Para mí, el imparable alud de lodo de la insurgencia y la guerra civil en Iraq está llevando a un inaceptable desastre estratégico para los E.U. Tal parece que no existen caminos viables a seguir con el fin de evitarlo. Ni "mantener el curso" -lo que sea que la estrategia de Bush signifique ahora- ni la idea de los demócratas de salir de acuerdo a un programa ofrecen una semblanza de éxito. Ambos caminos producen sólo pesadillas: caos general; el centro de Iraq tomado por terroristas envalentonados por la victoria sobre Estados Unidos, con sus bolsas rebosantes con el dinero del petróleo iraquí; el sur controlado por proiraníes o por Irán mismo; los vecinos de Iraq repartiéndose el cadáver de la nación hasta que una guerra regional estalle e impulse los precios del petróleo hasta los 150 dólares por barril.
¿Pudieran las consecuencias de la derrota en Iraq no ser tan malas como imaginamos? En primer lugar, los terroristas yihadistas árabes serán más difíciles de manejar que los norvietnamitas. Los líderes de Hanoi gobernaban un país diciplinado con ambiciones limitadas a Indochina. Con los terroristas yihadistas en Iraq no puede negociarse, y su odio es global. La victoria en Iraq los envalentonará.
Aunque lo último que los estadounidenses quieren es una derrota en Iraq, los eventos parecen deslizarse en esa dirección y necesitamos minimizar las consecuencias. El escenario de pesadilla pudiera empezar ahora, o en los próximos dos años mientras las tropas son retiradas, o después, repentina o lentamente. Hablar de derrota no es abogar por ella sino prepararse a minimizarla.
Leslie Gelb, presidente emérito del Council on Foreign Relations
(v.pág.68 de la edición internacional de TIME del 23 de octubre de 2006).
El vicepresidente Cheney, quien hace más de un año aseguraba que la insurgencia agonizaba, también vaticinó que "probablemente habrá un continuado nivel de violencia durante un periodo de tiempo considerable".
(V.pág.14-A del periódico El Informador del 31 de octubre de 2006).
Un informe clasificado preparado hace dos semanas por el Comando Central de Estados Unidos presenta a Iraq como orillándose al caos, en un gráfico que los militares están utilizando como barómetro del conflicto civil.
En un resumen de inteligencia en la parte baja del gráfico se lee "áreas urbanas experimentando campañas de 'limpieza étnica' para consolidar el control" y "violencia en su punto más alto de todos los tiempos, extendiéndose geográficamente". De acuerdo con un oficial del Comando Central, el índice de contienda civil se ha incluido en las presentaciones internas del comando casi todo este año. El análisis fue preparado por el directorado de inteligencia del comando, el cual está a cargo del general brigadier John M.Custer.
(V.The New York Times del 1o.de noviembre de 2006).
"Miles de soldados que dejaron su juventud, extremidades y paz mental al otro lado del mar, nunca olvidarán los engaños de su gobierno al llevarlos a una guerra innecesesaria."
Florence Graff / Wappingers Falls, N.Y.
"Si bajamos nuestros estándares al nivel del enemigo, podemos esperar el mismo tratamiento para nuestros propios prisioneros de guerra."
Raymond R.Mead / Whetstone, Arizona
Letters
(v.edición internacional de TIME del 30 de octubre de 2006).
"Debemos continuar a la ofensiva", declaró Bush en Virginia. "Mantendremos al enemigo huyendo". Esto el mismo día en que el mayor general William B.Caldwell IV emitió la más directa evaluación de la carnicería hasta esta fecha: que la Operación Juntos Adelante -el medio cocinado esfuerzo de las fuerzas iraquíes y estadounidenses para controlar Bagdad- ha fallado. En privado, oficiales militares de alto rango han comentado que la situación sobre el terreno en Iraq es ahora calamitosa. El proyecto de Iraq de Bush y su Partido Republicano parecían salirse de control simultáneamente, con chiitas combatiendo sunitas en el norte (y milicias chiitas rivales peleando entre ellas en el sur).
Joe Klein
(v.pág.22 de la edición internacional de TIME del 30 de octubre de 2006).
No quedan buenas opciones en Iraq. Para aquellos que han vivido diariamente entre la carnicería fabricada por criminales organizados, milicias sectarias y terroristas yihadistas, la idea de que los E.U.pudieran prevenir una guerra civil en gran escala -olvidemos transformar a Iraq en una democracia estable- ha estado muerta por meses. La principal pregunta es: ¿Cuánto les tomará a los militares en Iraq y a los políticos en Washington aceptar que toda la empresa está más cerca del fracaso que del éxito? "Esto no puede endulzarse. La situación en Iraq no es ganable en ningún sentido significativo. Lo que los E.U.necesitan hacer ahora es buscar una forma de limitar las pérdidas y los costos", dijo la semana pasada Richard Haass, presidente del U.S.Council on Foreign Relations y exmiembro del equipo de política exterior de la administración. La cuestión, agregó, es "qué tan mal va a terminar esto".
A la fecha actual, no hay nada que los E.U.o el gobierno de Iraq puedan hacer ambos para terminar con la sangría. Los problemas mayores de Iraq pueden tomar años para ser arreglados.
Para cualquiera que esté prestando atención, queda claro que las fuerzas de seguridad, ampliamente divididas entre la policía bajo el Ministerio del Interior y el ejército bajo el Ministerio de Defensa, son los principales vectores en el crecimiento de la guerra civil. Muchos policías y soldados son más leales a sus líderes sectarios y a los jefes de las milicias que al gobierno iraquí.
Mucho del duro esfuerzo que el embajador de E.U., Zalmay Khalilzad, hizo el año pasado para incluir a los sunnis en el proceso político se desbarató el mes pasado cuando los partidos chiitas y kurdos forzaron una legislación que aproxima a Iraq a un estado particionado, lo que temen los sunnis que los dejaría sin acceso al principal recurso del país, el petróleo.
Los partidos sunnis boicotearon la votación de la ley federalista y amenazaron con retirarse del gobierno multipartidista. El riesgo es que más sunnis se unan a la insurgencia, la cual se está llevando a cabo por extremistas yihadistas que se han apoderado del occidente de Iraq. El Mujahedin Shura Council, una organización de grupos yihadistas que incluye al ala iraquí de al-Qaeda, anunció la semana pasada la formación de un estado islámico en "las provincias sunnis de Iraq". Aunque la mayoría de los sunnis no quieren ser parte de un estado islámico gobernado por yihadistas, pudieran sentir que no les queda otra opción si el proceso político pareciera encaminarse en su contra.
El presidente Talal Jalabani declaró a la BBC la semana pasada que "si Irán y Sirira se involucraran, se traería el beneficio del final del terrorismo y la seguridad en Iraq en el plazo de meses".
Pero pláticas con alguno de esos países son anatema para la administración Bush, que consistentemente ha acusado a Siria de dar refugio a terroristas y actualmente está enfrascada en una guerra de palabras con Irán acerca de su programa nuclear.
Haass, quien sirvió baja ambos presidentes Bush, dice que a pesar de la reluctancia actual de la administración, los E.U.se encontrarán eventualmente en tan extremo aprieto que no les quedará otra eleción más que involucrarse con Siria e Irán."No podemos darnos el lujo de no hablar con Irán acerca de Iraq simplemente porque estamos en desacuerdo con Irán acerca de otras cosas", dijo Haass llanamente. "Creo que cometemos un error al poner precondiciones para negociar. Lo que importa en una negociación no es dónde se empieza, sino dónde se termina".
Aunque los militares declaran que pueden soportar el pesado costo que han soportado este mes, muchos funcionarios, así como legisladores de ambos partidos, reconocen que el sostenido sacrificio de vidas estadounidenses acabará eventualmente con cualquier apoyo público que le pudiera quedar a la guerra. En el Pantágono, oficiales están discutiendo posibles esquemas para la retirada. El punto en este momento pudiera simplemente reducirse a qué tan rápido se realiza. "Estamos esperando a noviembre 7", declara un alto funcionario, refiriéndose al Día de las Elecciones en los E.U. "Sabemos que las cosas tendrán que cambiar, pero es necesario ser razonable. No pueden sólo pedirnos que desalojemos inmediatamente. Eso sería terrible".
Entre los analistas independientes en Iraq y Washington, existe un creciente escepticismo acerca de prescripciones de cualquier clase. "Ninguna mezcla de opciones para los E.U.puede proporcionar un plan convincente para una victoria en Iraq", escribió Anthony Cordesman del U.S.Center for Strategic and International Studies en un reciente escrito. "La iniciativa ha pasado a las manos de Iraq. No existen 'balas de plata' que pudieran rescatar rápidamente la situación". La salvación de Iraq, si todavía es posible, no sucederá sin más sangre y congoja -tanto entre estadounidenses como entre iraquíes.
Aparisim Ghosh
(v.pág.26 de la edición internacional de TIME del 30 de octubre de 2006).
Los principales diarios militares de EU exigieron la dimisión del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. Según informó ayer la emisora CNN, el llamamiento a la dimisión está contenido en la edición de los periódicos Army Times, Navy Times, Airforce Times y Marine Corps Times. Los editoriales afirman que Rumsfeld "perdió el apoyo y respeto de la conducción militar", según dijo Robert Hordierne, el editor jefe de Army Times Publications, que publica los cuatro títulos. De acuerdo con Army Times Publications, los semanarios tienen en total una tirada de 250,000 ejemplares y se pueden adquirir en todas las tiendas estadunidenses así como en las bases militares de EU en todo el mundo. Robert Hordierne señaló que la petición no está relacionada con las elecciones al Congreso. Se trata de una reacción a las recientes declaraciones de George W.Bush, que señaló que, pese a las críticas por la situación en Irak, Rumsfeld seguirá ocupando su cartera hasta 2008.
(V.pág.28 del periódico Público del 5 de noviembre de 2006).
El ex funcionario del Pentágono, Kenneth Adelman, quien dijo en 2002 que liberar Irak sería un "paseo", declaró a Vanity Fair que el equipo de seguridad nacional de Bush "resultó ser uno de los más incompetentes de la postguerra".
(V.pág.28 del periódico Público del 5 de noviembre de 2006).
Si Bush hubiera gobernado después del 11 de septiembre como hizo campaña en el 2000, como un "unidor, no un divisor", podría haber forjado un consenso de centro-derecha durable. Eso habría requerido de nombrar demócratas prominentes en su gabinete, dominar a su vicepresidente y a su secretario de Defensa enloquecidos por el poder, hacer nombramientos moderados a la Corte, y escuchar las voces de realismo escéptico en lo referente a la invasión a Irak. Imaginar este universo paralelo resalta la manera en la que las victorias de [Karl] Rove ayudaron a pavimentar el camino hacia la pérdida del potencial para una mayoría duradera.
Sidney Blumenthal
(v.pág.32 del periódico Público del 5 de noviembre de 2006).
La derrota del Partido Republicano en las elecciones legislativas en Estados Unidos fue saludada con satisfacción por muchos en un mundo diametralmente opuesto a la invasión de Irak e indignado por los rigurosos métodos usados por el gobierno del presidente George W.Bush para combatir el terrorismo.
Desde Estrasburgo hasta Pakistán, políticos, analistas y ciudadanos comunes expresaron el miércoles sus esperanzas de que la captura, por parte de la oposición demócrata, de al menos una cámara en el Congreso, obligue a Bush a mostrar un enfoque más conciliador hacia las crisis globales y enseñe al presidente norteamericano una lección en humildad.
Sin importar los efectos en el escenario mundial, existía una especie de satisfacción a nivel global por el hecho de que Bush haya quedado, simbólicamente, con un ojo morado.
En un extraordinario comunicado conjunto, más de 200 miembros socialistas del Parlamento Europeo exaltaron los resultados de los comicios norteamericanos diciendo que era "el comienzo del fin de seis años de pesadilla para el mundo". Los parlamentarios se congratularon también de que el gobierno de Washington había quedado "seriamente debilitado".
En Pakistán, donde Bush es altamente impopular, pese a los miles de millones de dólares en ayuda y su respaldo al presidente Pervez Musharraf, un legislador opositor, Hafiz Hussain Ahmed, dio la bienvenida a los resultados electorales. Pero Ahmed dijo que esperaba algo más. Bush "merece ser sacado del cargo, llevado a juicio y ser condenado a muerte del mismo modo que Saddam" Hussein, declaró.
En Irak, algunos expresaron su preocupación de que los demócratas obligarán al gobierno a hacer una rápida retirada, dejando al país en un caos aún mayor al que vive en este momento. Otros, en cambio, expresaron sus dudas de que el cambio de poder en el Congreso se refleje en un cambio de política hacia Irak.
En Brasil, el gobierno no había comentado oficialmente hasta ahora el resultado, pero en el congreso algunos legisladores indicaron que el revés republicano y el triunfo demócrata era previsible.
En Dubai, Mustafa Alani, un analista iraquí que trabaja para el Centro de Investigaciones del Golfo, consideró una retirada estadounidense de Irak "un desastre en materia de seguridad para toda la región. El Medio Oriente puede recibir la tarea de lidiar con un Irak que se está desintegrando, que está hundido en una guerra civil, y con refugiados huyendo de un estado fracasado... factible de convertirse en un incubador del terrorismo".
(V.Associated Press del 8 de noviembre de 2006).
Rumsfeld está fuera.
Un día después de que votantes enojados por causa de Iraq sacaron a los republicanos del control de la Cámara de Representantes de E.U., el presidente Bush anunció que el secretario de Defensa Donald Rumsfeld dejará el Pentágono.
(V.Market Watch del 8 de noviembre de 2006).
El Partido Republicano sufrió estrepitosas derrotas en unos comicios de medio término en los que el pueblo estadounidense le entregó a los demócratas el control de la Cámara de Representantes, los dejó a un paso de la mayoría en el Senado y propiciaron la caída del secretario de Defensa, Donald H. Rumsfeld.
"Fue una paliza", admitió el presidente George W. Bush el miércoles en una rueda de prensa, un día después de las elecciones. "Obviamente estoy decepcionado con los resultados".
La debacle republicana podría consumarse si pierde el escaño senatorial de Virginia, donde la pugna entre los candidatos está muy reñida. Un triunfo demócrata le daría el control total del Senado, y por ende del Congreso.
Independientemente de lo que suceda en Virginia, los demócratas le recortaron poder a los republicanos en el Senado. Con ello los demócratas se harían con el control completo del Congreso.
Acostumbrado a gobernar con el control del Congreso desde que se posesionara hace seis años, Bush deberá replantear muchas de sus políticas en los dos años que le quedan de mandato. Asimismo, estará obligado a ampliar sus consultas con los demócratas para tomar decisiones importantes.
(V.Associated Press del 8 de noviembre de 2006).
"El presidente George W.Bush puede cubrir de azúcar los métodos inhumanos de nterrogatorio todo lo que quiera, pero existen estándares morales que nosotros los estadounidenses mantenemos. Si el presidente es realmente un cristiano, no entiendo cómo puede pedir tal ley y usar presión política para su aprobación por el Congreso a pesar de las objeciones morales. Sufrimos una gran pérdida de vidas y bienes en 9/11, pero los atacantes nos dañaron mucho más incitándonos a sacrificar nuestros estándares para igualarlos a los suyos. Esta ley no es un acto de coraje, fuerza o resolución; es un acto de temor y desesperación."
Craig Littlefield / Tucson, Arizona
Letters
(v.edición internacional de TIME del 6 de noviembre de 2006).
La senadora texana Kay Bailey Hutchison -leal a Bush y bastante adelante en su campaña para reelegirse- está expresando arrepentimiento por su voto para autorizar la invasión y aboga por la partición de Iraq de acuerdo a líneas étnicas. "Debemos dar un paso atrás y dejar de tratar de imponer nuestras ideas estadounidenses en este problema", declaró al Chronicle de Houston.
Karen Tumulty & Mike Allen
(v.pág.19 de la edición internacional de TIME del 6 de noviembre de 2006).
Hace dos semanas, un funcionario del Departamento de Estado de E.U.declaró a el canal de TV Al-Jazeera que los E.U.habían actuado con arrogancia y estupidez en la guerra de Iraq. El Departamento de Estado negó inicialmente que el funcionario, Alberto Fernandez, vocero de la oficina de Asuntos del Cercano Oriente, hubiera dicho tal cosa. Pero una revisión de la transcripción rápidamente probó lo contrario.
Scott MacLeod
(v.pág.37 de la edición internacional de TIME del 6 de noviembre de 2006).
El secretario de Defensa [Rumsfeld] siempre será identificado con los malos juicios estratégicos que han creado el caos en la Mesopotamia oriental, de la misma manera en la que Robert McNamara estará ligado para siempre con la tragedia de Vietnam hace 40 años.
Walter Shapiro
(v.pág.40 del periódico Público del 10 de noviembre de 2006).
Los demócratas sostienen que el primer paso para reparar la situación en Irak es presionar al gobierno iraquí para amplíe las funciones y número de sus fuerzas de seguridad y la mejor forma de lograrlo, creen, es retirar inmediatamente parte de las fuerzas estadounidenses.
Empero, cambios drásticos como una retirada generalizada de las fuerzas estadounidenses no son viables a corto plazo.
(V.Associated Press del 10 de noviembre de 2006).
Tras la rotunda paliza electoral, el gobierno de George W.Bush también ya empieza a distribuir culpas. No otra cosa que su rotundo fracaso en Irak significa la salida del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. Pero esto ocurre después de tres años de estrategias equivocadas, errores de cálculo, infracción de leyes, abusos tolerados y otras "fallas" más que se han saldado con la muerte de unos 150,000 iraquíes y cerca de 3,000 soldados estadunidenses, sin contar heridos y lisiados. Las torturas denunciadas, por supuesto, fueron realizadas por unas cuantas "manzanas podridas" y los soldados violadores y asesinos son producto del stress de combate.
El recién condenado Sadam Husein también tiene sus argumentos. A la luz de los hechos actuales puede esgrimir que las 300,000 víctimas de sus 20 años de dictadura sirvieron para mantener la cohesión del país y evitar el avance del radicalismo sectario. Finalmente para eso lo surtieron de armas y de gases tóxicos quienes hoy lo juzgan. No habrá sanción por el millón de iraníes que sucumbió en la guerra de los ochenta y la horca no servirá para apaciguar los ánimos de kurdos y chiitas agraviados.
Lucía Luna Elek
(v.pág.16 del periódico Público del 12 de noviembre de 2006).
Para la alegría de muchos en todo el mundo, Donald Rumsfeld, arquitecto de la invasión a Irak, finalmente ha perdido su lugar en el corazón de la administración Bush. Durante sus años en el poder fue descrito como "cruel" y "mesiánico".
Los opositores a la administración de Bush están en todo su derecho a los gritos de triunfo y sentimientos cálidos de alegría después de la renuncia de Rumsfeld esta semana, un suceso que será interpretado como la admisión presidencial final de su fracaso en Irak. La evidencia que prueba los niveles cósmicos de incompetencia de su ex secretario de Defensa era demasiada hasta para que la negaran sus antiguos partidarios.
El catálogo de sus fracasos ya está bien establecido. Hizo a un lado cualquier consideración de un plan de posguerra y, como ha demostrado el periodista Seymour Hersh, pasó la escalada hacia la invasión retorciendo personalmente los planes para eliminar tropas "innecesarias" hasta el último momento. Aprobó la disolución del ejército iraquí, desoyó las preocupaciones sobre la tortura e insistió en que los menores detenidos en la Bahía de Guantánamo "no eran niños".
En 2004, un funcionario de la Casa Blanca, que no dio su nombre, le dijo al periodista Ron Suskind, despectivamente, que los críticos como Suskind habitaban "la comunidad basada en la realidad... Nosotros ahora somos un imperio, y cuando actuamos creamos nuestra propia realidad".
Harlan Ullman defiende a Rumsfeld, señalando que Colin Powell y Condoleezza Rice también tienen responsabilidad por el desastre en Irak -junto, por supuesto, con el hombre realmente responsable, George Bush. Pero está de acuerdo en que el secretario de Defensa no tenía una personalidad que le permitiese aceptar fácilmente que estaba equivocado ("primera ley de los agujeros: si estás en uno, deja de cavar", dice una de las reglas de Rumsfeld).
Oliver Burkeman
(v.pág.30 del periódico Público del 12 de noviembre de 2006).
"Los valores que aprecio como estadounidense han sido destruidos por este gobierno dominado por los republicanos. La libertad de palabra desapareció cuando los estadounidenses que hablaban contra las políticas de Bush fueron etiquetados como antipatrióticos. El derecho a la privacidad fue destruido cuando el gobierno ignoró a los tribunales y empezó secretamente a rastrear los teléfonos, el correo electrónico y los registros bancarios. La separación de la iglesia y el estado no existe más debido a que los políticos le han impuesto sus creencias al público. El derecho a un juicio justo existe sólo mientras no seamos llevados secretamente a la Bahía de Guantánamo o a una prisión secreta. Ya no puedo defender las políticas de este país. Espero que el mundo entienda que los republicanos no son representativos del pueblo estadounidense."
Christine Buxton / Ginebra
Letters
(v.edición internacional de TIME del 13 de noviembre de 2006).
Pienso que George [W] Bush es el presidente más incompetente que hayamos visto en nuestra vida. Lo que quiero decir es que nadie acusaría al presidente Nixon de ser incompetente.
Howard Dean, director del Comité Nacional Democrático, con respecto a los méritos de estos dos presidentes republicanos
(v."Verbatim" en la edición internacional de TIME del 13 de noviembre de 2006).
El gobierno de unidad nacional de Iraq ni está unido ni gobierna. Las fuerzas de seguridad iraquíes, la pieza central de los esfuerzos estabilizadores de E.U., son inefectivas o, todavía peor, combatientes en la cada vez mayor guerra civil del país. El presidente George W.Bush declara que la meta de E.U.es un Iraq unido y democrático, pero los estadounidenses no han encotrado un camino para alcanzarlo. Mientras buscan respuestas, existe una alternativa obvia: dividir Iraq en estados separados kurdo, sunita y shiita.
El caso para la partición de Iraq es sencillo: esto ya sucedió. Los kurdos, un pueblo no árabe que vive en el norte del país, gozan de la independencia que siempre soñaron. La bandera iraquí no ondea en Kurdistán, el cual cuenta con un gobierno electo democráticamente y con su propio ejército. En el sur de Iraq, los partidos religiosos shiitas han creado feudos teocráticos, utilizando milicias que ahora se cuentan en decenas de miles para forzar un gobierno islámico de estilo iraní. Al oeste, las provincias sunitas se han convertido en caóticas zonas de no-pasar, con insurgentes islámicos controlando la provincia de Anbar mientras que baathistas y radicales islámicos operan apenas bajo la superficie en Salahadinn y Nineveh. Y Bagdad, el corazón de Iraq, está ahora dividido entre el este chiita y el oeste sunita. El Ejército Mahdi, la más radical de las milicias shiitas, controla casi todos los vecindarios shiitas, y al-Qaeda tiene un importante rol en las área sunitas. Alguna vez un crisol, Bagdad se ha convertido en la línea del frente de la guerra iraquí sunita-shiita, la cual está costando casi 100 vidas diarias.
Los líderes estadounidenses se encuentran en un estado de negación con respecto a estos hechos. El presidente Bush declara continuamente que el pueblo iraquí ha votado por la unidad.
Dividir Iraq pudiera proveer una estrategia de salida a las tropas de E.U., mitigar los peores efectos de la guerra civil y proporcionar a los iraquíes un mayor interés en la definición de su futuro. Pocos estadounidenses imaginaron que 3.5 años después de "liberar" Iraq, los E.U.estarían presidiendo la defunción del país. Pero en una guerra en la que nunca han existido buenas opciones, la partición es la mejor opción restante.
Iraq nunca ha sido la unión voluntaria de sus pueblos. Winston Churchill, como secretario colonial británico, creó Iraq de las ruinas del Imperio Otomano en 1921, instalando un rey árabe sunita para que gobernara sobre la mayoría shiita y sobre una minoría rebelde kurda. Churchill describió posteriormente la unión forzada como uno de sus mayores errores. En 2003 los E.U.no sólo derrocaron al último y más brutal de los tiranos iraquíes sino que también destruyeron las instituciones -especialmente el ejército y el partido Baath- que mantenían unido a Iraq. La carnicería sectaria que siguió al bombardeo de la Mezquita Dorada shiita de Samarra aceleró la desintegración de Iraq.
De todas formas, los E.U.continúan aferrados a la ilusión de la unidad iraquí.
Los funcionarios estadounidenses hablan del ejército y la policía iraquíes como si fueran garantes neutrales de la seguridad pública. Los iraquíes los ven como son en realidad: shiitas o sunitas activos combatientes en la guerra civil de Iraq.
Los aliados iraquíes de Irán ya dominan el sur del país. Si los E.U.fueran serios aerca de contrarrestar la influencia de Irán, sus tropas hubieran desarmado a la fuerza a las milicias shiitas y desmantelado las teocracias sureñas. Pero esto significaría echarse un nuevo enemigo en Iraq y requeriría de involucrar más tropas. La administración Bush no tiene la intención de hacer ninguna de las dos cosas. En estos momentos, los aliados de Irán controlan el gobierno central en Bagdad y el sur. La participación limitaría la influencia de Irán a esa mitad sur de Iraq.
Si las metas de E.U.no incluyeran más la preservación de la unidad nacional o el establecimiento de una democracia al estilo occidental, no habría necesidad de tropas estadounidenses en el sur shiita o en Bagdad. Estados Unidos dejaría atrás una guerra civil y un sur dominado por Irán, pero el resultado no será diferente con el actual nivel de tropas y la actual misión.
Peter W.Galbraith
(v.pág.30 de la edición internacional de TIME del 13 de noviembre de 2006).
La campaña militar de E.U.para estabilizar a Iraq ha fracasado. Hemos perdido el control de la provincia de Anbar, la plaza fuerte sunita. Estamos perdiendo la batalla por Bagdad. La milicia de Muqtada al-Sadr ha tomado el control en varias provincias con predominio shiita. El gobierno en Bagdad está a punto de colapsar. El apoyo de Sadr es la única base real de poder que le queda al primer ministro Nouri al-Maliki. Esto ciertamente llevará a una guerra civil en escala total y a la secesión kurda.
La última mejor oportunidad para restaurar el orden y mantener junto a Iraq puede ser una dramática expansión ecuménica de las fuerzas de seguridad iraquíes bajo un nuevo liderazgo. Necesitamos rectificar el error más serio que cometimos en Iraq después de nuestro éxito militar inicial y restablecer a elementos del partido Baath, especialmente a sus exlíderes militares shiitas, a posiciones de poder. Todos los vecinos de Iraq, con la excepción de Irán, piensan que alguna versión de esta propuesta es el mejor curso inmediato de acción.
Sabemos que exbaathistas han estado en el corazón de la insurgencia sunita. En la provincia de Anbar, por ejemplo, un financiero clave y coordinador de la insurgencia ha sido Rashid Taan Kazim -una de las pocas cartas del juego que representaba al círculo de líderes de Saddam que no hemos podido capturar. Estamos negociando en Jordania con representantes baathistas de la insurgencia sunita; estamos tratando de separarlos de los terroristas de al-Qaeda en Mesopotamia, y podemos tener éxito si se lleva a cabo un programa de rebaathificación. Es menos conocido que la milicia shiita de Sadr, el Ejército Mahdi, también tiene un fuerte componente baathista. La inteligencia militar de E.U.estima que más del 30% de los líderes de la milicia de Sadr son exmiembros de las fuerzas armadas de Saddam. Existe comunicación, y ocasionalmente colaboración, entre estos baathistas sunitas y shiitas. En la primavera de 2004, elementos de la organización de Sadr ayudaron a atizar la rebelión en Fallujah. La cuestión es: ¿Puede encontrarse un líder militar -preferentemente un shiita que sirviera honorablemente en el ejército de Saddam- que pudiera atraer la lealtad de todos esos grupos? ¿Cuántos de los que sirvieron en el ejército de Saddam pudieran reclutarse para unas fuerzas armadas iraquíes expandidas y reorganizadas? ¿Puede declarase un estado de emergencia, con el poder transferido temporalmente a un consejo ejecutivo compuesto de líderes civiles y militares?
Joe Klein
(v.pág.35 de la edición internacional de TIME del 13 de noviembre de 2006).
"No podemos salvar a los iraquíes de ellos mismos. El único medio de que los líderes iraquíes encaren directamente esa realidad es que el presidente Bush les diga que Estados Unidos iniciará un repliegue escalonado de nuestras fuerzas en cuatro a seis meses", afirmó el senador demócrata Carl Levin.
(V.Associated Press del 15 de noviembre de 2006).
Sólo el 31% de la población aprueba la forma en que Bush maneja la guerra en Irak, el índice más bajo desde que comenzó la guerra hace cerca de cuatro años, de acuerdo el sondeo.
La falta de apoyo a la política de Bush en Irak era más pronunciada entre los sectores conservadores y los hombres republicanos, un segmento clave que había ayudado al presidente a llegar a la Casa Blanca y a lograr su segundo mandato en el 2004.
"Estoy totalmente frustrado", expresó el representante del oficialismo republicano Robin Hayes esta semana durante una audiencia del Comité de Servicios Armados de la cámara baja.
La demanda de una estrategia de evacuación de las fuerzas estadounidenses en Irak tiene lugar en momentos que la cantidad de soldados muertos supera los 2.850.
(V.Associated Press del 17 de noviembre de 2006).
El primer ministro británico, Tony Blair, destacó las enormes dificultades por las que pasa la intervención en Irak y admitió que hasta ahora fue un "considerable desastre".
(V.pág.29 del periódico Público del 19 de noviembre de 2006).
El republicano John McCain, un constante crítico de cómo el gobierno llevó a cabo la guerra, dijo que Estados Unidos "está perdiendo" y argumentó a favor del envío de más tropas porque, "los niveles actuales de fuerzas son inmorales".
(V.pág.18-A del periódico El Informador del 20 de noviembre de 2006).
El senador John McCain declaró: "Yo creo que las consecuencias de un fracaso serían catastróficas. Esto se expandería a la región. Verían a un Irán más insolente. Eventualmente, podrían ver a Irán convertirse en una amenaza mayor para Israel. Debemos tratar de agotar todas las posibilidades para arreglar esta situación. No sería el final cuando las tropas estadounidenses se retiren. El campo de batalla cambiará y de nuevo estaremos peleando contra ellos".
El representante demócrata Charles Rangel declaró el domingo al proponer el reclutamiento militar obligatorio: "No existe duda en mi mente acerca de que este presidente y su administración nunca debieron haber invadido Iraq, especialmente con la débil evidencia presentada al Congreso [pero] si el país está en peligro todos debemos compartir el sacrificio. No pueden aumentarse los soldados sin pensar en implementar el reclutamiento obligatorio".
(V.Associated Press del 20 de noviembre de 2006).
"En la carrera hacia la guerra de Iraq, recuerdo que la consejera de seguridad nacional Condoleezza Rice aseguraba que, en vista de las sólidas pruebas de que Iraq poseía armas de destrucción masiva, 'no queremos que el humo del arma sea una nube con forma de hongo'. También recuerdo haber participado en acalorados debates insistiendo en que Korea del Norte era el verdadero caso de un dictador trabajando en la adquisición de armas de destrucción masiva. Mientras que la administración Bish perseguía una guerra en Iraq, el humo del arma se convirtió en una nube con forma de hongo en Pyongyang. La administración Bush ha fallado miserablemente en enfrentar la amenaza norkoreana; y sus políticas (o la carencia de ellas) nos han hecho a todos menos seguros."
Nana Kwamie / Toronto
"Si hacemos corte y corremos en Iraq, éste sera anexado por Irán, una mayor parte del petróleo mundial será utilizado como arma contra los E.U., una mayoría shiita tendrá rienda suelta para cometer un genocidio contra sunitas y kurdos, y los shiitas tendrán más dinero para comprarle armas a Hizballah."
Jose Ramirez / Lindenhurst, N.Y.
Letters
(v.edición internacional de TIME del 20 de noviembre de 2006).
Ahora que los demócratas han vuelto a ganar el Congresdo de los E.U., ¿qué le gustaría ver que sucediera primero?
Que llamaran a Dick Cheney para interrogarlo acerca de su papel en el motivo de que estemos peleando en un lugar donde no tenemos nada que hacer. Pienso que eso diciplinaría seriamente -permitiéndome aquí un lenguaje poderoso- a los otros promotores y aprovechados de la guerra. Sólo interróguenlo bajo juramento.
Entrevista con el novelista y ensayista Gore Vidal
(v.pág.22 de la edición internacional de TIME del 20 de noviembre de 2006).
La decisión de Bush de retrasar el despido de Rumsfeld hasta después de la elección aparece como uno de los más grandes errores de su presidencia. Esta fue una decisión puramente política, directa desde el libro de jugadas de Karl Rove: no mostrar signos de debilidad o indecisión en medio de la campaña. Esto puede haberle costado cualquier oportunidad que tuviera para una salida de Iraq con dignidad. Su rechazo a cambiar su equipo y su estrategia, impidió una respuesta efectiva a la desintegración centrífuga de Iraq en los pasados meses. Las encuestas de salida indican que la guerra no fue el principal tema en la elección de 2006: el olor generalizado a corrupción e incompetencia que emanaba de Washington parece haber sido el verdadero motivador. Pero la terquedad de la administración acerca de Iraq, perfectamente simbolizada por el alejamiento de la realidad de Rumsfeld, ciertamente no ayudó a la causa de los republicanos.
Mientras que los E.U.realizaban una elección. El gobierno democráticamente electo de Iraq estaba probándose a sí mismo ser un fracaso. El gran ganador ha sido el clérigo radical Muqtada al-Sadr, quien es el más popular y probablemente el más poderoso líder entre los predominantes chiitas iraquíes. El año pasado, según fuentes de inteligencia y militares, los iraníes colocaron sus apuestas en al-Sadr, "doblando" su apoyo para su milicia, el Ejército Mahdi.
Lo que los E.U.deseaban era democracia, lo que necesitan es estabilidad. La selección de Gates y sus constantes referencias a la comisión de Baker parecen indicar que Bush reconoce ahora la futilidad de la fantasía neoconservadora de una democracia iraquí impuesta por una invasión estadounidense -o puede simplemente haber sido una movida paliativa, en una semana en la que era inteligente mostrarse humilde. De cualquier manera, el dramático cambio para empeorar en Iraq significa que la política previa del presidente -mantener el actual nivel de tropas y esperar lo mejor- no puede ser mantenida.
Joe Klein
(v.pág.24 de la edición internacional de TIME del 20 de noviembre de 2006).
Robert Gates estará aconsejando a George W.Bush como salir de una guerra, aunque el presidente todavía cree, frente a un humillante repudio electoral y un conteo de muertos de E.U. aproximándose a los 3,000, que la invasión a Iraq fue inteligente, valiosa y bien planeada. La tarea de Gates como nuevo secretario de Defensa de E.U.es predicar el cambio a un líder que se ha apegado a su línea -a pesar de todo tipo de evidencia en contrario- durante años.
Las próximas semanas, miembros clave del alabado equipo de política exterior de Bush padre -el verdadero equipo "A" del establishment republicano de política exterior- entrarán y llevarán a cabo lo que parecer una intervención familiar. Dirigidos por el exdirector de la CIA Gates y por el exsecretario de Estado James Baker, quien co-encabeza una comisión sobre Iraq, los exayudantes de papá presentarán al hijo un plan para salvar su presidencia y, con ella, lo que quede del buen nombre de la familia.
La tarea que enfrenta la vieja guardia es la elaboración de una estrategia de salida de Iraq que pueda salvar el prestigio de los E.U.y evitar convertir una guerra civil en una catástrife todavía más extensa y violenta. Seguramente le duele al padre que las cosas hayan llegado a este punto. Es igualmente doloroso para el hijo tener que invitar a los más confiables consiglieres del padre para que entren y ayuden a limpiar la revoltura que hizo al otro lado del mar.
Los demócratas que votaron a favor de la guerra y han estado a la defensiva con las bases antibelicistas del partido están ansiosos de seguir cualquier señal que apunte a una salida. Aquellos que votaron contra la guerra pero que no tienen ni idea acerca de cómo estabilizar a Iraq desean encontrar un programa que puedan seguir sin aparecer como cobardes. Los republicanos están igualmente divididos entre los realistas, furiosos con la administración por rechazar un cambio de dirección más temprano, y los verdaderos creyentes irritados porque la Casa Blanca está a punto de abandonar el proyecto neoconservador para llevar la democracia al Medio Oriente.
Richard Holbrooke, embajador ante las Naciones Unidas durante el gobierno de Clinton, señala el final de una era durante la cual la política exterior de los Estados Unidos era hecha por gente que veía al mundo como ellos querían que fuera, no al mundo tal como es. Holbrooke declaró: "Hay ahora una tremenda división entre los neoconservadores y el resto de la comunidad de seguridad nacional".
Salir de Iraq requerirá del tipo de elecciones difíciles entre intereses e ideales que la administración Bush ha sido históricamente reluctante a realizar. El grupo Baker está considerando una serie de propuestas que incluirán el llamado a la diplomacia regional intensiva, tal como conversaciones directas y de alto nivel con Iraq y Siria -algo a lo que el equipo Bush se ha resistido durante meses. Más significativamente, la comisión planea delinear un plan de reacomodo -o lo que es lo mismo, de retirada- de algunas tropas de E.U.durante el próximo año. El grupo está considerando también decirle al gobierno dirigido por los chiitas en Bagdad que las tropas permanecerán y ayudarán a tranquilizar el país sólo si el gobierno acaba con la violencia sectaria. Si las matanzas continúan, los E.U.saldrán rápidamente. "Si esas cosas no suceden", comentó Les Gelb, presidente emérito del Council on Foregn Relations, "vamos a tener que movernos hacia afuera más rápido".
Es torturante imaginar que Baker, quien planea presentar su reporte el mes próximo, presionó a Bush para que desechara a Rumsfeld a cambio de Gates. Un antiguo ayudante de Baker calificó la coindicendia de tiempos como "dolorosamente obvia" y notó el nombramiento de Gates en la comisión Baker el año pasado. Existen razones presionantes para que Rumsfeld se fuera -y rápido. "Baker no iba a dejar que su reporte saliera", explica un ayudante de Gates, "y que Rummy pudiera pisotearlo todo".
Michael Duffy
(v.pág.28 de la edición internacional de TIME del 20 de noviembre de 2006).
Kenneth Adelman en una influyente opinión editorial en el Washington Post prometió que la guerra sería "pan comido" y Richard Perle advirtió de una catástrofe si los E.U.dejaban a Saddam Hussein y sus armas intactos. Ahora, entrevistados en Vanity Fair, ellos dicen que todo pudo haber sido un error. ¡Ups!
En las citas de Vanity Fair, no hay una nota de contrición. No es su falla. De hecho, deshacerse de Saddam, establecer la paz y la democracia en Iraq y luego ver esos ideales diseminarse por todo el Medio Oriente todavía es una buena idea. Sólo que el presidente de los E.U., George W.Bush, estropeó el trabajo. Entre otras cosas, el falló en reconocer el grado de "deslealtad" dentro de su administración, explica Perle -quien fue presidente de la Junta de Política de Defensa de Bush- con lo que demuestra la acusación al mismo tiempo que la realiza.
Es enfurecedor que no haya un costo por estar en el error, inclusive cuando éste se convierte en miles de personas muertas y miles de millones de dólares tirados por el drenaje.
Perle y Adelman son ambos neoconservadores, un grupo que se enorgullece de ser de mente aguda y pragmática mientras rechazan a los liberales por ser suaves y románticos. Aun así ellos consiguieron convertir a un presidente que fue electo prometiendo no involucrarse en la construcción de naciones en un Woodrow Wilson con botas de cowboy, prometiendo democracia en todas partes.
Michael Kinsley
(v.pág.76 de la edición internacional de TIME del 20 de noviembre de 2006).
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Kofi Annan, instó a Estados Unidos a retirar prudentemente sus tropas de Iraq y consideró que los norteamericanos se encuentran "entrampados" en ese país árabe, de donde por el momento no pueden quedarse ni marcharse.
Durante una conferencia de prensa en Ginebra, el jefe de las Naciones Unidas urgió por primera vez de forma implícita a Washington a retirar sus tropas en una fecha "óptima" porque su salida "no debe traer consigo un nuevo deterioro".
(V.pág.11-A del periódico El Informador del 22 de noviembre de 2006).
Por años, el padre de Bush y su antiguo equipo de seguridad nacional han intantado rescatar al presidente de sí mismo y de las garras de Dick Cheney, Donald Rumsfeld y sus centuriones neoconservadores. A principios de este año, Bush padre se acercó discretamente a un general retirado de cuatro estrellas para averiguar si estaría dispuesto a reemplazar a Rumsfeld, pero ese golpe prematuro no llegó a nada. Antes de la guerra en Irak, varios de los asociados del padre advirtieron personalmente al presidente Bush que ésta llevaría a una guerra civil sectaria, sólo para ser ignorados con desdén. Inmediatamente después de la invasión, James Baker dijo: "Le dije que no hiciera eso", según me aseguró un amigo de Baker.
James Baker está intentando salvar lo que pueda ser recuperado del caos de la presidencia de Bush durante estos últimos dos años y evitar que el Partido Republicano, que ya ha perdido la joya de la corona del Congreso, quede permanentemente manchado.
Los neoconservadores siguen urdiendo complots para confundir a Baker. Clifford May, presidente de la neoconservadora Fundación para la Defensa de las Democracias, y miembro del panel asesor del Grupo de Estudios sobre Irak, me dijo que Edwin Meese, del Grupo de Estudios sobre Irak, exprocurador de justicia de Ronald Reagan, desbaratará el convenio al oponerse a las recomendaciones del grupo.
La lógica neoconservadora a favor de la guerra en Irak fue que el camino a Jerusalén pasaba por Bagdad. En otras palabras, una invasión instalaría una democracia iraquí que inevitablemente obligaría a los palestinos a someterse mansamente a los israelíes. Ahora existe una casi unanimidad en la comisión Baker sobre la reversión de esa fórmula, me han dicho miembros asesores del panel. La parte central de una política nueva debe ser, creen, que el camino a Bagdad pase por Jerusalén.
Baker hasta citó a Tony Blair para que testificara el martes en apoyo por un reinicio del proceso de paz en Oriente Medio. Si Baker propusiera eso, no declararía explícitamente (aunque lo sabe bien) que su puesta en práctica requeriría del despido de neoconservadores que ocupan puestos estratégicos en el Consejo Nacional de Seguridad y en el personal de Cheney, en particular a Elliott Abrams, subasesor nacional de seguridad para la estrategia de democracia global, quien también maneja los asuntos de Oriente Medio.
En el evento de que Baker defienda lo que piensa, las opciones de Bush serán, o admitir los errores de su actuación y aceptar la sabiduría de su padre, o hacerlos a ellos y a la precaución a un lado nuevamente. Su elección es o shakesperiana o wagneriana.
Sidney Blumenthal
(v.pág.40 del periódico Público del 24 de noviembre de 2006).
El general Peter Schoomaker, jefe del estado mayor de la infantería, rechazó este verano adelantar un presupuesto provisional para 2008. El militar consideró que la partida acordada era insuficiente para mantener la capacidad operacional de sus tropas. Además de eso, reparar los tanques, los helicópteros, los radios y otros equipamientos comprometidos en Afganistán y en Irak costaría un mínimo de 17,000 millones de dólares.
El ejército de tierra estadunidense parece hoy en el límite de sus capacidades. Dispone, en caso de una crisis en el mundo, de solamente dos o tres brigadas de combate en activo, es decir entre 7,000 y 10,000 hombres. La 3ª División de infantería, que inició en 2003 su despliegue en Bagdad, regresa a Irak próximamente para su tercera rotación. Dos de sus cuatro brigadas no han sido reequipadas, les faltan vehículos blindados y tienen la mitad de sus efectivos teóricos.
Para lograr sus objetivos de reclutamiento, el Ejército amplió la edad máxima para los nuevos soldados civiles a 41 años y bajó claramente sus exigencias en materia de aptitudes físicas e intelectuales.
Eric Leser
(v.pág.31 del periódico Público del 26 de noviembre de 2006).
"Los E.U.son parte del problema, no la solución. Sólo un enfoque que transfiera la toma de decisiones a no-estadounidenses cuenta con alguna esperanza de éxito. Idealmente, esos deberían ser los iraquíes, pero la actual situación es tan caótica que la asistencia externa es necesaria. El presidente George W.Bush y su pandilla han hecho tal revoltijo que el único primer paso razonable en Iraq es un mea culpa de los E.U."
Donald Chauls / Sudbury, Massachusetts
"Es tiempo de que la administración Bush coma pay de humildad después de su fracaso y utilice la diplomacia en lugar del lenguaje amenazador."
Syed Rashid Ali Shah / Vroomshoop, Holanda
"El mundo musulmán cree que el occidente le ha declarado la guerra al Islam, y países delincuentes han aprendido que la posesión de bombas nucleares puede servir como deterrente para E.U. El mundo es un lugar dividido e inseguro. Al menos durante la guerra fría teníamos dos superpoderes opuestos cuyo temor del otro generaba paz para todos, pero hoy los peligros están al acecho en todas partes, especialmente en autobuses y en el subterráneo."
Osato Odiase / Londres
Letters
(v.edición internacional de TIME del 27 de noviembre de 2006).
Hace quince años, en la exitación de su triunfo en la Guerra del Golfo, el presidente George H.W.Bush le gritó a unos legisladores estatales: "Por Dios, hemos desechado el síndrome de Vietnam de una vez para siempre". Pero ahora, mientras que los sabios de Washington buscan alguna vía de salida a la situación en Iraq, los síntomas de esa enfermedad parecen estar reapareciendo.
Mike Allen
(v.pág.33 de la edición internacional de TIME del 27 de noviembre de 2006).
Mientras que la coalición se hunde cada vez más en el lodazal iraquí, Irán está realmente ganado influencia.
J.F.O.McAllister
(v.pág.68 de TIME del 27 de noviembre de 2006).
Las oportunidades de un orden multilateral fueron negadas por el espejismo de un desorden unilateral que, fundado en los débiles cimientos del orgullo y la ignorancia, creyó que el mundo global podía ser ordenado por una sola fuerza, haciendo caso omiso de la pluralidad histórica, étnica, religiosa y cultural de las civilizaciones y de las leyes, instituciones y procedimientos ganados por la comunidad internacional para aunar civilización y derecho, con enorme esfuerzo y el sacrificio de dos cruentas guerras mundiales.
El saldo de numerosos fracasos, la emergencia previsible de nuevas potencias o grupos de naciones, las amenazas reales de terrorismos de variada estirpe, pero también la pobreza y la injusticia, nos han devuelto a la clara y dura necesidad de rescatar un orden internacional creado, en palabras de Felipe González, por todos, no por la supremacía de un solo poder.
Carlos Fuentes, escritor
(v.pág.5 del periódico Mural del 30 de noviembre de 2006).
El ex secretario de Estado estadounidense Colin Powell dijo ayer en una conferencia de negocios que la violencia en Iraq cumple con la definición de guerra civil, y llamó a los líderes mundiales a aceptar esa realidad.
Sus comentarios contrastan con los del presidente George W.Bush, quien ha dicho que en Iraq no ha estallado una guerra civil, sino ciclos de violencia creados por extremistas de Al-Qaeda.
En la sesión, Powell dijo que la guerra en Iraq tenía tres fases: primero, una de invasión, que resultó como se planeó, pero un mal manejo de la segunda fase, de ocupación militar, llevó a la guerra civil.
(V.pág.13 del periódico Mural del 30 de noviembre de 2006).
El ex secretario de Defensa estadunidense, Donald Rumsfeld, dijo a la Casa Blanca antes de renunciar el mes pasado, que la estrategia del gobierno del presidente Bush en Irak no estaba funcionando y propuso cambios importantes, reportó The New York Times. La información estaba contenida en un documento fechado dos días antes de la renuncia, cuya autenticidad fue confirmada por el Pentágono, aunque no entregó mayores detalles. "En mi opinión es tiempo de un ajuste mayor. Lo que las fuerzas estadunidenses están haciendo actualmente en Irak no está funcionando suficientemente bien o suficientemente rápido", dijo Rumsfeld en un documento clasificado, fechado el 6 de noviembre, del que The New York Times publicó una copia.
(V.pág.27 del periódico Público del 3 de diciembre de 2006).
El guía supremo iraní, el ayatola Alí Jamenei, aseguró ayer que Estados Unidos sólo puede "hundirse cada vez más en el atolladero iraquí" y predijo una retirada "deshonrosa" de sus tropas en el país, como "en la guerra de Vietnam", según la agencia oficial IRNA.
"Cuanto más permanezcan en Iraq los estadounidenses, más se hundirán en el atolladero iraquí", dijo durante su encuentro con el premier turco, Tayyip Erdogan, quien se encuentra de visita en Irán.
(V.pág.25-A del periódico El Informador del 4 de diciembre de 2006).
"Bush pareció ignorar las críticas y fue inefectivo en alcanzar algunas de sus metas, especialmente en Iraq y Afganistán. El Partido Republicano pagó el precio el día de las elecciones."
Jethro Singer / Santa Monica, California
"Mientras los estadounidenses finalmente despertamos de casi seis años de mal gobierno, estamos retrocediendo ante los daños hechos a nuestras instituciones, al resto del mundo y a nuestro futuro. Esperemos que esta elección haya sido el primer paso para reparar eses daño -o al menos para controlar el poder de aquellos capaces de inflingir más."
Brad Davis / Arvada, Colorado
Letters
(v.edición internacional de TIME del 4 de diciembre de 2006).
Salir rápido, entre 4 y 6 meses: opción apoyada por un número creciente de demócratas que alegan que la presencia de tropas de E.U.en Iraq sólo está alimentando la insurgencia. Si se retiran, algo de la violencia puede disminuir, pero la guerra civil de Iraq es probable que se volviera más sangrienta e Irán saldría beneficiado.
El mayor problema es que el ejército iraquí no está listo para hacerse cargo, El jefe del Comando Central, John Abizaid, declaró al Congreso hace dos semanas que ninguna de las unidades de combate del ejército iraquí está preparada para operar independiente de las fuerzas de E.U., y agregó que pasarán entre un año y 18 meses antes de que el ejército sea completamente operacional.
Una oleada hacia adelante: muchos oficiales en servicio activo sostienen que los E.U.requieren, desde hace mucho tiempo, de más botas sobre el terreno, pero sólo un puñado de políticos apoyan la idea de enviar más tropas ahora. El envío de 20,000 a 30,000 soldados adicionales pudiera ayudar a estabilizar a Iraq en el corto plazo. Pero los E.U.sufrirían más bajas en el proceso. Existe la posibilidad de que la violencia aumentara una vez que los E.U.empezaran a retirarse.
Entrenar y replegarse: una combinación de oficiales activos y retirados, como el general John Abizaid, podrían apoyar el plan de que más tropas fueran asignadas como instructores del ejército iraquí. Si el esfuerzo de entrenamiento tuviera éxito, los E.U.podrían retirar hasta el 60% de sus tropas en un año, pero 50,000 soldados necesitarían permanecer en Iraq dando instrucción y podrían verse arrastrados al combate si la violencia empeora.
Nadie sabe si, con todos los instructores militares del mundo, los iraquíes estarán alguna vez listos para derrotar a las milicias.
Aguantar: la Casa Blanca pudiera decidir continuar como hasta ahora, permaneciendo hasta que el ejército y la policía iraquíes se hagan cargo de la seguridad del país. Los combatientes en la guerra civil de Iraq pudieran agotarse entre ellos: pero hasta entonces, las tropas estadounidenses serán lo único que se interponga en el camino a la partición de Iraq.
Michael Duffy
(v.pág.34 de la edición internacional de TIME del 4 de diciembre de 2006).
En Abu Dhabi la semana pasada, al expresidente George H.W.Bush se le preguntó qué consejo le estaba dando a su hijo acerca de Iraq. El expresidente comentó: "Si yo tuviera que sugerirles qué deben hacer, ello no sería constructivo y ciertamente no le sería útil al presidente. Ello lo apenaría".
Qué triste ver a un hombre que fue un presidente tan sutil y sofisticado en su política exterior evadir -e inadvertidamente reconocer- el fenomenal desastre creado por su hijo.
Iraq ya no existe como una entidad gubernamental coherente. Se está atomizando, de acuerdo con el director de la CIA Michael Hayden, en "pequeños grupos cada vez más pequeños peleando por pequeños temas cada vez más pequeños en pequeños trozos de territorio cada vez más pequeños".
En su testimonio ante el Comité de Servicios Armados del Senado de E.U., Hayden calificó el nivel de violencia en Iraq como "satánico". Agregó que mientras el nivel de violencia aumenta, "el centro desaparece, y la gente normal que no actuaba irracionalmente termina actuando como etxtremista". En otras palabras, si usted es un residente de Bagdad, la respuesta más racional es buscar protección de alguna de las milicias -al-Qaeda si usted es sunita, el Ejército Mahdi si usted es shiita- o abandonar la ciudad. "Es imposible que le arreglen los dientes en Bagdad", me comentó recientemente un funcionario de intaligencia. "Todos los dentistas han abandonado el país".
Y así llegamos al punto donde sólo una decisión significativa le queda a George W.Bush en Iraq: qué hacer con las tropas que allí se encuentran. El presidente estará tentado a seguir el consejo de los militares más que el de un grupo civil como la comisión Baker. Esto en parte porque tontamente ignoró los puntos de vista militares durante la era Rumsfeld, pero también porque es probable que los militares compartan la esperanza de Bush de que Iraq todavía sea salvable.
Claro, los líderes militares han estado sugiriendo que se requieren más tropas desde el inicio de la guerra. Pero lo han hecho en privado -abdicando su responsabilidad militar- por temor de sufrir el mismo destino que el general Eric Shinseki, quien declaró a un comité del congreso que "algunos cientos de miles" de soldados se requerirían en Iraq, y fue despedido por Donald Rumsfeld, el entonces secretario de Defensa. Un general que sirvió en Iraq declaró "Hasta algunos generales que luego dieron la espalda a Rumsfeld le daban la respuesta que pensaban que se suponía que dieran: ¡Todo bien, señor!".
El mejor consejo que los militares pueden darle al presidente en este punto puede no ser cómo "ganar" en Iraq, sino como retirarse creativamente, cómo limitar la influencia de Irán en las regiones shiitas del sur, como mantener unidades de operaciones especiales y de respuesta rápida en la región, orientadas a atacar las operaciones de al-Qaeda con regularidad. Los E.U.han perdido la guerra en Iraq, pero la "larga guerra" contra el extremismo islámico seguramente continuará. El más importante tema ahora es cómo no perder las batallas que vendrán.
Joe Klein
(v.pág.60 de la edición internacional de TIME del 4 de diciembre de 2006).
Soldados estadounidenses en uno de los más peligrosos rincones de Iraq dieron la bienvenida a los planes para cambios mientras que el Pentágono se preparaba para un nuevo jefe y una comisión bipartidista urgía por una nueva estrategia de guerra. Pero muchos de los soldados de la Compañía C, 1er.Batallón, 37o.Regimiento Armado, están escépticos acerca de que estén en casa en un futuro próximo, a pesar de las recomendaciones del panel de alto nivel de que la mayoría de las tropas de combate dejen Iraq a principios de 2008.
"No hay forma de que nos vayamos en dos años, no importa lo que diga cualquier recomendación", declaró el especialista Eisenhower Atuatasi, de 26 años, de Westminster, Calif. El piensa que el 2012 es más realista.
El sargento Christopher Wiacik, de 28 años, de Lavonia, Mich., también se mostró pesimista. "Es sólo un grupo de estudio. No va a tener ningún efecto real en el presidente. No veo que cambios mayores vayan a suceder hasta que arranque la elección presidencial", expresó Wiacik. "Pienso que entonces ambos bandos prometerán sacar a las tropas y darán fechas, pero no antes".
"Hemos estado aquí 12 meses y no ha habido progreso", dijo el especialista Richard Johnson, de 20 años, de Bridgeport, Conn., mientras manejaba una ametralladora en la azotea de un puesto. Los edificios cercanos han sido demolidos por cohetes o fuego de tanques, y otros están llenos de agujeros de balas. La vecindad sólo cuenta con energía eléctrica unas pocas horas diarias y las calles están llenas de barricadas de alambre de púas y escombros. "Esto es como llevar a un niño de la mano. ¿Cuánto debemos sostenerlo antes de que pueda hacer algo por sí mismo?" declaró Johnson. "¿Cuánto tiempo más debemos soportar disparos o explosiones?"
El bipartidista Grupo de Estudio de Iraq, dirigido por el exsecretario de Estado James A.Baker III, y el exrepresentante Lee Hamilton, declaró el miércoles que los Estados Unidos enfrentan una "grave y deteriorante" situación después de casi cuatro años de guerra en Iraq.
El panel recomendó que los E.U. reduzcan el apoyo político, militar o económico si el gobierno iraquí no puede hacer progresos sustanciales rumbo a la reconciliación nacional y que las fuerzas estadounidenses cambien a un rol de entrenamiento.
El teniente primero Gerard Dow comentó que estaba de acuerdo con el diagnóstico de la comisión de que la situación en Iraq era "grave y decepcionante". "En Iraq tratamos de ganarnos los corazones y las mentes de la población", explicó Dow, de 32 años, de Chicago. "Ellos quieren a los estadounidenses fuera de aquí. Nos culpan por todos sus problemas. Nos miran como terroristas y luego dan la espalda y ayudan a los terroristas que están tratando de matarnos".
Dow entrenó soldados iraquíes en Ramadi y en el norte durante su primera misión en Iraq, y duda que las fuerzas de E.U.puedan entregar los combates a principios del año próximo como recomienda la comisión. "No están aún donde se requiere y dudo que lo estén para entonces. Demasiadas veces están en un estado mental egoísta. Demasiadas veces dejan que hagamos el trabajo por ellos". Comentó que los soldados shiitas algunas veces roban las casas, no obedecen órdenes y reconocen abiertamente que no confían en la población sunita. "Sólo cumplen con su deber si alguien los está vigilando y saben que serán castigados si no lo hacen", agregó. "No todos. He conocido a grandes tipos, pero muchos de ellos. No les importa, y éste es su país".
Dow dijo que los ancianos en una mezquita cercana difunden mensajes diciendo que los estadounidenses son la causa de todo sus problemas en Ramadi, la capital de la provincia sunita de Anbar.
"Todos queremos cambiar lo que estamos haciendo porque no estamos haciendo mucho", declaró el sargento Rony Theodore, de 33 años, de Brooklyn, N.Y.
Wiacik también espera un cambio. "Nos la pasamos sentados sin hacer ningún progreso. Es decepcionante. No hay motivación para ayudar a nadie", declaró, agregando que su contrato dura hasta 2008 y no planea re-enlistarse. "No quiero vivir mi vida así".
(V.Associated Press del 6 de diciembre de 2006).
La invasión costará a EU 2 billones de dólares, es decir, 20 veces más de lo que había calculado la Casa Blanca.
(V.pág.18 del periódico Mural del 7 de diciembre de 2006).
Lee H. Hamilton, ex congresista demócrata, dudó, asimismo, de las aspiraciones de la Casa Blanca de que Iraq se convierta en una democracia en el corto plazo. "El enfoque actual no está funcionando, y la capacidad de Estados Unidos para influir en los eventos cada vez es menor", dijo Hamilton.
En realidad, lo que se representó ayer fue una extraordinaria condena a la deriva de la política estadounidense en el mayor y más divisorio de los conflictos militares en los que han estado involucradas tropas estadounidenses desde Vietnam.
El reporte pintó un cuadro bastante negro en Iraq si las cosas siguen deteriorándose.
"Una caída hacia el caos podría provocar el desplome del gobierno de Iraq y una catástrofe humanitaria", se afirma en el reporte.
"Países vecinos podrían intervenir. Los enfrentamientos entre sunitas y chiitas podría propagarse. Al-Qaeda podría conseguir una victoria propagandística y expandir su base de operaciones. La posición global de Estados Unidos podría perder importancia y los estadounidenses podrían polarizarse más", se advierte.
(V.pág.18 del periódico Mural del 7 de diciembre de 2006).
Ciudadanos privados sauditas están donando millones de dólares a los insurgentes sunitas de Iraq y mucho de ese dinero es utilizado para comprar armas, incluidos misiles antiaéreos portátiles, según importantes funcionarios iraquíes y otros familiarizados con el movimiento de fondos.
(V.Associated Press del 8 de diciembre de 2006).
