¿Qué es lo que hace la diferencia? La actitud de las personas. En los países ricos, la mayor parte de la población cumple las siguientes reglas (pónganse en el orden que se quiera):
Estos son valores universales, necesarios para el progreso en cualquier país del planeta.
(Publicado en la "Hoja parroquial" de la Arquidiócesis de Guadalajara, A.R. el 9 de mayo de 2004.)
Paco Calderón, caricaturista
(10 de noviembre de 2002).
(V.edición de julio 25 de 2005 de la revista Fortune).
Paco Calderón, caricaturista
(9 de abril de 2006).
Víctor Manuel González Romero, profesor investigador y ex rector general, U.de G.
(v.blog del 25 de octubre de 2006).
Víctor Manuel González Romero, profesor investigador y ex rector general, U.de G.
(v.blog del 1o.de noviembre de 2006).
Héctor Aguilar Camín
(v.pág.4 del periódico Público del 22 de junio de 2007).
(V.Agencia Efe del 27 de septiembre de 2007).
Enrique Quintana
(v.pág.2 de la sección "Negocios" de Mural del 6 de diciembre de 2007).
Enrique Quintana
(v.pág.2 de la sección "Negocios" de Mural del 17 de abril de 2008).
Paco Navarrete
(v.pág.12 del periódico Mural del 5 de junio de 2008).
Sergio Sarmiento
(v.pág.6 del periódico Mural del 12 de junio de 2008).
Jorge Medina Viedas
(v.pág.17 del periódico Público del 29 de junio de 2008).
Tonatiuh Bravo Padilla, diputado federal perredista
(v.pág.11 del periódico Mural del 18 de diciembre de 2008).
Jaime Preciado Coronado, presidente de la Asociación Latinoamericana de Sociología
(v.pág.19 del periódico Público del 19 de diciembre de 2008).
Sara Sefchovich
(v.pág.305 de "País de mentiras". Ed.Océano. Mexico 2008).
Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 3 de enero de 2009).
Macario Schettino, profesor de Humanidades del ITESM-CCM
(v.periódico El Universal del 26 de enero de 2009),
Lourdes Bueno, investigadora de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 17 de marzo de 2009).
Adolfo Martínez López
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 3 de junio de 2009).
Sergio Sarmiento
(v.periódico El Siglo de Durango del 23 de julio de 2009).
Felipe Calderón H., presidente de México
(v.pág.2 del periódico Mural del 13 de agosto de 2009).
José Hernández Moreno, astronauta de origen mexicano
(v.pág.8 de la sección "gente" del periódico Mural del 15 de octubre de 2009).
Sergio Oliveira
(v.pág.2-E del periódico El Informador del 17 de octubre de 2009).
Jorge G.Castañeda
(v.pág.6 del periódico Mural del 22 de octubre de 2009).
(V.pág.15-A del periódico El Informador del 26 de octubre de 2009).
Ricardo Elías, arquitecto y empresario
(v.pág.10 del periódico Mural del 29 de octubre de 2009).
José de Jesús Covarrubias Dueñas
(v.pág.13-A del periódico El Informador del 11 de enero de 2010).
Editorial
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 19 de enero de 2010).
Rosaura Ruiz, presidenta de la AMC
Japón | 2,884 |
Corea del Sur | 2,189 |
Estados Unidos | 645 |
Alemania | 587 |
Australia | 479 |
Nueva Zelanda | 402 |
Finlandia | 385 |
Dinamarca | 347 |
Noruega | 335 |
Reino Unido | 320 |
Suecia | 308 |
Austria | 275 |
Francia | 236 |
Israel | 227 |
Suiza | 217 |
Rusia | 160 |
PROM. MUNDIAL | 148 |
Singapur | 147 |
Holanda | 134 |
Canadá | 125 |
Italia | 111 |
Belarús | 108 |
Ucrania | 86 |
Hungría | 75 |
España | 67 |
(...) | |
México | 6 |
Luis Petersen Farah
(v.pág.14 del periódico Público del 31 de enero de 2010).
Andrés Oppenheimer
(v.pág.3-A del periódico El Informador del 6 de marzo de 2010).
Denise Dresser
(recibido por e-mail el 25 de marzo de 2010).
Miguel Bazdresch Parada
(v.pág.15 del periódico Público del 11 de abril de 2010).
Carlos Marín
(v.primera plana del periódico Público del 11 de junio de 2010).
Ricardo Elías, arquitecto y empresario
(v.pág.8 del periódico Mural del 17 de junio de 2010).
(V.periódico El Universal en línea del 8 de julio de 2010).
Ramón Zurita Sahagún
(v.pág.9-A del periódico El Informador del 21 de octubre de 2010).
J.Jesús García Rojas A.
(v.pág.19 "correo" del periódico Público del 21 de enero de 2011).
Luis Ernesto Salomón, doctor en Derecho
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 13 de marzo de 2011).
Genaro Lozano
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 19 de marzo de 2011).
Alberto Martínez Vara
(v.pág.6 del periódico Mural del 14 de abril de 2011).
Sergio Sarmiento
(v.periódico El Siglo de Durango del 19 de mayo de 2011).
Román Revueltas Retes
(v.periódico Público en línea del 5 de junio de 2011).
Alberto Martínez Vara
(v.pág.6 del periódico Mural del 9 de junio de 2011).
Alberto Martínez Vara
(v.pág.6 del periódico Mural del 7 de julio de 2011).
Norberto Alvarez Romo
(v.pág.5-B del periódico El Informador del 4 de octubre de 2011).
Germán Cardona Müller
(v.pág.21 del periódico Milenio Jalisco del 7 de octubre de 2011).
Jaime García Elías
(v.pág.3-B del periódico El Informador del 25 de octubre de 2011).
Sergio Sarmiento
(v.periódico El Siglo de Durango del 19 de abril de 2012).
María Palomar
(v.pág.8-B del periódico El Informador del 6 de mayo de 2012).
Sergio Sarmiento
(v.periódico El Siglo de Durango del 17 de mayo de 2012).
Alberto Martínez Vara
(v.pág.8 del periódico Mural del 31de mayo de 2012).
Martín Casillas de Alba
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 2 de junio de 2012).
Ricardo Elías, arquitecto y empresario
(v.pág.6 del periódico Mural del 23 de agosto de 2012).
Alejandro Irigoyen Ponce
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 16 de octubre de 2012).
"Pero sigo insistiendo en que es un desperdicio que tengamos de vecino al país mas poderoso de la Tierra y que el 90% de nuestras exportaciones sean a EU, y no podamos comunicarnos con ellos."
"¡Qué más da! De todas maneras el español tampoco es nuestra lengua original. Es más, si quisiéramos conservar nuestra verdadera lengua original tendríamos que aprendernos como chorromil dialectos: mixteco, kiliwa, oxil, otomí, cakchiquel, tacuate, huichol y como 49 más. ¡Así es que no manchen, patrioteros de chisguete!"
"¿Cuál es la verdadera causa por la cual no nos enseñan desde el kínder a hablar inglés? ¡Por acomplejados! Existe un odio ancestral hacia los gringos nomás porque son más exitosos que nosotros. Afortunadamente nuestras nuevas generaciones no escucharon la filosofía 'echeverrista' y cada vez tienen menos ese complejo. Y con la globalización en las comunicaciones, ya muchísimos chavos han tenido que aprender el inglés para poder meterse al mundo cibernético."
"Hay 55 países en el mundo que han adoptado ese idioma como 1a. o 2a. lengua oficial y han progresado enormemente. Por ejemplo, si un americano habla a un número 1-800 para consultar algo de su tarjeta de crédito, lo más probable es que le contesten en perfecto inglés desde la India, Nigeria o Singapur, porque son países bilingües y ahí están los Call Centers de las grandes compañías mundiales. ¿Y eso qué significa? Miles de empleos, cultura bicultural y avance económico. Nomás."
"Fíjense lo que está pasando en el mundo, veamos a los chinos: son comunistas, tienen otro alfabeto, otra cultura, viven a 13,000 km. de EU y están enseñando inglés a sus niños mucho más intensivamente que México, que estamos a 60 metros de los gringos (el ancho del Río Bravo), tenemos el mismo alfabeto y una cultura parecida."
"Sólo en Beijing existen más de mil escuelas de inglés, y hoy 250 millones de niños chinos están aprendiendo ese idioma en todo el país. O sea que hay 5 veces más chinos aprendiendo inglés que estadounidenses aprendiendo a hablarlo."
"Si la SEP y el bendito sindicato de La Maestra se preocuparan realmente por la educación de nuestros niños, ya habrían establecido un programa masivo de creación de mexicanos bilingües. Pero como les vale sorbete, lo que deberíamos hacer, por lo menos los papás de las escuelas privadas, sería obligarlas a enseñar el 100% de las materias en ese idioma. ¿Por qué? Porque un individuo que es bilingüe tiene normalmente un coeficiente intelectual 32% más desarrollado. Esta gimnasia cerebral participa en todas las regiones del cerebro. Conocer un segundo idioma altera el sentido positivo de la estructura del cerebro, concretamente en el área que procesa la información. Según un estudio de la Universidad de York que publica la revista 'Psychology and Aging', los bilingües desarrollan más tarde la presencia de enfermedades mentales, como el Alzheimer o el Parkinson, que los monolingües."
"Tailandia y Malasia enseñan inglés 10 horas semanales en todas las escuelas a partir de 1er. grado; la mayoría de los países latinoamericanos 8 horas a partir del 7o. grado. México, 3 horas a la semana a partir de la prepa. O nunca."
"Chile ya adoptó el inglés como 2o. idioma oficial desde el 2004. ¿Y nosotros, cuándo nos vamos a quitar de complejos y de 'Maestras'?"
Alberto Martínez Vara
(v.blog del 25 de octubre de 2012).
"Mucha gente piensa, como el rector, que si se dedica más dinero a estos programas habrá mayores avances en la lucha contra la pobreza. A mí me parece que el asunto es mucho más complejo."
"En los países de Europa occidental los impuestos y las transferencias gubernamentales sí reducen de manera importante la desigualdad. En México la disminuyen muy poco, según la Cepal, o incluso la aumentan. La razón es que tenemos un regresivo sistema fiscal y de gasto público. De poco o nada sirve dar más dinero a esos 130 programas gubernamentales."
"Uno de los impuestos más importantes del estado mexicano es el IVA. Pero 45% de los productos, principalmente alimentos y medicinas, están exentos o pagan tasa cero. El beneficio de esta política fiscal es directamente proporcional al grado de consumo. Los ricos, que más consumen, son los que más lo aprovechan."
"En el impuesto sobre la renta las deducciones y exenciones están diseñadas para apoyar a los ricos. De hecho el sistema, en lugar de hacerse más progresista, se vuelve cada vez más injusto. Las deducciones a los intereses de hipotecas o a las colegiaturas privadas, impulsadas por gobiernos panistas, están hechas para beneficiar a quienes más tienen. Una familia que sólo puede alquilar una vivienda no tiene deducción, pero sí quien puede contratar un crédito bancario para adquirirla. En las colegiaturas sólo los padres de familia que pueden enviar a sus hijos a escuelas privadas pueden acogerse a la deducción."
"El mayor programa 'social' del gobierno federal es el subsidio [?] a los energéticos, particularmente a las gasolinas, la electricidad y el gas LP, pero éste también beneficia más a los ricos. Entre más pobre la familia, menor el subsidio energético. Los más marginados, quienes no tienen auto, viven en comunidades aisladas y deben cocinar y calentarse con madera o anafres, no reciben nada. Los grandes privilegiados de este subsidio son quienes tienen los vehículos de mayor tamaño y mayor consumo de gasolina."
"Algunos programas gubernamentales podrían ayudar a disminuir la desigualdad o la pobreza (que no son la misma cosa). La inversión en educación pública preescolar y básica, por ejemplo, reduce de forma significativa la pobreza. Sin embargo, la inversión en educación superior, que tanto ha defendido el rector, suele tener efectos regresivos porque beneficia más a las clases medias. Decisiones como la de eliminar la obligatoriedad del inglés en las normales rurales son también retrógradas, ya que condenan a los más pobres a recibir una educación de inferior nivel."
"Los programas sociales focalizados, como Oportunidades de México o Bolsa Família y Fome Zero de Brasil, han demostrado su eficacia para paliar la pobreza, pero también generan dependencia. Después de un tiempo a algunas familias les conviene mantenerse en la pobreza para seguir recibiendo el subsidio."
"El único camino verdadero para combatir la pobreza es la inversión y la generación de empleos productivos. Sólo que a muchos les parece demasiado largo. Por eso prefieren el camino fácil de repartir dinero... que da kilometraje político pero no ayuda a los pobres."
Sergio Sarmiento
(v.periódico El Siglo de Durango del 1o,de noviembre de 2012).
"Desde el año 2000, cuando la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico comenzó a elaborar el Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes -PISA por sus siglas en inglés- la educación finlandesa ha acaparado sistemáticamente las primeras posiciones. Asimismo, este país ha sido considerado como el mejor del mundo en cuestiones educativas por la Organización de las Naciones Unidas, así como por prácticamente todos los estándares internacionales."
"Esta historia es aún más sugestiva cuando se considera que al concluir la Segunda Guerra Mundial, Finlandia era una devastada sociedad agraria con tremendas penurias económicas. La transformación del país se atribuye principalmente a su inversión en materia educativa, pues a partir de la década de los sesenta, los finlandeses se enfocaron en el desarrollo de conocimiento y habilidades que elevaran los niveles de productividad y el crecimiento económico. Actualmente, la principal industria en este país es la manufactura de electrónicos. Además, Finlandia tiene más investigadores per cápita que cualquier otro país en el mundo y está entre las cinco naciones líderes en innovación, competitividad internacional y emprendurismo.
"El éxito de dicho modelo ha despertado el interés de políticos, académicos e investigadores alrededor del mundo. Con el objetivo de entender a profundidad cómo funciona el proceso educativo de este país nórdico, el productor estadounidense Bob Compton, en conjunto con el investigador de la Universidad de Harvard, Tony Wanger, realizaron el documental titulado El fenómeno finlandés: El mejor sistema educativo del mundo."
"Aunque la producción contrasta la situación de la educación en Estados Unidos con respecto a la de Finlandia, en México ha motivado críticas y sátiras plasmadas en las redes sociales, pues al hacer un comparativo entre el modelo nórdico y el mexicano, el escenario nacional deja demasiado que desear. El sindicato y su polémica lideresa, la poca preparación de los maestros y los decepcionantes resultados en pruebas nacionales e internacionales fueron algunos de los elementos más recurrentes en los reproches virtuales."
"Las mentes jóvenes"
"Los finlandeses tienen claro que la educación es la llave para el desarrollo de un país, y por tanto, debe ser considerada como una prioridad en todos los niveles. Políticos, directores y maestros han comprendido que el recurso más valioso que posee el país es precisamente el desarrollo de las mentes jóvenes. En esta misma línea de ideas, la política educativa del país está orientada en aportar herramientas efectivas que permitan a su población competir internacionalmente. Todo parece indicar que un futuro próximo los profesionistas mejor preparados del mundo estarán en Finlandia."
"La educación en este país europeo se ofrece a todos por igual sin importar sus antecedentes y es gratuita hasta entrar a la universidad. Además de las clases, los alumnos también reciben de manera gratuita la comida que se les ofrece la escuela, los libros y el material escolar."
"Los niños finlandeses van por primera vez al colegio a los 7 años de edad y son pocos los que acuden a una guardería antes de esto. Durante los primeros 6 años de la primaria tienen al mismo maestro en todas o en la gran mayoría de las materias, pues esto contribuye a la estabilidad emocional del pequeño estudiante. Asimismo, durante los primeros años no hay calificaciones numéricas y se evita la comparación entre los alumnos. Prácticamente no se aplican exámenes hasta la preparatoria y los estudiantes dedican cuando mucho 3 horas a la semana a sus tareas fuera de aulas."
"El documental busca entender el sistema educativo desde la perspectiva de los estudiantes. El ambiente en una escuela finlandesa es completamente relajado, los alumnos se refieren a sus maestros por su primer nombre y el tamaño de los grupos es reducido para fortalecer las relaciones y hacer el aprendizaje más personal. Es importante destacar que no hay un concepto de 'grupo' como tal, sino que los profesores acompañan el proceso de aprendizaje individual de cada alumno. Lo anterior da posibilidad de asistir debidamente a aquellos alumnos que tienen problemas de aprendizaje. Además, se busca que el proceso educativo sea práctico y dinámico. Por tanto, muchas escuelas han incluido un sistema vocacional en la preparatoria que permite a los alumnos adquirir las habilidades requeridas para obtener un trabajo calificado."
"Los maestros, el secreto"
"Tony Wanger pone énfasis en lo que muchos consideran como el secreto del éxito de la educación en Finlandia: los maestros. Impartir clases en este país nórdico es un gran honor, reconocido socialmente, producto del esfuerzo y de la preparación. Se dice que las pruebas más difíciles a nivel nacional son aquellas que hay que superar para ser acreditado como docente. Para ejercer esta profesión, se deben estudiar 3 años de carrera más 2 de maestría. Además, se debe haber obtenido una calificación superior a 90% en el promedio de bachillerato y demostrar habilidades sociales y pedagógicas, pues los expertos no necesariamente saben cómo conducir el proceso de enseñanza."
"Los mejores maestros imparten clases en los primeros años de enseñanza, pues es entonces cuando se aprenden los conceptos básicos que estructurarán la vida futura del estudiante. En realidad, ser maestro de primaria en Finlandia es considerado como uno de los máximos honores nacionales."
"Dada la meticulosa selección de los docentes, éstos tienen mucha libertad en cuanto al programa que imparten. Aunque existen ciertos lineamientos, son muy pocas las reglas curriculares y muy alta la flexibilidad del programa académico frente al criterio del maestro. De este modo, los docentes se convierten en facilitadores del conocimiento, enseñan a los estudiantes a pensar e innovar, en vez de memorizar y repetir. La filosofía del sistema se basa en hacer entender a los estudiantes que si aprenden tendrán retribuciones en la vida, y por tanto es una decisión personal; en ningún momento se concibe como una obligación."
"Finlandia se ubica entre los 5 países menos corruptos del mundo y este sentido de comunidad y transparencia permea en su sistema educativo. La producción documental hace evidente que el sistema finlandés se fundamenta en la absoluta confianza entre sus componentes. El Ministerio de Educación confía en los gobiernos locales, quienes a su vez confían en los directivos. Éstos depositan su confianza en los maestros, que finalmente confían en los alumnos. Los finlandeses están convencidos de que al depositar la confianza en una persona, ésta se desempeñará mejor pues se siente verdaderamente tomada en cuenta."
"Como consecuencia natural, los padres de familia confían plenamente en el sistema de educación, y aunque en ningún momento presionan a sus hijos, se hacen presentes en su proceso educativo; están conscientes de que son los primeros responsables en la formación de los jóvenes."
"El mecanismo realmente funciona, pues además de obtener sobresalientes resultados en pruebas académicas, el país nórdico ha obtenido la primera posición en el Índice de Adelanto Tecnológico de las Naciones Unidas y el segundo lugar en el Índice de Economías del Conocimiento del Banco Mundial. Aunque es contundente la excelencia de su sistema educativo, los finlandeses consideran que aún hay muchos aspectos por perfeccionar. Se han fijado una serie de metas rumbo al 2020 con el objetivo de hacer el aprendizaje todavía más práctico y desarrollar en los jóvenes mejores habilidades de pensamiento."
"La brecha entre el sistema de educación finlandés y el mexicano es enorme. Con un promedio de escolaridad de 8.5 años es evidente que la educación en México está muy por debajo de los estándares internacionales. Aunque el sistema educativo mexicano padece graves problemáticas, la ciudadanía debe asumir la educación como una prioridad impostergable, pues sólo así el país logrará apuntalar un futuro prospero en este siglo caracterizado por la innovación y el conocimiento."
"TRISTE REALIDAD"
"De acuerdo con datos de la OCDE, en 2010, el 50% de los estudiantes mexicanos de 15 años no contaban con habilidades mínimas de comprensión lectora o matemáticas básicas."
"En los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA) 2009, en la que participaron 65 países, México se ubicó en compresión lectora en el lugar 48, en nivel de matemáticas, la posición fue la 50."
"La OCDE considera que estar en los niveles que México obtuvo en lectura en 2009 significa que al terminar la secundaria o cursar el 1er. año del bachillerato los estudiantes apenas reconocen en un texto ideas sencillas. En este mismo informe, dentro de los miembros de la OCDE, organización a la que México pertenece, nuestro país está en el último lugar en educación. Ostenta la posición 30 de 30."
"En tanto, en el Informe de Competitividad del Foro Económico Mundial 2012-2013, México ocupa el lugar 118 de 144 en lo respectivo a la calidad de la educación primaria, en secundaria tiene el lugar 124 de 144 por lo que toca a matemáticas y ciencias."
"En los resultados de PISA 2006, que se enfocó en la ciencia, en los que Finlandia ocupó el 1er. puesto, México fue el último de los 30 países de la OCDE con 410 puntos, por detrás incluso de Turquía (424) y Grecia (473), y también por debajo de Chile (438) y Uruguay (428). En ese momento se estableció que las diferencias por nivel de conocimiento en ciencias entre los alumnos finlandeses de 15 años y los mexicanos de esa misma edad, primeros y últimos en la clasificación de la OCDE, equivalen a 4 años de formación educativa."
"El informe 'Panorama educativo 2012' preparado por la OCDE señala que México es el único país en el que tener educación superior no necesariamente se traduce en una oportunidad para obtener un empleo mejor. El reporte también señaló que los jóvenes que no estudian ni trabajan, conocidos como nini, aumentaron, por lo que México ratificó su 3er. lugar entre los países miembros del organismo, al tener el mayor número de la población joven en esa condición."
Gilda Colin Bracamontes
(v.pág.6-B del periódico El Informador del 11 de noviembre de 2012).
"La motivación del arzobispo Gezelius, era hacer avanzar la reforma de Martín Lutero, que propugnaba reemplazar la liturgia de la Iglesia Católica por una relación más personal de los fieles con Dios, para lo cual era necesario que aprendieran a leer la Biblia."
"El resultado fue que los finlandeses de entonces, que ardían de pasión por alguna dama y querían casarse, no tuvieron más remedio que aprender a leer. Y con el tiempo, el hábito de la lectura se expandió en el país, al punto de que hoy el diario más importante de Finlandia -el Helsingin Sanomat- tiene una tirada de casi medio millón de ejemplares, una de las más altas del mundo en relación con la población del país."
