamente contra países delincuentes que pudieran estar relacionados con el terrorismo y pudieran convertirse eventualmente en una amenaza. Esa doctrina ha probado ser errónea e inefectiva. La justificación básica para la guerra fue que Iraq representaba una amenaza potencial y de allí que tuviéramos el derecho a acabar con ella. Pero el resultado fue que la amenaza creció. Esto apunta a la profunda deficiencia de la doctrina. El problema es que los terroristas no son países; son mártires sin domicilio.
Benjamin R. Barber, autor de "Fear's Empire: War, Terrorism, and Democracy"
(V.pág.33 de la edición internacional de TIME del 22 de septiembre de 2003)
La pregunta para la comunidad internacional es clara: ¿conviene sacarle las castañas del fuego a Washington, a cambio de un nuevo compromiso de Estados Unidos con un sistema internacional que requiere de reformas sustantivas para funcionar? O, ¿es preferible no hacerle el trabajo sucio a George Bush y, entonces, negarse a participar en una ocupación ilegal, ilegítima y posiblemente interminable?
Jorge G. Castañeda
(V.pág.5A del periódico Mural del 24 de septiembre de 2003)
"Claro que el presidente Bush y el secretario Rumsfeld no quieren mandar más tropas a Iraq -ciertamente no antes de las elecciones nacionales del año próximo. Ellos están felices de mantener a nuestro pueblo sacrificándose. ¡Vámos mandando a Rumsfeld!"
Bob Berke / Oakland, California
"Tarde o temprano los Estados Unidos tendrán que reconocer que la invasión de Iraq fue el mayor error de política exterior en la historia del país."
Darrell W. Brock / Meridian, Idaho
"¿Por qué nuestro país, con menos del 5% de la población mundial, requiere de decenas de miles de soldados dispersos por todos los confines de la tierra? Una cosa es proteger nuestras fronteras de manera defensiva, como lo hacen otros países, pero el compromiso de tropas de los Estados Unidos alrededor del mundo tiene la palabra imperio escrita en todo lo alto. ¿Qué, exactamente, estamos 'protegiendo' en los territorios soberanos de otros países, y por qué somos tan odiados por nuestros esfuerzos?"
Maggie K. Greenbranch / Minneapoli, Minnesota
Letters
(Edición internacional de TIME del 29 de septiembre de 2003).
Un nuevo escándalo sacudió la Casa Blanca, luego de que la prensa estadunidense dio a conocer que fueron funcionarios de la Administración del presidente George W. Bush quienes filtraron a la prensa el nombre de una agente de la CIA, en una presunta represalia porque su esposo, el ex embajador de Estados Unidos en Gabón, Joseph Wilson, cuestionó severamente el informe con el que el gobierno de EU justificó la invasión a Irak.
La esposa de Wilson, Valerie Palme, es una agente secreta de la CIA especializada en el análisis de armamento no convencional. La publicación de su nombre puede poner en peligro su vida.
Un grupo de senadores demócratas exigió una investigación independiente sobre los informes que indican que la Casa Blanca, a través de [Karl] Rove, filtró a la prensa el nombre de la agente de la CIA. La Casa Blanca, a su vez, se manifestó dispuesta a colaborar con el Departamento de Justicia en una investigación sobre el caso. Pero el general Wesley Clark, uno de los favoritos en la carrera por la designación presidencial demócrata, afirmó que "el gobierno ha utilizado la seguridad nacional para jugar a la política durante mucho tiempo, pero esto es ir demasiado lejos". Agregó que "no creo que el Departamento de Justicia, dentro de este gobierno, tenga la credibilidad necesaria para tranquilizar a nuestros aliados y a todo el mundo en este caso".
(V.pág.26 del periódico Público del 30 de septiembre de 2003).
Claro que el gallinero empieza a soliviantarse. En el partido de Blair, cerca de la mitad están cuestionándole. Existe cada vez, una mayor certeza de que las armas de destrucción masiva iraquíes jamás existieron y fueron la excusa para tomar el país como bucaneros y repartirse el botín como filibusteros.
Una muerte, la de[l doctor David] Kelly; una comisión que estudia el ominoso caso, unas armas de destrucción masiva que, al parecer nunca existieron; y una invasión ilegal, hacen tambalear a los gigantes Bush y Blair. Igual ahora, para perpetuarse, se inventan otra batallita.
Alberto Peláez
(V.pág.27 del periódico Público del 30 de septiembre de 2003).
El jefe del grupo para localizar armas prohibidas en Irak, David Kay, no ha encontrado hasta ahora nada que justifique la mayoría de las afirmaciones hechas por el presidente George W. Bush antes de la guerra con Irak sobre su avanzado programa de armas.
(V.pág.8A del periódico Ocho Columnas del 6 de octubre de 2003).
"Ustedes anotaron que las encuestas muestran que la mayoría de los británicos 'creen que el gobierno de Blair los engañó' acerca de la posesión de armas de destrucción masiva por parte de Iraq. La gente está en lo correcto al dudar de la honestidad del gobierno al llevarlos a una guerra preventiva injusta contra Iraq. ¿Cómo es entonces que Tony Blair, quien contó las mismas historias acerca de Iraq que George W. Bush, está bajo intensa presión política mientras que Bush no?"
Ikechukwu Azuonye / Purley, Inglaterra
"El espectáculo del vaquero George Bush comiendo cuervo puede ablandar el corazón de la vieja Europa. Quizá la embajada francesa en Washington les mandará un plato de 'freedom fries' para que acompañen al ave."
Robert Linderholm / Cambridge, Inglaterra
Letters
(Edición internacional de TIME del 6 de octubre de 2003).
Los problemas de Bush han vigorizado al Partido Demócrata; todos los demócratas precandidatos a la Casa Blanca están criticando el récord de Bush en Iraq como parte de su campaña. Y aunque pocos tienen el suficiente valor para expresarlo, otros líderes mundiales -la mayoría de los que se opusieron a la guerra- difícilmente pueden ocultar su sentir de que la administración Bush está obteniendo su merecido.
"Los estadounidenses pensaron que llegarían y sólo ocuparían las posiciones más altas", dice Entifadh Qanbar, vocero en Baghdad de Congreso Nacional Iraquí (INC). "Pero todo el gobierno se deshizo hasta la base, y ellos no estaban preparados para eso".
Este problema se agravó con la decisión desastrosa de procónsul estadounidense L. Paul (Jerry) Bremer en mayo de desbandar al ejército iraquí, lo que puso a miles de hombres armados en las calles sin sueldo y sin razón alguna para apoyar a los estadounidenses. En diciembre una comisión creada por el Consejo de Relaciones Exteriores y el Instituto James A. Baker III para Políticas Públicas de la Universidad Rice en Texas habían defendido el caso opuesto. El ejército iraquí, dijo el pánel, "pudiera servir como garante de la paz y estabilidad si es parcialmente reentrenado para funciones policiales y con una misión de seguridad interior" -algo que apenas se ha iniciado. Ron Adams es un teniente general retirado del ejército que actuó como sustituto del general retirado del ejército Jay Garner, jefe del esfuerzo de reconstrucción en los primeros meses. Adams dice: "Algunos de nosotros dijimos desde el principio, 'pensamos que hay un desajuste de tropas-a-tarea aquí- no estoy seguro de que existan suficientes tropas para mantener la seguridad'". Ibrahim al-Janabi del Acuerdo Nacional Iraquí (INA), dice que desde principios de marzo, el líder del INA Ayad Alawi, quien ahora participa en el Concejo de Gobierno, se reunió con altos funcionarios estadounidenses, incluyendo a Rumsfeld, a la Consejera de Seguridad Nacional Condoleezza Rice y al secretario de Estado Colin Powell, para recomendar que los Estados Unidos mantuvieran al ejército iraquí y a la fuerza policiaca intactos para resguardar la seguridad. Ahmed Chalabi, líder del INC, por su parte, había solicitado una fuerza de 15,000 policías militares entrenados por los estadounidenses para conservar la paz después del colapso del régimen de Saddam. "Esto hubiera significado toda la diferencia del mundo", dice. Pero quienes establecen las políticas de los Estados Unidos "ni siquiera nos escucharon".
Para los oponentes de Chalabi en Iraq, el caos veraniego puede ser asignado a él. "Pienso que los estadounidenses se basaron en información que obtuvieron de iraquíes que estaban fuera del país, especialmente de Chalabi", dice Rabiah Mohammed al-Habib, un prominente príncipe tribal en Iraq. "Esa gente simplemente quería una intervención militar".
Valor presupuestado en dólares | Objetivo | Reclamos de los opositores a la administración |
1 millardo | Para entrenar a la policía y a los bomberos iraquíes | La administración se opuso a un incremento de US$ 200 millones para la policía y los bomberos estadounidenses. |
400 millones | Para dos nuevas cárceles | Con una propuesta de 4000 lugares en cada prisión, los Estados Unidos estarían gastando US$ 50,000 por cada interno. |
100 millones | Para un programa de testigos protegidos que incluya a 100 iraquíes y sus familias para que testifiquen contra ex funcionarios del antiguo régimen o sospechosos de terrorismo. | El programa federal estadounidense de protección de testigos incluyó el año pasado a alrededor de 250 testigos y sus familias con un costo total de US$ 31.5 millones. |
5.7 millardos | Para electricidad, incluyendo un millardo para rehabiliar y reemplazar la infraestructura energética. | Compare el gasto en generación de electricidad de US$ 255 por cada iraquí con los US$ 0.71 por persona empleado en electricidad generada con fondos gubernamentales en los Estados Unidos. |
2.1 millardos | Para importación de derivados del petróleo y reconstrucción de la infraestructura petrolera. | No tiene sentido que el segundo mayor productor mundial de petróleo lo importe. |
303 millones | Para reparar los ferrocarriles y rehabilitar los tres mayores aeropuertos así como el puerto de Umm Qasr cerca de la frontera Kuwaití. | El puerto ya está en operación. |
150 millones | Para un nuevo hospital infantil en la ciudad sureña de Basora. | El costo total podría llegar a los US$ 700 millones. |
20 millones | Para entrenamiento de trabajo ejecutivo. | Un curso de administración de cuatro semanas costaría US$ 10,000 por persona. |
1 millón | Para la construcción de un museo documentando las atrocidades de Saddam Hussein. | ¿Es realmente necesario? |
El presidente George W. Bush y el primer ministro británico Tony Blair "retorcieron o interpretaron exageradamente los datos" sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Irak, afirmó el ex jefe de los inspectores de la ONU Hans Blix en una entrevista publicada ayer por el diario francés Le Monde.
(V.pág.27 del periódico Público del 7 de octubre de 2003).
Al presidente Bush se le está volviendo cada vez más difícil manejar las consecuencias de su unilateral guerra. La gente de los Estados Unidos rechina los dientes cada que el señor Bush solicita más millones para sostener la "posguerra" en el Oriente Medio; la popularidad de sus guerritas desciende rápidamente en las conciencias de los votantes. Bastó la enunciación del pretigiado general Clark, crítico de la necesidad y desarrollo de sucesos militares gringos en Oriente Medio, de lanzarse como candidato demócrata en las elecciones del año próximo, para disminuir al cincuenta por ciento las intenciones de voto favorables e la reelección de George "El pequeño". ¡Y eso que la postulación de Clark era, apenas, una posibilidad "confiable"!
Mientras Osama bin Laden y Saddam Hussein no aparezcan, vivos o presos, la Casa Blanca no podrá declarar terminado un asunto tan cardinal como las intervenciones armadas, ni se reanimará ese mercado interno estadounidense.
Francisco Rea González
(v.pág.6/A del periódico El Occidental del 12 de octubre de 2003).
El 50% de los estadounidenses quieren que el presidente George W. Bush desista de presentarse a la reelección en 2004, esto es 3% más que hace sólo dos semanas, según una encuesta difundida hoy por Newsweek. El 49% de los consultados se declara en desacuerdo con la gestión de la posguerra en Irak, y el 44% dice estar de acuerdo.
(V.pág.8/B del periódico El Occidental del 12 de octubre de 2003).
"Sólo medio año después de que los Estados Unidos declararon efectivamente que las Naciones Unidas eran irrelevantes y fueron a la guerra con abierta indiferencia a ellas, la administración Bush está solicitando a los pueblos de otras naciones que paguen los malos cálculos estadounidenses y el caos resultante en Iraq. Aunque el desorden fue creado por los Estados Unidos y la Gran Bretaña, las Naciones Unidas deberían tratar de ayudar al sufriente pueblo iraquí lo mejor que puedan. Pero cualquier paso deberá ser consecuencia del renovado y claro compromiso de los Estados Unidos y la Gran Bretaña de respetar a las Naciones Unidas."
Fredrik S. Heffermehl / Oslo, Noruega
Letters
(Edición internacional de TIME del 13 de octubre de 2003).
Después de septiembre 11 los duros de la administración Bush, encabezados por el vicepresidente Dick Cheney, junto con el sercretario de defensa Donald Rumsfeld y su suplente Paul Wolfowitz, creyeron que los Estados Unidos no podían permitirse esperar por evidencia perfecta y a prueba de balas acerca del verdadero tamaño del arsenal de Saddam. En las nuevas guerras de este nuevo mundo, alegaron, los Estados Unidos deberían actuar algunas veces antes de que el jurado terminara de deliberar. Los duros lograron avanzar con esta doctrina debido en parte a que pensaban que la guerra contra el terrorismo la demandaba, pero también porque estaban convencidos de que después de más de dos décadas los analistas de carrera de la CIA eran lentos, evitaban correr riesgos, estaban muy enamorados de los artilugios y muchas veces eran los últimos en ver la imagen general. Los duros no confiaron en que ellos hicieran lo que se requería. Rumsfeld estaba tan cansado del escepticismo de la CIA que creó su propia operación de inteligencia para conseguir la evidencia que él deseaba, haciendo a un lado el trabajo de una agencia completa.
(V.pág.28 de la edición internacional de TIME del 13 de octubre de 2003)
Circula a través de internet un recuento de los principales logros (accomplishments) de George Bush en sus casi tres años como presidente de Estados Unidos:
La mayor parte del financiamiento que se destinará a la reconstrucción de Irak se entregará en forma de ayuda bilateral e irá por tanto a las empresas estadounidenses, dijo John Taylor, subsecretario estadounidense del Tesoro a cargo de negocios internacionales.
(V.pág.4/B del periódico El Occidental del 19 de octubre de 2003).
El período post-Sadam ha sido marcado por la arrogancia e incompetencia estadounidense. La prognosis para Iraq es grave. Ni siquiera está claro que los tres principales grupos étnicos y religiosos -los kurdos, los sunnis y los shiitas- puedan ser combinados en un país coherente. La única alternativa real a la reconstrucción de Iraq, cueste lo que cueste, es el retiro estadounidense que dejaría a la región sumida en el caos y quedaría como una significativa derrota en la campaña global contra el radicalismo islámico.
Joe Klein
(V.pág.29 de la edición internacional de TIME del 27 de octubre de 2003)
George Soros ha argumentado que actualmente Estados Unidos se encuentra en medio de una crisis. Cree que tanto dentro del país como en el extranjero, el Gobierno estadounidense ha puesto en riesgo los valores de la apertura y la democracia en la búsqueda de "enemigos invisibles".
"Viví tanto la ocupación alemana como la soviética", comentó Soros. "Cuando oigo al Presidente Bush decir 'quienes no están con nosotros están en nuestra contra', oigo sonar la alarma". Compara la visión de Bush de la democracia internacional -"Pueden tener libertad siempre y cuando hagan lo que nosotros les digamos que hagan"- con la retórica soviética acerca de las "democracias del pueblo".
(V.pág.6A de la sección "Negocios" del periódico Mural del 30 de octubre de 2003)
Compañías ganadoras de ocho mil millones de dólares en contratos para reconstruir Iraq y Afganistán fueron donadores importantes para la campaña del presidente Bush, y sus ejecutivos han contado con importantes conexiones políticas y militares, de acuerdo con un estudio dado a conocer hoy por el Center for Public Integrity, una organización investigadora con base en Washington que produce artículos de investigaciones sobre intereses especiales y ética en el gobierno.
(Yahoo! news del 30 de octubre de 2003)
Halliburton, la empresa de la que fuera presidente el vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, aumenta sus ganancias con los negocios en Irak y aunque algunos legisladores se quejan porque cobra demasiado por algunos de sus servicios, el gobierno del presidente George W. Bush le extendió esta semana su contrato privilegiado. Mientras tanto, Cheney sigue cobrando.
La invasión y ocupación de Irak ha resultado en tan buen negocio para la firma, al frente de la cual estuvo Dick Cheney hasta que se incorporó a la campaña electoral en 2000, que sus ventas aumentaron 39 por ciento entre julio y septiembre y llegaron a los 4,100 millones de dólares.
Las obras de reconstrucción en Irak han transformado las perspectivas de su subsidiaria Kellog Brown & Root, cuyas recaudaciones se incrementaron 80 por ciento hasta alcanzar 2,300 millones de dólares, de los cuales 900 millones provinieron de Irak, y las ganancias se cuadruplicaron a 49 millones de dólares, de los cuales 34 millones salieron del negocio iraquí.
Halliburton tiene una relación peculiar con el gobierno de Estados Unidos bajo una provisión legal que la mantiene como proveedora de servicios para situaciones de emergencia en las cuales un proceso normal de licitación sería demasiado lento. En la última década, la empresa, que tiene sede en Houston, Texas, ha provisto numerosos servicios, desde asesoramiento al Pentágono después de la Primera Guerra del Golfo en 1991 a suministros y alojamiento para las tropas en Bosnia, obras de reparación y construcción en Afganistán y la ampliación del campo de prisioneros en la base naval de Guantánamo, Cuba.
Los representantes demócratas Henry Waxman, de California, y John Dingell, de Michigan, se quejaron el miércoles porque Kellogg Brown & Root le cobra al gobierno de Estados Unidos "sumas exorbitantes" -2.65 dólares por galón, esto es 70 centavos de dólar por litro- por la gasolina que importa desde Kuwait a Irak bajo un contrato con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército estadunidense mientras se reconstituyen las refinerías iraquíes, tarea en la cual también tiene contratos la subsidiaria de Halliburton.
Hasta el 19 de octubre, indicaron los legisladores, KB&R había importado 16.2 millones de litros de gasolina desde Kuwait a Irak y por ello se le ha pagado 163.5 millones de dólares. Por comparación, agregaron Waxman y Dingell, la compañía petrolera iraquí SOMO paga 97 centavos de dólar por galón (25 centavos por litro) por la gasolina que importa desde el emirato vecino.
(V.pág.34 del periódico Público del 17 de octubre de 2003).
¡La relación costo-beneficio está en contra nuestra! Nuestro costo es de miles de millones contra el costo terrorista de millones...
Donald Rumsfeld, secretario de Defensa de los Estados Unidos.
"Los estadounidenses que como yo vivimos fuera de nuestro país, rodeados de gente de otras nacionalidades, sabemos que Bush cometió un error colosal y que el mundo es menos estable a causa de éste."
Bill Dobbs / Alejandría, Egipto
Letters
(Edición internacional de TIME del 3 de noviembre de 2003).
En las dos últimas semanas, la Casa Blanca se ha dolido al castigo y empieza, por fin, a dar señales de moderación en su discurso triunfalista. Conforme aumenta el número de bajas, el tono bravucón del Presidente y de sus colaboradores se modera al teñirse de realismo. "Iraq es un lugar peligroso," dijo Bush la semana pasada. "Esto es una guerra, un conflicto de baja intensidad," admitió por primera vez el Secretario de la Defensa, Donald Rumsfeld. Washington ha empezado a reconocer que no todo marcha bien en Iraq.
Intentando salir del pantano, la administración de Bush se ha empeñado en acelerar la capacitación del Ejército y la policía iraquíes para que asuman el control militar del país. Otra parte importante de la estrategia, aunque mucho más problemática, es seguir intentando conseguir ayuda internacional, de preferencia procedente de países musulmanes dispuestos a participar en misiones de paz. A pesar de la modesta participación de España, El Salvador, Honduras y algunos otros países, hasta ahora la solidaridad internacional con Bush ha sido un fracaso absoluto.
Y mientras esto sucede, las críticas domésticas al manejo de la guerra han entorpecido la labor de la administración de Bush buscando aliados dentro de Iraq. Sin saber la profundidad del compromiso de Bush con Iraq, no hay muchos iraquíes dispuestos a arriesgarse a colaborar con un aliado impredecible. La posibilidad de que un día cualquiera, asediado por las presiones domésticas, Bush abandone su cruzada en Iraq de manera intempestiva y los deje desamparados frente a las turbas nacionalistas enardecidas no conduce al compromiso definitivo.
Así las cosas, lo único cierto es que los que tienen prisa por salir del atolladero son los norteamericanos pues los insurgentes saben que el tiempo es su aliado.
Sergio Muñoz Bata, miembro del consejo editorial de Los Angeles Times
(v.pág.15A del periódico Mural del 6 de noviembre de 2003).
Más de 130 soldados han muerto después del primero de mayo, fecha en la que George Bush, en actitud grandilocuente y, sobre un portaaviones de poder, declaró el fin de la guerra o la invasión, dependiendo quién lo diga. Desde entonces han producido atentados en la delegación de la ONU, la Cruz Roja, la embajada de Jordania y los hoteles más importantes de Bagdad, incluso en el que se encuentran las delegaciones de EU. Se han realizado asesinatos contra el personal de las sedes diplomáticas, como la del militar español García Bernal, que prestaba sus servicios de agente secreto en la embajada de la Península Ibérica.
Todo eso y mucho más es lo que, según los servicios de inteligencia estadunidenses, está consiguiendo Sadam Husein, con tan sólo un lugarteniente. Pues la verdad, deben ser muy buenos para sortear la barrera infranqueable del ejército más poderoso del mundo o para burlar a los servicios de espionaje mejor preparados incluidos los de Mossad, que andan también camuflados por esas latitudes intentando encontrar a Sadam
Pero ¿tan inteligente es Sadam Husein que solito puede con todos? ¿Será David contra Goliat? Puedo creerme que organice guerrillas que golpeen la moral de los soldados con un reguero de decesos, a cuenta gotas. Incluso, que posea una infraestructura más o menos estable, para batir a su enemigo. Pero de ahí a que golpee a los cimientos de la propia comunidad internacional, hay un abismo.
Los guerrilleros españoles terminaron por expulsar a las entonces invencibles tropas francesas. Pero eso ocurrió en el siglo XIX. Estamos en el tercer milenio y vivimos con la tecnología al servicio de los poderosos. Los satélites, las armas inteligentes desempeñan un papel preeminente, tal vez el más importante. Por eso Sadam no puede contra todo un gigante, a pesar de los muchos adeptos que tenga.
Husein no está solo. No puede estarlo. Sobre el tapete hay muchos actores y no sé por qué, pero tengo la sensación de que más de uno le está ayudando.
Alberto Peláez
(V.pág.34 del periódico Público del 7 de noviembre de 2003).
La caída del amo de Bagdad dejó a los EU "en un pantano sin fondo", según analiza un especialista francés. Expertos franceses en inteligencia y especialistas en relaciones internacionales estiman que ni siquiera la detención del ex presidente iraquí pondría fin a la serie de atentados. Muy al contrario, "la suma de los errores cometidos por EU es tal que la violencia no se detendría".
Los estrategas europeos señalan que las fuerzas de Washington y Londres enfrentan tres movimientos terroristas cuyos intereses son divergentes: las redes fieles a Sadam Husein, la legión de islamistas provenientes de otros países y, en menor medida, los brazos radicales chiitas.
Eric Denecé, director del Centro francés de Investigación sobre Inteligencia, afirma que frente a una "guerrilla semejante no hay muchas opciones posibles. Las cosas son aún más difíciles porque EU tiene a la población iraquí en contra".
El geopolitólogo Aymeric Chaupdrade -autor de varios libros de referencia como Introducción al análisis geopolítico y Diccionario geopolítico- recuerda oportunamente que otro de los errores consistió en creer que el régimen era únicamente Sadam Husein. Para Chauprade, "el régimen del partido Baas no era el producto de un hombre sino de una geografía política y de una historia. Si Irak no se hundió se debe a que el régimen no se resumía a un solo hombre o a un clan".
Desde el supuesto "fin de las operaciones" anunciado por el presidente George Bush a principios de mayo, la guerra se incrementó bajo otra forma. Al analizar cada una de las tres fuerzas que se mueven detrás de los atentados, los expertos franceses en inteligencia ponen de relieve que, de las tres, la que actúa con tanto desorden como virulencia es el ejército de partidarios de Sadam Husein. Uno de esos expertos observa que los fieles a Sadam "son una fuerza que se mueve en una única dirección y sin estrategia. Lo único que quieren es volver a poner en el trono a Husein, cosa que la población rechaza. Lamentablemente, los enormes errores cometidos por los EU terminaron por reforzarlas. La disolución del ejército y del partido Baas dejaron sin recursos a miles de hombres que, al final, se unieron masivamente a la guerrilla. Los norteamericanos se dieron cuenta del error pero ya era demasiado tarde".
Barthélemy Caurmont, integrante del conocido Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS), destaca que "Irak es sin duda el lugar más simbólico para atacar a EU y, de manera más general, a Occidente. La frustración de los iraquíes y los operativos de los partidarios de Sadam sumados a las actividades de los movimientos radicales integrados por extranjeros componen un complejo arco que EU no previó. A ello se le agrega un factor político, es decir, la falta de crédito de las instituciones políticas que funcionan desde la caída del régimen. Los iraquíes consideran que el Consejo Nacional Iraquí (el gobierno provisorio instaurado por Washington en Bagdad) es una institución al servicio de EU. Todas estas razones inducen a pensar que, incluso si se detiene a Husein, la guerrilla espontánea no se acabará de un día para otro".
Los observadores estiman que las acciones más mortíferas fueron organizadas por los grupos sunitas. El atentado contra la sede de la ONU en Bagdad -19 de agosto- y el ataque frente a la mezquita del chiita de Ali, en Nadjab, que mató al ayatolá Mohammed Baker-al-Hakim y a otras 83 personas -29 de agosto- fue preparado por las redes sunitas.
La mayoría de los combatientes pasan por Siria y Arabia Saudí. Otro experto francés de la lucha antiterrorista puntualiza que de todos esos grupos uno de los más peligrosos es el de Ansar-al-Islam. Instalados en el Kurdistán iraquí antes de que sus bases fueran bombardeadas por la coalición, huyeron hacia Irán y Siria. "La red es la más peligrosa de todas las que operan porque sus miembros son verdaderos profesionales del terrorismo y cuentan con muchos kamikazes dispuestos a sacrificarse".
La tercera amenaza que cierra el círculo en el que están meditas las tropas de EU son los líderes radicales chiitas.
El mismo especialista resalta que "si bien se trata de una amenaza a largo plazo es sin duda la más poderosa". En este caso también se observa una "correspondencia" entre los intereses de los chiitas radicales y un Estado vecino, es decir, Irán. "Ambos aspiran a que EU deje Irak". En suma, los tres movimientos "terroristas", sadamistas, legión de islamistas y chiitas, se mueven entre las sombras con un mismo objetivo: derrotar al "invasor" y, por ende, a Occidente, en la tierra invadida.
(V.pág.34 del periódico Público del 7 de noviembre de 2003).
Ha expresado míster Bush que cuantos más éxitos tengan sus soldados más los atacarán y que él no teme, que sus soldados seguirán ahí. Pero esos soldados sí temen, tienen miedo, en este momento viven, en el instante siguiente ¿vivirán? Algunos se han suicidado. ¡Esto es la locura!
Gabriel Paz, escritora
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 8 de noviembre de 2003).
"Cuando los 'Bushies' dicen que quieren que las malas noticias sean puestas en perspectiva, ¿realmente quieren decir que no quieren que se informe sobre ellas?", preguntó esta semana el columnista Howard Kurtz, del "Washington Post".
El cotidiano "The New York Times" anunció que había obtenido una copia de un mensaje electrónico de un asistente del administrador estadounidense en Iraq, Paul Bremmer, en el que decía simplemente: "He llegado a odiar a los medios".
Algunos críticos de los medios dicen por su parte que las cadenas de televisión han sido censuradas en su cobertura de la guerra por la prohibición militar de filmar los féretros de los soldados que son repatriados.
La decisión del Pentágono de permitir que los reporteros viajaran con las unidades militares en la carrera hacia Bagdad, fue vista en general como un éxito, pero cuando comenzó a aumentar el número de bajas durante la ocupación, los medios estadounidenses se hicieron más críticos.
Las imágenes de los féretros cubiertos con la bandera de las barras y estrellas tienen un fuerte impacto en Estados Unidos, por lo que los camarógrafos y fotógrafos desde hace más de una década tienen prohibida la entrada a la base aérea de Dover, en Delaware (este), el principal centro de recepción de los restos de los militares muertos en el exterior.
En marzo pasado, en vísperas de la invasión a Iraq, el Pentágono envió un comunicado a las bases militares estadounidenses, reiterando esa directiva.
"No habrá ceremonias de recibimiento, ni cobertura periodística de personal militar fallecido que retorne o parta de Ramstein (Alemania) o de la base de Dover, incluyendo escalas intermedias", señala el Pentágono.
(V.pág.16-A del periódico El Informador del 8 de noviembre de 2003).
"Los Estados Unidos invadieron preventivamente a Iraq, alegando que contaba con armas de destrucción masiva que eran un riesgo para la seguridad estadounidense. ¿Qué pasará si los Estados Unidos nunca encuentran esas armas? Después de las miles de vidas que se han perdido, la administración Bush no podrá justificar la invasión de Iraq. ¿Quién será mora, legal y financieramente responsable por las tropas estadounidenses y los soldados y civiles iraquíes muertos en la Segunda Guerra del Golfo? ¿Quién hará que George W. Bush y su administración enfrenten los cargos? ¿Qué corte tendrá el valor para juzgarlos?"
Anthony Van Naussen / Hong Kong
"¿Doble estándar? Estoy impresionado cuando pienso acerca de los presidentes Clinton y Bush. Clinton enfrentó la destitución por haber tenido relaciones sexuales consensuadas con una mujer adulta y mentir acerca de ello. Bush se embarcó en una guerra preventiva, atacando a un país soberano. Le mintió al pueblo estadounidense para justificar la guerra. Se burló y debilitó al organismo internacional que ha asegurado la paz durante el último medio siglo. Bush echó a la basura los principios que sostienen los Estados Unidos. Pero Bush camina libre, realizando una campaña presidencial y disfrutando del apoyo de una gran parte de la población estadounidense. No puedo empezar a entender cómo es eso posible."
Dany Burigana / La Teste de Buch, Francia
Letters
(Edición internacional de TIME del 10 de noviembre de 2003).
El Departamento de Estado y la CIA presionaron fuertemente por una estrategia que eliminara sólo los altos mandos del ejército iraquí y mantuviera a la mayoría de las tropas intactas. Ellos alegaron que el ejército era la organización nacional unificadora más importante, con posibilidades de trascender divisiones étnicas y religiosas.
Un ex ayudante de Jay Garner, el primer administrador civil de Iraq por un corto periodo, dice que él planeó emplear a la mayoría de los soldados en tareas de reconstrucción después de la caída de Saddam. Pero civiles en el Pentágono y en la oficina del vicepresidente Dick Cheney acordaron con Ahmed Chalabai, líder del antiguo grupo exiliado de oposición, el Congreso Nacional Iraquí, que la total debaathificación de los militares era esencial. En mayo, dos semanas después de que Bremer asumió como proconsul en Baghdad, ordenó que el ejército fuera totalmente desmovilizado. Muchos oficiales estadounidenses envueltos en el Iraq post-Saddam sienten que fue una mala decisión que envió a un gran número de soldados con experiencia a sus casas, sin trabajo y armados. Por meses el Departamento de Estado y la CIA han expuesto la necesidad de removilizarlos tan pronto como sea posible. Pero cuando legisladores de los Estados Unidos se reunieron en la sala de juntas secreta S-407 en el Capitolio la semana pasada para presionar a Bremer en este aspecto, éste dejó claro que volver a llamar a los soldados no era factible. "Ellos tomaron la decisión de desbandar a esos muchachos y no utilizarlos", declaró un legislador presente. Reconstituir el ejército "sería admitir que se equivocaron".
(V.pág.37 de la edición internacional de TIME del 10 de noviembre de 2003)
El ex vicepresidente de EU, Al Gore, acusó al presidente del país, George W. Bush, de usar la guerra contra el terrorismo "para consolidar su poder y evitar toda rendición de cuentas para su uso", creando así un gobierno "del estilo del Gran Hermano, hacia los peligros profetizados por George Orwell en su libro 1984".
Ante unos tres mil demócratas que lo vitorearon, Gore acusó a Bush de "gobernar mediante el secreto y la autoridad incuestionable", y culpó a los legisladores republicanos de ayudar a la Casa Blanca en este contexto.
Asimismo, Gore instó a la revocación de la llamada Ley Patriota, aprobada después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en EU y dijo que sus pocos artículos útiles quedan disueltos por los que atentan contra las libertades. "No tiene más sentido lanzar un ataque contra las libertades civiles como la mejor forma de pegarle a los terroristas. El gobierno ha atacado el blanco equivocado".
(V.pág.26 del periódico Público del 11 de noviembre de 2003).
Un grupo de legisladores demócratas de la Cámara de Representantes ha pedido al presidente de EU, George W. Bush, que destituya al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, por su papel en el conflicto de Irak.
La solicitud está incluida en una resolución presentada ante la cámara baja del Congreso por 25 legisladores, anunció el legislador demócrata por Nueva York, Charles Rangel.
"Esta resolución oficializa la opinión de muchos miembros del Congreso: los soldados en Irak y la política exterior de EU recibirían una gran ayuda si Rumsfeld abandonase el cargo", dijo Rangel.
La propuesta acusa a Rumsfeld de engañar al público con sus evaluaciones respecto del avance de la guerra y la ocupación en Irak.
También señala que el Pentágono envió fuerzas militares a Irak "sin planificación adecuada y equipos suficientes" y demostró falta de sensibilidad al hablar sobre el conflicto y las bajas estadounidenses.
(V.pág.27 del periódico Público del 11 de noviembre de 2003).
"Estados Unidos, gobernado por Bush, es un peligro para el mundo entero", indicó [el financiero George] Soros, quien ha dado más de 15.5 millones de dólares a grupos que se oponen a Bush, entre ellos 5 millones a la organización demócrata MoveOn.
Soros indicó a The Washington Post que le preocupa la influencia de los "neo conservadores, un puñado de extremistas guiados por una forma cruda de darwinismo social".
"Estos neo conservadores han explotado los atentados terroristas del 11 de septiembre (de 2001) para promover un programa pre existente de guerra preventiva y de dominio mundial", según Soros.
"Bush siente que el 11 de septiembre él fue ungido por Dios para guiarnos", dijo Soros, quien agregó que el presidente norteamericano "está guiando a Estados Unidos y al mundo hacia un círculo vicioso de violencia creciente".
Periódico Milenio en línea el 11 de noviembre de 2003).
Fuentes de la CIA estiman que la guerrilla iraquí se compone de 50,000 miembros. Aunque varios analistas han calificado la cifra de especulativa, demuestra que el movimiento rebelde ha adquirido una escala mucho mayor a la que el Pentágono ha hecho creer a la Administración Bush.
(V.primera plana del periódico Mural del 6 de noviembre de 2003).
"Parece que sólo recientemente el presidente Bush se dio cuenta de que había mordido más de lo que puede masticar -o pagar. La administración ha creado un verdadero revoltijo de cosas que estoy segura que no anticiparon. Quizá Bush estará agradecido de dejar el puesto al final de un periodo, dejándole al próximo presidente una tarea horrible y desalentadora: tratar de volver a pegar los pedazos del mundo."
Lynelle Grobler / Pretoria
Letters
(Edición internacional de TIME del 17 de noviembre de 2003).
La próxima semana toda Fleet Street estará inundada con la cobertura del que un diplomático estadounidense apodó con tristeza "el tejano tóxico" -cuyo manejo de los asuntos internacionales es criticado por dos tercios de los británicos. Funcionarios de la Casa Blanca saben que su jefe está haciendole la vida difícil a [Blair] su primer amigo. "Quizá ellos deberían dejar las luces apagadas y fingir que no están en casa", bromeó un ayudante de Bush."
Notebook
(Edición internacional de TIME del 17 de noviembre de 2003).
"Me fui de espaldas cuando vi como torcieron el sentido. Algunas de las cifras para nada eran mis números."
John Zogby, encuestador, acerca del uso de una encuesta de Zogby International por la administración Bush para mostrar que los iraquíes apoyaban una ocupación estadounidense de larga duración y veían a los Estados Unidos como su modelo para la democracia.
Verbatim
(Edición internacional de TIME del 17 de noviembre de 2003).
El alcalde de Londres, Ken Livingstone, llamó al presidente George W. Bush "el hombre más peligroso del planeta."
El funcionario mostró su apoyo a los manifestantes que prevén tomar las calles de Londres para protestar por la política exterior estadounidense y la visita de Bush.
"Tienen la razón moral -les dijo-. Protesten contra una guerra - la de Iraq- y una ocupación ilegales. El mundo los estará mirando".
(V.pág.16-A del periódico El Informador del 19 de noviembre de 2003).
Pudimos ir a Irak sin Naciones Unidas, pero será más difícil salir y dejar atrás un gobierno viable sin la aprobación de la ONU.
Funcionarios estadounidenses
(v.pág.6A del periódico Ocho Columnas del 20 de noviembre de 2003).
La Electronic Frontier Foundation y la mayoría de universidades de los Estados Unidos se han unido para denunciar las prácticas fraudulentas de una importante empresa de votación electrónica, Diebold Elections Systems. Un hacker entró en el sistema de la compañía y copió 15 mil documentos confidenciales, que puso a disposición del público. En ellos se demuestra que el "software" de Diebold, usado en las elecciones que dieron la victoria a Bush y Schwarzenegger tenían agujeros que permitían cambiar los votos.
Capitaneados por el grupo de estudiantes "Why War?", del Swarthmore College de Pennsylvania, los activistas iniciaron entonces una campaña de desobediencia civil electrónica, negándose a retirar el material.
Según los estudiantes, "no podemos permitir la supresión de evidencias que prueban que una máquina Diebold registró 16,022 votos negativos para Al Gore en Florida, durante las elecciones presidenciales del 2000; Que el CEO de esta compañía ha dado 9,965 dólares a Bush y el partido republicano desde el 2001 y que Diebold se esté preparando para contar los votos de las presidenciales del próximo año. Están usando la ley del copyright para suprimir una información que necesita ser hecha pública".
(V.pág.4H del periódico Ocho Columnas del 20 de noviembre de 2003).
Esto no parece ser una guerra que se está ganando. Parece ser un conflicto que está bajo peligro serio de escalar hasta quedar fuera de control. Las promesas de ayer de represalias resueltas podrían ser, sin embargo, comprensibles. Pero esto no se puede reducir meramente a un asunto de matarlos a "ellos" antes de que nos maten a "nosotros". Esa no es una política, es una capitulación a la violencia. Bush y Blair deben considerar algunas preguntas mucho más profundas, más allá de los asuntos primarios de seguridad: ¿quién es el enemigo que parece ser invisible y ubicuo? ¿Qué genera el odio despiadado? Decir simplemente que ellos "odian la libertad" no es una explicación. ¿Realmente creen Bush y Blair que ésta es una guerra que puede ser ganada definitivamente? ¿Y están sus políticas en Medio Oriente y más allá empeorando las cosas, en lugar de mejorarlas?
Al Qaeda busca transformar a los moderados en partidarios de la línea dura, de volver a los musulmanes en contra de los cristianos y los judíos, de generar la confrontación entre el Islam y el Occidente. Al elegir también la confrontación, al no poder comunicarse efectivamente con la opinión popular musulmana y, crucialmente, al no poder eliminar el veneno ponzoñoso del conflicto árabe-israelí, los líderes occidentales han caído en las manos de los terroristas.
El uso de la fuerza en Irak, ahora santificado como un principio de gobierno por Bush, invitó a una respuesta altamente agresiva. Esa respuesta está en progreso. El torbellino está siendo segado.
Una admisión honesta de los errores de Occidente no implica la sumisión ante la barbarie. No hay motivo para rendirse. Pero hay un motivo muy poderoso para un enfoque Occidente-Oriente más inteligente, menos agresivo, ante una crisis global que se intensifica.
Editorial de The Guardian
(v.pág.23 del periódico Público del 21 de noviembre de 2003).
Los gringos están desatados a nivel ideológico con las nuevas series de televisión que nos están ofreciendo, concretamente The Warner Channel. La quinta temporada de "The West Wing" ya está cayendo en unos extremos francamente despreciables que la alejan por completo de aquella maravilla inicial que cuestionaba el poder ejecutivo en los Estados Unidos. ¿Sabe usted cuál es el gran temor que sus responsables le están transmitiendo a los televidentes? El de perder a su señor presidente a través de un injusto interinato, más o menos como vimos en la segunda temporada de "24". Y no sólo eso sino que están manipulando al público con estímulos como niñas mártires para convencerlos de que hay que obedecer al gobierno y que uno, desde este lado de la pantalla, tiene que comprender y apoyar cada una de sus decisiones, especialmente las bélicas. En paquete con "The West Wing", The Warner Channel estrenó hace dos semanal "Cold Case", una serie que más que cumplir una función de entretenimiento cumple con una función psicológica para el pueblo de los Estados Unidos. "Cold Case" es como "Without a Trace", un programa en donde una autoridad ayuda a resolver un caso a cualquier precio con la salvedad de que no se trata de casos del presente sino del pasado. Haga de cuenta que de la nada, a una señora le da por denunciar un asesinato que ocurrió en 1976 y que la justicia de los Estados Unidos es tan efectiva que sus agentes abren (o reabren) el caso y lo resuelven sin importar que los culpables sean grandes empresarios o líderes de opinión. Está grueso porque equivale a decir "Tú, ciudadano, creen en nosotros y, de paso, tenos miedo porque si te portaste mal (incluyendo que hayas estado en contra de nosotros, tus autoridades), te vamos a caer".
Alvaro Cueva
(v.pág.2 de la sección "¡Hey!" del periódico Público del 21 de noviembre de 2003).
Iraq se ha ido al infierno. Cavar un profundo agujero no te pone en posición de pedir a los demás que se arrojen dentro de él.
Francois Haisbourg, analista francés de política exterior
(Edición internacional de TIME del 24 de noviembre de 2003).
La conducta del Gobierno de Estados Unidos aún puede suscitar un amplio escepticismo respecto a su compromiso con la democracia en Medio Oriente. Cabría empezar recordando que estamos ante un gobierno que ha minado con fruición los derechos civiles de sus propios ciudadanos: desde la virtual desaparición de las normas del debido proceso, hasta la vulneración ilimitada del derecho a la privacidad sin mediar supervisión judicial (aunque habría que hacer la salvedad de que llamarse John Walker Lindh y provenir de una familia pudiente de San Francisco siempre asegura un mejor trato que llamarse Yasser Hamdi o José Padilla, y provenir de Arabia Saudita o Puerto Rico). Esa conducta, a su vez, ha tenido consecuencias en la conducción de la política exterior de Estados Unidos, como el envío de presos de la base naval de Guantánamo hacia países del Medio Oriente para ser interrogados bajo tortura.
No en vano, un demócrata ejemplar como el presidente egipcio Hosni Mubarak se permite aleccionar a su par estadounidense, sosteniendo que la nueva conducta de Estados Unidos prueba "que teníamos razón desde el principio al emplear todos los medios, incluyendo los tribunales militares, para combatir el terrorismo". Ese es también el caso de Ariel Sharon, cuando se congratula de que Estados Unidos finalmente hayan comprendido que tirar por la borda el derecho internacional es un precio módico a pagar cuando se trata de garantizar la propia seguridad, ya sea empleando armas de guerra en áreas civiles, o iniciando "guerras preventivas".
Farid Kahhat
(v.pág.19A del periódico Mural del 27 de noviembre de 2003).
El General Jay Garner, que dirigió el primer Gobierno de ocupación en Iraq, admitió ayer que Estados Unidos cometió graves errores, como desmantelar el ejército iraquí, desplegar pocos soldados y no explicar los objetivos de la guerra.
Garner dijo que la cadena de errores comenzó en abril cuando el Ejército estadounidense no actuó con celeridad para mantener la ley y el orden, justo después de derrocamiento de Saddam.
"Si lo hiciéramos de nuevo, habríamos desplegado más miembros de infantería en Bagdad", afirmó.
Admitió que él mismo cometió errores graves, pero también criticó a su sucesor Paul Bremer por disolver al ejército iraquí dejando a un gran número de personas sin empleo en momentos en que es necesaria la fuerza de trabajo para la reconstrucción.
(V.pág.19A del periódico Mural del 27 de noviembre de 2003).
"El presidente Bush cometió un gran error. Debería haber enviado más tropas a combatir a los terroristas en Afganistán. No se ha dado cuenta de que mientras está enviando gente a buscar armas inexistentes en Iraq, el enemigo se está reagrupando en Afaganistán. ¿Qué va a hacer Bush ahora? ¿Atacar a Siria?"
Arush Sarwar / Kenner, Louisiana
"George W. Bush pensó que él haría mejor papel como presidente que su padre, especialmente con el problema de Sadam. Bush está equivocado. Carece de la visión de su padre. Los errores de juicio del presidente actual ocasionarán la pérdida de muchas más vidas estadounidenses en Iraq. Bush no es el estadista ni el líder mundial que su padre fue. El es sólo un candidato con suerte que ganó la presidencia por un tecnicismo. Sus problemas en Iraq apenas están comenzando y ya está ajustando su visión sobre Irán, Siria, Corea del Norte y otros a quienes percibe como enemigos de los Estados Unidos."
Albert Chua Tan / Manila
Letters
(Edición internacional de TIME del 1o. de diciembre de 2003).
El tema del primer anuncio presidencial para la campaña del 2004 es esencialmente: yo, George Bush, soy la guerra contra el terrorismo. "Algunos están atacando ahora al presidente por atacar a los terroristas", sugiere la propaganda oscuramente. Después de él, el diluvio.
(V.pág.51 de la edición internacional de TIME del 1o. de diciembre de 2003).
"El [George W. Bush] aparece como un idiota. Se que, técnicamente, no es un idiota. Pero la manera como dice las cosas podría realmente mejorarse. El puede ser muy grosero."
Sue Zalewski, abogada de Chicago
(v.pág.52 de la edición internacional de TIME del 1o. de diciembre de 2003).
"Pienso que él [George W. Bush] puede ser un tipo divertido como compañero. Pero también pienso que es una bomba de tiempo con patas en términos de sus políticas, su dirección, su enfoque de la política exterior, su política doméstica."
Gary Render
(v.pág.52 de la edición internacional de TIME del 1o. de diciembre de 2003).
Para Ray McGovern, un ex analista de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), el peligro en Irak es que, al igual que como pasó en Vietnam, las órdenes sean dictadas por gente que sabe poco o nada del país y de las condiciones de los soldados estadounidenses.
"La gente que da las órdenes (en Washington) no tiene idea de lo que es la región o lo que es la guerra", dijo durante una conversación, unas horas antes de que la revista británica "The Economist" designara a Estados Unidos como "la mayor esperanza" y "el mayor peligro" para el mundo.
La crítica de McGovern -quien trabajó 27 años para la CIA- es desde la izquierda, o por lo menos desde lo que pasa por izquierda en Estados Unidos. La crítica de "The Economist" es desde una derecha clásica internacional.
Cada uno por su lado se refiere a los peligros creados por lo que consideran como la ignorancia de política internacional o el autoengaño económico en que ha caído Estados Unidos y en especial el régimen del presidente George W. Bush.
Para McGovern y otros críticos del gobierno Bush, el problema está en que la situación en Irak comienza a parecerse a Vietnam. Después de todo, en uno y otro conflicto hay guerrilla, hay una visión de la realidad muy distinta a lo que pasa en el terreno.
Para "The Economist" el problema está en que si bien Estados Unidos pudo recuperarse en una década de las medidas económicas de Ronald Reagan -que fueron básicamente las mismas de Bush: reducción de impuestos para clases acomodadas, grandes gastos militares y enormes déficits-, Estados Unidos tardará mucho más en restablecer su salud económica cuando Bush haya terminado su gobierno.
José Carreño Figueras
(v.pág.9A del periódico Ocho Columnas del 1o. de diciembre de 2003).
George Bush no tuvo empacho en posar con un pavo de plástico en Irak el día de acción de gracias haciendo como que servía pavo a los soldados para que así se viera en fotos y en la televisión, pese a que ese día los soldados recibieron su guarnición cotidiana que, por supuesto no contaba en absoluto con trozos de esa ave, en términos de manipulación seguramente todo se vale
Jorge Fernández Menéndez
(v.pág.28 del periódico Público del 5 de diciembre de 2003).
En este mundo binario, el ideario internacionalista americano no entiende -nunca entendió, comenzando por el Álamo, pasando por Vietnam y cerrando en Irak, más lo que se acumule esta semana- que el hecho de que los iraquíes odiaran al anterior dictador no significa que vayan a amar al extranjero que les arrancó la dictadura a madrazos, que se posesionó de su país y que miró para el otro lado cuando fueron saqueadas sus riquezas arqueológicas. Si encima de eso de vez en vez los adalides de la libertad y la democracia les bombardean un par de niñitos, es más que fácil concluir que la captura de Husein es una victoria de estampita, que en muy poco será útil como arma contra el terrorismo y otras fuerzas del mal. Eso sí, las encuestas de popularidad de Bush, de cara a su reelección, puntean por primera vez tras mucho tiempo en franca picada. Supongo que todos celebran en la Casa Blanca porque, a pesar de los focos amarillos, eso es lo que realmente importa.
Roberta Garza
(v.pág.21 del periódico Público del 16 de diciembre de 2003).
Tanto republicanos como demócratas han pedido analizar si se le ha dado demasiado poder al Departamento de Justicia en nombre de la lucha antiterrorista.
Un mayor número de estadounidenses se rehúsa ceder libertades y derechos civiles en nombre de la seguridad nacional y la lucha contra el terrorismo, y se están uniendo para eliminar secciones controversiales de la llamada Ley Patriota.
Charlie Mitchell, asesor legal de la Asociación Americana de Derechos Civiles, dijo que "tanto conservadores como liberales coinciden en que la Ley Patriota atenta contra libertades civiles y el movimiento está creciendo para modificarle varias secciones".
La Ley Patriota, aprobada apresuradamente y sin mayores debates por el Congreso 45 días después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 como un signo de unidad nacional, enfrenta el rechazo de 225 ciudades y condados, así como de la Liga Nacional de Ciudades.
(V.pág.4A del periódico Ocho Columnas del 29 de diciembre de 2003).
"Me espantaron los ataques terroristas en Estambul. Lo que los hizo más preocupantes fue que cuando ocurrieron George W. Bush y Tony Blair estaban tratando de justificar el ataque no provocado a Iraq por los Estados Unidos y la Gran Bretaña. No hay duda de que la actividad terrorista se ha incrementado desde la invasión a Iraq, pero esos dos líderes mundiales no van a aceptar que sus acciones han sido la razón de ello. Iraq no era una amenaza para los Estados Unidos o la Gran Bretaña, no obstante, aquí están dos líderes todavía tratando de justificar sus errores con la esperanza de que alguien, algún día, les creerá. Ya es tiempo de que la corte de La Haya intervenga."
James Harrison / Castelnau Montratier, Francia
"Bush ha hecho cambios drásticos a las políticas exterior e interna, creando bastante confusión. Incluso los que lo apoyan no tienen idea de a dónde está llevando al país. El hecho de que no cambie el curso en respuesta a los resultados de las encuestas significa dos cosas: está seguro de estar en lo correcto (lo cual es bastante atemorizante) y no le importa la opinión de aquéllos a los que sirve. Estas actitudes se suman a sentirse un dios y eso es peligroso."
Lauren Martin / Freeland, Michigan
"Siempre he pensado que soy una persona razonable, que considera ambos lados de un tema antes de formarme una opinión. Cuando se trata de Bush he tratado de ser justa. Pero la emoción que él me provoca es temor. El ha llevado a este país hacia abajo por una senda muy peligrosa y yo estoy aterrorizada por lo que pueda suceder posteriormente. Algunas veces siento como si hubiera despertado en el 1984 de Orwell."
Sandra Williams / Colonie, Nueva York
Letters
(Edición internacional de TIME del 29 de diciembre de 2003 / 6 de enero de 2004).
"Si la coalición comandada por los estadounidenses permanece en Iraq, será un desastre; y si se retira, será un desastre. Así que tenemos un dilema."
Jacques Chirac, presidente de Francia
(v.pág.28 de la edición internacional de TIME del 29 de diciembre de 2003 / 6 de enero de 2004).
"Rumsfeld fue el primero en darse cuenta después de septiembre 11 de que la seguridad podía definirse ampliamente y podía utilizarse para justificar casi cualquier cosa."
John Hamre, subsecretario de Defensa durante el gobierno de Clinton
(v.pág.78 de la edición internacional de TIME del 29 de diciembre de 2003 / 6 de enero de 2004).
"Esto fue totalmente pervertido. El gobierno siguió llevando a cabo su charada de que íbamos a resolverlo pacíficamente, así que no podíamos avanzar mucho en cuanto a la postguerra. Esto fue un análisis de costo-beneficio: ¿Era la hoja de parra diplomática tan importante como tener las cosas arregladas sobre el terreno? Se decidió que sí lo era."
Alto oficial del pentágono
(v.pág.81 de la edición internacional de TIME del 29 de diciembre de 2003 / 6 de enero de 2004).
Los hechos demostraron que la justificación que utilizó el Gobierno de George W. Bush para conducir a un puñado de países a invadir el territorio iraquí era una mentira bien diseñada, finamente pulida y teatralmente expuesta ante la opinión pública para convencerla. Ahora lo sabemos: no había ni hubo armas de destrucción masiva en Irak. El secretario de Defensa, Ronald Rumsfeld, con una candidez escalofriante, reconoció hace unos meses, ante la prensa, el verdadero motivo de la invasión y lo expuso sin ambigüedades: Irak es un país en el que abunda el petróleo y si se utilizó el pretexto de que había que arrebatar a Sadam Husein sus armas de destrucción masiva fue tan sólo porque 'burocráticamente' constituía el argumento más adecuado para justificar la intervención. También dijo, con la misma franqueza, que la invasión de Irak permitiría 'remodelar Oriente Medio' en función de los intereses estadunidenses. Así, la guerra contra Irak se perpetró para arrebatar a un territorio rico en recursos energéticos, su petróleo.
En el camino quedaron entre cinco mil y diez mil víctimas civiles, decenas de miles de lisiados, huérfanos y desalojados de quienes, a estas alturas, muy pocos se acuerdan y menos les ofrecen ayuda. Quedaron también, hasta el momento, medio millar de soldados estadunidenses muertos y más de 3,300 heridos graves, además de un sin fin de jóvenes militares que han recibido heridas menores que no son reportadas en las estadísticas.
En tanto, el grupo de halcones que alienta a Bush se convierte en el verdadero ganador. Se trata de políticos ligados a los grandes grupos petroleros y financieros que se benefician a cambio de esta cuota de sangre.
Para ellos son los negocios, los contratos, los acuerdos. A ellos, socios anónimos de los grandes consorcios, van a parar los dineros que se destinan, supuestamente, a la reconstrucción de Irak. Ellos imponen su discurso desde las cúspides y filtran su explicación para convencer al mundo.
Jorge Souza Jauffred
(v.pág.26 del periódico Público del 2 de enero de 2004).
Sabemos que la amenaza interna a un enemigo poderoso, terrible y desconocido es el mejor argumento que permite justificar cualquier acción. La amenaza externa permite cualquier acto, tolera cualquier sacrificio, es el mejor argumento para impedir y reprimir las disidencias internas.
El periodista Thierry Meyssan en su libro La gran impostura, editorial El Ateneo, recoge una gran cantidad de evidencias y pruebas que le permiten demostrar que ningún avión se estrelló en El Pentágono el día 11 de septiembre, como lo asegura la versión oficial. Se trató, esa es su hipótesis, de una acción desde dentro, probablemente un misil.
Cuando sucedieron los atentados a las torres del World Trade Center, la responsable del Consejo de Seguridad Nacional, Condoleeza Rize, convocó a su equipo, recordó los primeros años de concluida la Segunda Guerra Mundial y les pidió que resolvieran la siguiente tarea: "¿Cómo se capitalizan esas oportunidades para una potencia mundial? Creo que este periodo es análogo al de 1945 a 1947. Las placas tectónicas de la política internacional están reacomodándose y es importante tratar de aprovechar esto y posicionar los intereses institucionales estadounidenses, antes de que las placas vuelvan a inmovilizarse".
El desarrollo del capitalismo global y los intereses norteamericanos han usado la guerra para reorganizar al mundo, la guerra contra el terrorismo es una nueva fase que corresponde al mundo unipolar, al mundo al que una sola nación puede manipular a su antojo.
Alberto Carrillo Armenta
(v.pág.18 del periódico Público del 6 de enero de 2004).
Los norteamericanos han generado un creciente terror ante el terror y, para mayor tristeza, ahora resulta que esa atmósfera de miedo es una importantísima aliada del lamentable bushito en su campaña de reelección. Sospecho que la salud mental, los márgenes de libertad y la soberanía misma de los Estados Unidos sí están resultando severamente lastimados.
Germán Dehesa
(v.pág.1B del periódico Mural del 8 de enero de 2004).
En una conferencia de prensa en el Departamento de Estado, el secretario Colin Powell expresó su desacuerdo con el informe de una oficina privada de investigadores que asegura que Iraq no ha sido un amenaza inminente para los Estados Unidos. El secretario defendió el caso que él mismo expuso ante las Naciones Unidas en febrero del año pasado para una guerra lidereado por Estados Unidos que forzara a Saddam a dejar el poder.
"Mi presentación... dejó en claro que habíamos detectado algunos enlaces y contactos con organizaciones terroristas durante algún tiempo. Yo no he visto un arma humeante, evidencia concreta acerca de los contactos, pero pienso que posiblemente existieron y que fue prudente considerarlos en el momento en que lo hicimos."
Tres expertos del Carnegie Endowment for International Peace dijeron en un reporte el jueves que la administración Bush malinformó sistemáticamente acerca de una amenaza armada por parte de Iraq, y que la estrategia de los Estados Unidos debe ser revisada para eliminar la política de guerras unilaterales preventivas.
"No es factible que Iraq pudiera haber destruido, ocultado o sacado del país cientos de toneladas de armas químicas y biológicas, docenas de misiles Scud e instalaciones dedicadas a la producción de armas químicas y biológicas, que los funcionarios aseguraron que existían, sin que los Estados Unidos hubieran detectado pistas de esta actividad," dice el reporte elaborado por Jessica T. Mathews, Joseph Cirincione y George Perkovich.
El programa nuclear de Iraq había sido desmantelado y no había evidencia convincente se que estuviera siendo revivido, afirma el reporte.
La guerra en Iraq en 1991, dirigida por los Estados Unidos, y las sanciones e inspecciones de las Naciones Unidas destruyeron efectivamente la capacidad de Iraq de producir armas químicas en gran escala, agrega.
La amenaza real era lo que Iraq hubiera podido hacer en el futuro, como iniciar la producción de armas biológicas en el caso de una guerra, explica el reporte.
Iraq también estaba mejorando su capacidad para construir misiles de un alcance mayor al autorizado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. "El programa de misiles parece haber sido el único en desarrollo activo en 2002," dice.
Años de inspecciones de las Naciones Unidas para determinar si Saddam estaba ocultando armas de destrucción masiva funcionaron bien, y los Estados Unidos junto con las Naciones Unidas debieran crear un sistema permanente de vigilancia contra la proliferación de tecnologías peligrosas.
El reporte recomienda que se analice la posibilidad de que el trabajo de director de la CIA sea un puesto de carrera en lugar de una designación política.
El reporte Carnegie concluyó que el proceso de inteligencia de los Estados Unidos falló en Iraq, y que los funcionarios de la administración Bush ignoraron calificaciones y expresiones de duda presentadas por los analistas de inteligencia.
En las semanas anteriores a la guerra, la administración también intensificó sus alegatos de enlaces entre Saddam y la red terrorista al-Qaeda que encabeza Osama Bin Laden.
The Associated Press, enero 8 de 2004.
El exsecretario del Tesoro Paul O'Neill afirma que los Estados Unidos comenzaron a realizar el trabajo de campo para una invasión a Iraq pocos días después de que el presidente Bush asumió el poder en enero de 2001 -más de dos años antes del inicio de la guerra lidereada por los Estados Unidos que expulsó a Saddam Hussein.
"Desde el principio, existía la convicción de que Saddam Hussein era una mala persona y que se requería que se fuera", dijo O'Neill al programa "60 Minutos" de la CBS en una entrevista que saldrá al aire el domingo en la noche.
La posición oficial del gobierno estadounidense en relación a Iraq, desde la administración Clinton, era que los Estados Unidos buscarían expulsar a Saddam.
Pero O'Neill, quien fue despedido por Bush en diciembre de 2002, dijo que el tenía dudas acerca de la naturaleza preventiva de los planes de guerra. "Para mí, la noción de prevención, de que los Estados Unidos tienen el derecho unilateral de hacer lo que quieran hacer, es verdaderamente un salto descomunal", según un extracto de la entrevista que la CBS publicó el sábado.
La administración no ha encontrado evidencia de que el líder iraquí estuviera relacionado con los ataques de septiembre 11 pero funcionarios han dicho que tenían que considerar la posibilidad de que Saddam pudiera realizar un ataque aún mayor contra los Estados Unidos.
El vocero de la Casa Blanca Scott McClellan no confirmó ni negó que la Casa Blanca iniciara la planeación de la guerra al principio del gobierno de Bush. Pero aclaró que Saddam "era una amenaza a la paz y la estabilidad desde antes de septiembre 11, y más después de septiembre 11".
"Tal parece que el mundo de acuerdo al Sr. O'Neill está más relacionado con tratar de justificar nuestras opiniones que con observar la realidad de los resultados que estamos obteniendo en beneficio del pueblo estadounidense", dijo McClellan en Texas, donde el presidente se encuentra en su rancho."
La entrevista de O'Neill es parte de la promoción de un nuevo libro acerca de la primera mitad del gobierno de Bush, "The Price of Loyalty", para el que O'Neill fue una fuente importante.
La administración empezó a enviar señales acerca de una posible confrontación con Iraq aún antes de septiembre 11 de 2001. En julio de 2001, después del disparo de un misil tierra-aire contra un avión estadounidense de reconocimiento, la consejera nacional de seguridad de Bush advirtió a Saddam que los Estados Unidos tenían la intención de una política militar más resuelta hacia Iraq. "Saddam Hussein está en la pantalla de radar de esta administración", expresó Condoleezza Rice en esa ocasión.
Incluso el secretario de Estado Colin Powell dijo en diciembre de 2001, después de los ataques terroristas en Washington y Nueva York, que "con respecto a lo que algunas veces se ha dicho de expulsar a Saddam, nunca he visto un plan que fuera a echarlo fuera."
Según el libro del ex reportero del Wall Street Journal Ron Suskind, la administración Bush empezó a examinar opciones en los primeros meses después de la toma de poder.
The Associated Press, enero 10 de 2004.
Los Talibán tuvieron exactamente lo que merecían y los terroristas responsables por septiembre 11 merecen lo mismo... Repentinamente me parece que lo que en realidad estamos viendo es la preparación de una campaña mucho mayor basada en hechos muy dudosos. Me la paso pensando, no me mientan. No me mientan. No pretendan que esto no tiene una base religiosa. No pretendan que no es una cruzada. No pretendan que no es por causa del petróleo. No pretendan que no es para hacer una fortuna y mantener al pueblo estadounidense de pie y atemorizado.
John Le Carré
Publicado en la edición internacional Time del 12 de enero de 2004
La Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos, de mayoría republicana, autorizó ayer al gobierno de George W. Bush a mantener en secreto los nombres de centenares de detenidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
La Corte Suprema, que tomó su decisión sin hacer el menor comentario, se negó así a analizar la constitucionalidad de la decisión oficial de mantener en secreto la identidad de personas detenidas por los atentados contra Nueva York y Washington que provocaron alrededor de tres mil muertos.
Una demanda para considerar la constitucionalidad de la decisión fue presentada por el Centro de Estudios para la Seguridad Nacional, un grupo de reflexión en Washington, contra el departamento de Justicia, que invoca razones de seguridad nacional para justificar su rechazo a publicar las identidades de los detenidos.
(v.pág.27 del periódico Público del 13 de enero de 2004).
Durante una entrevista en el programa "60 minutos", el ex secretario del Tesoro Paul O'Neill describió a una Casa Blanca dominada por el vicepresidente, Dick Chenney, quien lo desautorizó en varias ocasiones.
(v.pág.27 del periódico Público del 13 de enero de 2004).
El problema es que la concepción de fondo y el enfoque de cómo es concebida la seguridad nacional por el actual gobierno estadounidense está afectando seriamente la filosofía general de los derechos humanos, las libertades político-sociales y el concepto de ciudadanía, no sólo en el vecino país, sino por ende en los países con quien tiene trato permanente, entre otros principalmente con nosotros.
De esta manera, el temor legítimo y justificado de la población de EU a sufrir un ataque terrorista, ya sea por vía bacteriológica, de cartas bomba o bien a través de la aviación comercial, está siendo usado para servir de justificación a una política que vuelve a colocar a la seguridad del Estado como elemento central, ajeno al respeto a la esfera personal de los individuos y a los derechos ciudadanos.
Resulta que ahora las intervenciones telefónicas, la investigación de antecedentes personales, relaciones amistosas, deportivas, etcétera; así como las de carácter familiar, escolar o políticas y religiosas, pasan a ser una prioridad en esa política de seguridad del Estado. La entidad abstracta "Estado" se convierte de nuevo en un dios a proteger, cuya acción justifica cualquier vulneración de derechos individuales.
La noción esencial de que el Estado es constituido a partir de la representación de los intereses de la colectividad integrada por individuos, donde el Estado es la garantía de la vigencia de los derechos ciudadanos y frente a la cual el ciudadano tiene prerrogativas inalienables, desaparece.
Ahora se reproduce la noción muy parecida a la vigente en el largo periodo de la Guerra Fría, de poner por arriba de los intereses ciudadanos e incluso colectivos, los intereses de la seguridad nacional. El problema es que esos intereses de seguridad nacional son definidos y decantados en capas y élites exclusivas del poder público y económico, en donde la vida de las instituciones se hace nebulosa.
Esa política se empieza a ver hoy como una nueva realidad cotidiana en los Estados Unidos, con los efectos directos sobre su principal vecino, México. Ahora resulta que además del fichaje obligado a la llegada en cualquier puerto de los EU, el Estado mexicano empieza a replicar las medidas aplicadas en el interior del vecino país y supervisadas por sus propias agencias y agentes.
Tonatiuh Bravo Padilla, profesor-investigador Universidad de Guadalajara
(v.pág.5A del periódico Mural del 22 de enero de 2004).
Mientras que al presidente Bush le gusta proyectar una imagen de fuerza y coraje, la verdadera realidad es que en presencia de sus grandes donadores financieros, él es moralmente un cobarde.
Al Gore, ex vicepresidente de los Estados Unidos, criticando su política ambiental
("Verbatim" en la edición internacional de TIME del 26 de enero de 2004).
Estamos tratando con la más cerrada, imperialista y sucia Administración de que tenga memoria. Le darían vergüenza hasta a Richard Nixon. Son una amenaza para lo que esta nación sostiene.
General Wesley Clark, precandidato presidencial del Partido Demócrata
(v.pág.24 de la edición internacional de TIME del 26 de enero de 2004).
El caso Irak es una piedra en el zapato del presidente estadunidense George W. Bush en este tiempo electoral. Aunque el campo de debates en el que se desempeña mejor es el que ha construido con sus discursos sobre la guerra de Irak y la guerra al terrorismo, hay dos aspirantes a la candidatura demócrata que en ese escenario le pueden causar problemas: John Kerry, el actual favorito de las encuestas, estuvo en Vietnam y a diferencia de Bush que escondió la cabeza para no estar en esa pelea, Kerry fue al frente, combatió y es un héroe. El otro posible dolor de cabeza es el general Wesley Clark, quien comandó la OTAN y afirma reiteradamente que la invasión a Irak es una "guerra electoral", ya que EU nunca estuvo en peligro.
Jorge Souza Jauffred
(v.pág.35 del periódico Público del 23 de enero de 2004).
El aspirante a la candidatura presidencial demócrata Howard Dean dijo que el nivel de vida de los iraquíes "es mucho peor" desde que Saddam Hussein fue sacado del poder.
"Uno puede decir que es excelente que Saddam ya no esté y estoy seguro que muchos iraquíes opinan que es excelente que Saddam ya no esté", dijo el ex gobernador de Vermont, un inquebrantable crítico de la guerra contra Irak.
"Pero muchos de ellos murieron. Y el estándar de vida de los iraquíes es mucho peor ahora que antes", señaló el candidato.
"Ahora bien, yo nunca defendería a Saddam Hussein. Es una persona terrible. Me alegro que ya no esté. Pero ¿no había otra manera de deshacerse de él, por ejemplo con la ayuda de la ONU?".
(V.pág.7A del periódico Ocho Columnas del 26 de enero de 2004).
Después de 10 meses de la guerra contra Iraq, el ex jefe de la CIA, responsable de buscar armas prohibidas en ese país, David Kay, refrendó ante el Congreso de su país que Saddam Hussein no tenía dicho arsenal.
"Resultó que todos estábamos equivocados (sobre las armas), en mi opinión. Y eso es lo más preocupante", reiteró Kay, que ya había señalado esto al renunciar a su puesto el pasado viernes.
El inspector de la CIA agregó que su equipo de 1,400 hombres no encontró almacenes de armas químicas o biológicas en Iraq, grandes ni pequeñas.
Por sus investigaciones, Kay afirmó estar convencido de que esos arsenales no existían en Iraq durante los meses en que la administración del presidente George W. Bush los utilizó como justificación para invadir a ese país.
(V.primera plana del periódico Mural del 29 de enero de 2004).
Katharine Gun, traductora de la agencia secreta británica de escucha de comunicaciones, el Government Communications Headquarters (GCHQ), el año pasado, cuando los Estados Unidos y la Gran Bretaña se preparaban a invadir Iraq, vio un correo electrónico de Frank Koza, jefe sustituto de la sección de Objetivos Regionales de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de los Estados Unidos en el que se solicitaba al GCHQ que montara una "ola" de espionaje contra los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas cuyos votos pudieran ser cruciales para pasar una segunda resolución autorizando la guerra. Esta solicitud es probable que no hubiera sorprendido a la mayoría de los diplomáticos objetivo de la misma -es ampliamente conocido que la NSA intercepta las comunicaciones incluso de sus aliados- pero Gun estaba furiosa por lo que consideró un intento de subvertir a las Naciones Unidas. Por ello filtró el memorándum al periódico Observer, el cual lo publicó en marzo pasado. Ahora ella enfrenta la posibilidad de dos años de prisión acusada de violación del Acta de Secretos Oficiales.
Gun no se irá en silencio. El actor Sean Penn y Daniel Ellsberg, informante acerca de la guerra de Vietnam, han tomado su causa. Ella alega en su defensa la "necesidad": que su filtración era necesaria para "exponer serias... irregularidades de parte del gobierno de los E.U.," y "para prevenir una guerra ilegal en la que miles... serían matados." Su juicio, esperado en el otoño, enredará más lo referente a la legalidad de la guerra -todavía un tema sensible para Blair, especialmente después de que no se han encontrado armas de destrucción masiva iraquíes.
(V.pág.25 de la edición internacional de TIME del 2 de febrero de 2004).
Rumsfeld, desde el Pentágono, confesó que, en efecto, conoció advertencias de que los indicios de armas atómicas o biológicas no eran concluyentes pero sus asesores y él siguieron las nota subrepticias de que las armas estaban bien escondidas y cambiaban de lugar cada veinticuatro horas, generando un engaño monumental por informes mal intencionados. Al día siguiente, el jefe de la CIA confesó que, en efecto, sus indagaciones traían un elevado índice de contingencia. Enfatizó que sus dudas fueron convenientemente transmitidas, antes de la invasión, tanto al Pentágono como a la Casa Blanca. Su defecto, en todo caso, fue que no se opusieron a los planes de guerra e invasión y la CIA se quedó callada.
En un libro que acabó de aparecer, algo así como "la fabricación de un líder", referene a la carrera de su marido, la señora [de Tony] Blair se lanza directamente contra George Bush, no sólo responsabilizándolo del asunto del Oriente Medio sino calificando su régimen de espurio por venir de unos cuantos "votos comprados", entre ellos, el del magistrado de la Suprema Corte que rompió el empate.
¿De qué acusarán a Hussein? ¿De ser dictador? ¿De maltratar a su pueblo? ¿De vender su petróleo de contrabando a otras naciones vecinas? Y eso ¿Cómo faculta a Estados Unidos a intervenir descarada y unilateralmente, rompiendo la soberanía de una nación?
El triunfo fácil y nutrido de[l precandidato demócrata] John Kerry en las primarias del martes pasado, según analistas independientes, es una especie de rechazo a la política del miedo extremada por el gobierno para acarrearle votos al presidente, pues Kerry ganó justo en mitad de una trifulca provocada por la aparición de "polvos venenosos" (además del ántrax) en ciertas oficinas del senado y en una oficina de correos. Sin embargo, la gente comienza a no creer en la amenaza terrorista externa sino a maniobras que emprenden los "bushistas" para evitar que los demócratas capten el creciente descontento o desilusión, la desconfianza de que "Bush y su administración de ineptos o embusteros" puedan resolver el grave problema que han creado. Dicen: si no aparece Osama bin Laden ¡Bush tiene muy difícil ganar la reelección!
Francisco Rea González
(v.pág.7/A del periódico El Occidental del 8 de febrero de 2004).
A ciencia cierta, es muy difícil establecer cuál ha sido el objetivo de esta guerra. Muchos pensamos que aun apoderándose de la riqueza petrolera de este país agredido, no se alcanza a compensar el grave daño que en el largo plazo ha sido obtenido por los Estados Unidos de Norteamérica.
La evaluación del daño, por la pérdida de confianza, es de muchísima trascendencia y gravedad para un país considerado el gran líder mundial. Independientemente del grave daño moral, desde el punto de vista económico no cabe la menor duda que el daño sufrido es muchísimo mayor que el beneficio alcanzado con el uso de esta gran mentira.
Esta reflexión nos lleva de la mano a otra de mayor importancia: Es cada día mayor la convicción de que los asuntos manejados por los diferentes gobiernos y partidos políticos del mundo son manejados a través de la mentira, lo cual significa un verdadero desastre en la vida comunitaria del mundo entero. Aceptar que, en lo general, los seres humanos, por alcanzar sus propósitos de poder recurren a la mentira, significa una verdadera tragedia para la humanidad entera.
Es en el hombre político en donde se observa con mayor claridad esa desmedida y enfermiza necesidad de tener mayor poder.
Todo este proceso nos lleva a una verdadera y penosa disminución en la calidad moral de muchos seres humanos que hacen lo suficiente como para sentirse satisfechos de su vida personal y social, sin necesidad de mayores logros que le proporcionen una satisfacción a su monstruoso ego.
Arcadio Valenzuela, analista económico
(v.pág.22 del suplemento "Política" del periódico Ocho Columnas del 9 de febrero de 2004).
"La Casa Blanca de Bush no sólo es un fracaso, sino la más peligrosa administración que haya conocido en mi vida."
Howard Dean, precandidato demócrata a la presidencia
(v.pág.22 de la edición internacional de TIME del 16 de febrero de 2004).
"Creo que para julio habrá una guerra civil en Iraq."
General Anthony Zinni, jefe del Comando Central de los Estados Unidos de 1997 a 2000
(v.pág.23 de la edición internacional de TIME del 16 de febrero de 2004).
"A la gente no le va a importar Halliburton... va a fijarse en quien pueda protegerla."
[De allí la importancia para el gobierno de Bush de mantenerla espantada. - El webmaster]
Consejero presidencial
(v.pág.24 de la edición internacional de TIME del 16 de febrero de 2004).
[En la campaña presidencial de 2000] John McCain prohibió a su staff explotar el hecho de que mientras él era golpeado hasta perder el sentido en el llamado "Hanoi Hilton", George W. Bush estaba seguro en casa, protegiendo a Houston de un ataque extranjero.
Después de graduarse de Yale, George W. Bush saltó hasta lo más alto de una lista de espera de 500 hombres para la Guardia Texana, a pesar de sus pobres resultados en una prueba de aptitud para pilotos. En ese tiempo el padre de Bush era un congresista republicano por Houston, y Ben Barnes -quien era vocero de la legislarura texana en 1968- testificó en 1999 que él había recomendado a Bush con los oficiales de la Guardia por petición de un amigo de la familia Bush. George W. Bush entró a la "unidad champagne" de la Guardia Texana (junto con los hijos de otros políticos texanos, como John Connally y Lloyd Bentsen) y recibió entrenamiento para volar el F-102.
"Yo defendería la elección del presidente con respecto a ingresar a la Guardia", dijo a Fox News el senador John Kerry, precandidato demócrata a la presidencia. "Nunca he hecho juicios acerca de ninguna opción utilizada para evitar el reclutamiento, acerca de irse a Canadá, a la cárcel, convertirse en objetador de conciencia, ingresar a la Guardia Nacional."
(V.pág.26 de la edición internacional de TIME del 16 de febrero de 2004).
Nosotros inspeccionamos más de 700 lugares y nunca encontramos nada. Eso debiera haber sugerido a los planificadores militares que el país no estaba exactamente lleno de armas.
Hans Blix, ex titular del equipo de inspectores de armas de la ONU en Irak
(v.pág.9A del periódico Ocho Columnas del 16 de febrero de 2004).
"¿Dónde están las armas? ¡En Estados Unidos!"
Manifestantes en la Plaza de España en Madrid
(v.pág.9A del periódico Ocho Columnas del 16 de febrero de 2004).
El director del la CIA George Tenet, declaró recientemente que él nunca creyó que existiera una amenaza "inminente". Es difícil encontrar a alguien fuera del círculo del vicepresidente Cheney que insista todavía en que una inmediata invasión unilateral era necesaria. La situación en Iraq es caótica. La posibilidad de una guerra civil entre sunis y shiitas, que podría desestabilizar toda la región del Golfo Pérsico, está creciendo. El ejército estadounidense se encuentra atrapado. Hay un fuerte sentimiento en los niveles más altos de la comunidad de inteligencia de que la campaña mayor contra el terrorismo -una verdadera guerra de necesidad- se ha retrasado por causa de la aventura iraquí, de que "nuestras acciones en Iraq han ocasionado un aumento neto de terroristas," como me dijo un colector de inteligencia. "Hemos mejorado en encontrarlos y matarlos. Pero hay muchos más jóvenes islámicos con deseos de luchar contra nosotros".
La retórica de Bush ha puesto al descubierto un simplismo moral que malrepresenta las dificultades de la lucha. Tomemos la declaración de "con nosotros o contra nosotros": Arabia Saudita es el principal sostén del radicalismo islámico en el mundo. Pakistán es la principal residencia de los más peligrosos terroristas. Ambos, nominalmente, están "con" los Estados Unidos.
Los sauditas representan un problema particularmente serio. Bush no ha tenido mucho que decir acerca de ellos. De hecho, las familias Bush y al-Saud tienen una larga historia de amistad personal y tratos de negocios. "Bush no solo ha sido pasivo con respecto a los sauditas," declara Bob Graham, ex presidente del Comité de Inteligencia del Senado. "El los ha protegido." Graham está furioso por la negativa de Bush a mostrar 21 páginas de la investigación del Senado acerca de los ataques de septiembre 11 -aparentemente la sección que trata sobre el involucramiento saudita-. "Creo que eventualmente encontaremos que gente con posiciones de responsabilidad en el gobierno saudita estuvieron financiando a algunos, si no es que a todos, los secuestradores," dijo.
Durante el pasado cuarto de siglo los sauditas han financiado movimientos jihadistas y escuelas radicales en todo el mundo islámico. Han modificado la naturaleza de la práctica del islam -haciéndolo menos tolerante- en países anteriormente moderados como Pakistán.
Joe Klein
(v.pág.4 de la edición internacional de TIME del 23 de febrero de 2004).
"Somos aliados de los Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo. Pero las alianzas son asociaciones. Y esta asociación fue violada cuando los Estados Unidos mintieron acerca de las armas de destrucción masivas y su inexistente conexión con al-Qaeda con el fin de echar mano a las reservas petroleras de Iraq."
Raimund Wildner / Fuerth, Alemania
"Invadir a Iraq poco a nada tenía que ver con combatir a los terroristas de septiembre 11... intenta confundir las fronteras entre la guerra contra el terrorismo y una vendetta de Bush contra Sadam."
Paul Ruddock / Daejeon, Corea del Sur
"Dadas las recientes revelaciones sobre el atemorizamiento utilizado por la Administración Bush para persuadirnos de ir a la guerra contra Iraq, no es de extrañarse el que los candidatos demócratas puedan haber cambiado de opinión con respeto a la guerra. El tema real no es si estamos más protegidos contra el terrorismo sino que si vamos a permitir que Bush y amigos sigan mintiéndonos para conseguir sus metas políticas."
Kevin M. Kuehl / Waupaca, Wisconsin
Letters
(Edición internacional de TIME del 23 de febrero de 2004).
Bush y los republicanos quieren explotar temores.
John Edwards, precandidato demócrata a la presidencia
(v.pág.27 del periódico Público del 24 de febrero de 2004).
Estoy completamente satisfecho de que el senador Kerry lleve la delantera [para la candidatura presidencial demócrata], porque un héroe de guerra que quiere que la fuerza militar se utilice sólo como último recurso enfrentará bastante bien a un peleonero que no ha experimentado la guerra personalmente.
La mayoría de los atributos de una sociedad abierta están ahora eliminados, porque no existe una oposición efectiva en el Congreso. No existen medios de comunicación independientes. Los dueños del capital han sido advertidos de que deben alinearse o enfrentar las consecuencias.
George Soros, financiero estadounidense de origen húngaro
(v.pág.8 de la edición internacional de TIME del 1o. de marzo de 2004).
Ya nadie recuerda o, se han encargado de que no lo recordemos, que la familia Bin Laden, con más de cincuenta hermanos y primos no eran desconocidos para muchos personajes conocidos por todos, empezando por el antiguo secretario de Defensa de Ronald Reagan, Frank Carlucci, el ex secretario de Estado James Baker o el ex primer ministro británico John Mayor. Todos ellos formaban parte de un consorcio de empresas contratadas por el departamento de Defensa. Osama bin Laden no fue un desconocido ni de los Bush ni de la inteligencia estadunidense. ¿Se conocían Bush y Bin Laden? Algunos dicen que sí y que pudo haber relaciones de negocios y que hubo colaboración con Estados Unidos para sacar a los rusos de Afganistán. Eso y muchas más leyendas o realidades.
¿De verdad, Osama bin Laden encabezó una cruzada contra Bush porque había miles de soldados estadunidenses en Arabia Saudí? ¿Habrá sido la verdadera causa por el que dos aviones destrozaron el símbolo económico del mundo, con la desaparición de las Torres Gemelas? ¿Habrá sido la causa de intentar acabar con el poder castrense encarnado en el Pentágono? ¿Habrá sido todo eso, o también una mezcla de odios, aversiones y venganzas? De todos es sabido el odio, casi enfermizo de Reagan por Gaddafi y de Bush por Sadam, cuando veinte años antes, Donald Rumsfeld se echaba a los brazos del sátrapa en Bagdad.
No olvidemos en todo caso que hay muchos datos sintomáticos. Tras el 11 de Septiembre del 2000, los políticos estadunidenses, sobre todo los demócratas, quisieron crear una comisión especial que investigara los atentados. La administración Bush y los republicanos se opusieron. Al final claudicaron pero, de mala gana. ¿Por qué habrá sido?
Alberto Peláez
(v.pág.29 del periódico Público del 2 de marzo de 2004).
El analista Lawrence Freedman del Financial Times dijo que la victoria de Kerry entusiasma a muchos europeos. En su artículo publicado en el diario británico señaló que es difícil exagerar el desprecio con que Bush es percibido en varios ámbitos del viejo continente, que en general lo ven como una persona irracional, beligerante, desdeñosa con los aliados y egoísta.
(V.pág.12A del periódico Mural del 4 de marzo de 2004).
Como lo señala el profesor Shamsuddín Elía, en su obra La convivencia de tres culturas durante 800 años: "más allá de las obras públicas y arquitectónicas, y los prodigios científicos y culturales de Al Andalus, lo que mejor caracteriza el legado hispano-musulmán es su espíritu de la tolerancia. Si hablamos de la tolerancia de1 Islam, no se trata de un tópico repetido con fines propagandísticos, sino de una experiencia y una realidad histórica irrefutable. En la llamada Edad de Oro del Islam, cuando el territorio musulmán se extendía de España hasta la China, entre los siglos VIII y XIV, convivían en su seno en un ambiente de libertad y mutuo respeto cristianos arrianos, nestorianos, monofisitas y coptos, judíos, budistas, zoroastrianos, maniqueos e hinduistas, cuyas creencias y tradiciones eran garantizadas por el Islam por el estatuto de Ahl al-Dhimma, es decir, la 'Gente del Pacto'. Esto es algo que el Islam puso en práctica hace más de 1,400 años y que Occidente a duras penas comenzó a llevarlo a cabo a mediados del siglo XX".
Al Qaeda no tiene autoridad moral para revindicar Al Andalus, pero el nuevo gobierno y el pueblo español, que ya iniciaron la recuperación histórica de esa época, si pueden encabezar una convocatoria de la "Gente del Pacto"; ella nos interpela a todos, ciudadanos y ciudadanas del mundo -no únicamente de Occidente-, a cortar de raíz los terrorismos fundamentalistas religiosos, tanto como los terrorismos de estado que manipulan a su favor las ideas de justicia y verdad de Occidente como propios. El "Pacto" para alcanzar la paz no puede sino ser mundial, de diálogos y escuchas tolerantes entre ciudadanos, Iglesias, gobiernos que recuperen sus fuentes originales pacíficas e incluyentes.
Jaime Preciado Coronado
(V.pág.21 del periódico Público del 19 de marzo de 2004).
El presidente polaco Aleksander Kwasniewski afirmó ayer que su país "fue engañado" sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Irak. "Es cierto que nos embaucaron con las armas de destrucción masiva. Nos engañaron", declaró a un grupo de periodistas franceses que se encuentran de visita en Varsovia.
(V.pág.34 del periódico Público del 19 de marzo de 2004).
"Estos tipos son el grupo más deshonesto y mentiroso que jamás haya visto."
John Kerry, candidato presidencial demócrata, acerca de sus críticos republicanos.
El Secretario de Defensa Donald Rumsfeld instó al presidente George W. Bush a bombardear Irak casi inmediatamente después de los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001, dijo un ex asesor de la lucha contra el terrorismo de la Casa Blanca.
Richard A. Clarke, coordinador de antiterrorismo de Bush en aquella época, recuerda en un libro a punto de publicarse detalles de una reunión celebrada al día siguiente de los ataques terroristas, durante la cual altos funcionarios del gobierno ponderaron las alternativas de Washington para responder a los atentados. Incluso en aquellos momentos, dice Clark en su libro, estaban seguros de que la responsabilidad de los ataques correspondía a Al Qaeda y que no había el menor indicio de participación por parte de Irak.
"Rumsfeld decía que teníamos que bombardear Irak", dijo Clarke. "Todos dijimos: Pero no, no, Al Qaeda está en Afganistán".
Rumsfeld se quejó entonces de que "no hay ningún buen objetivo en Afganistán y hay muchos buenos objetivos en Irak".
"Creo que (los funcionarios de Bush) deseaban creer que había una conexión" entre Irak y Al Qaeda en los ataques contra Estados Unidos, dijo Clarke en una parte de la entrevista, transmitida por anticipado el viernes. "Pero simplemente no hay conexión. No hay absolutamente prueba alguna de que Irak estuviese respaldando a Al Qaeda".
(V.pág.6A del periódico Ocho Columnas del 16 de febrero de 2004).
Problemática es la posibilidad de que marzo/11 [en Madrid] haya sido un ataque relacionado con al-Qaeda; sería otra señal de que la afirmación del presidente George W. Bush de haber aplastado a la red de bin Laden es falsa.
El secretario de Defensa de los Estados Unidos, Donald Rumsfeld, expuso en un memorándum interno del Pentágono que los radicales que odian a los Estados Unidos -y a sus aliados- están apareciendo más rápido de lo que podemos capturarlos o matarlos. Cualquier cosa que hagamos con los miembros originales de al-Qaeda, una nueva generación de terroristas similares a ellos está creciendo. Entonces, además de poner más cámaras en nuestras plataformas ferroviarias, quizá debiéramos estarnos preguntando por qué nos odian los terroristas. Si no enfocamos las razones del terrorismo así como a los terroristas, los exámenes corporales aceptados en los aeropuertos serán sólo el principio de la vida en nuestras nuevas fortalezas.
Richard A. Clarke, ex consejero presidencial y autor del libro "Contra Todos los Enemigos: Dentro de la Guerra de Estados Unidos Contra el Terrorismo"
(v.edición internacional de TIME del 22 de marzo de 2004).
Existen preguntas acerca de las acciones del presidente Bush inmediatamente después de septiembre/11. Específicamente, ¿por qué permitió que aviones llenos de ciudadanos saudiárabes, incluyendo a miembros de la familia bin Laden, salieran de los Estados Unidos inmediatamente después de los ataques terroristas? ¿Quién le solicitó dar a los saudiárabes un tratamiento especial? ¿Estaba enterado de que el gobierno de Arabia Saudita y miembros de la familia real entregaban dinero a las caridades que proporcionaban fondos a al-Qaeda?
Joe Klein
(v.edición internacional de TIME del 22 de marzo de 2004).
