Donde más fuerte, o visible al menos, es la presencia de la familia Cosío-Gaona es en el ramo turístico, donde -afirman periodistas y "turisteros" de Guadalajara, costa sur de Jalisco y Puerto Vallarta- hay sumas cuantiosas de Ramón Aguirre.
La cabeza más importante en estos negocios es la del ingeniero Arturo Altamirano Shehab -compadre del gobernador-, quien preside el Grupo Alta, al que también se asocia Enrique Dau Flores, candidato triunfante a la presidencia municipal de Guadalajara. Ambos de origen libanés.
Altamirano era, hasta antes de la actual administración, un constructor mediador. Antes de este sexenio estaba a punto del embargo y ahora es el empresario turístico más importante de Jalisco.
Cuando las circunstancias lo ameritan, y es necesario que firme el gobernador como "testigo", acude a su despacho en Palacio de Gobierno, y ahí se suscriben convenios, como el del 18 de abril de 1991, cuando a las 18.30 horas signó un acuerdo mediante el cual Hoteles Maeva, de Real Turismo, propiedad de los señores Pablo e Israel Brener, se comprometió a operar, comercializar y administar los siguientes hoteles:
Coco Club Melaque, de cuatro estrellas y más de 250 habitaciones, adquirido hace un año en una cantidad desconocida hasta ahora, pero se estima que tiene un valor de entre 25,000 y 30,000 millones de pesos. Lo compraron a lo herederos de su constructor y dueño original, Miguel Ochoa.
En Vallarta, el Coco Club Vallarta, Coco Club Moranda y Club Maeva Vallarta, de cinco estrellas y gran turismo, con capacidad global de más de 600 cuartos y un valor total no inferior a los225,000 millones de pesos, de acuerdo con datos obtenidos en la Secretaría de Turismo del estado.
Solamente el Club Maeva Vallarta tuvo un costo de 50 millones de dólares y se levantó pasando sobre todas las leyes y reglamentos de construcción, municipales y federales. Nunca nadie pudo modificar el proyecto, salvo un puente para cruzar la carretera, que Sedue impidió finalmente, a pesar del apoyo incondicional que recibió el ingeniero Altamirano del alcalde Efrén Calderón Arias, compadre y consuegro de Cosío Vidaurri.
El mismo Grupo Alta inauguró el año pasado, en Lagos de Moreno, el hotel Casa Grande, con 178 habitaciones y categoría cinco estrellas. Su costo superó los 23,000 millones de pesos.
En el Aeropuerto Internacional Miguel Hidalgo de Guadalajara, iniciaron la construcción de un Coco Club Inn, en una hectárea, cedida, a concesión por 30 años, por Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), "para hacer atractiva la inversión en la terminal aérea", dijo el administrador de la terminal, Arturo Robles Grey, yerno de Cosío Vidaurri. También tiene en concesión la totalidad -o casi- de los locales comerciales, añadió.
La inversión de los nuevos inversionistas hoteleros será 45,000 millones de pesos y el hotel tendrá una capacidad de 180 cuartos, informó Robles Grey.
A esto hay que agregar que una nueva línea de automóviles de alquiler de la terminal aérea -"los verdes", les llaman- son una concesión para allegados del administrador y de su cuñado, Salvador Cosío Gaona, confirmaron taxistas y funcionarios estatales y federales.
En Playa Custecomate, municipio de Cihuatlán, informaron José Guzmán Armas, presidente del Ejido Emiliano Zapata, y varios integrantes de su comité directivo, el grupo de los Coco Club adquirió hace tiempo un pequeño hotel que perteneció a Manuel Salcido -"El Cochiloco"-, pero ignoran el monto de la operación.
Los mismos informantes dijeron que en su ejido, con prepotencia y argucias legaloides, metieron a la cárcel a dos ejidatarios y cuatro más tuvieron que ampararse "porque los dueños de estos hoteles nos quieren forzar a entregar gran parte de nuestras propiedades para privatizar las playas de Melaque, a través de la empresa Playas del Paraíso, S.A.".
El exdelegado de la Reforma Araria, Salvador Rizo Ayala, ahora presunto triunfador priísta por el Distrito IX local, se prestó siempre al juego porque tiene fuertes intereses en la costa, junto con otros inversionistas. En Tenacatita, elementos del cuerpo de antimotines del estado destruyeron en octubre pasado varias casas y quemaron otras en la zona federal, luego de que José Andrés Villalobos, amigo de Dau Flores y de Rizo Ayala, compró una franja de terreno privado, acusaron restauranteros y campesinos de la zona afectada, especialmente los del ejido de El Rebalsito.
Desde el arranque de su administración, Cosío Vidaurri desapareció la Comisión de Adquisiciones, organismo integrado por representantes del sector privado y gubernamental, que vigilaba y determinaba, por mayoría, qué, cuánto, cuándo y dónde y a qué precio tenían que comprarse los bienes y servicios que el gobierno requería, y mediante el cual se logró un manejo más claro de los recursos públicos y se ahorraron miles de millones de pesos.
Desde marzo de 1989 muchas compras se hacen por recomendación directa del gobernador y casi no se concursan las obras. Son por asignación, sean grandes o pequeñas y, por norma, los proveedores, constructores, etcétera, son socios, amigos o compadres de altos funcionarios o de la familia Cosío, aseguró un constructor.
Al marginar a la mencionada comisión el Ejecutivo dio todo el poder de decisión al secretario de Administración, Carlos Guerra Kordell, socio, al menos, en el despacho jurídico y notaría de Salvador Cosío Gaona.