La gran mayoría de los estadounidenses están resignados a jamás ver una victoria contundente en Irak y un número cada vez mayor duda que el país asiático instale un gobierno estable y democrático sin importar la manera en que Estados Unidos salga, de acuerdo con una encuesta de AP.
Al mismo tiempo, la insatisfacción con el manejo del presidente George W. Bush en Irak ha crecido hasta el máximo nivel histórico de 71%. El nuevo sondeo de AP-Ipsos, efectuado al tiempo que una comisión oficial divulgaba sus recomendaciones para cambiar de curso en Irak, encontró que apenas el 27% de los estadounidenses aprueba el manejo de Bush en Irak, un nuevo descenso del nivel bajo sin precedentes de 31% en noviembre.
(V.Associated Press del 8 de diciembre de 2006).
El senador demócrata Carl Levin fue directo: "Sr.Gates, ¿cree que actualmene estamos ganando la guerra en Irak?" preguntó.
"No, señor", fue la respuesta.
"Estados Unidos tendrá que tener una presencia en Irak por mucho tiempo", dijo. "He vuelto aquí para hacer lo más que pueda por los hombres y mujeres uniformados, y por el país, en términos de estos problemas difíciles a los que nos enfrentamos".
Ahora, Estados Unidos debe esperar que "lo más que pueda" sea suficiente.
Michael Scherer
(v.pág.40 del periódico Público del 8 de diciembre de 2006).
El reconocimiento por parte de Bush de que la situación en Irak "es mala" mantiene la misma línea que la expresada el pasado martes por su nuevo secretario de Defensa ante el Senado.
Bush dio a entender que está totalmente de acuerdo con una de las 79 recomendaciones de la comisión bipartidista, la que plantea que resolver el conflicto iraquí está vinculado a una solución del conflicto árabe-israelí.
Pero otra de las recomendaciones del "informe Baker", la que apuntaba a integrar a Irán y Siria en un grupo internacional para elaborar una estrategia común para Irak, fue rechazada por Bush.
Por su parte, Blair, quien siempre ha defendido la implicación de otros países en la búsqueda de soluciones para Irak, subrayó que el apoyo que Irán está prestando a los radicales chiies en el sur de Irán plantea un claro problema.
(V.pág.38 del periódico Público del 8 de diciembre de 2006).
Entrevista: Immanuel Wallerstein, sociólogo estadunidense.
Ha dicho que Estados Unidos no encuentra cómo salir de Irak, ¿cómo se imagina que termine la invasión estadunidense a ese país?
Antes de las elecciones de 2008 las tropas estadunidenses serán retiradas. Aunque haya resistencia del presidente Bush, porque para él será un gran fracaso y no es un hombre que tolere los fracasos. Aunque un presidente estadunidense tiene mucho poder, no es dios. La situación interna en Irak, en los países que lo rodean, en las fuerzas armadas de Estados Unidos, en el pueblo estadunidense, en todas estas partes diferentes hay presiones para el retiro de las tropas. Van a hacerlo, a mi juicio, porque si no, pienso que los republicanos van a perder las elecciones. Los políticos del partido republicano no quieren perder y, del otro lado, en Irak mismo, la única posición popular es expulsar a los estadunidenses [...] y los países que rodean Irak, todos sin excepción, Irán, Turquía, Siria, Arabia Saudita, todo el mundo quiere que haya una solución política y transitar para el retiro de los estadunidenses. El poder de Estados Unidos ha disminuido mucho en los últimos años [...] No veo de qué manera Estados Unidos puedan mantener su posición. No es del placer ni de Bush, ni de Cheney, pero deben salir de Irak.
Al salir de Irak, ¿será el fin de la hegemonía de Estados Unidos en Medio Oriente?
El fin ya ocurrió en el pasado, no es una cuestión de lo que va a venir.
(V.pág.14 del periódico Público del 10 de diciembre de 2006).
El ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld reconoció hace unos meses que se veían indicios de una "reducción" de reclutamientos, ante el miedo de los jóvenes a ser despachados a Iraq.
Esta crisis de las fuerzas armadas y las necesidades militares estadounidenses en Iraq, donde hay destinados más de 145,000 soldados, han reabierto el debate sobre el reclutamiento obligatorio, abolido en 1973.
Las casi 3,000 bajas sufridas en el país árabe, además de los más de 14,000 heridos, resuenan cada vez más fuerte en las conciencias estadounidenses, cuyas familias se resisten a dejar marchar a sus hijos como reclutas.
El gobierno estadounidense ha tratado de invertir esta tendencia con una campaña de publicidad de más de 200 millones de dólares, con la que pretende llegar a 80,000 nuevos soldados antes de que concluya 2007.
La campaña de alistamiento apunta directamente a los estratos sociales más desfavorecidos, inmigrantes y los jóvenes con notas bajas o inadaptados.
(V.pág.6-A del periódico El Informador del 11 de diciembre de 2006).
"No vamos a ganar esta guerra militarmente", precisó Baker, junto a Hamilton, en entrevistas por separado de las cadenas de televisión CBS, NBC y Fox.
Agregó que la guerra sólo se puede ganar políticamente, y que, en su opinión, en Iraq debe darse una reconciliación política entre las diversas facciones, o de lo contrario se continuará con un gran problema, "un problema de grandes ligas".
(V.pág.22-A del periódico El Informador del 11 de diciembre de 2006).
Arabia Saudita ha dicho a la administración Bush que pudiera dar respaldo financiero a los sunitas iraquíes en cualquier guerra contra los shiitas iraquíes si los Estados Unidos retiran sus tropas de Iraq.
Esta advertencia refleja los temores entre los aliados árabes sunitas de Estados Unidos acerca de la cada vez mayor influencia de Irán en Iraq, aunado con las ambiciones nucleares de Tehran. El rey Abdullah II de Jordania también ha expresado su preocupación acerca de la cada vez más grande influencia shiita, y acerca del prospecto de que el gobierno dominado por shiitas pudiera utilizar tropas iraquíes contra la población sunita.
Los saudíes se han opuesto insistentemente a una retirada estadounidense de Iraq, citando temores de que la minoría árabe sunita pudiera ser masacrada.
El embajador saudita ante Estados Unidos recientemente despidió a Nawaf Obaid, un consultor que escribió un artículo en The Washington Post, hace dos semanas, opinando que "una de las primeras consecuencias" de una retirada estadonidense en Iraq sería "la masiva intervención saudita para evitar que las milicias shiitas respaldadas por Irán hicieran una carnicería con los sunitas iraquíes".
Obai también sugirió que Arabia Saudita podría hacer bajar los precios mundiales del petróleo a la mitad elevando su producción, movimiento que "sería devastador para Irán, que enfrenta difcultades económicas a pesar de los actuales altos precios del petróleo". El gobierno saudita desaprobó la columna de Obaid.
(V.The New York Times del 12 de diciembre de 2006).
62% de los estadounidenses cree que la invasión a Iraq "no mereció la pena", mientras que 16% opina que se está ganando el conflicto bélico frente a 40% que pensaba de la misma forma en diciembre del año pasado, según un sondeo de opinión hecho público este martes.
75% de los encuestados -entre el viernes 8 y el domingo 10 de diciembre- apoyan los principales puntos del informe del Grupo de Estudios: negociar directamente con Siria e Irán; comprometerse en la resolución del conflicto árabe-israelí y mandar a casa al grueso de las tropas de combate para marzo de 2008.
20% expresa "gran confianza" en Bush respecto al camino a seguir en Iraq. Aunque la inmensa mayoría asegura que la administración no aplicará las recomendaciones del Grupo de Estudios. Mientras, 55% quiere que la mayor parte de las tropas abandone Iraq antes de un año, sólo 18% tiene esperanzas de que ocurra.
(V.pág.17-A del periódico El Informador del 13 de diciembre de 2006).
"No pensamos que exista ninguna buena opción en Iraq", declaró a Time uno de los expertos de la comisión Baker-Hamilton. "Lo que estamos buscando en realidad son las opciones menos malas".
Mientras tanto, Iraq sigue deteriorándose y hay el riesgo de que las propuestas del panel se vuelvan obsoletas antes de que la comisión alcance un consenso.
Un funcionario de la comisión lo explicó de esta forma: "Lo que hemos generado es un plan para diciembre. No tenemos idea de cómo se verán las cosas en febrero".
Michael Duffy
(v.pág.24 de la edición internacional de TIME del 11 de diciembre de 2006).
Si el gobierno iraquí no puede detener hoy la matanza sectaria, cuando tiene la posibilidad de llamar a la milicia más poderosa del mundo, difícilmente puede esperarse que lo haga una vez que los estadounidenses se hayan marchado. El resultado más probable será una escalada de la guerra civil, con elementos de las fuerzas de seguridad tomando partido. Las milicias shiitas gozarán de superioridad numérica y del continuado respaldo subrepticio de Irán. Pero lo que a los insurgentes sunitas les falta en número, lo compensan con su mayor experiencia en matar.
Con los E.U.fuera, la lucha intensificada probablemente será tanto entre facciones como sectaria. Las milicias shiitas en el sur han mostrato una propensión a luchar unas contra otras, igual que los grupos sunitas en la volátil provincia de Anbar. Iraq se podría parecer mucho a Afganistán después de la retirada de las tropas soviéticas en 1989.
¿Pueden los Estados Unidos salvara a Iraq de sí mismo? Sí, pero requerirán de abandonar la ilusión de que los iraquíes pueden arreglar sus propios problemas. No pueden. Los estadounidenses crearon este desorden; es su responsabilidad componerlo. Necesitan 30,000 soldados más de la coalición y voluntad verdadera de eliminar a las milicias shiitas, algo que hasta ahora han evitado. Habiendo desmantelado tontamente el ejército iraquí existente, los E.U.tienen la obligación de crear uno nuevo genuinamente eficiente, en lugar de hacer pasar a los reclutas a través de lecciones de boy scouts sólo para satisfacer cuotas predeterminadas. Puede tomar cinco años más. Pero si los E.U.se van antes, Iraq se convertirá en un desorden todavía mayor. Si los estadounidenses insisten en retirarse, deben dejar estacionado su equipo en la cercanía, porque les guste o no, tendrán que regresar.
Aparisim Ghosh
(v.pág.26 de la edición internacional de TIME del 11 de diciembre de 2006).
Bush declaró que al-Maliki era el "tipo correcto" para gobernar Iraq, un apoyo que podría deslizarse en la historia junto con "Brownie, estás haciendo un trabajo fenomenal". Bush también declaró en tono petulante que las fuerzas de E.U.permanecerán en Iraq "hasta que el trabajo se haya completado". Después de eso, los voceros diplomáticos iraquíes y estadounidenses aseguraron que el nombre de al-Sadr escasamente había aparecido. Que Bush no había presionado a al-Maliki en nada. Que al-Maliki había, de hecho, presionado por más control sobre las fuerzas iraquíes.
Perdónenme, pero no estoy seguro de entender: ¿el presidente de los Estados Unidos dió media vuelta al mundo para tercamente renovar su retórica de "mantener el curso" sólo para ser desairado por un cliente de E.U.incompetente y carente de poder? Dado lo absurdo de la situación, Washington estaba zumbando con diferente posibilidades.
Existe un reporte de que Hizballah está entrenando a miembros de la milicia al-Sadr. Esto ha colocado en el mismo foco a casi todos los malhechores favoritos de Bush -Hizballah; Irán y Siria (que apoyan a Hizballah); y al-Sadr, cuya organización shiita ha sido responsable de mucha de la reciente violencia contra sunitas en Iraq.
Existe una pequeña, pero no insignificante, facción en los militares de E.U.que piensan que la única forma de estabilizar Bagdad es desarmando a fuerzas a la milicia de al-Sadr.
Puede que la agenda del presidente para la reunión con al-Maliki fuera simplemente un acto de relaciones públicas: para mostrar apoyo a un débil socio iraquí y -con el reporte Baker-Hamilton asomando- para reafirmar que Bush será el "decididor" de la estrategia en Iraq. Pero incluso esa misión simple ha fallado. El presidente se vio atontado. Nada de lo que hizo la semana pasada frenó el colapso de Iraq. Nada de lo que hizo reforzó su posición política en casa o en la región. Nada de lo que hizo mostró la más ligera indicación de que haya aceptado la realidad en Iraq.
Joe Klein
(v.pág.72 de la edición internacional de TIME del 11 de diciembre de 2006).
Enfatizando la presión ejercida sobre sus fuerzas en Iraq, Afganistán y otros lugares, el general Peter J.Schoomaker declaró que quiere aumentar su Ejército de medio millón de hombres más allá de los 30,000 soldados ya autorizados en años recientes.
Aunque no dio un número exacto, dijo que tomará un tiempo significativo, explicando que de 6,000 a 7,000 soldados pudieran agregarse anualmente. Schoomaker ha comentado que cuestan aproximadamentre 1.2 millardos de dólares cada 10,000 soldados que se incremente el Ejército.
"A través de los últimos cinco años, la demanda estratégica sostenida... está presionando a la fuerza de voluntarios del Ejército", expuso Schoomaker ante una comisión en el Capitolio. "A este paso... quebraremos el componente activo" a menos que más reservas puedan ser llamadas para ayudar.
(V.Associated Press del 15 de diciembre de 2006).
La situación en Iraq está deteriorándose y estamos perdiendo en el conflicto armado, admitió el ex secretario de Estado de Estados Unidos, Colin Powell.
Powell, quien en noviembre de este año dijo que en Iraq había una guerra civil, mencionó que "la intervención en el país árabe ha tenido tres fases. En la primera, la marcha hasta Bagdad, las cosas fueron muy bien. Pero luego ocurrió el desorden, la falta de autoridad, y Estados Unidos como potencia ocupante tuvo la responsabilidad del gobierno, pero no pusimos las tropas suficientes para esa tarea".
La tercera fase, según Powell, inició en febrero pasado, con la destrucción de la mezquita Al Askari, en Samarra, un santuario para los musulmanes chiítas que forman la mayoría de la población en Iraq. "Desde entonces lo que ha habido es violencia entre sectas, entre comunidades, una guerra civil en la cual no veo cómo el Ejército de Estados Unidos pueda desempeñar un papel útil".
El general retirado expresó su escepticismo ante las propuestas para que la administración de Bush envíe de 10,000 a 20,000 soldados adicionales a Iraq para que ayuden a consolidar el gobierno del primer ministro Nuri Al Maliki.
"Ya hemos probado estos incrementos de fuerzas, y dan un resultado pasajero y en zonas limitadas... antes de que se envíen más tropas debemos definir cuál será su misión".
"El Ejército está casi al borde de la quiebra", señaló Powell. "No tiene soldados suficientes para las tareas que de él se esperan. Ni el Ejército ni la Infantería de Marina tienen tropas suficientes si han de cumplir las misiones que se les encomiendan", dijo.
Por su parte, el próximo líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, declaró que estaría a favor de un aumento temporal del número de soldados enviados a Iraq, pero sólo si ello es parte de una estrategia más amplia de retirar las fuerzas para comienzos del 2008.
Reid consideró que el pueblo estadounidense no permitirá que la guerra siga siendo librada como hasta ahora, porque se trata de una guerra que no se puede ganar por medios militares, "se podrá ganar solamente por medios políticos" consideró, antes de enfatizar que se debe cambiar de rumbo.
Pero el experimentado senador demócrata, Edward Kennedy, no estuvo de acuerdo con Reid y dijo a Fox News que deben entender en Iraq se vive un caos absoluto. "Ese país se cae a pedazos (...) La primera prioridad es proteger a las tropas estadounidenses y no dejar que se vayan por el caño".
(V.pág.15-A del periódico El Informador del 18 de diciembre de 2006).
El sábado, la recomendación más importante fue la reincorporación de miembros del partido Baas de Saddam Hussein al Ejército y el pago de pensiones a los militares.
La propuesta sobre los "baasistas" fue lanzada por el primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, el sábado durante la jornada inaugural de la conferencia.
Afecta a 350,000 ex oficiales y podría llevar a muchos miembros del antiguo partido único de Saddam Hussein, hoy activos en la insurrección sunita, a abandonar las armas.
Una ley adoptada a iniciativa de Estados Unidos tras la caída del régimen de Saddam, en 2003, apartó de los puestos de responsabilidad del Ejército, instituciones y función pública a decenas de miles de responsables del Baas. La medida fue considerada como uno de los principales errores de la administración estadounidense que gestionó la posguerra.
(V.pág.15-A del periódico El Informador del 18 de diciembre de 2006).
"Un fracaso en Iraq sería una calamidad que atormentaría a nuestro país, perjudicaría nuestra credibilidad y pondría en peligro a los estadounidenses por décadas", aseguró el flamante jefe del Pentágono en la ceremonia de asunción, en presencia del presidente George W.Bush.
28% de los estadounidenses cree que el rumbo en la guerra de Iraq, es el correcto contra 70% que lo desaprueba. Se trata de un récord histórico, puesto que el nivel de desaprobación más alto era de 64%.
54% manifiesta que Estados Unidos debería retirar sus tropas de manera inmediata o durante el curso del próximo año. Una cifra significativamente menor a 70% de desaprobación de la guerra. El Pentágono sostuvo que la situación se deterioró debido a 22% más de bajas.
48% cree que todavía es posible una victoria en Iraq contra 50% que dice que no. La mitad de los encuestados señala que el resultado más probable de la guerra será un estancamiento de la situación.
(V.pág.12-A del periódico El Informador del 19 de diciembre de 2006).
El reporte del Grupo Internacional de Crisis, con base en Bruselas, dijo que era necesario el esfuerzo internacional para evitar que Irak se convierta en un "estado fallido y fragmentado," cuyo conflicto entre árabe sunitas y chiítas podría llevar a sus vecinos a una guerra por cercanía.
"Vaciado y mortalmente debilitado, el estado iraquí es hoy presa de las milicias armadas, las fuerzas sectarias y una clase política que, al anteponer el beneficio personal de corto plazo a los intereses nacionales de largo plazo, es cómplice de la trágica destrucción de Irak."
En un reporte del lunes, el Pentágono dijo que la milicia ejército Mehdi del clérigo radical chiíta Moqtada al-Sadr había reemplazado a Al Qaeda como "el acelerante más peligroso" de la violencia sectaria en Irak.
Si bien la declaración no fue una sorpresa para muchos iraquíes, especialmente para los de minoría sunita, es el comunicado más franco que el Pentágono ha emitido sobre la milicia. Comandantes estadounidenses en Irak han sido reacios a identificar al ejercito Mehdi por su nombre.
Los ejércitos de Estados Unidos e Irak también han evitado ataques de gran escala contra el bastión de Ciudad Sadr, pese a que han realizado incursiones para capturar a supuestos líderes de los escuadrones de la muerte de las fuerzas Mehdi.
El primer ministro Nuri al-Maliki, un chiíta que debe su cargo al respaldo de Sadr, ha prometido desmantelar a las milicias, pero hasta ahora ha hecho poco por controlarlas. El informe del Pentágono dice que el ejército Mehdi ejerció "significativa influencia" sobre el gobierno.
"Es posible que los militantes chiítas sean responsables de más bajas civiles que las asociadas con organizaciones terroristas. Los militantes chiítas son la amenaza más significativa para la presencia de la coalición en Bagdad y en el sur de Irak," sostuvo el informe del Pentágono.
Washington se ha mostrado frustrado por la incapacidad de los líderes de Irak para alcanzar un compromiso político que calme las tensiones sectarias entre chiítas y sunitas, que han provocado la violencia.
(V.Reuters del 19 de diciembre de 2006).
"Estoy seguro de que a los neoconservadores les gustaría que el pueblo estadounidense creyera que nos metieron en Iraq porque ellos son altruistas e idealistas amantes de la democracia, y no porque ellos estaban tratando de asegurar las considerables reservas petroleras de Iraq para nuestra persistente glotonería de combustibles fósiles."
Cary Dictor / San Leandro, California
"Los idealistas no mienten. Están tan convencidos de lo válido de su posición que el engaño no es opción. Mantienen el alto terreno moral en debates políticos y no crean falsas impresiones, como el presidente actual. Idealistas promoviendo la democracia jamás pisotearían los derechos civiles o encarcelarían gente sin el recurso de un adecuado proceso legal."
Jeff T.Barrie / Philomath, Oregon
"El pueblo estadounidense expresó claramente su insatisfacción con la administración Bush. Bush es básicamente un hombre honesto, pero se dejó arrastrar por gente como Rove y el vicepresidente Dick Cheney a una guerra inganable. No tengo la certeza de que los demócratas nos puedan sacar de ella, pero el público cree claramente que vale la pena dejarlos intentarlo."
Leonard Greenberg / Sterling, Virginia
Letters
(v.edición internacional de TIME del 18 de diciembre de 2006).
No es mucho lo que puede predecirse confiablemente sobre Iraq, pero lo siguiente sí es posible: durante el futuro previsible será un país revuelto con un gobierno central débil, una sociedad dividida y una violencia regular. Lo peor, según advierte el reporte del Grupo de Estudio sobre Iraq, será que se convierta en un estado fallido, atormentado por un guerra civil que pudiera derramarse y atrapar a algunos de sus vecinos.
De cualquier forma, los costos humano, económico, político y militar de la guerra de Iraq aumentarán. Escenas de caos y miseria en Iraq alimentarán la amargura contra los E.U., primero por haber iniciado la guerra, luego por haber abandonado a los iraquíes a su terrible destino. La reacción doméstica estadounidense será de alivio por haber salido de tan terrible situación, pero de enojo por haberse involucrado en primer lugar y haber invertido tanto, sólo para tener tan pocos resultados para mostrar.
Casi tan importante como lo que suceda realmente en Iraq es cómo será entendido. Una posibilidad es que la gente en la región y en el mundo pudiera juzgar la falla de Iraq principalmente como un resultado de la política estadounidense, el producto de una malaconsejada guerra llevada a cabo inadecuadamente. Si este es el caso, Iraq proyectará una nube sobre la reputación de E.U.de competencia y confiabilidad, y ésta durará por años. Este escenario crearía dudas en las mentes de los amigos de E.U. -y, en correspondencia, incrementaría la asertividad de sus enemigos.
Richard N.Haas, presidente del U.S.Council on Foreign Relations
(v.pág.29 de la edición internacional de TIME del 18 de diciembre de 2006).
Esta es la segunda ocasión en seis años en que Bush ha tenido que recurrir a James Baker para que le salve el pellejo (la primera fue en Tallahassee en 2000). Todas las historias acerca del cacareado equipo de relaciones exteriores del padre cabalgando para salvar al hijo se han vuelto "irritantes", admitió un alto funcionario de la administración. Un exconsejero de Bush que trabajó cerca del presidente especuló que Bush y Karl Rove "no desean que Baker obtenga una gratificación instantánea" y no harán concesiones iniciales. Pero eso cambiará. "Después de una breve reparación del ego, él eventualmente terminará por aceptar. El es un realista político", declaró el exconsejero.
Igual, aparentemente, es el senador Gordon Smith, un republicano de Oregon que votó a favor de la guerra. El se puso de pie en el Senado la semana pasada para declarar que la aventura de Iraq fue "absurda... incluso podría ser criminal". Unos pocos más discursos republicanos como ése, y el debate acerca de la corrección de curso habrá terminado.
Michael Duffy y Mike Allen
(v.pág.30 de la edición internacional de TIME del 18 de diciembre de 2006).
Las fuerzas de seguridad iraquíes de 300,000 hombres -en particular la policía nacional, que es supevisada por el Ministerio del Interior- han sido tan completamente infiltradas por las milicias que algunos instructores de E.U.tendrán que conseguir nuevos reclutas y reentrenar a mucho del actual grupo antes de poder asignarles responsabilidades de combate.
Mark Kukis
(v.pág.32 de la edición internacional de TIME del 18 de diciembre de 2006).
"Me inclino a creer que necesitamos incrementar nuestras tropas" -el Ejército, los marines", declaró Bush al Washington Post.
Los comentarios de Bush parecieron un gran distaciamiento de los puntos de vista del exsecretario de Defensa Rumsfeld, quien manejó al Pentágono durante los últimos seis años. Rumsfeld se había resistido a las solicitudes de incrementar el tamaño de la milicia, alegando que los avances tecnológicos y los cambios organizacionales podrían darle al Ejército y al Cuerpo de Marines la capacidad extra que requerían.
Los críticos de Rumsfeld afirman que las guerras de relativamente poca escala pero duras, posibles en el siglo 21, como las de Iraq y Afganistán, encontrarían a los E.U.efrentando a grupos terroristas bien ocultos y a persistentes insurgencias locales. Tales conflictos demandarán, inevitablemente, fuertes y numerosas tropas de tierra para mantener esas operaciones funcionando.
Importantes generales han expresado preocupación de que el envío a Iraq, incluso temporal, de miles de tropas adicionales sería bastante inefectivo ante la ausencia de nuevos e importantes avances políticos y económicos, y que dejaría al Ejército y al Cuerpo de Marines más adelgazados todavía una vez que el incremento terminara.
También les preocupa que esto aumente la percepción de que la lucha y el caos en Iraq es principalmente un problema militar; desde su punto de vista es principalmente político, alimentado por la miseria económica.
(V.Associated Press del 20 de diciembre de 2006).
"Está ahora atrapado entre admitir que la guerra fue un error y que su política ha fracasado, o intentar perseverar," dijo Joseph Cirincione, analista de política exterior del Center for American Progress, una institución académica liberal de Washington.
"Parece que el presidente prefiere dejar que toda la operación se derrumbe en llamas antes que admitir que estaba equivocado," agregó.
Con el Congreso en receso, la aparente reticencia de Bush a inclinarse también se ve como un intento de reafirmar su relevancia y salvar sus últimos dos años en el cargo.
"Este no es un momento para la terquedad, ni es un momento para soluciones a medias," escribió en el Washington Post el senador demócrata John Kerry, quien en el 2004 perdió contra Bush las elecciones presidenciales.
(V.Reuters del 27 de diciembre de 2006).
El ex presidente Gerald R.Ford se oponía a la guerra en Irak y lo dijo en varias entrevistas, pero exigió que no fuesen publicadas sino hasta después de muerte.
En una entrevista hecha en julio del 2004, Ford le dijo a Bob Woodward, el periodista del Washington Post que junto con Carl Bernstein divulgó el escándalo Watergate, que la guerra de Irak era injustificable. El diario divulgó la entrevista el miércoles en la noche en su edición online.
Ford estaba "fuertemente" en desacuerdo con las razones que dio el presidente George W.Bush para invadir Irak, y dijo que habría propiciado alternativas, tales como sanciones, de manera más vigorosa.
Ford dijo que si él hubiera sido jefe de estado, "no hubiera ido a la guerra", según una entrevista con Woodward algo más de un año después de la invasión a Irak.
En la entrevista grabada, Ford no sólo criticó a Bush, sino también al vicepresidente Dick Cheney -quien fue jefe de gabinete de Ford, tras la renuncia de Richard Nixon- y del ex secretario de Defensa Donald H.Rumsfeld, quien también fue jefe de gabinete de Ford y luego su secretario de Defensa.
"Rumsfeld y Cheney y el presidente cometieron un gran error en las razones que dieron para ir a la guerra en Irak. Ellos pusieron énfasis en las armas de destrucción masiva", señaló Ford a Woodward. "Ese fue un error para justificar lo que se disponían a hacer".
En otra entrevista dada al periódico Daily News de Nueva York en mayo pasado, y bajo las mismas condiciones, Ford indicó que Bush había cometido un error al justificar la invasión sobre la base de que Saddam Hussein contaba con armas de destrucción masiva.
"Saddam Hussein era una persona malvada y existían motivos para librarse de él", dijo Ford al diario neoyorquino. "Pero no deberíamos haber sentado la base de que poseía armas de destrucción masiva. Ese fue un gran error. ¿Donde obtuvo (Bush) ese consejo?"
(V.Associated Press del 28 de diciembre de 2006).
La invasión y ocupación de Irak fueron actos de imperialismo estadunidense, vendidos como una guerra de liberación. Irak fue escogido, prefiriéndolo a Irán o Siria, porque había sido debilitado por 13 años de sanciones. Esto brindó la oportunidad de establecer bases de Estados Unidos en Medio Oriente, y un punto ventajoso desde el cual monitorear a Irán. El control de las reservas masivas de petróleo tampoco fueron ignoradas. Se asumió que el disgusto que sentían los iraquíes por Sadam haría, de alguna manera, que la ocupación fuese aceptable.
Por supuesto, ha probado ser muchas cosas, menos aceptable. Ha demostrado ser inaceptable para la gente de Irak, Medio Oriente, y el mundo entero. En el presente, un país es ocupado y su soberanía es violada. La autoridad legal y moral de Naciones Unidas ha sido debilitada. La herencia cultural de Irak está desmoronada, sus recursos naturales están desperdiciados, su infraestructura está destruida.
La seguridad y el gobierno de la ley no existen. El terrorismo asciende. Esto está confirmado hasta en los reportes de Washington. Más de tres millones de iraquíes han escapado de sus hogares. Más de 600,000 civiles han muerto.
Los funcionarios del régimen anterior son juzgados y castigados -en ocasiones con sentencias de muerte, como en el caso de Sadam Husein. Sin importar la naturaleza de los crímenes, lo correcto es que sus alegatos sean juzgados por un tribunal de justicia adecuadamente constituido, que cumpla con los requisitos básicos de la justicia, la imparcialidad y la independencia. Estas cualidades no se pudieron encontrar en el tribunal en Irak, establecido por el virrey de Estados Unidos, Paul Bremer, quien nombró a sus jueces en contravención directa con la ley internacional.
Esta sentencia de muerte carece de la legalidad que la podría hacer merecedora de respeto. También hace que sea menos posible que aquellos que todavía apoyan a Sadam Husein participen en el proceso político al que han llamado el presidente de Estados Unidos y el primer ministro iraquí. Por lo tanto, no es sorprendente que sólo pocos iraquíes crean que una ejecución tan ilegítima vaya a ayudar a sanar las heridas.
Estados Unidos presenta al pueblo iraquí su falso acto de responsabilización, pero nadie ha sido responsabilizado de haber invadido y ocupado Irak, o de la gran cantidad de abusos a los derechos humanos en los que se ha incurrido en el proceso. Si esta generación de iraquíes no puede obtener justicia, las futuras se asegurarán de lograrla. Buscarán al sistema establecido de justicia internacional para que reconozca estas atrocidades y harán responsable a la gente retrospectivamente.
Las fuerzas ocupantes continúan repitiendo el sin sentido de que no pueden retirarse inmediatamente, que esto sólo encendería una guerra civil. Yo estoy convencido de que la verdad es justo lo opuesto: cuando se vayan los ocupantes, la guerra civil prevaleciente se extinguirá.
Estados Unidos y sus aliados deberían disculparse ante el pueblo iraquí por el sufrimiento que le ha causado la guerra. Debería ofrecer una compensación basándose en el criterio utilizado en Kuwait después de la primera guerra del Golfo. Bajo los auspicios de Naciones Unidas, se debe terminar la ocupación y entregar el poder a un gobierno iraquí soberano con el mandato de respetar los derechos humanos.
Dr.Burham al-Chalabi, expresidente de la Fundación Británica Iraquí y miembro del Instituto Real de Asuntos Internacionales
(v.pág.17 del periódico Público del 29 de diciembre de 2006).
502,000 millones de dólares es lo que ha gastado E.U.en la lucha contra el terrorismo.
(V.Numbers of the year de la edición internacional de TIME del 25 de diciembre de 2006 / 1o.de enero de 2007).
"Los estadounidenses saben que Iraq es un lío, y quizá el presidente sepa que Iraq es un lío. Pero antes de que pueda componerse, necesitamos un presidente capaz de comprometer al mundo y ajustarse a la realidad."
Christopher E.Berg / New York City
"Bush pareció sugerir que la lección de la Guerra de Vietnam fue que debiéramos haber mantenido el curso. Pero la verdadera lección de Vietnam fue que nunca debiéramos haber intervenido. La guerra de E.U.contra ese pobre país dejó a millones de inocentes civiles vietnamitas muertos y a millones más heridos. La otra lección que tampoco aprendimos fue lo fácilmente que el gobierno de E.U.puede mentir y meternos en una guerra. En Vietnam fue la gran mentira acerca del barco de guerra atacado en el Golfo de Tonkin. En Iraq, fue la mentira todavía más grande de las armas de destrucción masiva."
Massimo Podrecca / New York City
"Mientras se encontraba en Hanoi, el presidente Bush dijo: 'Tendemos a desear que haya éxito instantáneo en el mundo, y la tarea en Iraq va a tomar algún tiempo'. Me gustaría recordarles a todos que fue la administración la que dijo que invadir Iraq y asegurar el país sería como un paseo en el parque, un asunto de unos pocos meses cuando más."
Philip de Louraille / Los Gatos, California
"El presidente Bush demostró haber aprendido poco, si es que algo, de la historia cuando dijo que la principal lección de Vietnam es: 'Tendremos éxito a menos que nos retiremos'. La Guerra de Vietnam se perdió después de que 58,000 soldados estadounidenses y millones de civiles vietnamitas murieron durante sus 14 años. Más bombas fueron arrojadas sobre ese pequeño país que las utilizadas por todos los contendientes en toda la Segunda Guerra Mundial. ¿Eso es retirarse? Las lecciones de Vietnam son muchas, pero las principales entre ellas son que las fuerzas invasoras no pueden someter a una población nativa peleando una guerra de guerrillas; que los estadounidenses no apoyarán costosas e interminables guerras escogidas; y que la humildad, la cautela y la planeación son esenciales en las operaciones militares."
Daniel Brezenoff / Long Beach, California
Letters
(v.edición internacional de TIME del 25 de diciembre de 2006 / 1o.de enero de 2007).
Es difícil imaginarlo ahora, pero hubo un tiempo cuando George W.Bush, Dick Cheney y Donald Rumsfeld fueron calificados como un equipo soñado estadounidense de seguridad nacional, tres hombres perfectamente equipados para tiempos peligrosos: el presidente, instintivo y decisivo: el vicepresidente, un sabio y probado veterano de Washington; y el secretario de defensa, cuyo brío y encanto eran raros y tranquilizantes. O eso es lo que se pensaba.
Pero en 2006 el equipo soñado murió, y sus miembros se convirtieron en objetos de burla y emblemas de fracaso. Su aventura principal -la guerra de Iraq- entró en una espiral cayendo imparable a una guerra civil. Mientras esto sucedía, Bush, Cheney y Rumsfeld sellaron su destino hundiéndose profundamente en la negación de las realidades del campo de batalla. "Estams haciendo progresos en Iraq", declaró Bush en numerosas ocasiones durante el año. "Absolutamente, estamos ganando", declaró en octubre pasado, calificando a Iraq como una batalla crucial en la amplia guerra contra el terrorismo. Rumsfeld, el viejo piloto de la Marina, que a principios de 2003 declaró que la guerra podría durar "seis días, seis semanas, dudo que seis meses", estaba utlizando todavía sus gafas color de rosa en febrero pasado cuando se le preguntó si Iraq sería una larga guerra. "No", contestó Rumsfeld, "no lo creo". Diez meses más tarde, E.U.ha estado peleando en Iraq durante más tiempo que el que tomó derrotar a los nazis en la Segunda Guerra Mundial. En una mañana de mediados de octubre, cuando 15 soldados de E.U.habían muerto en las 48 horas anteriores en Iraq, Cheney le aseguró a TIME: "No estamos buscando una estrategia de salida. Estamos buscando la victoria".
Pero los votantes -y no sólo los demócratas, sino los independientes e incluso muchos republicanos- estaban buscando algo más. El resultado: algunas de las calificaciones sostenidas más bajas de aprobación de su trabajo para el presidente en la historia de las encuestas y una limpia de republicanos en las elecciones de noviembre. Encuestas de salida sugirieron que la corrupción importó más a los votantes, pero profesionales de ambos partidos están de acuerdo en que el profundo descontento sobre la guerra de Iraq -y la pérdida de fe en aquellos que la dirigen- impulsó la victoria demócrata.
El equipo soñado, mientras tanto, se desbandó. Cheney desapareció por algunas semanas, y Rumsfeld fue despedido. Los republicanos que perdieron la mayoría en el Senado estaban molestos de que Bush hubiera esperado tanto para jalar el gatillo, en particular porque Rumsfeld había perdido desde tiempo atrás sus otros aliados en la Casa Blanca, cuando el presidente finalmente lo echó del Pentágono después de las elecciones de mitad de periodo. El retraso puede haber tenido algo que ver con el aliado clave de Rumsfeld: Bush había escogido a Rumsfeld por consejo de Cheney, sin importar las objeciones de su padre, el 41er presidente. Así que cuando el joven Bush nominó a Robert Gates, el jefe de la CIA de su padre, para remplazar a Rumsfeld, el movimiento fue visto también como un repudio al vicepresidente.
Si quedaba alguna duda, Gates terminó con ella durante su audiencia de confirmación a principios de diciembre. Con impresionante sinceridad, Gates testificó que los E.U.habían fallado al no enviar suficientes tropas para estabilizar Iraq -contradiciendo años de afirmaciones por Bush, Cheney y Rumsfeld. Para la Casa Blanca, fue el principio de la sabiduría. Pero apenas. Bush y Cheney están muy lejos de un cambio en su fortuna política o, mucho más importante, de una solución al fiasco de Iraq.
James Carney
(v.pág.68 de la edición internacional de TIME del 25 de diciembre de 2006 / 1o.de enero de 2007).
Ni siquiera su largo sufrimiento durante casi tres décadas de dictadura, más de 12 años de sanciones económicas y 3 guerras pudieron haberlos preparado para el año que 2006 resultó ser. Desde las bombas en febrero 22 en un importante santuario shiita -el primer estallido de la guerra civil- la violencia sectaria ha matado rutinariamente a más de 100 personas diarias. También ha desplazado a más de 420,000 de sus hogares; hacia el final del año, más de 100,000 estaban abandonando el país mensualmente. Siria y Jordania están luchando para adaptarse a los cientos de miles de nuevos inmigrantes desde Iraq.
Aparisim Ghosh
(v.pág.73 de la edición internacional de TIME del 25 de diciembre de 2006 / 1o.de enero de 2007).
Desde la implosión de la Unión Soviética, nos hemos acostumbrado a la idea de un mundo unipolar, con un superpoder, cuya capital es Washington. Este sigue siendo el caso porque no hay otra nación con tal preponderancia combinada de activos económicos, políticos, militares y culturales como los E.U. Aún así, ahora sabemos que el poder estadounidense no puede siempre plegar al mundo y a los tiempos a su voluntad. El más claro ejemplo de ello, obviamente, es el fallo de casi cuatro años de la administración Bush para pacificar Iraq y convertirlo en un faro de paz y democracia para el resto del Medio Oriente.
Pero no solo en Iraq pueden verse los límites del poder estadounidense, aunque ese fiasco de seguro ha animado a otros en el vecindario -el presidente de Irán, por ejemplo- a probar qué tanta fuerza tienen realmente los E.U.
Michael Elliott
(v.pág.120 de la edición internacional de TIME del 25 de diciembre de 2006 / 1o.de enero de 2007).
Las autoridades estadounidenses nunca se sintieron cómodas con Saddam, pero lo trataron como un contrapeso útil a la teocracia hostil de Irán.
Irak estaba al menos parcialmente occidentalizado y tenía una presencia laica en momentos en que se incrementaba el sentimiento antiestadounidense en la región. Además, mantenía relaciones con los soviéticos, a quienes Washington quería contener.
En la larga guerra entre Irán e Irak, el gobierno de Ronald Reagan ayudó a Saddam a obtener créditos internacionales, restauró las relaciones formales en 1984 y le ofreció secretamente apoyo de inteligencia y militar.
En diciembre de 1983, envió a Donald H.Rumsfeld, que se desempeñó en los gobiernos de Richard M.Nixon y Gerald Ford, a una gira que incluyó una visita a Bagdad y reuniones con Saddam y su canciller, Tariq Aziz.
Preocupado por Siria y los suministros de petróleo, y por Irán, Rumsfeld sugirió que las relaciones entre ambos países tenían "más similitudes que diferencias", de acuerdo con su informe de los encuentros. Saddam, por su parte, sugirió que su país tenía más cosas en común culturalmente con Washington que con Moscú.
(V.Associated Press del 30 de diciembre de 2006).
Al igual que la muerte de sus hijos Udai y Qusai, la ejecución de Sadam Husein sólo envilece la justicia y la condición humana y, con seguridad, no ofrecerá ninguna solución ni abatirá la violencia sectaria en Irak, sino todo lo contrario.
Los tres merecían ser juzgados, porque desde el poder perpetraron atropellos y atrocidades sin límites que debían ser ventilados. Pero lo que se les aplicó no fue justicia, sino una mezcla de revancha y escarmiento público, con fuerte olor a conveniencia política.
Convenientemente, la represión ejercida en 1982 contra los pobladores de Duyail fue un asunto entre iraquíes, mientras que un juicio más amplio, o ante tribunales internacionales, de necesidad hubiera puesto en evidencia el apoyo político y en armas que Occidente, y concretamente Estados Unidos y Gran Bretaña, dieron a Husein, mientras éste les fue útil para frenar el fundamentalismo islámico.
El próximo ejecutado debería ser el propio Bush, porque en tres años de invasión ha provocado impunemente igual o más muertos, heridos, torturados, desplazados, exiliados; y, por supuesto, transgredido leyes y causado mucho más destrucción material en Irak, que Husein durante sus 25 años de gobierno autoritario. Y tampoco, por cierto, le ha rendido cuentas a sus conciudadanos y al mundo.
Lucía Luna Elek
(v.pág.16 del periódico Público del 31 de diciembre de 2006).
El Departamento de Defensa estadunidense supuestamente quiere solicitarle al Congreso otros 100,000 millones de dólares para las guerras en Irak, Afganistán y otras operaciones en el extranjero, informó ayer la prensa local. Esto sería un adicional a los 70,000 millones de dólares aprobados recién en septiembre.
(V.pág.22 del periódico Público del 31 de diciembre de 2006).
A Estados Unidos sigue sin caerle el veinte con su errática política en Oriente Medio. Los niveles de popularidad de Bush caen hacia un abismo que se hace eterno, como el tiempo. A pesar de que las elecciones legislativas, celebradas en noviembre, le dieron una victoria a los demócratas, el presidente estadunidense sigue terco en la política de Irak. Los soldados estadunidenses se van y se van y se van pero no se han ido. Es una canción que se escucha a diario como las bombas que hacen estallar los terroristas de la insurgencia. Mientras haya petróleo las tropas no se irán o, al menos, no se irán del todo. Desde luego no creo que para el 2008 como han aseverado.
Alberto Peláez
(v.pág.24 del periódico Público del 31 de diciembre de 2006).
Saddam Hussein ahorcado. Se convertirá en mártir de los fundamentalistas islámicos y será la bandera que acompañará al sentimiento antiestadounidense en el Siglo XXI. Su muerte es el epílogo de la venganza personal del presidente Bush, quien no será juzgado por haber invadido a un país y por haber causado la muerte de miles de civiles iraquíes. Las preguntas al aire son ¿qué pasará con la construcción del nuevo Iraq? ¿Cuánto tiempo más permanecerá Estados Unidos ocupando el país árabe? ¿La democracia echará raíces sólidas en Iraq? ¿Se abrirá el camino a la paz en el Medio Oriente?
Genaro Lozano, profesor del ITAM
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 3 de enero de 2007).
Hay limitaciones políticas y legislativas sobre cuánto pueden hacer los demócratas del Congreso para modificar la política de Irak. Bush, como comandante en jefe, tiene poder legal incuestionable para redesplegar tropas a fin de crear un aumento temporal de las fuerzas estadunidenses en Irak, la pieza central de la reconstrucción estratégica del presidente que se espera que se dé a conocer la semana que entra.
Los demócratas podrían objetar esta política con una resolución simbólica del Congreso (que sería tomada con tanta seriedad por la Casa Blanca como el mensaje de despedida de Kofi Annan) o podrían oponerse a pagar por los soldados adicionales a través del proceso de gastos. Es muy políticamente incierto oponerse a las apropiaciones de guerra porque tal postura puede ser fácilmente atacada en anuncios de 30 segundos criticándolos por su falta de apoyo a las tropas.
Lo más posible es que el rol principal del nuevo partido de mayoría en el debate de Irak se dé a través de audiencias y controles del Congreso. Joe Biden, el nuevo presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, planea responder al próximos discurso Bush-Irak con una ronda de duras audiencias presentando a la secretaria de Estado, Condoleezza Rice.
Con los presidentes entrantes a los comités de la Cámara que ya están dispuestos a investigar los lucros con la guerra, muchos escándalos poco reportados y sin descubrir de los años Bush podrían muy pronto dominar los encabezados.
Aquellos que temen [a] un poder ejecutivo descontrolado en una era de terrorismo, pueden ahora tener confianza en el Congreso en lugar de observar con esperanza qué hace la Suprema Corte.
Walter Shapiro
(v.pág.30 del periódico Público del 5 de enero de 2007).
Un anexo a una ley postal firmado el mes pasado por el presidente George W.Bush permitiría al gobierno inspeccionar correspondencia sin permiso de un juez.
(V.pág.30 del periódico Público del 5 de enero de 2007).
Ese conflicto, que se acerca a su cuarto año y, según un comunicado que firman el líder del bloque mayoritario en el Senado, Harry Reid, y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ha ocasionado la muerte de más de 3,000 soldados estadounidenses y mutilaciones a más de 27,000, es el tema que concentrará la atención de la oposición en los primeros meses de su gestión legislativa en ambas cámaras.
En la misiva explican que la escalada del conflicto sólo conseguirá "retrasar la capacidad del gobierno iraquí de tomar las riendas de su futuro". Pelosi y Reid argumentaron que las tropas estadounidenses no dan abasto, que el aumento de tropas no frenará la espiral de violencia y que Estados Unidos corre mayores riesgos al colocar a su ejército en medio de una guerra civil.
(V.pág.7-A del periódico El Informador del 6 de enero de 2007).
El teniente general Raymond Odierno, el nuevo comandante estadounidense de las tropas en Irak, aseveró que la anterior operación lanzada por su país en agosto en Bagdad tenía fallas.
"Pudimos despejar las áreas, pero no pudimos mantenerlas despejadas," dijo a la prensa. "Tienes que ir tanto por los barrios sunitas como por los chiítas y 'Together Forward' estuvo centrado principalmente en barrios sunitas, y teníamos que hacerlo en ambos," agregó.
Odierno también sostuvo que los comandantes estadounidenses habían "sobreestimado la disponibilidad de las fuerzas de seguridad iraquíes" en la anterior operación y que las tropas estadounidenses permanecerían en vecindarios para asegurarse de que el ejército iraquí no actúe influenciado por los grupos sectarios.
(V.Reuters del 7 de enero de 2007).
Cualquier observador con independencia de criterio y una elemental información de lo que acontece en Iraq, no puede dejar de tener en consideración que el problema se suscita en un país que era libre y soberano. El presidente Bush dijo que la paz y la seguridad mundial se encontraban amenazadas porque había producción y almacenamiento de peligroso y prohibido material bélico, del que era responsable el gobierno iraquí. Mandó a expertos para que lo constataran y aunque tardíamente, éstos informaron al mundo que no había tales materiales.
Fallido ese pretexto, el señor Bush se vistió de redentor y pidió cooperación militar a los gobiernos de varios países para liberar al pueblo iraquí de un perverso dictador. Con ostentosos alardes difundidos por televisión, las fuerzas militares norteamericanas estrenaron nuevos instrumentos bélicos. Prácticamente sin despeinarse, los misiles, aviones robot y bombarderos destruyeron instalaciones, palacios, escuelas, hospitales e incontables hogares. Con menos de un centenar de bajas lograron derrotar al ejército y matar a miles de civiles.
No se consuma una victoria militar sin las fuerzas de tierra. Entraron en acción las tropas profesionales, engrosadas con indocumentados y unos cuantos negros, reclutados para que fueran la carne de cañón. Han muerto unos 3,000, mientras las bajas iraquíes, en su mayoría población civil, son 30,000. No pudieron ocultar los norteamericanos las torturas, violaciones y brutales vejaciones de que han hecho objeto a los rehenes y a los secuestrados que tienen cautivos en Guantánamo.
La ocupación ha sido extremadamente cruenta, porque la resistencia es irreductible, los vencidos prefieren la muerte a la sumisión, pero los invasores ya instalaron gobierno, cárceles y tribunales para eliminar a todos los opositores peligrosos. Es absurdo pretender dar semblante de legalidad a actos que son propios de una invasión militar. No hay guerra justa, menos ésa con tan graves faltas de respeto a los derechos humanos, convenios y tratados internacionales. Con hipocresía hicieron lo que han hecho siempre los conquistadores. Para qué espectros legales; matar a los que estorban, y ya.
El gobierno norteamericano pregona ejemplar respeto a los derechos humanos y con hirientes discursos reclama a los demás su violación. Para ese pueblo, que como tal sí tiene conciencia de los derechos humanos, es un monstruo lo que quieren hacerlo tragar. Desde hace dos siglos es garantía no ser procesado por leyes ni tribunales especiales; en Iraq se armó un tribunal especial, se aplicó un sistema legal fracturado por los propios invasores y no condenaron solamente a la cabeza, si no a tres, para que el juicio pareciera imparcial y legal.
En la guerra existen normas de humanidad, de respeto al honor militar y a las tradiciones. Saddam Hussein fue alto jefe militar y presidente de Iraq, y como tal debió ser tratado. La ignominiosa forma en que sus captores le examinaron la boca y el pelo en su descuidada condición de fugitivo y darle difusión televisada, es de una saña pocas veces vista. El asesinato de tres de sus defensores para que compareciera sin asistencia legal es una violación procesal que invalidaría cualquier proceso.
A Pinochet le fueron negadas las exequias de ex presidente, pero se le rindieron los honores que le correspondían como alto jefe militar. Al inhumar a Hussein se negó cualquier tratamiento de ex presidente y se impidió brindarle honores militares. Por una perversidad inaudita, también le fue negado el simbólico privilegio que asiste a todo militar derrotado de ser fusilado y se ordenó fuera ahorcado como cualquier delincuente. Esa mezquina crueldad está amasada con sangre y petróleo. El presidente Bush es responsable de la muerte de 30,000 iraquíes que nada le hicieron.
El presidente Saddam fue declarado responsable de la ejecución de 148 iraquíes que intentaron matarlo. Su condena fue la horca.
Alberto Orozco Romero, licenciado en Derecho y exgobernador de Jalisco
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 8 de enero de 2007).
"¿Por qué está la administración Bush preocupada acerca de cuál estrategia de salida utilizar en Iraq? Todo lo que tiene que hacer es sacar la vieja manta de MISION CUMPLIDA."
Abid H.Shaikh / Karachi, Pakistán
"Durante los pasados 50 años, la enorme fuerza militar de los E.U.ha sido efectiva al máximo cuando no ha peleado -por ejemplo como una amenaza disuasiva durante la guerra fría. Con sólo una excepción, cuando ha entrado en combate, se ha tenido que retirar derrotada tarde o temprano dejando atrás un desorden para ser limpiado posteriormente. Esto sucedió en Vietnam en los 70s, Líbano en los 80s y Somalia en los 90s. La excepción fue la liberación de Kuwait, pero este logro fue devaluado por el presidente Bush Jr., quien claramente calificó a la situación en el área como un asunto familiar inconcluso que tenía que revisar. Entonces no es una sorpresa que los E.U.estén ahora buscando una estrategia en Iraq que garantizará su salida, pero poco más."
Andrew Thorne / Dahlenburg, Alemania
Letters
(v.edición internacional de TIME del 15 de enero de 2007).
La ironía es que mientras que a los generales les hubiera gustado contar con más tropas en el pasado, están indiferentes acerca de la idea de enviar más ahora. Esto se debe en parte a que los políticos y los comandantes han tenido problemas para ponerse de acuerdo en las metas que un incremento tendría. Pero también se debe a que están preocupados porque un incremento erosionaría la preparación de las ya estresadas fuerzas de tierra de E.U. Incluso aquellos que apoyan el incremento no se hacen ilusiones acerca de lo que esto significaría para la tasa de bajas. "Si se ponen más tropas estadounidenses en la línea del frente", declaró un funcionario de la Casa Blanca, "se tendrán más bajas".
Viniendo de Bush, un hombre conocido por sus atrevidos golpes, el incremento es una extraña semimedida -muy grande para el clima político en casa, muy pequeña para aplastar a la insurgencia en Iraq y seguramente tres años demasiado tarde. Bush ha desechado una misión bipartisana de rescate por orgullo, terquedad o ideología, o alguna combinación de las tres. Más que dar reversa, como los viejos sabios del Grupo de Estudio de Iraq aconsejaron, el comandante en jefe está apostando a que más tropas llevarán por el camino de lo que un funcionario de la Casa Blanca llama "victoria".
Desde otro punto de vista, el incremento es la última salva en la guerra de pandillas de 30 años entre las dos grandes facciones de la política exterior en el Partido Republicano: los internacionalistas y los neoconservadores. El incremento pertenece a los neoconservadores y en particular a Frederick Kagan, quien promovió el incremento el otoño pasado en las páginas del Weekly Standard, el órgano de casa de los neoconservadores, después del incremento militar previo, la Operación Juntos Adelante, que fracasara a fines de octubre. Los neoconservadores no tiene el mismo jugo que al principio de la guerra, en parte debido a que muchos de ellos han dejado vergozosamente el gobierno. Pero están lejos de haber muerto.
Para los neoconservadores, el exsecretario de Estado James Baker es el archienemigo, el epítome de esos internacionalistas que siempre han estado demasiado ansiosos de hacer tratos con sombríos actores en el extranjero. Las 79 recomendaciones de su comisión fueron cosideradas por los neoconservadores como derrotistas -y una condena a una guerra que ellos habían ideado en primer lugar.
El grupo Baker contra-contra-atacó. El exsecretario de Estado Colin Powell, exgeneral de cuatro estrellas, declaró que un incremento ya había sido probado en Bagdad -y sólo retrasaría más la toma de control de su propia seguridad por los iraquíes. Powell agregó, un poco agudamente, que el no había escuchado a ningún general soliciar más tropas -una forma simulada de sugerir que el presidente estaba diciendo una cosa acerca de quién decidía los niveles de tropas, pero haciendo otra."
Bush recibió las propuestas de la comisión Baker-Hamilton con el agradecimiento de alguien que recibiera una caja de bacalao podrido. Nunca le gustaron mucho los internacionalistas (aunque -o quizá porque- su padre es un miembro notable de ellos). Para Navidad estaba claro no sólo que había rechazado una retirada en etapas sugerida por Baker-Hamilton, sino que estaba listo a incrementar su apuesta echándole más tropas al problema.
Conversaciones con Irán y Siria fueron puestas fuera de orden. Un desanimado funcionario de la administración, quien generalmente había sido optimista acerca de Iraq, describió el proceso como caótico. "Nada de esto", predijo acerca del incremento y su desarrollo posterior, "va a funcionar".
Durante meses los generales se opusieron a incrementar la fuerza de las tropas, principalmente porque calcularon que mientras la huella estadounidense fuera en aumento, los iraquíes nunca tomarían la responsabilidad por su propia seguridad.
Oficiales uniformados declararon que ellos pueden cubrir el incremento, pero que no hará ninguna diferencia si no hay una estrategia mayor de parte de todo el gobierno para componer el quebrado país.
A principios de diciembre, después de la renuncia de Rumsfeld, los jefes del Ejército y del Cuerpo de Marines cada vez más hicieron públicas sus quejas antiguas de que Iraq había estirado sus fuerzas hasta el punto de rompimiento, dañando el reclutamiento y disminuyendo la preparación.
¿Qué sucede cuando el incremento termine?
"¿Estamos asumiendo que la insurgencia no tiene voto en esto?" pregunta un veterano de las guerras de Iraq y Vietnam. "Veo más arrogancia que nunca, asumiendo una vez más que el genio occidental cuenta más que la resolución oriental". Las milicias sectarias tan ansiosas por matar civiles en todo Bagdad han sido cuidadosas en no enfrentarse con las fuerzas de E.U. Cuando las tropas de E.U.aparecen, el Ejército Mahdi simplemente se diluye y espera para otro momento. A menos que los maten, encarcelen o conviertan en aliados -las tres acciones improbables- los insurgentes sunitas y los militantes shiitas continuarán alrededor porque cuentan con más paciencia que los E.U.con poder de permanencia.
Muchos militares asumen privadamente que un musculoso aumento de fuerzas ahora está diseñado principalmente para darle a Bush una cubierta política para llevar a cabo una retirada parcial en sus propios términos posteriormente.
Un coronel retirado que sirvió en Bagdad lo dijo más francamente: "No sabemos si éste es un plan para la victoria o sólo una señal para los estadounidenses de que hicimos hasta lo máximo antes de retirarnos".
Existe otro escenario para considerar: puede ser que Bush no se retire de Iraq mientras sea presidente. Funcione o no, un incremento durante 18 o 24 meses llevaría a Bush hasta el término virtual de su mandato. Después de eso, Iraq será el problema de otro. La verdadera estrategia de salida de Bush en Iraq pudiera ser solamente salir primero él de la presidencia.
Bush y los legisladores saben que no hay mucho que el Congreso pueda hacer para detener un incremento de tropas, más allá de recortar fondos para las operaciones militares. Y ningún partido tiene algún apetito por ello.
El escepticismo de los republicanos acerca de los pensamientos del presidente sobre Iraq se ha vuelto reflexivo. De hecho, el problema de mayor crecimiento de la Casa Blanca está con los republicanos que apoyaron a Bush con el "mantener el curso" el verano pasado. Ese gambito le costó al partido 36 asientos en la Cámara y el Senado en noviembre. Sólo podemos imaginarnos cuál hubiera sido el número -¿45? ¿55?- si Bush hubiera hecho campaña el verano pasado para enviar 20,000 tropas más a Iraq.
Michael Duffy
(v.pág.14 de la edición internacional de TIME del 15 de enero de 2007).
Los legados más duraderos de Saddam son también los más mundanos. Asesinando a cualquiera que pudiera haber sido una amenaza para él, evitó la emergencia natural de una nueva generación de líderes, por lo que el país es ahora gobernado por neófitos sin experiencia o habilidades para mandar. La corrupción que caracterizó a cada oficina de gobierno bajo su régimen, continúa hasta el día de hoy. La reconstituida fuerza policiaca practica las mismas formas de tortura instituidas bajo Saddam.
La pesadilla de su tiranía ha sido remplazada por las nuevas plagas del terrorismo y la carnicería sectaria. Muchos iraquíes -no todos ellos sunitas- se la pasan hablando nostálgicamente de la dictadura, señalando que a cambio de todos los terrores con que Saddam castigó a su pueblo, no había bombarderos siuicidas ni escuadrones de la muerte recorriendo las calles. Los insurgentes baathistas sunitas hace tiempo que dejaron de luchar por Saddam. Muchos se han redefinido a sí mismos como "resistencia nacionalista", o peor, mujahedines. Muchos otros han abandonado el baathismo por la más venenosa ideología jihadista de al-Qaeda.
Aparisim Ghosh
(v.pág.20 de la edición internacional de TIME del 15 de enero de 2007).
En dosis de retórica difíciles de concordar con los hechos en la región, en su discurso del miércoles por la noche a la nación Bush dio a entender que los habitantes de Medio Oriente respaldan las metas de Washington en Irak.
"Quieren saber: ¿Estados Unidos se retirará (de Irak) y cederá el futuro de ese país a los extremistas, o respaldaremos a los iraquíes que han elegido la libertad?", preguntó.
La guerra que derrocó al régimen suní de Saddam Hussein ha reanimado la división entre los chiís y los sunís en la región, la cual se remonta siglos atrás, sospechas que se han fortalecido desde la ejecución de Saddam el 30 de diciembre.
En otras declaraciones en su discurso, Bush declaró que "al-Qaida sigue activo en Irak" y que un fracaso en la misión estadounidense le daría a dichos terroristas un lugar seguro desde el cual podrían tramar ataques contra Estados Unidos.
Aunque ahora pocos están en desacuerdo con esa evaluación, también es cierto que Irak -contrario a lo que se decía en esa época- no era un imán para al-Qaida antes de la invasión estadounidense.
El discurso también reflejó una evolución en la posición de Bush en torno al compromiso estadounidense en Irak. Ahora es menos inflexible que hace poco más de un año, cuando afirmó: "Nos quedaremos hasta concluir el trabajo".
El presidente también dijo que le especificó claramente al primer ministro Nuri al-Maliki y a otros líderes iraquíes "que el compromiso de Estados Unidos no es por tiempo indefinido".