La pregunta ahora es si ese enorme puño estadounidense ha golpeado una gota de mercurio, enviándola en innumerables direcciones y haciéndola casi imposible de encontrar. Un ex oficial antiterrorista de la administración Bush señala que "ha habido más ataques terroristas importantes en los 30 meses posteriores al 11 de septiembre que en los 30 meses anteriores. Pienso que quizás hemos cortado la cabeza de Al Qaeda, pero el resto del cuerpo está funcionando bien y ha generado 10 cabezas más pequeñas".
(V.pág.23 de Newsweek en español del 22 de marzo de 2004).
Entrevista con el sheik Muhammed Hussein Fadlallah, líder religioso de los 2 millones de chiítas del Líbano y líder espiritual de Hezbolá.
¿La liberación de los chiítas iraquíes cambia su imagen de EEUU?
EEUU es responsable de muchas de las cosas que hizo Sadam, incluso de que llegara a obtener armas de destrucción masiva. Lo apoyó en su guerra contra Irán y más tarde contra Kuwait para legitimar su propia presencia militar en el Golfo Pérsico. Sadam era un monstruo, pero EEUU apoyó al monstruo, como hace con muchos otros en el mundo.
Pero Sadam lanzó una sentencia de muerte en su contra. ¿No cree que tiene una deuda de gratitud con EEUU?
No. EEUU tenía sus propios intereses; no es una institución de caridad. Quitó a su empleado, Sadam. Desde ese punto de vista, Irak está mejor ahora. Pero los iraquíes no se sienten mejor o más seguros.
Usted parece bastante antiestadounidense.
En Oriente Medio se consideraba a EEUU un símbolo de libertad. Europa era el colonizador y EEUU se oponía a ello. Ahora deberían preguntarse por qué se les odia en Oriente Medio y en todo el mundo. Pero no aceptamos la agresión contra el pueblo estadounidense, por eso fui la primera figura islámica en condenar los ataques del 11/9.
¿A quién culpa por los ataques con bombas en Kerbala y Bagdad el día del Ashoura?
Algunos analistas islámicos creen que la CIA y el Mossad están detrás de esos ataques, para culpar a enemigos como Al Qaeda y prolongar la ocupación estadounidense en Irak. Estos esquemas invisibles parecen encaminados a provocar una guerra civil. Incluso las mesquitas suníes han sido atacadas.
El ayatolá Alí Sistani y otros líderes chiítas han hecho un llamado a la calma después de estas matanzas. ¿Se podrá mantener así?
Hemos exhortado a los iraquíes a rechazar el sectarismo, que puede destruir lo malo y lo bueno y prolongar la ocupación de EEUU con el pretexto de mantener el orden. Creemos que el pueblo iraquí es inteligente y sabrá contrarrestar estos esquemas.
(V.pág.50 de Newsweek en español del 22 de marzo de 2004).
Las reservas comprobadas de petróleo crudo garantizan que Estados Unidos tenga asegurada su disponibilidad para 11 años, mientras que Irak tiene garantizada la disponibilidad para 153 años. Esta región del mundo es la más rica en reservas petroleras, Kuwait tiene disponibilidad para 137 años y Arabia Saudita para 95 años más; quien tenga el control geoestratégico político de esta región, mantendrá por ende un enorme poder político, económico y militar en el mundo.
David Mora Cortés, politólogo especialista en seguridad nacional
(v.pág.6/A del periódico El Occidental del 22 de marzo de 2004).
La guerra que se le hizo a Husein tuvo muy poco qué ver con Al Qaeda, Hammas, o cualquiera de los grupos musulmanes asesinos, no sólo por la ausencia de pruebas ligando al régimen iraquí a los anteriores, ni porque Husein siempre fue un tirano laico, con una visión más nasseriana que ayatólica del panarabismo, incluyendo a cristianos en su gabinete y entre los principales opresores en la región del radicalismo que gestó a Bin Laden sino porque el terrorismo islámico, precisamente por su nebulosa naturaleza moral, mística o religiosa difícilmente se circunscribe a naciones, estados, constituciones o fronteras: quienes atacaron Irak mostraron su cercanía con el gran Satán no por haber agredido a Husein, sino porque justificaron el golpe con base en los atentados del 11 de septiembre. Los invasores quizá estén haciendo grandes cosas por la libertad del mundo desde Irak, pero no están, nunca estuvieron combatiendo al terrorismo responsable de la caída de las Torres Gemelas.
Carla Garza
(v.pág.19 del periódico Público del 23 de marzo de 2004).
El terrorismo jamás será vencido completamente, admitió ayer George Tenet, director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, al comparecer ante una comisión independiente que investiga por qué no se pudieron evitar los atentados del 11 de septiembre del 2001.
"Un éxito completo contra esa amenaza (el terrorismo) es imposible. (Algunos) atacantes alcanzarán sus fines, a pesar de nuestros decididos esfuerzos y las defensas que establezcamos", declaró Tenet durante una audiencia en Washington.
"Los terroristas tienen una ventaja táctica. Pueden elegir cualquier objetivo y atacarlo con 'mártires', a los que les importa poco el número de personas inocentes que maten o hieran", añadió.
"Debemos ser honestos con nosotros mismos y con el pueblo estadounidense acerca del mundo en que vivimos", agregó el jefe de la CIA.
"Irónicamente, los éxitos obtenidos en el desmantelamiento de la dirección de Al-Qaeda, de sus comunicaciones y de sus finanzas, aumentaron las oportunidades de las células locales (...) que realizan acciones independientes para matar estadounidenses en cualquier momento", precisó el funcionario.
(V.pág.12A del periódico Mural del 25 de marzo de 2004).
Cada vez más funcionarios estadounidenses están traspasando el velo de secrecía que llegó a la Casa Blanca junto al Presidente George W. Bush.
(V.pág.12A del periódico Mural del 25 de marzo de 2004).
No hay duda de que la facción represiva-cristiana-derechista-empresarial-criminal-republicana de nuestro país ha ganado la iniciativa. Creo que el Acta Patriótica ha sido explotada para ponernos más controles en nuestro comportamiento de lo que ellos nunca soñaron que tendrían la oportunidad de implementar.
George Carlin, comediante estadounidense
(v.pág.6 de la edición internacional de TIME del 29 de marzo de 2004).
La cerrada visión de la actual administración de EEUU está condenada al fracaso. La invasión de Irak fue un regalo a la propaganda ultra islamista; la descarada toma del partido del país en el conflicto palestino-israelí es otro. Lejos de secar los manatiales de simpatía por los extremistas violentos, las políticas de EEUU los surten de nuevo.
Tony Judt, director del Instituto Remarque de la Universidad de Nueva York
(v.pág.8 de Newsweek en español del 29 de marzo de 2004).
Yo estoy apoyando a Kerry y me gustaría enjuiciar a Bush. Kerry siempre ha apoyado la libertad reproductiva como un derecho humano fundamental, así como los programas sociales que las mujeres requieren desproporcionadamente. Como un hombre que conoce cómo es la guerra, ha tendido a ser más moderado en su intención de hacer una.
Gloria Steinem, líder del movimiento de derechos femeninos de los 70s
(v.pág.4 de la edición internacional de TIME del 5 de abril de 2004).
"En la política como en la vida no se puede obtener lo mejor y frecuentemente hay que escoger lo menos malo. Bush no sólo ha demostrado ser incapaz de resolver problemas locales (creando un enorme déficit presupuestal), sino que ha puesto en peligro a todo el mundo retractándose de compromisos internacionales (como el protocolo de Kyoto), minando la autoridad de la ONU e ignorando el consejo de antiguos aliados y el sentir de la comunidad internacional. Gracias a las ciegas políticas de Bush, el mundo es un lugar mucho más peligroso hoy. El pueblo estadounidense debe poner un fin a esto."
Morena Nannetti / Munich
"Bush puede haber recolectado una enorme suma para su campaña de reelección, pero el dinero no compra competencia o credibilidad con los votantes. ¿Recuerdan la "cuidadosa planeación" del equipo Bush y su paternalista autoconfianza antes de lanzar la guerra en Iraq?"
Phillip Nelson / Aptos, California
Letters
(Edición internacional de TIME del 5 de abril de 2004).
Por culpa de Bush, "los estadounidenses fueron a morir a Iraq pensando que estaban vengando [los atentados de] septiembre 11."
Richard A. Clarke, ex consejero presidencial y autor del libro "Contra Todos los Enemigos: Dentro de la Guerra de Estados Unidos Contra el Terrorismo"
(v.pág.21 de la edición internacional de TIME del 5 de abril de 2004).
Estados Unidos creó una coalición de países dispuestos a invadir Irak, no para buscar armas de destrucción masiva, sino para hacer cambiar a una recalcitrante Arabia Saudí, afirmó hoy un analista de estadounidense en su visita a Australia.
George Friedman, presidente de la compañía privada de inteligencia Stratfor, declaró que desarmar a Saddam Hussein fue el pretexto para un ataque militar en el Golfo con el objetivo de aplastar la resistencia de los saudíes a las demandas de Estados Unidos.
Esta resistencia consistía básicamente en "facilitar la transferencia de recursos a Al-Qaeda". Además, Arabia Saudí "se oponía a cooperar con Estados Unidos y creía firmemente que Estados Unidos no tomaría ningún tipo de acción en su contra", añadió.
Pero con los atentados del 11 de septiembre de 2001, "Estados Unidos estaba desesperado", afirmó el analista. Entonces, Washington se planteó la siguiente cuestión: "No podemos encontrar a Al-Qaeda, por lo tanto, ¿cómo podemos parar a los que facilitan sus actividades?".
Sin embargo, los saudíes se negaron a cooperar, convencidos de que Washington no estaría dispuesto a verse implicado en otra guerra en el Golfo.
"Si conseguíamos dominar Irak, pensábamos que en primer lugar se producirían cambios dramáticos en el comportamiento de los saudíes", declaró Friedman. "Podríamos manipular además a los iraníes para un cambio de política y finalmente encontrar apoyo en los sirios".
(V.pág.7A del periódico Ocho Columnas del 4 de abril de 2004).
Le pregunté a una autoridad estadounidense muy involucrada con el cotraterrorismo sobre el patrocinio estatal. Respondió: "Bueno, todo lo que queda es Irán y Siria en menor medida, y está dirigido principalmente contra Israel. Los estados han ido abandonando el negocio del terrorismo, desde finales de la década de 1980. Hemos mantenido a muchos países en la lista de estados patrocinadores por razones políticas. La realidad es que el terrorismo que enfrentamos en su mayoría está desvinculado de los estados". Los terroristas de hoy se hallan en países como España y Alemania. No reciben apoyo de los estados sino de individuos particulares: millonarios sauditas, radicales egipcios, predicadores yemenitas.
Afganistán alojó a Al Qaeda, y esto fue crucial para atacar al país. Pero esto fue un caso menos de un estado patrocinando a un grupo terrorista, y uno más de un grupo terrorista patrocinando a un estado. Considérese la situación hoy. Al Qaeda perdió su base en Afganistán, dos tercios de sus líderes han sido capturados o muertos, sus fondos están siendo congelados. Sin embargo los ataques terroristas se dan desde Indonesia, Casablanca y hasta España. "Estos ataques no son dirigidos por Al Qaeda. Se inspiran en ellos", me dijo la autoridad. "Incluso no estoy seguro de que se pueda hablar de Al Qaeda, porque da la imagen de un grupo único, tal vez descentralizado. De hecho, todos son distintos grupos locales que sólo tienen en común la ideología y los enemigos".
Fareed Zakaria
(v.pág.10 de Newsweek en español del 5 de abril de 2004).
"Su reporte asume que Bush sintió que la invasión a Iraq era esencial para la seguridad de los Estados Unidos. No hay tal. Bush sabe que el precio de sus políticas es sangre, pero considera que el control sobre el Medio Oriente -y las ventajas económicas que éste representa para los Estados Unidos- hacen que el precio sea razonable."
Tom Stungo / High Wycombe, Gran Bretaña
"Los Estados Unidos invadieron y conquistaron Iraq en virtualmente un instante, pero cómo gobernar el país o salir de él honorablemente es la verdadera prueba. Hay muchas rutas de salida, pero ninguna es honorable. Los Estados Unidos deben aceptar que se equivocaron en su juicio sobre la existencia de armas de destrucción masiva y pedir perdón al pueblo iraquí. Deben compensa a Iraq por los daños de guerra. De otra forma, la aventura estadounidense será un golpe mayor para su prestigio."
Gulzar Khan / Islamabad
"Al declararle la guerra a Iraq Bush no probó estar dispuesto a hacer cualquier cosa necesaria para mantener seguros a los Estados Unidos. Unicamente mostró su adicción a relacionar dos asuntos completamente diferentes (Iraq y septiembre 11) y conseguir que los medios de comunicación le ayudaran a hacerlo repetidamente."
Heather Flynn / Portland, Oregon
Letters
(Edición internacional de TIME del 12 de abril de 2004).
El gran plan de la administración de Bush para la paz y la prosperidad de la región, con Irak como un modelo de democracia y libre empresa, tomará al menos una década... EE UU ha puesto su prestigio en la línea en Irak y, habiendo destruido el estado iraquí durante el proceso, ahora está atrapado.
"Nosotros no podemos irnos", dice un funcionario de una empresa de seguridad estadounidense en Irak. "Aun si toma un millón de vidas estadounidenses, tenemos que quedarnos".
"La Casa Blanca no comprende que necesitamos más tropas, muchas más tropas", dice una fuente enterada de la Autoridad Provisional de la Coalición. "No se dan cuenta de que necesitamos más recursos. Si Irak cae en la guerra civil, estaremos menos seguros de lo que estábamos antes de la invasión".
Irak se ha convertido en un campo de batalla estratégico en la guerra contra el terrorismo, aun cuando antes no lo era.
(V.pág.14 de Newsweek en español del 12 de abril de 2004).
Pregunta: No es un admirador de los Bush. ¿Qué es lo que más les disgusta de ellos?
Respuesta: Le pregunté a paul Krugman: "¿Ha habido algún recorte de impuestos durante una guerra?" Dijo que no sólo no ha habido un recorte de impuestos durante una guerra en la historia de este país, sino que no lo ha habido en la historia del planeta en tiempo de guerra. Vamos hacia un déficit colosal, y esos recortes de impuestos van, sobre todo, para los de arriba. Y la administración de Bush tiene también grandes problemas de credibilidad. Hay una corrupción de grandes proporciones.
Pregunta: ¿Hay algo que le guste de Bush?
Respuesta: Que no haya plantado las armas de destrucción masiva habla bien de él. Sabes, consideraron esa posibilidad. Probablemente les dio miedo que los descubrieran.
Pregunta: ¿Si pudiera darle un consejo al Presidente, cuál sería?
Respuesta: Un buen consejo: no tengas miedo de no ser tú mismo. El mal consejo: sé tú mismo. Otro consejo podría ser: lee.
Entrevista a Al Franken, comediante estadounidense
(v.pág.50 de Newsweek en español del 12 de abril de 2004).
Iraq será el nuevo Vietnam de Estados Unidos. La afirmación parecía demagógica hace un año, pero se está volviendo realidad. Si las tropas estadounidenses permanecen en Iraq, seguirán sufriendo bajas por atentados rebeldes. Si se retiran, dejarán atrás un país ingobernable. Lo peor de todo es que ya ha quedado claro que las armas con que se justificó la invasión nunca existieron.
Sergio Sarmiento
(v.pág.6A del periódico Mural del 12 de abril de 2004).
En el análisis más incisivo sobre el testimonio de [Condoleezza] Rice, David Broder, de The Washington Post, pone el dedo en la llaga al señalar que Bush tiene un problema de falta de curiosidad. Su estilo personal de gobernar es autoritario. Exige una enorme disciplina y las decisiones sólo se toman en la cúspide y se transmiten hacia abajo. Esto impide que las ideas o preocupaciones de la burocracia, justamente como las de Clark, lleguen al Presidente. Cómo se extraña, escribe Broder, a John Kennedy, quien era famoso por tomar el teléfono y satisfacer su curiosidad directamente con los funcionarios sin importar su nivel. "Kennedy era un periodista de corazón, no como Bush, un egresado de la escuela de negocios de Harvard".
Rafael Fernández de Castro, profesor del ITAM y director de la revista Foreign Affairs en Español
(v.pág.13A del periódico Mural del 12 de abril de 2004).
41% de los iraquíes prevé el estallido de una guerra civil en su país, según una encuesta publicada por el periódico iraquí Al Shira, que revela también que las tres cuartas partes de la población tiene gran miedo al futuro. El 80% de las 1,200 personas consultadas por el Instituto Psicológico de la Universidad de Bagdad dijeron que han perdido toda confianza en los políticos iraquíes.
(V.pág.24 del periódico Público del 13 de abril de 2004).
El fondo es que Irak tiene mucho petróleo. Mucho, o al menos, el suficiente como para que no se planteen su salida. Puede ocurrir que se replieguen parcialmente, pero no de una manera total.
Mientras tanto la libanización es cada vez más palpable. Irá a peor. No me creo que la administración Bush no contara con esto. No puede tratarse de un imponderable porque ya lo habían vivido años antes en Vietnam. Contaban con ello pero, al sopesarlo, la balanza se inclinó más hacia el interés económico.
No tengo claro cómo terminará. En Vietnam se fueron al cabo de años. Aquí el factor "oro negro" les obliga a quedarse. ¿Por cuánto tiempo? No lo sé. Mientras tanto los insurrectos toman calles, se alían chiies y suníes, secuestran a extranjeros, emboscan soldados o camiones cisternas que, es fácil y espectacular.
Bush se aferra al poder. Dice que derrotará a los insurrectos. Pero como lo haga hasta ahora, podría terminar mal.
Alberto Peláez
(v.pág.25 del periódico Público del 13 de abril de 2004).
El mundo civilizado tendrá que hacer frente a un enemigo inasible y evasivo que no plantea reivindicación alguna y que se ensaña contra las sociedades democráticas, precisamente porque son abiertas, fluidas y respetuosas de los derechos humanos y del Estado de Derecho. Para estos fanáticos el enemigo irreconciliable es precisamente el sistema democrático dondequiera que éste exista. Es por ello que ningún país civilizado puede considerarse al abrigo de sus golpes ciegos y brutales, sin importar cuál sea su política exterior ni su actitud ante la civilización islámica y ya lo ha declarado reiteradamente Bin Laden, que su guerra es contra el Occidente, los cruzados y los judíos, en nombre de una supuesta dominación de que son víctimas algunos estados musulmanes por parte del mundo occidental. La estrategia es de lo más sencillo pues se trata de matar el mayor número de personas inocentes, para despertar el miedo y el terror, sin que exista objetivo político alguno y sin que se puedan negociar términos o condiciones, pues se trata de impedir que el sistema democrático llegue a asentarse en los países musulmanes.
La organización misma de este grupo de iluminados dispuestos a morir, ya ha declarado que en Occidente se ama la vida pero ellos adoran la muerte, la misma no tiene una estructura básica sino que hay células dormidas en países occidentales dispuestas a actuar cuando se les indique, pues existe un gran número de candidatos al martirio en el nombre de Alá que no pertenecen a un territorio o un estado determinados, por lo que la forma de atacarlo no puede ser a través de una guerra convencional como lo han pretendido los norteamericanos en Iraq; en ese sentido es más una idea que una estructura y más que con soldados cuenta con fieles y fanáticos que tienen un solo programa, el odio y la destrucción de vidas inocentes.
La tentación de la represión y de la guerra frontal son grandes pero están probando su total fracaso en las acciones iraquíes, por lo que la situación deberá replantearse y orientarse hacia otras alternativas, debiendo comenzar con el reforzamiento de las relaciones entre Estados Unidos y los países de la Unión Europea que tenga como consecuencia el fortalecimiento de la estabilidad internacional, tomando conciencia que el problema es sumamente complejo y que no debe haber simplificaciones peligrosas. Los campos de esa cooperación se deben lograr en la seguridad civil, el aspecto militar y policial, así como el judicial, garantizando en todo momento el disfrute de las libertades públicas que son la base de la democracia.
Para los extremistas musulmanes cualquier occidental es un enemigo declarado, pues los mismos se encuentran en pie de guerra como en los tiempos de las cruzadas, y viven por tanto una guerra santa o jihad.
El inicio de la solución lo ha dado el rey de España cuando declaró que el terrorismo debe combatirse con los medios del Estado de Derecho, pues a los enemigos de la democracia hay que combatirlos y vencerlos con más democracia aún, frente a grupúsculos que no sólo han cambiado las reglas del juego, sino que han cambiado el juego mismo en las relaciones entre las diferentes civilizaciones. Son momentos difíciles en los que debe prevalecer la identidad común del Occidente y en los que deben perseverar todos juntos.
Sergio A. López Rivera, abogado
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 14 de abril de 2004).
Los ingleses, esos que tardaron tanto en entrar en Basora, que fueron casi ridiculizados, tienen un control mucho más férreo sobre esa ciudad. No tratan de ser simpáticos, no buscan que los quieran, al contrario, saben que los imperios deben ser temidos. A sangre y fuego colonizaron una parte importante de la tierra. No querían extender su modo de vida, crear "estados democráticos"; simplemente buscaban hacer negocios, explotar a los países ocupados, sacar provecho de sus colonias. Juegan futbol en Basora y han organizado una liga donde sus soldados suelen perder contra los equipos locales, es cierto, pero tienen también un programa de eliminación selectiva y silenciosa de quienes consideran potencialmente peligrosos. Al que levanta la cabeza se la vuelan. Son, insisto, menos estridentes, menos espectaculares pero mucho más letales.
George W. Bush y en general los norteamericanos viven con la peregrina idea de ser queridos y aceptados por aquellos a quienes han pulverizado en nombre de la democracia y la civilización occidental. Están siempre dispuestos a ir a la guerra, aplastar un país y luego volver a casa a tomar Coca-Cola e ir al cine, mientras sus empresas se enriquecen con los nuevos socios que han dejado a cargo de la nueva democracia recién instalada. Se equivocan. Hoy están metidos en un atolladero y la promesa de retornar en julio la soberanía al pueblo de Irak se quedará sólo en eso. Mientras tanto, les toca poner sus muertos (unos cuantos) y continuar matando iraquíes a mansalva.
Dice Rumsfeld que "hay días buenos y días malos" y relativiza de inmediato el número de bajas y es cierto, tiene razón, así es la guerra y haber derrocado a Sadam en un tiempo récord y perdiendo menos de un millar de hombres es una gran victoria. Lo cierto, sin embargo, es que el peor enemigo de Rumsfeld, Cheney y todos los halcones que sobre una serie de escandalosas mentiras diseñaron la guerra no son los combatientes de la resistencia. Su enemigo está en casa. Para el norteamericano medio ya es hora de que "sus muchachos regresen al hogar". Cada muerto pesa ahora como 100 o como mil -de los suyos claro, los otros no cuentan- y son cada vez más las personas que comienzan a referirse a Vietnam y al sin sentido de estar, allá tan lejos, poniendo en riesgo a sus hijos y esposos.
Pero, ¿cómo van a volver? Ellos mismos se encargaron de hacer más empinada la cuesta de regreso. Se metieron con prisa y ganas a la mismísima boca del lobo y luego, para consolidar su victoria y en un puritanísimo e ingenuo gesto disolvieron al ejército y a la policía de Husein. También al partido Baath. En fin, desarticularon aquello que mantenía unido de cualquier manera el tejido social y se quedaron enredados en ese laberinto. Lo dicho: no saben ser imperio. Buscan ser queridos, ser populares, ganar "mentes y corazones". Lástima para ellos que de imperio sólo tengan la prepotencia y sean incapaces de preguntar a quienes saben, a sus "aliados" ingleses, cómo se hace para someter a un pueblo que es al fin y al cabo la tarea de un imperio.
Epigmenio Ibarra
(V.pág.19 del periódico Público del 16 de abril de 2004).
La historia de la participación externa en otros países sugiere que, para tener éxito, el forastero necesita dos cosas: poder y legitimidad. Washington ha manejado las cosas en Irak de manera que ahora tiene muy poco de ambas. EE UU entró en Irak con muy pocos soldados. Durante la década de 1990, un consenso general compartido por políticos, diplomáticos y el ejército, concluyó que la fortaleza del ejército era la clave para las operaciones militares de postguerra. Esto queda resumido en el informe de Rand Corp., presentado en 2003, donde se indica que se necesitan aproximadamente 20 elementos de seguridad (soldados y policía) por cada mil habitantes "no para destruir al enemigo, sino para mantener la seguridad de los residentes, de manera que tengan la suficiente confianza para atender sus asuntos diarios y apoyar a una autoridad gubernamental propia". Cuando el Congreso le preguntó cuántos efectivos requeriría una operación en Irak, Eric Shinseki, jefe del Estado Mayor contestó: "Varios cientos de miles" durante varios años. El número, según el estudio de Rand, sería aproximadamente 500,000.
Pero la dirección civil del Pentágono sabía que tal fuerza militar requeriría el apoyo en gran escala de los aliados. Además, estaban convencidos de que la administración de Clinton, NU y los europeos eran ineficaces e incompetentes. Donald Rumsfeld ridiculizó públicamente los esfuerzos de NU en Kosovo y declaró que la administración pretendía realizar el proceso de reconstrucción de la nación de una manera bastante diferente: mejor, más ligera, más barata. Así, EE UU ha intentado estabilizar Irak con la mitad o un tercio de las fuerzas que su propio jefe del Ejército creía necesarias.
Peor aún, no se pidió a estos soldados que hiciesen de la seguridad de los iraquíes su misión central. Después de pasar una semana en Irak el pasado noviembre, Kenneth Pollack, de la Brookings Institution observó que "el mayor impedimento" para el éxito de los esfuerzos de la reconstrucción es que los iraquíes "no se sienten seguros en su propio país. Resienten el hecho de que las fuerzas estadounidenses no tienen ninguna presencia y no hacen ningún esfuerzo para detener el crimen callejero o los ataques contra [los iraquíes] por parte de [los rebeldes]".
La falta de presencia estadounidense en tierra es aún mayor cuando se trata de autoridades civiles: asesores políticos, ingenieros, agrónomos, economistas, abogados y otros expertos que podrían ayudar a los iraquíes a reconstruir su país. La Autoridad Provisional de la Coalición (CPA en inglés) tiene aproximadamente 1,300 personas trabajando para ella. Douglas MacArthur tenía de cuatro a cinco veces más cuando estaba en Japón, y eso era en circunstancias en las que el estado japonés estaba totalmente intacto y funcionando. Como resultado, la CPA no tiene casi ninguna presencia fuera de Bagdad. En gran parte del país se dice en broma que sus siglas en inglés significan "Can't Provide Anything)".
Convencido por los exiliados iraquíes de que Irak era profundamente pro estadounidense, Washington no se tomó la molestia de crear legitimidad dentro de Irak.
Fareed Zakaria
(v.pág.20 de Newsweek en español del 19 de abril de 2004).
Al principio, funcionarios de la presidencia hicieron lo posible para restarle importancia a la insurrección, en términos que evocaron lo que los reporteros llamaron los "desatinos de las cinco", informes oficiales desde Saigón sin contacto con la realidad. El vocero de la Casa Blanca Scott McClellan, describió al levantamiento chiíta en el sur como "un individuo que pretende descarrilar la democracia y la libertad del pueblo iraquí". Se refería a Moqtada al-Sadr, universitario y extremista islámico vinculado con los mullahs de Irán y cuyo ejército consistía de 5,000 o 6,000 hombres, pero como señala el columnista George Will, la Revolución Rusa comenzó con unos miles de radicales decididos, en un país de 150 millones de habitantes.
Evan Thomas
(v.pág.27 de Newsweek en español del 19 de abril de 2004).
La paradoja es doble: por un lado, el terrorismo islámico parece tener amenazado al mundo, sobre todo al que representa Occidente. Pero, por el otro, son los propios gobiernos democráticos los que han desencadenado una guerra que afecta más a las poblaciones civiles de los países árabes e islámicos y favorece, porque fortalece, a los grupos más radicales. Éstos no tienen una manera de ser controlados por dentro, sino por fuera; eliminando las razones que les dieron origen, particularmente la injusticia y la dominación extranjera. Pero la paz no puede llegar si las poblaciones de los países democráticos han sido convencidas de que el mejor camino no es la negociación ni la moderación, sino la fuerza y el exterminio del otro. En otras palabras, la paz no podrá venir de gobiernos autoritarios que, apoyados en la democracia, le hayan declarado la guerra a sus enemigos.
Roberto Blancarte
(v.pág.18 del periódico Público del 20 de abril de 2004).
El nuevo titular de Defensa español, José Bono, realzó la decisión adoptada por Rodríguez Zapatero, de retirar el contingente de Irak, porque "fortalece la democracia" al basarse en un compromiso anunciado hace más de un año justificado en que la guerra no contó con la legitimidad de las Naciones Unidas y se basó en causas "rematadamente falsas" como la existencia de armas de destrucción masiva.
(V.pág.27 del periódico Público del 20 de abril de 2004).
El plazo de junio 30 es ficción... No se puede poner una fecha arbitraria para la transferencia de poder a una entidad inexistente.
Senador John Kerry
("Verbatim" en la edición internacional de TIME del 19 de abril de 2004).
La segunda guerra de Iraq se ha iniciado.
Larry Diamond, ex consejero de la Autoridad Provisional de la Coalición
(v.pág.26 de la edición internacional de TIME del 19 de abril de 2004).
"El gran veneno en la región es la política israelí de sufrimiento y dominación" impuesta a la población palestina y "el apoyo injusto de Estados Unidos a esa política" afirmó desde Roma el enviado especial de la ONU en Iraq, Lajdar Brahimi.
El diplomático subrayó que el conflicto palestino-israelí y el de Iraq "están ligados" y que el "empecinamiento" de Israel en "ocupar cada vez más" territorios palestinos no ayuda en nada.
(V.pág.10A del periódico Mural del 22 de abril de 2004).
"Plan of Attack", el nuevo libro de Bob Woodward narra las intrigas y los desencuentros entre los miembros del gabinete de George W. Bush mientras discuten cómo y cuándo lanzarse a la invasión de Iraq.
Woodward revela que en noviembre del 2001, Bush le pidió al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, que empezara a preparar, en secreto, los planes para invadir Iraq utilizando fondos destinados al combate contra Bin Laden en Afganistán.
También relata que mientras que el jefe de la Agencia Central de Inteligencia le decía a Bush en diciembre del 2001 que era "un hecho seguro" que Iraq poseía armas de destrucción masiva, el mismo George Tenet comentaba con sus compañeros que la evidencia con la que contaban distaba mucho de ser "contundente".
El libro corrobora la aseveración del ex Secretario del Tesoro, Paul O'Neill, quien en su libro sostiene que desde su primer día en la silla presidencial, Bush ya había decidido derrocar a Saddam Hussein.
Woodward, concluye, al igual que Richard Clarke, quien fuera la máxima autoridad en terrorismo en la Casa Blanca y que también ha escrito su libro, que antes del 11 de septiembre la atención de Bush no estaba centrada en combatir el terrorismo, a pesar de los informes que revelaban la inminencia de un ataque en territorio nacional.
Por las fechas en las que el General Tommy Franks asegura en privado que su personal llevaba 10 años buscando infructuosamente armas de destrucción masiva en Iraq, cuenta Woodward que el Vicepresidente, Dick Cheney, aseguraba en público que no "había duda" del arsenal en poder de Hussein. [El secretario de Estado Colin] Powell, dice el reportero, a menudo se enteraba sólo a última hora de ciertas decisiones cruciales.
Sergio Muñoz Bata, miembro del consejo editorial de Los Angeles Times
(v.pág.11A del periódico Mural del 22 de abril de 2004).
"La guerra de Afganistán fue una reacción apropiada a [los hechos de] septiembre 11, pero la invasión de Iraq debe haber sido del agrado de Osama bin Laden, ya que atrajo mayores números [de gente] a su lado. Los EEUU no están más seguros como resultado de la guerra de Iraq; estamos en un peligro mayor. Los seguidores activos de bin Laden pueden ser una pequeña minoría de árabes y musulmanes, pero una pequeña minoría de mil millones de gentes puede ser una cantidad grande. La actitud contraproductiva y beligerante de nuestro gobierno debe ser cambiada de alguna forma."
Joseph C. Grasso / Toledo, Ohio
"La brutal invasión de Iraq no ha costado solamente miles de vidas inocentes y miles de millones de dólares, sino que también ha sido un ejemplo de una fallida guerra al terrorismo. Ha tomado recursos que eran para la destrucción de al-Qaeda. Esos terroristas han tenido la oportunidad de reagruparse, cambiar y continuar creando células. ¿Cómo pueden los estadounidenses seguir apoyando a un presidente que ha mal manejado esta situación urgente?"
Richard Kaziny / Evanston, Illinois
Letters
(Edición internacional de TIME del 26 de abril de 2004).
Era muy claro que habría una rebelión chiita en Iraq. Los estadounidenses lo hubieran sabido si hubieran estudiado la historia del los británicos allí. Los Estados Unidos pudieran carecer de la voluntad o de la cartera para apegarse a su misión imperial durante el tiempo suficiente como para marcar una diferencia.
Niall Ferguson, historiador escocés
(v.pág.87 de la edición internacional de TIME del 26 de abril de 2004).
Hasta cierto punto, la negación es natural. Porque a nadie le gusta menos la crudeza y la realidad sin mácula que al país que inventó Disneylandia: es más fácil creer, como les contaron una y otra vez antes de dormir, que la guerra terminaría en un par de días, que los iraquíes los recibirían entre cánticos, loas y ramos de oliva y que el fundamentalismo chiita, ése que Husein suprimió por años a sangre y fuego, no renacería desde las cenizas de Bagdad como fénix, listo para unírsele a su hermano Bin Laden en la destrucción de ese laicismo de Estado tan querido por el gran Satán y tan contrario al Corán, al islam tradicional y a las enseñanzas del profeta; ese fundamentalismo alimento de terroristas que, se supone, los valientes soldados combatían al derrocar a Sadam el malo.
Roberta Garza
(v.pág.19 del periódico Público del 27 de abril de 2004).
En entrevistas desde Georgia hasta California, TIME escuchó a votantes expresar una sobria mezcla de resignación y resolución. La visión en retrospectiva es 20/20, asegura la gente acerca de las fallas en la planeación de la guerra. Nosotros hicimos este desorden y vamos a tener que limpiarlo, comentan con respecto a las tareas pendientes. Ellos nos odiarán sin importar lo que hagamos, dicen del enemigo. No quisiera estar en sus zapatos, dicen del presidente. Aun mientras los votantes dudan del juicio de George W. Bush, muchos alaban sus instintos. "No creo que tenga las facultades de su padre", comenta Steve Guest, ingeniero de computadoras en Cincinnati, Ohio, "pero tiene la resolución, y eso es lo que importa". Un observador mucho menos favorable, Matt Steng, maestro de atención a la salud en Chapel Hill, Carolina del Norte, ve de manera un poco diferente el sentir estadounidense: "Ellos tienen una fe ciega en un presidente que tiene una fe ciega en su causa", afirma.
Oficiales jóvenes ya no están quedándose callados. "El quiere pelear una guerra de acuerdo con su fantasía de lo que es una guerra en lugar de lo que es en realidad", comenta en privado acerca de Rumsfeld un joven oficial del ejército en el Pentágono. "Esto es esa mugre noción de que se puede contar con una milicia eficiente en lugar de con una efectiva".
Los estimados oficiales acerca del número de tropas requeridas para salir adelante han estado bamboleándose durante un año, pero hasta la semana pasada la línea de tendencia siempre se dirigía hacia abajo. Hace un año, el Comando Central de los Estados Unidos aseguraba que se requerían 150,000 soldados para la invasión inicial que podrían reducirse a 30,000 para el pasado septiembre. Para navidad la nueva meta era reducir las fuerzas a 105,000 para la primavera. Ahora, acepta el subsecretario de defensa Paul Wolfowitz, la flecha apunta hacia arriba. "La discusión es acerca de mantener 135,000 soldados o agregar más", declaró ante el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado. Advirtiendo que la tensión sólo podía aumentar al acercarse el 30 de junio, la fecha en que los Estados Unidos planean regresarle la soberanía a Iraq, el general John Abizaid, cabeza del Comando Central de los Estados Unidos, declaró al New York Times que 135,000 pudieran ser insuficientes.
Con la mala fortuna vienen los cambios de política: habiendo disuelto inicialmente el ejército iraquí y purgado los ministerios civiles de la mayoría de los miembros del partido Baath de Sadam, oficiales del Pentágono metieron reversa -niegan que sea un cambio de política- y empezaron a invitarlos de regreso con la esperanza de conseguir su muy requerida experiencia.
Paul Bremer echó para atrás su decreto de hace un año que prohibía que miembros importantes del partido Baath tuvieran alguna participación en el gobierno -una política que privó a la milicia y policía iraquí de la mayoría de sus líderes superiores. Los Estados Unidos esperan que al volver a reunir a los oficiales desempleados mejore la moral y el profesionalismo de las fuerzas de seguridad y empiece a disminuir el núcleo de apoyo a la insurgencia, principalmente en las áreas sunitas.
Oficiales militares estadounidenses aceptan que la decisión del Pentágono de desbandar la milicia iraquí en mayo del año pasado fue un desastre, en parte porque privó a las nuevas fuerzas de un mando central.
(V.pág.20 de la edición internacional de TIME del 3 de mayo de 2004).
El exembajador mexicano ante las Naciones Unidas, Adolfo Aguilar Zinser, calificó la de Iraq como "una guerra de intereses".
Sostuvo que la elite norteamericana configuró un escenario artificial de guerra con los propósitos de quitarle un componente a la confrontación israelí-palestina; el petróleo y el agua.
"No es una guerra cultural, sino de intereses, que se ha convertido en una guerra peligrosísima de fanatismos religiosos".
Recordó que la razón de México para no votar por la guerra, fue que Iraq no estaba involucrado en el despliegue del terrorismo islámico.
"No encontramos vínculos entre Saddam Hussein y Al Qaeda, ni con aquellos que estuvieron involucrados en los ataques del 11 de septiembre".
"Además, vimos que la hostilidad entre Israel e Iraq no era motivo para que la comunidad internacional avalara una acción armada como la que se proyectaba".
(V.pág.2-A del periódico El Informador del 1o. de mayo de 2004).
En Iraq enfrentan situaciones similares, a las que Rumsfeld, como jefe del Pentágono, está respondiendo como lo hicieron en Vietnam. Van sumando errores, si se toma como tal -y hay suficientes críticos señalándolo- el hecho de haber invadido Iraq soslayando el motivo original, el terrorismo, y que la guerra contra sus principales exponentes fue echa de lado para concentrarse en derrocar a Saddam Hussein. Este descuido estratégico tuvo su primera consecuencia con los atentados terroristas en Madrid. Sin haber podido reducir la amenaza todavía, ni haber dañado estructuralmente a Al Qaeda, la guerra de guerrillas que enfrentan a un año de haber derrocado a Hussein ordenó nuevas alianzas. Con los sunitas, que era la minoría que gobernaba Iraq bajo Saddam, se están acercando algunos jefes de tribus que anteriormente se oponían al régimen en Bagdad, pero que están más molestos con la ocupación, según declaró un exagente de la CIA a "The New York Times". Con los chiítas, se identifican más con la Jidah, existe la vieja relación con Irán y con Hezbolá, que tiene su cuartel general en Líbano.
Gracias a los pasos de paquidermo que ha dado la administración Bush, no hay lugar seguro en el mundo.
Raymundo Riva Palacio
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 1o. de mayo de 2004).
Los soldados en Irak se quejan de que Washington ha tardado demasiado en reconocer que la insurrección iraquí no sólo se compone de "extremistas". E, incluso, en el Pentágono, muchos funcionarios dicen que Rumsfeld y su equipo han sido demasiado renuentes a modificar sus planes a largo plazo para un ejército más ligero. [Claro, como ni ellos ni sus parientes están en el frente... - El webmaster] En el campo de batalla esto se traduce en falta de protección. Quizás este sea el ejemplo más contundente: hace un año, el Pentágono tenía más de 400 tanques de combate en Irak; recientemente, un funcionario de la Defensa dijo a NEWSWEEK que había tan solo el equivalente a una brigada de tanques en operación (cerca de 70 tanques).
Continuando con la doctrina del ejército de que "entre más ligero, mejor", incluso las unidades enviadas recientemente a Irak han dejado atrás la mayoría de su protección.
Paul Wolfowitz, subsecretario de Defensa, dijo al comité del Senado que las operaciones militares en Irak están costando aproximadamente 4,700 millones de dólares al mes, lo que se acerca a los 5,000 millones por mes que costó la guerra de Vietnam, ajustando las cifras por la inflación.
El senador y veterano de Vietnam Chuck Hagel, de Nebraska, incluso sugirió que la nación podría tener que echar una mirada a largo plazo para reavivar el reclutamiento forzoso. Un funcionario del Ejército señala que la orden de Rumsfeld de "detener las pérdidas", que es un congelamiento de las jubilaciones, es un "reclutamiento forzoso silencioso".
(V.pág.12 de Newsweek en español del 3 de mayo de 2004).
A mediados de 1992, el entonces ministro de Defensa de Estados Unidos, Dick Cheney encargó a la Brown & Root Services un plan para privatizar los servicios militares en zonas de guerra, por lo que pagó 4 millones de dólares.
Meses después, y antes de que Bill Clinton llegara a la Casa Blanca, Cheney pagó otros 5 millones de dólares para actualizar dicho plan.
Brown & Root Services es una subsidiaria de Halliburton, la empresa que Cheney dirigió desde 1994 hasta que se incorporó a la vicepresidencia.
El plan de Cheney se ha ejecutado. El ejército de EU se ha reducido de 2.1 millones a 1.4 millones, y miles de esos puestos han pasado a manos privadas.
De acuerdo al Centro para la Integridad Pública, el Pentágono ha gastado 300,000 millones de dólares en 3,016 contratos de servicios militares con 12 empresas entre 1994 y 2002 (las cifras excluyen los contratos de armamento).
Iraq es la consumación del proceso iniciado por Cheney. El país árabe se ha convertido en un bazar de ejércitos privados, y Halliburton y sus subsidiarias en las empresas más favorecidas entre las casi 40 que operan ahí.
En teoría, los mercenarios desempeñan todas las funciones militares menos las de combate, aunque una vez en el terreno, la frontera entre sus funciones y las de los soldados es muy difusa.
Rosa Townsend
(v.pág.13A del periódico Mural del 6 de mayo de 2004).
La respuesta de la administración de Bush a los actos de terrorismo del 11 de septiembre ha creado un ambiente que favorece el sigilo y enturbia las libertades tradicionales de esta nación que se precia, con justa razón, de ser una sociedad abierta.
Sergio Muñoz Bata, miembro del consejo editorial de Los Angeles Times
(v.pág.13A del periódico Mural del 6 de mayo de 2004).
Los oficiales británicos saben que la zona estadounidense es un vecindario más duro que el suyo en Basora. A pesar de su embarazo cuando la semana pasada salieron a la superficie fotografías de soldados británicos aparentemente golpeando y orinando a prisioneros iraquíes, están convencidos de que su método general de construir relaciones con los habitantes locales a través del contacto constante y la negociación paciente podría ayudar a los estadounidenses a desactivar la violencia -y obtener buena inteligencia si esto se quiebra. Pero el consejo táctico británico no está haciendo mucha mella en el monstruo yanqui. La frustración por esta impotencia es una de las razones por las que el representante británico en Bagdad, Jeremy Greenstock, declinó la solicitud de Blair de prolongar su estancia.
(V.pág.31 de la edición internacional de TIME del 10 de mayo de 2004).
En una reprimenda pública para un primer ministro británico, 52 antiguos diplomáticos pidieron la semana pasada una 'revalorización fundamental' del manejo de Tony Blair en Irak y el proceso de paz en Oriente Medio. Ahora el primer ministro puede estar también en riesgo de perder el apoyo del ejército. Las secuelas de la guerra lidereada por EE UU han sido "un desorden infernal", dice un oficial británico retirado de alto rango. "[Y] sería difícil encontrar a un solo oficial de alto rango retirado que apoyara la guerra en Irak".
Las demandas de Washington también parecen empeorar la relación de Blair con los generales en servicio. Blair enfrenta una oposición inflexible de los jefes militares británicos, que han declarado que la propuesta de EE UU para pacificar Irak es causa de "fricción". En privado las críticas han sido más fuertes: en una sesión privada en Londres en noviembre, los generales británicos advirtieron a sus contrapartes estadounidenses que los cercamientos estadounidenses y británicos contra la insurrección eran tan diferentes que las tropas no podrían "trabajar conjuntamente".
(V.pág.6 de Newsweek en español del 10 de mayo de 2004).
Los partidos políticos están pidiendo la cabeza del secretario de la Defensa, convirtiendo el asunto de la violación de los derechos humanos de los iraquíes en un incidente de mala gestión administrativa o militar. Pero no hay un cuestionamiento de las razones que llevaron a las tropas norteamericanas a esas tierras ni acerca del derecho que tienen para mantener bajo su custodia a cientos de combatientes por el hecho de haberse opuesto a la invasión. La oposición no se ha atrevido realmente a cuestionar la aventura de Bush en Irak. Mientras tanto, la resistencia en dicho país ya ha hecho evidente que la ocupación estadunidense no ha sido bien recibida por amplias capas de la población, independientemente de que tampoco estuvieran muy contentos con el régimen de Husein.
Pese a todo, si algo salva a Estados Unidos es el hecho de ser una democracia, imperfecta como todas las democracias, pero democracia al fin y al cabo capaz de generar los mecanismos para corregir los abusos y las arbitrariedades del poder. En este aspecto, los medios de comunicación desempeñan un papel crucial. En este caso, la timidez de los periodistas se asemeja a la de los políticos de oposición, temerosos de ser tachados como antipatriotas si se atreviesen a cuestionar la ocupación de Irak.
Roberto Blancarte
(v.pág.18 del periódico Público del 11 de mayo de 2004).
El tirano regenteaba un Estado donde el islamismo no era visto con buenos ojos. Los artilugios propios de sociedades fundamentalistas no tenían cabida bajo la terrible dictadura laica de Husein. Debemos congratularnos de haberle regresado a los iraquíes la libertad de religión y expresión, permitiéndoles solidarizarse abiertamente con la cruzada de su hermano Bin Laden, mentarnos la madre consuetudinariamente por Al Jazeera y enviarnos de regreso a casa simétricos ataúdes envueltos en preciosas banderas para engrosar nuestro panteón patrio. Así, más que menguar, se acrecentó el uso del terror en Oriente Medio, pero eso no pudimos preverlo porque Condi Rice, nuestra brillantísima asesora en política exterior, conoce mucho de una Guerra Fría hoy extinta pero muy, muy poco de inexistentes comunidades internacionales. Lo bueno es que allí está el eficiente Rumsfeld para mantener la calma y terminar la guerra en un par de días.
Roberta Garza
(v.pág.19 del periódico Público del 11 de mayo de 2004).
Durante mi vida adulta ya pasé por ocho presidentes, algunos períodos fueron peores que otros, pero este de ahora es el peor de todos.
Este gobierno se enrolla en la bandera estadounidense y manipula la opinión pública para que sus iniciativas parezcan una cuestión de patriotismo.
Robert Redford, cineasta estadounidense
(v.pág.5 del suplemento"¡Hey!" del periódico Público del 11 de mayo de 2004).
Bush el Pequeño está cegado por la soberbia que afecta a quienes se creen depositarios de la voluntad divina. En su soberbia el Presidente del poderoso País no se reconoce sometido a los dictados del humanitarismo, y exalta a su Secretario de Defensa como si fuera un héroe en vez de ser -el propio Rumsfeld lo aceptó- responsable de esos crímenes que avergüenzan a los estadounidenses con conciencia y sentido del bien, la justicia y la verdad. Ojalá Bush sea derrotado en la próxima elección presidencial. Esa derrota libraría al mundo de un gobernante torpe y demencial movido por impulsos elementales que aniquilaron, quizá ya para siempre, la paz y la seguridad de su País, y aun del mundo. Dice la antigua frase que los dioses ciegan a aquellos a quienes quieren perder. Bush está ciego. Y ante la Historia está perdido ya, sea cual fuere el resultado de la próxima elección.
Armando Fuentes Aguirre "Catón"
(v.pág.7A del periódico Mural del 13 de mayo de 2004).
"Recuerden: ni la comunidad internacional ni las Naciones Unidas aprobaron la ocupación, la creencia de que Sadam amenazaba al mundo con armas de destrucción masiva fue falsa, y los horribles eventos de septiembre 11 no tuvieron nada que ver con Iraq. Habiendo decidido invadir un país soberano, la administración Bush se encuentra con que ahora no puede salirse. Esta aventura tuvo la palabra desastre escrita sobre ella desde su inicio."
Derrick Elliston / Londres
Letters
(Edición internacional de TIME del 17 de mayo de 2004).
Altos funcionario de Bush se quejaron de lo que uno llamó la "arrogancia destructiva" de Rumsfeld. Dice el consejero: "no tienen idea de lo que es tratar con los Estados Unidos de Rumsfeld". Los ayudantes más cercanos de Colin Powell, como el jefe de asesores Larry Wilkerson, fueron citados por la revista GQ, comentando que Powell estaba cansado de pelear con "utopianos" ideológicos en el gobierno y verse obligado a hacer "control de daños" y a "pedir disculpas alrededor del mundo".
John F.Dickerson y Matthew Cooper
(v.pág.37 de la edición internacional de TIME del 17 de mayo de 2004).
"¿Liberar Iraq? Basura," me dijo un prominente empresario jordano. "Ustedes ocuparon Iraq por los beneficios estratégicos y económicos. Están construyendo la embajada más grande del mundo en Bagdad. Halliburton y Bechtel están manejando todo, con enormes utilidades. Entonces veo a Bush en [el canal de TV] Al-Arabiya y todo lo que veo es su sentir de superioridad moral. El trae la democracia y la libertad a los bárbaros. ¿Pero quiénes son los bárbaros? Aún antes de las fotografías de la prisión de Abu Ghraib, veíamos a soldados varones inspeccionando a mujeres iraquíes y humillado a los hombres iraquíes empujándoles sus cabezas hasta el suelo".
Una rectitud penosa, sin inflexiones, ha definido a este gobierno desde el principio, y no ha estado limitada al presidente. El sentido sobrecalentado de Bush sobre el bien contra el mal ha sido reforzado por las fantasías mentales de neoconservadores como I. Lewis Libby y Paul Wolfowitz, quienes trabajan para los dos más poderosos consejeros de Bush, Dick Cheney y Donald Rumsfeld. Fueron neoconservadores quienes proporcionaron el razonamiento filosófico para la respuesta visceral del presidente a los malhechores de septiembre 11: una gran cruzada -sí, una cruzada- para establecer la democracia en Iraq y luego, vía una benigna caída de fichas de dominó, en todo el Medio Oriente. Los que se oponían a la cruzada se oponían a la democracia. Los que se opusieron al presidente consentían a los terroristas (de acuerdo a reciente propaganda televisiva del Partido Republicano).
Pero la democracia no se da fácilmente al evangelismo; requiere más que fe. Requiere de una sólida, educada clase media y de una sofisticada comprensión de la ley, la transparencia y los derechos de las minorías. Ciertamente no puede ser impuesta por extraños, ni en una región con separatismos donde los extranjeros son considerados infieles. Esto no es ciencia espacial. Es sabiduría convencional entre los activistas por la democracia y los derechos humanos -con todo y ello el gobierno permitió que su rectitud lo encegueciera. ¿Por qué? Porque la pomposidad moral es casi siempre un disfraz para temores y deseos primitivos. Bush, Cheney, Rumsfeld y los neoconservadores comparten una creencia primitiva acerca del uso del poder militar para intimidar a sus enemigos. Si los Estados Unidos no hubieran contraatacado "en grande", hubieran sido vistos como débiles. (Aplastar al periférico Talibán y mantenerse centrados en la eliminación de las células de Al-Qaeda no era lo suficientemente "grande"). El presidente puede haber tenido motivos personales -hacer con Sadam Hussein lo que su padre no hizo; cumplir con la receta de Karl Rove de un líder fuerte; hacer el mundo más seguro para sus amigos en la industria de la energía. Los neoconservadores también tenían motivos ulteriores: casi todos son creyentes fervorosos en el estado de Israel y, como me dijo un alto oficial turco la semana pasada, "ellos no querían que los cohetes de Sadam cayeran sobre Tel Aviv". Finalmente, ellos querían intimidar a los palestinos para que aceptaran la visión de Ariel Sharon de un "estado" sin soberanía.
Abu Ghraib convirtió en hipocresía al idealismo estadounidense. Hizo a los motivos básicos -petroleo, papá, Israel- más creíbles. Además representa todas las complejidades que este presidente ha escogido ignorar -todas las perversas consecuencias de una ocupación.
Joe Klein
(v.pág.45 de la edición internacional de TIME del 17 de mayo de 2004).
Algo invaluable está definitivamente muerto: una esperanza de que el mundo pudiera un día ver a los estadounidenses como se ven a sí mismos. En cambio, se han tenido que ver a sí mismos como el mundo los ve. En el mismo lugar donde Sadam taladraba las manos de los prisioneros o los sumergía en ácido, los carceleros estadounidenses, en lugar de implantar nuevos valores, han recogido los que allí estaban. La semana pasada escuché el dolor de estadounidenses que habían apoyado la guerra por principio, que continuaron apoyándola después de que las armas de destrucción masiva no se encontraron y los soldados estaban muriendo y otras naciones se retiraban, y lo hicieron porque, de acuerdo con lo que el general brigadier Krimitt expresó la semana pasada, "vinimos aquí para ayudar". Ahora la primera plana de un periódico de Bagdad muestra a los prisioneros torturados con el encabezado: "Esta es la libertad y democracia que Bush nos prometió". Sicológicamente, si no de hecho, estas fotografías acabaron con la última buena razón para sentirnos justos acerca de haber ido a la guerra.
Lo que hicieron fue darles a los jihadistas un regalo de incalculable valor. Los enemigos de los Estados Unidos los llaman sin Dios, depravados y corruptos, y ahora cuentan con un arma de destrucción masiva de relaciones públicas que utilizarán como otra razón para matar a todos los infieles que puedan. Esta es la razón por la que los Estados Unidos buscan que gente poderosa sea castigada, incluso fuera de proporción con su responsabilidad. Los soldados no deben ser los únicos sacrificados por la seguridad del país. Este evento requiere, para usar el término militar, una respuesta asimétrica.
Debido a la violación de los valores estadounidenses, los Estados Unidos deben recalcular el costo del instinto posterior a septiembre 11 de cambiar las reglas del juego, detener a quien quiera que se requiera, olvidar los juicios justos e ignorar la Convención de Ginebra.
Nancy Gibbs
(v.pág.76 de la edición internacional de TIME del 17 de mayo de 2004).
El secretario estadounidense de Defensa, Donald Rumsfeld, aprobó en secreto, en 2003, un plan para utilizar en Irak métodos de interrogatorio que se utilizaron previamente en Afganistán. Los anteriores condujeron a los abusos y humillaciones sexuales de prisioneros iraquíes por parte de militares de Estados Unidos, reveló el periodista Symour Hersh en The New Yorker.
"Las raíces del escándalo de la prisión de Abu Ghraib no descansan en las tendencias criminales de algunos soldados, sino en una decisión aprobada el año pasado por Rumsfeld, de extender una operación altamente secreta, que se había enfocado en la cacería de Al Qaeda, a los prisioneros de Irak", señaló Hersh, citando a oficiales de inteligencia activos y retirados.
Las reglas que se incluían en la operación secreta eran de "aprieten a quienes tengan que apretar. Hagan lo que quieran", dijo un ex oficial de inteligencia que no fue identificado. Los oficiales confiaron al periodista que el programa "alentaba la coerción física y las humillaciones sexuales de prisioneros iraquíes, para obtener más información sobre la creciente insurrección en Irak".
Hersh sostuvo que "la decisión de Rumsfeld enfureció a la comunidad de inteligencia estadounidense, afectó la eficacia de las unidades de combate de élite y dañó las perspectivas de Estados Unidos en la guerra contra el terrorismo".
(V.pág.7A del periódico Ocho Columnas del 16 de mayo de 2004).
"Asumo toda la responsabilidad", dijo Donald Rumsfeld en su comparecencia ante el Congreso. Pero ¿qué significa esto? El secretario de Defensa añadió que no planeaba renunciar y tampoco le pediría su renuncia a cualquier otro que pudiese ser "responsable". Hasta donde puedo ver, en estos días hacerse responsable no significa más que decir las palabras mágicas "asumo la responsabilidad".
Los únicos que han sido destituidos en esta administración son hombres como el general Eric Shinseki, Paul O'Neill y Larry Lindsey, que dijeron verdades inconvenientes.
Desde el 11/9, un puñado de los principales funcionarios en el departamento de Defensa y la oficina del vicepresidente se han apropiado de la política exterior y de defensa. En nombre de la lucha contra el terrorismo, han debilitado sistemáticamente la moderación que le ha ganado respeto en todo el mndo a ese país. Alianzas, instituciones internacionales, normas y convenciones éticas han sido consideradas caprichos costosos en una etapa de crisis.
En una guerra que podría extenderse por décadas, no se puede simplemene arrestar y retener indefinidamente a gente porque así lo dice el secretario de Defensa.
La actitud de Rumsfeld, Cheney y sus auxiliares principales ha sido: "Estamos en guerra; todas estas sutilezas tendrán que esperar". Como resultado, EE UU ha hecho la guerra unilateralmente, desdeñó la cooperación internacional, rechazó la participación de Naciones Unidas, humilló a sus aliados, descontó la necesidad de apoyo local en Irak e incurrió en costos enormes de sangre y dinero. Si el mundo no es confiable en este tiempo tan peligroso, las agencias clave del gobierno estadounidense, como el departamento de Defensa, lo son aún menos.
En casi cualquier asunto relativo al Irak de posguerra -la cantidad de efectivos, el apoyo internacional, la credibilidad de los exiliados, la desbaatificación, lidiar con el ayatola Ali Sistani- las suposiciones y políticas de Washington han sido erróneas. Esta combinación de arrogancia e incompetencia no sólo ha destruido las esperanzas de un nuevo Irak, ha tenido el efecto, más amplio, de poner a EE UU fuera de la ley a los ojos de gran parte del mundo.
Gane o pierda en noviembre, el legado de George W. Bush ahora es claro: la creación de una atmósfera antiestadounidense alrededor del mundo. Estoy seguro de que asume toda la responsabilidad.
Fareed Zakaria
(v.pág.10 de Newsweek en español del 17 de mayo de 2004).
Un funcionario gubernamental afirma que existe una "fosa" alrededor del secretario de Defensa, defendida por "dragones". El jefe de los dragones en el asunto de Irak es Douglas Feith, #3 del Pentágono y subsecretario de Política de Defensa. Cerebral y algo pomposo, Feith es sumamente impopular entre los oficiales de alto rango del Ejército. Ellos culpan a Feith, un ardiente neoconservador, de inflar la amenaza iraquí y de no preparar adecuadamente el período de la posguerra. Nominalmente, por lo menos, también es responsable del sistema de prisiones militares en Irak. "Establecimos una política amplia", dice Feith.
Evan Thomas
(v.pág.16 de Newsweek en español del 17 de mayo de 2004).
"EE UU dirige un gulag, una serie de centros de detención alrededor del mundo donde las normas legales internacionales no son observadas", dice Carroll Bogert de Human Rights Watch. "Ellos abrieron la puerta a un poco de tortura, y dejaron que entrara una gran cantidad". Nigel Rodley, ex secretario especial de NU sobre la tortura y autor del libro "The Treatment of Prisioners Under International Law", desestima las afirmaciones de Rumsfeld de que los Convenios de Ginebra se han observado.
Algunas personas se preguntan cuan en serio está tomando Rumsfeld las acusaciones. En las audiencias de la semana pasada, no se mostró tímido al admitir sus errores. Pero reservó la mayor parte de su autoflagelación no para las ofensas morales, sino a su "falta de información" sobre la existencia de centenares de fotografías "que podrían terminar a la vista del público y podrían hacer el daño que finalmente han hecho".
El papel y culpabilidad de la jerarquía de la inteligencia militar permanecieron cuidadosamente encubiertos. Y antes de que las fotografías salieran a la luz, el renombrado senador Jack Reed declaró sardónicamente que ninguno de los principales funcionarios del asunto había sufrido más que una reprimenda. "¿Es porque un juicio, y el proceso subsiguiente, sacarían esto a la luz?", preguntó Reed.
(V.pág.21 de Newsweek en español del 17 de mayo de 2004).
EE UU es una democracia, aunque está en peligro bajo la administración Bush y su círculo de ideólogos.
Carlos Fuentes
(v.pág.50 de Newsweek en español del 17 de mayo de 2004).
Los marines matan tanto expartidarios del régimen [de Sadam] como antiguos opositores al mismo.
Miguel Rumayor, doctor en Ciencias de la Educación
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 19 de mayo de 2004).
La administración Bush gastó millones para promover a un dudoso grupo de exiliados iraquíes dirigidos por Ahmad Chalabi -el exjefe del Comando Central, Anthoni Zinni, los denominó "los guerrilleros Gucci londinenses"- quienes ayudaron a generar los informes secretos de "inteligencia" requeridos para justificar una guerra preventiva. Muchos de los informes de inteligencia resultaron falseados o arreglados, y cuando la CIA ignoró algunos de ellos, el Pentágono implementó su propia boutique de inteligencia para confirmarlos.
Entonces llegó la relampagueante guerra de 21 días en Iraq en marzo y abril de 2003 que rápidamente dio paso a una ocupación que desde su inicio frecuentemente ha parecido equivocada: muy poca planeación, muy pocas tropas, demasiadas ilusiones. Luego vinieron las acciones que resultaron en errores tan grandes que Washington está todavía tratando de revertirlas un año después: desbandar el ejército iraquí (sólo para tratar de reconstruirlo hace algunos meses), una radical desbaathificación (sólo para rebaathificar algunas ciudades recientemente) y una terca creencia en que los líderes iraquíes seleccionados por políticos de línea dura en Washington serían perfectos para el arranque de la primera democracia del mundo árabe. Cuando resultó que los únicos seguidores de esos líderes estaban en Washington, los Estados Unidos sigilosamente arrojaron todo el rompecabezas político en las manos de un enviado de las Naciones Unidas llamado Lakhdar Brahimi y sin decirlo dieron a entender que aceptarían a cualquier grupo de líderes interinos que él pudiera formar para el 30 de junio, la fecha del largamente esperado traspaso del poder a los iraquíes.
En la prisión de Abu Ghraib un puñado de soldados y sus guías de la inteligencia militar pusieron en riesgo la única justificación restante para la invasión: ayudar al pueblo iraquí. Mirando el desarrollo de todo esto, es difícil desechar el temor de que los Estados Unidos no sólo hayan fallado en hacer su país más seguro, sino que pudieran estar logrando lo opuesto. Los republicanos que han seguido la disminución de las preferencias por Bush durante el mes en curso comentan que no es una cosa solamente la que ha puesto al presidente en problemas; es un poco de todo. "Drip, drip, drip," advirtió un funcionario del partido del medio oeste, "y muy pronto te estás ahogando".
La administración Bush tiene mucho que explicar todavía, en parte porque emplea demasiado tiempo tratando de mantener las cosas en secreto.
(V.pág.27 de la edición internacional de TIME del 24 de mayo de 2004).
Los militares estadounidenses, después de subestimar los problemas ocasionados por un estado al colapsarse y por la propagación de la ilegalidad, sobreestimaron el impacto que una actitud dura tendría para intimidar a los iraquíes. Aun antes de Abu Ghraib, la batalla por los corazones y las mentes probablemente estaba ya perdida.
La influencia británica sobre el comportamiento durante la ocupación ha aumentado. En abril, cuando parecía que las fuerzas estadounidenses estaban determinadas a ir con las armas disparando tras cada facción que se les pusiera enfrente, la táctica amenazaba con crear una reacción que atraparía a las tropas británicas. En conversaciones con Bush, Blair le solicitó que se calmara.
Tanto para Bush como para Blair, mucho depende de poder entregar el gobierno a una autoridad iraquí a fines de junio. Si Iraq cae en una guerra civil con las tropas británica en medio, será el final del gobierno de Blair. De todas formas, Iraq ha reemplazado a Suez como la abreviatura en Gran Bretaña para un desastre en política exterior. Durante la crisis de Suez de 1956, los estadounidenses sacaron a los ingleses de una temeraria aventura militar en el Medio Oriente; en 2003 los estadounidenses metieron a los ingleses en otra. Después de Suez, sucesivos gobiernos británicos aceptaron que su influencia internacional dependía de trabajar cercanos a los estadounidenses; después de Iraq pueden concluir que, al menos durante la administración actual, los estadounidenses se han convertido en un peligro.
Lawrence Freedman, profesor de estudios de guerra en el King's College de Londres
(v.pág.29 de la edición internacional de TIME del 24 de mayo de 2004).
A la vez que la administración Bush está desesperada por quitar su cara de la ocupación, también espera dirigir tras bambalinas el futuro de Iraq. Durante los pasados meses ha distribuido iraquíes amistosos en los ministerios clave, con la intención de retener su influencia en el gobierno posterior a junio 30, sin importar a quién termine Brahimi escogiendo. Ese gobierno no controlará las fuerzas armadas ni los servicios de seguridad. Los Estados Unidos intentan continuar mandando a las fuerzas iraquíes después de junio 30.
(V.pág.35 de la edición internacional de TIME del 24 de mayo de 2004).
Conocí a tipos en Vietnam con orejas y penes secos que colgaban de sus collares de identificación. Lo que hicieron esos muchachos en Iraq estuvo mal, pero no es lo peor que hayamos hecho en una guerra.
Veterano de Vietnam
(v.pág.40 de la edición internacional de TIME del 24 de mayo de 2004).
No hay nada que Kerry pueda decir acerca de Iraq con un impacto emocional mayor que las fotos de Abu Gharib o que muestre las contradicciones de la política de Bush más vívidamente que la imagen de un general baathista tomando el control de Fallujah de manos de marines estadounidenses no victoriosos.
Joe Klein
(v.pág.41 de la edición internacional de TIME del 24 de mayo de 2004).
Larry Diamond, uno de los más eminentes expertos estadounidenses en la construcción de la democracia, no va a regresar a Irak. Diamond se había vuelto cada vez más pesimista sobre la situación en Irak. "Le pedimos a la gente en Irak que haga cosas que les costará la vida. Sin seguridad la democracia es imposible. Si intentamos ganarnos a la gente en Irak", dice, "la estrategia es obvia: se trata de la seguridad, estúpido".
En EE UU, algunos impulsan las elecciones para antes de enero de 2005. Esta no es una estrategia democratizadora; es una estrategia de salida. Pero no funcionará. Las elecciones realizadas en un ambiente incierto e inseguro, con militares corriendo por todo el país, producirán resultados reñidos y una lucha por el poder renovada; un camino que no llevará a la paz ni al pluralismo.
Si el gobierno interino arde en el fuego de los radicales y buscadores de poder, podría colapsarse. El futuro en Irak se comnvertirá en una competencia entre grupos políticos, muchos de ellos con ejércitos y bases antidemocráticas que arruinarán sus áreas de control usando la fuerza bruta. "Es Nigeria en la década de 1960", dice Dianmond. Y aquello terminó en una sangrienta guerra civil.
Fareed Zakaria
(v.pág.10 de Newsweek en español del 24 de mayo de 2004).
Interrogado por el congresista Tim Ryan, de Ohio, acerca de si los Estados Unidos habían sido "embaucados por un estafador [Ahmad Chalabi]" para ir a la guerra, el general de la Fuerza Aérea Richard Myers, presidente del Estado Mayor Conjunto, respondió: "Pienso que eso está por verse. Probablemente. Pero sencillamente no lo se."
(V.pág.49 de la edición internacional de TIME del 31 de mayo de 2004).
Dice un ex funcionario de inteligencia estadounidense que trabajó con Chalabi: "Su objetivo era llevarnos a una guerra que [el presidente] Clinton no quiso luchar".
Chalabi tuvo más suerte con un grupo de republicanos de línea dura que formaron una especie de gobierno en el exilio en la década de 1990. Neoconservadores como Wolfowitz y Richard Perle, el duro luchador burocrático veterano conocido en la administración de Reagan como el "Príncipe de la Oscuridad", fueron atraídos por las ideas de Chalabi.
Los neoconservadores del gabinete de Bush, dirigidos por el subsecretario de Defensa Wolfowitz, estaban listos para ir a Bagdad antes de que el World Trade Center terminara de derrumbarse. El presidente Bush, el vicepresidente Dick Cheney y el secretario de Defensa Rumsfeld estaban ansiosos por mostrar el poderío estadounidense. El resto del gobierno y los estadounidenses necesitaban ser persuadidos. Chalabi se presentó para decir a los halcones lo que deseaban oír y para proporcionar la evidencia que podría galvanizar la nación hacia la acción.
Meses después, cuando Colin Powell era cuestionado por haber presentado ante el Consejo de Seguridad de NU "hechos" que eran poco sólidos, el secretario de Estado culpó a Chalabi en privado.
Powell también culpaba a los neoconservadores de la administración de Bush que se tragaron las historias falsas de Chalabi. Con su gran sentido para el juego burocrático, Chalabi alimentó el ansia de los neoconservadores por obtener información de primera mano. Si la CIA y otros servicios de espionaje no podían obtener información sobre Sadam, Chalabi sí podía. Encontró a un público receptivo en la oficina del vicepresidente y en el Pentágono. I. Lewis (Scooter) Libby, el jefe de personal del vicepresidente, y Wolfowitz, buscaban la relación entre Sadam y Al Qaeda. Chalabi relató una historia sobre una reunión confidencial en Praga entre Muhammad Atta, el líder de los secuestradores del 11/9, y un funcionario de inteligencia iraquí de alto nivel. (Meses después, la CIA y el FBI determinaron que la reunión nunca tuvo lugar).
(V.pág.15 de Newsweek en español del 31 de mayo de 2004).
Aunque Bremer fue elegido por Rumsfeld para su trabajo en Bagdad, ha reñido con el Pentágono y ahora habla más regularmente con Rice y su personal en la Casa Blanca. El Ejército está casi en franca rebelión contra sus amos civiles en las oficinas de Wolfowitz y Feith. Los soldados afirman que los elementos de línea dura de la administración de Bush son peligrosamente ideológicos.
Su animosidad ha sido inflamada en las semanas recientes por el escándalo del abuso de prisioneros. Desde los jefes del Estado Mayor hasta los rangos más bajos, los soldados culpan a los políticos de echar a perder la guerra contra el terrorismo. Al pasar por alto las protecciones de las Convenciones de Ginebra, los verdaderos creyentes de la Defensa, la Oficina de Asesoría de la Casa Blanca y el departamento de Justicia pueden haber puesto en riesgo a los soldados estadounidenses en las guerras futuras. Hay cada vez más pruebas de que los ideólogos eran indiferentes ante las leyes que protegen a los soldados capturados.
(V.pág.19 de Newsweek en español del 31 de mayo de 2004).
Los neoconservadores y otros de línea dura en la administración de Bush esperaban que EE UU se haría de respeto en el mundo árabe mediante una demostración masiva de fuerza y que Israel haría más cómodamente la paz con los palestinos tan pronto como desapareciera Sadam. En vez de ello, la región parece hacerse más violenta, y la imagen de EE UU en el mundo árabe ha sido seriamente manchada. "No sólo hemos validado y fortalecido a nuestros enemigos, sino que hemos avergonzado a nuestros amigos", dice un funcionario del departamento de Estado de EE UU. "Los árabes moderados que confiaban en nuestros ideales se sienten traicionados y abandonados".
Ahora, conforme la Casa Blanca comienza a ver con más realismo su política sobre Irak -y tiene una visión menos utópica sobre la situación- aumentan las exigencias de reconsiderar el conflicto árabe-israelí. Muchos diplomáticos estadounidenses, particularmente pro árabes, se han sentido frustrados por mucho tiempo con la política de EE UU sobre el Oriente Medio, preocupados de que haya sido secuestrada por ideólogos. Algunos han empezado a protestar. En abril, 53 ex funcionarios de EE UU acusaron a la Casa Blanca de sacrificar la credibilidad de su país en el mundo árabe, y de poner en peligro a sus diplomáticos y soldados por el generoso apoyo de la administración de Bush a Sharon. "Al cerrar la puerta a las negociaciones con los palestinos y a la posibilidad de un Estado palestino, ustedes han probado que EE UU no es un socio pasifista equitativo", dice la carta. "Volver a la tradición consagrada de EE UU de justicia, cambiaría la actual ola de mala voluntad en Europa y Oriente Medio, incluso en Irak".
El equipo seguridad nacional de la Casa Blanca incluyó a Elliot Abrams, un neoconservador que había promovido la idea de fortalecer los lazos entre los judíos estadounidenses y los cristianos conservadores. Abrams primero se unió al Consejo de Seguridad Nacional como director principal por la democracia y los derechos humanos, pero tomó la cartera de Oriente Medio en diciembre de 2002.
Muchos funcionarios de EE UU temen que los conflictos iraquí e israelí se desplomen al mismo tiempo. "Sólo estoy viendo cómo esta administración se sumerge en una realidad alterna en la que Sharon es un hombre de paz, donde la rebelión creciente [en Irak] es una señal de que estamos ganando, donde traemos de vuelta a los generales de Sadam para calmar el enojo de la gente que liberamos de Sadam", dice un diplomático veterano. "La verdadera víctima de esta guerra es la credibilidad de EE UU; no sólo la credibilidad de nuestra inteligencia... sino la de nuestros valores, nuestros principios".
(V.pág.20 de Newsweek en español del 31 de mayo de 2004).
Bush, con mueca dura y labios desdibujados se convirtió en el presidente de la guerra, como el mismo se calificó. Bush, que se salvó de la milicia, porque la que hizo fue descafeinada, se erigía como valuarte del poder de las armas para limpiar la dignidad estadunidense. Y entonces comenzó el número. Primero fue Afganistán; luego siguió Irak. En ambos países gobernaban sátrapas, pero también en otros muchos.
Todo el tirón popular que tuvo Bush después de la actitud del 11-S -un autentico héroe- fue cayendo en la desgracia cuando sus "rangers" comenzaban a llegar en ataúdes a sus casas. Era un reguero que ha sobrepasado los seiscientos y habrá más. La resistencia iraquí es mucho más poderosa de lo que nos imaginábamos. Bush tuvo un gran tirón tras los atentados. Ahora ¡qué causalidad! nos asustan diciendo que habrá acciones terroristas de Al Qaeda coincidiendo con efemérides como la del 4 de julio. Bin Laden, según el Pentágono, vuelve a la carga. Ya lo hizo en Madrid, sólo que Madrid no es Washington. Pero no olvidemos que los atentados de Madrid cambiaron unas elecciones.
Bush vive su peor momento. Si hoy hubiera elecciones Kerry vencería por goleada. Pero ¿Si se produjera otro atentado? ¿Qué ocurriría? ¿El guerrero Bush podría volver a ganar?
Quedan cinco meses para las elecciones en Estados Unidos.
Alberto Peláez
(v.pág.28 del periódico Público del 1o.de junio de 2004).
El hecho es que el sentir de los Estados Unidos sobre sí mismos ha recibido un golpe desconcertante. Estaba todavía recuperándose de la última semana de abril, cuando las fotos de Abu Gharib fueron reveladas y los militares estadounidenses escogieron no pelear con los radicales islámicos en Fallujah (una retirada complementada por la decisión de la semana pasada de no perseguir al Ejército Mahdi de Muqtada al-Sadr). Tomados en conjunto, esos eventos presentan un patrón coherente de comportamiento: el del abusivo del patio de la escuela, que tortura a los débiles y huye de los fuertes. Esta es, tristemente, la forma como Abu Ghraib y Fallujah son percibidos por los enemigos de los Estados Unidos.
La verdad es que los Estados Unidos están en una retirada a gran escala, tanto polìtica como militarmente. Bush cree que Iraq es la línea del frente en la guerra contra el terrorismo, pero su administración acaba de declarar una tregua con quienes considera terroristas y está entregando la seguridad a las milicias locales. Políticamente, los Estados Unidos le han arrojado la pelota a Lakhdar Brahimi y las Naciones Unidas. Pero incluso Brahimi no tiene mucha fuerza. La real autoridad gobernante en Iraq parece ser el Gran Ayatola Ali Husaini Sistani, quien dictó la solución al-Sadr la semana pasada, y vetó efectivamente la constitución provisional que propusieron los Estados Unidos y tendrá, sin duda, la última palabra sobre el nuevo gobierno de Brahimi. El presidente Bush pretende que nada de esto está sucediendo. La mayoría de los estadounidenses sienten que el presidente está fingiendo [haciéndose pendejo - el webmaster] solamente, y están esperando impacientemente que alguien diga algo real.
Joe Klein
(v.pág.8 de la edición internacional de TIME del 7 de junio de 2004).
"¿No preferirían los estadounidenses ser molestados con complejidades que sean verdaderas a escuchar mentiras expresadas en lenguaje sencillo? Es preocupante que a los ojos de muchos estadounidenses, Bush sea un líder decisivo. Con la confusión actual en Iraq e investigaciones revelando inquietantes fallas bajo su mirada, no veo como alguien pueda concluir que el presidente es decisivo. De hecho, las primeras palabras que vienen a mi mente cuando pienso en Bush son decepción y manipulación. Aquellos que todavóa ponen su destino en las manos de este presidente están fuera de contacto con la realidad."
Felix Umah / Roma
Letters
(Edición internacional de TIME del 7 de junio de 2004).
En la preparación de la Guerra de Iraq y su posterior conducción veo, cuando menos, abandono, negligencia e irresponsabilidad; o lo que es peor, mentiras, incompetencia y corrupción.
General retirado Anthony Zinni, ex comandante del Comando Central de los Estados Unidos, en su nuevo libro "Battle Ready"
(v.pág.17 de la edición internacional de TIME del 7 de junio de 2004).
Considere los recientes virajes políticos:
La política sobre Irak le ha sido arrebatada al Pentágono y ahora es dirigida por Robert Blackwill, un diplomáticos del Consejo de Seguridad Nacional. Dado que no ha tenido historial previo sobre Irak, ha sido capaz de enfocarse en hacerlo bien en vez de probar que sus teorías originales eran correctas.
Pero los errores anteriores aún afectan a Irak.
En las últimas semanas hemos visto muchos editoriales desanimados de ex partidarios de la guerra. Se desesperan porque no se le darán las llaver del país a Ahmad Chalabi, porque no estamos aplastando la insurrección con fuerza masiva, porque estamos compartiendo el poder con NU, porque se le ha dado mucho poder a Brahimi. Es un buen presagio. Significa que los adultos han tomado el control. Esto no resolverá los problemas en Irak, pero sí marca el regreso de la cordura a la política de EE UU sobre este país.
Fareed Zakaria
(v.pág.8 de Newsweek en español del 7 de junio de 2004).
Se ha producido un cambio en este país. El estadounidense medio está, por fin, empezando a darse cuenta. Fuimos engañados.
Michael Moore, cineasta estadounidense
(v.pág.6D del periódico Mural del 10 de junio de 2004).
El multimillonario financiero de origen húngaro George Soros desea fervientemente que el presidente de EU, George W. Bush, sea derrotado en los comicios del 2 de noviembre próximo, y para ello ha donado trece millones de dólares a los grupos que persiguen tal fin. "Me limito a opinar con mi dinero", asegura Soros.
Tras sobrevivir la ocupación nazi de Hungría y donar millones de dólares a organizaciones de caridad, Soros ha irrumpido ahora en la política nacional de su país adoptivo. "Estas no son unas elecciones normales. Estos no son tiempos normales", insiste él.
El gobierno de Bush, según el multimillonario, violó el derecho internacional al declararle la guerra a Irak tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Por lo tanto, Soros ruega a los estadunidenses que derroten la "doctrina Bush" cuando acudan a las urnas. "Si volvemos a elegir al presidente Bush, respaldaremos esa doctrina y tendremos que aceptar las consecuencias", afirma Soros.
Con tal fin, el financiero ha entregado millones de dólares a tres entidades políticas que desean igualmente derrotar a Bush: 10 millones a America Coming Together; 2.5 millones a MoveOn.org y 300,000 dólares a Campaign for America's Future.
Prometió además 3 millones de dólares al Center for American Progress, un grupo de investigación política encabezado por John Podesta, que fue secretario de la Casa Blanca con Bill Clinton.
En sus más recientes discursos, Soros ha considerado la política antiterrorista de la Casa Blanca una doctrina que ha cambiado a los estadunidenses de "víctimas a victimarios".
El Comité Nacional Republicano considera a Soros "un extremista de izquierda, desconectado de la realidad, que defiende un programa extremista para Estados Unidos".
(V.pág.37 del periódico Público del 11 de junio de 2004).
Los expertos en terrorismo estiman que unos doce mil saudíes han pasado por los campos de entrenamiento en Pakistán y Afganistán. Sin embargo, Estados Unidos apenas comenzó a tomar conciencia de la verdadera dimensión del problema despúés de que se constató que 16 de los 19 suicidas del 11-S eran ciudadanos saudíes.
La familia reinante, sin dejar de apoyar a los movimientos islámicos en el seno del mundo árabe, mantiene buenas relaciones con Occidente y, en particular, con Estados Unidos, donde coloca su dinero y adquiere su arsenal militar. Estados Unidos es el principal consumidor e importador de petróleo del mundo. Bin Laden, a través de Al Qaeda, pretende hacer saltar por los aires la alianza estratégica que permite a Washington obtener el petróleo saudí a cambio de garantizar militarmente la estabilidad del reino y el enriquecimiento de la familia Al Saud.
Según el periodista y escritor británico Anthony Sampson, autor de The Seven Sisters, un volumen sobre las principales compañías petroleras occidentales, "la guerra en Irak, con todos sus errores y horrores, sigue distrayendo a Occidente de la crisis en Arabia Saudí, que fue la consecuencia más seria del 11 de septiembre, y de las ambiciones de Bin Laden".
El boletín Energy Intelligence destaca un aumento preocupante de la inseguridad dentro del reino. Las instalaciones petroleras están protegidas por un ejército de más de 30,000 guardias privados, sofisticados sistemas de alerta que incluyen radares y aviones.
La capacidad de Al Qaeda de penetrar las fortificadas instalaciones petroleras ya no puede discutirse y sólo puede explicarse si se las relaciona con la ambigüedad del ministro del Interior saudita, el príncipe Nayef, frente al terrorismo islámico. La línea divisoria entre los atentados terroristas y la lucha por la sucesión en el trono saudí se está tornando cada vez más difícil de distinguir.
Curiosamente, Al Qaeda no ha atentado, hasta ahora, contra nunguno de los 3,500 príncipes que componen el clan de la familia real saudí.
Tan fuerte es la influencia del millonario Osama en el seno de la monarquía saudí que, por ejemplo, el actual embajador de Riad en Londres, el príncipe Turki Al Faisal, fue su principal apoyo en la "cruzada" contra los soviéticos en Afganistán, cuando era el jefe de los servicios secretos saudíes. Una guerra civil en Arabia Saudí brindaría una mayor amenaza a la seguridad de Occidente que Irak o Afganistán. Si bien el petróleo es el bien más preciado del reino, su valor estratégico no supera el de la custodia de los lugares sagrados del islam, las ciudades de Meca y Medina.
Controlar los flujos auales de perecrinos a la Meca confiere un poder en el mundo islámico casi superior al del dinero y al de los más soficticados sistemas de armas. Eso es lo que pretende ahora Osama: poder material y espiritual para imponer un régimen teocrático.
Si los fundamentalistas asaltan el poder en Arabia Saudí, no sentirán la misma necesidad de vender su petróleo para financiar su desarrollo. Ellos están convencidos que es la riqueza la que corrompió a su país, y que se las pueden arreglar sin petróleo. "Esa sería la peor pesadilla para Occidente", advierte Anthony Sampson: "Darse cuenta que el mayor exportador de petróleo no necesita exportar".
Walter Goobar, autor de "Osama bin Laden: El Banquero del Terror"
(v.pág.38 del periódico Público del 11 de junio de 2004).
Comentario del webmaster: Probablemente Bush no entienda el problema, pero alguna gente atrás de él sí lo hace, lo mismo que Blair y los ingleses que son más sagaces. De ello la motivación para controlar el petróleo iraquí, como un seguro, por si acaso... El problema no está en la intención de asegurar la sobrevivencia de la civilización de Occidente, sino en la forma contraproducente en que se ha llevado a cabo... ¿Es, acaso, que los ingleses no han aprendido nada después de tantos años? ¿O el problema es el vaquerito bravucón e incontrolable? ¿No le enseño nada su padre? ¿Por qué cree el émulo de Roy Rogers que en la Primera Guerra del Golfo su padre no acabó con Sadam? ¿No se han dado cuenta de que los israelíes siempre han visto, ven y verán por sus propios intereses, y que no les importa que el "diluvio" acabe con el resto de la humanidad (lo cual para ellos es tán legítimo como para los otros el preservar a la civilización occidental, pero no los hace unos aliados muy confiables en asuntos de trascendencia global)?
En su nuevo libro A Pretext for War, el experto en inteligencia James Bamnford alega que la CIA no soló falló en detectar e impedir el ejército secreto de extremistas musulmanes reuniéndose en el horizonte a finales de los 90s sino que también falló en tomar acciones cuando un grupo de gente de línea dura de la administración, respaldados por el jefe del Pentágono y el vicepresidente Dick Cheney, comenzaron a impulsar en secreto el caso para una guerra con Iraq utilizando información que la CIA creía ampliamente que no era comprobable o que de plano era falsa. En lugar de defenderse, alega Bamford, la CIA se hizo a un lado. El resultado fue una guerra vendida en su mayor parte en base a una ficción, confeccionada por rumores sin verificar e informantes parciales.
Desconfiando de la CIA si es que no abiertamente hostiles a ella, los neoconservadores llegaron al poder afirmando internamente que la agencia era incapaz de disparar derecho y por tanto sus juicios no podían ser confiables.
La gente de línea dura de Bush creía desde hace mucho que la estabilidad podía llegar al Medio Oriente -y a Israel- sólo si Saddam Hussein era derrocado e Iraq se convertía en una democracia estable. Dirigidos por el subsecretario de Defensa Paul Wolfowitz, fue instalada en varios puntos neurálgicos de la seguridad nacional en el gobierno y nada se movía sin su aprobación. Bamford está muy cerca de declarar que los de línea dura estaban, sin saberlo o a sabiendas, actuando como agentes del partido israelí de línea dura Likud, que cree que Israel debe actuar con impunidad en la región y dictar condiciones a sus vecinos. Tal visión del mundo, explica Bamford, fue simplemente reciclada por los de línea dura dentro de la política exterior de los Estados Unidos en los primeros años de Bush. Bamford afirma que el origen, filosofía política y experiencia de muchos de los de línea dura ayudó a fijar la mentalidad proisraelí en el círculo más cercano a Bush y sugiere que Washington confundió los intereses de Israel con los propios cuando invadió preventivamente a Iraq el año pasado.
El resultado fue una guerra construida sobre arena -y una CIA que careció de la voluntad de enfrentarse a sus amos. Douglas Feith, un alto oficial del Pentágono, creó varias oficinas secretas en éste que recibía información de los equipos de inteligencia israelí y coordinaba con ellos sus hallazgos, en parte como una forma de dar la vuelta a las precauciones de la CIA en la región. Bamford revela que la fuente original de la afirmación espuria de que Saddam contaba con "laboratorios móviles de armas biológicas" no vino del hermano de uno de los principales ayudantes de Ahmad Chalabi cuyo código era Curveball, sino de un tip israelí de 1994. Bamford cita a agentes anónimos de la CIA quienes dicen que ellos sospechaban que mucha de la inteligencia de los de línea dura acerca de las armas de destrucción masiva (WMD) era inventada, pero que hubo presión tanto interna como externa para que se callaran.
Bamford da a entender que [George] Tenet es parcialmente culpable por su falta de valor. Cuando el secretario de Estado Colin Powell estaba armando su ahora desacreditado discurso ante las Naciones Unidas acerca del programa de WMD de Saddam, se encontró solo virtualmente contra los de línea dura. La consejera de Seguridad Nacional Condoleezza Rice y su auxiliar Stephen Hadley parecían entusiastas en inflar los puntos de la exposición del secretario. Los asesores de Cheney entregaron a Powell un borrador de 50 páginas de acusaciones; el secretario rechazó la mayoría como improbables mientras los de línea dura, Rice e incluso Tenet luchaban contra él a cada paso durante las sesiones de revisión en las oficinas de la CIA. Según los resultados, Powell no luchó lo suficientemente duro.
(V.pág.46 de la edición internacional de TIME del 14 de junio de 2004).
De izquierda a derecha:
Usted puede haber estado a favor o en contra de la guerra, pero ésta ya sucedió. Ahora es necesario que Iraq se convierta en una democracia.
Silvio Berlusconi, primer ministro italiano
(v.pág.57 de la edición internacional de TIME del 14 de junio de 2004).
Un grupo de 26 ex altos funcionarios y oficiales militares, muchos designados a puestos clave por los presidentes republicanos Ronald Reagan y George H.W. Bush, emitirán una declaración conjunta esta semana en la que sostienen que el presidente George W. Bush ha lesionado la seguridad nacional de Estados Unidos y debe ser derrotado en los comicios de noviembre.
El grupo llamado Diplomáticos y Comandantes Militares por el Cambio condenará explícitamente la política exterior de Bush e instará a derrotarlo en noviembre, según algunas personas que firmaron el documento.
"Es claro que la declaración convoca a derrotar a la administración", indicó William C. Harrop, embajador en Israel con George H.W. Bush y uno de los principales organizadores del grupo. Entre los firmantes... el general retirado Joseph P. Hoar, quien fue titular del Comando Central de Estados Unidos con Bush padre. Hoar, quien como comandante era responsable de Medio Oriente, se ha convertido en un crítico prominente de la guerra en Irak.
Otros firmantes son el ex jefe de la Fuerza Aérea, Merril A. McPeak; el almirante retirado Stansfield Turner, director central de Inteligencia con Carter; Arthur A. Hartman, embajador de Reagan en la Unión Soviética; Henry Holmes, secretario de Estado adjunto con Reagan, y Charles Freeman, embajador en Arabia Saudita con Bush padre.