"¿Cómo hizo Finlandia para pasar de ser un país agrícola que sólo exportaba madera a ser un exportador de alta tecnología? Se le preguntó a su ex presidenta Tarja Halonen: 'El secreto es muy sencillo y se puede resumir en tres palabras: Educación, educación y educación', respondió."
"En las últimas décadas, Finlandia invirtió más que casi todos los otros países en la creación de un sistema educativo gratuito y en la investigación y el desarrollo de nuevos productos. Eso le permitió al país pasar de ser una economía agraria, basada en la industria maderera, a tener una industria de tecnología avanzada."
Trinidad Terrazas Gastélum
(v.pág.31 del periódico Milenio Jalisco del 16 de noviembre de 2012).
"No hay en México una investigación que permita calcular los daños causados por la corrupción. La extendida complicidad oscurece este tipo de delitos. Cálculos de gobiernos y compañías trasnacionales que presupuestan sobornos cuando invierten en México hacen saber, con base en informes fáciles de consultar, que nuestro país se coloca entre los más corruptos del mundo. Desde la mordida al agente de tránsito hasta los premios de literatura a plagiarios, pasando por el tráfico y explotación de personas en las fronteras, la riqueza insolente de líderes de obreros traicionados, la importación con permisos oficiales de alimentos nocivos, los cambios de uso de suelo en perjuicio de vecinos, la protección a grandes minoristas, el robo de medicinas a los pobres, la entrega de concesiones y permisos sin licitación y la impunidad de los culpables son el pan nuestro de cada día.
No es casual que los países con mejor calidad de vida tengan menor nivel de corrupción: Noruega, Suiza, Singapur; mientras los lugares corruptos albergan a los más miserables como México, Nigeria o Haití. Sería una estupidez adjudicar a una sola causa la pobreza de la mayoría de las naciones. Cada una tiene su catálogo de motivos de acuerdo a su lugar en la geografía, la historia, la economía, la educación. Y si usted quiere échele la culpa a Dios o a la suerte, pero advierta que en ellos existe un factor compartido, un denominador común: la corrupción.
Jacobo Zabludovsky
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 3 de diciembre de 2012).
"Una de las características de estos envidiados países, en lo que a idiosincrasia se refiere, es que su gente tiene el espíritu de hacer las cosas bien, van por la perfección, por la exactitud, por el perfecto ensamblaje, por una extrema dedicación que exige concentración y disciplina, lo mismo si se trata de la sofisticada filigrana de los orfebres asiáticos aplicada a las artes, que de su no menos sofisticada capacidad para la orfebrería que exige su avanzada tecnología. Lo mismo ocurre con las potencias europeas: la comunidad está aplicada a hacer bien lo que hace todo el tiempo, por eso su gente es impecablemente puntual, por eso también los engranajes de su sistema de vida funcionan con admirable exactitud, y saben cómo enfrentar sus crisis. Para lograr estos resultados no han necesitado ni siquiera de maestrías y doctorados, aún la gente del medio rural o la que no llegó a los altos grados de la educación, tiene esa misma actitud, unida al respeto, lo cual se ve desde la limpieza de sus calles, parques y colonias, en la solidaridad laboral, en el amor genuino al trabajo muy bien hecho, y en el esfuerzo sostenido."
"Pero nadie puede mejorar lo que hace si no es por medio de una férrea disciplina, esa disciplina dura y tenaz que explica los muchos premios que logran los deportistas mexicanos con discapacidades, frente a los pocos resultados que dan los deportistas que, teniéndolo todo a su favor, carecen de disciplina, de carácter, de actitudes a favor de hacer siempre mejor lo que hacen."
"La reforma educativa debe incluir un vasto programa para la transformación de las actitudes sociales del mexicano, comenzando desde el ámbito familiar, crisol que fragua el carácter de los niños o lo echa a perder en aras de no exigirle, de no hacerlo sujeto de las obligaciones que debe adquirir a medida que va creciendo. Esta reforma social tendrá que apostarle mucho al campo de la responsabilidad social, y en su momento, deberá contar incluso con las medidas correctivas que las circunstancias exijan, aplicadas desde otra postura, desde luego, y al margen de la corrupción."
Armando González Escoto
(v.pág.6-B del periódico El Informador del 6 de enero de 2013).
Daniel González Romero
(v.pág.18 del periódico Milenio Jalisco del 25 de enero de 2013).
"Los seísmos que tienen lugar en Turquía no son ni lejanamente tan intensos como los que ocurren aquí en México pero la laxitud de las normas de construcción en aquella nación hace que sean mucho más mortíferos (podemos ufanarnos, por una vez, de tener una sólida cultura de prevención de daños por temblores de tierra); las autoridades cubanas suelen organizarse tan eficazmente durante los huracanes que el parte de bajas es mínimo mientras que en Haití las consecuencias son devastadoras; las carreteras de Europa occidental son infinitamente más seguras que las de cualquier territorio de nuestro subcontinente y hay un número sustancialmente menor de accidentes mortales; en fin, la realidad de los números y las estadísticas salta a la vista."
"Más allá del reconfortante espesor de las columnas de nuestros edificios, en México no nos distinguimos particularmente por una cultura de la prevención. Y tampoco ejercemos un civismo que garantice la seguridad de los demás. Más bien al contrario: vivimos en un país donde andar en bicicleta es muy riesgoso, donde los transeúntes tienen que correr para evitar la embestida de coches que no se detienen en los pasos peatonales y donde las carreteras están tan mal señalizadas que viajar de noche es una auténtica prueba para las capacidades del conductor."
"Naturalmente, no hay manera de que un sistema social caracterizado por una abismal desigualdad pueda proporcionar, en los hechos, garantías verdaderas para todos sus ciudadanos."
Román Revueltas Retes
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 3 de febrero de 2013).
Por eso están donde están y tienen la educación que tienen... porque se respetan y respetan su futuro que son los niños... Yo le llamo a esto Actitud... esto es lo que hace la diferencia siempre: ¡Actitud!
(Recibido por e-mail el 23 de febrero de 2013).
"Tal es el caso de las escuelas KIPP, The Knowledge is Power Program Academies, una red de escuelas públicas que arrancan desde kínder hasta la preparatoria, situadas en zonas marginadas de 20 estados de la Unión Americana, cuya misión es educar para ser más competitivos en la vida, bajo el concepto de 'el conocimiento es poder'."
"El sistema KIPP provoca la asociación entre los padres de familia, estudiantes y maestros haciéndoles firmar un documento llamado 'Compromiso a la Excelencia', el cual asegura que cada quien hará lo que sea necesario de su parte para que el estudiante aprenda en serio."
"Los maestros son capacitados para el alto rendimiento, los alumnos tienen jornadas de 10 horas diarias, asisten a la escuela 2 sábados al mes y complementan el año escolar extendido con 3 semanas de clases durante el verano. Una total inmersión al aprendizaje para alumnos, pero con el involucramiento absoluto de padres de familia."
"La filosofía de KIPP se basa en que el negocio de los educadores es educar, y el negocio de los estudiantes es aprender; entonces no habrá excusa, ya que cualquier jovencito, dándole el tiempo y la instrucción apropiada, podrá lograr la excelencia."
"Los resultados de las escuelas KIPP han arrojado que ¡90 % de sus alumnos se gradúan de alguna carrera universitaria! Y más relevante aún es que ¡9 de cada 10 alumnos son afro-americanos o de origen hispano!"
"Este ejercicio, que inició en 1994, por iniciativa de Dave Levin and Mike Feinberg en el Bronx de Nueva York y Houston, respectivamente, en el año 2000 recibió el apoyo económico de la familia Fisher, fundadora de la cadena de tiendas de ropa GAP, para ampliar el concepto a 125 escuelas y atender a más de 40,000 estudiantes."
"Hace 2 años, el Grupo LALA llevó el concepto a dos escuelas públicas de Torreón, y desde 2012 FEMSA está haciendo lo propio en Monterrey."
César de Anda Molina
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 19 de marzo de 2013).
Trinidad Terrazas Gastélum
(v.pág.31 del periódico Milenio Jalisco del 31 de mayo de 2013).
"Mexicano nacido de padres japoneses que emigraron al país, tiene una rica visión comparativa entre las carencias y riquezas de los 2 países que lo han formado."
"El secreto que ha hecho posible que hoy Carlos Kasuga sea reconocido como un empresario inspirador han sido sus ganas de aportar al país que le dio asilo y prosperidad a su familia, así como su continua preocupación por la calidad, la puntualidad y la limpieza, cuestiones que, asegura, hace falta fomentar en la cultura mexicana."
"'Lo que falta para que prospere la cultura emprendedora es un poco de amor hacia el país y creernos la responsabilidad de que México es nuestro hogar y en él está nuestro futuro. Falta que la educación sea formativa y de valores, no sólo de conocimientos, porque los valores no tienen maestrías ni doctorados', asegura."
"Que el sistema educativo migre hacia un esquema donde se privilegien la puntualidad, el compromiso y el trabajo en equipo, por ejemplo, en lugar del 9 sobre el 7, hará que, cuando un estudiante se incorpore a la vida activa del país, sus aportaciones vayan mucho más allá de ser un empleado que lo único que espera es su quincena y la hora de la salida."
"'Nuestra educación del ‘no hagas esto ni lo otro’, y ‘contesta siempre mande usted u ordene usted’ hace que 86% de la fuerza laboral del país salga a trabajar por la necesidad de un mísero sueldo, con el miedo a que lo corran o lo sancionen y sintiéndose incapaz de proponer o innovar, porque sólo lo han enseñado a obedecer', puntualiza."
"Él no se siente extranjero sino mexicano, pero admite con tristeza que las grandes empresas de este país están dirigidas por extranjeros y que, en general, los mexicanos terminan siendo la mano de obra o quienes realizan el trabajo pesado y, desde luego, quienes menos beneficio económico obtienen de su esfuerzo."
"El dilema está en que otros ven en nuestro país las riquezas que nosotros no vemos. Para lograrlo, dice, hace falta viajar, leer mucho y dejar de ver televisión. Darnos cuenta de qué tiene nuestro país que otros no tienen y ser creativos."
"Su mensaje es que cualquiera puede ser empresario, pero, si quiere prosperar, ha de ser disciplinado y justo con su equipo. El primero en llegar y el último en irse de la empresa, ordenado y confiado en sus colaboradores, a quienes debe motivar. Debe estar dispuesto a hacer más de lo que se le pide porque sólo así inspirará a otros a que también se entreguen y el proyecto pueda despegar."
"Ser integrales, congruentes desde la preparación académica, perseverantes en el emprendimiento y, en caso de que lo que nos corresponda sea emplearnos, proponer, entregarse el doble aun cuando nuestro trabajo parezca insignificante, y saber que cada día hay una oportunidad de superación, hará que en el conjunto este país consiga ser mejor."
"'Quisiera pedir a los jóvenes que dejen de protestar y se unan a las soluciones. Que sean conscientes de que su misión es ser líderes y participen, porque, para que nos vaya bien en lo individual, primero tiene que irle bien a México'."
(V.pág.2-B del periódico El Informador del 6 de julio de 2013).
"Israel, no muy lejos de India, igualmente asentado en principios milenarios semejantes, observa el valor de la disciplina con 3 años obligatorios de instrucción militar a los jóvenes, además, exámenes estrictos para el ingreso y seguimiento de estudios superiores, a fin de crear egresados cuya capacidad es motivo de aprecio convincente en empresas y gobiernos de gran parte del mundo."
"Honestidad de autoridades, capacidad de la población y disciplina conjugada para el aprovechamiento individual integran el núcleo."
Carlos Cortés Vázquez
(v.pág.3-B del periódico El Informador del 21 de julio de 2013).
"Es preciso alinearnos, modernizarnos, responsabilizarnos de nuestro entorno y sobre todo, cumplir y respetar las leyes, que para eso fueron creadas. Abrir nuestras mentalidades, actualizarnos en los modelos nuevos de negocios, en la tecnología, de la economía mundial, para poder acceder a otros mercados. El gobierno deberá actuar en nombre del interés público, en nombre de los habitantes de este país y sus derechos. Deberá hablar y aclarar las reglas del modelo económico que actualmente nos rige y del escenario de juego en el que todos participamos."
"Para que nuestro país crezca de manera ordenada y exitosa, el gobierno tendrá que crear la capacidad de regular y reformar en nombre del interés público y dejar a un lado el partidismo y la forma de ejercer la política que hasta hoy, tanto daño ha causado a la nación."
"Tendrá que tomar decisiones que desaten el dinamismo económico, que fortalezcan la capacidad regulatoria del Estado y contribuyan a construir mercados, que promuevan la competencia y gracias a ello, aumenten la competitividad. No se trata de hacer giras internacionales hablando bien del país, se trata de demostrar que en México contamos con la seguridad y la seriedad que se necesita para contemplar a México como un país digno de invertir y vacacionar en el. Hechos, no palabras."
"Será indispensable que el gobierno utilice la capacidad del Estado para contener a aquellos con más poder que el gobierno, con más peso que el electorado, con más intereses que el interés público."
"¿Cómo es posible en un país tan grande y con tantas riquezas humanas y naturales, sea más poderoso cualquier líder sindical -a todas luces corrupto- que el mismo presidente de la república? Algo anda mal y hay que corregirlo, si queremos ser competitivos y excelentes. Un país realmente competitivo es aquel que ofrece, primero que nada, seguridad pública, seguridad en la inversión, seguridad en la vida diaria, En pocas palabras, la competitividad -factor indispensable para atraer la inversión- está vinculada a la competencia,"
"El crecimiento económico está ligado a la competencia. La innovación y por ende, el dinamismo y la creación de empleos, se desprenden de la competencia. La inversión que se canaliza hacia nuevos mercados y nuevas oportunidades es producto de la competencia y de nada más. Es la competencia el acicate que nos hace progresar y querer ser mejores."
"Cuando el mundo vea la efectividad de la fuerza del Estado y el compromiso por guardar las leyes y el orden, entonces, solo entonces, se convencerán de que México es un país competitivo, próspero y digno de apostar por él. "
Trinidad Terrazas Gastélum
(v.pág.34 del periódico Milenio Jalisco del 26 de julio de 2013).
"Los esfuerzos por disminuir y aún abatir la desigualdad son insuficientes con el solo planteamiento asistencial propalado en las promesas políticas, que aún con buena intención, carecen de solidez sin el cambio cultural y voluntad de las propias familias marginadas, directamente afectadas, donde germinan indiferencia, inseguridad, vagancia, crimen, prostitución, mendicidad y todo aquello denominado con el genérico peligroso al que alude en Brasil el Papa Francisco."
Carlos Cortés Vázquez
(v.pág.4-B del periódico El Informador del 28 de julio de 2013).
"En otras sociedades, como la nuestra, coinciden por lo menos dos tipos de patriotismo: el popular, que le apuesta a celebrar lo que se es del modo que ello sea, no con ocasión, sino so pretexto de acontecimientos históricos míticamente valorados, medianamente conocidos, pero que dan rienda suelta a una especie de parranda identitaria asumida, no necesariamente de manera racional, donde los sentidos tienen la primacía, y la realidad presente se diluye. El otro patriotismo es el ilustrado, que siente un profundo orgullo por la Historia, por el pasado glorioso de la patria que conoce y aprecia, pero de ahí no sale, vivir y revivir las glorias del pasado es como una venda que les ahorra la visión de un presente en blanco y negro que nadie quiere cambiar."
"El patriotismo cívico de las naciones desarrolladas, sin desconocer sus raíces históricas, construye un modelo real de lo que se quiere ser, no una entelequia metafísica; por lo mismo su gloria reposa sobre las acciones que cumple aquí y ahora y cuyos resultados están a la vista de los ojos, no de la imaginación. Es un patriotismo enérgico, a flor de piel, unánime, porque se está edificando cada día; ahí no hay discursos acerca del 'México que queremos o merecemos ser' sino del país que ya se es y se sigue haciendo con resultados bastante efectivos que realmente benefician la vida concreta de las personas, no en el futuro posible, sino en el hoy verificable."
"México sigue celebrando sus fiestas 'patrias' entre lo popular y lo ilustrado, en un escenario complejo, con una reforma energética y hacendaria exclusivamente preocupadas por obtener más recursos, no en revisar, modificar, concursar y transparentar el uso que de ellos se hace, ni mucho menos obtenerlos de quienes nunca los han aportado, una reforma educativa contestada donde derechos y deberes se mezclan y confunden, bombardeada la sociedad por anuncios partidistas tan demagógicos y anacrónicos como el manido lema de que 'el petróleo es nuestro', cuando en realidad nunca lo ha sido, o que la reforma hacendaria es de beneficio 'social', siendo que golpea tan sensiblemente la economía del trabajador cautivo."
"Las fiestas patrias en este contexto, tienen mucho de fiesta, pero nada de patria, si por patria entendemos la experiencia de estar realmente construyendo un país que mejora continuamente, contribuyendo al fortalecimiento de una economía incluyente, de una productividad competitiva, en condiciones de certeza y seguridad para todos, organizados para depurar la función pública, logrando una gestión efectiva de la civilidad que nos compromete a todos."
Armando González Escoto
(v.pág.3-B del periódico El Informador del 15 de septiembre de 2013).
"Un punto en el que no existió discusión alguna entre los Rectores fue el que la educación nunca es considerada un gasto, sino que en cada uno de sus países es valorada como la mejor inversión posible en beneficio de la persona, la familia, la empresa y el país. Y esa coincidencia no es sólo la que manifestaron 17 rectores con los que he dialogado a lo largo de 2 sesiones en una mesa redonda en Estambul. Es el planteamiento que hace la OCDE, la Unesco, el British Council y cuanto organismo mundial que tenga que ver con el tema educativo."
"Yo diría que el propio gobierno mexicano, en la exposición de motivos que realiza en la reforma hacendaria, participaría de la misma opinión al declarar que el libro como instrumento de difusión cultural y educativa está exento del IVA, pero en cambio sí considera un gasto al consumo la colegiatura que el padre de familia paga a la institución educativa en la que, para cumplir con el imperativo de la libertad de enseñanza, ha querido que estudie su hijo."
"Todos los países con los que tenemos relación están realizando un serio esfuerzo en favor de la mejora integral de la enseñanza. El mismo gobierno mexicano está afrontando cualquier tipo de reacciones callejeras con tal de mantener esa promesa de campaña del presidente Peña Nieto de mejorar sustancialmente la calidad de la educación. Por ello creo que hay una gravísima incongruencia entre lo que se plantea en el terreno educativo y lo que se propone en el terreno hacendario."
"Ojalá el propio gobierno se dé cuenta de esta incongruencia, que se dé cuenta que detonaría tal imposibilidad de muchos padres de invertir en la educación de sus hijos, que decenas de miles abandonarían las aulas promovidas por la libre iniciativa de los particulares para engrosar las filas de los ninis o para pedir lugar en las escuelas promovidas por el gobierno, gracias a los impuestos, y que con ello dejaría lejísimos esa otra promesa de campaña de terminar el sexenio con una cobertura del 40 por ciento, en lugar del 29% con que comenzó."
"Ojalá dé marcha atrás a una decisión que no sólo no beneficia a las finanzas públicas, sino que le supondrá al gobierno un gasto mayor en el sistema de enseñanza pública."
Juan de la Borbolla Rivero, presidente de la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior
(v.pág.7 del periódico Mural del 19 de septiembre de 2013).
Cuauhtémoc Cisneros Madrid
(v.pág.10-A del periódico El Informador del 30 de septiembre de 2013).
"¿Qué es lo erróneo en estas afirmaciones? La respuesta es muy simple. Las realidades sociales, culturales y, sobre todo económicas de los países, son diferentes. Estoy de acuerdo en que los maestros suecos pueden ser magníficos, pero también lo son las escuelas, el nivel de vida y los servicios de salud. Los profesores no se preocupan por unos pesos más al mes o se someten a evaluaciones porque saben que la estructura social y económica de la sociedad los sostienen. Los trabajadores alemanes son productivos, estoy seguro de ello, pero también estoy seguro de que ganan mucho más que los trabajadores mexicanos. Sinceramente, ¿cómo se puede exigir que el trabajador mexicano piense en el trabajo, si le preocupa lo que comerán o vestirán sus hijos?"
"Yo sé que muchos economistas y periodistas consideran que estas consideraciones entran en el rubro que asocian con la palabra, para ellos terrible, de 'populismo'. Cualquier consideración que tenga que ver con cambios estructurales o con el aumento de niveles de salarios es una política similar a las venezolanas, como ellos las califican, y pretenden que con esto quede resuelto el problema."
"Es simplemente ingenuo, o muy perverso, pretender que grandes capitalistas están en igualdad de condiciones que trabajadores o pueblo en general. No lo están, y es necesario que la sociedad o su representante, o sea, el Estado, traten de equilibrar la situación."
"Otro freno al desarrollo de nuestra productividad se da, también, por condiciones culturales reforzadas en muchos casos por la comunicación de los medios. A los mexicanos nos encanta premiar el esfuerzo por encima de los resultados."
"En incontables ocasiones alumnos de las más variadas universidades se han acercado a mí para pedirme que reconsidere su mala nota en algún trabajo o examen con el argumento: 'es que me costó mucho trabajo'. No entienden, su marco de referencia se los impide, que no importa el esfuerzo, sino el resultado."
"Los programas de televisión populares parecen reforzar esta idea, de la misma manera que antes lo hizo el cine. Vemos a Pedro Infante trabajando duro, pero ineficientemente, para mantener a su familia, lo mismo que vemos en los programas televisivos gente con varios trabajos para apenas sobrevivir."
"¿Qué no vemos? No vemos empresarios. No está bien visto volverse dueño de un medio de producción que genere trabajo y riqueza, no lo ve bien la sociedad, y el gobierno tampoco lo ve bien. El pequeño empresario se vuelve sospechoso, los trámites se multiplican y la fiscalización ahoga."
"Incluso, las campañas que aplauden el trabajo individual 'alternativo' se centran en el autoempleo, trabajar de manera individual como vendedor o fabricante de artesanía, y poco en construir reales fuentes de trabajo."
Gabriel Páramo
(v.pág.33 del periódico Milenio Jalisco del 11 de octubre de 2013).
"'En México hay tanta pobreza y algunas de las personas en esta condición están tan desfavorecidos que incluso una cantidad modesta de recursos puede hacer una diferencia', señaló."
"Krugman reconoció que en México se han logrado reducir los niveles de desigualdad en los últimos 10 años, pero hay una serie de retos a resolver."
"'Tiene estos problemas de seguridad pública que limitan seriamente el potencial; la infraestructura que es sumamente inadecuada y que incluso es más deficiente que la de otros países emergentes; y está el tema de la educación, donde México históricamente no ha provisto una calidad de educación básica buena y acorde al nivel económico del país', puntualizó."