"Si el gobierno iraquí no cumple sus promesas, perderá el apoyo del pueblo estadounidense y el del pueblo" de Irak, advirtió.
En general, Bush presentó una relación poco alentadora de la situación en el país asiático, en marcado contraste con declaraciones anteriores efectuadas por el presidente y sus comandantes, donde decían que Estados Unidos estaba "a punto de alcanzar el éxito", los insurgentes habían sido "puestos de rodillas" y que se había "destruido a la insurgencia".
El que fue un desafío a los insurgentes pleno de confianza en sí mismo -"¡tráiganmelos!"- fue sustituido por un realismo más sombrío.
A pesar de ello, Bush respaldó gran parte de sus argumentos en cuestiones que se desconocen, entre ellas si los líderes iraquíes pueden cumplir su compromiso de liberar a sus fuerzas de las presiones sectarias que han limitado severamente su efectividad y han empeorado algunos asuntos.
Declaró claramente que cuando las fuerzas estadounidenses e iraquíes saquen a los insurgentes de los vecindarios de Bagdad, éstos no volverán a entrar en ellos. "Esta vez, tenemos el nivel de fuerzas que requerimos para mantener seguras las zonas que han sido despejadas" de terroristas, señaló.
(V.Associated Press del 10 de enero de 2007).
Hartos de bombas y escuadrones de la muerte, casi cuatro años después de que fuerzas estadounidenses invadieran Bagdad, los iraquíes se preguntaban el jueves si el envío de 21.500 soldados más cambiará en algo la grave situación que vive el país.
El presidente estadounidense, George W.Bush, admitió el miércoles "errores" en una guerra en la que han muerto más de 3,000 soldados de ese país y miles de iraquíes. Dijo que enviará 17,500 oficiales a Bagdad y otros 4,000 a la provincia de Anbar para acabar con la creciente violencia sectaria.
"El gobierno prometió mucho pero hasta ahora nada ha cambiado. Los estadounidenses vendrán a quedarse en algún lado sin hacer nada," dijo Ali Abdul Razzak, un veinteañero habitante de Bagdad mientras esperaba un autobús.
Comandantes estadounidenses dejaron en claro que esperan que el primer ministro Nuri al-Maliki tome medidas enérgicas contra las milicias chiítas, acusadas de atacar a los sunitas en todo el país.
El nuevo plan de Bush, que enfrenta una fuerte oposición de los demócratas, podría representar su última opción para salvar la misión estadounidense en Irak y revertir la frustración pública con respecto al manejo de la guerra.
"Son las mismas promesas y planes que antes," comentó Abdul Rahman Mohammed, un empleado civil de 30 años en Faluya.
"El aumento de las tropas estadounidenses provocará una reacción en la resistencia que incrementará la violencia en las calles, y perseguir a las milicias también causará una reacción," comentó Bilal Fadhil, un ingeniero de 29 años en la sureña ciudad de Basora.
Una autoridad del grupo religioso sunita Asociación de Clérigos Musulmanes dijo que el envío de más soldados no resolverá los problemas mientras los sunitas sean privados del derecho de representación en los procesos políticos.
"El presidente estadounidense está ignorando la peligrosa realidad política en Irak. Los que están en el gobierno actualmente han tomado el camino de la exclusión, de la marginación y persecución de otros. No existen lazos entre los sunitas y aquellos que participan del proceso político," dijo Mohammad Bashar al-Fhaidi a la cadena Al Arabiya.
"Bush es prisionero de sus propios sueños," agregó.
(V.Reuters del 11 de enero de 2007).
"El plan de Bush puede ser el último intento de superar el caos creado después de la invasión de Irak. Sin embargo, el envío de más soldados no terminará con el problema. Al contrario, habrá más derramamiento de sangre", consideró el legislador suní Hussein al-Falluji.
Su colega curdo Mahmud Othman dijo que el "plan fracasará. El envío de más soldados y la ayuda financiera no ayudarán si no existe una solución a los problemas sectarios y políticos".
(V.Associated Press del 11 de enero de 2007).
El actor Tim Robbins fustigó duramente la política de Irak del presidente estadunidense George W.Bush, y de su vicepresidente Dick Cheney, y exigió que se inicie un proceso de destitución para ambos.
Robbins dijo que tanto Bush como Cheney deberán enfrentarse a un "impeachment" por haber mentido. Al mismo tiempo hizo una comparación con el proceso de destitución que se le inició al anterior presidente de EU, Bill Clinton, por el escándalo en torno a la becaria Mónica Lewinsky.
"¿Cómo es posible que se le hiciera juicio a un presidente por haber mentido en un caso de sexo oral y no se le inicie a otro por haber mentido con informaciones que llevaron a la guerra, la destrucción, el caos y la muerte de más de 100,000 personas?", dijo Robbins.
El actor se opuso activamente a la guerra de Irak, exigió el retiro de tropas estadunidenses del país árabe y simultáneamenet pidió que se pagaran reparaciones de guerra.
(V.pág.16 de la sección "¡hey!" del periódico Público del 12 de enero de 2007).
La Casa Blanca despidió a los generales que querían más tropas. Ahora está pidiendo más, pero los expertos militares dicen que ya es demasiado tarde para eso.
Tal como con sus demás aventuras, el presidente se las arregló para permanecer por encima del problema, mientras qeu sus subordinados se sumergen en una campaña más peligrosa. La culpa real de la debacle en Irak, dicen, la tienen los principales generales del presidente, quienes arruinaron la guerra y no informaron a la Casa Blanca que la victoria requería más tropas. "Espero que hagamos responsables a los generales por el producto de su trabajo" dijo el 7 de enero, en el programa Meet the Press, la senadora republicana de Carolina del Sur, Lindsey Graham, una partidaria del aumento de tropas en Irak.
"El presidente ha retomado el control de la estrategia en Irak" dijo Frederick Kagan del American Enterprise Institute a un grupo de reporteros a finales de la semana pasada. "Pienso que la administración ha permitido por demasiado tiempo que un liderazgo militar, que claramente iba por el camino equivocado, continuara yendo en la dirección errónea".
Las afirmaciones de Graham son increíblemente enojosas para los oficiales militares, quienes dicen que Casey y Abizaid están siendo culpados injustamente. "Desde el punto más alto de esta administración, habrá un esfuerzo por rescribir la historia" dijo con algo de disgusto el general de división Paul Eaton. "Es perfectamente lógico para esta gente, que no admitirá ningún fracaso, culpar a los militares que se desempeñaron al tope de sus habilidades".
Desde el principio los militares comprendieron que debían esperar relativamente pocos soldados y mantener la boca cerrada. En 2003, cuando el jefe del Estado Mayor del Ejército, general Eric Shinseki, dijo que se necesitarían cientos de miles de soldados para triunfar en Irak, fue despedido por la Casa Blanca.
Los límites de lo que todavía se puede hacer en Irak se tornarán todavía más evidentes con el aumento de 20,000 soldados nuevos. La doctrina del Ejército considera que la cifra es irrisoria. El nuevo manual de contrainsurgencia del Ejército pide un promedio de un soldado por cada 40 o 50 habitantes para una operación exitosa de contrainsurgencia. Bagdad tiene seis millones de habitantes, lo que significa que se requerirían de 150,000 soldados más en Bagdad, no sólo 20,000 para triunfar. Queda por ver si las tropas iraquíes adicionales pueden cubrir esa carencia.
Una vez más, el intento de Bush de estabilizar Irak podría ser muy poco, demasiado tarde.
Mark Benjamin
(v.pág.34 del periódico Público del 12 de enero de 2007).
A Jorge Bush el problema entre Irán e Israel le toca de escorzo. Su salida está ya más cerca -cuando le queda año y medio- y su índice de popularidad anda por los suelos, después de descubrir que las armas de destrucción masiva son tan virtuales como real el petróleo o el gas iraquí. El problema de la invasión iraquí se está fagocitando al presidente que pretende seguir lo más inmaculado posible dentro de los muchos estigmas que arrastra. Apoyar en estos momentos y de una manera explícita a Israel supondría echarse la soga al cuello, la misma que le colgaron a Sadam y que terminó como terminó. Jorge Bush quiere salir por la puerta de adelante, aunque sea mal parado, pero siempre mirando de frente.
Además no podemos olvidar que ahora, cualquier aventura podría ser dolorosa, una vez que el Congreso está en manos de los demócratas. Por eso, anda con pies de plomo, con pronunciamientos descafeinados, cuando se producen.
Sin un apoyo real a Israel, por parte de Estados Unidos y con una Europa dividida -como siempre- el estado hebreo no va a esperar a que las advertencias se conviertan en amenazas ni, mucho menos en actos consumados. Por eso, ante la verborrea incontinente del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad de borrar del mapa a Israel, los judíos no dudarán en pasar a la acción. Porque así lo han hecho siempre. Es verdad que todos sus vecinos son sus enemigos pero también es cierto, que todos le temen.
Israel no juega al ratón y al gato. Israel no es amigo de amedrentar gritando. Si se siente realmente amenazado atacará y lo hará con todas las consecuencias. Ya lo hicieron a principios de los ochenta en Irak, cuando el entonces régimen del fallecido Sadam, soñaba con la remota posibilidad de tener una bomba nuclear. El ataque hebreo convirtió al sueño en pesadilla y a ésta en realidad.
Ahora a Irán le puede pasar algo muy parecido. Y por mucho que los iraníes y que sus vecinos enemigos de Israel griten, vociferen, parlamenten, se desgañiten, lloren, acabarán con la pretensión de Ahmadineyad.
¿Podría cambiar el sentido de la historia futura de esa parte del planeta un ataque israelí contra Irán? Es muy probable.
Alberto Peláez
(v.pág.25 del periódico Público del 14 de enero de 2007).
El retiro precipitado no es una opción -hasta un presidente comprometido con una retirada necesitaría tiempo para buscar la asistencia internacional y regional para estabilizar al país y alentar a las soluciones políticas, no sólo militares, para la violencia.
Los periódicos de McClatchy Newspapers citaron el 5 de enero a fuentes de la administración diciendo que el presidente enviará menos tropas nuevas de lo que se dijo la primera semana del año, entre 10,000 y 20,000, no los entre 30,000 a 40,000 que requiere el plan del American Enterprise Institute (finalmente Bush dio a conocer en un discurso televisado en vivo por la televisión el miércoles pasado, que serían de 21,500 soldados). Eso no es muy alentador. Nuevamente, estadunidenses, iraquíes, y el mundo entero, probablemente tendrán que sufrir los extraños compromisos, las sórdidas alianzas políticas y la rigidez ideológica que conectan a Bush y al entorno neoconservador. Mientras que en 2003 dijeron que derrocar a Sadam y construir la democracia en Irak podía lograrse con menos tropas de lo que predecían los generales de Estados Unidos -y se equivocaron- ahora quieren enviar más de las que están solicitando los generales. Bush podría muy bien dividir la diferencia con el mismo resultado: el fracaso. Lo que sigue faltando en todos los planes de escalada es una estrategia política y militar convincente que establezca por qué las nuevas tropas harán algo mejor por estabilizar Irak de lo que han hecho las fuerzas existentes.
La controversia sobre la ejecución de Sadam y lo que llegó a verse como su linchamiento, a manos del ejército mahdi, fue un microcosmos perfecto de la situación imposible de ganar en Bagdad. No podía ejecutarlo EU, así que se lo entregó al gobierno de Al-Maliki, dominado por los chiíes, que se apresuró a ejecutar a Sadam el amanecer del sábado, mientras los musulmanes sunníes celebraban el Eid al-Adha (para los chiíes la celebración no comienza hasta la noche del sábado). Pero eso es autogobierno; los iraquíes se pusieron firmes, la administración Bush tuvo que aceptar, y juntos se las arreglaron para convertir a un tirano asesino en un mártir sunní.
Los demócratas deberían rechazar los avances poco sinceros de la Casa Blanca y desarrollar un plan agresivo para terminar la guerra con el menor derramamiento de sangre que sea posible. Pueden saborear su victoria hoy, pero tienen que ponerse a trabajar mañana, y hacer lo que fueron electos para hacer: oponerse con inteligencia y valor a la guerra desastrosa de este presidente.
Joan Walsh
(v.pág.29 del periódico Público del 14 de enero de 2007).
34,000 civiles fueron muertos y 36,000 personas resultaron heridas en actos de violencia en Iraq en 2006, anunció la Organización de las Naciones Unidas en un informe publicado ayer.
470,094 personas han sido obligadas a desplazarse desde el atentado en Samarra el 22 de febrero de 2006, informa la ONU.
30,842 iraquíes, en su gran mayoría sunitas, están actualmente detenidos, 14,534 de ellos por la fuerza multinacional, la mayoría sin haber sido juzgados o acusados, según documentos.
(V.pág.8-A del periódico El Informador del 17 de enero de 2007).
El realizador estadounidense Clint Eastwood critica duramente la invasión norteamericana en Irak, "ya que la mayoría de los conflictos pueden resolverse sin recurrir a las armas" y "no es tarea de los Estados Unidos liberar al mundo de dictadores".
"Es muy distinto intervenir en un país donde hay un loco que amenaza con bombas atómicas que intentar liberar al mundo de dictadores", apunta.
El director y actor, de 76 años, se explaya acerca del absurdo que supone a su juicio la guerra de Irak: "¿Qué carajo hacemos ahí?", se pregunta.
"Seamos pragmáticos, si uno se mete en una guerra tiene que hacerlo después de haber reflexionado ampliamente sobre el tema y haberse preparado bien", dice acerca de los conflictos en general.
Preguntado más concretamente acerca de Irak, asegura que "no existía razón para intervenir". Y recuerda el argumento de las armas de destrucción masiva que esgrimió el ejecutivo de su país: "Aunque hubieran existido tales armas, deberíamos haber encontrado otra vía para hacernos con ellas".
A Eastwood le preocupa además el desarrollo del conflicto: "Vamos a desangrarnos ahí".
Finalmente se ríe de la "inocencia" del presidente estadounidense, George W.Bush, que quiere regalarles a los iraquíes la democracia: "La democracia funciona muy bien para países como el nuestro, pero no podemos esperar que la gente en Irak dé un salto de varios milenios de un golpe".
(V.Agencia Efe del 17 de enero de 2007).
La senadora Hillary Clinton fustigó ayer al presidente George W.Bush, al que acusó de haberse equivocado en sus prioridades, y pidió un refuerzo militar en Afganistán y no en Iraq.
"Creo que las prioridades (de Washington) están al revés", declaró Clinton, al recordar que Afganistán es una historia acertada que amerita un esfuerzo militar mayor que Iraq.
(V.pág.10 del periódico Mural del 18 de enero de 2007).
El fiscal general de Estados Unidos, Alberto Gonzales, dijo ayer que los jueces federales no estaban preparados para emitir fallos en asuntos de seguridad nacional.
"No considero que la judicatura está preparada en absoluto para tomar decisiones sobre qué es del interés del país en temas de seguridad nacional", expresó el funcionario en un discurso ofrecido en el American Enterprise Institute, un grupo de reflexión conservador.
"Ellos no tienen embajadas alrededor del mundo para recolectar información, no tienen agencias de inteligencia reuniendo información de inteligencia. ¿Cómo se supone que un juez reúna la información, la sabiduría colectiva de todo el poder ejecutivo?", cuestionó el fiscal.
(V.pág.10 del periódico Mural del 18 de enero de 2007).
"La liberación del reporte del Grupo de Estudio de Iraq me dio la esperanza de que los E.U.regresaran a una política exterior más cooperativa. En el shock que siguió al 9/11, la administración de E.U.cayó en una trampa tendida por al-Qaida. Cinco años más tarde, los derechos civiles están restringidos en todo el mundo, los radicales islámicos han ganado fuerza, la llamada guerra contra el terrorismo ha generado más peleadores hostiles. El lenguaje fuerte referente a malignos y enemigos de la libertad ha alimentado la confrontación. Espero que ahora se comprenda que las bombas no diseminan democracia, ni en Iraq ni en el Líbano. La fuerza verdadera significa alcanzar el otro lado y juntos trabajar en una solución que mejore la vida para ambas partes."
Axel Ruecker / Munich
"No debería haber ninguna estrategia de salida para la administración Bush. Los E.U.tiene que mantener el curso y limpiar todo el lío que han crado; de otra forma pudieran dejar tras de sí una guerra panárabe. Los demonios que George W.Bush desató en Iraq fueron mantenidos bajo control durante décadas. ¿Ha él cumplido con su misión de encontrar armas de destrucción masiva o traído libertad, democracia, paz y progreso a los iraquíes? Los iraquíes han reconocido ahora que aunque la vida no era lo máximo, estaban y estarían mejor bajo Saddam Hussein. El diablo conocido es mejor que el diablo desconocido."
Luke Okafoakpu / Ludwigsburg, Alemania
"Dividir Iraq no serviría para nada. La lucha ahí sólo escalaría de una guerra civil iraquí a una guerra entre estados árabes. Si las diferentes facciones en Iraq son separadas, eso no significa que coexistirán pacíficamente; seguirían peleando. A nadie sino a unas pocas tribus sunitas le agradaba Saddam, y nadie puede decir que no sea bueno que se haya ido, pero la mayoría de los iraquíes comparten sólo un punto de vista ahora: ellos quieren a los E.U.fuera."
Reuben Luoma-Overstreet / Dulles, Sudáfrica
"Todos los europeos informados a los que les pregunté acerca de la invasión de Iraq, incluyendo a un general de la fuerza aérea alemana, dijeron que sólo empeoraría las cosas. Así era de simple. Me sorprende que Henry Kissinger, Colin Powell y otros no tuvieran esa visión. Me temo que el miedo a ser etiquetados como antiestadounidenses y blandos con el terrorismo fue suficiente para callar muchas voces de muchos que en Washington estban mejor informados."
Jim Buckley / Garmisch-Partenkirchen, Alemania
Letters
(v.edición internacional de TIME del 22 de enero de 2007).
Si él incrementa 20, 30 o cualquier otra cantidad que desee en Bagdad, será un error trágico. Pero en la práctica, no hay manera de decir: "Señor presidente, alto".
Senador demócrata Joseph Biden, presidente del Comité de Relaciones Exteriores, acerca del limitado poder del Congreso para modificar la estrategia en Iraq del presidente Bush.
(v."Verbatim" en la edición internacional de TIME del 22 de enero de 2007).
[La guerra en Iraq] está siendo explotada en propaganda por grupos islamistas, e Iraq continúa siendo un poderoso factor en la radicalización de individuos en Europa, el Medio Oriente y el Norte de Africa. Esta no es una declaración política; es una observación de los hechos.
Christophe Chaboud, director de la Unidad de Coordinación Antiterrorista Francesa
(v.pág.11 de la edición internacional de TIME del 22 de enero de 2007).
Le quedan 24 meses de su presidencia. No creo que esté yo siendo de espíritu mezquino por decir que en los primeros seis años de su presidencia no ha logrado nada excepto el mayor fiasco de política exterior en la historia de nuestro país.
Senador Harry Reid, líder de la mayoría demócrata, quien ha llamado a Bush mentiroso, perdedor y "Rey Jorge"
(v.pág.27 de la edición internacional de TIME del 22 de enero de 2007).
"Debes alcanzar progresos muy rápidos para mostrar a la gente que tu intención es buena", declaró el teniente general del Ejército de los E.U. David Petraeus al Philadelphia Inquirer en octubre de 2003, explicando como él y la 101 División Aerotransportada habían traído paz y civilidad a la ciudad de Mosul. Esta fue una de las pocas historias de éxitos tempranos en la guerra en Iraq -y luego, en menos de un año, Petraeus se marchó, y todo se vino abajo. Lo que sucedió en Mosul, a pesar de los mejores esfuerzos de un brillante general de E.U., es particularmente instructivo ahora que Petraeus ha recibido el trabajo mucho más difícil de asegurar Bagdad en medio de una guerra civil.
Las tácticas que Petraeus usó eran bien conocidas para una pequeña camada de militares intelectuales en el Pentágono: son métodos clásicos de contrainsurgencia, y fueron la burla de la mayoría de los oficiales (y del secretario de Defensa de E.U. Donald Rumsfeld), quienes pensaban que la construcción de naciones era función de los trabajadores sociales, no de los soldados. Incluso cuando la contrainsurgencia pareció estar funcionando en Mosul, el Pentágono no se impresionó.
En enero de 2004, Rumsfeld remplazó a la 101 Aerotransportada en Mosul por una Brigada de Choque, una de sus preciadas innovaciones. En lugar de patrullar las calles a pie, la brigada -de alrededor de 5,000 hombres, una cuarta parte de las tropas que Petraesus había tenido a su disposición- corrían por las calles en vehículos armados de alta tecnología. No hicieron nada de gobierno local como Petraeus había hecho. Eran ocupantes, no contructores, y pusieron a iraquíes a controlar el orden civil. En unos meses Mosul se hundió en el caos. "Se gana esta cosa con botas sobre el terreno", le dijo un oficial de la brigada de choque a un reportero de Knight-Ridder en enero de 2005, "no poniendo más vehículos en el lugar".
Los mismos estándares que Petraeus ayudó a desarrollar probablemente no funcionen en Bagdad. Primero que nada, no hay suficientes tropas para hacerlo. El manual de contrainsurgencia sugiere una razón de 20 soldados por 1,000 residentes, o 120,000 soldados sólo para asegurar a Bagdad, pero el mayor "incremento" contemplado aumentaría las tropas en la capital en 20,000, hasta alrededor de 35,000. Segundo, las tropas que tenemos no están entrenadas para la tarea, y tomaría tiempo reentrenarlas para que tocaran a las puertas en vez de tumbarlas a patadas. Tercero, esto ya no es una insurgencia, es una guerra civil. Las tácticas de contrainsurgencia están diseñadas para ayudar a un gobierno local creíble a pelear contra un oponente guerrillero. La idea de que el gobierno de Nouri al-Maliki es responsable es de dar risa: él es un poco más que una hoja de higuera para las milicias shiitas. Finalmente, como se vio en Mosul, estas tácticas requieren de mucho tiempo. Le pregunté a un experto en contrainsurgencia en activo del Ejército cuánto tomaría antes de que nos diéramos cuenta si el incremento había sido exitoso. "Diez años", me contestó. Eso no es un incremento. Es un glaciar.
Espero que Petraeus tenga éxito, por piedad a los aterrorizados ciudadanos de Bagdad. La mayoría de expertos militares temen que no será así. "Si este es el Plan B, sería mejor que empezáramos a trabajar en el Plan C", declara Andrew Krepinevich, un analista líder de la milicia. El Plan C tiene que ser una inteligente, detallada retirada de Iraq que no deje tras de sí caos y una naciente guerra regional. Desearía que Petraeus estuviera trabajando en ello en lugar de en un inútil sueño de opio de Bush.
Joe Klein
(v.pág.29 de la edición internacional de TIME del 22 de enero de 2007).
Iraq muestra que etiquetar a una insurgencia como relacionada con al-Qaeda se vuelve verdad: el conflicto hace sobresalir a extremistas y es un imán para jihadistas extranjeros itinerantes.
Alex Perry
(v.pág.31 de la edición internacional de TIME del 22 de enero de 2007).
Esta administración... divide al mundo en amigos y enemigos, y los enemigos son incorregibles e irredimibles.
Dennis Ross, veterano negociador del Medio Oriente.
Aunque Bush afirma que el programa de la Agencia de Seguridad Nacional es tan estrecho que la agencia sólo escucha los llamados en los que un operativo de Al-Qaeda se encuentra hablando, analistas que siguen desde hace tiempo a la agencia piensan que el programa es mucho más grande de lo que se ha dicho. "Pienso que están escuchando a todo el mundo", dice John Pike, de GlobalSecurity.org, una organización de investigación de defensa altamente respetada.
Tim Shorrock
(v.pág.29 del periódico Público del 21 de enero de 2007).
Mohammed al-Naqbi, quien encabeza el Gulf Negotiations Center, le dijo en Dubai a Nicholas Burns, subsecretario de Estado de E.U. para Asuntos Políticos: "Iraq es su problema, no el problema de los árabes. Ustedes destruyeron un país que tenía instituciones. Ustedes le entregaron ese país a Irán. Ahora van llorando a Europa y con los árabes para que les ayuden a salir de este revoltijo".
(V.Associated Press del 23 de enero de 2007).
El presidente nos llevó a esta guerra temerariamente. Ahora, como nación, somos rehenes del caos previsible -y previsto- que ha sobrevenido.
Jim Webb, senador de E.U.
(v.pág.17-A del periódico El Informador del 24 de enero de 2007).
Tras una visita a Bagdad, la senadora Hillary Clinton, ahora precandidata demócrata a la Presidencia, aseguró que el gobierno de Bush ha perdido completamente el control de la guerra en Iraq y que su estrategia es totalmente insuficiente para revertir lo que llamó "fracaso" de la invasión al país árabe.
"El gobierno estadounidense se ha negado a reconocer la realidad política y militar iraquí. Se ha negado a reconocer que la guerra de Iraq ha sido un rotundo fracaso para nuestro país", aseguró Clinton.
(V.pág.13 del periódico Mural del 25 de enero de 2007).
El ex presidente de EU, George Bush, acusó a los medios de comunicación de "animadversión personal" hacia su hijo, George W.Bush, el actual mandatario en el país.
(V.pág.12-A del periódico El Informador del 27 de enero de 2007).
Convencidos de que éste es su momento, decenas de miles de manifestantes estadounidenses, entre ellos la actriz y activista Jane Fonda, exigieron el sábado el retiro de las fuerzas de Irak, luego de que el Congreso expresó esta semana un renovado escepticismo sobre el rumbo de la invasión militar.
Fonda y otras celebridades, media decena de congresistas y manifestantes procedentes de varios estados se sumaron a la protesta en la capital estadounidense bajo un cielo soleado.
"El silencio ya no es opción", declaró Fonda mientras los manifestantes la vitoreaban. Fonda, una vigorosa activista contra la guerra de Vietnam, estuvo ausente de las protestas antibélicas durante 34 años.
Fonda fue un pararrayos en la era de Vietnam por su abierta oposición a esa guerra y su apoyo a Hanoi durante lo más fuerte de ese conflicto. Sensitiva a las viejas heridas, se esforzó en agradecer a los soldados en servicio activo, veteranos y madres Gold Star que acudieron a la manifestación. "Muchas gracias por desplegar tanto coraje y por dar la cara a este gobierno tan malicioso y vengativo", dijo la actriz.
Fonda hizo un paralelismo con la guerra de Vietnam, y mencionó la "ceguera ante la realidad en el campo de batalla ... sin consideración alguna a nuestro enfoque para reconstruir un país que destruimos". Empero, destacó que esta vez que los soldados, ex combatientes y sus familiares se han pronunciado con mayor insistencia en contra de la guerra de Irak.
En la manifestación Moriah Arnold, de 12 años de edad, parada de puntas para alcanzar el micrófono, le dijo a la multitud: "Ahora sabemos que nuestros líderes o nos mientieron o nos ocultaron la verdad. Debido a nuestras acciones, el resto del mundo nos ve como abusivos y mentirosos".
El actor Sean Penn dijo que los legisladores pagarán un elevado precio en las elecciones del 2008 si no adoptan una posición más firme que simplemente aprobar una resolución no vinculante contra la guerra, lo que no ha hecho el Congreso.
"Si no redactan una resolución tan vinculante como los muertos en la guerra, no respaldaremos a esos políticos", indicó Penn. Hablaron después sus colegas Susan Sarandon, Tim Robbins y Danny Glover.
El presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, John Conyers, amenazó con usar el poder congresional para controlar el gasto para intentar detener la guerra. "George Bush tiene el hábito de despedir a los líderes militares que le dicen que la guerra de Iraq está fallando", declaró de cara a la masa: "El no puede despedirte". Refiriéndose al Congreso agregó: "El no puede despedirnos".
"Los fundadores de nuestro país le dieron a nuestro Congreso el poder sobre el bolsillo porque previeron un escenario exactamente como el que encontramos hoy. Ahora está en nuestro poder, es nuestra obligación detener a Bush".
Un pequeño contingente de miembros del servicio activo asistió a la manifestación, utilizando ropas civiles, porque el reglamento militar prohibe protestar en uniforme.
El sargento de la Fuerza Aérea Tassi McKee, de 26 años, especialista en inteligencia en Fort Meade, Md., declaró que se unió a la Fuerza Aérea por patriotismo, para viajar y por dinero para estudiar. "Después fuimos a Iraq y comencé a ver a través de todas las mentiras".
"Ya estoy cansado de ver viudas, cansado de ver Marines muertos", dijo Vincent DiMezza, de 32 años, vestido con un uniforme de Marine de sus años como sargento. Mecánico de aviación de los Marines de 1997 a 2002, él no sirvió en Iraq ni en Afganistán.
(V.Associated Press del 27 de enero de 2007).
Encerrado en sí mismo, el presidente George W.Bush ya sólo oye su propia voz. O, para ser más precisos, el grupo de poder económico e ideológico que lo sustenta, se niega a aceptar su fracaso en casi todas las áreas de gestión gubernamental, con eje en los desastrosos resultados en Irak.
Increíble es la tozudez ante el conflicto en Irak. Sólo difiriendo los tiempos de una "victoria necesaria", pese a todas las evidencias y las voces en contra, Bush persistió en que las tropas norteamericanas deben permanecer todavía en suelo iraquí y en su decisión de enviar allá unos 20,000 elementos más, para controlar lo incontrolable.
Tampoco hay novedad en ello. Desde un principio la administración Bush impuso su guerra unilateral pasando por encima de todos: Naciones Unidas, gobiernos, partidos políticos, organizaciones civiles, medios de prensa críticos y el simple clamor de las calles que se dio en todo el mundo, incluyendo al propio país.
Pero en ese momento, al calor todavía de los atentados del 11/S, Bush contaba con el apoyo mayoritario de sus compatriotas, la mayoría de su partido en el Congreso, el apoyo solidario de la oposición al jefe de un país atacado, la disposición heroica de las fuerzas armadas y el patriótico cierre de filas de casi todos los medios de comunicación.
La diferencia, ahora, es que Bush y su equipo están chocando de frente con sus propias fuerzas armadas, con un Congreso dominado por la oposición demócrata, con críticas de sus propios correligionarios republicanos, de los medios que ante el fracaso se han volteado y, sobre todo, con una opinión pública que los reprueba.
En forma sucesiva, la Casa Blanca ha desechado todas las llamadas de atención. Primero no escuchó las advertencias de altos jefes militares, retirados y en activo, de que la guerra en Irak iba por un rumbo equivocado. No sólo lo sostuvo, sino también a su multicuestionado secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, quien sólo cayó después de la derrota republicana en el Congreso.
Una tras otra, Bush también ha desestimado a todas las comisiones -aun las bipartidistas- que han presentado informes para enderezar la situación. A la última de ellas, el Grupo de Estudios sobre Irak, integrada inclusive con exmiembros del gabinete de su padre que buscaron sacarlo del atolladero, le contestó que tomaba nota, pero no tenía por qué seguir sus recomendaciones.
La pérdida de apoyo político, siempre con eje en el conflicto iraquí, se dio en las elecciones legislativas de noviembre, cuando los demócratas recuperaron el control de las dos cámaras. La oposición, con el apoyo de pocos, pero importantes republicanos, ya se apresta a votar una resolución en contra del envío de más efectivos a Irak. Pero como no es obligatoria y es poco probable que el Congreso reduzca los gastos conjuntos de guerra, el contingente va.
En la prensa, excluyendo a algunos medios del conservadurismo duro, el coro de críticas es unánime. Día tras día, las televisoras golpean los ojos de los espectadores con escenas de destrucción y muerte. Los diarios y revistas destacan el sacrificio inútil de una guerra sin salida, y expertos analizan cómo se llegó a este punto y los cambios que hay que hacer.
Empero, el repudio más fuerte se da entre la misma población que Bush ha dicho defender. Además de en las urnas, el presidente sigue en picada para alcanzar una exigua aprobación de 33%. 71 opina que se ha errado el camino en Irak y 60 no desea que se envíen más soldados allá. Pero él ya ha encontrado un responsable: el malagredecido pueblo iraquí, que no ha comprendido los sacrificios de su intervención.
Lucía Luna Elek
(v.pág.15 del periódico Público del 28 de enero de 2007).
Hillary Clinton, [pre]candidata a la presidencia de Estados Unidos, dijo el domingo que el presidente George W.Bush debería encontrar el camino para salir de Irak antes de terminar su mandato y advirtió que dejar el problema al próximo gobierno sería una "irresponsabilidad".
(V.Reuters del 28 de enero de 2007).
El jefe del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el demócrata Joseph Biden, desestimó el domingo críticas de que una resolución opuesta a un incremento de tropas en Irak envalentonaría al enemigo y estimó que apenas 20 senadores consideran que el presidente George W. Bush "marcha en la dirección apropiada".
"No son el pueblo estadounidense ni el Congreso quienes están envalentonando al enemigo", dijo Biden. "Es la fallida política de este presidente: ir a la guerra sin estrategia, ir a la guerra prematuramente".
Bush retó a los legisladores a no condenar prematuramente sus planes y el vicepresidente Dick Cheney dijo que el incremento proseguiría sin importar lo que diga el Senado.
Cheney dijo que la mayoría de los republicanos reconocen que "lo que va a contar al final no es el apoyo o las reacciones que generen estas propuestas, sino lo que pasa en Irak. Y no vamos a saber eso por un buen tiempo".
El vicepresidente insistió en que se han logrado "progresos significativos" en Irak y dijo que la guerra es parte de una lucha a largo plazo contra elementos extremistas del islam, "que ocupará la atención de dos o tres o cuatro gobiernos más".
(V.Associated Press del 29 de enero de 2007).
"Si este fuera realmente un esfuerzo nacional, a cada uno se le pediría sacrificarse, y eso significaría un reclutamiento obligatorio, para que la carga se compartiera equitativamente. Pero la administración está temerosa de susurrar siquiera la palabra reclutamiento por una simple razón: la guerra en Iraq es tan impopular que nadie iría. La gente votaría con sus pies, y eso haría que Bush y los legisladores encararan el desastre en que esto se ha convertido. Como es ahora, pueden permitirse evitar las decisiones difíciles y continuar peleando una guerra ilegítima con hijos de los demás."
Jim Calio / Marina del Rey, Calif.
"¿Hubo una falla periodística en el país al aproximarse la inavasión en 2003? Yo ciertamente estaba molesto con toda la propaganda proguerra en las noticias. Pero lo màs preocupante es que no era posible alegar contra la guerra en ese tiempo. Uno estaba 'con nosotros o contra nosotros'. La discusión inteligente fue eliminada preventivamente. Entonces el punto no es sobre el periodismo y el coraje de expresar opiniones diferentes sino acerca de la autocensura y el aplastamiento de las opiniones impopulares. Puede que esto no sea exclusivamente una enfermedad rusa."
Philippe Chaniet / Narita, Japón
"Mientras los Estados Unidos están atascados en Afganistán e Iraq y se vuelven cada vez más impopulares en el mundo, periodistas que deberían haber hecho un trabajo serio de investigación hace cinco años están tratando de ponerse al corriente. ¿Qué tanta responsabilidad por este revoltijo están los serviles y complacientes medios dispuestos a aceptar? La prensa sola no puede ser culpada por la crisis, pero se ha puesto de acuerdo muy rápidamente en su propia devaluación."
Javed Akbar / Markham, Canadá
Letters
(v.edición internacional de TIME del 29 de enero de 2007).
Los republicanos están viendo más allá del plan del presidente, preocupados acerca del daño a largo plazo que pudieran sufrir incluso después de que Bush esté fuera de la oficina, tal como el "síndrome de Vietnam" que por décadas persiguió a los demócratas. Esa es una lección de la historia que los republicanos no quieren repetir. Pero si los problemas de Iraq se diseminan por la región, declara Richard Lugar, el principal republicano en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, "eso se percibirá como una falla muy grande de parte de quien esté en el poder".
Karen Tumulty & Massimo Calabresi
(v.pág.12 de la edición internacional de TIME del 29 de enero de 2007).
El impulso de la estrategia de Bush parece ahora menos la construcción de la democracia en Iraq que evitar que se convierta en un estado cliente de Irán.
Irónicamente, Muqtada al-Sadr, el líder shiita que Estados Unidos más teme, también es el más temido en Teherán. Al-Sadr es un bandido, pero es un nacionalista. El desea un gobierno central fuerte en Bagdad, no un miniestado shiita en el sur de Iraq. Como Ray Takeyh señala en su libro Hidden Iran, los mullahs de Teherán fondearon a al-Sadr para cubrir sus apuestas, pero desconfían de él y les disgusta.
Lo que está uniendo a al-Sadr y a Teherán son los E.U. Desde el principio, al-Sadr ha hecho causa común con cualquiera que luche contra la ocupación. (En 2004, cuando las tropas de E.U.estaban luchando contra insurgentes sunitas en Fallujah, al-Sadr les envió ayuda). Los estadounidenses se preocuparon durante la guerra de Vietnam de que si se marchaban, Hanoi se volvería un títere de su patrón de tiempos de guerra, Beijing. En vez de eso, cuatro años después de que los E.U.evacuaron Saigón, Vietnam y China estaba en guerra. Cuando hay tropas estadounidenses en tu entrada, es fácil hacer causa común. Pero cuando se van, rivalidades profundamente asentadas frecuentemente reaparecen. La ocupación de Iraq por E.U.ayuda a Irán a aparecer como el patrón del nacionalismo iraquí. Pero una vez que se marche, Irán será menos un patrón y más un blanco. Eso es el interés de Iraq, y de Estados Unidos.
Peter Beinart, miembro del Council on Foreign Relations
(v.pág.24 de la edición internacional de TIME del 29 de enero de 2007).
Irán, gracias al debilitamiento del poder estadounidense, se encuentra sobre una ola, lo mismo Siria, a quien hace dos años se le mostró la puerta en el Líbano. Korea del Norte hizo estallar un dispositivo nuclear, y Rusia ha vuelto a sus modos imperiales, con la diferencia de que Putin es mucho más efectivo con sus ductos de lo que era el Politburó con sus tanques y misiles. El Talibán, supuestamente aplastado en 2001, lo está haciendo bastante bien en Afganistán. La guerra contra el terror parece un juego de tiro al blanco: derriba una cabeza, y observa cómo otras tres salen de otros huecos.
Lo que podría reducir la economía mundial a los miserables niveles de la política mundial es un ataque preventivo contra las instalaciones nucleares iraníes. A Israel podría gustarle lanzar uno, pero no puede; los E.U.pudieran hacerlo, pero no lo harán, debido al debilitamiento ocasionado por sus negocios inconclusos en Iraq y Afganistán.
El problema hoy no son unos Estados Unidos abusivos, sino debilitados y desmoralizados; un gigante cuya fuerza física excede dolorosamente a su autoridad y legitimidad. Incluso los rivales del hiperpoder deben estar deseando que los E.U.regresen a la política de responsabilidad que la administración Bush ha tan tercamente ignorado. La mejor esperanza es la de unos E.U.que vuelvan a controlar la fuerza bruta con confiabilidad -y que recuerden que siempre les ha ido mejor cuando le fue bien al resto del mundo.
Josef Joffe, editor publicista del semanario alemán Die Zeit, y miembro de la Institución Hoover de Stanford
(v.pág.60 de la edición internacional de TIME del 29 de enero de 2007).
La auditoría trimestral de Stuart Bowen, el inspector general especial para la reconstrucción iraquí, es el capítulo más reciente en un panorama sombrío de despilfarro, fraude y frustración que ha costado a los contribuyentes más de 300,000 millones de dólares y ha dejado a la región en el umbral de una guerra civil.
"La situación de seguridad en Irak sigue deteriorándose, obstaculizando el progreso en todos los sectores de reconstrucción y amenazando el esfuerzo general de reconstrucción", según el informe de 579 páginas difundido el miércoles.
Tras calificar la violencia sectaria de Irak como el principal desafío, Bowen dijo en una entrevista telefónica que los miles de millones de dólares gastados para afianzar la seguridad han tenido un efecto limitado. Dijo que el manejo de la reconstrucción dependerá ahora de los mismos iraquíes, que no considera capacitados para hacerlo.
La auditoría tiene lugar en momentos en que el presidente George W. Bush presiona al Congreso para que apruebe otros 1.200 millones de dólares en ayuda para la reconstrucción, como parte de su plan para estabilizar Irak despachando 21,500 soldados a Bagdad y la provincia de Anbar.
Según el informe, el Departamento de Estado pagó 43,8 millones de dólares al contratista DynCorp International para un campamento de entrenamiento policial frente al Palacio Adnan, de Bagdad, que ha estado vacío desde hace meses. Unos 4,2 millones de esa suma se gastaron impropiamente en 20 remolques exclusivos y una piscina olímpica, todos ordenados por el ministerio del interior iraquí pero no autorizados por Estados Unidos.
Funcionarios estadounidenses gastaron otros 36,4 millones en rubros como vehículos blindados, chalecos blindados y equipos de comunicaciones de los que no se puede dar razón. DynCorp puede haber facturado 18 millones de dólares en otros costos potencialmente injustificados, dijo el informe.
(V.Associated Press del 31 de enero de 2007).
Un informe preparado por las 16 dependencias del servicio de espionaje estadounidense dice que al gobierno iraquí le costará mucho avanzar hacia una reconciliación y plantea dudas acerca de las posibilidades de que Estados Unidos pueda retirar a corto plazo las fuerzas que apuntalan el gobierno.
El nuevo Estimado de Inteligencia Nacional, dado a conocer el viernes, destaca que una creciente polarización, fuerzas de seguridad inadecuadas y una tendencia a recurrir a la violencia están creando una situación desalentadora.
El informe, titulado "Perspectivas para la Estabilidad de Irak: Un Duro Camino por Delante", fue presentado al presidente George W.Bush el jueves.
El informe presenta un país al borde del precipicio, en el que la violencia podría agravarse más todavía, con más matanzas masivas, el asesinato de líderes políticos o religiosos y el alejamiento total de los sunis del gobierno.
Añade que las consecuencias serían nefastas si no se logra contener la violencia. "A menos que haya progresos palpables en los esfuerzos para revertir esta situación, consideramos que la situación general de seguridad seguirá deteriorándose", señala el documento.
La Casa Blanca dijo que el informe avala la política de Bush de enviar más soldados a Irak, pues los analistas estiman que si hay un retiro de soldados en los próximos 18 meses, "ello casi seguramente daría lugar a un aumento en la escala y el alcance del conflicto sectario en Irak".
Intensificaría además la resistencia suní al gobierno y perjudicaría los esfuerzos en pro de la reconciliación nacional, dice el informe.
(V.Associated Press del 2 de febrero de 2007).
El presidente estadunidense, George W.Bush, tiene previsto pedir al Congreso el desembolso de 245,000 millones de dólares para financiar las guerras en Irak y Afganistán, afirmó ayer el diario The Washington Post, que citó a un importante responsable gubernamental. Según este periódico estadunidense, Bush pedirá 100,000 millones adicionales para gastar este año fiscal en las guerras en Irak y Afganistán, lo que se añadirá a los 70,000 millones que ya fueron aprobados. Además, solicitará 145 mil millones de dólares para sufragar los gastos de las mismas contiendas bélicas en el año fiscal 2008, que comienza el próximo 1 de octubre. El diario precisa que, según responsables estadunidenses, se necesitará más dinero todavía. Si el Congreso, de mayoría demócrata, aprobase este presupuesto EU gastaría 745,000 millones de dólares en la financiación de acciones bélicas desde los atentados del 11-S.
(V.pág.24 del periódico Público del 4 de febrero de 2007).
Fadhel y otros comandantes del Ejército Mahdi describen una relación íntima con los servicios de seguridad iraquíes, especialmente con los comandos del Ministerio del Interior iraquí. Dice que el Ejército Mehdi a menudo utiliza estas fuerzas oficiales para conducir sus propias operaciones en contra de los "terroristas" sunníes.
"Tenemos unidades específicas con las que trabajamos, en las que los miembros del Ejército Mehdi están al mando. Conducimos operaciones juntos. No podemos pedirle a cualquier unidad del ejército que venga con nosotros, sólo se lo pedimos a las unidades que están bajo el control de nuestros hombres".
"La policía está toda bajo nuestro control, le pedimos que ayude o le informamos que una balacera tendrá lugar en determinada calle y que involucra al Ejército Mehdi, y eso es todo".
En una operación en la que participó Fadhel el año pasado, comandos del Interior atacaron un área sunní en Dora llamada "Jubour Arabe". La incursión involucró a 28 camiones, me dijo. De éstos, 16 eran del Ministerio del Interior, el resto del Ejército Mehdi.
El plan nuevo de Bush de asegurar Bagdad le da un papel importante al ejército iraquí y a las unidades de policía. Pero pocos en la ciudad esperan que estas fuerzas predominantemente chiies combatan seriamente en contra de sus compañeros chiies.
Mientras continuaban las discusiones del nuevo plan de seguridad, un oficial chii que pertenece a otro grupo me dijo: "Sabemos que Moqtada [al-Sadr] y sus hombres son responsables de todo este lío, pero ¿qué podemos hacer? No podemos atacarlos, sólo podemos hablar con ellos. Es como tener a un familiar con una enfermedad mental, no puedes simplemente lanzarlo a la calle".
Fadhel y otros oficiales del Ejército Mehdi también describen una relación compleja con el vecino chii de Irak. Irán, que apoya a una facción chii rival del Ejército Mehdi, se aseguró el éxito en las relaciones públicas cuando Sadr, a su llegada a Teherán el año pasado, anunció que el Ejército Mehdi defendería a Irán si este último era atacado por Estados Unidos. Un comandante del Ejército Mehdi me dijo: "Los iraníes nos ayudan no porque les agrademos, sino porque odian a Estados Unidos".
La ayuda llega de formas diferentes. "Ellos nos dan armas, proyectiles de mortero, etc., en ocasiones nos las dan gratis, en otras tenemos que comprarlas. Depende de quién esté haciendo el trato", dice el mismo comandante.
Fadhel me dijo que en noviembre de 2006 escoltó a un pequeño camión lleno de armas de Kut, en la frontera iraní, a Bagdad. “Obtenemos las armas en camiones, llevamos una carta a los puntos de revisión del ejército iraquí y todo sale bien".
Como muchas de sus contrapartes sunníes, los comandantes del Mehdi alardean de que podrían acabar con la otra secta y lograr el control total de Bagdad si Estados Unidos se fuera. "Controlamos la mayor parte de Bagdad, nuestro enemigo principal son los estadunidenses", afirmó Fadhel. Luego hizo una pausa por un segundo y continuó: "Tampoco podemos confiar en las otras facciones chiíes. El imán Ali dice: ‘Dios, por favor, protégeme de mis amigos que de mis enemigos me cuido yo".
(Fadhel no es el nombre real del principal entrevistado en este reporte).
Gaith Abdul-Ahad
(v.pág.30 del periódico Público del 4 de febrero de 2007).
"No se puede confiar en el juicio de esta administración. Desde el principio, la Casa Blanca ignoró a experimentados líderes militares y calculó drásticamente mal la cantidad necesaria de tropas para alcanzar sus metas. El Congreso debiera estudiar a fondo la propuesta del presidente. Sin un plan ampliamente superior, sólo estaremos enviando más blancos estadounidenses."
Mitchell J.Fine / El Dorado Hills, Cal.
"Siempre he sido proestadounidense lo que hace que me duela ver la pérdida de prestigio y amigos de los E.U. Es difícil creer que el país de Lincoln, Roosevelt, Truman, Eisenhower, Marshall y, no lo olvidemos, G.I.Joe de la Segunda Guerra Mundial, esté ahora acusdo de tortura, de ignorar los derechos humanos y de pervertir la verdad. Bush puede haber derrocado a Saddam Hussein, pero también tumbó a los E.U.de su pedestal. Mientras tanto Osama bin Laden sigue libre. Bush hubiera hecho bien en prestar atención a las famosas palabras de Lincoln: 'Puedes engañar a alguna gente todo el tiempo y a toda la gente durante algún tiempo, pero nunca podrás engañar a toda la gente todo el tiempo'."
Puck Schotborgh / La Haya, Holanda
"Los estadounidenses pueden pensar que las tropas debieran volver a casa, pero yo no. Lo E.U.desestabilizaron toda una región al atacar a Iraq por algunos pretextos exagerados, por lo que retirarse no es una opción. Los E.U.craron el problema y deben ahora arreglarlo. Los mismos estadounidenses que votaron por Bush deben aceptar la responsabilidad por sus acciones."
Mark Lynn / Pietermaritzburg, Sudáfrica
"William Kristol es uno de la cada vez más pequeña multitud de neocons verdaderamente creyentes quienes todavía buscan a tientas algún trozo de justificación para la peor debacle de política exterior en una generación. Cuando escribe que la muerte de Saddam 'puede recordar a los estadounidenses la justicia fundamental de esta guerra', el sufre de una conveniente amnesia de un hecho clave. La administración no vendió la guerra de Iraq como una búsqueda de justicia; la vendió diciendo mentiras acerca de las armas de destrucción masiva iraquíes, sus conexiones con al-Qaeda y su amenaza inminente. Cuando todo ello resultó falso, Bush y los neocons fabricaron una serie de lanzamientos de venta para cubrir el olor de una política que estaba podrida desde el principio. Kristol puede seguir vendiendo, pero, 3,000 vidas estadounidenses y 48 meses más tarde, nadie está comprando."
Tom Hitchcock / Tilghman, Maryland
"El propuesto incremento de tropas probablemente no tenga la 'buena oportunidad de éxito' que Kristol alega, pero parece indudable que una retirada estadounidense llevaría a una muy triste remodelación del Medio Oriente. Desafortunadamente, ahora todas nuestras opciones son malas; lo único cierto es que hubiera sido mucho mejor no haber invadido Iraq -algo que Kristol no es probable que señale, dado que ningún otro periodista en al país es tan responsable como él de que los E.U.estén allí."
Brian Priddy / Lyons, Francia
"Los E.U.no pueden reparar los errores históricos en la partición de los países del Medio Oriente seleccionando a quien deba gobernarlos ahora. Los occidentales no somos la crema y nata moral, y nuestra arrogante intervención sólo traerá más confusión en esta sensitiva región."
Etienne Ribagnac / Boynton Beach, Florida
"Quienquiera que haya videograbado el ahorcamiento de Saddam ha traído a nuestras casas la última realidad de la política exterior estadounidense y británica en acción. Alguna vez pudo haber una oportunidad para las fuerzas de la coalición de respaldar nuevos valores basados en el respeto de la libertad y dignidad humanas y de forjar un futuro de reconciliación entre las tribus y sectas iraquíes. Pero inmersos en su propia retórica y parados desafiantes entre las ruinas que han creado, Bush y el primer ministro Tony Blair -con sus acciones e inacciones, palabras y silencios- no están alejados, sino hombro con hombro, de la barbarie."
Andrew McCreath / Aberdeen, Escocia
Letters
(v.edición internacional de TIME del 5 de febrero de 2007).
Un hecho incómodo acerca del Medio Oriente, como las elecciones en los territorios palestinos y en Irán lo han demostrado, es que la democracia no siempre va de la mano con la moderación en el corto plazo. Elecciones en Egipto y Arabia Saudita seguramente mostrarían lo mismo.
La retórica de Condoleezza Rice ha cambiado ahora. En viajes previos a Egipto, ella se mantenía firme predicando la necesidad de reformas democráticas más rápidas. Pero ese sermón estuvo ausente durante su último viaje, cuando ella habló en vez de ello de la "importante relación estratégica" de Estados Unidos con Egipto en lo que llamó una lucha "entre el extremismo de una parte y los principales países en la otra".
Walter Isaacson
(v.pág.14 de la edición internacional de TIME del 5 de febrero de 2007).
Estados Unidos "fracasó en Iraq" y para salir de la crisis es necesario que no haya en el país "más militares estadounidenses y británicos dentro de un año”, dijo el primer ministro francés, Dominique de Villepin, en una entrevista publicada este martes por el sitio internet del "Financial Times".
"No digo que las tropas extranjeras deben abandonar (Iraq) mañana. Digo que debemos definir un calendario que estipule en qué fecha esas tropas dejarán (el país)", insistió el primer ministro francés.
"Si no decimos que, dentro de un año, no habrá más soldados estadounidenses y británicos en suelo iraquí, lo único que pasará en Iraq serán más muertos y crisis", subrayó De Villepin, que en 2003 se alzó, junto con el presidente Jacques Chirac, contra la intervención de Washington y sus aliados en Iraq.
Según De Villepin, "el diagnóstico es cruel. Estados Unidos fracasó en Iraq".
(V.pág.6-A del periódico El Informador del 7 de febrero de 2007).
El escritor estadunidense Paul Auster criticó al gobierno de su país, y en esta ocasión en su propia ciudad, Nueva York, donde lo acusó de buscarse "enemigos externos". "Las grandes potencias siempre necesitan crearse enemigos para conservar su poder", dijo en la presentación de su reciente libro, Travels in the Scriptorium, en la que habló ampliamente de literatura, pero también de política.
Y añadió: "Lo cierto es que América lleva, desde la Segunda Guerra Mundial, buscando activamente enemigos externos".
"Estoy convencido de que en las dos últimas elecciones presidenciales hubo fraude" y "somos testigos del hundimiento de un imperio", son algunas de las declaraciones que hizo la semana pasada al semanario alemán Die Zeit con motivo de su cumpleaños número 60.
(V.pág.48 del periódico Público del 9 de febrero de 2007).
El millón de refugiados iraquíes comienzan a pesar demasiado en Siria, sobre todo porque son los más desfavorecidos los que eligen este país, mientras que Jordania o Egipto acogen a otros más acomodados.
Contando a los 750,000 que se han establecido en Jordania, más los 150,000 de Egipto y varias decenas de miles más en Irán y Turquía, se calcula que hay dos millones de iraquíes que han huido de su país, más otros tantos desplazados internos.
La avalancha de refugiados iraquíes no se produjo durante la guerra de 2003 ni en los años posteriores, sino principalmente tras el verano pasado, cuando la violencia sectaria se adueñó del país.
Es tal la magnitud del problema que la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, reveló ayer en el Senado de su país que ha autorizado al Encargado de Negocios estadounidense en Damasco a discutir este problema con las autoridades sirias, con las que prácticamente el diálogo es inexistente sobre cualquier otro asunto.
(V.Agencia Efe del 9 de febrero de 2007).
Un informe "muy crítico" del inspector general del departamento de Defensa sostiene que el Pentágono presuntamente manipuló información de inteligencia para relacionar a Saddam Hussein con la red terrorista al-Qaida antes de la invasión estadounidense en Irak, dijo el presidente del comité de Servicios Armados del Senado.
"Ese fue el argumento utilizado para convencer a la población estadounidense de la necesidad de ir a la guerra", expresó el senador de la oposición demócrata Carl Levin. Indicó que el trabajo del Pentágono "estuvo equivocado, fue tergiversado, fue inapropiado ... es algo muy inquietante".
La investigación del inspector general interino Thomas F.Gimble encontró que el trabajo de inteligencia del Pentágono -incluyendo la aseveración de que la CIA había restado importancia a la posibilidad de una relación con al-Qaida- fue inapropiado, pero no ilegal.
La investigación determinó que el ex jefe de política del Pentágono Douglas J.Feith no había incurrido en actividades ilegales a través de la creación de un departamento especial para revisar la información de inteligencia.
Algunos demócratas han expresado que Feith engañó al Congreso sobre los fundamentos de las aseveraciones del gobierno acerca de la amenaza que representaba Irak, pero la investigación del Pentágono no respaldó esa idea.
Levin ha manifestado que el presidente George W. Bush invadió Irak basándose en parte en evaluaciones de inteligencia -algunas de ellas provenientes de la oficina de Feith- que eran incorrectas y no reflejaban completamente la posición de los servicios de inteligencia.
En una entrevista telefónica del jueves, Levin expresó que el informe del inspector general es "muy crítico" y muestra que la política del Pentágono consistía en manipular la información de inteligencia para demostrar un lazo entre al-Qaida y Saddam.
El informe del 2004 de la comisión que investigó los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 no encontró evidencias de que Saddam y la red al-Qaida de Osama bin Laden hubiesen colaborado entre sí antes de la invasión en Irak.
(V.Associated Press del 9 de febrero de 2007).
Hillary Clinton reiteró su aseveración de que "sabiendo lo que sabemos ahora, no hubiese votado nunca" en favor de enviar los soldados. Indicó también que los votantes deberán decidir si su posición es aceptable.
"Los errores fueron cometidos por este presidente, que engañó a este país y a este Congreso", dijo Clinton, y generó un aplauso.
(V.Associated Press del 10 de febrero de 2007).
El presidente ruso Vladimir Putin reclamó a los Estados Unidos por el "casi incontrolado" uso de la fuerza en el mundo, y por llevar a otros países a adquirir armas nucleares.
Putin declaró a un fórum sobre seguridad en Alemania al que asisten altos oficiales, que "estamos siendo testigos de un casi incontrolado hiperuso de la fuerza en relaciones internacionales" y que "un país, los Estados Unidos, ha rebasado sus fronteras nacionales en todas las formas".
"Las acciones unilaterales, ilegítimas, no han resuelto ni un solo problema, se han convertido en un caldo de cultivo para otros conflictos", expresó.
"Esto es muy peligroso, nadie se siente ya seguro, porque nadie puede protegerse en el derecho internacional... Esto está alimentando una carrera armamentista, con el deseo de los países por obtener armas nucleares", sostuvo Putin.
"El uso legítimo de la fuerza sólo puede ser ejercido por las Naciones Unidas".
(V.Associated Press del 10 de febrero de 2007).
La bomba más letal utilizada contra las tropas de Estados Unidos en Irak es de origen iraní, según el diario "The New York Times", que cita en su artículo de portada de hoy a fuentes de los servicios de inteligencia estadounidenses.
El rotativo neoyorquino destaca que funcionarios militares y civiles de un amplio rango de agencias gubernamentales ofrecieron detalles específicos en distintas entrevistas sobre la afirmación, hasta ahora muy genérica, de que Irán ofrece "apoyo letal" a los militantes chiítas en Irak.
El "Times" indica que EEUU está preocupado sobre todo con un explosivo particularmente mortífero utilizado en los atentados en las carreteras contra las tropas estadounidenses.
Los ataques con ese tipo de artefactos se han duplicado en el último año, señala el "Times".
Los funcionarios dijeron ser conscientes de que los fallos de inteligencia relacionados con las afirmaciones antes de la invasión de Irak de que el país tenía armas de destrucción masiva podrían hacer que los críticos sean escépticos sobre las afirmaciones estadounidenses sobre Irán.
El "New York Times" adelanta que la Casa Blanca tiene previsto hacer público un anuncio este fin de semana sobre el vínculo iraní en los atentados mortíferos en Irak.
Esas pruebas demostrarían, según el "Times", que Irán introduce dinero y armas a Irak en vehículos que viajan durante la noche.
El periódico indica, asimismo, que el secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates, pareció aludir a esa información de inteligencia el viernes en Sevilla, al indicar que los números de serie y otras marcas en fragmentos de armas encontradas en Irak apuntan hacia Irán como fuente de los atentados.
El "Times" asegura que EEUU ha advertido en privado a Irán, a través de la embajada de Suiza en Teherán como intermediaria, que deje de facilitar tecnología militar a las milicias iraquíes.
El gobierno británico habría realizado advertencias similares, según funcionarios anónimos citados por el periódico.
Irán ha negado públicamente las afirmaciones de que ofrece apoyo militar a las milicias chiítas en Irak.
(V.Agencia Efe del 10 de febrero de 2007).
"Así como la razón para ir a la guerra careció de fundamento, no existe una salida posible que pueda calificarse como victoria, lo que no significa que los valientes hombres y mujeres que han peleado en Iraq hayan sido derrotados. La ingnominiosa derrota pertenece a la administración Bush y sólo a ella. Asegurémonos de que ninguna persona más muera por la erróna aventura de Bush."
John Cisgrove / Keyport, Nueva Jersey
"La invasión de Iraq y sus caóticas consecuencias han dañado a los E.U.para el futuro previsible. La premisa básica para ir a la guerra estuvo equivocada, y el equipo de Bush y su secretario de Defensa Donald, Rumsfeld, cometió dañinos errores que definirán para siempre la presidencia de Bush. ¿Ayudará un incremento de tropas? No, éste continuará llenando de soldados muertos los últimos años del presidente en su puesto e incrementará la furia y las amenazas."
Fred Adkins / Londres
Letters
(v.edición internacional de TIME del 12 de febrero de 2007).