"Muchas personas (que firmaron la declaración) sienten que el trabajo de toda una vida para crear una situación en la que Estados Unidos era respetado y podía encabezar al resto del mundo es ahora socavada por esta administración, por la arrogancia, por el rechazo a escuchar a otros, por el desprecio a los organismos multilaterales", indicó Harrop, embajador en cuatro países africanos con Carter y Reagan.
Por su parte, Phyllis E. Oakley, viceportavoz del Departamento de Estado con Reagan y subsecretaria con Clinton, señaló que la frustración por Irak había impulsado "en gran medida" la declaración, pero que las críticas a Bush "son más profundas".
Agregó que el documento argumentará que "desafortunadamente las posiciones duras adoptadas (por Bush) nos han hecho menos seguros. Ha sido negligente en la guerra contra el terrorismo por la guerra en Irak. Estos desafíos requieren la cooperación de otros países. No podemos solos".
(V.resumen informativo de Notisistema del 14 de junio de 2004).
La administración Bush ha pasado por alto los valores fundamentales de su propia cultura política. Nunca hasta ahora un gobierno norteamericano ha tratado con tanta desconsideración los derechos civiles en su propio país y tan ignominiosamente los tratados internacionales, como el derecho internacional humanitario y la esencia de la Carta de las Naciones Unidas, como la prohibición de las guerras de agresión. Todo sentimiento antinorteamericano sería fatal en estos momentos, porque el mundo solamente puede ser puesto nuevamente en orden si Estados Unidos se reencuentra con sus mejores tradiciones.
Jürgen Habermas, filósofo y sociólogo alemán
(v.resumen informativo de Notisistema del 14 de junio de 2004).
El panel que investiga los ataques terroristas del 22 de septiembre de 2001 encontró que "no hay evidencia creíble de que Iraq y al Qaeda hayan cooperado en ataques contra los Estados Unidos", según un reporte dado a conocer hoy.
El reporte dice que Osama bin Laden "buscó la posibilidad de cooperar con Iraq durante el tiempo que esrtuvo en Sudán, a pesar de su oposición al régimen secular de Hussein. De hecho, bin Laden en una ocasión patrocinó islamistas anti-Saddam en el Kurdistán Iraquí.
Un alto oficial de la inteligencia iraquí hizo tres visitas a Sudán, reuniéndose finalmente con bin Laden en 1994. Se dice que bin Laden solicitó espacio para establecer campos de entrenamiento, así como ayuda para conseguir armas, pero aparentemente Iraq nunca respondió.
Existen reportes de contactos entre Iraq y al Qaeda después de que bin Laden regresó a Afganistán, pero no parece que hayan resultado en una relación de colaboración.
(V.CNN Politics del 16 de junio de 2004).
"Bush no es un político calculador. Ha sido pobremente aconsejado por su vicepresidente, su secretario de Defensa y otros en su gabinete, y la culpa recae en ellos. Bush tiene un corazón benevolente; el desea lo que sea mejor para los estadounidenses. Es un hombre de fe y buena voluntad, pero carece de la capacidad intelectual para ser presidente."
June Gomez / Orlando, Florida
"El verdadero asunto es si el presidente Bush, que nos metió en una guerra injusta sin un plan racional para sacarnos de ella, es competente para continuar lidereándonos."
David Soukup / Suquamish, Washington
"La guerra en Iraq puede ser ahora el problema de todos, pero eso no cambia el hecho de que sigue siendo el error de Bush."
Ray Gregory / Virginia Beach, Virginia
"El odio tan necesario para que Osama bin Laden alcance su meta de una guerra santa global está irradiando directamente desde Ieaq. Desde el punto de vista de bin Laden, la guerra de Iraq debe ser ahora un éxito mayor que los ataques de septiembre 11."
Leendert D. De Rust / Durbanville, Sudáfrica
"Puedo prever el resultado del intento de Bush de llevar la democracia a Iraq, asumiendo que ése fuera el objetivo real de la invasión estadounidense. Democracia significa que la mayoría manda. Dado que la mayoría de los iraquíes sin shiitas, ellos votarán por una teocracia tipo Irán. Duarnte años los iraníes han utilizado su voto democrático en un esfuerzo para reformar el gobierno republicano islámico. Los resultados han tenido escaso efecto en el gobierno teocrático fuertemente fundamentalista."
Patricia Druecker / Freudenstadt, Alemania
Letters
(Edición internacional de TIME del 21 de junio de 2004).
Existe una razón por la que firmamos esos tratados: para proteger a mi hijo militar. Por eso es que tenemos esos tratados, para que cuando estadounidenses sean capturados, no sean torturados.
Senador Joseph Biden (al procurador general John Ashcroft, durante el testimonio acerca de un memo del Departamento de Justicia en el que abogados declaraban que los Estados Unidos no estaban obligados por los tratados internacionales contra la tortura mientras interrogaban a sospechosos de pertenecer a al-Qaeda)
("Verbatim" en la edición internacional de TIME del 21 de junio de 2004).
"Chalabi proporcionó una justificación conveniente para una guerra que les urgía a los consejeros de Bush. La culpa por la desafortunada aventura en Iraq recae totalmente en el equipo de Bush y acusar a Chalabi de proporcionar información falsa es poco inteligente. Este es sólo un ejemplo más de la tendencia de la administración Bush a no aceptar la resposabilidad por sus errores."
Feroz Talyarkhan / Nueva York
"Al presidente no le importaba cómo iba a meternos en Iraq siempre y cuando nos metiera. Chalabi le proporcionó la justificación perfecta con su falsa inteligencia sobre las armas de destrucción masiva. Bush y sus compañeros consiguieron lo que querían y nos hemos quedado con un total de muertos en aumento, un déficit astronómico y un Medio Oriente aún más peligroso."
Krysta Filiaci / Louisville, Kentucky
Letters
(Edición internacional de TIME del 28 de junio de 2004).
Debido al liderazgo del presidente Bush, un enemigo de todos los judíos y un enemigo de Israel fue finalmente derrotado.
Noam Neusner (enlace de la Casa Blanca, en un correo electrónico a los líderes de la comunidad judía)
("Verbatim" en la edición internacional de TIME del 28 de junio de 2004).
Nos metimos en Iraq debido a que el presidente Bush compró el análisis Wolfowitz-Cheney de que los iraquíes mejorarían, le daríamos una sacudida a los regímenes árabes autoritarios en el Medio Oriente y aumentaría nuestra influencia para conseguir la paz entre los palestinos y los israelíes.
Pienso en este momento que deshacerse de la tiranía de Saddam, irónicamente, ha hecho a Iraq más vulnerable al terrorismo que viene de fuera. Pero cualquier sociedad abierta va a ser más vulnerable que una tiranía a eso.
Bill Clinton, expresidente de los Estados Unidos
(v.pág.30 de la edición internacional de TIME del 28 de junio de 2004).
La administración Bush declaró esta semana que "no hubo relación" entre Iraq y septiembre/11 e insistió en que nunca había dicho que la hubiera; pero cuando Bush declaró la guerra la Iraq el año pasado, envió una carta al congreso citando la complicidad iraquí en septiembre/11 como una de las razones para la guerra.
(V.pág.43 de la edición internacional de TIME del 28 de junio de 2004).
La ocupación estadounidense de Iraq ha demostrado que el secretario de Estado estaba en lo correcto cuando le recordó al presidente Bush antes de la guerra que si los Estados Unidos quebraban a Iraq, tendrían que quedarse con él. La culpa de los errores de la ocupación puede distribuirse en todo el espectro del liderazgo político y militar de los Estados Unidos. También Paul Bremer tiene su buena parte. En entrevistas con TIME, una cantidad de funcionarios estadounidenses, británicos e iraquíes dijeron que la administración de Bremer consiguió importantes logros pero estuvo plagada de juicios erróneos, insensibilidad y rigidez. Bremer nunca se hubiera imaginado que partiría en medio de tal violencia y caos.
Justo después de tomar el cargo, Bremer emitió una serie de órdenes que tuvieron el efecto de energizar la insurgencia que ensombreció todo su ejercicio. En el curso de tres días a mediados de mayo [de 1993], ordenó una purga profunda de miembros del partido Baath con puestos en ministerios del gobierno, escuelas y universidades. Luego continuó con la orden de desbandar completamente a los militares iraquíes. El resultado fue desastroso. "De repente tuvimos de 30,000 a 50,000 baathistas que habían pasado a la clandestinidad", dice un alto funcionario estadounidense de ese tiempo en Bagdad. "Tuvimos alrededor de 200,000 soldados todavía armados que pasaron a la clandestinidad. Y no tuvimos un representante iraquí que le dijera a su pueblo lo que estaba pasando. En menos de dos semanas la insurgencia empezó a levantarse, y continuó haciéndolo durante el verano y el otoño".
Altos funcionarios de la coalición en Bagdad explican que intentaron convencer a Bremer de lo erróneo de esas decisiones. Uno de ellos le preguntó: "¿Para qué diablos está haciendo esto?". "No los necesitamos", recuerda que respondió refiriéndose a los soldados iraquíes. Otro ex consejero dice: "Teníamos las cosas funcionando bien el miércoles, y para el sábado teníamos 400,000 nuevos enemigos. No sé si pueda achacarse toda la culpa a Bremer, pero puede achacársele la suficiente para que se le tome en cuenta".
Fue sólo después de semanas de protestas de las tropas iraquíes destituidas que los estadounidenses acordaron pagar a los ex soldados hasta US$ 150.00 mensuales. En abril pasado, Bremer finalmente dio reversa a la orden de desbaathificación.
Bremer no puede escapar a las preguntas acerca de su jucio político -en particular la decisión a fines de marzo de cerrar el periódico filial al clérigo radical shiita Muqtada al-Sadr. En ese momento Bremer declaró que el periódico incitaba a los antiestadounidenses y ponía en peligro a las tropas de los Estados Unidos. En respuesta, los leales a al-Sadr iniciaron una revuelta en Bagdad y a través de gran parte del sur de Iraq, cerrando ciudades y poniendo firmemente en contra de la ocupación estadounidense a muchos shiitas iraquíes neutrales hasta ese momento. Miembros del consejo de gobierno iraquí creen que la decisión fue un gran error. Ibrahim Jaafari, uno de los dos vicepresidentes en el nuevo gobierno iraquí, declara: "No pudimos contener al movimiento Sadr". Las tropas de los Estados Unidos se vieron obligadas a combatir con tropas leales a al-Sadr en Najaf y otras ciudades shiitas políticamente vitales. Pocos miembros del nuevo gobierno creen que ese conflicto fuera inevitable y la mayoría fija su origen en la decisión de cerrar el periódico. "Najaf fue un error político", dice Jaafari.
(V.pág.45 de la edición internacional de TIME del 28 de junio de 2004).
El problema para Bush es que si algo nos ha enseñado la historia es que si bien nada detiene a los grandes ejércitos de las naciones occidentales cuando decidieron avasallar a los pueblos del oriente medio. Al mismo tiempo, como bien señala el historiador Rashid Khalidi en su extraordinario libro "Resurrecting Empire", ninguna de ellas ha podido dominar la mayor parte de la región por mucho tiempo sin pagar un precio exorbitante, en dinero, en reputación, en vidas humanas. Hoy en Iraq seguimos viendo que ni con todo su enorme poderío económico y militar Estados Unidos podrá cambiar el curso de la historia.
Sergio Muñoz Bata, miembro del consejo editorial de Los Angeles Times
(v.pág.12A del periódico Mural del 1o.de julio de 2004).
"Necesitamoas a alguien que pueda ponerse de pie y admitir que hemos cagado la guerra en Iraq de una manera monumental y que ese error duele. Estamos cansados de escuchar perogrulladas de los políticos acerca del futuro. Los estadounidenses queremos guía a través de la desesperación que sentimos como nación en este momento, no un pulcro plan de cinco puntos, cuando es evidente que nadie tiene el suficiente control de este conflicto como para darle credibilidad a tal plan."
Renee Gough / Westcott, Inglaterra
"Los neoconservadores de la administración Bush deberían ser despedidos por su apoyo a Chalabi, quien engañó a los líderes estadounidenses para que atacaran a Iraq. ¿O es que Bush, como es usual, no los hará responsables de sus errores?"
John Wisdom Dancer / Canoga Park, California
Letters
(Edición internacional de TIME del 5-12 de julio de 2004).
La comunidad de inteligencia está en guerra contra la Casa Blanca y los militares uniformados están en guerra contra el liderazgo civil del Pentágono. El primer conflicto se hizo público la semana pasada con la noticia de la inminente publicación de Imperial Hubris: Why the West Is Losing the War on Terrorism, un libro de un autor anónimo del que se sabe que fue un alto oficial de la CIA y exjefe de la estación de la agencia encargada de Osama bin Laden. La invasión de Iraq fue "una avariciosa, premeditada y no provocada guerra contra un tipo que no representaba una amenaza inmediata", escribe el autor. "No hay nada que bin Laden hubiera deseado más que la invasion y ocupación de Iraq por los estadounidenses".
Múltiples fuentes de inteligencia creen que el director saliente de la CIA, George Tenet, fue presionado por Cheney y Rumsfeld para que exagerara la capacidad de armamento de destrucción masiva de Iraq.
Los miliares no han ocultado su furia con Rumsfeld y su camarilla de neoconservadores en el Pentágono. Rumsfeld ha sido culpado de destinar muy pocas tropas y muy poca planeación al Iraq de la postguerra. También hay murmuraciones entre los altos grados acerca de las memorias del general Tommy Franks, a publicarse en agosto. Bob Woodward reportó que Franks una vez llamó al subsecretario de Defensa Douglas Feith, quien fue el encargado de la planeación de la postguerra, "el fulano más jodidamente estúpido sobre la faz de la tierra", y algunos expertos en defensa especulan sobre si Franks, quien tiene fama de franco, abundará en ello.
Joe Klein
(v.pág.15 de la edición internacional de TIME del 5-12 de julio de 2004).
Funcionarios de inteligencia de los Estados Unidos piensan que Iraq se ha vuelto un imán para musulmanes fanáticos de todo el mundo. "Se ha convertido en un campo de pruebas", declara un alto oficial de inteligencia. Los yihadistas están convencidos de que pueden continuar peleando indefinidamente. "La yihad no está hecha por nosotros", declara un líder insurgente de mediano nivel, "está hecha por el Profeta y continuará hasta el Día del Juicio".
(V.pág.23 de la edición internacional de TIME del 5-12 de julio de 2004).
Ibn al-Shaykh al-Libi, comandante de Al Qaeda capturado, una de las fuentes principales que la administración de Bush tuvo para asegurarse de que Osama Bin Laden colaboró con el régimen de Sadam Hussein en el entrenamiento a Al Qaeda en "venenos y gases mortales", ha cambiado su historia. Algunas autoridades sospechan ahora que al-Libi, sometido a interrogatorios "enérgicos", había dicho a agentes de los EE UU lo que querían oír.
(V.pág.5 de Newsweek en español del 5 de julio de 2004).
La administración de Bush no entiende el problema de seguridad en Irak. Al hacerlo tendría que enfrentarse a sus propios errores. El pecado de la política estadounidense de la postguerra sigue siendo la decisión de entrar en Irak con pocas tropas. Una presencia mayor habría intimidado a parte de la oposición, y en lugares como Najaf y Karbala, prevenido el levantamiento de milicias locales.
El segundo error fue menospreciar a la insurgencia y su apoyo local. Para muchos en la administración, era objeto de fe que los iraquíes darían la bienvenida a la ocupación. Era imposible aceptar que los iraquíes ordinarios ayudaran a las guerrillas. Esa es la razón por la que Donald Rumsfeld se refería a los militantes iraquíes como un montón de "gente sin salida". Los oficiales de la administración objetaron al uso de términos como "insurgentes" y clamaron que la mayoría de los pendencieros eran terroristas extranjeros.
La ideología nubló el análisis. El ejército mejor entrenado del mundo no ha podido erradicar o encontrar a los "sin salida", cuyas operaciones han crecido en destreza y organización. Catorce meses después de la caída de Bagdad, el aeropuerto principal de Irak sigue cerrado, las rutas clave que lo comunican con el país son peligrosas, y ataques a la infraestructura ocurren a diario.
La ocupación, en la más reciente encuesta de la Autoridad Provisional de la Coalición (APC), tiene el apoyo del 2% entre los iraquíes. El apoyo para la APC ha aumentado al 8%. Con este tipo de cifras, cualquier operación ofensiva de las tropas estadounidenses producirá más insurgentes que los que mata. Y para el futuro predecible, la mayoría de las operaciones contrainsurgentes seguirán siendo asunto estadounidense.
Fareed Zakaria
(v.pág.12 de Newsweek en español del 5 de julio de 2004).
La democracia para muchos países árabes, desde Argelia hasta Egipto, podría significar poder para las fuerzas fundamentalistas.
Yuksel Soylemez, diplomático retirado turco
(v.pág.26 de Newsweek en español del 5 de julio de 2004).
Aunque los analistas militares estadounidenses no se ponen de acuerdo acerca de su tamaño exacto, docenas de células regionales, frecuentemente dirigidas por jeques tribales e inspiradas por imams suníes, pueden convocar a peleadores de tiempo parcial para incrementar su poder hasta 20,000 elementos -una estimación que se refleja en la fuerza mantenida por la insurgencia a pesar de que las fuerzas de Estados Unidos han matado tantos como 4,000 solamente en el mes de abril.
Algunos insurgentes están altamente especializados -una célula de Bagdad, por ejemplo, cuenta con dos líderes, un asesino y dos grupos de fabricantes de bombas.
La imagen que la inteligencia está desarrollando contrasta con la opinión comunmente expresada en la administración Bush de que la lucha está alimentada por guerrilleros extranjeros que intentan crear un estado islámico.
"Aquí no estamos en el frente de una guera yihadista", expresó un oficial militar en Bagdad.
Ese oficial y otros declararon a The Associated Press que las guerrillas cuentan con el suficiente apoyo popular entre los iraquíes nacionalistas, molestos por la presencia de tropas de los Estados Unidos, como para no poder ser vencidas por la vía militar.
Anthony Cordesman, un analista de Iraq en el Center for Strategic and International Studies, dijo que el número de 5,000 insurgentes "nunca fue más que una payasada y ahora es claramente ridículo".
"Los de tiempo parcial son difíciles de contabilizar, pero casi todos los movimientos insurgentes dependen de reclutas de tiempo parcial que pueden volver a confundirse con la población", agregó.
Los líderes de la guerrilla vienen de varias áreas del partido Baath de Sadam, incluyendo a grupos de abogados, familias prominentes y especialmente de su Buró Militar, un brazo de seguridad interna utilizado para purgar enemigos. Ellos han formado docenas de células.
La mayoría de los insurgentes están luchando por un rol mayor en una sociedad secular, no por un estado islámico tipo talibán, dijo el oficial militar. Casi todos los guerrilleros son iraquíes, incluso aquellos que llevan a cabo los devastadores atentados con carros-bomba de los que normalmente se culpa a extranjeros -usualmente a al-Zarqawi.
El oficial comentó que muchos de los carros-bomba llevan la "marca" de la antigua policía secreta de Sadam y están dirigidos a intimidar a los nuevos servicios de seguridad iraquíes.
Gran parte de la comunidad de inteligencia de los Estados Unidos ha llegado a similares conclusiones, pero se han encontrado con la oposición política de la administración Bush, dijo un oficial del Departamento de Estado en Washington.
Los analistas civiles generalmente están de acuerdo en que funcionarios estadounidenses e iraquíes han exagerado la participación de peleadores extranjeros y extremistas musulmanes.
Tales exageraciones apoyan el punto de vista de la administración Bush de que la insurgencia está relacionada con la guerra al terrorismo. "Demasiados analistas estadounidenses tiene fijaciones con términos como 'yihadista', igual que irrazonablemente tratan de achacarle todo a bin Laden", declaró Cordesman. "Cada encuesta pública en Iraq... confirma el carácter nacionalista de lo que está pasando".
El oficial militar comentó que se había reunido el martes con cuatro jeques tribales de Ramadi quienes "dejaron muy claro" que no deseaban un estado islámico, aun cuando las mesquitas son utilizadas como santuarios y fuente de fondos insurgentes.
"No somos un montón de talibanes", le dijeron los jeques.
A las órdenes del general John Abizaid, comandante de las operaciones en el Medio Oriente, analistas del ejército buscan evidencia de que la insurgencias esté adoptando fines islámicos extremistas y han encontrado que la motivación de la mayoría de los insurgentes es echar de Iraq a las tropas estadounidenses, no la formación de un estado islámico.
El oficial explicó que los insurgentes iraquíes tienen una gran ventaja sobre las guerrillas de otros lugares: armas abundantes, dinero y entrenamiento. La carencia de un sistema nacional de identificación y el rechazo de la guerrilla a planear sus ataques mediante llamadas telefónicas fácilmente interceptables los hace difíciles de rastrear.
"Han aprendido mucho en el último año, y con mucha más continuidad que las rotantes fuerzas estadounidenses o las fuerzas iraquíes de seguridad", comentó Cordesman acerca de las guerrillas. "Han aprendido a reaccionar muy rápido y en formas que nuestros sensores y tácticas estándar no pueden contrarrestar fácilmente".
(The Associtaed Press, 8 de julio de 2004).
Sadam Husein fue amigo de Estados Unidos en sus buenos años. El mismo Rumsfeld le otorgaba parabienes en alguna visita que otra a Bagdad. Chirac le llamaba hermano y le trataba como tal. Sirvió mucho y bien a la persistente desestabilización contra el régimen de los ayatolas de Teherán. Pero el fiel se fue convirtiendo en díscolo.
Alberto Peláez
(v.pág.28 del periódico Público del 13 de julio de 2004).
El examen del reporte del Comité de Inteligencia del Senado de los Estados Unidos para definir si la falsa información de inteligencia fue ocasionada por presión ejercida desde la Casa Blanca, fue pospuesto hasta después de las elecciones de noviembre. "Esto está diseñado para proteger a la administración [de Bush] y echarle toda la culpa a la comunidad de inteligencia", dijo un notable republicano.
(V.pág.16 de la edición internacional de TIME del 19 de julio de 2004).
Los datos del informe del Senado de EE UU muestran que prácticamente todas las afirmaciones que el presidente George W. Bush utilizó para justificar la invasión de Irak eran incorrectas o exageradas. "Antes del 11/9, nuestro gobierno no supo conectar los puntos", dijo el senador John D. Rockefeller IV, miembro del comité. "En Irak somos aun más culpables, porque los puntos nunca existieron".
(V.pág.22 de Newsweek en español del 19 de julio de 2004).
"Esta es una administración dirigida por cowboys que llegaron con las pistolas preparadas. Primero disparan y después preguntan. Los memos de los abogados del gobierno acerca de la tortura apuntan hacia arriba, no hacia abajo. Pero los que pagarán el precio por el escándalo serán los soldados en el terreno. Este es un presidente que impulsa la religión al máximo, pero ¿dónde está la compasión?"
Adolfo Cruz / St.Pardoux la Rivière, Francia
Letters
(Edición internacional de TIME del 26 de julio de 2004).
Estoy muy preocupado. Creo que debemos ganar. Pero pienso que hubo errores significativos después de la victoria militar -entre ellos la obstinación del secretario de Defensa con respecto al número de tropas requeridas, por la que estamos pagando un precio muy alto.
John McCain, senador republicano
(v.pág.39 de TIME del 26 de julio de 2004).
La inestabilidad que ha plagado a Iraq desde el final de la guerra 15 meses atrás, ha restringido la propagación de libertades alguna vez prometidas por los funcionarios estadounidenses y que deberían estar ya implantadas. Los crímenes violentos continúan rampantes. Al mismo tiempo, ha aumentado el poder de los clérigos nusulmanes iraquíes; las libertades cotidianas de que disfrutaron las mujeres iraquíes bajo el régimen secular baathista de Saddam se han desvanecido. Mujeres que alguna vez se sintieron libres para usar ropas occidentales e ir solas de compras, ahora deben usar un hijab, la pañoleta tradicional musulmana, cuando se aventuran a salir. Muchas oficinas gubernamentales exigen a las empleadas que utilicen un velo en el trabajo.
Vivienne Walt
(v.pág.41 de TIME del 26 de julio de 2004).
Después de esta película [Fahrenheit 9/11] nadie va a querer ir a la guerra. El dice la verdad. La gente de Bush dice que es un mentiroso, pero no dicen en dónde miente y no lo demandan. Moore tiene muchos pantalones.
Irvin Kershner, director de cine estadounidense
(v.pág.3D del periódico Mural del 22 de julio de 2004).
Es muy perturbador que los hombres y mujeres razonables en EE UU hablen de una "sorpresa en octubre": no sólo alguna alerta roja diseñada para asustar a la nación y agruparla alrededor del presidente, sino un esquema para posponer la elección si pareciera que Bush podría [pudiera] perder. Esto no tendría precedentes, sería incosntitucional... y hasta ahora, inimaginable. No se cuan plausible sea el escenario. Lo que conflictúa [preocupa] es que la gente le da crédito -notable indicio de la erosión de la confianza pública.
Si Michael Moore ha tenido más éxito con "Fahrenheit 9/11" que con todo su trabajo anterior, es porque su relato de una oligarquía corrompída en el corazón de los asuntos públicos estadounidenses parece creíble para millones de sus compañeros ciudadanos -de los cuales, uno de cada tres cree que Bush mintió (no que "fue engañado", que mintió) para lograr su guerra.
Tony Judt, director del Instituto Remarque de la Universidad de Nueva York
(v.pág.12 de Newsweek en español del 26 de julio de 2004).
Lo que el nuevo informe del 11/9 deja claro es que, a casi tres años de iniciada la guerra contra el terrorismo, EE UU aún no entiende al enemigo. Washington parece menos capaz de obligar a Teherán a cambiar su actitud, en especial porque Bush derrocó a Sadam Hussein, una de las principales amenazas contre el régimen del mulah, y actualmente está empantanado en Irak. Un funcionario de inteligencia declaró antes de la guerra de Irak: "A los iraníes les hace felices que nos centremos en Irak".
Michael Isikoff y Michael Hirsh
(v.pág.16 de Newsweek en español del 26 de julio de 2004).
Los rebeldes han convertido a Irak en una pesadilla política para los líderes extranjeros, secuestrando y a veces decapitando a rehenes de los países aliados. Aún existe un gran descontento, sobre todo en Europa, por la negativa de Bush a admitir que se equivocó en Irak a pesar de la evidencia (siendo la más reciente un informe del Comité de Inteligencia del Senado, según el cual sus motivos para la guerra carecían de fundamento). De acuerdo con las encuestas, Bush y EE UU son tan impopulares en ultramar que muchos líderes extranjeros no pueden apoyar al presidente [Bush] sin reducir su propia popularidad.
Michael Hirsh
(v.pág.17 de Newsweek en español del 26 de julio de 2004).
Con esta guerra equivocada en Iraq, el gobierno se alejó de sus viejos aliados. En vez de construir un país más seguro, nos ha dado menos seguridad.
Ted Kennedy, senador hermano del asesinado John Kennedy
(v.pág.3-A del periódico El Informador del 28 de julio de 2004).
No en balde Winston Churchill calificó una vez a la región [del Medio Oriente] como "un volcán malagradecido".
Joe Klein
(v.pág.21 de la edición internacional de TIME del 2 de agosto de 2004).
El equipo de Bush no puede esperar que una conspiración de jueces de derecha le entregue de nuevo la Casa Blanca.
Ron Reagan, hijo del expresidente republicano Ronald Reagan
(v.pág.10-A del periódico El Informador del 31 de julio de 2004).
No puedo decir que el mundo sea más seguro hoy de lo que era hace dos, tres años.
Kofi Annan, secretario general de la ONU, al contradecir la declaración del presidente George W.Bush de que había hecho del mundo un lugar mejor y más seguro
(v.pág.6 de Newsweek en español del 2 de agosto de 2004).
El historiador de Yale John Lewis Gaddis, ha escrito sobre la estrategia de la administración Bush y ha descrito sus tres pilares: hegemonía, prioridad y unilateralismo. Estos tres enfoques parecen justificables si se considera que ésta es una guerra que puede ganarse militarmente. Pero todos aquellos resultan contraproducentes cuando se busca modernizar a sociedades extranjeras, convencer a los musulmanes moderados y mantener la cooperación de inteligencia y la aplicación de la ley en todo el mundo.
Incluso en Afganistán, donde la guerra tuvo éxito y el acuerdo postguerra es funcional (aunque frágil), los superhalcones de la administración (como Donald Rumsfeld) se opusieron continuamente a realizar mayores esfuerzos en la reconstrucción de la nación. No es útil en una guerra contra el terrorismo, afirmaron. Pero es útil en la lucha contra el extremismo islámico que no sea fundamentalmente una lucha ideológica.
Antes y después del 11/9, los dirigentes civiles del Pentágono, Donald Rumsfeld, Paul Wolfowitz y Douglas Feith, estaban totalmente obsesionados con Irak. Ellos desestimaron la necesidad de responder al ataque contra el USS Cole que, según Rumsfeld y Wolfowitz, era "cosa del pasado". (De hecho, había tenido lugar cuatro meses antes.)
La Comisión del 11/9 recomienda la asignación de recursos para programas de creación de becas, intercambios y bibliotecas en el mundo musulmán, y plantea una sugerencia para consolidar la educación pública en estos países. Las escuelas religiosas se han desarrollado en el mundo musulman porque el sistema educativo secular se ha derrumbado debido a la pobreza y a la sobrepoblación.
Fareed Zakaria
(v.pág.14 de Newsweek en español del 2 de agosto de 2004).
El recurso de alertas de ataques terroristas puede ser explotado para favorecer que las personas acepten las medidas antiterroristas que indebidamente restringen los derechos humanos y el derecho internacional humanitario.
Kalliopi Koufa, experta griega relatora de la subcomisión de los Derechos Humanos de la ONU
(v.pág.33 del periódico Público del 6 de agosto de 2004).
El país se embarcó en una guerra innecesaria en Irak, ofreciendo la vida de nuestros jóvenes en circunstancias que están ahora desacreditadas. Tenemos déficits récord, al mismo tiempo que recortamos servicios otorgamos recorte fiscal al 1% más rico del país, incrementando la brecha entre ricos y pobres. Nuestro gobierno se ha alejado demasiado de los valores estadunidenses. Es tiempo de moverse hacia adelante.
Bruce Springsteen, cantautor estadounidense
(v.pág.2 del suplemento "¡Hey!" del periódico Público del 6 de agosto de 2004).
"Dos serios problemas en los Estados Unidos: la comunidad de inteligencia está en guerra contra la Casa Blanca y los militares uniformados están en guerra contra el liderazgo civil del Pentágono. Pero es el Pentágono el que le dice a la Casa Blanca cuándo saltar... y qué tan alto. El poder del Departamento de Estado ha sido degradado al nivel de una asociación local de 'padres y maestros'. Ha habido un golpe de estado en los Estados Unidos, sólo que los estadounidenses no se han dado cuenta todavía."
Miles Tompkins / Antigonish, Nova Scotia, Canadá
Letters
(Edición internacional de TIME del 9 de agosto de 2004).
En Afganistán como en Irak, EE UU parece haber aprendido de sus errores, pero la educación de Bush ha sido cara.
Fareed Zakaria
(v.pág.11 de Newsweek en español del 9 de agosto de 2004).
John Kerry, inequívocamente, describió a Bush como un líder militar mentiroso, autoengañado y ciego ante la brutalidad de la batalla y las complejidades de la diplomacia... un presidente vendido a las corporaciones contaminantes; un manipulador por secuestrar la bandera, la Constitución y el nombre de Dios para propósitos partidistas...
(V.pág.34 de Newsweek en español del 9 de agosto de 2004).
La política de Bush en Irak es un libro de texto ilustrado sobre por qué la espada funciona mejor cuando está envainada. El mítico gigante de las montañas pierde su poder cuando es derribado a la luz del día. Ahora todo el mundo sabe que las fuerzas militares de EE UU se han adelgazado y que no son tan infalibles como se anunciaba. La guerra contra el terrorismo es conocida como un "combate asimétrico", en el que el débil -unos poco hombres con navajas para papel- puede humillar al fuerte. Así es que las definiciones antiguas de poder ya no significan mucho.
Jonathan Alter
(v.pág.39 de Newsweek en español del 9 de agosto de 2004).
40% de los encuestados dijeron creer que la adminstración Bush era capaz de utilizar una alerta de terrorismo con fines políticos.
(V.pág.31 de la edición internacional de TIME del 16 de agosto de 2004).
Rompiendo la línea con la Casa Blanca y sus líderes republicanos en el Congreso, el representante Doug Bereuter, de Nebraska, vicepresidente del House Intelligence Committee y miembro distinguido del House International Relations Committee, dijo a sus electores en una carta que la acción militar de los Estados Unidos en Iraq fue un error.
"La guerra de Iraq fue una 'costosa confusión' sin una forma rápida para salir de ella. He llegado a esta conclusión retrospectivamente, ahora que la inadecuada inteligencia y las conclusiones erróneas han sido reveladas. Fue un error lanzar la acción militar sin una amplia y comprometida coalición internacional."
"El costo en bajas humanas ya es grande y está aumentando; los costos financieros en el inmediato y largo plazo son increíbles. La reputación de nuestro país alrededor del mundo nunca había estado tan abajo y nuestras alianzas están debilitadas. Ahora estamos metidos en una peligrosa y costosa confusión sin un camino fácil y rápido para concluir con nuestras responsabilidades en Iraq sin crear problemas futuros mayores en la región y, en general, en el mundo musulmán."
(Reuters, 18 de agosto de 2004).
No muchas personas previeron los problemas de postguerra que la presente administración ha enfrentado en Iraq. De los pocos que lo hicieron, sobresalen dos, ambos leones del Partido Republicano.
Uno fue el expresidente George H.W.Bush. El otro el que fuera su secretario de estado, James A. Baker.
"Incalculables costos políticos y humanos" habrían sido el resultado, dijo Bush senior, si su administración hubiera empujado toda la ruta hacia Bagdad y buscado derrocar a Saddam Hussein después de que la coalición comandada por los Estados Unidos sacó al ejército iraquí de Kuwait durante la guerra del Golfo Pérsico de 1991.
"Nos hubiéramos visto forzados a ocupar Bagdad y de hecho a gobernar Iraq", escribió Bush. "La coalición se hubiera colapsado instantáneamente... Entrando y excediendo unilateralmente el madato de las Naciones Unidas habría destruido el precedente de respuesta internacional a la agresión que esperábamos establecer."
"Si hubiéramos seguido la vía de la invasión, los Estados Unidos posiblemente serían todavía una fuerza de ocupación en una tierra amargamente hostil. Esto hubiera tenido un resultado dramáticamente diferente y quizá infructuoso".
Los pensamientos de Bush senior están bosquejados en "A World Transformed", publicado mucho antes de que su hijo se convirtiera en presidente. Después de la Tormenta del Desierto, la nación estaba profundamente dividida acerca de si Bush había hecho lo correcto al regresar las tropas a casa mientras que dejaba al régimen de Saddam intacto.
Aunque el contexto político de la región en ese tiempo era diferente del que el nuevo presidente Bush encaró en 2003, las predicciones del padre acerca de una situación de postguerra en Iraq fueron escalofriantemente proféticas.
Baker tuvo un punto de vista similar sobre los peligros de una política de cambio de régimen en Iraq después de la Tormenta del Desierto.
En un artículo de opinión de septiembre de 1996 dijo: "Era de esperarse que los soldados y civiles iraquíes resistieran una invasión enemiga de su propio país con una ferocidad no demostrada previamente en el campo de batalla de Kuwait".
"Incluso si Hussein fuera capturado y su régimen derrocado, las fuerzas de Estados Unidos hubieran tenido que enfrentar el espectro de una ocupación militar de duración indefinida para pacificar el país y sostener a un nuevo gobierno en el poder".
"Removerlo del poder bien podría haber hundido a Iraq en una guerra civil, absorviendo fuerzas estadounidenses para preservar el orden. Si hubiéramos elegido marchar hacia Bagdad, nuestras fuerzas todavía estarían allí".
Siete años después de que Baker escribió estas palabras, en 2003, la situación política en la región había cambiado dramáticamente. Según lo vio la nueva administración, Saddam había ignorado sistemáticamente 12 años de demandas del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de que eliminara sus armas de destrucción masiva.
También, la administración creyó, quizá erróneamente, que Saddam había reconstruido los programas de armas que habían sido descubiertos y destruidos desde 1991.
Así que la guerra que el expresidente Bush escogió no pelear en 1991 fue llevada a cabo por su hijo en 1993, y presentada por el actual presidente Bush como parte de la guerra global contra el terrorismo que había iniciado con los ataques de septiembre 11 de 2001.
Saddam fue percibido -al menos por el actual presidente Bush- como una amenaza mucho mayor en 2003 de lo que había sido en 1991 cuando Bush senior se contentó con liberar Kuwait y dejar de lado el cambio de régimen en Bagdad.
El actual presidente Bush sin duda fue prevenido acerca de la posibilidad de fuertes bajas de tropas en la guerra de 2003. Pero uno se pregunta si esos avisos fueron tan claros como los de Baker cuando escribió acerca de los peligros de derrocar a Saddam militarmente.
Si esa hubiera sido la política en 1991, dijo Baker, "ciertamente hubiera resultado en mucho mayores bajas en las fuerzas estadounidenses que (la Tormenta del Desierto) misma. Por esta razón, nuestros militares y los principales consejeros del presidente fueron apropiadamente escépticos contra ella".
Los datos del Departamento de Defensa muestran que, hasta el martes [24], 109 soldados habían muerto durante la guerra de Iraq de 2003 como resultado de acciones hostiles, en comparación con 611 desde que Bush declaró el final de las acciones mayores de combate en Iraq, el primero de mayo de 2003.
George Gedda
The Associated Press, agosto 25 de 2004.
...contraste entre un joven como Kerry que, contando con un amplio abanico de opciones, escogió servir a su patria en las selvas de Indochina y una vez allá, su valiente desempeño le hizo acreedor a cinco medallas por su valor. Su contrincante, por el contrario, cuando tuvo oportunidad de demostrar su patriotismo evadió servir a su país valiéndose de recursos que, aunque legales, es de todos conocido que sólo están al alcance de los hijos del privilegio que cuentan con importantes conexiones políticas.
Sergio Muñoz Bata, miembro del consejo editorial de Los Angeles Times
(v.pág.10A del periódico Mural del 26 de agosto de 2004).
"A pesar de lo que la administración Bush asegura, la guerra en Iraq no tuvo nada que ver con la libertad. La invasión estadounidense estuvo basada en mentiras. Hubo motivos geopolíticos y económicos reales para derrocar a Saddam Hussein."
H.Christian Eggenberger / Platja d'Aro, España
"Yo estaba a favor de una guerra preventiva para atrapar a Saddam Hussein antes de que utilizara sus armas de destrucción masiva contra los Estados Unidos o que se las proporcionara a los terroristas. Ahora me doy cuenta de que los estadounidenses fuimos engañados por nuestro presidente y vicepresidente. No existe ninguna virtud en la terquedad ciega y estúpida (ni en la mía ni en la de nuestro presidente), no hay sabiduría en aferrarse a una posición insostenible, yo me estoy cambiando para apoyar a Kerry."
Stewart Perry / Wayzata, Minnesota
Letters
(Edición internacional de TIME del 30 de agosto de 2004).
El general retirado de marines Anthony Zinni dice que los estadounidenses que dirigieron Iraq después de la invasión son los culpables por el crecimiento incontrolado de las milicias "porque ellos no tuvieron una política clara sobre qué trato darles entonces, cuando era fácil detenerlas".
Ahora los Estados Unidos se están quedando sin opciones. Comandantes militares están apurados en crear un ejército iraquí viable que pueda enfrentar a los insurgentes por sí mismo, con la esperanza de que los iraquíes, desesperados por la inseguridad, ofrezcan a las fuerzas nativas la clase de apoyo que le han negado a las ocupantes. Incluso los generales estadounidenses están de acuerdo en que no hay una solución militar a la violencia. "Somos verdaderamente buenos para operaciones de combate, matar y destrozar cosas," dice el mayor general Pete Chiarelli, comandante del Primero de Caballería, la división del ejército responsable de la vigilancia de Bagdad. "Pero si esto es todo lo que estoy haciendo, haré más enemigos que los que mate." Es un círculo vicioso, dice, y lo peor que puede pasar si batallas interminables como Najaf se multiplican, es un levantamiento popular nacional. La única defensa contra eso, dice el mayor general británico Andrew Graham, subcomandante de los cuerpos multinacionales en Iraq, es convecer al pueblo iraquí "de que hay una esperanza". Eso, sin embargo, es lo más difícil de encontrar en el país.
(V.pág.27 de la edición internacional de TIME del 30 de agosto de 2004).
[Hay una] sensación creciente en las comunidades militar y de inteligencia de que la guerra en Iraq a reforzado al radicalismo islámico, sobrecargado a la milicia estadounidense, y hecho mucho más difícil unir al mundo contra las amenazas nucleares de Korea del Norte e Irán.
Joe Klein
(v.pág.29 de la edición internacional de TIME del 30 de agosto de 2004).
El expresidente del parlamento texano Ben Barnes dijo que está "más avergonzado de sí mismo de lo que nunca haya estado" porque él ayudó al [ahora] presidente Bush y a los hijos de otras familias ricas a entrar en la Guardia Nacional de Texas para que pudieran evitar servir en Vietnam.
"Lo siento mucho y estoy muy avergonzado de ello y pido perdón a los votantes de Texas por esto".
Hace 5 años, cuando el entonces gobernador de Texas emergió como el principal candidato republicano a la presidencia, el abogado de Barnes emitió una declaración diciendo que Barnes había sido contactado por el ahora muerto Sidney Adger, petrolero de Houston y amigo del padre de Bush, quien entonces era un congresista. Adger le pidió a Barnes que recomendara a Bush para una posición de piloto en la Guardia Nacional Aérea y el lo hizo. "Ni el congresista Bush ni ningún otro miembro de la familia Bush le pidió a Barnes ayuda", según la declaración de 1999.
The Associated Press, 28 de agosto de 2004.
"!América despierta: el país está en peligro!"
Slogan de los manifestantes opuestos a Bush en Nueva York, el 29 de agosto de 2004.
El cargo más dañino contra Bush puede provenir de críticos que comparten su punto de vista sobre lo que está en juego en la guerra contra el terrorismo pero cuestionan su enfoque. Desde ese punto de vista, la guerra de Iraq, con su alto costo, fue una distracción, no una necesidad. Dividió a un país que estaba unido mientras la energía de los Estados Unidos se enfocó en cazar a bin Laden, persegui a al-Qaeda alrededor del mundo, mejorar las medidas de seguridad en el país y tratar de poner a Afganistán en la ruta hacia la estabilidad. Ahora el presidente de ese país difícilmente puede salir de su casa sin arriesgarse a que le disparen, mientras que la ocupación de un país árabe por un ejército estadounidense, aunque haya sido bienintencionada, ha enfurecido a muchos musulmanes y ha alejado a aliados de los Estados Unidos. "Septiembre 11 nos enseñó los costos de la inacción", observa el senador demócrata Evan Bayh. "Quizás Iraq nos está enseñando los costos de la acción".
(V.pág.31 de la edición internacional de TIME del 6 de septiembre de 2004).
Después de septiembre 11 ciertamente hubo mucha agitación. Se declaró la guerra al terrorismo. Una guerra real se inció en Iraq y todavía continúa. Se fundó un Departamento de Seguridad de la Patria. Varias libertades estadounidenses han sido suspendidas. Al paso que van las cosas, la suma de vidas estadounidenses perdidas al responder a los hechos de septiembre 11 excederán al total de el mismo septiembre 11. El total de extranjeros inocentes muertos ya es más alto.
¿Qué se ha conseguido? Como la nación más poderosa del mundo, los E.U.A. han logrado seguir y matar a algunos miembros de al-Qaeda. No ha habido aviones de línea estrellados contra rascacielos en los tres años que siguieron al 11 de septiembre, pero lo mismo es verdad de los tres años que lo precedieron. ¿Son los Estados Unidos más seguros contra el terrorismo que antes? La única respuesta honesta es: ¿Quién sabe?
Los estadounidenses pueden aprobar o desaprobar la invasión y ocupación de Iraq, pero lo que está claro más allá de toda disputa es que Iraq no tuvo nada que ver con el 11 de septiembre. Al voltear al mundo en general, y a la gente joven del mundo musulmán en particular, en contra nuestra, la decisión de responder a al-Qaeda derrocando a Saddam Hussein pudiera haber hecho más factible -no menos- al terrorismo en el futuro.
La segunda oportunidad de George W.Bush llegó en septiembre 11 de 2001. Los agravios pasados de repente parecieron insignificantes, los desacuerdos presentes, irrelevantes, e incluso entre los oporitores de Bush, una confianza obligada reemplazó a las enormes dudas acerca de si el líder nacional podría con la tarea. Bush obtuvo este regalo de la oposición -la suspensión de la antipatía y la incredulidad- sin hacer nada para merecerlo. El podía haber solicitado y conseguido cualquier cosa que deseara en las semanas y meses que siguieron al 11 de septiembre. Y él decidió invadir Iraq.
Michael Kinsley, editor de Los Angeles Times
(v.pág.43 de la edición internacional de TIME del 6 de septiembre de 2004).
El senador Bob Graham, el demócrata de más alto rango en el Comité del Senado que investigó los ataques del 11 de septiembre, señaló que la administración Bush está usando "en exceso" la información clasificada para evitar avergonzar a Arabia Saudita.
(V.pág.20-A del periódico El Informador del 6 de septiembre de 2004).
Consideremos la ironía. Una de las razones (extraoficiales) de la administración de Bush para hacer la guerra en Irak era reducir la dependencia de EE UU en el petróleo de Arabia Saudí. Era una idea razonable. Pero habiendo arruinado la ocupación, y con el petróleo iraquí más inseguro ahora que antes de la guerra, EE UU depende más que nunca de Arabia Saudí.
Fareed Zakaria
(v.pág.11 de Newsweek en español del 6 de septiembre de 2004).
Andy Card, quien ha pasado un tiempo considerable cerca de los Bush, observó que nunca ha visto al presidente Bush discutir con su padre. El padre no se enzarza en la discusión ni responde con sus argumentos, dice Card. No es porque Bush padre esté de acuerdo con las políticas de su hijo, dice un viejo amigo del presidente 41. "Es una agonía para él" ver al 43 haciendo política en Irak, según este ex colega. "Es doblemente frustrante para él porque ésa no es la manera en que él lo haría si todavía estuviese en el cargo".
(V.pág.19 de Newsweek en español del 6 de septiembre de 2004).
Richard Clarke, ex asesor antiterrorismo, apunta que Irán "financió y dirigió" organizaciones de Hezbolá que hicieron volar a 242 marines estadounidenses en Beirut en 1983, y a 19 hombres del personal militar de Estados Unidos en las Torres Khobar en Arabia Saudí en 1996. "Al Qaeda usó regularmente el territorio iraní para transitar y asilarse antes del 11 de septiembre", según escribió Clarke, confirmado por la Comisión del 11/9, muchos de los principales líderes de Al Qaeda "cruzaron la frontera hacia Irán después de que las fuerzas de EE UU invadieron por fin Afganistán". Entre tanto, el programa nuclear iraní -que opera de manera intermitente- continúa en proceso de desarrollar armas nucleares.
(V.pág.23 de Newsweek en español del 6 de septiembre de 2004).
El candidato demócrata John Kerry acusó al presidente Bush de enviar tropas estadounidenes a la "guerra equivocada en el lugar equivocado en el momento equivocado" y dijo que él trataría de regresarlos todos a casa en cuatro años. "Este presidente corrió hacia la guerra sin un plan para ganar la paz, y esto les está costando a todos ustedes 200 millardos de dólares".
The Associated Press, 6 de septiembre de 2004.
Lo que no me esperaba era que los secuestros del 11 de septiembre se verían a su vez secuestrados por las conspiraciones de Bush, que lo reducían todo a un póster para reclutar gente para la guerra.
Art Spiegelman, autor de los cómics "Maus" y "Sin la sombra de la sombra de las torres"
(v.pág.14-B del periódico El Informador del 8 de septiembre de 2004).
[Bush y sus socios] cuando tuvieron la oportunidad de demostrar el machismo del que hoy se ufanan se refugiaron en los pretextos para no servir a la patria.
Bush, más que tenaz, es un necio y su necedad sólo ha servido para crear más problemas.
Sergio Muñoz Bata, miembro del consejo editorial de Los Angeles Times
(v.pág.15A del periódico Mural del 9 de septiembre de 2004).
Lo que fue inicialmente una victoria militar contundente, ahora se está convirtiendo en un fiasco de proporciones históricas ante la realidad de que EE UU carece de una estrategia de posguerra. Ahora todos somos testigos de la dificultad que tiene el ejército más poderoso del planeta para enfrentar una guerra de guerrillas, con más de mil soldados muertos y 200,000 millones de dólares invertidos en esta guerra. Iraq es hoy el talón de Aquiles militar y político de Estados Unidos. Irónicamente Iraq, el único país que controla militarmente Estados Unidos en este momento, es hoy el lugar en el que los movimientos fundamentalistas pueden planear y realizar con mayor facilidad ataques terroristas en contra de su acérrimo enemigo. Por ello, la pregunta obligada: ¿ayudó el derrocamiento de Hussein a reducir la posibilidad de otro atentado contra Estados Unidos o contra sus intereses alrededor del mundo? Cada vez más la respuesta parece ser no.
Ana María Salazar, académica del ITAM
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 11 de septiembre de 2004).
Bush está peleando la guerra contra el terrorismo, y Kerry no lo haría. Este fue un tema que fue machacado desde el inicio de la convención republicana y depende de un pequeño engaño: la noción de que la guerra en Iraq y la guerra contra los terroristas del 11 de septiembre es una y la misma.
Joe Klein
(v.pág.28 de la edición internacional de TIME del 13 de septiembre de 2004).
Es verdad que un Afganistán y un Irak democráticos serían fuerzas poderosas y progresivas en el mundo musulmán, pero las políticas de postguerra de EE UU en ambos países han hecho poco para lograr que esto sea factible. EE UU no ha ayudado a que la democracia se arraigue en Afganistán, cediendo gran parte del país a los caudillos y narcotraficantes. Tampoco ha impulsado la democracia en Irak, destruyendo el viejo orden sin saber qué hacer a continuación.
Con respecto a Iraq, el presidente [Bush] parecía desconectado [en la Convención Republicana], como si estuviésemos en mayo de 2003 y la estatua de Sadam Hussein acabara de ser derribada. No admitía que las cosas no iban bien, que durante todo un año las tropas de EE UU han enfrentado una insurrección creciente y una progresiva hostilidad por parte del público. Los fundamentalistas islámicos com milicias armadas -los peores enemigos de EE UU en la guerra antiterrorista- dirigen varias ciudades en Irak. Moqtada al-Sadr y su milicia salieron ilesos de una contienda con EE UU, lo que favoreció la reputación de aquél. El apoyo a EE UU ha caído de un 70% al inicio de la ocupación, a un 5%.
Bush se mofó de los informes de la prensa que detallan los problemas en Iraq, comparándolos con los relatos de Alemania en 1946. Si el presidente cree que Irak se parece a la Alemania de 1946 -un país de larga tradición liberal, siglos de experiencia capitalista, imperio de la ley y una población derrotada que cooperó con la ocupación de EE UU- se llevará una desagradable sorpresa.
El escritor Andrew Sullivan observó que [a Bush] "no le importa la evidencia empírica... Como todos los visionarios religiosos, él afirma simplemente que su fe conquistará la realidad. Esto no ocurrirá".
Bush no parece esta consciente de que la hostilidad hacia él en cada país del mundo (excepto Israel) ha dificultado que EE UU sea agente de la libertad. En cada país árabe que he visitado en los últimos dos años, liberales, reformadores y hombres de negocios dicen: "No nos apoyen. El apoyo de EE UU es como el beso de la muerte".
La Convención Republicana mostró dos enfoque distintos de los extranjeros. Por un lado, los ridiculizó repetidamente. Las frases más aplaudidas en Nueva York la semana pasada fueron las que concluyeron con "los franceses", "París", o en el peor de los casos, "Naciones Unidas"; y que quizás tenían la intención de conjurar imágenes de envidiosos tercermundistas que conspiran en contra de EE UU. Por otro lado, los republicanos insistieron en que iban a extender las bendiciones de la libertad hasta los rincones más lejanos del mundo. Este es el dilema del partido: desea desplegar la libertad entre personas que en realidad le disgustan.
Fareed Zakaria
(v.pág.12 de Newsweek en español del 13 de septiembre de 2004).
La doctrina de la guerra preventiva de esta administración deja abierta la pregunta sobre cuándo empezará la próxima. ¿Para prevenir una guerra real? ¿Para eliminar una imaginaria?
Como votante que intenta escoger, confieso que me parece muy desconcertante ver cómo Bush hace que grandes mentiras parezcan verdades simples, mientras Kerry hace que verdades complicadas parezcan ficciones avergonzadas.
Hace 18 meses la meta debió ser calmar las escena internacional y lograr la cooperación. El cáncer de Al Qaeda había sido eliminado en gran medida. El reto era evitar que se reprodujera. Este era el momento para que la guerra de ideas sobre iniciar una cooperación seria e internacional estuviese en su punto máximo. Este era el momento de aislar a los reclutadores de terroristas y desenmascarar sus mentiras.
En cambio, la invasión impulsiva, casi petulante, a Irak hizo lo que tantos de los amigos y aliados de Estados Unidos habían advertido. Creó una nueva camada de fanatismo, y fue inspiración para todos los reclutadores de terroristas de todo el mundo.
Al pretender que la guerra contra el terrorismo es una guerra omnímoda, Bush ha creado una guerra que no tiene ni idea de cómo ganar. Al mismo tiempo, ha logrado reunir a muchos enemigos que estaban separados. No, el terrorismo no es una fuerza de la naturaleza. Pero los estadounidenses han hecho mucho para crear la tormenta perfecta.
Christopher Dickey
(v.pág.20 de Newsweek en español del 13 de septiembre de 2004).
De una manera u otra, hemos abierto una caja de Pandora en Iraq, que somos incapaces de volver a cerrar. La situación es grave y no mejora.
Jacques Chirac, presidente de Francia
(v.pág.13-A del periódico El Informador del 14 de septiembre de 2004).
El escritor mexicano Carlos Fuentes, quien acaba de presentar en la ciudad española de Barcelona su último libro, Contra Bush, ha equiparado el pensamiento del presidente de Estados Unidos al de dictadores como Hitler o Stalin.
Sin espacio para la duda, Fuentes, émulo literario del cineasta Michael Moore, ha declarado que su libro es "un alegato contra George Bush", adalid de una nueva ideología que el autor califica de "marxismo-darwinismo", en la que impera la supremacía de la economía y en la que sólo sobrevive el más fuerte.
Tras compararlo con los más grandes dictadores del Siglo XX, el autor matiza que "ya quisiera Bush ser como Hitler, ser un genio del mal como Hitler".
Fuentes pronostica que es "impredecible saber lo que se atrevería a hacer el presidente norteamericano si obtuviera una victoria en las próximas elecciones, después de lo que ha hecho en estos cuatro años tras ganar los anteriores comicios por un solo voto en el Tribunal Supremo".
Considera que la "camarilla" que rodea a Bush es lo peor del conservadurismo de Estados Unidos, como el vicepresidente Dick Cheney, largo tiempo cabeza de la petrolera Halliburton y que "votó a favor del apartheid y contra la liberación de Nelson Mandela"; el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld; la consejera de Seguridad, Condoleezza Rice, a quien ve como "una nueva Lady Macbeth"; o el secretario de Justicia, John Ashcroft, "lastrado por sus declaraciones contra el aborto, la homosexualidad y el feminismo".
Fuentes recuerda que los pretextos para la guerra de Iraq, la existencia de armas de destrucción masiva y llevar la democracia al país, "han fracasado" y "el resultado de la intervención, en la que no incurrió su padre en la anterior Guerra del Golfo, ha sido la quiebra del orden internacional, el aislamiento diplomático de Estados Unidos y la derrota en la posguerra".
(V.pág.12-B del periódico El Informador del 14 de septiembre de 2004).
En un documento clasificado que analiza la situación en Irak, los servicios secretos prevén tres escenarios. En el peor de los casos, el país podría caer en una guerra civil, mientras que en el mejor de ellos la seguridad seguirá siendo un problema y la estabilidad será precaria tanto en lo político como en lo económico.
(V.pág.31 del periódico Público del 17 de septiembre de 2004).
El primer ministro británico Anthony Blair fue advertido de las "graves consecuencias" que traería una guerra en Irak desde un año antes de que se realizara el ataque.
Las advertencias fueron presentadas por su canciller Jack Straw. Straw expuso que una guerra traería aún más problemas de los que ya existían, que nadie tenía una idea clara de lo que pasaría y que la invasión se trataba de que el presidente George W. Bush terminara los asuntos pendientes de su padre, como una "riña entre familias".
"Nadie ha respondido satisfactoriamente cómo es que puede haber una certeza de que el régimen de reemplazo será mejor. Irak no tiene historia de democracia, así que nadie tiene ese hábito o experiencia", advirtió el canciller británico.
El consejero de política exterior de Blair, David Manning, también envió una carta al primer ministro, en la que apuntó "creo que hay un riesgo real y la administración subestima las dificultades. Podrían acordar que fallar no es una opción, pero eso no significa necesariamente que no lo harán", dejó en claro que Bush aún tenía que contestar con respecto a Irak la pregunta "¿qué pasará la mañana después?".
Otro documento de consejeros ministeriales entregado a Blair indicó que "la única manera de deponer a Saddam y a su elite, es invadir e imponer un nuevo gobierno, pero eso implicaría muchos años de construcción. Sin embargo, habría un riesgo de que el sistema iraquí se revirtiera. Un golpe militar podría suceder a otro hasta que emergiera un dictador autócrata sunnita que protegiera los intereses de ese grupo".
(V.pág.8A del periódico Ocho Columnas del 19 de septiembre de 2004).
Los militares estadounidenses reconocieron el hecho de que ahora existen zonas vedadas en Iraq, áreas que los Estados Unidos han cedido a los terroristas -mucho del llamado triángulo sunita, por ejemplo- lo que pone un signo de interrogación en la afirmación del presidente de que él está peleando la guerra agresivamente.
La guerra de Iraq no era una necesidad. Es más probable que resulte en un caos regional que en el "benigno efecto dominó" de democracia regional prometido por los neoconservadores.
Bush ha escogido no pelear en el triángulo sunita, y la guerra no puede ganarse hasta que lo haga. "No puedes permitir que el enemigo tenga santuarios y esperar triunfar", me dijo John McCain. "Tienes que ir y sacarlos de sus agujeros".
Bush ha peleado una guerra incompetente en Iraq, la cual está en serio peligro de perder.
Joe Klein
(v.pág.14 de la edición internacional de TIME del 20 de septiembre de 2004).
"La mayoría de las imágenes que vemos son de cabezas iraquíes bajo las botas del ejército estadounidense. Esto ya no es una ocupación, sino una humillación", dice Hafiz Hussain Ahmed, un clérigo paquistaní y miembro del parlamento. "Los Estados Unidos y sus aliados deben darse cuenta de que mediante la ocupación, matando y deshonrando a mujeres musulmanas -como en la cárcel de Abu Ghraib en Iraq- están sembrando las semillas del odio".
Dice Musdah Mulia, un estudioso progresista en Indonesia: "Los moderados están encontrando cada vez más difícil discutir temas tales como los derechos humanos y la democracia mientras fotos de estadounidenses torturando iraquíes siguen apareciendo".
Entre otras muchas consecuencias no intencionales de esta guerra es que algunos de los más horrendos actos terroristas cometidos en nombre del islam están sucediendo en un país que los Estados Unidos habían esperado transformar en un modelo de democracia secular en el Medio Oriente. Las oportunidades de que Iraq se asemeje pronto a ese ideal han desaparecido. El peligro ahora es que el control pudiera caer en las manos de yihadistas -como ya ha sucedido en partes del llamado triángulo sunita- que intenten establecer su propio régimen fundamentalista que pudiera convertirse en terreno fértil para terroristas. Ese sombrío prospecto significa que no habrá ningún retiro significativo de tropas estadounidenses en el futuro cercano.
(V.pág.31 de la edición internacional de TIME del 20 de septiembre de 2004).
Fue patético que dejaran depósitos de municiones e instalaciones nucleares sin protección. Desbandaron a los militares iraquíes. No protegieron las fronteras. Este es uno de los más catastróficos trabajos de administración que yo haya visto.
John Kerry, candidato demócrata a la presidencia
(v.pág.53 de la edición internacional de TIME del 20 de septiembre de 2004).
Los militares estadounidenses han estado aquí antes: atrapados en un conflicto donde lo que hacen mejor -pelear- no puede ganar la guera. En Iraq hoy, la fuerza bruta es un desperdicio.
La furiosa guerrilla insurgente está fuera de control, reconoció la administración Bush la semana pasada. Importantes partes del país están controladas por la guerrilla, declaró el Estado Mayor.
Con su aplastante poder de fuego las tropas de la coalición podrían tomar cualquier ciudad iraquí en cualquier momento, pero el daño colateral pudiera ser grande y los costos políticos altos, causando resentimiento y enojo que incrementaría el apoyo a la insurgencia. Dentro de las ciudades las patrullas estadounidenses son un magneto de ataques, resultando en grandes bajas que detonan la misma violencia que están tratando de suprimir.
Los Estados Unidos fueron muy despacio por casi un año antes de tomar en serio el entrenamiento y equipamiento de las fuerzas iraquíes, y como resultado éstas todavía no están listas para asumir la responsabilidad primaria de dispersar a los insurgentes y vigilar las ciudades.
El Pentágono asumió una vez que el número de insurgentes era inferior a 5,000; ahora sus analistas estiman extraoficialmente que son 20,000 o más. El subcomandante de las fuerzas de la coalición en Iraq, al Mayor General británico Andrew Graham, estima que hay de 40,000 a 50,000 luchadores insurgentes activos.
Algunos expertos en temas militares que apoyaron la guerra creen ahora que los Estados Unidos carecen de un plan para ganar. Para analistas independientes como William Arkin, quien mantiene estrechos vínculos con el Pentágono, la administración está "completamente perdida en el nivel táctico".
Los Estados Unidos han fallado durante 19 meses en lograr un trabajo significativo de reconstrucción. La falta de seguridad es parte del problema. Ninguno de los candidatos presidenciales parece dispuesto a pedir mayores sacrificios al pueblo estadounidense o a prevenirlo de que la violencia empeorará antes de comenzar a mejorar. Con tantas decisiones difíciles por delante, este pudiera ser el mayor error de todos.
Johanna McGeary
(v.pág.58 de la edición internacional de TIME del 20 de septiembre de 2004).
La semana pasada, el embajador de Irak ante Naciones Unidas, Samir Sumaiada'ie, predijo que, a menos que EE UU y Gran Bretaña añadiesen "una cantidad considerable" de efectivos en Irak, la insurrección crecería.
Fareed Zakaria
(v.pág.13 de Newsweek en español del 20 de septiembre de 2004).
"Estamos tratando con una población que se debate entre una mínima tolerancia y la hostilidad abierta", dice un diplomático estadounidense en Bagdad. "La idea de una democracia funcional aquí es una locura. Creíamos que habría una tregua después de entregar la soberanía, pero todo esto es un caos".
Los expertos estadounidenses en contrainsurgencia observan algunas tendencias perturbadoras. El Departamento de Defensa contó 87 ataques diarios contra las fuerzas de EE UU en agosto; el mayor promedio mensual desde la visita de Bush al USS Abraham Lincoln en mayo de 2003. El análisis preliminar de las cifras de julio y agosto también suguiere que las tropas estadounidenses están siendo atacadas en un área de Irak mayor que nunca antes. Al parecer, el número de muertes por arma de fuego tuvo un gran aumento en agosto. Hasta entonces, los dispositivos explosivos y la metralla eran la causa principal de lesiones en combate, típico de una insurgencia de "fase dos", donde las emboscadas súbitas son la regla. (La fase uno es la fase del reclutamiento, con la mayoría de las acciones confinadas al sabotaje. Es así como empezaron las cosas en Irak). Las heridas de bala significarían que los rebeldes están en pie de lucha; un paso hacia la fase tres.
Dice Andrew Krepinevich, autor del estudio muy respetado 'The Army and Vietnam': "Lo que vemos es que el ejército estadounidense no está entrenado u organizado para luchar contra los insurgentes. Esa fue la decisión deliberada después de Vietnam. Ahora parece que estamos pagando el precio".
Scott Johnson y Babak Dehghanpisheh
(v.pág.16 de Newsweek en español del 20 de septiembre de 2004).
"The lost year", un artículo del periódico Atlantic de este mes, en el que James Fallows condena a Bush. Los especialistas en antiterrorismo a quienes consultó, estuvieron de acuerdo en que la guerra de Irak ha aumentado la amenaza a EE UU, en lugar de disminuirla. El explica cómo Bush malgastó el apoyo global para aplastar a los terroristas, citando a un embajador que afirmó: "Debimos centrarnos en Bin Laden y Al Qaeda, arrasar con todo el barrio si fuera necesario".
Jonathan Alter
(v.pág.35 de Newsweek en español del 20 de septiembre de 2004).
No, no había armas de destrucción masiva en Iraq... todo fue un hábil manejo de los más ricos para obtener más ganancias... ganancias que no eran sólo "la democracia" ofertada... porque a lo que se referían era a las ganancias de las enormes empresas que en plena guerra, entre cadáveres y mutilados, hacen su agosto... y los policías del mundo, en uso y abuso, se permitieron, a la sospecha -real o inoculada- de armas masivas de destrucción, avasallar a todo un pueblo, saquear sus museos, destruir su cultura... y, sin prurito ético, les quita hasta la vida en ese manejo truculento de intereses económicos... todo por las ganancias... nada por el bienestar de las personas.
Se sabe que la compañía Halliburton, el mayor consorcio estadounidense de servicios militares y petroleros, ha tenido las mejores ganancias con la guerra de Iraq, y, de acuerdo con "The Economist", para el siguiente concurso, presentará al Pentágono estrategias mejores para obtener aún más ganancias de los contratos... lo que reconoció su jefe ejecutivo en una conferencia con inversionistas en Nueva York: "Si escogemos volver a concursar, vamos a elevar los márgenes en forma significativa". Más ignominioso aún, en esta compañía trabajó por mucho tiempo y ha tenido fuertes cantidades invertidas con las ganancias que le corresponden, el actual vicepresidente de Estados Unidos...
Lourdes Bueno, investigadora de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 22 de septiembre de 2004).
"George Bush hizo a Saddam Hussein la prioridad", dijo el candidato demócrata John Kerry. "Yo hubiera hecho a Osama bin Laden la prioridad". Agregó que Bush debería haber mantenido a las fuerzas estadounidenses enfocadas en la caza de bin Laden. En vez de ello, expresó Kerry, "el presidente dio en 'outsourcing' el trabajo a los señores afganos de la guerra que permitieron que Osama bin Laden se escapara".
The Associated Press, 25 de septiembre de 2004.
Saddam Hussein, si está vivo, está gastando una enorme cantidad de tiempo tratando de no ser capturado. Y no le hemos visto en video desde 2001.
El secretario de defensa de EE UU, Donald Rumsfeld, confundiendo a Sadam Hussein y a Osama bin Laden en un discurso ante el Club Nacional de Prensa. Momentos antes, Rumsfeld había confundido a ambos, afirmando que fue Sadam quien ordenó el asesinato del líder de la Alianza del Norte de Afganistán en 2001.
(v.pág.6 de Newsweek en español del 27 de septiembre de 2004).
"La estrategia de no proliferación [de armas nucleares] de esta administración consiste en ir por allí con un garrote", dice molesto un veterano estadista republicano. La administración debe comprender que sus opciones en Irán están ahora limitadas por el caos que reina en Irak.
John Barry y Dan Ephron
(v.pág.16 de Newsweek en español del 27 de septiembre de 2004).
Al hablar con franqueza, los asesores del presidente [Bush] admiten que luchan por convencer a los votantes sobre la misión en Irak ahora que Sadam Hussein está en la cárcel. "Bueno, no creo que sepan cuál es esa misión", dijo uno de los principales estrategas de Bush.
"Bush se considera fuerte en la lucha contra el terrorismo y en la guerra en Irak, mientras que en realidad ha estropeado bastante ambas cosas", dijo un confidente de [l candidato demócrata John] Kerry.
(V.pág.24 de Newsweek en español del 27 de septiembre de 2004).
Isabel Allende, comprometida activista por la paz, confesó sentir horror ante una posible reelección de George W. Bush, ya que supondría "un auténtico desastre". La autora añadió que aunque el mundo tiene que vivir con Bush, sólo unos pocos norteamericanos tienen la oportunidad de votar por él: "Si todo el mundo pudiera votar, no elegiría a Bush".
En cuanto a la invasión de Iraq, la escritora tiene muy claro que "la guerra ha creado más problemas" y que, lejos de acabar con el terrorismo y la violencia, los ha incrementado. "Las razones para esa guerra nada tienen que ver con el terrorismo", aseguró Allende.
(V.pág.18-B del periódico El Informador del 27 de septiembre de 2004).
"Lentamente, pero con seguridad, Iraq se está convirtiendo en una teocracia igual a la de Irán. ¿No es eso irónico, ya que fue Irán y no Irak quien refugió a miembros de al-Qaeda? El llamado 'eje del mal' sólo se hizo más fuerte a causa de las acciones miopes de un presidente de los Estados Unidos empeñado en guerrear."
Bastian Birkenhaeger / Friedrichsdorf, Alemania
Letters
(Edición internacional de TIME del 27 de septiembre de 2004).
El Iraq de Bush: una poderosa fantasía
El secretario de Prensa de la Casa Blanca, Scott McClellan está empezando a sonar como "Baghdad Bob", el infame vocero de Saddam que anunciaba alucinantes victorias iraquíes mientras las tropas estadounidenses se aproximaban a Baghdad.
Si el National Intelligence Estimate (NIE) es correcto, estamos encarando un mundo mucho más peligroso que el existente antes de la guerra. Muchos expertos de inteligencia y militares creen que al-Qaeda ha reconstruido su estructura de mando y se ha metastasiado; que la milicia de los Estados Unidos está sobrecargada y sus líderes muy probablemente le digan al próximo presidente que carecen de los recursos necesarios para poder controlar a Iraq; que el gobierno estadounidense ha perdido credibilidad para poder guiar al mundo en acciones contra futuras amenazas de, digamos, Korea del Norte o Irán; que el mismo Irak está en riesgo de dividirse en tres caóticas regiones, las cuales -en el peor escenario del NIE- pudieran terminar en una guerra civil.
Joe Klein
(v.pág.24 de la edición internacional de TIME del 27 de septiembre de 2004).
Los insurgentes han mostrado una impresionante habilidad para regenerarse. Jeffrey White, un exanalista senior de la Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA), dice que podría haber "tantos como 100,000 insurgentes", incluyendo a los que proveen alimento, vestido y refugio. "Este no es un número pequeño de gente", comenta. Y ellos están demostrando ser difíciles de matar.
Michael Ware
(v.pág.49 de la edición internacional de TIME del 27 de septiembre de 2004).
Entre 10,000 y 30,000 de los 800,000 cristianos iraquíes han dejado el país desde la caída del régimen de Saddam Hussein. Aunque los cristianos solo representan el 3% de la población, el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados ha dicho que son aproximadamente el 20% de los refugiados que abandonan Iraq hacia Siria. Ellos escapan del clima de violencia y del emergente radicalismo islámico que ha hecho de la práctica de su fe una empresa mortal.
La violencia en Iraq amenaza a una de las más antiguas comunidades cristianas del mundo, fundada hace 2000 años. La población incluye a Caldeo-Asirios (católicos del rito oriental que reconocen la autoridad del Papa); asirios, que forman una iglesia independiente; y católicos armenios. Bajo Saddam, los cristianos coexistieron más o menos amigablemente con la mayoría musulmana. Los servicios de pascua eran transmitidos por la televisión estatal, y a los cristianos se les permitía poseer y operar licorerías.
Los cristianos han dicho que su cambio de fortuna ha sido especialmente frustrante dado el apoyo que la administración de Bush recibe de los cristianos evangélicos. "¿Por qué vinieron aquí los Estados Unidos?" pregunta Mardirosian, el líder católico armenio. "¿Para proteger a los cristianos o para permitir que otros los maten?"
(V.pág.50 de la edición internacional de TIME del 27 de septiembre de 2004).
Dos guerras -la de Afganistán y la de Iraq- no han conseguido el resultado de frenar a los terroristas. Sí lograron fortalecerlos, regalándoles un país entero -donde prevalecía la terrible dictadura de Saddam Hussein- una nación sumida en el caos total, transformando este estado (que no tenía armas de destrucción masiva, porque no se encontraron en su territorio) en un nuevo, trágico, Vietnam: masacres, atentados, secuestros de militares y de civiles inermes, de periodista, de operadores humanitarios. Es increíble que hoy no se pida cuenta a los Estados Unidos y a Inglaterra de decisiones tomadas hace casi dos años cuyas consecuencias marcarán la historia mundial por toda la primera parte de este nuevo siglo.
Andrea Tornielli, periodista italiano y vaticanista
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 29 de septiembre de 2004).
Ahora estamos siendo obligados a aceptar y creer que ha surgido una nueva doctrina político religiosa, a saber, que sólo hay un único dios político, George W.Bush, y Tony Blair es su profeta.
Robert Mugabe, presidente de Zimbabwe al hablar en la Asamblea General de la ONU
(v.pág.8 de Newsweek en español del 4 de octubre de 2004).
Bush dice "estar satisfecho con el progreso" y habla de un "puñado de terroristas" que dañan la democracia en Irak. Compare este panorama con el que mostró hace dos semanas un equipo del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un grupo de expertos que efectuó un extenso estudio de Irak. Ellos concluyeron que en cada dimensión, desde la seguridad hasta la reconstrucción y la economía, Irak está en declive. Esta también es la opinión de la CIA y de casi todos los periodistas en Irak. Bush se arriesga a aparecer no como un visionario, sino como alguien desconectado de la realidad.
La negativa de Bush a reconocer los errores no es simplemente un problema de imagen. La administración cometió sus errores más graves en Irak porque no quiso aceptar que la realidad era diferente de sus teorías. Se negó a reconocer la necesidad de una fuerza mayor, que resultaba obvia a los pocos días de la caída de Bagdad y el derrumbamiento del orden en Irak. ("La libertad es confusa", explicó Donald Rumsfeld, desestimando el problema). Se negó a ver que una ocupación estadounidense abierta generaría un sentimiento antiestadounidense. Se negó a aceptar que sus planes no estaban funcionando.
Fareed Zakaria
(v.pág.19 de Newsweek en español del 4 de octubre de 2004).
"La única reconstrucción seria que se realiza ahora", dice un hombre de negocios occidental, "está dentro de la Zona Verde", el área fortificada que aloja al gobierno iraquí y las oficinas de la embajada estadounidense, y que es defendida por toda una brigada del ejército de ese país. "Estamos presos en una trampa para ratas", dice un embajador de un país europeo que no pertenece a la Coalición, quien ya no se atreve a salir de su complejo residencial semejante a un búnker. "Ninguna área de Bagdad es segura".
Los analistas hablan de la necesidad de realizar un ataque a gran escala contra la fortaleza insurgente de Fallujah, pero se dice que esto es improbable antes de las elecciones presidenciales estadounidenses en noviembre. La última ofensiva de este tipo, en abril pasado, produjo muchas bajas a EE UU.
Rod Nordland
(v.pág.22 de Newsweek en español del 4 de octubre de 2004).
El frente palestino afecta a todo el mundo musulmán. Toda la actividad terrorista y belicista que hay en el mundo actualmente se ha iniciado por el problema palestino. Esto es por el sentimiento de desesperanza, de alineación y de impotencia.
Pervez Musharraf, presidente de Pakistán
(v.pág.50 de Newsweek en español del 4 de octubre de 2004).
"Llevando a los votantes a un prolongado estado de temor y ansiedad, el presidente ha logrado disfrazar su pésima actuación en grandes problemas como la economía y la reforma de los sistemas de salud."
Anisha Mason / San Francisco
"Todavía no sabemos si Afganistán sobrevivirá como un país libre y democrático. No sabemos si al Qaeda se dispersó; probablemente estén solamente agachados mientras hacen grandes planes. La miope decisión de Bush de invadir Iraq alimentó el antiamericanismo no sólo en el Medio Oriente sino también en democracias occidentales. En un mundo cada vez más pequeño, la actitud de "por mi camino o por ninguno" no es aceptable. Buscar las razones reales del antiamericanismo y trabajar en colaboración con otros países que enfrentan las mismas amenazas son las únicas formas en que la guerra contra el terrorismo podrá ser ganada algún día. Pero Bush carece de los conocimientos, la sensibilidad y la sabiduría para darse cuenta."
Barbara J.Crawford / Jyvskyl, Finlandia
"Bush constantemente cita el ejemplo de Alemania y Japón de la postguerra para asegurar que es muy pronto para llamar a Iraq un fracaso. Pero es la Alemania de la preguerra, en los años 1933-1939, la que nos proporciona un temible y descorazonador paralelo: ¿Cómo pudo una nación de gente bien educada, civilizada y sofisticada creer en la retórica de un líder fanático que pretendía que sus vidas estaban amenazadas por estados vecinos obviamente más débiles, y seguirlo en una desastrosa guerra preventiva?"
Nicolas Gessner / París
"Bush es alabado por ser bravo y decidido, ¿por qué, cuando su bravura y decisiones rápidas basadas en evidencia manipulada han probado estar desastrosamente equivocadas? Ni los Estados Unidos, en sus intereses a largo plazo, ni el mundo pueden permitirse otros cuatro años de Bush y su unilateralismo."
Michael Kromberg / Kongsberg, Noruega
Letters
(Edición internacional de TIME del 4 de octubre de 2004).
Hemos cambiado a un dictador por un caos que ha dejado a los Estados Unidos menos seguros.
John Kerry, candidato demócrata a la presidencia
(v.pág.17 de la edición internacional de TIME del 4 de octubre de 2004).
Una reducción significativa de la presencia estadounidense es imposible hasta que un gobierno iraquí creíble demuestre que puede defenderse a sí mismo contra una insurgencia que es probable que persista por años. El rango de posibles escenarios si los Estados Unidos se retiraran incluye un estado islámico que proporcionaría refugio a terroristas como al-Zarqawi y una guerra civil que pudiera incluir a países vecinos como Siria e Irán.
Así que no importa quien termine en la Casa Blanca en enero próximo, las tropas estadounidenses se quedarán en Iraq indefinidamente -posiblemente en cantidad todavía mayor.
En el corto plazo, Iraq pudiera terminar pareciéndose al otro ejercicio de construcción de naciones de la administración Bush, Afganistán: carente de leyes y plagado de insurgentes yihadistas, con un gobierno central débil dependiente de la protección de los Estados Unidos para sobrevivir. Funcionarios optimistas estadounidenses e iraquíes esperan que con el correr de los años el país evolucione a una versión árabe de Pakistán, una casi-democracia fraccionada mantenida unida por un hombre fuerte pero razonablemente capaz de defenderse a sí misma. Pocos estadounidenses tenían tal resultado en la mente cuando invadieron Iraq, pero eso es lo que se tiene que aceptar para encontrar una salida.
Romesh Ratnesar
(v.pág.30 de la edición internacional de TIME del 4 de octubre de 2004).
L.Paul Bremer, exadministrador civil estadounidense de Iraq, declaró que un saqueo "horrible" estaba ocurriendo cuando él llegó a Bagdad el 6 de mayo de 2003. "Pagamos un alto precio al no detenerlo, porque se estableció una atmósfera de ilegalidad. Nunca tuvimos suficientes tropas sobre el terreno".
(V.CNN World del 5 de octubre de 2004).
Iraq no sólo carecía de un arsenal de armas de destrucción masiva, sino que tampoco tenía los medios para producirlas, concluye un informe de un grupo de investigadores por encargo de la CIA.
La capacidad iraquí de producir armas nucleares se había deteriorado de forma progresiva desde 1991, en lugar de haber sido potenciada, como aseguró el gobierno de Bush para justificar la invasión.
(V.primera plana y pág.3-A del periódico El Informador del 7 de octubre de 2004).
Bush: 'Hay 100,000 efectivos, policías, guardias, unidades especiales, la patrulla fronteriza. [Para 2005] serán 125,000... Estamos haciendo el trabajo'.
La realidad: Documentos del Pentágono muestran que sólo 8,169 policías han completado el entrenamiento; otros 46,176 se clasifican como 'inexpertos'.
Bush: 'Empleamos el dinero de la reconstrucción... Hemos asignado US$ 7,000 millones durante los próximos meses para la reconstrucción. Y estamos progresando'.
La realidad: Con un gasto de US$ 1,200 millones de los US$ 18,000 millones asignados en 2003, los expertos dudan que EEUU puedan desembolsar pronto más fondos.
Bush: 'Hay 30 naciones participando hombro con hombro con nuestras tropas... No me parece correcto que un candidato denigre las contribuciones de estos valientes soldados... Nuestra Coalición es fuerte. Y seguirá siendo fuerte en tanto yo sea presidente'.
La realidad: La Coalición tiene 30 miembros, pero no mucha potencia armada. En la Guerra del Golfo, 8 naciones enviaron más de 10,000 efectivos. Ahora en Irak, 16 de ellas han enviado menos de 200. Sólo una ha enviado más de 3,000.
(V.pág.16 de Newsweek en español del 10 de octubre de 2004).
La guerra en Iraq es la más equivocada desde Vietnam, beneficia a los terroristas y fue justificada con falsos argumentos, afirmaron más de 650 especialistas en política exterior en una carta al presidente George W. Bush.
"Aconsejamos a la administración, que ya se encuentra en un profundo agujero, que pare de cavar", dijo el profesor Richard Samuels del prestigioso Massachusetts Institute of Technology.
La carta fue enviada ayer martes por un grupo no partidario "Security Scholars for a Sensible Foreign Policy".
Los expertos afirman que la guerra distorsionó el "debate sobre la política exterior y de seguridad nacional, enfatizando en especulaciones en lugar de los hechos y en mitos en lugar de razonamiento".
La carta aprueba la iniciativa de destruir las bases de Al Qaeda en Afganistán, pero califica de "fracaso" la incapacidad de capturar o matar a sus combatientes, y afirma que encontrar a los terroristas en Afganistán era un objetivo marginal superado por la guerra en Iraq.
Los catedráticos firmantes pertenecen a más de 150 colegios y universidades de 40 estados.
Entre ellos hay funcionarios del Pentágono, del departamento de Estado y del Consejo Nacional de Seguridad.
"Es sintomático que tantos especialistas en relaciones internacionales, que raramente concuerdan en algo, tengan una posición unánime sobre los altos costos que está pagando Estados Unidos en esta guerra", remató el profesor Robert Keohane de Duke University.
(V.pág.3-A del periódico El Informador del 13 de octubre de 2004).
Algunas redes y publicaciones de EE UU tienen problemas para encontrar reporteros dispuestos a trabajar en Irak. "Podemos vivir con granadas de mortero y balas ocasionales, pero el secuestro es distinto", dice uno de los corresponsales de CNN, Walter Rodgers.
¿Qué efecto ha tenido el caos en los reportajes? La prensa extranjera no está en posición de investigar las afirmaciones de los militares de EE UU o de los insurrectos respecto a las masacres de civiles y bombazos en las afueras de la capital. Esto es lo que más preocupa a los expertos en Irak. "Le permite a Washington, Londres y a [l primer ministro iraquí] Allawi producir una imagen de Irak que es fantasía pero, irónicamente, no podemos refutarla porque es tan peligroso", dice Patrick Cockburn, un corresponsal londinense de The Independent.
(V.pág.4 de Newsweek en español del 18 de octubre de 2004).
Los funcionarios principales que trabajaron con Bremer me han dicho que los dirigentes civiles del Pentágono se oponían a la adición de tropas y no permitían que las existentes desempeñaran labores policiacas. Eso explica por qué las fuerzas estadounidenses no detuvieron el saqueo y no aseguraron los basureros de armas y otros sitios críticos. (De manera similar no se permitió a las tropas estadounidenses detener el floreciente tráfico de drogas en Afganistán).
Bremer no reconoció el segundo gran error de la ocupación. EE UU no reconoció el sentimiento nacionalista en Irak que rápidamente se convirtió en un sentimiento antiestadounidense. Como resultado, no logró ver la creciente insurrección, y cuando ésta se presentó, Washington no reconoció la fuerza y el atractivo de los rebeldes: "Unos cuantos radicales", los llamó Donald Rumsfeld. Convencida de que lo iraquíes verían a EE UU como su libertador, la administración insistió en que no había ninguna insurrección, que los combatientes extranjeros eran los principales culpables y que todos los guerrilleros eran "terroristas". Esta mala interpretación de la realidad -para encajar en un marco ideológico- persiste. Hace sólo dos semanas, Bush describió a Irak como un país en vías de democratización frustrado por un "puñado de terroristas". El hecho es que los extranjeros comprenden sólo 300 de los 5,000 rebeldes encarcelados en las prisiones iraquíes. El general John Abizaid, director del Comando Central, ha dicho que "no es correcto decir que hay multitudes de combatientes extranjeros entrando al país".
El plan de Washington para la postguerra en Irak, se planeó basándose en la ocupación de Alemania después de la Segunda Guerra Mundial. Pero Alemania y Japón eran casos peculiares. Ellos habían iniciado guerras agresivas contra todos sus vecinos, fueron totalmente derrotados y habían perdido toda legitimidad ante el mundo.
En 1991, la Corporación RAND produjo un estudio acerca de las lecciones de las operaciones contrainsurgentes de Gran Bretaña.
Una de sus conclusiones era que reconocer una insurrección demasiado tarde es muy costoso. Da oportunidad a los rebeldes para movilizarse y atrincherarse dentro de la población. También les da tiempo para sembrar inseguridad e inestabilidad, haciendo que los civiles pierdan la fe en la autoridad.
Fareed Zakaria
(v.pág.10 de Newsweek en español del 18 de octubre de 2004).
El país está en las garras de una ideología extremista... [donde] no se tolera el desacuerdo. La sociedad abierta siempre está en peligro. Y la gente de estas sociedades debe reafirmar esos valores para que la sociedad abierta logre sobrevivir. Si Bush es reelegido, no habremos pasado la prueba porque [habremos permitido] que nos guíen por un mal camino.
George Soros
(v.pág.21 de Newsweek en español del 18 de octubre de 2004).
Kerry cambia su postura para ajustarse a los hechos, pero Bush cambia los hechos para que éstos se ajusten a su postura.
Senadora Hillary Clinton
(v.pág.22 de Newsweek en español del 18 de octubre de 2004).
En los cuatro años de esta administración hemos enfrentado problemas monumentales: hacer la guerra a un país por razones menos que justificadas, reuniones para desarrollar una política de energía en las que no se nos permitió saber quién asistió a ellas, intrigas internacionales en términos de gigantescos contratos de guerra asignados a una compañía cuyo director resultó ser nuestro vicepresidente. Nadié convirtió ninguno de estos asuntos en un "gate". Janet Jackson mostró su teta en el Super Bowl - "Senogate". Inmediatamente, "Senogate". ¿Quiénes asignan los "gates"? ¿Hay un comité - un "gategate"? Parece que hay una pérdida absoluta de perspectiva.
¡Pero él [Bush] empezó la guerra! [Los críticos] decían: "Usted nos llevó a Irak". [El equipo de Bush responde:] "Bueno, ustedes votaron por ello". Es como decir: "Usted chocó el automóvil" - "Ustedes me dieron las llaves". "¡Sí, porque confiábamos en que usted no chocaría el automóvil!"
Jon Stewart, conductor del noticiario "The Daily Show" en Comedy Central
(v.pág.50 de Newsweek en español del 18 de octubre de 2004).
Es factible que si John Kerry vence, Siria, Corea del Norte e Irán pasen de ser países prohibidos a vigilados. Más Irán, desde que anunció que posee armas de más de 2,000 kilómetros de alcance, con la posibilidad de llegar al corazón de Tel Aviv.
Lo preocupante es que Sharon vuelva [?] a poner en el brete a quien gane. "O atacas tú, o lo hago yo." Claro, si lo hace Sharon, crearía un auténtico terremoto en la región.
Si lo hace quien gane las elecciones, siempre habrá la posibilidad de quedar como héroe. Aunque después del vilipendio de Irak, cualquier otra campaña sería un desastre.
Alberto Peláez
(v.pág.35 del periódico Público del 22 de octubre de 2004).
Saddam no tenía una imagen clara de los Estados Unidos. El comentó que había tratado de entender la cultura occidental viendo películas de Hollywood y escuchando las transmisiones de la Voz de América. Mucho más preocupado acerca de Irán, Saddam no consideró a los Estados Unidos un "adversario natural" y durante los 90s él y sus funcionarios hicieron acercamientos en busca de un diálogo con los Estados Unidos. El expresó que estaba decepcionado porque Washington nunca le dio una oportunidad. Al final, su falta de comprensión de los Estados Unidos le costó todo. Nunca entendió el profundo impacto de septiembre 11 sobre las actitudes estadounidenses y estúpidamente desechó la sugerencia de sus consejeros de emitir un mensaje de condolencia por la matanza.
Mientras los Estados Unidos tenían una fijación con la amenaza de Saddam, éste enfocó sus estrategias hacia Irán y consideró que las armas de destrucción masiva eran esenciales para mantener a raya a su vecino. Por esto el "difícil acto de equilibrio": eliminar sus armas de destrucción masiva para librarse de las sanciones mientras que pretendía que todavía las tenía para que le sirvieran como un disuasivo estratégico.
(V.pág.44 de la edición internacional de TIME del 18 de octubre de 2004).
El expresidente Jimmy Carter dijo que el presidente Bush ha explotado los ataques de septiembre 11 para su provecho político: "La razón básica es que nuestro país sufrió, en septiembre 11, un ataque impactante y terrible... y George Bush ha sido hábil en explotar el ataque y elevarse a sí mismo, en el pensamiento de muchos estadounidenses, a un heroico comandante-en-jefe, luchando contra una amenaza global para los Estados Unidos".