"La ausencia de un sistema sofisticado en educación es responsable de la gran cantidad de recursos que ahora tienen que invertirse para desarrollar capacidades."
"'Educa a niños de 5 años hoy y tendrás una excelente fuerza de trabajo en 20 años, tomará tiempo pero es ahí donde se tienen que concentrar los esfuerzos, difícilmente México llegará a ser una economía desarrollada hasta que el nivel educativo no se eleve', enfatizó."
"El pensador señala que el sistema de mercado en el país debería volverse más funcional."
"'El enfoque para mejorar la economía debe de ser uno de mitigación y no de transformación'."
"'Históricamente ya se han intentado economías que no son de mercado, que se ha probado no han funcionado; pero también demasiada libertad al mercado tampoco resulta porque una desregulación de las finanzas sólo ha incrementado la inestabilidad', ejemplificó."
"'Hay que mejorar el sistema de reglas del sistema financiero y reforzar las capacidades del ambiente laboral'."
"'Antes había movimientos laborales y sindicales que promovían mejores condiciones para los trabajadores y si bien es cierto que algunos abusaron de sus prerrogativas lo cierto que sí contribuyeron para formar una mejor sociedad', enfatizó."
(V.Terra Economía del 7 de noviembre de 2013).
Esos alumnos son el futuro de Japón.
Quizás podamos aprender un poco de la cultura, el desarrollo y la filosofía de los japoneses.
"Pero, por supuesto, en esos países que están registrando avances muy acelerados en la educación (no sólo los nombrados sino también Estonia, Vietnam, la mayoría de los de Europa del Este, además de prácticamente todos los importantes de la Comunidad Europea, a pesar de la crisis), los maestros no hacen bloqueos, van a clases, las escuelas están dignamente equipadas y la competencia de alumnos y de maestros se evalúa en forma constante. Hay algo más: en todos esos países la educación está íntimamente relacionada con las necesidades y exigencias del mercado de trabajo y en función también de la competitividad de cada nación. La relación entre la educación y la competitividad laboral es directa, consciente y, por lo tanto, la responsabilidad de quien enseña, de quien aprende y de quien ofrece y genera empleos es directa y recíproca. Con un punto adicional: en esos países, la educación está relativamente equilibrada entre sectores de mayores y de menores ingresos, entre ricos y pobres. Por supuesto que, por ejemplo, en la China rural la educación es diferente que en Shangai, pero lo importante es que en esos polos de desarrollo de la nación asiática (como en los otros países con alta calificación en la prueba Pisa), la educación es de alto nivel pero accesible (ese alto nivel) para todos. Las nuestras son diferencias casi astronómicas entre quienes pueden recibir una educación de calidad y quienes tienen escuelas de latón, sin pupitres y en ocasiones sin electricidad. Y allí se comprende que, a diferencia de lo que dice la Coordinadora, movilizar no es educar."
"No es casualidad que nuestros números sean igual de malos en educación que en corrupción. Ayer también se dio a conocer el índice de Percepción de la Corrupción 2013 de Transparencia Internacional y México retrocedió este año una posición y, siendo la décima (o undécima) economía mundial, estamos en el muy poco honroso lugar 106 de 177 países investigados. No se trata sólo de desarrollo: Uruguay está en el lugar 19 de ese registro, Chile en el 22, Costa Rica en el 49, Brasil en el 72. Entre los países de la OCDE, México ocupa la última posición, lejos incluso de países que viven una profunda crisis, como Grecia."
"La mala educación y la corrupción están íntimamente ligados y son males endémicos en el país. Quienes se oponen a la Reforma Educativa o a una apertura en el sector energético que permita hacer más eficiente y transparentes las actividades en esa o cualquier otra actividad productiva; quienes exigen en las calles y con violencia prerrogativas y privilegios sindicales, pero al mismo tiempo no tienen resquemor alguno en dejar sin clases a sus estudiantes durante meses y provocarles un rezago de años acumulados en su educación; los políticos que no tienen pudor en utilizar en su beneficios las becas que ellos mismos establecen para estudiantes de excelencia, como ha ocurrido en la Asamblea Legislativa del DF; todos ellos, y muchos más, son responsables de una situación que se retroalimenta recíprocamente: cuanto menos educada está una sociedad es menos competente y más pobre y eso la impulsa a ser también más corrupta. Y la corrupción alimenta la mala educación, porque se considera que ésta no es tan importante para avanzar en la vida. Y todo se traduce en mayor inseguridad y una peor calidad de vida."
"Sin educación y sin abatir la corrupción, nuestros avances en seguridad y economía, en calidad de vida y en la reducción de la desigualdad serán siempre menores, raquíticos, insuficientes. No hay secretos en ese ámbito ni tampoco se trata de devaneos ideológicos: los países que son exitosos en ellos tienen muy diferentes tipos de gobierno, pero en todos los casos lo que existe es una conciencia nacional de que una nación corrupta y mal educada no tiene lugar en el concierto internacional, en la carrera por la competitividad y el verdadero desarrollo."
Jorge Fernández Menéndez
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 4 de diciembre de 2013).
"De entre los países miembros de la OCDE, el nuestro es en el que más horas al año se trabaja (2317 contra 1381 en los Países Bajos) y el 3o. con los más reducidos ingresos por persona (14,653 dólares al año contra 54,214 en los Estados Unidos). En esta relación ya de por sí extraña, lo que más llama la atención es que, no obstante eso, al mismo tiempo sea el quinto con el más alto grado de satisfacción con la vida (felicidad). Así pues, una primera definición del mexicano diría: 'muy trabajadores, muy pobres, pero muy contentos y felices con la vida'."
"Más allá de lo chusco y anecdótico que pueda parecer esa situación, los datos muestran una realidad que no puede soslayarse y exige ser abordada con toda responsabilidad. En principio, una cosa es trabajar y otra producir y crear riqueza. Cuando se trabaja mucho y se sigue siendo pobre, es porque no se tiene productividad y porque las políticas públicas para la igualdad de oportunidades no están dando resultados."
"En México, el alto grado de satisfacción con la vida -cuando se tienen las más altas tasas de homicidios, de asaltos, de baja calidad del agua y de contaminación del aire- más que ser un indicador objetivo, lo es de índole personal, cultural, asociado a ventajas geográficas y/o a la disposición de recursos naturales. La felicidad no puede utilizarse como indicador para decir que la economía está bien y la desigualdad es baja. En Suiza, Noruega, Bélgica e Islandia su alta satisfacción con la vida (superior a la nuestra) se correlaciona también con su elevado nivel de ingresos, una baja desigualdad social y un medio ambiente limpio."
"Mientras Corea del Sur ha elevado su productividad en 2.4% cada año, en México ha descendido un 0.7% durante las últimas 3 décadas. Así mismo México avanza a pasos sostenidos en desigualdad: es ya el país más desigual de la OCDE, pues el 10% más pobre cobra 30.5 veces menos que el 10% de los que más ganan (el promedio de la OCDE es 9.6)."
"Para elevar la productividad y el ingreso se requiere mayor inversión en educación, ciencia y tecnología (como lo hizo Corea del Sur que septuplicó su ingreso en 30 años); mejores instituciones jurídicas; y reducir la economía informal, principalmente. Atenuar la desigualdad exige una política fiscal con rangos progresivos; eliminar subsidios generalizados al consumo; y elevar el gasto público destinado a los programas sociales, entre otras cosas."
"Debemos entender que trabajar muchas horas más no nos va a hacer más ricos y que nuestra felicidad no debe darse en un contexto de miseria y depredación ambiental, como si fuera una tragedia. Cuando en México se trabaje menos, se reduzca la desigualdad y se cuide el medio ambiente, nuestra felicidad será mejor que la de los países nórdicos. Si nuestra felicidad no adquiere sustento real, tarde que temprano la estabilidad social podría afectarse."
Javier Hurtado"A diferencia de Argentina, no fue la selección alemana la que ganó la pasada Copa Mundial, sino el pueblo alemán, su idiosincrasia, su sistema educativo, su organización política, su concepto de la administración pública, su estructura de asistencia social, su carácter permanente, su capacidad de concentración, su alto concepto de la responsabilidad individual y social, su capacidad bien probada de trabajo en equipo, su experiencia en la consecución de las metas más arduas, dentro de las cuales el deporte es apenas un aspecto, el más lúdico, desde luego, pero no por ello el que exija menos dedicación."
"Contando con el mismo porcentaje de infra y supra dotados que cualquier otro pueblo de la tierra, los alemanes logran que el resto mayoritario de su población trabaje para que los infradotados tengan más oportunidades y los superdotados den el máximo rendimiento, de ahí la enorme pléyade de científicos y profesionistas en todos los campos, y sobre todo, estadistas y funcionarios públicos de 1er. nivel."
"En el pasado siglo XX 3 veces se habló de un milagro alemán, en realidad no se trataba de milagros sino de aleccionadoras actitudes de colaboración y esfuerzo sostenido. Hace exactamente 100 años, en el mes de julio, Alemania inició la Primera Guerra Mundial, la sostuvo 5 años, la perdió, quedó arruinada, demolida y endeudada, y antes de 20 años ya era de nuevo una potencia mundial, dispuesta a iniciar otra guerra, la Segunda Guerra Mundial comenzada en 1939, sostenida hasta 1945, de nuevo perdida con resultados todavía más desastrosos, intervenida por las potencias aliadas, dividida en dos, con su infraestructura reducida a cenizas y una incontable pérdida de vidas humanas. Diez años después, la Alemania que permaneció libre había ya sorprendido otra vez al mundo por su increíble recuperación."
"La unificación alemana planteó serios retos a esta nación, los primeros años fueron inseguros, pero mientras las demás naciones hacían cálculos sobre los serios problemas que Alemania enfrentaba, los alemanes trabajaban con la concentración, dedicación e ingenio que les ha caracterizado, originando una nueva sorpresa, su actual liderazgo económico y político; Alemania era una vez más potencia mundial."
"Desde luego que el genio y la locura son vecinos cercanos, cultivar el genio y mantener la locura bajo control ha sido un trabajo exigente para esta nación; los descuidos a este respecto originaron dramas mundiales que no solamente pagaron los alemanes. Igual cuidado deben tener en el control de un cierto atavismo que con el menor pretexto se activa, el del culto primitivo a la fuerza física, y la tendencia a recaer en la barbarie de sus primeros años."
Armando González Escoto"Con mucho las diferencias entre civilizaciones y entre países tienen que ver con su cultura del trabajo (entendida como la actitud que se tenga ante el mismo; el cómo se le conciba y el para qué se realiza). No es lo mismo asumir el trabajo como una maldición, a sentirlo como un placer. No es lo mismo verlo como una simulación para recibir un sueldo, a entenderlo como un medio de realización personal para la creación de riqueza y de bienes de beneficio colectivo."
"En días pasados el magnate Carlos Slim propuso trabajar 11 horas diarias sólo por 3 días a la semana y elevar la edad de jubilación a los 70 o 75 años; lo que permitiría crear más empleo y reducir la carga de los sistemas de pensiones que otorgan jubilaciones a personas que aún están en edad productiva y tienen una esperanza de sobre vida de casi 25 años."
"Expresar oposición a esta postura argumentando que lo que se quiere es crear más pobres porque se trabajaría menos, significa no entender nada de la evolución de la humanidad ni mucho menos de la diferencia entre jornada laboral y productividad: el sentido de la evolución de la sociedad es hacia la reducción de la jornada laboral (no a su aumento ni conservación); así mismo, 'trabajar' todo el día no nos va a hacer menos pobres, si no creamos más bienes con menos recursos y en menos tiempo."
"Para demostrar lo anterior no necesitamos esperar a que transcurran siglos, o el arribo de una nueva revolución científica y tecnológica. El cambio ya está aquí y la innovación es constante. Hoy en día en los Países Bajos el promedio de horas trabajadas por trabajador es de 26.5; y el promedio en los 34 países de la OCDE es 33.9 horas por semana."
"Esto quiere decir que la propuesta de Carlos Slim (que sí es una 'buena idea' y no la de que todos los contribuyentes paguemos las pensiones de los trabajadores de 2 sindicatos) no es una ocurrencia ni está descabellada: simple y sencillamente propone que en México -que es el país miembro de la OCDE en el que más horas por semana se trabajan (44.5)- se trabaje el promedio que existe en esa organización de países a la que pertenece. No está proponiendo pasar de ser el que más trabaja al que menos trabaja."
"Pero lo interesante del asunto es que los que menos trabajan son los que más riqueza producen, mejores ingresos tienen y mejor calidad de vida disfrutan: Según datos del Banco Mundial para 2013, los Países Bajos (donde menos horas se trabajan) tienen un PIB per cápita de 47,617 dólares anuales, mientras que en México (el país que más trabaja) su PIB per cápita es de 10,307 dólares al año. Más claro ni el agua que disfrutan en esos países puesto que allá su índice de calidad [de vida] es de 94 y en México de 68."
"Debemos aspirar a trabajar menos y a vivir cada vez mejor. Para ello, se requiere discutir cómo podemos lograrlo, sin incurrir en descalificaciones infundadas. Si alguien quiere trabajar 12 horas diarias será su decisión personal. Pero, el aumento de la jornada laboral no puede ser política de Estado, sino su reducción."
Javier Hurtado"El tradicional Día de Muertos que desde hace siglos celebramos folklóricamente con floridos altares recordatorios, calaveras de azúcar, máscaras y visitas a los sepulcros que atestiguan lo mismo devociones familiares que música y borracheras, tiene como contraparte la fiesta norteamericana de difuntos del llamado Halloween."
"En esta festividad, los niños se regocijan con las tradicionales cabezas de calabaza y otros disfraces, yendo de puerta en puerta pidiendo dulces que los vecinos complacidos les dan... De tiempo atrás, esta costumbre ha ido desplazando paulatinamente la festividad nacional de día de muertos que nos es tan característica, para sustituirla por una costumbre ajena que forma parte del 'american way of life', estilo de vida al que nos hemos ido conformado en todo los órdenes..."
"Sin embargo, es de reconocerse que la adopción de la llamada costumbre del Halloween por los mexicanos, tiene su razón de ser, porque eso de contagiar a nuestros niños de muerte y de muertos desde temprana edad, no tiene sentido. Aceptemos que la celebración diferente del día de muertos -llamado también en EU 'día de brujas'- entre los gringos y los mexicanos, es la diferencia que hay entre un pueblo optimista y un pueblo apesadumbrado indisoluble atado a la melancolía."
Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco"En materia de corrupción hay 2 tipos de países: los que castigan la corrupción y los que la toleran."
"De acuerdo al Índice de Percepción de la Corrupción 2014, elaborado por Transparencia Internacional, los países menos corruptos son Dinamarca, Nueva Zelanda, Finlandia, Suecia y Noruega. México, por su parte, aparece en la posición número 103, empatado con países como Níger y Bolivia. Si a este índice le añadimos el Ranking sobre Estado de Derecho, elaborado por el World Justice Project, vamos a encontrar coincidencias sorprendentes. Suecia, Dinamarca, Nueva Zelanda y Noruega son los países con mejores instituciones para prevenir los abusos de poder de la autoridad, los más transparentes y abiertos, asimismo son las naciones con mejores sistemas de regulación. ¿Pero es que los nórdicos tienen una cultura que los hace menos corruptos? ¿Es que ellos no tienen la corrupción tan arraigada en la vida cotidiana?"
"Como lo demuestra la historia, ni Suecia ni Noruega, que formaron un solo país durante casi un siglo, fueron en el pasado reinos de la transparencia y el respeto a los derechos humanos. Como cualquier imperio europeo, había más de absolutismo, clasismo y desigualdad, que de modernidad, igualdad y respeto al estado de derecho. Sin embargo, como explican Daron Acemoglu y James A.Robinson en su libro 'Por qué fracasan las naciones', los países que construyen instituciones incluyentes y abiertas son los que logran a través del tiempo reducir la corrupción y fomentar el desarrollo económico equitativo. Y aunque las instituciones son producto de una historia en particular, no existe ningún factor cultural que haga irremediable la consolidación de dichas instituciones. Noruega y Suecia, con proyectos socialdemócratas fincados en el desarrollo pero también en la regulación y en la búsqueda de la igualdad, lograron constituir instituciones sólidas que previenen la corrupción desde los años posteriores a la segunda guerra mundial. De la misma forma, acompañaron la apuesta institucional con niveles de inversión en educación altísima y un sistema de seguridad social universal que generó sociedades muy equitativas. No hay que inventar el "agua tibia", la experiencia de ambos países deja muchas enseñanzas."
"Asimismo, los suecos y noruegos hicieron de la corrupción un asunto condenable con penas y sanciones muy altas, y una impunidad bajísima."
"Los privilegios son otra cara de la corrupción. El privilegio significa estar por encima de la ley. Representa la vulneración de uno de los cimientos mismos de la democracia: la igualdad de todos ante la ley. La percepción social es que existen personas que se pueden saltar las regulaciones y que por su dinero, su poder o influencia, se pueden situar por encima de todos. La cuna o la cuenta de cheques pesan más que las leyes."
"Las sociedades que han logrado reducir la corrupción al mínimo son aquellas que logran vencer el sistema de privilegios. Que logran vencer a ese estado que se construye a través de castas y en donde la ley opera según donde esté colocado el ciudadano en la estructura social. Tomando los datos mismos del World Justice Project, queda claro que las naciones con menores niveles de corrupción son aquellos que logran mayores niveles de igualdad ante la ley y acceso a una justicia imparcial. En conclusión, en estos países que han logrado reducir al mínimo la corrupción, los ciudadanos saben que la ley se aplica para todos sin distingos, que la justicia es ciega y 'quien la hace la paga'."
Enrique Toussaint"¿Y para qué es importante la confianza en las instituciones? Una sociedad con confianza está en paz, paga impuestos, sale a la calle sin miedo; usa las instituciones para lo que son y recurre a ellas porque funcionan, porque responden y resuelven; sabe que el Estado se encarga -y bien- de la seguridad, de mantener el estado de derecho, de hacer justicia; de la educación y la salud; de una justa distribución de la riqueza; es una sociedad que sabe que sus decisiones electorales se respetan y que no importa quién gane porque el sistema está diseñado para que se rindan cuentas y para que la marcha de las administraciones no se altere."
"Nada de esto es una realidad en México y desde el poder nadie, pero nadie, está aportando ni siquiera un ladrillo al edificio de la confianza, antes bien, parece que estamos en franca demolición."
Laura Castro Golarte"Viví en Chile los últimos 8 meses de 1971 y recibía constantes felicitaciones de chilenos porque 'México ya despegó'. Veían un país con crecimiento sostenido que no bajaba del 6% año tras año. No era mayor su crecimiento por el estrecho nacionalismo protector de malas calidades de exportación imposible, por el corporativismo que entregaba desde el petróleo hasta las tortillerías a los sectores del PRI; el cine y los cines mismos incluidas sus dulcerías, el abasto de maíz y de leche, mal transporte ferroviario y entrega del carretero, teléfonos y electricidad a los feudos atrincherados en el PRI. Y con todo, México crecía a tasas que no hemos vuelto a ver."
"El presidente Luis Echeverría se iba a encargar del descarrilamiento de la economía, seguido con el mismo éxito por su amigo el presidente López Portillo: la docena trágica y su vorágine de gasto a cargo de las actuales generaciones. Echeverría se aplicó en arruinar todos los proyectos económicos exitosos y de endosar a deuda su galanteo con la clase media: aumentos de presupuestos a las universidades públicas de hasta 600%, a los salarios de los burócratas, a la obra pública."
"El caso es que llevamos 45 años en el "ahora sí" y hemos mejorado, sin duda, pero seguimos atrapados en una pobreza inexplicable para un país productor de plata, petróleo, televisores, autos; con 2 océanos y 2 golfos en sus costas; con bosques, selvas y desiertos."
"Un equipo de la Universidad de Upsala, Suecia, ha desarrollado un modelo matemático para explorar las múltiples trampas en que se atoran los países en desarrollo. "¿Por qué algunos países parecen desarrollarse con rapidez mientras otros siguen pobres? La pregunta se localiza en el corazón del llamado problema de la trampa del desarrollo. El modelo permite sugerir de qué países puede esperarse un desarrollo más rápido". El trabajo lo publica el journal Big Data."
"'Algunos países parecen pegados no sólo a una trampa del desarrollo económico, sino también a una trampa del desarrollo político con falta de democracia'. David Sumpter, del Departamento de Matemáticas en Upsala, sostiene que el estudio publicado permite comprender las trampas en diferentes tipos de desarrollo, 'cómo se relacionan y cómo interactúan, posiblemente reforzando una a otra'."
"Los investigadores aplicaron el método a conjuntos de datos obtenidos del Banco Mundial, de la ONU, Freedom House, Human Rights Data Project, World Values Survey y otras instituciones. Identificaron 2 tipos de trampas en el desarrollo político, además de una trampa en el económico. 'Una fue institucional: donde países con bajos niveles de crecimiento económico y bajos niveles de educación fracasan en desarrollar democracia. La 2a. trampa se relaciona con valores y normas de los ciudadanos, que se desarrollan más lentamente en países con bajos niveles de democracia y esperanza de vida'."
"Esto es: los valores y normas de los propios ciudadanos son parte de los niveles de democracia. Lo que aquí en México se ha repetido hasta el cansancio: somos una democracia sin demócratas. 'Demostramos que muchos países en desarrollo como India, Egipto, Jordania o Ucrania caen cerca del borde en la trampa del desarrollo. También predecimos cuánto tiempo tomará a estos países hacer una transición hacia más altos niveles de democracia y de bienestar socioeconómico', explica Shyam Ranganathan, principal autor del estudio."
"El grupo de Upsala muestra que ese tiempo puede variar mucho pues una pequeña variación 'en el sector correcto en el momento correcto podría ayudar al país a salir de la trampa. Por otro lado, para países más alejados de cierto umbral, debe hacerse una inversión significativa por un más largo periodo de tiempo'."
"Luego de tanta medición de variables, consideración de las relaciones entre democracia, economía y salud, Stamatios Nicolis introduce lo impredecible: cambios políticos, conflictos y similares. Con lo que nos deja más o menos igual: ningún modelo matemático pudo predecir el despilfarro de la docena trágica, la estatización de la banca, los hallazgos de yacimientos petroleros que se nos revirtieron en peor recaudación de impuestos y más deuda pública y privada. O cómo la entrada al primer mundo con el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá tuviera el inesperado portazo de un levantamiento armado que duró 3 días en una microrregión, y los asesinatos políticos que, mientras cancelaron el desarrollo económico, dieron la presidencia a Ernesto Zedillo, un hombre que aceptaría el triunfo en las urnas de un partido de oposición."
"O el crecimiento económico de Singapur, que contradice todas las teorías y los modelos."
