It's a revolutionary breakthrough in technology: no wires, no electric circuits, no batteries, nothing to be connected or switched on. It's so easy to use even a child can operate it. Just lift its cover.
Compact and portable, it can be used anywhere -even sitting in an armchair by the fire- yet it is powerful enough to hold as much information as a CD-ROM disk.
Here's how it works: Each BOOK is constructed of sequentially numbered sheets of paper (recyclable), each capable of holding thousands of bits of information. These pages are locked together with a custom-fit device called a binder which keeps the sheets in their correct sequence. By using both sides of each sheet, manufacturers are able to cut costs in half.
Each sheet is scanned optically, registering information directly into your brain. A flick of the finger takes you to the next sheet. The BOOK may be taken up at any time and used by merely opening it. The "browse" feature allows you to move instantly to any sheet, and move forward or backward as you wish. Most come with an "index" feature, which pinpoints the exact location of any selected information for instant retrieval.
An optional "BOOKmark" accessory allows you to open the BOOK to the exact place you left it in a previous session -even if the BOOK has been closed. BOOKmarks fit universal design standards; thus a single BOOKmark can be used in BOOKs by various manufacturers.
Portable, durable and affordable, the BOOK is the entertainment wave of the future, and many new titles are expected soon, due to the surge in popularity of its programming tool, the Portable Erasable-Nib Cryptic Intercommunication Language Stylus (referred to by the acronym PENCILS to those in the trade).
Source: Mike Totzke
De todos los instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones del brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y la imaginación.
Jorge Luis BorgesHabrá quien se acuerde de que las publicaciones profusamente ilustradas solían ser los libros y cuentos infantiles, pues la idea era que así sería más fácil que se concentraran y entendieran lo que decían los textos. El inolvidable método onomatopéyico del maestro colimote don Gregorio Torres Quintero para enseñar a leer y escribir tenía, claro, dibujos. Por ejemplo, un tren servía para ilustrar la vocal U (y se leía junto: uuuuuuuuuuuuu). Ya los más avanzados aprenderían en años posteriores que también decía chu-chu-chu (nivel superior que en el gabinete sólo cursó el impoluto y simpático señor Bartlett).
Las revistas ilustradas para la gente grande, como Life o Paris-Match, tenían fotografías de gran calidad, que solían llevar nutridos pies de foto; estaban directa y claramente relacionadas con los artículos y muchas veces constituían auténticos documentos históricos. Ya desde la 2a. mitad del siglo XIX revistas como L'Illustration Française o La Ilustración Española tenían fotografías y sobre todo extraordinarios grabados hechos ex profeso para los artículos. Pero todas esas publicaciones, incluyendo a la campeonísima National Geographic, iban dirigidas a lectores que podían sostener la atención más de 10 segundos y enterarse del contexto de las ilustraciones. Pero definitivamente los libros con muchos monitos eran para los niños, de los cuales, sin embargo, también se esperaba que leyeran, porque no todas las publicaciones infantiles estaban ilustradas, o lo estaban escasamente.
Pero de unos años acá los periódicos y revistas del mundo decidieron por alguna misteriosa razón tratar al público como infantes semianalfabetos, y no sólo muchos de ellos ponen de a mono por nota, sino que hasta se sienten obligados a meter retratitos de los autores de sus columnas, quién sabe con qué fin (¿qué ganamos con ver la cara del mono, y para qué ponerla diario, o semana con semana?).
En internet, la cosa es todavía peor. Entrar a las páginas de ciertos periódicos es arriesgarse a la jaqueca ante una especie de rompecabezas de colorines y monigotes, la mayoría sin rima ni razón. En las redacciones, donde antes había correctores de estilo y editores que cuando menos trataban de evitar las faltas de ortografía, ahora hay un enjambre de "periodistas" que se dedican a buscar afanosamente lo que sea para "ilustrar" lo que sea.
María PalomarMe gusta mucho contemplar la banalidad de los programas oficiales que intentan convencernos de leer 20 minutos diarios, es evidente que quien diseñó ese programa ni lee, ni le gusta leer, ni le importa que usted lea; para leer ese tiempo tendríamos que repensar en nuestra vida: si dedicáramos 20 minutos a leer, ¿cuánto tiempo deberíamos dedicar al día para hacer arrumacos a nuestra pareja?, ¿cuánto tiempo a comer chocolates? o ¿cuánto tiempo a tomar tequila? ¿Verdad que es una farsa? Eso me ha llevado a concluir que en este país no leemos porque nunca la escuela nos enseñó ese gozo, así como no hay cursos para que te guste el chocolate, ni para que goces el tequila, ni hay cursos de cómo besar.
Carlos EnrigueMortificados por la salud mental de don Quijote, el cura y el barbero, con la complicidad del ama, esculcan la biblioteca para dar con "los libros autores del daño" y mandarlos a la hoguera. Porque al bueno de don Alonso le daba por leer novelas por puro gusto, algo que en todos los tiempos ha resultado sospechoso y punible para ciertos gremios autoencargados de la salvación de las almas.
Ese celo de bombero pirómano de Fahrenheit 451 ha reverdecido ahora en versión gansoestalinista según las declaraciones de un oscuro burócrata de la SEP, al que, después de haber prometido en vano renovar todos los libros de texto gratuitos, lo tuvieron que mandar a la subdirección de clips y grapas, pero que no deja de porfiar por salir en el periódico.