Un funcionario de la fuerza multinacional en Bagdad explicó en una sesión informativa que 170 efectivos de la coalición habían muerto víctimas de bombas de fabricación iraní, conocidas como "penetradores explosivos" (EFP, por su sigla en inglés), los que según él habían ingresado como contrabando a Iraq.
"Las armas tienen las características únicas de las que son fabricadas en Irán ... Irán es el único país en la región que produce esas armas".
(V.pág.14-A del periódico El Informador del 12 de febrero de 2007).
El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó que ahora sí hay armas de destrucción masiva en Iraq: la "guerra ilegal" que promovieron Estados Unidos y sus aliados, y "el odio" que provocó la invasión.
Zapatero respondió así a su antecesor, José María Aznar, quien el pasado miércoles, afirmó: "Todo el mundo pensaba que en Iraq había armas de destrucción masiva y no había armas de destrucción masiva".
Zapatero remató: "Cuánto tiempo más tiene que pasar, cuántas catástrofes más se tienen que ver y vivir en Iraq" para que el Partido Popular (PP) "pida disculpas por apoyar esa guerra ilegal que ha sido una catástrofe".
(V.pág.14-A del periódico El Informador del 12 de febrero de 2007).
Fue un error, aparte de que la gente en mi país esté de acuerdo o no con la decisión de ir con los americanos, que después de las primeras tres semanas y media de conflicto, cuando el régimen de Sadam Hussein ya había sido derrotado, los americanos desmantelaran la administración civil, el gobierno local y, sobre todo, los cuerpos de seguridad en un intento de eliminar todo rastro del partido Baath de las estructuras de poder. Y Donald Rumsfeld es el responsable directo de ese error.
Ahora que ya se ha ido, quizás la gente sea más abierta y honesta a la hora de hablar de los errores que aún quedan.
Mientras el gobierno iraquí no asegure su propio futuro, la región de Medio Oriente será insegura, y, por tanto, el mundo. Si queremos un estado que funcione en Iraq tenemos que dar alguna oportunidad a un acuerdo entre Israel y los palestinos. Si lo hacemos, el mundo será más seguro, porque con ello Al Qaeda tendrá menos argumentos para decir que no se hace lo suficiente para acabar con las injusticias con el pueblo palestino.
David Blunkett, laborista miembro de la Cámara de los Comunes de Gran Bretaña, responsable de la lucha antiterrorista en este país y exministro de Educación, del Interior y de Trabajo y Pensiones
(v.pág.15-A del periódico El Informador del 12 de febrero de 2007).
Irán respondió el lunes negando enfáticamente las acusaciones, tras recordar que ya Washington formuló acusaciones contra el gobierno de Saddam Hussein, entre ellas que poseía armas de destrucción masiva. Tras la invasión a Irak, en marzo del 2003, no se encontraron armas químicas o biológicas en la nación árabe.
El domingo, funcionarios estadounidenses no identificados dijeron en Bagdad que altas esferas del gobierno iraní habían aprobado el envío a los insurgentes iraquíes de explosivos capaces de penetrar vehículos blindados.
"Esas acusaciones no son confiables ni pueden ser presentadas como evidencias. Estados Unidos cuenta con una prolongada historia de falsificar evidencias. Tales acusaciones son inaceptables", dijo a la prensa el vocero del ministerio de relaciones exteriores de Irán, Mohamad Ali Hosseini.
(V.Associated Press del 12 de febrero de 2007).
El demócrata Dennis Kucinich denunció que Estados Unidos atacó e invadió "ilegalmente a Irak en base a mentiras. Esas mismas mentiras están siendo utilizadas para decirles a los estadounidenses que debemos escalar y seguir financiando la guerra en nombre de nuestras tropas".
(V.Associated Press del 14 de febrero de 2007).
Un número creciente de personas con prontuarios policiales, incluidas algunas condenadas por delitos graves, están siendo alistadas en el ejército y en la infantería de marina de Estados Unidos al enfrentar las fuerzas armadas un problema con el reclutamiento de voluntarios debido a las guerras en Afganistán y en Irak.
De manera rutinaria, el ejército de Estados Unidos otorga dispensas a reclutas con prontuarios delictivos, o que tienen problemas médicos o bajo cociente intelectual. En épocas normales, a esas personas no se les permitiría servir en las fuerzas armadas. Entre las dispensas se incluyen exenciones por narcotráfico, delitos graves y faltas menores.
De acuerdo al Pentágono, casi una cuarta parte de los reclutas en el 2006 necesitaron algún tipo de dispensa. El porcentaje en el 2003 fue del 20%. Aproximadamente unas 30,000 exoneraciones morales fueron aprobadas cada año entre el 2003 y el 2006, lo que cual haría ascender el total a unas 90.000, unos 10,000 menos que la cifra manejada por el Centro Michael D.Palm.
Estadísticas del departamento de Defensa muestran que la cifra de reclutas del ejército y de la infantería de marina que recibieron dispensas tras cometer delitos ha crecido desde el 2003. Algunos reclutas debieron recibir más de una dispensa.
La cifra de dispensas otorgadas por el ejército a infractores a la ley subió de 411 en el 2003 a 901 en el 2006, según el Pentágono. En cuanto a delitos menores, que pueden incluir robo, librar cheques sin fondos o agresión física, las dispensas pasaron de unas 2,700 en el 2003 a más de 6,000 en el 2006.
Legisladores y otros observadores expresaron su preocupación por incluir en las fuerzas armadas a personas con prontuarios delictivos, pues eso disminuye la estatura moral de un grupo de combate.
"Los datos son claros como el cristal. Nuestras fuerzas armadas están sometidas a una increíble tensión, y la única manera que pueden llenar sus cuotas de reclutamiento es bajando los requisitos" de admisión, señaló el representante demócrata Marty Meehan. "Y, al bajar los requisitos, estamos poniendo en peligro al resto de nuestras fuerzas armadas", añadió.
"El hecho de que las fuerzas armadas hayan permitido a más de 100,000 personas con pasados problemáticos unirse a sus filas en los últimos tres años, ilustra el problema que tenemos para cumplir con nuestras necesidades militares en esta época de guerra", dijo Aaron Belkin, director del Centro Michael D.Palm.
(V.Associated Press del 14 de febrero de 2007).
"Qué triste que la estrategia del presidente George W.Bush en Iraq sea claramente política en lugar de militar. El incremento de las tropas presenta la apariencia de acción mientras se juegan vidas estadounidenses e iraquíes. Si la estabilidad en Iraq es restaurada, aunque sea por corto tiempo, Bush podrá denunciar a sus opositores. Si el incremento fracasa en alcanzar cambios a largo plazo, el conflicto probablemente durará hasta que Bush abandone la oficina -y entonces el podrá echarle la culpa a su sucesor. Bush es un político hábil pero no un líder. Nuestras tropas merecen algo mucho mejor."
Eric Scott / Bloomington, Cal.
"Durante la discusión de una posible retirada de E.U.de Iraq, difícilmente he encontrado alguna consideración de cómo pudiera afectar al mayor aliado de E.U.en la región: Israel. Sería irresponsable por parte de los E.U. Planear su retirada sin sopesar el efecto en un genuino amigo cuya misma existencia está en riesgo cada día."
Shahar Segev / Holon, Israel
"Si el incremento de tropas de los E.U.en Iraq es tan buena idea, ¿por qué Bush no lo propuso antes de las elecciones?"
Robert O.Hoskins / Castiglioncello, Italia
"Con respecto a la retórica de 'mantener el curso', cuando Winston Churchill fue atacado por haber cambiado de opinión acerca de un asunto, elegantemente respondió: 'Mis puntos de vista están en un proceso armonioso que los mantiene relacionados con los movimientos actuales de los eventos'. Sólo los tontos se apegan a sus ideas después de que han demostrado ser erróneas. El mundo espera evidencia de que Bush no es un tonto."
Lennart Lordin / Karlskrona, Suecia
Letters
(v.edición internacional de TIME del 19 de febrero de 2007).
"Usted tiene que preguntarse ¿quién está realmente socavando esta misión?" declara el senador Jack Reed, un graduado de West Point. "¿Es que la administración Bush no la socavó desde un principio yendo a la guerra sin motivo suficiente, sin planeación suficiente, sin equipo suficiente para nuestras tropas? Incluso ahora, yo diría que la administración Bush está socavando este incremento al enfocarse únicamente en la parte militar de la misión, ignorando la necesidad de reformar el gobierno iraquí, de encontrar una solución diplomática regional y, además, de ignorar los hechos reales en el terreno".
Los hechos en el terreno son sombríos. La casi imposibilidad de la misión ya es visible. Los iraquíes prometieron tres brigadas adicionales para ayudar a asegurar Bagdad, pero fuentes militares me informan que dos de esas brigadas son kurdas, y existe la duda de cuántos se presentarán en realidad. Incluso si llegan en gran número, los kurdos a) no hablan árabe y b) no les agradan mucho los árabes, lo que pudiera, digamos, socavar la misión. Hubo series coordinadas de siete bombazos en la norteña ciudad de Kirkuk, la semana pasada, lo que pudiera ser señal de que la largamente temida batalla entre kurdos y árabes por el control de esa región rica en petróleo está por iniciar. Eso hace doblemente improbable que las brigadas kurdas sean desplegadas en Bagdad. Es más, hay indicios de que las milicias shiitas van a esconderse o a dejar Bagdad para pelear en otra parte, quizá en lugares como Kirkuk, lo que significa que, según explica el senador Reed, "estaremos haciendo por ellos su trabajo, peleando con los sunitas en Bagdad".
"Estamos a punto de iniciar una decisiva batalla por Bagdad", declaró el senador Joseph Lieberman en la cámara de senadores. Pero eso también está equivocado: las tácticas de contrainsurgencia que utilizará el general Petraeus son graduales, no "decisivas" en el sentido tradicional militar. No estamos a punto de iniciar nada excepto un largo y difícil trabajo. Sospecho que Lieberman lo entiende pero está exagerando la misión para efectos dramáticos. Si es así, está creando expectativas injustas para las tropas y el país. Yo diría que eso es casi igual a socavar la misión.
Joe Klein
(v.pág.15 de la edición internacional de TIME del 19 de febrero de 2007).
A diferencia de Iraq, Afganistán es una guerra peleada hacia atrás, no una invasión masiva en la parte frontal sino un esfuerzo minimalista que ahora demanda una operación masiva de rescate. La situación en Afganistán, un país más extenso y con una población mayor que Iraq, es tan seria que el número de soldados de E.U.en el país ha saltado más de 50% en el año pasado, a 27,000, un incremento mucho mayor en términos porcentuales que el que está siendo discutido para Iraq. Hay seis veces más soldados que en 2002, cuando las fuerzas de E.U.estaban rodeando a bin Laden en Tora Bora. Sólo que ahora los enemigos no son sólo el Talibán y al Qaeda sino también el ejército intermediario de señores de la guerra que los E.U.esperaron alguna vez que sería crucial en la lucha contra el terrorismo.
La evolución de Afganistán en provincias gobernadas por señores de la droga es un resultado directo, aunque no intencional, de cinco años de administración estadounidense de la guerra de Afganistán. Cuando los E.U.invadieron en octubre de 2001, fue con un pequeño número de soldados en su mayoría de las fuerzas especiales, la estrategia aseguró que los E.U.tuvieran que subcontratar los deberes confusos y de mano de obra intensiva de mantener el orden en un vacío de poder. Esto significó utilizar, y pagar, a los señores de la guerra para hacer el trabajo sucio de los E.U.contra el Talibán del mullah Omar y al Qaeda de bin Laden.
No obstante el hecho de que ambos hombres escaparan, el plan pareció funcionar suficientemente bien al principio. Los E.U.nunca necesitaron incrementar el número de soldados en servicio; en vez de ello sólo pagaron y armaron a los señores de la guerra. Pero cuando el flujo de dinero disminuyó y los señores de la guerra regresaron al cultivo del opio mientras los E.U.se volvían su atención hacia Iraq, provincias completas regresaron al negocio de las drogas y funcionarios de Washington comenzaron a preocuparse de que el Talibán cosechara los beneficios.
Ahora en la tradicional plaza fuerte del Talibán en el sur, el radical grupo islámico está promoviendo activamente el cultivo de amapola en gran escala, un cambio dramático de sus días en el poder cuando sus puritanos principios prohibieron las drogas y su tráfico. ¿Por qué el cambio? Lo dijo un diplomático occidental en Kabul: "Se necesita dinero para fondear una insurgencia". De los US$ 3,000 millones ganados el año pasado por los narcotraficantes afganos, aproximadamente US$ 800 millones llegan a los granjeros afganos que cultivan la cosecha. De acuerdo a un alto oficial occidental en Kabul, una pequeña porción de esa suma "es más que suficiente para financiar" la insurgencia -y el Talibán obtiene más que una pequeña porción. "Entre más dinero hacen los traficantes, más pueden darle al Talibán, más armas pueden comprar los insurgentes y más peligrosos se vuelven", comenta Kamal Saddat, jefe de la fuerza policiaca antinarcóticos de Afganistán.
Bill Powell
(v.pág.18 de la edición internacional de TIME del 19 de febrero de 2007).
Los británicos califican a George W.Bush como sustancialmente más peligroso para la paz mundial que Kim Jong Il.
Catherine Mayer
(v.pág.25 de la edición internacional de TIME del 19 de febrero de 2007).
Con los Estados Unidos atados militarmente en dos frentes y el resto del mundo volviéndose resistente al poder estadounidense, los retos de Condoleezza Rice son tan intimidantes como cualquiera que haya tenido algún secretario de Estado de los E.U.en las pasadas tres décadas. Después de seis años de batallar con otros en el equipo de seguridad nacional de Bush, Rice ha visto apagarse a sus rivales y emergido como la principal vocera de la política exterior de Bush. Su recompensa ha sido heredar la responsabilidad de vender una política fallida en Iraq y salvar un legado para Bush en un momento en que pocos en el mundo están dispuestos a cooperar con ella. "Bush está severamente debilitado y carece de credibilidad o apoyo tanto en casa como en el exterior", declara Leslie Gelb, expresidente del Council on Foreign Relations. "Eso también es cierto para su secretaria de Estado".
La fuente más inmediara de inestabilidad emana de Iraq, donde su guerra civil pudiera encender un conflicto en toda la región. A través de todas las áreas del Medio Oriente ampliado -desde el Líbano y los territorios palestinos hasta Afganistán y Pakistán- milicias armadas están socavando la autoridad de los aliados de Estados Unidos. Regímenes antiestadounidenses en Irán y Korea del Norte han acelerado su búsqueda de arsenales atómicos. En Africa el genocidio, la pobreza y la enfermedad amenazan la supervivencia de millones. Y en las sombras se esconde el peligro de al-Qaeda y sus yihadistas, quienes medran en la misma dislocación que la guerra de E.U.contra el terrorismo se suponía que combatiría.
En el Congreso miembros del propio partido de Rice sa han volteado contra la guerra de Iraq y están encontrando seguro criticarla a ella y a Bush por su manejo de la misma.
Aunque tanto Bush como Rice niegan tener intenciones hostiles contra Irán, hay ansiedad en algunos círculos de política exterior acerca de que incluso peleando para evitar perder una guerra en Iraq, la administración pueda provocar otra al otro lado de la frontera, en Irán.
Rice ha sido lenta para reconocer la magnitud de la declinación del prestigio de E.U.
Elecciones libres en lugares como el Líbano y los territorios palestinos han entregado el poder a grupos fundamentalistas como Hizballah y Hamas que tienen poco interés en gobiernos pluralistas y seculares. Cualquiera que sea el beneficio final de implantar la democracia en el Medio Oriente, en el corto plazo es más probable que dañe los intereses de E.U.a que los favorezca.
La disolución de Iraq ha reducido la fuerza de E.U.en la región, envalentonado a Irán y alienado a los tradicionales aliados suníes de E.U. "Ellos han sido reticentes a proporcionar apoyo real", declara Kenneth Pollack de la Brookings Institution. "Ellos piensan que hemos creado un gobierno que no es sino una fachada de un montón de viciosas milicias shiitas". Rice declaró al Comité de Relaciones Exteriores del Senado el mes pasado que el gobierno iraquí del primer ministro Nouri al-Maliki tiene el "tiempo prestado". Rice comenta ahora que "los iraquíes deberán decidir si su gobierno está funcionando. Eso no nos toca a nosotros decidirlo". Incluso el hecho de que los E.U.expongan la posibilidad de que un gobierno popularmente electo en Iraq pueda ser desechado refleja un reconocimiento de que solas las elecciones no traerán estabilidad.
Su rechazo a negociar con Siria desconcierta a diplomáticos en la región, quienes creen que E.U.está perdiendo la oportunidad de separar a Damasco de su alianza con Irán.
Si los E.U.intenta contener las amenazas gemelas que encara en el Medio Oriente -la implosión étnica en Iraq y un Irán nuclear- necesita la ayuda del resto del vecindario, la cual será más fácil de conseguir si Rice puede hacer avanzar el asunto palestino.
Los diplomáticos más optimistas, incluyendo a Rice, esperan que el compromiso de E.U.en Palestina pueda llevar a otras áreas de cooperación entre fuerzas "moderadas" del Medio Oriente, todas las cuales tienen un interés en controlar la fuerzas del Irán shiita y someter a grupos radicales sunitas alineados con al-Qaeda. Pero ¿puede un impopular, impotente presidente, y un equipo con tal récord de ineptitud, lograrlo?
La influencia de Rice con Bush es considerable, gracias s su relación personal y a la salida de su rival, Donald Rumsfeld; pero pocos creen qe ella usurpe alguna vez la supremacía política del vicepresidente Dick Chenney.
Romesh Ratnesar y Elaine Shannon
(v.pág.35 de la edición internacional de TIME del 19 de febrero de 2007).
10,000 millones de dólares malgastó Washington en la ayuda para reconstruir Iraq debido a cobros de más por contratistas y gastos injustificados, según la Oficina de Supervisión del Gobierno.
2,700 millones de dólares de ese total, fueron cobrados por la compañía Halliburton, empresa que estuvo ligada al vicepresidente Dick Cheney, quien fue uno de sus directivos.
(V.pág.9-A del periódico El Informador del 17 de febrero de 2007).
El candidato presidencial republicano John McCain declaró el lunes que la guerra en Iraq ha sido mal manejada por años y que el exsecretario de Defensa Donald Rumsfeld será recordado como uno de los peores en la historia.
Los comentarios estuvieron en agudo contraste con la declaración de McCain cuando Rumsfeld renunció en noviembre, y fallaron en reconocer la realidad de que el presidente Bush es el comandante en jefe.
"A pesar de que el secretario Rumsfeld y yo hemos tenido nuestras diferencias, el merece el respeto y gratitud de los estadounidenses por sus muchos años de servicio público", dijo McCain el año pasado cuando Rumsfeld renunció.
(V.Associated Press del 20 de febrero de 2007).
Estados Unidos podría decidirse a lanzar un ataque contra Irán en el caso de que sus propias fuerzas militares en Irak fuesen a su vez objeto de un ataque con un alto número de víctimas y que pudiese atribuirse su autoría directa a Teherán.
Según la BBC, de ser ordenado por el presidente de EEUU, George W. Bush, el ataque tendría entre sus blancos bases aéreas y navales de ese país, instalaciones de misiles y centros de mando y control.
Fuentes diplomáticas aseguraron a la BBC que los jefes militares del Mando Central en Florida han seleccionado ya los objetivos de ese supuesto plan, que incluyen asimismo la planta de enriquecimiento de uranio en Natanz, así como instalaciones atómicas en Isfahán, Arak y Busher.
En el eventual ataque participarían bombarderos B2 que arrojarían bombas capaces de perforar el depósito nuclear de Natanz, que se encuentra a unos 25 metros bajo tierra, protegido por capas de hormigón.
A comienzos de mes, Estados Unidos afirmó tener pruebas de que Irán suministra armas a las milicias chiíes que actúan en el vecino Irak, acusaciones rechazadas por el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, según el cual son sólo "excusas" para que las tropas norteamericanas continúen en Irak.
Al igual que ocurrió ya antes de la invasión de Irak, los expertos en la región advierten ahora de las consecuencias catastróficas que un posible ataque a Irán, recomendado por el sector más derechista del gobierno estadounidense, tendría para todos.
Según Richard Dalton, ex embajador británico en Teherán, un eventual ataque estadounidense podría tener un efecto bumerán y convencería al gobierno de Teherán de que su salvación sería dotarse a largo plazo de un arsenal nuclear.
(V.Agencia Efe del 20 de febrero de 2007).
"Un presidente debe tomar buenas decisiones para el país. ¿Han demostrado esa habilidad los candidatos [a la Presidencia de E.U.] que votaron a favor de la guerra de Iraq? ¿Por qué votaron a favor? ¿Evaluaron la afirmación de Donald Rumsfeld de que Iraq podía conseguir un arma nuclear en poco tiempo? ¿No consideraron la posibilidad de que remover a Saddam Hussein del poder pudiera desatar una guerra civil entre los grupos étnicos iraquíes intensamente hostiles? Los votantes estadounidenses necesitan entender qué motivó toso esos síes en el Congreso."
Elizabeth Terry / Palm Coast, Florida
"Los E.U.han desperdiciado mucho de su poder suave -la buena voluntad de gran parte del mundo después del 9/11- y están topando con los límites de su poder duro."
Quincy Scott / San Antonio, Texas
Letters
(v.edición internacional de TIME del 26 de febrero de 2007).
Irán dijo el sábado que Estados Unidos no está en posición de lanzar una acción militar en su contra, y llamó a Washington y sus aliados a iniciar un diálogo.
"Nosotros no vemos a Estados Unidos en posición de imponer otra crisis a sus contribuyentes fiscales iniciando otra guerra en la región", dijo a la prensa el canciller iraní Manuchehr Mottaki.
(V.Associated Press del 24 de febrero de 2007).
En días pasados, la agencia EFE informó que la mayoría de los datos sobre terrorismo distribuidos por el Departamento de Justicia de Estados Unidos entre 2001 y 2005 eran "inexactos". Unos estaban aumentados y otros disminuidos, y apenas un par de ellos se apegaba a la realidad, según reveló una auditoría interna. La exactitud de estos datos importa, porque con ellos se mide el éxito o fracaso de la lucha antiterrorista, se diseña su estrategia en el Congreso y en la Casa Blanca, y se asignan los presupuestos para las diversas agencias de seguridad y justicia.
No es la primera vez que desde los atentados del 11 de septiembre los datos proporcionados por el gobierno norteamericano no se ajustan a la realidad. Más bien ha sido una constante. En parte, por ineptitud; sobre todo, por una deliberada manipulación para ajustar los hechos a los intereses. Lo relevante, sin embargo, es que no sólo el gobierno de George Bush, sino Al Qaeda y otros grupos afines tienden a magnificar la amenaza terrorista actual para mantenerse vigentes.
Así, por lo menos, lo hacen ver tres libros de reciente aparición en Estados Unidos: Lo que quieren los terroristas: comprendiendo al enemigo y conteniendo la amenaza, de Louise Richardson; Sobredimensionadas: cómo los políticos y la industria del terrorismo inflan las amenazas a la seguridad nacional y por qué les creemos, de John Mueller, y Ganando la No-guerra: una nueva estrategia para la guerra contra el terrorismo, de Charles Peña.
Todos coinciden en que el terrorismo no es un fenómeno bélico y, por lo tanto, no se le puede combatir con una "guerra". Se trata, más bien, "de una fea técnica de ataque que ha sido utilizada desde hace mucho por los débiles contra los fuertes". También merece críticas la estrategia del Consejo de Seguridad Nacional, ya que ni con ataques preventivos, ni derrocando tiranías, ni promoviendo la democracia se logra neutralizar a grupos o individuos que se sienten "históricamente agraviados".
Los textos van desmitificando al terrorismo islámico que nos han presentado -y se ha presentado a sí mismo- como una "amenaza global". El terrorismo, recuerdan, es antiguo, y dan ejemplos desde antes de Cristo hasta la actualidad. Es, además, mucho menos letal de lo que se presume: seis veces más norteamericanos mueren cada año a causa de conductores ebrios, que los que murieron en el World Trade Center.
El riesgo de que los terroristas usen armas de destrucción masiva es mínimo. Tanto las químicas como las biológicas son difíciles de conseguir, conservar y activar, y no hay evidencias de que ningún grupo cuente con material nuclear. Los terroristas tampoco son puros locos, y si bien ha aumentado el número de radicales y atacantes suicidas, la mayoría de las acciones tiene una lógica, un momento, un lugar y un destinatario muy precisos.
No hay un vínculo particular entre el terrorismo y el Islam. Si actualmente ha proliferado, es por circunstancias coyunturales, pero se ha presentado en todas las religiones e ideologías, y también entre los no creyentes. La democracia electoral tampoco elimina el terrorismo como se ha podido comprobar con ETA, en España.
Y la conclusión de todos es prácticamente la misma: la acción militar a veces es necesaria para combatir al terrorismo, pero no es la mejor. De hecho, los ejércitos con frecuencia crean más problemas de los que solucionan. Además, históricamente casi ningún grupo terrorista ha alcanzado sus fines, por lo que si no es derrotado, acaba autodisolviéndose. Todo el resto, es ruido político.
Lucía Luna Elek
(v.pág.17 del periódico Público del 25 de febrero de 2007).
Daniel Levy, quien sirvió como asesor especial al ex primer ministro Ehud Barak, y que ahora es miembro de la New American Foundation en Washington, me dijo que las políticas en Oriente Medio de la administración Bush están "fuera de sincronía con lo que son las buenas políticas para Estados Unidos e Israel". Esas políticas, añadió, "han llevado a Israel a la situación más peligrosa en la que alguien recuerde haber estado".
Todos los años, el Centro Jaffee de la Universidad de Tel Aviv, uno de los grupos de expertos más reconocidos de Israel, publica una importante evaluación de la situación de seguridad en Oriente Medio. La evaluación de este año, publicada en enero, no sólo fue lúgubre, sino también abiertamente crítica de la política de Estados Unidos.
"La amenazas a la seguridad y estabilidad en Oriente Medio empeoraron durante 2006", anunciaba la evaluación, porque "el fracaso estadounidense en Irak ha perjudicado la posición de Estados Unidos en Oriente Medio".
Luego declara en lo esencial que las acciones estadunidenses en el área durante los últimos años han dañado la seguridad israelí. También argumenta que Estados Unidos debería retirarse de Irak en un plazo corto, más que enviar más tropas, como intenta ahora el plan de escalada de Bush. Como explicó Mark A.Heller, uno de sus autores, después de que se publicó el reporte, "la presencia estadunidense en Irak no sirve a ningún interés israelí".
Estas conclusiones podrían sacudir a aquellos en Estados Unidos -sean judío-estadunidenses o evangélicos conservadores- que han apoyado las políticas de la administración Bush, en parte porque supuestamente éstas estaban dirigidas a ayudar a Israel.
Mientras que Estados Unidos e Israel están claramente unidos en el objetivo de evitar que Irán obtenga armas nucleares, algunos líderes israelíes han perdido la confianza en el liderazgo de Bush en lo referente a ese asunto crucial.
Después de la publicación de la evaluación, Uzi Arad, ex director de inteligencia del Mossad, añadió: "El hecho de que la atención estadunidense esté tan concentrada en Irak ha significado que no se pueda detener el lento avance de Irán hacia su capacidad nuclear".
La semana pasada hablé de esta evaluación con Eitan, quien también es un ex experto en espionaje que dirigió la captura israelí de Adolf Eichmann en 1960, y quien manejó al infame espía Jonathan Pollard en los años de 1980. "Tarde o temprano, en uno o dos años, Estados Unidos saldrá de Irak", aseguró Eitan. "Irán se unirá con los chiíes de Irak -con o sin fuerza- y luego con los chiíes de Siria. ¿Es bueno esto para Israel? No".
Cuando le pregunté a uno de los funcionarios más importantes del gobierno con los que hablé recientemente, quién podría ser el próximo primer ministro y cambiar el curso del país, él simplemente sacudió la cabeza y miró hacia la distancia. Para muchos dentro del gobierno israelí o involucrados en éste, la presencia de George W.Bush en la Oficina Oval alguna vez fue tranquilizante. Ahora, cada vez es más preocupante.
A principios de 2004 cuando comencé a trabajar en la Misión Israelí ante la ONU -durante el primer año de la ocupación estadunidense de Irak-, uno de los diplomáticos del organismo tenía una fotografía de Bush autografiada en la pared tras su escritorio. Pero para el verano de 2005, mientras Irak caía en el caos, noré que la había remplazado, sin explicación, por una foto de Bono, de U2.
Antes en esta misma década, por algunos años, muchos dentro de la sociedad y el gobierno israelíes eran fanáticos de la administración Bush (para el desasosiego y la vergüenza de algunos de la izquierda israelí). Debido a las políticas de línea dura para Oriente Medio de Bush, y el apoyo de las políticas a menudo de línea dura de Israel bajo Sharon, los índices de aprobación del presidente frecuentemente eran mucho más altos en Israel, que en ninguna otra parte del mundo -incluyendo a Estados Unidos mismo-. Pero, recientemente, a medida que se ha reconocido que los últimos seis años podrían, de hecho, haber empeorado considerablemente la situación en la región, haciéndola más inestable y peligrosa para Israel, la reverencia para Bush está disminuyendo rápidamente en muchos sectores.
Gregory Levey
(v.pág.32 del periódico Público del 25 de febrero de 2007).
Dos tercios de los estadounidenses tienen una opinión negativa de la forma en que el presidente George W.Bush conduce la guerra en Irak, según una encuesta publicada hoy por el diario The Washington Post.
La mayoría de los estadounidenses, según el sondeo, confía ahora más en el Congreso con mayoría demócrata que en el presidente para una solución positiva.
El 54% de los encuestados cree que el Congreso tiene un enfoque más claro sobre la situación en Irak. El 34% tiene más confianza en Bush.
En cuanto a la gestión general del presidente Bush, la encuesta encontró un nivel de desaprobación del 62% de los encuestados y un apoyo del 36%.
(V.Agencia Efe del 26 de febrero de 2007).
Presionado por las exigencias de las guerras en Irak y Afganistán, hay un gran riesgo de que el Ejército de Estados Unidos no pueda responder rápida y cabalmente a otra nueva crisis, de acuerdo con un nuevo informe del Congreso.
Este análisis, que fue hecho por el funcionario militar del más alto nivel, el general Peter Pace, quien es el jefe del Estado Mayor Conjunto, representa un agravamiento de la situación en comparación a hace un año, cuando este riesgo era considerado como moderado.
Además, un informe que acompañaba el informe de Pace concluye que aunque el Pentágono está trabajando para mejorar sus capacidades de combate, "podrían necesitarse varios años para reducir ese riesgo a niveles aceptables".
Además, otros funcionarios militares de alto nivel han reconocido de manera reiterada que los despliegues repetidos y prolongados provocan desgaste en el Ejército, los cuerpos de Infantería de Marina y fuerzas de reserva, además de que están provocando un grave desgaste en cruciales equipos para combate.
La revisión califica la capacidad del ejército a cumplir las demandas de la estrategia militar del país, que podría incluir el combate en guerras así como poder responder a otro tipo de amenazas y problemas en países como Corea del Norte, Irán, Líbano, Cuba o China.
(V.Associated Press del 27 de febrero de 2007).
Dirigentes demócratas en la Cámara de Representantes están desarrollando una propuesta contraria a la guerra en Irak que si bien no disminuirá los fondos destinados al mantenimiento de tropas en la nación árabe, exigirá al presidente George W.Bush admitir la existencia de problemas en las agobiadas fuerzas armadas.
La representante demócrata Lynn Woolsey dijo que Bush "no ha hecho hasta la fecha nada de lo que pedimos que hiciera. Por lo tanto, no me imagino que hará algo en el futuro". Woolsey forma parte de un grupo de liberales del Partido Demócrata que quieren poner fin inmediato a la guerra.
Las protestas de los demócratas contra la guerra comenzaron a hacerse más vigorosas luego que el partido tomó control del Congreso y Bush anunció sus planes de enviar otros 21,500 soldados a Irak. Hace algunos días, los demócratas en la Cámara de Representantes lograron hacer aprobar una resolución no obligante que se oponía a un aumento de las tropas norteamericanas en Irak.
Desde entonces, los demócratas han tratado de decidir cuál será su próximo paso. Algunos expresaron su temor de que un plan del representante John Murtha para restringir el financiamiento de la guerra va demasiado lejos. Murtha, un demócrata que comenzó como "halcón" y desde hace algunos meses es el más pertinaz partidario de evacuar a los soldados de Irak, ha expresado su apoyo a la propuesta revisada.
La nueva táctica de los demócratas más que obligar a Bush a cambiar de rumbo en la guerra, posiblemente lo colocará en una situación incómoda. El presidente se verá obligado a firmar reiteradas dispensas para unidades de combate e informar al Congreso qué unidades tienen escasez de equipos o enfrentan otros problemas.
(V.Associated Press del 28 de febrero de 2007).
Recuerdo haber preguntado después de escuchar una presentación: "¿Qué sucederá después de que Saddam caiga?". Siempre se le aseguró al Congreso: "No se preocupen. Sabemos lo que estamos haciendo. Tenemos planes". Bueno, ellos no tenían y pusimos a nuestras tropas en medio de esto. Estoy preocupado por el general Petraeus y por algunos de mis colegas que lo están queriendo ver como el más grande conquistador después de Napoleón. Petraeus es un general de primera clase, pero no es un hacedor de milagros.
Después de cuatro años de desastres, hay algunos en el partido que piensan que deberíamos andar de puntitas alrededor de esto. Eso es irresponsable.
[La experiencia en combate] te coloca en una posición en que no piensas en la guerra como una abstracción sino como un evento muy real de un sufrimiento significativo. Si personalmente no tienes la experiencia, entonces contar con gente que la tenga a tu alrededor es importante. En el caso de la administración Bush sólo una persona había tenido algo cercano a esa experiencia, y esa era Colin Powell, la persona a la que ellos menos escuchaban.
Chuck Hagel, senador republicano
(v.pág.4 de la edición internacional de TIME del 5 de marzo de 2007).
"Bush continúa perdiendo la única batalla que cuenta: la que hay en Iraq."
Sanford Rubin / Rochester, N.Y.
"Bush y el primer ministro de Gran Bretaña Tony Blair fueron mal orientados al pensar que podían imponer la democracia en una cultura que carece de los prerrequisitos para hacer viable esa forma de gobierno. Es un error de muchos de nuestros bienintencionados líderes pensar que tienen el poder para cambiar ese orden natural, como creyeron los británicos y los franceses cuando se aventuraron a rehacer el mapa del Medio Oriente después de la Primera Guerra Mundial, dejando tras ellos un montón de problemas que todavía hoy confrontamos."
Harry Friedman / Milton Keynes, Inglaterra
Letters
(v.edición internacional de TIME del 5 de marzo de 2007).
Parece que cualquier expresión de desaprobación para la guerra en Iraq debe ir acompañada, si no precedida, por una declaración de apoyo a las tropas. Desperdicio es una palabra fuerte pero no inexacta si se cree que la guerra está equivocada. Los opositores congresistas a la guerra de Iraq están "apoyando a las tropas" de la mejor manera posible: tratando de traerlas a casa a la seguridad y a sus familias. Son aquellos que quieren enviar todavía más tropas a Iraq los que deberían estar a la defensiva con respecto a su apoyo a las tropas. Algunas de esas tropas están en su tercera misión en Iraq, y sospecho que pocos de ellos están allí con gusto. Quizá, como Bush sus consejeros creen, el constante goteo de sangre joven estadounidense valga la pena. Quizá el "incremento" resultará en un gran éxito y reivindicará a la estrategia de Bush. Pero, por favor, no pretendamos que mantener el curso es un favor a las tropas.
Las críticas a la guerra seguramente desaniman a los soldados que están participando en ella. Si estás matando y arriesgándote s ser muerto en un lejano y miserable desierto, debería ser posible creer que tu sacrificio es por una causa valiosa. Pero ¿de quién es la falla si esa creencia es difícil de sostener? ¿Es falla de la gente que se da cuenta de que la causa no es valiosa? ¿O es falla de la gente que envió soldados estadounidenses a ese distante desierto en una causa sin valor?
Muchos que estaban en el Congreso en esa época se opusieron a las iniciativas del presidente Bill Clinton en los Balcanes. Quizá hubo quienes se mordieron la lengua con el fin de "apoyar a las tropas". Pero muchos hablaron -y fuertemente. Como deberían. Callarse mientras soldados estadounidenses morían en lo que esos políticos vieron como un mal uso del poder y la sangre estadounidenses hubiera sido una forma extraña de mostrar apoyo.
Está la cuestión del dinero. Bush ha reclamado exitosamente un derecho virtualmente dictatorial para enviar a este país a la guerra. La profesada indiferencia de la administración a cualquier cosa que el Congreso pudiera hacer acerca del "incremento" es un caso demostrativo. El único poder que los miembros del Congreso pudieran todavía tener es el poder de la bolsa. ¿Por qué no lo utilizan? Los que apoyan a la guerra los retan a abandonar a las tropas si cierran los fondos -como si terminar la guerra significara dejar a los sodados estadounidenses temblando en Bagdad sin un boleto de autobús para regresar a casa.
Todo esto va hasta Vietnam, claro. Hay algunos que protestaron contra la guerra en la era de Vietnam -unos pocos- que desacreditaron a las tropas junto con la guerra. Vietnam también vio la aparición del ridículo argumento de que no podíamos detener la guerra hasta que nuestros prisioneros de guerra fueran liberados -como si detener la guerra no hubiera sido la manera más rápida de liberarlos. Esto, también, alimentó un mito de que la oposición a la guerra era, de alguna manera, una traición a los soldados. Finalmente, en el caso de Vietnam, el movimiento antiguerra incluyó a la mayoría del país, y salvó las vidas de incontables miles de estadounidenses al sacarnos de la guerra -no con rapidez, pero eventualmente.
Si los actuales opositores a la guerra en Iraq hacen lo mismo, sería una sorpresa si muchos soldados estadounidenses objetaran.
Michael Kinsley
(v.pág.60 de la edición internacional de TIME del 5 de marzo de 2007).
Asesores militares estadunidenses advirtieron de que Estados Unidos sólo tiene seis meses más de tiempo para ganar la guerra de Irak, informó ayer la prensa británica. El grupo de expertos en torno al general estadunidense David Petraeus advierte acerca de un rápido empeoramiento de la situación en Irak, que podría derivar en hechos similares a los de Vietnam.
El equipo, al que pertenecen expertos militares y en el islam, considera que hay un gran riesgo por el número insuficiente de soldados en Irak. Pese al envío de más de 20,000 tropas de tierra extra, sigue sin ser un número suficiente para vencer a los insurgentes, indican.
El caso es especialmente grave en la capital, Bagdad. El grupo también advierte de la disolución de la coalición internacional, así como de un aumento de la violencia en el sur de país, donde serán retirados en los próximos meses 1,600 soldados británicos. También el recientemente nombrado coordinador estadunidense para la ayuda a la reconstrucción de Irak, Timothy Carney, volvió a criticar la política estadunidense en ese país.
El principal error de EU fue que tras el derrocamiento de Sadam Husein en 2003 dejó de escuchar los consejos de los propios iraquíes, explicó Carney en la emisora independiente norteamericana NPR. De acuerdo con Carney, los estadunidenses estuvieron durante largo tiempo aislados de lo que verdaderamente sucedía en Irak. Ahora, sobre todo la situación de seguridad es desoladora.
(V.pág.38 del periódico Público del 2 de marzo de 2007).
El historiador Arthur M.Schlesinger, considerado el último gran liberal entre los intelectuales estadunidenses, y duro crítico de la guerra en Irak, murió a los 89 años de edad en Manhattan.
Schlesinger, asesor del gobierno de John F. Kennedy, con más de 20 libros publicados, muchos de ellos sirvieron de punto de encuentro y de debate entre dos generaciones de estadunidenses al explorar la política y la cultura de esta sociedad, fue galardonado dos veces con el Premio Pulitzer y el National Boook Award.
Su último libro, War and the American Presidency, cuestionó la "guerra preventiva" lanzada por el presidente George W.Bush en Irak, y la doctrina de la "seguridad nacional". En ese libro dijo que algún día los estadunidenses lamentarán la guerra contra el terrorismo lanzada tras el ataque del 11 de septiembre de 2001. Años atrás, Schlesinger se había opuesto a la invasión de Bahía de Cochinos, siendo también un crítico de la guerra en Vietnam.
(V.pág.39 del periódico Público del 2 de marzo de 2007).
Bush es probablemente uno de los políticos más despreciados en su país, ya que hasta su partido lo rechaza, culpándolo por la pérdida de las dos cámaras.
Ana María Salazar
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 3 de marzo de 2007).
En su último libro, War and the American Presidency, publicado en 2004, Arthur M.Schlesinger Jr. Cuestionó los fundamentos de la política exterior de George W.Bush, calificando la invasión de Irak y sus resultados de "un caos horroroso".
Dijo que la represión de las libertades civiles perpetrada por el presidente Bush tendría el mismo resultado que tuvieron acciones similares en el curso de la historia estadunidense. "Nos odiamos nosotros mismos en la mañana", afirmó.
Harold Jackson
(v.pág.29 del periódico Público del 4 de marzo de 2007).
La noticia de la semana fue que, muy a su pesar, Estados Unidos tendrá que sentarse a dialogar con los vecinos de Irak, incluidos Irán y Siria, si quiere entrever una salida al conflicto que él mismo creó.
La Conferencia sobre Seguridad, Cooperación y Reconciliación que se celebrará el 10 de marzo en Bagdad, y a la que asistirán también Arabia Saudí, Egipto, Jordania, Kuwait, Turquía, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y representantes de la Unión Europea, la Liga Árabe y la Organización de la Conferencia Islámica, evidencia que la situación en Irak ha llegado a un punto insostenible y que Washington ya no puede resolverla solo.
Aunque en un principio las desestimó, la administración Bush empieza a retomar las recomendaciones de la Comisión Baker-Hamilton, que aconsejaban involucrar a los vecinos de Irak, particularmente a Irán y Siria, si se quería alcanzar una solución política, ya que parecía evidente que no se iba a lograr una victoria militar.
Se trata de una recomendación lógica. El Grupo Internacional de Crisis, un centro europeo de análisis privados que ha venido publicando informes periódicos sobre la situación en Irak.
De hecho, las recomendaciones del GIC son muy similares a las de la Comisión Baker, sólo que, a diferencia de ésta, no proponen que el apoyo deba darse al gobierno iraquí, "cuyo sectarismo y rapacidad aceleraron la crisis", sino a la sociedad en su conjunto. Al contrario, plantean que se deberán ejercer fuertes presiones sobre el gobierno y todos los demás actores, para que acepten negociar y hacer concesiones.
Al igual que sus pares norteamericanos, los analistas europeos son también severos con Irán y Siria. Al primero le exigen que refuerce el control de sus fronteras y ejerza mayor presión sobre las organizaciones y las milicias chiies; y, al segundo, que también vigile más su frontera y que sus servicios de inteligencia influyan positivamente sobre los insurgentes suníes y las redes tribales en Irak. Igualmente hace exhortos a Arabia Saudí, a Jordania y a Turquía para que se hagan cargo de sus ciudadanos que actúan en Irak.
El GIC plantea que Washington debe modificar radicalmente su estrategia en toda la región: renunciar a la fuerza para remodelar el Medio Oriente, abstenerse de convertir a Irak en un frente antiterrorista y abandonar los planes de construir bases en él. También dice que debe reconocer como legítimas las preocupaciones de Irán y Siria ante el caos en Irak y retomar iniciativas para resolver el conflicto palestino-israelí.
Lucía Luna Elek
(v.pág.17 del periódico Público del 4 de marzo de 2007).
El gobierno de Iraq es el responsable de desactivar la violencia sectaria que divide a su país y debería rehacer la constitución y eliminar leyes que dan tratamiento preferente a shiitas y kurdos, declararon los ministros de relaciones exteriores de los países que forman la Liga Arabe.
Los ministros también pidieron revocar la ley que prohibe a altos miembros del partido Baath de Saddam Hussein participar en el gobierno y urgió a pasar una ley que específicamente declare que los iraquíes serán tratados igualmente con base a su ciudadanía, no su religión o grupo étnico.
Además, pidieron al gobierno iraquí desbandar las milicias shiitas, terminar con las demostraciones armadas y fijar un marco de tiempo específico para el retiro de las tropas extranjeras.
El secretario general de la Líga Arabe, Amr Moussa, fue un paso más adelante al sugerir que el Consejo de Seguridad de la ONU debiera demandar las reformas sugeridas por los ministros árabes.
Los países árabes sunitas como Egipto, Arabia Saudita y Jordania están profundamente preocupados por lo que ven como favoritismo hacia los shiitas por el gobierno iraquí dirigido por shiitas.
(V.Associated Press del 4 de marzo de 2007).
El ex jefe de despacho del vicepresidente Dick Cheney fue hallado culpable el martes de obstrucción de justicia, perjurio y de mentirle al FBI en conexión con la revelación a la prensa de la identidad de una oficial de la CIA.
I.Lewis "Scooter" Libby es el funcionario de más alto rango en la Casa Blanca en ser declarado culpable de un delito grave desde el escándalo Irán-Contras de mediados de los ochenta.
El veredicto concentra renovada atención en el criticado manejo por el gobierno del presidente George W.Bush de los datos de inteligencia sobre armas de destrucción masiva en los preparativos de la invasión a Irak.
La decisión del jurado culmina una investigación de casi cuatro años sobre cómo el nombre de la especialista de la CIA Valerie Plame fue revelado a reporteros en el 2003. El juicio reveló cómo altos miembros del gobierno estaban deseosos de desacreditar al esposo de Plame, el ex embajador Joseph Wilson, quien acusó al gobierno de adulterar las informaciones de inteligencia sobre Irak.
Los críticos del gobierno afirman que la difusión de la identidad de Plame es parte de una tendencia del entorno de Bush de castigar a todo el que cuestione las razones usadas para invadir Irak.
(V.Associated Press del 6 de marzo de 2007).
En testimonio ante el Comité Presupuestal de la Cámara de Representantes, el subsecretario de Defensa Gordon England declaró que los comandantes militares de E.U.estaban solicitando diversas cantidades de tropas de apoyo para aumentar los 21,500 soldados adicionales que Bush envió a combate.
"En este momento, nuestra expectativa es que la cantidad de tropas podría ser superior a 21,500 en alrededor de 4,000, quizá hasta 7,000", explicó England. Ya hay casi 140,000 soldados de E.U. luchando en Iraq, donde la violencia sectaria ha frustrado los esfuerzos estadonidenses para terminar la guerra que ya leva 4 años.
En un discurso a los veteranos de la Legión Americana, Bush insistió en que el nuevo plan de seguridad que anunció estaba progresando gradualmente, a pesar de la renovada violencia.
El estimado de 4,000 a 7,000 nuevas tropas de apoyo requeridas contrasta con un cálculo del secretario de Defensa que en febrero 6 declaró que se necesitarían unas 3,000.
El mayor estimado pudiera elevar el costo de US$ 6,500 millones por el incremento de tropas en alrededor de US$ 1,000 millones, si alrededor de 4,000 tropas de apoyo son requeridas.
(V.Reuters del 6 de marzo de 2007).
Su nivel de aprobación [de Bush] se encuentra en la parte baja de los 30%, sólo comparables al de Richard Nixon tras el escándalo del Watergate. Al comienzo de su segundo periodo en 2004, un sondeo informal conducido por la History News Network, que es una organización apartidista, encontró que 81% de los historiadores consideraban su gobierno como "un fracaso" y 12% lo llamaron, sin reservas, el peor presidente en la historia de Estados Unidos. Ningún presidente que se haya reelecto en ese país, había tenido un desplome de popularidad tan grande como Bush, que se fue de 90% tras los ataques terroristas de 2001, en una picada de 60 puntos.
Bush es asumido como un presidente que, tras los atentados, logró una mayoría contundente en el Congreso para una serie de iniciativas y políticas que resultaron absolutamente desastrosas, y que dividió al país. No conforme con ello, dividió al mundo. En Bagdad, por ejemplo, donde chiítas y sunnis vivían en cierta armonía, la ciudad se ha fragmentado y creado zonas exclusivas y excluyentes, regresando a los peores momentos de la guerra civil en los Balcanes, cuando Sarajevo estaba totalmente dividida y había amplias zonas que eran de nadie y por donde nadie pasaba, como lo reseñó un amplio reportaje el domingo pasado en "The New York Times". En Afganistán se ha rearticulado Al Qaeda y los talibanes, en buena parte porque Estados Unidos, alienando a sus aliados, les ha generado nuevos apoyos a las fuerzas que están en guerra contra Bush. Sus aliados en sus aventuras bélicas están dando pasos acelerados hacia atrás, dándose cuenta que se encuentran en un callejón sin salida donde no quieren adentrarse más.
Raymundo Riva Palacio
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 7 de marzo de 2007).
"¿Qué pasaría si la administración Bush tratara al mundo como es en realidad y no como quisiera que fuera? No nos encontraríamos en la posición en que estamos hoy. Decenas de miles han muerto en una rabiosa guerra civil, la buena voluntad internacional que siguió al 11 de septiembre se ha desperdiciado, tenemos un déficit enorme y unos militares que están siendo derribados. Aun si la administración pudiera presionar un botón de replay, el resultado sería como la película Groundhog Day, una repetición sin final de los mismos errores."
Jack Plummer / Franktown, Colorado
"Piensen en las respuestas de la administración a Iraq, Irán, el huracán Katrina y el calentamiento global. ¿De regreso a la realidad? ¿Cuándo este equipo la visitó antes?"
Blake Foster / Poughkeepsie, New York
"La oportunidad puede haber pasado para que Rice se redimiera revisando la política exterior de E.U. La política en Iraq ha alcanzado un punto de no retorno, con irrecuperable pérdida de vidas y recursos."
Nake M.Kamrany / Pacific Palisades, California
"Según resultó, Iraq no es nuestra Segunda Guerra Mundial, ni tampoco es otro Vietnam. Es nuestra Primera Guerra Mundial: una guerra frívola, costosa y arrogante que ha generado un desastre económico, creador no sólo de un maniaco genocida sino de un millón y terminada en una situación que sólo prepara el escenario para la siguiente guerra mundial."
Peggy Williams / Mineral Ridge, Ohio
"Enviar a Rice a salvar las ruinas de la política exterior estadounidense es como enviar a Jack el Destripador a hacer las auptopsias de sus víctimas. Rice es cómplice en la creación de las políticas que han reducido nuestra posición en el mundo a la de un monolito abusivo e ignorante, cegado por su propio sentido de importancia. Al igual que el presidente George W.Bush, la secretaria Rice necesita reconocer sus errores antes de tener la esperanza de modificar los gobiernos de otras naciones."
Bill Waxman / Simi Valley, California
Letters
(v.edición internacional de TIME del 12 de marzo de 2007).
La guerra de Iraq se diseñó, al menos en parte, para liberar a los Estados Unidos del puño de Riyadh. Un gobierno amistoso en Bagdad haría a los E.U. menos dependientes del petróleo saudita. Y un gobierno democrático en Bagdad presionaría al reino a abrir su sistema político. O el régimen de Arabia Saudita cambiaría, o su relación con los E.U.cambiaría, o ambos.
Esa era la teoría. En vez de ello, Iraq está exportando hoy menos petróleo que bajo Saddam Hussein, dándole más poder a Riyadh sobre el precio que los estadounidenses pagan en las gasolineras. Y en vez de ofrecer a los sauditas un modelo, Iraq les ha ofrecido a sus dirigentes una coartada. Si se les demanda democracia, ellos pueden alegar que en su lugar se obtendrá caos.
La guerra también trajo un gobierno shiita al poder en Bagdad, generando pánico en la región -y en la Casa Blanca- acerca de la dominación iraní del Medio Oriente. Como resultado, la administración Bush está tratando frenéticamente de ensamblar un bloque de regímenes amistosos para detener a Tehrán -con Arabia Saudita, el viejo rival de Irán en el Golfo Pérsico, como primera línea.
Como la secretaria de Estado Condoleezza Rice declaró a TIME recientemente, el Medio Oriente está "dividiéndose, con extremistas de un lado y lo que yo llamo [gobiernos] responsables del otro". ¿Pero qué tan "responsable" es Riyadh? Por décadas ha estado exportando su intolerante marca de Islam. Y parte de ella es una profunda intolerancia hacia los shiitas, una intolerancia que Riyadh ha promovido como parte de su campaña para contener a Irán.
Rice puede ver la nueva división en el Medio Oriente como gobiernos responsables contra extremistas, pero en Riyadh, eso significa sunitas contra shiitas. Según el Grupo de Estudio de Iraq, individuos sauditas han estado financiando a la insurgencia sunita.
Otra vez los sauditas están jugando con fuego, y los E.U.pueden quemarse. En los 1980s, Riyadh sirvió como intermediario en la lucha contra la Unión Soviética. Y en el proceso, financió la red que se convertiría en al-Qaeda. Hoy está sirviendo como intermediario contra Irán, pero en el proceso puede derramar keroseno en la guerra sunita-shiita que ha consumido a Iraq, amenazado con una erupción en el Líbano y que pudiera extenderse a Pakistán y al golfo. Los E.U.no pueden distanciarse completamentede los sauditas -en su debilitada posición, los E.U.requieren de su ayuda. Pero no debería permitirle involucrarlos en una guerra fría del Medio Oriente, peleada a lo largo de líneas religiosas. Es por eso que los E.U.necesitan hacer sus propias aberturas hacia Irán, para que su relación con el mayor poder shiita de la región no pase por Riyadh. Entregarle la política exterior de los E.U.a los sauditas es peligroso. Ya deberíamos saberlo ahora.
Peter Beinart
(v.pág.23 de la edición internacional de TIME del 12 de marzo de 2007).
No obstante que esta Administración republicana sigue más preocupada por la riqueza petrolera y geoestratégica de Oriente Medio, por la guerra "preventiva" contra el "eje del mal", su proyección como potencia mundial está empantanada en Irak y en Afganistán, pues ni cumple sus ofertas pacificadoras ni concretiza las promesas de reconstrucción nacional que ofrecían paraísos promisorios para el libre mercado.
Jaime Preciado Coronado
(v.pág.23 del periódico Público del 9 de marzo de 2007).
El ex jefe de los inspectores de la Organización de las Naciones Unidas en Iraq, el sueco Hans Blix, acusó al primer ministro británico, Tony Blair, de manipular en el periodo previo a la guerra de Iraq en el 2003.
En una entrevista a la televisión británica Sky News, Blix dijo que tanto Blair como otras personas implicadas en el informe del gobierno británico sobre Iraq utilizado para justificar la guerra "sustituyeron los signos de interrogación por signos de exclamación".
"Creo que tuvieron un castigo político por ello. Perdieron mucha confianza, tanto el presidente de Estados Unidos, George Bush como Blair", añadió. Blix, jefe de la Comisión para la Inspección, Vigilancia y Verificación del desarme en Iraq, dijo que la guerra fue "claramente ilegal".
El diplomático sueco intentó evitar la contienda junto con el director general de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, el egipcio Mohamed ElBaradei, alegando que sus inspectores no pudieron constatar que el régimen de Saddam Hussein hubiera reactivado su programa nuclear. En su opinión, "EU quería ver cualquier cosa como una prueba de que los iraquíes tenían armas de destrucción masiva".
(V.pág.26-A del periódico El Informador del 12 de marzo de 2007).
Los contribuyentes estadounidenses gastan aproximadamente 3,240 dólares cada segundo y unos 280 millones de dólares a diario en Irak.
Hasta la fecha, el Congreso ha autorizado cerca de 379,000 millones de dólares para las operaciones en Irak, en comparación con los 205,000 millones de dólares que EEUU gastó durante la Primera Guerra Mundial, tomando en cuenta la inflación.
(V.Agencia Efe del 12 de febrero de 2007).
En una comunidad tan urgida de ejemplos paradigmáticos, el ascenso de Alberto Gonzales representaba un doble triunfo. No sólo sería el primer procurador de Justicia latino sino que sería además el primer latino que ocupaba una de las cuatro posiciones de mayor peso en el gabinete presidencial.
Dos años después el desencanto ha sido generalizado.
Gonzales no ha movido un dedo en defensa de la comunidad hispana. Peor aún, como procurador de Justicia, Gonzales ha sido un promotor del espionaje telefónico y ha permitido, en el mejor de los casos por omisión, que el FBI, que es parte de su departamento, abuse de sus poderes obteniendo expedientes financieros, telefónicos y de negocios utilizando el Acta Patriótica sin siquiera darle oportunidad de apelación a los investigados.
El último escándalo en el que Gonzales se ha visto involucrado es el despido de ocho fiscales regionales por lo que aparenta ser una purga política de funcionarios públicos que en el cumplimiento de su deber no se adhirieron a la agenda política del Partido Republicano.
Sergio Muñoz Bata, miembro del consejo editorial de Los Angeles Times
(v.pág.10 del periódico Mural del 15 de marzo de 2007).
Las fuerzas armadas de Estados Unidos dijeron por primera vez, en un nuevo informe sombrío, que algunos de los hechos de violencia en Irak pueden ser descritos como aspectos de una guerra civil.
En una evaluación negativa más de la guerra, un reporte trimestral del Pentágono dijo el miércoles que el período de octubre a diciembre pasados fueron los tres meses más violentos desde el 2003, cuando comenzó el conflicto. El número de los ataques y las bajas que sufrieron la coalición y las fuerzas y los civiles de Irak fue el más grande que en cualquier otro trimestre, señaló.
Funcionarios del gobierno de Bush se han resistido a admitir que las fuerzas estadounidenses procuran sofocar una guerra civil, y el reporte coincidió en que este último término no refleja la situación compleja en Irak.
Pero afirmó que "algunos elementos de la situación en Irak son apropiadamente descriptivos de una 'guerra civil', incluidos el endurecimiento de las identidades y movilización etnosectarias, el carácter cambiante de la violencia y los desplazamientos de población".
Un estudio similar divulgado el mes pasado por la comunidad de inteligencia de Estados Unidos llegó a una conclusión muy similar.
(V.Associated Press del 15 de marzo de 2007).
En el verano de 2002 amigos y consejeros describieron a Dick Cheney nada menos que como el motor de la administración. "No hay manera de que él no estuviera impulsando el tren en esto", declaró uno de ellos, refiriéndose al rol de Cheney en empujar a Bush y a la administración inexorablemente hacia una invasión de Iraq. "Análisis, apología -es lo que hacían Cheney o sus protegidos, o su exmaestro (el secretario de Defensa Donald Rumsfeld). Todo alrededor del contexto. Bush tomaba las decisiones, pero el vicepresidente dirigía el proceso hacia la decisión que él pensaba que era la correcta". En otras palabras, Cheney tenía tan arreglado el proceso que decisiones importantes eran tomadas por conclusiones a las que había llegado el vicepresidente mucho antes.
Todo mundo sabe ahora que Bush y Cheney llevaron al país a una guerra mortal, costosa y de resultado imprevisible basados en evidencia débil acerca de armas de destrucción masiva. Sí, el Congreso participó. Y sí, el público en su mayoría lo apoyó. Pero ninguno fue más responsable que el vicepresidente por forzar los límites de la inteligencia previa a la guerra, base para toda la labor de convencimiento. Y cuando el embajador Joseph Wilson cuestionó la credibilidad de dicha inteligencia -y los motivos que ayudaron a pulirla- fue Cheney quien dirigió la lucha para hacerlo caer.
Nada de eso fue ilegal. Entonces ¿por qué cuatro años después, en el juicio de Libby se sigue haciendo la pregunta? ¿Por qué Libby se metió en problemas legales en primer lugar? ¿Por qué el ayudante principal del vicepresidente no admitió simplemente haber discutido la la identidad de la esposa de Wilson, Valery Plame, una oficial de la CIA, al menos con un reportero? Dado que la mayoría de los expertos están de acuerdo en que era improbable que Libby fuera perseguido por el cargo de haber revelado su identidad, es difícil no concluir que Libby cocinó todas sus historias para proteger a Cheney. Si Libby hubiera ido por un camino diferente y admitido en su testimonio ante un gran jurado haberle dicho a un reportero la identidad de la esposa de Wilson, la siguiente pregunta del fiscal Patrick Fitzgerald hubiera sido: ¿Estaba actuando por órdenes de Cheney? Y no hubiera pasado mucho antes de que Cheney estuviera prestando testimonio bajo juramento. Había, declaró Fitzgerald en sus conclusiones, "una nube sobre las acciones del vicepresidente".