"Tampoco hubo modelo que previera la guerra sangrienta entre cárteles de la droga en México, el auge del secuestro, el cobro de 'impuestos' a productores de Michoacán por parte de criminales y luego por los enemigos de los criminales y toda la cauda que ha traído una pelea que nunca debimos dar: el combate a los productores y distribuidores de drogas."
Luis González de AlbaEn México no contamos con la cultura del trabajo y del ahorro, que son básicas para poder tener un país en paz, prosperidad y bienestar en todos los órdenes."
"Cuando existe una empresa de un mexicano y las instituciones, en lugar de promoverlo, motivarlo, incentivarlo, le cobran impuestos de algo que no ha ganado, ¿cómo cobrar impuestos de una riqueza que no existe? y ahora, lo que es peor, que no se garantiza la paz, el orden para que los negocios fluyan, es inmoral."
"De igual forma, en un negocio o empresa, si los obreros hacen el denominado robo hormiga, no colaboran en equipo, no son productivos, porque dicen 'hacen como que me pagan, entonces, hago como que trabajo'; así, estamos ante una cultura de doble lenguaje, doble moral, nadie quiere hacer nada y todos quieren los mayores beneficios con el menor esfuerzo y nos encontramos en la ley del menor esfuerzo, todos quieren todo, piensan que se merecen todo, pero no hacen nada para merecerlo, se creen hechos a mano y lo que se les dé, les parece poco, somos mezquinos, soberbios y pobres."
"En México muy pocos pagamos impuestos, pocos trabajan y muchos lucran con el sudor ajeno, somos casi 120 millones de personas, más de 80 millones en edades productivas, se considera, de manera indebida por el INEGI que más de 50 millones son la PEA, cuando la mayor parte viven en el desempleo o empleo informal, dado que ni siquiera 20 millones de personas se encuentran asegurados en algún sistema de seguridad social como el IMSS, ISSSTE o algún otro similar."
"Si no hay trabajo, no podrá haber ahorro, que es la base del desarrollo y bienestar de un país; si hay desempleo, miseria, hambre, pobreza, se facilita la corrupción, por lo que es menester incentivar el empleo y la cultura del ahorro."
José de Jesús Covarrubias Dueñas"Como sostiene Piketty, la desigualdad amenaza la democracia. Ya lo veía hace años Robert Dahl cuando escribió su libro 'La igualdad política' o el mismo Giovanni Sartori cuando publicó el 'Futuro de la democracia', una relativa igualdad económica es fundamental para construir una democracia de calidad. No hablamos de una igualdad a rajatabla, sino de ciertos niveles mínimos de equidad. Una amplia brecha entre los que más tienen y los que menos tienen impide la consolidación del estado de derecho y permite el control de las élites económicas sobre los representantes políticos. ¿Y es que no es un problema la gran influencia que tienen los multimillonarios sobre los políticos? ¿No es un problema de legitimidad democrática que el mérito quede desterrado de la posibilidad de ascenso económico? ¿No es un problema para la democracia que los grupos televisivos más importantes del país ya no se conformen con apoyar partidos políticos, sino que a través de la telebancada tengan a sus propios diputados? La desigualdad económica distorsiona la representación y hace que la economía dome a la política."
"Los países más igualitarios en materia económica son también los que han construido los sistemas democráticos más sólidos. Suecia, Noruega, Dinamarca, Finlandia, Reino Unido, Canadá, son ejemplos de naciones en donde el estado de derecho impera, en donde la corrupción es castigada y en donde el estado de bienestar se encarga de asegurar a los ciudadanos al menos lo indispensable para la dignidad humana. Se pagan altos impuestos, sobre todo los más ricos, pero dicho aporte al gobierno regresa en forma de educación, salud y niveles bajísimos de inseguridad. Al contrario en México, o en Guadalajara, las bardas de los cotos, la educación privada o la seguridad privada nos recuerda día a día que somos desiguales, distintos, que compartimos muy poco y que la brecha entre nosotros se extiende permanentemente. La desigualdad se convierte en una violencia cotidiana, en un juego de vencedores y vencidos, que destruye cualquier esbozo de comunidad, tejido social o capital ciudadano."
Enrique Toussaint"Hay 2 teorías sobre la incapacidad del país para romper con sus inercias destructivas. Unos argumentan que el país tiene frenos culturales que se explican por factores antropológicos e históricos que llevan a rechazar un cambio de forma de ser y, por lo tanto, constituyen un impedimento estructural al éxito de las reformas que, desde los 80, ha emprendido el país. Una derivada de esta perspectiva es que la informalidad, el rechazo a la competencia y, en general, a la globalización, reflejan una satisfacción con el statu quo y, por lo tanto, un repudio a la esencia de las reformas. En su versión más extrema, esta teoría propone que la clase política quiere mantener a los mexicanos pobres para controlarlos y preservarse en el poder."
"La otra teoría enfatiza la ausencia de condiciones para que el país prospere. Entre los argumentos que emplean quienes sustentan esta visión se incluyen: la discrecionalidad de la autoridad, la inseguridad, la ausencia de Estado de Derecho y, en general, la falta de reglas claras y cumplibles que guíen el desarrollo del país."
"En lugar de buscar explicaciones esotéricas, antropológicas o culturales, me parece evidente que el empresariado nacional tiende a vivir en un entorno de poca competencia, ausencia de información y un permanente desdén por la autoridad que, en general, es bidireccional. En esas condiciones, los empresarios medianos y pequeños han procurado sobrevivir, agarrándose con las uñas de lo que existe en lugar de abrazar las oportunidades (y enorme complejidad) que entraña el mundo de la globalización. Muchas empresas han acabado sucumbiendo ante la competencia, pero muchas más sobreviven en mercados poco productivos pero protegidos de manera directa o indirecta."
"Por mucho tiempo he tratado de entender qué es lo que ha generado esa dinámica en el empresariado mexicano. En algunos casos la explicación es simple: la protección genera mayores utilidades (rentas las llaman los economistas), lo que le genera un incentivo obvio al empresario para preservar el statu quo. Mis observaciones a lo largo del tiempo me han convencido que ese caso es relativamente excepcional. Conozco a innumerables empresarios que no gozan de rentas y estarían dispuestos a transformarse si entendieran cuáles son sus opciones."
"Un estudio reciente sobre mexicanos deportados de EU me hizo entender parte del problema: mexicanos que habían sido muy exitosos allá comenzaron a tratar de hacer negocios aquí, solo para encontrarse con que era sumamente difícil, porque todo conspiraba en contra. Uno lo resumió con una frase lapidaria: 'allá las reglas son claras y aquí no'. Esa diferencia es dramática y resume el desafío: lo que el TLC le resolvió al inversionista del exterior nadie se lo ha resuelto al mexicano."
"El mexicano no rechaza la modernidad, los tratados de libre comercio o el cambio. Lo que necesita es un gobierno que en lugar de predicar en el exterior se dedique a crear condiciones para que el país prospere. El empresario mediano y pequeño requiere un gobierno que le informe, le provea medios para que comprenda, le ayude a adecuarse y lo obligue a hacerlo, todo ello con medios idóneos. O sea, reglas claras, iguales para todos."
Luis Rubio"Lo diga en Monterrey, Puebla, Mérida o Ciudad de México, saltan a mi yugular cada vez que escuchan: el bajo nivel educativo así como la corrupción, tienen un importante componente cultural. Inmediatamente reviran, eso es falso, el problema es institucional; dices eso por ser servidor público y tienes que defender al presidente Peña Nieto."
"El problema se origina debido a que hay decenas de definiciones de cultura y es imposible discutir si dos personas hablan de cosas distintas cuando creen que se refieren al mismo término."
"En México se culpa al gobierno por el bajo nivel educativo. Gasta mal. No pone orden. Existe un alto nivel de corrupción. Es el único culpable. Veamos entonces: ¿qué sucede en los Estados Unidos? En 2012, el Pew Research Center, un centro de estudios independiente de Washington DC, dio a conocer un reporte titulado 'The rise of the Asian Americans'. Pew encontró que los asiático-americanos tienen el mayor ingreso doméstico y el más alto nivel educativo de todo Estados Unidos: el 50% de los mayores de 25 años posee un título universitario frente al 31% de los blancos, el 18% de los afroamericanos y sólo 13% de los latinos, mexicans included."
"Entre los chinos, coreanos o vietnamitas, las familias destinan una mayor proporción de sus ingresos a las actividades académicas de sus hijos que sus pares sajones."
"Es un asunto de perspectivas profundas, de modos de mirar culturalmente el mundo con prismas distintos. Una madre asiática que ve a su hijo obtener notas A en sus exámenes no estará feliz si, en comparación, su sobrino tiene A+. Los asiáticos compiten de manera horizontal, se miden uno contra otros en la misma categoría etaria o social; en cambio los latinos, se comparan de manera vertical: los padres se sentirán satisfechos si el hijo consiguió egresar de la universidad mientras que ellos sólo tienen un título de secundaria. Ante las mismas condiciones de inicio, inmigrantes de bajo, medio o alto nivel, los asiáticos aprovechan al máximo la educación en los Estados Unidos y generalmente sobresalen. ¿A quién culparán nuestros expertos mexicanos de esta realidad? El problema no es solo de instituciones, es de CULTURA."
"Debemos tener la capacidad de aceptar que la cultura sí influye, es dinámica y debemos movernos con flexibilidad para mejorar. Y no culpar de todos nuestros males a la falta de instituciones."
Jacques Rogozinski"La impunidad legal es grave, pero la falta de aplicación de la ley no determina la permanencia de corruptos y criminales sueltos entre nosotros. La impunidad social, dice mi gran amigo el pensador David Konzevik, quien ha introducido el concepto, es una parte todavía más compleja del proceso. La impunidad legal es la punta del iceberg, pero lo que sostiene a ese hielo visible es la impunidad social, que es masiva e implica una cultura de aceptación de lo impropio. Cuando se agrega a la legal, la impunidad social agrava la situación porque el cuerpo colectivo se ha acostumbrado tanto a la corrupción, que el comportamiento desviado le parece normal y otorga impunidad al delincuente, quien vive entre nosotros como un ciudadano corriente cuando no es celebrado por su viveza y listura."
"La impunidad social está extendida. Ejemplos abundan: el alcalde municipal de San Blas quien dice haber robado 'pero poquito', festeja sus cumpleaños con fondos del erario y luego es aplaudido mientras en un baile levanta la falda a una mujer y, para peor, es reelegido. La lista de comportamientos inapropiados e intolerables puede ser infinita. Un amigo suele ver con asombro e indignación gasolineras que anuncian que ellas sí ponen litros de a litro. Nada más nos faltarían restaurantes que se promocionen diciendo que en sus salones sí se sirve en la copa lo que el cliente ha pedido. 'Mi hijo es muy macho por eso tiene tantas viejas'. El machismo alabado es otro ejemplo de la aceptación de lo impropio. ¿Y qué decir sobre la indignante costumbre de los grupos musicales que glorifican con corridos a jefes mafiosos?"
"Cuando nadie paga por actitudes delictivas, la aplicación de la ley ha fallado, pero cuando alguien se jacta de comportamientos reprobables, y la sociedad los tolera o auspicia, es esa sociedad la que fracasa en su conjunto."
"La impunidad legal nos hace escépticos del sistema, pero la impunidad social habla de nuestro profundo descreimiento sobre nuestro propio futuro. Una sociedad que acepta la impunidad social no tiene confianza en sí misma y colabora para su autodestrucción."
"Una sociedad se define por los valores que rechaza tanto como por los valores que acepta. Es preciso que seamos intolerantes con la impunidad legal, pero también debemos ser implacables con la impunidad social. Esta demanda un cambio profundo de nuestra cultura."
Jacques Rogozinski"En una corte de Estados Unidos siempre tiene ventaja lo que dice el policía; si el policía dice que el ciudadano lo trató de sobornar, el ciudadano deberá responder por eso. Y agregaré: Estados Unidos no permite que sean juzgados los servidores públicos, Ejército incluido, por violación a los derechos humanos. Es por eso que no ha firmado tratados internacionales sobre este tema. En México, en cambio, el corrupto, el que abusa del poder o el que viola los derechos humanos es siempre el policía, nunca el ciudadano que también viola las leyes y corrompe para evitar sanciones."
"En Estados Unidos, el servidor público es respetado y protegido. No se sospecha de antemano que todos son corruptos potenciales. En México, con las leyes secundarias de anticorrupción, si una persona quiere ser funcionario público tendrá que someterse a escrutinio público, dicen. ¿Es esta la mejor manera de atraer a personas honestas? Conozco numerosas personas que no asumirían una labor pública si eso conlleva tener que aceptar que son, por decirlo de algún modo, sospechosos potenciales a prima facie de un acto de corrupción que todavía no cometieron y quizás nunca cometan."
"Diré más: en una sociedad donde la riqueza es mal vista, quien llegue a la función pública con un patrimonio elevado en relación a la distribución del ingreso del país, es corrupto por aproximación y deberá empezar a explicarse antes de comenzar a trabajar."
"Con leyes que obligan a cualquier persona privada a mostrar qué capital reunió en su vida, quienes han tenido una vida decorosa y privada, lejos de la luz pública, podrían tomar la decisión de no ser nunca funcionarios. Seguramente se perderá gente muy valiosa."
Jacques RogozinskiSi quieren saber por qué los países asiáticos han crecido mucho más que los latinoamericanos en las últimas décadas, a pesar de tener muchos menos recursos naturales, les recomiendo intentar lo que acabo de hacer durante un viaje a Corea del Sur: visiten una escuela de este país.
Hace pocos días, pasé una tarde en la Escuela Secundaria de Robótica de Seúl, una escuela vocacional donde los estudiantes aprenden a construir y operar robots. Yo ya sabía, tras visitar escuelas similares en China y Singapur en viajes anteriores, que los jóvenes asiáticos estudian mucho más que los latinoamericanos. Pero la visita a la escuela de robótica de Seúl me dejó boquiabierto.
Durante mi visita, le pedí a Surim Kim, una estudiante de 17 años, que me describiera un día típico suyo. Me contó que se despierta a las 6:30 a.m., y comienza las clases a las 8 a.m., hasta las 4 p.m.. Después, entre las 4 y las 8 p.m., asiste a clases privadas para obtener su certificado nacional en matemáticas y otras habilidades técnicas.
¿Y cuándo haces tus tareas escolares?, le pregunté. "De las 8 a las 11 de la noche, aunque varios días por semana me quedo estudiando hasta la 1 de la mañana", respondió. Cuando levanté las cejas, asombrado, Kim se encogió de hombros, y agregó: "Eso es lo más normal aquí".
Los fines de semana, Kim estudia unas 6 horas al día. Y durante sus vacaciones de verano, toma cursos en una escuela privada o hace una pasantía en una empresa.
Mientras Kim estudia un promedio de 16 horas al día, la mayoría de los jóvenes latinoamericanos pasan la mitad de ese tiempo, o menos, haciendo trabajo académico. Y mientras Corea del Sur tiene un año escolar de 220 días, la mayoría de los países latinoamericanos tienen años escolares de entre 180 y 200 días, sin contar los días perdidos por huelgas de maestros.
Además, los profesores surcoreanos tienen que pasar exámenes mucho más duros, están mejor pagados y gozan de un estatus social mucho más alto que los latinoamericanos.
Sólo aquellos que están en el 5% de los graduados universitarios con los mejores promedios pueden aspirar a ser maestros en Corea del Sur. En América Latina, los sindicatos consideran a los maestros "trabajadores de la educación", en lugar de profesionales.
No es sorprendente, entonces, que Corea del Sur salga en los primeros 10 lugares de las pruebas internacionales PISA de matemáticas y comprensión de lectura para estudiantes de 15 años, mientras que la mayoría de los países latinoamericanos está entre los 10 lugares más bajos de la misma prueba.
Y tampoco debería ser sorprendente que Corea del Sur registró 18,000 patentes de nuevas invenciones -una medida clave de la innovación- en Estados Unidos en 2015, en comparación con las 320 de Brasil, las 170 de México y las 70 de Argentina.
En parte gracias a su obsesión por la educación, Corea del Sur, un país sacudido por escándalos de corrupción política que hace apenas cinco décadas era más pobre que la mayoría de los países latinoamericanos, hoy día duplica el ingreso per cápita de la mayoría de las naciones de América Latina.
Según el Fondo Monetario Internacional, el PIB per cápita de Corea del Sur es de $37,000, mientras que Chile es de $24,100, el de Argentina de $20,000, y el de México de $18,000.
Andrés OppenheimerEn 10 años se pueden hacer muchas más cosas de lo que parece posible. Se puede cambiar una vida, un barrio, hasta un país. Sentado en un avión de regreso a México, feliz de volver a escuchar español y comer unos chilaquiles, me cae sobre los hombros el peso del rezago que vivimos, luego de haber estado un par de semanas en China. Porque ellos lo hicieron. Los chinos cambiaron su país para mejor, mucho mejor, en ese corto periodo de tiempo. Y desafortunadamente, no estoy hablando solo de coches.
Confucio decía que para obtener resultados inmediatos había que sembrar. Para lograrlos a mediano plazo había que plantar árboles. Pero para conseguirlos a largo plazo era necesario educar al pueblo. Su principio es impecable, pero tal vez sus perspectivas de tiempo hayan subestimado a sus compatriotas. China es hoy un país más sólido y fuerte de lo que era hace 10 años y su gente es mejor educada, aunque todavía les falta a muchos aprender a respetar una simple fila. Entre la mayor y más industrializada Shanghai y la capital Beijing, no pude ver un solo bache en las calles. La convivencia entre automóviles y motocicletas, un ejemplo absoluto de caos hace 10 años, hoy ya comienza a ser más ordenada y pacífica, gracias en buena parte a que hay ciclovías amplias y bien diseñadas, con separación física del espacio de los autos, a diferencia de antes.
Hay muchos automóviles eléctricos de bajo costo, hechos con baterías convencionales como las que tenemos en nuestros autos. Al usar 7 u 8 de esas baterías, encuentran fuerza suficiente para mover el vehículo y venderlo a un precio razonable. Claro, no pretenden competir contra Tesla, vamos, ni siquiera contra un Nissan Leaf, pero es algo propio y mucho más asequible para la población.
Esto no se hace sólo con los automóviles. También las motocicletas, casi siempre scooters, usan motores eléctricos para moverse con gracia y silencio por las calles de China.
Hasta en las bicicletas encontramos las novedades y el atrevimiento chino, al usar llantas sin aire, de esas que sólo se ven en conceptos de fabricantes de neumáticos, con centenas de agujeros en las laterales que les dan la suavidad que una de hule macizo no daría.
En el transporte colectivo su desarrollo es igualmente notable y basta ver el tren de levitación magnética que une el centro de Shanghai a su aeropuerto internacional, a 53 kilómetros de distancia, que recorre en tan sólo 7 minutos, a más de 430 km/h.
[Pienso] en lo lejos que estamos de ellos, en cómo nuestras autoridades se han preocupado en construir sus vidas particulares más que en edificar un mejor país. Hace casi una década, dejé China con esa nostalgia y cariño de quien había pasado unas buenas vacaciones y esperaba volver. Hoy, lo dejo con la profunda tristeza de ver que es posible avanzar mucho en poco tiempo, pero que nosotros en América Latina, sólo logramos aumentar nuestro rezago.
Sergio OliveiraTodos los días leemos, vemos y escuchamos a la prensa y a expertos repetir que 2 de las principales causas del bajo crecimiento económico de México son la corrupción y la impunidad. El único culpable: el gobierno; todos los servidores públicos.
Sin embargo, el problema es mucho más complejo. Uno de ellos, (como lo explico en mi libro Mitos y mentadas de la economía mexicana), es el relacionado con los efectos de los bajos niveles de confianza interpersonal de toda la sociedad mexicana. O sea, en México no solo se desconfía de los gobernantes, sino de toda la sociedad en su conjunto.
Jan Delhey y Kenneth Newton, publicaron en 2005 que la confianza es la creencia de que los demás no nos harán daño deliberada o conscientemente, y se ocuparán de nuestros intereses si esto es posible. Estudiosos del tema, han concluido que los niveles de confianza son, en parte, las diferencias observadas en el crecimiento económico y el empleo entre países y regiones. Existe una correlación entre confianza de la sociedad con una reducción de costos de transacción y mejoría en la calidad del trabajo. También se ha demostrado que la mayoría de los países con altos niveles de confianza interpersonal tienen, en promedio, mayores niveles de productividad. Y hay más: Stephen Morris y Joseph Klesner en su estudio Corruption and Trust: Theoretical Considerations and Evidence From Mexico, concluyen que los bajos niveles de confianza interpersonal y política son tanto la causa como la consecuencia de la corrupción.
El informe Panorama de la sociedad 2016 de la OCDE, muestra que alrededor del 36% de los entrevistados expresaron tener confianza interpersonal; en los países nórdicos más del 60% de los entrevistados confían unos en otros, frente a menos del 13% en México y Turquía.
México se encuentra entre los 9 países que menos confían. Los niveles de confianza interpersonal han caído de forma importante en los últimos años, registrando en 2014 los niveles más bajos desde 1984, con solo un 12.4% de la población que responde afirmativamente a la pregunta "la mayoría de las personas son confiables".
Esto explica en parte, por qué más del 99% de las empresas mexicanas son familiares y también por qué hay tan pocas registradas en la Bolsa Mexicana de Valores. No se confía en los socios. De esto no se puede culpar al "gobierno".
El sitio web, Our World in Data de la Universidad de Oxford, estudia la correlación entre los niveles de confianza interpersonal, el PIB per cápita y los niveles de desigualdad. Los hallazgos son sorprendentes: la mayoría de los países con mayores niveles de confianza tienen menores niveles de desigualdad. México es el 2o. país con mayor desigualdad de los 34 países de la OCDE.
Como se ve, hay muchas razones que podrían explicar el lento crecimiento económico y los problemas sociales de México, cada día más preocupantes. Es pertinente que pongamos la mirada no solo en las instituciones públicas, sino también en los valores de nuestro inconsciente colectivo, nuestros hábitos y creencias sociales. Sí, aunque muchos no lo quieren aceptar, nuestra cultura. Allí, seguramente, encontraremos más respuestas y también algunas ideas de cómo convertirnos cada uno de manera individual en agentes de cambio y motores de desarrollo. Podríamos empezar por confiar y colaborar más entre nosotros.
Jacques RogozinskiVivimos en un mundo en que la ciencia y la tecnología ocupan un lugar fundamental en el sistema productivo y en la vida en general. La innovación en estas áreas es un ingrediente esencial para el crecimiento sostenido de cualquier nación, pues eleva la competitividad y mejora el nivel de vida de sus ciudadanos.