Por lo que toca a los descendientes del gobernador, Salvador Cosío Gaona, sin contar con experiencia y sin reunir los requisitos que exige la Ley de Notariado, fue designado notario (número 8) para Zapopan y Zona Metropolitana.
Tras recibir la Notaría de manos del fugaz gobernador interino -apenas tres meses- Francisco Rodríguez Gómez, antecesor inmediato de Cosío, montó un gran despacho en un edificio de Lerdo de Tejada y Chapultepec, Sector Juárez y se asoció con más de una decena de abogados, entre otros, además de Guerra Kordell, con David Parra, concesionario, junto con Leopoldo Rubio, del "Ráscale" de la Lotería Nacional que estatalmente representa su tío Octavio César Cosío Vidaurri; Rodolfo Pedrero, exdelegado aduanal de Tecate y Antonio Lugo Morales, responsable de las Investigaciones Políticas del Estado, o centro de documentación, información y análisis de Jalisco.
Cosío Gaona posee, además su propio sistema de información y a la cabeza está Roberto García Marrón, confesó un investigador de su equipo. Este equipo sirve para todo, hasta para detectar posibles buenos negocios que tengan que ver con el gobierno, precisó.
Junto con su hermano Guillermo, jefe del departamento computarizado del Seguro Social en el Estado, creó la empresa Espectáculos Artísiticos y Deportivos, S.A. de C.V., que hace más de un año adquirió, en cerca de 5,000 millones de pesos la franquicia del equipo de béisbol "Charros de Jalisco".
Pero esta sociedad promueve lo mismo presentaciones de grupos artísticos folclóricos que de rock; organizan bailes y lo mismo traen a un Juan Luis Guerra que a grupo "New Kids on the block" o arman una pelea de box o lucha. También pueden hacer negocios de canastas navideñas para funcionarios que brindan cualquier servicio. Hacen su lucha. Son polifacéticos.
Miembros del Colegio de Economistas y de la sociedad Economistas Revolucionarios, afiliados al PRI, informaron que Salvador, asociado con Francisco Fernández Barragán y con el director del Sistema de Transporte Colectivo de la Zona Metropolitana (SISTECOZOME), Jorge González Ibarra, ha encontrado un buen filón en la compra-venta y concesión de microbuses para el servicio urbano de pasajeros, que sus amigos llaman "chavabuces".
Pero el más redituable de todos los negocios es el de la "verificación vehicular", medida presuntamente anticontaminante, que obliga a los más de 600,000 automotores a pasar una revisión, por la que cada uno debe pagar 26,000 pesos la primera vez y 16,000 en la segunda, cuando no se pasó la primera prueba. Casi el 50% de los vehículos no pasa esa prueba. Las ganancias anuales se estiman en más de 20,000 millones de pesos.
La única concesionaria de la verificación, la empresa Ecología de Jalisco, S.A. de C.V. (Ecojal), la forman personas y empresas favorecidas, como grupo Mark, del grupo Sidek; Grupo García Barbachano, familia formada por Pablo García Barbachano y sus hijos Armando y Jorge García Fernández, candidato triunfante y socio del inminente alcalde tapatío, Enrique Dau Flores, a su vez, socio y amigo de Cosío.
Gilberto Parra Rodríguez, de la dirigencia del PRD en Jalisco, afirmó: "El gobernador Cosío ha manejado al estado como si fuera de su propiedad, como una hacienda del porfiriato"...
En ese lugar, ubicado en el municipio alteño de Lagos de Moreno, es donde construyó el hotel denominado Coco Inn.
La operación de compra-venta fue de 200 mil pesos (200 millones de viejos pesos), cantidad que según el Ministerio Público no ingresó a la tesorería estatal. El predio adquirido mide doce mil metros cuadrados. Según Altamirano, la denuncia penal "y calumnias" de este gobierno le frustraron la venta de tres hoteles en Puerto Vallarta y el hotel Casa Grande del aeropuerto.
[Altamirano] confirmó que el pasado 20 de los corrientes presentó la demanda ante el Juzgado Segundo de lo Mercantil con el objeto de que se le restituya el daño económico generado por actos que considera calumniosos, y que le representaron pérdidas por 60 millones de dólares.
Concretamente se refirió a la cancelación de contratos de comisión mercantil con Sun West International Investments Real State, encargada de la venta de los hoteles de Puerto Vallarta Blue Bay Club, Blue Bay Get Away y Casa Grande, así como el hotel Holiday Inn Lagos de Moreno y el Casa Grande Aeropuerto de Guadalajara.
Altamirano Shehab sostiene que fue objeto de una cacería de brujas, lo que le impidió obtener créditos en el exterior, ya que "hasta en Internet" se le etiquetó como un empresario que construye hoteles en terrenos irregulares.
El titular del Poder Ejecutivo, Alberto Cárdenas Jiménez, dijo... "el común denominador eran gobiernos sucios, corruptos y, ciertamente, corruptos pero no tontos, supieron hacer muy bien sus cosas, pero había que afrontarlos y los afrontamos con lo que tuvimos a nuestro alcance".
(V. pág.8 del periódico Público del 27 de febrero de 2001)
La sociedad en general sabe que las explosiones del 22 de abril sólo fueron el detonante para la salida del gobernador Cosío, el hartazgo que había entre los jaliscienses por el abuso y la prepotencia de su hijo Salvador, llegó hasta las más altas esferas del país, lo que ocasionó que el Presidente de la República Carlos Salinas de Gortari le pidiera al gobernador [que] solicitara licencia.
Héctor Fabio Rizzo Jasso
(v.pág.2B "Cartas a Mural" del periódico Mural del 21 de julio de 2005).
Jaime Barrera Rodríguez
(v.pág.3 del periódico Milenio Jalisco del 7 de junio de 2013).