Michael Duffy
(v.pág.23 de la edición internacional de TIME del 19 de marzo de 2007).
Tenga o no éxito el incremento de tropas, muchos oficiales militares estadounidenses creen que los E.U.comenzarán a retirar sus fuerzas a áreas más seguras a fines de este año. Tony Blair ya ha anunciado que reducirá la fuerza británica de 7,100 miembros en más de 2,000 y que el resto será reubicado a una base aérea más segura cerca de Basora, donde entrenarán iraquíes, vigilarán la frontera y organizarán ataques contra agitadores según se necesite. Se puede esperar que los estadounidenses sigan este modelo -aunque en una escala mucho mayor- en todo Iraq. De esa forma ambas partes pueden clamar victoria. La mayoría shiita puede decir que ha tomado el control de la mayor parte del país de los estadounidenses, y Washington puede decir que el incremento preparó el camino para una transición hacia una gobernabilidad democrática, mientras que las fuerzas de E.U.continúan peleando contra los terroristas en Iraq.
Michael Duffy y Bobby Ghosh
(v.pág.45 de la edición internacional de TIME del 19 de marzo de 2007).
El próximo 20 de marzo se cumplen cuatro años de la pavorosa invasión anglo-estadunidense a Irak, con saldo de 1.8 millón de civiles refugiados, que podrían ser 2.3 millones al término de 2007 a un ritmo mensual de 50,000 desplazados. Los muertos sumarían al menos 65,000, si bien otras cifras hablan de más de medio millón. Esto sin contabilizar a los heridos, lisiados, huérfanos, viudas y mutilados, en un drama cotidiano muy alejado de la bienaventuranza de la cual puede dar cuenta el gigante estadunidense de servicios petroleros Halliburton Co., antaño presidido por el vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney. Desde 2003, el emporio ha resultado el más favorecido por George W.Bush para operar en Irak sin competencia. En 2006, sus ganancias sumaron 2,300 millones de dólares e ingresos de 22,600 millones.
Claramente vinculado a la política externa y a los fines militares de EU, Halliburton recibió de la Casa Blanca desde 2003, a cambio de sus aportes de campaña, jugosos contratos no sólo en Irak sino en Afganistán (invadido en octubre de 2001) y en la base militar de Guantánamo por 3,900 millones de dólares, 680% más que en 2002.
El domingo 11 de marzo, la empresa anunció que mudará su sede central de Houston, Texas, a Dubai, la capital financiera de Oriente Medio.
Irene Selser
(v.pág.39 del periódico Público del 16 de marzo de 2007).
La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, defendió este lunes la decisión de invadir Iraq, pero reconoció que el gobierno se equivocó al no enviar, inicialmente, suficientes soldados para evitar el caos civil que siguió a la caída de Saddam Hussein.
(V.pág.12-A del periódico El Informador del 20 de marzo de 2007).
El presidente de Estados Unidos, George W.Bush, pidió paciencia en la guerra en Iraq, y afirmó que la victoria "tardará meses, no días ni semanas".
Al mismo tiempo insistió, en una velada crítica a la oposición demócrata, que si se sale de Bagdad ahora, las consecuencias serían devastadoras, pues la violencia se diseminaría por toda la región, ya que los extremistas tendrían un santuario con el que recuperarían su perdida base en Afganistán.
En cuatro años de guerra en Iraq, unas 655,000 personas han perdido sus vidas, decenas de miles han resultado heridas y más de cuatro millones han huido, según cifras de la prensa occidental.
Expertos calculan, empero, que más de 3,000 iraquíes y 100 estadounidenses morirán cada mes mientras continúe esta guerra lanzada por Estados Unidos.
(V.pág.12-A del periódico El Informador del 20 de marzo de 2007).
El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, defendió que "quienes promovieron" una guerra "horrible" como la de Iraq "tienen que responder de su responsabilidad ante los Tribunales de Justicia", en alusión al ex presidente del gobierno español, José María Aznar.
"Si están (George) Bush y (Tony) Blair tiene que estar el tercero en discordia, que es el señor Aznar".
(V.pág.12-A del periódico El Informador del 20 de marzo de 2007).
"¿Es la guerra civil que desatamos una causa noble? ¿O fue el arrogante pretexto de imponer valores occidentales a una antigua civilización realmente un camuflaje para establecer bases militares en el Medio Oriente y expandir el imperio estadounidense?"
Nels Henry / Canton, Illinois
"Los Estados Unidos no pueden retirar sus tropas de Iraq porque están protegiendo el petróleo, las bases militares y el ego de los neoconservadores."
Janet Maker / Los Angeles
"No importa el tamaño del error que pensamos que cometimos al meternos allí. Tenemos que mantenernos y limpiar la suciedad. Si la coalición se retirara ahora, dejaría atrás una muy inestable y débil nación a merced de sus vecinos. Irán se cree el perro más grande del lugar y está alimentando la guerra civil en Iraq. ¿Cuánto tardaría Irán antes de lanzarse a matar? Si se le permitiera adueñarse de Iraq, se convertiría en el país más poderoso de la región y confrontaría a occidente sin temor. Irán es un gran perro acorralado en su territorio. Pero si retiramos tropas de Iraq, se convertirá en un monstruo que ningún corral podrá detener."
Adam J.Cooney / Coventry, Inglaterra
"Podemos criticar a Hillary Clinton por no darse cuenta de que la inteligencia era dudosa y por votar a favor de la guerra contra un estado que no nos había agredido. O podemos criticar a la administración Bush por cocinar la inteligencia."
Jeanne Hey / Edinburg, Ohio
Inbox
(v.edición internacional de TIME del 26 de marzo de 2007).
"Se cometieron errores", admitió el procurador general Alberto Gonzalez cuando se le presionó acerca de la purga de ocho procuradores estadounidenses vistos como poco amistosos hacia la administración. "Se cometieron errores", estuvo de acuerdo el presidente Bush al día siguiente. Es una mala señal el que funcionarios estén citando al vocero del expresidente Nixon, Ron Ziegler, cuyo manejo de Watergate fijó el estándar para no-confesiones así como para no-negaciones. Disculpas extraordinarias nunca han estado en el guión de Bush. Esta es una administración conocida por despedir gente por su independiencia, no por su incompetencia.
Nancy Gibbs
(v.pág.13 de la edición internacional de TIME del 26 de marzo de 2007).
Algunos estadounidenses puede que se sientan culpables por haber vitoreado la invasión sólo para perder posteriormente la fe en la guerra, dejando a las tropas el enfrentar los calamitosos resultados. Otros de seguro se sienten en deuda con una generación de guerreros que sirven voluntariamente, liberando a los demás de ese servicio.
Michael Weisskopf
(v.pág.68 de la edición internacional de TIME del 26 de marzo de 2007).
Una pronta retirada de las fuerzas estadounidenses no beneficiará a Irak ni a los intereses de los países occidentales, dijo el sábado el vicepresidente iraquí, después que la Cámara de Representantes norteamericana aprobase una resolución que demanda al presidente George W.Bush retirar los soldados el año entrante.
En declaraciones a la prensa en Tokio, el vicepresidente Tariq al-Hashimi dijo que la coalición de fuerzas extranjeras no debería retirarse de Irak antes de que las fuerzas armadas de su país funcionen de manera autónoma y profesional.
"Si los soldados son evacuados con poco aviso de antelación, creará un vacío de seguridad en Irak que no podrán llenar las fuerzas (iraquíes) que no han sido entrenadas lo suficiente y no cuentan con una cantidad suficiente de soldados", sostuvo.
(V.Associated Press del 24 de marzo de 2007).
¿Qué pasaría realmente si Estados Unidos saliera de Irak? Nir Rosen, miembro de la New American Foundation, quien pasó 16 meses reporteando allá y escribió el libro In the Belly of the Green Bird: The Triumph of the Martyrs in Iraq, que salió en febrero, intenta dar respuesta a esta pregunta.
¿Si la gente que el ejército de Estados Unidos está protegiendo ostensiblemente quiere que se vaya, por qué se queda? En forma de preguntas y respuestas, Rosen trata de aclarar, desde su experiencia en el terreno, las inquietudes sobre una eventual retirada que el discurso oficial ha creado. Éste sostiene, que sería irresponsable abandonar Irak antes de asegurar algunas medidas de paz. De lo contrario, el caos sobrevendría en el país y en la región.
¿La retirada de las tropas norteamericanas desataría una guerra civil entre chiíes y suníes? Responde Rosen: "No, porque ésta ya está en curso y, en gran parte, a causa de la presencia estadunidense". Argumenta que la presencia de Estados Unidos atiza la hostilidad de los suníes hacia los chiíes como "colaboradores" del invasor. Al retirarse éste, ellos podrían acercarse a negociar, sin el riesgo de ser tratados como traidores. Y el gobierno iraquí, actualmente controlado por los chiíes, también perdería ese estigma, permitiendo un acercamiento realmente nacional.
Muchos temen, sin embargo, que sin los soldados norteamericanos los suníes tomarían el control de Bagdad. Rosen lo niega, simplemente porque no tienen la capacidad militar para ello. Ahora el poder de fuego del Estado está en manos de la mayoría chiita y, aun sus milicias y las de los kurdos, son más numerosas y están mejor equipadas que las de los suníes.
En general, ¿la retirada de Estados Unidos no alentaría la insurgencia? No, al contrario, se acabaría. Finalmente, dice, lo que este movimiento está resistiendo es la ocupación. Y subraya un elemento más, el nacionalismo iraquí que, en el fondo, une a todos los grupos rivales contra el invasor. Lo que se está librando en Irak, explica, no es una guerra santa, sino de resistencia.
¿Y qué pasaría con los yihadistas extranjeros que participan en la resistencia? Considera que su número es insignificante, lo mismo que los lazos de la resistencia con Al Qaeda. Los suníes, cuenta, aceptaron a estos combatientes foráneos porque estaban más dispuestos a morir que los locales. Pero a ellos no les interesa restablecer el califato musulmán en el mundo ni combatir infieles; ellos lo único quieren, es que los norteamericanos se vayan.
Ido Estados Unidos, lo más probable es que estos guerreros santos empezarían a sentir la animosidad de la población, que ya se ha manifestado muchas veces. Inclusive núcleos radicales chiitas los han repudiado. Lo que estos yihadistas requieren para operar, dice Rosen, es precisamente un Estado fallido como el que es ahora Irak.
Muchos se preguntan qué harían los vecinos de Irak. ¿Cómo reaccionaría por ejemplo Turquía, ante un intento de secesión por parte de los kurdos? Este de cualquier manera se va a dar, asegura, porque todos los kurdos quieren un Kurdistán independiente. Eso no quiere decir que los kurdos de Irak se unan inmediatamente con los de Turquía, con quienes tienen una larga historia de animosidad. En cuanto al gobierno turco, está muy ocupado con su ingreso a la Unión Europea, y, lo único que quiere, son garantías de que no se incitará a la rebelión en su territorio.
La influencia de Irán es otra duda. No hay un riesgo real, asegura, los iraquíes son fieramente nacionalistas. Algunos chiitas ven a Teherán como aliado, porque les dio refugio durante la persecución de Sadam; pero, los más, sufrieron los atroces efectos de la guerra entre ambos países y todavía se puede percibir este resentimiento.
En síntesis, concluye Rosen, la mayoría de los iraquíes, aun los que resultaron beneficiados por la invasión, desean que acabe la presencia militar norteamericana. Esta percepción fue confirmada en las últimas encuestas: 78% quiere que se vayan, 69% piensa que han empeorado la situación y 51% justifica los ataques de los insurgentes.
Lucía Luna Elek
(v.pág.15 del periódico Público del 25 de marzo de 2007).
Debido a que ha decidido hacer las cosas por su cuenta y continuar con su política beligerante, el presidente George W.Bush está desdeñando abiertamente al Congreso y al pueblo estadounidense, enfureciendo tanto a legisladores que algunos consideran como opción someterlo a juicio político, declaró el domingo un senador de su mismo partido.
El senador republicano Chuck Hagel, miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado y frecuente crítico de la guerra, no llegó a pedir un juicio político contra Bush. Pero dejó en claro que algunos legisladores lo consideran una opción en caso de que Bush decida continuar con su política pese a la opinión pública contra la guerra.
Según Hagel, hay "formas de proceder" cuando un presidente dice "no me importa, o no responderé a lo que la gente de este país esté diciendo sobre Irak o cualquier otra cosa, o no me importa lo que el Congreso haga".
(V.Associated Press del 25 de marzo de 2007).
El ex secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, admitió hoy que la administración estadounidense cometió "serios errores" tras la invasión de Irak en 2003 y opinó que sus tropas "no pueden quedarse indefinidamente" en este país, que está sufriendo una verdadera "guerra civil".
Powell pronosticó que la situación que está viviendo Irak, que en estos momentos es como "una olla a presión", acabará derivando en un "régimen de mayoría chiíta". El ex secretario de Estado norteamericano afirmó que el éxito internacional de la Administración del presidente George W.Bush "dependerá del resultado final" de la guerra en Irak.
Powell reconoció que EEUU cometió "errores importantes" después de propiciar la caída del régimen de Sadam Husein, como por ejemplo "no entender" que ese hecho representaba sólo la "primera etapa" de la operación, de manera que no se "planificó" adecuadamente la gestión posterior del país.
Powell reconoció que la cuestión iraquí ha contribuido a ensanchar la brecha entre Europa y EEUU, unas diferencias que se han visto agravadas por la forma "altiva" con la que la administración Bush se ha dirigido a Europa y al resto del mundo.
También admitió que la referencia del ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld a la llamada "vieja Europa" no le ayudó "en nada" a mejorar el diálogo con socios europeos como Francia o Alemania, que se habían distanciado de la intervención en Irak.
Sobre EEUU, el ex militar lamentó que sus autoridades transmitan la imagen de un "régimen de vaqueros y cowboys", al que "no le importa" la opinión de la comunidad internacional, y apostó por preservar la tradición de "país abierto y hospitalario".
(V.Agencia Efe del 26 de marzo de 2007).
Casi 7 de cada 10 estadounidenses piensan que la guerra va mal, y más de la mitad desearían que los E.U.se hubieran quedado en casa. Para los iraquíes, rabia, vergüenza y necesidad están trabadas. Dos tercios declaran no tener fe en las tropas estadounidenses y que su presencia empeora las cosas; más de la mitad dicen que es aceptable atacarlas. Pero una retirada dejaría a los civiles a merced de líderes y fuerzas de seguridad corruptos, ineptos y sectarios, así que sólo el 35% quiere a las tropas fuera ya.
Algunos expartidarios de la guerra, buscando una exoneración, llegan a la conclusión de que los iraquíes no merecen nuestro continuo sacrificio. Algunos opositores, buscando a quién asignarle la culpa, explican que los iraquíes no merecen tampoco el abandono, ahora que los E.U.han arruinado su país.
Nancy Gibbs
(v.pág.9 de la edición internacional de TIME del 2 de abril de 2007).
Ronald Reagan restauró un sentido de misión estadounidense como la "ciudad en la colina" que sería una luz para el mundo y traería la derrota de lo que él muy poco diplomáticamente bautizó como "el imperio del mal". Después de 9/11 Bush encontró su propio imperio del mal, de hecho todo un eje del mal. Pero él no ha generado los resultados de Reagan: Korea del Norte es nuclear, Irán fanfarronea por todo el escenario mundial, Iraq es un pantano. "Los conservadores están divididos acerca de la guerra de Iraq, pero existe un sentir cada vez mayor de que fue un error", comentó el activista conservador y recolector de fondos Richard Viguerie. "Esta no es una idea tipo Ronald Reagan, sobre la cual cabalgar en nuestro caballo blanco alrededor del mundo tratrando de salvarlo militarmente. Ronald Reagan ganó la guerra fría llevando a la bancarrota a la Unión Soviética. No volaron aviones. No rodaron tanques. No marcharon ejércitos".
Karen Tumulty
(v.pág.27 de la edición internacional de TIME del 2 de abril de 2007).
El gobierno de EEUU se mostró hoy sorprendido por los comentarios efectuados por el monarca de Arabia Saudí, Abdala Bin Abdelaziz, quien tachó de "ilegítima" la ocupación de Irak.
(V.Agencia Efe del 29 de marzo de 2007).
Los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos hicieron tomar conciencia de un nuevo tipo de riesgo que llamamos "hiperterrorismo", no directamente ligado a los Estados. Al decidir intervenir en Irak, Estados Unidos contribuyó involuntariamente al aumento de los desórdenes, y también de las amenazas al Oriente Medio. Y al inmovilizar en esa parte del mundo a fuerzas militares considerables, Washington se encuentra obligado a restringir drásticamente la eventualidad de sus opciones en otras partes, incurriendo en una formidable pérdida de prestigio. La imagen de una supremacía militar basada en la tecnología se enturbió.
El retorno del soldado está en el centro de la tormenta. Desde noviembre de 2006, la cuestión ya no es saber si los Estados Unidos van a retirar sus tropas, sino cuándo y cómo. El sueño de un gran Oriente Medio democrático se desvaneció. Todos sabemos ahora que el coloso tecnológico estadunidense tiene los pies de barro. El paréntesis de la hiperpotencia estadunidense se cerró.
Thierry de Montbrial
(v.pág.29 del periódico Público del 1o.de abril de 2007).
El presidente de Estados Unidos, George W.Bush, tiene la difícil tarea de intentar convencer a los estadounidenses de que lo apoyen una vez más en la guerra que ya lleva cuatro años, y que ha causado la muerte de más de 3,200 soldados estadounidenses.
Una encuesta de Newsweek difundida el fin de semana pasado notó que el 57% de los estadounidenses apoya el plan demócrata para comenzar a retirar a los soldados, mientras que el 36% lo rechaza.
(V.pág.9-A del periódico El Informador del 4 de abril de 2007).
Los expertos del British Museum calculan que el Museo Arqueológico de Bagdad ha registrado un expolio de unos 8,000 objetos y piezas arqueológicas desde el comienzo de la guerra de Iraq en la primavera de 2003. Los especialistas del museo londinense han asegurado que "los yacimientos arqueológicos en Iraq han sufrido muchos daños", por lo que gran parte de sus fondos "se pueden dar por perdidos".
(V.pág.8-B del periódico El Informador del 4 de abril de 2007).
"No hay duda de que tener a Cheney en la administración fue un error mayor que el contratar al exsecretario de Defensa Donlad Rumsfeld. Hace mucho que se fueron los días en que un vicepresidente sólo asistía a funerales y nos los provocaba -tantos de ellos. Libby (ahora Fibby) se ha arruinado jugando un peligroso juego por el VP y perdiéndolo. Halliburton se está cambiando a Dubai. Esperemos que la empresa se lleve a Cheney con ellos."
Mel Maurer / Westlake, Ohio
Inbox
(v.edición internacional de TIME del 9 de abril de 2007).
"Podría pasarme el día matando", comenta el coronel David Sutherland, oficial al mando de la provincia de Diyala. "Ello no mejoraría nada". Cuatro años después de haber llegado a Iraq, los E.U.han aprendido la lección de la manera difícil.
Mark Kukis
(v.pág.37 de la edición internacional de TIME del 9 de abril de 2007).
Lista anual de estadounidenses más idiotas:
Prensa y expertos en Oriente Medio reaccionaron el jueves ante la resolución de la crisis de los quince marinos británicos, retenidos por el gobierno de Irán mientras realizaban labores de espionaje en el Golfo Pérsico, según divulgó el jueves la cadena SkyNews. Para el inglés The Independent, Irán logró reafirmar su papel de poder regional y de potencia internacional con la cual hay que negociar, y destacó los "talentos diplomáticos" de Londres que logra con ello mejorar sus relaciones no sólo con Irán sino con Siria.
El también británico The Guardian, tras recordar las humillaciones que viene resintiendo Irán "cerco del Consejo de Seguridad de la ONU, arresto de cinco diplomáticos iraníes en Irak, posible deserción de uno de sus más altos cuadros militares", escribió que, no obstante, una espada de Damocles sigue amenazando al presidente Ahmadineyad: "La convicción de los halcones de Washington y de los militares israelíes de que la única manera de impedir a Irán enriquecer su uranio es bombardear el país".
Para Los Angeles Times, la crisis reafirma los valores de la diplomacia sobre la opción militar, en tanto el Christian Science Monitor comparó la coyuntura con el secuestro, en junio pasado, de dos soldados del ejército israelí. Pero por privilegiar Tel Aviv la opción militar -añade-, no ha podido recuperar aún a sus militares, además de haber demolido la mitad del Líbano.
Tanto el Washington Post como el Guardian destacaron el papel mediador "determinante" jugado por Siria. Esto en momentos en que la presidenta de la cámara baja, la demócrata Nancy Pelosi, tercera en la jerarquía del poder en EU, apuesta con su gira por Oriente Medio abrirle paso a las recomendaciones de la bipartidista Comisión Baker, que en diciembre anterior apremió a la Casa Blanca a salir de Irak, impulsando un "diálogo constructivo" con los vecinos, Siria e Irán, además de intensificar los esfuerzos diplomáticos para poner fin al interminable conflicto israelo-palestino.
Para Juan Cole, experto por la Universidad de Michigan, Londres "abrió una puerta" y "la vía diplomática puede albergar las semillas de negociaciones similares en el futuro, si británicos y estadunidenses así lo quieren".
Irán se apuntó una victoria, añade, porque Londres debió cambiar su postura inicial de amenazas y exigencias, lo que muestra que cuando Occidente "trata a Irán como a un igual tiene más posibilidad de lograr lo que quiere que mediante el enfrentamiento o la humillación".
Gary Sick, de la Universidad de Columbia y ex asesor del presidente Carter, opinó que el mensaje de Irán también es: "Somos un pueblo civilizado, humanitario y razonable. Se puede conversar con nosotros". Agrega que el silencio relativo de Washington puede haber transmitido, sin querer, otro mensaje: aún no hay intenciones de atacar Irán. La crisis pudo haber sido usada como pretexto y desembocar en una crisis militar total, dice, pero "creo que la ausencia de una escalada mayor es un indicador significativo de que el deseo de EU de atacar puede ser menos fuerte de lo que se ha dicho".
Irene Selser
(v.pág.29 del periódico Público del 6 de abril de 2007).
¿Llegará Estados Unidos a invadir Irán? ¿Será un problema de tiempo? Las respuestas a estas interrogantes son claves para entender qué camino tomarán la economía mundial, las elecciones en EU y la seguridad mundial en los siguientes años.
Una intervención bélica en Irán antes de las elecciones, aseguraría la no elección del candidato republicano a la presidencia -sin importar quién sea-, además de afianzar el liderazgo de los demócratas en la cámara baja debido a que en 2008 son elecciones tanto presidenciales como legislativas.
Por lo tanto, a pesar del lenguaje amenazante, ante la impopularidad de la guerra en Iraq, el presidente Bush y sus operadores políticos le apostarán a evitar, a toda costa, encontrarse en una situación ante Irán que los empuje a invadir ese país. La decisión de cómo enfrentar la posibilidad de que Irán tenga armas nucleares hacia el futuro, será una decisión que el presidente Bush quisiera que la tomara el nuevo mandatario en 2009.
Tampoco es descabellado especular que el ala dura dentro del gobierno israelí esté considerando que, ya resuelto el tema iraquí, éste podría ser el momento para resolver uno de las amenazas más graves a su supervivencia, que es el gobierno fundamentalista iraní. Aunque también es una apuesta peligrosa, una provocación israelí en contra de Irán tampoco se puede descartar.
Ana María Salazar
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 7 de abril de 2007).
Interrogatorios a Saddam Hussein y documentos oficiales incautados descartaron nexos entre el ex gobernante iraquí y la red terrorista Al Qaeda, señalaron nuevos elementos de un informe del Pentágono divulgado ayer, que echó por tierra uno de los argumentos usados por Estados Unidos para invadir Iraq en 2003. Según el inspector general del Departamento de Defensa estadounidense, la información obtenida tras la caída de Saddam confirmó la posición previa a la guerra de la Agencia Central de Inteligencia y de la inteligencia del Pentágono respecto a que Bagdad no tenía contactos directos con Al Qaeda.
El informe señala que tanto los interrogatorios a Saddam y a otros altos funcionarios del régimen iraquí, como el análisis de los documentos incautados en Iraq, "confirmaron todos" que "Irak y Al Qaeda no cooperaban".
Este texto contradice un argumento de peso del gobierno del presidente estadounidense, George W.Bush, para justificar la invasión a Iraq: la supuesta relación de trabajo entre Bagdad y Al Qaeda.
El informe subrayó que la oficina del entonces subsecretario de Defensa, Douglas Feith, uno de los principales defensores de la invasión a Iraq tras los ataques de 2001, había ignorado la postura de la CIA y del informe de inteligencia del Pentágono.
Feith había calificado la supuesta relación Al Qaeda-Iraq de "madura" y "simbiótica" en un informe al jefe de gabinete del vicepresidente Dick Cheney. El reporte de Feith nombró cooperación en 10 áreas, incluyendo entrenamiento, financiación y logística.
Pero el nuevo reporte indica que la inteligencia norteamericana había concluido, en aquel momento, que no había "señales determinantes" de los nexos entre Iraq y Al Qaeda, y que la "cooperación directa no fue establecida".
Antes de la guerra hubo poco debate público en Estados Unidos sobre las afirmaciones del Gobierno de Bush de la relación entre Iraq y el grupo de Bin Laden.
Pero luego de la invasión de la coalición liderada por Estados Unidos en 2003, varios funcionarios de inteligencia afirmaron que la Casa Blanca y sus partidarios ignoraron las informaciones que les brindaron y seleccionaron a su conveniencia los hechos que apoyaban sus argumentos para ir a la guerra.
"Es importante para el público ver por qué el inspector general del Pentágono concluyó que los servicios del secretario Feith 'desarrollaron, produjeron y luego divulgaron análisis sobre la relación entre Iraq y Al Qaeda' que tenían conclusiones contradictorias con el consenso de la comunidad de inteligencia, y por qué el inspector general concluyó que estas maniobras fueron 'inapropiadas'" , declaró Carl Levin en un comunicado.
Cheney insistió en una entrevista radial el miércoles en la existencia de los nexos entre Iraq y Al Qaeda antes de 2003, al aseverar que la red trabajaba en Irak "inclusive antes de que nosotros entráramos en escena".
"Como lo digo, estaban presentes antes de que invadiéramos Iraq", dijo Cheney en el programa de radio conservador de Rush Limbaugh.
La Casa Blanca había reaccionado en febrero señalando que el presidente Bush "reconoció, desde hace tiempo, que la inteligencia que condujo a la guerra en Iraq era inexacta" y que había tomado "medidas espectaculares para reformar la comunidad de inteligencia".
(V.pág.6-A del periódico El Informador del 7 de abril de 2007).
La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, decidió detenerse en Damasco, lo que, pese a las descalificaciones de la Casa Blanca, parece haberle dado buenos dividendos políticos. El hecho de desafiar a un Bush iracundo pero impotente, el primero; el protagonismo de un Congreso dominado por los demócratas, el segundo; y el mensaje de que dialogando, sin utilizar las armas o su amenaza, se puede avanzar más, lo que exhibe a más de uno.
Lucía Luna Elek
(v.pág.17 del periódico Público del 8 de abril de 2007).
El presidente iraní está convencido -como todos- que una guerra en su territorio dispararía el precio del barril. Eso es la último que quiere la comunidad de naciones. El petróleo escasea y un barril por las nubes alteraría las macroeconomías mundiales.
Pero hay algo más. Irán es un país con una extensión tres veces mayor a la de Irak. Las proporciones bélicas se agigantarían. Lo mismo los extraordinarios presupuestos que se destinarían para las huestes multinacionales. Harían falta muchos más soldados y la realidad es que no los hay o no lo suficientemente preparados. Bush ya no saca a sus rangers a cualquier sitio. Bastante tiene con cuidar a duras penas el changarro de Irak y Afganistán.
No me olvido del peligro real que tienen con la posibilidad de obtener la bomba nuclear. Es algo que nos trae en jaque. A todos, pero especialmente a Israel. Será el estado hebreo quien mueva ficha si no lo hace alguien previamente -que no parece que lo vayan a hacer.
Alberto Peláez
(v.pág.25 del periódico Público del 8 de abril de 2007).
La continuación del conflicto en Iraq será para el presidente de Estados Unidos, George W.Bush, un logro. Tiene el poder para vetar cualquier proyecto que el Senado y Cámara de Representantes de Estados Unidos que contradiga la asignación de recursos para continuar la invasión al país árabe.
Más aún, a decir de Darrin Wood, especialista e investigador de temas militares con maestría de ciencia en estudios militares de Estados Unidos, la exigencia de dichos recursos deja entrever que Bush intenta fortalecer la presencia frente a Irán.
"Bush se saldrá con la suya. Cualquier ley que apruebe el Congreso, Bush tiene el poder de vetarla", comenta Wood y asegura que será un tema con repercusiones electorales en 2008, que incluso no se resolverá en la actual administración, que termina en enero de 2009.
De acuerdo con Wood, en caso de un eventual veto, Bush y sus opositores seguirán debatiendo el tema hasta las elecciones, un recurso que podría ser parte principal de campaña. "Va a tener problemas el partido republicano el año que viene, porque cada vez más la población está en contra de la guerra, incluso los propios militares", algunos aseguran que es imposible ganar la guerra.
Para el periodista de investigación, es un arma de dos filos, pues asegura que podría suceder que no se apruebe más dinero para la guerra, aunque los demócratas no quieren hacerlo, ya que los republicanos los acusarían de no apoyar a las tropas y dejarlos sin ayuda en una zona de guerra.
"Es algo arriesgado políticamente en las próximas elecciones. Se pensaría que al partido demócrata no importa la vida de las tropas de Estados Unidos, cuando en realidad ha sido la administración de Bush a la que no ha importado la vida de los soldados y marines de EU".
Desde el comienzo de la guerra en Iraq, el costo del conflicto oscila entre 410,000 millones y 450,000 millones de dólares, según el Congreso estadounidense.
Wood destacó la intención de Bush por fortalecer su presencia frente a Irán, como un hecho, el que Estados Unidos tenga planes para atacar a Irán. "No pueden hacer una invasión por tierra porque no hay tropas, pero bombardeos sí pueden hacer. Después de que Bush da la orden, dentro de 24 horas, aviones y misiles pueden estar bombardeando Irán".
(V.pág.13-A del periódico El Informador del 9 de abril de 2007).
Nadie en Estados Unidos quiere hacerse cargo de los conflictos armados en Iraq y Afganistán.
La Casa Blanca está buscando un supervisor de alto perfil que coordine las guerras, pero tiene problemas para encontrar a alguien que acepte el puesto, informó ayer el diario The Washington Post.
Al menos tres generales de cuatro estrellas retirados fueron contactados por la Casa Blanca en las últimas semanas, pero han rechazado el puesto, reveló el diario.
El "zar" de la guerra reportaría directamente al presidente George W.Bush y al Consejero Nacional de Seguridad Stephen Hadley, y tendría la autoridad para emitir directivas al Pentágono y al Departamento de Estado, informó el periódico.
El general retirado John "Jack" Sheehan, ex comandante de la OTAN, estuvo entre quienes rechazaron el ofrecimiento del puesto.
"El principal asunto es que que ellos no saben a dónde demonios se dirigen", dijo Sheehan al diario.
El militar cree que el vicepresidente Dick Cheney y sus aliados de línea dura siguen prevaleciendo dentro del Gobierno sobre los pragmáticos, en la búsqueda de una salida de Iraq, dijo el Post.
"Entonces, en lugar de aceptar, desarrollar una úlcera y finalmente abandonar el cargo, dije: 'no, gracias'", declaró Sheehan al diario.
El general retirado del Ejército Jack Keane y su par de la Fuerza Aérea Joseph Ralston también rechazaron el ofrecimiento, expresó el rotativo, citando fuentes no identificadas.
(V.pág.10 del periódico Mural del 12 de abril de 2007).
El ex jefe de inspectores de Naciones Unidas sobre armas de destrucción masiva en Irak, Hans Blix, afirmó hoy que si se les hubiera otorgado dos meses más para su misión en ese país en 2003, se habría evitado la guerra. "Quizá con dos meses más hubiésemos podido registrar todos los emplazamientos sospechosos, constatar que no había armas y se hubiera podido evitar la guerra", manifestó Blix.
El diplomático sueco participó ayer en Bilbao, en la presentación de un informe de la Comisión de Armas de Destrucción Masiva que preside, titulado "Armas del terror. Librando al mundo de las armas químicas, biológicas y nucleares". "El principal motivo (de la misión en Irak) era destruir las armas, cuya existencia se ha demostrado es totalmente falsa", recordó Blix, quien destacó que el país árabe "se pretendía asentar una democracia y ahora hay anarquía". Aclaró que si bien considera la invasión a Irak como un error, no está a favor de que los mandatarios que la promovieron sean juzgados en una corte de justicia internacional por crímenes de guerra, ya que no le interesa "castigar el pasado". Sostuvo que las fallas de esa intervención se dieron desde el inicio, como el intentar vincular al presidente iraquí Sadam Husein con la red terrorista Al Qaeda.
(V.pág.32 del periódico Público del 13 de abril de 2007).
Hasta ahora las manecillas del reloj corrían a favor de Occidente. Ahora van en contra. Es urgente aplacar a Irán a la brevedad. Naciones Unidas debe imponerles sanciones tan estrictas que no tenga más remedio que ceder ante la presión. Esa es la misión diplomática, misión que, de momento, se hace imposible. Pero si ese camino no funciona habrá que utilizar la fuerza.
Ahora bien. ¿Estamos capacitados para emplearla? Estados Unidos se encuentra inmerso en batallas sangrantes con Irak y Afganistán. Israel sí tiene capacidad para dañar a Irán pero no para destruir. Europa está dividida y en esas condiciones una guerra se hace difícil, si no imposible.
Estados Unidos tiene ante sí las elecciones presidenciales y no debería estar involucrada en una guerra más cuando ya tiene dos. No debería hasta las elecciones presidenciales, hasta saber quién será el próximo presidente.
Alberto Peláez
(v.pág.25 del periódico Público del 15 de abril de 2007).
En la conferencia de políticas del Comité Americano de Asuntos Públicos de Israel, realizada el 15 de marzo en Washington, el líder republicano de minoría John Boehner obtuvo una ovación de pie después de decir: "¿Quién no piensa que el fracaso en Irak no es una amenaza directa para el estado de Israel? Las consecuencias del fracaso en Irak son tan ominosas para Estados Unidos que ni siquiera es posible imaginarlo".
El primer ministro de Israel, Ehud Olmert -dirigiéndose a los presentes a través de una teleconferencia desde Jerusalén- atacó el debate de Estados Unidos sobre Irak de una manera que el liderazgo israelí había evitado hasta ahora. Urgió abiertamente a los delegados de AIPAC a que luchen por el apoyo del Congreso a la estrategia actual de la administración Bush en Irak. En los días que han pasado desde entonces, Olmert ha sido duramente criticado por la prensa israelí y por otros miembros de su propio gobierno (en Israel, muchos creen que es inapropiado que un jefe de estado israelí intente abiertamente influir sobre un debate estadunidense).
Durante los eventos de la noche de apertura, grandes pantallas de video detrás del podio de los oradores presentaban una proyección de imágenes cronológicas de los presidentes de Estados Unidos y sus primeros ministros israelíes contemporáneos, y cuando la proyección llegó a George W.Bush, la sala rompió en un aplauso, un aplauso mucho mayor del que los asistentes le habían dedicado a Reagan, Kennedy o Truman. Y cuando Dick Cheney apareció por primera vez en el escenario, el 12 de marzo por la mañana, los asistentes se pusieron inmediatamente de pie y llenaron el lugar de grandes aplausos, mismos que continuaron intermitentemente a través de todo su discurso predeciblemente agresivo.
Fue un contraste sorprendente con las encuestas de opinión pública en lo referente a Bush y Cheney.
Como comentó un delegado cerca mío durante el discurso del vicepresidente: "Esta debe ser la última gente que lo sigue recibiendo de esta manera".
Gregory Levey
(v.pág.29 del periódico Público del 15 de abril de 2007).
Las tres grandes historias de Bush de 2007 -la decisión del "incremento" en Iraq, el escandaloso tratamiento a los veteranos en el Walter Reed Army Medical Center y el despido de ocho fiscales de E.U.por equívocas razones políticas- iluminan con precisión las tres características que han hecho a esta administración una de las peores en la historia de los Estados Unidos: arrogancia (el incremento), incompetencia (Walter Reed) y cinismo (los fiscales federales).
Empezamos con Iraq, como siempre. Desde el principio ha sido obvio que motivos personales han distorsionado el juicio del presidente acerca de la guerra. Saddam trató de matar a su papá; su papá no trató lo suficiente de matar a Saddam. Había una deuda que cobrar. Pero la petulancia adolescente de Bush nunca fue más obvia que con su decisión de ignorar el reporte Baker-Hamilton y moverse en la dirección exactamente opuesta: agregar tropas y emplear tácticas de contrainsurgencia inapropiadas para la situación en el terreno. "No había manera de que aceptara [sus conclusiones] una vez que la prensa empezó a tratar el reporte como los amigos de papi viniendo al rescate", me comentó un miembro de la comisión Baker-Hamilton. Como la invasión de Bush a Iraq, la decisión del incremento se llevó a cabo unilateralmente, sin el adecuado respeto por la historia o la doctrina militar. Iraq fue invadido con tropas y planeación insuficientes; el incremento se intentó con muy pocas tropas (en especial de iraquíes no kurdos arabehablantes), una línea de tiempo intencionalmente confusa ("progreso" para septiembre) y, lo más importante, la ausencia de un gobierno iraquí confiable.
El general David Petraeus ha dicho repetidamente: "Una solución militar a Iraq no es posible". Traducción: Esto va a fallar a menos que exista un acuerdo entre los shiitas, sunitas y kurdos. No hay tal acuerdo en el horizonte, en gran parte por la aversión del presidente a hablar con gente que le desagrada. Y mientras algunos vecindarios en Bagdad pueden haberse pacificado -temporalmente- como resultado de la mayor presencia estadounidense, la historia dentro de dos años es probable que se parezca a los recientes encabezados de Tall'Afar: combatientes sunitas y masacres shiitas han destruido el orden en una ciudad famosa por su pacificación mediante tácticas de contrainsurgencia en 2005. La indiferencia de Bush ante la realidad en Iraq no es un caso aislado. Es el modus operandi de su administración. La indiferencia de su Environmental Protection Agency hacia los peligros de las emisiones de CO2 fue rechazada por la Suprema Corte el 2 de abril.
El 3 de abril el presidente volvió a acusar a los demócratas de estar "más interesados en pelear batallas políticas en Washington que en proporcionar a nuestras tropas lo que requieren". Tal demagogia es especialmente enfurecedora en vista de la inhabilidad de la administración para proveer a nuestras tropas de "lo que requieren" en el principal hospital para veteranos de la nación. El óxido y la decrepitud del Walter Reed es probable que sean sólo el principio de la tragedia, el último ejemplo de incompetencia de esta administración. "Este es otro aspecto de la planeación de la guerra que no se hizo apropiadamente", declara Paul Rieckhoff de Iraq and Afghanistan Veterans of America. "Todo el sistema hospitalario de la Administración de Veteranos está impreparado para las víctimas de Iraq, especialmente las víctimas siquiátricas. Muchos veteranos está diciendo: 'Este es nuestro momento Katrina'. Y están en lo correcto: esta administración gobierna mal porque no se preocupa mucho por gobernar".
Comparado con Iraq y el Walter Reed, el despido de los fiscales federales es un asunto menor relativamente. Es verdad que los fiscales federales sirven al gusto del presidente, pero son nominados políticos de una clase especial. Son partidistas, obviamente, pero deben aparecer por arriba de la política -no trabajar para influir en las elecciones, por ejemplo- si se desea mantener la fe pública en la imparcialidad de la justicia. Otra vez los manejos de Karl Rove han corrompido un área política -como lo hicieron con la seguridad nacional- que debería haber estado más allá de los límites de los operadores políticos.
Cuando Bush llegó al cargo -instalado por la Suprema Corte después de recibir menos votos que Al Gore- especulé que el nuevo presidente tendría que gobernar en una forma bipartidista para tener éxito. El escogió el camino opuesto, y su hiperpartidismo ha demostrado ser una parodia de gobierno y una entendible falla. He intentado ser respetuoso del hombre y de su cargo, pero los tres pecados definitorios de la administración Bush -arrogancia, incompetencia, cinismo- son congénitos: son parte de su personalidad. No es probable que cambie. Y es cada vez más difícil imaginar otros dos años más de lento desangrarse con un líder tan claramente incapaz de dirigir.
Joe Klein
(v.pág.4 de la edición internacional de TIME del 16 de abril de 2007).
El estado desastroso de los militares de E.U.está poniendo a ese país en peligro estratégico. Aun cuando expresó una dura crítica al Pentágono, el general retirado Barry McCaffrey urgió al Congreso a aprobar los US$ 100,000 millones en fondos solicitados para el conflicto, explicando que retrasarlos sería un "error de juicio monumental".
"No tenemos opción en este momento sino darle al general Petraeus y al embajador Ryan Cocker las herramientas y el tiempo para hacer su trabajo", declaró McCaffrey.
McCaffrey regresó el mes pasado de un viaje a Iraq y Afganistán, condenando las políticas del Pentágono que, dijo, han dejado un Ejército muy pequeño, con equipamiento desordenado y sin respaldo en caso de un reto de alguien como Irán, Siria o Korea de Norte.
La administración Bush planea incrementar el número de soldados en el Ejército y el número de marines en alrededor de 92,000 en los próximos años, pero McCaffrey cree que los incrementos no están dándose lo suficientemente rápido.
(V.Reuters del 17 de abril de 2007).
Bush es profundamente impopular, lo mismo que la guerra de Iraq. Pero los estadounidenses continúan siendo comprensiblemente sensitivos hacia las necesidades de las tropas.
James Carney
(v.pág.12 de la edición internacional de TIME del 23 de abril de 2007).
"El Ejército de E.U. ha ordenado transportes diseñados para desviar las explosiones de los dispositivos explosivos improvisados. ¿Dónde ha estado el Pentágono los pasados 30 años? Como miembro de la Fuerza de Defensa Sudafricana en 1979, yo viajé en vehículos con el perfil idéntico al descrito. Ellos eran más efectivos en alejar de los pasajeros la eplosión de las minas, salvando con ello sus vidas. Que los militares de E.U.apenas ahora los vayan a utilizar da la apariencia de que no aprecian la vida de sus soldados."
Wayne Pringle / Matatiele, Sudáfrica
Inbox
(v.edición internacional de TIME del 23 de abril de 2007).
El debería estar sintonizado con el hecho de que es presidente de los Estados Unidos, no rey de los Estados Unidos. Y él tiene otra rama de gobierno, denominada rama legislativa de gobierno, con la que tiene que negociar.
Harry Reid, líder de la mayoría del Senado de E.U.
(v.pág.14 de la edición internacional de TIME del 23 de abril de 2007).
Yo lo creo y la secretara de Estado, el secretario de Defensa y -hagan ustedes su propia decisión acerca de lo que cree el presidente- [saben] que esta guerra está perdida y que el incremento no está logrando nada como se demostró en la extrema violencia de ayer en Iraq.
Harry Reid, líder de la mayoría demócrata en el Senado
(v.Associated Press del 19 de abril de 2007).
Otra tragedia que fue registrada noticiosamente como mero trámite, fue la ola de atentados que esta semana dejó en Bagdad dos centenas de muertos y otras tantas de heridos. Es la enésima y hay una situación de guerra, pero ello no quita que caigan víctimas inocentes. Alguien, además, debería cargar con la responsabilidad de esta carnicería, que en cua-tro años ha cobrado un número tan indeterminado de vidas que, según la fuente, oscilan entre 150,000 y 600,000.
Pero ni el gobierno, ni la prensa, ni los ciudadanos comunes en Estados Unidos se preocuparon demasiado de esta situación, sino hasta que empezó a subir la cifra de muertos entre sus propios muchachos (poco más de 3,000). Lo mismo que ocurrió en Vietnam, y ahora la mayoría quiere que salgan ya de Irak. Una proclividad nacional a valorar las vidas propias por encima de las ajenas.
Lucía Luna Elek
(v.pág.21 del periódico Público del 22 de abril de 2007).
El general David Petraeus, jefe de las fuerzas de EEUU en Irak, dijo hoy que la situación en el país árabe se agrava por una serie de injerencias de Teherán y Damasco que, especialmente las iraníes, "no ayudan en nada" a mejorar el estado de las cosas.
El general indicó que la situación en ese país en conflicto podría "empeorar, antes de mejorar" y la calificó de "excesivamente compleja y dura", para, posteriormente, opinar que la guerra en Irak es "la más compleja y desafiante que jamás haya visto".
El general estadounidense evitó manifestarse sobre cuánto tiempo consideraba que deben permanecer las tropas en Irak.
"No me atrevo a anticipar qué nivel de tropas tendremos dentro de unos años", dijo.
(V.Agencia Efe del 26 de abril de 2007).
Un oficial activo del ejército estadounidense advirtió que Estados Unidos enfrenta la perspectiva de una derrota en Irak y culpó a los generales por no haber preparado sus fuerzas para una insurgencia y por haber engañado al Congreso sobre la situación aquí.
"Por motivos que todavía no están claros, el cuerpo de generales de Estados Unidos subestimó la fuerza del enemigo, sobrestimó la capacidad del gobierno y de las fuerzas de seguridad iraquíes y no suministró al Congreso una evaluación acertada sobre las condiciones de seguridad en Irak", dijo el teniente coronel Paul Yingling en un artículo publicado el viernes en la publicación Armed Forces Journal.
Los generales no solamente fueron a Irak preparándose para una guerra convencional de alta tecnología con demasiado pocos soldados, sino que tampoco tuvieron un plan coherente para la estabilización de posguerra. Los generales tampoco dijeron al público estadounidense sobre la intensidad de la insurgencia que enfrentaban sus fuerzas, escribió.
"En el 2007, las graves y deterioradas condiciones ofrecen una menor esperanza de una victoria estadounidense y presagia una guerra regional aun más amplia y más destructiva", escribió.
(V.Associated Press del 27 de abril de 2007).
Un sondeo de NBC News y el periódico Wall Street Journal reveló que 2 de cada 3 estadunidenses piensan que el país va por mal camino. Sólo 22% de los estadunidenses cree que el país avanza en la dirección correcta, mientras que 66% piensa que va por un rumbo equivocado, mostró la encuesta realizada a 1,004 adultos entre el 20 y 23 de abril. NBC News dijo que las cifras de la encuesta apuntan a que la guerra en Irak es la principal razón de la mala evaluación.
12% dijo que la situación en Irak había progresado en los últimos tres meses, mientras 49% sostuvo que las cosas estaban peor. Cerca de 37% no veía cambios en el conflicto. 55% de los consultados dijo que no se podía ganar la guerra, mientras 36% de los encuestados pensaba que sí.
(V.pág.38 del periódico Público del 27 de abril de 2007).
El presidente George W.Bush debería firmar un proyecto de ley que dispone el comienzo del retiro de las fuerzas estadounidenses de Irak para el 1 de octubre, afirmó el sábado el teniente general retirado William Odom.
"Espero que el presidente aproveche este momento para establecer un cambio básico firmando el proyecto que el Congreso le envió", dijo Odom, en el mensaje radial semanal de los demócratas.
Odom, un crítico expreso de la guerra que fue el principal funcionario de inteligencia del Ejército y que dirigió la Agencia Nacional de Seguridad durante el gobierno de Ronald Reagan, pronunció el mensaje a pedido de la titular de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Dijo que nunca ha sido demócrata ni republicano.
El general acusó a Bush de desperdiciar vidas y ayudar a Irán y al-Qaida con su invasión de Irak.
"El desafío que enfrentamos hoy no es cómo ganar en Irak, sino cómo recuperarnos de un trágico error, el de haber invadido Irak precisamente", dijo. "El presidente ha dejado (la guerra en Irak) en piloto automático, sin hacer correcciones en vista de la acumulación de evidencias de que su estrategia fracasa y no tiene remedio. Deja que Estados Unidos se meta cada vez más en problemas, desperdiciando su influencia, dinero y sangre, facilitando la ganancia de nuestros enemigos".
Odom dijo que no está a favor de la participación del Congreso en la ejecución de la política exterior ni militar, pero acusó a Bush de negligencia en el cumplimiento de su deber. Esta semana el Congreso aprobó un proyecto de gastos para la guerra de Irak que requiere que Bush empiece a retirar las fuerzas de Irak para el 1 de octubre.
(V.Associated Press del 28 de abril de 2007).
En 2006 se registraron, en promedio, 39 ataques terroristas por día en el mundo.
(V.pág.4 del periódico Público del 30 de abril de 2007).
El presidente Bush califica el plan demócrata para cambiar de dirección en Iraq de ser una fórmula para el caos y la confusión. Pero si hay algo que sabemos con seguridad, es que el hombre responsable del caos y la confusión en Iraq es el presidente, quien aún tiene que demostrar competencia y autoridad.
Rahm Emanuel, presidente del caucus demócrata
(v.pág.13 del periódico Mural del 3 de mayo de 2007).
En su discurso de veto el martes pasado, Bush aseguró que "poner una fecha para una salida de nuestras tropas en Irak, es ponerle fecha al fracaso". Alguien debería acercarse y decirle que la fecha del fracaso ya está escrita: 20 de marzo de 2003, el día en que la guerra empezó.
Carlos Dragonné
(v.pág.16 del periódico Público del 6 de mayo de 2007).
De acuerdo con una nueva encuesta, el presidente estadunidense George W.Bush registra el menor índice de aprobación de su gestión, de apenas 28%, según informó ayer la revista Newsweek.
La nueva política para Irak de Bush no parece convencer a los estadunidenses. 62% de los consultados considera que el mandatario es testarudo y no está preparado para aceptar los errores de la guerra.
(V.pág.37 del periódico Público del 7 de mayo de 2007).
La Casa Blanca acusó a los demócratas de tratar de ganar las elecciones perdiendo una guerra, y los demócratas respondieron que el presidente está sumido en un "estado de negación". Dick Cheney acusó al líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid, de ignorancia y "derrotismo". "No voy a entrar en una competencia de adjetivos con alguien que tiene un 9% de aprobación", contestó Reid.
Nancy Gibbs
(v.pág.9 de la edición internacional de TIME del 7 de mayo de 2007).
"Siento ganas de esconderme en mi clóset hasta las próximas elecciones. Mientras tanto, ignoro qué tanto puedan aguantar las gentes pensantes de este país. Estoy entrado en años y nunca había visto a nuestro país sufrir tal ultraje como con la actual administración. No estoy pidiendo juicio político para el presidente George W.Bush, ya que removerlo del puesto simplemente traería a otros mucho peores. Lo único que podemos hacer es votar por un cambio en las próximas elecciones."
Louise France / Wilmington, Delaware
Inbox
(v.edición internacional de TIME del 7 de mayo de 2007).
Desde el principio, la ocupación ha estado compuesta de ilusiones -acerca de la fuerza de la insurgencia, acerca del nivel de antagonismo entre las sectas iraquíes, acerca de la naturaleza misma de la sociedad y cultura árabes. Esas ilusiones pudieron mantenerse mientras uno permaneciera dentro de los confines protegidos de la Zona Verde. Igual que cualquier otro indicador, el deterioro de la seguridad dentro de esta ostensible fortaleza subraya hasta donde la guerra se ha salido fuera del control de E.U.
Con las nuevas restricciones de seguridad que se están erigiendo y una mentalidad de bunker cada vez más presente, la presencia civil de E.U.probablemente se retire hacia el interior, tras las paredes de su nueva embajada -y cada vez más lejos de la realidad de la disfuncionalidad de Iraq.
Brian Bennett
(v.pág.19 de la edición internacional de TIME del 7 de mayo de 2007).
Es imposible saber si Blair de veras creía las mentiras que su propio gobierno dijo sobre el peligro que representaba Sadam Husein. Probablemente él mismo no tendría una respuesta para ello. Al estilo de los grandes vendedores, parece creer totalmente lo que sea que dice, mientras lo dice. Pero, en todo caso, no tuvo elección. Dado que sabía que EU estaba determinado a invadir, con o sin el apoyo británico, parece haber creído que permitir que los estadunidenses fuesen derrotados solos era el peor escenario posible. Si se hubiera ganado la guerra, Gran Bretaña hubiese estado del lado ganador.
Andrew Brown
(v.pág.29 del periódico Público del 13 de mayo de 2007).
El miedo a las consecuencias del retiro es hoy como ayer, el principal factor de parálisis. "Las fuerzas del caos" van a expandirse en la región (Johnson, 1967). "Habrá muertos a una escala inimaginable" (Bush, enero de 2007).
Los republicanos predicen en Irak una catástrofe más significativa que en Vietnam. "Al Qaeda continuará actuando contra nosotros", advierte el representante John Ensign. "Los terroristas nos siguieron hasta aquí", afirma George W.Bush.
Según los historiadores, Johnson temía ser el primer presidente estadunidense en perder una guerra. Si él pierde la suya, George Bush podrá siempre consolarse de no haber sido el primero.
Corine Lesnes
(v.pág.32 del periódico Público del 14 de mayo de 2007).
"Es frustrante pensar que el presidente Bill Clinton fue sometido a jucio político por mentir acerca de un 'affair', mientras que Bush no ha sufrido el mismo tratamiento por poner al país en una situación tan terrible."
Linda S.Boginsky / Livingston, New Jersey
Inbox
(v.edición internacional de TIME del 14 de mayo de 2007).
Este lenguaje político ha creado un marco que es confuso y que Bush y su pandilla han aprovechado para justificar todo lo que quieren."
John Edwards, precandidato presidencial demócrata
(v.pág.26 de la edición internacional de TIME del 14 de mayo de 2007).
Desde 2003 los E.U.han gastado US$ 20,000 millones en sus esfuerzos para reconstruir la infraestructura iraquí. Un nuevo reporte muestra que de ocho proyectos de reconstrucción recientemente auditados, siete tienen problemas notables.
Sólo 8 de 142 centros de atención primaria a la salud planeados están abiertos actualmente. Equipo costoso es mal usado o no usado.
La producción de petróleo ha disminuido en 25% desde el último trimestre de 2006. Iraq ha fallado todas las metas de producción desde 2004. Todavía no produce el suficiente combustible para calentar sus casas, mover sus autos o dar energía a sus fábricas.
(V.pág.26 de la edición internacional de TIME del 14 de mayo de 2007).
Para el 2003, Iraq era ya una nación en ruinas, incapaz desde hacía mucho de mantener un programa de armas de destrucción masiva. Y el Medio Oriente resultó muy diferente de los Balkanes y Africa Occidental. En una región donde las lealtades religiosas y las divisiones dan forma a sociedades y donde los ejércitos de "Occidente" atraen antiguas rivalidades y amargas memorias, era inocente esperar que una ocupación cambiaría rápidamente la naturaleza de una sociedad. "Cuando expulsamos al Talibán y a Saddam Hussein", declaró Blair al Congreso de E.U.en 2003, "no fue imperialismo. Para esos pueblos oprimidos fue su liberación". Pero hemos aprendido de la manera difícil que no es el Occidente el que debe decir qué es imperialismo y qué es liberación. Cuando invades el país de alguien más y revuelcas su mundo, las buenas intenciones no son suficientes.
Para Blair, la intervención armada para remover al Talibán y a Saddam no fue nunca la única forma en que el extremismo islámico debería ser combatido. Mucho más que Bush, él identificó la necesidad de arreglar la disputa isaraeli-palestina -"Aquí es donde el veneno es incubado", declaró al Congreso- si el Islam radical fuera a perder su atractivo.
Michael Elliott
(v.pág.39 de la edición internacional de TIME del 14 de mayo de 2007).
"El plan del presidente George Bush para Irak se apoyó en la premisa falsa de que los dirigentes iraquíes serían capaces de llegar a un entendimiento", dijo hoy Brian Katulis, de Center for American Progress, un grupo de estudios con sede en Washington, en una conferencia de prensa telefónica.
"Mientras Irak está desintegrándose, los dirigentes iraquíes no han logrado un consenso sobre los asuntos más importantes para el país, y las iraquíes mismos no tienen sus propias estrategias", añadió.
Katulis dijo que "es obvio que la presencia (militar) estadounidense no es muy popular en Irak, y es cierto que algunos miembros de la legislatura iraquí han propuesto un cronograma para el retiro de esas tropas, pero no ha habido una votación sobre el asunto".
Por su parte el general retirado de Ejército William Nash opinó en la misma conferencia que "la gobernabilidad, que incluye la participación en el poder y la provisión de servicios, es esencial para el desarrollo posterior a un conflicto bélico".
"La gobernabilidad, el desarrollo económico y la equidad social están todos interrelacionados", dijo Nash, quien comandó las fuerzas de Estados Unidos en Bosnia y fue asesor de la Guardia Nacional de Arabia Saudí.
"En cuanto a la seguridad, ya sea mediante un aumento (de las tropas estadounidenses) o el desarrollo de fuerzas locales, si se falla en la gobernabilidad se está condenado al fracaso", advirtió.
Un informe distribuido por Center for American Progress señaló que desde el 20 de mayo de 2006, cuando se instauró el gobierno de Maliki, han muerto casi 950 soldados estadounidenses y otros 7.000 han resultado heridos en Irak.
"Desde entonces, no ha habido suficiente progreso en algunos de los aspectos políticos clave para la estabilidad de Irak", según el informe.
"Mientras tanto los contribuyentes estadounidenses han gastado más de 120,000 millones de dólares", agrega el documento.
(V.Agencia Efe del 18 de mayo de 2007).
El ex presidente estadunidense Jimmy Carter atacó ayer al primer ministro británico, Tony Blair, por su apoyo "ciego" a la guerra en Irak, que describió como una "gran tragedia para el mundo".
En una entrevista con la emisora BBC, Carter fue interrogado sobre cómo describiría la actitud de Blair frente al presidente George W.Bush. "Abominable. Leal, ciega, aparentemente servil", respondió.
En el mes de abril 12 soldados británicos perdieron la vida en Irak. En total, Gran Bretaña perdió a 148 militares desde marzo de 2003, 114 de ellos en operaciones.
(V.pág.26 del periódico Público del 20 de mayo de 2007).
Para los dictadores del Medio Oriente, quienes equiparan democratización con caos, Iraq fue un regalo de Dios. Con la anarquía amenazando con tragarse la región, los E.U.ahora necesitan a dictadores como Hosni Mubarak, de Egipto, y el rey Abdullah, de Arabia Saudita, más de lo que éstos necesitan a los E.U., lo cual deja poca palanca para promover reformas. Cuando la secretaria de Estado Condoleezza Rice fue a El Cairo en junio de 2005, hizo de la democracia en Egipto la parte central de su viaje. Para cuando el secretario de Defensa Robert Gates estuvo allí el mes pasado, rechazó totalmente discutir el asunto.
Peter Beinart, miembro del U.S.Council on Foreign Relations
(v.pág.7 de la edición internacional de TIME del 21 de mayo de 2007).
A diferencia de los soldados, a quienes se les puede prohibir guardar sus uniformes cuando termina su enlistamiento si están destinados a una zona de guerra o se encuentran en ella, los civiles no reciben esas órdenes para "contener las pérdidas".
Donald Rumsfeld se marchó. Su delegado de guerra, Paul Wolfowitz, también dejó el Pentágono y está luchando por su vida profesional como presidente del Banco Mundial (por haberse comportado como cualquier corrupto político mexicano - el webmaster). El civil exnúmero 3 del Pentágono, el jefe de política Doug Feith, trabaja en la Universidad de Georgetown. El y un compañero de la facultad, el exjefe de la CIA George Tenet, están ocupados generando acusaciones sobre quién es el responsable del deterioro en Iraq. En la Casa Blanca, dos altos funcionarios responsables de la política en Iraq están dejando sus puestos.
El nuevo secretario de Defensa, Robert Gates, y el presidente George W.Bush claramente requieren de ayuda para formar la política para Iraq. Por ello la Casa Blanca está buscando un "zar de la guerra". A la fecha, media docena de exoficiales militares han declinado la oferta. A la mayoría de los oficiales retirados menores de 62 años se les puede ordenar que regresen al servicio activo. Pero esa es una orden de "contener las pérdidas" que Bush es poco probable que emita.
Mark Thompson
(v.pág.12 de la edición internacional de TIME del 21 de mayo de 2007).