"Repetidamente ha jugado esa carta, y hasta cierto grado con bastante éxito. Pienso que el éxito se ha disipado", agregó.
"No sé si se esté disipando lo suficientemente rápido para afectar las elecciones".
El ganador del Premio Nóbel de la Paz describió la invasión a Iraq por las fuerzas guiadas por los Estados Unidos como "injustificada" y "una aventura completamente injusta basada en afirmaciones engañosas".
(Reuters, 24 de octubre de 2004).
¿No fue justo el año pasado cuando oímos que la invasión a Irak ayudaría a mantener barato, a salvo y más seguro el petróleo? El presidente George W.Bush asumió el cargo alarmado por la creciente dependencia de EE UU de regímenes autoritarios y corruptos que gobiernan sobre los principales campos petroleros del mundo: entre ellos los mulás de Irán, la familia real de Arabia Saudí, el democrático pero venal gobierno nigeriano corrupto. Y también estaba Sadam Hussein. Al invadir Irak, las fuerzas estadounidenses removerían a un dictador y la amenaza que representaba para los intereses y la seguridad de EE UU; también estabilizarían uno de los principales productores de petróleo del mundo, y empezarían a difundir la democracia. Fluiría más petróleo al mercado, y fluiría más libertad en la región. Sin embargo, hemos visto lo opuesto. Los productores de petróleo autoritarios y corruptos son más ricos de lo que habían sido en años. Los miembros de la OPEP esperan tener ganancias totales por US$ 300,000 millones este año, muchas de ellas inesperadas.
"Los petrodólares que proporcionamos a esas naciones contribuyen a las amenazas terroristas que enfrentamos", dijeron James Woolsey, ex jefe de la CIA, y otros eminentes neoconservadores en una carta abierta el mes pasado. Estas mismas lumbreras, apasionados defensores de la invasión a Irak, ahora insisten suavemente en la necesidad de usar más autos híbridos y otras tecnologías para disminuir el consumo.
Es la insurrección lo que ha tenido el impacto más dañino en el suministro y en la especulación del precio. Irak debería ser un gran productor petrolero. Bajo el mando de Sadam Hussein, a pesar de las sanciones, era capaz de producir casi 3 millones de barriles al día. Ahora, por el sabotaje extendido ampliamente, tiene que batallar mucho para exportar 2 millones. Las ilusiones de que Irak podría financiar su propia ocupación se desvanecieron como un espejismo el año pasado. Las autoridades estiman que sólo el sabotaje a los campos está costando US$ 7 millones al día.
Los mulás de línea dura de Irán están nadando en dinero. Durante el año pasado, lograron ganar cerca de US$ 20,000 millones adicionales que no tuvieron que gastar [en el presupuesto regular].
(V.pág.20 de Newsweek en español del 25 de octubre de 2004).
Según múltiples recuentos, el ejército quería más efectivos para cazar a Al Qaeda, pero Bush y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, no los proporcionaron porque los necesitarían en el futuro para Irak. Una prueba para un líder, en los negocios o en la guerra, es si tiene la capacidad de asignar prioridades y perseverar. Al enviar a Afganistán sólo a la décima parte de los efectivos que envió a Irak, Bush fracasó en esa prueba, y Osama vivió para luchar un día más.
Jonathan Alter
(v.pág.26 de Newsweek en español del 25 de octubre de 2004).
"Es terrorífico no porque el presidente Bush esté viviendo en un mundo de fantasía sino por tantos estadounidenses que lo están siguiendo ciegamente. La estrategia republicana para ganar esta elección es diseminar miedo incesantemente. El consenso de los padres y madres comunes parece ser que no les importa si Bush está mintiéndoles. Ellos se envolverán en esa deshonestidad como en una sábana de seguridad porque lo que quieren es sentirse seguros. De cualquier forma, si esos padres y madres quieren proteger a sus hijos, deben empezar por actuar como adultos responsables y demandar respuestas basadas en la realidad"
Sandra Basile / Barnegat, Nueva Jersey
"Dejé Hungría en 1956 como un refugiado de 20 años de edad. Estaba escapando de un régimen totalitario y de la demagogia aplastante de sus líderes políticos. Me asenté en los Estados Unidos para huir de eso.Durante los últimos meses he estado viviendo en Europa. Cuando veo al presidente Bush en la TV declarando que Iraq y el mundo son más seguros y que la economía de los Estados Unidos se está recuperando, tengo una escalofriante sensación de déjà vu. Por primera vez desde que salí de Hungría, siento una frustración inevitable al escuchar al líder de mi país. Pensé que sólo los dictadores podían permitirse mentir sin vergüenza a sus pueblos. Pensé que había dejado todo esto atrás hace 50 años."
Peter Stangl / Calvisson, Francia
Letters
(Edición internacional de TIME del 25 de octubre de 2004).
Siendo tan fuertes los intereses norteamericanos en todo el orbe, sería ingenuo pensar que al ganar las elecciones, Kerry bajaría la guardia sobre el programa nuclear iraní o que "desinvadiría" Iraq a las primeras de cambio, pero a diferencia de Bush, él sí reconocería las dificultades de la situación y los errores cometidos por Estados Unidos, y se esforzaría sinceramente por involucrar a la ONU y a los aliados europeos en el futuro del país.
En cambio, si en un segundo mandato Bush mostrara moderación en su política exterior, ello no obedecería a ningún cambio drástico de mentalidad, sino obligado por el déficit presupuestario, al enorme gasto que implica mantener un ejército en Iraq y a la creciente oposición del mundo a la guerra, incluyendo a gran parte de los habitantes de su país.
Editorial
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 28 de octubre de 2004).
En la ciudad rebelde de Falluyah en los últimos dos meses se han producido al menos 18 bombardeos contra las que, según el ejército de EE UU, son casas de seguridad de Zarqawi. Una medida de cuánto ha ascendido Zarqawi en el santoral terrorista es que, durante el mismo período, las fuerzas de EE UU no lanzaron un solo bombardeo contra Al Qaeda o el Talibán en Afganistán.
Rod Nordland y Christopher Dickey
(v.pág.21 de Newsweek en español del 1o.de noviembre de 2004).
La lealtad de Blair hacia Bush apenas oculta las serias discordancias entre los gobiernos estadounidense y británico. En privado, los comandantes del ejército británico han criticado agriamente las tácticas de "fuerza aplastante" de EE UU en Irak. Los principales funcionarios del Servicio Extranjero británico se muestran desesperados ante el derrumbamiento de la diplomacia estadounidense después del 11/9. Para Washington, una cosa es ver a Tailandia y Nueva Zelanda retirar sus tropas de Irak. Y otra muy diferente es ver a Gran Bretaña cuestionarse su "relación especial" con EE UU.
Stryker McGuire
(v.pág.22 de Newsweek en español del 1o.de noviembre de 2004).
Todo parece que allá en el norte, los hombres del congreso fueron engañados y el tejano aprovechó para encender la mecha que disparó una guerra sin fin y que, por lo pronto, nadie se atreve a darla por terminada, así que vaya usted a saber cuáles serán las consecuencias económicas, morales y mortales que resulten en este día de muertos.
Martín Casillas de Alba
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 2 de noviembre de 2004).
NOTA DEL WEBMASTER: 3 de noviembre. Estaba seguro de que le quedaban un par de meses de vida a esta página, pero parece que estará creciendo durante 4 años más. Mis condolencias al mundo 8-(
"Nunca podrá haber una victoria final en Iraq mientras el presidente Bush no encare las realidades sobre el terreno. El continúa diciendo que 'la libertad está en marcha', aunque el Estudio Nacional de Inteligencia sobre Iraq, que representa el punto de vista consensual de la comunidad de inteligencia, presentó la posibilidad de que allí haya una guerra civil. Militares profesionales han dicho que se requerirán más tropas para asegurar las elecciones en Iraq en enero próximo. Miembros del mismo partido del presidente también se han expresado acerca de las peligrosas condiciones en Iraq. Entre más pronto el presidente reconozca las realidades allí, más pronto podrá responder a la pregunta de si estamos tomando el enfoque correcto para ganar la paz."
Robert Tormey, mayor retirado de la U.S.A.F. / Escondido, California
Letters
(Edición internacional de TIME del 1o.de noviembre de 2004).
Paul H.Nitze, formidable político y negociador y quien fuera uno de los principales arquitectos de las políticas estadounidenses de la Guera Fría hacia la Unión Soviética; quien trabajó para presidentes desde Franklin D.Roosevelt hasta Ronald Reagan; reconocido como padrino del movimiento neoconservador; en recientes meses se había convertido en un crítico de las políticas de guerra de los E.U.A. en Iraq y Afganistán.
Milestones
(Edición internacional de TIME del 1o.de noviembre de 2004).
Tanto Kerry como Bush afirman que un rápido cambio de los deberes de combate hacia los iraquíes proporcionaría un alivio a las tropas estadounidenses, pero ese objetivo puede tomar años para alcanzarse. El peligro de que Iraq pudiera caer en una anarquía originada por el terrorismo y las luchas sectarias significa que los Estados Unidos mantendrán la presencia actual de 138,000 soldados en el futuro previsible.
Los dilemas no terminan allí. Con una fuerza tan grande amarrada en Iraq, habrá menos opciones militares para controlar, por ejemplo, las ambiciones nucleares de Irán y Corea del Norte. Se enfrentará un mundo musulmán enojado por la guerra de Iraq y la situación de los palestinos. Y podría suceder que extremistas inspirados por bin Laden traten de derrocar a los gobiernos de Pakistán y Arabia Saudita, obtener armas de destrucción masiva y organizar otro ataque en suelo estadounidense.
Funcionarios de inteligencia occidentales y líderes del mundo musulmán dicen que la invasión y ocupación estadounidense de Iraq ha, cuando menos, dado a bin Laden y a sus aliados una poderosa arma de reclutamiento. Kerry dijo a una audiencia en Iowa la semana pasada que en Iraq "el mal cálculo del presidente ha creado una guarida de terroristas que no existía antes".
Romesh Ratnesar
(v.pág.35 de la edición internacional de TIME del 1o.de noviembre de 2004).
"Si yo echara a perder un proyecto importante de trabajo tanto como este presidente ha hecho con Iraq, sería despedido y una persona nueva sería traída para que limpiara la confusión que yo hubiera dejado."
Diane Morey / Boxford, Massachusetts
Letters
(Edición internacional de TIME del 8 de noviembre de 2004).
El gobierno interino iraquí ha descubierto que 342 toneladas métricas de explosivos y munciones altamente peligrosos han desaparecido desde la fecha de la invasión estadounidense en marzo de 2003.
Después de que las noticias de los explosivos faltantes aparecieron en el New York Times y en la CBS, John Kerry mencionó el descubrimiento en una parada de campaña en New Hampshire, señalándolo como evidencia de cómo la negligente planeación postguerra de Bush y su consejo de guerra habían puesto en riesgo la seguridad de las tropas estadounidenses.
Todo mundo está de acuerdo en que la enorme cantidad de explosivos en Iraq es la principal razón de que los Estados Unidos hayan fallado en detener a la insurgencia. Un grupo denominado Brigadas del Ejército al-Islam declaró la semana pasada que ellos habían obtenido muchos de los explosivos de al-Qaqaa; jefes militares han sospechado desde hace mucho que las tropas estadounidenses están siendo atacadas con armas que ellas mismas fallaron en asegurar durante su carrera hacia Bagdad.
Josh Tyrangiel
(v.pág.24 de la edición internacional de TIME del 8 de noviembre de 2004).
El futuro de Irak es difícil. Bush y Kerry tienen planes que dependen de los iraquíes recién entrenados. Pero los rebeldes asesinan a los reclutas y se infiltran en las fuerzas. Lo cierto es que ningún partido tiene en cuenta la realidad de Irak -que los rebeldes están ganando. Los rebeldes han creado un reino de terror en todo el país, han asesinado a miles, han llevado al exilio a las élites y han hecho huir a los extranjeros. "Las cosas están poniéndose muy mal", declaró a NEWSWEEK la semana pasada un importante funcionario iraquí del gobierno de Ayad Allawi.
Hace un año los rebeldes se limitaban a sabotear líneas de energía y oleoductos a cientos de kilómetros fuera de Bagdad. Actualmente se trasladan a barrios que una vez fueron seguros en el corazón de la capital, devorando los restos de "normalidad" de la sociedad iraquí.
Los ataques contra las fuerzas iraquíes y de la Coalición suman cerca de 100 cada día, y las víctimas iraquíes son mucho más numerosas. Más de 900 policías han muerto en el último año, según el Ministerio del Interior.
"Irak está en manos de bandoleros. Cualquiera que tenga capacidad financiera para huir lo ha hecho", dice Amer Farhan, que partió el verano pasado con su padre, que posee una fábrica, y con toda su familia.
Los rebeldes han logrado infiltrarse en las fuerzas iraquíes, lo que les permite obtener información clave. "La infiltración se halla en todos lados, desde los niveles de toma de decisión hasta los más bajos", dice un funcionario iraquí.
(V.pág.13 de Newsweek en español del 8 de noviembre de 2004).
El Partido Baath de Sadam Hussein supuestamente fue abolido después de la caída de Bagdad. Pero este grupo político tiene otra rama que está lejos de ser disuelta: el partido gobernante de Siria. Los "halcones" de la administración Bush soñaban con avanzar desde Bagdad hasta Damasco. Ahora, es posible que los sirios estén haciendo su parte para asegurarse de que los estadounidenses permanezcan hundidos en Irak.
(V.pág.17 de Newsweek en español del 8 de noviembre de 2004).
Los chicos están muriendo allá, y este presidente continúa mintiendo. Uno tendría que estar completamente loco para entrar allí en la forma que él lo hizo. No había armas de destrucción masiva, no hay ninguna amenaza inminente, ningún lazo con Al Qaeda... el presidente cometió el error de invadir Irak.
John Kerry, candidato demócrata a la presidencia
(v.págs.57 y 60 de Newsweek en español del 15 de noviembre de 2004).
Bush rehuyó las verdaderas prioridades y persiguió algo que no representaba un problema, me refiero a Sadam, Irak, la dictadura, acabar con armamentos de destrucción masiva que no existen. ¿A cuántos dictadores puede derribar? ¿Cuánto tardarán los países del Oriente Medio, con sus tradiciones y conflictos étnicos y religiosos, en alcanzar la condición de democracia? Eso es algo que depende de ellos. Nadie puede imponerles esa condición.
Carlos Fuentes
(v.pág.62 de la edición internacional de TIME del 15 de noviembre de 2004).
"El mayor misterio no es por qué Saddam Hussein dejó creer al mundo que poseía armas de destrucción masiva sino por qué, con la mejor inteligencia que nuestro duramente ganado dinero de los impuestos podía comprar, los Estados Unidos fueron totalmente engañados -y como resultado han perdido más de 1,100 vidas estadounidenses. Tiemblo al pensar en qué otras sorpresas nos esperan."
J.Connors Boggs / Kaneohe, Hawaii
"¿Puede alguien explicar cómo se espera los pueblos británico y estadounidense autoricen la continuación de la participación de nuestras tropas en esta ilegal guerra de Iraq? ¿Cuál es el objeto de todo esto? La acción dirigida por los Estados Unidos ha ocasionado caos en el país. Numerosas ciudades iraquíes están revueltas, con limitado abastecimiento de energía eléctrica y sin el control de una autoridad central. Las bajas están aumentando diariamente; más de 1,100 soldados estadounidenses han muerto. ¿Cuántas trágicas aflicciones familiares más debe haber antes de que prevalezca la lógica y nuestros líderes hagan contacto con la realidad y decidan detener nuestras pérdidas en esta situación sin ganador posible?"
Ron Wood / Bridlington, Inglaterra
Letters
(Edición internacional de TIME del 15 de noviembre de 2004).
Bush está sentado sobre un volcán en su propio partido. La proverbial disciplina de los republicanos sólo permitió algunos temblores premonitorios durante la elección presidencial, pero existe un enojo explosivo entre los tradicionales conservadores fiscales -y también entre aquellos en el partido que creen que la guerra en Iraq estuvo mal desde el principio o que fue estúpidamente ejecutada. "Me he estado mordiendo la lengua", dijo un prominente republicano que apoyó la guerra pero está "disgustado" por la ejecución. "Le voy a dar a Bush más o menos una semana después de la elección, entonces me va a oír".
Iraq, en casi todos los aspectos, continúa desintegrándose. En la semana anterior a las elecciones estadounidenses, un auxiliar de la seguridad nacional iraquí del primer ministro interino Iyad Allawi aceptó que probablemente el 5% de las tropas iraquíes recientemente entrenadas eran terroristas infiltrados. "Yo amo a David Petraeus", me dijo un general retirado de cuatro estrellas, refiriéndoce al oficial estadounidense a cargo del entrenamiento de las fuerzas iraquíes. "Pero no se puede entrenar a un soldado en seis semanas. Y no se puede motivar a un soldado que no cuenta con un gobierno real por el cual luchar".
Donald Rumsfeld quiere seguir en el Pentágono, pero el presidente puede decidir que un nuevo inicio requiere despedir al hombre que presidió los abusos de Abu Ghraib, los contratos sin licitación para Halliburton y la desastrosa planeación post Saddam. Los republicanos "tradicionales" creen que es absolutamente necesario que Bush modifique su actual equipo de política exterior, cambiando los ideólogos neoconservadores que proporcionaron las razones para invadir Iraq por conservadores tradicionalistas más prácticos. "Pero no creo que algo vaya a suceder", me dijo un miembro de la administración de George H.W.Bush. "No mientras Dick sea vicepresidente".
Joe Klein
(v.pág.41 de la edición internacional de TIME del 15 de noviembre de 2004).
"Hay de hecho un cierto grado de asombro", expresa Gernot Erler, vocero de política exterior del Partido Social Demócrata gobernante en Alemania. "Si un canciller alemán llevara al país a la guerra por motivos que resultaran ser erróneos, no tendría ninguna oportunidad de ser reelecto". Dice David Mepham, cabeza del programa internacional en el Institute for Public Policy Research de Londres: "Yo pienso que voy a estar deprimido por los siguientes cuatro años. Bush va a sentir como que tiene un mandato para hacer lo que se le antoje".
Christopher Meyer, el exembajador británico en los Estados Unidos, hace notar que "la lección que Bush ha tenido que aprender en los últimos dos años es no sólo el tamaño del poder estadounidense, sino los límites del mismo".
Mientras los líderes europeos maniobran para reencontrarse con Bush, expertos en política exterior comentan nerviosamente acerca de que la elección se está convirtiendo en un punto de referencia en el que los europeos concluyen que los Estados Unidos "se han convertido en un lugar agresivo, nacionalista y ultrarreligioso". Unos Estados Unidos que gastan en defensa más del doble que los 25 miembros de la Unión Europea juntos, que permite la pena de muerte en la mayoría de sus estados, donde el fundamentalismo religioso está creciendo y en el que aproximadamente un 35% de los hogares cuenta con un arma, cada vez tiene menos en común con Europa que prohibe la pena de muerte y cada vez es más antiguerrera y secular.
J.F.O.McAllister
(v.pág.42 de la edición internacional de TIME del 15 de noviembre de 2004).
La experiencia inglesa ocupando Iraq en los 1920s ofrece una lección infeliz. El comandante de esa expedición pensó que iba como un liberador y llegó con escasas tropas de a pie. Los líderes locales escogidos por los británicos para gobernar fueron débiles y tachados de títeres. Los iraquíes se rebelaron con ataques que impresionaron a los ocupantes por su ferocidad. Finalmente, los ocupantes tuvieron que utlizar la fuerza militar bruta para aplastar la insurgencia, con la esperanza de que las historias de hombres, mujeres y niños muertos indiscriminadamente no ocasionaran que el público en Gran Bretaña perdiera el ánimo. Reprimir la desidencia resultó mortal para 2,200 soldados británicos y unos 10,000 iraquíes, y el país nunca se tranquilizó hasta la fecha en que los británicos se retiraron en los 1940s.
Funcionarios de Washington resumen como "iraquificación" el proceso de ir saliendo de Iraq mediante el cambio de las responsabilidades política y de seguridad a los iraquíes. Mientras tanto, todos los que conocen a Iraq advierten que esto podría tomar años, si es que funciona.
Públicamente, funcionarios estadounidenses estiman que hay unos 12,000 insurgentes armados, pero privadamente estiman que el número puede ser más cercano a 20,000. La violencia ha estrangulado los programas de reconstrucción que pudieron alguna vez haberle ganado a los Estados Unidos una base de apoyo, y es difícil adivinar cómo el más aguerrido de los reconstructores pudiera encarrilar nuevamente las reparaciones antes de que el país sea pacificado.
La administración está contando con las recién entrenadas fuerzas de seguridad iraquíes para que se hagan cargo de las tareas cotidianas de seguridad según vaya avanzando el tiempo. Funcionarios estadounidenses expresan que la calidad del desempeño de los iraquíes está mejorando todo el tiempo, y durante la campaña. Bush aseguró que 145,000 de ellos estarían listos para la misión a finales de año.
Expertos independientes no están tan optimistas. Los insurgentes, que atacan a cualquier iraquí asociado con la ocupación o el gobierno interino, han matado casi 1,500 personas de la seguridad iraquí. El Indice Iraq de la Brookings Institution cuenta sólo 7,582 iraquíes total o parcialmente entrenados para operaciones del ejército, más 38,338 de la menos elitista guardia nacional. Y oficiales estadounidenses e iraquíes están preocupados porque las nuevas fuerzas están plagadas de corrupción e infiltradas por los insurgentes. Hablando en privado, oficiales militares en Washington reconocen que las fuerzas iraquíes no estarán preparadas para llevar a cabo ofensivas mayores hasta finales de 2005 o principios de 2006, cuando menos. "No me importa quién es presidente", dice un oficial del Comando Central de los Estados Unidos relacionado con la planeación de Iraq. "Esto es -y va a seguir siendo- un show primordialmente estadounidense durante toda su duración".
"Los iraquíes no tienen experiencia con ninguna arma política diferente de la violencia", declara Harold Walker, un exembajador británico en Bagdad. "Tratar de hacerlos pensar de manera democrática en el espacio de unos pocos meses es una tarea más allá de cualquier expectativa razonable".
Johanna Mcgeary
(v.pág.46 de la edición internacional de TIME del 15 de noviembre de 2004).
"Ultimamente el presidente Bush ha estado afirmando que la invasión de Iraq estuvo justificada porque la libertad sería bienvenida en esa parte del mundo. Tal parece que la administración cambia sus razones para ir a la guerra para alejar cualquier mala situación existente en el terreno en un momento determinado. Los cambios de dirección de Bush muestran lo peligroso que es y su indiferencia ante las pérdidas de miles de soldados y civiles."
Nitin Ahuja / Noida, India
Letters
(Edición internacional de TIME del 22 de noviembre de 2004).
El problema político en Irak es la falta de una estrategia sunita. EE UU ha tenido una estrategia chiíta para esa mayoría en Irak y una esrategia kurda para ese grupo. Pero la estrategia que tenía para los sunitas, era demoler todas las estructuras de poder que dominaban -el ejército, la policía y la burocracia- y hablar del inevitable gobierno chiíta. "Los sunitas tendrán que aceptar las nuevas reglas", me dijo un funcionario de la administración en una ocasión. Bueno, no lo hicieron. Las mejores tácticas militares no funcionarán sin una estrategia política para tratar con ellos.
Fareed Zakaria
(v.pág.13 de Newsweek en español del 22 de noviembre de 2004).
Al escuchar a otras altas figuras de la administración, especialmente al vicepresidente, Dick Cheney, y al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, veo que la vieja palabra griega "hybris" viene involuntariamente a la mente: la soberbia que antecede a una caída, el hecho de sobreestimar la fuerza propia y que termina por ser una Némesis.
Garton Ash, profesor de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford y miembro del Consejo en la Hoover Institution en la Universidad de Stanford
(v.pág.56 de Newsweek en español del 22 de noviembre de 2004).
En referencia a la actual situación de conflicto en Iraq tras el derrocamiento de la dictadura de Sadam Husein, Mario Vargas Llosa consideró ingenuo pensar que la situación se pudiera resolver con la retirada de las tropas de la coalición encabezada por Estados Unidos. Con esa decisión, señaló, Iraq quedaría en manos de las facciones islamistas radicales o continuaría la masacre multiplicada entre las distintas etnias y grupos religiosos. A juicio de Vargas Llosa, si en Afganistán se ha conseguido llegar a una situación "considerablemente pacificada", también debería ser esto posible en Iraq, pero no podrá lograrse mientras se mantenga "entrampado" el conflicto palestino-israelí.
(V.pág.22-B del periódico El Informador del 27 de noviembre de 2004).
El fracaso llegó en dos partes. La primera fue la engañosa creencia en la ilimitada usabilidad del poder militar -como si fuera una supermoneda que pudiera comprar todo: poder político, corazones y mentes, democracia. En Iraq, hemos aprendido que el poder para derribar a un hombre no le enseña cómo ser un buen demócrata. La segunda fue la trágica (casi criminal) indiferencia al más fatal problema en los asuntos de las naciones: la brecha entre los medios y los fines. Los fines de su administración fueron impulsados por ambiciones cósmicas: llevar la democracia a Iraq, acabar con el terrorismo islámico, rehacer el Medio Oriente. ¿Todo esto con 130,000 soldados que permanecerían no más de 18 meses?
Las grandes ambiciones no pueden financiarse con dinero suelto. Mientras que la claridad de visión y propósito conformaron las metas de la administración, ésta estuvo ciega cuando se trató de calcular los costos y consecuencias. Ninguna nación en la historia ha malgastado tanto respeto y confianza, y por ello tanto capital político, en tan corto tiempo.
Josef Joffe, editor de Die Zeit y catedrático de la Universidad de Stanford
(v.pág.30 de la edición internacional de TIME del 29 de noviembre de 2004).
"Una semana después de la terrible destrucción de septiembre 11, Bush declaró en su típico modo de cowboy que quería a bin Laden "muerto o vivo". Tres años más tarde se han gastado miles de millones de dólares, han muerto más de 1,000 soldados estadounidenses, la nación está dividida y de ninguna forma estamos más cerca de siquiera saber en dónde está ese hombre. El presidente nos ha fallado y no tenemos seguridad."
Dan Gambetta / Portland, Oregon
Letters
(Edición internacional de TIME del 6 de diciembre de 2004).
Rumsfeld armó una Oficina de Planes Especiales en el Pentágono para enfrentar los cautos análisis de la CIA sobre las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein mediante el uso de la basura incendiaria provista por exiliados iraquíes. Esa es, supongo, una versión de la reforma de la inteligencia estadounidense: un sistema en que se producen fantasías para apoyar las preferencias políticas del presidente.
Joe Klein
(v.pág.14 de la edición internacional de TIME del 6 de diciembre de 2004).
Los dirigentes iraníes de línea dura se congratulan entre ellos por las que consideran declinantes posibilidades de que el segundo periodo de gobierno de la administración Bush persiga un cambio de régimen en Tehran. "No enseñes los dientes si no puedes morder", dice Amir Mohebbian, editor político del periódico conservador Resalat. Observando las dificultades estadounidenses para domar a los iraquíes, los líderes iraníes están mucho menos preocupados que hace dos años acerca de que las fuerzas de EE.UU. pudieran dirigirse hacia Tehran. Algunos comentaristas se burlan de la dura retórica antiiraní de Washington, confiando en que ningún aliado militar de Estados Unidos tendrá estómago para una nueva aventura militar. Los mulahs parecen seguros de que Bush tampoco, a pesar de su expresión sobre el "eje diabólico". Saben que las fuerzas estadounidenses están muy forzadas y los precios del petróleo, importantes para la economía estadounidense, han llegado a US$ 50 por barril.
(V.pág.29 de la edición internacional de TIME del 6 de diciembre de 2004).
Algo novedoso entra con pleno derecho en el balance de nuestra época; y, desde luego, en calidad de aportación de este 2004, a cuyo recuento asistiremos por todos los medios audio y visuales, en publicaciones diarias y periódicas, porque el año está al caer.
Me refiero a las Malas Compañías. Y no estoy hablando de tener amigos drogadictos de los que te llevan por el peor camino, sino de esa fusión fría que se ha producido entre capitalismo y represión, entre ardor guerrero y cheque en blanco, y que ha dado origen a que numerosas compañías de seguridad privadas actúen en el desolado escenario iraquí como si fueran milicias al servicio de los ocupantes. Y esto es sólo el principio (tal vez tengan trabajo en los desolados Irán, Siria y Líbano del futuro, ojalá me equivoque).
Quienes hayan visto el reportaje Guerreros de Alquiler, de la televisión suizo-normanda, galardonado con uno de los últimos premios Ondas, sabrán cuál es el problema. Pero es en la bendita Red de Redes donde desde hace meses podemos encontrar información acerca de estas empresas de la violencia dosificada, cuyos empleados suelen poseer una larga experiencia en reprimir: durante el régimen racista de Suráfrica o bien en las fábricas estadounidenses, con motivo de una huelga.
Pensemos lo que puede ocurrir. En el impune universo de las subcontratas, nada resulta más fácil que colarse en aluvión allá donde la situación de I+D (Inseguridad más Devastación) requiere del empresario de turno rodearse de Malas Compañías. Esos hombres durísimos, apegados a la adrenalina del matar, que ganan una pasta importante al mes y no deben rendir cuentas a nadie, ¿se conformarán con que vuelva la paz a Iraq? ¿No harán lo posible para que les dure el empleo?
Y ¿por qué no extender los tentáculos? El mundo es vuestro, muchachos. Sólo necesitáis que, previamente, unos cuantos listos decreten que hay que destruir preventivamente ciertas presuntas armas; en segundo lugar, un ejército de torpes ignorantes de la civilización que van a atacar convierte el país en un caos. Y a continuación llegáis vosotros.
Maruja Torres
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 9 de diciembre de 2004).
"El mundo observó incrédulo el resultado de las elecciones. Bush mintió a los estadounidenses y al resto del mundo en las Naciones Unidas acerca de las armas de destrucción masiva en Iraq. El también falló en encontrar y matar al más importante terrorista que atacara a los Estados Unidos. Le dice a los estadounidenses que la libertad está en marcha. Mientras tanto, las ciudades iraquíes están sin control, rehenes son decapitados y bombas explotan casi diariamente por la mala planeación militar del secretario de Defensa Donald Rumsfeld. El déficit presupuestal estadounidense está explotando. Bush ha disminuido los derechos individuales en los Estados Unidos. Y se nos dice que fue reelecto porque los estadounidenses confían en su moral y los hace sentir más seguros. 'Imagínese'."
Pierre de Villiers / Johannesburgo
"Esta elección prueba lo que la mayoría del mundo ha sabido desde hace tiempo: los Estados Unidos se han convertido en un país de cristianos fundamentalistas estúpidos y sin educación que escogen ser mal guiados e impulsados a endeudarse por un cowboy loco. Los Estados Unidos han perdido toda legitimidad para ser la única potencia mundial. Rusia, Europa, Japón, China y Brasil debería juntarse para asegurar que este presidente irresponsable no se salga con la suya arruinando más nuestro planeta de lo que él y su administración lo han hecho ya."
Ruud Steenhuisen / Amsterdam
"Las acciones de Bush en Iraq han comprobado la acusación de bin Laden de que los Estados Unidos están tratando de conquistar los países islámicos. La agresiva y unilateralista política exterior de Bush y su ciego apoyo a Israel lo han hecho odiado en todo el Medio Oriente. Su presidencia ha provisto con plenitud de material de reclutamiento a al-Qaeda. Cuatro años más sin duda proveerán más. Sí, bin Laden sabía exactamente lo que hacía cuando liberó esa cinta de vídeo. Y sus esfuerzos resultaron recompensados."
Lorna Forse / Manchester, Inglaterra
Letters
(Edición internacional de TIME del 13 de diciembre de 2004).
El presidente interino iraquí Ghazi al-Yawer comentó a radio BBC que "defintivamente disolver el Ministerio de Defensa y el Ministerio del Interior fueron grandes errores en su momento. Pudiéramos haber seleccionado gente para salir en lugar de gente para entrar, y esto nos hubiera ahorrado mucho jaleo y problemas".
Críticos de la invasión de marzo de 2003, dirigida por los Estados Unidos, dicen que la decisión de desbandar los 350,000 soldados del ejército iraquí y purgar al estado de miembros de partido Baath de Saddam Hussein ha contribuido al caos y ayudado a incrementar la insurgencia en el Iraq de la postguerra.
"Tenemos que reinstalar algunos oficiales del ejército y la policía cuyos records estén limpios", agregó al-Yawer.
The Associated Press, 13 de diciembre de 2004.
Muchas tropas de EE UU dicen que es otra promesa incumplida. Aterrizaron en Irak para ser trasladados de vuelta en seis meses. Pero Washington extendió su periodo de servicio a un año. Ese era el límite, juró el Pentágono: "Sólo 365 días con las botas en la tierra, ni un día más". Pero la semana pasada, los jefes militares anunciaron la decisión de aumentar la fuerza de las tropas estadounidenses en Irak en 12,000. Cerca de 10,000 estadounidenses que se encuentran hoy en Irak pueden contar con aumentar su estancia a 14 meses.
El ataque de EE UU a Fallujah, ocurrido el mes pasado, puede haber sido un éxito, pero las consecuencias han sido un desastre. En la carretera al aeropuerto de Bagdad, los bombardeos suicidas se han vuelto tan frecuentes que la embajada de EE UU, la semana pasada, prohibió a su personal transitar por ese camino. Ahora, los miembros del personal diplomático estadounidense necesitan helicópteros para trasladarse al aeropuerto desde la Zona Verde. Mosul, que es seis veces más grande que Fallujah, es ahora una zona de desastre casi tanto como Fallujah. Miles de policías iraquíes han huido de sus puestos, y a diario aparecen más cuerpos asesinados de guardias nacionales iraquíes.
Para el 30 de enero, los funcionarios electorales no quieren que las fuerzas de EE UU estén a la vista, sino solo fuerzas iraquíes. Pero los rebeldes han tomado como blanco a las fuerzas de seguridad de Irak. La semana pasada, los ataques contra las instalaciones policiacas en Ar Ramadi y Bagdad dejaron por lo menos 57 oficiales muertos. Los policías que patrullan en Bagdad usan máscaras para esconder su identidad. Sin el Ejército de EE UU, las fuerzas iraquíes podrían ser diezmadas el día de las elecciones, causando un retroceso en la entrega de la seguridad, algo vital para la salida de EE UU.
Los críticos de la administración dicen que un aumento de las tropas de EE UU se requería desde hace tiempo. "Debimos haber nivelado la presencia de las tropas de EE UU desde el inicio. Era absolutamente necesario hacerlo hace cuatro meses, hace seis meses, hace ocho meses", dijo el senador demócrata Joe Biden en una visita a Bagdad la semana pasada. "Si parezco enfadado, es porque lo estoy". Los funcionarios insisten en que el esfuerzo es temporal. De no ser así, el ejército tendrá que librar una lucha desesperada. Los jefes militares están convencidos de que renegar del ofrecimiento de los "365 días" hará que los soldados no vuelvan a enlistarse. Y no hay unidades de reserva.
Rod Nordland
(v.pág.17 de Newsweek en español del 13 de diciembre de 2004).
Ante la catástrofe inminente en Irak, [los neoconservadores] intentan iniciar un conflicto nuevo con Irán. Hasta Karl Rove, el estratega político de Bush, juega en este terreno, con su asesor sobre Irán, Michael Ledeen, un operador que estuvo involucrado en el escándalo Irán-Contras y del que hasta Oliver North sospechó que había malversado fondos.
El miércoles 15 de diciembre, Bush rindió honores al fracaso, con su entrega de la medalla presidencial a la libertad a Tommy Franks, el ex comandante de CentCom, que permitió que Osama bin Laden escapara de Tora Bora; a George Tenet, ex director de la CIA, que defendió la guerra contra Irak, y a L.Paul Bremer, ex jefe de la Autoridad Provisional de la Coalición. Es obvio que el fracaso será celebrado como éxito en el segundo periodo.
Sidney Blumenthal, ex asesor del presidente Bill Clinton
(v.pág.23 del periódico Público del 17 de diciembre de 2004).
Hemos visto una letanía de serios errores de los líderes del Pentágono, que se extienden desde las primeras etapas de esta guerra.
Rumsfeld ignoró el consejo de importantes expertos militares de que el éxito en Irak iba a requerir muchos más soldados y que nuestras tropas podrían enfrentar una fuerte resistencia, no desfiles de flores.
Los responsables de la planificación de esta guerra no estuvieron preparados para la realidad en el campo de batalla, y muchos de nuestros soldados pagaron el precio.
Dick Durbin, senador demócrata
(v.pág.8A del periódico Ocho Columnas del 19 de septiembre de 2004).
Y mientras jura que no necesita más tropas, la administración ha aumentado la fuerza militar, de manera que en enero de 2005 ésta será un 30% mayor que hace un año.
Fareed Zakaria
(v.pág.12 de Newsweek en español del 20 de diciembre de 2004).
Thomas Wilson, de la Guardia Nacional, le preguntó a Rumsfeld: "¿Por qué los soldados tenemos que excavar en los basureros locales para conseguir pedazos de metal y vidrio balísticos para acorazar nuestros vehículos?"
La respuesta inicial de Rumsfeld mostraba irritación. "Uno va a la guerra con el ejército que uno tiene", gruñó.
Dieciocho meses después de que Bush declaró que "las operaciones mayores de combate" en Irak habían terminado -y que otra guerra iba a empezar- la maquinaria militar más poderosa del planeta, suministrada por el incomparable poderío industrial de EE UU, aún envía a sus soldados, reservistas y guardias nacionales por caminos peligrosos a bordo de camionetas Humvee, de blindaje ligero.
(V.pág.16 de Newsweek en español del 20 de diciembre de 2004).
"Para mi total consternación, Bush estará otro periodo, confirmando la opinión de todos nosotros en el Tercer Mundo de que el terrorismo asusta tanto a los estadounidenses que han perdido la habilidad de razonar. A uno no le queda más que felicitar a Bush y a su equipo de campaña por capitalizar el 11 de septiembre para asegurar otro plan de política exterior carente de timón durante cuatro años."
Afolabi Babatunde / Lagos
"Es una bendición disfrazada para Kerry el no haber ganado la presidencia. Ningún ser humano, sin importar lo bien dotado que esté como líder y estadista, tendría la posibilidad de limpiar el revoltijo que ha creado Bush. Así que es una justicia poética el que Bush fuera reelegido para limpiar su mugrero."
Raghavendra Shenoy / Bangalore
"No veo la manera como salir de este lío, a menos que se abandone al país a sus propios medios. Entonces, por supuesto, otro dictador se hará cargo, o empezará una guerra civil. Los Estados Unidos no tienen un papel legítimo en el Medio Oriente. Si necesitamos el petróleo iraquí, podemos hacer un ofrecimiento por él en el mercado libre. Nuestra interferencia en la región ha sido contraproductiva. No va ha haber desparramamiento de pétalos de rosa para los estadounidenses, pero van ha haber muchas más muertes de nuestras tropas y también de iraquíes. Muéstrenme el valor moral de ello."
Jean Waltrip / Rocky Mount, Virginia
"Saddam Hussein era un dictador despiadado, pero al menos él controló al pueblo iraquí y el nivel de violencia en el país. Lo que está pasando ahora es peor."
Bibhabari Rath / Cuttack, India
Letters
(Edición internacional de TIME del 20 de diciembre de 2004).
La escasez de humvees blindados es un ejemplo de los errores de cálculo que han plagado las acciones estadounidenses en Iraq. Dado que ésta fue una guerra escogida por los Estados Unidos, el soldado típico razona que el Pentágono tuvo tiempo y dinero suficientes para asegurarse de que las tropas contaran con todo lo necesario. Pero John Keane, el número 2 del ejército durante la guerra, dijo que "no anticipamos el tener que luchar contra una insurgencia en Iraq, esa es la verdad de esto". Cuando la rebelión se incrementó en julio y agosto de 2003, el Ejército de los Estados Unidos no contaba con el blindaje requerido para proteger a sus soldados durante la construcción de un país en confusión. "En términos de la estrategia de equipamiento", dice Keane, retirado en octubre de 2003, "eso cambió todo".
El ejército originalmente pensó que necesitaría 235 humvees blindados para ayudar a la pacificación de Iraq. Pero poco después de que Bush declarara que los mayores combates habían terminado, en mayo de 2003, la necesidad de humvees blindados se elevó como un cohete. Cinco meses más tarde los comandantes en Iraq querían 3,100. A principios de este año el requerimiento era de 4,000. El mes pasado el total se había doblado silenciosamente a 8,105. El Ejército de los Estados Unidos, en otras palabras, requiere esos vitales vehículos 35 veces más de lo que su plan de guerra predijo.
(V.pág.34 de la edición internacional de TIME del 20 de diciembre de 2004).
Las calles de Washington están llenas de negros sin techo, la mitad estuvo en el ejército -declaró Constance Allen, negra, a The Daily Telegraph-. Se preguntan para qué van a pelear la guerra del hombre blanco si nada sacan con ello. Tampoco los blancos que pelean en esa guerra, y menos los iraquíes, sacan algo con ello. Son los grandes consorcios petroleros como Halliburton los que sacan algo con ello. Sacan mucho, en realidad.
Juan Gelman
(v.pág.16 del periódico Público del 26 de diciembre de 2004).
"La prioridad para el segundo periodo del presidente Bush no debiera ser Iraq, sino la guerra global contra el terrorismo. Cualquier guerra exitosa contra el terrorismo debe iniciar encontrando una solución pacífica al conflicto isrealí-palestino, el cual está en el epicentro de la otra guerra mayor. Debido a las consecuencias del prejuiciado soporte estadounidense a Israel, los Estados Unidos enfrentan un fuerte y creciente sentir antiestadounidense entre los musulmanes. Los Estados Unidos necesitan cambiar la percepción de que la guerra contra el terrorismo es una guerra contra el islam. Los Estados Unidos necesitan ser un árbitro neutral que tolere, apoye y ame a israelíes y palestinos por igual y con justicia. Sólo entonces la guerra contra el terrorismo podrá ganarse."
Volak Sao / Phnom Penh
"A menos que los Estados Unidos sean lo suficientemente listos para tomar pronto la decisión correcta, esto será una Fallujah tras otra en Iraq en los años venideros. Los suníes y los baathistas pudieron controlar a Iraq por décadas bajo Saddam Hussein. Ellos pelearán por siempre, dado que la mayoría shiita los derrotaría en elecciones generales. ¿Por qué no crear una federación iraquí de tres estados: shiita en el sur, sunita en el centro y kurda en el norte? Cada estado se gobernaría a sí mismo, y el gobierno federal iraquí estaría a cargo de la industria petrolera, del ejército, las relaciones exteriores y de suavizar las diferencias religiosas. ¿Qué otro esquema sacará a los Estados Unidos de la pesadilla iraquí en un plazo corto?"
Martin Michaelis / Amherst, New Hamshire
Letters
(Edición internacional de TIME del 27 de diciembre de 2004 / 3 de enero de 2005).
Con muchos de sus más cercanos lugartenientes detenidos o muertos, al-Zarqawi puede ser más vulnerable a ser capturado. Pero algunos seguidores de su destructivo punto de vista seguramente permanecerían, deseando entregar sus vidas al servicio del rompimiento de Iraq en pedazos -una meta que han estado cerca de alcanzar. En una grabación motivacional, se escucha a al-Zarqawi decir: "Se trata de la dignidad o el sarcófago". El tóxico legado de las intenciones de Zarqawi persistirá mucho después de que él se haya ido.
Romesh Ratnesar
(v.pág.65 de la edición internacional de TIME del 27 de diciembre de 2004 / 3 de enero de 2005).
Iraq no es el único peligro al que se enfrentan los estadounidenses. Con Irán no han podido llegar a un verdadero entendimiento. La situación interna de Arabia Saudita no puede dejar de preocuparlos a ellos y a sus gobernantes. Paquistán es un país con mayores riesgos para la estabilidad mundial que lo que se decía que era Iraq. El conflicto palestino-israelí se ha agravado en los últimos años. Algunas de las ex repúblicas soviéticas podrían entrar en nuevos ciclos de inestabilidad.
De Al-Qaeda, dice el gobierno de Bush que ha reducido su peligrosidad mediante la destrucción de una buena parte de sus estructuras de mando y de sus redes de financiamiento. Sin embargo, no se puede asegurar que su peligrosidad haya disminuido o, menos aún, que con la manera como han evolucionado la ocupación a Iraq y la presencia estadounidense en los países musulmanes se hayan debilitado sus posibilidades de reclutamiento.
Manuel Camacho Solís, diputado perredista
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 3 de enero de 2005).
El ex presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Newt Gingrich, está promoviendo su libro Winning the Future: A 21st Century Contract with America. Sobre Irak escribió que el gobierno de Bush se equivocó al crear una autoridad provisional lidereada por estadounidenses en lugar de establecer de manera rápida un gobierno interino, como lo hizo en Afganistán. Acusó también al gobierno de subestimar el efecto de la propaganda antiestadounidense en el mundo árabe y de no tener una estrategia para enfrentar a los insurgentes.
(V.pág.25 del periódico Público del 9 de enero de 2005).
"Estamos en una guerra que no debería haber existido, en la que incluso aquellos a los que pretendíamos liberar están peleando contra nosotros. Mientras los líderes estadounidenses se niegan a admitir sus errores y continúan enviando nuestra gente joven a morir, ¿es de extrañarse que los Estados Unidos se hayan vuelto la nación más odiada del mundo?"
Toni Boutwell / Myrtle Beach, South Carolina
Letters
(Edición internacional de TIME del 10 de enero de 2005).
La búsqueda de armas de destrucción masiva en Iraq ha concluido silenciosamente sin ninguna evidencia de las armas prohibidas que el presidente Bush citó como justificación para ir a la guerra, declaró la Casa Blanca.
Los demócratas dijeron que Bush le debe al país una explicación de por qué estuvo tan equivocado.
1,200 especialistas militares y de inteligencia y su equipo de apoyo pasaron casi dos años buscando instalaciones militares, fábricas y laboratorios cuyo equipo y productos pudieran convertirse rápidamente a la fabricación de armas.
El secretario de prensa de la Casa Blanca, Scott McClellan, dijo que ya no había una búsqueda activa de armas y que la administración no tiene esperanza de de que se encuentre alguna.
La líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi de California, dijo que Bush deberá explicar lo sucedido. "Después de una guerra que ha consumido casi dos años y millones de dólares, y una guerra que ha costado miles de vidas, no han sido encontradas armas de destrucción masiva, ni se ha descubierto ninguna evidencia de que esas armas hubieran sido trasladadas a otro país", dijo Pelosi en una declaración escrita. "No sólo no había una amenaza inminente a los Estados Unidos, la amenaza descrita en tonos tan alarmistas por el presidente Bush y los más altos miembros de su administración no existió para nada".
El jefe buscador de armas de los Estados Unidos, Charles Duelfer, entregará su reporte final el mes próximo. "No habrá ningún cambio fundamental a los descubrimientos de su reporte previo", dijo McClellan. Duelfer reportó en septiembre que Saddam Hussein no sólo no tenía armas de destrucción masiva y no había tenido alguna desde 1991, sino que tampoco tenía capacidad de fabricarla. Bush sin disculparse defendió su decisión de invadir Iraq.
The Associated Press, 12 de enero de 2005.
Primero llegó la advertencia de la Reserva del Ejército de los Estado Unidos de que esas tropas "rápidamente estaban degenerandose en una fuerza quebrada". Luego oficiales del Ejército, en conversaciones privadas, reconocieron que una política sobre permanencia prolongada limitando los despliegues de la Guardia Nacional y la Reserva del Ejército, existente desde hace mucho, estaba por ser eliminada. Esto hará que la ya difícil labor de reclutamiento -y retención- de estos soldados de tiempo parcial, sea aún más dura. Finalmente, agregaron, la continuada inestabilidad en Iraq probablemente forzará al Ejército a hacer permanente lo que se suponía que sería un incremento temporal de 30,000 soldados a la fuerza en activo.
"Estamos cada vez más preocupados por la salud de las fuerzas", dijo un oficial de recursos humanos del ejército. "Este desplieque está realmente empezando a cobrar una cuota".
Observadores externos están de acuerdo. "Las ruedas del Ejército van a detenerse en los próximos 24 meses", dijo la semana pasada Barry McCaffrey, general de cuatro estrellas retirado del Ejército. "La información está comenzando a confirmar esto". McCaffrey dijo que el servicio necesita agregar 80,000 soldados para disminuir la tensión que ha traído la guerra de Iraq". "Estamos en un periodo de considerable peligro estratégico", agregó, "y ello se debe a que Rumsfeld se 'montó en su macho' y dijo: 'No puedo echarme atrás de mi posición'".
Mark Thompson
(v.pág.28 de la edición internacional de TIME del 17 de enero de 2005).
De pie detrás de una pirámide de prisioneros desnudos en la prisión de Abu Ghraib en Bagdad, el soldado Charles Graner se convirtió en la imagen del abuso contra los detenidos. Ahora Graner podría pasar más de 17 años en su propia celda por su rol de líder en los abusos.
El abogado de Graner ha dicho que su cliente y otros policías militares son "chivos expiatorios"; pero el juez a cargo del proceso ha negado los intentos de los defensores para citar a altos funcionarios, como Donald Rumsfeld.
(V.pág.34 de la edición internacional de TIME del 17 de enero de 2005).
Las noticias desde Iraq están empeorando, pero al electorado parecieron no importarle, en noviembre, los errores mesopotámicos del presidente, así que ¿por qué habría de preocuparse ahora? Las pasmosas noticias de que la administración Bush estaba involucrada en la reinterpretación de las reglas para el uso de la tortura -un hecho sabido desde que el memorándum relevante del Departamento de Justicia fue filtrado en junio pasado- ha ocasionado... nada, ni siquiera una burbuja de furor público.
Joe Klein
(v.pág.35 de la edición internacional de TIME del 17 de enero de 2005).
El senador demócrata Edward Kennedy afirmó que "Iraq es el Vietnam de George W. Bush".
Las fuerzas estadounidenses han caído en un gran embrollo, consideró Kennedy. A raíz de la guerra en Iraq, Estados Unidos "ha creado más terroristas de los que ha eliminado y la amenaza y expansión de Al Qaeda se acrecentó en el mundo", acusó el senador.
Sin embargo, ni la violencia generalizada en Iraq, a menos de dos semanas de las elecciones generales, ni las muertes de soldados estadounidenses, o el fracaso en la búsqueda de armas de destrucción masiva, han hecho mella en la certeza de Bush sobre la validez de la guerra en Iraq.
El presidente estadounidense, que había proclamado "el fin de los combates principales" en mayo de 2003, afirma en enero de 2005 que "en tiempos de guerra, las cosas no ocurren exactamente como estaban previstas".
(V.pág.16-A del periódico El Informador del 17 de enero de 2005).
52% de los estadounidenses considera que su gobierno se equivocó cuando decidió invadir Iraq, según una encuesta nacional divulada hoy por CNN y USA Today.
(V.pág.11-A del periódico El Informador del 18 de enero de 2005).
George Bush comienza hoy su segundo mandato como presidente de Estados Unidos. Lo hace con una fuerza política muy superior a la de hace cuatro años, cuando triunfó en una elección severamente cuestionada, pero sus retos son enormes. El déficit de presupuesto puede aplastar a la economía. Iraq es un pantano intransitable. El militantismo islámico se ha fortalecido. Y Corea del Norte puede llevar a un conflicto dramático.
Sergio Sarmiento
(v.periódico a.m. del 20 de enero de 2005).
Claro, desde la cima del poder, y más todavía el día inaugural de su segundo mandato de cuatro años, George W. Bush ha de sentirse triunfal, eufórico, seguro, reafirmado en su misión mesiánica como brazo armado de Dios para destruir el mal y defender a la civilización occidental e imponer, a quien se deje y a quien no también, la bendición del american way of life. Y cómo no había de sentirse el hombre si apenas hace cuatro años ascendió a la presidencia de la nación más poderosa de la tierra tras unas elecciones marcadas por el fraude y no por decisión de la mayoría de los electores.
Difícil de pensar que en medio de las festividades de la toma de posesión se sientan, o se admitan más bien, en los círculos del poder en Washington los barruntos de tormenta que ya envuelven a los altos mandos del Pentágono. Y es que Irak se ha convertido en un infierno. El infierno que habrá de consumir las aspiraciones de gloria de George W. Bush.
El y sus halcones pensaron que la invasión de Irak sería como un día de campo. Su enorme poderío, la confianza ciega en la superioridad aplastante de la tecnología hace que los militares estadunidenses resten importancia, sistemáticamente, a las tareas de inteligancia y más aún al análisis político. Como desprecian a sus enemigos, subestiman siempre su capacidad de resistencia. Resulta paradójico que los miles de millones de dólares que han gastado para monitorear conversaciones en los rincones más recónditos de la tierra, para fotografiar desde una compleja red de satélites el más insignificante movimiento de las fuerzas hostiles, para acopiar toneladas de información que sirvan, a la hora de la hora, para tan poco, casi para nada, a juzgar por los resultados.
Imbuidos de la visión mesiánica de su comandante en jefe, los altos mandos del ejército estadunidense impregnan con prejuicios ideológicos lo que debería ser una tarea objetiva, fría, científica. Parecen, pues, ignorar principios elementales del arte militar y da la impresión que son incapaces de aprender de la historia más reciente. Joaquín Villalobos, ex comandante del FMLN salvadoreño, considerado uno de los jefes guerrilleros más brillantes hasta por los propios mandos en el Pentágono, dice: "Como los sandinistas, después de su fulminante victoria contra el dictador Anastasio Somoza, los norteamericanos crearon, al desmontar por completo el ejército de Sadam Husein, su propia contra". Impresionados por la rapidez de su victoria, los estadunidenses no se detuvieron a pensar en la posguerra. Por decreto disolvieron a un ejército que, además, apenas habían golpeado. Pusieron en la calle a decenas de miles de hombres entrenados, con espíritu de cuerpo, deseos de venganza y sin ninguna perspectiva de reinserción en la vida civil. No sólo quienes defienden a Sadam Husein, los menos con seguridad, se han sumado o habrán de sumarse a la resistencia. A muchos no queda otro remedio; ni se resignan a aceptar al invasor ni soportan sus métodos ni tienen más futuro que la lucha.
En 1979 el entonces ministro del Interior sandinista, comandante Tomás Borges, dio un "sentido" discurso a los guardias somocistas presos, los invitó a unirse al proceso revolucionario, los miró fijamente, les abrió los brazos y las puertas de la cárcel y así, en medio de sus delirios ideológicos y buenos deseos, creó, casi por decreto al ejército contrarrevolucionario al que de inmediato Washington -de ahí que digo que no aprenden de la historia, de su propia historia- dio un multimillonario soporte. Otro tanto sucedió en Irak. Licenciaron a las tropas porque la democracia había llegado. Se creyeron su propio cuento. Hoy están contra la pared.
Porque así están actuando, con desesperación e ineficacia crecientes, Y es que si fueran ganando no estarían haciendo lo que están haciendo. Se sabe que, como en El Salvador, han iniciado el reclutamiento de Escuadrones de la Muerte para la represión selectiva, mientras que para tomarse una ciudad primero la destruyen por completo. Arrasaron Faluya y aun así no pueden moverse con seguridad entre sus escombros. Dicen que mataron a miles de insurgentes. Si la noticia es cierta hay en Irak una guerra civil. Si han mentido y los muertos son civiles -cosa muy probable con esos métodos de combate- va a haber muy pronto una guerra civil. Cada muerto inocente multiplica el número y la decisión de los insurgentes. "En la guerra, cuando uno tiene la victoria a la vista, se porta como un caballero", apunta Villalobos. En Irak los estadunidenses han perdido por completo los modales. Las torturas, los bombardeos masivos, la destrucción indiscriminada no es sino un síntoma de la derrota que ya comienza a prefigurarse.
Es tal el contenido ideológico de sus métodos militares que terminan por operar de plano en la oscuridad. Hablan mucho del islam pero no lo conocen. Se dicen respetuosos del pueblo iraquí pero se dan el lujo de atropellar a una de las culturas más antiguas del planeta. Con brutal ingenuidad y con el propósito de preparar su retirada gradual, se dieron a la tarea de formar la Guardia Nacional, como si la repetición mecánica de sus propios esquemas de defensa de la "vida democrática" fuera posible. De inmediato ese cuerpo militar fue infiltrado. Su ya de por sí mínima eficiencia en el combate se ve aun más disminuida por la desconfianza. En una operación los estadunidenses tienen que cuidar no sólo su retaguardia, sino también sus flancos; sus compañeros de armas nativos son también enemigos potenciales, por eso resuelven todo -o eso creen- a punta de bombas y misiles.
De plácemes debieran estar los demócratas. Haber ganado los pondría ente la necesidad de decidir la retirada deshonrosa de sus tropas. En Vietnam había, de todas maneras, un enemigo que sabía que la presión militar servía para negociar, y que fiel al principio "al enemigo que huye puente de plata" mantuvo abierta en París la mesa de conversaciones. Allá querían que se fueran. Aquí que se queden y se desangren. ¿Con quién va a hablar en cambio el señor Bush cuando el agua le llegue a los aparejos? Por eso digo: bienvenido al infierno.
Epigmenio Ibarra
(v.pág.23 del periódico Público del 21 de enero de 2005).
Un informe del Museo Británico denuncia que fuerzas de la coalición aliada encabezada por Estados Unidos destruyeron con sus tanques gran parte de las calles de ladrillo de la antigua Babilonia, a 80 kilómetros de Bagdad. Como si esto fuera poco, usaron tierra que contenía fragmentos arqueológicos para llenar bolsas destinadas a servir como muros de protección contra las balas.
La fuerza internacional de seis mil soldados tiene su sede en la antigua capital de la Mesopotamia. "Eso equivale a emplazar un campamento militar en la Gran Pirámide de Egipto o en torno a Stonehenge, en Gran Bretaña", escribió el autor del informe, John Curtis, curador del departamento del Cercano Oriente del museo.
Imágenes de dragones en ladrillo de la famosa Puerta Ishtar quedaron estropeadas por grietas y se cavaron trincheras en zonas arqueológicas, indica el reporte. Según Curtis, se encontraron fragmentos diseminados por el lugar, entre ellos ladrillos rotos que ostentaban el sello del rey Nabucodonosor.
Pero el remedio fue peor que la enfermedad. El ejército de Estados Unidos afirmó que se ha paralizado el movimiento de tierra y estudia sacar a sus tropas del sitio para proteger las ruinas. Pero tareas posteriores, incluida la decisión de cubrir grandes partes del sitio con pedregullo traído de otras partes a fin de crear estacionamientos para vehículos y helipuertos, causaron más daños irreversibles.
Lord Redesdale, quien encabeza un comité de arqueología en el Parlamento inglés, declaró al diario The Guardian, que lo señalado en el informe era "espantoso" y que "las fuerzas estadunidenses no sólo están dañando la arqueología de Irak, sino la herencia cultural de todo el mundo".
Roberto Bardini
(v.periódico El Estatal del 21 de enero de 2005).
Ante la debacle que ha sido la invasión de Iraq y las nulas perspectivas de que se resuelva el problema en la segunda administración de Bush, me pregunto si la historia no evaluará de una forma diferente la primera guerra del Golfo a principios de los 90’s. En ese entonces, George H. Bush, padre del actual mandatario, organizó una verdadera coalición de países para defender a Kuwait de la agresión de Iraq. Papá Bush, en lugar de capturar a Saddam Hussein e invadir y tomar posesión del país, siguió una política de contención: Saddam se quedaba al mando de su país, pero bajo el escrutinio de la comunidad internacional para asegurar que se controlara y destruyera el arsenal de armas de destrucción masiva. Dicha estrategia mereció grandes críticas, porque el papá del actual presidente no resolvió la "amenaza" de Hussein por haberlo dejado en el poder en los 90’s. Paradójicamente, el éxito de esta estrategia no se supo hasta después de que Estados Unidos invadiera Iraq en 2003, con una coalición mínima, y tras la muerte de miles de iraquíes y de más de 1,300 soldados estadounidenses. Hace una semana el gobierno estadounidense anunció que formalmente dejaría de buscar armas de destrucción masiva, armas que nunca encontraron y que probablemente no poseía en su momento el gobierno iraquí. George, a veces los papás sí saben más que los hijos...
Ana María Salazar, académica del ITAM
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 22 de enero de 2005).
W.Bush se jacta de que fue reelegido porque ordenó invadir y ocupar Irak. El lo dice. Tres encuestas recientes revelan exactamente lo contrario.
La de Washington Post/ABC News, realizada del 12 al 16 de enero, indica que el 55% de los estadunidenses interrogados piensa que esa guerra no valía la pena; 44% cree que sí. 58 de cada cien desaprobaron los métodos que la Casa Blanca aplica a la situación en Irak, contra 40% que se manifestó conforme. La encuesta de USA Today/CNN/Gallup, que se llevó del 14 al 16 de enero, arroja resultados parecidos: 52% opinó que invadir a Irak fue un error, contra 47% que estimó que no (AFP,18-1-05). El sondeo de Los Angeles Times, efectuado en el mismo lapso, es más contundente todavía: sólo 39% consideró que “valió la pena” desatar el conflicto, 5% menos que en octubre de 2004. Esta última encuesta registró otros datos significativos: para 45%, la guerra desestabilizó a Medio Oriente, contra 24% que entiende que tuvo un efecto estabilizador; y una mayoría considerable -65%- concluyó que había dañado la imagen de EU en el mundo.
Juan Gelman
(v.pág.20 del periódico Público del 23 de enero de 2005).
Condoleezza Rice, quien ha sido consejera nacional de seguridad del presidente Bush por cuatro años, fue una de las voces más fuertes impulsando la guerra, dijeron los demócratas. Ella repetidamente engañó a los miembros del Congreso y a los estadounidenses en general acerca de las justificaciones para la guerra, dijo el senador demócrata Mark Dayton.
"No me gusta impugnar la integridad de nadie, pero de verdad que no me gusta que me mientan", expresó Dayton, "repetidamente, flagrantemente, intencionalmente".
"No había razón para ir a la guerra en Iraq cundo lo hicimos, como lo hicimos y por las falsas razones que se nos dieron", dijo el senador demócrata Edward M. Kennedy.
Rice no es directamente responsable por los errores de inteligencia previos a la guerra de Iraq que sobreestimaron la capacidad nuclear de Saddam, dijo el senador demócrata Carl Levin, "pero es responsable por sus propias distorisiones y exageraciones de la inteligencia que le fue provista".
"La Dra.Rice es responsable por alguna de la retórica más inflada que usó la administración para asustar al pueblo estadounidense", agregó el senador demócrata Robert Byrd.
The Associated Press, 25 de enero de 2005.
La mayoría de los ciudadanos de Estados Unidos, a pesar de saber que les mintió acerca de la situación de Iraq, votaron por Bush. Cautivó más al electorado la imagen de cowboy bravucón que los defenderá del terrorismo, reflejada por Bush, que la del pensador reflexivo que busca la mejor solución, reflejada por Kerry.
Les corresponderá a los ciudadanos estadounidenses acotar las políticas de su gobierno, tanto internas como externas; ellos tienen más posibilidades que el resto de las naciones juntas. La ocupación de Iraq estimula el terrorismo, por lo que urge que las tropas extranjeras salgan lo más pronto posible. A la vez se presenta una nueva oportunidad para la paz en Medio Oriente con la nueva Autoridad Palestina. Esperemos que en este segundo periodo, el gobierno de Bush, sepa aprovechar las paradojas.
Víctor Manuel González Romero, profesor, investigador y ex rector general de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 26 de enero de 2005).
"El hecho de que un periodista ayudara al soldado Thomas Wilson a formular la pregunta que le hizo al secretario de Defensa Donal Rumsfeld acerca de los vehículos inadecuadamente blindados de las tropas estadounidenses, en ninguna forma disminuye la seriedad de la escasez y el problema que enfrentan las tropas en combate en Iraq. Ni hace a la respuesta de Rumsfeld -'Vas a la guerra con el ejército que tienes'- menos insensible y arrogante. Y ciertamente tampoco hace que las muertes y heridas horrendas sufridas por nuestras tropas por la falta de esa protección sean menos reales y menos dolorosas."
Dorian de Wind, mayor retirado de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos / Austin, Texas
"Una respuesta honesta de parte de Rumsfeld hubiera sido algo así: 'Les falta blindaje porque somos incompetentes. Esperábamos sonrisas y flores, no dispositivos explosivos improvisados, bombarderos suicidas, odio y saqueo. Ignoramos a los generales que nos dijeron que se requerían 200,000 soldados e ignoramos al hombre que correctamente predijo el prohibitivo alto costo que la guerra tendría. Ahora ustedes deben pagar por nuestros errores de cálculo con sus vidas y extremidades. Lo siento.'"
Richard Phelan / McGregor, Texas
"Siento una profunda tristeza por los soldados estadounidenses, quienes deben servir bajo un secretario de Defensa cuya mezcla de suprema soberbia, absoluta ignorancia y ciega incompetencia los pone en un riesgo tan terrible e innecesario. Incluso el más ligero estudio de El Arte de la Guerra, texto militar básico escrito por Sun Tzu, le hubiera enseñado a Rumsfeld que si no se tiene el ejército que se desea, no se va a la guerra. ¿Cómo se atrevió a poner la vendetta de la administración por encima del bienestar de las tropas?"
Kenneth J.Wiebe / Chilliwack, Canadá
Letters
(Edición internacional de TIME del 24 de enero de 2005).
En un reporte dado a conocer la semana pasada, el Consejo Nacional de Inteligencia, organismo interno de la CIA, avisó que los yihadistas están transformando a Iraq en otro Afganistán, un "terreno de entrenamiento" para una "nueva clase de terroristas que son profesionalizados y para quienes la violencia política se convierte en un fin en sí misma". Funcionarios del Pentágono declaran que hay menos ataques diarios a las fuerzas estadounidenses e iraquíes que hace un par de meses, pero que están impresionados por la letalidad de los ataques insurgentes recientes.
"¡Qué embrollo!", declaró un funcionario del Pentágono. "El nivel de frustración aquí es alto. Los insurgentes no son estúpidos. Tienen el entrenamiento, el equipo, las municiones y pueden verificar su efectividad".
Después de pasar meses alabando la elección como un parteaguas -no sólo para Iraq, sino para todo el mundo árabe- y un paso necesario hacia la eventual reducción de tropas estadounidenses en Iraq, la administración ahora está bajando las expectativas, señalando que los votantes solamente estarán seleccionando a un gobierno de transición en enero 30, el que a su vez iniciará e proceso de elaborar una constitución. Si todo va según lo planeado, un gobierno permanente tomará el poder en 2006.
"Si retrasamos las elecciones dos, tres o seis meses, un mes antes de las mismas estaremos exactamente en la misma posición que ahora, pero con 1,000 gentes muertas más y la violencia más sofisticada", declaró un oficial británico.
(V.pág.27 de la edición internacional de TIME del 24 de enero de 2005).
Bush dijo que no son los dictadores del mundo quienes presentan los mayores retos a Estados Unidos, sino las víctimas de las dictaduras que, resentidas por vivir sin libertades liberan su rabia contenida contra países como Estados Unidos donde sus ciudadanos son libres como el viento. Partiendo de estas dudosas premisas, el presidente dedujo que la supervivencia de la libertad en Estados Unidos dependerá del triunfo de la libertad en países con gobiernos tiránicos y que por ello, su gobierno dedicará los próximos cuatro años a la promoción de la democracia en el mundo. En una de las partes más controvertidas del discurso agregó que no hay conflicto entre los ideales de Estados Unidos y sus intereses.
Haciendo a un lado la flagrante contradicción que implica abogar por la democratización del mundo asumiendo una representación que no se deriva de una elección libre (¿qué votantes en cuáles países le dieron a Bush legitimidad para hacerlo su representante?), la amplia evidencia histórica del divorcio entre la retórica y las acciones de los políticos estadounidenses nos obligan a cuestionar la sinceridad de las palabras del actual presidente.
Suponiendo que las palabras del presidente fueran tomadas en serio, quienes inicialmente deberían de estar temblando de miedo serían los líderes de países como Arabia Saudita, Egipto o Pakistán que gobiernan de manera tan despótica que, siguiendo el razonamiento presidencial, de sus países salieron la mayoría de los terroristas que participaron en los sucesos del 11 de septiembre. ¿Será posible que a finales de mes, Dick Cheney viaje a Arabia Saudita a platicar con los opositores de uno de los regímenes más opresivos del mundo? ¿Qué sucedería si una vez liberados los musulmanes egipcios optaran por elegir democráticamente un régimen teocrático tipo Irán? ¿Se trasladaría el pánico a Washington D.C. o se suspendería la promoción de la democracia y la libertad?
Habría que considerar qué hacer con países con gobiernos no democráticos como China, la Rusia de Vladimir Putin, Uzbekistán, países con los cuales Estados Unidos tiene algún tipo de entendimiento comercial o político. ¿Estaría Estados Unidos dispuesto a sacrificar mercados o seguridad a cambio de la promoción de la democracia?
Queda por ver si George W.Bush pasa a la historia como el hombre cuyas convicciones libertarias transformaron al mundo en un lugar mejor o si queda como un poderoso fanático cuyos errores precipitaron la guerra permanente. Hasta el día de hoy, el balance no le favorce.
Sergio Muñoz Bata, miembro del consejo editorial de Los Angeles Times
(v.pág.12A del periódico Mural del 27 de enero de 2005).
Las elecciones iraquíes del 30 de enero serán declaradas justas y legítimas, y los comunicados de la Casa Blanca anunciándolo ya están escritos, aunque estos comicios son un simulacro en medio del caos generalizado, dice el experto en relaciones internacionales Joselyn Coulon, una opinión que comparte David Enders, colaborador de la publicación The Nation en Washington.
Estas elecciones casi seguro serán la cuña para la división de Irak. Los kurdos que son mayoría en varias provincias del norte del país, entre ellas la de Kirkuk que tiene 40% del petróleo nacional y elabora 70% de los derivados, votarán masivamente y obtendrán una fuerte represenación, y como disponen de fuerzas militares propias, podrán emprender la marcha hacia la creación de un estado independiente.
Los kurdos, un pueblo que sufrió la brutal represión del régimen de Sadam Hussein, tienen ambiciones separatistas y por eso apoyaron la invasión estadunidense y mantienen fuertes relaciones con Israel, que a su vez ambiciona importar petróleo y crear un estado amigo en esa región. Borzou Daraghi escribe para el diario Globe and Mail que los diplomáticos occidentales reconocen que desde la invasión, los kurdos extendieron 20% su área de control en Kirkuk, Mosul y Khaneqin.
Las elecciones iraquíes tendrán lugar en este contexto de boicot, de violencia y destrucción, de amenaza separatista, de paralización económica -50% de los iraquíes están desempleados-, sin campaña electoral ni observadores internacionales, pero Coulon dice que "el domingo 30 es el día de las emisiones políticas en la televisión estadunidense. Las ondas estarán invadidas por una mayoría de políticos y expertos favorables a las tesis de la administración de Bush".
El lunes, agrega el experto canadiense, el presidente estadunidense proclamará su satisfacción y afirmará que ahora los iraquíes tendrán un parlamento y podrán ocuparse de sus asuntos sin intervención extranjera. El martes vendrá el retorno a la triste realidad. Tomando una expresión del senador demócrata Robert Byrd, será el retorno "de la sonrisa carnívora del ocupante" y de sus efectos cotidianos: caos, violencia, corrupción y represión.
Rocco Marotta
(v.pág.35 del periódico Público del 28 de enero de 2005).
"Lo triste es que hemos creado lo que el gobierno argumentó que íbamos a prevenir con nuestra intervención: la relación Al Qaeda/Irak", manifestó a la cadena de periódicos Knight Ridder (17-1-05) un funcionario de alto rango de la inteligencia yanqui que prefirió el anonimato. Es comprensible: los servicios estadunidenses de espionaje no comulgan con la mirada rosa que la Casa Blanca echa sobre Irak.
Claro que los neoconservadores la piensan de otro modo: tienen viejos planes para el Medio Oriente que entrañan el aumento de la presencia militar de EU en la región. Irán, Siria y hasta Arabia Saudí están en la mira de sus hambres petroleras. Los alienta el compromiso que W. formulara en el discurso de asunción de su segundo mandato: el objetivo será el de "procurar y apoyar el crecimiento de las instituciones y movimientos democráticos en cada nación y cada cultura, con vistas a la meta final de terminar con la tiranía en nuestro mundo". El vicepresidente Dick Cheney advirtió ya que Irán será el próximo beneficiario de esta misión "civilizadora".
Juan Gelman
(v.pág.20 del periódico Público del 30 de enero de 2005).
Hitler, que será siempre recordado como perverso no utilizó la Biblia en sus burlas. ¿Por qué la usa mister Bush? En su discurso inicial de este segundo periodo promete librar al mundo del terrorismo y de los regímenes dictatoriales. ¡Pobres de los países que tengan petróleo! serán acusados de terroristas sin serlo como hace años se acusaba de comunista a quien caía mal... y así le iba.
La economía de los Estados Unidos se resiente de su manía guerrera y, a pesar de ello, los estadounidenses, en mayoría, votaron por él.
Supo, el muy astuto asustarlos días antes de la elección con la aparición de Osama bin Laden en la televisión, pronunciando un discurso amenazante sobre próximos actos terroristas contra la gran democracia.
Se asustaron de veras y, creyendo que el único salvador era mister Bush, a favor de él, votaron aunque la economía no vaya bien y sus hijos sean enviados a Iraq a encontrar la muerte.
Gabriel Paz, escritora
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 31 de enero de 2005).
Si la retirada de tropas se lleva a cabo pronto, ¿cuáles son las oportunidades de que Iraq se estabilice, dada la lastimosa naturaleza de sus fuerzas de seguridad? Y si Iraq no se estabiliza, si se convierte en un anárquico refugio para el radicalismo islámico -según lo que un reciente informe del Consejo Nacional de Inteligencia de los Estados Unidos sugiere que podría suceder- entonces ¿cómo sonará la retórica de Bush dentro de una década?
El fiasco de Iraq ha debilitado a la milicia estadounidense y a la posición de Estados Unidos en el mundo. De hecho, el comportamiento irresponsable de la nación ha enviado un poderoso contramensaje. Los excesos sin castigar de Guantánamo y Abu Ghraib le dieron una justificación a China y a todos los demás violadores de los derechos humanos. La decisión de atacar al relativamente débil Iraq y dejar impunes a Korea del Norte e Irán envía un mensaje a los dictadores en todas partes: Consíganse un arma nuclear y los Estados Unidos no se meterán con ustedes.
Joe Klein
(v.pág.6 de la edición internacional de TIME del 31 de enero de 2005).
"Si los votantes apoyaron a Bush y a sus compinches, completamente convencidos de que eran la elección correcta, estonces los estadounidenses tienen lo que merecen. TIME debió haber seleccionado al pueblo norteamericano como los Pendejos del Año. Lástima por el resto del mundo. Pero nosotros no contamos, ¿o sí?"
Susan Hafner / Balshtal, Suiza
"Bush de ninguna manera es un revolucionario. Es el responsable de la invasión de un país con base en premisas falsas, de la supresión de libertades personales en su país, de conducir una política fiscal imprudente y de dejar al dólar resbalarse. Es un insulto a la palabra revolucionario aplicarla a Bush."
Frank M.Wiesebron / París
"Los estadounidenses se sienten más pobres, menos seguros y menos libres que hace cuatro años. A pesar de una apretada victoria electoral en tiempos amenazadores, Bush se dice a sí mismo que tiene un mandato para sacudir las cosas. ¡Mira, Estados Unidos! ¡Mira, mundo!"
Jeff Bennetzen / Bogart, Georgia, EEUU
"Ustedes escogieron a Bush por 'aferrarse a sus pistolas'. El problema es que él no es el que las maneja. Son los infortunados soldados en Iraq, muchos de ellos reservistas y miembros de la Guardia Nacional, quienes están peleando y muriendo en la malconcebida guerra de Bush."
David Sheffield / Los Angeles
Letters
(Edición internacional de TIME del 31 de enero de 2005).
Iraq: un reporte de la situación
El Pentágono cree que una retirada precipitada de los Estados Unidos condenaría a Iraq a un baño de sangre a manos de insurgentes suníes contra un débil gobierno central que entonces podría verse tentado a buscar la ayuda de Irán.
La posición de Estados Unidos es que un programa para la retirada de tropas no está a discusión.
(V.pág.29 de la edición internacional de TIME del 31 de enero de 2005).
Si los Estados Unidos esperan en algún momento retirarse honorablemente de Iraq, necesitan tener éxito en su intento de entrenar a los iraquíes para combatir la insurgencia.
Anthony Cordesman, un exfuncionario del Departamento de Defensa que ha visitado Bagdad frecuentemente, estima que en el mejor escenario, las fuerzas iraquíes no tendrán la capacitación necesaria y el equipo para empezar a enfrentarse efectivamente a los insurgentes sino hasta el final del año.
(V.págs.36 y 37 de la edición internacional de TIME del 31 de enero de 2005).
¡RECLUTEN A LAS GEMELAS!
Grito de protesta de los manifestatantes en la segunda toma de posesión de Bush, refiriéndose a su deseo de que las hijas de éste se enrolaran en el ejército y fueran enviadas a Iraq
(v.pág.39 de la edición internacional de TIME del 31 de enero de 2005).
Hemos gastado US$ 200,000 millones destruyendo Iraq. Vamos a tener que gastar US$ 200,000 millones para reconstruirlo, si ellos nos dejan. Y todo para encontrar a un loco en un pozo...a un fulano.
Ted Turner, fundador de CNN, en un discurso ante la Asociación Nacional de Ejecutivos de Programas de TV en Las Vegas
("Verbatim" en la edición internacional de TIME del 7 de febrero de 2004).
Parece que la mayoría de los líderes allí entienden que habrá necesidad de tropas de la coalición hasta que los iraquíes sean capaces de pelear.
George W.Bush al responder si retiraría las tropas a solicitud del gobierno recientemente electo en Bagdad
("Verbatim" en la edición internacional de TIME del 7 de febrero de 2004).
La salida anunciada de Douglas Feith, el subsecretario de Defensa para Política, puede ser un signo de nueva sabiduría en el Pentágono. Feith sirvió como consejero al entonces primer ministro de Israel Benjamin Netanyahu (él le aconsejó a Netanyahu invadir Iraq); un hombre que estuvo "a cargo" de la "planeación" de la postguerra para la invasión estadounidense a Iraq; un hombre que supervisó la Oficina de Planes Espaciales, que infló la evidencia de las armas de destrucción masiva en Iraq; un hombre a quien el general Tommy Franks una vez llamó "el más pendejo tipo jodido en el planeta". Es seguro que mucho del sueño neoconservador sobrevive en el Pentágono, pero amigos de Rumsfeld han notado que él está menos encantado con esa gente de lo que estuvo alguna vez. El hecho de que el Weekly Standard, el principal medio de comunicación neoconservador, ataque a Rumsfeld casi cada semana, es señal de que los neoconservadores tampoco están ya emocionados con él.
Iraq puede estar más allá de la posibilidad de ser salvado; Irán puede no ser convencido de abandonar su deseo de una bomba nuclear. Pero hay esperanza de un entendimiento entre israelíes y palestinos, y un mundo de otros problemas que enfrentar. Una menos perentoria, más conciliatoria -aunque todavía dura y conservadora- política exterior estadounidense pudiera ayudar con todos estos. Aún los halcones está conscientes de mala gana de los límites de las acciones militares en el mundo islámico.
Joe Klein
(v.pág.23 de la edición internacional de TIME del 7 de febrero de 2005).
El general Richard B.Myers, jefe del Estado Mayor conjunto, puntualizó que el "ausentismo" -nombre elegante de la deserción- es del 40% en el ejército iraquí y que apenas 30% de los 136,000 enrolados en las fuerzas de seguridad locales están en condiciones de combatir. El senador demócrata Joe Biden, figura destacada del Comité de Relaciones Exteriores, achicó esa evaluación: "El número de iraquíes preparados para luchar contra la insurgencia oscila entre 4,000 y 18,000" (The Washington Post, 6 de febrero). Pareciera que el camino a recorrer, además de muy difícil, será largo. O permanente.
Los "halcones-gallina" siguen atendiendo a los consejos de sus mentores ideológicos agrupados en el Proyecto para el Nuevo Siglo Estadunidense, uno de los thinktanks que con más contumacia abogan por el dominio estadunidense del planeta. "Las fuerzas armadas de EU son demasiado limitadas para asumir las obligaciones que les estamos pidiendo que asuman", pontifican dirigentes del proyecto en una carta dirigida a varios representantes y senadores (Veterans Against the War, 7 de febrero). Les exigen que el Congreso autorice un incremento de al menos 25,000 efectivos cada año para "sostener la guerra contra el terrorismo y cumplir con nuestras otras responsabilidades en todo el mundo". Se conoce la naturaleza de esas "otras responsabilidades", pero de dónde saldrá tanta tropa.
Juan Gelman
(v.pág.18 del periódico Público del 13 de febrero de 2005).
Irán puso un pie en Iraq. Justo en el lugar en donde más le duele a la administración del presidente George W. Bush: en las elecciones.
El gran ganador de los comicios del pasado domingo 30 de enero, resulta el ayatola nacido en Irán, Ali al-Sistani.
La chiíta Alianza Iraquí Unificada (AIU), cuyos dirigentes mantienen lazos con el país vecino, arrasó a sus rivales... obtuvo 48.1% de los votos.
Con tal predominio de al-Sistani, es pronosticable que la futura constitución y el próximo primer ministro iraquí, lleven el sesgo, el numen, el fundamento del estado teocrático iraní, hoy tan lejano de los intereses de Washington.
Nada más lejos de la idea de una democracia occidental, del libre comercio y del respeto a los derechos humanos, que un estado fundamentalista.
La AUI obtuvo 140 de los 275 escaños de la Asamblea Nacional Transitoria (ANT).
Una ANT controlada por partidos pro iraníes, más tarde o más temprano, se deberá, también, pronunciar en contra de los planes de Washington contra Irán.
Bush le ganó al boicot, pero Irán ya pisa fuerte en Iraq.
Daniel Taborda
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 14 de febrero de 2005).
Estados Unidos no aprende de sus errores; tal vez porque los percibe como aciertos. Esta semana las tensiones con Irán y Siria escalaron de un modo procupante y, sobre todo con el primero, el guión se asemeja mucho a lo que ocurrió previamente con Irak. Washington acusa a Teherán de apoyar el terrorismo (como acusaba a Bagdad) y de intentar desarrollar armas nucleares (o sea de destrucción masiva), por lo que lo califica como una de las peores amenazas para el mundo (como calificaba a Sadam Husein).
No hay que olvidar que en 1981, con el argumento de que se estaba fabricando una bomba atómica, Tel Aviv destruyó una central nuclear en Irak; y, recientemente, el vicepresidente Dick Cheney sugirió que el gobierno israelí podría también perder la paciencia con Irán. De hecho, pareciera que Washington le está allanando [el terreno] a Sharon, como lo ha hecho antes con iraquíes y palestinos.
Lucía Luna Elek
(v.pág.19 del periódico Público del 20 de febrero de 2005).
Al parecer se instalan ya las piezas en el tablero de otra guerra. Las razones que Washington esgrime no son muy diferentes a las que adujo para invadir Irak: las dos naciones estarían a punto de fabricar armas de destrucción masiva -nucleares Irán, químicas Siria- y apoyan y cobijan a los terroristas de Al Qaeda. Como de costumbre, estas acusaciones no gozan de la compañía de pruebas.
El asesinato del ex primer ministro libanés Rafiq Hariri brinda a los halcones-gallina la ocasión de acelerar el derrocamiento del régimen sirio en aras de "la democracia". Es un viejo apetito. Desde la ocupación de Irak insisten en practicar una política más agresiva contra Siria, ataques militares incluidos. A fines de marzo de 2003, el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, ordenó a su subsecretario de política Douglas Feith y a su jefe de la Oficina de Planes Especiales, William Luti, que prepararan proyectos de contiengencia para una guerra contra Siria, que se ajustarían después de la caída de Bagdad (The Guardian, 15 de abril de 2003). "Podríamos bombardear las instalaciones militares sirias... ayudar de manera encubierta a la oposición siria o apoyarla públicamente", escribió William Kristol, en diciembre de 2004, en el Weekly Standard que dirige. Como se sabe, Kristol es mentor del Proyecto para el Nuevo Siglo Estadunidense, cuyo objetivo -que W.Bush ejecuta paso a paso- consiste en imponer al mundo la pax americana.
La presente escalada contra Siria es la culminación de hambres más antiguas y no se trata sólo de EU: más bien se trata de Israel, su aliado íntimo, el más seguro y poderoso en Oriente Medio. Para el Likud en el gobierno, Damasco ha sido siempre el enemigo principal. A fines de 1996, unos meses después de que Benjamin Netanyahu se convirtiera en primer ministro de Israel, se reunió en Tel Aviv un think-tank integrado por Douglas Feith, David Wurmser, Richard Perle y otros neoconservadores que en su mayoría ocupan hoy altos cargos en el gobierno de Bush y que colaboró entonces en la preparación de un informe del muy israelí Instituto de Estudios Avanzados de Política y Estrategia. El documento final fue elaborado por un grupo de estudios del instituto, con el nombre Una clara ruptura: nueva estrategia para garantizar la seguridad del territorio, y plantea sin ambages: "Israel puede moldear su entorno estratégico, en cooperación con Turquía y Jordania, debilitando, conteniendo y aun socavando a Siria. El aspecto central de este esfuerzo puede ser el derrocamiento de Sadam Husein en Irak -un importante objetivo estratégico israelí por mucho tiempo- como medio de contrarrestar las ambiciones regionales de Siria".
Las líneas de acción que desarrolla el documento son precisas y van lejos. Se prescribe: "Cambiar la naturaleza de las relaciones con los palestinos, sosteniendo incluso por razones de defensa propia el derecho de perseguir sin cuartel [a palestinos] en todas las zonas palestinas y fomentando alternativas al control exclusivo que Arafat ejerce". Agrega: "Jordania tiene ideas sobre el tema". Se aconseja "una clara ruptura" con la política de "tierra por paz" inaugurada por los laboristas, se asevera que "Israel no tiene obligaciones con los Acuerdos de Oslo si la Organización de Liberación Palestina no cumple con sus obligaciones" -se parte, claro, de que la OLP no las cumple- y se afirma que sólo habrá paz "cuando los árabes acepten nuestros derechos, especialmente en lo que hace a su dimensión territorial". En cuanto al régimen de Damasco, indica: "Establecer el precedente de que el territorio sirio no es inmune a los ataques procedentes de Líbano de las fuerzas [locales] que Israel patrocina [los falangistas cristianos]" y "atacar objetivos militares de Siria en Líbano". Si esto fuera insuficiente propone "atacar objetivos seleccionados en la propia Siria". Exactamente lo mismo piensa hoy W.Bush: según fuentes cercanas a la Casa Blanca, "el gobierno analiza si efectivos militares podrían cruzar la frontera con Siria desde Irak, para 'perseguir sin cuartel' a insurgentes [iraquíes]" (Reuters, 15 de febrero). Nunca fue corto el camino de Damasco.
Los halcones-gallina están contentos. Saben, además, que tampoco ahora van a pisar el campo de batalla.
Juan Gelman
(v.pág.18 del periódico Público del 20 de febrero de 2005).
El ex secretario de Estado estadunidense Colin Powell se confesó "muy enfadado" por haber advertido con vehemencia contra las armas de destrucción masiva de Irak basándose en informaciones falsas de los servicios de seguridad de su país. "Yo soy el que lo expuse en televisión", dijo Powell en una entrevista publicada ayer por el periódico The Daily Telegraph. "Me sentí muy decepcionado cuando las fuentes se demostraron muy dudosas y todo empezó a derrumbarse".
"Cada palabra de la presentación había sido revisada por los servicios secretos y aprobada", dijo. A posteriori se supo que los servicios secretos sacaron conclusiones demasiado interpretativas, pero lo peor, según dijo Powell, fue dar la cara. "Yo seré para siempre el que presentó los argumentos (contra Irak)".
Asimismo, Powell criticó el plan de posguerra de su país en Irak al afirmar que, tras vencer en el conflicto, debería haber enviado más soldados para ganar la paz. Powell dijo que la guerra "se libró de una manera brillante" con un número limitado de militares, pero subraya que habría que haber desplegado más tropas para la "reconstrucción del país".
Según el antiguo jefe de la diplomacia estadunidense, había "suficientes tropas para la guerra, pero no para la paz y el establecimiento del orden". Y así se lo advirtió al presidente de EU, George W.Bush: "Mi cautela -le dijo- es que debes entender que lo difícil vendrá después. La parte militar será fácil. Este lugar (Irak) es como una copa de cristal y el problema será recoger los trozos". "Mi propia preferencia hubiera sido disponer de más fuerzas tras el conflicto", insiste el ex secretario de Estado. Como ha quedado demostrado, aseguró, fueron "suficientes soldados para la guerra, pero no para la paz".
De acuerdo con el periódico británico, la opinión de Powell contrasta con la del secretario norteamericano de Defensa, Donald Rumsfeld, quien, tras la invasión de marzo de 2003, consideró que los 123,000 soldados movilizados en Irak bastaban para combatir la insurgencia.
(V.pág.28 del periódico Público del 27 de febrero de 2005).
Nancy Lessin, cofundadora de la organización Familias de militares, hablen en voz alta, que cuenta más de 2,000 miembros y que protesta, entre otras cosas, por la ampliación fuera de término de la permanencia de sus hijos en los países ocupados, opina que el estrés familiar causado por esta guerra es diferente al que inflingieron otras porque "se trata de un conflicto que no tiene razón de ser. Nos dijeron que Irak tenía armas de destrucción masiva y vínculos con Al Qaeda, nos recordaro el horror de las Torres Gemelas. Pero no había armas de destrucción masiva ni vínculos con Al Qaeda... Si fuera una guerra justa, a mi marido y a mí siempre nos aterrorizaría ese golpe en la puerta o ese llamado telefónico anunciando que nuestro hijo a muerto, aunque sabríamos como seguir adelante. Pero con esta guerra, una guerra por mercados petroleros y por intereses de corporaciones; una guerra en que cada una de las razones que se dieron para desencadenarla fue una mentira. No sé si podríamos seguir adelante si escuchásemos ese golpe en la puerta".