Leer por el placer de hacerlo es un ámbito de plena e inalienable libertad individual; nada de extraño tiene que lo aborrezcan las tiranías. La pasión por la lectura se da por contagio. Muchos niños crecen en hogares donde no hay siquiera un libro, pero en algún momento tuvieron la enorme suerte de encontrar un maestro que les abrió ese mundo fantástico, o una humilde biblioteca escolar donde descubrieron su capacidad de convertirse a voluntad en mosqueteros, piratas o exploradores.
María PalomarPara aquel que roba, o pide prestado un libro y a su dueño no lo devuelve, que se le mude en sierpe la mano y lo desgarre. Que quede paralizado y condenados todos sus miembros. Que desfallezca de dolor, suplicando a gritos misericordia, y que nada alivie sus sufrimientos hasta que perezca. Que los gusanos de los libros le roan las entrañas como lo hace el remordimiento que nunca cesa. Y que cuando, finalmente, descienda al castigo eterno, que las llamas del infierno lo consuman para siempre.
(Palabras inscritas en la biblioteca del monasterio de San Pedro de la Puellas de Barcelona).Paco Calderón
(3 de diciembre de 2023).
12 REASONS WHY READING BOOKS SHOULD BE PART OF YOUR LIFE
Llamamos "biblioteca" a toda institución dedicada al resguardo, conservación y exhibición de libros, manuscritos, documentos y demás materiales, tanto para el estudio como para la recreación. Encontramos en ella lo mismo periódicos, revistas y enciclopedias que mapas, grabaciones musicales o archivos históricos.
¿Tiene vigencia una institución como esta en un mundo hiperconectado de bases de datos, plataformas de "streaming" y libros electrónicos ("e-books")? En tiempos de posverdad, desinformación y cultura chatarra, la respuesta es sí: espacios de respeto a la verdad, fervor libresco, devoción por los documentos y la cultura humanística, las bibliotecas continúan siendo imprescindibles.
Tal vez ya no sea el lugar óptimo para rentar o ver una película o documental, pero la biblioteca es el sitio donde se desarrolla lo que los bibliotecólogos llaman "alfabetización informacional": las habilidades cognitivas necesarias para discriminar, utilizar y difundir la información de manera inteligente, ética, rigurosa y eficaz. En la llamada era digital, la biblioteca y el bibliotecario fungen como compás [brújula] de navegación en un mar de datos muchas veces irrelevantes, falsos o estériles.
Defender la actualidad de la biblioteca pasa también por revalorar los formatos bibliográficos físicos: libros, revistas y materiales de papel. Estos no deben desaparecer, sino coexistir con los textos digitales. Cada vez más científicos arguyen que la lectura de materiales físicos y la escritura a mano fortalecen las funciones cognitivas, la concentración y la memoria. Haríamos bien en desprendernos de la "tablet" para retomar el cuaderno y la pluma. Coloquemos la primacía no en el Kindle -invento admirable- sino en el libro de papel -creación insuperable-.
Por otra parte, la biblioteca no ha dejado de ser el punto ideal para la lectura, la investigación y el ocio. En un mundo ajetreado, las salas de lectura y cubículos que ofrece la biblioteca -institución bimilenaria- son el espacio privilegiado de las condiciones para el estudio y la vida intelectual: recogimiento, concentración, silencio, calma.
Los 3 pilares de la Benemérita Universidad de Guadalajara (docencia, investigación y extensión de la cultura) reposan sobre las bibliotecas, asegura Sergio López Ruelas. Sin libros no habría docencia; sin revistas científicas no habría investigación; y las bibliotecas, por sistema, preservan y difunden la cultura. Sin biblioteca, en suma, no hay proyecto educativo ni universidad.
La biblioteca más importante de Jalisco, qué duda cabe, es la Pública del Estado "Juan José Arreola". Pero la más bella -que me perdonen don Trino Padilla, la maestra Lolita y Javier Sanz- es la Iberoamericana "Octavio Paz", dirigida por la maestra Carmen Villoro y fundada en 1991 por el licenciado Raúl Padilla -Médici tapatío-. Juntas conforman las 2 bibliotecas públicas de la Universidad de Guadalajara y son patrimonio histórico y cultural de todos los mexicanos.
Quisiera terminar este texto proponiendo que controlemos nuestra necesidad compulsiva de tecnología, pantallas y redes sociodigitales para adentrarnos de nuevo en las bibliotecas: espacios para la imaginación radical, el encuentro dialógico y la libertad de la mente. La recompensa es invaluable.
Alonso SolísLa cámara de diputados de Uzbekistán aprobó este martes 18 de marzo, en 2a.lectura, una iniciativa de ley que prevé la reducción de las penas de cárcel de todos aquellos reos que lean libros.
Según la ley, se prevé reducir en 3 días la pena de prisión de los condenados por cada libro leído, dijo el servicio de prensa de la cámara baja del Parlamento de Uzbekistán.
A la vez, se indica, que los libros tienen que ser aprobados primero por el servicio penitenciario, y que los condenados se someterán a un examen para probar la asimilación del material.
Eso sí, señalan que la condena no podrá ser reducida a más de 30 días al año, aunque los reos se conviertan en lectores voraces.
La ley entrará en vigor tras su aprobación en 3a.lectura y el visto bueno del Senado de Uzbekistán.
(V.periódico El Informador en línea del 18 de marzo de 2025).