Agencias de inteligencia norteamericanas advirtieron a altos funcionarios del gobierno del presidente George W.Bush, a comienzos del 2003, que invadir Irak podría crear un conflicto interno capaz de ofrecer a Irán y a al-Qaida nuevas ocasiones de ampliar su influencia, indicó un informe del Senado próximo a ser divulgado.
Funcionarios al tanto de la investigación del comité de Inteligencia del Senado también dijeron que analistas advirtieron sobre los riesgos de un dominio de la región por parte de Estados Unidos, pues podría aumentar el reclutamiento de grupos extremistas.
El comité también determinó que las advertencias sobre qué podría ocurrir luego de la invasión lanzada por Estados Unidos en marzo del 2003 circularon ampliamente en el gobierno, y llegaron al Departamento de Defensa y a la oficina del vicepresidente Dick Cheney. Se ignora si esas advertencias llegaron a Bush.
El informe será divulgado en momentos en que el gobierno encara nuevas críticas por su fracaso en ejecutar planes adecuados posteriores a la invasión, a fin de estabilizar a Irak tras el derrocamiento de Saddam Hussein.
Los hallazgos del comité son el último capítulo en sus cuatro años de investigación en torno a evaluaciones de datos de inteligencia previas a la invasión de Irak. Un previo volumen, que fue divulgado en el 2004, criticó duramente a las agencias de inteligencia y al entonces director de la CIA, George Tenet.
Ese documento del 2004 mencionó numerosos problemas en las agencias de espionaje norteamericanas y dijo que no cuestionó a la administración de Bush y sus aserciones de que Irak contaba con armas de destrucción masiva. Los senadores también señalaron que los analistas no explicaron sus incertidumbres a los encargados de la toma de decisiones en el tren ejecutivo.
Sin embargo, al pronosticar los efectos de la invasión de Estados Unidos, los analistas, según el informe del comité, estuvieron acertados al pronosticar las dificultades que se avecinaban.
En su reciente libro "In the Center of the Storm", Tenet dijo que en septiembre del 2002 presentó a Bush un documento, donde ofrecía una lista de "el peor de los panoramas" en caso de una invasión a Irak. Eso incluía anarquía, la división de Irak entre diferentes sectas, y un incremento del terrorismo a nivel global.
Tenet indicó también que en otro documento de inteligencia, de comienzos del 2003, los analistas advirtieron sobre "una autoridad posterior a Saddam que enfrentará una sociedad profundamente dividida con una significativa posibilidad de que grupos locales participen en un conflicto violento entre ellos, a menos las fuerzas de ocupación lo impidan".
(V.Associated Press del 24 de mayo de 2007).
Para cualquiera que ahora se parara en la Oficina Oval y tratara de terminar la guerra, sería como asir el volante de un automóvil que está en la mitad de un derrape. Movería el volante tratando de ver qué es lo que lo saca del mismo.
Al Gore, exvicepresidente de los E.U.
(v.pág.27 de la edición internacional de TIME del 28 de mayo de 2007).
Analistas de inteligencia predijeron, en documentos secretos que circularon dentro del gobierno anyes de la invasión a Iraq, que al-Qaeda vería la acción militar de E.U.como una oportunidad para incrementar sus operaciones y que Irán trataría de configurar un Iraq post-Saddam.
Los principales analistas en el gobierno también dijeron que establecer una democracia estable en Iraq sería un "largo", empinado y probablemente turbulento proceso.
Los demócratas declararon que los documentos recientemente desclasificados, parte de una investigación del Comité de Inteligencia del Senado liberado el viernes, dejan en claro que la adinistración Bush fue prevenida acerca de los retos que ahora encara al tratar de estabilizar Iraq.
"Tristemente, el rechazo de la administración a considerar estas fatales advertencias -y lo que es peor, a planear para ellas- ha llevado a trágicas consecuencias por las cuales nuestra nación está pagando un precio terrible", declaró el presidente del Comiré de Inteligencia, Jay Rockefeller.
Entre otras conclusiones, los analistas encontraron que:
"La más escalofriante y profética advertencia de la comunidad de inteligencia fue que la invasión estadounidense traería una inestabilidad a Iraq que sería explotada por Irán y al-Qaeda", escribieron los senadores demócratas Rockefeller, Ron Wyden, Evan Bayh y Sheldon Whitehouse.
Katherine Shrader
(Associated Press del 25 de mayo de 2007).
Sin duda, la guerra en Irak le ha cobrado una elevada factura a George W.Bush. En noviembre pasado su partido perdió la mayoría en el Congreso, sus índices de popularidad han caído a niveles históricos, su equipo se desmorona y, en términos de la disputa interna por el poder, se le considera un "pato lisiado" porque ya no puede aspirar a otra reelección. Pero, en los hechos, él es quien sigue mandando.
Esta semana trascendió en Capitol Hill que los congresistas demócratas ya no seguirán insistiendo en condicionar la aprobación de 120,000 millones de dólares para operaciones militares en Afganistán e Irak a un calendario de retirada de tropas. "No tenemos un Congreso a prueba de vetos", lamentó el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, aludiendo a la interposición de este recurso hecha por el presidente hace un mes.
En esta ocasión, el presidente ni siquiera tuvo que ignorar la ley para salirse con la suya. Pero ello tampoco elimina la imagen de un gobierno cada vez más autócrata, que ajusta el marco legal a su voluntad y no a la inversa. Sólo así se explica que Bush y su equipo puedan seguir imponiendo sus políticas, frente a su evidente fracaso y con casi toda la nación en contra.
En un artículo titulado "¿El peor presidente de la historia?", publicado hace poco más de un año en la revista Rolling Stone, el prestigiado historiador Sean Wilentz dice que además de este poco honroso lugar, George W.Bush podría cosechar el máximo desprecio histórico por extender los poderes de la presidencia más allá de los límites fijados por la Constitución de Estados Unidos.
Siempre, acepta Wilentz, ha existido una tensión por el rol constitucional de las tres ramas del gobierno federal; pero, como parte del sistema de contrapesos y balances, la división de poderes pretendió, precisamente, limitar la tiranía. Y da ejemplos:
Cuando Andrew Jackson tomó medidas drásticas contra el sistema bancario, el Senado lo censuró por una conducta "peligrosa para las libertades de la población". Durante la Guerra de Secesión, la medida de emergencia tomada por Abraham Lincoln de suspender el habeas corpus, mientras el Congreso estaba fuera de sesión, en 1861 y 1862, llevó a que algunos estadunidenses lo consideraran un déspota. La forma en que Richard Nixon condujo la guerra en el sudeste asiático, y sus programas encubiertos de espionaje interno, impulsaron al Congreso a aprobar nuevos estatutos que regularan al poder ejecutivo. En contraste, la administración Bush -buscando restaurar lo que el vicepresidente Dick Cheney ha denominado "la legítima autoridad de la presidencia"- amenaza "con trastocar la sana tensión que provoca esa delimitación, en favor de un absolutismo presidencial".
Alberto Gonzales también es objeto de los señalamientos del historiador. "Armada con hallazgos legales hechos por su procurador general (y abogado personal), la Casa Blanca, de Bush, ha declarado que los poderes del presidente, como comandante en jefe en tiempos de guerra, son ilimitados. Ningún presidente anterior en situación similar, se acercó siquiera a hacer una reivindicación tan grandiosa".
Más específicamente, esta administración ha afirmado que el presidente es libre de violar las leyes federales en materia de vigilancia interna y tortura de los detenidos. Y cuando el Congreso aprobó una legislación para limitar estas pretensiones, Bush recurrió a emitir "declaraciones firmadas", constitucionalmente dudosas, en las que por decreto se fija la forma en que él interpretará y ejecutará la ley, aun cuando esta interpretación viole flagrantemente la voluntad del Congreso.
Presidentes anteriores, recuerda Wilentz, despertaron irritación cuando ofrecieron su propia interpretación de la Constitución con el fin de justificar el veto de actas congresionales. Pero Bush no parece incomodarse por ello. El firma la legislación (eliminando cualquier riesgo de que el Congreso eche abajo el veto) "y luego gobierna como le place, utilizando las declaraciones firmadas como vetos en serie". Esta vez, Bush ni siquiera firmó el acta, simplemente la vetó. La historia podrá juzgarlo, pero hoy por su hoy, su palabra es ley.
Lucía Luna Elek
(v.pág.15 del periódico Público del 27 de mayo de 2007).
Como reporté en septiembre de 2005, es también una realidad escandalosa que una alianza con las tribus fue propuesta por oficiales de inteligencia del Ejército de E.U.desde octubre de 2003 y rechazada por la Autoridad Provisional de la Coalición de L.Paul Bremer justificando que "las tribus son parte del pasado. No tienen lugar en el nuevo Iraq democrático". El daño causado por esa miope estupidez puede ser imposible de reparar: le dio al al-Qaeda una base en las áreas tribales sunitas que posibilitó la sostenida y espectacular campaña de bombas contra los shiitas, la cual, junto con el histórico desdén de los sunitas por la mayoría shiita, creó las condiciones para la actual guerra civil. "El solo hecho de que los tribeños sunitas se hayan reunido con nosotros en Anbar no significa que les agrade el gobierno de Bagdad", me comentó un alto funcionario de la administración. "Lo que pasa es que su odio por al-Qaeda es mayor".
Por ello es que también hay algunas muy malas noticias desde Iraq. Hay un creciente sentir entre importantes oficiales militares y de inteligencia de E.U.de que el gobierno del primer ministro Nouri al-Maliki -y las facciones shiitas en general- tienen poco interés en hacerle concesiones a los sunitas. "Los shiitas sufren del síndrome del niño maltratado. Ellos simplemente no confían en los sunitas", explicó un alto funcionario de E.U.
Se está volviendo bastante improbable que las diferentes facciones políticas iraquíes logren determinadas medidas como abandonar los programas punitivos de desbaathificación y la aprobación de una ley que garantice una distribución justa de las utilidades petroleras en algún futuro cercano. Y mientras nos recuerda el general David Petraeus que es necesaria una solución política: una victoria militar no es posible.
Es también probable que sin un acuerdo político, el conflicto sectario entre sunitas y shiitas se intensifique -y eventualmente explote cuando los militares de E.U.se retiren de Iraq. Las apuestas en Iraq se convierten entonces en cuestiones de responsabilidad moral y estabilidad regional. "¿Cuántas Srebrenicas puede aguantar su estómago?" me preguntó un alto funcionario de E.U., refiriéndose a la masacre de bosnios por los serbios en 1995. Dada la antipatía del público estadounidense por la guerra, me imagino que la reacción pública sería: "Esos árabes son sólo un montón de bárbaros, y, de todas formas, nunca podremos distinguir la diferencia entre shiitas y sunitas". Unas preguntas más enfocadas son: ¿Para cuántas masacres de sunitas tendrán estómago los jordanos y los sauditas? ¿Qué tanto aprovechará Irán su ventaja obvia con un gobierno dominado por shiitas en Iraq? Las respuestas a esa preguntas están completamente fuera del control estadounidense. Están en manos de los shiitas iraquíes. Eventualmente hasta los niños maltratados tienen que crecer.
Joe Klein
(v.pág.18 de la edición internacional de TIME del 4 de junio de 2007).
"Nuestras vidas nunca volverán a ser las mismas", declara Aureliano de la Torre, cuyo dolor está marcado por la furia que siente debido a la pérdida de su hijo Jesse en una guerra que él no apoya. "Ahora que mi hijo se ha ido, hay una vacante en Iraq. Quizá al presidente le gustaría enviar a una de sus hijas allí para que continúe luchando en el lugar de Jesse".
(V.pág.27 de la edición internacional de TIME del 4 de junio de 2007).
Me avergüenza la situación política de Estados Unidos respecto a la guerra de Irak. Lo que hace el gobierno de Bush es lo más estúpido e irracional que ha hecho el país, incluso más estúpido que la guerra de Vietnam.
Peter Fonda, actor
(v.pág.16 de la sección "¡hey!" del periódico Público del 4 de junio de 2007).
(V.pág.8-E del periódico El Informador del 5 de junio de 2007).
Hay señales de que las tropas están votando con sus pies. Planificadores en el Comando de Recursos Humanos del Ejército han detectado una creciente escasez en el número de oficiales junior, en particular capitanes, que deseen continuar en el servicio. Los capitanes son a las unidades de combate lo que los quarterbacks a los equipos de futbol americano: liderean, dirigen y deciden los detalles de casi cada operación sobre el terreno. Para el momento en que se aproxima su reenlistamiento, la mayoría de los capitanes tienen alrededor de ocho años en uniforme y son los más experimentados oficiales que siguen trabajando en contacto con nuevos reclutas. "Si empiezas a perder oficiales con grado de compañía, esto tiene un impacto deteriorante en el largo plazo", comentó el senador Jack Reed, él mismo excapitán del Ejército.
Michael Duffy
(v.pág.14 de la edición internacional de TIME del 11 de junio de 2007).
La opinión pública europea piensa que el mundo entero se ha vuelto un lugar mucho más peligroso desde que Bush decidió irse a la guerra contra Irak.
Ha sido la ineptitud del actual presidente la que ha hundido al país en el predicamento de una guerra cada día más impopular dentro y fuera del país.
En Estados Unidos, esta guerra es más un problema doméstico que internacional porque lo que más le importa a la mayoría de los americanos [estadounidenses] es que sus hijos regresen a casa sanos y salvos.
Creo que lo verdaderamente indispensable para reconstituir la imagen de Estados Unidos en el mundo sería que Estados Unidos dejara de sentirse un país excepcional y aceptara comportarse como el resto de los países democráticos del mundo acatando las leyes y las reglas de convivencia internacional.
Sergio Muñoz Bata, miembro del consejo editorial de Los Angeles Times
(v.pág.15 del periódico Mural del 7 de junio de 2007).
El candidato de la Casa Blanca para coordinar la política de la guerra en Irak y Afganistán, Douglas Lute, dijo hoy que se "debería considerar" la posibilidad de una retirada de las tropas de Irak e indicó que sólo el tiempo dirá si el aumento de tropas ha dado frutos.
El teniente general Douglas Lute compareció hoy ante el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado en una sesión en la que los demócratas expresaron sus dudas sobre la necesidad del puesto, para un futuro nada alentador.
A lo largo de sus respuestas, Lute opinó que la retirada de los soldados estadounidenses del país árabe podría servir para presionar a Bagdad a que cumpla los objetivos que se le han marcado.
Sin embargo, se mostró escéptico acerca de hasta qué punto esa presión podría funcionar sobre el ejecutivo del primer ministro Nuri Al Maliki.
"Tengo mis reservas sobre cuánto podemos presionar más sobre un sistema que no tiene mucha capacidad ahora mismo", dijo Lute en respuesta al presidente del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, Carl Levin, sobre si EE.UU. debería de hacer más para presionar a Irak.
También explicó, en este sentido, que Bagdad está al tanto de que el tiempo se agota, aunque reconoció que con un gobierno que solo lleva un año hay límites.
Lute, de 54 años, admitió que él mismo realizó varias críticas al plan aprobado por el presidente estadounidense, George W.Bush, a comienzos de año, para reforzar las tropas estadounidenses en Irak con 21.000 efectivos adicionales.
"Yo expresé mis inquietudes acerca de que un incremento militar probablemente tendría efectos temporales y muy localizados, salvo que estuviera acompañado por un aumento equivalente por parte del ejecutivo iraquí y otros departamentos no militares del gobierno estadounidense", dijo.
"Las condiciones sobre el terreno son profundamente complejas y seguirán evolucionando por lo que será necesario adaptarse constantemente", agregó.
"Nos enfrentamos a una violencia constante, un progreso insuficiente en lo que a gobernabilidad se refiere y a influencias de Siria e Irán que no ayudan en nada", aseveró.
En general, los miembros de Comité se mostraron partidarios de apoyar a Lute, pero cuestionaron su opinión de que un aumento de presión sobre Bagdad no servirá de nada.
Lute, a su vez, opinó que Bagdad "se está quemando mientras los políticos iraquíes evitan aceptar su responsabilidad por el futuro del país. Creo que la única oportunidad de que los políticos iraquíes afronten los problemas, es cuando sepan que nosotros vamos a empezar a dejarlo".
(V.Agencia Efe del 7 de junio de 2007).
"Parece imposible que cualquiera de las partes gane la guerra en Iraq. Si la lucha fuera por territorio o dinero, sería más fácil para las Naciones Unidas o para las naciones fuertes intervenir y negociar un arreglo. Pero esta guerra es por predominio y mando. Los países occidentales involucrados tienen la tecnología y el poder de fuego, mientras que los yihadistas cuentan con recursos humanos y la voluntad de morir. No veo cómo el presidente Bush y el próximo primer ministro británico Gordon Brown puedan hacer aparecer un mejor plan de batalla que una buena propuesta de retirada."
Lee Toon Hian / Ipoh, Malaysia
Inbox
(v.edición internacional de TIME del 18 de junio de 2007).
Los Estados Unidos deben ser más cuidadosos saliendo de Iraq de lo que fueron entrando.
Senador Jim Webb
(v.pág.21 de la edición internacional de TIME del 18 de junio de 2007).
Proclamamos que íbamos a ir a Iraq con la intención de crear una democracia, olvidando que las democracias se dan cuando ciertas condiciones las permiten.
Yo estuve profundamente entristecido por la manera aparentemente poco crítica en que nuestro gobierno aceptó el caso para sacarle la vuelta a la ONU.
Rowan Williams, arzobispo de Canterbury
(v.pág.27 de la edición internacional de TIME del 18 de junio de 2007).
Considere los residuos:
Zbigniew Brzezinski, funcionario en la administración de Carter
(v.pág.29 de la edición internacional de TIME del 18 de junio de 2007).
En los primeros días de la guerra de Iraq, la analogía elegida por la administración Bush fue la ocupación posterior a la Segunda Guerra Mundial de Japón y Alemania. Ellos habían sido feroces enemigos de los Estados Unidos, ambos fueron destruidos en una inmisericorde guerra mundial; y eventualmente se convirtieron en aliados pacíficos y democráticos de primer orden. Cualquiera que dijera que la democracia no podía llegar desde el cañón de un arma estaba negando lo obvio.
Ese punto de vista se mantuvo casi intacto hasta finales de 2003, cuando empezó a verse claro -al menos para aquellos de nosotros que estábamos reporteando desde Iraq en ese tiempo- que una mortal insurgencia se estaba formando, y que los E.U.estaba acabando, principalmente a través de su ineptitud y de la falta de recursos humanos, con cualquier buena voluntad que hubiera después de la caída de Saddam Hussein. (Y había una reserva de buena voluntad en el verano que siguió a la invasión, aun entre la comunidad sunita en Bagdad).
Según fue viéndose la victoria cada vez más improbable, la posición de los críticos en todas partes fue que Iraq se había convertido en Vietnam. Al intensificarse la insurgencia, y la incompetencia de la ocupación volverse desalentadoramente clara, la analogía de Vietnam (a pesar de sus inexactitudes) prendió en la mente del público y no se ha marchado.
Iraq no es Japón o Alemania, ni es Vietnam. Ni siquiera es Malaya, donde los británicos pelearon contra la insurgencia entre 1948 y 1960 -una lucha que da forma, hasta cierto grado, a la actual estrategia contrainsurgente estadounidense implementada por el general David Petraeus. Y ciertamente tampoco es Korea.
Iraq es brutalmente difícil, quizá ha ido ya demasiado lejos, pero vale la pena el último intento que Bush y Petraeus están haciendo ahora. La administración debería detener el impulso de comparar a Iraq con conflictos del pasado. Todo mundo está ya cansado de analogías en este momento.
Bill Powell
(v.pág.68 de la edición internacional de la revista Time del 18 de junio de 2007).
Si viaja a la base aérea estadunidense de Tallil, en las afueras de Nasiriya, en el centro de Irak, la ruta sobrevuela Ur, que tiene la reputación de ser la ciudad más antigua de la tierra. Ur está segura dentro del complejo de la base. Pero sus paredes están marcadas por los proyectiles de la guerra y se está construyendo un fortín sobre un sitio arqueológico adyacente.
El destino trágico del Museo Nacional en Bagdad, en abril de 2003, tras la invasión angloestadunidense del mes anterior, fue como si tropas federales hubiesen invadido la ciudad de Nueva York, despedido a la policía y enviado un mensaje a la comunidad criminal de que el Museo Metropolitano estaba a su disposición.
Al comandante del depósito local en Bagdad se le dijo específicamente que no protegiera el museo por dos semanas completas después de la invasión. Hasta los nazis protegieron el Louvre...
Cuando visité el Museo seis meses después, su entonces director, Donny George, me mostró orgullosamente cómo lograba lo mejor de un mal empleo. Estaba a punto de reabrir las puertas, a pesar de que la mitad de sus objetos más importantes habían sido robados.
Nada pudo hacerse por la Biblioteca Nacional devorada por el fuego ni por la pérdida de cinco siglos de registros otomanos (y obras de Picasso y Miró).
Un reporte de 2005 de John Curtis, del Museo Británico, sobre la conversión estadunidense de la gran ciudad de Babilonia, de Nabucodonosor, en los jardines colgantes de Halliburton. Esto significó un campo de 150 hectáreas para 2,000 soldados. En el proceso, el pavimento de ladrillos de 2,500 años de antigüedad hacia la Puerta de Ishtar fue destruido por los tanques y la puerta misma fue dañada. El subsuelo, rico en piezas arqueológicas, fue arrasado con un buldózer para llenar sacos de arena, y grandes áreas fueron cubiertas con grava para instalar helipuertos y estacionamientos. Babilonia está siendo arqueológicamente esterilizada.
Mientras, los jardines de la caravanera de Khan al-Raba, del siglo X, fueron usados por los estadunidenses para hacer estallar armas capturadas a los insurgentes. Una explosión demolió los antiguos techos y destruyó muchas de las paredes. El lugar está en ruinas.
En las afueras de la capital, unos 10,000 sitios de importancia incomparable para la historia de la civilización oriental, de las que sólo 20% había sido excavado, están siendo saqueadas tan sistemáticamente como lo fue el museo en 2003.
Los restos de las ciudades del 2000 A.C de Isin y Shurnpal parecen haber desaparecido: las fotografías las muestran reemplazadas por un desierto de agujeros de tejones creados por un ejército de unos 300 saqueadores. Castillos, zigurat, ciudades desiertas, antiguos alminares y mezquitas han desaparecido, o están desapareciendo.
Aparte de los bombardeos de alto perfil de algunas de las mezquitas sobrevivientes más hermosas del mundo árabe, los grupos radicales que se oponen a todos los templos han comenzado a bombardear estructuras de los siglos X y XI, sin que importe su origen suní o chiita. Se han perdido 18 templos antiguos, 10 en Kirkuk y el sur durante el mes pasado. El gran monumento y zoco en Kifel, al norte de Najaf -supuestamente la tumba de Ezequiel y alguna vez vigilada por judíos iraquíes (mayormente llevados al exilio por la ocupación)- han sido prácticamente destruidos.
Mientras Gran Bretaña y Estados Unidos sigan negando la anarquía que han creado en Irak, seguirán considerando que deben negar sus efectos colaterales devastadores. Dos millones de refugiados que acampan ahora en Jordania y Siria son ignorados, dado que la vida en Irak supuestamente es "mejor que antes". De igual forma, se les niega asilo a docenas de iraquíes que trabajan para los británicos y que por tanto enfrentan amenazas de muerte. Otorgárselos sería tanto como que el ex secretario de Defensa, ahora del Interior, John Reid, admitiera que se equivocó. Morirán todos antes de que él lo acepte.
Aunque me opuse a la invasión, asumí que su resultado al menos generaría un entorno más civilizado. Pero, el pueblo de Irak está siendo asesinado en nombre del orden. La autoridad ha colapsado. Que esa civilización oriental haya nacido en un país tan ensombrecido como Irak podría parecer un asunto de mala suerte. Pero sólo ahora se le niega toda vigilancia, en desafío a las leyes internacionales. Si ésta es la "guerra de valores" de Tony Blair, entonces el lenguaje ha perdido todo su significado. La colusión británica en tal destrucción es un escándalo que se prolongará mucho más allá del conflicto. Y tuvimos el descaro de llamar vándalos a los talibanes.
Simon Jenkins
(v.pág.30 del periódico Público del 17 de junio de 2007).
Las tropas de Estados Unidos podrían permanecer en Irak por una década para combatir a la insurgencia, dejó entrever el comandante estadunidense de la coalición, general David Petraeus.
(V.pág.34 del periódico Público del 18 de junio de 2007).
En noviembre pasado, en los comicios legislativos, los estadunidenses decidieron que había que hacer algo con la fracasada guerra en Irak y dieron a los demócratas el control de ambas cámaras del Congreso. Pero éstos parecen haber decidido que es más fácil ser cómplice de los crímenes de guerra que representar la voluntad del electorado, a favor de un mandatario pillo. Si ahora el vicepresidente Dick Cheney se impone otra vez, Estados Unidos suplantará al Tercer Reich -la Alemania nazi- como el país más repudiado de la historia conocida, dice Paul Craig Roberts, ex subsecretario del Tesoro del republicano Ronald Reagan y ex co editor de la página editorial del Wall Street Journal.
No sólo los liberales e izquierdistas critican los planes de la administración de Bush de atacar a Irán con armas nucleares tácticas. Roberts opina que habiendo perdido la guerra en Irak, hecho reconocido hasta por los mismos militares de EU, los neoconservadores insisten y hasta "tienen un último y desesperado plan: bombardear Irán".
A esta advertencia se une la de Michael T.Klare, profesor y autor de varios libros sobre asuntos de paz y seguridad, quien afirma que en este crítico momento, cuando la mayoría de los estadunidenses quisiera que regresen de Irak las tropas lo más rápido posible, Bush "parece determinado a fabricar una nueva racionalidad para la intervención, cuya conclusión no es el retiro sino la extensión de la guerra, posiblemente con ataques a Irán hacia finales de este año". Klare define esto como "la apuesta final de un inveterado jugador que perdió la camiseta en jugadas anteriores".
Para Craig Roberts, los jefes militares están diciendo que "la guerra en Irak está destruyendo a las fuerzas armadas de EU", y cita al ex secretario de Estado Colin Powell, quien hace un año dijo que el Ejército estaba "a punto de quebrar"; al teniente general Clyde Vaughn, para quien Bush "despedazó hasta la muerte a nuestras fuerzas"; o al general Barry McCafrey, quien advirtió ante el Senado que "nuestro Ejército se desbandará". Pero Bush -recuerda Roberts- no ha dejado de tomar todas las "medidas desesperadas", hasta la de hacer pasar el límite de edad para enlistar soldados de 35 a 42 años, o de reclutar a drogadictos y criminales confesos -como denunció el coronel Andy Bacevich en la revista The American Conservative-, o extender de doce a quince meses el ciclo de rotación de las tropas en misiones de combate.
Incluso los neoconservadores belicosos, que engañaron al electorado con la promesa de que la guerra en Irak sería un paseo de sólo seis meses, creen que la guerra está perdida. Pero -dice Craig Roberts- tienen un último plan desesperado: bombardear Irán. Y con Norman Podhoretz como principal propagandista, el vicepresidente Cheney está impulsando ese plan neoconservador.
Podhoretz, quien junto con Paul Wolfowitz (presidente saliente del Banco Mundial) y Robert Zoellick (presidente entrante del BM) ha sido uno de los arquitectos de la ideología neoconservadora destinada a consagrar el Imperio de EU, está ahora exhortando en comentarios en el Wall Street, en la revista Commentary y en su último libro a que se bombardee Irán con armas nucleares. También lo está haciendo, desde su propio púlpito mediático, el escritor Mike Evans, uno de los autores que más libros vende en EU y representante del Equipo de Plegarias de Jerusalén, organización de cristianos evangélicos pro israelíes radicada en EU.
En cuanto a Podhoretz, en una reciente entrevista con la radio CBC de Canadá, éste rechazó ser un "islamófobo", aunque en distintas ocasiones afirmó que no existe otra solución más que bombardear Irán para que EU pueda al fin expandir su influencia y garantizar la existencia de Israel. Se dijo confiado en que Bush tomará esa decisión en los próximos meses. Un ataque convencional a Irán, según su lógica, obligaría a Teherán a dar ayuda militar importante a las milicias chiitas iraquíes y poner en grave crisis a las fuerzas militares de EU y a su capacidad de definir la situación en el terreno. Las aislará de la retaguardia y de sus fuentes de abastecimientos y, con EU en el umbral de perder la mayoría de sus tropas en Irak, el griterío aumentará para "salvar las tropas", bombardeando Irán con armas nucleares.
Para Craig Roberts tras cinco años de fracasos militares en Irak y Afganistán, y de la reciente derrota militar israelí en Líbano, los neoconservadores están convencidos de que EU e Israel no pueden, exclusivamente con armas convencionales, establecer una hegemonía en Oriente Medio: "Los neoconservadores cambiaron la doctrina militar de EU, que ahora permite los ataques preventivos con armas nucleares a un país que no posee armas nucleares. Uno no deja de escucharlos diciendo '¿de qué sirve tener armas nucleares si no las podemos usar?'".
Añade que ellos están convencidos de que un ataque nuclear contra Irán enviará a los musulmanes el mensaje de que no tienen otra opción que someterse a la voluntad de Washington, y que la insurgencia y el terrorismo no sirven contra las armas nucleares. Y alerta que muchos militares de EU "están horrorizados ante lo que piensan será el peor de los crímenes de guerra jamás orquestados", y que algunos están amenazando con renunciar.
Pero, escribe Roberts, Cheney sigue obstinado diciéndole a Bush que "este plan lo salvará de la ignominia y le devolverá la popularidad como el presidente que salvó a los estadunidenses de las armas nucleares iraníes". Al igual que el ex vicepresidente Al Gore en su último libro, Roberts alerta que con la "cobertura propagandística" de los "cautivos" medios de prensa en EU, los seguidores de Cheney piensan que "pueden sacar sus castañas del fuego" y ser rescatados del fracaso a que los han llevado sus alucinaciones ideológicas.
Por su parte el profesor Michael Klare recuerda el informe de la Casa Blanca sobre la Estrategia de Seguridad Nacional (2002), según el cual "el mayor peligro que enfrenta nuestra nación está en el cruce de caminos que existe entre el radicalismo y la tecnología", y para justificar la "guerra preventiva" el informe establece que EU "actuará contra tales amenazas emergentes antes que adquieran su forma final".
Klare cita los pasos que EU está dando en relación con Irán, como duplicar su reserva estratégica de crudo ante un eventual bloqueo en el golfo Pérsico, y dice -como Roberts- que "si hay algo en lo cual demócratas y republicanos pueden coincidir, es en la necesidad de frenar a este temerario presidente antes que doble su apuesta de la guerra".
Rocco Marotta
(v.pág.36 del periódico Público del 18 de junio de 2007).
"Aureliano de la Torre declaró: 'Ahora que mi hijo se ha ido, hay una vacante en Iraq. Quizá al presidente le gustaría enviar a una de sus hijas allá para que continúe luchando en el lugar de Jesse'. No olvidemos que el mismo Bush dejó pasar la oportunidad de pelear en una guerra."
Mark O'Neill / Omaha, Nebraska
"Cuando las tropas finalmente regresen a casa desde Iraq y se escriba el juicio de la historia, ¿cómo justificaremos ante padres acongojados la muerte sin sentido de sus hijos al servicio de esta monstruosa equivocación?"
Nicholas La Terza / Calabasas, California
Inbox
(v.edición internacional de TIME del 25 de junio - 2 de julio de 2007).
El terrorismo estilo al-Qaeda se incuba mejor en los estados destruidos que en los estados poderosos. (Compare el Iraq pre- y post- Saddam).
Peter Beinart, miembro del U.S.Council on Foreign Relations
(v.pág.29 de la edición internacional de TIME del 25 de junio - 2 de julio de 2007).
Al menos 230 soldados fueron muertos en abril y mayo, conviertiendo a éste en el periodo bimestral más mortal para las tropas de E.U.desde que inició la guerra.
Este es un indicador de la incapacidad de E.U.para aplastar la insurgencia. Los comandantes están tratando de dividirla.
Bobby Ghosh
(v.pág.32 de la edición internacional de TIME del 25 de junio - 2 de julio de 2007).
El 18 de junio, en la revista The New Yorker, el general de dos estrellas Antonio Taguba, quien tuvo a su cargo la primera investigación sobre el tratamiento reservado a los prisioneros iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib, aseguró que altos responsables del Pentágono, entre ellos su entonces titular, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld en persona estuvieron directamente implicados, al menos en tanto que dadores de órdenes, en los métodos abusivos de interrogatorios practicados en Irak. Taguba habría sido obligado, tras el informe, a solicitar un retiro anticipado.
Según escribe Taguba, él fue empujado al ostracismo por el Pentágono después de la difusión de su exhaustivo informe sobre toda la gama de brutalidades cometidas por personal militar de Estados Unidos en la prisión de Abu Ghraib, que desató la indignación en el mundo entero y condujo -supuestamente- a un cambio en las políticas estadunidenses en materia de interrogatorios y de detención.
El general Antonio Taguba aseguró que le habían ordenado limitar sus investigaciones a los simples soldados que aparecían en las fotos con los prisioneros, así como a la unidad respectiva. Taguda aseguró que él siempre había pensado que el personal militar en Abu Ghraib había actuado bajo órdenes llegadas desde arriba. En su opinión, el alto comando en Irak estaba forzosamente al corriente de las agresivas técnicas de interrogatorio en vigor, similares según él a las utilizadas en los casos de prisioneros árabes importantes en la base militar de EU en Guantánamo.
Taguba también acusa en su escrito al secretario Donald Rumsfeld de haber mentido al Congreso cuando él brindó su testimonio, en mayo de 2004, sobre la investigación de Taguda, minimizando lo que sabía de los abusos. De acuerdo con Taguda, en la víspera de esa audiencia hubo un encuentro entre él, el secretario Rumsfeld y sus más cercanos colaboradores, en el cual el responsable del informe le dijo, sin más: 'Yo sé que mis pares del ejército estarán furiosos cuando yo hable, pero el hecho es que nosotros violamos las leyes de la guerra en Abu Ghraib. Violamos las convenciones de Ginebra. Hemos violado nuestros propios principios y violamos también la esencia de nuestros valores militares. El estrés del combate -añadió- no constituye una excusa, y yo pienso, todavía hoy, que los jefes militares y civiles responsables deben responder por sus actos.
Irene Selser
(v.pág.39 del periódico Público del 22 de junio de 2007).
De George Bush hay poco que añadir, que no se sepa. El sigue con su mismo discurso, aunque para todos es evidente que ya no sabe cómo salir del atolladero. Su popularidad va en picada hasta niveles no vistos ni en los peores momentos de otras guerras. Pero bueno, ya no se puede reelegir, aunque su partido sí podría perder las elecciones de 2008.
Es muy probable, sin embargo, que el nucleo duro que lo ha acompañado estos años siga actuando en política, como lo está haciendo Aznar a través de su Fundación para el Análisis y Estudios Sociales, y a Blair ya se le anda mencionando como mediador de conflictos en Medio Oriente, por aquello de su éxito en Ulster. Ninguno de los tres reconoce el error cometido en las Azores.
Lucía Luna Elek
(v.pág.17 del periódico Público del 24 de junio de 2007).
Irak, donde la guerra civil abierta entre sunitas y chiitas es ya irreconciliable. Ello, sin incluir a los kurdos que luchan también contra la prepotencia chiita. La espiral se hace mayor con la presencia de muyaidines, sufragados por Al Qaeda que alientan la muerte a través de hombres suicidas. Su pretensión es desestabilizar a los gobiernos títeres que le rinden pleitesía a la administración estadunidense. Sí, porque hablando de Estados Unidos son ya cerca de 3,000 los soldados que han muerto desde la invasión. Cada baja son votos en contra de los republicanos. Pero lo más importante: representa una afrenta a la inexpugnabilidad del Imperio. Pero los datos y las cifras no dejan mentir. Desde 2003 han muerto más de 50,000 personas en Irak, los recursos naturales los han esquilmado y los visos de una salida a corto plazo son mínimos. Hay planos sobre las conspicuas mesas del Pentágono para que el Ejército estadunidense se marche de Irak. Pero los planos se hacen macilentos por unos planes que no desean en el fondo que nadie se vaya de Irak. Nadie, ni el fondo ni en la forma, tiene interés en que se vayan sus tropas aunque continúen las bajas. Nadie tiene interés porque hay mucho petróleo de por medio. El bien más preciado ahora escasea por todos lados.
Alberto Peláez
(v.pág.25 del periódico del 24 de junio de 2007).
El comandante estadounidense de una nueva ofensiva en el norte de Bagdad, que regana territorio insurgente diariamente, declaró el domingo que sus socios iraquíes puede que sean demasiado débiles para conservar lo ganado.
Los militares iraquíes no tiene ni siquiera suficientes municiones, comentó el general brigadier Mick Bednarek: "Todavía no están listos para la misión".
Su contraparte en el sur de Bagdad pareció estar de acuerdo, diciendo que las tropas de E.U.son demasiado escasas como para proteger los distritos recientemente limpiados de insurgentes. "No pueden ser las fuerzas de la coalición. Tenemos lo que tenemos. Tiene que haber más fuerzas de seguridad iraquíes", concluyó el mayor general Rick Lynch.
(Associated Press del 24 de junio de 2007).
La popularidad del presidente George W. Bush llegó a los niveles más bajos de toda su presidencia, de acuerdo a una nueva encuesta publicada ayer por la revista Newsweek, cuya razón principal es la guerra en Irak. Apenas 26% de los estadunidenses, es decir uno de cada cuatro, aprueban ahora el desempeño de Bush, contra 65% que ha expreso insatisfacción. De acuerdo con la revista, el nuevo nivel de popularidad de Bush lo coloca por abajo de la impopularidad que registró en su momento el presidente Jimmy Carter, y sólo Richard M.Nixon se mantiene con el número más bajo, producto del escándalo Watergate. El sondeo dejó en claro que es la guerra en Irak la razón principal de este retroceso. Un nivel de récord de 73% de los estadunidenses desaprueban la manera como Bush esta conduciendo la guerra. Apenas 23% lo apoya.
(V.pág.35 del periódico Público del 25 de junio de 2007).
Una serie de artículos que publica el prestigioso diario estadounidense The Washington Post detalla esta semana cómo Cheney ejerce su poder en el gobierno del presidente George W.Bush.
Lo retrata como una persona que opera entre bambalinas y que intenta introducir sus visiones duras sobre los asuntos de actualidad u otras cuestiones como el tratamiento que deben recibir los sospechosos de terrorismo.
También sugiere que el vicepresidente se ha saltado a los departamentos de Justicia y de Estado, así como al Consejo Nacional de Seguridad para ganar terreno en asuntos como los detenidos en la base estadounidense de Guantánamo, en el sudeste de Cuba, u otros asuntos relacionados con el terrorismo.
Cheney y "sus aliados", según relata en su serie el diario The Washington Post -que basa sus informaciones en declaraciones de más de dos docenas de funcionarios tanto antiguos como en activo- promovieron que se distinguiera "entre la 'tortura' prohibida y permitir el uso de métodos inquisitivos 'crueles, inhumanos o degradantes'".
En cuanto al capítulo económico, de acuerdo al diario, Cheney dejó de lado la opinión del ex presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan a la hora de defender y promover una propuesta de reducción de impuestos en 2003, mayor de lo que el rector de la política monetaria consideraba conveniente.
A estos artículos se unen las acusaciones de secretismo, que adquieren más solidez desde que el pasado jueves, el presidente del Comité de Reforma Gubernamental de la cámara baja, el demócrata Henry Waxman, denunció en una carta que el vicepresidente no sólo rechazó enviar documentos secretos a la agencia gubernamental que los supervisa, sino que también intentó abolir ese organismo.
(V.periódico chileno El Mostrador del 27 de junio de 2007).
Para Bush, las invasiones a Iraq y Afganistán fueron sólo la primera parte de un gran esquema democratizador de la región más convulsionada del orbe, ideado por la administración y sus ideólogos.
La gran ironía es que mientras el contribuyente estadounidense financia las aventuras "democratizadoras" del presidente, el vicepresidente Dick Cheney y sus empleados hacen lo imposible por erosionar uno a uno los principios democráticos que le han dado sustento a Estados Unidos.
Lamentablemente, la primera reacción de Bush a las estratagemas del vicepresidente ha sido desastrosa, pues ha dicho que las órdenes que el presidente modificó después de los atentados del 11 de septiembre, y que se aplicaban a todas las dependencias del poder ejecutivo en realidad no se aplican ni a la oficina del presidente ni a la del vicepresidente.
Y es precisamente la actitud del vicepresidente de sentirse por encima de la ley la que ha posibilitado que invocando la seguridad nacional, su oficina y el Pentágono violen, en repetidas ocasiones, la privacidad de las personas autorizando la intercepción secreta de llamadas telefónicas, correos electrónicos, envíos postales y espiando los hábitos de compra y de lectura de millones de ciudadanos sobre quienes pesa una sospecha que puede ser tan endeble como el origen de su apellido.
Y eso no es todo. Según el testimonio del congresista Waxman, el secretismo y la impunidad de Cheney ha llegado a tales extremos que su oficina, por ejemplo, se niega incluso a revelar el monto de los viajes que él o su personal hacen con cargo a grupos de intereses especiales y llega al extremo de ocultar el nombre de sus ayudantes que se benefician con dichos viajes.
Y al expediente habría que aumentar la lamentable filtración del nombre de la agente de la Agencia Central de Inteligencia Valerie Plame, maquinada y ejecutada por el Jefe de personal del vicepresidente, Lewis Libby quien recién fue declarado culpable de perjurio y por obstruir la justicia y encara una posible sentencia de hasta 25 años de cárcel.
La prolongación de la guerra civil en Iraq, el resurgimiento de hostilidades en Afganistán, la renovada lucha por el poder en la franja de Gaza y la incontrolable violencia política en Líbano no auguran que el tan ansiado sueño del presidente Bush de democratizar el mundo se hará realidad ni en el corto, el mediano o el largo plazo. Los pueblos no se democratizan de arriba hacia abajo.
Lo que sí está al alcance del presidente es empezar a ponerle coto a los abusos de su vicepresidente. De no hacerlo, tendrán que ser los ciudadanos de esta nación democrática quienes recuperen su derecho a estar informados de las acciones del gobierno y castiguen con su voto a los políticos como Cheney que se piensan que están por encima de la ley.
Sergio Muñoz Bata, miembro del consejo editorial de Los Angeles Times
(v.pág.11 del periódico Mural del 28 de junio de 2007).
Cuando las cosas parecían más oscuras para I. Lewis "Scooter" Libby, cuando la prisión parecía algo seguro, el presidente Bush borró la sentencia de 2.5 años para el exayudante de la Casa Blanca por el caso de la revelaciones de la CIA.
La movida de Bush vino el lunes, apenas 5 horas después de que una corte federal de apelaciones sentenció que Libby no podía posponer su condena a prisión. Sus prospectos para una apelación de emergencia a la Suprema Corte eran débiles. El exjefe del staff del vicepresidente Dick Chenney sólo estaba esperando por una fecha para entregarse.
Después de meses de evadir preguntas sobre el perdón, Bush dio un paso adelante. El no emitió un perdón, pero eliminó una sentencia a prisión que él sentía que era demasiado estricta.
El fiscal especial Patrick Fitzgerald estuvo en desacuerdo con la afirmación presidencial de que la condena era excesiva. Libby fue sentenciado bajo las mismas leyes que otros criminales, expresó Fitzgerald. "Es fundamental para el estado de derecho que todos los ciudadanos se presenten ante la justicia como iguales".
Aunque la investigación de las revelaciones está completa y nadie irá a prisión, el escándalo que ha manchado a la administración Bush durante años no disminuyó. Los demócratas estaban furiosos.
"La condena de Libby fue la única ligera chispa de responsabilidad por los esfuerzos de la Casa Blanca para manipular la inteligencia y silenciar a los críticos de la guerra de Iraq", declaró el senador líder de la mayoría Harry Reid. "Ahora, incluso ese pequeño cacho de justicia se ha deshecho".
La vocera de los representantes, Nancy Pelosi, dijo que la decisión de Bush mostraba que el presidente "condonaba la conducta criminal".
Nadie fue delcarado culpable de las revelaciones, ni el subsecretario de Estado Richard Armitage ni el consejero político de la Casa Blanca Karl Rove, quien proporcionó la información para el artículo original. Los fiscales declararon que Libby obstruyó la investigación al mentir acerca de cómo se había enterado de Plame y a quién se lo había informado.
(V.Yahoo! News del 3 de julio de 2007).
Uno de los máximos especialistas en asuntos exteriores en el Senado, el republicano Richard Lugar, expresó en un sorpresivo discurso de 50 minutos que el nuevo plan de Bush del "incremento" para Iraq está fracasando. "A mi juicio, los riesgos y costos de continuar por el camino actual sobrepasan los beneficios potenciales que pudieran conseguirse". Otros republicanos, desde George Voinovich a John Warner, expresaron similar impaciencia con el progreso en Iraq.
(V.pág.10 de la edición internacional de la revista Time del 9 de julio de 2007).
El general Petraeus ha dicho que una victoria militar es imposible, que Iraq puede estabilizarse sólo mediante una solución política que honre a todas las partes en conflicto -sunitas, shiitas y kurdos. Pero su propio staff es escéptico acerca de que un acuerdo político todavía sea posible. "Este va a ser el primer gobierno árabe dominado por los shiitas. Punto", me dijo un alto oficial militar. "Y los shiitas no son muy inclinados a ser generosos con los sunitas". El hecho es que ahora la mayoría de las decisiones importantes en Iraq están más allá del alcance estadounidense.
El gobierno iraquí es indeciso hasta el punto de casi colapsarse. Para nada se ha acercado a imaginarse cómo hacer un trato político entre las partes contendientes que pudiera llevar a la estabilidad. Declara el embajador Crocker: "Hemos perdido demasiado tiempo y energía para crear una ley de hidrocarburos -una ley que divida las utilidades petroleras entre las partes étnicas y religiosas, que probablemente se apruebe próximamente- que poco tiene que ver con la formación de un gobierno funcional". La verdad es que el gobierno del primer ministro Nouri al-Maliki avanza dificultuosamente, felizmente dependiente de los E.U. "No hay consecuencias para ellos cuando se equivocan", explica Crocker. "Cualquier cosa que esté mal, nosotros nos encargamos de ella".
La fantasía de la administración Bush -un Iraq democrático que represente con justicia los intereses de sunitas, shiitas y kurdos- es casi un impedimento a las negociaciones reales que deben llevarse a cabo. Dos familias -los al-Sadrs y los al-Hakims- dominan la política shiita iraquí, y el asunto de quién dirigirá finalmente a Iraq puede que finalmente se decida entre ellos. Cada una tiene un líder joven. "La pregunta es: ¿alguno de estos jóvenes tendrá la capacidad de pasar de ser el príncipe Hal a ser el rey Henry?" comentó un alto oficial mlitar estadounidense.
Algunos entre el staff del general Petraeus creen que al-Sadr será el inevitable triunfador de las luchas de poder iraquíes y debe aceptársele. Otros creen que es un bandido inaceptable.
Poco después de su llegada a Iraq, Petraeus inventó una fórmula que se ha vuelto un cliché desde entonces: la disparidad entre los dos "relojes" -el tiempio de Washington y el de Bagdad- para terminar la guerra. El reloj de Washington está "al final del cuarto cuarto, una anotación abajo y con el otro equipo en posición del balón", me comentó un alto funcionario de la administración. Petraeus sabe que el público estadounidense está cansado de la guerra -al menos cansado de no ganarla- y que una parte significativa de los republicanos en el Congreso pueden estar a punto de abandonar al presidente Bush, como lo hizo en junio 26 el respetado senador Richard Lugar.
Existe otro reloj poco mencionado, que se encuentra en el Pentágono. Es el reloj del Ejército Quebrado, la línea de tiempo del servicio de una fuerza exhausta.
Según el reloj del Ejército Quebrado, los niveles de tropas empezarán a disminuir en marzo de 2008, sin importar lo que decida el Congreso en Septiembre; las actuales 20 bridgadas de combate se reducirán a 15 para agosto de 2008.
Petraeus no hará declaraciones sobre los detalles de la inevitable retirada de E.U. Pero es claro que él y sus ayudantes se están preparando para el final del juego. En Baqubah, el general Odierno ha dicho a los iraquíes: "A ustedes les corresponde asegurarse que [al-Qaeda] no regrese". Uno puede preguntarse acerca del destino de los insurgentes sunitas que se han vuelto contra los jihadistas. Pronto estarán enfrentando a un nuevo enemigo, un ejército iraquí y una policía local que han sido notablemente malos en la provincia de Diyala -plagada con escuadrones de la muerte shiitas, incompetencia y corrupción. La apuesta de Petraeus está en los reclutas para la policía como los que lo escucharon motivarlos en Yusufia -"¿Están dispuestos a pelear por su país?" Ciertamente están dispuestos a pelear pos sus familias, sus tribus, sus mezquitas... ¿pero por un Iraq shiita? Probablemente no.
McCain y otros creen, con cierta justificación, que si las tácticas de contrainsurgencia de Petraeus se hubieran adoptado hace tres años, la coalición encabezada por E.U. pudiera haber tenido un acierto. Pero ahora parece probable que Petraeus sufra el mismo destino en Bagdad que el que sufrió en Mosul. Los diferentes relojes están en su mente, pero también hay sacrificios diarios, improvisaciones brillantes y ocasionales victorias en los vecindarios de las tropas que dirige. "El no quiere ser el tipo derrotado", dijo un ayudante. Y no merece serlo. Sin embargo, es difícil de imaginar cómo pudiera resultar de otra forma.
Joe Klein
(v.pág.18 de la revista Time del 9 de julio de 2007).
El ministro de Relaciones Exteriores de Iraq advirtió que una rápida retirada militar estadounidense llevaría al país a una guerra civil total, al colapso del gobierno y a la dispersión de conflictos por toda la región.
(Associated Press del 9 de julio de 2007).
Un reporte sobre el progreso en Iraq concluirá que el gobierno en Bagdad, apoyado por los E.U., no ha logrado ninguno de los objetivos para reformas políticas, económicas o de otro tipo, forzando a la administración a pensar qué hacer a continuación, declaró un funcionario estadounidense el lunes.
(Associated Press del 10 de julio de 2007).
Una encuesta divulgada ayer mostró que 7 de cada 10 estadounidenses están a favor de que las tropas regresen de Iraq antes de abril del próximo año.
El sondeo, realizado conjuntamente por el diario "USA Today" y "Gallup", reveló además que el índice de aprobación a la gestión de Bush cayó a 29%, una de sus marcas más bajas, luego de que en junio alcanzara 33% y en abril 38%.
(V.pág.8-E del periódico El Informador del 11 de julio de 2007).
La red terrorista Al-Qaeda se reorganizó y tiene ahora la misma capacidad que tenía en el verano de 2001, cuando perpetró los ataques contra Washington y Nueva York. Así lo constata un nuevo informe elaborado por el gobierno de Estados Unidos.
De acuerdo con ese documento, Al-Qaeda está bien asentada en Paquistán, ha desarrollado el programa de entrenamiento más sólido desde 2001, y busca reclutar a militantes en Europa.
Esta reorganización demostraría que la llamada guerra contra el terrorismo lanzada por la administración de George W.Bush ha sido un fracaso total.
(V.pág.12 del periódico Mural del 12 de julio de 2007).
"Amanda Ripley estuvo en lo correcto en que las constantes exageraciones referentes a la amenaza terrorista nos harán menos seguros. Ella señala los peligros de utilizar el terrorismo para obtener ventajas políticas. Las alertas de terrorismo con códigos de colores usadas durante la campaña presidencial de 2004 fueron un cínico ejemplo de esa exageración."
Steve Charing / Clarksville, Maryland
Inbox
(v.edición internacional de TIME del 16 de julio de 2007).
Desde marzo, cuando Libby fue condenado por mentir acerca de su papel en la exposición de Valerie Plame como agente de la CIA, mucha gente se preguntó si el presidente actuaría para librarlo de ir a prisión. Por una parte, Bush nunca se ha inclinado a perdonarle a la gente su periodo de prisión o su ejecución. Como gobernador de Texas, sólo emitió una pequeña fracción de los perdones ofrecidos por sus predecesores de cualquier partido. Y como presidente, su Departamento de Justicia ha presionado consistentemente por sentencias duras.
Pero el de Libby era un caso cercano a su corazón, por no mencionar al corazón del expatrón de Libby, Dick Cheney, de quien se sabe que consideraba la condena de su exjefe de staff como una injusticia en sí misma. Así que Bush decidió una mesurada forma de misericordia: conmutar la sentencia de Libby de 30 meses de prisión sin dar reversa a su condena o anular la multa de US$ 250,000 que tendrá que pagar.
La paradoja de la decisión es que ésta fue un ejercicio de poder presidencial que se facilita por el sostenido declive en el poder del presidente. Con sus porcentajes de aprobación en niveles históricamente bajos, Bush no tenía que preocuparse por el gasto de capital político de una decisión impopular, una que abriera la puerta a preguntas acerca de la compra del silencio de Libby. Si dejaba que Libby fuera a la cárcel, de todas formas sus críticos no lo amarían. Y el apoyo que sigue teniendo viene principalmente de conservadores que estaban fuertemente a favor de que ayudara a Libby.
Richard Lacayo
(v.pág.9 de la edición internacional de TIME del 16 de julio de 2007).
El cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu afirmó que "Estados Unidos está gobernado por un fascista" y que la administración de George W.Bush manipula a las personas y a los medios de comunicación.
"La manera en la que la administración Bush controla y manipula a las personas y a los medios de comunicación es algo tan sofisticado como de locos", expresó.
Según González Iñárritu, "la mitad de los residentes en Estados Unidos están en contra el gobierno y odian lo que se está haciendo fuera de las fronteras, y la otra mitad está subyugada".
El cineasta explicó que en Los Angeles, donde reside, "algunos han colocado la bandera estadunidense en su jardín con la frase: 'Larga vida a Bush', mientras que otros escriben eslóganes contra el gobierno".
(V.pág.5 del suplemento "¡hey!" del periódico Público del 13 de julio de 2007).
Una propuesta de los vetreranos senadores republicanos John Warner y Richard Lugar llegó mientras el Pentágono aceptaba que un cada vez menor número de batallones iraquíes están preparados para operar por sí mismos.
"La estrategia militar y diplomática estadounidense en Iraq debe ajustarse a la realidad de que las divisiones sectarias no es probable que disminuyan pronto y posiblemente no puedan ser controladas desde arriba", expone la propuesta Warner-Lugar.
Los dos senadores están considerados como los másximos expertos republicanos en seguridad nacional. Warner fue durante largo tiempo presidente del Comité de los Servicios Armados hasta que se retiró el año pasado, mientras que Lugar es el republicano mejor situado en el Comité de Relaciones Exteriores.
La propuesta requeriría que Bush submitiera para octubre 16 un plan para "mover las fuerzas de combate de E.U. de las labores de policía de la guerra civil o de la violencia sectaria en Iraq" a un paquete más pequeño de misiones: proteger las fronteras iraquíes, atacar a los terroristas, proteger los activos estadounidenses y entrenar a las fuerzas iraquíes.
La iniciativa sugiere que el plan esté listo para implementarse el año próximo.
El líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid, rechazó la propuesta porque ésta no obliga a Bush a implementar la estrategia. El afirma que prefiere la legislación que el Senado votará la próxima semana que ordenaría que las tropas de combate estén fuera de Iraq para la próxima primavera.
Warner y Lugar "tienen mucha fe en el presidente -en que él voluntariamente cambiará de curso y voluntariamente empezará a reducir la gran presencia de E.U.en Iraq", expresó el vocero de Reid, Jim Manley en una declaración.
"Si le dan a este presidente a elegir, el permanecerá enganchado en Iraq durante años", declaró el demócrata Reid.
La legislación pide a Bush que busque una nueva autorización para la guerra, la actual el congreso la otorgó en 2002. Muchos congresistas alegan que la autorización -que llevó a la invasión de Iraq en 2003- se limitaba a derrocar a Saddam Hussein y buscar las armas de destrucción masiva.
Muchos republicanos, la mayoría de los cuales deberá enfrentar a los votantes el año próximo, declaran estar cansados de la guerra, que está en su quinto año y ha costado la vida de más de 3,600 soldados.
En una conferencia de prensa el viernes, el general Peter Pace declaró que el número de batallones iraquíes preparados para la batalla capaces de luchar independientemente ha disminuido de 10 a 6 en los meses recientes, a pesar de un aumento en los esfuerzos de E.U.por entrenarlos.
(Publicado por Associated Press el 13 de julio de 2007).
Tropas de E.U.se enfrentaron a policías iraquíes sospechosos de tener nexos con milicias shiitas apoyadas por Irán, matando a seis en una rara pelea entre soldados estadounidenses y sus socios iraquíes. Este choque subraya la profunda infiltración de militantes en las fuerzas de seguridad del país.
La milicias shiitas tienen un poder considerable dentro de las filas de la policía, lo que lleva a muchos sunitas a rechazarla.
(Publicado por Associated Press el 13 de julio de 2007).
Las políticas de guerra del presidente Bush han dejado a Estados Unidos en un mayor peligro de ser atacado por terroristas, dijo el candidato presidencial demócrata Barack Obama.
Obama dijo que las decisiones del presidente han permitido a Osama bin Laden y sus allegados evadir captura, y añadió que Estados Unidos debería trasladar sus tropas de Irak para combatir a Al Qaeda a lo largo de la frontera entre Afganistán y Pakistán.
"Nosotros no podemos ganar la guerra contra los terroristas si estamos en el campo de batalla equivocado", dijo Obama.
"Estados Unidos debe comenzar urgentemente a sacar tropas de Irak y llevar la batalla más efectivamente a la casa del enemigo, destruyendo el liderato de Al Qaeda a lo largo de la frontera afgano-pakistaní, eliminando sus redes de control y comando y obstaculizando su financiamiento".
Obama se concentró en la amenaza del terrorismo días después de que un nuevo informe de inteligencia advirtiese que Al Qaeda había logrado recuperar su fuerza.
"Lo que dijo es como consecuencia de las malas decisiones estamos en más peligro y menos seguros de que lo deberíamos estar en estos momentos, dados todos los recursos que hemos gastado y las vidas estadounidenses que se han perdido", dijo Obama.
El senador demócrata dijo que el gobierno de Bush cometió un error al optar por pelear en Irak en lugar de concentrarse en Afganistán, donde al-Qaida se ha recuperado.
"Ellos se han reorganizado completamente a lo largo de la frontera afgano-pakistaní", dijo Obama.
"La amenaza de terrorismo de hecho ha aumentado y hemos visto un enorme incremento en la actividad terrorista, en parte porque no finalizamos la misión en Afganistána y fuimos distraídos por una guerra optada en Irak".
(Publicado por Associated Press el 15 de julio de 2007).
El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Stephen Hadley, reconoció ayer que los reportes sobre el fortalecimiento de Al Qaeda son una "fuente de preocupación” para el gobierno del presidente George W.Bush.
(V.pág.34 del periódico Público del 16 de julio de 2007).
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió hoy que una retirada "abrupta" de la coalición militar que encabeza Estados Unidos en Irak podría degradar la situación que vive el país.
"La comunidad internacional no puede abandonarlos. Cualquier retirada abrupta puede llevar a una mayor degradación de la situación en Irak", aseguró.
(Publicado por Agencia Efe el 16 de julio de 2007).
Los traumas psicológicos de la guerra en Irak y Afganistán se plantean como un grave problema para el Ejército de Estados Unidos, que se agrava por la falta de recursos financieros para tratarlos.
Según cifras del Departamento de Defensa, desde 2001, cuando comenzó la intervención militar en Afganistán y en Irak, alrededor de 1.5 millones de soldados estadounidenses han cumplido su servicio en esa región.
Muchos de ellos han tenido que cumplir dos o tres despliegues sucesivos en zonas bélicas y esa situación ha incrementado la necesidad de ampliar y mejorar los servicios de atención mental.
Sin embargo, el sistema de salud mental no tiene fondos ni personal suficientes, según el Pentágono y la Asociación Psicológica de Estados Unidos, que señalan que más de un 30% de los soldados padece trastornos mentales.
Frente al problema, el Ejército de EE.UU. anunció que a partir de mañana comenzará a entrenar a los soldados para que aprendan a reconocer los primeros síntomas de estrés pos traumático y soliciten ayuda profesional.