Lynn Jeffries, madre de un sargento de la 3a. División de Caballería, agregó: "[Los familiares] saben que sus seres queridos están allí por nada. Pero se sienten terriblemente culpables por experimentar ese sentimiento. Es un nivel de estrés que supera el estrés normal provocado por la participación de un ser querido en una guerra que se justificase. Y supera casi todo lo que una familia pueda soportar".
Juan Gelman
(v.pág.19 del periódico Público del 27 de febrero de 2005).
"[El columnista Joe] Klein sugirió que Bush está intentando 'confrontar la tiranía con belicosidad utópica' pero da al presidente un crédito que difícilmente se merece. Lejos de exudar idealismo, Bush parece exhibir una necesidad mesiánica de alinear al resto del mundo con las costumbres estadounidenses. Bush no es un profeta. Sospecho que para él enviar tropas a Iraq (y quizá a Irán en el futuro) fue meramente política. Si el compromiso presidencial con la libertad es tan idealista como suena, ¿por qué no invade a Korea del Norte?"
Iona Sharma / Merseyside, Inglaterra
"Observé el discurso inaugural de Bush por TV totalmente perplejo mientras el pronunciaba la palabra libertad una y otra vez. Pero lo que más me impresionó fue el momento en que guardias de seguridad detuvieron a un par de manifestantes que trataban de mostrar una pancarta. De acuerdo con su discuro, Bush debería haber solicitado que se permitiera a los manifestantes exhibir sus pancartas. Esta fue otra de las oportunidades perdidas de Bush y lo único que me hizo sonreír en ese miserable día."
Kees Broertjes / Amsterdam
Letters
(Edición internacional de TIME del 28 de febrero de 2005).
El conflicto de Iraq, aunque no es causa del extremismo, se ha convertido en una causa para los extremistas.
Porter Goss, director de la CIA
("Verbatim" en la edición internacional de TIME del 28 de febrero de 2005).
En los mandos estadounidenses aumenta el escepticismo de que la insurgencia pueda ser derrotada sólo mediante el poder militar. Un alto oficial estadounidense declara: "Los iraquíes son la solución a la insurgencia, y son la solución para nuestra partida".
(V.pág.20 de la edición internacional de TIME del 28 de febrero de 2005).
¿Qué harán los halcones-gallina? Una intervención militar en Irán sería probablemente desastrosa para EU. “Abandonar la guerra contra el terror y diseñar planes para invadir Irán es algo que carece de sentido, especialmente en vista de que la invasión y luego la ocupación de Iraq han incrementado aún más el terrorismo de Al Qaeda después del 11 de septiembre” (News Insight: Public Affairs Magazine, 11-6-04). Y luego: a diferencia de Irak, el poderío militar iraní no es precisamente desdeñable. Therán posee misiles de técnica avanzada en la isla de Abu Musa, que domina el estratégico estrecho de Ormuz. Un ataque estadunidense provocaría el cierre de ese estrecho por el que deben pasar todos los buques tanques que transportan petróleo desde los puertos del Golfo Pérsico. Esto a su vez causaría un alza brutal de los precios de crudo y secuelas económicas impensables para el mundo entero.
Advierte un análisis del instituo de estudios internacionales de Monterey (Attack on Iran's Nuclear Facilities: Possible Consequences, 9-9-04): “Un ataque contra las instalaciones nucleares iraníes podría tener varios efectos adversos para los intereses norteamericanos en el Medio Oriente y en el mundo. Dada la ausencia de pruebas de la existencia de un programa nuclear ilegal en Irán, un ataque de Estados Unidos o de Israel fortalecería la estatura internacional de Irán y reduciría la posibilidad de aplicarle sanciones internacionales. Lo más probable es que ese hecho alentaría y aumentaría las aspiraciones y capacidades nucleares iraníes a largo plazo”. El 7 de junio de 1981, Israel bombardeó una instalación nuclear iraquí en Osirak, localidad cercana a Bagdad, sin mayor respuesta de Sadam. Con Irán sería otra cosa.
Juan Gelman
(v.pág.20 del periódico Público del 6 de marzo de 2005).
Para los "halcones-gallina", las sanciones que el Consejo de Seguridad [de la ONU] aplicaría a Irán abrirían la puerta de otra invasión. Obsesos por su sueño imperial, no los arredran ciertos hechos: que Irán es un país montañoso y no llano como Irak; que tiene casi 70 millones de habitantes y no 25 millones como Irak; que su ejército cuenta con armas modernas a diferencia del Irak de Husein. Los 1,500 muertos y casi 20,000 heridos que la guerra de Irak le viene costando al pueblo estadunidense son bajas que en Irán podrían aumentar abruptamente.
Juan Gelman
(v.pág.20 del periódico Público del 13 de marzo de 2005).
"En pasadas guerras los soldados enemigos se rendían rápidamente a nuestras fuerzas porque sabían que tratábamos a los prisioneros decentemente. Al final de la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, las tropas alemanas se rendían ante los estadounidenses para evitar caer en manos de los rusos, quienes podían haberlos encerrado en campos distantes de los cuales podrían nunca regresar. Ahora los enemigos de los E.U. ciertamente lo pensarán dos veces antes de rendirse, escogiendo mejor pelear a muerte y llevándose con ellos a tantos estadounidenses como puedan."
Richard Hornby / Pasadena, California
"¿Se le solicitó al pueblo estadounidense liberar a Iraq y apoyar una naciente democracia allí a un precio en vidas y dólares que puede volverse insoportable? Pienso que invadimos para protegernos a nosotros mismos de las armas de destrucción masiva. Los Estados Unidos tienen un presidente que cambia el guión según va moviéndose."
Sybil J.Hinkle / Napa, California
Letters
(Edición internacional de TIME del 14 de marzo de 2005).
El comandante de un batallón de "asuntos civiles" se quejó la primavera pasada de que su unidad había sido enviada a Iraq "criminalmente malequipada".
El equipo sigue siendo un problema para las tropas de la Guardia Nacional en el frente. En una audiencia del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes la semana pasada, el demócrata por Ohio Tim Ryan mostró fotos que le habían enviado soldados de la 42a. División de Infantería de la Guardia Nacional. Los vehículos siguen sin ser blindados, a pesar de la promesa del secretario de Defensa Donald Rumsfeld de que todos tendría protección adicional para el 15 de febrero.
(V.pág.10 de la edición internacional de TIME del 14 de marzo de 2005).
El peligro al acceder a las demandas occidentales de elecciones libres [en los países del Medio Oriente] es que podrían resultar en la entrega del poder a los islamistas mediante las urnas electorales.
(V.pág.20 de la edición internacional de TIME del 14 de marzo de 2005).
Cree la administración de Bush que tras la tempestad vuelve la calma y después de las elecciones iraquíes, también retornaría la tranquilidad. Bueno, pues no. Ni una cosa ni la otra. No hay libertad y los atentados arrecian. Pero en fin, es su guerra. En todo caso hay muchas dudas de que se vayan de Irak; ni total ni parcialmente. Si habláramos de otros países, me resultaría plausible. Pero de Irak, no. Hay ahí inmensas pepitas de oro negro, para muchos años y pocos bolsillos. Los soldados estadunidenses, lo van a salvaguardar.
Alberto Peláez
(v.pág.27 del periódico Público del 20 de marzo de 2005).
El hecho de que la policía y el ejército [iraquíes] fueran desmantelados, estoy seguro de que todos entienden ahora que fue un error.
Vaclav Klaus, presidente de la República Checa
(v.pág.4 de la edición internacional de TIME del 21 de marzo de 2005).
"No es cuestión de que los Estados Unidos acepten a Europa como un igual. Más bien es cuestión de que la administración Bush admita que con la finalidad de invadir a Iraq y asustar al pueblo para que reeligiera a Bush, sistemáticamente distorsionó la verdad para embaucar al pueblo estadounidense y que pensara que Saddam Hussein estaba tras los hechos de septiembre 11."
John Cronin / Louvain-la-Neuve, Bélgica
Letters
(Edición internacional de TIME del 28 de marzo de 2005).
Hasta la semana pasada, alrededor de 1,510 militares estadounidenses habían muerto en Iraq y 11,344 habían sido heridos. El Pentágono no lleva la cuenta de muertos y heridos iraquíes. Grupos de derechos humanos y funcionarios de salud iraquíes han tratado de estimar el número de muertos iraquíes, pero los resultados son muy variables, entre 15,000 y 100,000. Nadie está seguro del número de iraquíes que han sido heridos.
Vivienne Walt
(v.pág.28 de la edición internacional de TIME del 28 de marzo de 2005).
La Junta de Directores Ejecutivos (JDE) del Banco Mundial se doblegó a la imposición del presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, al aceptar por "unanimidad" a Paul Wolfowitz como el nuevo presidente del organismo multilateral.
"Quiero agradecer a la Junta por su voto de confianza", dijo Wolfowitz [de religión judía], exsubsecretario de Defensa estadunidense y autor intelectual de la invasión unilateral a Irak, a través de una declaración escrita que, extrañamente, difundió el Departamento del Tesoro.
Con la confirmación de Wolfowitz como presidente del Banco Mundial, en reemplazo de Jim Wolfensohn, quien estuvo 10 años en el puesto, Bush se anotó otra victoria en política exterior porque Wolfowitz goza de una pésima reputación en todo el mundo por el caso de Irak y por las ideas radicales e imperialistas que profesa para imponer en el mundo, según el, la doctrina democrática a través de la fuerza militar.
"He dicho con frecuencia que la misión (del Banco Mundial) de ayudar a los más pobres del mundo a salir de la pobreza, es una misión noble. Creo profundamente en esta misión", subrayó Wolfowitz en la declaración que debió haber distribuido el Pentágono.
La aceptación por unanimidad de Wolfowitz, por parte de la JDE del Banco Mundial, no fue en sí una sorpresa, pese a que varios países europeos habían expresado sus preocupaciones por los antecedentes del principal promotor de la destrucción del régimen de Saddam Hussein en Irak con falsos argumentos sobre armas de destrucción masiva y lazos con el terrorismo.
De antemano se sabía que por encima de las preocupaciones o reservas de los gobiernos europeos se impondría la decisión de Bush, lo cual se confirmó con la aceptación por unanimidad de la presidencia de Wolfowitz.
Algunos expertos en temas relacionados con organismos multilaterales, dicen que pese al resentimiento mundial que se tiene respecto a las ideas políticas de Wolfowitz, éste tendrá que ajustarse a las realidades del Banco Mundial y de la economía del planeta porque no podrá imponer su voluntad, ya que debe negociar con la JDE y algunos casos deberá acatar los mandatos que reciba.
Las únicas preocupaciones de los expertos se refieren a la posibilidad de que Wolfowitz quiera imponer la doctrina democrática al estilo Bush para el uso de la cartera de créditos del Banco Mundial. En esta línea los expertos temen que el nuevo presidente del Banco Mundial quiera limitar o condicionar los préstamos a países que bajo la lupa de la Casa Blanca, no sean estrictamente democráticos, lo que tendría serias repercusiones para varias naciones africanas que, de entrada, son las más pobres del planeta.
La designación de la JDE del Banco Mundial entra en efecto a partir de 1 de junio de este año, ya que Wolfensohn dejará el puesto el 31 de mayo.
Como presidente del Banco Mundial, Wolfowitz es también presidente ex oficio de la Asociación para el Desarrollo Internacional (IDA), presidente de la Junta de Directores de la Corporación Financiera Internacional (CFI), de la Agencia de Garantías para Inversiones Multilaterales (MIGA) y, consejero administrativo del Centro para Ajustes de Disputas de Inversión (ICSID).
(V.Proceso del 1o. de abril de 2005).
"¿Por qué [el teniente Ilario] Pantano está en espera de ser juzgado, convicto y castigado mientras que el presidente George W.Bush sigue impune? El presidente no tuvo juztificación para invadir Iraq, y aunque es posible que Pantano no tuviera justificación para matar a dos iraquíes, la diferencia entre el trato a Pantano y a Bush es demasiado obvia."
Richard Sutherland / Los Altos, California
Letters
(Edición internacional de TIME del 4 de abril de 2005).
En los dos años desde la invasión de Iraq, miles de jóvenes árabes han ingresado en el país para tomar las armas contra las fuerzas estadounidenses y sus aliados iraquíes y, en algunos casos, para buscar el martirio mediante un ataque suicida con bomba, de los cuales han habido al menos 136 desde mayo de 2003.
(V.pág.36 de la edición internacional de TIME del 4 de abril de 2005).
La lista de"estados rufianes" -Irán, Corea del Norte, etc.- tiene séquito: los "países inestables" también preocupan a la Casa Blanca, aunque no desafíen sus políticas. Suman 25, son "candidatos a la intervención [militar]" de EU y se han convertido en "un desafío central de política exterior por el peligro de que alimenten a grupos terroristas y cuenten con armas de destrucción masiva" (Financial Times, 30-3-05). El Consejo Nacional de Inteligencia del Departamento de Estado confirmó la existencia de esa lista. Es secreta, pero declaraciones de altos funcionarios estadunidenses sugieren nítidamente que la integran, entre otros, Venezuela, Perú, Bolivia, Nigeria, Sudán, Somalia y Camerún. El pretexto para intervenir se contempla en el mandato de la flamante Oficina de Reconstrucción y Estabilización dependiente del Consejo mencionado; su misión es: "ayudar a estabilizar y reconstruir sociedades en transición que atravesaron un conflicto o una contienda civil para que puedan comenzar su camino hacia la paz, la democracia y una economía de mercado". Dicho de otra manera: sería posible una intervención militar de cualquier país con un proyecto nacional que no entre en la hormas neoliberales y despierte, por ende, la "incertidumbre estratégica" de Washington. Sobre todo si tiene petróleo, gas natural y/o importantes oleoductos y rutas de abastecimiento de oro negro.
El Pentágono se prepara para respaldar esa misión mediante una reorganización completa de su presencia militar en todo el mundo.
Juan Gelman
(v.pág.19 del periódico Público del 17 de abril de 2005).
El inspector de armas de la CIA, Charles Duelfer, dio ayer por terminada y sin éxito la búsqueda de las armas de destrucción masiva en cuya presunta existencia se basó la intervención militar estadounidense en Iraq. Sugirió que, como resultado de esa conclusión, deberían ser puestas en libertad las personas detenidas por una presunta vinculación con esas armas. Duelfer, director del Grupo de Investigación en Iraq, señaló en un agregado al informe sobre las armas que presentó en octubre del año pasado que la búsqueda ha llegado a los límites posibles y no ha encontrado ninguna de las armas que, según las denuncias de Estados Unidos, eran almacenadas por el gobierno de Saddam Husein.
(V.pág.13-A del periódico El Informador del 26 de abril de 2005).
Las medidas del Pentágono de la fuerza de la insurgencia -hay más de 50 medidas- muestran que la batalla está básicamente donde estaba hace un año.
Dado el nivel de violencia, el número de tropas estadounidenses en Iraq -actualmente 138,000 en 17 brigadas de combate- no disminuirá en el futuro previsible. Y la administración Bush insiste en que está preparada para mantener fuerzas en Iraq hasta que el país sea pacificado.
Michael Ware
(v.pág.22 de la edición internacional de TIME del 25 de abril de 2005).
Debe anotarse que la información para evitar la guerra estaba allí -y, de paso, que esa es la razón por la que la gente de las Naciones Unidas estaba totalmente en lo correcto. Cualquiera con ganas de prestar atención podía haber visto que era muy poco probable que hubiera todavía armas de destrucción masiva en ese país.
Sean Penn, actor estadounidense
(v.pág.54 de la edición internacional de TIME del 25 de abril de 2005).
"Más de 1,500 soldados estadounidenses han muerto en Iraq debido a que alguien se equivocó, todavía no han rodado cabezas como resultado de que la Casa Blanca haya utilizado información sospechosa o manipulada para instigar una guerra innecesaria. Hasta que la culpa recaiga en operativos reales, oficinistas, burócratas y funcionarios electos, el reporte de la comisión presidencial sobre inteligencia no significa nada."
Holmes Brannon / Woodland Park, Colorado
Letters
(Edición internacional de TIME del 9 de mayo de 2005).
Estados Unidos financió a Sadam Hussein y le dio armas de destrucción masiva. En esa época no lo considerábamos enemigo. En esa época (el enemigo) era Irán y usamos (a Sadam) como nuestro sustituto, tal como hicimos en Vietnam... Los paralelos entre lo que hicimos en Vietnam y lo que estamos haciendo ahora en Iraq son increíbles.
George Lucas, cineasta estadounidense
(v.pág.10-C del periódico El Informador del 16 de mayo de 2005).
"Condoleezza Rice presentó equivocadamente la amenaza nuclear iraquí para los Estados Unidos en una forma que fue o deliberadamente engañosa o mostró ignorancia de la verdad. Este error debería haber sido un descalificador inmediato para alguien en posición de conformar las políticas estadounidenses."
David DeFreese / Hillsborough, Nueva Jersey
Letters
(Edición internacional de TIME del 16 de mayo de 2005).
La revista estadounidense "Newsweek" se ha convertido en el nuevo demonio de la administración Bush. El pasado 9 de mayo, "Newsweek" publicó un artículo en el que revelaba cómo en el campo de detención de Guantánamo, soldados estadounidenses lanzaron un ejemplar del Corán al retrete como estrategia para obtener información de los detenidos.
Días después de la publicación de "Newsweek", que atribuía la veracidad de la información a "fuentes oficiales", se registraron violentas marchas antiestadounidenses a lo largo del mundo musulmán. En Afganistán 16 personas murieron en esas protestas y más de 100 resultaron heridas.
El gobierno estadounidense acusó a la revista de "irresponsable" por publicar un reportaje "que daña la imagen de EE UU y que pone en peligro la vida de sus soldados". Semanas después, "Newsweek" publicó un comunicado en el que señala que la historia del Corán pudo haber sido falsa.
Este caso pone en jaque a los medios estadounidenses, que desde los atentados del 11 de septiembre han sufrido retrocesos en su libertad de expresión. Durante las guerras en Afganistán e Iraq, los medios que mostraban fotografías de soldados muertos en combate eran catalogados como antipatriotas. El reforzamiento del nacionalismo estadounidense fue capitalizado por la Casa Blanca en su relación con los medios de comunicación. Bajo un patriotismo falso y ante el temor de perder lectores o audiencia, los medios se dictaron una ley automordaza, que fue reforzada por las limitaciones a la labor periodística en la Ley Patriota.
Desafortunadamente, el caso de "Newsweek" no es aislado. El año pasado, la cadena CBS despidió a uno de sus presentadores por un programa en el que acusaba a Bush de haber usado sus influencias políticas para no ser enviado a la guerra de Vietnam. CBS utilizó también "fuentes oficiales" que no pudo respaldar y la credibilidad de la cadena se fue al piso.
El año pasado escuché al ex vicepresidente Al Gore en una conferencia que dio en Nueva York sobre "la política del miedo de la administración Bush" y desde entonces se mencionaba cómo el miedo se ha vuelto una política de estado. El miedo como artífice de victorias electorales, el miedo como automordaza de los medios de comunicación y como estrategia para avanzar una agenda conservadora en el Congreso. Bajo un régimen que usa el miedo como política de estado, los errores de los medios de comunicación no sólo causan estragos en su credibilidad, sino que le dan armas al gobierno para minar su capacidad de denuncia de los abusos del poder y para cerrar el espacio de expresión que son para la sociedad civil en un sistema democrático.
Genaro Lozano
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 25 de mayo de 2005).
Pareciera, subrraya la secretaria de Amnistía Internacional, Irene Khan, que la seguridad y el estado de derecho fueran antagónicos. Y este mensaje implícito, lanzado por la superpotencia que se arroga el liderazgo del “mundo libre”, resulta muy peligroso porque abre el camino para que otros gobiernos se justifiquen con los mismos argumentos.
De hecho, una redefinición de la tortura -que la hace mucho más flexible- lanzada por el Pentágono, ya es esgrimida en muchas partes, al tiempo que la guerra contra el terror se implica cada vez más con el combate al narcotráfico, el crimen organizado y las guerrillas políticas creando una franja gelatinosa en que toda transgresión es válida. Y lo peor, dice Kahn, es que ni el terrorismo ni ninguno de estos fenómenos ha disminuido, sino al contrario.
Lucía Luna Elek
(v.pág.19 del periódico Público del 29 de mayo de 2005).
Yo le dije al mundo que el caso de ustedes [dirigiéndose al Senado de los Estados Unidos] para la guerra era un montón de mentiras. Todo lo que dije acerca de Iraq resultó verdadero y ustedes resultaron equivocados, y 100,000 personas pagaron con sus vidas.
George Galloway, miembro del parlamento inglés expulsado del Partido Laborista por -entre otras razones- haber dicho que Blair y Bush "atacaron a Iraq como lobos"
(V."Notebook" de la edición internacional de TIME del 30 de mayo de 2005).
¿Es posible que Irán sea el país que más se haya beneficiado de la política del presidente Bush en el Medio Oriente? Este argumento lo he escuchado en Jordania, Arabia Saudita y Turquía durante el pasado año -y también en Israel, donde el temor por las intenciones iraníes se ha convertido en una especie de manía. El argumento va más o menos así: los Estados Unidos han eliminado a dos enemigos vecinos de Irán, Sadam Hussein y el Talibán. Aunque el ejército estadounidense acampa justo afuera de sus fronteras oriental y occidental, es un ejército exhausto y sobre exigido. Después de un periodo de fanfarroneo de los halcones en Washington, la mayoría de expertos militares -incluso los que están en la administración Bush- creen que una invasión completa de Irán sería extremadamente difícil y poco inteligente en ausencia de una muy flagrante provocación. Si los mulahs deciden que el desarrollo de una bomba nuclear es su máxima prioridad, no hay mucho que Estados Unidos pueda hacer para detenerlos.
Joe Klein
(v.pág.60 de la edición internacional de TIME del 30 de mayo de 2005).
George McGovern, quien contendió con Nixon por la presidencia estadunidense, dijo que le gustaría que hubiera un Graganta Profunda en el gobierno de Bush, para saber qué está pasando en Irak. "Esta guerra, en mi opinión, es peor que cualquier cosa hecha por Nixon", dijo McGovern.
(V.pág.36 del periódico Público del 3 de junio de 2005).
El congresista republicano de Carolina del Norte Walter Jones, inventor del nombre "freedom fries" para las papas fritas para sustituir a "french fries", como "castigo" a Francia por oponerse a la invasión de Iraq, declaró a la ABC que promoverá una ley para fijar una programación para el retiro de los Estados Unidos de Iraq. "Yo voté por la resolución de comprometer tropas, y siento que hemos hecho todo lo que hemos podido".
Otros republicanos se unieron a los demócratas al criticar a la administración por subestimar la insurgencia, mientras que sobreestimaban las novatas fuerzas de Iraq para pelear sin la dirección de soldados estadounidenses y por el fallido plan para la ocupación posterior a la invasión.
"La insurgencia está viva y saludable. Subestimamos su viabilidad", dijo el senador republicano Lindsey Graham, de Carolina del Sur a la CBS. Agregó que la administración "ha sido lenta para ajustarse respecto a fuerza y soporte de nuestras tropas".
Graham agregó que el ejército está luchando con un serio déficit en reclutamiento "porque esta guerra está volviéndose amarga en la opinión de padres y abuelos. Si no hacemos ajustes, la opinión pública continuará alejándose".
Jones, miembro del Comité de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes, dijo que "principalmente los neoconservadores" en la administración son los culpables de la defectuosa planeación de la guerra. "La razón para ir eran las armas de destrucción masiva, la habilidad de los iraquíes para construir un arma nuclear, que ha sido probado que nunca estuvieron allí", declaró.
Jones se une a algunos de los demócratas más liberales en el Congreso demandando un término para retirar las tropas de un conflicto que ha resultado demasiado costoso en vidas y dinero estadounidenses.
De acuerdo a una nueva encuesta de Gallup, casi 6 de cada 10 estadounidenses dicen que su país debería retirar algunas o todas sus tropas de Iraq, arriba del 49% que sostenían ese punto de vista en febrero, según la edición del lunes de USA Today. La administración Bush alega que poner una fecha de retiro reforzaría una insurgencia que el vicepresidente Dick Cheney dijo recientemente que "estaba en las últimas". Graham se opone a fijar una fecha porque dice que "si lon insurgentes nos echan fuera... habremos perdido una gran batalla en la guerra contra el terror".
Jones declaró que estaba impulsando la legislación porque "le duele el corazón" por los casi 1,700 soldados estadounidenses muertos y 12,000 seriamente heridos en Iraq. Agregó que los iraquíes deberían defenderse a sí ismos una vez que sus fuerzas estén entrenadas. El representante republicano de Pennsylvania Curt Weldon, que acaba de regresar de Iraq, se unió a varios demócratas diciendo que la administración debe ser más honesta y reconocer que podría tomar cerca de dos años entrenar a fuerzas iraquíes que reemplacen a los soldados estadounidenses y permitan una retirada sifnificativa. "No podemos regresar a Estados Unidos y permitir que nuestro esté convencido de que las tropas iraquíes están preparadas para hacerse cargo, cuando no lo están", declaró a la NBC.
Weldon dijo también que la administración debe luchar con una creciente insurgencia, reforzada con luchadores de Siria e Irán, "lo que por alguna razón nuestra comunidad de inteligencia no quiere reconocer o enfrentar". Agregó que escuchó "un tema común" en Iraq de que el mayor número de insurgentes extranjeros estaba llegando de Siria, pero que "Irán tiene por mucho la categoría detrás de la insurgencia".
El senador republicano por Nebraska Chuck Hagel dijo a la CNN que "muchos de nosotros advertimos a esta administración antes de poner una bota en el terreno" que enfrentaría un conflicto de largo plazo. "No tuvimos planes para ello. Y ahora estamos donde estamos", concluyó.
(Reuters, 13 de junio de 2005).
En la forma como está la situación, no estaremos listos para tomar la responsabilidad ni en mil años.
Amar, Mana, soldado iraquí, después de que se le preguntó cuándo estaría el ejército iraquí listo para hacerse cargo de la seguridad interna
("Verbatim" en la edición internacional de TIME del 20 de junio de 2005).
La popularidad de Estados Unidos como país y la del presidente George W.Bush como persona llegaron a tan alto grado de deterioro con motivo de la guerra en Irak, que China aparece ahora como un estado más popular entre algunos de los más influyentes naciones europeas, mostró un sondeo global del Centro de Investigación Pew (PRC).
La encuesta, realizada entre 16 naciones de Europa, Asia y Medio Oriente -América Latina fue dejada para un muestreo del próximo año- comprueba que la mayor parte de los entrevistados en España, Alemania, Holanda, Gran Bretaña, y Pakistán, creen que el problema de Estados Unidos "es principalmente Bush".
"Existe en el mundo una baja estima para el presidente Bush, más que para Estados Unidos como nación y eso es muy preocupante", señaló la ex secretaria de Estado Madeleine Albright al presentar la encuesta, cuya elaboración exigió un robusto presupuesto del Centro Pew. La encuesta muestra cómo la opinión favorable hacia Estados Unidos ha decaído de manera sistemática desde 1999, incluso entre sus aliados tradicionales como Canadá y Gran Bretaña. Y más todavía en países como Alemania, Francia o España, donde se registró una abrumadora oposición a la guerra en Irak.
Como resultado, China aparece ahora como un país más popular que Estados Unidos a pesar de las criticadas políticas de derechos humanos del gobierno comunista de Pekín. En Francia, la popularidad de China es de 58% y la de Estados Unidos de apenas 43%. En Gran Bretaña, China es más popular que Washington por 10 puntos y en Rusia por 8 puntos porcentuales.
Los estadunidenses no se han salvado del duro juicio internacional. Estados Unidos es además considerado como un país con una población de personas trabajadoras e ingeniosas, pero también ambiciosas y violentas, de acuerdo con el sondeo.
La encuesta confirma precisamente un descenso mundial en el apoyo a la guerra en Irak, incluido en Estados Unidos, donde pasó de 74% en 2001 a sólo 54% en 2005. La caída del apoyo al uso de la fuerza se extiende a Canadá, Francia, Alemania, Rusia y Pakistán. Mejoró en el caso de Líbano y Jordania. Singularmente en estos dos últimos países seis de cada diez personas creen que la política exterior de Estados Unidos es definida "por los judíos".
(V.pág.32 del periódico Público del 24 de junio de 2005).
A 1,731 el número de soldados estadounidenses muertos desde la invasión de Iraq en marzo del 2003 para derrocar a Saddam Hussein.
Oficiales estadounidenses dicen que los insurgentes están desarrollando bombas más potentes que son capaces de agujerear los tanques e incrementar la mortalidad de sus ataques.
El secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, uno de los arquitectos de la guerra que derrocó a Hussein, fue interrogado el jueves por los miembros del Senado que sugirieron que él y algunas personas más habían pintado una imagen demasiado rosa del conflicto en Iraq.
"Esta guerra ha sido mal administrada", dijo el senador demócrata, Edward Kennedy a Donald Rumsfeld.
"Todos los que dicen que hemos perdido esta guerra o que estamos perdiéndola se equivocan", contestó Rumsfeld.
La insurrección iraquí vive"los últimos sobresaltos de la agonía", sentenció el vicepresidente, Dick Cheney, a la cadena CNN.
Este diagnóstico es cuestionado, sin embargo, por numerosos legisladores estadounidenses, incluido el senador republicano Chuck Hagel, para quien "la realidad es que estamos perdiendo en Iraq".
(V.pág.8-A del periódico El Informador del 25 de junio de 2005).
Zbigniew Brzezinski, ex consejero de Seguridad Nacional del ex presidente Jimmy Carter, repitió unas declaraciones realizadas esta semana por el senador demócrata por Massachusetts Edward Kennedy, de que la guerra de Irak se estaba convirtiendo en un lodazal. "Nuestra nación (...) se merece una explicación honesta sobre cómo terminamos en Irak. Y merecemos una definción realista del éxito para una guerra que amenaza cada vez más con convertirse en un lodazal. Desgraciadamente, no obtenemos ninguna de las dos por parte de la administración Bush", afirmó Brzezinski.
"También el diario The New York Times cuestionó en su editorial de ayer que la guerra en Irak "nada tiene que ver" con los ataques del 2001, tampoco ha proporcionado seguridad y si permanece conforme a un plan, habría que cambiarlo.
"Sadam Husein era un enemigo jurado de Washington pero no había conexión entre Irak y Al Qaeda", destacó el periódico.
(V.pág.29 del periódico Público del 26 de junio de 2005).
Según Rumsfeld, podría demorar hasta 12 años derrotar a los insurgentes iraquíes y añadió que será tarea de las fuerzas de seguridad iraquíes concluir la misión, pues soldados de Estados Unidos y de otros países habrán abandonado para ese momento la nación árabe.
(V.resumen informativo de Notisistema del 27 de junio de 2005).
"Los medios han permitido que la administración Bush los embauque otra vez. Funcionarios se concentraron en sacar historias acerca de cómo Newsweek se equivocó y perdimos de vista la historia sobre la profanación del Korán. Los medios más representativos son demasiado rápidos con los mea culpas. ¿Qué tal un poco de tenacidad cuando se trate de enfrentarse a la Casa Blanca? ¿No debería el manchado récord de Bush con la Guardia Nacional haber sido perseguido en lugar del manchado reportaje de Dan Rather?"
Paul Lennemann / Glenwood, Iowa
"Es la Casa Blanca la que debería reparar el daño hecho a los Estados Unidos por la guerra de Iraq. ¿Qué pasa con el sufrimiento de las familias de los soldados estadounidenses que perdieron la vida? Es tiempo de que los estadounidenses, sin importar el partido político, demandemos que nuestro gobierno nos rinda cuentas. La administración debería dejar de tratar de confundir malpresentando los reportajes noticiosos como ataques a la presidencia de Bush."
William Cinnamon III / North Hollywood, California
Letters
(Edición internacional de TIME del 27 de junio de 2005).
Algunos demócratas acusaron a Bush de revivir el falso enlace que usó originalmente para ayudarse a justificar el lanzamiento de ataques contra Bagdad.
"Las frecuentes referencias del presidente a los ataques terroristas de septiembre 11 muestran la debilidad de sus argumentos", declaró la lider demócrata de la cámara de representantes, Nancy Pelosi. "El está queriendo explotar el terreno sagrado de 9/11, sabiendo que no existe conexión entre 9/11 y la guerra en Iraq".
Bush dijo que entiende las preocupaciones públicas acerca de una guerra que lleva 27 meses, ha matado a 1,700 estadounidenses y 12,000 civiles iraquíes y ha costado 200,000 millones de dólares. Agregó que el sacrificio "vale la pena y es vital para la seguridad de nuestro país".
"Las numerosas referencias del presidente a septiembre 11 no muestran un avance en Iraq", dijo el líder demócrata del Senado Harry Reid. "Sólo sirvieron para recordarle al pueblo estadounidense que nuestro enemigo más peligroso, de nombre Osama bin Laden, todavía se encuentra fugitivo y Al Qaeda mantiene la capacidad de hacer un gran daño a esta nación casi cuatro años después de haber atacado a Estados Unidos".
El senador demócrata por Wisconsin Russ Feingold declaró que es precisamente por las lecciones de los ataques de septiembre 11 que se opone a la intención de Bush de mantener las tropas en Iraq sin una programación para su retirada. "La presencia militar de los Estados Unidos en Iraq se ha convertido en una poderosa herramienta de reclutamiento para los terroristas, e Iraq es ahora el principal terreno de entrenamiento y camino de enlace para la siguiente generación de yihadistas", concluyó.
The Associated Press, 29 de junio de 2005.
El mismo Bush que logró un récord de popularidad de 90% tras los atentados del 11 de septiembre del 2001, hoy está por debajo de 49%. El mismo Bush que consiguió que 65% de los estadounidenses apoyara la invasión de Iraq, hoy se enfrenta a un rechazo de 53% de la guerra.
Algunos analistas incluso lo consideran [a Bush] como acabado.
La forma normal de hacer política está regresando a Estados Unidos. La tregua que le dieron los demócratas tras el 11 de septiembre ha expirado. Aquí Bush se enfrenta a terreno desconocido: liderar la política de su país en tiempos de normalidad democrática y no de emergencia. La elección del 2000 pronto se convirtió en una crisis electoral, que pocos meses después se tornó en una emergencia nacional con dos guerras incluidas.
Genaro Lozano
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 29 de junio de 2005).
No basta la persecución policiaca y militar del terrorismo, sino que es necesario contrarrestar su autojustificación ideológica, ante la injusticia de determinadas situaciones en las relaciones, entre los estados árabes e Israel, y no existen soluciones ni análisis simplistas que den respuesta satisfactoria a las raíces y el fondo de donde surge la actual ola de terrorismo. Sin embargo, es posible encontrar determinado patrón de comportamiento en las acciones terroristas, que en general atacan aquello que consideran como lo más decadente y lo más corrupto del mundo occidental, como pudiera ser el turismo, la vida alegre y la capacidad de disfrutar de la misma y la riqueza que de alguna manera consideran los terroristas, como ilegítimamente obtenida mediante la explotación de los pueblos árabes y su riqueza petrolera, en connivencia con gobernantes de aquellos países.
El terrorismo estudia y ejecuta sus acciones sobre medida en cada situación, y en eso se diferencia del antiguo nihilismo puro que daba los golpes al azar y ciegamente. En las acciones del terrorismo moderno existe una cierta lógica que está encadenada a la búsqueda de la pureza del islamismo, o que se realizan en ese nombre y con tal propósito, pero nada garantiza que aun suponiendo que terminaran simultáneamente todos los conflictos que en este momento son pretexto para actos terroristas, terminarían las acciones terroristas pues existe ya una cierta lógica y dinámica en ellos que los haría buscar nuevos pretextos, sin embargo, los gobiernos y las sociedades podrían luchar con mayor efectividad en contra de semejante cáncer social moderno.
En realidad, las sociedades occidentales y los países democráticos cuentan con una gran capacidad de resistencia al terrorismo que lo hace ineficaz, y la exasperación y búsqueda de respuestas violentas no contribuyen ciertamente a la lucha efectiva en su contra. Por el contrario, los análisis profundos, serios y que lleguen al meollo del mismo pueden ayudar mucho a su comprensión y la lógica en que basan sus acciones, despojándolo de su imagen casi mágica de encantamiento y de encarnación del mal. El terrorismo es resultado de la exasperación y la impotencia ante situaciones determinadas y como tal debe de ser entendido y combatido.
Sergio A. López Rivera, abogado
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 29 de junio de 2005).
La crítica reacción del canal de televisión Al Yazira al discurso pronunciado por Bush, no se hizo espera al mostrar el preocupante problema de imagen que enfrenta Estados Unidos fuera de sus fronteras.
El influyente canal con sede en Qatar indicó en su página web en inglés que Bush se olvidó de mencionar en su discurso que antes de la llegada de Estados Unidos no había terroristas en Iraq, que el régimen de Saddam Hussein no tenía conexión con los atentados del 11 de septiembre de 2001 y que no había armas de destrucción masiva en el país árabe.
Al Yazira, un canal que crea opinión en el mundo árabe, indica que desde la invasión Iraq "ha sido devastado, su infraestructura está en ruinas, su patrimonio histórico saqueado, su gente violada, torturada y asesinada por millares".
"No hay electricidad, agua, comida...”, dijo el canal para concluir: “el pueblo iraquí no tiene vida".
(V.pág.12-A del periódico El Informador del 5 de julio de 2005).
Una alta oficial de la procuraduría del Ejército estadounidense dijo la semana pasada que los acuerdos con Halliburton en Iraq fueron el peor ejemplo de contrato abusivo que ella había visto, un reclamo que la unidad de ingeniería y construcción de Halliburton, Kellogg Brown and Root, rechazó como "retórica política".
(V.pág.11A del periódico Mural del 7 de julio de 2005).
Nunca, en los últimos 30 años, el secreto sobre las actividades del gobierno había llegado a los niveles actuales y eso es algo que debería preocupar a los ciudadanos estadounidenses porque la información sólo se mantiene en secreto para ocultar los abusos, los encubrimientos y los errores de la administración.
El affaire Plame empezó cuando el embajador Joseph Wilson, uno de los diplomáticos estadounidenses con mayor conocimiento de Iraq, escribe un artículo sosteniendo que la administración de Bush no podría demostrar que Hussein había comprado uranio a Nigeria para desarrollar su programa de armas de destrucción masiva.
Unos días después el columnista de extrema derecha Robert Novak revela pormenores del pleito entre Wilson y la Casa Blanca y desliza que la esposa del diplomático es agente encubierta de la CIA, revelación que bajo ciertas circunstancias sería un delito y una violación de la seguridad nacional.
En octubre, una corte de Washington D.C. declara a Matthew Cooper [de la revista Time] y a Judith Miller [del New York Times] en desobediencia por no revelar sus fuentes. Nadie sabe todavía si Novak, el autor que inicialmente publicó la filtración ya declaró, si se amparó en la 5a. Enmienda o si simplemente no será obligado a revelar su fuente.
El caso es perverso y complejo porque todo indica que el motivo principal de la filtración fue castigar al embajador indisciplinado dejando expuesta a su esposa. Aunque bien podría ser también para advertir a otros funcionarios dentro del gobierno de los peligros de hacer filtraciones anónimas.
El problema para la sociedad es que sin poder prometer confidencialidad a fuentes metidas en el aparato gubernamental poco pueden hacer los periodistas para exponer casos de abusos como aquél que nos reveló el famoso Garganta Profunda en 1972. Gracias al anonimato del agente de la FBI, y a la seria y responsable investigación de dos reporteros, el país se enteró de los actos criminales que realizaba el Partido Republicano con la anuencia del mismísimo presidente. De esto se trata el periodismo en una de sus más honrosas tareas: de descubrir los abusos de quienes detentan el poder.
Sergio Muñoz Bata, miembro del consejo editorial de Los Angeles Times
(v.pág.12A del periódico Mural del 7 de julio de 2005).
¿Cuál es la mejor forma de combatir al terrorismo? No lo sabemos, lo que sí es seguro es que devastar países buscando a fundamentalistas escondidos en sus madrigueras no ha funcionado.
No podemos comprender por qué los países desarrollados no buscan realmente la equidad social, la educación y salud para toda la humanidad. Sólo somos testigos que ven con impotencia el surgimiento de nuevas guerras.
Juan Carlos Guerrero Esparza
(v.pág.4 "Correo" del periódico Público del 8 de julio de 2005).
El último informe de Estados Unidos revela que, en lugar de disminuir, el número de atentados subió para alcanzar más de 3,000 en 2004. O sea, que la guerra contra el terrorismo más bien se va perdiendo. Será por un enfoque equivocado.
Lucía Luna Elek
(v.pág.19 del periódico Público del 10 de julio de 2005).
Madeleine Albright, la mujer que dirigió la diplomacia estadounidense durante los últimos años de Clinton, advierte en sus memorias: La única estrategia efectiva contra el terrorismo es la inversión en capital humano, en educación y en la lucha contra la desigualdad que impera en los países del tercer mundo, ya que es en la pobreza donde se generan odios, fundamentalismos.
Al Qaeda es hoy un actor internacional poderosísimo. Al Qaeda contribuyó a la reelección de Bush en el 2004, y también influyó en la victoria electoral de José Luis [Rodríguez] Zapatero en España. Al Qaeda hoy también ha causado un deterioro de los derechos humanos en el mundo con detenciones arbitrarias de árabes en Estados Unidos y Europa. Al Qaeda parece hoy la prioridad en los debates multilaterales. Pese a los resultados de la Cumbre del G-8 para combatir la pobreza en África, la lucha contra el terrorismo parece ser el eje de la política internacional actualmente.
El cambio climático, el avance de la democracia, el combate a las enfermedades como el SIDA, la malaria o el cáncer, la igualdad de géneros, la situación de los refugiados, el genocidio en Darfur, en fin todos los temas de la agenda internacional son temas secundarios frente a la lucha contra Al Qaeda.
Combatir el terrorismo no es una guerra equivocada, en el momento equivocado ni en el lugar equivocado. El problema es la estrategia bélica y el desaire al derecho y a las instancias multilaterales. El problema es que mientras no se combata la desigualdad y la probreza los terroristas seguirán ganando la batalla.
Genaro Lozano, profesor del ITAM
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 13 de julio de 2005).
"En su ensayo 'Secretos Oscuros en el Estacionamiento', Richard Schickel se pregunta si podríamos usar más reporteros investigadores como Bob Woodward y Carl Bernstein en Washington hoy día. Necesitamso a otros como ellos para descubrir las mentiras y distorsiones que son emitidas cada día por la administración Bush. John Dean, al abogado de Nixon, ha calificado a esta administración como 'peor que Watergate'."
Robert F.Martina / Shreveport, Louisiana
Letters
(Edición internacional de TIME del 18 de julio de 2005).
3,192 fue el número de ataques terroristas en el mundo en 2004, de acuerdo al Centro Nacional Estadounidense de Contraterrorismo.
28,433 fue el número de personas heridas, secuestradas o muertas como resultado de los ataques del año pasado.
(V."Numbers" de la edición internacional de TIME del 18 de julio de 2005).
David Kay, quien dirigió la caza de armas de destrucción masiva iraquíes por la CIA, dice que funcionarios europeos de inteligencia le explicaron en una reunión en mayo que sus países estaban viendo "evidencia episódica" de yihadistas que habían regresado de Iraq refulgentes de odio antiestadounidense y bien entrenados en la manufactura de bombas. "Existe toda esta oportunidad en Iraq para que ellos aprendan como cotrarrestar nuestras tácticas", comenta un funcionario de contraterrorismo de los Estados Unidos.
John Cloud
(v.pág.24 de la edición internacional de TIME del 18 de julio de 2005).
Sir Ivor Roberts, embajador británico en Italia, declaró en septiembre pasado que el "mejor sargento de reclutamiento para al-Qaeda" no era otro más que el presidente de Estados Unidos George W.Bush. Con las elecciones estadounidenses en sus últimas etapas, el agregó, "si alguien está listo para celebrar la eventual reelección de Bush, éste es al-Qaeda".
Las acciones estadounidenses -sobre todo la invasión y ocupación de Iraq- han galvanizado todavía más a los musulmanes y los han convencido de la verdad de la visión de bin Laden.
Invadir Iraq, con todo lo noble que los Estados Unidos hayan creído que eran sus intenciones, proporcionó la mejor confirmación posible de los reclamos yihadistas y animó a muchos de los muslmanes alienados europeos a combatir en Iraq. La noción de que Occidente mejoraría su seguridad ocupando Iraq ha demostrado ser mayormente ilusoria. Las fuerzas de la coalición en Iraq enfrentan diariamente ataques de yihadistas no porque Sadam Hussein haya entrenado una camada de terroristas (sabemos que no hubo una relación preexistente entre Bagdad y al-Qaeda) sino porque la invasión estadounidense aproximó los objetivos a los asesinos.
Musulmanes de Gran Bretaña, Francia, Alemania y otras partes -junto con algunos miles procedentes de los países árabes- han viajado a Iraq para luchar en lo que se ha convertido en un teatro de inspiración para el drama de fe de los yihadistas. Se sabe que un puñado de ellos ya han regresado a Europa. Los servicios de inteligencia occidentales temen que haya más en camino y que representarán un peligro mayor que los que regresaron de Afganistán en los 1980s y 90s, la primera generación de terroristas de la yihad global. La preocupación está justificada; los luchadores en Iraq están, según ha observado la CIA, adquiriendo mejor entrenamiento en la práctica que el que conseguían en los campamentos de al-Qaeda en Afganistán.
Daniel Benjamin, coautor de "The Next Attack: The Failure of the War on Terror and a Strategy for Getting It Right"
(v.pág.30 de la edición internacional de TIME del 18 de julio de 2005).
Hace algunos meses, los Estados Unidos y funcionarios afganos presumieron que el Talibán era una fuerza acabada. Pero los luchadores islamistas y sus aliados de al-Qaeda han regresado con reclutas frescos, armamento nuevo y experiancia avanzada en fabricación de bombas pasados a ellos por los terroristas en Iraq, según dicen funcionarios en Kabul.
Tim Mc.Girk
(v.pág.33 de la edición internacional de TIME del 18 de julio de 2005).
El meollo del asunto no es que Iraq no haya cumplido con las diversas resoluciones de la ONU. Entonces, ¿por qué para Bush y los halcones es esencial la guerra? A Estados Unidos no le va tan bien en estos días. En palabras de algunos analistas, su hegemonía está en declive. El estado de su economía es incierto. Y, sobre todo, no tiene la certeza de competir con ventaja con Europa Occidental y Japón y el Este Asiático en los decenios venideros. Con la caída de la Unión Soviética, ha perdido el principal argumento que tenía para persuadirlos de seguir todas sus iniciativas políticas.
Lo único que le queda es una fuerza militar en extremo poderosa. Cuando Madeleine Albright fue secretaria de Estado, se cuenta que dijo: "¿Qué sentido tiene poseer la fuerza militar más poderosa del mundo si no vamos a utilizarla nunca?"
Immanuel Wallerstein, "Estados Unidos confronta al mundo" (Ed. Siglo XXI)
Los espantosos atentados que tuvieron lugar en Londres no sólo prueban que Bush hijo está perdiendo su guerra global contra el terrorismo: más bien la está alimentando. Y lo oculta. Larry Johnson, ex analista de la CIA y ex experto en terrorismo del Departamento de Estado, reveló que la jefa actual del organismo, Condoleezza Rice, está suprimiendo información que evidencia el aumento brutal de los ataques importantes de ese tipo en todo el mundo: desde la invasión a Irak se triplicaron con creces, pasando de 175 en 2003 a 625 en 2004 (The Independent Institute, 25-4-05). Condi anuló este año la publicación de "Los patrones del terrorismo global", el informe anual del Departamento de Estado sobre el tema, luego de intentar en vano que los especialistas del Centro Nacional de Antiterrorismo aplicaran una metodología que hubiera achicado la cifra. Pero W. insiste en que dicha invasión fue clave para la victoria que estaría obteniendo sobre el terrorismo mundial.
Incluso la Junta Científica del Pentágono ha tomado recientemente nota de que "los musulmanes 'no odian nuestra libertad', más bien odian nuestras políticas". Numerosas encuestas realizadas en los países árabes durante los últimos años muestran que los musulmanes simpatizan con los ideales de democracia y libertad que W. declama, pero no practica. Para ellos "el modo de vida" que defiende el presidente yanqui consiste en el apoyo irrestricto a Israel, la intervención en Afgaistán, la invasión y ocupación de Irak, la muerte de decenas de miles de civiles inocentes, las torturas en Abu Ghraib, las profanaciones del Corán en Guantánamo.
La idea de buscar caminos políticos para enfrentar al terrorismo, sin obviar por ello las medidas de seguridad, se abre penosamente paso en ciertos think-tanks estadunidenses y aun entre parlamentarios republicanos que demandan a la Casa Blanca el diseño de una "estrategia de salida" de Irak. Los halcones-gallina califican esa actitud de "apaciguamiento", resucitando la antigua designación de las políticas conciliatorias de Europa hacia el nazismo previas a la Segunda Guerra Mundial. El fervoroso pro israelí Frank J.Gaffney, presidente del Consejo de Políticas de Seguridad de Washington y ex subsecretario del Pentágono en el gobierno de Reagan, es terminante: "Hay que enterrar las nociones de que el mundo libre puede desligarse de esta guerra (antiterrorista) o de cualquiera de sus frentes, incluyendo Irak" (National Review Online, 8-7-05).
Juan Gelman
(v.pág.17 del periódico Público del 17 de julio de 2005).
Al Qaeda resulta la mejor aliada de los sueños bushianos del control total.
Irene Selser
(v.pág.8 del periódico Público del 22 de julio de 2005).
Llegado al poder por un golpe de estado y devenido demócrata mediante elecciones fraudulentas, al actual presidente de Pakistán Pervez Musharraf se comprometió a una guerra sin cuartel contra los movimientos extremistas que, o va perdiendo, o no está librando como debiera. Los islamistas radicales se han manifestado abierta y violentamente contra él en las calles; hay evidencias de que los núcleos más importantes del talibán y Al Qaeda (incluyendo el molá Omar y a Bin Laden) se encuentra ocultos en territorio paquistaní, protegidos por la población y los servicios de inteligencia locales, y las madrasas siguen funcionando como siempre. En Pakistán han ocurrido algunos de los peores ataques contra intereses occidentales. Milicias musulmanas toleradas desde el gobierno han aterrorizado a la parte india de Cachemira. Elementos de la resistencia afgana e iraquí se repliegan en las zonas fronterizas. Y terroristas islámicos de diversas nacionalidades parten de ahí para cometer atentados en otras partes. Los últimos y más sonados, en Londres. Algo pasa en esta ex colonia británica.
Lucía Luna Elek
(v.pág.19 el periódico Público del 24 de julio de 2005).
Los insurgentes parecen más cerca que nunca de llevar al país a una guerra civil, dejando a muchos iraquíes profundamente preocupados en este verano de bombas, calor y apagones.
El riesgo más obvio es que la violencia vuelque al país en un caos tan grande y que los iraquíes se desilusionen tanto, que el progreso político de Bagdad sea totalmente irrelevante.
(V.pág.22-A del periódico El Informador del 25 de julio de 2005).
"Hay tantos miembros de la Guardia Nacional de Estados Unidos en Iraq y Afganistán persiguiendo un interminablemente rejuvenecido enemigo. Me sentiría más segura si nuestras fuerzas de la Guardia Nacional estuvieran estacionadas en este país, ayudando a proteger nuestras plantas nucleares, puertos marítimos, plantas químicas, aeropuertos y ferrocarriles. Fuimos atacados en nuestra propia tierra. Protejámosla."
Harriet C.Long / South Burlington, Vermont
Letters
(Edición internacional de TIME del 25 de julio de 2005).
Las tensiones entre la Casa Blanca y la CIA habían estado aumentando poco a poco en los meses anteriores a la invasión a Iraq, debido a las quejas de los analistas de la CIA porque la evidencia estaba siendo distorsionada o ignorada y la Casa Blanca presionaba a su vez con quejas acerca de la calidad de la inteligencia que estaban obteniendo. "Conozco al analista que estaba siendo sujeto a interrogatorio intensivo sobre las relaciones Iraq-al-Qaeda por Libby con el vicepresidente presente", dice un analista de la CIA. "Pienso que estaban molestos con la CIA por no conseguirlas ni solidarizarse. El lado político de la administración estaba furioso con la CIA. Puedo darme cuenta de su respuesta a ello -y [al embajador Joseph] Wilson- implicando que no podía confiarse en él porque 'bueno, sólo miren donde trabaja su esposa [Valerie Plame, agente encubierta de la CIA]'."
¿O, más personalmente, [el consejero de Bush Karl] Rove estaba sugiriendo que Wilson había sido seleccionado no por su experiencia sino porque su esposa estaba tratando de ayudarle a mantenerse en la jugada? Ciertamente Rove distorsionó el papel de ella cuando alegó que ella misma había autorizado el viaje [a Nigeria, para investigar el supuesto intento de compra de uranio enriquecido por parte de Iraq]. "Ella no estaba en una posición como para enviar a Joe Wilson a ninguna parte con excepción de a la cama sin cenar", declara Larry Johnson, un condicípulo de Plame en la CIA.
Nancy Gibbs
(v.pág.37 de la edición internacional de TIME del 25 de julio de 2005).
Parece que el señor Bush no escucha jamás. Creo que es el peor presidente que hemos tenido, y vaya que hemos tenido malos, pero con él es más. Ojalá los libros de historia algún día digan la verdad de las cosas.
Oliver Stone, cineasta estadounidense
(v.pág.7 de la sección "¡Hey!" del periódico Público del 31 de julio de 2005).
En The American Conservative del 22-7-05 puede leerse que: "El Pentágono, siguiendo instrucciones de la oficina del vicepresidente Dick Chenney, ha encargado al Comando Estratégico de EU que elabore un plan de contingencia para aplicarlo en respuesta a otro ataque terrorista similar al del 11/9... El plan incluye un ataque aéreo en gran escala contra Irán utilizando tanto armas convencionales como armas nucleares tácticas. Hay en Irán más de 450 objetivos estratégicos importantes... Se dice que algunos jefes de la fuerza aérea que participan en el diseño del plan están consternados por el significado de lo que están haciendo -establecer que Irán es objetivo de un ataque nuclear no provocado-, pero nadie está dispuesto a formular objeciones que dañarían su carrera".
Las preguntas se actualizan. ¿Por qué la Casa Blanca prepara semejante represalia a un eventual ataque de la magnitud del 11/9? ¿Por qué ahora? ¿Tiene información de que va a producirse? ¿Sabe que lo organiza Irán? Finalmente, se desechó la existencia de una relación Sadam Husein/Al Qaeda. ¿O más bien se trata de dejar venir ese ataque, si estuviera en marcha, para ocupar Irán? Hay indicios fuertes de que ocurrió en el caso de Irak y se recuerda que, apenas producido el atentado contra las Torres Gemelas, el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, quiso bombardear Irak. ¿Así juega con las vidas humanas, estadunidenses incluidas, la insaciable voracidad petrolera de los halcones-gallina?
Juan Gelman
(v.pág.19 del periódico Público del 31 de julio de 2005).
Pese a que el fundamentalismo religioso se ha visto alentado por gobiernos como la monarquía saudí y la teocracia iraní, y también por el conflicto entre árabes e israelíes, no hay duda de que el semillero del terrorismo islámico actual se gestó en los mujaidines que con ayuda de occidente combatieron a la Unión Soviética en Afganistán a partir de 1980. De ahí al gobierno talibán, a las madrasas en Pakistán, al apoyo de la guerrillas chechenas, a los musulmanes de Kosovo y a los atentados contra intereses estadunidenses, hasta llegar al 11 de septiembre, hay una línea continua.
Lucía Luna Elek
(v.pág.19 del periódico Público del 31 de julio de 2005).
"En la entrevista de Time con el director de la CIA Porter Goss [junio 27], ustedes le preguntarons: '¿Podrían los Estados Unidos ir nuevamente a la guerra basados en inteligencia falsa?' Goss, con poca sinceridad, respondió que él 'no estaría de acuerdo en suponer' que hicimos eso. ¿Por qué los funcionarios de la administración no pueden decir simplemente la verdad acerca de nuestra invasión a Iraq? El hecho indiscutible es que el presidente Bush justificó el ataque a Iraq basado en inteligencia que se demostró que estaba equivocada."
Gilbert H.Vieira / Colfax, California
Letters
(Edición internacional de TIME del 1o.de agosto de 2005).
Las familias Bush y Saud son consideradas las dinastías más poderosas del mundo, al mantener relaciones estrechas en torno al destino del petróleo que exporta el mayor productor de crudo en el mundo: Arabia Saudita.
En la década de los 80, cuando George H. Bush era vicepresidente, en la era de Ronald Reagan, Estados Unidos apoyó al millonario saudí, Osama bin Laden y a los combatientes afganos contra los soviéticos.
Durante la Guerra del Golfo en 1990, Bin Laden amenazó con la yihad, o guerra santa, y Bush padre, debido a sus relaciones de años con los Saud, hizo oídos sordos al terrorismo saudí, el principal tema de la agenda internacional de la Casa Blanca.
Ambas familias, Bush y Saud, han mantenido negocios petroleros por más de 30 años.
Arbusto Company, que posteriormente fue rebautizada como Bush Exploration, fue dirigida por el actual presidente George W. quien tuvo algunos tropiezos financieros tras el choque petrolero de 1973.
Harken Energy Corporation, cuyas acciones pertenecían al saudí Abdulla Bahsh, compró la empresa quebrada de los Bush, pero quien se encargó de la compra fue Bin Mafuz, cuñado de Bin Laden.
El sobrino del difunto rey Fahd, Bandar bin Sultán, embajador de su país en Washington, ha ingresado más veces a la Casa Blanca que cualquier otro líder extranjero, y es el único al que Barbara Bush permitía fumar en su casa.
(V.pág.2-A del periódico El Informador del 2 de agosto de 2005).
Para los entrevistados por el Financial Times, Estados Unidos sigue siendo el mejor país para hacer negocios y es cantera inagotable de cultura popular. "Pero -dice la encuesta- ya el mundo le perdió el respeto y la admiración por su gobierno, su herencia cultural y su gente".
Sergio Muñoz Bata, miembro del consejo editorial de Los Angeles Times
(v.pág.10A del periódico Mural del 4 de agosto de 2005).
Con 20 bajas sufridas en tan sólo dos ataques de los rebeldes esta semana, los últimos días han sido uno de los períodos más letales para las fuerzas estadounidenses en Iraq desde el inicio de la guerra en marzo de 2003.
Pero a pesar de que la oposición armada no parece aminorar, el tema de discusión en Washington es la reducción de tropas, no su aumento.
Las fuerzas armadas y policiales de Iraq ascienden a 180,000 miembros, según Estados Unidos, pero incluso el Pentágono reconoce que no todos son capaces o están dispuestos a luchar contra los insurgentes.
(V.pág.21-A del periódico El Informador del 8 de agosto de 2005).
Irán debe parar su programa nuclear. De lo contrario Turquía, Egipto, Arabia Saudí u otras monarquías del Golfo podrían seguir los pasos iraníes. ¿Quién puede aseverar que no? ¿Quién? Máxime cuando medio islam ya conoce los secretos de la bomba nuclear actual, gracias a la incontinencia verbal y la laxitud de recibir emolumentos de Abdul Qadeer Khan, padre de la bomba atómica pakistaní y asesor principal del presidente de aquel país, Pervez Musharraf.
Irán debe respetar de la A a la Z el Tratado de No Proliferación. Pero, de la misma manera que Irán, también han de aplicar la misma regla otros países, como Israel.
Tal vez el nudo gordiano radique en el temor hebreo de que la escalada nuclear iraní pueda mirarle de reojo. Por eso, hay que cumplir al milímetro el TNP.
No está el mundo para guerras. Para Estados Unidos, mucho menos, porque una contienda contra un país tres veces mayor que Iraq, podría costarle una fortuna irrecuperable. Lo mismo les ocurriría a sus socios europeos a los que, sin duda, arrastraría.
Alberto Peláez
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 9 de agosto de 2005).
Cindy Sheehan, una madre que perdió a su hijo luchando en Bagdad, va camino de convertirse en la nueva pesadilla del presidente estadounidense George W. Bush, bautizada ya como la "nueva cara del movimiento antibélico".
"¿Cuál es la noble causa?", es la pregunta que ha llevado a Sheehan hasta las afueras del rancho de Crawford, Texas, en el que Bush pasa descansando todo el mes de agosto. Y no se moverá de allí hasta que encuentre una respuesta a lo que ella reclama. Sheehan forma parte del medio centenar de padres y madres de soldados muertos en Iraq -ya suman 1,830 desde marzo de 2003-, que a través de la asociación Gold Star Families for Peace se movilizan siempre que pueden para exigir la vuelta a casa de las tropas.
(V.pág.12-A del periódico El Informador del 9 de agosto de 2005).
A fines de los años 70, el padre del presidente Bush ocupó dos cargos diplomáticos relevantes. Primero fue embajador en China y posteriormente el representante estadounidense en la ONU. Bush hijo debería estar escuchando los consejos de su padre en este momento...
Genaro Lozano, profesor del ITAM
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 10 de agosto de 2005).
La Casa Blanca desde el 11/9 considera que usar bombas nucleares, con guerra declarada o sin ella, no constituye ya "el último recurso". The Washington Post reveló a mediados de mayo pasado la existencia de un programa militar que diseña posibles ataques -siempre preventivos, claro- a Irán y Corea del Norte. Su nombre en código es CONPLAN 8022 y consiste en una serie de operativos preparados por el comando estratégico del ejército norteamericano (Startcom), cuyo componente central es el empleo de armas nucleares "pequeñas" para destruir las instalaciones bajo tierra en las que supuestamente Teherán y Pyongyang están tratando de producirlas. La experiencia afgana demostró a Donald Rumsfeld que las bombas tradicionales no bastaban para terminar con los refugios subterráneos de al-Qaeda.
El logro de los objetivos de W.Bush en Irán o en Corea del Norte requeriría al menos la utilización de cinco a diez bombas de esa clase, dado el número de blancos esparcidos en el territorio de dichos países. La magnitud del estallido de cada bomba equivaldría a diez kilotones -unos dos tercios de la potencia de las que cayeron en Hiroshima y Nagasaki-; desatado a pocos metros bajo tierra, destruiría todos los edificios de dos kilómetros a la redonda y obligaría a la inmediata evacuación de quienes habitaran en un área de 100 km cuadrados cuyo epicentro sería la explosión. Esta dañaría además las viviendas, los sembradíos y el ganado en un área de miles de kilómetros cuadrados y, según la dirección y la velocidad del viento, podría imponer la necesidad de evacuar con máxima rapidez a miles de personas más. Y las radiaciones seguirían ahí, contaminando el mundo por los siglos de los siglos, 45 millones de siglos para ser precisos.
Juan Gelman
(v.pág.18 del periódico Público del 14 de agosto de 2005).
"En lugar de promover la democracia, nuestra beligerante invasión de Iraq ha desestabilizado la región y convencido a muchos musulmanes, cuyos corazones y mentes pudieran haberse ganado de otra manera, que la descripción que hacen los terroristas de nosotros es cierta."
Adam Marczyk / Highland Mills, New York
"Las 'emociones democráticas' en el Medio Oriente, si dieran por resultado elecciones libres y justas, probablemente producirían una contundente victoria para los partidos islámicos antiestadounidenses. Krauthammer declara: "Hemos reclutado decenas de millones de musulmanes afganos e iraquíes" para nuestra causa. ¿Por qué, entonces, existe un ruidoso movimiento incluso entre los largamente oprimidos shiitas iraquíes para remover las fuerza de los Estados Unidos y poder continuar con la formación de una república islámica? ¿Por qué, entonces, existe suficiente apoyo para alimentar una insurgencia que no da señales de menguar? ¿Por qué, entonces, casi todas las provincias afganas fuera de Kabul son de hecho gobernadas por líderes tribales y señores de la guerra?"
Philip K.Lentz / Amman, Jordania
"La prensa estadounidense a sido justamente criticada por ser demasiado blanda con la administración Bush y no practicar un verdadero periodismo de investigación."
Patricia Lake / Portland, Oregon
Letters
(Edición internacional de TIME del 15 de agosto de 2005).
La guerra en Iraq la semana pasada reclamó la vida de 29 soldados de Estados Unidos, elevando el total de estadounidenses muertos a 1,829. El consenso entre los comandantes estadounidenses es que las fuerzas de E.U. e Iraq son incapaces de extinguir la insurgencia en el campo de batalla. Ello ha aumentado la presión sobre Condoleezza Rice para que logre un arreglo político que pueda atraer a los insatisfechos sunníes y eventualmente permita a los Estados Unidos arreglar una retirada digna.
Romesh Ratnesar
(v.pág.14 de la edición internacional de TIME del 15 de agosto de 2005).
La frecuencia y virulencia de los diferentes tipos de ataques han menguado y fluido, pero desde el principio del año, el promedio de ataques insurgentes se ha mantenido estable en 60 a 65 diarios. Lo que está sucediendo en Iraq ya no se refiere sólo a cifras crudas. La sofisticación, poder explosivo y letalidad de las bombas que detonan ha aumentado dramáticamente. Funcionarios del Departamento de Defensa de los E.U. creen que el dispositivo explosivo que destruyó el vehículo anfibio de asalto de los marines, de 24 toneladas, consistió de tres minas antitanque apiladas una sobre otra y enterradas en la carretera. Funcionarios de inteligencia dicen, también, que los insurgentes han comenzado a utilizar bombas preformadas, las cuales concentran la explosión para perforar el blindaje, y colocado dispositivos secundarios para estallar cuando arriba al lugar el personal de manejo de explosivos. Los bombarderos insurgentes monitorean y prueban constantemente el rango de los interceptores electrónicos de los estadounidenses para tratar de detonar explosivos fuera de su alcance. Los rebeldes están incrementando la carga de los carros-bomba hasta 500 kg y blindándolos para que los soldados de los retenes no puedan detenerlos con fuego de armas pequeñas. El enemigo es, en palabras de un veterano de Iraq recién regresado, diciplinado, profesional y está en constante evolución.
Según una encuesta Associated Press-Ipsos, la aprobación pública del manejo de la guerra por George W.Bush cayó a 38% la semana pasada, la más baja que haya tenido.
Así como inventaron la justificación para ir a la guerra con Iraq cuando no se encontraron armas de destrucción masiva, funcionarios de la administración han comenzado a sonar más activos respecto a cuándo estará hecho el trabajo. Cuando la insurgencia nació en los meses posteriores a la invasión de marzo de 2003, el presidente prometió que las fuerzas de los E.U. no se retirarían sino hasta que los rebeldes fueran aplastados. Pero los funcionarios estadounidenses creen ahora que no es necesario pacificar cada provincia antes de que las tropas de E.U. se retiren. En los pasados tres meses, el Pentágono ha llegado a la conclusión de que la guerra contra los insurgentes "no es ganable en el corto plazo", declara Seth Jones, un experto en Iraq de la Rand Corp. Funcionarios del Pentágono han estado revisando la historia de otras insurgencias la cual indica que toma nueve años, en promedio, derrotar a los rebeldes.
Esos funcionarios saben que el público estadounidense no aceptará 138,000 soldados de los E.U. en Iraq por un tiempo tan prolongado. Por ello funcionarios de alto nivel del Pentágono están planeando una retirada de 50,000 o más estadounidenses de Iraq a principios del próximo año, y han empezado a preparar publicamente a los estadounidenses y a los iraquíes para ese movimiento. Nadie está seguro aún de que las fuerzas iraquíes serán capaces para entonces de realizar el trabajo. Incluso hablar de una retirada parcial podría tener un efecto de boomerang galvanizando a los insurgentes. Y una retirada total todavía está muy lejana. Muchos militares dicen que correr hacia la salida llevaría al caos en el país, a una guerra civil e incluso a una nueva base para al-Qaeda en la región. Esas preocupaciones fueron revitalizadas la semana pasada, cuando el #2 de al-Qaeda, Ayman al-Zawahiri, advirtió que los Estados Unidos fallarían en Iraq exactamente igual que lo habían hecho en Vietnam. Y ese es un prospecto que para ninguna de las partes, en los E.U. o Iraq, sería aceptable.
Michael Duffy y Douglas Waller
(v.pág.20 de la edición internacional de TIME del 15 de agosto de 2005).
La activista Cindy Sheehan, quien perdió a su hijo en una emboscada en Irak el año pasado, señaló que lo que Bush considera "un gran momento para los que creen en la libertad" es, para muchas de las familias de la asociación Gold Star Families for Peace que agrupa a unas 50 familias de soldados fallecidos en Irak, "un momento sin sentido lleno de mentiras".
(V.contraportada del periódico Público del 21 de agosto de 2005).
"Los medios de comunicación están haciendo el Caso Plame demasiado complicado. Bush tiene la misma posibilidad de despedir a Rove que el muñeco Charlie McCarthy de despedir al ventrílocuo Edgar Bergen."
Edmund C.Valentine / Wabasso, Florida
"Krauthammer alegó que la guerra de Iraq no necesariamente ha incrementado el resentimiento musulmán hacia los Estados Unidos. ¿Realmente cree eso o sólo está siendo provocador? En casi todos los países del mundo, el hombre común siente enojo y resentimiento por la arrogancia y acciones de E.U. en el Medio Oriente. Y todas las naciones se sienten más vulnerables desde que los E.U. emplearon el gran garrote, en vez de utilizar la zanahoria económica, para golpear a Iraq hasta someterlo."
Paul Penfold / Hong Kong
"Miles de millones de dólares se han perdido destruyendo y luego reconstruyendo Iraq. Pudiéramos haber desplegado tropas suficientes en Afganistán para ayudar a su gobierno central a dominar a los señores de la guerra y extender su poder más allá de Kabul. Pero el Talibán está regresando, y Afganistán es nuevamente el líder mundial en la producción de opio. La guerra en Iraq no era necesaria. Saddam Hussein habìa sido controlado y nada tuvo que ver con los terroristas de septiembre 11. La invasión a Iraq fue un trágico disparate."
Victor M.Silva / Hermosa Beach, California
Letters
(Edición internacional de TIME del 22 de agosto de 2005).
Algunos funcionarios estadounidenses están preocupados acerca de un reto potencialmente mayor al orden en Iraq y a los intereses de Estados Unidos allí: la creciente influencia de Irán. Con un gobierno electo dominado por shiitas funcionando en Bagdad y los Estados Unidos preocupados en acabar con la insurgencia dirigida por sunitas, el régimen iraní ha profundizado su huella en el tejido político y social de Iraq, comprando influencia en el nuevo gobierno iraquí, operando redes de recolección de inteligencia y pasando dinero y armas a los grupos militantes shiitas -todo con la intención de formar un estado manejado por shiitas y amistoso con Irán.
"Tenemos que pensar que cualquier cosa que digamos o compartamos con el gobierno iraquí terminará en Teherán", comenta un diplomático occidental.
El aumento de la influencia de Irán -un país con el cual Iraq peleó una guerra de ocho años y cuyo tipo de teocracia rechaza la mayoría de los iraquíes- está exacerbando las tensiones sectarias entre sunitas y shiitas, acercando a Iraq a una guerra civil total.
Un funcionario militar estadounidense de alto nivel en Bagdad dice que los Estados Unidos creen que Irán ha arreglado una asociación entre los militantes shiitas y la milicia libanesa Hizballah y facilitado la importación de armamento sofisticado que está matando e hiriendo a tropas estadounidenses y británicas. "Es verdad que armas claramente, sin ninguna duda, procedentes de Irán han sido encontradas en Iraq", declaró el secretario de Defensa Donald Rumsfeld la semana pasada.
Michael Ware
(v.pág.18 de la edición internacional de TIME del 22 de agosto de 2005).
Jean Arnault, enviado especial de la ONU a Afganistán, advirtió que sofocar la violencia extrema aún es un objetivo distante para millones de afganos, a tres años de que Estados Unidos derrocara al gobierno talibán.
(V.pág.15-A del periódico El Informador del 24 de agosto de 2005).
El gobierno estadounidense cada día más se hunde en los pantanos de Iraq y Afganistán sin poder encontrar una salida honorable y menos atención le presta a su propio hemisferio. Este mes, por ejemplo, dos encuestas de opinión mostraron que finalmente la mayoría de los estadounidenses piensan ya que la guerra en Iraq fue un error. Según la firma encuestadora Yankelovich, los estadounidenses consideran que el reto externo más grave que enfrenta el país es la relación con el mundo islámico, pero no saben qué hacer para resolverlo y hundidos en la perplejidad se angustian. Combinando los resultados de ambas encuestas no sería temerario afirmar que la presión popular obligará a un cambio en la política exterior.
Sergio Muñoz Bata, miembro del consejo editorial de Los Angeles Times
(v.pág.10A del periódico Mural del 25 de agosto de 2005).
Como sucedió durante la guerra de Vietnam, los que exigen que "los muchachos" vuelvan a casa son tildados de traidores y antinorteamericanos por los "halcones-gallina" de Washington que jamás olieron la pólvora en un campo de batalla.
Juan Gelman
(v.pág.18 del periódico Público del 28 de agosto de 2005).
Para Washington es prácticamente un berenjenal, de entre cuyos largos y retorcidos tallos le será muy difícil salir. Si se queda, seguirá alimentand la animadversión de los derrotados y los nacionalistas, a los que ahora se han sumado -no necesariamente mezclado- los islamistas radicales de otros países, que han introducido el factor del terrorismo. Si se va, deja a todas estas fuerzas encontradas a su albedrío, y la población civil a su suerte, una irresponsabilidad que el mundo entero no le perdonará.
Pero además está el flanco estadunidense interno. Aunque muchos norteamericanos siguen convencidos de que toda la aventura iraquí ha sido para su protección y su bien, hay muchos otros que, como Cindy Sheehan, han tenido que abrir dolorosamente los ojos a una realidad llena de engaños y mentiras. Y no sólo quienes han perdido a un familiar en la guerra detentan esta posición. De hecho las encuestas muestran que cada vez son más los que creen que se trata de una guerra perjudicial e inútil.
Según muchos analistas estadunidenses, inclusive en la televisión donde antes el tema era tabú, el balance histórico de la administración Bush dependerá, más que nada, de las cuentas que entregue en ralación con Irak. En el campo político van a la baja y en el terreno de la seguridad, las evidencias demuestran que el terrorismo -su lema de batalla- lejos de disminuir se ha incrementado y dispersado.
Pero probablemente lo que más acabe pesando, como siempre, en el ánimo de los norteamericanos, serán los costos económicos de esta presunta guerra por "la libertad". Según una nota aparecida en Público el martes, los gastos derivados de las ocupaciones de Afganistán e Irak se contarán por billones y se arrastrarán por decenios. Pero más inmediatamente, en parte a causa de ellas, los precios del petróleo se han disparado hasta sesenta dólares por barril y la gasolina ya elevó su precio en Estados Unidos. Las quejas ya empiezan a escucharse.
Lucía Luna Elek
(v.pág.18 del periódico Público del 28 de agosto de 2005).
Es sólo con un reconocimiento público de la insoportable agonía que esta guerra ha causado que los estadounidenses podrán iniciar una seria y largamente pospuesta conversación sobre Iraq, acerca de por qué esta guerra -que a diferencia de Vietnam, no puede ser abandonada sin serias consecuencias- debe seguirse peleando y toda la nación requerirá retomar la lucha. Esta es una falla de liderazgo, quizá la falla que señalará a la presidencia de Bush.
Joe Klein
(v.pág.25 de la edición internacional de TIME del 29 de agosto de 2005).
"Si las tropas de Estados Unidos se retiran, tendremos una guerra civil", dice un exoficial sunita del ejército iraquí quien prefiere no revelar su nombre."Esta durará hasta que una secta elimine a la otra".
A pesar de la brutalidad del régimen de Saddam Hussein, los sunitas y shiitas en Iraq tendían a vivir en relativa armonía.
Tom McGirk
(v.pág.30 de la edición internacional de TIME del 29 de agosto de 2005).
En la cadena de hechos ha quedado demostrado que lo que falla son los criterios humanos y políticos, sobre todo del actual grupo en el poder, más preocupado por sus intereses propios que por los de la nación. Así, desde que George W.Bush asumió el cargo, había informes de extraños jóvenes islámicos que tomaban clases para pilotear aviones, pero no les intersaba aprender a despegar y aterrizar. Nadie les siguió la pista hasta que, sin necesidad de saber efectivamente ambas cosas, estrellaron sendos aviones contra las Torres Gemelas y el Pentágono. Pese a que la mayoría de ellos se reveló como de origen saudí, Washington no llamó a cuentas a su monárquico aliado y, en cambio, arremetió contra Afganistán, presunto protector de Bin Laden.
Luego vendría la novela para justificar la invasión de Irak. Según fuentes de inteligencia nunca reveladas, Sadam Husein estaría vinculado con Al Qaeda, almacenaría armas de destrucción masiva, estaría tratando de comprar uranio en Nigeria y sería un peligro para el mundo. Nada de eso fue cierto y hoy, el ex secretario de Esrado Colin Powell, dice que esas afirmaciones "mancharon" su prestigio. Lo importante para la ciudadanía, empero, es si los servicios de inteligencia de su país están tan desinformados o crean información a modo.
La invasión se llevó a cabo de cualquier manera y, con ella en marcha, la desinformación ha seguido. Los estrategas militares han sido incapaces de desentrañar la resistencia interna iraquí y los políticos, pese a advertencias desde la primera Guerra del Golfo, no previeron la dificultad de integrar a todas las minorías nacionales. La CIA no sabe, o no dice, dónde están Bin Laden y el mulá Omar y, en Afganistán, la insurgencia Talibán ha resurgido. En ambos países, pese a la construcción formal de instituciones, la estabilidad se ve todavía muy lejos, la violencia continúa y los efectivos norteamericanos siguen cayendo. En cuanto al combate "global" del terrorismo, si bien no se ha vuelto a presentar un evento mayor dentro de Estados Unidos, los atentados en Londres, Madrid, Marruecos, Arabia Saudí, Indonesia y miles más, menos publicitados, dan cuenta de que el fenómeno, en vez de aminorar, ha aumentado. Según los expertos, ya ni siquiera se trataría de una red central, sino de una multiplicidad de células esparcidas por todo el mundo que dicen actuar en nombre de la misma causa; a saber, el Islam.
Ahora resulta que no sólo los especialistas, el Ejército y los medios alertaron desde hace años el riesgo en que se encontraba la zona y particularmente Nueva Orléans, sino que apenas un año atrás la hoy cuestionada Agencia Federal de Gestión de Crisis (FEMA) presentó un informe a la Casa Blanca en el que detallaba casi a exactitud lo que hoy ocurre. Tampoco se trató de un suceso repentino, que sólo ofreció escasas horas para reaccionar, sino de un meteoro que se anunció por días y, desde luego, puede suponerse que el coloso tenía la tecnología, las instituciones y los recursos para actuar. No lo hizo o, por lo menos, no como debía. Ahora, como ante cada crisis, el gobierno de George W.Bush está más preocupado por el control de daños [a su imagen] que por el fondo del problema. Otra vez se creará una comisión investigadora, se sancionará a funcionarios menores y se emprenderá una vigorosa campaña de relaciones públicas para recuperar la imagen. Lo demás seguirá igual o recibirá palitivos. ¡Vaya que el imperio está en riesgo!
Lucía Luna Elek
(v.pág.21 del periódico Público del 11 de septiembre de 2005).
Blair no había previsto nada para el día después y olvidó lo que ocurrió en Yugoeslavia tras la muerte del líder comnista Tito, las fuerzas centrífugas que surgen tras la desaparición de un líder.
Mick Jagger, rockero inglés
(v.pág.3 de la sección "¡hey!" del periódico Público del 11 de septiembre de 2005).
"En el caso del Medio Oriente, la idea de que la democracia es una panacea para todos es extremadamente ingenua. La solución para la situación del Medio Oriente se encuentra en resolver el problema palestino. Los llamados terroristas no tienen nada que ver con el Islam y todo que ver con el apoyo estadounidense a Israel."
Syed Hannain Ahmed / Islamabad
"No obstante que Condoleezza Rice y la administración alegan que la insurgencia está siendo controlada, las bajas siguen aumentando diariamente, sin un final visible para el atolladero de Iraq."
Ralph Kress / La Mesa, California
"A Rice parece no importarle el terrible, creciente registro de muertos en Iraq y cree que los Estados Unidos realmente están ganando. Ese tipo de pensamiento me recuerda al cirujano que anuncia. 'La operación fue un éxito, pero el paciente murió'. Supongo que Rice declarará victoria total cuando Iraq se convierta en el cementerio más grande del mundo."
Ronald Rubin / Topanga, California
"Debería exigirse que los jueces se retiren a la edad de 70 años. Esa regla podría extenderse a todos los empleados del gobierno federal -incluyendo a miembros del Congreso y al presidente. Tenemos demasiada gente vieja enviando gente joven a la guerra."
Stanley A.Green / Stockton, California
Letters
(Edición internacional de TIME del 12 de septiembre de 2005).
El veterano compositor Burt Bacharach no duda en atacar a George W.Bush como"el peor presidente" que ha tenido su país. "Si alguna vez hubiera presentado disculpas, o si hubiese mostrado al menos algo de humanidad en sus actos, pero no".
(V.pág.16 de la sección "¡hey!" del periódico Público del 16 de septiembre de 2005).
Rompiendo la tradición bajo la cual los ex presidentes de Estados Unidos guardan silencio sobre su sucesor, Clinton dijo que Bush ha decidido invadir Iraq "virtualmente solo y antes de que los inspecciones de la Organización de las Naciones Unidas fueran completadas, sin una urgencia real, sin pruebas de que allí había armas de destrucción masiva".
La guerra de Iraq desvió la atención contra el terrorismo "y minó el apoyo que habríamos podido tener", dijo Clinton.
(V.pág.21 del periódico El Informador del 19 de septiembre de 2005).
Los mandos estadunidenses estiman en 20,000 el número de insurgentes y ocurre que la oficina contable del gobierno federal informó que las tropas de EU utilizaron ya 1,800 millones de balas de bajo calibre desde que empezó la guerra.
Es decir, han disparado 90,000 por cada insurgente y si mataron a 2,000, como se afirma, cada uno les costó 900,000 municiones. ¿No será que más bien fueron detenidas por los cuerpos de las decenas de miles de civiles iraquíes que pasaron a integrar la categoría de "daños colaterales"?
Juan Gelman
(v.pág.20 del periódico Público del 25 de septiembre de 2005).
"Si no hay suficientes partidarios de la guerra que deseen hacer el sacrificio de enlistarse, entonces el presidente debería encontrar una solución diplomática y salir de Iraq lo antes posible."
Laura Crowley / Scottsdale, Arizona
"La falla básica de Bush es que encabeza la más incompetente administración en la historia de los Estados Unidos, una que comete error tras error sin cambiar de dirección o admitir que se equivocó. Soy un veterano marine de los Estados Unidos. Siento un gran respeto por aquellos que sirven en conflictos legítimos para detener agresiones, defender nuestra nación contra ataques o ayudar a otros cuando la decisión se basa en hechos, no en mentiras deliberadas. Yo estuve contra esta guerra mucho antes de que empezara. Yo nunca entregaré mi patriotismo a esta vergonzosa administración."
Ralph L.Belknap / Antibes, Francia
"Los iraquíes no son estúpidos. Ellos pueden detectar a un gobierno títere tan fácilmente como el resto de nosotros. La opción que se debería explorar es involucrar a otros países -quizá incluso árabes- o a las Naciones Unidas para trata de cerrar la brecha. Eso implicaría cooperación con el resto del mundo, y la administración tendría que dejar de lado cualquier plan de tener a Iraq como un estado cliente rico en petróleo."
Dan Inch / Liverpool, Inglaterra
Letters
(Edición internacional de TIME del 26 de septiembre de 2005).
"No hemos roto la espalda de la insurgencia", dice un funcionario estadounidense de alto rango. "La insurgencia es como un sistema de telefonía celular. Cierras un nodo, y otro en alguna parte se pone en línea para sustituirlo".
Dos y medio años desde la invasión por Estados Unidos, nueve meses después de la elección de un gobierno en Bagdad y semanas antes de que millones de iraquíes voten por una constitución que amenaza con dividir todavía más al país, ésta es la realidad de la emproblemada misión de E.U. En Iraq: una pelea sin fin contra un enemigo aparentemente incansable, animado por la presencia estadounidense, la medida del éxito tan elusiva como los mismos insurgentes. Por meses, la intratabilidad de la lucha y la tendencia de Iraq hacia la guerra civil han ocasionado una gradual pero todavía manejable erosión en el apoyo público para la rígida estrategia de la administración Bush, dependiente del entrenamiento de iraquíes en número suficiente para hacerse cargo de los deberes de combate y permitir a las tropas estadounidenses empezar a retirarse. Importantes funcionarios de Estados Unidos dicen que pudiera tomar una década acabar con la insurgencia, con una exitosa retirada a años de distancia.
La batalla de Tall 'Afar renueva las dudas acerca de si algo parecido a una victoria puede todavía ser obtenido.
Profundas divisiones sectarias y étnicas siguen existiendo entre las tropas iraquíes. No es difícil encontrar comandantes que temen estar entrenando tropas para la guerra civil. "No sé si vamos a poder evitar lo que está por venir", comenta un teniente coronel estadounidense en la línea del frente.
(V.pág.23 de la edición internacional de TIME del 26 de septiembre de 2005).
"Somos buenos para luchar contra ejércitos, pero no sabemos cómo hacer esto", comenta un recién retirado general de cuatro estrellas con experiencia en el Medio Oriente. "No contamos con suficientes analistas de inteligencia trabajando en este problema. La Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA) pone la mayoría de su énfasis y sus activos sobre Irán, Corea del Norte y China. La insurgencia iraquí simplemente no tiene prioridad máxima, y eso es una maldita vergüenza".
Los oficiales de inteligencia recalcan los siguientes puntos:
Tan temprano como junio de 2003, la CIA le dijo a Bush en un resumen que enfrentaba una "clásica insurgencia" en Iraq. Pero la Casa Blanca no confiaba totalmente en la CIA, y en junio 30 Rumsfeld declaró a los reporteros: "Yo supongo que la razón por la que no uso el término guerra de guerrillas es que no existe algo como la guerra de guerrillas o una resitencia organizada". La oposición, alegó, está compuesta de "asaltantes, criminales, remanentes del régimen baathista" y unos cuantos luchadores extranjeros. Dos semanas después del comentario de Rumsfeld, el secretario de Defensa fue públicamente contradicho por el comandante del Centcom, Abizaid, quien dijo que los Estados Unidos en realidad enfrentaban "una campaña de guerrilla clásica" en Iraq.
Expertos en Iraq de la comunidad de inteligencia creen que la constitución propuesta, que crea regiones autónomas para los kurdos y los shiitas en el norte y sur, ricos en petróleo, puede incrementar la posibilidad de una guerra civil abierta. "Muchos de los que hemos seguido este asunto hemos llegado a la conclusión de que los sunníes son los lobos -los verdaderos guerreros- y los religiosos shiitas son las ovejas", comenta un oficial de inteligencia. "Los sunníes tienen el poder para mantener esta violencia indefinidamente".
De hecho, ninguno de los funcionarios de inteligencia que hablaron con TIME o sus superiores organizacionales pudieron proporcionar una ruta hacia la estabilidad en Iraq. Es muy posible que la ocupación de Iraq fuera una propuesta poco inteligente desde el principio, como muchos aliados de Estados Unidos en la región advirtieron antes de la invasión. Sin embargo, a pesar de su abatimiento, todos los oficiales apoyan la continuación -en realidad, el incremento- del esfuerzo bélico. Si los Estados Unidos abandonan, dicen, el caos en el Iraq central pudiera amenazar la estabilidad de todo el Medio Oriente. Y operativos de al-Qaeda como al-Zarqawi pudieran contar con una base de operaciones relativamente segura en el triángulo sunnita. "Nunca hemos tomado esta operación con la seriedad suficiente", declara un alto oficial militar retirado con experiencia en Iraq. "Nunca hemos provisto las tropas suficientes. Nunca hemos provisto el equipo suficiente, o el tipo adecuado de equipo. Nunca hemos trabajado la parte de inteligencia de la guerra de una manera seria, sostenida. Le hemos fallado al pueblo iraquí, y le hemos fallado a nuestras tropas".
Joe Klein
(v.pág.30 de la edición internacional de TIME del 26 de septiembre de 2005).
Walter Jones, representante republicano de los Estados Unidos, no se limitó a votar por la guerra contra Irak en 2002: irritado por la oposición de Francia al conflicto bélico, pidió -y obtuvo- que en el menú de la cafetería del Congreso se cambiara la denominación "papas a la francesa" por "papas de la libertad". "Después de 1,700 muertos, más de 12,000 heridos y 200,000 millones de dólares gastados" -declaró recientemente a la CNN- llegó para él la hora de iniciar la retirada de esas tropas. Presentó un proyecto de resolución que insta a la Casa Blanca a sacarlas de Irak a partir del 1o. de octubre del año que viene. No es muy temprano y quién sabe si la resolución se aprobará, pero sin duda refleja la creciente marea en favor de la paz que se percibe en la potencia del norte y eriza la piel de los "halcones-gallina" de la Casa Blanca.
La multitudinaria manifestación contra la guerra que tuvo lugar en la capital norteamericana el pasado 24 de septiembre -de 100,000 a 200,000 personas, según la fuente del cálculo- pronto convocó a los detractores. El domingo 25 de septiembre se realizó en Washington una contramanifestación a favor de la guerra patrocinada por Rightmarch, una alianza de organizaciones de extrema derecha: esperaba una asistencia de 20,000 personas, no concurrieron más de 400. La mayoría silenciosa se dirige a otro lado.