No es coincidencia que el impulso de iniciativas STEM -el acrónimo en inglés de 4 diciplinas de estudio: ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas- sea una prioridad para países como Estados Unidos, Reino Unido, Finlandia o la Unión Europea, así como para diversos organismos internacionales y empresas líderes en diversos ámbitos.
"Las inversiones que se hagan hoy en educación STEM definirán la dirección que tome la economía del mañana", se advierte en Ed100, proyecto impulsado por Full Circle Fund. Entre más personas STEM haya en el mundo, mejor será tu vida.
Mientras que en Finlandia e Irlanda hay 25 graduados de ingeniería por cada millón, en Chile hay 8; en México, 7, y en Colombia, 6.
La adquisición de una metodología basada en el cuestionamiento científico ayuda a formar ciudadanos capaces de tomar sus propias decisiones, pues favorece una actitud crítica y razonable. La formación científica y tecnológica permite la comprensión del mundo en el que viven.
9 de cada 10 carreras mejor pagadas en México están relacionadas con ciencia y tecnología, informa Carolina Suárez, vicepresidenta de Movimiento STEM, asociación civil sin fines de lucro.
Carolina Suárez es contundente al hablar del panorama actual: "México está muy lejos de tener los ingenieros, científicos y matemáticos que necesita. Y no sólo no los tiene, sino que podría no tenerlos, pues el 78% de los jóvenes mexicanos manifiesta nulo interés en esas áreas".
La mayoría de los estudiantes universitarios en América Latina se vuelcan a las humanidades y las ciencias sociales. Además, los sistemas educativos latinoamericanos siguen anclados en planes de estudio del siglo XIX, explica el periodista Andrés Oppenheimer en su libro ¡Crear o morir!: La esperanza de Latinoamérica y las cinco claves de la innovación.
El pensamiento STEM no es una moda, es una tendencia que llegó para quedarse, y México no lo está viendo, advierte Graciela Rojas, pionera en el área.
Eliesheva RamosConceptos claros y acciones precisas. Estas son las condiciones que han permitido un progreso exponencial a diversos pueblos de la tierra. Pero no es fácil llegar a tener conceptos claros y distintos sobre la realidad que nos lleven al ejercicio de acciones precisas y oportunas. Cuando formamos parte de sociedades en desarrollo, el subdesarrollo educativo, en toda su extensión, nos hace pensar y actuar de manera reactiva y desatinada aun entre quienes ostentan todo tipo de títulos académicos.
El subdesarrollo es un obstáculo permanente para adquirir profundidad y precisión.
Armando González EscotoPor supuesto que la cancelación de DACA por el presidente estadounidense, Donald Trump, es "errónea" y "cruel", como señaló el ex presidente Barack Obama. Pero la posición del gobierno mexicano, de promover ante los "poderes de los Estados Unidos" una "pronta solución permanente que brinde certidumbre jurídica a los jóvenes DACA", como escribió en Twitter el presidente Enrique Peña Nieto, me parece hipócrita.
México es responsable de haber expulsado a millones de mexicanos que votaron con los pies para ir a Estados Unidos en busca de una vida digna que no pudieron tener en nuestro país. Que los políticos mexicanos protesten hoy ante las autoridades estadounidenses es como si el gobierno de Nicolás Maduro protestara en México por el rechazo del Instituto Nacional de Migración a permitir el ingreso de más de mil venezolanos en el 1er. semestre de 2017 que buscaban en México una vida digna ante el desplome venezolano.
Estados Unidos no es rico y México pobre por suerte o por un acto de Dios. Poco o nada tienen que ver las condiciones naturales o el pueblo de cada país. Si bien la Unión Americana siempre ha sido más rica que México, la brecha no ha dejado de crecer. En 1820, cuando México estaba por lograr su independencia, el estadounidense promedio era 65% más rico que el mexicano promedio. En 1900, la diferencia era de 199%. Para 2016 había alcanzado 571%, 9 veces más que en 1820.
Algo han hecho bien los estadounidenses que nosotros hemos hecho mal. Al norte de la frontera se ha mantenido un sistema de libre empresa, con apertura de mercados y sólidos derechos de propiedad privada. Estados Unidos ha tenido un gobierno fuerte y eficaz, y un sistema de seguridad y justicia confiable. Otro elemento de la prosperidad, curiosamente, ha sido la apertura a la inmigración que hoy trata de restringir el presidente Trump.
En contraste, en México los políticos han combatido la libertad económica y de comercio. No han permitido derechos claros de propiedad y han fragmentado la tierra en ejidos sin derechos cabales de propiedad. Hemos tenido gobiernos débiles, ineficaces y corruptos que no han podido cumplir con sus responsabilidades fundamentales de garantizar la seguridad y la justicia. Si bien nos quejamos de las políticas migratorias de Estados Unidos, hemos tenido siempre mayores restricciones aquí a la migración. En la Unión Americana, 13% de la población nació en el extranjero; en México, sólo 0.5%.
Los cuestionamientos a Trump en Estados Unidos son lógicos y bienvenidos. Los del gobierno mexicano huelen a hipocresía. Más que convencer a los "poderes" estadounidenses de que su país retenga a más de 700,000 jóvenes preparados, perfectamente adaptados a la cultura estadounidense y que no han conocido más patria que la Unión Americana, los políticos mexicanos deberían tomar medidas sólidas para facilitar la inversión productiva, proteger los derechos de propiedad, mejorar la seguridad y garantizar la justicia. Debemos también abrir las puertas a la inmigración.
Durante décadas los trabajadores mexicanos han votado con los pies para respaldar una economía abierta. Más que hacer cabildeo en Estados Unidos para que se cambie una decisión política que sólo compete a los estadounidenses, los políticos mexicanos deberían tomar medidas para que los mexicanos no tengan que salir de México para gozar de una vida digna.
Sergio SarmientoEn las calles, las banquetas y los semáforos están adaptados para que los que tienen problemas de visión puedan circular sin ayuda o con muy poca. Esas calles son simplemente impecables tanto por la ausencia de baches -en todo el país, no solo en la capital- como de basura. Es prácticamente imposible encontrar hasta una colilla de cigarro en ellas.
El que no quiera usar automóvil en Tokio lo puede hacer gracias al enorme, pulcro y puntual sistema de metro y trenes urbanos. Muchos japoneses deciden usarlo en lugar de sus autos y tienen razón. En sus vagones no vemos ni siquiera un dibujo en sus paredes recordando alguna parte del cuerpo humano o diciendo que "p... el que lo lea". Es de todos, todos lo cuidan. Como dijo Octavio Paz, la diferencia entre el 1er. mundo y el 3o. es que en el 1o. el espacio público es de todos y en el 3o. de nadie.
La realidad es que para nosotros en América Latina, las buenas ideas o lecciones aprendidas de Tokio no vienen de un concepto de transporte individual que recuerda una moderna silla de ruedas, de una motocicleta que se equilibra sola o de autos que usan inteligencia artificial para ayudar al piloto. Las mejores ideas siguen siendo las más viejas: educar a la gente, construir un país mejor, enseñar el valor de lo colectivo sobre lo individual, combatir la corrupción y entender el valor de la limpieza, tanto la física como la del carácter. Y esas lecciones, enseñadas desde hace tanto tiempo, nosotros aún insistimos en no aprender. El mejor concepto mostrado en el Tokyo Motor Show 2017, es la educación.
Sergio OliveiraVine a Alemania invitado a visitar la llamada Aquademie (Academia del Agua) de una de las más importantes fábricas de grifería del mundo, ubicada en la región montañosa del sureste alemán conocida como Selva Negra. Camino a ella pasamos por pintorescas poblaciones ubicadas sobre suaves colinas de pastos verdes que me recordaron escenas de la película The Sound of Music (La Novicia Rebelde) y la melodía de la canción "Edelweiss". Debo decir que el común denominador de todos los lugares por donde pasamos era orden y limpieza. Cada cosa en su lugar, señalizaciones perfectas, ningún residuo de escombro o basura, y todos los pobladores haciendo con cuidado y esmero los trabajos que les corresponden, en un país que en 1945 estaba destruido, y que en un par de generaciones se convirtió en una potencia mundial.
No pude sino pensar ¿por qué en México no podemos hacer algo similar? ¿Por qué no podemos emular de alguna manera este milagro alemán, o el milagro japonés, israelí, chileno... o milagros asiáticos como el de Singapur, que en apenas 5 décadas elevó su Producto Interno Bruto de 500 dólares a 56,000 dólares per cápita, y tantos países más que en relativamente corto tiempo se han convertido en ejemplos de educación y progreso?
La respuesta la encuentro en 2 cosas que tienen efectos positivos y duraderos sólo si concurren de manera simultánea: la importancia central de la educación y una aplicación "draconiana" de las leyes, cuya violación es castigada severamente. Podría decir que la fórmula de estos "milagros" es: Educación más Cero Impunidad es igual a Milagro (E + 0= M).
La idea de cero impunidad tiene que ver con una pregunta que hace tiempo hice en este mismo espacio: ¿de qué sirve una ley si llegado el momento no se aplica y absolutamente nadie está dispuesto a asumir y pagar las consecuencias de sus actos, como se supone debe hacerlo un adulto?
Para que el milagro mexicano tenga alguna oportunidad de ocurrir necesitamos crecer y madurar como ciudadanos. Dejar de comportarnos como niños que piden clemencia cada vez que violan las reglas y tratan de salir impunes de sus travesuras, las cuales en la vida adulta son más bien delitos con implicaciones y consecuencias graves para todos.
México es un país en el que la aplicación de la ley depende de cálculos político-electorales, de los intereses económicos que puedan verse afectados, y del nivel de presión que se ejerza para que la ley no sea aplicada, lo cual es posible con plantones, vandalismos y bloqueos que desquicien ciudades enteras.
Somos una sociedad ajena al sentido común y a las normas de convivencia generalmente aceptadas. Un país inclasificable. Único en su tipo. Un país sin igual. "Como México no hay dos" decimos cuando queremos señalar la personalidad y características de nuestra identidad nacional.
Pero desgraciadamente todos los diferenciadores que nos hacen únicos e irrepetibles no siempre son para bien, y con frecuencia nos colocan más en el terreno de lo chusco, ameno y anecdótico que en el terreno del liderazgo serio, comprometido y de mejores prácticas.
En la vida cotidiana las leyes no son iguales para todos. Para los que más tienen, las influencias cuentan y la corrupción e impunidad producen dividendos, mientras los que menos o nada tienen, se ven obligados ya sea a tragarse las injusticias y convertirse en víctimas del sistema, a organizar manifestaciones lo suficientemente violentas y perturbadoras para hacer valer por la fuerza sus derechos, o en última instancia a entrarle de lleno al sistema oficial de corrupción e impunidad que acompaña siempre a la delincuencia y al crimen organizado.
El milagro mexicano sólo ocurrirá si quienes ejercen el poder se vuelven implacables en la aplicación de la ley, y mediante un Estado policiaco honesto y cuasimilitar, como existe en los "países milagro", logran permear a la sociedad el miedo suficiente a los castigos que la violación de las leyes implican, de manera que a partir de ese momento, los idiotas sean quienes se arriesgan a violar las leyes, en lugar de que los idiotas seamos los que siempre las respetamos, como hasta ahora ha sido.
Ricardo Elías, arquitecto y empresarioEl país que mejor honraría hoy en día la expresión "orden y progreso" no puede ser otro que no sea Alemania. Acá, la importancia del "orden", en el sentido más amplio de la palabra, es parte ya del ADN teutón que los hace sistemáticos, metódicos, consistentes ("aburridos y monótonos", dirían otros). Más aún, no hay forma de negar que ese orden, más seguramente otros factores, ha generado un progreso admirable.
El orden es evidente en toda la cotidianidad alemana, tanto en grandes ciudades como en pequeñas. En aquellas, por lo general distinguiblemente limpias, nadie cruza las avenidas sino es por las esquinas, y eso cuando el semáforo peatonal lo autoriza. Nada de tomarse la libertad de cruzar porque no se ve un auto a la vista si el monito del disco orientado al peatón está en rojo. Hace mucho que la puntualidad alemana perdió la campaña del marketing ante la supuesta puntualidad inglesa, pero ésta palidece ante la precisión y rigurosidad con que los alemanes se toman los dictados del tiempo. Esa puntualidad se aplica a todo, tanto a los horarios de llegada o salida del tren como a los de servir alimentos o bajar la cortina en los restaurantes, o atender los compromisos.
Relevante aquí es la existencia de algo así como "la oficina del orden" en la gran mayoría de ciudades alemanas. Tiene la función de verificar que los ciudadanos cumplan con todas las normas a las que están obligados, sea en términos de urbanidad, del cuidado y limpieza de jardines y banquetas, o de cualquier otro.
Marco ProvencioEn el distrito de Gion, en Kioto, hay un restaurante tan pequeño como bueno. Se llama Shushi-Kappo Nakaichi.
Los 12 metros que van del fondo de la cocina al frente del comedor son los más largos del mundo: al chef de Nakaichi le tomó 14 años recorrerlos. El chef inició hace 20 años al final del pasillo: un año completo lavando platos en el fregadero, cuando era jovencito. Luego se ocupó 2 años en la freidora, uno entero asando pescados y después de 10 años ininterrumpidos cortando pescado y haciendo algunos sushis y sashimis, pudo convertirse en el chef del restaurante. Como tal, ahora ocupa el extremo derecho del salón, el del cocinero venerable, luego de comenzar en el extremo izquierdo como un obrero más.
El chef todavía hoy trabaja 12 horas a diario, 6 días a la semana y solo toma 5 días de vacaciones hacia finales de año. El esfuerzo ha pagado. Ha hecho lo que se esperaba que hiciera y esto es cumplir, paso tras paso, con su aprendizaje para ganarse el derecho a su ascenso con base en las habilidades, conocimientos y el aprendizaje real. La calidad de su sushi y sashimi es impecable, los cortes tienen precisión milimétrica, producto de esos años de entrenamiento. Esta es una muestra del trabajo en la cultura japonesa. Este tipo de comportamiento, de avance lento pero firme, muy común en Japón, es similar en Corea, donde también se asocia conocimiento y capacidades al paso del tiempo.
En estas culturas asiáticas, la experiencia es medida en muchas ocasiones por las canas en el cabello, sinónimo de experiencia. A mí mismo me ha sucedido: en ambos países, en repetidas ocasiones, sin importar quién fuera yo, mis canas garantizaban un trato reverente.
Es extraño todavía hoy, en tiempos veloces, que un joven llegue a posiciones de privilegio en Japón que parecen accesibles a personas de mayor edad. La edad, como recién mencioné, se concibe como sinónimo de experiencia y conocimiento acumulado; un joven no ascenderá velozmente sin la aprobación de los mayores, que considerarán seriamente si ha acumulado los méritos para hacerlo. Ese proceso de lento, pero sólido movimiento, se observa tanto en la empresa privada como en la función pública.
Ahora movámonos a Occidente, donde la norma es la gratificación inmediata. Nuestras sociedades son motivadas a ganar dinero y a ascender demasiado rápido, a triunfar velozmente. El resultado suele ser hipervoluntad con poca experiencia y no demasiado conocimiento, que en muchas ocasiones no otorgan los beneficios esperados.
Todo esto que menciono remite a una sola cosa: debemos tener paciencia. Y esa paciencia implica aceptar que no debieran esperarse resultados inmediatos de nuestras acciones, sean privadas o públicas. La espera de beneficios a la vuelta de la esquina y no a mediano o largo plazo favorece la posibilidad del error, en ocasiones trágico, en otras irreversible.
Jacques RogozinskiSi algo pudimos aprender de los noruegos fue su arraigada diciplina. Geiranger es una región con bellas cascadas, considerada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco; es una de las principales atracciones turísticas. Aun así, está impoluta. Bente tiene un ojo de águila para la basura, y recogería hasta el papel más pequeño. "En la India hay mucha gente, ¿por qué no pueden limpiar las calles?", pregunta. Aquí nadie te vigila ni te obliga a cumplir las reglas. Incluso en los cruceros sin vehículos a la vista, Pal esperaba a que el semáforo se pusiera en verde para seguir. Y los niños dejaban sus bicicletas en la parada antes de subir al autobús escolar, seguros de que nadie se las robaría.
En Noruega se anima a las mentes más brillantes a hacer de los servicios públicos y la política su profesión.
Sheila SivanandEn Japón, la puntualidad es una característica cultural importante. Ser puntual gobierna la vida social y de negocios del país. Todas las reuniones se cronometran para determinar el horario de inicio y de terminación. Ahí, quien llega tarde es visto como mal educado y arrogante, un irrespetuoso que no considera la vida ajena. Según algunas mediciones, los japoneses caminan más rápido que muchas otras sociedades del mundo. En México, en cambio, las personas pueden llegar tarde a una reunión porque su concepto del tiempo es más relajado, pero un japonés pondrá en discusión su relación con el impuntual si no cumple con los horarios pactados.
¿Que a dónde voy con el punto? A que la impuntualidad, una pésima costumbre de profundas raíces culturales en México, tiene un severo impacto sobre la economía, innovación, productividad y competitividad, lo que redunda en el crecimiento económico. "Existen quienes no conocen la importancia del tiempo, lo desperdician o se la pasan sin hacer nada", escribieron Vrajlal Sapovadia y Kishor Barad en el Global Punctuality Index: A Tool to Save Trillion Man Hours. "Hay un proverbio que dice que matar el tiempo no es un asesinato, sino un suicidio".
Los europeos fueron los inventores del reloj mecánico y los primeros en aplicarlo -como lo hizo Inglaterra- a la producción, durante la Revolución Industrial. La puntualidad suiza no es un chiste: es un modo efectivo de monitorear la eficiencia para tener técnicas y prácticas más eficientes. No hay experimento que no considere el uso del tiempo con precisión, pues los resultados bien medidos permiten el avance científico. Sapovadia y Barad citan: "En las sociedades modernas, los trenes salen y llegan puntualmente, las fábricas economizan el uso del tiempo y los suministros dentro de límites muy estrictos para ajustarse al just in time". Una sociedad consciente del tiempo, entiende que esa unidad de medida vale, cuesta, se mide en dinero, crecimiento o desarrollo.
Nos recuerda William di Pietro en Time Punctuality and Economic Performance: "La puntualidad es una fuerza positiva en el desarrollo económico de una nación; la falta de conciencia sobre el tiempo, un impedimento".
La percepción sobre el tiempo es un asunto cultural importante, y la cultura es algo que los economistas tradicionales afectos a las recetas generalistas, y por supuesto los institucionalistas que opinan que todo se arregla con solo la aplicación de las leyes (incluyendo la corrupción), no consideran.
La impuntualidad es otro elemento para explicar las diferencias en los niveles de desarrollo de los países. La puntualidad, repito, tiene impacto sobre la producción general, la productividad y la competitividad de empresas y economías, y el apego a ella, o su desprecio, inciden sobre el crecimiento y desarrollo de un país. La puntualidad es capital para la innovación y la eficacia del sector privado y del sector público. Reléveme de los ejemplos, o encuentre los que me desmientan: ¿no son Japón, Alemania, Suecia, Suiza, Finlandia, Noruega, Dinamarca, Inglaterra, Singapur y Estados Unidos, todas sociedades afectas a la puntualidad y al manejo productivo del tiempo, naciones admiradas, desarrolladas y creativas?
Un viejo dicho sánscrito dice: "Las personas que son puntuales en sus deberes, como el Sol, nunca serán pobres". Piense en esto la próxima vez que decida llegar tarde a algún lugar, armado de cualquier excusa ya demasiado usada para atajar su irrespeto por el tiempo ajeno.
Jacques RogozinskiLa política tiene mal nombre y por buenas razones, pero no tiene que ser así. La política debería ser el sencillo arte de elegir a un gobierno bueno. Pero ¿qué es un gobierno bueno? Para empezar, uno que entienda que no manda, sino que recibe un mandato y que su responsabilidad es administrar los recursos públicos de la mejor manera posible.
La honestidad es indispensable para un gobierno bueno. No hay peor pecado de un gobernante que la corrupción. La eficacia y la eficiencia, sin embargo, no quedan muy atrás. A veces es más costoso un gobierno que no sabe gobernar que uno simplemente corrupto.
Un buen gobierno debe ser austero. Esto no significa que el gobernante debe percibir un salario bajo, lo cual puede resultar contraproducente, sino manejar los recursos públicos con parsimonia y honestidad. El buen gobierno debe ser también transparente. El dinero público no es propiedad del gobernante sino de la sociedad.
No es difícil saber qué es un buen gobierno. Todos los políticos afirman que lo pueden ejercer. La experiencia nos dice, sin embargo, que por errores o tentaciones es difícil construirlo. Por eso seguimos buscando, como Diógenes, un gobierno bueno.
Sergio SarmientoSuiza es uno de los países más desarrollados del mundo. Su población es de las más educadas del planeta. Para que se tenga una idea, según el Instituto de Lenguaje, Religión y Cultura de Suiza, 38.4% de la población habla 2 idiomas. 19.3% habla 3 lenguas; 5.4% habla 4 idiomas y 1.2% habla 5 lenguas o más. En la semana que estuve allá, jamás encontré a alguien que no tuviera por lo menos nociones básicas de inglés como para ayudarlo a hacer bien su trabajo, fuera un policía, un mesero o la cajera de un supermercado.
Obviamente el sistema de transporte público es excelente, al menos en Ginebra, donde estuve. Trenes, taxis, plataformas como Uber y autobuses normales o articulados, funcionan en una especie de armonía caótica que solo puede existir con educación, con cada uno sabiendo su lugar y respetando a los demás. Claro que hay los irrespetuosos, pero son muchos menos que en nuestro día a día latino.
Sergio OliveiraLee Kuan Yew, considerado el padre de Singapur, desde 1959 hasta 1990, logró significativos progresos (que hoy se pueden constatar) con un modelo de gobierno estricto en lo social pero profundamente capitalista, y todo comenzó con reducir a la corrupción y así impulsar la producción económica hasta convertirla en uno de los países más competitivos.
Cómo muchos países, la corrupción está asociada con la impunidad, la malversación de fondos públicos, el soborno y cuanto se le pueda ocurrir a un funcionario o político para aliarse con los hombres de negocios y así obtener sustanciosas ganancias ilícitas.
Su visión para derrotar a la corrupción comenzó con un concepto muy importante "para logarlo debes estar dispuesto a enviar a la cárcel a tus amigos y familiares".
Sólo de esta manera se puede ir sistemáticamente reduciendo la podredumbre que existe.