Esos síntomas incluyen depresión clínica (o trastorno bipolar), ansiedad general y una variedad de adicciones que se convierten en un factor que aumenta los problemas de la relación familiar y personal.
(Publicado por Agencia Efe el 17 de julio de 2007).
George W.Bush ha mostrado sólo una relación intermitente con la realidad iraquí. El se ha montado en las mismas blindadas abstracciones -"Nuestros enemigos no se detendrán ante nada..." y "La libertad es el regalo de Dios al hombre"- por cuatro años. Recientemente, en su desesperación, ha estado de plano mintiendo: "La misma gente que nos atacó el 11 de septiembre es la que ahora está poniéndole bombas a la gente, asesinando a hombres, mujeres y niños inocentes, muchos de ellos musulmanes, tratando de detener el avance de un sistema basado en la libertad".
Eso no es verdad. El grupo que está detonando las bombas más espectaculares en Iraq fue nombrado al-Qaeda en Mesopotamia por su fundador, Abu Mousab al-Zarqawi, ya muerto, en un intento de aumentar su reputación en el mundo jihadista. Es un grupo fraccionado, que no representa a más del 5% de la insurgencia sunita. Comparte una filosofía, pero no mucho más, con el real al-Qaeda, que opera desde Pakistán. De hecho, al-Qaeda en Mesopotamia ha sido criticado en el pasado por el director operativo del real al-Qaeda, Ayman al-Zawahiri, por su viciosa matanza dirigida contra musulmanes. La menira de Bush, que asume una falta de conocimiento de parte del pueblo estadounidense, se ha combinado con una enfurecedora deformación de los hechos: "Apenas iniciamos [el incremento]", declaró el presidente. David Petraeus "tuvo a todas las tropas allí hace un par de semanas". De hecho, la Operación Fardh-al-Qanoon, el esfuerzo militar pasa asegurar Bagdad, ha estado llevándose a cabo desde febrero.
Los E.U.han tenido más de cuatro años de un presidente que parece tener una opinión tan baja del público que no puede aguantar decirle la verdad de una guerra que se ha vuelto agria. Por ello los demócratas en el Congreso han emitido propuestas cada vez más radicales, aunque inútiles, de medidas para iniciar el fin de la guerra... y por ello los más sobrios y prominentes republicans imaginables -senadores como Dick Lugar y Pete Domenici- se han unido a los demócratas para solicitar un cambio de política.
Pero Bush es un hombre terco. No quiere aparecer como forzado a una disminución, y menos por miembros de su propio partido. Quiere tener la posibilidad de hacer su anuncio después de que Petraeus y el embajador Ryan Crocker testifiquen en septiembre sobre los logros positivos contra al-Qaeda. "Actualmente podríamos utilizar el anuncio de una prolongada disminución", me comentó un funcionario de la administración. "Algo que no pareciera como que estamos haciendo un corte y corriendo, sino que dejaría saber a los iraquíes que nos estamos marchando y que tendrán que tomar en serio el manejo de su país".
Así el presidente no tendrá que moverse por el momento en Iraq. Y los demócratas no podrán juntar los 67 votos requeridos para aprobar una programación de la retirada. Incluso los viejos toros republicanos que han "abandonado" al presidente no están todavía preparados para votar junto con los demócratas. El voto más interesante en las próximas semanas será por una enmienda bipartidista, promovida por el demócrata Ken Salazar y el republicano Lamar Alexander, que consagraría a las conclusiones del Grupo de Estudio sobre Iraq Baker-Hamilton como política nacional.
Ninguna de estas maquinaciones tiene mucho que ver con la situación en el terreno en Iraq. La situación política allí se ha vuelto calamitosa. Se cocina allí una pequeña y fea batalla entre el primer ministro Nouri al-Maliki y su más poderoso apoyo chiita, Muqtada al-Sadr. "En unos cuantos meses, al-Maliki se ha movido desde 'pueden ir tras al-Sadr' a verla [a la milicia Ejército Mahdi de al-Sadr] como una seria amenaza a su poder", me comentó el embajador Crocker en Bagdad hace pocas semanas. Tanto al-Maliki como al-Sadr conspiran y preparan echar fuera al otro. El bloque parlamentario sadrista está planeando forzar un voto de no-confianza en al-Maliki que posiblemente pudiera hacer caer al gobierno. Dada la cantidad de tiempo que les toma a los iraquíes organizar una coalición funcional -5.5 meses la última vez- el presidente Bush podría verse solo en Iraq, sin un aliado local, durante un futuro indefinido.
Joe Klein
(v.pág.20 de la revista Time del 23 de julio de 2007).
El aspirante a candidato presidencial demócrata Barack Obama declaró el jueves que los Estados Unidos no pueden usar su milicia para resolver problemas humanitarios y que prever un potencial genocidio en Iraq no es una razón lo suficientemente buena para mantener a las fuerzas de E.U.allí.
"Nadie está proponiendo que abandonemos precipitadamente. Todavía va a haber fuerzas de E.U.en la región que pudieran intervenir, junto con una fuerza internacional, sobre la base de una emergncia. No hay duda de que existe el riesgo de que se incremente el derramamiento de sangre en Iraq sin una continuada presencia de E.U.allí".
"Ese riesgo es aún mayor si continuamos ocupando Iraq y sirviendo como un imán no solo para la actividad terrorista, sino también para el comportamiento irresponsable de las facciones iraquíes", agregó.
"No hemos perido una batalla militar en Iraq. Así que cuando la gente dice que si nos retiramos perderemos, se está haciendo la pregunta equivocada", continuó. "No podemos lograr un Iraq estable con militares. Podríamos seguir peleando allí durante la siguiente década".
"Cuando se tiene un conflicto civil como éste, los esfuerzos militares y las fuerzas protectoras pueden jugar un importante papel, especialmente si se encuentran bajo un mandato internacional, lo que es opuesto a un simple mandato de los E.U. Pero no se puede resolver el problema subyacente desde la punta del cañón de un arma", explicó. "Debe haber un deliberado y constante esfuerzo diplomático para lograr que las diferentes facciones reconozcan que les irá mejor si llegan a una solución pacífica de sus conflictos".
(Publicado por Associated Press del 20 de julio de 2007).
El consejero de seguridad nacional iraquí expresó este viernes sus dudas acerca de que las fuerzas iraquíes vayan a ser capaces de asumir el control de la seguridad de todo el país para finales de año, una meta del gobierno del primer ministro Nouri al-Maliki.
En abril, al-Maliki declaró que los soldados y la policía iraquí recibirían de E.U.y otras fuerzas internacionales la responsabilidad de la seguridad de las 18 provincias a fines de 2007, permitiendo a la coalición encabezada por los estadounidenses cambiar a un papel de apoyo y posiblemente iniciar el envío de tropas a casa.
"Teníamos esperanzas e intenciones de encargarnos de la seguridad en todas las provincias y el mando de todas las divisiones del ejército antes del fin de año", declaró el consejero de seguridad nacional Mouwaffak al-Rubaie. "Pero existen dificultades y retos que han aparecido en el camino, para armar, equipar, reclutar y entrenar a nuestras fuerzas armadas".
Al-Rubaie no dio una nueva fecha. "Pienso que es muy difícil predecir un tiempo con certeza", comentó. "Todo depende de la velocidad del entrenamiento y del equipamiento. Esto depende del nivel de amenaza regional o local. Pero no estamos hablando de semanas, ni siquiera de meses. Más que meses".
(Publicado por Associated Press del 20 de julio de 2007).
Dicen que los que conocen bien al presidente Bush que se está pensando una y mil veces la retirada de las tropas estadunidenses de territorio iraquí. Dicen los que le conocen bien, que le ven taciturno mientras su imagen se deteriora por lo que nunca debió ser y fue. Cada padre abrazado a una bandera representa una menor credibilidad de la administración actual; significan votos que van restando de cara a las elecciones presidenciales de 2008.
Sobre su escritorio, el presidente tiene ingentes informes con los pros y los contras de la retirada. Sabe que si los soldados se marchan, Irak terminará en una guerra civil de consecuencias impredecibles. No sólo por la guerra fratricida sino porque golpearía la inestabilidad de toda la región y eso, en Oriente Medio, es más serio de lo que parece.
Desde el año 2003 no sé las veces que hemos oído que las tropas estadunidenses se van a marchar. Pero lo cierto es que ahí siguen. Vigilando y preservando. Porque además Irak no es Vietnam ni Somalia. Ni en el país del Lejano Oriente ni en el cuerno de Africa había petróleo. En Irak sí y, todavía en abundancia. No parece en modo alguno que se produzca una retirada. Puede, eso sí, que disminuya el ejército de manera parcial. En todo caso, se hartarán de contárnoslo. No olvidemos que hay una fecha en el horizonte que cada vez cobra más cuerpo: noviembre de 2008. Habrá elecciones presidenciales y los republicanos se juegan seguir en el poder.
Pero aun si ganan los demócratas -como Obama o Hillary Clinton con la ayuda de una presidenta del Congreso feminista y peleonera- la retirada seguirá siendo parcial. Cuando voten los estadunidenses y jure el nuevo presidente en enero de 2009, las aguas volverán a su cauce y otra vez seguiremos viendo el mismo número de soldados. No olvidemos que están en juego muchos intereses. Demasiado dinero y la continuidad de ser poderoso sin rival.
Alberto Peláez
(v.pág.25 del periódico Público del 22 de julio de 2007).
El liberal senador demócrata Russ Feingold declaró el domingo que quiere que el Congreso censure al presidente Bush por su manejo de la guerra de Iraq y por su "asalto" contra la Constitución.
(Publicado por Associated Press del 23 de julio de 2007).
Existen dos grandes escuelas de pensamiento acerca de lo que los E.U. debieran hacer a continuación en Iraq.
La primera, representada por muchos congresistas demócratas, asegura que ya se pasó el tiempo para que los Estados Unidos se retiren. Lo mejor que pudiera suceder ahora para los E.U. es una retirada tan rápida como sea posible, forzando a los iraquíes a tomar el control de su destino y obligando a los estados del golfo de la vecindad, ricos en petróleo, a quitarse de los lados. Desde este punto de vista, dejar Iraq privaría a al-Qaeda de su principal arma de reclutamiento, una enorme presencia militar estadounidense en el Medio Oriente. Aprovechando, los E.U. podrían ahorrarse los US$ 10,000 millones mensuales que se están gastando en la guerra, y rescatar al Ejército de los E.U. y al Cuerpo de Marines antes de que ambos se colapsen.
Para la otra escuela está claro que el único camino posible es continuar peleando por todo el tiempo que se requiera. Con ésta están casados los funcionarios de la administración Bush, la justificación de este grupo es que al retirarse de Iraq, los E.U. desatarían un baño de sangre, entregarían a al-Qaeda e Irán grandes victorias, desestabilizarían el Golfo Pérsico y reforzarían a los terroristas en todas partes para que atacaran a los E.U. y a sus aliados. Frente a tales peligros, declaran la Casa Blanca y sus partidarios, Estados Unidos no tiene otra opción más que permanecer en Iraq hasta que la democracia emerja del caos del Medio Oriente -un proyecto que, abiertamente reconocen, es trabajo para una generación.
No importa cuándo los Estados Unidos se retiren, Iraq bien pudiera volverse un lugar más caótico y violento. Los estadounidenses han aprendido que en el Medio Oriente tienen muy poco, si es que algo, control sobre lo que pudiera ocurrir.
Aun en los escenarios más rosas, los Estados Unidos sufrirán un humillante golpe a su prestigio cuando dejen Iraq y la guerra civil sunita-shiita se intensifique.
Una fuerza de 50,000 a 100,000 soldados deberá permanecer largo tiempo en el lugar para proteger los intereses estadounidenses más vitales: negarle a al-Qaeda un refugio seguro y prevenir que una casi inevitable guerra civil se extienda a los países vecinos. Al mismo tiempo, la reducción de la huella militar de los E.U. en la región debiera ser acompañada por un incremento sostenido de diplomacia estadounidense.
Puede parecer tan confuso como lo que se está haciendo ahora, pero una retirada responsable limitaría las bajas estadounidenses y sacaría a los E.U. fuera del debilitante capítulo que ha jugado hasta ahora políticamente en casa, si no militarmente sobre el terreno. En un mundo de malas opciones, una retirada en fases es la menos mala que hay.
La realidad es que es difícil salir rápido. A los soviéticos les tomó nueve meses sacar a 120,000 soldados de Afganistán. Y eso que simplemente se estaban moviendo a la puerta contigua, y todavía perdieron más de 500 hombres en su retirada. Sacar a 10 brigadas de combate -aproximadamente 30,000 soldados, junto con su equipo y personal de apoyo- tomaría al menos 10 meses, dicen oficiales del Pentágono. Y eso es sólo parte de la imagen. Hay civiles que probablemente querrán marcharse cuando los soldados comiencen a empacar. Ello incluye a unos 50,000 contratistas de E.U. y a decenas de miles de iraquíes que pudieran requerir protección si los Estados Unidos dejan el país.
El general retirado del Ejército Barry McCaffrey, que apoya una retirada parcial, comenta: "Quemarías o volarías mucho de tu equipo o se lo entregarías a los iraquíes. Serías blanco de ataques en tu camino hacia la costa, la gente diría 'podemos arrojarles pétalos de rosa o dispararles' y nos dispararían". Una salida gradual en vez de una inmediata no solamente es el camino más sabio, es el único.
Cuántos iraquíes morirían si los E.U. se retiran es una adivinanza, pero casi todos los que lo han estudiado creen que la actual tasa de más de mil al mes se elevaría dramáticamente. Iraq pudiera sangrar como lo hizo la ex Yugoeslavia de 1992 a 1995, cuando perecieron 250,000.
No hay discusión acerca del por qué: al día siguiente de una retirada estadounidense, Bagdad sería rápidamente dominado por las milicias shiitas, en su mayor parte intocadas por la campaña estadounidense. Ya las fuerzas de seguridad bien armadas, que aparecen como independientes, se encuentran infiltradas por militantes que siguen órdenes de líderes shiitas. Los asesinatos de sunitas por los escuadrones de la muerte aumentarían. Contra esas dasatadas fuerzas, los insurgentes sunitas y elementos del antiguo régimen de Saddam Hussein contraatacarían con su arma favorita: carros-bomba contra mercados, santuarios, estaciones de policía y centros de reclutamiento shiitas.
Un resultado de la estrategia de "incremento" militar es que los E.U. han asignado a los jeques tribales sunitas una mayor responsabilidad en su seguridad -e incluso armas para respaldarla- a cambio de que corten sus relaciones con al-Qaeda. Esto es un riesgo manejable mientras las fuerzas de E.U. estén cerca; si parten, esto se convierte en combustible en un bosque seco. El peligro no sería sólo una carnicería sectaria sino, de plano, la anarquía total. "Nuestra preocupación inmediata", comenta un alto diplomático árabe, "es que el envío de una señal de retirada completa pudiera animar a ciertos elementos en cada facción de cada grupo político a tratar de imponer su propia agenda. Esto no sería solamente shiitas vs. sunitas... sino [guerra] dentro de cada comunidad. El peor caso es la Somalia-ización de Iraq".
Existen pocos indicadores de que el centro iraquí, tal como está, pudiera sostenerse, o de que los vecinos de Iraq fueran mucha influencia estabilizadora.
El escenario del peor caso es una guerra iraquí que se convierta en un conflicto regional.Simpatizantes sunitas en la región -principalmente Arabia Saudita, Jordania y Siria- enviarían armas y dinero a sus semejantes en Iraq para contraponerse a los shiitas, igual que el gobierno de Irán está ayudando silenciosamente a esos shiitas. "Una de las cosas que hemos observado en todas partes, tanto en Irlanda como en Palestina, es que cuando hay gente fuera del país que paga, habrá intermediarios dentro del país efectuando la matanza", comenta Jon Alterman, director para el Medio Oriente del Center for Strategic and International Studies.
Es fácil ver cómo una partida desesperada de los E.U. pudiera disparar una reacción en cadena que llevara a mayor desestabilización o incluso a una guerra entre Irán, Iraq y Arabia Saudita, 3 de los 15 máximos exportadores mundiales de petróleo. Shiitas que objetan el respaldo saudí a los sunitas pudieran tomar represalias dentro del reino -o los sunitas pudieran llevar la lucha adentro de Irán. "Tendríamos violencia sectaria a un nivel que probablemente desataría una guerra regional", explica Michèle Flournoy, presidenta del Center for a New American Security, un thinh tank apartidista. "En ese punto, estás mirando una ruta que no querrás seguir".
Dado que las actuales fuerzas de E.U. no han podido disminuir los asesinatos sectarios, es irrazonable esperar que una reducida presencia de tropas de E.U. detendría a sunitas y shiitas de matarse unos a otros. Después de que la mayoría de las tropas de E.U. partan, una presencia militar de cierto tamaño seguirá siendo necesaria -no tanto para arbitrar una guerra civil, como están hacieno ahora las fuerzas estadounidenses, sino para tratar de evitar que se expandiera.
Michael Mandelbaum, quien da clases de política exterior de E.U. en la Universidad Johns Hopkins, advierte que las ganancias potenciales de cualquier operación de salvamento son limitadas, y ésta no es diferente. "La meta aquí es limitar los daños", explica, "no el tipo de éxito que se previó cuando la operación inició". La retirada de Iraq será lenta, confusa y dolorosa. Pero con todo lo difícil del pasaje, todavía es posible llegar a un lugar más seguro que donde los E.U. se encuentran ahora.
Michael Duffy
(v.pág.20 de la edición internacional de TIME del 30 de julio de 2007).
Cada encuesta muestra a la admiración por los E.U. disminuyendo en todo el mundo, gracias principalmente a su inepto pleito en Iraq.
Bill Powell
(v.pág.56 de la edición internacional de TIME del 30 de julio de 2007).
En mayo, la senadora Clinton le pidió al Pentágono que informara de la planificación para la retirada de los más de 160,000 soldados desplegados en Irak, y el subsecretario de Defensa, Eric Edelman respondió que el debate público del asunto "fortalece la propaganda enemiga en el sentido de que EU abandonará a sus aliados".
A Clinton la respuesta le pareció inaceptable e indignante y así se lo hizo saber a Gates. "Puede estar segura de que tal planificación está en marcha con mi participación activa, al igual que la de oficiales militares y funcionarios civiles de alto rango, y de los nuestros comandantes en el terreno", escribió Gates en la misiva, enviada el martes y que ayer recogieron varios medios de comunicación de EU. "Los planes de contingencia son una prioridad para este departamento", añadió. El 13 de julio, durante una conferencia de prensa en el Pentágono, Gates dijo que una retirada de Irak "será una tarea gigantesca", al reiterar que cualquier decisión al respecto dependerá "de las condiciones en el campo de batalla".
(V.pág.39 del periódico Público del 27 de julio de 2007).
Bush no respondió si planeaba pasar la guerra al próximo presidente que asumirá en enero de 2009. Pero sugirió que era probable. "Va a tomar mucho tiempo, igual que la guerra ideológica".
(V.pág.7-A del periódico El Informador del 31 de julio de 2007).
"Richard Lacayo sugirió que el presidente George W.Bush conmutó la sentencia de I. Lewis (Scooter) Libby, un miembro del círculo interno de Bush, porque Bush no tenía nada que perder. Pero podría existir una razón más siniestra. Los eventos han mostrado que el subsecretario de Estado Richard Armitage, no el vicepresidente Dick Cheney, filtró la identidad encubierta de Valerie Plame. Si Cheney fue inocente todo el tiempo, ¿por qué Libby tuvo que mentir para protegerlo? ¿Podría algo todavía más dañino aparecer si se seguía investigando? Con una sentencia conmutada, Libby puede acogerse a la Quinta Enmienda en futuros testimonios. Con un perdón no. Todo este asunto apesta. La administración Bush ha llevado a la política desde la calle hasta los drenajes."
Stephen H. Weenland / Houston
"El fiscal en el caso Libby declaró: 'Es fundamental para el estado de derecho que todos los ciudadanos se presenten ante la justicia como iguales'. La conmutación de Bush sugiere tres cosas: el presidente cree que existe otra clase de ciudadanos en los Estados Unidos, la complicidad vence a la justicia y el presidente promueve el perjurio y la obstrucción de la justicia cuando es conveniente y provechoso para su administración."
Terry Sandquist / Hutchinson, Minnesota
"Si yo de alguna forma fuera cómplice en la exposición de la identidad de un agente secreto de E.U. a nuestros enemigos en tiempo de guerra -que es lo que efectivamente sucedió con la exposición de la agente de la CIA Valerie Plame-, me llamarían traidor y me conducirían a una silla eléctrica, cámara de gases o a alguna clase de inyección letal."
Sterling Greenwood / Aspen, Colorado
"La conmutación por Bush de la sentencia de Libby fue verdaderamente astuta. El presidente salvó a un leal de ir a la cárcel. Al no recibir un perdón total, Libby está efectivamente protegido de ser forzado a testificar abiertamente acerca de eventos relacionados con el incidente Plame. La naturaleza tortuosa de esta administración no puede ser sobreestimada."
Barbara Struthers / Deerfield, Illinois
"Como un canadiense que sigue la escena política estadounidense de cerca, sufrí un shock y quedé consternado por la decisión de su presidente de intervenir en el caso Scooter Libby. Qué triste ejemplo para la juventud estadounidense. Parece que es correcto mentir para cubrir tus espaldas y las de tu jefe. La intervención de Bush en el caso Libby no sólo es un insulto para el sistema judicial de ustedes, también es una abuso del poder ejecutivo."
Barry Mayhew / Victoria, British Columbia
Inbox
(v.edición internacional de TIME del 6 de agosto de 2007).
"Karl Rove, como asesor del presidente, es inmune de ser obligado a testificar en el Congreso sobre asuntos que se presenten durante el desempeño de su cargo y que estén relacionados a sus funciones en dicho puesto", escribió el consejero de la Casa Blanca, Fred Fielding, al presidente del comité judicial del Senado, Patrick Leahy.
"Es una vergüenza que esta Casa Blanca continúe actuando como si estuviera por encima de la ley. Es un error", contestó Leahy en un comunicado. "Las citaciones autorizadas por este comité conectadas con el caso [de los fiscales] y la corrosión de la aplicación de la ley federal por la Casa Blanca por influencias políticas merece respeto", añade.
(V.pág.41 del periódico Público del 3 de agosto de 2007).
Esta semana, Estados Unidos confirmó oficialmente su plan de proporcionar una ayuda militar de 63,000 millones de dólares a sus aliados en Oriente Medio y Asia Central, con el fin de contener la beligerancia de Irán y el auge del chiismo en la zona. Nada nuevo. Washington siempre ha apuntalado militarmente a sus aliados. Hace 30 años hizo lo mismo, sólo que entonces armó a Irán.
Al término de la Segunda Guerra Mundial, refieren, con la ayuda masiva de Estados Unidos se reemprendió la carrera armamentista en Irán. No fueron sólo los estadunidenses. Con el pretexto de la injerencia de la Unión Soviética en la región, los europeos también proveyeron de moderno armamento al sha Mohamed Reza Pahlevi. Las armas, en realidad, servían más para contener los disturbios internos, que para frenar a los soviéticos, pero constituyeron un excelente negocio.
Vehículos y tanques blindados, helicópteros, aviones, barcos, cohetes, entrenamiento e instalaciones militares llegaron de todas partes durante esos años, y también la ayuda militar en efectivo. Los 16.6 millones de dólares que Washington proporcionó durante el quinquenio de 1949-53, se dispararon a 387 millones de dólares entre 1953-60. En total, según la propia Contaduría de Estados Unidos, entre 1946 y 1969 fluyeron a Irán 1,500 millones de dólares (al valor de entonces) en bienes bélicos, ya sea en forma comercial o en el marco de la ayuda militar.
Pero la verdadera escalada vendría a partir de los setenta. Entre 1970 y 1975, la ayuda estadunidense sumó la entonces estratosférica cantidad de 6,900 millones de dólares; y tan sólo en 1975, el presupuesto iraní brincó hasta diez mil millones para la adquisición de material bélico. Fue la época en que Reza Pahlevi se convirtió en el gendarme de la región.
Como tal, el sha quiso modernizarse. Empezaron a llegar entonces los aviones caza, los cohetes Seacat y HAWK, y aunque el Golfo Pérsico no se presta para el uso de submarinos, debido a su poca profundidad, el sha se esforzó en formar su propia flota. También incursionó directamente en la producción de armamento, se allegó moderna tecnología bélica y desarrolló una impresionante infraestructura militar.
Creó una base científica e industrial para desarrollar su propia tecnología nuclear. Francia participaba entonces en un proyecto de investigación atómica, "que incluye el desarrollo de plantas enriquecedoras de uranio".
Ahora, con una ayuda bélica multimillonaria, Estados Unidos quiere impedir que Mahmud Ahmadineyad, el actual presidente iraní, enriquezca uranio con la infrasetructura que el Sha, y por lo tanto el propio Occidente, le heredó. Es como volver al principio, pero sigue siendo un buen negocio.
Lucía Luna Elek
(v.pág.15 del periódico Publico del 5 de agosto de 2007).
Es evidente la crisis del gobierno del primer ministro Nouri al-Maiki, la cual se agudizó esta semana con la renuncia del jefe del Estado Mayor del ejército, Babaker Zebari, y de varios altos oficiales militares.
Según el analista iraquí Ali Fadhily, tanto políticos como académicos, intelectuales, científicos y obreros parecen coincidir en que el gobierno instaurado hace catorce meses es un fracaso total: la seguridad, los servicios básicos y toda la infraestructura están hoy peor que bajo el régimen del ejecutado dictador Sadam Husein (1979-2003), si bien el mando de la ocupación anglo-estadunidense sigue apoyando a Maliki, lo mismo que, dice Fadhily, "el gobierno de Irán".
Según el diario británico Daily Telegraph, citado por Ali Fadhily, la relación con el general David Petraeus, al mando del contingente estadunidense, "es tan mala que el jefe del gobierno iraquí le pidió directamente al presidente Bush que lo cesara en sus funciones". Maliki reclamó incluso por videoconferencia que Petraeus dejara de armar a combatientes sunitas tribales para luchar contra Al Qaeda pues, dijo, de lo contrario, él mismo ordenaría armar a milicias chiitas. "Bush tuvo que pedirle que se calmara", añadió el periódico.
Si bien el portavoz de Petraeus, coronel Steve Boylan, habría desacreditado esos informes, las evidencias sugieren que Maliki ha permitido a milicias chiitas armarse y controlar vastos territorios, aun a costa de fomentar una rebelión dentro de sus filas, como la que encabezaría el ex primer ministro Ibrahim Jaafari, opuesto que tanto EU como Irán "sigan haciendo a su modo al gobierno de Bagdad". Para el jeque Ali Mansoor, miembro del grupo sunita opositor a la ocupación Asociación de Académicos Musulmanes Jaafari, si bien EU puso a Maliki para que éste aprobara leyes favorables a sus intereses, capaces de asegurar al Pentágono una larga estancia en Irak "como la aún non nata ley de hidrocarburos, ahora Maliki trabaja para Irán y los estadunidenses están perdiendo Irak". Como se recordará, Maliki asumió la jefatura del gobierno luego de que la secretaria de Estado de EU, Condoleezza Rice y el ex canciller británico Jack Straw presionaron a Jaafari para que renunciara.
Irene Selser
(v.pág.35 del periódico Publico del 6 de agosto de 2007).
El motivo real por el que la administración Bush quería que la ley del petróleo se aprobara rápidamente es que temía la discusión pública y le preocupaba que, cuanta más gente comprendiese lo que significa, más serían las posibilidades de que no se aprobara. Partidos claves dentro del parlamento iraquí se oponen a ésta, incluso el principal partido sunita, que la semana pasada se retiró del gobierno junto con otros partidos. Washington ha promovido la ley como un asunto de "reconciliación", afirmando que su pronta aprobación mostraría que las comunidades étnicas y sectarias de Irak pueden compartir ingresos de manera justa. Pero es un engaño. Sólo uno de los 43 artículos de la ley menciona el compartir ingresos, y esto para decir que una "ley federal de ingresos" separada decidirá su distribución.
La ley que Washington y el lobby petrolero de EU realmente quieren, establecería arreglos para que empresas extranjeras operen en el sector petrolero de Irak. Analistas independientes dicen que los términos propuestos son mucho más favorables para las empresas extranjeras que las de cualquier otro país productor de crudo en la zona, incluyendo Kuwait y Arabia Saudí. Todas las demás leyes imponen algunos resguardos para el interés nacional, sea que una compañía nacional controle la producción; especificar en los contratos el nivel máximo de ganancias para los extranjeros; limitar a éstos a un pequeño número de campos petroleros, o insistir en que las disputas sean juzgadas por tribunales locales. Otros grandes países petroleros, incluyendo Rusia y Venezuela, insisten en la aprobación del congreso para contratos que cubren campos "estratégicos" o para negocios conjuntos. Platform, un vigilante de la industria petrolera, advierte que la ley del petróleo y gas iraquí podría "entregar el futuro de Irak". Greg Mittitt, su codirector, afirma: "La ley es permisiva. Todos los campos de Irak que están sin explotar y sus reservas desconocidas, que podrían representar entre 100,000 y 200,000 millones de barriles, quedarían en manos de empresas extranjeras".
La mayoría de los iraquíes piensan que la invasión de 2003 fue principalmente por el petróleo. La paz también está en función de éste, y no tiene sentido dejar que el pánico y la distracción de la actual crisis de seguridad sea usada para encubrir la entrega de las riquezas del país.
Jonathan Steele
(v.pág.36 del periódico Publico del 6 de agosto de 2007).
Volney Warner piensa en grande. General retirado de cuatro estrellas que ayudó a conformar la doctrina de contrainsurgencia durante la Guerra de Vietnam, él ha hecho una carrera el pensar cómo la estrategia militar de E.U.debiera hacer avanzar los intereses globales estadounidenses.
Warner es más que un dedicado estudioso de los actuales conflictos estadounidenses: 7 miembros de su familia inmediata han servido en la milicia, 5 de ellos en Iraq o Afganistán.
Una nieta de 24 años de edad, la teniente primero del Ejército Laura Walker, sirvió en Iraq en 2004 y murió a causa de una bomba casera un año más tarde, en su segunda asignación de combate, esta vez en Afganistán. Su muerte ha hecho a Warner evaluar, a veces públicamente, quién fue el responsable de enviar a su nieta a dos zonas de guerra sin una estrategia fuerte para la victoria.
Un altamente reconocido experto en contrainsurgencia que goza de reputación entre sus colegas como pensador agudo, Warner pregunta por qué la milicia de E.U. -con toda si tradición, entrenamiento, equipamiento y apoyo- falló en aprender las lecciones de Vietnam y aplicarlas a Iraq. El mismo responde en varias entrevistas con un reportero de McClatchy Newspapers.
Iraq y Vietnam, comenta, son productos de fallidos liderazgos civiles y militares. Los presidentes John F.Kennedy y George W.Bush iniciaron con suposiciones y aspiraciones erróneas, y en ambos casos generaron estrategias militares que estaban condenadas a fallar.
Si la estrategia es mala y la política es mala, no se puede culpar a la gente que las implementa. Están intentando la implementación de una política que no funcionará.
Las suposiciones erróneas para Vietnam e Iraq son casi imágenes de espejo unas de otras. En Vietnam, Kennedy y otros políticos creyeron en la "teoría del dominó": Si Vietnam del Sur caía, otros aliados de E.U.en la región -Thailandia, Malaysia, Singapur, Filipinas, Indonesia- también podrían caer ante los comunistas.
En Iraq, Bush y los políticos neoconservadores en el Pentágono y en la oficina del vicepresidente Dick Cheney tenían una teoría de la democracia: Implantar la democracia en Iraq sería fácil, y de allí se diseminaría a Siria, Egipto, Arabia Saudita y más allá. El hecho de que la nación más democrática en la zona, según la mayoría de los estándares, sea Irán y que islamistas dominen algunos de los partidos políticos más populares de la región, incluyendo a Hamas en los territorios palestinos y Hezbollah en Líbano, parece no haber hecho mucha impresión.
De todas formas, una de las lecciones de Vietnam y de Iraq es la misma: Algunas guerras no pueden ganarse sólo con las tropas de E.U. Sólo pueden ser ganadas por las poblaciones locales.
El insiste en que sus conclusiones acerca de lo que está sucediendo en Iraq y Afganistán están basadas en gran parte en el tiempo que pasó en Vietnam, no en las experiencias de su familia.
Warner pasó 10 años trabajando en la política para Vietnam, en diferentes posiciones desde el Delta del Mekong hasta la Casa Blanca. Subió de mayor a comandante de la 3a.Brigada de la 4a.División de Infantería, la división a la que se uniría después su nieta. Ayudó a implementar la estrategia de contrainsurgencia en Vietnam, y al final de su misión sintió que los E.U.habían ayudado a crear una sociedad autosuficiente en el Delta pero no en la parte norte de Vietnam del Sur.
Llegó a la conclusión de que los consejeros civiles son una pieza clave para que un plan de contrainsurgencia funcione, y que la población local debe unirse tras un sentimiento de identidad nacional, no tras una ideología. Concluyó que las avanzadas milicias occidentales no deberían pelear contra insurgencias; en vez de ello, los E.U.deberían contar con una mejor diplomacia con el fin de evitar enfrentar tales situaciones.
El gobierno de E.U.y en especial el establishment militar concluyó, equivocadamente, que sólo debería buscar evitar insurgencias, y abandonó el entrenamiento y preparación para enfrentarlas, explicó Warner. "La mayoría de lo que aprendimos acerca de contrainsurgencia fue juzgado como irrelevante para el mundo del futuro. Nadie tenía la intención de verse envuelto en ellas otra vez, y la contrainsurgencia se desvaneció", agregó.
Warner supo que era un error, pero no se dio cuenta del tamaño del mismo sino hasta que la administración Bush comensó a hablar de invadir Iraq.
Estados Unidos había estado aumentando sus fuerzas convencionales y preparándose para contingencias como Bosnia y Somalia, donde el enfoque militar estaba en proteger a sus fuerzas, no a la población, la antítesis de la práctica de la contrainsurgencia. Warner tenía dudas cuando, 30 años después de Vietnam, Bush proclamó una nueva doctrina que suponía promover la democracia como medio para derrotar el terrorismo.
Ahora muchos piensan que los E.U.llamaron muy pronto a elecciones en Afganistán e Iraq, llevando a regímenes tembleques con poco control sobre sus recientemente formados gobiernos. Warner está de acuerdo con quienes creen esto.
Por la Navidad de 2004, Warner trataba de mantenerse optimista acerca de las guerras en Iraq y Afganistán. Dos años más tarde, él describía un escenario calamitoso: "Desde mi punto de vista, existen situaciones en el mundo que los E.U. no pueden resolver, ni militarmente ni de otra forma. Vietnam fue una de ellas. Iraq es otra. Ninguna de estas querras estaba para que la ganáramos nosotros y ambas estaban para que las perdieran ellos... Siempre hemos sido muy malos para distinguir entre victorias y derrotas políticas y miliares y propensos a apoyar al lado perdedor de las guerras civiles - excepto por la nuestra."
(V.McClatchy Newspapers del 6 de agosto de 2007).
Las tropas estadounidenses desplegadas en Irak suman actualmente unas 162,000, el nivel más alto desde el inicio de la ocupación.
(Publicado por Agencia Efe el 7 de agosto de 2007).
El presidente George W.Bush "está librando la guerra que los terroristas quieren que libremos", advirtió el senador Obama, hoy segundo en las encuestas para las elecciones internas del opositor Partido Demócrata detrás de la senadora Hillary Clinton.
El legislador consideró que el líder de la red terrorista Al Qaeda, Osama bin Laden, "y sus aliados saben que no pueden derrotarnos en el campo de batalla o en una genuina lucha de ideas".
"Pero pueden provocar la reacción que hemos visto en Irak, una invasión equivocada de un país musulmán que desata nuevas insurgencias, compromete a nuestro Ejército, vacía nuestro presupuesto, aumenta el reclutamiento de terroristas, [...] daña el prestigio de la democracia y alienta al pueblo estadunidense a cuestionar nuestro compromiso en el mundo", declaró.
"Al negarse a poner fin a la guerra en Irak, el presidente Bush da a los terroristas lo que ellos realmente quieren, y lo que el Congreso votó para darles en 2002", agregó, en un recordatorio más de que la senadora Clinton apoyó entonces la invasión. Es "una ocupación estadunidense de duración indeterminada, a un costo indeterminado, con consecuencias indeterminadas", opinó.
Obama también pidió duplicar la asistencia y los créditos de EU a los países pobres a 50,000 millones de dólares anuales para 2012, a fin de "reducir la marea de desesperanza que hace surgir el odio". Esa suma incluiría dos millones de dólares para un Fondo Global de Educación que contrarreste "las madrazas [escuelas islámicas] radicales" en el mundo musulmán.
Obama y Hillary Clinton llevan juntos una clara delantera entre los ocho candidatos a la candidatura demócrata. Ambos se enfrentaron sobre cuán aconsejable sería reunirse con jefes de gobiernos hostiles, como el presidente Mahmud Ahmadinejad, de Irán, y Hugo Chávez, de Venezuela, sin precondiciones.
"Es tiempo de dar vuelta la página de la sabiduría convencional de Washington, según la cual el acuerdo debe alcanzarse antes de reunirse, que hablar con otros países es una especie de recompensa y que los presidentes sólo pueden reunirse con personas que les digan lo que ellos quieren oír", expresó.
Ambos han criticado el modo en que Bush comandó la guerra de Irak. La semana pasada votaron en favor de una ley que obligaría al gobierno a retirar de ese país todas las tropas de combate para el 31 de marzo, manteniendo las necesarias para entrenar a las fuerzas iraquíes, proteger las instalaciones y el personal estadunidense y realizar operaciones contra Al Qaeda.
Sin embargo, Obama sugirió el pasado miércoles que los efectivos de combate replegados quedarían apostados "en la región". La presencia continua de soldados estadunidenses en Irak eleva el poder de convocatoria de Bin Laden, según el legislador, pero "poner fin a la guerra ayudará a aislar a Al Qaeda y a dar a los iraquíes el incentivo y la oportunidad de sacarlos".
De todos modos, agregó caso, Bush exageró la amenaza de Al Qaeda en Irak, mientras pasaba por alto a "la gente que nos atacó el 11 de septiembre [de 2001] y que entrena a nuevos reclutas en Pakistán", que, junto con Afganistán, requieren mucha más atención y recursos, según Obama.
"Como presidente, yo desplegaría al menos dos brigadas adicionales [o alrededor de seis mil efectivos] en Afganistán, para reforzar nuestras operaciones antiterroristas y apoyar los esfuerzos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte contra el Talibán", dijo.
Al mismo tiempo, afirmó que aumentará la asistencia no militar a Afganistán en mil millones de dólares. Esto representa 75% más que lo que el gobierno de Bush requirió para 2008.
También llamó a fortalecer la capacidad militar y civil de EU contra la insurgencia y a construir "una infraestructura internacional de inteligencia y aplicación de la ley para desmontar redes terroristas desde las remotas islas de Indonesia hasta las ciudades de Africa". Obama dijo que, de acceder a la presidencia, rechazará "sin excepciones la tortura", respetará las Convenciones de Ginebra, sobre el trato a los prisioneros, cerrará la base naval en Guantánamo, Cuba, y pondrá fin a las escuchas ilegales de conversaciones telefónicas de ciudadanos en Estados Unidos.
Jim Lobe
(v.pág.40 del periódico Publico del 10 de agosto de 2007).
Tras bambalinas, como siempre, los principales asesores del presidente Bush han estado metidos en un intenso debate interno acerca de cómo responder al apoyo iraní a los grupos shiitas en Iraq y a su programa nuclear. El vicepresidente Dick Cheney propuso hace algunas semanas lanzar ataques contra campos de entrenamiento sospechosos en Iraq manejados por la fuerza Quds, una unidad especial del Cuerpo de Guardias Revolucionarios de Irán, según dos funcionarios de E.U. involucrados en las políticas hacia Irán...
Cheney, desde hace mucho escéptico acerca de la diplomacia con Irán, defendió la acción militar contra éste si aparece nueva evidencia dura acerca de la complicidad de Irán en al apoyo a fuerzas antiestadounidenses; por ejemplo, descubrir un transporte cargado de luchadores o armas entrando a Iraq por la frontera con Irán, comentó un funcionario.
(V.TPM muckacker.com del 10 de agosto de 2007).
George W.Bush es el primer presidente agresivamente religioso de la historia norteamericana. Ni George Washington (protestante episcopálico), ni Tomas Jefferson (deísta anticlerical), ni John F.Kennedy (católico), ni Richard Nixon (cuáquero), ni siquiera Jimmy Carter (bautista) manipularon la fe con propósitos políticos. George W.Bush, en cambio, actúa según su propia confesión, guiado por la mano de Dios. "Mi misión -declaró a la prensa- es parte del 'plan maestro de Dios'". A su asesor Karl Rove, le dijo: "Estoy aquí por una razón; yo no consulto a mi padre; sería el padre equivocado; yo apelo a un padre más alto". La situación creada por el presidente Bush ha expuesto a su país a ser temido y odiado como nunca antes por toda la humanidad. La situación que ha creado con sus cohortes de cristianos renacidos, neo-conservadores estrábicos, nacionalistas militantes y militaristas, puede aún conducir a una conflagración mayor en la región. Un hombre público poseído de la ebriedad de un Dios, es capaz de profanarlo todo.
Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 11 de agosto de 2007).
Las frecuentes misiones de las fuerzas de E.U.en Iraq y Afganistán han estresado la milicia, totalmente voluntaria, y hecho que valga la pena considerar un regreso del reclutamiento militar, declaró el viernes el nuevo consejero del presidente Bush para la guerra, el teniente general del Ejército Douglas Lute.
(Publicado por Associated Press del 11 de agosto de 2007).
El decano de los políticos sunís emitió un llamado a las naciones árabes para detener lo que calificó como una "campaña de genocidio sin precedentes" por parte de milicias chiís armadas, entrenadas y controladas por Irán.
Adnan al-Dulaimi dijo que "persas" y "safawis", terminología suní para referirse a los chiís iraníes, estaban camino a conseguir el control total de Bagdad y pronto amenazarían a otros regímenes sunís.
"Es una guerra que se ha iniciado en Bagdad y no se detendrá, sino que se extenderá por todas las tierras árabes", dijo al-Dulaimi en una transmisión de radio.
Irán, una teocracia chií, es el principal temor de los gobiernos sunís del Medio Oriente, ante su creciente influencia sobre grupos radicales como Jezbolá y Hamas, así como el régimen de la familia Assad en Siria. El presentar una amenaza iraní a los árabes, algo poco probable en el mediano plazo, deja en claro la desesperación de al-Dulaimi.
Sus temores de una toma chií de Bagdad no están infundados. Milicianos del Ejército Mahdi han eliminado a la población suní de varias zonas y tomado sus mezquitas. Sus miembros, supuestamente leales el religioso radical chií Muqtada al-Sadr, operarían como escuadrones de la muerte, culpables de las matanzas sectarias.
(Publicado por Associated Press del 12 de agosto de 2007).
"Bush dice que no abandonará su política hacia Iraq a menos que el general David Petraeus la declare un fracaso en septiembre. Sin importar la verdad, ya conozco la base del reporte del general. Con su reputación y carrera en entredicho, Petraeus declarará lo que el presidente quiere oír: El incremento está logrando progresos y requiere de más tiempo y más tropas para su éxito. Aquellos que están familiarizados con las grandes corporaciones saben que el director ejecutivo raramente tiene el entendimiento claro de lo que está sucediendo en su empresa. Con reputaciones y carreras en entredicho, una historia se vuelve cada vez más rosa según va ascendiendo por la ladera corporativa. ¿Alguien cree que el Ejército es diferente? Hemos visto que generales retirados, cuyas carreras ya no están en riesgo, han tenido el coraje de retar a la política oficial."
King Sinclair / Louisville, Ky.
"Terroristas -tanto aficionados como profesionales- continuarán golpeando cuando menos se espere y en lugares poco probables. El gobierno de E.U. ha convertido al mundo occidental en un blanco. Hasta que no hagamos amistad con el enemigo, las atrocidades causadas por los terroristas continuarán."
Katarzyna Radzka / Gold Coast, Australia
"Es difícil entender hasta donde ha llegado la actual administración estadounidense para perpetrar un comportamiento claramente inconstitucional con el fin de asegurar su poder. Lo que es todavía más sorprendente es la indiferencia del público estadounidense a las afrentas sistemáticas a la constitución que han sucedido. La falta de un furor nacional por la conmutación de la sentencia de Libby por sus atroces crímenes refleja esa indiferencia. En la conclusión de la Convención Constitucional de 1787, se le preguntó a Benjamín Franklin: 'Doctor, ¿qué es lo que tenemos? ¿Una república o una monarquía?'. El respondió: 'Una república, si pueden conservarla'. Ciertamente espero que podamos."
Natalie Rosen / Framingham, Mass.
"Ha esto hemos llegado. No sólo el vicepresidente de los E.U. se burla de una Orden Ejecutiva, sino que tiene las insoportables agallas de informarnos a cuál rama del gobierno pertenece. El presidente entonces conmuta la sentencia de un delincuente convicto que resulta ser el exjefe del staff del vicepresidente. Me impresiona que casi 144 años después, las palabras expresadas por Abraham Lincoln en el Discurso de Gettysburg hayan sido pisoteadas y despreciadas tan vilmente por las cuatro ramas de nuestro gobierno (incluyendo ahora la rama híbrida de Cheney). En verdad, parece que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo ha perecido, si no de todo el mundo, al menos de los E.U."
Rodney K.Boswell / Thousand Oaks, California
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(v.edición internacional de TIME del 13 de agosto de 2007).
8 millones de iraquíes, casi un tercio de la población, carecen de agua, servicios sanitarios, alimento y refugio. Las ONG expresan que la crisis humanitaria de Iraq ha empeorado desde la invasión dirigida por E.U.en 2003.
US$ 37,400 millones de fondos federales se han destinado a la reconstrucción iraquí. Para mayo de 2007, casi se habían gastado en su totalidad.
(V.Numbers de la edición internacional de TIME del 13 de agosto de 2007).
El número de suicidios en el Ejército de Estados Unidos aumentó el pasado año hasta su nivel más alto desde la Guerra del Golfo, con casi un tercio en zonas de guerra, según datos difundidos por los militares. En 2006, el Ejército registró 99 suicidios, 30 en zona de guerra, frente a los 87 de 2005.
El Ejército registró 17.3 suicidios por casi cada 100,000 efectivos en el año 2006. Una cifra que representa un aumento considerable desde los 12.8 suicidios por cada 100,000 uniformados en 2005.
(V.pág.39 del periódico Público del 17 de agosto de 2007).
Llama la atención el mea culpa de Michael Ignatieff. Hace unas semanas el ensayista canadiense metido a político publicó en The New York Times un largo artículo en el que reconoce su equivocación sobre la ocupación de Irak. Ignatieff fue uno de los intelectuales que respaldó la intervención militar con razones humanitarias. Más que tratarse de un ataque preventivo, era a su entender una intervención democratizadora. Estaba convencido de que había que actuar para terminar con una política genocida. Independientemente del armamento del dictador, el ensayista canadiense justificaba la acción militar como el último recurso para remover a Sadam Husein.
Ignatieff reconoce hoy que su respaldo a la guerra fue un error.
Jesús Silva-Herzog Márquez
(v.pág.18 del periódico Público del 20 de agosto de 2007).
"En el general David Petraeus, el presidente Bush ha encontrado lo que quiere: alguien que siga con el plan de continuar en Iraq de tal forma que la fallida guerra se le pase al siguiente presidente."
Gabriel Morris / Portland, Ore.
"Tenía la esperanza de que con la presión constante, el presidente George W.Bush hiciera lo que la mayoría de los estadounidenses han llegado a pensar que es correcto: traer las tropas de E.U.a casa. Pero mis esperanzas se apagaron después de leer que aunque los demócratas del Congreso y la mayoría de los estadounidenses pueden exigir una retirada, esta no sucederá antes de que Bush deje la oficina en enero de 2009. Su administración está operando bajo la premisa de que todo costo es válido para evitar cualquier cosa que pudiera provocar una guerra entre Irán, Iraq y Arabia Saudita, todos ellos grandes productores de petróleo."
Olutayo Oluyemi / Nueva York
"¿Por qué con todas nuestras toneladas de armas y equipo de muchos millones de dólares, de tanques a helicópteros a drones, no parece que podamos derrotar a los insurgentes que no cuentan con nada de esta tecnología? Cuando una bomba de tubo de 10 dólares puede volar un humvee o un vehículo Bradley, esto sólo muestra a todo el mundo que nuestro concepto de guerra ha sido un error colosal. El plan del exsecretario de Defensa Donald Rumsfeld ha resultado un desperdiicio de vidas y dinero."
John Holland / Anaheim, California
"La debacle es el resultado de la superarrogante administración Bush, actuando hasta recientemente sin supervisión por culpa de un permisivo Congreso. Entre más pronto esta administración y sus pasivos facilitadores en el Congreso estén fuera de funciones, más pronto encontraremos los medios para librarnos nosotros mismos de este fiasco. Ojalá que Bush se regrese a Texas y nunca más volvamos a oír de él excepto como una muy mala lección de historia."
John Griffin / Walnut Creek, California
"China continúa su crecimiento económico, poseyendo alegremente nuestra enorme deuda, la que financía la debacle de Iraq."
Sharon R.Clark / Mammoth Lakes, California
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(v.edición internacional de TIME del 20 de agosto de 2007).
"Los ideales e intereses que llevaron a que Estados Unidos ayudara a los japoneses a convertir la derrota en una democracia son los mismos que nos llevan a permanecer comprometidos en Afganistán e Irak", según Bush.
El jefe de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, de Nevada, en una respuesta anticipada a los segmentos de discurso anticipados, recordó que la diferencia entre Irak y otras guerras de EEUU es que "Estados Unidos invadió Irak, y lo hizo bajo pretextos falsos". [¿Se acordarán de las invasiones a México y a otros países lationamericanos? - El webmaster].
(Publicado por Agencia Efe el 22 de agosto de 2007).
Iraq ha hecho progresos "extremadamente decepcionantes" para la reconciliación de sus facciones rivales, dijo ayer el embajador estadounidense en ese país, Ryan Crocker, tres semanas antes presentar un reporte crucial sobre la situación de la nación árabe ante el Congreso.
En una de las peores críticas hechas por un funcionario estadounidense contra la fracturada coalición del primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, el diplomático norteamericano también advirtió que el apoyo de Estados Unidos al actual gobierno en Bagdad no sería ilimitado.
(V.pág.10-A del periódico El Informador del 22 de agosto de 2007).
El Pentágono reconoció hoy que las tropas estadounidenses en Irak no podrán contar este año con todos los vehículos blindados previstos inicialmente por el tiempo que requiere su traslado.
De los entre 2,500 y 3,000 vehículos dotados con la mayor protección contra explosiones que el Departamento de Defensa pretendía enviar a Irak este año, sólo llegarán a territorio iraquí unos 1,500, según informó hoy un portavoz del Pentágono, Geoff Morrell, que calificó de "ambicioso" el objetivo inicial.
"La producción sigue su curso, el problema es la entrega", explicó el portavoz.
Agregó que se necesitan unos 50 días para que este tipo de vehículos (MRAP, por sus siglas en inglés) lleguen a la zona de combate: unos 15 días para su equipamiento y 35 para su traslado en barco, una vía de transporte más barata que la aérea pero que permite el envío de más vehículos en un solo viaje.
No obstante, precisó, algunos han sido enviados por avión para garantizar su llegada en el mínimo tiempo posible.
Los MRAP cuentan con chasis reforzado para prevenir el daño de los explosivos con los que los insurgentes atacan a los militares estadounidenses.
(Publicado por Agencia Efe del 22 de agosto de 2007).
El primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, dijo ayer que ni Estados Unidos ni cualquier otro país tienen el derecho de imponerle plazos a su gobierno, y que, en todo caso, Iraq puede buscarse otros amigos.
Así respondió a las críticas provenientes de Washington en el sentido de que ha hecho poco por avanzar en la reconciliación del país.
Esta semana, el legislador Carl Levin, el Embajador de Estados Unidos en Iraq, Ryan Crocker y la candidata demócrata a la Presidencia, Hillary Clinton, criticaron a Maliki por los pocos progresos políticos, y algunos incluso pidieron su remoción.
Incluso el propio George W.Bush reconoció que había poco progreso, aunque ayer rectificó y reiteró el apoyo al gobernante.
De acuerdo con analistas, Maliki no ha hecho mucho por reconciliar Iraq, pero es la única opción con la que cuenta Estados Unidos en estos momentos.
(V.pág.12 del periódico Mural del 23 de agosto de 2007).
"Un legado inequívoco de Vietnam es que el precio del retiro estadounidense fue pagado por millones de ciudadanos inocentes", dijo el presidente Bush en un discurso.
"Retirarse (de Iraq) sin hacer el trabajo sería devastador (...). A diferencia de Vietnam, si nos retiráramos antes de hacer el trabajo, este enemigo nos seguiría a casa", señaló.
Veteranos, analistas e historiadores rebatieron al presidente, y dijeron que estaba reescribiendo la historia, o al menos sacando las lecciones equivocadas de la guerra que acabó con la vida de 58,000 soldados estadounidenses en los 70.
"Yo no tengo el mismo recuerdo que el presidente Bush", declaró el general jubilado del Ejército John Johns, veterano de Vietnam especialista en misiones de contrainsurgencia. "Lo que aprendí en Vietnam es que las fuerzas estadounidenses de combate no pudieron llevar a cabo eficazmente operaciones de contrainsurgencia. Entre más tiempo nos quedemos ahí, peor se va a poner".
Otros dijeron que Bush tergiversó la historia al sugerir que el retiro de Vietnam ayudó a precipitar el genocidio en la vecina Camboya, donde se calcula que 1.7 millones de personas fueron asesinadas o murieron de hambre bajo el régimen comunista del Khmer Rouge.
En los años anteriores al ascenso al poder de Pol Pot, en 1975, las fuerzas estadounidenses bombardearon y realizaron incursiones secretas en Camboya, al parecer para ir tras las fuerzas de Vietnam del Norte que encontraban refugio en ese país y lo utilizaban para montar ataques contra los estadounidenses.
El resultado -una guerra abierta entre un gobierno respaldado por Estados Unidos en Camboya y los insurgentes, apoyados por Vietnam del Norte- desestabilizó a Camboya y abrió la puerta a Pol Pot y al genocidio, declaró Steven Simon, directivo para estudios de Medio Oriente en el Consejo de Relaciones Exteriores.
"Estas cosas sucedieron porque Estados Unidos salió demasiado tarde, no porque Estados Unidos se retiró demasiado pronto", agregó.
Simon explicó que de la guerra de Vietnam se podría sacar una lección sobre los peligros de utilizar la fuerza militar para tratar de guiar a un buen gobierno en el extranjero.
"Nunca tuvimos un gobierno en Saigón al que el pueblo de Vietnam del Sur le otorgara respeto, lealtad y legitimidad", señaló Simon, quien trabajó en el gobierno del ex presidente Bill Clinton.
De igual modo en Iraq, añadió, las operaciones militares por sí solas no pueden tener éxito.
"Se necesitan políticos iraquíes que puedan aprovechar la mayor seguridad, que persigan una política de reconciliación nacional que ponga fin a esta guerra civil", manifestó Simon. "Pero no existe tal gobierno".
(V.pág.12 del periódico Mural del 23 de agosto de 2007).
La divulgación hoy de un informe oficial de inteligencia que cuestiona la gestión del primer ministro iraquí Nuri al Maliki pone en difícil lugar al presidente de EEUU, George W.Bush que, precisamente ayer, volvió a darle un espaldarazo público.
En ese documento se pone claramente en entredicho la capacidad del primer ministro y de su gobierno para superar las enormes diferencias sectarias y avanzar hacia la reconciliación, según el texto que ha sido filtrado a la prensa, antes de su publicación prevista para esta tarde.
Se trata de la nueva "Evaluación Nacional de Inteligencia" sobre Irak, elaborada por las 16 agencias de inteligencia estadounidenses.
En esa evaluación se reconoce que se han producido "mejoras apreciables pero desiguales" en el ámbito de la seguridad, concretamente en ciertas áreas en las que se ha conseguido incluir a los suníes en las fuerzas de seguridad iraquíes, y se citan "mejoras modestas" en el campo económico.
Las fuerzas de seguridad iraquíes, añade el texto, han evolucionado "adecuadamente", aunque su progresión no es todavía suficiente como para que puedan dirigir operaciones sin la ayuda de las fuerzas de la coalición.
Los servicios de inteligencia pronostican en el mismo informe, de diez páginas, que el gobierno iraquí será aún "más precario" en un plazo de 6 a 12 meses.
(Publicado por Agencia Efe del 23 de agosto de 2007).
El presidente Bush debería regresar algunos soldados en Navidad para mostrarle al gobierno de Bagdad que el comrpomiso de E.U.en Iraq no es ilimitado, declaró el jueves el prominente senador republicano John Warner, exsecretario de Marina y en una ocasión presidente del Comité de Servicios Armados del Senado, oponiéndose al presidente que dice que las condiciones sobre el terreno serán las que señalen el despliegue de tropas.
(Publicado por Associated Press del 24 de agosto de 2007).
El próximo 11 de septiembre se cumplirán 6 años de los fatídicos atentados contra Nueva York y Washington, que costaron la vida a 3,000 personas en Estados Unidos, y a varios millares más en Irak y Afganistán, ambos países invadidos y ocupados tras el masivo ataque aéreo que la administración Bush ha atribuido a la red Al Qaeda. Esta semana, una nueva baja del Pentágono en Irak superó no obstante las víctimas de aquel día: al corte del 23 de agosto, 3,721 soldados estadunidenses han muerto en Irak desde la invasión del país, en marzo de 2003, según datos de la Defensa.
Dando por muerta cualquier expectativa de reconciliación política entre chiitas y sunitas -en su mayoría pro ocupación-, la administración Bush ha comenzado a buscar el relevo del gabinete chiita de Maliki, cercano a Irán, ante el fracaso de la última maniobra del Pentágono que consistió en el envío de otros 30,000 soldados estadunidenses para reforzar una precarísima seguridad.
El anuncio, a comienzos de agosto, por parte de EU de un plan de rearme para Israel y el Golfo Pérsico por 20,000 millones de dólares a fin de contrarrestar la influencia de Irán en la zona, sólo podrá agravar la volatilidad de la región, prevén analistas, donde en las últimas semanas se ha recrudecido asimismo la tensión entre Siria e Israel.
Para el Washington Post uno de los legados "más duraderos" del conflicto en Irak es la confrontación EU-Irán, buscando EU desplegar una especie de 'cortina verde' que divida al Oriente Medio entre los amigos y los enemigos de Irán, favoreciendo de esta forma las ventas del complejo industrial-aeroespacial estadunidense, no obstante las reiteradas señaladas enviadas al respecto por Arabia Saudí o Qatar, en el sentido de privilegiar ante "su hermano" Irán la vía diplomática.
Irene Selser
(v.pág.39 del periódico Público del 24 de agosto de 2007).
La situación en Irak parece empeorar como consecuencia de la operación Martillazo Relámpago lanzada este mes por Estados Unidos al norte de la capital.
Una fuerza de 16,000 soldados estadunidenses y también iraquíes dieron comienzo el día 13 a esta operación, que tiene como blanco a "insurgentes que huyeron ante la campaña en la ciudad rebelde de Baquba", objetivo de una ofensiva lanzada el 18 de junio.
"No es la primera vez que escuchamos hermosas palabras sobre los ataques y que nos aseguren que su objetivo es garantizar nuestra seguridad y prosperidad", afirmó un maestro de Baquba, Kassim Husein, de 50 años.
"Pero cada vez hay más muertos, bloqueos y pobreza. Es una guerra que nosotros no tuvimos que pelear, pero somos los grandes perdedores cada vez que es reavivada por Estados Unidos", agregó.
Muchos habitantes recuerdan que anteriores ofensivas en Faluya (60 kilómetros al oeste de Bagdad), Haditha (240 kilómetros al noroeste), Al Qaim (400 kilómetros al noroeste), entre otras, prácticamente destruyeron esas ciudades en su intento de combatir el terrorismo.
"La muerte camina junto a los militares", dijo a la prensa un ex general del ejército iraquí, Mustafa Hashim. "No existen las operaciones 'limpias' y, por lo tanto, es previsible que más civiles mueran, resulten heridos o sean expulsados de sus casas". Más de un millón de iraquíes perdieron la vida como consecuencia directa de la invasión del país encabezada por Estados Unidos, según la organización independiente Política Exterior Justa, con sede en Washington.