Juan Gelman
(v.pág.21 del periódico Público del 2 de octubre de 2005).
El diario británico The Independent informó que Stephen Henthorne, un exprofesor y asesor del Pentágono, concluyó que la pobre respuesta al huracán Katrina reflejó las limitaciones existentes en las campañas de E.U. en Afganistán e Iraq.
"Las fallas de planeación y entrenamiento apropiado han plagado los esfuerzos de E.U. en Afganistán, Iraq y ahora han llegado a casa en los Estados Unidos", declaró el reporte confidencial.
El reporte fue solicitado por el Pentágono para contar con una "revisión crítica independiente" de lo que salió mal después de que Katrina tocó tierra en septiembre.
"Lo que este desastre ha demostrado es la falta de planeación coordinada, a fondo, en todos los niveles de gobierno para cualquier tipo de emergencia contingente", agregó el reporte.
"Otro factor mayor en la respuesta atrasada después del huracán fue que el grueso de la Guardia Nacional de Louisiana y Mississippi está desplegada en Iraq", concluyó.
Henthorne es un exprofesor del U.S. Army's War College y fue subdirector de los esfuerzos de rescate en Louisiana.
(Reuters, 3 de octubre de 2005).
En este momento de la historia, los reclamos a EU en las áreas de conflicto son válidos. La guerra y ocupación de Iraq son injustificables aun aceptando que Saddam Hussein era un tirano. Pero el problema de la imagen de EU es mucho más complejo, es decir, está compuesto por elementos, a veces coyunturales, por ejemplo, la guerra en Iraq o el estilo de liderazgo del presidente que aun cuando les resulte atractivo a los estadounidenses, en el resto del mundo suscita rechazo, repulsión o miedo.
Repudio por el uso abusivo de su fuerza y por su obsesión de imponer sus "valores" al resto del mundo.
Lo que EU debe hacer para mejorar su imagen es volver a ganarse la confianza del mundo como lo hizo cuando defendió a la democracia frente a la amenaza nazi. Y utilizar su enorme poderío para convertirse en un juez justo y responsable cuando se le solicite y su sabiduría para apartarse cuando nadie le llama.
Sergio Muñoz Bata, miembro del consejo editorial de Los Angeles Times
(v.pág.13A del periódico Mural del 6 de octubre de 2005).
"Nos enfrentamos a un enemigo feroz y determinado", explicó Steven Johnson, comandante de los marines en el oeste de Iraq, en una rueda de prensa ofrecida ayer en Bagdad.
Añadió que "la mayoría de los que luchan contra nosotros son granjeros, trabajadores y desempleados de la sociedad local".
(V.pág.15-A del periódico El Informador del 8 de octubre de 2005).
Lewis Libby goza de un talento de invención indiscutible. Contribuyó no poco a crear la ficción de las armas de destrucción masiva en Irak y se enojó cuando el embajador Joseph C.Wilson desmanteló la fábula de las presuntas compras iraquíes de uranio a Nigeria. Hoy investigan a Libby por haber imaginado una rara forma de castigar a Wilson: filtró a la prensa el nombre de su esposa [de Wilson], agente encubierta de la CIA. Tampoco corre riesgo alguno de ser juzgado y condenado por esa violación del secreto de espionaje. Se dirá que en EU al menos se investigan esos delitos, sólo que apenas son la punta de un iceberg profundamente hundido en un océano de corrupción. A veces se castiga a algunos funcionarios, pero ¿quién penalizará al gobierno de Bush por la ilegal ocupación de Irak y el escandaloso fraude que urdió para justificarla?
Juan Gelman
(v.pág.22 del periódico Público del 9 de octubre de 2005).
En su afán por revertir el desplome de su popularidad, el presidente George W. Bush se convirtió en el protagonista de un "show" montado para la televisión en la que entrevistó a soldados estadunidenses en Irak, pero con preguntas hechas con libreto y respuestas coreografiadas.
Una decena de soldados estadunidenses con base en Tikrit, Irak, la ciudad natal de Sadam Husein, habló por video con el presidente, quien agradeció sus contribuciones a la "guerra global" contra el terrorismo y les hizo preguntas de la situación en Irak. El evento fue transmitido por cadenas como la CNN y Fox.
Pero la administración Bush ignoraba que poco antes del inicio del evento, las cámaras y micrófonos captaron a una funcionaria del Pentágono que les leyó las preguntas a los soldados y coordinó las respuestas. En un punto, les recomendó respirar profundo para mayor dramatismo. Poco después, cuando el evento se transmitió en vivo, era evidente que preguntas y respuestas se adaptaron al libreto.
A pesar de las evidencias, la Casa Blanca no sólo rechazó admitir que todo fue un show, sino que se mostró indignada. "¿Estás sugiriendo que lo que dicen nuestras tropas no es sincero?", respondió el vocero Scott McClellan a un reportero que lo cuestionó por el montaje. Horas antes la Casa Blanca se había ufanado que no habría libreto.
El número televisivo fue un fiasco. Los noticiarios televisivos se mofaron del espectáculo. Y al presidente Bush se le vio nervioso como entrevistador. El show coincidió con una nueva encuesta del Pew Center que mostró a Bush con aprobación de apenas el 38%, la más baja de su mandato.
(V.pág.35 del periódico Público del 14 de octubre de 2005).
W.Bush exhortó al Congreso a otorgarle plenos poderes para emplear tropas en el caso de que el virus H5N1, de la llamada "gripe del pollo", invada el país. "Si esto sucediera en alguna parte de EU, ¿no habría que poner en cuarentena esa parte del país? -preguntó en su conferencia de prensa del 4 de octubre pasado-. ¿Y cómo hacerlo? Una opción es el uso de las fuerzas armadas... una cuestión importante que el Congreso debe debatir" (San Francisco Chronicle, 5-10-05). Dicho de otra manera, propuso la anulación de la ley Posse Comitatus de 1878 que prohibe a los militares ejercer de policías en territorio estadunidense. Sería esa "una medida draconiana (que) equivale a la ley marcial en EU", señaló el doctor Irwin Redlener, decano asociado de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Columbia (CNN, 6-10-06). El jueves 6, el Senado sumó una partida de mil millones de dólares al presupuesto del Pentágono, no al de los servicios de salud, para enfrentar la amenaza de esa pandemia. Sin debatir la cuestión de fondo, claro.
La idea de un control militar más centralizado de la población civil no es nueva en la cabeza de los "halcones-gallina" y se ha vuelto obsesiva desde los atentados del 11/9. Como otros legisladores que insisten en otorgar a las fuerzas armadas la facultad de arrestar a civiles, el demócrata Joseph R.Biden, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, declaró hace años que la Posse Comitatus "debe ser modificada" (The Washington Times, 22-7-02). Por lo pronto, las tropas enviadas a Nueva Orleans podían tirar a matar a saqueadores y otras molestias que aparecieron en la ciudad devastada. Si es verdad, como repiten los ideólogos straussianos de Washington, que los extremistas islámicos hacen lo que hacen porque "odian nuestras libertades", no tardará en disminuir el terrorismo en todo el mundo.
William M.Arkin, autor de Code Names: Desciphering U.S.Military Plans, Programs and Operations in the 9/11 World, y ex analista de los servicios de espionaje del ejército estadunidense, en un artículo publicado en Los Angeles Times (23-11-03), señalaba que "bajo la bandera de la 'seguridad interior', las comunidades militares y de inteligencia están introduciendo cambios de largo alcance que tornan borrosas las fronteras entre el terrorismo y las crisis de otro tipo y que anulan las barreras erigidas hace mucho contra toda acción y vigilancia militares dentro de EU". Crisis de otro tipo pueden ser las sociales, ¿verdad? Y el complejo militar-industrial, como lo bautizó Eisenhower, afila su tecnología de avanzada para esos fines.
Juan Gelman
(v.pág.20 del periódico Público del 16 de octubre de 2005).
El estado yanqui entró en una espiral conservadora promovida por el sector gobernante que, a su vez, es la columna vertebral del grupo conocido como los Neocons, este famoso grupo de la ultraderecha sajona y mundial cuyo fin es inyectar miedo y justificar el círculo vicioso de la guerra: venta de armas, conservadurismo extremo, enriquecimiento ilícito y demás.
Juan Alberto Vázquez
(v.pág.30 del periódico Público del 16 de octubre de 2005).
Hubo, y hay, el problema para tratar abiertamente con la guerra de Iraq y realizar los ajustes necesarios -más tropas y más presión sobre el corrupto e iranófilo gobierno de Ibrahim al-Jaafari- que pudieran asegurar un mejor resultado.
No hay tres personas en el Pentágono que puedan entender por qué Donald Rumsfeld es todavía secretario de Defensa después de presidir una de las grandes debacles en la historia militar de Estados Unidos: la falla en la preparación contra la insurgencia iraquí.
"Quizá debería llamar a su papá", dijo un senador republicano, refiriéndose a la meticulosa política exterior del viejo Bush, "y preguntarle cómo hacerle".
Joe Klein
(v.pág.36 de la edición internacional de TIME del 17 de octubre de 2005).
El defensor del ex dictador Saddam Hussein, Jalil Dulaimi, criticó al ejército estadounidense por la falta de protección de los implicados en el juicio de Saddam.
"Iraq está bajo protección de las tropas estadounidenses y nosotros los consideramos responsables. La Convención de Ginebra obliga a la fuerza de ocupación a defender a los ciudadanos del país ocupado", declaró Dulaimi al canal árabe de televisión Al Jazira.
(V.pág.13-A del periódico El Informador del 22 de octubre de 2005).
En Estados Unidos se vuelve cada vez difícil encontrar a alguien que apoye la guerra en Iraq, donde el número de bajas militares estadounidenses desde la invasión en marzo de 2003 alcanzó ayer la barrera psicológica de los dos mil muertos.
En un comunicado, el presidente del Partido Demócrata, Howard Dean, acusó al presidente George W. Bush de guardar silencio ante "el trágico umbral franqueado hoy".
En Estados Unidos, más de la mitad (53%) de la población estima que la guerra en Iraq fue "un error", de acuerdo a un sondeo del instituto Harris Interactive publicado ayer por el diario "The Wall Street Journal".
(V.pág.13-A del periódico El Informador del 26 de octubre de 2005).
"Los no-estadounidenses sabían incluso antes de que iniciara la guerra que si las Naciones Unidas no se encargaban de la ocupación postguerra, un desastre era inevitable. Los Estados Unidos son el dinosaurio de los conflictos modernos: todo fuerza bruta con un cerebro del tamaño de un cacahuate, completamente desactualizados en un mundo donde la credibilidad viene primero."
Sam Smith / Oxford, Inglaterra
"La guerra es una parte trágica de la condición humana pero algunas veces es necesaria para combatir males tales como la esclavitod, el facismo y, sí, el terrorismo. La guerra de Iraq, no obstante, no tiene como objetivo un propósito noble. No hubo armas de destrucción masiva, y la democracia existirá en Iraq durante el tiempo que las tropas estadounidenses duren allí. Muchos Saddams están esperando para quedar arriba en Iraq. Fuimos inocentes al pensar que podríamos con facilidad pegar un venero de democracia jeffersoniana en una tierra donde las lealtades tribales vienen de siglos atrás. Desde casi cualquier punto de vista, esta guerra es innecesaria y una trágica equivocación. Aun así retirar nuestras tropas ahora completaría el error que cometimos al decidir invadir y dejaría una nación volátil e inestable para que se las arreglara por sí misma. ¿Qué debemos hacer los estadounidenses? Debemos apoyar a nuestras tropas hasta que alguna clase de confusa conclusión nos permita al menos un retiro parcial."
Ken Reich / San Rafael, California
"Las dificultades estadounidenses en Iraq eran completamente previsibles y demuestran que las fuerzas militares están mal equipadas para el trabajo social y los proyectos políticos. Un ejército es un instrumento romo. Su función es destruir al enemigo. A menos que los Estados Unidos intenten hacer justamente eso, deberíamos mantener a nuestros soldados en casa."
Michael Smith / Cynthiana, Kentucky
"Me opuse a la guerra al principio, pero ahora siento que debemos jugar esta mano hasta un final aceptable."
Steve Corner / Troy, Ohio
"Perdimos la guerra de Iraq hace mucho. George W.Bush no tenía ni idea de en lo que nos estaba metiendo. Ahora todos sabemos que fanfarronear y fingir no basta para ganar un conflicto. ¿Si nosotros no podemos estabilizar a Iraq, cómo podrá hacerlo su harapienta policía?"
Gary Wilson / North East, Maryland
"Dado que los Estados Unidos están perdiendo la guerra, ¿qué podemos hacer? La Casa Blanca asume inocentemente que todos los países son terreno fértil para la democracia. Las capas de la tela tribal que componen Iraq son demasiado complejas para que los líderes occidentales puedan manejarlas. Una vez que las tropas estadounidenses se retiren -lo que eventualmente deberán hacer- la única alternativa a una guerra tribal en Iraq será la entronización de un hombre duro, un sustituto de Saddam Hussein. Con un líder autocrático ya acomodado, en seis meses habría un orden social en Iraq lo suficientemente bueno para proteger los intereses petroleros de Estados Unidos, los cuales son el fondo de la guerra."
Chris Keating / Quebec, Canadá
"La debacle en Iraq era totalmente predecible, dada la historia de la ocupación británica allí en los 1920s y el desastre estadounidense en Vietnam. Es más, es una mala doctrina militar pelear la inevitable guerra de guerrillas sin una operación integrada para ganar 'corazones y mentes'. Lo que digo no es un secreto, muchos de nosotros sabíamos desde un principio que la guerra de Iraq era insana."
J.Stephen Cridland / Ciudad del Cabo, Sudáfrica
"Estoy impresionado de que los estadounidenses no parezcan darse cuenta de la gravedad de la situación en Iraq. ¿Por qué están los Estados Unidos sacrificando sus soldados? El petróleo en Iraq no lo vale. No hay una salida fácil para esta guerra. Los oponentes de los Estados Unidos de todo el mundo cuentan con una oportunidad dorada para retar a los Estados Unidos en Iraq. Entre más pronto termine la guerra, será mejor para el prestigio estadounidense."
Zeeshan Ahmad / Lahore, Pakistán
"El gobierno federal no puede cubrir toda la factura de los proyectos de reconstrucción y relocalización relacionados con la ayuda para desastres. Propongo que todos los fondos federales para la guerra de Iraq sean redirigidos hacia el esfuerzo de recuperación de huracanes. Entonces el dinero requerido para pagar por la guerra vendría de miembros de la administración Bush, el Congreso, ciudadanos privados y corporaciones que apoyaron (y en muchos casos se beneficiaron de) la invasión a Iraq. Pagar por la continuación de la ocupación de Iraq con fondos privados permitiría a los halcones apoyar una causa en la que creen y al mismo tiempo liberar más dinero federal para las víctimas de desastres naturales."
David W.McCreery / Salem, Oregon
Letters
(Edición internacional de TIME del 24 de octubre de 2005).
No hubiéramos invadido a un país que no nos atacó. No hubiéramos tomado dinero de las familias trabajadoras para entregárselo a las familias más ricas. No estaríamos tratando de controlar e intimidar a los medios noticiosos. No estaríamos torturando gente rutinariamente.
Al Gore, exvicepresidente de E.U. y excandidato presidencial comentando a los reporteros que diferencias habría en los E.U. si él hubiera ganado las controvertidas elecciones de 2000
("Verbatim" en la edición internacional de TIME del 24 de octubre de 2005).
Los tratos de al-Tamimi con grupos de yihadistas lo han hecho sospechar acerca de sus metas a largo plazo en Iraq. "He tenido mucha conversaciones con ellos y siempre les pregunto, '¿cuál es su visión?'", comenta. "Ellos nunca dan una respuesta directa". Teme que quieran convertir a Iraq en otro Afganistán, con un gobierno estilo talibán. Incluso para un musulmán reconvertido, ese es un escenario preocupante. Por ello asegura: "un día, cuando los estadounidenses se hayan marchado, necesitaremos pelear otra guerra, contra esos yihadistas. No se van a ir tranquilamente".
Aparisim Ghosh
(v.pág.33 de la edición internacional de TIME del 24 de octubre de 2005).
Más de 26,000 iraquíes han muerto o resultaron heridos desde enero de 2004 hasta septiembre pasado, como resultado de los ataques de insurgentes, según un informe enviado por el Pentágono al Congreso de Estados Unidos.
Desde la invasión han muerto en ese país más de 2,000 soldados estadounidenses y más de 15,000 han resultado heridos.
Según el informe, entre el primero de enero y el 31 de marzo de 2004 hubo más de 25 iraquíes muertos o heridos cada día.
El promedio subió a 30 por día entre el primero de abril y el 28 de junio de 2004, antes de que los estadounidenses transfirieran la autoridad a un gobierno iraquí.
Desde esa fecha y el 26 de noviembre del año pasado subió a 40 el promedio diario de muertos y heridos iraquíes. Y luego el promedio diario volvió a subir a 50 muertos o heridos hasta febrero de 2005.
Después de la elección de una Asamblea Legislativa, el promedio bajó hasta agosto pasado a menos de 50 víctimas por día, y volvió a subir a 60 muertos o heridos desde agosto hasta octubre pasado.
Por su parte, el informe del inspector general para la Reconstrucción de Iraq, Stuart Bowen, entregado este fin de semana al Congreso, sostiene que la falta de planificación ha prevalecido desde la invasión estadounidense y que ha habido "una falta general de coordinación" entre las diferentes agencias del gobierno de Estados Unidos involucradas en la tarea.
"Hace casi dos años, el gobierno de Estados Unidos desarrolló un plan de reconstrucción que especificaba numerosos proyectos que se llevarían a cabo usando el Fondo de Alivio y Reconstrucción de Iraq", escribió Bowen. "El año pasado se redujo el número de proyectos. Y ahora parece que el número real de proyectos realizados será aún más bajo".
(V.pág.33-A del periódico El Informador del 31 de octubre de 2005).
Un alto funcionario francés de seguridad declara que Iraq "ha actuado como un formidable reforzador" para los grupos extremistas.
(V.pág.30 de la edición internacional de TIME del 31 de octubre de 2005).
La semana pasada, el fiscal especial Patrick J. Fitzgerald acusó a I.Lewis "Scooter" Libby, el más cercano consejero del vicepresidente Dick Cheney, de perjurio, de haber hecho declaraciones falsas y de obstrucción a la justicia en el caso de las filtraciones a la prensa del nombre de una agente encubierta de la CIA, casada con un crítico de la administración de Bush.
Si bien Libby es inocente hasta que se le encuentre culpable, las acusaciones en su contra son muy serias y, por lo pronto el co-autor junto con Paul Wolfowitz del manifiesto de los 'neocons' que urgía a Estados Unidos a asumirse como un superpoder único con la misión de democratizar al mundo por la fuerza, ha tenido que renunciar a su poderoso puesto en la oficina de la Vicepresidencia.
Algunos de los periodistas involucrados en el caso han atestiguado que fue Karl Rove, el artífice de los triunfos políticos del presidente y el estratega más poderoso en la Casa Blanca, quien habló con ellos sobre el posible papel de la esposa en la designación del embajador Joseph C.Wilson a Níger que, se suponía, debía corroborar la tesis de la administración de que ese país le había vendido uranio a Saddam Hussein.
La investigación del Gran Jurado también podría involucrar al vicepresidente Dick Cheney. Hoy sabemos que la CIA le informó al presidente sobre la relación entre Plame y Wilson. El vicepresidente podría ser llamado a testificar para que amplíe los detalles de una reunión en junio del 2003, en la oficina de Cheney en la que varios "oficiales" de la Casa Blanca discutieron cómo responder a los alegatos de Wilson en el sentido de que la administración mentía sobre la venta del uranio a Hussein.
El progresivo empantanamiento de la guerra en Iraq donde la lista de soldados muertos y heridos sigue en aumento haciendo que la guerra de Bush se vuelva cada día más impopular, a nadie debería sorprender que quienes buscan proteger el prestigio del presidente empiecen a sugerirle que haga una limpia total en la Casa Blanca al estilo Ronald Reagan después del escándalo del caso Irán-Contra.
Desde mi perspectiva no veo factible que Bush se deshaga voluntariamente del eje mal formado por Rove, Cheney y el secretario de la Defensa, Ronald Rumsfeld, los verdaderos gestores del sectarismo ideológico que inspiraron una política interna y exterior magistralmente encapsulada por el propio presidente cuando en la víspera de la invasión a Iraq dijo: "quien no está conmigo está contra mí".
Las revelaciones de antiguos colaboradores de Bush en el Departamento de Estado, como Lawrence Wilkerson y Robin Raphael; del analista financiero de Medicare Richard S.Foster o del asesor económico Lawrence B.Lindsey nos muestran la poca tolerancia de la administración para aceptar opiniones adversas a los dogmas propuestos por los santones neo-conservadores que detentan el verdadero poder en la Casa Blanca.
Sergio Muñoz Bata, miembro del consejo editorial de Los Angeles Times
(v.pág.11A del periódico Mural del 3 de noviembre de 2005).
El proceso de desinformación en tiempos de una guerra consta de cuatro etapas que son:
Tecnología sofisticada y explosivos para fabricar bombas improvisadas que están matando soldados de la coalición en Irak, aparentemente están entrando sin problemas desde Irán, declaró un importante general británico.
El mayor general de los Marines Reales James Dutton habló desde Basora, al sur de Irak, un día después de que el Pentágono anunciara el incremento de esfuerzos para encontrar formas de defenderse de los dispositivos explosivos improvisados, DEIs, utilizados por los insurgentes, que son la principal causa de las bajas estadounidenses en la guerra.
Dutton aclaró que ignora si el gobierno iraní o su servicio de inteligencia, o quizá algnos otros grupos no especificados, contrabandean explosivos o bombas completas hacia Irak a través de la porosa frontera.
"Simplemente ignoro si ésta es la política oficial iraní", dijo Dutton, quien comanda una división multinacional de 13,000 soldados en el sureste de Irak. "Los DEIs, en particular los de tecnología avanzada... creemos que la tecnología viene del otro lado de la frontera", explicó. "Desgraciadamente, no estamos deteniendo esas armas cuando cruzan la frontera".
"Ustedes no esperarían que yo entrara en grandes detalles acerca de cómo sabemos eso. Pero estamos bastante convencidos de que de allí es de donde esas cosas están llegando", agregó Dutton.
Dutton comentó que los dispositivos en cuestión incluyen los burdos pero efectivos "explosivos con forma de proyectil", los que consisten en cilindros llenos de explosivos con una punta de placa de cobre o acero. La placa penetra el blindaje de los vehículos militares, con un efecto devastador.
El general explicó que las fuerzas de la coalición en su región estaban trabajando junto con el gobierno de Irak y los guardias de seguridad fronterizos para mejorar la vigilancia en el área, e hizo notar que al menos un gran embarque de explosivos había sido localizado por las fuerzas iraquíes en agosto.
Gran Bretaña y los Estados Unidos han acusado a Irán o al grupo libanés Hizbollah, apoyado por Irán, de proveer conocimientos militares a los insurgentes iraquíes responsables de los ataques a las tropas británicas en el sur de Irak.
Irán niega estar involucrado en Irak y asegura que las acusaciones tienen relación con los esfuerzos de Washington y Londres para reportar a Teherán ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en busca de sanciones por su programa nuclear.
El Pentágono ha declarado que más de la mitad de las bajas estadounidenses en Irak se han originado en bombas caseras usualmente detonadas a control remoto o con un temporizador. Informó que 2,035 soldados estadounidenses han muerto y casi 15,500 más han resultado heridos en la guerra iniciada en marzo de 2003.
"No estamos seguros de dónde se lleva a cabo su manufactura", comentó Dutton sobre los dispositivos. "Sabemos de dónde vienen los conocimientos tecnológicos y las piezas. Estamos trabajando para saber dónde son unidas".
(Reuters, 4 de noviembre de 2005).
El vicepresidente Dick Cheney hizo una poco usual solicitud personal a los senadores republicanos para que permitieran excepciones a la CIA de una propuesta de prohibir la tortura de sospechosos de terrorismo en custodia por los Estados Unidos, según participantes de una sesión a puerta cerrada. Cheney aseguró a su audiencia que los Estados Unidos no se involucran en torturas, pero que la administración necesitaba una excepción de cualquier legislación que prohibiera el trato "cruel, inhumano o degradante" en caso de que el presidente decidiera que era necesario para prevenir un ataque terrorista.
El vicepresidente consiguió apoyo de al menos un legislador, el senador Jeff Sessions, de Alabama, mientras que el senador de Arizona John McCain, que fue torturado cuando fue prisionero en la Guerra de Vietnam, se opuso. McCain es el promotor en el Senado de la ordenanza antitortura que ha enfrentado dos veces amenazas de veto por parte de la Casa Blanca.
Organizaciones defensoras de los derechos humanos acusan a los Estados Unidos de entregar detenidos a otros países a sabiendas de que utilizarán la tortura para tratar de extraerles información de inteligencia.
La Casa Blanca que inicialmente trató de acabar con la iniciativa antitortura mientras estaba pendiente en el Senado, cambió de dirección para cabildear por una excepción en casos de "operaciones clandestinas antiterrorismo, referentes a terroistas que no sean ciudadanos de los Estados Unidos". El presidente tendría que aprobar la excepción, y el personal del Departamento de Defensa no podría involucrarse. Además cualquier actividad debería ser consistente con la Constitución, las leyes federales y las obligaciones de los tratados aceptados por Estados Unidos.
Cheney se ha reunido varias veces con McCain, incluyendo una sesión a la que asistió el director de la CIA, Porter Goss, y que se llevó a cabo en una "habitación segura" del Capitolio.
The Associated Press, 4 de noviembre de 2005.
"Mi esposo está en Kandahar proporcionando soporte de inteligencia a las unidades en la línea del frente. El está agradecido de estar en Afganistán en lugar de Irak. Pero al menos parte de la respuesta a la pregunta '¿Por qué no hemos atrapado a Osama bin Laden?' es que tomamos Irak antes de que el trabajo en Afganistán estuviera realmente terminado. Los recursos monetarios y humanos estadounidenses se han estirado quedando demasiado delgados como para que alguna de las tareas pueda terminarse pronto. Por mucho tiempo Afganistán ha sido empujado fuera de los reflectores. Espero que nuestra misión allí pueda volver a ganar la atención que requiere para que podamos tener éxito en ese país en un futuro no muy distante."
Renee Masilon / Darmstadt, Alemania
Letters
(Edición internacional de TIME del 7 de noviembre de 2005).
Un duradero favorito de Libby: el irresistible cuento acerca de cómo el cerebro del 9/11, Mohamed Atta, se había reunido con un agente iraquí de inteligencia en Praga cinco meses antes de los aerosecuestros. Esa invención se mantuvo regresando a los discursos del vicepresidente Dick Cheney mucho después de haber sido desmentido.
Libby era tan buen cuentista que alguien del círculo de Cheney cree que incluso se las arregló para embaucarlo acerca de su capacidad para ser el jefe del staff vicepresidencial.
Michael Duffy
(v.pág.28 de la edición internacional de TIME del 7 de noviembre de 2005).
Pudiera escribirse una biblioteca acerca de la decisión del presidente de lanzar un ataque preventivo contra la inexistente amenaza de las armas químicas, bilógicas y nucleares de Saddam Hussein. Fue una decisión difícil. Es fácil olvidar que casi todos, incluso los franceses, creyeron que las armas existían. Pero no hay ninguna disculpa por la falla de la administración para reconocer el letal caos que probablemente seguiría a la invasión. Hubo un ilusionado desgano en la planeación para una guerrilla insurgente, especialmente por parte del secretario de Defensa Donald Rumsfeld, quien ampliamente subestimó el número de tropas requeridas para la operación -y quien pronunció algunas de las más vergonzosas palabras alguna vez dichas por un funcionario estadounidense mientras la anarquía se afianzaba. "Las cosas pasan", contestó Rumsfeld cuando se le preguntó acerca del pillaje en Bagdad en una conferencia de prensa el 11 de abril de 2003. "... La libertad desordena, y la gente libre es libre para cometer errores y cometer crímenes y hacer cosas malas".
Pero peor, mucho peor, fue la tendencia de la Casa Blanca -particularmente del aparato de propaganda de Karl Rove- de ver la guerra como parte de una campaña política permanente, como una oportunidad política primero y después, cuando las noticias se volvieron malas, como solamente otro tema a ser masajeado. Hay algo bastante obceno en la existencia del Grupo Iraq de la Casa Blanca (WHIG por sus siglas en inglés). Su trabajo no tenía nada que ver con la situación militar o política en Iraq; fue creado para mercadear la guerra y ensuciar a los opositores al presidente. Rove y Libby estaban en el núcleo de este grupo. Su decisión de pedir al Congreso una resolución de guerra en septiembre de 2002, dos meses antes de las elecciones congresionales, aparentó un obvio complot mercadotécnico. Rove le dijo a los republicanos que ellos podrían "ir al país con este tema", que esto reforzaría la imagen del partido como fuerte en cuanto a defensa. La decisión simultánea de llevar la situación de Iraq a las Naciones Unidas también fue un complot de campaña -las encuestas mostraban que la mayoría de los votantes favorecían este camino- y una quimera. Tanto Cheney como Rumsfeld se opusieron a la medida, y Rumsfeld la ignoró casi totalmente: él siguió adelante a toda velocidad, desplegando tropas para una invasión a finales del invierno.
La precipitación hacia la guerra fue seguida por una precipitación hacia la paz, dictada por las necesidades de relaciones públicas y las ideas ilusas. La declaración del presidente de que las "operaciones mayores de combate" estaban terminadas el 1o.de mayo de 2003, después de copilotear un avión hasta la cubierta del U.S.S. Abraham Lincoln y emerger en un garboso traje de piloto, parece casi ridícula retrospectivamente. Y lo anterior fue acompañado por la totalmente irresponsable decisión del comandante general Tommy Franks de abandonar el teatro de batalla, llevándose con él a todo el staff del cuartel general -incluyendo a cientos de oficiales de inteligencia.
Así llegamos a junio de 2003, el mes en que Scooter Libby empezó a preocuparse por el embajador Joseph Wilson y su esposa, la agente de la CIA Valerie Plame. La revista TIME utilizó por primera vez la palabra confusión para describir la situación en Iraq en un encabezado del 9 de junio de 2003. En el mismo ejemplar, TIME se preguntó acerca de lo que había sucedido con las "Armas de Desaparición Masiva". Casi al mismo tiempo, al presidente se le informó, en un resumen clasificado de la CIA, que la coalición dirigida por los E.U. enfrentaba una completamente desarrollada guerrilla insurgente en Iraq. Rumsfeld tontamente continuó negando este hecho durante un mes más.
En resumen, junio de 2003 fue el mes en que las molestas realidades de la aventura en Iraq por primera vez se vieron claras en la Casa Blanca de Bush. Fue también el mes en que la administración comenzó a actuar como si la guerra en Iraq fuera, primero, un problema de relaciones públicas y, segundo, un problema militar. El fiasco de las Armas de Destrucción Masiva claramente tomó precedencia sobre el combate a la insurgencia. La Casa Blanca creó el Grupo de Supervisión de Iraq, enviando al exinspector de armas David Kay y a 1,200 oficiales de inteligencia a buscar las inexistentes armas, una acción que enfureció a los generales John Abizaid y Ricardo Sanchez, quienes creían que la máxima prioridad debería ser buscar como combatir al enemigo que fuera. La fanfarrona invitación de Bush a los insurgentes de que "vengan acá" pocas semanas más tarde fue otra indicación de que el comandante en jefe no tenía absolutamente idea acerca de qué se trata el combate real.
La negativa a reonocer la seriedad de la insurgencia, la obsesión con las Armas de Destrucción Masiva, fueron actos políticos, complots de campaña. Lo mismo la aparente fijación de Libby con el embajador Wilson, quien estaba poniendo en duda las declaraciones de la administración sobre un programa nuclear iraquí. Los más importantes supuestos para la guerra -que la invasión procedería fácilmente y que el "cañón humeante podría parecerse a una nube con forma de hongo"- se estaban desintegrando. La elección presidencial de 2004 se estaba asomando. Parece como una indicación adecuada de la desesperación del WHIG del Ala Oeste el que Libby intentara siquiera el oblicuo argumento de que Wilson no era de confiar debido a que su esposa, analista de la CIA, lo había enviado a investigar si Níger había vendido uranio a Iraq. Pero existe una todavía mejor indicación de cómo la Casa Blanca trató por reflejo a las noticias desagradables: destruyendo al mensajero. La semana pasada hubo más de lo mismo, de acuerdo a un prominente republicano, quien me comentó que la Casa Blanca había enviado puntos de conversación acerca de cómo atacar a Brent Scowcroft después de que el consejero de Seguridad Nacional de Bush el Viejo hizo pública su oposición a la guerra en la revista New Yorker. "Estaba tan enojado que destruí el madito correo electrónico antes de leerlo", comentó el republicano. "Pero eso es todo lo que le queda a esta Casa Blanca: las políticas de destrucción personal".
Las prevaricaciones de Libby ante el gran jurado parecen bastante sustanciales. Pero las verdaderas felonías de la administración Bush no son criminales. Son políticas. Ellas implican invenciones, descrédito y mala fe gubernamental -el sórdido equipo de herramienta de la campaña política permanente.
Joe Klein
(v.pág.33 de la edición internacional de TIME del 7 de noviembre de 2005).
57% de los estadounidenses no piensan que la administración Bush tenga altos estándares éticos y el mismo porcentaje dice que el presidente Bush no es honesto.
82% describen a Bush como "terco". Esa terquedad le ha sido útil a veces, pero ahora se le pide que sacuda su staff y cambie la dirección de las políticas de la Casa Blanca.
La aprobación por su trabajo es la más baja de toda su administración: 37%.
Sólo el 42% aprueban su manejo de la política exterior y el terrorismo, su calificación más baja en un área que ha sido su punto más fuerte.
The Associated Press, 11 de noviembre de 2005.
Un sondeo de Newsweek reveló ayer que 42% de los estadounidenses consultados afirman creer en la frase "es honesto y ético" referida a Bush, mientras sólo 29% dijo lo mismo de Cheney.
52% de los encuestados creen que Cheney participó en el encubrimiento de la investigación sobre la filtración a la prensa de la identidad de la agente secreta de la CIA, Valerie Plame.
Respecto al manejo de la administración Bush del caso Plame, 54% afirma que actuó sin ética, mientras 45% asegura creer que alguien dentro del gobierno quebrantó la ley.
(V.pág.27 del periódico Público del 13 de noviembre de 2005).
El libro que acaba de publicar el ex embajador británico en Washington, Christopher Meyer, donde critica y ridiculiza al jefe de Gobierno, Tony Blair y sus ministros, conmociona a la clase política del Reino Unido, acostumbrada a confiar en sus consejeros.
En "DC Confidential", Meyer afirma principalmente que el año anterior a la guerra en Iraq, el primer ministro y su entorno, demasiado fascinados por la administración norteamericana, no intentaron negociar el tipo de participación británica en el conflicto.
"Nosotros puede que fuéramos el asociado menor en la empresa", explica, "pero nuestra carta en la manga era que Estados Unidos no quería ir solo".
Sir Christopher considera, en particular, que si Blair se hubiera atrevido a poner condiciones a Washington, hubiera conseguido un plazo de unos meses antes de iniciar las hostilidades, lo cual hubiera permitido obtener de paso el apoyo de Francia y Rusia.
(V.pág.28-A del periódico El Informador del 14 de noviembre de 2005).
A dos años y medio de la invasión de Iraq, las expectativas estadounidenses para el Medio Oriente están lejos de cumplirse, ya que el avance democrático en Iraq y Afganistán no se ha traducido en un "contagio democrático" en la zona, ni en la firma de un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos, ni en un Medio Oriente libre más seguro y libre del terrorismo, como los atentados en Jordania demuestran.
Contrario a lo que Bush afirma, la democracia no previene ni detiene el terrorismo. Esta es la tesis de F.Gregory Gause III, politólogo de la Universidad de Vermont, quien publicó un artículo en la revista "Foreign Affairs" en el que contradice la idea de que la democracia en Iraq y Afganistán paralizará a la organización Al Qaeda y creará un mundo más seguro.
Gause III demuestra cómo, desde los años 70, la mayoría de los atentados terroristas en el mundo han ocurrido con mayor frecuencia en países libres y democráticos, como la India, España o Inglaterra.
Los cambios de régimen en Iraq y Afganistán llevaron las urnas a esos países en el corto plazo. Sin embargo, en el largo plazo, si se logra terminar con la insurgencia iraquí y con la red Al Qaeda, la democracia en el Medio Oriente tendrá su prueba de fuego. Deberá enfrentar los problemas diarios de sus ciudadanos. Si la democracia en esa parte del mundo no logra combatir los problemas diarios de palestinos, iraquíes, afganos, etc., no resultaría extraño que una peligrosa mezcla de un Fidel Castro con Hugo Chávez en su versión árabe-islamista-antiyanqui lograse un apoyo tal de los ciudadanos que conquistara el poder en las urnas, volviéndose en la peor pesadilla de los estadounidenses. En otras palabras, a largo plazo una bomba de tiempo para la democracia podría estarse gestando en la promoción democrática en el Medio Oriente...
Genaro Lozano
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 16 de noviembre de 2005).
El 54% considera que enviar tropas a Iraq fue un error; en 1970, un 56% pensó que había sido un error enviarlas a Vietnam (USA Today).
Juan Gelman
(v.pág.20 del periódico Público del 20 de noviembre de 2005).
Funcionarios jordanos de seguridad comentaron a TIME que los ataques de Amman muestran que la organización de al-Zarqawi sólo se ha estado volviendo más fuerte mientras la guerra en Iraq continúa. Los funcionarios estiman que 80% de la fuerza de al-Zarqawi en Iraq está conformada por iraquíes, incluyendo muchos exmiembros de la elite de Saddam Hussein, la Guardia Republicana, algunos de los cuales se unieron a los islamistas y se quedaron desempleados después de la caída del régimen de Saddam.
Bill Powell
(v.pág.37 de la edición internacional de TIME del 21 de noviembre de 2005).
El presidente estadounidense George W.Bush fue informado 10 días después de los ataques de septiembre 11 de 2001 que la inteligencia de Estados Unidos no tenía prueba de relaciones entre Iraq y esa acción terrorista, reportó The National Journal.
Citando documentos gubernamentales así como funcionarios pasados y presentes de la administración Bush, la revista dice que el presidente fue informado en septiembre 21 de 2001 que la evidencia de cooperación entre Iraq y la red terrorista Al-Qaeda era insuficiente.
También se le informó que existía alguna información creíble acerca de contactos entre Saddam Hussein y Al-Qaeda que mostraban que el dictador iraquí había tratado de establecer una supervisión sobre el grupo, según el reporte. Saddam Hussein creía que la red radical islámica representaba una amenaza para su régimen secular.
Muy poca evidencia ha aparecido en los pasados 4 años que pudiera contradecir la conclusión de la CIA acerca de la falta de una relación colaborativa entre Al-Qaeda e Iraq, según cita el Journal lo dicho por un funcioanrio gubernamental de alto nivel.
La revista piensa que la evidencia genera todavía más preguntas acerca del uso de inteligencia por la administración en su carrera hacia la guerra en Iraq
(V.Agence France-Presse del 23 de noviembre de 2005).
Con lágrimas en los ojos, John P.Murtha, el representante por Pennsylvania que hace más de tres décadas defiende tenazmente a las fuerzas armadas estadounidenses en la Cámara de Representantes, llamó a la retirada en Iraq.
Veterano de la guerra de Corea, reservista en los "marines" y combatiente en Vietnam, Murtha permaneció en la reserva militar hasta 1990, y en el transcurso de su carrera militar recibió dos "Corazones Púrpura" y una "Estrella de Bronce," por su valor y heroísmo en combate.
Electo a la Cámara Baja en 1974, Murtha ha apoyado con firmeza todas y cada una de las aventuras militares de este país.
A sus 73 años, Murtha es el congresista demócrata con mayor credibilidad en cuestiones de seguridad.
Más allá de sus impecables credenciales militares y de su inmenso poder político dada su posición en el Comité de Apropiaciones, Murtha es un hombre emocionalmente identificado con los soldados y cuando este hombre, reconocido por su reticencia a los reflectores y a las cámaras se arma de valor para romper el impasse del debate sobre la guerra declarando: "Nuestras fuerzas armadas han hecho todo lo que se les ha pedido. Militarmente, Estados Unidos ya no puede hacer más en Iraq. Ya es hora de traer a casa a nuestras tropas," su mensaje produce profundas reverberaciones.
La primera reacción de la Casa Blanca fue de una torpeza inaudita al pretender comparar a Murtha con Michael Moore, un cineasta y escritor que se ha convertido en uno de los críticos más acérrimos de la administración del presidente Bush.
La reacción de una inexperta congresista republicana fue todavía más infame al plantear en el pleno de la Cámara que Murtha, el héroe de tantas guerras, era un cobarde. Aseveración que obligó al presidente Bush, al secretario de defensa Donald Rumsfeld y al vicepresidente Dick Cheney a desautorizarla y a defender el récord del agraviado.
Una vez enmendados los errores iniciales, los voceros de la administración han desarrollado una sofisticada estrategia de lo que se conoce como "control de daños", justificando la guerra y lanzándose duro contra los críticos de la administración.
De esta nueva etapa de contraataque se destaca el elocuente mensaje del vicepresidente Dick Cheney este lunes ante un auditorio estrictamente conservador e influyente.
El argumento de Cheney es que: "una retirada precipitada de Irak le daría la victoria a los terroristas; sería una invitación para que se desatara más violencia contra naciones libres y propiciaría un golpe terrible a la seguridad de Estados Unidos".
En la parte más desafortunada de su discurso, Cheney acusó de deshonestidad a quienes sostienen que el presidente ordenó la manipulación de los datos de inteligencia previos a la guerra.
Qué lamentable que quienes mintieron sobre la capacidad bélica del enemigo y quienes inventaron vínculos entre Saddam Hussein y los autores de los actos terroristas del 11 de septiembre, hoy se atrevan a levantar la bandera de la honestidad.
Murtha y un creciente número de estadounidenses están convencidos de que no ha habido progreso en la lucha contra la insurgencia iraquí. Y las declaraciones de mandos militares parecen confirmarlo.
En una reciente comparecencia ante los legisladores, el general George W.Casey pidió la reducción de tropas estadounidenses en Iraq argumentando que su "presencia en Iraq incentivaba la insurgencia dada la percepción de que se trataba de una ocupación americana".
Posición que la Casa Blanca también desautoriza aduciendo que la única manera de derrotar a la insurgencia es sosteniendo las tropas en Iraq por un tiempo indefinido. Y luego se atreven a decir que la situación en Iraq no se ha empantanado.
Sergio Muñoz Bata, miembro del consejo editorial de Los Angeles Times
(v.pág.15 del periódico Mural del 24 de noviembre de 2005).
Un diplomático estadunidense de alto rango declaró ayer que el primer ministro británico, Tony Blair, fue engañado por Estados Unidos en el marco del conflicto de Irak. Los oficiales de la Casa Blanca llevaron un "doble juego" con sus aliados británicos, dijo Joseph Wilson a BBC Radio 4.
Wilson, político demócrata, trabajó como diplomático en la preparación de la guerra de Irak y saltó a los titulares de prensa por su crítica a la manera de actuar de la administración estadunidense.
Su mujer, Valerie Plame, fue descubierta como agente de la CIA. Un proceso judicial investiga actualmente en Washington si se trató de un acto de venganza de la Casa Blanca contra Wilson.
Los británicos se esforzaron en los meses previos a la decisión de ir a la guerra por un desarme de Irak, dijo Wilson. "Cuando Blair llegó a Estados Unidos, Bush hablaba aún de un cambio de régimen. Y cuando Blair se fue, Bush comenzó a hablar de un desarme de Irak", indicó el diplomático.
Bajo la influencia de los británicos, Bush fue entonces a las Naciones Unidas, pero en realidad, los círculos neoconservadores de la Casa Blanca defendieron siempre la estrategia de un cambio de régimen.
"Creo que Blair pensó realmente que estaba metido en una campaña de desarme, lo que habría sido bueno", dijo Wilson. "Creo que al final fue engañado por los defensores de un cambio de régimen en Washington".
(V.periódico Milenio del 25 de noviembre de 2005).
El halcón-gallina Paul Wolfowitz supo elogiar el "maravilloso" apoyo que el legislador John P.Murtha, en su libro From Vietnam to 9/11 (Pennsylvania State University Press, 2003), prestó para que se aprobaran año tras año los astronómicos presupuestos de guerra del país. Ahora Murtha advierte que "la guerra en Irak no se desarrolla como se anunció", que se trata de "una política en quiebra envuelta en ilusiones" y que "es hora de cambiar el rumbo" porque "el futuro de EU está en peligro" (www.house.gov, 17-11-05).
La mayoría de los estadunidenses condena la guerra y piensa que W.Bush es un mentiroso. En 2006 hay elecciones y en las de este año los republicanos perdieron dos estados que gobernaban desde hace largo tiempo. Tal vez esto explique que el mandatario llevado a la Casa Blanca por fraude electoral diga ahora que no es "antipatriótico" ni "reprensible" criticar la guerra y que Murtha "es un buen hombre que sirvió al país con honor y distinción" (www.bloomberg.com, 20-11-05). W.no quiere retirar las tropas, pero al menos ha retirado los improperios -"traidores", "aislacionistas", "derrotistas", etc.- que suele propinar a quienes disienten de su política.
A las cinco horas de que un avión se estrellara contra los muros del Pentágono, Rumsfeld pidió a sus asesores que prepararan un plan de ataque contra Iraq (CBS News, 4-9-02). "Golpear a SH (Saddam Hussein) al mismo tiempo que a OBL (Osama bin Laden). Barrer con todo, cosas relacionadas y no", fueron las instrucciones de Rumsfeld. Richard Clarke, zar del antiterrorismo de los gobiernos Clinton y Bush hijo hasta que renunció en el 2003, relata en su libro Against all Enemies (Free Press, 2004) que en las deliberaciones de la Casa Blanca sobre la respuesta más adecuada a los atentados del 11/9 "Rumsfeld decía que era preciso bombardear a Irak". Clarke confiesa que al principio creyó que el jefe del Pentágono bromeaba. Pero no: discurso tras discurso insistía en que la diplomacia y las sanciones no eran suficientes para acabar con Hussein y que todas las opciones pacíficas se habían agotado. Hete aquí que el mismo Rumsfeld declara a la cadena ABC un domingo atrás que nunca "había abogado por invadir Irak" y que "no le habían consultado" si había que hacerlo, aunque era entonces, y es, el ministro encargado de las fuerzas armadas de EU.
El ex presidente Bill Clinton, que apoyó sin reparos la invasión y ocupación de Iraq, acaba de aseverar en Dubai que eso "fue un gran error" (The Jerusalem Post, 16-11-05). Lástima que no se diera cuenta antes. El mes pasado, Zbigniew Brzezinski calificaba de "suicida" la política exterior de EU y de "liderazgo catastrófico" el de W.(Los Angeles Times, 9-10-05). En su libro The Grand Chessboard . American Primacy and Strategic Imperatives (Basic Books, 1997), el ex asesor en materia de seguridad nacional de Jimmy Carter, Ronald Reagan y Bush padre afirmaba que EU debía dominar Eurasia para asegurarse el abastecimiento de gas natural y petróleo de Asia Central y la cuenca del Mar Caspio. La resistencia iraquí está agrietando los muros de ese sueño imperial. Es sorprendente el don de corregir "imperativos estratégicos" que caracteriza a la realidad.
En marzo de 2003, poco antes de la invasión, centenares de veteranos retirados -desde vicealmirantes, generales y coroneles hasta sargentos y soldados- pidieron una entrevista con Bush hijo para discutir si era verdaderamente necesaria "una guerra en este momento" (www.veteransforcommonsense.org). W.no aceptó la reunión. Un estudio encuesta reciente del Pew Research Center de Washington muestra que casi la mitad de los jefes militares interrogados cuestiona el acierto de esta guerra y su utilidad para combatir al terrorismo (people-press.org/files, 17-11-05). El general (r) William Ododn, quien fuera director del Organismo de Seguridad Nacional en el gobierno Reagan, subrayó que se impone "desenmascarar el absurdo empeño" de la Casa Blanca en seguir ocupando Irak (www.niemanwatchdog.org, 3-8-05).
Juan Gelman
(v.pág.20 del periódico Público del 27 de noviembre de 2005).
Me gustan los tipos que consiguierno cinco diferimientos [durante la Guerra de Vietnam] y nunca estuvieron allí y mandan gente a la guerra y no les gusta entonces escuchar sugerencias acerca de lo que necesita hacerse.
John Murtha, refiriéndose a la falta de servicio de Cheney en Vietnam
("Verbatim" en la edición internacional de TIME del 28 de noviembre de 2005).
En su discurso del viernes 25 de noviembre, el vicepresidente de EU Dick Cheney propinó severos calificativos a quienes critican al gobierno estadunidense por la guera en Irak: los llamó "corruptos y desvergonzados". Si un reciente sondeo de Newsweek no miente, el 52% de los encuestados considera que Dick manipuló deliberadamente los datos de inteligencia que condujeron al conflicto. Si Cheney no miente, es altísima la cantidad de norteamericanos corruptos y devergonzados. Tampoco tuvo empacho en afirmar que el Congreso que dio luz verde a la guerra disponía de la misma información que él y demás "halcones-gallina" de la Casa Blanca, es decir, que Saddam Husein tenía un arsenal de armas de destrucción masiva y era socio de Al Qaeda. El ex senador demócrata Bob Graham precisó que los documentos desclasificados que llegaron a manos de los legisladores eran incompletos y entre otras cosas omitían "la opiniones (contra la guerra) contenidas en la versión clasificada" (The Washington Post, 27-11-05). Es hace tiempo notorio que Cheney tiene flojera para decir la verdad.
Cabe sin embargo reconocer que no en todo es flojo el vicepresidente, en especial para hacerse millonario con el negocio de la guerra. Se estima que su fortuna personal oscila entre los 30 y los 100 millones de dólares, producto de un activismo sin pausa tanto a un lado como al otro de la mesa militar.
Fue jefe del Pentágono con Bush padre desde mayo de 1989 hasta enero de 1993 y en esa calidad solicitó un estudio a la empresa Brown & Root Services (hoy Kellog, Brown & Root), una subsidiaria de la gigante empresa petrolera y constructora Halliburton. El informe recomendaba que el gobierno contratara con el sector privado los programas de apoyo logístico a las operaciones militares de EU en todo el mundo. Cheney le hizo caso durante la invasión a Panamá y la primera guerra del Golfo y dos años después de dejar su cargo en el gobierno se convirtió en presidente y director ejecutivo justamente de Halliburton. Se desempeñó como tal hasta que fue electo en el 2000 y en los cinco años que estuvo al frente de la empresa recibió 44 millones de dólares en concepto de salarios, bonos y afines. No habrá trabajado mal. Por ejemplo: Halliburton tiene 58 compañías subsidiarias en paraísos fiscales del Caribe y Cheney logró que los 302 millones de dólares por impuestos que la central pagó en 1988 se redujeran a cero en 1989. El vicepresidente de EU sigue recibiendo de la empresa "sueldos diferidos": 205,298 dólares en 2001; 162,392 en 2002; 178,437 en 2003; 194,852 en 2004 (www.globalresearch.ca).
Sin duda que los merece. Antes de la guerra de Irak, Halliburton figuraba en el 19o. lugar en la lista de corporaciones del sector privado que venden productos y servicios a las fuerzas armadas estadunidenses y subió abruptamente al primero en 2003, año en el que obtuvo contratos por 4,200 millones de dólares. El senador demócrata Frank Lautenberg señaló recientemente que la Casa Blanca ya otorgó al monopolio amado por Dick contratos por valor de 10,000 millones de dólares en Irak, muchos de ellos sin licitación alguna, y los primeros para la reconstrucción de Nueva Orleans devastada por Katrina. Los auditores de la Dirección de Investigaciones del Congreso detectaron sobreprecios en productos y servicios que proporciona Halliburton a las tropas norteamericanas en Irak mediante intermediarios. Cheney insiste en que ha roto toda vinculación con el consorcio desde que entró en la Casa Blanca. Otra recaída en la flojera para decir la verdad.
Juan Gelman
(v.pág.18 del periódico Público del 4 de diciembre de 2005).
Ex líderes de la Comisión Investigadora de los ataques del 11 de septiembre criticaron ayer, domingo, al presidente George W.Bush y al Congreso, por descuidar la seguridad nacional, y advirtieron sobre posibles nuevos atentados en el país.
El ex presidente de la Comisión, Tomas Kean, y el ex vicepresidente Lee Hamilton coincidieron en que la guerra en Iraq y en Afganistán desplazaron a un segundo plano el debate sobre un nuevo ataque al país.
"No es una prioridad para el gobierno ahora. No se aprecia al Congreso o al presidente hablando de la seguridad pública, como debería ser", señaló Kean en el programa Meet The Press, de la cadena NBC.
Hamilton, ex legislador del Partido Demócrata, coincidió con Kean en la falta de prioridad que Estados Unidos asigna al tema de la seguridad nacional cuatro años después de los ataques.
"Falta un sentido de urgencia. Existe una competencia de prioridades. Tenemos tres guerras en marcha: una en Afganistán, otra en Iraq y la guerra contra el terrorismo. Y es muy difícil mantener el foco de la gente en una situación como ésta", señaló.
(V.pág.28-A del periódico El Informador del 5 de diciembre de 2005).
"Lo que ha sucedido es que todos los horribles movimientos que Bush hizo durante su primer periodo -invadir Iraq, colocar compinches en los altos puestos, insistir en la secrecía, manipular a los medios, respaldar un defectuoso plan de enrgía basado en el petróleo e impulsar una irresponsable política fiscal- son perfectamente evidentes para todos. Bush preparó su cama durante sus primeros cuatro años, y ahora tiene que acostarse en ella."
Bob Kropfli / Golden, Colorado
"La acusación contra el ayudante del vicepresidente Cheney, Scooter Libby, por perjurio y obstrucción de la justicia, fue la primera grieta en la muralla protectora de mentiras y engaño que ha permitido a la administración arrastrarnos a una insensata y totalmente injustificada guerra en Iraq. Ahora que la muralla ha sido rota en un lugar, la verdad comenzará a pasar a través de ella. En una democracia, los ciudadanos son culpables de los pecados de sus líderes porque los votantes los eligieron. No podemos pretender que somos inocentes. Los eligimos y somos tan culpables como ellos. Pero ahora tenemos la oportunidad de empezar de nuevo echando fuera a aquellos que tan mal utilizaron el poder que les dimos."
Rev. Bill McGuinnis / Alexandria, Virginia
"El pueblo estadounidense está harto de la continua indiferencia hacia la verdad y de la falta de apertura al público de la administración Bush. Es obvio que los más allegados al presidente fallaron en el cumplimiento de la promesa de regresar la honestidad y la integridad a la Casa Blanca. La acusación de Libby muestra el arrogante e implacable comportamiento de la gente que el presidente valora como servidores públicos leales. Habrá poca diferencia si Libby es encontrado culpable. El es la muestra de una cultura de engaño."
William McCallan / Temple City, California
Letters
(Edición internacional de TIME del 5 de diciembre de 2005).
En privado oficiales dentro del Pentágono previenen que los niveles de tropas podrían icnluso incrementarse si las fuerzas iraquíes de seguridad no se forman como se espera, si los insurgentes se vuelven más fieros o -la mayor preocupación- si la lucha civil evoluciona en una guerra civil en forma. De hecho, un alto oficial de Pentágono declaró a TIME que el secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, solicitó a sus planeadores la semana pasada que se aseguraran de tener una opción de contingencia si las cosas se ponían muy mal en Iraq el próximo año.
En agosto pasado, el jefe del staff del Ejército de Estados Unidos, Peter Schoomaker, declaró que tantos como 100,000 soldados del Ejército pudieran permanecer en Iraq durante cuatro años. La CIA se ha mostrado pesimista acerca de la posibilidad de que la paz se inicie cuando las tropas salgan. Aliados regionales creen que una retirada de la coalición le sacaría el vapor a la insurgencia, pero podría ser ya demasiado tarde para evitar el desmembramiento de Iraq. Algunos funcionarios sauditas no creen que la situación pueda salvarse, dice Nawaf Obaid, director del Saudi National Security Assessment Project, el cual ha preparado un estudio clasificado sobre Iraq para el gobierno de Riyadh. "Tanto como los estadounidenses están tratando de ponerle una cara positiva a esto", declara Obaid, "es altamente improbable que Iraq emerja como un estado unificado".
Aunque los E.U. están progresando en el entrenamiento de unidades iraquíes para que luchen por sí solas, hay una evidencia creciente de que muchos soldados iraquíes son más leales a facciones étnicas o religiosas que al gobierno central. Arabes sunitas están preocupados de que el nuevo ejército iraquí y las fuerzas de seguridad del Ministerio del Interior estén infiltrados por partisanos de las milicas shiitas y kurdas que apuntan a los sunitas como represalia -un temor que ganó credibilidad con el descubrimiento de 173 detenidos, en su mayoría sunitas, en un edificio del Ministerio del Interior que se encontraban mal alimentados y en algunos casos mostraban señales de torturas. "Si las fuerzas iraquíes de seguridad que los estadounidenses dejen son identificadas como antisunitas, estaremos remplazando una ocupación por otra", declara Jeffrey White, un analista de defensa del Washington Institute for Near East Policy.
Aunque la mayoría de los gobiernos vecinos creen que el derrocamiento de Saddam Hussein fue bueno para Iraq y para la región, el mundo árabe ha condenado casi unánimemente la invasión estadounidense. Más aún, muchos líderes locales creen que la guerra ha energizado al terrorismo en la región, como en el reciente triple bombardeo sucida en Amman, Jordania. "Ustedes han terminado con una enorme área -desde la frontera jordana hasta las afueras de Bagdad- convertida en un territorio sin ley e infestado de terroristas", comentó Ali Shukri, un exconsejero del rey Hussein de Jordania.
Si Iraq termina en el caos después de una disminución de tropas, la inestabulidad pudiera diseminarse hacia sus vecinos -y acabar con cualquier esperanza de libertad floreciendo por doquier en el mundo árabe.
"Salgamos de Iraq o no", declara un oficial estadounidense de contraterrorismo. "al-Qaeda todavía querrá golpearnos donde duele: en la patria".
Estratégicamente, cualquier retiro de tropas deberá partir "desde una posición de fuerza", explica Bruce Hoffman, un experto en terrorismo de Rand. Al-Qaeda ha siempre creído que los aliados -los estadounidenses en particular- carecen de paciencia y resistencia "cuando las cosas se ponen difíciles. Si los Estados Unidos aparentan huir de la violencia en Iraq, será como moverles una bandera roja a los terroristas". Pero encontrar una estrategia de salida de Iraq -sin que parezca que es una huida- no va a ser fácil.
Sally B.Donnelly y Douglas Waller
(v.pág.32 de la edición internacional de TIME del 5 de diciembre de 2005).
"Cualquiera que piense que [Iraq] se va a ganar en un año a partir de hoy está en un error", declara el comandante de brigada coronel John Gronski.
Los militares apenas han logrado hacer mella en la insurgencia. Es difícil imaginar cómo los soldados estadounidenses pudieran retirarse en grandes cantidades sin encender más la amenaza a los Estados Unidos. Al-Qaeda es más fuerte ahora que antes de la invasión de Iraq y bajo al-Zarqawi ha incluso extendido su alcance, como demostraron las bombas de noviembre 9 en hoteles jordanos, detonadas por tres de sus acólitos.
Michael Ware
(v.pág.33 de la edición internacional de TIME del 5 de diciembre de 2005).
La popularidad del presidente estadunidense George W. Bush, mejoró en el último mes, pero el público le reclama aún la situación en Irak, reveló ayer un sondeo. En la encuesta del diario The New York Times y la televisora CBS, 77% señaló que Bush mintió o manipuló al país cuando explicó los motivos para invadir el país árabe en 2003. Más de 2,000 estadunidenses han muerto a consecuencia de la guerra en Irak, miles han sido heridos y perdido extremidades, y al menos 100,000 civiles iraquíes han perdido la vida. El 61% manifestó que Bush no ha explicado de forma clara el objetivo de la guerra y 58% quiere que el gobierno fije un calendario preciso para la retirada.
(V.periódico Milenio del 9 de diciembre de 2005).
Los "halcones-gallina" no pueden permitir que un gobierno irakí fuerte acaricie la fantasía de detener la ola de "privatizaciones" petroleras que prosiguen y de anular la prevista apertura de las reservas de oro negro a inversionistas extranjeros seleccionados que, según The Independent, pondría unos 200,000 millones de dólares a los bolsillos de los amiguetes de W.Bush. Ahora se entiende qué quería decir el presidente de EU con "la liberación" de Irak.
La mente calenturienta de los llamados neoconservadores no se detiene ahí. El Pentágono elaboró hace años un plan secreto destinado a servir de pretexto pata intervenir militarmente en países donde grupos terroristas "ponen en peligro su soberanía" (www.collectioncf72.blogspot.com, 15-4-05). El plan consiste, qué raro, en extender deliberadamente el terrorismo. El conocido periodista de The New Yorker Seymour Hersh reveló en abril que el Pentágono no sólo infiltra esos grupos con agentes provocadores que financian y acicatean sus ataques: también crea sus propios grupos terroristas y escuadrones de la muerte como los que funcionan en Irak.
Juan Gelman
(v.pág.19 del periódico Público del 11 de diciembre de 2005).
El presidente de Estados Unidos, George W.Bush no sólo admitió haberse equivocado con el potencial bélico de Hussein, sino también reconoció otra predicción errada: los ingresos por el petróleo iraquí no eran "tan grandes como nosotros pensamos que eran. Sin embargo son considerables".
(V.pág.3-A del periódico El Informador del 13 de diciembre de 2005).
100,000 millones de dólares ha solicidado el Pentágono para Iraq y Afganistán, indicaron legisladores, una cifra que incrementaría los gastos en ambas guerras a medio billón de dólares. Los representantes Bill Young, republicano y presidente del panel de gastos de la Cámara de Representantes, y John Murtha, el demócrata de más alto rango en ese subcomité, dijeron que el Ejército les ha dicho informalmente que desea de 80,000 a 100,000 millones de dólares en un paquete para gastos de guerra que se espera envíe la Casa Blanca al Congreso el año próximo. Eso sería adicional a los 50,000 millones de dólares que el Congreso está a punto de darle al Pentágono para las operaciones en Iraq durante los primeros meses del 2006.
(V.pág.13-A del periódico El Informador del 14 de diciembre de 2005).
El gobierno de Estados Unidos, que preveía una guerra rápida y decisiva en Iraq, ha visto cumplirse ayer los mil días de un conflicto sin visos de arreciar, pero ha acogido esta efemérides con la misma insistencia de que su país tiene que ganar.
Las casi mil y una noches desde que el primer misil cayó sobre la madrugada bagdadí el 20 de marzo han sido una pesadilla para muchos por el elevado número de víctimas.
Para la Casa Blanca son cruciales las elecciones de mañana, jueves, que producirán la primera administración no transitoria en Iraq, que contará con un mandato de cuatro años.
No obstante, simplemente estabilidad no era lo que el gobierno de Bush había prometido.
"Hay muy poca discusión de esta idea de que Iraq se convertiría en un modelo de democracia y mucho más esfuerzo en convencer a los estadounidenses de que no se avecina un desastre" en ese país, dijo Jon Alterman, un experto del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
La idea de Iraq como ejemplo para sus vecinos surgió del grupo "neoconservador" en el seno de la administración estadounidense, el mismo grupo que promovió la invasión de Iraq desde que se produjeron los atentados del 11 de septiembre de 2001, a pesar de que nunca se ha demostrado colaboración entre el ex presidente iraquí Saddam Hussein y la red terrorista Al Qaeda.
(V.pág.16-A del periódico El Informador del 14 de diciembre de 2005).
"Esta no es una guerra contra el terrorismo. Podrá ser una campaña, una lucha o incluso una pelea, pero usar la palabra guerra le daría una legitimidad que no merece. La administración Bush ha utilizado la guerra contra el terrorismo para justificar golpes preventivos, arrestos sin juicio y una moralidad en la que el fin justifica los medios. Las condiciones para una guerra justa, elaboradas a través de los siglos para prevenir guerras prematuras y autojustificadas, han sido subvertidas por los Estados Unidos. Es tiempo de que retire el ilegal ejército de ocupación y proyecte un cronograma para desplegar una fuerza multinacional pacificadora de las Naciones Unidas."
Stephen Liddle / Napier, Nueva Zelanda
"El Washington Post reportó que la CIA habían mantenido a miembros capturados de al-Qaeda prisioneros en centros de detención secretos en países de Europa Oriental, así como en Thailandia, Afganistán y la Bahía de Guantánamo en Cuba. Mantener a los prisioneros en secreto y negándoles el recurso de audiencias judiciales oportunas es pésimo. La administración Bush parece no entender que si quiere 'exportar' democracia, necesita actuar como una democracia, no como un estado totalitario. Pueden decir lo que sea acerca de que el fin justifica los medios, la realidad es que tales accionesdebilitan nuestra razón expresa para ocupar Iraq. Si el presidente George W.Bush intenta rehacer Iraq como una democracia, necesita empezar a actuar como un líder civilizado."
Malette Poole / Kure Beach, North Carolina
Letters
(Edición internacional de TIME del 12 de diciembre de 2005).
Bush rechazó fijar un cronograma para una retirada, prometiendo "no aceptar nada que no fuera la victoria total". Esto significa quedarse hasta que la insurgencia sea derrotada por las armas. Las tropas de E.U. deberán esperar permanecer en Iraq por un largo tiempo, sin importar qué tan bien actúen los iraquíes. "Esta insurgencia ha adquirido raíces, tiene dinero y está motivada", explica un oficial estadounidense de inteligencia en una delcaración a la que hacen eco tanto oficiales militares como líderes insurgentes. "La duración de la vida de la insurgencia podría ser de años".
Pero cada vez es más dudoso que los estadounidenses deseen esperar tanto. En una encuesta de TIME levantada la semana pasada, 47% dijeron apoyar el retiro de la mayoría de las tropas en aproximadamente un año, mientras que sólo el 40% declararon que los Estados Unidos deberían permanecer hasta que Iraq cuente con un gobierno estable y democrático. La mitad de los encuestados dijeron que los E.U. se habían equivocado al ir a la guerra contra Iraq, una cifra que se ha mantenido sin cambio durante el año pasado. Los E.U. no tiene muchas opciones. A pesar de que la Casa Blanca espera que las fuerzas de seguridad locales puedan relevar a las tropas de la coalición, funcionarios de inteligencia no son ni cercanamente tan optimistas acerca de que la iraquificación traerá estabilidad. "¿Veremos alguna vez fuerzas iraquíes capaces de aplastar esta insurgencia? Probablemente no. No", dice un oficial de alto rango de inteligencia militar en Iraq. El dilema es que entre más permanezcan las fuerzas de E.U., más se mantendrá la insurgencia apoyada por nuevos reclutas, pero retirarse ahora permitiría a al-Qaeda e Irán consolidar su influencia sobre Iraq, golpeando a los intereses regionales de E.U. Incluso el aliado político más firme de Washington, el exprimer ministro Iyad Allawi, declara que los E.U. no están ganando y deben tener el coraje de buscar nuevas soluciones.
Este es el motivo por el que funcionarios estadounidenses están contactando a los sunitas, insurgentes y exmiembros del Partido Baath, como parte de un programa para controlar la violencia separándolos de al-Zarqawi. Los E.U. ahora están volteando hacia algunos de sus viejos enemigos.
Después de 31 meses de lucha en Iraq, los E.U. todavía no pueden asegurar contra quién lo están haciendo. Cada semana las fuerzas de la coalición matan a cientos de insurgentes, pero los reemplazos no se acaban. Los comandantes estadounidenses creen que tantos como 20,000 luchadores están en el campo cada día.
Funcionarios estadounidenses están explorando activamente gangas políticas que pudieran inducir a los nacionalistas a separarse de al-Qaeda, incluyendo disminuir las restricciones para que exbaathistas se incorporen al nuevo gobierno. El embajador estadounidense Khalilzad ha declarado que es el momento de dar reversa a los "excesos" en el proceso de desbaathificación, un llamado que ha tenido eco en los oficiales de inteligencia militar. Han empezado los movimientos para traer de regreso a las bases del ejército de Saddam, desbandado en los primeros meses de la ocupación. "Estamos contactando a oficiales que pondremos en un lugar del nuevo ejército iraquí", explica un oficial de inteligencia militar. Será duro de aceptar para algunos comandantes de combate estadounidenses que los hombres contra los que están luchando entren al gobierno, agrega el oficial, "pero estamos tratando de conformar un estado completado".
El senador demócrata Jack Reed declaró: "Uno de los problemas con una insurgencia es que cada vez que se da vuelta en una esquina, existe otra esquina más". Los E.U. tendrán que convertir a un montón más de enemigos en amigos antes de empezar a ver la salida.
Michael Ware
(v.pág.20 de la edición internacional de TIME del 12 de diciembre de 2005).
"Los atentados suicidas de Amman hacen evidentes asuntos significativos. En los ataques de septiembre 11 al World Trade Center no estuvo involucrado ningún iraquí. Todavía mas. Antes de la invasión a su país, no había iraquíes involucrados en ataques suicidas. Ahora, aun cuando al-Zarqawi, un jordano, dice que él planeó los ataques de Amman, los cuatro suicidas vinieron de Iraq. Eso significa que Iraq se ha convertido en terreno fértil para reclutar bombarderos suicidas."
Cheruthotathil J.M.Mathew / Faridabad, India
Letters
(Edición internacional de TIME del 19 de diciembre de 2005).
Tendrían que habérselo entregado a los Estados Unidos. Ellos han ejercido una manipulación bastante clínica del poder en todo el mundo mientras se disfrazan como una fuerza del bien universal. Este ha sido un brillante, incluso agudo, y muy exitoso acto de hipnosis.
Harold Pinter, dramaturgo británico, en su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura
("Verbatim" en la edición internacional de TIME del 19 de diciembre de 2005).
"El Medio Oriente es inherentemente inestable. Una retirada estadounidense de Iraq incrementaría su inestabilidad. Pero lo mismo sucedería con una continuada presencia estadounidense allí. Y enviar más tropas a Iraq -si hubiera más tropas para enviar- sólo empeoraría las cosas. Estamos viendo en retrospectiva que el régimen brutal de Saddam Hussein, debilitado y maniatado al terminar la primera Guerra del Golfo, era el mejor de muchos malos escenarios. Para el futuro, podemos retirar las tropas de Estados Unidos y observar cómo se desintegran las cosas, o podemos permanecer en Iraq y observar cómo se desintegran las cosas. La única ventaja de la primera opción es que no serán estadounidenses quienes morirán."
Allen B.Uri / Costa Mesa, California
"Parece obvio que los Estados Unidos requieren desplegar más tropas en Iraq y que los comandantes han solicitado repetidamente más recursos humanos. Cualquier historiador militar sabe que una guerra no puede ganarse cuando se permite al enemigo rearmarse u obtener dinero y tropas adicionales con regularidad. Esa situación está sucediendo en Iraq debido a que los E.U. no cuentan con suficientes tropas para cerrar las fronteras con Siria e Irán. No triunfaremos en Iraq hasta que tengamos más tropas para cerrar las fronteras."
Don Johnson / Kirkland, Washington
Letters
(Edición internacional de TIME del 26 de diciembre/2 de enero de 2006).
2005 fue el año en que Estados Unidos y sus aliados dejaron la fe ciega y demandaron cuentas reales. Finalmente nos cansamos de una guerra en la cual la cantaleta de Bush ni siquiera empezaba a ajustarse a los hechos sobre el terreno. Quisimos respuestas y detalles y un plan para la victoria. Empezamos a obtenerlas hace como un mes, cuando el presidente Bush finalmente empezó a dar discursos más sinceros frente a audiencias generales, ¡incluso aceptando preguntas fuera del "script"! Reconoció "reveses" en Iraq e informes erróneos de inteligencia previos a la guerra, predijo violencia en el futuro, solicitó persistir y citó la muerte de decenas de miles de civiles iraquíes.
El argumento del presidente de que él no autorizaba la tortura pero que vetaría cualquier ley que la prohibiera cayó tan mal en el Congreso que tuvo que capitular y unirse a la enmienda McCain antitortura plenamente. Esos no fueron reveses. Fueron, sin exageración, claras derrotas: emocionantes, fugaces momentos en que la democracia pareció realmente funcionar, cuando los poderosos fueron obligados a reconocer los límites de sus propios manejos. Katrina fue la coyuntura, el momento en que la amplitud del compinchismo, la incompetencia y la completa vanidad en Washington alcanzaron un nivel tal que incluso la Casa Blanca no pudo ignorarlos. El pueblo estadounidense supuso, con los ojos bien abiertos, que Michael Brown, director de la Federal Emergency Managemente Agency de los Estados Unidos, no estaba haciendo un "gran trabajo". Y un presidente que podía decir tal cosa, obviamente no tenía ni pista de lo que estaba sucediendo en su propio gobierno.
Andrew Sullivan
(v.pág.112 de la edición internacional de TIME del 26 de diciembre/2 de enero de 2006).
Adversarios de Bush hablan cautelosamente de impugnación. ¿Conseguirán que el Congreso inicie juicio político al presidente George W. Bush y posiblemente lo destituya por permitir que una agencia de inteligencia espíe dentro de Estados Unidos sin orden judicial?
Hay un factor para que los demócratas lo piensen dos veces: si Bush fuera destituido, lo reemplazaría el vicepresidente Dick Cheney, a quien algunos demócratas consideran la siniestra eminencia gris de este gobierno. El remedio sería peor que la enfermedad.
The Associated Press, 2 de enero de 2006.
"La política exterior de los Estados Unidos ayudó a conformar el Medio Oriente de hoy. Si no nos hacemos responsables de nuestras acciones pasadas y permanecemos para limpiar el desorden que hemos creado, tendremos que regresar a Iraq a cazar la siguiente ola de terroristas. Dios quiera que no perdamos más soldados. Pero no salgamos antes de que el trabajo esté terminado."
Michael Martinez / Houston
"La planeación para la guerra en Iraq fue pobre y superficial. Los Estados Unidos pueden haber ganado algunas partidas en Iraq, pero definitivamente han perdido el campeonato. Y todavía se atreven a hablar de escenarios de retirada de ganar-ganar."
Christo Christopuolos / Atenas
Letters
(Edición internacional de TIME del 9 de enero de 2006).
Mientras los monitores electorales y una nueva comisión internacional terminan de cretificar los resultados de las elecciones, está quedando claro que los grandes perdedores fueron los iraquíes moderados. "Na hay casi nadie en el centro", comenta un funcionario iraquí, citando cómo los lugares parecen haber sido ganados por extremistas de ambos lados. El partido secular del exprimer ministro Iyad Allawi no ha obtenido el número esperado. Y de acuerdo a resultados preliminares, la lista secular del shiita Ahmad Chalabi, uno de los lobistas favoritos de Washington a favor de la guerra para derrocar a Saddam, no consiguió los votos suficientes para un asiento. A pesar de que los líderes shiitas y kurdos se están reuniendo para discutir la formación de un gobierno ampliamente representativo, la falta de un bloque significativo de votos moderados implica que probablemente existirá menos voluntad para hacer tratos y compromisos. Comenta el funcionario iraquí: "¿Cuál es el paso siguiente? La confrontación".
Brian Bennet
(v.pág.9 de la edición internacional de TIME del 9 de enero de 2006).
Esta es una administración que ha tratado de evadir las cortes y los procedimientos legales más que ninguna otra desde la de Richard Nixon.
Patrick Leahy, legislador demócrata
(v.pág.17 de la edición internacional de TIME del 9 de enero de 2006).
El presidente estadounidense, George W. Bush, enfrentado a los costos exorbitantes de la reconstrucción de Iraq, exhortó ayer a los miembros de la comunidad internacional a condonar las deudas contraídas por Bagdad y a cumplir "lo más pronto posible" las promesas de ayuda a ese país.
"La comunidad internacional debe asumir sus responsabilidades en Iraq", dijo el mandatario, quien desencadenó en 2003 una guerra que fue criticada por buena parte de la comunidad internacional.
(V.pág.12-A del periódico El Informador del 11 de enero de 2006).
"Debemos empezar a pensar en el servicio militar universal para nuestros jóvenes. Ser ciudadano requiere simplemente que durante tiempos de guerra, no se permita a una clase de gente apilar riquezas y poder mientras que otra hace el máximo sacrificio de sus vidas."
(Sgt) Milton Y.Keith, U.S.M.C. / St.Petersburg, Florida
"No hace diferencia cuándo salgan los Estados Unidos de Irak. Se ha dejado al genio salir de la botella. La administración Bush a asegurado una provisión de terroristas para los próximos 25 años, extinguido cualquier posibilidad de un estado secular iraquí, potencialmente desestabilizado el Medio Oriente y regalado el costo en vidas, libertad personal y dólares a nuestros nietos."
Michael L.Schneider / New Haven, Connecticut
Letters
(Edición internacional de TIME del 16 de enero de 2006).
Un nuevo documento, elaborado por la experta en presupuestos de Harvard Linda Bilmes y el economista ganador del Premio Nobel de Columbia Joseph Stiglitz, expone que el costo final de la guerra de Iraq para los Estados Unidos pudiera llegar a dos billones de dólares -10 veces mayor que el escenario del peor caso de 200,000 millones sugerido por funcionarios de la Casa Blanca antes de la guerra. La discrepancia se debe en parte a los métodos contables holísticos de Bilmes y Stiglitz. Su cuenta va mucho más allá de los tradicionales cálculos presupuestales del Pentágono, el cual asegura que 173,000 millones se han gastado hasta septiembre de 2005. Por su parte, el documento incluye estimados por los costos vitalicios de los pagos de incapacidad y cuidados de salud de unos 16,000 soldados heridos; incrementos en el presupuesto para reclutamiento; y -dado que el gobierno no ha controlado su gasto ni incrementado los impuestos- deuda financiera por los gastos de la guerra. El documento toma en cuenta incluso los efectos macroeconómicos como el aumento de los precios del petróleo.
(V.pág.13 de la edición internacional de TIME del 16 de enero de 2006).
Se herrumbró el argumento de la relación Sadam Husein/Osama bin Laden, pero los "halcones-gallina" entonan la misma cantilena aunque las pruebas de alguna conexión entre Teherán y Al-Qaeda sean aún más invisibles que en el caso iraquí. De nuevo: es lo de menos. "EU no puede permanecer ocioso mientras el peligro crece", dijo W.Bush antes de invadir Irak. Es el fundamento de la acción militar preventiva contra cualquier país, que el imperio se arroga como derecho. W.Bush puede declarar una guerra sin consultar a nadie (resolución 23 del Senado de EU, 18-11-01), cuenta con plenos poderes para emplear armas nucleares (www.foreignpolicy.com, mayo-junio del 2005) y también insiste respecto de Irán en que "todas las opciones están sobre la mesa". No faltan las ganas a los neoconservadores que proclaman la conveniencia de emprender una guerra nuclear "de manera racional". Desatarla es aparentemente "legal" en EU.
Como Irak antes de la invasión, Irán no constituye una verdadera amenaza a la existencia de EU, pero se conoce la clase de respeto que el gobierno Bush propina a las leyes internacionales y al propio ordenamiento jurídico interno de EU.
Juan Gelman
(v.pág.18 del periódico Público del 22 de enero de 2006).
El representante John Murtha, veterano condecorado de Vietnam, creó una tormenta en noviembre cuando solicitó que las tropas de E.U. fueran retiradas de Iraq. El jueves declaró a editores y reporteros del Tribune Review de Pittsburgh que la guerra de Iraq es una guerra civil y que los Estados Unidos deberían desocupar.
"Nuestras tropas son el blanco", dijo Murtha a los periodistas. "No estamos combatiendo al terrorismo en Iraq. Estamos peleando una guerra civil en Iraq. Vamos a tener que darles un incentivo. Nosotros peleamos nuestra Guerra Civil. Dejemos que ellos peleen la suya".
El veterano demócrata comentó que muchos iraquíes piensan que "es correcto matar americanos" y la mayoría de los iraquíes quieren a las tropas del E.U. fuera del país.
"No existe ninguna razón para que no padamos hacer lo que estamos haciendo (en Iraq) desde la periferia", agregó. "He llegado a la conclusión de que esto es lo que va a suceder y que es sólo cuestión de tiempo".
Murtha, quien votó en 2002 para darle al presidente Bush la autoridad para declarar la guerra, dijo creer que Iraq no tenía armas de destrucción masiva, no tenía lazos con al-Qaeda, ni representaba una amenaza para los Estados Unidos.
El desea que las tropas de los Estados Unidos sean redesplegadas en Kuwait y áreas circundantes de Iraq. Predijo que para mediados del verano habrá menos de 100,000 soldados y que se habrán retirado para el fin de año. "No estamos haciendo corte y corriendo. Necesitamos darles a los iraquíes un incentivo para que se hagan cargo", concluyó.
The Associated Press, 27 de enero de 2006.
Lo que sea que hayan pensado Bush y Blair que estaban haciendo cuando invadieron Irak, tienen que haber sabido que el principal beneficiario de derrocar a la ascendencia sunni sería el Irán chií. La democracia misma está poniendo a la mitad de Irak como esclava de su poderoso vecino.
Simon Jenkins en The Guardian
(v.pág.2 de la sección "Fin de Semana" del periódico Público del 29 de enero de 2006).
Una frase memorable de Henry Kissinger: "Los militares sólo son animales torpes y estúpidos que se usan como instrumentos de la política exterior". Será por eso que los "halcones-gallina" de la Casa Blanca siempre quisieron, y lograron, librarse de oler pólvora en un campo de batalla.
Juan Gelman
(v.pág.18 del periódico Público del 29 de enero de 2006).
"El centro de gravedad de los insurgentes no son los terroristas foráneos", declaró a TIME el senador demócrata por Rhode Island Jack Reed. "Estos son una pequeña banda capaz de crear ataques espectaculares. Pero el real peligro a largo plazo es que los sunnis continúen peleando". Los Estados Unidos tienen todavía un largo camino para persuadirlos de que se detengan.
Tim McGirk
(v.pág.19 de la edición internacional de TIME del 30 de enero de 2006).
"Esta batalla va a ser ganada y perdida en el Oriente Medio. El problema en Iraq es muy grave. Si los yihadistas triunfan allí, yo tengo problemas aquí. (Su actitud será): Hemos derrotado a los rusos en Afganistán, hemos derrotado a los estadounidenses y a la coalición en Iraq. No hay nada que no podamos hacer. Podemos arreglar el sudeste asiático también. Habrá un incremento en la confianza de los yihadistas. Los Estados Unidos deben hacerse cargo -si no se imponen o no crean un Iraq democrático- de al menos impedirles una victoria a los yihadistas. Porque de otra manera las consecuencias para Estados Unidos y para el resto del mundo serán horrendas."
Lee Kuan Yew, primer ministro honorario de Singapur
(v.pág.31 de la edición internacional de TIME del 30 de enero de 2006).
Las metas estadounidenses de reparación de la infraestructura iraquí nunca serán alcanzadas, principalmente porque los insurgentes han espantado a los contratistas y obligado de desviar fondos destinados a las reparaciones hacia la seguridad, de acuerdo a una auditoría del Programa Iraquí de Ayuda y Reconstrucción dada a conocer la semana pasada.
El levantamiento de la insurgencia iraquí nunca fue previsto por los funcionarios de Estados Unidos, quienes originalmente presupuestaron alrededor de un 9% de la ayuda para reconstrucción a la seguridad de los proyectos, explicó el auditor.
Cuando los secuestros, asesinatos y sabotaje ahuyentaron a los trabajadores locales y técnicos extranjeros del programa de reconstrucción, los administradores de E.U. se vieron obligados a aumentar la protección de los trabajadores.
Nuevas medidas como vehículos blindados, equipos de seguridad privada y paredes contra explosiones absorvieron hasta el 22% del costo de los proyectos.
"El único propósito de esos ataques fue echar fuera a esos contratistas", dijo Wayne White, quien encabezó el equipo de inteligencia en Iraq del Departamento de Estado hasta el año pasado. "Muchos de ellos tuvieron que irse. Estaban aterrorizados".
Los planificadores "previeron un ambiente de seguridad mucho más permisivo que el experimentado en 2004 y 2005. La insurgencia iraquí ha afectado directamente el costo de los proyectos de reconstrucción, incrementado el costo de los materiales y generado retrasos de proyectos", detectó la auditoría.
Los reportes de inteligencia de E.U. previos a la invasión mencionaban la probabilidad de ataques guerrilleros, declaró White, quien ahora es un analista con el Instituto del Medio Oriente en Washington. "Pero nadie predijo nada de esta magnitud en términos de resistencia. Y en parte, la magnitud de la resistencia fue motivada por nuestras fallas en la reconstrucción".
Funcionarios de E.U. han enfrentado a la creciente insurgencia desviando 5,600 millones de dólares del paquete de 18,400 millones de dólares de ayuda estadounidense hacia los sectores de seguridad en Iraq, mientras que recortes en proyectos afectaron la restauración de la infraestructura hidráulica y eléctrica, agregó el reporte.
Los fondos destinados a la milicia y las fuerzas policiacas iraquíes han aumentado en 55%, para pagar entrenamiento y armas para los policías y soldados iraquíes, construcción de prisiones y guardias fronterizos adicionales.
Los planificadores de las autoridades de ocupación de E.U. asumieron equivocadamente que los proyectos de reconstrucción podrían proceder sin interferencia de los insurgentes iraquíes, según la auditoría, titulada "Retos enfrentados para llevar a cabo las actividades de reconstrucción y ayuda en Iraq".
Las desviaciones de gastos obligaron a la cancelación del 60% de los 136 proyectos hidráulicos y sanitarios planeados, incluyendo drenaje, irrigación y presas. Se espera completar sólo 49. De los 425 proyectos eléctricos, 300 estarán terminados, lo que significa que las ambiciosas promesas de E.U. de restaurar la energía eléctrica iraquí no se cumplirán.
Muchos en Washington están de acuerdo en que el énfasis de E.U. en grandes proyectos de infraestructura fue un error, porque generaron pocos empleos o poca mejora inmediata en la vida diaria.
Los todavía constantes apagones en Iraq y la percepción entre los iraquíes de que Estados Unidos falló en el cumplimiento de sus tempranas promesas de reconstrucción han ayudado a hacer la ocupación extremadamente impopular.
La falta de electricidad también elevó los costos de reconstrucción, obligando a los contratistas a importar generadores. Muy pocas de las fábricas propiedad del estado iraquí reabrieron después de la invasión de E.U.
"Si no puedes apoyarte en la red nacional de energía, no puedes realmente regresar a un estado de normalidad requerido para un recuperación industrial", concluyó White.
Jim Krane
The Associated Press, 1o.de febrero de 2006.
Parece evidente que a la Casa Blanca le va mal con los retornos que su política consigue. Invadió Irak para "llevar la democracia", hubo elecciones, ganó la coalición de chiítas amigos de Irán y el grupo islámico de Moqtada Al-Sadr, el más radical, el que armas en mano combatió a los ocupantes durante varias semanas, es el que obtuvo más bancas en el futuro parlamento. Esto suele llevar el nombre de tiro por la culata. El gobierno de Bush acaba de sufrir otro en Palestina.
El movimiento Hamas, promotor de violentos atentados terroristas contra la población civil israelí, se alzó con más de la mitad del parlamento de la Autoridad Palestina.
El triunfo de Hamas repite, para Tel Aviv, la ironía que Washington padece en Irak. Ocurre que ese movimiento terrorista es prácticamente hijo de Israel, que lo alentó y lo financió directa o indirectamente durante años. "Los israelíes querían usar a Hamas como contrapeso de la Organización de Liberación de Palestina", declaró Tony Cordesman, especialista en Medio Oriente del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
Juan Gelman
(v.pág.18 del periódico Público del 5 de febrero de 2006).
"Ustedes citaron a Dick Cheney, quien dijo: 'Si ustedes están llamando a la tía Sadie en París, nosotros probablemente no estemos realmente interesados'. ¿Qué tal acerca de escuchar lo que está haciendo un rival político o el próximo artículo relevante de TIME sobre la administración? Si no hay supervisión judicial sobre la intercepción telefónica, ¿cómo puede prevenirse su uso por el presidente con fines personales? ¿Realmente el pueblo estadounidense tiene tanta confianza en la administración de Bush después de las mentiras acerca de las razones para la guerra en Iraq? No es noticia el que los Estados Unidos no tengan respeto por las libertades civiles fuera de los E.U., lo que es una sorpresa es que tampoco haya respeto por ellas dentro de los E.U. Interferencias telefónicas sin órdenes judiciales y un presidente que claramente rompe la ley son cosas que nunca serían aceptadas en Europa. Espero que el pueblo estadounidense sepa en lo que se está metiendo. La historia a mostrado que los hombres no se separan fácilmente del poder una vez que lo poseen."
Henrik Segersven / Espoo, Finladia
"Es obvio que los estadounidenses necesitan combatir al terrorismo, pero al hecerlo, estamos erosionando los fundamentos básicos sobre los que está construida nuestra democracia. La historia está llena de tiranos y dictadores. No dejemos lugar para que uno de ellos llegue al poder en los E.U."
Ryan Fortman / Denver
"Cualquier importante intercepción telefónica necesita ser aprobada por el tribunal apropiado, lo que es un simple pero vital control sobre la autoridad de los funcionarios públicos. Estamos sacrificando demasiado debido al ansia de la administración Bush de un poder sin contrapesos."
Jerry Borrowman / Sandy, Utahr
Letters
(Edición internacional de TIME del 6 de febrero de 2006).