Uno de los pasos importantes que dio fue pagarles muy bien a los funcionarios públicos para que no caigan en la tentación de buscar otras fuentes de ingresos. Pero a estos funcionarios los rotaba de puestos frecuentemente, para que no hicieran lazos corruptos. Además les hacían inspecciones sorpresa. Y si algún funcionario estaba involucrado en algún acto ilícito, hizo fuertes lazos con los medios de comunicación, para que investigaran y publicaran sus hallazgos y así la población estaría enterada de las fechorías de esos empleados públicos.
Se creó una oficina de investigación sobre la corrupción que desde un inicio tuvo poderes autoritarios, de tal manera de que sin una orden judicial se pudiera detener a los sospechosos para llevar a cabo interrogatorios e indagar sus lazos y actividades, empezando por sus bienes y cuentas bancarias.
Los funcionarios a los que se comprobaba su corrupción perdían su empleo, su pensión y de todos los beneficios que habían adquirido.
Desde luego que nadie que infrinja una ley queda impune, no importaba el rango, o el desempeño laboral que realizara. Se trató de erradicar toda conducta ilícita de cualquier persona, por eso incluso los amigos y familiares no podrían estar exentos. En pocas palabras eliminó el fuero y los intocables, como existe ampliamente en México. Que con una sola llamada de un amigo se puede salir de la cárcel o simplemente no pagar una multa o ser sujeto a indagatoria por parte de una institución como Hacienda.
Desde luego que estas medidas las acompañó con reglas cotidianas, que nos pueden parecer ridículas, pero había que disciplinar al pueblo y hacer que el comportamiento social fuera ejemplar. Así que el respeto y el cumplimiento estricto de ellas ha sido un complemento indispensable para erradicar la impunidad y desobediencia, como es el caso de no arrojar basura, chicles, escupir o consumir alimentos y bebidas en los interiores del transporte público.
Otro de los ejes principales fue la reforma judicial, defender la pena de muerte para eliminar a la delincuencia, especialmente a los asesinos y a los narcotraficantes, quienes por lo regular terminan en la horca.
Pero también el plan incluía la creación de empleo, la inversión extranjera y dar todas las facilidades para la construcción de fábricas sin que el gobierno se convirtiera en un obstáculo.
La reforma educativa tuvo una función muy importante: enseñar a los jóvenes a trabajar, a ser puntuales, a ser responsables y aprender a fabricar productos de alta calidad. Que un alumno piense, analice y resuelva problemas por sí mismo es el objetivo principal. No el conocimiento y las ciencias solamente, sino los medios para ganarse la vida.
Cualquier propuesta para combatir la corrupción que no tome en cuenta la idea de erradicar la impunidad es una demagogia más.
Si realmente se quiere lograrlo hay que estar dispuestos a meter a la cárcel a los familiares y amigos. Que no se nos olvide.
Guillermo DellamaryExisten en el sudeste asiático 2 naciones que comparten la misma historia, la misma geografía, la misma riqueza de tierras y aguas, la misma fe religiosa musulmana, más o menos la misma genética, y un similar pasado colonial, pero mientras que Malasia es una de las grandes potencias de la región, Indonesia permanece en el subdesarrollo; sus capitales, Kuala Lumpur y Yakarta no podrían ser más distintas y opuestas.
Kuala Lumpur es una ciudad espléndida, moderna, vertical, dotada de magníficas comunicaciones, con un orden social admirable, limpieza en todos sus espacios, integración y solidaridad, disciplina, asertividad, honestidad y puntualidad. Yakarta es una ciudad caótica, horizontal, acechada por la basura, desigual, desordenada, con altos índices de pobreza y desbarajuste social, corrupción e impunidad. ¿En qué radica la diferencia, qué factor no se observa y produce un resultado tan desigual?
Sin lugar a dudas, el sistema político, que es mucho más que un nombre, como podría ser monarquía o democracia. Malasia le ha apostado con veracidad y sobre todo con hechos, a la construcción de una sociedad democrática y disciplinada, apuesta que ha comenzado por el liderazgo de políticos visionarios, los cuales consolidaron un estado de derecho reconocido, avalado y asumido por toda la sociedad, porque el propio gobierno es el primero en hacerlo vida y observarlo.
Yakarta ha pasado de una dictadura a otra bajo un caris democrático en el que nadie cree, procreando un sistema de políticos corruptos, amparados por la impunidad oficiosa del estado, aprovechando a sus anchas la riqueza proverbial de su territorio en beneficio propio, lo cual fortalece el sistema corrupto en el que se mueven porque sacan beneficio de él.
El parecido con las realidades latinoamericanas salta a la vista. En nuestro país, al igual que en la lejana Yakarta, lo que impera es un sistema político construido por la clase gobernante no en beneficio del país, sino de la perpetuación de una estructura de poder que solamente aprovecha a los políticos. Tal vez sea esa la razón de que en la actual campaña electoral todos los candidatos hablen de resolver los problemas que tiene México, pero ninguno se comprometa a solucionar la causa de fondo de todos ellos, es decir, el sistema político mexicano, que debe ser reformado o sustituido como condición sin la cual no se podrá resolver ninguna de las graves condiciones que hoy vive la nación.
Prometer abatir tal o cual situación, traer la prosperidad para todos, acabar con la corrupción y la impunidad, no son sino parches o remiendos que se quieren poner a una tela ya tan desecha que se vuelve incapaz de recibirlos. Lo que urge es cambiar de tela, es decir, cambiar el sistema que ha permitido todo cuanto hemos visto y vivido hasta el presente, algo que los candidatos no se atreven a prometer primero porque tal vez ni ellos advierten cual es el problema de fondo, y en 2o. lugar porque si lo saben, no se atreverían a hacerlo pues en ello les va su propio futuro y el de los grupos de poder que los avalan. ¿Qué es entonces lo que debemos hacer como ciudadanos?
Armando González EscotoEl caso que hemos comentado de Singapur, tuvo esa extraña mezcla entre democracia y un cierto toque de autoritarismo, para imponer muchas reglas y criterios que acabaran con la corrupción. Empezando por establecer auténticos castigos para los infractores de la ley, que aún siguen vigentes. Como el dar azotes a los delincuentes además de privarlos de su libertad o aplicar una efectiva pena de muerte para los narcotraficantes y asesinos.
En algún punto se tienen que romper los círculos viciosos de la corrupción y de la ineficiencia gubernamental. Y la mano dura es indispensable para hacer entender a la gente, de cualquier nivel, que las cosas se tienen que hacer de diferente manera. Ante la desobediencia existe la intransigencia. No hay clemencia ni impunidad. El que la hace la paga y tiene que cumplir con lo prescrito en la ley. Así que no hay una sola persona que consuma alimentos ni agua siquiera en las estaciones del metro, los autobuses y mucho menos en los vagones. La multa es de cerca de 7,000 pesos por romperla y peor aún si alguien se atreve a fumar porque pagará cerca de 15,000 por hacerlo.
Eso sí, la limpieza es impecable, no hay un sólo papel tirado en ningún lado y mucho menos hay grafiti ni publicidad fuera de los lugares permitidos.
La gente es respetuosa y sumamente correcta y disciplinada con las filas y los ingresos en los accesos a los vagones del metro. No hay empujones y conglomerados de gente mal oliente que no sabe cuidar ni a su propia higiene, como sucede en muchos sistemas de transporte colectivo del mundo. En Singapur la delincuencia ha disminuido de tal manera de que se puede tener una vida tranquila, en cualquier parte, sin el temor de ser asaltado o robado. En varios lugares las autoridades tienen cámaras que identifican cualquier intento de conducta sospechosa, y la misma gente está habituada a denunciar cualquier irregularidad. Y desde luego la respuesta de la policía es inmediata y efectiva. Se castiga de inmediato al delincuente, pues las pruebas y los testigos son contundentes. Además periódicamente se publican, en enormes pantallas visibles al público, el número de ladrones que han sido atrapados en cada una de las regiones de ese país.
También han logrado llegar a ser una sociedad preventiva, a evitar que la gente se comporte en manera inadecuada, especialmente promoviendo la gravedad del robo como una conducta social inaceptable. No sólo se ha buscado que los políticos dejen de robar, sino que se promueve por todos los medios, a que la gente de la calle, evite hacerlo.
Y todo esto es posible gracias a que existe una mano dura y firme, que haga que las cosas se cumplan y se obedezcan, como también en caso contrario vienen las consecuencias que también se cumplen con firmeza.
En México queremos la democracia y buscamos que nuestros derechos se cumplan, pero no estamos muy conscientes de cumplir cabalmente con nuestras obligaciones.
Guillermo DellamaryMucho se habla sobre el tema de la baja productividad en México. Académicos, analistas y políticos refieren que una de las principales razones es la informalidad. Sin embargo, hablan poco de otros elementos que influyen directamente, como es el caso de las largas jornadas laborales y el tipo de alimentación de los mexicanos.
Hay estudios que demuestran que aumentar las horas laborales no crece la productividad. La Universidad de Stanford encontró que los empleados que trabajan más de 40 horas a la semana son menos productivos que los que trabajan un promedio de 40 horas. La fatiga y el estrés que provoca trabajar horas extras propicia que el empleado cometa errores que se deberán corregir con aún más horas de trabajo.
Pero, ¿Hay alguna correlación entre las largas jornadas laborales, nuestra baja productividad y nuestros hábitos alimenticios? La comida en México tiene una relevancia importante, no es solo un tema oficial, es un tema de todos los días, en cualquier estrato social y en cualquier punto de la república. ¿Cómo es la dieta diaria del trabajador mexicano? Por la mañana un panecito dulce y un café o una "ligera" guajolota, al medio día el almuerzo, que pueden ser unos chilaquiles, una torta, gringas, tamales o unos tacos, luego entre 2 y 4 pm la hora de la comida y la cena muy tarde una vez que llega del trabajo. Hay toda una industria dedicada a esto, según un Informe de la Universidad Iberoamericana (2014), 5 millones de mexicanos comen en puestos ambulantes diario en los más de 105,304 en CDMX. A esto sumémosle que según CANACINTRA el mexicano promedio consume 12.8 litros de refresco al mes, 2,800 calorías diarias.
Especialistas han demostrado que los efectos más importantes del exceso de consumo de carbohidratos y alimentos procesados son: la falta de concentración, la pérdida de la creatividad y la mala memoria. Al cuerpo le toma más tiempo digerir los alimentos predominantemente grasosos y a veces hasta días completos.
Múltiples estudios han evidenciado la relación entre la alimentación y los niveles de productividad. Alegan que el bajón en energía después de tener una ingesta calórica muy alta, provoca una inundación en el cerebro de glucosa y éste como mecanismo de defensa se desacelera. Un informe preparado por el USDA (Secretaría de Agricultura de Estados Unidos) titulado "Seguridad alimentaria y nutrición en México" indica que según el Banco Mundial (2006) el costo de la malnutrición en países en desarrollo representa un 2-3% de pérdidas en el PIB. Aplicando esta fórmula, significaría que México pierde 19,000 millones de dólares anualmente.
Para cerrar les dejo esta frase de Gary Gadner, co-autor del libro Desnutridos y sobrealimentados: la epidemia global de malnutrición: "Los hambrientos y los que tienen sobrepeso comparten altos niveles de enfermedad y discapacidad, acortan sus expectativas de vida y reducen sus niveles de productividad, cada uno de los cuales son un lastre para el desarrollo de un país". En China, están implementando medidas correctivas a la situación del sobrepeso; la Universidad Nanjing de Agricultura, exige a sus alumnos que para poder aprobar el curso de nutrición deben haber bajado de peso, solo pueden ingresar aquellos cuyo índice de masa corporal es superior a 28 y un porcentaje de grasa corporal de más del 30%. La disminución de peso de parte de los alumnos representa un 60% de su calificación. ¿Estaremos a tiempo de hacer lo mismo?
Jacques Rogozinski¿Por qué algunos países o ciudades prosperan? El economista venezolano, Ricardo Hausmann, utiliza el scrabble como una metáfora para explicarlo. El proceso productivo es como un juego de scrabble, donde el know how son las letras y la riqueza que se puede producir es como las palabras que se pueden formar. Si quieres producir mucha riqueza, requieres una diversidad de "letras" que puedan agruparse u organizarse de muchas formas para producir múltiples palabras.
Las 3 grandes automotrices de Detroit se aprovecharon de la migración alemana con experiencia en industria que llegó a esa ciudad para trabajar en Oldsmobile; el Silicon Valley de California se volvió una realidad con la llegada de talento proveniente de los Laboratorios Bell, de New Jersey. El clúster textil de Bangladesh, uno de los mayores del mundo, se explica por la migración de 150 coreanos que llegan allá para trabajar en una planta de Daewoo. En estos casos, explica Hausmann, estos nuevos saberes (letras) potencian una región que producía otras cosas, de otra forma. Las regiones prósperas, como norma, son aquellas a las que llegaron migrantes. Es un círculo virtuoso.
Ricardo Hausmann fue ministro de Planificación de Venezuela y es académico en Harvard. Este economista lanza un dardo para México: "Aquí vive sólo un nacido en el extranjero por cada 240 habitantes. En Singapur, la ratio es 1 a 2.4; en Estados Unidos es 1 a 7... de los empresarios de Silicon Valley, 52% son nacidos en otros países".
México crecería más, si tuviera una política migratoria más enfocada a atraer migrantes, "se puede importar maquinaria, manuales, instructivos, pero si no tienes el know how, eso no sirve para producir riqueza. Atraer gente con conocimientos o saberes, puede ser más rápido que formarlos". El desarrollo económico sostenible implica tener una población que adquiera un abanico cada vez más diverso de capacidades productivas.
El Centro para el Desarrollo Internacional, que dirige Hausmann en Harvard, acuñó el concepto de la complejidad económica, "una forma de saber cuánto conocimiento posee una sociedad es ver cuántos bienes o servicios es capaz de producir", explica. Elogia a Nuevo León. "Ha sido capaz de integrar cadenas de valor en muchos productos diferentes. Eso explica que su PIB es 8 veces superior al de Chiapas".
El tema de Venezuela no podía faltar en la conferencia que dictó Hausmann. La principal diferencia que yo encuentro es que en México, el gobierno necesita mucho más de la sociedad, del sector privado que en Venezuela. Allá, el gobierno no necesitaba a la sociedad, a las empresas, para generar sus ingresos. La renta petrolera creó una situación en la que casi no necesitaba cobrar impuestos y lo hacía indiferente a lo que pasaba en la economía no petrolera. Cuando los precios del petróleo alcanzaron sus niveles más altos, el autoritarismo de Chávez se exacerbó... Cuando vino la crisis, aprendimos una cosa, explica: el gobierno se debilita, pero la sociedad se debilita aún más...
Luis Miguel GonzálezLos holandeses trabajan pocas horas. De hecho, con 1,430 horas al año, son el 4o. país del mundo en donde menos horas se labora, según la OCDE. Alemania es el país en el que menos horas trabajan con 1,363 horas, en 2016. Cuando miré hacia la parte inferior de la tabla donde se mostraban todos los países en orden descendente. ¿Cuál creen que es el país de la OCDE en donde más horas por año se trabaja? No hay sorpresa: aquí, México, con 2,255 horas, casi el doble que Alemania y 2 tercios más que Holanda. Que trabajen menos no los hace un país improductivo. En 2016 su PIB per cápita fue de 46,300 dólares, apenas por debajo de los 52,300 de Estados Unidos, cuando 30 años antes, era la mitad.
Esto confirma en parte la tesis de la que hablé en mi columna anterior en la que mencionaba que el hecho de trabajar más horas no hace más productivo al país, sino todo lo contrario como lo muestra el estudio de Standord "The Relationship Between Hours Worked and Productivity".
Por otra parte, recordé que Holanda tiene un lugar privilegiado en mi memoria. Cuando fui a recibir un premio, en 2016, después de una década sin visitar Ámsterdam, me encontré con que los viejos cafés donde vendían y consumían mariguana con libertad, ya no son un número menor, sino que están distribuidos por toda la ciudad y llenos de jóvenes, ancianos, ejecutivos y mujeres de toda edad.
Y a diferencia de lo que opinan muchos analistas, esa liberalidad holandesa tampoco ha sido contraproducente, no ha disminuido la productividad ni incrementado la criminalidad.
De hecho, Holanda es un país muy poco violento, al punto que desde 2013, según reporta The New York Times, se han cerrado 19 de las 60 prisiones del país por... ¡falta de delincuentes! Una tercera parte de las celdas holandesas, según cifras oficiales, están vacías, de modo que el país tomó un par de decisiones creativas: rentó numerosas celdas a Bélgica y Noruega, convirtiendo algunas de las prisiones cerradas en centros de asilo para refugiados, permitiéndoles así un aprovechamiento de activos ociosos. Y diré más, una de las cárceles más famosas y temidas, Het Arresthuis, fue convertida en hotel de lujo.
Los cambios en las formas de trabajar nos llevan a tener que revisar nuevamente las viejas premisas que decían que la productividad estaba relacionada con largas jornadas laborales y años sin vacaciones. Tenemos el ejemplo de Corea del Sur, en donde sus legisladores aprobaron de manera abrumadora una reducción en las horas de trabajo en un 24%, ley que entrará en vigor en julio próximo. Es claro que países con altos índices de desarrollo económico y calidad de vida, han hecho una apuesta diferente. ¿Y México?
Jacques RogozinskiTuve la oportunidad de estar en Suiza esta semana. La primera plana del periódico Tribune de Geneve de domingo, lunes y martes se la llevó el acá sonado "Caso Maudet". El señor Pierre Maudet es un joven político de 40 años, alcalde de Ginebra a sus 34 y en 2012 electo al Consejo de Estado (parlamento), donde ha ocupado las carteras de Economía y Transporte. Maudet era hasta hace unos días el prototipo del político moderno y la estrella del Partido Liberal. Pues fijese usted que en el 2015 Pierre aceptó un viaje lujoso a Abu Dhabi y además recibió $20,000 Euros. Ambos a cuenta "del amigo de un amigo", que tiene una concesión en el aeropuerto de Ginebra.
El viaje en 1a. clase y los $500,000 pesos son el gran escándalo de corrupción y conflicto de intereses que hoy averguenza a la sociedad suiza. Políticos de oposición, medios y líderes de opinión piden la renuncia inmediata de Maudet, aún sin que el caso sea investigado por las autoridades pertinentes. Asimismo, el sindicato suizo de servicios aeroportuarios ya exige que se revoque la conseción a la empresa de Arabia Saudita, que supuestamente llevó de viaje y le regaló dinero a Maudet a través de un tercero.
La indignación por este "escándalo" es mayúscula entre los suizos ya sea para un taxista o entre altos funcionarios del sector privado. ¿Qué dirían los suizos de los escándalos de corrupción en México? Odebrecht reservado por el INAI, Duarte de Chihuahua con más de 30 propiedades, Duarte de Veracruz con desvíos a empresas fantasma, Borge en Quintana Roo, Padrés en Sonora, la estafa maestra de Sedatu y Sedesol, los contratos a Higa, el socavón de Cuernavaca, entre tantas otras. Aquí lo de Maudet no es tolerable y tendrá consecuencias. En México ninguno de los casos arriba señalados se ha investigado a fondo, ni hay una resolución judicial final al respecto. César Duarte, por ejemplo, sigue prófugo de la ley, sin que el gobierno federal logre extraditarlo.
¿Tiene que pasar el 1º de julio para que tengamos un Fiscal Especial Anticorrupción? ¿Se podrá modificar a fondo el artículo 102 de la Constitución para crear una Fiscalía como la que el país necesita?
Julio Madrazo
En la pequeña isla de Teshima, en la prefectura de Kagawa, en Japón, los campos de arroz parecen jardines. Cultivar arroz es un oficio que realizan los japoneses con arte y exactitud; es parte del paisaje rural del país. Esta es una labor que los japoneses han perfeccionado produciendo la mayor variedad en sabor y textura. Pero no solo eso, según la CNBC, tienen el récord Guinness mundial del arroz más caro del mundo: el Kinmenai Premiun se vendía en el 2016 a 109 dólares el kilo.
¿Y nos imaginaríamos que un país con una geografía como la japonesa sea también el productor de uno de los cortes de carne más caros del mundo? La carne de Wagyu Kobe. Un kilo de esta carne puede costar hasta 30,000 pesos. ¿Por qué no se produce en Argentina, Estados Unidos, Australia o en México? ¿No se podrían importar reses como se hace con otras variedades y producir con la misma calidad japonesa? Y hay más: Japón es el país con más restaurantes con estrellas Michelin en el mundo. Solo en Tokio hay 230. ¡Más que en los países europeos! ¿Y México? La respuesta para lograr excelencia en productos y servicios está en el detalle. Para innovar no todo es tecnología y para crear productos y servicios con alta calidad se necesita perseverancia, disciplina, trabajo constante y visión a largo plazo. Todos estos ingredientes forman parte de una palabra que no gusta en México: CULTURA. Aquí todo lo que sale mal se debe a la falta de instituciones.
La carne y el arroz no son lo único que distingue a los japoneses; hemos escuchado del famoso "milagro japonés" refiriéndose a su recuperación económica después de la Segunda Guerra Mundial y el reconocimiento mundial por la calidad de sus productos y el alto grado de innovación tecnológica. Japón, junto a los Estados Unidos, es el líder de la producción de alta tecnología -electrónica e informática, industria aeroespacial, biotecnología, óptica, mecánica de precisión-. A la vez, mantiene los primeros lugares en la producción automovilística y naviera.
Estos logros se dan en un contexto de sobrepoblación geográfica, frecuentes riesgos ambientales, dependencia alimentaria exterior, ausencia de minerales y fuentes de energía; además, ubicado en la zona sísmica y volcánica más activa del mundo, con constantes terremotos, erupciones volcánicas y tsunamis. De esta vulnerabilidad también construyeron una oportunidad constituyéndose en un referente en modelos de construcción antisísmica, protocolos de emergencia durante desastres naturales, entre otros.
Los expertos en desarrollo económico predican que la producción y exportación de productos de alto valor agregado son clave para el desarrollo económico. Insisten en invertir en tecnología e infraestructura para lograrlo. En mi opinión, con la experiencia de haber recorrido más de 50 países, conocido, escuchado y debatido con destacados actores económicos del sector público y privado, eso no es suficiente. Un ingrediente fundamental para avanzar es la cultura. Es parte de la explicación en la producción de alta calidad desde productos primarios hasta los más sofisticados. Una cultura acentuada de trabajo, disciplina y dedicación es necesaria. Los cambios culturales son el mayor reto para una sociedad, y son los que parten de una combinación de esfuerzos del sistema educativo, la sociedad y el gobierno. Estos no se logran en un sexenio ni con campañas de publicidad, sino con visión de largo plazo y con el concurso de todos. ¿Algún día lo aceptaremos?