Esta institución postula reformar la política de Washington para que "sirva los intereses y refleje los valores de la gran mayoría de los estadunidenses".
La cifra citada por Política Exterior Justa se basa en la extrapolación de datos publicados por la revista médica británica The Lancet, el 11 de octubre de 2006.
"El método del Ejército estadunidense cuando ataca una ciudad es emplear un fuego intensivo, sin tomar en cuenta la posible presencia de civiles en el área tomada como blanco", señaló Hashim.
"De hecho, disparan, incluso cuando existe la certeza de que hay civiles presentes. Su cultura es la de obtener la victoria a cualquier costo", agregó.
Los iraquíes ponen en duda las declaraciones de las fuerzas de Estados Unidos sobre los éxitos alcanzados en sus últimas operaciones.
"Todo eso tiene que ver con los medios, la política, las elecciones y los conflictos dentro del Congreso en Washington", considera Waleed al Ubaydi, analista político de la Universidad de Bagdad.
"Ellos saben de antemano que sus ofensivas no van a conseguir mucho, pero tienen que mostrarle a su gente y al mundo que están activos en el terreno", agregó.
"Al Qaeda y otros grupos pusieron sus células 'a dormir' por el momento, y buscan tomar al Ejército estadunidense por sorpresa aquí y allá. Esta es una historia de nunca acabar, salvo que ocurra un milagro, en tiempos en que los milagros no suceden", dijo Al Ubaydi.
Muchos iraquíes opinan que las fuerzas de ocupación deberían ocuparse de paliar la pésima situación de los civiles.
La responsabilidad de las fuerzas de ocupación es garantizar condiciones de vida digna, en lugar de librar en suelo iraquí y a expensas de sus habitantes la guerra del presidente estadunidense, George W. Bush, agregan.
"Bush no tiene nada que perder aquí, excepto su reputación, la cual ya ha perdido de todas formas", señala un abogado desempleado de Bagdad, Hamdan Salih.
El gobierno estadunidense "obliga a los iraquíes a combatir entre ellos, mientras ataca nuestra ciudades en búsqueda de sus enemigos, que en la mayoría de los casos son nuestros hijos y hermanos", agregó.
Bush, concluyó Salih, "está sacrificando a los peones iraquíes en beneficio del rey petróleo".
Alí al Fadhily
(v.pág.40 del periódico Público del 24 de agosto de 2007).
"¿Es posible aprender de la historia? Cómo se sintió el pueblo estadounidense hace 232 años cuando tropas británicas fueron enviadas a Lexington y a Concord para hacer prisioneros a los líderes rebeldes? ¿Necesitamos en realidad otros cuatro años de guerra en Iraq?"
Dirk Bruehl / Salisbury, Pa.
Inbox
(v.edición internacional de TIME del 27 de agosto de 2007).
Desde "septiembre 11", casi 425,000 soldados de la Guardia Nacional de E.U.y de la reserva han sido desplegados en Iraq y Afganistán. Como si fueran trabajadores temporales subcontratados sin prestaciones, estos ciudadanos soldados se encuentran con que cuando dejan la reserva, no tienen los mismos derechos al pago de estudios que los veteranos del ejército regular.
La Administración de Veteranos estima que el precio de mejorar los beneficios educativos para los veteranos posteriores a "septiembre 11" sería de US$ 74,700 millones hasta 2017.
Elisabeth Salemme
(v.pág.40 de la edición internacional de TIME del 27 de agosto de 2007).
En la última de una serie de reuniones por la crisis política, los líderes máximos de Iraq fallaron nuevamente el domingo al tratar de convencer al bloque sunita de unirse en una nueva alianza con shiitas y kurdos para romper el callejón político sin salida ocasionado por la decisión del sunita Frente de Acuerdo Iraquí de retirarse del gobierno de al-Maliki.
Durante la reunión, a la que asistió el embajador estadounidense Crocker, los líderes apoyaron el llevar a cabo elecciones provinciales, liberar a prisioneros detenidos sin cargos y modificar la ley que prohibía a muchos exmiembros del partido Baath de Saddam Hussein, trabajar en el gobierno y ocupar puestos de elección.
La vocera de la Casa Blanca, Emily Lawrimore, alabó el acuerdo como un "importante símbolo" del compromiso "de trabajar juntos por el beneficios de todos los iraquíes".
(Publicado por Associated Press del 27 de agosto de 2007).
El presidente Mahmoud Ahmadinejad declaró que la influencia política de Estados Unidos "se derrumba rápidamente" en Iraq y que Teherán está dispuesto a intervenir para llenar un vacío de poder.
Ahmadinejad no explicó cómo Irán intervendría para llenar un eventual vacío de poder, pero sus observaciones reflejaron lo que podría llamarse la avidez de Irán por acrecentar su influencia en el escenario político del país vecino.
(V.pág.10-A del periódico El Informador del 29 de agosto de 2007).
Petraeus está dejando claro que demasiada sangre estadounidense se ha derramado en Iraq para que los E.U.continúen si no se logran mayores progresos por parte de "las fuerzas de seguridad iraquíes, el pueblo iraquí y los líderes políticos iraquíes". Sus comentarios parecen ser un preludio a la declaración de que si Iraq está perdido, ha sido por culpa de los iraquíes. Los más altos generales de E.U.están prediciendo que los 30,000 soldados del "incremento" empezarán a retirarse a principios de 2008, reduciendo el total de la presencia militar de E.U.a 130,000 para agosto próximo. Los funcionarios militares insinúan que ese nivel es el que quieren mantener hasta el final de la administración Bush.
Mark Thompson
(v.pág.8 de la edición internacional de TIME del 3 de septiembre de 2007).
Todos los extremistas islámicos podrían ser echados fuera y el país seguiría inmerso en una guerra civil que va dirigiéndose al caos. No se equivoquen: la insistencia colonialista de los E.U.en dictar la forma del futuro iraquí -dando forma a una constitución, entrenando un ejército iraquí y amenazando con una permanente presencia militar de E.U.- ha exacerbado el caos.
Ha sido claro durante meses que el gobierno de Nouri al-Maliki de Unidad Nacional no es, como dijo un alto funcionario de E.U., "nada de lo anterior". ¿Pero con qué reemplazarlo? El consenso en la comunidad de inteligencia de E.U.es que habrá montones de derramamientos de sangre, incluyendo pleitos entre shiitas, antes de que emerja un gobierno iraquí creíble. Parece también que el intento estadounidense de construir un ejército y una fuerza de policía iraquíes ha fallado. Algunas unidades son bastantes buenas, pero la mayoría no son confiables, mezcladas con miembros de varias milicias shiitas. Quedó claro de mis conversaciones con oficiales estadounidenses de combate sobre el terreno en Baqubah, Bagdad y Yusufia. Y quedó más claro cuando siete soldados en servicio en Bagdad escribieron una muy corajuda opinión editorial en el New York Times en agosto 19, en la que decían: "Los reportes de que una mayoría de comandantes del ejército iraquí son ahora socios confiables pueden considerarse sólo como retórica engañosa".
El éxito militar contra al-Qaeda en la provincia de Anbar ha llevado a cierta incoherencia política. Los E.U.están trabajando de abajo hacia arriba, desde las raíces tribales, con los sunitas... pero de arriba hacia abajo, y sin mucho éxito, con la mayoría shiita. Según Crocker, las tribus no son tan importantes entre los shiitas, que tienden a organizarse a sí mismos en estructuras mayores, especialmente alrededor de dos importantes familias políticas, los sadrs y los hakims. Cada familia tiene su milicia. Los sadrs tienen al Ejército Mahdi, y los hakims tienen al Cuerpo Badr, y esas dos fuerzas están ahora en guerra entre sí en el sur de Iraq. En semanas recientes, gobernadores de dos provincias, inclinados hacia los hakims, fueron asesinados probablemente por unidades especiales asociadas con el Ejército Mahdi. En el sureño puerto de Basora, la situación se ha complicado con una tercera fuerza, Fadhila, que controla el gobierno local.
Basora podría ser justamente una metáfora para Iraq en este momento. No existe un rol posible para los militares de E.U.en esa disputa. Los británicos se están marchando, y la batalla intrashiita está desbocada. Los iraníes están tratando de jugar con todas las partes.
El próximo líder de Iraq y la forma del próximo gobierno iraquí y de sus fuerzas armadas probablemente será determinada por el resultado de la batalla sadr-hakim, lo mismo que la decisión de reconciliarse o no con los sunitas. Los kurdos preferirían a los aristocráticos hakims en vez de los populistas sadrs, igual que los E.U. Pero los aristócratas rara vez ganan batallas de esta clase; pudiera surgir un hombre fuerte que no fuera fanático de la democracia ni de Occidente. En cualquier caso, la elección la harán los iraquíes, no los estadounidenses.
Joe Klein
(v.pág.13 de la edición internacional de TIME del 3 de septiembre de 2007).
10 empresas con mayores ingresos en la guerra de Irak (en millones de dólares):
Empresa | 2003 | 2004 | 2005 | 2006 | Total |
KBR Inc. and Halliburton | 2,550 | 5,809 | 4,505 | 4,362 | 17,226 |
Veritas Capital Fund | 0.7 | 208 | 850 | 386 | 1,444 |
Washington Group International | 111 | 205 | 533 | 82 | 931 |
Environmental Chemical | 0 | 192 | 360 | 326 | 878 |
International American Products | 58 | 283 | 310 | 108 | 759 |
Fluor | 116 | 413 | 123 | 105 | 757 |
Perini | 72 | 312 | 185 | 81 | 650 |
Parsons | 0 | 248 | 120 | 172 | 540 |
First Kuwaiti General Trading & Contracting | 0 | 7 | 469 | 24 | 500 |
L-3 Communications | 1 | 9 | 148 | 201 | 359 |
Michael Brush
(v.MSN Money del 29 de agosto de 2007).
Mientras los colaboradores de Bush saltan del barco, el gobernante bate todos sus récords de impopularidad. A finales de junio, el nivel de popularidad del mandatario fue de 26%, lo que lo convirtió en el presidente menos popular desde Richard Nixon, según un sondeo de la revista Newsweek.
La aprobación de Nixon se colocó en un 23% en enero de 1974, 7 meses antes de su renuncia provocada por el caso Watergate, recordó la revista.
La principal causa de la impopularidad es el repudio al estancado conflicto en Irak. En otro sondeo de Newsweek, en julio, más de dos tercios de los estadounidenses (68%) desaprobaron la estrategia de Bush en suelo iraquí.
Sólo un 27% de los encuestados aprobó la política de Bush en Irak, donde la guerra ha costado la vida de más de 3,700 soldados estadounidenses.
En medio de este clima hostil, el año y medio que le resta a Bush en la Casa Blanca estará marcado por una cohabitación difícil con sus adversarios demócratas mayoritarios en el Congreso, con quienes mantiene una pulseada sobre la guerra en Irak.
"Si hay alguna política" de la administración hasta 2009, "será la política del veto", el arma más poderosa que le queda a Bush contra los proyectos de ley de los demócratas, había advertido tras la renuncia de Rove el analista Stephen Hess, de la Brookings Institution.
(V.AFP del 31 de agosto de 2007).
Es una pena, por no decir una vergüenza, que el hispano -mexicanoestadunidense- que ha llegado más alto en la administración pública estadunidense haya desempeñado un papel tan lamentable y que su único mérito para estar ahí haya sido adecuar el marco legal de Estados Unidos a las necesidades políticas de su jefe, sin importar cuánto tenía que torcer las leyes para ello.
En realidad, Gonzales sólo pudo llegar al Departamento de Justicia debido a su incondicional y servil apoyo a George W.Bush, con quien colaboró desde que éste era gobernador de Texas. Si bien se graduó con buenas calificaciones en la Escuela de Derecho de Harvard, su desempeño profesional ha dejado mucho que desear y su alcance intelectual ha demostrado ser muy corto.
En las audiencias ante el Congreso, por el caso de los fiscales despedidos arbitrariamente, por ejemplo, Gonzales, para no comprometerse, respondió más de cien veces que no recordaba lo sucedido, y aparte cometió tales pifias legales, que los congresistas -tanto demócratas como republicanos- se quedaron convencidos de que, más que un desmemoriado, era un inepto.
Escrúpulos morales, en todo caso, nunca tuvo.
Convencido de que había que ejerecer mano dura tras los atentados del 11 de septiembre, apoyó la doctrina de la guerra preventiva; ayudó a crear los tribunales militares para juzgar extrajudicialmente a terroristas; creó la definición extralegal de "combatientes enemigos" y declaró como "obsoletas" las Convenciones de Ginebra para el tratamiento de prisioneros de guerra, lo que finalmente redundó en los escándalos de maltrato en Guantánamo y Abu Ghraib.
No fueron estos, sino las violaciones a las libertades civiles de los propios estadunidenses y el caso de los fiscales los que acabaron por sellar su salida. Ahora, el que fuera procurador deberá responder por las acusaciones que se hacen en su contra. Pero, sobre todo, enfrentar un desprestigio que no sólo ensucia más a la administración Bush, sino decepciona y lastima a una comunidad hispana que lo apoyó y quiso verse representada en él.
Lucía Luna Elek
(v.pág.15 del periódico Público del 2 de septiembre de 2007).
Era evidente. El presidente George W.Bush va de excusa en excusa. La última era la comparación entre Vietnam e Irak. Pero hay que cotejar para defender lo indefendible. Tienen demasiadas diferencias, algunas antagónicas. Sin embargo, el presidente las hace concomitantes.
En Vietnam murieron 58,000 soldados. En Irak, 3,500. Se mandaron más fuerzas a Vietnam que a Irak y también, hubo más heridos. Lo que no dicen el presidente es que en Vietnam no había petróleo y en Irak sí y mucho. Como también hay gas en Afganistán que, de momento sobra, aunque nada es para siempre. Aun así la obstinación o la perseverancia o ambas cosas a la vez, hicieron que los soldados estadunidenses se quedaran años, los suficientes como para que se convirtieran en una sangría y en una vergüenza que pesó por años en las autoridades estadunidenses.
Hoy pasa algo análogo. A la obstinación y la perseverancia hay que unir el evidente interés por el petróleo. Llevamos oyendo desde el año 2003 que se van a retirar y se van a retirar pero no lo hacen. No se van, ni lo van a hacer aunque el Congreso se ponga como se ponga. Porque, en el fondo, ni a los republicanos ni a los demócratas les interesa la retirada. Hace falta vigilar el petróleo y de paso, el gas de Afganistán. Sólo que en ese rubro, otros países de la comunidad internacional están apoyando a Estados Unidos para recibir ciertos emolumentos gasísticos.
Se obstinan, desde la administración estadunidense, en la imposición de la democracia. Es el juego de poner y quitar. El presidente afgano, Hamid Karzai, es un hombre de la confianza de Estados Unidos. También el chiita moderado y primer ministro iraquí, Nuri al Maliki tuvo su empujoncito para llegar donde llegó, siempre con la mano amiga que, a veces deja de serlo.
A la hora de echar culpas la administración estadunidense se despacha a gusto. "El fracaso de Irak es responsabilidad de Maliki" según Bush; claro que Maliki, el hijo pródigo, le ha salido respondón calificando esas palabras de irresponsables y de que los iraquíes votaron de modo sensato.
Pero en todo este juego de intereses, en el que sólo unos pocos participan, sí hay algo claro: las tropas estadunidenses, no se van a ir por mucho que pataleen los políticos más liberales, por mucho que la comunidad internacional vuelva a pedirlo por enésima vez -que además lo hacen con la boca chica-. Lo han hecho por activa, lo han hecho por pasiva. Todo sigue igual.
En el caso de Irán sí hay diferencias, sólo de momento. No parece posible un ataque a un país cuya dimensión es tres veces las de Irak. Tampoco porque Estados Unidos ya no dispone ni de infantería, ni de dinero para mantenerla. Pero sí tiene armas y muchas. Las armas, cuando no se utilizan hay que destruirlas y eso, también cuesta dinero. La solución al conflicto pasa por detener el proyecto nuclear iraní. Si no lo para Ahmadineyad, lo hará Estados Unidos. Si no Israel, aunque pueda verse diezmado entre centrales nucleares diseminadas por toda Irán.
Alberto Peláez
(v.pág.27 del periódico Público del 2 de septiembre de 2007).
Toda la presidencia de George W.Bush ha sido apuntalada por el mito de la guerra. Al presentarse agresivamente como un líder de tiempos de guerra, al ponerse las vestiduras sagradas del patriotismo, el ejército y el honor nacional, Bush se ha refugiado en lo más sagrado de lo sagrado, el santuario más grande de la vida estadunidense. Ha convertido a las críticas de sus políticas en algo equivalente a la crítica de la única institución estadunidense que es intocable: el ejército. Utiliza las casi 4,000 cruces nuevas en los cementerios militares como talismán en contra de sus opositores, a pesar del hecho de que él es el único responsable de esas cruces.
La guerra puede ser, como argumentó Randolph Bourne, la salud del estado, pero definitivamente es la salud de la presidencia. Paradójicamente, lo mismo que ha destruido a la presidencia de Bush -su desastrosa guerra en Irak- es también lo único que lo está apoyando. La guerra es el Waterloo de un líder incompetente, pero también es su mejor amiga. Ser un "presidente de tiempos de guerra", como Bush se autocalifica constantemente, significa nunca tener que decir "lo lamento". No importa cuántas vidas se hayan destruido, uno no es culpable.
Como señaló Kevin Baker en un análisis profundo en la revista Harper’s, la tesis de la "puñalada por la espalda" es el credo de la derecha. Reúne dos creencias clave: la idea de que Estados Unidos es omnipotente e incapaz de la derrota, y que cualquier guerra en la que éste participe debe ser noble y heroica. Por lo tanto, si Estados Unidos es derrotado, se debe culpar a las élites traidoras -políticos ambiciosos, sinvergüenzas antiestadunidenses, degenerados, hombres de cabello largo, agitadores y los medios elitistas y cobardes. De esta creencia surgieron los "ricos habladores del negativismo" de Nixon, como así también de las afirmaciones de Reagan de que los manifestantes contra la guerra le daban "consuelo y ayuda" al enemigo.
De hecho, la guerra de Vietnam fue un error terrible, y Estados Unidos se retiró porque tanto los políticos como el pueblo estadunidense se dieron cuenta de que era imposible de ganar. Pero el mito de la "puñalada por la espalda" nunca murió: permaneció vivo en las cavernas llenas de resentimiento de la derecha estadunidense, para la que es un acto de fe creer que las guerras de Estados Unidos siempre están justificadas y que nuestros militares son omnipotentes. No es una idea intelectualmente respetable, pero es válida para los principales partidarios de Bush.
La implicación del discurso de Bush es que no hay una diferencia real entre Irak y Vietnam. Era nuestro deber moral quedarnos en Vietnam, y eventualmente habríamos prevalecido de haberlo hecho. Nuestro retiro fue una rendición poco escrupulosa. Y Bush está determinado a no permitir que en Irak pase lo que sucedió en Vietnam, aun cuando no hay solución militar para la guerra.
Bush pasó la guerra de Vietnam, en los años 70, en la Guardia Aérea Nacional de Texas, un periodo cómodo y misteriosamente lleno de ausencias. Pero ahora está argumentando implícitamente que deberíamos habernos quedado en Vietnam, y que tendríamos que quedarnos en Irak, indefinidamente.
No es necesario decir que éste no es un argumento ganador. Su única virtud es que invoca el mito de la guerra pero de una manera tan degradada que se anula a sí mismo. El hecho de que Bush haya sentido que debía plantearlo revela la desesperación en la que está inmerso.
Eventualmente, la dura realidad derrota hasta al poder totémico del patriotismo. El Estimado de Inteligencia Nacional dado a conocer hace unos días confirmó lo que ya sabían los observadores objetivos: no ha habido avance político en Irak, y no se puede prever ninguno. La situación en el área, contrariamente a los reportes optimistas de los generales estadunidenses, se está deteriorando. La agencia de noticias Associated Press reportó que, este año, las muertes en Irak a causa de los ataques sectarios suman el doble que las de hace un año. El odio sectario en Irak ha pasado desde hace mucho el punto en el cual podía ser contenido por Estados Unidos.
Esto no es sorprendente cuando se estudian las cifras. La guerra ha resultado en un estimado de 650,000 iraquíes muertos, 1.1 millones de desplazados dentro del país y casi 2.5 millones que han huido del país. Estas cifras significan que 1 de cada 6 iraquíes ha muerto o es refugiado.
La verdad ineludible es que la guerra de Bush ha destruido a un país entero -y no hay manera en la que Estados Unidos o alguien pueda controlar lo que pasará ahora. La cada vez más tambaleante situación del primer ministro iraquí, Nouri al-Maliki, muestra cuán inestable es el sistema político iraquí. Los sueños de Estados Unidos de reemplazarlo con un hombre fuerte secular, como Ayad Alawi, son fantasiosos. La guerra es imposible de ganar y, por lo tanto, sólo hay una razón posible para continuarla, la que planteó Bush: evitar un baño de sangre todavía más apocalíptico que el que ya hemos causado.
Si supiéramos que al quedarnos evitaríamos ese baño de sangre, deberíamos permanecer en el área por el bien del pueblo iraquí, al que hemos dañado tanto. Pero el hecho es que nadie puede realmente predecir si nuestra partida causará tal derramamiento de sangre. Lo que es más, ahora es obvio que los cismas políticos y sectarios que podrían llevar a éste no se sanarán solos. Como ha admitido el general Petraeus, podría hacer falta una década para lograr una estabilidad real en Irak. En otras palabras, Bush le está pidiendo a Estados Unidos mantener tropas en Irak, posiblemente indefinidamente, en un intento por evitar un resultado que tal vez nunca suceda -precisamente lo que argumenta que deberíamos haber hecho en Vietnam.
Este no es el escenario que van a aceptar el Congreso o el pueblo estadunidense. Nos estamos acercando a un final en Irak que tiene su propia lógica inexorable, y que ni siquiera las apelaciones al mito de la guerra de Bush podrán detener.
Como partidario republicano, todavía soñando con la mayoría republicana permanente de Karl Rove, quiere asegurarse de que los demócratas sean culpados en el próximo debate sobre "quién perdió Irak". Al insistir desafiantemente, contrariamente a toda la evidencia, en que la victoria está a la vista, está sembrando las semillas de un revisionismo resentido, una puñalada en la espalda parte II, que espera que rinda sus frutos en el futuro.
Bush continuará proclamando que la victoria está a la vista y acusando a sus críticos de ser derrotistas.
Pero el mito de la guerra no puede salvarlo para siempre, porque lo ha usado en exceso. Le comprará algunas semanas o meses de respiro, pero hasta el poder talismánico del mito de la guerra se disipa si la gente se da cuenta de que ha sido utilizada de una manera barata y propagandística.
El mito de la guerra, como todos los mitos, funciona mejor cuando los hilos que la sostienen no son visibles.
En cuanto a los discursos de Bush, tienen casi tanta credibilidad como los malos anuncios publicitarios. El presidente ha vivido de la propaganda. Pero ahora que se acerca el fin, ni siquiera ésta puede salvarlo.
El intento de Bush por afirmar que fue apuñalado por la espalda seguramente encontrará el mismo destino. Esa idea vivirá sólo donde siempre ha existido, en los oscuros rincones de la extrema derecha.
Dejará el poder seguro de que tenía razón, viviendo el mito hasta el final. Y a causa de su adicción a la irrealidad, morirá mucha más gente real.
Gary Kamiya
(v.pág.30 del periódico Público del 2 de septiembre de 2007).
Bajo el título "Nosotros, soldados estadunidenses en Irak", un grupo de siete militares publicó el 19 de agosto en el New York Times un manifiesto sobre la sinrazón de la actual guerra que libra su país en Irak donde, según los firmantes, la idea de ganar es simple y llanamente "una fantasía".
"Visto desde Irak al término de un desplazamiento de quince meses, el debate político en Washington parece poco menos que surrealista. La lucha contra la insurrección es, por definición, una competencia entre insurgentes y contrainsurgentes por el control de la población y su apoyo. Creer que los estadunidenses, recibidos sin entusiasmo, pueden ganar para su causa a una población local reacia y ganar la lucha contra la insurrección es una fantasía".
"Se dice que nosotros tenemos un control cada vez mayor de la situación en los campos de batalla en Irak: tal análisis es el fruto de una visión estrictamente estadunidense y errónea. Estamos seguros de la superioridad militar, pero lo que los soldados llaman el teatro de operaciones sigue igual, a excepción de algunos avances marginales. El teatro está lleno de actores difíciles de identificar: extremistas sunitas, terroristas de Al Qaeda, milicianos chiitas, criminales y tribus armadas. La situación todavía es complicada por un marco de legalidad dudoso y por el doble juego de la policía y el ejército iraquí, entrenados y armados a expensas de los estadunidenses".
"Los chiitas nos ven como útiles, por el momento, pero ese momento está por llegar a su fin, ya que ellos han obtenido lo que a sus ojos es su derecho. Su próximo objetivo consiste a partir de ahora en consolidar lo obtenido, ya que una reconciliación sin consolidación podría hacerlos perder todo".
(V.pág.32 del periódico Público del 2 de septiembre de 2007).
"William Kristol aseguró que 'los soldados que lo han hecho bien en Iraq serán figuras principales en la vida estadounidense en las próximas décadas'. Así que vamos a la guerra y bombardeamos a Iraq de regreso a la edad de piedra, directa o indirectamente ocasionando la muerte de cientos de miles de personas, gastamos miles de millones de dólares de los contribuyentes buscando armas de destrucción masiva y terroristas, todo para poder entrenar unos cuantos futuros líderes estadounidenses. Este es otro ejemplo clásico de pensamiento acelerado occidental."
Nate Stone / Philadelphia
"El liderazgo de aquellos que verdaderamente han servido en Iraq será infinitamente preferible al del montón de inútiles evasores de Vietnam y halcones-gallinas que nos 'guiaron' a esta espantosa guerra."
Victory Van Dyck Chase / Princeton, N.J.
Inbox
(v.edición internacional de TIME del 10 de septiembre de 2007).
El teniente general retirado William Odon, del conservador Instituto Hudson, declaró: "Estamos combatiéndolos allá, y la cosecuencia ha sido que hemos esencialmente revivido a al-Qaeda".
Algunas de las políticas de la administración Bush, como el mejoramiento en la compartición de inteligencia entre países y agencias internas, han hecho a los E.U.mejores para combatir el terrorismo. Pero otras, desde la guerra en Iraq hasta el trato a los detenidos en la Bahía de Guantánamo, en realidad han hecho la tarea mucho más difícil. El reto para el próximo presidente será enfocarse y adaptar las buenas herramientas y desechar las malas.
El experto en contraterrorismo Bruce Hoffman advierte: "La retórica belicosa favorece a los fines de los terroristas. Ellos quieren provocar una respuesta exagerada que pueda fomentar su causa".
En una reciente encuesta de la cadena CBS, 46% de los entrevistados declararon que la guerra en Iraq está, en realidad, creando más terroristas.
Amanda Ripley
(v.pág.19 de la edición internacional de TIME del 10 de septiembre de 2007).
Un estudio conducido por un panel de 20 miembros dirigidos por el general retirado James Jones, concluyó que el ejército iraquí muestra posibilidades de convertirse con el tiempo en una fuerza de seguridad viable e independiente. Pero el grupo ofrece un contundente diagnóstico sobre el Ministerio del Interior de Bagdad y recomienda eliminar la fuerza de policía iraquí, la que describe como disfuncional e infiltrada por las milicias.
(V.Associated Press del 5 de septiembre de 2007).
En los sectores más conservadores del país priva la convicción de que por más lamentable que sea la progresiva cuenta de muchachos estadounidenses muertos en Iraq, la guerra en ese país es parte inseparable de una ya permanente guerra contra el terrorismo.
Al mismo tiempo, muchos norteamericanos están absolutamente convencidos de que una de las razones principales por las que no ha habido más ataques terroristas en suelo estadounidense es porque la administración de Bush ha tomado las medidas correctas para proteger al país.
Que las medidas que equivocadamente Bush y su gabinete han tomado son precisamente las que han exacerbado el sentimiento anti-norteamericano en el mundo, han provocado la multiplicación de las células terroristas y han situado a Estados Unidos en una posición mucho más frágil y vulnerable.
Pero aún suponiendo que el Congreso, donde ahora los demócratas tienen una leve mayoría, lograra articular un argumento coherente y persuasivo para terminar la guerra en Iraq, lo más probable es que dicha institución no tendría la capacidad legal para imponerlo.
Y esto a pesar de que la Constitución del país señala de manera inequívoca que la "declaración de guerra" es una de las atribuciones del Congreso.
En el mundo real, el Congreso no ha hecho valer el poder que le otorga la constitución y, por lo menos desde la segunda guerra mundial, ha dejado en manos del ejecutivo una autoridad que no tiene.
Peor aún. La experiencia actual muestra que aún cuando el Congreso quisiera imponer su facultad constitucional para ordenar la retirada de tropas, lo más probable es que Bush se negara a acatar la voluntad del Congreso aduciendo su condición de comandante en jefe de las fuerzas armadas en un momento en el que el país está en medio de una guerra que, aunque de manera torpe y timorata, fue apoyada por el Congreso en 2001 y en 2002.
De darse un desencuentro como este entre los poderes legislativo y ejecutivo, la resolución del asunto le correspondería a la Suprema Corte de Justicia. Y de llegar a esta hipotética instancia, y suponiendo que la corte accediera a oír a las partes y no se recusara aduciendo que se trata de un problema político, lo más probable es que la afinidad ideológica de la mayoría en la Corte con el presidente le haría fallar a favor de éste.
Y si legal y militarmente, el poderoso gigante se ha empantanado, políticamente, el proceso electoral que esta semana empieza una etapa crucial tampoco contribuye a que el país retome el rumbo.
Por un lado, las encuestas revelan que más de dos tercios de la población piensan que el país va por mal camino. La popularidad del Presidente también ha llegado a sus peores niveles y parecería como si cada día surgiera un nuevo escándalo que afecta la imagen y la credibilidad del partido del presidente.
Sin embargo, por el momento, ninguno de los principales candidatos republicanos a la nominación presidencial ha querido separarse públicamente ni del presidente, ni de los principios que defiende ni de las políticas que ha implementado.
Y si la historia de este país nos ha ensenado algo es que aún cuando se logra llegar un consenso mayoritario, salirse de una guerra es un proceso que lleva años, no meses.
El problema que la administración de Bush creó en Iraq lo heredará el próximo presidente y si Vietnam funcionara como ejemplo, bien podría ser que el nuevo presidente necesitará más de cuatro años para ponerle fin a un conflicto que nunca debió empezar.
Sergio Muñoz Bata
(v.pág.10 del periódico Mural del 6 de septiembre de 2007).
La semana en que la administración Bush se apresta a defender en el Congreso los resultados de la estrategia de refuerzo en Irak, el número de las fuerzas estadunidenses en ese país creció a 168,000 soldados, la cifra más alta desde que comenzó la guerra, y podría llegar a 172,000 en los próximos meses.
Después, el número bajaría a 160,000 entre noviembre y diciembre, cuando las unidades abandonen el país. El general Richard Sherlock indicó que el alto número de efectivos era el resultado de la superposición del retiro de tropas. La rotación de tropas fue utilizada para incrementar las fuerzas terrestres de EU durante períodos de más violencia.
(V.pág.35 del periódico Público del 7 de septiembre de 2007).
"El esfuerzo de Estados Unidos en Irak es contrarrestado porque el gobierno iraquí no ha establecido los cimientos para la democracia", dijo Rumsfeld en una entrevista.
Rumsfeld dijo que Estados Unidos "encara su primer conflicto del siglo XXI, es un conflicto de carácter desconocido para los estadounidenses, pero es real, muy real, y las fuerzas armadas de EEUU no pueden perder una batalla, no pueden perder la guerra".
"Por otra parte, tampoco pueden ganarla por sí mismas", agregó. "Se necesita la diplomacia, se requiere la ayuda económica, y toda una gama de cosas que van mucho más allá de la responsabilidad del Departamento de Defensa", manifestó.
A comienzos de 2003, cuando se tomó la decisión de invadir Irak, la administración del presidente George W.Bush asignó al Pentágono, encabezado por Rumsfeld, no sólo la campaña militar sino la ocupación y el gobierno del país después del derrocamiento del régimen de Sadam Husein.
El Pentágono envió a su personal y dejó a un lado los planes que el Departamento de Estado había elaborado durante más de un año y que comprendían programas para diferentes áreas de la administración de Irak, desde los tribunales a la educación, los servicios públicos y la economía.
(Publicado por Agencia Efe del 10 de septiembre de 2007).
El actor de Hollywood John Cusack arremetió en una entrevista con el dominical alemán Welt am Sonntag contra el gobierno del presidente de Estados Unidos, George W.Bush.
"Es increíble la situación política en la que vivimos en Estados Unidos".
"Son tiempos verdaderamente oscuros. Ronald Reagan era un dechado de generosidad y amor al prójimo comparado con la administración Bush. La presión contra los disidentes sigue siendo enorme. Es peor que con Richard Nixon", se quejó el artista de 41 años.
Cusack toma posición clara contra el gobierno del republicano Bush en sus dos últimas películas, Grace is gone y War Inc., que giran en torno a la guerra de Irak y aún no se exhiben en los cines.
(V.pág.16 del suplemento "¡hey!" del periódico Público del 10 de septiembre de 2007).
168,000 soldados estadounidenses se encuentran en Iraq; han muerto 3,700 y han resultado heridos en combate 27,770.
12,000 millones de dólares es el costo mensual de la guerra, y el costo total, desde la invasión el 20 de marzo de 2003, es de 450,000 millones de dólares.
68% de los estadounidenses considera que la guerra de Iraq ha sido un error, un nivel jamás alcanzado, según una encuesta publicada ayer por el "Times".
El embajador estadounidense en Bagdad, Ryan Crocker, advirtió que Irán sería "el gran vencedor" en caso de una retirada precipitada de Iraq.
(V.pág.10-A del periódico El Informador del 11 de septiembre de 2007).
Me parece que lo que el general Petraeus está presentando es un plan para al menos 10 años de fuerte presencia estadounidense en Iraq.
Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes
(v.pág.8-A del periódico El Informador del 12 de septiembre de 2007).
"Está claro que Rove es el principal inflador de la burbuja en la cual Bush continúa residiendo."
Neil Russell / Hong King
Inbox
(v.edición internacional de TIME del 17 de septiembre de 2007).
¿Cuánto tiempo estarán Los E.U.en Iraq? Probablemente una década, es posible que más.
Al-Maliki no parece necesitar -o siquiera desear- llevar a cabo ninguna negociación difícil. Eso se debe en gran parte a que los tres mayores bloques shiitas en el gobierno iraquí están operando bajo lo que ellos sienten que es un mandato histórico de deshacer siglos de injusticia contra ellos por parte de los sunitas. En la práctica, esto significa no dar cuartel a los sunitas en las negociaciones. "Los shiitas sienten que ellos están llevando la carga de la historia y que traicionarían a toda su comunidad si acordaran cualquier concesión", comenta una analista político iraquí. "No es un asunto de política práctica. Es un deber sagrado".
Es un poco raro que los sunitas, a quienes los E.U.echaran del poder en 2003, sean ahora mostrados por Washington como sus nuevos aliados favoritos.
[...]
Algunos han pedido que los militares se concentren en entrenar al ejército iraquí -un proyecto que ya le ha costado a los E.U.miles de millones, con pocos resultados. Los soldados estadounidenses se quejan de que sus aliados nominales en la policía y el ejército iraquíes son más leales a las milicias shiitas que al gobierno nacional. Un oficial de inteligencia estadounidense en un suburbio del oeste de Bagdad reporta que la policía iraquí está tan profundamente infiltrada por insurgentes que es una fuerza inútil en su totalidad. Bush ha regresado recientemente al mantra de que al ponerse de pie los iraquíes, los E.U.irán disminuyendo. Pero es una pregunta abierta si -o por cuánto tiempo- el ejército iraquí podrá sobrevivir una vez que los E.U.se marchen.
Muchos expertos creen que la amenaza de una mayor guerra civil -y la inestabilidad regional que le seguiría- significa que los E.U.no pueden permitirse reducir su presencia en Iraq mucho más allá de 130,000 soldados para el próximo año y probablemente durante más tiempo.
¿Qué estrategia de E.U.pudiera evitar el más amplio baño de sangre que parece inevitable al contar con una fuerza menor? Una pequeña ventaja de extender el incremento de tropas es que se pospone el tener que responder a esta pregunta.
Todos son culpables. Los E.U.se metieron ciegamente en Iraq, soñando con una democracia árabe, sólo para crear un resumidero de inestabilidad regional. En un par de fiascos épicos, Donald Rumsfeld, secretario de Defensa en ese tiempo, acordó una fuerza invasora de la mitad de la requerida; y luego estuvo de acuerdo con el enviado de E.U. L.Paul Bremer en destituir a todo el ejército iraquí dos meses más tarde. El gobierno iraquí ha tenido más dinero del que puede gastar y a producido poco a cambio. Insumos básicos -combustiblre, electricidad, agua- son crónicamente escasos. Existe una inflación y desempleo rampantes.
Iraquíes han comentado a TIME que en realidad no importa si al-Maliki se queda o se va. Mientras la actual casta de sospechosos y desacreditados caracteres continúen dominando la política iraquí, la reconciliación no sucederá. Ninguno de los probables reemplazos a mostrado particular inclinación, mucho menos habilidad, para elevarse por arriba de la politiquería.
En días recientes, algunos republicanos han empezado a alegar que los E.U.han cumplido con todo lo prometido militarmente y que los iraquíes y su gobierno son los responsables de dejar caer el balón. Este es un cuento atractivo diseñado principalmente para permitir a los republicanos desviar el calor de una misión que no resultó como se planeó. Esa ha sido siempre una ventaja del incremento; después de todo cuando se publicó el pasado invierno, era difícil decir si la nueva táctica era realmente el plano para una victoria final o sólo una acción de mantenimiento para mostrarle a los estadounidenses que los E.U.habían hecho hasta lo imposible antes de desconectarle silenciosamente el cable a esta empresa.
Michael Duffy
(v.pág.22 de la edición internacional de TIME del 17 de septiembre de 2007).
¿Qué hará Petraeus acerca de Basora, el crucial puerto petrolero sureño donde la retirada británica ha dejado una anarquía en cámara lenta, una guerra de pandillas shiitas?
La versión arabista de la realpolitik resalta la pregunta esencial acerca de Iraq, la que debería haber sido preguntada antes de la invasión: ¿Pueden los E.U. imponer las bondades occidentales -democracia, una constitución, en ejército nacional- a un no-país dividido en tribus y sectas y dinastías familiares?
Joe Klein
(v.pág.28 de la edición internacional de TIME del 17 de septiembre de 2007).
El jueves 13, el presidente George W.Bush hizo un ejercicio de aritmética elemental ante el público estadunidense en horario de máxima audiencia: anunció que para julio de 2008 se retirarían unos 30,000 efectivos estadunidenses de Irak, exactamente el número de tropas adicionales que el Pentágono envió allá a principios de este año. Es decir, que la reducción real es de cero.
Pero al inquilino de la Casa Blanca al parecer no le salieron bien las cuentas, porque hizo el anuncio como si se tratara de una gran noticia y de una retirada efectiva del contingente de base (unos 130,000 efectivos), cuando no es así. Como tampoco es cierto que la situación de seguridad en Irak haya mejorado a tal grado, que permita esta reducción de las tropas estadunidenses.
Tan es así, que al tiempo en que pronunciaba este discurso caía en un atentado el jeque sunita Abdul Satar Abu Risha, con quien Bush se había reunido apenas diez días antes y a quien había puesto como ejemplo de la nueva colaboración de los jefes tribales con el ejército estadunidense en contra de las milicias de Al Qaeda. También se podrían recordar los bombazos de mediados de agosto, que dejaron 500 muertos en la ciudad de Sinyar, la cifra más alta desde la caída del régimen de Husein. Y no hay día en que no reporte algún ataque.
En un editoral publicado después del discurso de Bush y de la comparecencia del general David Petraeus, jefe de las fuerzas estadunidenses en Irak, ante el Congreso, The New York Times calificó a las cifras del Pentágono de "tan obviamente manipuladas como en los primeros tiempos" y aclaró que, en realidad, el ejército estadunidense no podía sostener a los 30,000 efectivos adicionales más allá de mediados de 2008, sin afectar su capacidad de combate.
Para el rotativo, el presidente sigue sin tener "una estrategia para poner fin a su desastrosa guerra ni para contener el caos que desató".
Según The Washington Post, este mes la Casa Blanca planea solicitar al Congreso 50,000 millones de dólares adicionales para la guerra en Irak. Esta cantidad se sumaría a los 460,000 millones de dólares ya previstos para el presupuesto de defensa de 2008 y a otros 147,000 millones de un proyecto suplementario, todavía en estudio, para financiar las campañas bélicas tanto en Irak como en Afganistán.
Al final, todo parece ser una cuestión de números para la Administración Bush. Cuántas decenas de miles de soldados, cuántas centenas de miles de armas y, ante todo, cuántos miles de millones de dolares para financiarlos. Hay otra cifra, la de los muertos: 3,764 de los propios y entre 150,000 y 650,000 de los iraquíes, según la fuente; pero esa no cuenta mucho.
Lucía Luna Elek
(v.pág.15 del periódico Público del 16 de septiembre de 2007).
El ex presidente del banco central estadunidense (la Reserva Federal) Alan Greenspan asegura en su esperado libro de memorias, que sale este lunes a la venta en EU, que la guerra lanzada por George W.Bush contra el Irak de Sadam Husein no fue por las razones alegadas públicamente, sino por el petróleo. "Me entristece que sea políticamente inconveniente reconocer lo que todo el mundo sabe: que la guerra de Irak fue básicamente por el petróleo", dice Greenspan, de acuerdo con los avances publicados este fin de semana en varios diarios anglosajones, como The Times, The New York Times y Wall Street Journal.
En el libro, de 500 páginas y titulado La edad de la turbulencia: aventuras en un Nuevo Mundo, Greenspan critica duramente a George W.Bush por la falta de disciplina fiscal y presupuestaria de su Administración, y alaba al ex presidente demócrata Bill Clinton, de quien dice que siempre se preocupó del crecimiento a largo plazo. Greenspan, que se autodefine como un "republicano libertario", acusa a Bush de no haber impedido la escalada de gasto público cuando los republicanos controlaban el Congreso, lo que constituyó "un gran error".
"Cambiaron los principios por el poder. Acabaron por perder ambos. Merecieron perder", añade Greenspan en referencia a la derrota republicana en las legislativas de 2006, que les llevó a perder el control de las dos cámaras, el Senado y la Cámara de Representantes.
(V.pág.35 del periódico Público del 17 de septiembre de 2007).
Ciudades sumerias de miles de años han sido saqueadas por ladrones de antigüedades, mientras muchas ruinas se resienten de los masivos movimientos de tropas y armamento de los ejércitos de ocupación de Iraq. Arqueólogos iraquíes formados durante el régimen de Sadam Husein están aprovechando su conocimiento de la zona y se han unido a saqueadores profesionales para robar muchos tesoros que permanecen aún enterrados.
(V.pág.9-B del periódico El Informador del 18 de septiembre de 2007).
La credibilidad de George W.Bush acerca de Iraq es inexistente. Así que él ha puesto a David Petraeus, un excelente soldado, en una posición muy por arriba de su grado. Ha hecho a Petraeus no sólo el árbitro de la estrategia en Iraq, sino también, por default, el hombre que fija la estrategia de E.U. para toda la llamada guerra contra el terrorismo.
La inteligencia de la estrategia de Bush se mostró cuando el senador Russ Feingold le hizo a Petraeus y al embajador Ryan Crocker una importante pregunta: ¿Cuál debería haber sido la prioridad mayor en la guerra contra al-Qaeda, Iraq o la reconstrucción del liderazgo de al-Qaeda y de los campos terroristas, enclavados en la forntera afganopaquistaní? Feingold había arrinconado a Crocker, el elusivo exembajador en Pakistán, luego,inexplicablemente, lo dejó zafarse y se volvió a Petraeus, quien correctamente alegó carecer del conocimiento o la autoridad para responder la pregunta. La no-respuesta apareció como la respuesta de la administración Bush a este esencial tema estratégico.
Con al-Qaeda en Iraq en fuga y, según insistió Petraeus, la falta de necesidad de fuerzas estadounidenses para resolver el caos chiita en el sur, ¿cuál es la razón para mantener tantas tropas en Iraq? ¿Por qué no existe una ruta estrategica claramente definida para enfrentar el colapso político del país?
Sin un fuerte y creíble gobierno central, ¿por quién exactamente está peleando el re-reentrenado ejército iraquí? ¿Cómo puede cualquier iraquí ser leal a un gobierno que no existe? Y, finalmente, ahora que los sunitas han rechazado decisivamente a los extremistas, ¿por qué debería cualquier soldado estadounidense sacrificar siquiera un dedo en esta catástrofe sectaria?
Joe Klein
(v.pág.19 de la edición internacional de TIME del 24 de septiembre de 2007).
El candidato presidencial demócrata Bill Richardson llamó a los E.U.a terminar la guerra en Iraq, explicando que las tropas exacerban la violencia sectaria y que los miles de millones gastados pudieran ser usados para cuidados de salud y otras necesidades.
"Somos una nación que gasta US$ 5,500 millones en investigación del cáncer... eso son dos semanas de la guerra de Iraq. Muestra que tenemos prioridades desviadas".
"Nos estamos desangrando por una invasión que nos ha costado US$ 500,000 millones. Y ésta nos aleja de los objetivos de seguridad estadounidenses de enfrentar el terrorismo, la proliferación nuclear y la independencia energética".
"No hay ninguna duda de que hay allí odios tribales. Pero cuando esos odios tribales y étnicos son alimentados por la política estadounidense de hostilidad, la situación empeora".
(V.Associated Press del 19 de septiembre de 2007).
Es una política terrible, trágica e improductiva evitar comunicarse con la gente que está en desacuerdo con uno.
James Carter, expresidente estadounidense
(v.pág.4 de la edición internacional de TIME del 8 de octubre de 2007).
"Nuestros militares están siendo quebrados por extendidas y repetidas misiones de combate. La guerra está siendo peleada a crédito, y nuestra deuda está creciendo mientras que nuestra infraestructura se derrumba. Aquellos que apoyan nuestro compromiso en Iraq deberían ponerse de pie y demandar un reclutamiento e impuestos más altos. El no hacerlo sabe más a postura política que a una verdadera dedicación a la causa."
Thomas C.Meyer / Shelby Township, Mich.
"Si los iraquíes para nada se acercan a la formación de un país unido, quizá dejarlos que se arreglen en estados particionados de acuerdo a diferencias étnicas y religiosas sea la política más práctica y humana disponible. Quizá algún día los mejores ángeles de las naturalezas iraquíes puedan traerlos más cerca de unirse, pero la sangre y el tesoro estadounidenses no son recursos sin fondos para estar propiciando una -en gran parte- ficticia nación."
Steve McGreal / Chicago
"Nada tangible se ha ganado por el pueblo estadounidense ni por el iraquí, excepto deshacerse del tirano Saddam Hussein."
Ajit P.Singh / Ludhiana, India
Inbox
(v.edición internacional de TIME del 8 de octubre de 2007).
US$ 500,000 cuesta cada minuto de la guerra en Iraq, según un nuevo análisis de un economista de Harvard ganador del Premio Nobel, quien hizo notar que lo gastado cada día en la guerra podría pagar el cuidado de salud de 423,529 niños.
(V.Numbers de la edición internacional de TIME del 8 de octubre de 2007).
Desde la invasión, más de 2.5 millones de iraquíes han emigrado a países vecinos, mientras que 2.2 millones han sido desplazados forzosamente dentro de Iraq. Unos 60,000 iraquíes mensuales.
La administración Bush habla de mantener el curso sin gastar casi capital político o financiero para mitigar la catástrofe humanitaria que pretende que no existe.
El presidente George W.Bush niega la crisis de refugiados. Declaró este mes que "la vida ordinaria está empezando a regresar" y advirtió que con una retirada de E.U., "Iraq podría enfrentar una pesadilla humanitaria". Pero ha rechazado actuar ante la pesadilla ya en curso. Es como si temiera que hacerlo sería aceptar los costos de la invasión de E.U.y minaría sus argumentos para quedarse. Mientras que alega que los E.U.tienen una responsabilidad moral con los iraquíes, sería inconveniente para él llamar la atención acerca de cómo los E.U.han eludido esa responsabilidad.
Los E.U.perdieron la guerra en Iraq. En el centro del debate en Iraq ha estado la falla repetida para proporcionar una vida más segura para los iraquíes. Hace mucho tiempo que dejamos de debatir simplemente el "destino de Iraq" y empezamos a enfocarnos en el destino de los iraquíes.
Samantha Power
(v.pág.23 de la edición internacional de TIME del 8 de octubre de 2007).
Nuestros viejos amigos los neoconservadores, quienes proporcionaron las razones intelectuales para la guerra de Bush en Iraq, ahora tienen comezón por una guerra con Irán. Norman Podhoretz, el padre de los neoconservadores, ha escrito un mugrero denominado World War IV: The Long Struggle Against Islamofascism y ama calificar a Ahmadinejad y Osama bin Laden -un tipo mucho más peligroso- como los herederos de Hitler y Stalin. "Ellos siguen el camino del fascismo, nazismo y totalitarismo", escribe. Estas son tonterías incendiarias. Los terroristas tienen la habilidad de causar daños terribles intermitentemente, pero no representan una amenaza existencial para los E.U. Ahmadinejad no comanda legiones -ni siquiera las fuerzas de Hizballah en Líbano que atacaron a Israel en 2006- y si Podhoretz no lo sabe, debería saberlo. Tomar a Ahmadinejad literalmente, como hacen los neoconservadores, es hacerse tonto con intenciones letales. Esto da licencia a una fila de conga de políticos -especialmente republicanos contendiendo por la Presidencia- para exhibir su material.
De repente todo se hace obvio: estamos siendo manejados por extremistas en ambos lados. Seguro, Irán arma a Hizballah, y tiene una activo programa nuclear que puede ser o no comprobada su intención hostil, y está creándole problemas a los E.U.en Iraq, proporcionándole armas a nuestros enemigos. Todos son problemas que deben atacarse con sobriedad y quizás también, eventualmente, con una fuerza multinacional. Pero la campaña neoconservadora para transformar a Ahmadinejad en Hitler o Stalin, pretender que tiene la habilidad para destruir el mundo, hacer un teatro sobre permitirle hablar al hombrecito, es un cínico intento de hacerle el caldo gordo a la guerra. Ahmadinejad puede ser ridículo, pero Podhoretz -quien recientemente pasó 45 minutos con Bush argumentando por más guerra- no es muy divertido para nada.
Joe Klein
(v.pág.24 de la edición internacional de TIME del 8 de octubre de 2007).
El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Manouchehr Mottaki, advirtió hoy que Estados Unidos no está en posición de iniciar otra guerra en la región, ante la situación en que se encuentran sus fuerzas armadas en Irak.
"Nuestra posición es que EE.UU. no puede imponer otra guerra en la región en contra de sus contribuyentes", dijo el jefe de la diplomacia iraní que participa en el debate público de la 62a.Asamblea General de la ONU.
Mottaki aseguró que Teherán ya informó "a los estadounidenses de qué pasará si toman una decisión alocada".
Se mostró convencido de que la capacidad militar de Washington no le permitiría lanzarse a otro conflicto, a pesar de la "guerra psicológica" en la que su gobierno se ha embarcado a base de declaraciones como que "todas las opciones están sobre la mesa".
El canciller iraní indicó que Teherán ha recibido en el pasado avisos muy específicos, incluso con la fecha, de que iban a ser atacados.
(V.Agencia Efe el 3 de octubre de 2007).
Cuatro y medio años después de que los máximos líderes militares de la nación saludaron y se alinearon tras la invasión preventiva del presidente Bush a Iraq, sus remplazos están empezando a cuestionar la misión y a hacer sonar alarmas acerca del costo que la guerra está teniendo para el Ejército y el Cuerpo de Marines.
El cambio en el Pentágono es impresionante pero poco notado, en parte debido a que el secretario de Defensa Robert Gates, un veterano de la CIA, es callado cuando su predecesor no lo era.
"Esto es parte de un mar de cambio", declaró Loren Thompson, un analista militar del Lexington Institute, un centro de investigación sobre seguridad nacional en Washington. "Los ideólogos han sido remplazados por administradores que ven a Iraq no como una causa, sino como un problema a resolver".
Gates, el comandante del Estado Mayor Conjunto Michael Mullen, el secretario suplente de Defensa Gordon England, el subsecretario para Inteligencia general James Clapper y otros altos oficiales también están preocupados porque la guerra puede estar dañando la capacidad militar para responder a otras crisis. Ellos tienen aliados entre el liderazgo demócrata del Congreso -en particular el presidente del Comité de los Servicios Armados de la Cámara, el republicano Ike Skelton- que han estado hablando de ello durante meses.
"Estoy convencido que estamos en serios problemas en cuanto a capacidad de respuesta", comentó Skelton. "¿Que si estoy preocupado? Estoy mortalmente preocupado".
Crece la evidencia, en diferentes reportes oficiales de las semanas recientes, de que las fuerzas iraquíes no estarán preparadas para sustituir a las tropas estadounidenses en cantidades significativas hasta avanzado el próximo año, cuando muy pronto, y que los iraquíes han hecho pocos progresos encaminados a la reconciliación política.
"Independientemente de eso, nunguna cantidad de tropas ni de tiempo harán mucha diferencia", declaró Mullen al Comité de Servicios Armados del Senado.
Un reciente reporte de las Naciones Unidas hizo evidente que la guerra contra al Qaida y el Talibán en Afganistán está fallando, en parte debido a que Iraq está amarrando a demasiadas tropas de E.U.
Se requieren más fuerzas en Afganistán, y "no podemos enviarlas porque estamos enredados" en una "intratable guerra civil" en Iraq, declaró el miércoles el senador demócrata Russ Feingold.
La baja aprobación de Bush y el descontento popular con la guerra en Iraq, han originado que muchos legisladores reconsideren su apoyo a la política presidencial al aproximarse las elecciones del año entrante.
Está por verse si Gates y sus aliados que piensan como él, pueden cortar el compromiso de E.U.con Iraq, evitar una confrontación militar con Irán y dirigir más recursos hacia Afganistán y a reconstruir y reequipar el Ejército y los marines.
El cambio de percepción entre muchos altos oficiales es incofundible.
Después de que Mullen prestó juramento, envió una carata a los militares que exponía una visión del Medio Oriente marcadamente diferente de la que la administración ha alabado. Mullen no habló acerca de que las dos guerras podrían diseminar la democracia y la libertad en la región. En vez de ello, aun llamando a las guerras vitales, el advirtió que pudieran no conseguir un Medio Oriente más seguro. También le comentó a las tropas que su trabajo será preparar a la milicia para lo que vendrá a continuación.
"El grado en que las guerras en Iraq y Afganistán contribuyan a, o alejen un Medio Oriente estable y seguro, tendrá un efecto directo en la seguridad de los Estados Unidos", escribió. "Las demandas de las operaciones actuales, aunque grandes, no deberían dominar nuestros programas de ejercicios de entrenamiento, educación, curricula y preparación".
Tal cambio es una tonada diferente para los líderes del Departamento de Defensa: Rumsfeld y sus auxiliares civiles promovieron la guerra y no permitieron disidencias.
Skelton comentó que en el pasado él sentía que nadie escuchaba cuando advertía a la administración acerca de la tensión sobre los militares.
Ahora, apuntó, el exjefe del staf, el general Peter Schoomaker y el actual jefe, el general George Casey, testificando la semana pasada, han expresado preocupaciones acerca de la preparación del Ejército.
"Los paralelos son alarmantes", declaró Skelton. "No podemos arriesgarnos a quebrar al Ejército nuevamente. Mi real preocupación es que tenemos una elección entre dos derrotas o una sola. No estamos haciendo el suficiente esfuerzo en Afganistán, y estoy profundamente preocupado por ello".
(V.McClatchy Washington Bureau del 4 de octubre de 2007).
El índice de aprobación del público al presidente George W.Bush ha caído a los niveles más bajos que se hayan registrado en una encuesta de The Associated Press-Ipsos.
Sólo 31% de los entrevistados dijo que aprobaba la gestión de Bush, de acuerdo con el sondeo difundido ayer. La tasa de popularidad más baja que se había registrado anteriormente era de 32%, en junio.
El sondeo, que dejó en evidencia la polarización política causada por la guerra en Irak y otros temas, también reeveló que sólo 7% de los demócratas y 19% de los independientes consideraban que la labor de Bush era positiva.
(V.pág.38 del periódico Público del 5 de octubre de 2007).
La leyenda del 'rock' estadounidense Bruce Springsteen rechazó las críticas que lo han calificado de antipatriota y contraatacó afirmando que quien ha emprendido actividades "anti-estadounidenses" es Estados Unidos desde que el presidente del país, George W.Bush, está en el poder.
"Creo que hemos visto pasar cosas en los últimos seis años que nadie nunca pensó que podría ver en Estados Unidos", dijo Springsteen.
"Cuando la gente piensa en la identidad de Estados Unidos, no piensa en la tortura, no piensa en escuchas ilegales, no piensa en que no exista el habeas corpus", dijo, en referencia a los sospechosos que están detenidos sin haber recibido cargos.
"Esas son las cosas que son anti-estadounidenses", dijo.
(V.Agence France-Presse del 5 de octubre de 2007).
La decisión británica de retirar la mitad de sus 5,000 soldados de Iraq para la primavera, es el último golpe a la colición dirigida por E.U. La alianza se está derrumbando, y rápido: excluyendo a los estadounidenses, la fuerza multinacional tuvo alguna vez 50,000 soldados - para mediados de 2008 se habrá reducido a 7,000.
(V.Associated Press del 9 de octubre de 2007).
Los E.U. torturan prisioneros violando las leyes internacionales, declaró el miércoles el expresidente Jimmy Carter, agregando que el presidente Bush crea su propia definición de tortura.
"Por primera vez durante mi vida nuestro país ha abandonado el principio básico de los derechos humanos. Hemos declarado que la Convención de Ginebra no se aplica a esa gente en las prisiones de Abu Ghraib y Guantánamo, y hemos dicho que podemos torturar prisioneros y privarlos de una acusación criminal".
Carter explicó que los métodos de tortura, incluyendo "palmadas en la cabeza, ahogamiento simulado y temperaturas heladas", constituyen torturas "si se utilizan las normas internacionales de tortura que siempre se han cumplido", durante los últimos 60 años desde que se promulgó la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Carter atacó al vicepresidente Dick Cheney como "un militarista que evitó prestar servicio militar él mismo".
Agregó que Cheney ha sido "un desastre para nuestro país. Pienso que ha sido extremadamente persuasivo con el presidente George Bush".
(V.Associated Press del 11 de octubre de 2007).
El teniente general retirado Ricardo S. Sanchez describió la situación en Iraq como "una pesadilla sin un final a la vista". El excomandante máximo estadounidense continuó, criticando duramente al manejo del conflicto por el presidente Bush, declarando que la administración tuvo un "plan de guerra catastróficamente erróneo e irrealísticamente optimista". Denunció que el actual "incremento" es un movimiento "desesperado" que no coseguirá la estabilidad a largo plazo.
"Ha habido un impresionante e infortunado despliegue de liderazgo estratégico incompetente entre nuestros líderes nacionales", comentó, agregando más tarde en sus comentarios que los funcionarios civiles han sido "negligentes en sus obligaciones" y culpables de "codiciar el poder".
Su principal crítica fue dirigida a la administración Bush que ha fallado en movilizar al gobierno completo de Estados Unidos, no sólo a los militares, para que contribuyan significativamente a la reconstrucción y estabilización de Iraq.
"El liderazgo nacional continúa creyendo que la victoria puede alcanzarse tan sólo con poder militar", explicó. "Continuas manipulaciones y ajustes a nuestra estrategia no logarán la victoria. Lo mejor que podemos lograr con este equivocado enfoque es evitar la derrota".
"La administración, el Congreso y todas las agencias, especialmente el Departamento de Estado, deben compartir la responsabilidad por la falla catastrófica, y el pueblo estadounidense debe exigirles cuentas", concluyó el general Sánchez.
The New York Times del 13 de octubre de 2007).
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