En Iraq, tres elecciones -la última poco más que un "censo", en palabras de periodista iraquí Nibras Kazimi- han incrementado la posibilidad de un desmembramiento del país o de una guerra civil e instalado un gobierno corrupto de conservadores religiosos proiraníes, los cuales indudablemente permanecerán en el poder cuando se forme el nuevo gobierno "permanente". En Afganistán, la elecciones han llevado a narco-señores-guerreros a posiciones de significativo poder. Incluso las elecciones Potemkin en Arabia Saudita y Egipto resultaron en el crecimiento de los extremistas religiosos. También estuvo la elección -en realidad, más una selección- del bocón Mahmoud Ahmadinejad en Irán, quien ha resultado ser mucho más radical de lo que los mullahs gobernantes anticiparon. Y ahora Hamas en Palestina.
Joe Klein
(v.pág.19 de la edición internacional de TIME del 6 de febrero de 2006).
En un discurso ante el Consejo de Relaciones Exteriores en Nueva York, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, admitió abiertamente ayer que Estados Unidos está perdiendo "la guerra de la propaganda" frente a la red terrorista Al Qaeda.
(V.pág.14-A del periódico El Informador del 18 de febrero de 2006).
Los ataques insurgentes -alrededor de 70 diarios- son muchos más que los del año pasado.
Repentinamente la posibilidad de un gobierno permanente iraquí dominado por religiosos shiitas amistosos con Irán aparece más como un problema preocupante. "Si las negociaciones en Iraq no conforman un gobierno aceptable para los sunnis", me dijo un diplomático del Medio Oriente, "pudiéramos estar viendo que una guerra civil se convierte en un conflicto regional".
Joe Klein
(v.pág.15 de la edición internacional de TIME del 20 de febrero de 2006).
Después de dar a la Casa Blanca un amplio soporte en el manejo de su guerra en Iraq, los republicanos han comenzado a exigir pruebas de que se prepara una oportuna salida estratégica.
(V.pág.9 del periódico Mural del 23 de febrero de 2006).
El temor de una guerra civil que detuvo a Bush padre de tomar Bagdad y derrocar a Sadam Hussein, está a punto de estallarle en las manos a su hijo. Sin sensibilidad para tomar en cuenta las rivalidades étnicas y religiosas, ni los estrategas militares ni los civiles calcularon que la inestabilidad real vendría de las propias filas de los "liberados". Y la historia se repite en Afganistán, en Pakistán y más.
Lucía Luna Elek
(v.pág.18 del periódico Público del 26 de febrero de 2006).
El general John Abizaid, comandante de las operaciones militares en el Medio Oriente, popularizó la idea de que la guerra contra el terrorismo debería conocerse como la Guerra Larga, un concepto que la administración de Bush ha adoptado. Larga y costosa sería más adecuado. La semana pasada Bush solicitó al Congreso 72,400 millones de dólares adicionales para operaciones en Iraq y Afganistán, elevando el tope a cerca de 400,000 millones.
Sally B.Donnelly
(v.pág.15 de la edición internacional de TIME del 27 de febrero de 2006).
La secretaria de Estado Condoleezza Rice fue interrogada acerca de Iraq por senadores republicanos disidentes: "Yo no veo, señorita secretaria, cómo las cosas estén mejorando", le dijo Chuck Hagel de Nebraska. "Pienso que las cosas están empeorando en Iraq. Pienso que están empeorando en Irán".
(V.pág.23 de la edición internacional de TIME del 27 de febrero de 2006).
Cheney fue la fuerza impulsora detrás de la decisión de ir a la guerra en Iraq. Se cometieron errores de jucio -si no es que engañosas e inexactas evaluaciones-, llevando al país a una guerra que ahora ha resultado ser el más grande error desde Vietnam.
Robert Dallek, historiador de las presidencias
(v.pág.25 de la edición internacional de TIME del 27 de febrero de 2006).
La mayor parte de la población encuestada de 33 países considera que la intervención militar estadounidense y británica en Iraq, en marzo de 2003, aumentó la amenaza terrorista en el mundo, según un sondeo de la BBC hecho público hoy, martes.
El 60% de esta población entrevistada considera que la invasión de Irak ha contribuido a incrementar la amenaza terrorista en el mundo, frente a 12% que piensa lo contrario, y 15% que estima que nada ha cambiado desde entonces, señala el sondeo.
Los países más críticos son China, donde 85% de las personas encuestadas considera que la amenaza terrorista es más importante ahora, Corea del Sur (84%) y Egipto (83%). En Gran Bretaña, 77% de las personas interrogadas comparten este punto de vista, así como 75% de los iraquíes y 55% de los estadounidenses.
En España, 79% de la población piensa que la amenaza ha aumentado, frente a 12% que considera lo contrario. En Francia, las cifras son de 67% contra 27%; en Alemania de 80% contra 14%, y en Italia de 81% contra 15%.
(V.pág.15-A del periódico El Informador del 28 de febrero de 2006).
La escalada de violencia en Iraq amenaza con complicar la meta de la administración de retirar más tropas este año.
Expertos en el Medio Oriente advierten que los militares encaran una difícil elección: continuar el retiro gradual y arriesgarse a dejar el país en el caos o permanecer en un Iraq cada vez más peligrosos y dividido e intentar forzarlo a la unidad nacional.
El cada vez mayor baño de sangre, declaran, está sucediendo demasiado rápido como para que las fuerzas de E.U. entrenen y equipen a los militares y policías iraquíes para manejarlo. Ello puede obligar a las tropas a permanecer en Iraq por más tiempo para tratar de reprimir la violencia.
"Permanecer o no en respuesta a la violencia - no hay una respuesta obvia", dijo Vali R.Nasr, analista del Medio Oriente en el Consejo de Relaciones Exteriores. "No podemos salir de Iraq antes de que sea estable porque eso incrementa el peligro. O tenemos que salir de Iraq porque esto crea un peligro mayor - si se colapsa la seguridad en el sur, las tropas de E.U. pueden verse abrumadas".
John Alterman, el director del programa del Medio Oriente en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, explicó que mientras la violencia aumenta, más iraquíes buscan a las milicias de origen sectario para su protección. Esto erosionará aún más los esfuerzos para unir el país, e impulsará una mayor separación entre las facciones étnicas y religiosas.
Justo ahora, declaró, "la gente siente que las instituciones nacionales - el ejército o las fuerzas policiacas - no los protegerían como iraquíes, en lugar de ello los dañaría como suníes, chiíes o cualquier otra cosa".
Explicó que el dilema para los militares y los políticos es si la coalición debe forzar la unidad de Iraq, inclusive mientras la violencia declina un poco al separarse el país en varias regiones sectarias.
"Aumentar la segregación podría resultar en una disminución de la violencia; ¿es eso algo que debieran esforzarse en cambiar?" comentó Alterman. "Mientras las cosas se vuelven más sectarias, ¿se convierte en parte de nuestra misión enfrentarlas o las colocamos entre las cosas fuera de nuestro control?"
The Associated Press, 3 de marzo de 2006.
Es difícil decir cuan consciente es Bush de la realidad en Irak, pero una parte de él debe estar maldiciendo el día que decidió invadirlo.
Durante los primeros tres años de su desventura colosal, Bush y sus asesores políticos pudieron oscurecer la dura realidad de Irak tras la cortina de humo del miedo al terrorismo y el fervor patriota. Pero el humo se está disipando. Bush emergió de esta semana sangrienta mucho más débil que nunca antes, tanto en lo relacionado con el público estadunidense como con el de Irak. El problema para él es que Irak tiene varios templos más y, si son destruidos, se enfrentará nuevamente al prospecto de la turbulencia popular y, posiblemente, a la calamidad. Irak se está inclinando hacia la teocracia y hacia algo parecido a la guerra civil, cada vez se ve menos parecido a un modelo para la región y se asemeja más a una soga alrededor del cuello del Partido Republicano.
Juan Cole
(v.pág.30 del periódico Público del 5 de marzo de 2006).
Según el "Sunday Telegraph" y el "Sunday Mirror", Londres y Washington han admitido que permanecer en Iraq sólo agravaría una situación cada vez más inestable.
(V.pág.20-A del periódico El Informador del 6 de marzo de 2006).
La aparente imposibilidad de las fuerzas iraquíes entrenadas por los Estados Unidos para contener la violencia fue especialmente preocupante para los comandantes estadounidenses, ya que cualquier retirada de los E.U. está vinculada a que Iraq se haga cargo de su propia seguridad. Igualmente inquietante fue la reaparición de milicias shiitas en las calles, luciendo sus armas y con frecuencia viajando junto a las patrullas policiacas y militares. Un exfuncionario de alto nivel de la administración Bush declaró que la violencia podría bloquear la esperanza de la Casa Blanca de reducir el nivel de tropas este año. "Es poco realista pensar que 2006 será un año de transición", dijo. "Lo que está manteniendo las cosas juntas y evitando que esta chispa se convierta en una guerra civil es la presencia de nuestras tropas en gran número". Pero duda que la Casa Blanca esté dispuesta a aceptar públicamente que puede que no sea posible regresar a casa a un número sustancia de tropas. "No pienso que hayan digerido esto todavía. Necesitan ver más de lo que ya han visto en los últimos días para aceptarlo".
Dada la falla en detener la conflagración de la semana pasada, la esperanza de E.U. para evitar una ignominiosa derrota en Iraq gira ahora en poder lograr que la violencia termine. El mayor temor es que el rompimiento del orden pudiera arrastrar a los países vecinos al conflicto, con Irán interviniendo en apoyo de los shiitas y los estados árabes haciendo lo mismo por los suníes. Algunos oficiales militares de los E.U. expresan en privado que los disturbios han confirmado su insistencia en que era prematuro entregar las funciones de seguridad a los iraquíes. "Los eventos de esta semana apoyan nuestra cautela y falta de voluntad para retirar nuestras tropas muy rápido", expresa un alto oficial militar. "El liderazgo civil quiere que nos movamos más rápido, pero esto es un poco de 'te lo dijimos'".
Pero a los E.U. les quedan pocas opciones. La paciencia del público con la misión en Iraq es probable que siga erosionándose mientras parezca que las tropas estadounidenses están paradas en medio de los disparos de una guerra religiosa. Es notoriamente difícil intermediar en una guerra civil sin inclinarse hacia una de las partes, y no ayuda el que en Iraq los beligerantes shiitas y suníes parezcan ponerse de acuerdo en sólo un punto: que finalmente los Estados Unidos son los únicos culpables del desorden. El embajador Khalilzad está rogando a shiitas y suníes que regresen a las negociaciones para conformar un nuevo gobierno. No obstante, pudieran pasar semanas, y hasta meses, antes de que un nuevo gobierno esté funcionando en Bagdad. Esas serían malas noticias para Washington, que quiere desesperadamente una solución política rápida en Iraq.
Aparisim Ghosh
(v.pág.18 de la edición internacional de TIME del 6 de marzo de 2006).
Una indicación de lo mal que las cosas están resultando para la administración Bush es que sus esperanzas están puestas en un hombre implacablemente hostil hacia los Estados Unidos [Muqtada al-Sadr] -y cuyos partidarios estaban, hace escasamente dos años, luchando contra las tropas estadounidenses por sus órdenes. "Vamos a tener que taparnos la nariz cuando negociemos con este tipo", comenta un asesor occidental del gobierno iraquí. "Y él va a disfrutar viendo cómo nos retorcemos".
Aparisim Ghosh
(v.pág.20 de la edición internacional de TIME del 6 de marzo de 2006).
Según cualquier definición razonable, ha habido una guerra civil en progreso en Iraq desde que la Autoridad Provisional de la Coalición entregó el mando a los iraquíes en 2004. Una guerra civil es un conflicto violento dentro de un país, peleado entre grupos organizados que buscan ocasionar un cambio mayor en las políticas del gobierno o hacerse del control central o del de una región. Los insurgentes en Iraq apuntan a los militares de Estados Unidos, pero también luchan contra el gobierno iraquí, dominado por los chiitas, matando gran cantidad de iraquíes. Existen muy pocas bases para pensar que si los Estados Unidos se retiraran rápidamente, los insurgentes no continuarían luchando para controlar o dar forma al gobierno.
Mi predicción es que la insurgencia continuará creando inseguridad, las milicias sectarias continuarán creciendo en poder e influencia. Cada vez proporcionarán más seguridad a nivel local, pero en forma gangsteril, extorsionando mientras protegen. Ellas se enfrentarán unas con otras por el territorio y el control de las fuentes de ingresos. Dado que los suníes permanecen altamente desorganizados, algunas de esas luchas locales pueden ser inicialmente entre shiitas. Pero ante la ausencia de una efectiva integración política y de protección por parte de la policía nacional y de las unidades del ejército -las cuales se encuentran fuertemente infiltradas por las milicias shiitas- los suníes gradualmente irán formando una red de milicias. Vecindario por vecindario el conflicto y la violencia aumentarán. Recuerden al Líbano.
James Fearon, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Stanford
(v.pág.24 de la edición internacional de TIME del 6 de marzo de 2006).
Tres días después del ataque terrorista a la Mezquita Dorada en Iraq, Bush dio otro de sus discursos sobre que "la libertad está en marcha en el Medio Oriente" a una mansa audiencia de la Legión Americana en Washington. Fue incorporado un párrafo condenando el ataque a la mezquita, pero el discurso del presidente fue tanto obsoleto como fantasioso. Las noticias desde el Medio Oriente -Irán, Iraq, Palestina- han sido ininterrumpidamente pésimas, y Bush está comenzando a sonar tan etéreo y desconectado como Woodrow Wilson debe haber sonado en 1919, cuando ese presidente intentó vender el sueño futil de una Liga de las Naciones.
La mejor justificación para continuar con la presencia militar de Estados Unidos -que las tropas están evitando una guerra civil- comenzó a evaporarse con la caótica guerra de aniquilación mutua de la semana pasada. Bush podría perder rápidamente el apoyo de los republicanos para la guerra, especialmente al acercarse las elecciones congresionales de este año.
Su administració no sólo ha sido arrogante y clandestina con los demócratas y la prensa; ha demandado una reflexiva lealtad de los republicanos en algunos temas muy difíciles, sin explicarlos adecuadamente. "Los medios se están perguntando qué pudo haberles sucedido a los bushistas", me dijo un prominente republicano. "Estos no tienen antenas. Simplemete tienen un transmisor -y el partido está empezando a dejar de sintonizarlo".
Joe Klein
(v.pág.25 de la edición internacional de TIME del 6 de marzo de 2006).
Donde Alexis de Tocqueville famosamente previno contra la "tiranía de la mayoría", el filósofo y escritor francés Bernard-Henri Lévy (autor de American Vertigo) encuentra a una tiránica minoría derechista actuando como si fuera una mayoría.
(V.pág.47 de la edición internacional de TIME del 6 de marzo de 2006).
NEWFANE, Vermont - En un ayuntamiento de piso de madera, de cerca del año 1832, el electorado se reunió el martes para llevar a cabo sus funciones comunitarias y para solicitar el encausamiento del presidente de los Estados Unidos.
"En los Estados Unidos de hoy solamente hay unos pocos sitios en donde los ciudadanos pueden actuar de esta manera y expresar una opinión en nuestra nación", dijo Dan DeWalt, miembro de la junta selecta, quien escribiera el artículo de encause que se colocó en la agenda oficial para la reunión anual del pueblo siguiendo una vieja tradición de orgullo yanqui en el estado de Nueva Inglaterra.
"Definitivamente que nos afecta localmente", dijo Dewalt. "Son nuestros hijos e hijas, nuestras madres y padres, quienes están muriendo en la guerra en Irak", puntualizó.
El artículo, aprobado por medio de un voto de 121-29, pide que el único miembro representante de Vermont en la cámara baja, el representante independiente Bernie Sanders, presente artículos de encause contra el presidente, sosteniendo que Bush engañó a la nación para llevarla a una guerra contra Irak y que se involucró en espionaje ilícito interno.
Sanders emitió una declaración en la que dice que a pesar que el gobierno de Bush "ha sido un desastre para nuestro país, y una cantidad de acciones que él ha tomado bien pueden ser ilegales", dada la cruda realidad que los republicanos controlan el Congreso, "no sería práctico en el momento hablar de un encause presidencial".
The Associated Press, 7 de marzo de 2006.
Más y más gente, en particular republicanos, desaprueban la actuación del presidente Bush, ponen en duda su carácter y ya no lo consideran un líder fuerte contra el terrorismo, de acuerdo a una encuesta AP-Ipsos que muestra uno de los puntos más bajos de su presidencia.
Casi 4 de cada 5 estadounidenses, incluyendo un 70% de los republicanos, creen que la guerra civil estallará en Iraq -el sangriento tema candente sobre el cual Bush ha apostado su presidencia. Casi el 70% de la gente expresa que E.U. va por mal camino, un incremento de 6 puntos desde febrero.
The Associated Press, 10 de marzo de 2006.
Se entiende que el Hijo de Bush, confrontado, entre otras de sus ineptitudes, a la evidencia del colosal déficit presupuestal, recurra insistentemente al espantajo del terrorismo. Después de todo, la realidad del 11-S está ahí, tan palpable como la desaparición de las torres gemelas. Le ha servido de pretexto, además, para darle rienda suelta a las más sucias intenciones de la derecha fundamentalista que, bendecida como cree estar por sus afiliaciones religiosas, considera que su verdad no es asunto opcional sino obligatorio, con el consecuente atropello de la libertades individuales.
Román Revueltas Retes
(v.pág.4 del periódico Público del 12 de marzo de 2006).
El Congreso ha aprobado US$ 320 millardos adicionales al presupuesto del Departamento de Defensa, que por sí solo se ha incrementado en 40% desde 2001, pero "la fiscalización ha sido laxa", asegura el senador demócrata Jack Reed.
Dina Rasor, dirigente de un proyecto denominado "Follow the Money", declaró: "Las tropas están obteniendo lo que no necesitan pero no consiguen lo que requieren. Un soldado nos dijo que aunque su unidad no podía obtener suficiente blindaje, les llegó una TV de plasma de 60 pulgadas de US$ 15,000 para ver el resumen diario, pero el polvo la descompuso -lo mismo que hizo con otras nueve que recibieron para reemplazar la primera".
Los marines están todavía volando por Iraq en helicópteros de la era de Vietnam.
(V.pág.12 de la edición internacional de TIME del 13 de marzo de 2006).
Algunos conservadores y neoconservadores han comenzado a renegar de la decisión de derrocar a Saddam Hussein hace tres años. William F.Buckley Jr., lo más cercano a un icono conservador que tengan los Estados Unidos, escribió recientemente que "no hay duda de que el objetivo estadounidense en Iraq ha fracasado". El erudito neoconservador Francis Fukuyama ha escrito un libro renunciando a su apoyo previo. El espectro de Iraq balanceándose cada vez más cerca de una guerra civil y de su desintegración ha forzado a un recuento.
En retrospectiva, los neoconservadores (y yo me incluyo entre ellos) hicieron tres enormes errores. El primero fue sobreestimar la competencia del gobierno, especialmente en áreas muy difíciles como la inteligencia sobre Armas de Destrucción Masiva (ADM). El choque de 9/11 provocó la sobreestimación de los riesgos que enfrentaba el mundo. Y los temores de occidente forzaron errores en un sistema altamente falible. Cuando se expresaban dudas, éstas eran rápidamente desechadas. El resultado fue la debacle de la inteligencia sobre las ADM, algo que causó mucho más daño a la legitimidad y al resultado de la guerra que el que muchos han podido asimilar.
El segundo error fue el narcisismo. El poder de los E.U.cegó a muchos con respecto a los resentimientos que la hegemonía siempre provoca. Esos resentimientos son frecuentemente iguales de profundos entre los amigos globales de Estados Unidos que entre sus enemigos -y hace que las alianzas sean tan difíciles como importantes. Esto no quiere decir que los E.U. nunca debieran actuar unilateralmente. Algunas veces el hacer lo correcto generará una reacción en contra, y el país deberá de todas formas hacerlo. Pero todo esto hace más imperativo que cuando los E.U. salgan por un ramal, hagan las cosas correctamente. En estas instancias, el margen de error necesita hacerse tan pequeño como sea humanamente posible. Muchos en la administración Bush, en cambio, hicieron lo opuesto. Enviaron demasiado pocas tropas, fueron descuidados en la planeación de la postinvasión y prestaron oídos sordos a las críticas constructivas, incluso las originadas dentro de sus propias filas. Su renuncia al alto terreno moral, permitiendo el abuso y la tortura de detenidos militares, es repulsiva. Su incompetencia y mal juicio pueden ser perdonados. Su arrogancia y obstinación son inexcusables.
El error final fue no tomar suficientemente en serio la cultura. Existe una gran discrepancia entre el escepticismo neocoservador sobre la capacidad del gobierno para cambiar la cultura en el país y su ingenuidad cuando se trata de complejas culturas tribales y sectarias en otras regiones.
El mundo ha aprendido una dura lección, y ha sido mucho más dura para las decenas de miles de inocentes iraquíes muertos y para algunos miles de soldados de la coalición muertos y heridos que para unos cuantos expertos humillados. La respuesta correcta a ésta no son más declaraciones maquilladas, sino un sentimiento real de vergüenza y pesar por tantos muertos debido a errores cometidos por sus superiores, y por escritores como yo. Todo esto es cierto y necesita ser encarado.
Andrew Sullivan
(v.pág.56 de la edición internacional de TIME del 13 de marzo de 2006).
Si partimos de la inexistencia de las culpas absolutas, ¿dónde termina entonces la culpa de los gobernantes y comienza la del electorado? El pueblo norteamericano votó por Bush en su primera gestión presidencial. Imposible conocer, en esa instancia, sus verdaderos alcances. Para demostrarlos, el jefe de la Casa Blanca, bombardeó Afganistán e Iraq sin justificación alguna, a pesar de la señalada evidencia de que este último país no contaba con bombas nucleares ni bioquímicas imprescindibles para constituir una amenaza para la civilización. Ahí, en esa coyuntura en la que Bush exhibió una vez más su conocida proclividad hacia la mendacidad, además de ignorar la oposición de la ONU, respecto a sus planes militares, arrojó toneladas y más toneladas de obuses "inteligentes", asesinando a miles de inocentes.
Si antes de los crímenes perpetrados en contra de la humanidad -salvo que bombardear países enteros sin justificación alguna no constituya delito alguno- el electorado norteamericano podía llamarse inocente, después de Afganistán e Iraq, resulta imposible defenderlo: ambos son igualmente culpables.
Francisco Martín Moreno
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 18 de marzo de 2006).
Chris Carney no vio acción en Iraq, pero era un analista senior de inteligencia que sirvió en la Oficina del Secretario de Defensa. Formó parte de un núcleo de oficiales de inteligencia militar que estudiaron la insurgencia iraquí durante los pasados tres años y han estado frustrados por la falla de la administración Bush para enfrentar el reto con las fuerzas adecuadas. "Les dijimos que iba a haber una insurgencia", declara Carney a su audiencia en Montrose, Penn. "¿Se prepararon para ello? No. Necesitamos saber por qué no lo hicieron. ¿Por qué el Congreso no está haciendo las preguntas difíciles acerca de esta guerra?".
La primera pregunta de la audiencia es acerca de Iraq: ¿Qué haría Carney ahora? "Yo retiraría un batallón estadounidense por cada betallón iraquí preparado para la batalla. El presidente Bush dice que hay 50 batallones iraquíes listos". Claro, la realidad es que no hay 50 batallones iraquíes listos para operar independientemente; de hecho, de acuerdo con los militares de E.U., no hay ni siquiera uno. "Correcto, pero el presidente asegura que hay 50", comentó Carney más tarde. "No vamos a tener una conversación honesta acerca de la guerra hasta que el presidente deba responder por las cosas que declara".
Las políticas de Carney reflejan con bastante exactitud los puntos de vista de los veteranos de combate de Iraq que se están postulando como demócratas. Ellos no son tanto anti-guerra, como anti-Bush, furiosos por la falta de preparación para la guerra, los niveles insuficientes de tropas, el equipamiento mediocre. "Yo serví en Kosovo y tenía un humvee bien blindado", comenta Jon Soltz, director del comité de acción política de Iraq and Afghanistan Veterans of America. "Luego serví en Iraq y tuve un humvee que no estaba blindado. Perdí a un soldado que envié en un convoy sin blindaje. Uno no olvida algo así".
Joe Klein
(v.pág.16 de la edición internacional de TIME del 20 de marzo de 2006).
Tres años después de que el presidente George W.Bush inició la invasión a Irak, la guerra continúa con costos ascendentes en vidas y gastos.
Según las cifras del Pentágono (hasta el 15 de marzo), 2,310 soldados han muerto en Irak desde el inicio de la invasión. De ellos 1,808 murieron en combate y 502 a causa de accidentes, enfermedades u otras causas.
Otros 17,124 soldados de Estados Unidos han sido heridos. De ellos, 9,212 regresaron a la acción en un lapso de 72 horas. El resto sufrió heridas más serias, entre ellos unos 400 perdieron un brazo, pierna, mano o pie.
Las cifras no incluyen a los civiles de EU que murieron o fueron heridos en Irak mientras trabajaban para su gobierno, empresas privadas o grupos de asistencia civil.
No hay estimados independientes verificables de la cifra de soldados iraquíes muertos en las primeras semanas de la guerra, ni cifras oficiales de las bajas civiles. Pero recientemente, Bush estimó que los iraquíes muertos suman unos 30,000.
Un grupo de derechos humanos, llamado Body Count con sede en Londres estima que al menos 33,638 civiles iraquíes han muerto como resultado de la guerra, basándose en la tabulación independiente de muertes confirmadas en los medios.
Los estadunidenses han gastado 250,000 millones de dólares en operaciones militares y esfuerzos de reconstrucción en Irak, una guerra que le está costando hoy al Pentágono cerca de 6,000 millones de dólares al mes, según el Servicio de Investigación del Congreso.
Estos gastos no incluyen los llamados costos fijos, que son parte de los gastos del Pentágono -tales como pagarles a los soldados- sino que sólo refleja los costos directos de la guerra, como pagos extras por operaciones de combate, combustible, municiones y otros gastos relacionados con el conflicto.
El verdadero precio de la guerra, sin embargo, incluirá gastos que no figuran en esta relación, en particular los costos a largo plazo de brindar atención médica durante toda la vida a los soldados heridos en la guerra o que sufren de problemas de salud mental relacionados con el conflicto. "Habrá costos posteriores" dijo el contralor general David Walker, director de la Oficina de Contabilidad del gobierno, agencia del Congreso que supervisa los gastos federales.
Se han gastado, destruido, o entregado a las nuevas fuerzas iraquíes miles de millones de dólares en tanques, aeronaves, equipo de comunicación y otros equipos militares. Pero los oficiales militares dicen que se necesitarán miles de millones de dólares para gastos adicionales a fin de llevar las existencias de equipo crítico a los niveles en los que estaban antes de la guerra.
"La debacle de inteligencia en Irak nos ha costado muy caro en nuestros esfuerzos por tratar con Irán y Corea del Norte", dice Joseph Cirincione, director de No Proliferación en Carnegie Endowment for International Peace, un grupo de investigación y defensa de Washington. "La gente simplemente no nos cree".
Bon Deans
(v.pág.40 del periódico Público del 24 de marzo de 2006).
"Incompetente" fue la respuesta más frecuente en una encuesta de Pew Research que pedía a los estadounidenses describir al presidente Bush en una sola palabra. Las palabras que le siguieron fueron: "bueno", "idiota" y "mentiroso". En febrero de 2005 la palabra más frecuente fue "honesto".
(V."Notebook" de la edición internacional de TIME del 27 de marzo de 2006).
Al viajar por la región desde el inicio de la guerra, he escuchado las mismas ideas de funcionarios gubernamentales de alto rango en Jordania, Turquía, Siria y Arabia Saudita: sólo un fuerte general sunita podría controlar a Iraq. ¿Pero qué pasa con los justos reclamos de la mayoría shiita? "Oh, los shiitas usualmente aguantan", me dijeron en Arabia Saudita. "Ellos son simples campesinos".
Hubo un cinismo impresionante en todo esto. Hubo también expresiones de incredulidad acerca de que el presidente George W.Bush pensara que podía traer la democracia a una sociedad medieval en la que las unidades sociales más fuertes eran las tribus. Saddam era peligrosamente excesivo, concedían sus vecinos, pero también el pueblo iraquí -"el más violento en el vecindario", me comentó un jordano. Nadie dijo que los shiitas usualmente tenían que soportar brutalidades inenarrables antes de acordar "aguantar". Pero esto era realismo al estilo del Medio Oriente.
Tres años en esta horrible aventura, el esfuerzo de E.U.en Iraq ha sido una mortal combinación de fantasía utópica e incompetencia casi criminal. La ausencia de una bien pensada preparación militar -la falta de voluntad de la administración Bush para reconocer la existencia de una guerrilla insurgente- es descrita en mayor detalle que nunca antes en un nuevo libro Cobra II, por el general retirado del Cuerpo de Marines Bernard Trainor y Michael Gordon. Sigue siendo un misterio el por qué a Donald Rumsfeld, el arquitecto de este desastre, se le ha permitido continuar como secretario de Defensa de E.U. Hay algunas buenas noticias en Iraq hoy, informa Andrew Krepinevich, un reconocido experto en contrainsurgencia en E.U.(y graduado de West Point): "Después de la reciente ola de violencia sectaria, todos los partidos -inclusive algunos sunitas- se dan cuenta de que nos necesitan para mantener la paz. La mala noticia es que no tenemos un plan de campaña real para lograrlo".
Krepinevich y Kenneth Pollack de la Brookings Institution de Washington apoyan la estrategia de abajo hacia arriba "mancha de aceite". Este es un plan clásico de contrainsurgencia, en el cual las fuerzas de E.U.se abstendrían de barridos para golpear-el-bulto o buscar-y-destruir, como el sobrepublicitado asalto de helicópteros al norte de Bagdad de la semana pasada; en lugar de ello se concentrarían en proporcionar una fuerte presencia policiaca local y desarrollo económico en las 14 de 18 provincias iraquíes que son relativamente estables. Si se consigue progresar en esas áreas, el argumento funciona, la "mancha de aceite" de la estabilidad pudiera extenderse al resto del país. El problema es que esta estrategia requerirá de más tropas y tiempo -cinco años, cuando menos- del que la mayoría de los estadounidenses parecen estar preparados a apoyar. "Puede que hayamos sobrepasado el punto de retorno", admite Pollack. "Puede que ya no tengamos credibilidad entre los irquíes, o el público estadounidense, para hacer esto exitoso. Pero la única alternativa es un baño de sangre étnico".
En el número actual de Foreign Affairs, el historiador militar Stephen Biddle arguye que el pleito interno iraquí no es una "guerra maoista del pueblo" como lo fue Vietnam: es una guerra civil comunal, y la polñitica de Bush de construir rápidamente un ejército iraquí "le echó gasolina al fuego... los sunitas perciben que el ejército 'nacional' es una milicia kurdo-shiita con esteroides". Pollack concuerda: "Tenemos alrededor de 50 batallones iraquíes capaces de combatir ahora, pero ninguno de ellos está mezclado étnicamente". Biddle explica que los esfuerzos del embajador de E.U., Zalmay Khalizad, para conseguir un acuerdo necesitan reforzarse mediante amenazas estadounidenses de "manipular el balance de poder militar" -en otras palabras, apoyar a una de las facciones étnicas, como el imperio colonial británico solía hacer. Es cierto que una solución itaquí es imposible sin una gran negociación política (incluyendo una fórmula para distribuir los ingresos petroleros), pero la idea de que los E.U.puedan manipular tal resultado -por la fuerza, nada menos- parece, cuando más, fantasiosa.
La tercera opción posible es la retirada, la cual Bush no va a conceder nunca -pero ya no es algo impensable, dada la evaporación del apoyo público a la guerra. La retirada dejaría la anarquía en Iraq y posiblemente llevaría a una guerra regional de sunitas contra shiitas. Bush no lo aceptará, pero en el tercer aniversario de la guerra, la única razón plausible para permanecer en Iraq es para prevenir una catástrofe mayor. Eso es realismo, estilo estadounidense.
Joe Klein
(v.pág.19 de la edición internacional de TIME del 27 de marzo de 2006).
El "halcón" en temas de defensa Richard Perle, ha declarado que Estados Unidos hizo bien la guerra y mal la postguerra.
Francis Fukuyama, profesor de la Escuela de Estudios Avanzados Internacionales de la Universidad Johns Hopkins, y autor de America at the Crossroads: Democracy, Power, and the Neoconservative Legacy declaró: "La ocupación de Iraq ha servido como un tremendo estímulo para el antiamericanismo árabe y musulmán y en consecuencia ha hecho al terrosimo islamista radical significativamente peor de lo que sería en otras circunstancias. La reputación estadounidense alrededor del mundo ha recibido un gran golpe entre la gente ordinaria, que ahora es más probabe que asocie nuestra democracia con escenas de abuso de prisioneros, que con la Estatua de la Libertad. Nosotros, de paso, no sabemos que traerá el futuro, pero el potencial optimista del orden en el Iraq post-Saddam parece más y más limitado. El estado central permanecerá debilitado durante años, y donde los partidos shiitas han establecido su mando, no tendremos una democracia liberal sino un gobierno clerical tipo iraní".
Bernard-Henri Levy, filósofo francés autor del recientemente publicado American Vertigo declaró: "Lo que se necesitaba era romper el ciclo infernal del 'choque de civilizaciones' à la Sam Huntington y Osama bin Laden. En vez de ello, la guerra le insufló nueva vida. En concreto, rara vez las famosas palabras de Blaise Pascal han sido más verdaderas: 'Aquél que quiera actuar como ángel se convertirá en la bestia'. Lo que inicia como una noble y moral intención de derrocar a un tirano se convierte en un desastre político y en un gigantesco paso hacia atrás en la larga, necesaria guerra contra el fascislamismo. ¡Un campo de ruinas!"
Anne-Marie Slaughter, decana de la Escuela Woodrow Wilson de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Princeton dijo: "¿Es la causa de liberar un pueblo e impulsarlo al cambio progresista político y económico en la región más peligrosa del mundo, una por la que valga pelear y morir? Indudablemente. ¿Pero esta guerra -con su desprecio por aliados e instituciones, su ceguera voluntaria hacia cualquier escenario diferente a una victoria fácil y democracia inmediata, y la irresponsabilidad de sus planificadores tan profunda como para ser inmoral en su falla para proteger el patrimonio cultural, la infraestructura y las vidas de gente que nunca pidió la guerra- ha valido la pena? El despilfarro de vidas y de vastas sumas de dinero mediante una combinación de arrogancia y negligencia nunca valdrá la pena. Y si la administración hubiera tenido la voluntad de hacer una completa y honesta evaluación de los verdaderos costos y de los inciertos beneficios antes de invadir Iraq, dudo que una mayoría del pueblo estadounidense hubiera apoyado la guerra".
Lawrence B.Wilkerson, coronel del Ejército de E.U., ahora retirado, que fuera jefe de asesores para el secretario de Estado Colin Powell, explicó: "Yo soy principalmente un estratega, y desde esa perspectiva la guerra ha sido un desastre. Primero, el principal ganador ha sido Irán: se deshizo de su mayor amenaza, Saddam y sus militares, sin disparar un tiro; ganó las elecciones iraquíes de diciembre 15; posee el sur, en particular Basora; y se ha sentido en la libertad de elegir a Mahmoud Ahmadinejad, quien, a su vez, se ha sentido en la libertad de reclamar el liderazgo del Islam radical, liderazgo que Osama bin Laden había reclamado en 9/11. Segundo, el principal perdedor -después del mismo Iraq- ha sido Israel, cuyos líderes deben ahora temer más que nunca el nuevo margen estratégico de maniobra proporcionado a Irán por la ineptitud estadounidense. Tercero, la guerra general contra el terrorismo global ha sido afectada en forma importante por el fracaso en Iraq. El reclutamiento entre las filas musulmanas ha sido ayudado significativamente, mientras que Estados Unidos ha desperdiciado el liderazgo en el mundo de las ideas, que es el verdadero campo de batalla en este conflicto".
Richard Haas, exayudante del presidente George H.W.Bush y presidente del Consejo de Relaciones Exteriores, declaró: "La guerra ha absorbido una tremenda cantidad de capacidad militar de E.U., dando por resultado que E.U.cuente con mucho menos capacidad disponible para usarla activamente o explotarla dilomáticamente. Esto ha debilitado nuestra posición contra Korea del Norte e Irán. Ha exacerbado los problemas fiscales del país. La guerra también ha contribuido al distanciamiento del mundo con E.U.y hecho más difícil el galvanizar el apoyo internacional para la política estadounidense referente a otros retos. El legado de Iraq pudiera también llevar a una renovada resitencia pública estadounidense a involucrarse internacionalmente".
Kenneth Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch, expresó: "Los derechos humanos se conviertieron en una justificación posterior a los hechos sólo cuando resultó que no había armas de destrucción masiva o relación antes de la guerra con el terrorismo internacional. Por lo mismo no pienso que la guerra debiera haberse peleado o que pudiera justificarse ahora como una exitosa intervención humanitaria".
David M.Kennedy, profesor de Historia en la Universidad de Stanford y ganador en 2000 del Premio Pulitzer, declaró: "Desde el inicio, la guerra fue una colosalmente brillante e impresionantemente riegosa apuesta. Desafortunadamente y no sorpresivamente, los E.U.han fallado en vencer a las probabilidades. Olvidemos las armas de destrucción masiva y los lazos con al-Qaeda. El propósito real al invadir Iraq era la extravagante ambición de transformar la cultura política de todo el Medio Oriente. La administración Bush apostó el poder de los Estados Unidos y sus buenas intenciones contra el peso acumulado de siglos de rivalidad religiosa, tensiones tribales, desenfrenado derramamiento de sangre y mando autoritario. Incluso el hiperpoder estadounidense ha probado no ser contrincante para el peso de toda esa dolorosa historia".
(V.pág.23 de la edición internacional de TIME del 27 de marzo de 2006).
La secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice, admitió que su país ha cometido "miles de errores tácticos" en Iraq.
(V.pág.10-A del periódico El Informador del 1o.de abril de 2006).
George W.Bush cuenta con índices de popularidad muy bajos. Sus mentiras para invadir Irak, el fracaso de la campaña militar y las víctimas norteamericanas que ha costado, los escándalos de torturas, abusos de poder y corrupción, la incapacidad para enfrentar desastres domésticos y una economía que no despega han logrado que hasta sus correligionarios piensen que lo está haciendo mal.
Lucía Luna Elek
(v.pág.17 del periódico Público del 2 de abril de 2006).
"Lo que incluso el hombre ordinario de la calle supuso antes de que la administración Bush iniciara su guerra, ha resultado verdadero: un país que el dicatador Saddam mantenía unido con un brutal y apretado puño está girando fuera de control. Gente desacostumbrada a la democracia y dividida por antiguas rivalidades es improbable que busque la coexistencia pacífica. Quizá el ideal estadounidense de un crisol sedujo a la administración Bush a simplificar irresponsablemente la complicada situación en Iraq."
Hans Gerbig / Gersthofen, Alemania
"La elección en Iraq parece ser cada vez más entre imponer un estado policiaco o desatar una guerra civil. Dada la fracturada historia del país y la conformación dividida de la población, esos dos resultados eran previsibles desde antes de la invasión de E.U. en 2003. Aunque el presidente pensó que simplemente diciendo las palabras mágicas libertad y democracia las podía hacer aparecer, su optimismo simplista nunca tuvo una oportunidad ante la compleja realidad. La guerra de Bush tomó una mala pero estable situación bajo Saddam Hussein y la hizo peor para los iraquíes, la región y el mundo."
Robert J.Inlow / Charlottesville, Virginia
"Los iraquíes probablemente estarían mejor con un dictador, alguien que los obligara a seguir juntos. Son un pueblo que prospera con las dictaduras y los odios hereditarios."
Michael Klena / Baltimore, Maryland
"Bush ha cometido error tras error sin ofrecer siquiera una explicación o hacer responsable a alguien. ¿Este es el hombre al que hemos confiado nuestra seguridad? El no lo acepta, mientras que el resto de nosotros miramos espantados su incompetencia. Espero que todos los que votaron para reelegirlo se den cuenta del error que cometieron."
Sue Brown / West Hartford, Connecticut
Letters
(Edición internacional de TIME del 3 de abril de 2006).
El presidente egipcio, Hosni Mubarak, consideró que se libra actualmente una guerra civil en Irak, que podría extenderse a la región si las tropas de Estados Unidos se retirasen del país, en una entrevista difundida ayer por la cadena de televisión por satélite Al Arabiya.
(V.pág.29 del periódico Público del 9 de abril de 2006).
"Hay chiitas en todos esos países (de la región), en proporciones importantes, y en general los chiitas son siempre leales a Irán y no a los países en los que viven", señaló Mubarak.
(V.pág.15-A del periódico El Informador del 10 de abril de 2006).
"Los 'tres grandes errores' que menciona Sullivan -exceso de confianza, narcisismo y subestimar la importancia de la cultura- en realidad se resumen en uno: arrogancia estadounidense. El resto del mundo estuvo en desacuerdo con los planes de invadir Iraq, pero la administración Bush pensó que el mundo era cobarde. El mundo, bien consciente de las condiciones en Irlanda del Norte, los Territorios Palestinos y Cachemira, anticipó el caos en Iraq, pero el gobierno de E.U.pensó que él sabía más. Mientras Iraq se hace pedazos, Sullivan necesita preguntar si Iraq emulará alguna vez a Sudáfrica, Rumania o incluso Filipinas, cada lugar donde germinó la democracia porque su semilla fue plantada por la población."
Narmada Guruswamy / Aberdeen, Escocia
"Sullivan se equivoca nuevamente acerca de la guerra. Los E.U.no fueron a la guerra contra Saddam Hussein porque los iraquíes estuvieran muriéndose de hambre y existiera corrupción en el programa de petróleo-por-alimentos de la ONU. Los E.U.fueron a la guerra en Iraq ostensiblemente para contener el terrorismo islámico. Pero el alegato de que Iraq tenía armas de destrucción masiva fue sólo una excusa para invadir, e Iraq no era una base para los terroristas islámicos. Derrocando a Saddam, los E.U.le dieron otra base a los yihadistas. El ataque al Talibán en Afganistán fue la forma correcta de actuar. Los E.U.debieron haber presionado a todos los países en los cuales los terroristas islámicos cuentan con campos de entrenamiento y madrasas, donde se les lava el cerebro a los jóvenes con una cultura de odio ciego. Iraq fue, trágicamente, el sitio equivocado para ir a la guerra."
Rita Putatunda / Pune, India
Letters
(Edición internacional de TIME del 10 de abril de 2006).
Si nos estuviéramos calificando, diría que probablemente mereceríamos una D o D+ como país.
Donald Rumsfeld, secretario de Defensa de E.U., evaluando el progreso contra la ideología extremista de los terroristas en la "batalla de ideas" global
("Verbatim" en la edición internacional de TIME del 10 de abril de 2006).
Pienso que alguna gente puede estar empujando al presidente Bush en la dirección incorrecta. No creo que los Estados Unidos puedan imponer su voluntad a otros. Todas estas declaraciones de ataques preventivos, de ignorar al Consejo de Seguridad de la ONU y las obligaciones legales internacionales... todo esto está llevando a un noche oscura.
Mikhail Gorbachev
(v.edición internacional de TIME del 10 de abril de 2006).
Un insurgente baathista minimiza la presencia de odio sectario: "Es verdad que hay escuadrones de la muerte matando shiitas y matando sunitas, y aunque los escuadrones son iraquíes, son en realidad instrumentos de intereses extranjeros" -refiriéndose a al-Qaeda e Irán.
(V.pág.33 de la edición internacional de TIME del 10 de abril de 2006).
El mayor general retirado John Batiste, uno entre varios militares de alto rango exigiendo el despido del secretario de Defensa Donald H.Rumsfeld, declaró el viernes que no existe un esfuerzo coordinado para que lo corran, calificando a una serie de declaraciones criticándolo "una absoluta coincidencia".
Batiste, quien comandó las fuerzas de la Primera División de Infantería en Iraq, dijo que había declinado la oportunidad de una promoción al rango de teniente general y el regreso al país destrozado por la guerra como oficial militar No.2 de E.U.debido a que no podía aceptar el duro estilo administrativo de Rumsfeld. Agregó que no creía que Rumsfeld hubiera sido suficientmente responsabilizado por el plan que llevó a la invasión de Iraq y el derrocamiento de Saddam Hussein, aunque él también confirmó que "no tenemos otra opción más que tener éxito en Iraq".
"Fuimos a la guerra con un plan defectuoso que no preparó para el duro trabajo de construir la paz después de que tumbamos al régimen. Servimos bajo un secretario de defensa que no entendió lo que era liderazgo, que fue abusivo, que fue arrogante y que no creó un equipo fuerte".
Al preguntárse por qué enfocaba sus críticas a Rumsfeld y no al presidente Bush, Batiste respondió: "Mi foco es el Departamento de Defensa. Es lo que conozco".
Otros dos generales retirados solicitaron la renuncia del secretario el jueves, con lo que el número llegó a seis este mes.
Batiste explicó: "Creo que esto es bueno para la democracia. No tengo nada que ganar al hacer esto. No hay ninguna agenda política".
El mayor general retirado del Ejército John Riggs declaró que Rumsfeld promovió una "atmósfera de arrogancia". Otro mayor general retirado del Ejército, Charles Swannack comentó que Rumsfeld microadministró la guerra. "Necesitamos un nuevo secretario de defensa", concluyó.
Expertos en la milicia dicen que el desfile de militares recientemente retirados pidiendo la renuncia de Rumsfeld está causando problemas y amenaza con socavar el fuerte apoyo de que Bush ha gozado entre los cuerpos de oficiales y las tropas.
Con el sentimiento público antiguerra aumentando "el presidente y su equipo no pueden permitirse perder ese apoyo", declaró Kurt Campbell, ex subsecretario asistente de defensa.
Llamados anteriores para el reemplazo de Rumsfeld vinieron del general de marines retirado Anthony Zinni y del teniente general de marines retirado Paul Eaton.
Rumsfeld ha sido un pararrayos para las críticas desde el inicio de la guerra en marzo de 2003.
Se le ha culpado de enviar demasiado pocas tropas de E.U.y por subestimar la fuerza de la insurgencia. Aceptó la responsabilidad en 2004 por el abuso de prisioneros en Abu Ghraib, y por la brusca respuesta que le dio a un soldado de la Guardia Nacional que le reclamó los blindajes inadecuados.
Los legisladores republicanos le han ofrecido muy poco apoyo público.
The Associated Press, 14 de abril de 2006.
El presidente George W. Bush, haciendo caso omiso de varios generales retirados que han exigido la renuncia de Donald H. Rumsfeld, dijo el viernes que el secretario de Defensa goza de su pleno apoyo y que el liderazgo del Pentágono por parte del funcionario era "exactamente lo que se necesita en este grave período".
Bush habría formulado ese comunicado para poner fin a una serie de reclamos de varios generales retirados, incluidos algunos que liderearon tropas en Irak, pidiendo la destitución de Rumsfeld. Lo acusan de haber cometido graves errores en el país árabe y en otras cuestiones vinculadas a las fuerzas armadas.
The Associated Press, 14 de abril de 2006.
La violencia producto de una guerra civil comunal incipìente está aumentando rápidamente. El mes pasado, las milicias chiíes cometieron ocho veces más asesinatos que los insurgentes sunnis en actos terroristas. La insurgencia, de acuerdo a los cables de funcionarios del Servicio Exterior de la Unión Americana, también continúa mutando. Mientras tanto, la estrategia del presidente Bush de entrenar a la policía y al ejército iraquíes para suplantar a las fuerzas de la coalición -"Cuando ellos suban, nosotros bajaremos"- está acelerando el problema perversa y portentosamente.
Los funcionarios del Departamento de Estado en el área reportan que las milicias chiíes utilizan el entrenamiento como cobertura para infiltrar posiciones claves. Así, la estrategia para crear instituciones de orden y seguridad está encendiendo la guerra civil.
Más que ser recibidos como inteligencia invaluable, los mensajes de los funcionarios del Servicio Externo son descartados o, peor, considerados como señales de deslealtad.
Hasta ahora, dos agregados importantes de la embajada han sido reasignados a otras áreas por producir reportes que eran demasiado perturbadores, de acuerdo con funcionarios del Departamento de Estado.
La respuesta preferida de la administración Bush a la creciente desintegración en Irak es actuar como si dispusiese de una estrategia que estuviese triunfando. "Más engaños como solución ante la ausencia de una solución", me dijo un funcionario del Departamento de Estado.
Como regla, los funcionarios del Servicio Exterior son abnegados en su lealtad a cualquier administración. El Buró de Inteligencia e Investigación del Departamento de Estado tenía razón en su escepticismo ante la guerra en cuanto a que Sadam poseyera armas de destrucción masiva, pero fue ignorado. El Departamento de Estado tuvo razón en su evaluación, contenida en El futuro del Proyecto Irak, de 17 volúmenes, sobre el esfuerzo inmenso que se requería para la reconstrucción después de la guerra, pero fue ignorado. Ahora los reportes del Departamento de Estado desde Irak son correctos, pero sus autores están siendo castigados.
"¿Alguna vez se imaginó, en sus sueños más descabellados, que después de Vietnam estaríamos haciendo esto de nuevo?", señaló un importante funcionario del Departamento de Estado a otro, la semana pasada.
Sidney Blumenthal
(v.pág.29 periódico Público del 16 de abril de 2006).
El gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, opinó que el secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, debe renunciar al cargo por su conducción de la guerra en Iraq.
"Además de que la guerra en Iraq ha estado mal dirigida, debiéramos escuchar lo que estos generales tienen que decir", dijo Richardson.
"Estos caballeros aseguran que el secretario Rumsfeld no los escuchó sobre estrategias; es un asunto de no admitir errores y mantener un curso que no funciona", dijo el gobernador Richardson.
Agregó que las fuerzas desplegadas en Iraq se sienten frustradas por carecer de suficiente armamento y es obvio que el secretario Rumsfeld desoye sus quejas.
(V.pág.19-A del periódico El Informador del 17 de abril de 2006).
"El pueblo iraquí está perdiendo la paciencia por la falta de seguridad y de estabilidad. En este momento carecen de un gobierno funcional, uno que pueda proporcionar servicios públicos. Debe mantenerse la presión sobre Abdel Aziz al-Hakim, el hombre que encabeza la coalición de partidos shiitas. Al-Hakim parece más preocupado en la actualidad por unificar a los shiitas iraquíes con los de Irán. Eso va contra los intereses sunitas y kurdos, así como contra los deseos de los otros países vecinos de Iraq."
Alex Ohan / Toronto
Letters
(Edición internacional de TIME del 17 de abril de 2006).
Desde 2000 hasta octubre de 2002 fui teniente general del Cuerpo de Marines de Estados Unidos y director de operaciones para el Estado Mayor Conjunto. Después de 9/11, fui testigo y también parte en las acciones que nos llevaron a la invasión de Iraq -una guerra innecesaria. Dentro de la familia militar, no oculté mi punto de vista de que las razones fanáticas para la guerra carecían de sentido. Y pienso que hablé lo suficiente para incomodar a mis superiores. Pero ahora me arrepiento de no haber retado más abiertamente a aquellos que estaban determinados a invadir un país cuyas acciones eran periféricas a la amenaza real -al-Qaeda. Me retiré de la milicia cuatro meses antes de la invasión, en parte debido a mi oposición a aquellos que habían utilizado la tragedia de 9/11 para secuestrar la política de seguridad de Estados Unidos. Hasta ahora, me había resistido a hablar en público. He estado callado lo suficiente.
El costo de un liderazgo defectuoso continúa pagándose en sangre. La voluntad de nuestras fuerzas de cargar ese peso debería hacer una obligación sagrada para los líderes civiles y militares el generar correctamente nuestra política de defensa. Deben estar absolutamente seguros de que la comisión sea para una causa tan honorable como el sacrificio.
Con el apoyo de algunos que todavía se encuentra en posiciones de liderazgo militar, lanzo un reto a aquellos todavía uniformados: es responsablilidad de un líder dar voz a aquellos que no pueden -o no tiene la oportunidad de- hablar. En los Estados Unidos, los miembros enlistados en las fuerzas armadas hacen su juramento a sus superiores designados; un oficial hace el juramento no a una persona, sino a la Constitución de los Estados Unidos. La distinción es importante.
Yo no me opongo a la guerra. Con gusto hubiera cambiado mis estrellas de general por unas barras de capitán para dirigir a nuestras tropas en Afganistán para destruir al Talibán y a al-Qaeda. Y aunque no acepto las razones expuestas para invadir Iraq, mi punto de vista -en este momento- es que una retirada precipitada sería un error. Enviaría una señal, escuchada en todo el mundo, que reforzaría el mensaje yihadista de que los Estados Unidos pueden ser derrotados, y con ello incrementaría la posibilidad de futuros conflictos. Si de todas formas los iraquíes demuestran su incapacidad para gobernarse, y existe una guerra civil abierta, estaré preparado para cambiar mi posición.
Los Estados Unidos nunca antes han sido servidos por una milicia tan profesional y competente. Por esa razón, la reciente declaración de la secretaria de Estado Condoleezza Rice de que "nosotros" tomamos "decisiones estratégica correctas" pero cometimos miles de "errores tácticos" es enfurecedora. Refleja un esfuerzo para oscurecer los gruesos errores estratégicos echándole la culpa del fracaso a aquellos que han peleado resueltamente. La verdad es que las fuerzas de E.U.son exitosas a pesar de la guía estratégica que reciben, no por causa de la misma.
Lo que estamos viviendo ahora son las consecuencias de sucesivos errores políticos. Algunos de los traspiés incluyen: la distorsión de la inteligencia en la preparación para la guerra; la microadministración que evitó que las fuerzas de E.U.contaran con los recursos suficientes para hacer el trabajo (reminiscente de los errores de Robert McNamara, secretario de Defensa de E.U. durante la Guerra de Vietnam); la falla en retener y reconstruir a la milicia iraquí a tiempo para que ayudaran a sofocar el desorden civil; la negativa inicial de que una insurgencia estaba en el centro de la oposición a la ocupación; el rechazo de aliados que pudieran haber ayudado de forma más robusta a la reconstrucción de Iraq; y la continuada falla de otras agencias del gobierno de E.U.en involucrar activos en el mismo grado que el Depratamento de Defensa. Mi sincero punto de vista es que la comisión de fuerzas de E.U.a esta lucha se hizo con una ligereza y fanfarronería que son características de aquellos que nunca han tenido que ejecutar estas misiones -o sepultar sus resultados.
Los errores de los civiles estadounidenses son una cosa; el error de los líderes militares del Pentágono es otra muy diferente. Esos son hombres que saben las duras consecuencias de la guerra pero, con pocas excepciones, actuaron tímidamente cuando se requerían urgentemente voces que fueran escuchadas. Cuando supieron que el plan estaba equivocado, vieron la inteligencia distorsionada para justificar una razón para la guerra, o atestiguaron una microadministración arrogante que a veces dañó la efectividad militar, muchos líderes que visten uniforme escogieron la inacción. Unos pocos de los más antiguos oficiales apoyaron realmente la lógica para la guerra. Otros fueron simplemente intimidados, mientras que otros más deben haber creído que el principio de obediencia no permite una disidencia respetuosa. La consecuencia de la aceptación de los militares fue que un plan fundamentalmente equivocado fue ejecutado para una guerra inventada, mientras que la persecución del verdadero enemigo, al-Qaeda, pasó a un segundo término.
Ha habido excepciones, aunque raras, a la regla de silencio entre los líderes militares. El exjefe del Estado Mayor del Ejército, general Shinseki, cuando se le pidió que ofreciera su opinión profesional durante un testimonio congresional antes de la guerra, sugirió que pudieran necesitarse más tropas para después de la invasión. El secretario y el subsecretario de Defensa lo reprendieron públicamente y lo marginalizaron en sus restantes meses en el puesto. El general del Ejército John Abizaid, cabeza del Comando Central, ha defendido fuertemente sus puntos de vista sobre estrategia y microadministración de la lucha en Iraq -frecuentemente con éxito. El comandante general de los marines Mike Hagee enfrentó firmemente los planes de reducir fondos, personal y equipo a su servicio, mientras el Cuerpo ha batallado para mantener su capacidad de lucha.
La administración Bush y los altos oficiales militares no están solos en su culpabilidad. Miembros del Congreso -de ambos partidos- fallaron en el cumplimento de su responsabilidad constitucional de supervisar. Muchos en los medios vieron los avisos y escucharon relatos precautorios antes de la invasión por parte de observadores con conocimientos como los exjefes del Comando Central Joe Hoar y Tony Zinni, pero dieron peso insuficiente a sus puntos de vista. Esas son las mismas organizaciones noticiosas que ahora subestiman tanto lo heroico como lo constructivo en Iraq.
¿Qué se puede hacer? Se requieren ideas frescas y caras frescas. Eso significa reemplazar a Rumsfeld y a muchos otros carentes de voluntad para cambiar fundamentalmente su enfoque. Las tropas en el Medio Oriente han cumplido con su deber. Ahora se necesita gente en Washington capaz de construir una estrategia unificada digna de ellos. Es tiempo de enviar una señal a Estados Unidos, a sus fuerzas y al mundo de que los E.U.no comprometerán su seguridad, pero están preparados para repensar cómo alcanzarla. Es tiempo de que los altos líderes miliares abandonen la cautela en la expresión de sus puntos de vista y se aseguren de que Bush los escuche claramente.
Teniente general retirado Greg Newbold
(v.pág.38 de la edición internacional de TIME del 17 de abril de 2006).
La nueva crisis diplomática internacional, causada por enriquecimiento de uranio iraní, es sólo una consecuencia más del meollo ocasionado por EE UU y su rediseño forzado del Medio Oriente.
La ocupación estadounidense de Afganistán e Iraq y la muerte de Yasser Arafat ha dejado al mundo islámico sin un líder regional y ha incrementado el sentimiento antiestadounidense entre todos los países de la zona.
Arabia Saudita y Paquistán son percibidos en el mundo árabe como aliados de EE UU. Ante el vacío de poder dejado por Hussein, Irán hoy juega la carta nuclear, se revela ante el occidente representado por el eje Washington-Londres y trata de afianzar su papel como potencia regional.
Irán no es el Iraq de Hussein. Irán tiene una población muy educada, con una prensa muy dinámica, aunque hoy controlada por el gobierno ultraconservador. El ejército iraní no es la vergüenza que terminó siendo el de Iraq. Adicionalmente, Irán tiene una fuerte presencia en el mundo islámico y tiene a dos aliados estratégicos en el Consejo de Seguridad, Rusia y China.
EE UU tiene un doble estándar nuclear. Desde hace más de 30 años persigue un Medio Oriente libre de armas nucleares, pero avala el poderío nuclear de Israel. Ante la India y Paquistán, que no son signatarios del Tratado de No Proliferación Nuclear, ha demostrado esa doble moral al avalar a estas naciones como potencias nucleares. Por todo ello, Irán no dará marcha atrás y occidente tendrá que aceptar un fait accompli con el que tendrá que formular nuevos enfoques diplomáticos y geoestratégicos. Hay expertos que aseguran que Irán no podrá desarrollar un arma nuclear sino hasta dentro 15 años, así que Washington tiene tiempo de sobra para componer el rompecabezas que ha hecho del Medio Oriente y encontrar una nueva forma de relacionarse con el Irán nuclear.
Genaro Lozano, Miembro del Comexi, Investigador Fundar
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 19 de abril de 2006).
La reacción de Washington no es contra Ahmadineyad. Desde 2001 incluyó a Irán en el denominado "eje del mal" y hay evidencias de que ya en 2003 había planes para una eventual acción militar en su contra. En ambas fechas era todavía presidente el moderado Mohamed Jatami y Bush nunca tomó la mano que le extendía; al contrario, lo acorraló hasta devolverle el poder a los radicales.
Sin solucionar el conflicto en Irak, atacar Irán sería crear un pandemonium en esa región, con efectos impredecibles en todo el mundo. Estados Unidos tampoco está en óptimas condiciones políticas y militares para abrir un nuevo frente, y Bush lo sabe. Por eso ahora está en la fase del "músculo diplomático" y el trabajo de "inteligencia". Ojalá no se le vayan otra vez de las manos.
Lucía Luna Elek
(v.pág.17 del periódico Público del 23 de abril de 2006).
En Irak, bajo Sadam, reinaba una seguridad absoluta en las ciudades como en el campo. Un occidental podía caminar solo, por todos lados y a cualquier hora del día. Paradójicamente, un Irak ocupado por las tropas estadunidenses se ha convertido en el país más peligroso del planeta para un visitante occidental, dice Renaud Girard, analista del diario Le Figaro.
Resalta que bajo la dictadura de Sadam las mujeres salían a la calle sin velo, y la minoría cristiana -lo mismo para los judíos de Bagdad- podía practicar libremente su religión: en una comunión solemne en pleno centro de Bagdad en febrero de 2003, uno podía escuchar las campanas a todo vuelo y ver a las familias fotografiándose en las escalinatas de la iglesia. La escena sería hoy día totalmente impensable, dice Girard.
"En efecto, una de las consecuencias de la decisión de invadira a Irak, tomada por el más abiertamente cristiano de los dirigentes occidentales, George W.Bush, es paradójicamente el éxodo permanente de la comunidad cristiana iraquí, la más antigua de oriente", añade.
En su apresuramiento para derribar a Sadam, los ideólogos conservadores del Pentágono -el personal civil- no prepararon la situación para la época "post Sadam": "Ellos pensaban que siendo la dictadura el peor de los regímenes, necesariamente las cosas irían mejor después. Se equivocaron. Hay algo peor que la dictadura: es la anarquía. Y hay peor que la anarquía: la guerra civil".
La guerra civil entre musulmanes sunitas y chií ya comenzó. Después del atentado contra la mezquita de oro de Samarra, tercer lugar santo para los chiíes, el 22 de febrero pasado, las milicias chiíes se han librado a un verdadero San Bartolomé -las masacres de protestantes por los católicos en Francia, en 1572- contra las poblaciones sunitas del este de Bagdad. El apoyo táctico de la policía a esas matanzas muestra que nada se puede esperar del estado iraquí para extinguir el incendio interconfesional, dice el analista francés.
El terrorismo se porta bien, ha crecido exponencialmente en toda la región, como reconoce Arnaud de Borchgrave -un comentarista pro Washington- en su texto "Advertencia de tormenta global", donde analiza el fracaso de la intervención en Afganistán y la extensión de la violencia y el terrorismo en toda la región: EU ha perdido su vapor en el Medio Oriente. Con el oro a 600 dólares la onza y el petróleo a 70 dólares el barril, hay cosas peores por venir en Afganistán, Irak, Irán y en el frente israelo-palestino.
Al meterse en el pantano iraquí, el Pentagono perdió todo poder disuasivo frente a las pretensiones nucleares militares del vecino Irán.
Los neoconservadores estadunidenses creían que del voto libre nacería un nuevo Irak, modelo de estado para toda la región. Las elecciones democráticas tuvieron lugar pero el electorado votó según sus filiaciones étnicas y confesionales. Cuando el estado es tan débil que no garantiza la seguridad física de sus ciudadanos, estos últimos se refugian naturalmente en su etnia, la confesión, el clan. Los neoconservadores olvidaron que en la historia mundial de la construcción de sociedades, el estado siempre precedió a la democracia, y no a la inversa.
Rocco Marotta
(v.pág.31 del periódico Público del 23 de abril de 2006).
Lo que distingue la última rebelión de los generales es que éstos están atacando a su antiguo jefe no por motivo de políticas o presupuestos, sino por el manejo de una guerra en marcha. Los generales están haciendo esencialmente la misma afirmación: Rumsfeld se equivocó al desbandar a la milicia iraquí, ha ignorado el consejo de personas con mucha más experiencia en el campo de batalla y ha mostrado muy poca preocupación acerca del abuso a prisioneros iraquíes. Los generales también reclaman que Rumsfeld insistió en una fuerza demasiado pequeña para la invasión, abandonando la doctrina defendida por el exsecretario de Estado y general de cuatro estrellas Colin Powell en 1991, después de la Guerra del Golfo, de atacar raras veces pero con una fuerza impresionante. Rumsfeld quería probar que la Doctrina Powell era obsoleta. En lugar de lograrlo, probablemente haya garantizado que será aplicada durante años.
Existe evidencia de que los retirados están hablando en nombre de generales todavía activos. "Creo", comentó el exjefe del Comando Central Anthony C.Zinni, marine retirado de cuatro estrellas, "que mucha gente se está mordiendo la lengua". Pero no todos: algunos todavía en uniforme han criticado a los retirados por hablar hasta ahora y no antes de la guerra, cuando aceptaron las demandas de Rumsfeld de una fuerza más pequeña y más ligera. Pero una parte consistente del reclamo es que Rumsfeld dejó claro que no escucharía puntos de vista que no se ajustaran al suyo. "Sólo escuchaban el consejo militar cuando satisfacía su agenda", dijo el mayor general John Riggs.
Aunque Colin Powell tiene alguna responsabilidad en la exageración del caso para la guerra antes de la invasión, también ha hecho blanco de Rumsfeld, su viejo rival, declarando la semana pasada: "Cometimos algunos errores inmediatamente después de la caída de Bagdad. No contábamos con suficientes tropas en el terreno. No impusimos nuestra voluntad. Y como resultado se inició una insurgencia... y se salió de control".
Zinni ha declarado que lo mejor para Rumsfeld sería renunciar en vez de obligar a Bush a despedirlo. Pero muchos republicanos bien enterados explican que el destino de Rumsfeld puede estar más en manos del vicepresidente que del presidente. Aunque Rumsfeld es más responsable que ningún otro del ascenso de Dick Cheney durante los años setentas, sus roles se han invertido, y ahora el protegido está protegiendo a su mentor.
Rumsfeld puede estar otra vez subestimando la fuerza de una insurgencia -esta en su propio patio trasero. Se espera que otros oficiales retirados den a conocer sus puntos de vista próximamente. Esto significa que la Rebelión de los Generales todavía tiene camino por recorrer.
Michael Duffy
(v.pág.28 de la edición internacional de TIME del 24 de abril de 2006).
Nuestra nación está bajo un hechizo en el cual el coraje es violencia, y los archivos mostrarán cómo los medios -la cobertura televisiva y de prensa a través de un periodismo confuso y, más extendidamente, a través de la restricción editorial- ayudaron a la creación de este hechizo.
Sean Penn, actor estadounidense
(v.pág.33 del periódico Público del 30 de abril de 2006).
El tráfico de blancas que era practicamente inexistente bajo Saddam, se ha convertido en un problema serio. El colapso de la ley y el orden ha permitido que pandillas criminales, lo mismo que terroristas, se hayan desatado con furia.
Brian Bennet
(v.pág.30 de la edición internacional de TIME del 1o.de mayo de 2006).
Bush, que arrancó su segundo periodo con las metas desmedidas de terminar con la tiranía en el mundo y establecer una permanente mayoría republicana en Estados Unidos, se encuentra con las calificaciones de desaprobación pública más altas de cualquuier presidente desde que Richard Nixon escogió renunciar en lugar de enfrentar un proceso. Las causas de la caída de Bush son múltiples y complejas: el huracán Katrina, los altos precios de los combustibles, el escándalo Abramoff, la investigación de las fugas de información de la CIA, el trato de los puertos con Dubai, el déficit cada vez mayor y, sobre todo, Iraq. Una invasión que el presidente vendió como vital para la seguridad nacional y ahora es vista por la mayoría de los estadounidenses como una guerra opcional -y una mala opción.
Una guerra impopular entrando ya en su cuarto año, que el probablemente no pueda -o no deba- abandonar sin una victoria que puede ser inalcanzable. Más tarde que la mayoría de los presidentes, él ha sacudido a su gabinete, pero se ha reusado a despedir a su secretario de Defensa, cuya cabeza es la más demandada.
James Carney
(v.pág.42 de la edición internacional de TIME del 8 de mayo de 2006).
"Cualquiera que haya visto al presidente George W.Bush después del 9/11 puede apreciar el valor de un monarca constitucional no político. Bush se envolvió a sí mismo en la bandera y acusó a sus opositores de antipatriotas, presentándose a sí mismo como la encarnación de la nación estadounidense: un rol para un monarca constitucional."
Michael Alan Peate / Ottawa
"Es una lástima que el pueblo estadounidense no tuviera el privilegio de escuchar las voces disidentes de soldades profesionales como el teniente general Greg Newbold antes de que civiles incompetentes como Bush, Donald Rumsfeld y Dick Cheney -y nuestro propio Tony Blair- metieran a los E.U. y a sus aliados en una guerra desastrosa. Me pregunto si Bush y Cía.alguna vez van a los muchos monumentos a la guerra justo calle abajo de la Casa Blanca y miran los memoriales al terrible desperdicio de buenos hombres. Rezo para que en la siguiente elección presidencial aparezca alguien que nuevamente haga de los Estados Unidos un país respetado y honorable."
David Landau / Peacehaven, Inglaterra
Letters
(Edición internacional de TIME del 15 de mayo de 2006).
El conflicto arabe-israelí ha atrofiado el desarrollo democrático al dar fuerza a caudillos árabes y alimentar a fanáticos islámicos; además, en marcado contraste con sus predecesores, Bush ha sido negligente en la construcción de la paz árabe-israelí. Para la mayoría de los árabes, la intervención de Bush en Iraq ha producido como resultado violencia diaria, dominación religiosa y lucha sectaria que ellos no desean copiar. Incluso los demócratas árabes se preguntan si el compromiso de Washington con la democracia es sólido, dada la continua cooperación entre los E.U. y los regímenes árabes en temas estratégicos como Iraq, el programa nuclear de Irán, los precios del petróleo y la guerra contra el terrorismo.
Scott Macleod
(v.pág.59 de la edición internacional de TIME del 22 de mayo de 2006).
El presidente estadunidense, George W. Bush, confesó este jueves que el escándalo de tortura a prisioneros iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib ha sido "el mayor error" de Estados Unidos en el país árabe.
Bush no suele reconocer errores, pero este jueves también reconoció haber "metido la pata" con algunas declaraciones: "Aprendí algunas lecciones sobre la forma de expresarme quizá de una manera más sofisticada", afirmó. "Cuando dije, por ejemplo, sobre Osama bin Laden, 'Se busca vivo o muerto', o cosas de este tipo", recordó. "Creo que en algunas partes del mundo he sido mal interpretado. Aprendí la lección", aseguró. Bush también lamentó haber provocado a los rebeldes iraquíes en julio de 2003, cuando dijo "¡Qué vengan!", en momentos en que el número de soldados estadunidenses muertos en Irak ya estaba aumentando fuertemente.
"No encontramos las armas de destrucción masiva que pensábamos que estaban allá y esto alimentó las preguntas sobre si mereció la pena el sacrificio", reconoció Bush, más de tres años después de que Estados Unidos lanzara sus tropas contra Bagdad, bajo el pretexto de que disponía armas de ese tipo.
(V.pág.38 del periódico Público del 26 de mayo de 2006).
"Casi diariamente hay nuevas revelaciones acerca de la conducta dudosa y la incompetencia del gabinete y los nombramientos presidenciales. Esperemos que nunca vuelvan a tener el descaro de sermonearnos sobre patriotismo, carácter, integridad o valores familiares. En un momento en el que el mundo requiere líderes, ese grupo ha desgraciado al servicio público."
Margaret Ray / Pearisburg, Virginia
"¿Podrá Bolten rescatar la presidencia de Bush? No. Para salvarla tendría que arrancar la raíz de los problemas, el presidente mismo."
David Airth / Toronto
"Afortunadamente para Bush, él puede renovar su gabinete cada que lo desee. Pero el electorado estadounidense -exceptuando un proceso de destitución- desafortunadamente debe esperar 4 años para poder reemplazar al ocupante de la Oficina Oval."
Stanley Richard Olivar / Vista, California
"Hay muchos entre nosotros que no fueron engañados de nuevo. Fuimos parte de una nación que fue dirigida por tontos... de nuevo."
Jorge Ovalle / Bloomington, Illinois
Letters
(Edición internacional de TIME del 29 de mayo de 2006).
Cada vez que británicos y estadunidenses quieren traernos la modernidad los árabes temblamos, porque sólo vienen a derrumbar nuestros gobiernos, asesinar a nuestra gente y hacer añicos a nuestras sociedades.
Rami G.Khouri, editor de un diario libanés
(v.pág.16 del periódico Público del 11 de junio de 2006).
"Estamos en problemas en Iraq", declaró el general retirado del Ejército Barry McCaffrey, quien fue recientemente invitado a la Casa Blanca a compartir sus consejos con el presidente George W.Bush. "Nuestras fuerzas no pueden mantener este paso, y me temo que el pueblo estadounidense se está alejando de esta guerra".
Uno de los mayores errores de cálculo de la guerra de Iraq -quizá el más grande- fue que los Estados Unidos invadieron Iraq con una fuerza lo suficientemente grande para derrocar al gobierno en 21 días, pero demasiado pequeña para mantener el orden en una nación de 26 millones de habitantes con profundas divisiones étnicas. La decisión estratégica tuvo consecuencias tácticas. A fines del año pasado, los comandantes de Estados Unidos trataron de controlar Haditha, un pueblo de 90,000 habitantes plagado de insurgentes, a veces con sólo una compañía de 160 hombres.
Michael Duffy, Tim McGirk y Aparisim Ghosh
(v.pág.50 de la edición internacional de TIME del 12 de junio de 2006).
Las contrainsurgencias exitosas siempre son feas y moralmente cuestionantes. Lo que es más triste en Iraq es que las pérdidas civiles ocasionadas por los E.U.no son compensadas por un mayor esfuerzo estadounidense para aislar el país de guerreros santos, insurgentes y milicianos sectarios que viven para masacrar civiles inocentes y a la oportunidad de Iraq de un futuro democrático más humano. El presidente Bush, el secretario de Defensa Rumsfeld, su general John Abizaid, no algún marine enloquecido en Haditha, son responsables de esta tragedia tan sombría.
Reuel Marc Gerecht, exespecialista de la CIA en el Medio Oriente y miembro del American Enterprise Institute en Washington
(v.pág.59 de la edición internacional de TIME del 12 de junio de 2006).
Haditha debe ser una clara advertencia para los políticos: la ventana para una acción efectiva de los E.U.está casi cerrada; no quiebren a nuestras fuerzas tratando de salvar una misión fallida cuando tenemos más por hacer en otros lugares.
Wesley Clark, general de cuatro estrellas retirado y excomandante de la OTAN, encabeza el comité de acción política WesPAC
(v.pág.59 de la edición internacional de TIME del 12 de junio de 2006).
El conteo del Pentágono llegó a las 2,500 bajas de militares muertos en Irak [1972 en combate]. Un sondeo de la revista Foreign Affairs revela que la abrumadora mayoría de una centena de ex funcionarios y expertos estadunidenses, republicanos y demócratas, creen que la guerra contra el terror ha fracasado y que es previsible un nuevo ataque al estilo del 11-S en territorio de Estados Unidos.
86% de los encuestados afirma que a pesar de lo proclamado por el presidente George W.Bush, de que EU está ganado la guerra contra el terrorismo, y de los 438,000 millones de dólares gastados en la "guerra contra el terrorismo" y la invasión a Irak, el mundo ha devenido más -y no menos- peligroso.
Joe Cirincione, vicepresidente del Centro para el Progreso de Estados Unidos, opina que las personalidades que participaron en este sondeo "están muy preocupadas por esta administración" y piensan que ninguna de las instituciones de primera línea del gobierno de EU "está haciendo un buen trabajo y que (la invasión de) Irak agravó la situación del terror".
Dieron un promedio de 1.8 cuando se les pidió que ubicaran en una escala de 1 a 10 los "esfuerzos diplomáticos" de la administración Bush.
James Woolsey, ex director de la CIA, comentó que "cada día estamos pidiendo prestados mil millones de dólares para importar petróleo, del cual una parte creciente nos viene del Medio Oriente", en particular de Arabia Saudí, que el ex funcionario recordó es un país que "transfiere miles de millones de dólares a los (musulmanes) wahabíes y grupos afines que luego indoctrinan a los jóvenes para que odien a los suníes, sufíes, judíos, cristianos y a la democracia, y opriman de manera horrible a las mujeres".
Arabia Saudí fue identificada por 62% de los entrevistados como "el primer incubador de terroristas" en el mundo. Leslie Gelb, presidente emérito del Consejo de Relaciones Extranjeras de Washington y autor del informe que acompaña al muestreo, dijo que nunca había visto tanta concordancia entre los expertos: "Para todos es claro que Bush y su equipo tienen una visión totalmente irrealista de lo que se puede lograr con la fuerza militar y las amenazas de fuerza".
Tasan en 2.9 -en una escala de 10- la eficiencia del Departamento de Seguridad Interior, creado después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 para supuestamente hacer más eficiente la lucha antiterrorista.
Rocco Marotta
(v.pág.36 del periódico Público del 16 de junio de 2006).
Pese a su decreciente popularidad, el poder de la administracón Bush sigue intacto. Karl Rove, el principal asesor de Bush, no será enjuiciado por el caso Plame; y las tropas estadunidenses no sólo no saldrán de Irak, sino que recibieron del Congreso otro apoyo multimillonario.
El grupo neoconservador en el poder ha construido una trama de recursos metaconstitucionales que lo acercan mucho al absolutismo.
Es lo que dice el historiador Sean Wilentz, en un artículo publicado en la revista Rolling Stone con el título "¿El peor presidente de la historia?", en el que la actuación de Bush es desmenuzada y no saca muy buenas calificaciones. Pero lo relevante es ese comportamiento mesiánico y metalegal que lo coloca por encima de todo y de todos.
Bush excluyó y satanizó a los demócratas; sus opositores fueron despedidos, perseguidos y desprestigiados e ignoró a los viejos consejeros de su partido, incluido su padre, porque él sólo se remite "a un Padre superior".
Extendió los poderes de la presidencia más allá de los límites de la Constitución, amenazando con trastocar el equilibrio entre poderes, en favor de un absolutismo presidencial. Armada con recursos legales "descubiertos" por Alberto Gonzalez, procurador general y abogado de Bush, la Casa Blanca declaró que los poderes del presidente, como comandante en jefe en tiempos de guerra, son ilimitados. Tanto, que es libre de violar las leyes federales.
Cuando el Congreso aprobó una legislación para frenar los excesos, Bush emitió "declaraciones firmadas", en las que por decreto declara la forma en que interpretará y ejecutará la ley, aun cuando viole la voluntad del Congreso y la Constitución. El simplemente firma y luego gobierna como le place, utilizando estas declaraciones como si fueran vetos presidenciales en serie. Y cuando las violaciones a las leyes federales salen a la luz, hay otra solución: obstruir cualquier investigación y solicitar a un complaciente Congreso que reescriba las leyes. Es pues, su único y propio juez.
Lucía Luna Elek
(v.pág.14 del periódico Público del 18 de junio de 2006).
Funcionarios del Ala Oeste de la Casa Blanca habían esperado reducir el número de tropas en Iraq de las 129,000 de hoy a alrededor de 100,000 para fin de año, y posiblemente antes de las elecciones congresionales de medio periodo. Pero el delizamiento del país hacia una guerra civil total en meses recientes ha empezado a convencerlos de que una retirada en cualquier fecha próxima no es factible.
Aunque los republicanos en la Colina del Capitolio bailaron alegres sobre el cráter de al-Zarqawi, en privado se quejan de lo que consideran la terquedad de Bush -su convicción de que una retirada sería admitir el error- que les pudiera costar el control de la Cámara de Representantes, si no es que también del Senado.
Mike Allen y James Carney
(v.pág.28 de la edición internacional de TIME del 19 de junio de 2006).
La gente no reacciona muy bien a sorpresas como ésta [el suicidio de 3 prisioneros en Guantánamo], porque refuerzan la noción de que un mundo caótico ha sido hecho más caótico por la presidencia de Bush. La gente dice: "Típico de Bush. Crea problemas que no puede resolver".
(V.pág.35 de la edición internacional de TIME del 19 de junio de 2006).
Ya antes de los atentados de 2001 y del inicio de la guerra contra el terrorismo, el gobierno de George W.Bush señaló a Irak, Irán y Corea del Norte, unidos en el "eje del mal", como el enemigo a vencer. Cinco años y medio después, ese eje sigue sumamente activo y el terror tampoco cede.
Con la invasión de Irak, ya se sabe, Washington pretendió a un tiempo derrocar a un sátrapa y neutralizar una presunta base de Al Qaeda. Quitó a Sadam Husein, pero abrió una puerta al terrorismo islámico que antes no existía. Ahora, la nación mesopotámica es un real paraíso del terror, el caos y la violencia, sin solución a corto plazo. El congreso norteamericano ya prorrogó la estancia de sus tropas, y es poco probable que éstas se retiren, por lo menos hasta que termine el periodo de Bush.
En Irán, donde encontró un régimen moderado y abierto a la negociación, su innecesaria presión llevó por vía de las urnas a un radical al poder, que ha cuestionado toda la política estadunidense hacia el Medio Oriente, atizado el conflicto palestino-israelí y enfrentado al frente chiita dentro de Irak. Mahmud Ahmadineyad, además, ha retado a Occidente con el enriquecimiento de uranio en sus plantas nucleares; con fines pacíficos, dice él, pero todos los demás tienen sus dudas.
Corea del Norte también retrocedió. Inmersa al cambio de milenio en un proceso de acercamiento hacia su contraparte del sur, que incluyó en encuentro de sus dos líderes, encuentros familiares, construcción de líneas de ferrocarril e intercambio de bienes, volvió a aislarse en su hermetismo. No se sabe cómo se mueve la política, si otra vez hay riesgo de hambruna o si avanza la gripe aviar. Eso sí, Pyongyang anunció que ensayaría un misil balístico con alcance hasta las costas de Estados Unidos.
Afganistán, primero en ser atacado después de los atentados del 11/S, Washington derrotó ahí al régimen Talibán, pero no a los talibanes, que han resurgido con gran fuerza; acotó a los miembros de Al Qaeda, que ahora se distribuyen en varios países; y colocó a un gobierno títere que, cuando mucho, manda en Kabul. Afganistán, además, ha vuelto a ser el principal productor de amapola para droga en el mundo.
Lucía Luna Elek
(v.pág.18 del periódico Público del 25 de junio de 2006).
En un editorial publicado ayer, The New York Times se defendió de las acusaciones de la Administración Bush por revelar el programa secreto de espionaje bancario.
El diario negó que su historia dañara al programa y a la lucha contra el terrorismo, pero señaló que los argumentos del gobierno tienen que tomarse en serio.
Aseguró que el periódico incluso retuvo durante más de un año su historia sobre espionaje telefónico para analizar las objeciones oficiales.
En el caso del espionaje bancario, el rotativo señaló que hay un patrón alarmante por parte del gobierno que ignora los controles normales.
El papel de la prensa libre es básico en este contexto -afirmó- porque puede proporcionar información que el público necesita para que las cosas vuelvan a su cauce. "Aunque corra el riesgo de ser etiquetada de antipatriótica en el proceso".
(V.pág.9 del periódico Mural del 29 de junio de 2006).
Cuántas veces no nos hemos burlado de los estadunidenses señalando que es ridícula la manera como los tienen temblando todo el tiempo que si por el terrorismo, que si por la guerra, que si por las armas atómicas, que si por el racismo y que si por un montón de cosas más con tal de explotarlos, con tal de tenerlos controlados.
Alvaro Cueva
(v.pág.19 del periódico Público del 2 de julio de 2006).
Se encuentra una reversa de la posición general sobre que es aceptable que 100 culpables salgan libres con tal de evitar que un inocente sea convicto. Ahora parece correcto que 100 inocentes sean detenidos con tal de que un culpable no pueda escapar.
Ron Suskind, autor de "The One Per Cent Doctrine: Deep Inside America's Pursuit of Its Enemies Since 9/11"
(v.pág.32 de la edición internacional de TIME del 3 de julio de 2006).
Los peridoistas están dispuestos a ponerse del lado de otra franja de ciudadanos, los que encuentran que la prensa tardó demasiado en emanciparse del collarín de patriotismo impuesto por la administración Bush después de los atentados terroristas del 11-S. Un libro, Media Control, apareció en 2005 al respecto.
En él, sus autores le reprochan al New York Times haber esperado un año antes de publicar, en diciembre de 2005, información que estaba en su poder y que habría podido influir sobre el curso de la elección presidencial de 2004. A los ojos de las asociaciones de izquierda, los periódicos son más bien "cooperativos" con las autoridades.
Corine Lesnes
(v.pág.32 del periódico Público del 9 de julio de 2006).
"Que las tropas estadounidenses se hayan estirado hasta quedar muy delgadas y se encuentren sometidas a un estrés increíble no es una excusa para asesinar. El enfoque final debe estar en los líderes que colocaron a nuestros bravos hombre y mujeres en esta situación infernal en primer lugar, y quienes terca y arrogantemente los dejan allí para que peleen una guerra insensata e inganable."
Bill Blackwell / Timonium, Maryland
"¿Liberados? ¿De qué? ¿De vivir bajo una dictadura, pero en una relativa paz, para vivir bajo una ocupación extranjera con temor, pobreza, guerra civil y terrorismo? Bajo premisas evidentemente falsas e ilegales, los E.U.invadieron un país que no los había atacado a ellos o a sus aliados. Cerca de 40,000 civiles iraquíes han muerto, sin mencionar a los miles de soldados iraquíes reclutados; los estadounidenses son tan arrogantes que ni siquiera los cuentan, publican sólo sus propios decesos. Las referencias al 'liberador' serían risibles si no fueran tan trágicas."
Nils Wetterlind / Singapur
"Cuando hombres y mujeres son enviados a guerras injustas, cuando soldados ven que sus camaradas son volados en pedazos sin una buena razón, cuando existe un vacío en el liderazgo moral, la gente decente se vuelve capaz de cometer actos horribles. Pensamos que habíamos aprendido esta dolorosa lección en Vietnam, pero tristemente vemos que la historia se repite en Iraq. Los pocos huevos podridos no son los hombres y mujeres en zonas de combate en Iraq sino los cobardes ocupantes de la Casa Blanca."
Steven Lockton / Irvine, California
Letters
(Edición internacional de TIME del 10 de julio de 2006).
El aclamado director-escritor Richard Linklater, durante una entrevista dijo que las acciones de la administración Bush eran "las más extremas que haya visto en mi vida - en la historia estadounidense - esta clase de control del poder por la rama ejecutiva no tiene precedentes - es aterradora".
Linklater declaró que los abusos de la administración Bush eran "tan extremos que la gente ni siquiera sabe qué hacer - cómo expresar su aposición".
"El es incompetente como presidente de los Estados Unidos - es la peor combinación de alguien impreparado cuyos impulsos son erróneos en casi todas las ocasiones - es doloroso verlo como un texano.
Linklater describió el tipo de rol vigilante que los estadounidenses deberían asumir - una necesidad cuyo abandono trae consecuencias de las que advierte en su última película [A Scanner Darkly].
"Ese es nuestro rol, nuestro deber - es lo que los padres fundadores ciertemante deseaban - un tipo de diálogo robusto donde cada uno está un poco insatisfecho - lo que ahora tenemos es un pequeño grupo que está muy satisfecho - ellos han tomado el control total".
"Una vez que posees los medios y su exhibición y puedes controlar el debate en tan gran medida, me pregunto si la voces disidentes pueden siquiera ser escuchadas".
Linklater estuvo de acuerdo en que los crímenes de Nixon son enanos ante los de Bush, agregando: "Nixon es un liberal comparado con Bush - al menos a él le importaban la calidad del aire, el agua potable y cosas como esas".
(Information Liberation 11 de julio de 2006).
Los islamitas, en cualquiera de sus vertientes, continúan ganando terreno. Podemos poner dinero, tecnología, experiencia pero ellos ponen alma y corazón y lo aplican en los constantes "desagravios" que han sufrido. Por eso fue Nueva York y luego Casablanca y más tarde Madrid y antes Bali y después Londres y ahora, Bombay; y pudo haber sido más si no hubiese sido por el espionaje de Occidente.
Alberto Peláez
(v.pág.27 del periódico Público del 16 de julio de 2006).
Los campos petroleros del norte de Iraq se han visto afectados durante años por ataques y sabotaje a los oleoductos y a otro tipo de infrastructura. Las exportaciones fueron reanudadas el mes pasado después de una larga demora pero fueron detenidas la semana pasada y no se espera que serán reanudadas en poco tiempo.
(V.pág.20-A del periódico El Informador del 17 de julio de 2006).
Un reporte de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Iraq describe una ola de ilegalidad y crimen, incluyendo asesinatos, bombas, secuestros, tortura e intimidación.
Cientos de maestros, jueces, líderes religiosos y doctores han sido amenazados de muerte, y miles de personas se han marchado, expone el reporte. La evidencia sugiere que los militantes han empezado a atacar también a los homosexuales, agrega.
Solamente en los últimos dos días, más de 120 personas murieron por la violencia en Iraq.
De acuerdo al reporte, 2,669 civiles fueron muertos en mayo y 3,149 en junio. En enero habían sido 710, y en abril 1,129. En el primer semestre del año totalizan 14,338. La ONU aclara que muchas muertes no son reportadas.
El incremento de víctimas se da a pesar de la formación de un gobierno de unidad, que asumió el poder en mayo 20. Los funcionarios de E.U.habían esperado que éste hiciera buenas las promesas de desbandar a los miliantes chiitas y atraer a los insurgentes sunitas al redil.
El reporte comenta que en partes de Iraq se ha visto "colusión entre las bandas criminales, las milicias y los 'grupos de choque' sectarios, escuadrones de la muerte declarados, grupos 'vigilantes' y extremistas religiosos".
También detalla el incremento en secuestros, en particular de grupos grandes de gente. En mayo 17, por ejemplo, 15 atletas practicantes del Tae Kwon Do fueron secuestrados en el occidente de Iraq y no se tiene noticia de ellos.
Las mujeres informan que sus derechos han sido revertidos por los grupos extremistas musulmanes, tanto chiitas como sinitas. Mientras que bajo el régimen secular de Saddam Hussein las mujeres enfrentaban pocas restricciones sociales, ahora tienen prohibido ir solas al mercado, usar pantalones o conducir automóviles.
Violencia, corrupción, ineficiencia de los órganos del estado para controlar la seguridad, establecer el estado de derecho y proteger los derechos individuales y colectivos han llevado a la inhabilidad del estado y la familia para cubrir las necesidades de los niños.