Jacques RogozinskiEl eje central de mi reciente libro "Y ahora pa' dónde" es la importancia de la cultura para el desarrollo económico, social y político de los países.
Algunos de los ingredientes de la cultura mexicana que difieren con otros países son: la confianza interpersonal, el hábito de la educación, el ahorro, comprometerse con resultados, la puntualidad, la rendición de cuentas pública y social, el respeto a las reglas del juego, la cultura de la excelencia, los hábitos alimenticios y el respeto. La lista es larga.
Me concentraré en 3 de ellos: la confianza interpersonal, la cultura de la excelencia y la educación. En México un escaso 12% de la población considera que "las personas son confiables". Una gran diferencia con los niveles de confianza interpersonal en los países con altos niveles de calidad de vida, como Noruega con un 73% y Holanda con 67%. La desconfianza interpersonal incrementa los costos transaccionales reduciendo eficiencia, y en consecuencia el crecimiento económico. Según los economistas Paul J. Zak y Stephen Knack en su estudio "Trust and Growth", las sociedades con alta confianza interpersonal producen mejores resultados que aquellas de baja confianza. ¿Cuánto nos cuesta la desconfianza? ¿Cuál es la receta que nos darían los institucionalistas para resolver este problema?
En cuanto a la educación, la cultura de la excelencia académica y el hábito del estudio, contrario a lo que se puede inferir de los medios de comunicación, no depende de la política gubernamental. El factor determinante es el involucramiento de los padres de familia y un entorno facilitador. Un ejemplo emblemático es Corea del Sur, en donde las familias ahorran para contratar tutores para que sus hijos puedan desarrollar habilidades técnicas, estudiar robótica o matemáticas; no para viajes, automóviles o fiestas. Los jóvenes surcoreanos estudian alrededor de 16 horas al día, en México no llegamos ni a 5. Esto explica porque Corea del Sur está en los primeros lugares en los resultados de las pruebas PISA y en el caso de México estamos entre los 20 más bajos del mundo y ahí seguiremos si no cambia el nivel de compromiso de los padres.
El 3er. punto es la cultura de la excelencia. El caso más emblemático es Japón, hace 50 años era impensable que fuera un referente en tecnología, de hecho, era todo lo contrario, cualquier artefacto tecnológico si venía de Japón se veía de menos. Hoy en día es punta de lanza en tecnología, destacándose en microelectrónica, informática, biotecnología, óptica, entre otros. Actualmente tienen la 3a. parte de los robots industriales del mundo. En México se están haciendo esfuerzos por destacarnos en las artes culinarias, pero aún no hay un solo restaurante de chefs mexicanos con estrellas Michelin en el país. ¿Cómo se explica que los chefs mexicanos con estrellas Michelin estén fuera de México? En ningún ámbito tomamos la excelencia como un estándar generalizado.
Estos son algunos de los condicionantes de nuestro desarrollo, los ingredientes de nuestra sopa que deberíamos repensar y evaluar y que no dependen del gobierno ni las instituciones.
Jacques RogozinskiEn Singapur los salarios son altos pero la vivienda es carísima. Hay poca tolerancia al que falta a la ley. Tirar basura en la calle, por ejemplo, cuesta 500 dólares de multa y no hay modo de zafarse. De ser un país de desarrollo medio se transformó en potencia en un par de décadas. Floreció durante una dictadura militar. Ahí el poder se ejerce sin contrapesos. Singapur es uno de los 5 países menos corruptos del mundo.
Carlos Loret de Mola A.Uno de los mitos que nos gusta repetir a los que vivimos entre los trópicos es que la felicidad es directamente proporcional con las horas de luz y los días de calor y cielo azul. Sin duda eso ayuda, pero la verdad es que los 10 países más felices del mundo son no fríos, son helados: 1. Finlandia (7.769) 2. Dinamarca (7.600) 3. Noruega (7.554) 4. Islandia (7.494) 5. Holanda (7.488) 6. Suiza (7.480) 7. Suecia (7.343) 8. Nueva Zelanda (7.307) 9. Canadá (7.278) y 10. Austria (7.246). México (6.595) aparece en el lugar 23 y es el 2o. más feliz de América latina solo después de Costa Rica (7.167) que está en lugar 12. Los 4 elementos que explican la felicidad de los habitantes de esos países son el crecimiento del ingreso per cápita, la seguridad social, la expectativa de una vida saludable y la libertad. En menor medida pero también importante la generosidad social y la ausencia de corrupción.
Sin embargo, lo más interesante de este Reporte Mundial de la Felicidad es la influencia de la felicidad en las actitudes políticas de las personas. Hay una relación directa entre la satisfacción personal con la propia vida y la democracia, la confianza en los partidos políticos, el sistema político y el sentirse ciudadano del mundo. Así mismo las personas menos satisfechas suelen estar más de acuerdo con la necesidad de un líder fuerte y la mano dura del gobierno.
¿Con qué se come la felicidad? Con el otro: con más vínculos sociales, con sociedades más igualitarias y libres... aunque haga un frío de la fregada.
Diego Petersen FarahEn repetidas ocasiones leemos y escuchamos que el escaso crecimiento de México se debe principalmente a la corrupción generada por la impunidad. El argumento se ejemplifica con un hecho tan simple como tirar basura en la calle: se caricaturiza diciendo, "cruzan la frontera y mágicamente se les cambió la cultura". Según ellos, como en Estados Unidos no hay impunidad, entonces la gente por miedo a ser sancionado no tira basura en la calle. O sea, si se sancionara en México la corrupción esta se acabaría. Esto no es tan sencillo.
En varios programas de radio a los que fui invitado para platicar sobre mi libro, Y Ahora pa' dónde, les preguntaba: "¿Si cruzando la frontera se cambia la cultura, ustedes cuando regresan a México tiran basura?". Inmediatamente contestaban: "No, claro que no, a mi me educaron a no andar tirando basura". ¿Y luego? La pregunta obligada es, ¿son los valores o es la aplicación de la ley? La aplicación de la ley y las instituciones son parte de la cultura. La gente no dejará de tirar basura hasta que exista una cultura de la limpieza y además se aplique un castigo social por ensuciar las calles.
Me explico mejor, justamente con un ejemplo de EUA, que siempre se utiliza como ejemplo de baja impunidad. Efectivamente, es el país con la mayor población carcelaria en el mundo; más del 1% de la población económicamente activa está en la cárcel, en su mayoría por drogas. El argumento es que aplicando la ley la gente dejaría de consumir y vender drogas. Exactamente lo contrario sucedió. El consumo creció. Hoy es la cultura la que está imperando y son las leyes las que se están modificando. En cambio, en el caso del consumo de cigarro pasó justamente lo contrario. Sin encarcelar a una sola persona, el consumo ha disminuido drásticamente. El status y glamour de encender un cigarrillo se fue a la basura. Cambió la cultura. Hoy un fumador es sancionado socialmente.
Veamos ahora la conocida y reconocida impuntualidad mexicana. Curiosamente esa impuntualidad solamente se da en México. Cuando los mexicanos van a reuniones en Nueva York, Tokio, Londres o cualquier otro lugar donde la cultura imperante es la puntualidad, todos llegan puntuales. Aquí no hay policías que estén verificando si llegan o no a tiempo. ¿Por qué lo hacen? Por la sanción social a la que serían sujetos si llegan impuntuales. Nuevamente, la cultura.
Hay condicionantes culturales y estructurales a una escala global que condicionan el desarrollo de los países (de esto hablaré en la siguiente columna). Para visualizar el desarrollo de un país deben considerarse ambas. Un buen inicio es identificar aquellos comportamientos, creencias y valores provenientes de nuestra cultura que están afectando nuestro desarrollo. Contrario a la opinión de los institucionalistas, la cultura no viene posterior a la norma, la precede. Es en el seno de cada hogar mexicano que se debe plantear un cambio de valores. De poco servirá que se inventen leyes y se sancione punitivamente.
Jacques RogozinskiLas causas de la riqueza material de los pueblos suelen tener que ver más con sus sistemas políticos que con sus sistemas de creencias, pues en la medida que una sociedad logra posicionar un buen sistema de gobierno, éste a su vez se encarga de fomentar una adecuada estructura educativa, cívica y laboral, con el aparato legislativo y judicial acorde para la prosperidad de todos y no sólo para la búsqueda de beneficio personal o elitista, lo cual desde luego destierra tanto la corrupción como la impunidad. Dije sistema político, ni siquiera recursos naturales, pues hay países poco favorecidos en este campo que sin embargo han podido descollar notablemente gracias a su sistema de gobierno.
Armando González EscotoPara medir el progreso tomamos como parámetros al crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), que en este caso aplicaremos a un período de principios del siglo pasado a 2018, tomando los datos del INEGI en miles de millones de pesos, mmdp.
En 1904 el PIB fue de 500 mmdp. Con pocos cambios así se mantuvo hasta 1934 con Lázaro Cárdenas. Con Manuel Ávila Camacho empezó a repuntar; en 1952 llegó a 1,500 mmdp. Siguió aumentando en forma consistente hasta que en 1982 tuvo un descalabro con la crisis económica con López portillo que recibió el país con un PIB de 8,500 mmdp y lo entregó con 8,000 mmdp, una disminución de 500 mmdp. En el año 2006 ya teníamos un PIB de 14,500 mmdp y con la crisi de 2009 se perdieron otros 500 mmdp; continuó repuntando y en 2018 ya teníamos 18,500 mmdp.
Tomar únicamente el crecimiento del PIB, nos daría una visión incompleta para determinar el crecimiento por lo que debemos tomar en cuenta 2 factores muy importantes que son el crecimiento de la población y la devaluación de nuestra moneda.
Después del período de estabilización de Miguel Alemán Valdez a Gustavo Díaz Ordaz hemos padecido crisis recurrentes que han frenado el crecimiento: la de 1976 con Luis Echeverría, la de 1982 con López Portillo, la de 1994 con Zedillo y la de 2009 con Felipe Calderón y falta la que nos espera con AMLO si continúa con las mismas políticas socializantes preconizadas por el Foro de Sao Paulo.
Culpamos del freno al desarrollo a la corrupción, la inseguridad, la globalización, al neoliberalismo, pero todos estos fenómenos desembocan en un denominador común que es la enorme cantidad de leyes que padecemos, de las que podemos decir que muy pocas se aplican para logra el fin para el que fueron promulgadas. Veamos algunos ejemplos: las leyes fiscales que permiten que los créditos derivados de las auditorías den lugar a litigios que en no pocos casos duran más de 5 años en resolverse y la mayoría con fallos en favor del contribuyente.
Las leyes inquilinarias que permiten a malos usuarios permanecer varios años en pleitos de desalojo. En los E.U. si no se paga puntualmente la renta, el Sheriff del Condado asiste al propietario para apoyar el desalojo inmediato.
Las Leyes Federales del Trabajo son paternalistas y así como protegen al trabajador contra abusos de los patrones. Se exageran los efectos, al grado de proteger al que roba y al holgazán. Prácticamente no se puede despedir a un mal empleado. Ni las propias autoridades pueden utilizar la actual legislación para correr aviadores; los juzgados de todo el país están llenos de litigios millonarios que invariablemente se resuelven en favor de los trabajadores del sector público.
En materia mercantil, abundan los despachos de cobranza morosa por la dificultad de cobrar los créditos vencidos y se valen de artimañas para molestar al deudor y obligarlo a pagar por medios extralegales.
Estas son las verdaderas causas que frenan el desarrollo, falta de moralidad de algunos malos mexicanos para comportarse con honradez, probidad, integridad y rectitud.
Luis Jorge Cárdenas DíazLas opciones económicas ¿son las únicas posibles? Por supuesto que no, pensar de esa manera sería mantener la penosa y lastimera actitud del limosnero, no es así que muchos países pobres dejaron atrás su marginación, más bien cambiaron de enfoque, advirtieron que la prosperidad de un país depende de 2 factores fundamentales, educación y función pública.
Cuando decimos educación de inmediato pensamos en las aulas de una escuela, es decir, activamos una visión reduccionista que limita esta importante tarea a determinados periodos o estilos, siendo que la educación debe tener una cobertura social muchísimo más amplia, máxime si se vive en un país como el nuestro, donde la educación escolar, pública, sigue estando condicionada a sobrevivir en la medida que muestre su capacidad de fracasar.
Hoy día educar es responsabilidad de todo gerente, de todo administrativo, de los medios de comunicación, de los empresarios, cualquiera sea el rubro o tamaño de su empresa, brindar una educación no sólo remedial, sino enriquecedora del pobre bagaje educativo con el cual egresan los alumnos mexicanos de sus escuelas en todos los niveles, una educación no sólo informadora sino actitudinal, teórica y práctica, de vanguardia, orientada a la investigación y a la creatividad, pero también al bien común, a la solidaridad responsable, siempre a contracorriente del asistencialismo estatal que a lo largo de toda su historia ha demostrado ser siempre contraproducente para la gente y para el país, por más que en su momento dé votos a los repartidores de despensas.
Educar es tarea de todos, desde luego, y esta responsabilidad debe fortalecerse ante el escenario que la educación pública sigue y seguirá mostrando, y que debería de esforzar aún más al sector privado a invertir en una educación de calidad cada vez al alcance de un mayor número de personas, hasta el momento en que los sindicatos magisteriales no tengan más alumnos que sus propios hijos, por más que sea éste un destino muy trágico para esos niños.
Educación y función pública convirtió a países que fueron colonias europeas en prósperas naciones que hoy rivalizan con sus antiguos colonizadores, pero si de momento la función pública todavía no da garantías, entonces educar es la alternativa, no ateniéndonos a la educación escolar y pública, tan cara para el país y de resultados tan cuestionables, sino retomando todos esa responsabilidad aun si la debamos de pagar 2 o 3 veces.
Rubro fundamental será educar para la democracia y la soberanía social frente a cualquier tipo de poder que pretenda mantener al país postrado, viviendo de la limosna pública o privada. Educar para la constante superación, para la creatividad y la solidaridad que no consiste en dar pan sino en aprender a cultivarlo.
Armando González EscotoCada visita a Japón me refuerza la idea de que no hay futuro sin educación.
Aterricé en Tokio 3 días después del paso despiadado del huracán Hagibis, que si causó estragos en algunos lugares, fue imperceptible no solo para los que asistieron a la ceremonia oficial de posesión del nuevo emperador, Naruhito, pero también en regiones cercanas al mar como en la carretera llamada Izu Skyline, en Shikuoka, en las faldas del monte Fuji. Esto es fruto de un país que hace las cosas como se debe, lo que si bien no lo transforma en invencible, disminuye vulnerabilidad de manera considerable. La fuerza del huracán en América Latina probablemente hubiera causado muchas más que las 33 muertes que provocó en Japón.
El regreso de Japón me produce sentimientos encontrados. Por un lado me hace pensar que la humanidad tiene remedio, solo hay que educarla propiamente. Por otro, me queda la duda de si algún día en América Latina podamos tener algo parecido, más aún después de que Chile, que parecía nuestra mayor esperanza y ejemplo, vive el momento que está viviendo.
Sergio OliveiraTras presentar un libro de su autoría y participar en una mesa del V Seminario Internacional Aspen-FIL, Santiago Levy, ex vicepresidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), reconoció que los primeros años de gobierno siempre son complicados en materia económica. "Independientemente de que si técnicamente se le llama recesión o no, en realidad es un poco secundario. El crecimiento del país ha sido lento... siempre en los primeros años de cada gobierno, la tasa de crecimiento cae. Tampoco hay que ponerle un peso excesivo a esa situación".
Lo importante, dijo, es ver si hay condiciones para que el crecimiento a mediano plazo sea más rápido, en un contexto internacional que da señales de una situación económica que se está complicando.
Por ello apuntó que es necesario plantear las acciones que puede emprender México para protegerse frente a un contexto internacional más desfavorable. "En el fondo, el país sólo va a crecer más rápidamente si la productividad aumenta".
Acentuó que en muchas ocasiones se piensa que el problema de crecer más rápidamente consiste sólo en invertir más, en obtener una fuerza de trabajo más educada, con más escolaridad, "pero lo que mis investigaciones señalan es que, comparado con otros países de América Latina y del mundo, la razón principal por la que México no crece más rápidamente no es porque invertimos menos ni porque nuestra fuerza de trabajo no crece lo suficiente o no tiene suficiente escolaridad. El problema central es que la productividad crece muy lentamente".
Levy analizó la situación del país en el periodo de 1996 a 2016. "Esto es sorprendente, pero cierto. La productividad del país no creció en 2 décadas".
Aclaró que no hay una explicación sencilla sobre por qué la economía no crece, pero en el fondo está relacionado a un conjunto de regulaciones en materia fiscal, laboral, de seguridad social y de cómo funciona el sistema de contratos en México que impide que las empresas crezcan, que provoca que muchas sean informales y que las personas trabajen por cuenta propia en lugar de estar en las compañías.
Precisó que 90% de las empresas en el país tiene menos de 5 trabajadores, por lo que el tamaño promedio viene a la baja. "Y las empresas muy chiquitas tienen dificultades en ser productivas en el país porque no hay economías de escala... son muy frágiles. En ese contexto es muy difícil aumentar la productividad en México".
Recordó que este problema tiene más de 20 años, por lo que no es característico de este gobierno ni del anterior, sino en realidad de los últimos 6 o 7.
Lo que se requiere, indicó, es realizar primero un diagnóstico sobre el problema de la productividad que, si no se resuelve, no se logrará tener una sociedad próspera.
Sobre el trabajo realizado por la actual administración federal para atender este problema, subrayó que apenas tiene un año. "Entonces habría que ver más adelante si este conjunto de regulaciones se están abordando o no. Mi opinión es que, a menos de que hagamos eso (un estudio a profundidad), será muy difícil que crezcamos más rápidamente".
Los detalles
(V.pág.3-A del periódico El Informador del 2 de diciembre de 2019).
No es cierto que las naciones no mueren. Logran sobrevivir como una suerte de gran entelequia, como una edificación simbólica anclada en la realidad de un Estado, pero en los hechos sí se acaban, algunas, destruidas por los horrores de la guerra o llevadas al abismo por un tirano delirante.
Venezuela, hoy día, es un país deshecho al que le tomará décadas enteras volver a levantar cabeza. Y, sí, algún día terminará por reencontrarse con la normalidad de la democracia y por alcanzar unos mínimos niveles de bienestar. Pero, antes de que eso ocurra, millones de personas habrán sobrellevado inenarrables durezas -hambre, severísimas carencias, persecuciones, cárceles y hasta la estremecedora contingencia de ser asesinadas- y el derrumbe de su mundo les significará una herida abierta de por vida.
Alemania, cuando se rindió finalmente ante los Aliados, era un país devastado. Basta mirar las imágenes de Berlín, arrasado por las bombas, para advertir la apocalíptica dimensión del castigo que Hitler se agenció y que terminó por endosarles a sus ciudadanos, inocentes en su gran mayoría.
La nación teutona se ha vuelto una formidable potencia económica (y un lugar, miren ustedes, donde el número de asistentes a los conciertos sinfónicos es mayor al de los espectadores de la Bundesliga). Pero esto no lo vivieron las mujeres y los niños que se refugiaban en los sótanos cuando caían los explosivos lanzados por los bombarderos de la RAF, la US Air Force y -al final de la contienda, hacia 1945- por la aviación francesa y hasta por los soviéticos: los británicos arrojaron más de 45,000 toneladas de bombas y los estadounidenses 23,000. Y, lo que en un 1er. momento había sido una estrategia para destruir meramente objetivos militares, se volvió pronto, ya desde 1941, una ofensiva dirigida a destruir deliberadamente viviendas e infraestructura urbana, con un abominable costo para los civiles. Pues bien, ¿no se puede decir que todo, o casi todo, terminó para esa gente? ¿No vivieron, esos ciudadanos bombardeados, algo así como el fin del mundo? ¿Y no fue el Holocausto, a su vez, una monstruosidad? ¿No hubo millones de víctimas que no tenían por qué morir y para las cuales no hubo ya ningún mañana? ¿No fue eso un punto final, un camino sin retorno? ¿Y, hablando de devastaciones, no hubiera sido mucho mejor que Berlín y otras ciudades no fueran primeramente destruidas en lugar de ser luego reconstruidas?
Estamos hablando, también, de la deriva de pueblos enteros hacia el propio aniquilamiento. A Hitler lo siguieron los votantes en sus inicios y Mussolini gozaba de una enorme popularidad en Italia. De Hugo Chávez se sigue diciendo que era un líder excepcionalmente carismático (una visión muy extraña: miras los videos de sus discursos y aparece más bien la figura de un siniestro bufón) y el mundo sigue poblado, a estas alturas todavía, de legiones de seguidores de tiranos y demagogos. Hay naciones que parecen tener así una oscura vocación suicida y que, de la mano del caudillo de turno u obnubiladas por una ideología revanchista, se lanzan al vacío. En Latinoamérica sabemos mucho de eso.
Román Revueltas RetesMillones de mexicanos han emigrado a los Estados Unidos. Las primeras preguntas serían, entonces: ¿cómo es allá? ¿Qué tal están las cosas? ¿Qué tiene ese país? ¿Por qué les resulta tan atractivo? ¿Por qué abandonan el terruño y afrontan, las más de las veces, las azarosas circunstancias de un viaje clandestino para entrar ilegalmente en una nación extraña?
Pues, comencemos por examinar el modelo económico que han instaurado nuestros vecinos: es un sistema capitalista, para empezar. Muy regulado, es cierto, y con tintes de estado benefactor, a pesar de todos los pesares, porque ha establecido mecanismos para atender a los sectores más desfavorecidos de la población. Pero nadie habla, en aquellos pagos, de repartir propositiva e intencionadamente la riqueza que han generado los individuos productivos y hay un respeto casi sagrado por la propiedad privada al punto de que, en algunos estados de la Unión, un ciudadano puede dispararle con un arma al ladrón que intenta introducirse en la casa de su vecino sin afrontar consecuencias legales. Se promueve la libre empresa, se impulsa la competitividad y se premia culturalmente el esfuerzo como una manifestación del espíritu empresarial. No se castiga el éxito ni los millonarios son satanizados porque, a ojos de los demás, los caudales que han logrado obtener no resultan necesariamente de contubernios con el poder político ni son un infamante signo de corrupción sino que se atribuyen a méritos personales y a la capacidad del emprendedor para innovar. Impera además un sistema judicial muy estricto -tal vez demasiado severo, en oposición al resto de los países democráticos de occidente, sobre todo en lo que se refiere a una población carcelaria que supera los 2 millones de personas y que es la más numerosa del mundo, tanto en términos absolutos como porcentuales- que otorga absolutas certezas jurídicas a los inversores y que garantiza la debida aplicación de las leyes. Ah, y algo que no tiene que ver directamente con los negocios ni con el lucro: Estados Unidos es el país que más gasta en cultura por habitante.