El gobierno no ha perseguido muchas denuncias de tortura y trato inhumano en prisiones y centros de detención.
The Associated Press, 18 de julio de 2006.
Los estadounidenses pensamos que somos gente muy lista, incluso cuando la evidencia en contrario es apabullante. Y en ningún lugar dicha evidencia es más apabuyante que en el Medio Oriente. En el Medio Oriente la Historia lo es todo, y los estadounidenses parecemos no aprender nada de ella.
Al presidente Harry Truman le tomó alrededor de 20 minutos reconocer al estado de Israel cuando éste declaró su independencia en 1948. Desde entonces, más de 58 años de guerra, terrorismo y derramamiento de sangre han llevado a los eventos de la semana pasada.
El gobierno de E.U., que no quiere un cese al fuego hasta que Israel tenga todas las oportunidades de rescatar a sus soldados secuestrados y destruir lo más posibles de Hezbollah y sus armamentos, pide precaución con el interés de preservar al naciente y frágil gobierno democrático del Líbano. ¿Podríamos ser más contradictorios?
Mientras que los Estados Unidos proveen alrededor de 2,500 millones de dólares anuales en ayuda militar y económica a Israel, la ayuda de E.U.al Líbano no es de más 40 millones. Lo anterior a pesar del hecho de que el Producto Interno Bruto per cápita de Israel está entre los más altos del mundo, 24,600 dólares, casi cuatro veces el del Líbano de 6,200 dólares.
La falta de riqueza libanesa es comparable a la palestina: tres de cada cuatro palestinos viven por debajo de la línea de pobreza. Aun así la gran mayoría de nuestros donativos en la región fluyen hacia Israel. Este tipo de inconsistencia y miopía geopolíticas han contribuido al conflico árabe-israelí que el mundo occidental parece conforme con permitir que se perpetúe eternamente.
Mientras que nuestras ondas se llenan de imágenes y sonidos de cohetes de Hezbollah y bombas israelíes que explotan, este conflicto de siete días ha desplazado completamente de nuestra visión a otra guerra en la cual 10 estadounidenses y más de 300 iraquíes murieron durante la misma semana. Y éste es un conflicto que lleva más de tres años de duración y ha costado casi 15,000 vidas sólo en lo que va de este año.
Un estimado de 50,000 iraquíes y más de 2,500 soldados estadounidenses han muerto desde que inició la insurgencia en marzo de 2003, lo cual se estima que es mayor al número de muertos en ambos lados del conflicto árabe-israelí en los pasados 58 años de guerras e intifadas.
No hemos visto barcos de rescate subiendo por el Eufrates para ayudar a los iraquíes que están muriendo en sus calles, mercados y mesquitas diariamente. El primer ministro francés Dominique de Villepin no se ha presentado en Bagdad como lo hizo en Beirut. Y no hay reuniones de la Liga Arabe, ni diplomacia de E.U.con Egipto, Siria y Jordania encaminada a terminar el conflicto iraquí.
En el Medio Oriente, ¿dónde está nuestro sentido de la proporción? ¿Dónde está nuestro sentido de la perspectiva? ¿Dónde está nuestro sentido de la decencia? Y, finalmente, ¿qué tan inteligentes somos?
Lou Dobs
(v.CNN del 19 de julio de 2006).
44% es la proporción de encuestados británicos que calificaron al liderazgo del presidente George W.Bush como "terrible" en una encuesta reciente. 33% lo calificaron como "bastante pobre".
77% de los británicos encuestados ya no ven a los Estados Unidos como un "rayo de esperanza para el mundo".
Numbers
(v.pág.10 de la edición internacional de TIME del 17 de julio de 2006).
Algunos subalternos reconocen ahora que la decisión de Bush de ir a la guerra en Iraq ha tenido un alto costo en recursos militares, respaldo público y credibilidad en el extranjero. La administración está pagando la factura cada día cuando intenta enfrentar otras crisis. Perseguir la proactiva política exterior descrita en la Doctrina Bush es casi imposible en momentos en que los E.U.están buscando la manera de separararse a sí mismos de Iraq. Alrededor del mundo, tanto los amigos como los adversarios de E.U.están tomando nota -y en muchos casos, sacando ventaja- de las tensiones en el superpoder. Si el derrocamiento de Saddam Hussein marcó el punto más alto de la hegemonía estadounidense, los pasados tres años han sido testigos de una continua erosión en la habilidad de Washington para doblar el mundo a su voluntad.
Habiendo gastado tanta energía y tantos recursos en al-Qaeda y en la guerra de Iraq, la administración se está dando cuenta de que otros retos globales -desde el desorden en el Medio Oriente al genocidio en Sudán a las ambiciones regionales de China- han crecido más que su habilidad para hacer algo al respecto. Wendy Sherman, funcionaria del Departamento de Estado en tiempos del presidente Clinton, explica que "hay tanto sucediendo en cada punto caliente global debido a que la administración Bush en realidad abrió una caja de Pandora con pocos planes (o ninguno) para soportar sus acciones".
El hecho mismo de que partes de Iraq permanezcan al filo del caos después de tres años de lucha y de la muerte de más de 2,500 estadounidenses es una evidencia incontrovertible de cómo los malos cálculos de la administración han regresado para atemorizarla. El derrocamiento de Saddam fue la prueba singular de la Doctrina Bush, un rápido y decisivo golpe contra una tiranía en el corazón del Medio Oriente. Esto enviaría también un mensaje al resto de los malhechores del mundo, incluyendo a Irán y Korea del Norte, de que lo pensaran dos veces antes de poner a prueba la paciencia de E.U.con regímenes inclinados a adquirir armas de destrucción masiva.
Según resultó, Iraq podría ser no sólo el primer, sino también el único, laboratorio para la guerra preventiva. En lugar de disuadir a los dirigenten en Tehrán y Pyongyang, los problemas de la ocupación estadounidense pudieran haber animado a esos regímenes en su intento de obtener armas nucleares a la vez que limitaba la capacidad militar de disuación de E.U."Pusimos a tres países en la lista -Irak, Irán y Korea del Norte- y atacamos a uno de ellos preventivamente", dice el general retirado del Cuerpo de Marines Joseph Hoar, quien dirigió el Comando Central de E.U.entre 1991 y 1994. "Ahora nos encontramos con que fue un trabajo difícil. Mientras tanto, Korea del Norte e Irán han escogido rutas diferentes de las que queríamos que tomaran".
La mayor ilusión de la Doctrina Bush era la idea de que los E.U.podrían llevar adelante una estrategia tan ambiciosa como modificar al Medio Oriente y cambiar los regímenes poco amistosos sin un grado de legitimidad y cooperación internacional que los respaldara. Aunque la administración buscó amplia asistencia internacional en Afganistán, casi la esquivó en Iraq. Como resultado, mientras que las fuerzas de la OTAN están ahora relevando a las tropas de E.U.de parte de la carga de combatir al Talibán en el sur de Afganistán, los estadounidenses continúan peleando y muriendo solos (con algún apoyo de las tropas iraquíes) contra los insurgentes sunitas en el Iraq occidental.
Mike Allen y Romesh Ratnesar
(v.pág.15 de la edición internacional de TIME del 17 de julio de 2006).
Los militares estadunidenses admitieron ayer que han fracasado en su objetivo de disminuir la violencia en Iraq. Aumentaron las matanzas y los ataques dinamiteros en Bagdad, de un promedio de 24 ataques diarios entre el 14 de junio y el 13 de julio, a más de 34 por día los últimos cinco días.
(V.pág.40 del periódico Público del 21 de julio de 2006).
El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, insistió en que su país no se deslizaría hacia una guerra civil pese a la creciente violencia sectaria que, reconoció, causa la muerte de unos 100 civiles cada día.
"Hay un problema sectario, pero los líderes políticos están trabajando para que no surja una guerra civil", declaró Maliki a la radio BBC. Funcionarios de alto rango califican secretamente de guerra sectaria a los conflictos en Iraq. "Si esto no es una guerra civil entonces no sé qué es", dijo un integrante del gobierno.
(V.pág.16-A del periódico El Informador del 25 de julio de 2006).
"Me preocupa que los estadounidenses estén comenzando a creer que bin Laden no existe, que Iraq causó el 9/11, y que la guerra es la única manera de derrotar a los fundamentalistas."
Rachel Cromidas / La Jolla, California
"La trágica guerra en Iraq debería servir como una lección a los Estados Unidos: Nunca otra vez deberían elegir como presidente a una persona que toma decisiones unilaterales y precipitadas, que primero actúa y después piensa."
Peter Karanja / Nairobi
Letters
(Edición internacional de TIME del 24 de julio de 2006).
Ahora es claro que una consecuencia mayor de la desastrosa política exterior de George W.Bush ha sido un Irán más osado. Los Estados Unidos "han sido el mejor amigo de Irán", me comentó recientemente un diplomático de un país predominantemente sunita. "Ustedes han eliminado a sus enemigos, el Talibán y Saddam Hussein. Ustedes incluso se han disminuido a sí mismos como una amenaza para Irán debido al gasto de tanta sangre y tesoro en Iraq".
Fue la administración Bush -no los israelíes ni la Autoridad Palestina- la que insistió en que se llevaran a cabo las elecciones palestinas el pasado enero, con consecuencias desastrosas. "Las únicas personas que deseaban esas elecciones eran Condi Rice y Hamas", me dijo un prominente miembro del partido Kadima de Israel poco antes de que Hamas ganara la elección.
Los Estados Unidos e Irán se han convertido en co-conspiradores involuntarios, derramando gas sobre petróleo encendido -un terrible torcimiento que sólo a un persa le podría agradar.
Joe Klein
(v.pág.31 de la edición internacional de TIME del 24 de julio de 2006).
Sidney Blumenthal, asesor del presidente Bill Clinton, sostiene que detrás de la frase pronunciada por la secretaria de Estado de EU, Condoleezza Rice -cuando el 22 de julio afirmó en Washington que "lo que estamos viendo son los dolores de parto de un nuevo Oriente Medio"- se puede percibir la euforia de la administración Bush, dispuesta a "usar el conflicto en Líbano como una guerra paralela con Irán, que de alguna manera rescatará a Estados Unidos de su fracaso en Irak".
Blumenthal cita la obra que acaba de publicar Thomas Ricks, corresponsal militar de The Washington Post, Fiasco: The American Military Adventure in Iraq, un libro devastador en su análisis. La invasión a Irak, dice Ricks, "se basó en, quizás, el peor plan de guerra de la historia estadunidense".
Esto, respalda Blumenthal, cuando "no se han aprendido las lecciones de Irak o la negativa de EU a tratar con a Autoridad Palestina, lo que causó el inevitable ascenso de Hamas".
Irene Selser
(v.pág.39 del periódico Público del 28 de julio de 2006).
Richard Viguerie, un icono conservador y arquitecto clave en la victoria de Ronald Reagan en 1980, conocido por muchos como el padrino de las campañas de correo directo para recolectar fondos, no está de acuerdo con Bush sobre Iraq, haciendo notar que Bush utilizó su oposición a la "construcción de naciones" como un medio para ganar el apoyo conservador en la campaña del 2000.
"Yo me opuse a la guerra de Iraq", explica. "Es sólo construcción de naciones, y es por ello que los conservadores, los verdaderos conservadores se opusieron a la entrada de Estados Unidos allí, y ahora que ya estamos allí yo no sé cómo vayamos a salirnos".
(The Raw Story del 28 de julio de 2006).
Somalia es el nuevo Afganistán, con el que por cierto, guarda las analogías de la pobreza, la ignorancia, el islamismo y el profundo desgaste entre jefes tribales que se mataron por controlar sendos países.
Mientras la herida de Oriente Medio no cierra y continúa sangrando, existe otro lugar, Somalia, donde Osama bin Laden ha encontrado su casa, su prístino centro de operaciones.
Alberto Peláez
(v.pág.25 del periódico Público del 30 de julio de 2006).
"Bush realmente ha sido el gran unificador de todos los grupos anteriormente divididos y frecuentemente mutuamente hostiles que estamos tratando de derrotar en lugar de ensamblar", declara François Heisbourg, director de la Foundation for Strategic Research, con base en París. "Pelear la guerra en Iraq para combatir el terrorismo ha transformado a Iraq en un nexo para el terrorismo que no era antes. Justificar la operación en el Líbano colocando a Hizballah en la misma caparazón terrorista que al-Qaeda es atribuir a los radicales sunitas un respaldo a los radicales chiitas en una forma que nunca nos hubiéramos imaginado". Al fallar en hacer distinciones entre los grupos -diferencias que son obvias para la gente que realmente vive con esos variados conflictos- Bush alimenta la paranoia musulmana de que su guerra contra el terrorismo sólo es una cubierta para una guerra contra el Islam. Dice Brian Jenkins, experto en contraterrorismo de la Rand Corp.: "Nosotros creamos una mezcla artificial de enemigos. La realidad es que no podemos enfrentar a cada una de esas empresas del terror con este enfoque simplista".
Heisbourg, consejero especial del ministerio francés de Relaciones Exteriores, insiste: "No tengo absolutamente ningún problema con que la administración Bush se ponga de pie y declare 'Hizballah es un peón de Siria e Irán. Es una amenaza para Israel. Y, sí, esto no se trata sólo de castigar a Hizballah, sino también de castigar a Irán por los problemas que genera'. Este sería el tipo de visión de largo plazo estratégicamente coherente que hemos visto en el pasado. Pero la administración Bush no está diciendo eso. Está llamado a todo esto parte de la guerra contra el terrorismo global, lo cual es un disparate. Y eso, a su vez, está poniendo en evidencia lo confusa y malhecha que la guerra global contra el terrorismo ha sido desde el principio".
Cinco años en esa guerra y un montón de estadounidenses están comprensiblemente confundidos acerca de lo que ésta es. "La paz llegará solamente con la derrota de la ideología terrorista de odio y miedo", declaró el presidente recientemente acerca de la crisis del Líbano y del conflicto palestiono-israelí. Pero no existe una ideología entre los terroristas. El terrorismo ni siquiera es una ideología. Es una táctica. Sería mejor que el presidente fuera honesto con el pueblo estadounidense. Los E.U.tienen intereses en el Medio Oriente, tales como proteger a Israel. Algunos de ellos son sutiles y requieren explicación, como el resistir los esfuerzos de Irán para expandir su influencia. Y muchos de ellos no tienen nada que ver con el terrorismo global.
Lisa Beyer
(V.TIME on line del 31 de julio de 2006).
El Departamento de Estado estadounidense escondió los costos de sus proyectos para reconstruir Iraq, informó el diario "The New York Times", citando una auditoría realizada por el gobierno estadounidense.
La Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), agencia del Departamento de Estado a cargo de 1,400 millones de dólares para la reconstrucción de Iraq, escondió los sobrecostos al incluirlos en gastos administrativos, según la auditoría hecha por el inspector general ad hoc para la reconstrucción de Iraq y que se publicó el viernes, informó el matutino.
Los hallazgos aparecieron en la auditoría de la construcción un hospital para niños en Basora, pero se refieren a actividades más amplias de la agencia en la reconstrucción, según el informe.
(V.pág.15-A del periódico El Informador del 31 de julio de 2006).
100 es el promedio de civiles iraquíes asesinados diariamente durante el mes pasado, el promedio más alto de muertes violentas desde la caída de Bagdad.
14,338 es el total de víctimas civiles desde el inicio del año.
Numbers
(v.pág.16 de la edición internacional de TIME del 31 de julio de 2006).
Mientras Tehrán ejercita sus músculos en la región, persiguiendo tecnología que le daría la posibilidad de construir armas nucleares y observando como las fuerzas shiitas dominan gradualmente a Iraq, los países árabes han comenzado a preocuparse.
Avi Dichter, ministro de seguridad Interna de Israel, pide a otros países que ayuden a Israel a demostrar que "la estrategia de Irán ha fallado en el Líbano" y asegura que si Irán no es humillado, tratará de desestabilizar a los estados petroleros del Golfo.
Irán es un país rico en petróleo con fronteras con Pakistán, Afganistán, Turquía e Iraq, entre otras. Tiene una posición estratégica en Eurasia que no puede ignorarse. Funcionarios europeos hablan de un "diálogo constructivo" con Tehrán que incluye reconocerlo como una importante potencia regional a la vez que mantener el derecho a sancionarlo si rompe las reglas nucleares. Israel -junto con muchos de sus apoyos en los E.U.- piensa que el diálogo con una nación cuyo líder ha declarado que Israel "debe ser borrado del mapa" es una pérdida de tiempo. Los E.U., mientras tanto, han tenido pocas comunicaciones sustantivas con funcionarios iraníes durante los pasados 26 años -y no es nada claro qué palancas piensan Washington y sus aliados que podrían jalar si Irán realmente busca una posición hegemónica en la región.
La falla de los E.U.en imponer orden en Iraq después de la invasión de 2003 ha animado a todos aquellos que creen que espasmos de violencia adicionales obligarán a Washington y a sus aliados a abandonar su presión por cambios fundamentales. Y existen peores resultados potenciales. Iraq podría convertirse en la plataforma de lanzamiento de una guerra total entre sunitas y shiitas, con Irán entrando a la refriega al lado de los shiitas y los estados árabes defendiendo a los sunitas iraquíes. En la encarnizada guerra Irán-Iraq de 1980-88, más de un millón de gentes fueron muertas o heridas -y una repetición de esa carnicería podría suceder en el contexto de una región donde al menos una potencia, Irán, está determinada a desarrollar armas nucleares.
Michael Elliot
(v.pág.25 de la edición internacional de TIME del 31 de julio de 2006).
El jefe del Mando Central de Estados Unidos, el general John Abizaid, afirmó que podría desatarse una "guerra civil" en Irak, de continuar la violencia sectaria por la que atraviesa la capital del país, Bagdad. "Creo que la violencia sectaria ha alcanzado probablemente el peor momento que yo haya visto", indicó Abizaid ante el Comité de Servicios Armados del Senado estadunidense.
En similares términos se refirió el general Peter Pace, jefe del Estado Mayor Conjunto.
En ese mismo sentido se ha expresado también el ex embajador británico en el país árabe William Patey, quien advirtió que "la perspectiva de una guerra civil de baja intensidad y una división de facto de Irak es más probable en este momento que una transición importante y exitosa hacia una democracia estable".
(V.pág.41 del periódico Público del 4 de agosto de 2006).
"Agradezco a las Dixie Chicks por el valor de expresar lo que muchos de nosotros no nos atrevimos por temor a ser marcados como antipatriotas. Soy un estadounidense de 71 años, veterano de guerra y exprofesor de Historia Estados Unidos. Estoy avergonzado de lo que este presidente ha hecho con este país y con su lugar en el mundo. Estoy extremadamente decepcionado con el Partido Demócrata por fallar en enfrentarse al presidente Bush cuando haberlo hecho hubiera representado la diferencia. Estamos muy lejos de lo que este país solía ser."
Don Babb / San Dimas, California
"Aplaudo a las Dixie Chicks por mantenerse en sus pistolas. Soy de Texas y comparto su embarazo acerca de nuestro presidente. Nuestro país se jacta de su diversidad y libertad, pero esas características parcen estarse desvaneciendo rápidamente. Encuestas recientes muestran que una gran mayoría del país está de acuerdo con ellas. Como una democracia, deberíamos superar la mentalidad de quema de libros."
Brenda Williams / Asheville, Carolina del Norte
Letters
(v.edición internacional de TIME del 7 de agosto - 14 de agosto de 2006).
36% Porcentaje de estadounidenses encuestados el año pasado que dijeron que Iraq tenía armas de destrucción masiva cuando lo invadieron los E.U.en 2003.
50% Porcentaje de los encuestados este año que dijeron que Iraq tenía armas de destrucción masiva cuando lo invadieron los E.U.en 2003.
Numbers
(v.pág.14 de la edición internacional de TIME del 7 de agosto - 14 de agosto de 2006).
Los sunitas se han unido apoyando la insurgencia debido a que no creen que los chiitas vayan a darles un trato justo. En meses recientes, de acuerdo a fuentes de inteligencia de E.U., sauditas y jordanos, que son predominantemente sunitas, calladamente han empezado a apoyar a la insurgencia con dinero e información, por temor a que el chiita Irán controle al nuevo gobierno iraquí si los E.U.deciden retirarse.
"Ellos están convencidos de que nos estamos marchando", declaró el coronel retirado de los marines Thomas X.Hammers, autor de The Sling and the Stone: On War in the 21st Century. "Esto es lo que sucedió en Afganistán cuando quedó claro que los rusos se estaban retirando. Las facciones comenzaron a pelear entre sí". Afganistán es instructivo: la guerra civil llevó al gobierno Talibán.
El coronel Hammers identifica un problema básico, innegable: "Hablar acerca de una nueva estrategia es inútil hasta que tengamos un nuevo equipo -en el Pentágono, en la administración. Estos tipos han arruinado todo. Carecen de la credibilidad para implementar cualquier cosa".
Escribiéndole a su primer ministo Lloyd George, Winston Churchill, frustrado después del derramamiento de sangre de la Primera Guera Mundial, preguntaba: "¿Qué nos impulsa a ir derramando ejércitos y dinero en estos desiertos ingratos?" Pero los británicos habían creado el problema, formando "Iraq" a partir de tres provincias otomanas diferentes. Ellos escogieron lado, seleccionando a la minoría sunita para manejar el país. Los británicos permanecieron 12 años, derramando sangre ocasionalmente, hasta 1932. El derramamiento de sangre continuó después de que se fueron, mientras los sunitas brutalizaron a Iraq hasta 2003. La administración Bush, desafiantemente ignorante de la historia, ha creado una situación mucho más peligrosa que aquella de la que se quejaba Churchill. Estados Unidos está en caída libre en Iraq, y no hay red.
Joe Klein
(v.pág.15 de la edición internacional de TIME del 7 de agosto - 14 de agosto de 2006).
Los Estados Unidos son tan poderosos militarmente que por su misma naturaleza representan una amenaza para todas las demás naciones en la tierra. El único país que teóricamente pudiera destruir a cada uno de los demás es Estados Unidos. La única forma en que pudiéramos decir que los Estados Unidos no es una amenaza es viendo la intención, y esto depende de la autoridad moral. Si no se está seguro de que los Estados Unidos vayan a actuar correctamente, no puede confiarse en ellos con tal poder, entonce se empieza a pensar: ¿Cómo puedo desequilibrar esto y encontrar otras alianzas para protegerme e mí mismo?
James Fallows en The Atlantic Monthly
Desde septiembre 11, el pueblo estadounidense se ha mostrado feliz de permitir al gobierno federal hacer lo que le plazca. Aplaudimos el Acta Patriota. Nos sometemos al tentar-y-quitar de la TSA en los aeroupuertos. No tenemos objeción a las búsquedas sin orden judicial. No podría importarnos menos que el Tío Sam monitoree nuestros correos electrónicos y llamadas telefónicas. Después de todo, "si no tienes nada que ocultar, no tienes nada que temer" y "tus libertades civiles nada importan si estás muerto".
Considere lo siguiente:
¿Qué pasará después del próximo episodio terrorista, sea éste un ataque o un arresto? ¿Qué tan tranquilo aceptará el pueblo estadounidense cualquier ley o reglamento que el Tío Sam le imponga? Como dice un viejo proverbio alemán, la libertad muere en pequeñas partes.
Durante los años de Clinton, era popular decir que amabas al país pero temías al gobierno. Bajo Bush II, la misma gente quiere que piense que si no va al mismo paso que su gobierno, usted es toda clase de cosas innombrables.
Los fanáticos del estado policial nos dicen que son medidas temporales y necesarias para mantenernos a salvo de los terroristas. Ben Franklin declaró una vez que aquellos que sacrificaban su libertad en aras de su seguridad no merecían ninguna. El pueblo alemán en los 1930s estaba feliz de sacrificar sus libertades a un líder que los mantendría seguros. Bush II no es Adolf Hitler. De todas formas, el pueblo estadounidense está en la total negación de que su propio gobierno, dejado sin controles, puede hacer mucho más daño que cualquier terrorista extranjero.
En el caso Ex Parte Milligan en 1866, el juez David Davis de la Suprema Corte de Justicia escribió: "La Constitución de los Estados Unidos es una ley para gobernantes y pueblo, en la guerra y en la paz, y cubre con el escudo de su protección a todas las clases de hombres, todo el tiempo, y bajo todas las circunstancias. No hay doctrina con consecuencias más perniciosas que haya sido inventada por la mente humana, que aquella cuyas provisiones pueden ser suspendidas durante cualquiera de las grandes exigencias de gobernar. Tal doctrina lleva directamente a la anarquía y al despotismo".
La anarquía de la que el juez Davis escribió es la del poder ilimitado. Cuando dejas a la gente hacer todo lo que quiere, tienes Woodstock. Cuando dejas al gobierno hacer todo lo que quiere, tienes Auschwitz.
¿Entonces qué hacemos acerca del terror? Es simple. Salgámonos del negocio del superpoder. Dejemos de tratar de mandar a todo el mundo. ¿Cuando tienes tropas en 130 países, es de extrañar el que tanta gente te odie? Regresemos las tropas a casa. Usemos a los miliares para defender costas y fronteras y lo habremos arreglado.
Es difícil para muchos estadounidenses, cegados como están por el orgullo, entenderlo, pero la mayoría del mundo no desea nuestra forma de vida. Y entre más bombas les arrojemos, mas nos odiarán.
Como Pat Buchanan ha declarado, "para los pueblos islámicos, si los cruzados vienen en nombre de Dios o en nombre de la democracia, siguen siendo cruzados". Y ellos quieren que los cruzados se vayan. Buchanan también declaró que "el precio del imperio es el terror. El precio de la ocupación es el terror. El precio del intervencionismo es el terror."
Los terroristas no nos odian por nuestra libertad. "Odian nuestra interminable intervención en los asuntos internos de sus países. Los Estados Unuidos no están para arreglar los problemas del mundo árabe. Así que dejémoslos para que ellos traten de arreglarlos".
Tal es el caso de la Guerra contra el Terror. No son "los terroristas" quienes quieren quitarnos nuestra libertad. Es el gobierno de los Estados Unidos, ayudado e incitado por la ignorancia y apatía de tantos estadounidenses que gustosamente cambiarán libertad por seguridad. El pueblo alemán lo hizo hace 70 años, con resultados espantosos. Recemos porque esto no se repita en Estados Unidos. No hay garantía de que no pueda suceder.
Doug Newman
(v.The Libertarian Enterprise del 13 de agosto de 2006).
El presidente Bush dijo claramente en una reunión privada que estaba preocupado por la falta de progreso en Iraq y frustrado porque el nuevo gobierno iraquí -y el pueblo iraquí- no hayan mostrado un mayor soporte público para la misión estadounidense.
(V.The New York Times del 15 de agosto de 2006).
La exestrella pop Linda Ronstadt se ha unido a la larga lista de celebridades y otras figuras públicas que han calificado al presidente Bush por su falta de inteligencia. Pero no son sólo cantantes y estrellas de cine quienes están sugiriendo que la debilidad mental de George Bush está dañando la credibilidad estadounidense nacional e internacionalmente.
Ronstadt dijo anteriormente. "Las Dixie Chicks declararon que estaban avergonzadas porque era texano. Yo estoy avergonzada de que George Bush sea estadounidense. [El presidente] es un idiota. Es enormemente incompetente, tanto en el ámbito doméstico como en el internacional.
Existe, sin duda, un sentimiento que es compartido en algunas capitales, tanto de nuestros amigos como de nuestros enemigos. Quizá debido a que el presidente tiene una historia tan larga de "gaffés" públicos, pero es ello evidencia de que George W.Bush es estúpido o simplemente inarticulado.
¿Necesitamos un presidente brillante o sólo a alguien que se rodee de la gente adecuada?
No es sólo acerca de Linda Ronstadt, he escuchado a republicanos y demócratas que empiezan a comentarlo en privado. Liberales y conservadores, franceses y amigos lo mismo, hablan privadamente acerca de George W.Bush, y dicen lo mismo que esas estrellas de la música y el rock, que la carencia de profundidad de George W.Bush está dañando a Estados Unidos en el país y avergonzándonos en el extranjero.
El autor de "Bushisms", Jacob Wiesberg (ph), quien el el liberal editor de Slate.com, ha analizado casi todo lo que George Bush ha dicho. Llegó a la conclusión de que Bush tiene un déficit lingüístico, y que no hay señales de que carezca de capacidad mental.
Algunas veces se puede tener a alguien como Michael Dukakis, que profundiza demasiado en las raíces. Y Jimmy Carter -recuerso haber escuchado historias acerca de Dukakis, leyendo libros suecos sobre el uso de la tierra en sus vacaciones, o deprimiéndose tanto después de leer acerca de los tratados SALT II, que prácticamente se tenía que ir a la cama por un par de días. Tanpoco los queremos así. Pero necesitamos un presidente que, creo, sea intelectualmente curioso. Y esa es una gran pregunta, si George W.Bush tiene la curiosidad intelectual para continuar dirigiendo este país durante los próximos dos años.
(V.Crooks and Liars del 15 de agosto de 2006).
Las semanas venideras son esenciales para el mandatario republicano. La situación en Iraq no ha cambiado favorablemente ni cambiará. Decenas de soldados estadounidenses continúan muriendo semana tras semana, mientras miles de civiles iraquíes pierden la vida cada mes y las presiones políticas para un retiro de las tropas estadounidenses van a la alza. En otras palabras, Iraq no ha demostrado que "la democracia electoral bien valía una invasión", como argumenta Bush desde 2002.
Sin duda, será Iraq el gran tema de la contienda electoral legislativa y los resultados a la fecha para los republicanos son un lastre.
Genaro Lozano, profesor del ITAM
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 23 de agosto de 2006).
No sólo un número cada vez mayor de israelíes reconoce que la guerra [contra Hezbollah en el Líbano] ha sido un desastrre para Israel, sino que está aumentando el reconocimiento de la responsabilidad de Estados Unidos por meterlos en ese lío. Un artículo de julio 23 en Ha'aretz acerca de una demostración antiguerra en Tel Aviv hacía notar que "ésta fue una protesta antiestadounidense diferente" que incluyó "cantos que decían 'no vamos a morir y a matar en servicio a Estados Unidos', y eslogans condenando al presidente George W.Bush".
Miembros del Congreso de Estados Unidos que han respaldado incondicionalmente los ataques al Líbano, han respondido a la furia de sus electores respondiendo que simplemente estaban defendiendo los legítimos intereses de Israel. Al apoyar a la administración Bush, ellos han defendido políticas que utilizan a Israel cínicamente para avanzar la agenda militarista de la administración.
Dada la falta de éxito en la campaña militar israelí, los planificadores de EU están pensando dos veces acerca de la facilidad con la que una campaña de bombardeo dirigida por EU podría alcanzar una victoria sobre Irán.
De cualquier manera, la propensión de la administración Bush a ignorar las lecciones de la historia no debe subestimarse. Un ex alto funcionario de inteligencia comentó: "No hay forma de que Rumsfeld y Chenney saquen la conclusión correcta acerca de esto. Cuando el humo se disipe dirán que fue un éxito, y reforzarán su plan para atacar a Irán". Ciertamente, el 14 de agosto, Bush declaró que Israel había alcanzado la "victoria" en su lucha contra Hezbollah.
Según su lógica, si la feroz destrucción por parte de Israel de la infraestructura civil de un pequeño país democrático, por causa de un incidente fronterizo menor instigado por una milicia consistente en 3,000 hombres de un partido minoritario, es un legítimo acto de autodefensa, de seguro un ataque estadounidense similar contra Irán -un país mucho mayor, con fuerzas armadas considerables y cuyo gobierno de línea dura pudiera estar desarrollando armas nucleares- pudiera ser también visto como un acto de autodefensa.
Stephen Zunes
(v.Asia Times del 23 de agosto de 2006).
En 2004 Bush y Karl Rove se las arreglaron para confundir a los demócratas juntando la guerra en Iraq con la guerra contra al-Qaeda e insistiendo en que cualquier reserva que los demócratas pudieran tener acerca de Iraq era signo de debilidad. Esto fue enfurecedor. Fue la desastrosa decisión de Bush de ir a la guerra -y peor, de ir a la guerra con recursos insuficientes- la que transformó a Iraq en un Valhalla terrorista. Es la irresponsable continuación de la guerra por parte de Bush la que ha creado el actual pantano, en el cual el retiro de los militares de E.U.podría llevar a una conflagración regional. Rove podría evitar una vergüenza electoral este noviembre con la misma demagogia, pero su estrategia ha traicionado a los mejores intereses de la nación. Ha destruido cualquier oportunidad de una respuesta unificada de E.U.a una crisis en el extranjero. Incluso la página editorial del Wall Street Journal advirtió, en medio de un típico carraspeo antidemócrata: "Ningún presidente puede mantener una guerra por mucho tiempo sin algún apoyo de parte del partido opositor; tarde o temprano su propio partido empezará también a agrietarse".
Joe Klein
(v.pág.21 de la edición internacional de TIME del 21 de agosto de 2006).
Contra lo que suele ocurrir en tiempos de guerra, ahora estadunidenses e israelíes ya no compraron el discurso de sus gobernantes. Pese a todos sus esfuerzos por volver a infundir temor, George W.Bush se mantiene a la baja en los índices de aprobación, y la gente empieza a disociar cada vez más la situación en Irak de combate al terrorismo.
Lucía Luna Elek
(v.pág.16 del periódico Público del 27 de agosto de 2006).
Si los neoconservadores no fueren tan adeptos a reclamar el terreno de la alta política para sí mismos -y a tratar de convencer al país de que solamente están interesados en reforzar la seguridad de EU e Israel y en la causa de la democracia- podría ser el momento de empezar a preguntar cuáles de ellos son, en realidad, agentes de Irán.
La pregunta es pertinente porque "objetivamente", como les gusta decir, la política neoconservadora ha resultado en enormes ganancias para los dirigentes iraníes, a un costo grave para EU y poco o ningún beneficio para Israel.
El ejemplo más obvio es la invasión y ocupación de Irak, que convenientemente ha eliminado al principal rival militar de Irán en la región, y reemplazado al régimen baathista de Sadam Husein con un gobierno débil dominado por partidos islamistas chiies amistosos con Teherán. El único resultado seguro de nuestro esfuerzo ilegítimo es que los iraníes finalmente han obtenido lo que no pudieron lograr durante ocho años de guerra con Irak, a pesar del sacrificio de miles de vidas y cientos de millones de dólares. Y les dimos en premio sin costo -excepto que hemos perdido en miles de soldados muertos y heridos y cientos de miles de millones de dólares.
Extrañamente, no parecen estar más agradecidos que los iraquíes.
¿Pueden haber sido realmente tan torpes y despistados los neoconservadores sobre las consecuencias de una invasión estadunidense a Irak? No si se cree en su constante alarde sobre su propia seriedad y sagacidad. Engañaron bien al público estadunidense sobre cómo procedería la guerra, desde sus promesas de que los costos serían pagados por el petróleo iraquí hasta sus predicciones de que el nuevo Irak democrático "mejoraría radicalmente los prospectos para la paz y el progreso regionales", hasta sus afirmaciones de que la dominación chii sería benigna.
Los iraníes también han disfrutado de los frutos de la decisión increíblemente imprudente de la administración Bush -nuevamente alentada por los neoconservadores- de apoyar a Israel en el bombardeo de Líbano.
Los amigos de Teherán en Hizbolá están ahora en la cima del mundo árabe, y están en camino a desestabilizar a los enemigos de Irán (y aliados de EU), destruyendo cualquier posibilidad de revivir el proceso de paz, y podrían radicalizar a los musulmanes de todo el mundo.
También está Dick Cheney, el autor real de estas políticas desastrosas. Es el vicepresidente quien ha provisto al músculo burocrático detrás de los conservadores, de cuyo apoyo goza desde hace mucho en el Instituto Empresarial Americano. Cheney también tiene una historia curiosa con Irán, como el ex ejecutivo en jefe de Halliburton, una empresa que ha violado despreocupada y repetidamente las sanciones de EU contra Irán a través de subsidiarias extranjeras. Como congresista, Cheney también fue el más abierto apologista del comercio de armas secretas con los mulás iraníes, a pesar de su historial de apoyar al terrorismo contra las tropas estadunidenses, que casi hizo caer a la administración Reagan.
Pero Cheney se opone a Teherán, al igual que sus camaradas del Weekly Standard, del Pentágono y de otros sectores de las filas neoconservadoras. No están intentando dar ayuda y consuelo a Teherán en forma secreta. Aunque así lo parezca.
Joe Conason
(v.pág.33 del periódico Público del 27 de agosto de 2006).
El primer ministro británico Tony Blair tiene una actitud servil hacia la Casa Blanca y desaprovechó la oportunidad de contener a Estados Unidos en Iraq, dijo el ex presidente estadounidense Jimmy Carter en una entrevista publicada en Gran Bretaña.
"Estoy sorprendido y sumamente decepcionado con la conducta de Tony Blair", expresó Carter, un firme opositor a la guerra en Iraq, en una entrevista con el diario "Sunday Telegraph".
"Creo que más que ninguna otra persona en el mundo, el primer ministro pudo haber tenido una influencia moderadora sobre Washington - y no lo hizo", afirmó Carter, que gobernó de 1977 a 1981.
El primer ministro Blair ha sido el aliado más cercano al presidente Bush en Iraq, y Gran Bretaña tiene la segunda mayor presencia militar en ese país después de Estados Unidos.
Blair llevó a Gran Bretaña a la guerra pese a un fuerte rechazo de la opinión pública en general, y ha debido pagar un precio político. El año pasado fue reelegido pero con una marcada reducción de su mayoría parlamentaria, además de que la guerra ha dañado su credibilidad entre los británicos.
(V.pág.14-A del periódico El Informador del 28 de agosto de 2006).
Funcionarios estadounidenses y políticos iraquíes que viven y trabajan en la burbuja fortificada de la Zona Verde, todavía son reluctantes a usar las palabras "guerra civil". A principios de año, descalificaban como imposible una batalla generalizada entre sectas. En marzo decían que era improbable. Ahora, sugieren con cautela que no es inevitable. Y esa es la perspectiva optimista. Una valoración más desesperanzada fue expuesta a principios de este mes en el último memo diplomático a Londres del embajador saliente británico William Patey. "El prospecto de una guerra civil de baja intensidad y la división de facto de Iraq es más probable en esta situación que una exitosa y sustancial transición a una democracia estable", escribió Patey en su mensaje, el cual fue filtrado a los medios británicos. Para los iraquíes ordinarios que viven al otro lado de las altas murallas de la Zona Verde, el tiempo para debatir si y cuándo estallará una guerra civil es pasado: ya está llevándose a cabo. Después de tres años de menguante optimismo sobre el futuro de Iraq, ahora siento un creciente pesimismo.
Las Naciones Unidas reportan que cerca de 6,000 iraquíes fueron muertos en mayo y junio, más que en ningún otro periodo comparable desde la caída de Saddam. Julio fue todavía peor, con más de 3,400 matados.
Las víctimas, sólo en Bagdad, minimizan las del Líbano e Israel combinadas. "Ellos cuentan sus muertos por docenas. Nosotros contamos los nuestros por centenas", comentó Ali al-Shaheen, nuestro administrador de la oficina. Sólo cuando las bombas israelíes mataron 28 personas en la villa libanesa de Qana, viendo las imágenes de la masacre, declaró: "Ahora saben cómo viven los iraquíes".
Los funcionarios de E.U.están encontrando que es difícil mantener el impulso optmista. Puede que ahora se sienten juntos políticos shiitas y suníes, pero su mutua hostilidad no ha disminuido, debilitando al gobierno.
Si Iraq nos ha enseñado algo en los pasados tres años -y el Líbano en el pasado mes- es que las tácticas militares convenconales no funcionan en un conflicto asimétrico. Las cifras puras y el poder de fuego cuentan para muy poco. A pesar de una operación militar conjunta estadounidense-iraquí en proceso, con 50,000 hombres, denominada Operación Juntos Adelante para limpiar a Bagdad de insurgentes nacionalistas, jihadistas terroristas y milicias sectarias, la capital continúa tan peligrosa como siempre.
El fracaso de Juntos Adelante es un golpe a las esperanzas de la administración Bush de disminuir rápidamente la presencia militar de E.U. Cuando todo el poder militar de E.U.ha sido aplicado en una ciudad iraquí -recuerden Fallujah, Tall'Afar, Samarra, al-Qaim- el enemigo simplemente se ha disuelto, llevando las tácticas terroristas a otros lugares inadecuadamente defendidos. Y cuando las fuerzas de E.U.eventualmente disminuyen, dejando las labores policiacas a los iraquíes, el enemigo ha regresado a los mismos lugares que supuestamente se habían limpiado -costando sangre estadounidense.
Impotente para detener la matanza, el gobierno de al-Maliki ha fallado también en mejorar las condiciones de vida. El crimen continúa rampante, especialmente en el creciente negocio de secuestros para buscar el pago de rescate. Funcionarios de E.U.comentan que diariamente se llevan a cabo hasta 40 secuestros. Las demandas de rescate van desde miles hasta millones de dólares; nunca se vuelve a saber de muchas de las víctimas. Los servicios son una broma cruel. Mientras la temperaturas veraniegas ascienden a 50°C, no ha habido mejoras perceptibles en el suministro eléctrico o de agua potable. Cuando la gente necesita generadores operados con gasolina para que funcionen los abanicos de techo y los acondicionadores de aire, el combustible ha escaseado. Las colas en las gasolinerías pueden ser de todo el día. El precio en el mercado negro de un litro de gasolina supera al dólar -exactamente 100 veces el precio oficial de antes de la guerra.
Finalmente parece que la administración Bush está saliendo de su estado de negación con respecto al sectarismo.
Es difícil no sentir lástima por al-Maliki. El primer ministro tiene la casi imposible tarea de reparar el daño inflingido por tres años de políticas pobremente concebidas y de medidas a medias, la mayoría de ellas instituidas por funcionarios y generales de E.U.que hace mucho se marcharon a casa. Un diplomático occidental me dijo en mayo, cuando al-Maliki tomó el puesto: "Ellos sólo le dieron un cepillo de dientes y le ordenaron limpiar la montaña de desorden dejada por [el exadministrador de E.U.] Paul Bremer, Allawi y [el exprimer ministro Ibrahim] al-Jaafari".
Los pocos políticos seculares con algún reconocimiento, como Allawi, han sido marginalizados, sus voces apagadas por el ruido sectario. En dos elecciones generales, Allawi no ha podido obtener más que el 14% de los votos, y la fuga de los iraquíes de clase media está erosionando su electorado natural. El lamenta el creciente poder de las fuerzas sectarias, pero sólo puede mirar desesperanzado. Hace algunos meses, el líder sunita Saleh-al-Mutlak platicó conmigo acerca del tipo de liderazgo que se requeriría para sacar a Iraq del precipicio. Estuvinmos de acuerdo en que no había gigantes en la escena política, y el agachó la cabeza con tristeza. "No sólo eso", dijo suspirando, "sino que el sistema político que hemos creado hace imposible que una figura así emerja". Los políticos, agregó, han descubierto que la forma más fácil de ganar votos es apelar al chauvinismo sectario; tiene pocos incentivos para tomar el camino más alto y difícil. Al-Mutlak retomó el tema en una reciente entrevista con un periódico local, expresando que el país necisitaba "un Mandela iraquí".
Los hombres de estado no pueden hacerse aparecer a voluntad. En tres y medio años cubriendo Iraq, no he encontrado un solo líder que pueda elevarse sobre la política mediocre o los intereses sectarios. No digamos un Mandela; no existe siquiera un Hamid Karzai iraquí. El acotado presidente afgano tiene más credibilidad con su pueblo de la que cualquier político iraquí pudiera honestamente pretender. Ante la ausencia de hombres de estado, me temo que las furias sectarias que han sido desatadas en Iraq borrarán los últimos vestigios de sentido común y decencia y arrastrarán al país a una lucha final antes de su muerte.
Aparisim Ghosh
(v.pág.17 de la edición internacional de TIME del 28 de agosto de 2006).
Los principales ejecutivos de la industria petrolera y de la defensa de Estados Unidos han sido los grandes ganadores de la guerra contra el terrorismo al aumentar sus salarios de manera significativa, según un estudio publicado ayer.
El informe realizado por el Instituto de Estudios Políticos y Unidos para una Economía Justa de Washington, indica que desde que empezó la guerra contra el terrorismo, tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, los ejecutivos de las 34 mayores firmas contratistas de defensa y petroleras han sido favorecidos por jugosos aumentos salariales.
Los 34 presidentes ejecutivos combinados se embolsaron prácticamente 200 millones de dólares, luego de los atentados.
Las alzas en los precios del petróleo, a causa de la guerra, se han traducido en un incremento del 50% en los sueldos de los presidentes ejecutivos de las quince principales firmas petroleras de Estados Unidos desde el 2004.
Los ejecutivos petroleros están recibiendo cerca de tres veces el sueldo de los jefes en negocios comparables desde el punto de vista de su tamaño, según el estudio.
En el sector de la defensa, el año pasado los jefes ejecutivos de la industria obtuvieron un pago que superó en 44 veces los sueldos de los generales militares con 20 años de experiencia y 308 veces los salarios de soldados del ejército.
El estudio se basó en sondeos a todas las corporaciones estadounidenses públicas, entre los 100 contratistas de defensa que tienen el 10% de los ingresos en el sector.
(V.pág.11 del periódico Mural del 1o.de septiembre de 2006).
Respóndame esto, por favor. Si usted mata a 100 civiles inocentes y a un terrorista, ¿está ganando o perdiendo la guerra contra el terrorismo? 'Bueno -tal vez responda-, pero ese terrorista podría matar a 200 civiles, a 1000, ¡o más!'. Pero entonces surge otra pregunta: si matando a 100 personas inocentes está creando a 5 futuros terroristas nuevos, y a una base popular que les da asistencia y cobijo, ¿ha logrado alguna ganacia neta para las generaciones futuras de sus compatriotas, o ha creado al enemigo que merece?
John Le Carré
(v.pág.35 del periódico Público del 1o.de septiembre de 2006).
Miembros prominentes del Partido Demócrata de Estados Unidos dijeron que apoyan una resolución para exigir la dimisión del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, después de que sugiriera que quienes critican la guerra en Iraq favorecen al enemigo.
(V.pág.20-A del periódico El Informador del 4 de septiembre de 2006).
"No tenemos que esperar para saber cuál será el legado de la administración Bush. Podemos verlo ahora en toda la sangre derramándose y la destrucción sucediendo en Israel, Líbano e Iraq."
Erik Stottrup / Waupaca, Wisconsin
"Mientras que la brutal realidad ha forzado a los E.U.a utilizar la diplomacia en el extranjero, la fanfarrona arrogancia del presidente sigue viva y bien en casa. Parafraseando una línea de un viejo western, Bush parece pensar que Washington no es lo suficientemente grande para tres ramas de gobierno. Bush ignora la ley establecida y subvierte la legislación congresional con estatutos firmados. Yo casi espero oírlo repetir sus famosas palabras "échenmelos" en respuesta a recientes intentos, siempre débiles, del congreso y las cortes de poner rienda a su poder."
Gayle Bell / Winter Park, Florida
Letters
(v.edición internacional de TIME del 4 de septiembre de 2006).
En Afganistán, el Talibán está de regreso, la producción de opio es copiosa, el ejército y la policía son débiles y el trabajo de reconstrucción es lento.
Las fuerzas talibanes, en desorden después de que las fuerzas de la coalición las derrocaron del poder en 2001, ahora son capaces de operar en unidades del tamaño de un pelotón de alrededor de 40 hombres, y algunas veces mayores, y también están empleando tácticas afinadas por los insurgentes en Iraq, incluyendo ataques suicidas y bombas al lado de los caminos. Las fuerzas extranjeras han sufrido más bajas el año pasado que en cualquier otro desde 2001.
Las fuerzas afganas difícilmente están listas para hacerse cargo. El general retirado estadounidense Barry McCaffrey, después de un viaje de inspección en junio, calificó al ejército afgano como "miserablemente carente de recursos. Sin morteros, con pocas ametralladoras, sin lanzagranadas y sin artillería. Muchos soldados y policías tienen pocas municiones y pocos cargadores". La policía está todavía peor. Mohammad Akhunzada, el exgobernador de la provincia de Helmand en el sur, explica que la policía está rebasada. Están combatiendo al Talibán sin apoyo, con un cargador (de balas) entre ellos. Seguro, llaman a las fuerzas de la coalición, pero éstas toman 24 horas para llegar. ¿Cómo se supone que proporcionen seguridad en tales condiciones?" Encima de esto se encuentra una paradoja en el núcleo de la estrategia de la International Security Assistance Force: la decisión de ignorar el cultivo de amapola, aunque el negocio del opio sea un apoyo clave para el Talibán. Pero un programa de erradicación atraparía a la ISAF en una guerra desgastante con habitantes locales que no tienen otra forma de ganarse la vida.
El Pentágono ha propuesto el retiro de 4,000 soldados estadounidenses de Afganistán para disminuir la presión sobre sus fuerzas en Iraq.
J.F.O.McAllister
(v.pág.22 de la edición internacional de TIME del 4 de septiembre de 2006).
El ex presidente iraquí Saddam Hussein no tenía vínculos con la red terrorista Al Qaeda y desconfiaba de las redes islamistas, según un informe del Senado de Estados Unidos difundido este viernes, que contradice varias afirmaciones del gobierno de Bush.
"Saddam Hussein no tenía confianza en Al Qaeda y consideraba a los extremistas islámicos como una amenaza a su régimen, y negó todos los pedidos de ayuda material y operativa que le realizó Al Qaeda", señala un informe de la Comisión de Inteligencia de esa cámara.
El informe además niega que el líder de Al Qaeda en Irak, Abu Musab al Zarqaui, muerto en un ataque estadounidense el 7 de junio, haya sido asilado por Hussein antes de la guerra. Aunque asegura que Zarqaui sí se encontraba en Bagdad en 2002, el reporte dice que Hussein intentó capturarlo.
Asimismo el documento informa que el líder iraquí rechazó invitaciones de Al Qaeda para unirse a la red.
(V.pág.9-A del periódico El Informador del 9 de septiembre de 2006).
Cada cierto tiempo, el hijo de Bush agita el espantajo del terrorismo y el buen pueblo de Estados Unidos se asusta de verdad: sale volando al supermercado a hacerse de provisiones y de cinta aislante para sellar la casa y que no se metan los gases venenosos. De paso, como quien no quiere la cosa, se suprimen las libertades civiles y los derechos individuales.
Román Revueltas Retes
(v.pág.4 del periódico Público del 10 de septiembre de 2006).
Al Qaeda se ha debilitado, pero ha hecho escuela; y, como espectro, Bin Laden emerge de su escondite para lanzar un mensaje cada vez que la administración Bush requiere apuntalar su estrategia antiterrorista.
Lucía Luna Elek
(v.pág.18 del periódico Público del 10 de septiembre de 2006).
En una conferencia internacional en Tokio, los economistas dijeron que reconstruir Afganistán requeriría de 30,000 millones de dólares, la delegación afgana pidió 10,000 millones, los países donantes prometieron 4,500 millones, y los recibos de ese año sumaron menos de la mitad de la cantidad prometida. A mitad de año alguien decubrió que el presupuesto de EU había adjudicado cero dólares para Afganistán. Cero. Pero me dicen que no fue una decisión política: la administración simplemente olvidó hacerlo. Para entonces, se preparaba una guerra en Irak. Así que el primer año crucial terminó en nada.
Luego comenzó la guerra en Irak, alejando la atención y llevando a EU a la misma trampa que había evitado en Afganistán. Eventualmente, los excedentes de Irak alcanzaron a Afganistán. Comenzaron los bombardeos suicidas. Créame, los afganos encuentran esto tan horripilantemente ajeno como los estadunidenses. Aun cuando estaba a punto de quebrarse, Afganistán nunca vio un bombardeo suicida. Ahora ha pasado por un brote de éstos.
Tamim Ansary
(v.pág.32 del periódico Público del 10 de septiembre de 2006).
En cinco años la sociedad estadounidense ha cambiado profundamente. Primero, los atentados del 11-9, causaron un impacto psicológico tremendo. De la noche a la mañana, una sociedad acostumbrada a ser tele-espectadora de guerras y ataques se convirtió en campo de batalla. Segundo, una sociedad acostumbrada a las libertades tuvo que renunciar a algunas de ellas en aras del combate al terrorismo. El gobierno estadounidense invadió la esfera privada al espiar los sitios web de los cibernautas, al escuchar sus conversaciones telefónicas, al llevar un registro de los libros sacados de las bibliotecas públicas y privadas. De la noche a la mañana, EU se despertó con una presidencia imperial.
En cinco años la forma tradicional de hacer política en EU fue secuestrada por el discurso del terror. De la noche a la mañana, la política del miedo reinó en los discursos oficiales del presidente, en los debates de los legisladores, en las campañas electorales y hasta en los contenidos de los espacios noticiosos.
En cinco años el papel internacional de EU sufrió descalabros. De la noche a la mañana, EU pasó de ser el eje conductor del sistema internacional a convertirse en el principal agente del boicot al derecho internacional y a las instancias multilaterales. De la noche a la mañana, EU decidió unilateralmente invadir un país en el Medio Oriente, bajo el engaño que todos conocemos y hoy EU se encuentra atrapado en una aventura bélica y en el peor de los escenarios en Iraq.
En cinco años EU identificó el "rostro del mal" en el régimen talibán, en Saddam Hussein y, especialmente, en Osama bin Laden. De la noche a la mañana, EU puso precio a esos rostros y acabó con dos de ellos.
En cinco años Osama bin Laden se convirtió en la estrella principal del drama del 11-9. Cada año los especiales televisivos que conmemoran la tragedia realizan un sinnúmero de reportajes especiales sobre el terrorista saudí que le declaró la guerra a EU. Hoy, a un lustro del estrellato, Osama se ha convertido en un fantasma.
A nivel discursivo, el hombre que originó la lucha contra el terrorismo, el cambio político en EU y en el mundo es sólo un adjetivo utilizado para justificar lo injustificable. A cinco años del 11-9, Osama es el gran pendiente de la administración Bush, pero también un gran recurso político.
Genaro Lozano, profesor del ITAM
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 13 de septiembre de 2006).
El 11 de septiembre siempre será recordado como una fecha trágica por los miles de personas que murieron por el ataque terrorista a las Torres Gemelas de Nueva York y al Pentágono. Las escenas que se repiten en estos días en la televisión siguen pareciendo parte de una película y no de la realidad. El temor se apoderó de ciudadanos y naciones y el mundo cambió después de esa fecha.
Este evento fue el motivo (o excusa) para que George Bush emprendiera acciones bélicas en contra de países árabes con el propósito de encontrar al principal culpable de esta atrocidad, Osama Bin Laden. Miles de personas han muerto, y siguen muriendo, sin que se haya logrado mejorar la seguridad de Estados Unidos ni encontrar a Bin Laden. Se ha tratado de combatir el terrorismo solamente con el uso de la fuerza y poco se han atendido sus causas.
Víctor Manuel González Romero, profesor, investigador y ex rector general de la Universidad de Guadalajara
(v.blog del 13 de septiembre de 2006).
"El estilo diplomático de [Condoleezza] Rice está estancado al nivel de una estudiante de sexto año de primaria. Las niñas de esa edad comienzan a elaborar dos listas: una con sus mejores amigas y otra mucho más larga con la gente con la que nunca, jamás, hablarán. Rice y Bush son mejores amigos, pero la lista de gente, partidos, organizaciones y países a los que no les hablarán no tiene fin. Es tiempo de madurar."
Danute V.Handy / Santa Barbara, California
"Es triste que le tomara a la administración tres años para ver lo que es obvio: la Doctrina Bush es una receta para el desastre. La doctrina ha alimentado los fuegos de la proliferación nuclear. Invadiendo Iraq, que no contaba con Armas de Destrucción Masiva, y ofreciendo diplomacia y concesiones a países con armas nucleares terminadas o en desarrollo, los E.U.han señalado que los potenciales adversarios deben apresurarse a tener armas nucleares lo más pronto posible."
Zach Ziskin / Fort Lauderdale, Florida
"Si Bush invitara a Kim Jong Il a su rancho, podría lograr una gran acuerdo a nivel personal con Kim que no se conseguirá de ninguna otra manera. Bush debería hacer lo mismo con el presidente Mahmoud Ahmadinejad de Irán. ¿Qué tiene que perder, por Dios? Como dice el dicho: 'Mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos todavía más cerca'."
John Vehon / Dallas, Texas
Letters
(v.edición internacional de TIME del 11 de septiembre de 2006).
Donde en Iraq la ciudad capital es la principal zona de conflicto, en Afganistán la ciudad capital es el único lugar bajo alguna clase de control.
Niall Ferguson
(v.pág.25 de la edición internacional de TIME del 11 de septiembre de 2006).
Iraq se está hundiendo profundamente en las aguas rojo-sangre del conflicto civil. El Talibán está resurgiendo en Afganistán. Hizballah está alardeando por los resultados de los inconclusos ataques israelíes. Hamas controla la Autoridad Palestina. Irán está cada vez más cerca de conseguir armas nucleares. Osama bin Laden y su suplente, Ayman al-Zawahiri, siguen burlándose de Occidente con sus desafiantes mensajes, mientras que células jihadistas desde Londres hasta Lahore planean ataques nuevos.
Dadas tan sombrías noticias cinco años después del 9/11, es muy fácil concluir que la doctrina Bush es un fracaso que, cuando más, ha sido inefectiva y que, en el peor de los casos, ha exacerbado las amenazas que pretendía corregir.
Max Boot
(v.pág.28 de la edición internacional de TIME del 11 de septiembre de 2006).
Encuesta de Time/Discovery Channel tomada entre agosto 22 y 24 de 2006 a 1,002 estadounidenses adultos:
¿Piensa usted que la administración Bush está utilizando la amenaza del terrorismo o las alertas por terrorismo por razones políticas?
Sí = 49%
No = 45%
¿Piensa usted que la administración tiene una política clara y bien pensada para enfrentar al terrorismo?
Sí = 36%
No = 59%
¿Piensa usted que Saddam Hussein, el exlíder iraquí, estuvo personalmente relacionado con los ataques terroristas del 11 de septiembre al Pentágono y al World Trade Center?
Sí = 38%
No = 53%
¿Cree usted que las acciones de E.U.en la guerra de Iraq están perjudicando o ayudando a la guerra contra el terrorismo?
Perjudicando = 54%
Ayudando = 40%
(V.pág.32 de la edición internacional de TIME del 15 de septiembre de 2006).
El gobierno del primer ministro Nouri al-Maliki está plagado de radicales islámicos. Esta semana elementos del ejército iraquí fueron atacados y derrotados en Diwaniyah por una milicia sectaria dirigida por el shiita radical Muqtada al-Sadr. Este es el mismo al-Sadr que atacó a las fuerzas de E.U.en 2004, el mismo al-Sadr que controla 30 asientos en el parlamento iraquí -y quien es el alfiler de la coalición gobernante de al-Maliki. Yo le diría al primer ministro al-Maliki: Los E.U.no pueden apoyar a un gobierno que incluya a Muqtada al-Sadr. Usted debe construir una nueva coalición, una que incluya a los partidos políticos seculares y a los sunitas y que le garantice a la minoría sunita el derecho y la parte que merece de los ingresos por el petróleo iraquí. No hemos sacrificado 2,600 estadounidenses para crear un gobierno shiita radical en Iraq.
Uno de los libros que leí este verano fue Fiasco por Tom Ricks del Washington Post. Es una cuidadosa sumatoria de los errores militares que hemos cometido en Iraq. Termina con una serie de escenarios de lo que pudiera pasar si nos retiramos ahora. Todos tienen terribles implicaciones para la región y para el mundo. Debemos permanecer en Iraq, pero debemos hacerlo inteligentemente.
Joe Klein
(v.pág.33 de la edición internacional de TIME del 11 de septiembre de 2006).
Tal vez el verdadero fracaso de Blair no haya sido que ofreció sus servicios a la Casa Blanca, sino que nunca le cobró lo suficiente por éstos.
Andrew Brown
(v.pág.40 del periódico Público del 15 de septiembre de 2006).
El vicepresidente de Irak, Tareq Al Halemi, aseguró el sábado en La Habana que "la ocupación extranjera" de su país "estimula al terrorismo". Admitió que "Irak está ocupado sin soberanía" y dijo que la "retirada urgente de las tropas es deseable, aunque antes debe normalizarse la seguridad interior".
El político suni dijo que los iraquíes "temen" que en las circunstancias actuales la retirada de las tropas extranjeras desplegadas en Irak "cree un peligroso vacío" que haga más difícil "la unidad del país".
(V.pág.26 del periódico Público del 17 de septiembre de 2006).
El exmandatario estadounidense Jimmy Carter dijo que el gobierno del presidente George W.Bush ha erosionado la influencia global de su país con su conducta en Iraq y por respaldar la tortura de sospechosos de terrorismo.
"Ha redefinido la tortura de acuerdo con su conveniencia", dijo Carter en una entrevista.
"Las cosas que casi unánimemente se presumen serían tortura, ellos dicen que no son tortura. No creo que haya duda alguna de que eso es lo que están haciendo", dijo el demócrata Carter, quien fuera presidente de Estados Unidos de 1977 a 1981 y obtuviera el Premio Nobel de la Paz en 2002.
Carter, de 81 años, dijo que estaba "lleno de admiración" por los senadores republicanos John McCain y John Warner, así como por el exsecretario de Estado, Colin Powell, por sus esfuerzos la semana pasada para bloquear las políticas de Bush sobre el trato a los supuestos terroristas.
(V.pág.13-A del periódico El Informador del 19 de septiembre de 2006).
"El gobierno de E.U.mantiene a los estadounidenses en un perpetuo estado de temor porque los ciudadanos son más fáciles de manipular cuando están en esa condición. Hasta cierto grado, lo mismo sucede en Gran Bretaña. Mientras siga existiendo cierto nivel de amenaza, nuestros gobiernos aprovecharán la oportunidad para pasar medidas draconianas para controlar a la población. Mientras nos puedan convencer de que la amenaza es lo suficientemente severa, cederemos voluntariamente nuestras libertades."
Grimble Gromble / Melksham, Inglaterra
Letters
(v.edición internacional de TIME del 18 de septiembre de 2006).
Si no contamos con contamos con una supervisión congresional significativa sobre la administración Bush, este país puede perderse para siempre.
Howard Zinner, votante republicano de Connecticut
(v.pág.33 de la edición internacional de TIME del 18 de septiembre de 2006).
La tortura en Irak es posiblemente ahora peor que bajo Saddam Hussein, dijo el jueves el principal experto de las Naciones Unidas en materia de apremios ilegales, señalando que fuerzas del gobierno, milicias, grupos insurgentes y otros sectores armadas desconocen las normas del trato humanitario a los prisioneros.
"Lo que la mayoría de las personas dicen es que la situación en Irak, en relación a la tortura, se ha escapado de las manos" de todos, dijo Manfred Novak, investigador especial de la ONU en materia de torturas. "La situación es tan mala que muchas personas dicen que es peor que lo que fue en la época de Saddam Hussein".
The Associated Press, 21 de septiembre de 2006.
El ex presidente de Estados Unidos, William Clinton, lamentó haber fracasado en su intento de capturar, en su momento, al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, pero aseguró que, a diferencia del gobierno actual, al menos lo intentó y trabajó "muy duro para tratar de matarle".
"Esa es una diferencia con otros, incluidos todos los radicales de derecha" que, según él, le están atacando ahora por no haber hecho lo suficiente para capturar al hombre más buscado del mundo, y que en su día le "ridiculizaron" por intentarlo.
Afirmó además que había autorizado a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a que lo eliminasen y que si ahora fuese presidente tendría a más de 20,000 efectivos dispuestos a cumplir esa misión.
Tras admitir que considera que no hizo lo suficiente para capturar al líder terrorista, Clinton recordó que los mismos republicanos más conservadores que ahora le critican por no haberse esforzado demasiado, decían antes que estaba obsesionado con Bin Laden.
Además, dijo, que desde que abandonó la Casa Blanca tras las elecciones de noviembre de 2000 y hasta los atentados del 11 de septiembre de 2001, el gobierno de George W.Bush no hizo nada al respecto.
(V.pág.21-A del periódico El Informador del 25 de septiembre de 2006).
Algunos críticos del presidente George W.Bush sostienen que Estados Unidos no ha podido terminar con las tareas de reconstrucción de Afganistán porque se distrajo con la guerra en Irak y ha permitido que los milicianos del Talibán, derrocados en la invasión extranjera de finales de 2001, se fortalezcan.
(V.pág.21-A del periódico El Informador del 25 de septiembre de 2006).
"Creo que el secretario Rumsfeld y otros en la administración no le dicen la verdad al pueblo estadounidense por temor a perder apoyo para la guerra en Iraq."
"Rumsfeld, en algún momento, llegó a decir que le dispararía a la siguiente persona que mencionara la necesidad de un plan de postguerra en Iraq."
"Si se hubieran considerado todos los requerimientos para la guerra, es probable que E.U.hubiera mantenido su enfoque en Afganistán, no alimentado el fundamentalismo islámico alrededor del mundo, y no creado más enemigos que insurgentes disponibles."
Mayor general retirado John R.S.Batiste
"El señor Rumsfeld es incompetente estratégica, operacional y tácticamente. El y su equipo inmediato deben ser reemplazados o veremos dos años más de decisiones extraoridinariamente mal hechas."
Mayor general retirado Paul Eaton
"No proveer el mejor equipo fue una seria falla moral por parte de nuestro liderazgo."
"Los Estados Unidos no pidieron a nuestros soldados que invadieran Francia en 1944 con el mismo blindaje con el que se habían entrenado en 1941. ¿Por qué estamos pidiendo a nuestros soldados y marines que utilicen el mismo blindaje que encontramos insuficiente en 2003?"
Coronel retirado Thomas X.Hammes
The Associated Press, 26 de septiembre de 2006.
"¿Por qué nadie quiere enfrentar el secreto sucio acerca de la guerra? Iraq y el resto del mundo -especialmente los E.U.- estarían mucho mejor si Saddam Hussein hubiera sido dejado en el poder. Lo único que el pueblo iraquí le ha probado al resto del mundo a través de todo este fiasco es que se merecen un tirano."
Larry Maysack / Haymarket, Virginia
"Las leyes de una democracia, o incluso las de una dictadura, simplemente no existen. Las acuarelas utilizadas por la administración Bush para pintar una motivante imagen de Iraq están siendo borradas por la sangre de gente gobernada mediante el temor, no la esperanza."
Joe Macdonald / Dartmouth, Canadá
"En el proceso de tratar de hacer tragar a los iraquíes libertad y democracia, hemos hecho miserables sus vidas cotidianas."
Saroja Venkatraman / Martinez, Georgia
Letters
(v.edición internacional de TIME del 25 de septiembre de 2006).
El mundo está comenzando a dudar de las bases morales de nuestra guerra contra el terrorismo.
Colin Powell, exsecretario de Estado, oponiéndose a una propuesta de la Casa Blanca que permitiría un tratamiento más duro a los sospechosos de terrorismo
("Verbatim" en la edición internacional de TIME del 25 de septiembre de 2006).
No está en duda si un ataque pudiera ser o no efectivo. Ciertamente lo sería. ¿Pero están preparados para todo lo que seguiría?
General de marines retirado Anthony Zinni, sobre el prospecto de una acción militar de E.U.contra Irán
(v.pág.27 de la edición internacional de TIME del 25 de septiembre de 2006).
Estados Unidos es dueño del cielo de Irak con sus [helicópteros] Apaches, pero Irán es dueño del terreno.
Syed Ayad, clérigo shiita miembro del parlamento iraquí
(v.pág.32 de la edición internacional de TIME del 25 de septiembre de 2006).
La guerra en Iraq se ha convertido en un "caso célebre" para extremistas islámicos que instiga un profundo resentimiento hacia Estados Unidos, lo cual tiene más posibilidades de empeorar que de mejorar, asegura un informe de inteligencia dado a conocer por el gobierno.
Se trata de un informe conjunto de los 16 servicios secretos estadounidenses, titulado "Tendencias en el terrorismo global: Implicaciones para EU".
En los extractos desclasificados por orden de Bush se afirma que "la guerra en Iraq está dando forma a una nueva generación de líderes y operativos terroristas" que se dispersan por todo el mundo y que aprenden a adaptarse a las tácticas antiterroristas de EU.
El informe considera que la guerra ha creado más extremismo musulmán, pero no valora si la lucha antiterrorista ha logrado avances significativos.
(V.pág.13-A del periódico El Informador del 27 de septiembre de 2006).
Bob Woodward, el reportero del Washington Post cuyo tercer libro sobre la administración Bush, "State of Denial", aparecerá la próxima semana, declaró que las tropas de E.U.y sus aliados están siendo atacadas, en promedio, cada 15 minutos.
"La verdad es que las previsiones de los expertos en inteligencia son que el próximo año, 2007, va a ser todavía peor y, en público, usted tiene a un presidente y a un Pentágono diciendo: '¡Oh, no, las cosas están mejorando!'."
Conocido por su acceso a funcionarios de alto nivel, Woodward comentó que el presidente Bush está tan seguro del éxito en Iraq que le declaró a algunos importantes republicanos: "No me retiraré aun cuando Laura y Barney sean los únicos que me apoyen".
Woodward también informa que Bush y el vicepresidente Dick Chenney se han estado reuniendo con el exsecretario de Estado Henry Kissinger, quien sirvió en las administraciones de Nixon y Ford.
"Esto es fascinante, Kissinger peleando la Guerra de Vietnam otra vez porque, desde su punto de vista, el problema en Vietnam fue que perdimos la voluntad".
The Associated Press, 29 de septiembre de 2006.
Según las encuestas, después de seis años de mayoría republicana, gran parte de la ciudadanía estadunidense empieza a cansarse de vivir en un estado de amenaza permanente, de la cruenta e inútil guerra en Irak, de la violación a sus derechos civiles, de una política económica que favorece a unos cuantos, de la imposición de una visión decimonónica en la vida pública. De los abusos, escándalos y mentiras... y más.
Pero eso no garantiza nada. Ya en 2004 muchos norteamericanos se quejaban de lo mismo; y después de una vigorosa campaña de miedo, que los demócratas no supieron contrarrestar con una propuesta alternativa que diera certeza al electorado indeciso, Bush y los republicanos retuvieron el control. Y ahora no se ve muy distinto.
Lucía Luna Elek
(v.pág.18 del periódico Público del 1o.de octubre de 2006).
Altos funcionarios de la Casa Blanca, incluyendo a la actual canciller Condoleezza Rice, intentaron desde 2004 convencer al presidente George W.Bush de que despidiera por negligente a su secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, para reemplazarlo por James Baker, según el diario The Washington Post que citó extractos del nuevo libro del periodista Bob Woodward.
(V.pág.29 del periódico Público del 1o.de octubre de 2006).
Fue un terrible error la guerra de Iraq, abandonar Afganistán y la guerra contra Al Qaeda y los esfuerzos de capturar a Osama bin Laden.
James Carter, expresidente de Estados Unidos
(v.pág.21-A del periódico El Informador del 2 de octubre de 2006).
El Congreso de Estados Unidos liberó la semana pasada 20 millones de dólares para festejar la victoria en Iraq y Afganistán, se conoció ayer.
Los recursos para la conmemoración del éxito estaba incluido en el presupuesto del año pasado, pero no se pudo utilizar debido a la intensificación de la violencia en ambos países.
"Si el gobierno de (George W.) Bush está planificando festejos para la victoria, los estadounidenses merecen conocer cuál es su plan para llevarnos a la victoria en Iraq", opinó Rebecca Kirszner, vocera del presidente del bloque demócrata en el Senado, Harry Reid.
Apenas ayer, una encuesta realizada por veteranos de guerra reveló que las tropas estadounidenses en Iraq y Afganistán carecen de equipo apropiado, tienen sobrecarga de trabajo y sufren de serios problemas de salud al regresar a Estados Unidos.
La encuesta se difundió cuando las bajas de las tropas estadounidenses en Iraq han registrado un alza, al morir 19 soldados desde el sábado.
Sus muertes elevan el número de solados caídos a unos 2,730 desde marzo de 2003, según un conteo basado en cifras del Pentágono.
El primer ministro de Australia, John Howard, aseguró que las fuerzas estadounidenses en Iraq le negaron a las tropas australianas información de inteligencia clave, pese a ser aliados.
Howard dijo que incluso tuvo que pedir la intervención de Bush, pero aun así la información se retrasó un año.
(V.pág.11 del periódico Mural del 5 de octubre de 2006).
Es la herida simbólica de la guerra de Iraq: pérdida de extremidades. La potencia de las bombas insurgentes y la eficacia de los salvadores de vidas de E.U.han generado este resultado. De los 20,322 estadounidenses heridos en acción, 436 han sufrido amputaciones; más del 2%, un número más alto que el de cualquier guerra del siglo pasado excepto Vietnam, para la cual no existen buenas estadísticas.
(V.pág.31 de la edición internacional de TIME del 2 de octubre de 2006).
Privado del derecho a conocer el delito imputado y privado de juicio, el cuerpo del "sospechoso" puede ser sometido legalmente a tortura. Los cuerpos del mundo entero a merced de los caprichos del Señor Presidente: ¿Estamos en Hostal, la última producción de Tarantino? ¿Estamos en un cuento de Sade? ¿En un campo nazi? ¿Acaso regresamos en el túnel del tiempo a la Santa Inquisición? De ninguna manera, ¡estamos en el Congreso democrático de los Estados Unidos!
En un acontecimiento sin precedente, la ley promulga el catastrófico derecho del estado a intervenir directamente y como quiera, sobre el cuerpo de quien quiera para ser interrogado. En el marco de la llamada "guerra contra el terror" se implementa un terror mayúsculo. No cabe duda de que la construcción de la figura de "el enemigo" ha sido un éxito. La tortura desde siempre se había ejercido de manera oculta, censurada, negada y escondida ¡pero nunca votada en un congreso! Legalizar la tortura es legalizar un fuera de la ley. La intromisión en el cuerpo del otro para infringir daño es el tipo de hechos que la ley es llamada a prohibir. Legalizar lo prohibido muestra la absoluta inoperancia de una ley que promueve lo que debe evitar. Y con ello, la falsedad de cualquier idea de justicia, derecho o democracia.
Susana Bercovich
(v.pág.33 del periódico Público del 8 de octubre de 2006).
El Ejército de E.U.tiene planes para mantener su actual nivel de soldados en Iraq hasta el 2010, declaró el miércoles el general Peter J. Schoomaker, alertando de que es más fácil retirar fuerzas que preparar y desplegar unidades en el último minuto.
Actualmente hay 141,000 soldados en Iraq, incluyendo 120,000 del Ejército. Esos soldados se encuentran divididos en 15 brigadas de combate más otras unidades de apoyo.
También declaró que el Ejército tendrá que apoyarse en la Guardia Nacional y la Reserva para mantener el actual nivel de despliegue.
The Associated Press, 11 de octubre de 2006.
La presidencia de George W. Bush agoniza y el duelo republicano será doloroso. Hacia el exterior, la diplomacia de Bush ha hecho del mundo un lugar más inseguro que antes de los atentados del 11 de septiembre del 2001. Hacia dentro, el liderazgo republicano en el Congreso está a punto de perderse en noviembre, lo que enterraría precipitadamente la presidencia imperial de Bush.
Como reportó ayer el diario "The Washington Post", a casi cinco años del tristemente célebre discurso del "eje del mal", hoy Iraq, Corea del Norte e Irán están peor que hace un lustro. Iraq en medio de una guerra civil, los coreanos, al parecer, con arma nuclear y los iraníes desafiando a Estados Unidos más agresivamente que en el pasado. En otras palabras, la estrategia de seguridad internacionaly la "diplomacia" de Bush han sido un rotundo fracaso.
Hoy en una ONU debilitada, atacada, menospreciada e ignorada por la administración Bush se discute el camino a tomar frente a la crisis nuclear norcoreana.
Al interior de EU el discurso del miedo parece ya no rendir frutos. Los republicanos se encaminan a su peor derrota electoral en el Congreso en más de una década y los demócratas, encabezados por Hillary Clinton, parecen abrir su regreso a la Casa Blanca en enero del 2009. Todo ello bajo el liderazgo de un hombre que ha abusado del poder de la presidencia estadounidense y que llevó al Partido Republicano a dominar la agenda política por cinco años.
El discurso antiterrorista ha pasado a un segundo plano. Hoy los electores estadounidenses se preocupan, nuevamente, por los temas clásicos de una elección: la economía, el sistema de salud, la migración y la educación. Las encuestas para las elecciones legislativas de noviembre muestran una caída en la preferencia por los republicanos y un avance para los demócratas.
Bush, como un anti rey Midas, se ha convertido en el dirigente que todo lo que toca lo convierte en fango. Arrinconado en la Oficina Oval, el texano que sobrepasó los límites de la ambición y el poder espera hoy la resaca de sus excesos.
Genaro Lozano, profesor del ITAM
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 11 de octubre de 2006).
"La idea de que los Estados Unidos pudieran ayudar al desarrollo de la democracia en países musulmanes mediante el envío de tropas, como lo hizo en Iraq, suena como una estrategia que Stalin hubiera utilizado. Pero después de la Segunda Guerra Mundial, fue el apoyo económico del Plan Marshall el que salvó a países como Italia de volverse estados comunistas. Reforzar la economía de países musulmanes que luchan por la democracia hubiera sido una mejor respuesta."
Maurizio Muraca / Roma
"Cinco años después del 9/11, nuestra nación debiera estar tan unida como lo estuvo en ese trágico día. Deberíamos haber conservado toda esa buena voluntad y apoyo que entonces recibimos. Deberíamos habernos mantenido enfocados como un láser en desarraigar y presentar ante la justicia a los responsables de los ataques. Deberíamos habernos mantenido comprometidos a hacer nuestra patria más segura. Después del 9/11, nuestra nación debiera haberse rededicado a la Constitución, a la vigencia de la ley y al respeto a los derechos civiles. Como la mayoría de los estadounidenses, recuerdo el 9/11 con tristeza, una tristeza que se hace más profunda cuando pienso en lo que nuestro país pudiera haber sido cinco años después del día en que todos fuimos uno."
Dorian de Wind / Austin, Texas
"Si al democracia llega a florecer en Iraq o en alguna otra parte del Medio Oriente, será a pesar de la doctrina Bush, no por causa de ésta."
Jeff Timberlake / Cincinnati, Ohio
"Si al gente hubiera sido un poco más escéptica, quizá hubiéramos cuestionado si realmente Iraq contaba con armas de destrucción masiva, si la guerra y la reconstrucción se iban a pagar solas y si 130,000 soldados eran suficientes. Quizá hubiéramos cuestionado la necesidad de elegir a George W.Bush para un segundo periodo."
Ryan Gielen / New York
"No es bueno para los E.U., el autonombrado policía del mundo, reflejar lo que constituyen sus propios valores e intereses. El policía debiera ya sea reflejar los valores e intereses del mundo que vigila -que no necesariamente son los mismos que los suyos- o dejar de ser el policía que nadie le ha pedido que sea."
Rainer Lau / Bruselas
Letters
(v.edición internacional de TIME del 9 de octubre de 2006).
En el estado policiaco de Saddam, existían linderos navegables que hacían posible vivir. Ciertamente, las ejecuciones de Saddam en Dujail mostraron que esos linderos eran un espejismo: podían cerrarse en menos tiempo del que le toma a una bala atravesar el cañón de una pistola. Pero la vida en Iraq se ha vuelto tan sangrienta y la muerte tan siempre presente, aleatoria e impredecible que algunos iraquíes sienten nostalgia por la tiranía de Saddam. Cuando le comenté al embajador de E.U. Zalmay Khalizad acerca del asesinato de familiares de testigos [en el juicio de Saddam] en Dujail, movió la cabeza y dijo que la actual pérdida de vidas es "diferente a un gobierno actuando violentamente contra sus propios ciudadanos". Los iraquíes, agregó, "han pagado y están pagando un alto precio para poder encaminarse en una gran dirección que no estaba disponible bajo Saddam".
Brian Bennet
(v.pág.25 de la edición internacional de TIME del 9 de octubre de 2006).
El que los E.U.arruinaron la ocupación de Iraq es ampliamente reconocido, incluso en Washington. Para un hiperpoder el no agradar puede ser inevitable. Por ello ser incompetente durante un largo periodo de tiempo es profundamente corrosivo para su capacidad de liderear. "La gente odia a los E.U.por no haber sido capaces de manejar la situación en Iraq", comenta Zbigniew Lewicki, profesor de Estudios Estadounidenses de la Universidad de Varsovia. "Ha fallado en su deber de arreglar las cosas". A los ojos de muchos europeos lo mismo pasa con Afganistán, donde el Talibán está resurgiendo, y también con los terroristas islámicos. Al-Qaeda y sus aliados no han montado otro ataque de la escala de septiembre 11, pero continúan matando. "Aunque estamos de acuerdo en que el radicalismo islámico es una amenaza para todos", explica un funcionario británico, "la mayor parte del mundo piensa que los E.U.la están empeorando".
Aspectos de ese sentimiento son ampliamente compartidos. Robert von Rimscha, autor alemán de varios libros sobre temas transatlánticos, dice: "El unilateralismo, militarismo y desdén por las leyes internacionales de parte de Estados Unidos ya ni siquiera está a discusión. Se cree firmemente en ellos, se han vuelto parte de un arraigado canon de antiamericanismo".
J.F.O.McAllister
(v.pág.54 de la edición internacional de TIME del 9 de octubre de 2006).
Los senadores Chuck Hagel y John Warner forman parte de una creciente lista de republicanos que está criticando el plan del presidente Bush en Iraq, a medida que se incrementan las bajas estadounidenses.
"El pueblo de Estados Unidos no seguirá respaldando, apoyando una política que coloca a los soldados estadounidenses en medio de una guerra civil", dijo Hagel.
Agregó que estaba de acuerdo con Warner, presidente del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, quien declaró luego de una reciente visita a Bagdad que Iraq estaba "a la deriva". Warner ha pedido que se estudie un cambio de curso si el gobierno de Iraq no logra restablecer el orden en los dos o tres próximos meses.
(V.pág.26-A del periódico El Informador del 16 de octubre de 2006).
El enfoque del Partido Republicano hacia la seguridad nacional ha llevado al país a una guerra que la mayoría de los estadounidenses creen ahora que fue un error y que los mismos expertos en inteligencia del gobierno dicen ha dado forma a "una nueva generación de líderes y operativos terroristas".
Karen Tumulty
(v.pág.24 de la edición internacional de TIME del 16 de octubre de 2006).
En círculos políticos se espera la entrega del reporte de la Fuerza Especial de Tarea sobre Irak, que copreside el [ex] secretario de Estado James Baker, donde se espera que proponga la partición de Irak en tres regiones de kurdos, chiies y suníes, y un retiro gradual de las tropas estadunidenses.
A la situación de los republicanos no ayudaron las declaraciones del general William Caldwell, el portavoz en jefe en Irak, quien sugirió que la nueva táctica en Irak no está funcionando, pues se ha registrado 20% de aumento de ataques en las primeras tres semanas del Ramadán, el mes sagrado islámico, por lo que era necesario reenfocar la estrategia.
(V.pág.39 del periódico Público del 20 de octubre de 2006).
Un diplomático estadounidense de alto nivel dijo el sábado que su gobierno mostró "arrogancia" y "estupidez" en Irak, y advirtió que el fracaso en lograr la paz en la atribulada nación representaría un desastre para todo el Medio Oriente.
En una entrevista con la televisora árabe Al-Yazira transmitida la noche del sábado, Alberto Fernández, director de diplomacia pública en la Oficina de Asuntos del Medio Oriente en el Departamento de Estado, dijo que Estados Unidos también está dispuesto a dialogar con cualquier grupo -salvo la organización terrorista al-Qaida en Irak- para lograr la reconciliación nacional, afectada por la creciente violencia sectaria y la insurgencia.
The Associated Press, 21 de octubre de 2006.
Dan Bartlett negó en una entrevista televisiva que la política de guerra del gobierno del presidente George W.Bush haya sido rígida y dijo que saben perfectamente cuál es la situación.
"El enemigo que estamos combatiendo es muy osado. Son muy letales ... Pero vamos a prevalecer y va a requerir que los iraquíes intensifiquen sus esfuerzos y asuman más responsabilidades".
El senador Joseph Biden, el demócrata más importante del Comité de Relaciones Exteriores, dijo que estaba "asombrado con estas declaraciones de Dan Bartlett de que siempre hemos sido flexibles".
"Es una guerra civil", dijo Biden al canal CBS. "Ellos todavía hablan de esto como si fuera una guerra contra los terroristas".
The Associated Press, 23 de octubre de 2006.
Kevin Tillman, un ex ranger del Ejército, había permanecido callado desde la muerte de su hermano, el jugador de futbol americano Pat Tillman, en Afganistán a causa de "fuego amigo", pero en un artículo en la web-revista Truthdig, critica fuertemente la invasión de Iraq, el encarcelamiento indefinido de sospechosos de terrorismo y otros eventos desde que se enlistó junto con su hermano en respuesta a la ataques terroristas de septiembre 11.
"De alguna manera, entre más soldados mueren, más legítima se vuelve la invasión", escribió Kevin Tillman.
"De alguna manera al liderazgo estadounidense, cuyo único crédito es mentirle a su pueblo y haber invadido ilegalmente a una nación, se le ha permitido robar el coraje, la virtud y el honor de sus soldados sobre el terreno", escribió.
The Associated Press, 23 de octubre de 2006.
La aparente tensión entre los Bush llega tras la publicación del libro State of Denial, del periodista Bob Woodward, en el que Bush padre asegura estar "angustiado" con la marcha de la guerra en Iraq, algo que ahora niega haber dicho.
(V.pág.21-A del periódico El Informador del 23 de octubre de 2006).
"Para ganar la guerra al terrorismo debemos ganar los corazones y mentes del mundo musulmán. Aquellos en la corriente de pensamiento principal musulmán deben aislar a la orilla terrorista dentro de sus propias comunidades y eliminar su apoyo popular. Para ganar el corazón y la mente musulmanas, debemos recuperar el alto terreno moral. En los pasados cinco años nos hemos hundido hasta el mismo nivel de nuestros antagonistas. Nuestras acciones han llevado a los musulmanes moderados a volverse apoyadores de los extremistas y creado una aparentemente inagotable fuente de reclutas terroristas. Debemos empezar a dar reversa a este camino adhiriéndonos a las reglas para el trato de prisioneros de la Convención de Ginebra."
J.William Vega / Corrales, Nuevo México
Letters
(v.edición internacional de TIME del 23 de octubre de 2006).
El general Richard Dannatt, jefe del ejército británico, comentó que "el mero hecho de que todavía estemos en algunos lugares exacerba la violencia de aquellos que quieren desestabilizar la democracia iraquí". La esperanza original de los Estados Unidos, Gran Bretaña y sus aliados de instalar un gobierno democrático liberal en Iraq, estaba fuera de alcance y pudo haber sido "ingenua". "Deberíamos haber sido menos ambiciosos", dijo Dannatt.
En Washington, críticas de la estrategia y tácticas de E.U.fluyen abundantemente de los generales retirados, pero los militares en activo han sido más circunspectos en sus comentarios. Ambiciosos oficiales recuerdan el destino del jefe del Estado Mayor del Ejército, Eric Shinseki, quien fue congelado por el secretario de Defensa Donald Rumsfeld después de testificar en 2003 que una fuerza de ocupación de "varios cientos de miles" se requeriría en Iraq -lo que contradijo la convicción de Rumsfeld de que una fuerza mucho menor sería suficiente. Shinseki estaba en lo correcto, pero Rumsfeld sigue en el cargo. Ningún alto funcionario de E.U.ha sido despedido o castigado por errores o ejecución incompetente en Iraq, incluyendo al teniente general Ricardo Sanchez, el general del Ejército al mando en Iraq cuando sucedió lo de Abu Ghraib, y a quien se le está permitiendo retirarse calladamente. Oficiales que han visto de cerca la guerra de Iraq frecuentemente están molestos por la actitud de Washington. "Estoy de acuerdo con el general Dannatt", declara un alto oficial de E.U., pero agrega que hacerlo públicamente terminaría con su carrera. "Sería dejado a un lado, como Shinseki".
(V.pág.17 de la edición internacional de TIME del 23 de octubre de 2006).
El presidente George W.Bush señaló que Estados Unidos ha sobrestimado la capacidad del gobierno iraquí para restablecer los servicios a sus ciudadanos.
(V.pág.11 del periódico Mural del 26 de octubre de 2006).
Desde un principio se comprometió la libertad de movimiento de los enviados al frente de guerra por las principales cadenas noticiosas, al "incrustar" a los periodistas en las unidades de ataque (el famoso esquema embeded donde, literalmente, el reportero y el soldado estaban "encamados").
Más adelante llegó la orden de la Casa Blanca y el Pentágono para prohibir la difusión de imágenes fotográficas o en video de cadáveres, ataúdes volviendo a casa con su fúnebre contenido, o simplemente de soldados heridos o mutilados. No pocos medios se adhirieron a esta petición en un vergonzoso acto de autocensura.
El tercer movimiento fue la propaganda, el ensalzamiento de acciones heroicas que hacían parecer que la guerra se ganaría rápidamente y que Bagdad sería un paseo debido a la tecnología y la preparación de sus tropas. El ejemplo más abyecto fue el montaje, como se demostró después, del falso rescate de la soldado Jessica Lynch de un hospital iraquí.
Pero si bien la estrategia funcionó al principio, la realidad se ha ido imponiendo contra los mecanismos de control del gobierno estadunidense. En un mundo globalizado, sobran canales para obtener la información escamoteada (Internet, televisión por cable). Cuando comenzaron a aparecer en la red los primeros videos de soldados capturados y degollados por la resistencia iraquí, la propaganda del Pentágono se resquebrajó.
(V.pág.26 del periódico Público del 24 de diciembre de 2006).
Yo no me opongo a todas las guerras. A lo que me opongo es a una guerra tonta.
Barack Obama durante la campaña para senador de los E.U.en 2004
(v.pág.30 de la edición internacional de TIME del 19 de mayo de 2008).
El final: El final se acerca ya...