Ahí, en esa nación, es donde se han afincado, lo repito, millones de nuestros compatriotas. ¿No creen en el estatismo ni en las nacionalizaciones? Qué caray...
Román Revueltas RetesMe encontraba al inicio de un tour por Alemania que llevaría a presentar en aquel país mis novelas Milena y Corruptores, traducidas y publicadas por la editorial Elstersalis. La idea era una serie de eventos que comenzarían en la feria del libro de Leipzig y continuarían en Berlín, Hamburgo, Múnich y Berna en un recorrido que tomaría poco menos de un mes. Bueno, eso era antes del coronavirus.
Nunca llegué a Alemania. El terror a la pandemia cambió de la noche a la mañana los planes de buena parte de la población europea y dejó a este ex entusiasmado autor mexicano varado en una estación de tren sin destino aparente y, por lo menos hasta la fecha de regreso del avión a México, sin oficio ni beneficio. Viajes, reservaciones y presentaciones habían sido fulminantemente canceladas.
Tampoco es que pudiera quejarme. La crisis simplemente me convertía en un turista improvisado; a los que me rodean en cambio les están sucediendo cosas peores. Comercios cerrados, empleos perdidos, clases suspendidas, planes de vida severamente trastocados, viajes interrumpidos.
No es que la gente deje de ir a los cines, a las tiendas, a los clubes, a los estadios, antros o iglesias; es que simplemente están cerrados todos los recintos destinados a socializar, divertirse o fraternizar; para pecar o para arrepentirse después de haber pecado. Las autoridades desean que la gente simple y llanamente se recluya. Como en los peores días de la dictadura estalinista toda reunión de más de 4 personas es considerada un peligro para la sociedad, aunque ahora lo sea por motivos de salud.
Algo de esto había comenzado a suceder en México en los últimos días, pero con una diferencia notable. Alemanes, belgas y holandeses con los que he podido conversar aceptan las draconianas medidas con resignación disciplinada; lamentan las consecuencias, por supuesto, pero no cuestionan y mucho menos incriminan al funcionario que se ve obligado a tomarlas.
Quizá se trate de pueblos que han pasado por tragedias tan traumatizantes que están acostumbrados al sacrificio colectivo, comunidades que asumen sin necesidad de encontrar a alguien con quien desquitarse que las calamidades existen y que la mejor manera de afrontarlas es que cada cual haga la parte que le corresponde.
En México existen solidaridades, desde luego, pero parecen restringirse al ámbito del barrio o de la red familiar. La confianza en el colectivo es difusa, salvo en momentos coyunturales o circunstancias efímeras. En medio de un temblor hemos visto escenas heroicas que dignifican la generosidad del mexicano. El problema es el día siguiente, normalmente marcado por la desconfianza, la incredulidad, el escepticismo y el sálvese como pueda.
La tragedia en nuestro país va acompañada de la compulsión por encontrar a un responsable. Seguramente el virus es más letal e hizo más estragos por la negligencia de un imbécil, la incapacidad de cualquiera que parezca tener un ápice de responsabilidad.
En estos países no he encontrado críticas a las autoridades responsables, más allá de alguna observación sobre si tal o cual medida fue tomada con mayor o menor prestancia. Pero una vez anunciados, los protocolos se siguen puntual y disciplinadamente.
Supongo que la tragedia que nos abruma es más fácil de sobrellevar con el descargo liberador que supone culpar a un chivo expiatorio, llámese Claudia Sheinbaum, Andrés Manuel López Obrador, Manuel Bartlett o por qué no, Robben quien fingió el penalti con el que nos eliminó Holanda en el Mundial de 2014. Cualquier cosa antes que aceptar que tenemos que sufrir padecimientos y sacrificios porque alguien nos los pide en nombre de todos. Siempre será más fácil crucificar al mensajero de las malas noticias, así sean para prevenirnos de males mayores.
Espero que los mexicanos estemos a la altura de la crisis que se nos viene encima, a condición, claro, de que podamos superar rencores, golpes de pecho y dedos flamígeros. Una pandemia es ya un flagelo demasiado terrible para que además la convirtamos en una epidemia de odio.
Jorge Zepeda PattersonEn diciembre tuve la posibilidad de estar en Tokio. Me impresionó la cantidad de personas que utilizaban cubrebocas. Lo primero que uno piensa es que la mascarilla funciona para protegernos del otro, evitar que nos enfermen. Sin embargo, funciona exactamente al contrario: sirve para no contagiar a personas que son vulnerables. Dicha cultura social, tan interiorizada en Japón, aquí no existe. He sido testigo de personas que se quitan el cubrebocas en el transporte público o que le recriminan a un empleado de una farmacia por exigir su uso. La pandemia no se derrota desde el egoísmo, la incredulidad o el individualismo, sino desde la empatía que se traduce en nuestro compromiso con los otros.
[...]
A diferencia de los alemanes, los suecos o los daneses, aquí en México tenemos un grandísimo problema: la gente no cree en su gobierno. No falta quien cree que todo esto del coronavirus es un cuento inventado para cobrar impuestos o una "cortina de humo" para quién sabe qué. ¿Cómo volvemos a esta normalidad amenazante con una ciudadanía que no cree lo que le dicen los gobernantes? ¿O en donde una parte de la sociedad considera que todo lo que hemos pasado en estos días es sólo un "cuento chino" o una mentira más de los gobiernos? El desafío en México es mucho más profundo que en Alemania.
Enrique Toussaint OrendáinEn tanto que otros países ven al futuro, nuestros dirigentes no dejan de voltear al pasado. Lejos de mirar al cielo, insisten en los sótanos.
Lejos de trabajar por consolidar un sistema en el que se cumpla la ley, con cualquier argumento la destrozan. Si hay que acabar con la selva para construir el tren maya y los conocedores expresan el daño que ocasionará, el presidente se pasa los ordenamientos de la materia por el arco del triunfo.
La aplicación de la ley sigue siendo discrecional. Voluntarismo puro.
La violencia se va alimentando con la injusticia. Lo que está sucediendo en EUA, y este fin de semana en Guadalajara, solo refleja el desbordamiento de la paciencia de los ciudadanos de a pie y un juego de poder del que somos o testigos ignorantes, o víctimas. Todo mundo sabe que Ixtlahuacán de los Membrillos, Tlajomulco, Tlaquepaque, Tala, Zapopan y Tonalá, como Lagos de Moreno y Puerto Vallarta son territorios sujetos a intereses enormes. Basta leer la nota roja.
El tratamiento de problemas como los que enfrentan las autoridades exige de una gran prudencia. Son temas muy complejos que deben ser abordados con mucho cuidado.
El Sr. Trump sentía que la reelección era pan comido. Hoy está en veremos. La Señora Merkel, con mayúsculas, parecía que difícilmente lograría que su candidata a sucederla tendría éxito. Hoy no solo se percibe que lo tendrá, también tiene el reconocimiento del pueblo alemán y del mundo.
La diferencia es gobernar sin prejuicios, para todos, con honestidad y trasparencia, o hacerlo pensando en ganar las próximas elecciones.
Eugenio Ruiz Orozco¿Qué es lo que hace crecer a un país con bienestar? ¿Estabilidad macroeconómica? ¿Estado de Derecho? ¿Buenas políticas redistributivas? Creo que la lección que nos ha dejado la historia económica de México y el mundo es que se necesitan de las 3. La estabilidad macroeconómica es una condición necesaria para que una economía pueda crecer a tasas más altas, pero no suficiente. Lo hemos vivido en México. Se necesita fortalecer el Estado de Derecho también, para que con certeza jurídica se incentive la inversión, se paguen impuestos de manera mucho más eficiente y funcionen los mercados (sin abusos). La combinación de ambas ha logrado que los países pueden alcanzar tasas de crecimiento más altas ('Estado de derecho y crecimiento económico', 4 de noviembre, 2014). Existen varios ejemplos, pero considero que uno de los más cercanos es Chile ('Bienestar, crecimiento y desigualdad (II)', 9 de junio).
No obstante lo anterior, crecer a tasas más altas bajo un esquema como el que comentamos (estabilidad macroeconómica, con un Estado de Derecho sólido), no necesariamente genera una economía con una buena distribución de la riqueza. En este caso también, un claro ejemplo es Chile ('Protestas violentas a nivel global e incremento de la desigualdad', 29 de octubre, 2019). Así, también se hace necesario instrumentar políticas redistributivas del ingreso que permitan un crecimiento con equidad.
Se dice que en México el principal problema es la corrupción. Yo creo que no. Veo la corrupción como un síntoma, no como un mal per se. Esto no quiere decir que no lo vea mal. Detesto la corrupción. Simplemente considero que la corrupción es resultado de la impunidad, que a su vez, es reflejo de la falta de Estado de Derecho. La impunidad ocurre por la falta de aplicación de la ley. Debido a que una gran cantidad de delitos quedan sin castigo -es decir, impunidad-, se propicia la corrupción, entre otros males. Adicionalmente, la falta de derecho hace que el terreno de juego no sea parejo para todos los ciudadanos y se exacerbe la desigualdad.
Desde hace mucho tiempo sabemos que México no anda bien ni en impunidad, ni en Estado de Derecho, pero ¿qué tan mal estamos y de qué pie cojeamos? Existen 2 esfuerzos de medición muy importantes en este sentido desde hace varios años: (1) El Índice Global de Impunidad (IGI) -de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP)-, generado por un grupo de investigadores desde 2015 e impulsado por Luis Ernesto Derbez, exsecretario de Economía y de Relaciones Exteriores de nuestro país y actualmente rector de la UDLAP; y el (2) Índice de Estado de Derecho (Rule of Law Index o RLI) del World Justice Project, un trabajo probono del exabogado de Microsoft y dueño del equipo de béisbol Gigantes de San Francisco, William Neukom, dirigido por el economista mexicano Alejandro Ponce, que publican desde 2008. Ambos gozan de gran reconocimiento internacional y son las referencias a nivel global en cuanto a impunidad y Estado de Derecho.
¿Y en dónde se encuentra ubicado México en ambas métricas? En la última edición del IGI (2017), México se ubicó en el lugar 66, de 69 países. Esto es un lugar por arriba de Camerún y un lugar por debajo de Perú. Comparándonos con otros países de Latinoamérica, Brasil se ubicó en lugar 63, Colombia en 62, Chile en 45 y Argentina en 44. Uno de los aspectos en donde México se encuentra en una situación muy precaria es en el número de jueces por cada 100,000 habitantes, con 4.13 solamente, muy por debajo de poco más de 10 jueces en Chile, Colombia y Estados Unidos, por ejemplo. Por su parte, en el índice de Estado de Derecho de este año del World Justice Project, México se ubica en el lugar 104, de 128 países en donde calculan este índice. En este sentido, México está un lugar arriba de Madagascar y uno por debajo de Nigeria. Tomando en cuenta a Latinoamérica, casi todos nos ganan, Ecuador está en el lugar 86, Brasil está en el 67, Colombia en 77, Argentina está en 48 y Chile en el lugar 26.
Así, considero que aquí se encuentra una de las respuestas más importantes sobre lo que necesitamos arreglar en México para crecer a tasas más altas y con una mejor distribución de la riqueza. Podemos ir de políticas de derecha a izquierda, hacer reformas energéticas, echarlas para atrás, etc., pero si no fortalecemos el Estado de Derecho, creo que seguiremos dando tumbos como país ("¿Izquierda? ¿Derecha? o simplemente ¿Estado de Derecho?", 19 de noviembre, 2019).
Gabriel CasillasEn otros países, donde las guerras fueron largas y cruentas, una vez resueltas, dejaron atrás sus conflictos y caminaron juntos hacia el porvenir. En EUA, después de la Guerra de Secesión, con el triunfo de los federalistas, se pusieron a trabajar y construyeron la nación más poderosa del mundo, y ¿qué decir de Europa, que vivió cientos de años en medio de conflictos bélicos, -entre ellos 2 guerras mundiales- y logró construir la Unión de Estados Europeos? En cambio, entre nosotros heredamos filias y fobias. Si los mexicanos de siglo XIX hubiesen resuelto civilizadamente sus contradicciones, el México de hoy sería, seguramente, una nación no solo próspera, también justa. No es así.
Compartimos visiones distorsionadas de la misma Historia. Seguimos juzgando el pasado como si fuese el presente; inmediatamente tomamos partido, continuamos riñendo indígenas, mestizos y españoles, pobres contra ricos, explotadores contra explotados, chilangos contra provincianos, etc.
Tenemos todo un catálogo de santos y de villanos. Inicialmente, los malos fueron los mexicas, quienes tenían el pie puesto a los tlaxcaltecas. Luego, los conquistadores españoles. Después luchan peninsulares contra criollos y mestizos, en seguida insurgentes contra realistas; los primeros se convirtieron en liberales y los segundos en conservadores. Posteriormente, científicos contra liberales. Se viene "la bola" y en ese amasijo, unos son revolucionarios y otros contrarrevolucionarios. México se estabiliza. Se crea el PNR, luego PRM y finalmente el PRI; la Revolución se institucionaliza setenta años, unos son revolucionarios y los otros reaccionarios, y así siguen las cosas hasta que hoy somos chairos o fifís.
Las 2 historias, tanto la oficial como la no oficial, le echan agüita a su molino, argumentando ideas sesgadas de los acontecimientos y dejando de lado las cosas valiosas que nos unen. Ambas tienen a sus héroes y a sus antihéroes: Cortés frente a Cuauhtémoc, Hidalgo vs. Iturbide, Juárez contra la Iglesia. Don Andrés Henestrosa, un viejo sabio zapoteca, decía: "México será distinto el día que dejen de reñir nuestros abuelos". ¿No se estará llegando el momento de aceptar que solo juntos seremos capaces de construir el futuro?
Eugenio Ruiz OrorzcoQuisiera plantear algunas diferencias que saltan a la vista, sobre todo desde la perspectiva del rol de la cultura en la combinación de variables que afectan las diferentes sociedades y cómo puede afectar la forma en que el gobierno y las personas perciben los problemas y toman decisiones. Empecemos con el caso mexicano. Muchos han criticado al presidente López Obrador por no promover el uso de tapabocas y cuarentenas estrictas desde inicios de la pandemia, en marzo 2020. Estas mismas personas son las que luego aceptan que los mexicanos, por factores culturales, aunque haya mil rótulos de no tirar basura en la calle, sabiendo que el hacerlo nos afecta a todos, igual lo hacen. ¿Habría hecho la diferencia que las autoridades sugirieran el uso de tapabocas? La cultura importa.
Otro ejemplo, el caso de Estados Unidos. Se critica lo mismo, que el presidente Trump no incentivo el uso de tapabocas en una fase inicial de la pandemia. Sin embargo, esto amerita una atención más especial. En Estados Unidos hay 50 gobernadores que a nivel local tienen igual o más influencia que el presidente. En algunos estados los gobernadores fueron muy enfáticos en la necesidad de implementar medidas precautorias y el uso de tapabocas, este el caso de California y Nueva York y eso no se tradujo en menor cantidad de contagios [esto último no puede asegurarse, opina el webmaster].
Los culturalistas consideran que un punto de referencia para analizar la aplicación de medidas de seguridad es comparar sociedades con culturas individualistas vs sociedades colectivistas. En las culturas individualistas (como en Estados Unidos) se prioriza a la persona y los derechos individuales y en el colectivismo (como en Japón) se prioriza el bienestar de todos a expensas de los derechos personales.
Esto podría ser parte de la razón por la que en varios países asiáticos ha habido más facilidad para implementar medidas de seguridad. Por ejemplo, en estos países el uso de tapabocas, como una muestra de respeto hacia los demás, estaba muy arraigado en la cultura desde hace muchos años.
De igual forma, en Corea del Sur, Japón y Singapur por citar por algunos ejemplos, hay una cultura de obediencia y confianza hacia la autoridad. Esto no es el caso de México. Tenemos un largo camino que recorrer.
Jacques RogozinskiUna de las tesis más controvertidas del liberalismo hoy es que, por 1a. vez en la historia de la humanidad, los países pueden elegir ser pobres o prósperos. Nunca antes aquello fue posible, porque la prosperidad dependía siempre de la cantidad de recursos con que contaba una nación, de su situación geográfica y de su fuerza militar. Pero en el mundo globalizado de nuestro tiempo, se sabe perfectamente cuáles son las políticas que crean empleo y fortalecen económicamente a un país, y las que lo empobrecen y hunden. Los casos antinómicos de Venezuela y Alemania podrían servirnos de ejemplo.
El caso de Venezuela es sabido por todo el mundo. Era uno de los países más ricos del planeta, porque, resumiendo, se trata de un inmenso lago de petróleo y otros minerales, que no hace muchos años atraía una inmigración gigantesca, para la que sobraba el trabajo, y el país progresaba a pasos de gigante, pese a la corrupción y a los desafueros de sus gobiernos, lo que permitió al comandante Chávez y su "socialismo del siglo XXI" conquistar el poder en unas elecciones que probablemente fueron libres. Nunca más lo serían, por supuesto. En la actualidad, Venezuela se muere de hambre, se ahoga en la corrupción, y por lo menos 5 millones de venezolanos han huido del país, a pie, con sus bolsas y sus hijos, para sobrevivir. Es obvio que el socialismo, del pasado o del presente, no garantiza la prosperidad, sino la miseria, a corto o largo plazo. Por eso, Rusia y China han dejado de ser socialistas y practican, más bien, un capitalismo de amiguetes, con amplio margen en la vida económica para la empresa privada y la competencia, pero una muy estricta rigidez en la esfera política, donde el viejo sistema autoritario persiste casi intacto.
Alemania, en cambio, es un país que prospera cada día, y en todos los sentidos. Acabo de estar allá, luego de 7 meses, y he vuelto a quedarme sorprendido con el espectáculo de una antigua Alemania Oriental en plena efervescencia, donde resucitan los viejos palacios y se construyen rascacielos por doquier, donde nadie parece morirse de hambre, donde funciona la democracia a todos los niveles y donde la mayoría de los ciudadanos parece contenta con su suerte. El gobierno de coalición, que preside todavía Angela Merkel, aunque haya discrepancias y querellas en su seno, parece firme y las próximas elecciones no deberían cambiar, en su conjunto y pese al coronavirus, que parece allí perfectamente controlado, este período de estabilidad y progreso que vive el país.
¿Qué ha hecho Alemania para estar como está? Eligió ser próspera, es decir, estimuló la empresa privada, la competencia y el ahorro, integró su economía en los mercados mundiales, y el desarrollo económico que viene experimentando por largos años le ha permitido ser bastante independiente -el país más rico de la Unión Europea, por cierto- aunque, en materia de energía, dependa todavía de Rusia, con quien la une un tratado preocupante. Pero, en lo que concierne a su europeísmo, a sus políticas de inmigración y a su respeto por la legalidad, no hay nada que criticar y sí mucho que imitar.
¿Es fácil seguir el modelo alemán? No lo es y, por eso, muchos países que quisieran ser prósperos no pueden continuar sus pasos. ¿Cuál es el problema? Básicamente, la corrupción. Es el caso de América Latina, sin duda. La corrupción está tan profundamente arraigada en sus gobiernos, roban tanto sus ministros y funcionarios y el robar es una práctica tan extendida en casi todos los estados, que es del todo imposible establecer una economía de mercado que funcione de verdad y haya una competencia seria y genuina en su seno. Para que el modelo del progreso funcione hay que acabar con la corrupción, o reducirla a su mínima expresión, y eso, para multitud de estados, es simplemente imposible. Los que lo consiguieron, como Hong Kong, antes de volver a ser parte de China, o Singapur, Corea del Sur y Taiwán, progresaron sin medida y acabaron con el hambre y el desempleo. Y la democracia comenzó a funcionar en ellos (en el caso de Singapur, de manera más limitada).
De otro lado, la transición de una economía secuestrada por las corruptelas, donde los ministros, los jefes militares y los meros funcionarios se llenan los bolsillos de manera ilegal, no es nada fácil. Se necesita un apoyo popular y periodístico incesante, un poder judicial que actúe de acuerdo a las leyes, y gobernantes convencidos y valientes que crean en el modelo y lo pongan en práctica sin vacilaciones ni temores. Y, sobre todo, una opinión pública que crea en él y lo respalde. No todo se desarrolla en el campo económico. Por el contrario; una economía próspera no basta para crear mágicamente una sociedad donde la mayoría de ciudadanos se sienta cómoda. Hace falta al mismo tiempo una verdadera igualdad de oportunidades que sólo puede ofrecer una educación pública de altísimo nivel, que garantice, en cada generación, un punto de partida uniforme. Eso fue una realidad en Francia antes que en ninguna otra parte y lo fue también -sorpréndanse- en la Argentina, desde el siglo pasado, cuando el modelo educativo creado a orillas del Río de la Plata por los herederos de Sarmiento concitaba la admiración de todo el mundo.
Lo curioso es que, pese a lo evidente, los ataques a lo que el modelo exitoso representa son cada día más intensos y proceden sobre todo de países que han tratado de aplicarlo y no lo han conseguido por múltiples razones, en especial, debido a un sector político populista y demagógico que cuestiona aquel sistema por motivos supuestamente morales. Allí, la dificultad mayor para que los países sigan el modelo que trae progreso es semántica: un problema de palabras. Asumir el "capitalismo", requisito esencial, es sencillamente imposible para la mayor parte de los países, pues la izquierda en general, y la izquierda comunista en particular, hoy minúscula, ha conseguido crear en torno a esta palabra -capitalismo- una sensación de injusticia y desigualdad, de bribonería y egoísmo, que la hace impronunciable, o, mejor dicho, la asocia a un complejo de inferioridad que impide a quienes, secretamente, creen en ella, pronunciarla y menos promoverla. A menudo, es el caso de los propios empresarios, que se avergüenzan de lo que son y representan. He ahí una de las grandes paradojas de nuestro tiempo: el sistema que ha traído modernidad, prosperidad y sobre todo libertad a los países más adelantados del mundo, suele ser impronunciable y ningún líder político que se respete se atrevería en el 3er. mundo a promover una fórmula "capitalista" -palabra maldita- a sus electores, pues lo más probable es que tendría muy pocos. La izquierda ha conseguido esa confusión mental que impide hoy, sobre todo en los países subdesarrollados, aprovechar esa extraordinaria posibilidad de sacar de la pobreza y el subdesarrollo a decenas, o centenares, de países de la tierra, que, paralizados por el supuesto socialismo que traería por fin la igualdad, la solidaridad y los buenos ingresos a sus ciudadanos, se hunden cada vez más, como Venezuela, en la corrupción y la miseria.
La posibilidad de elegir entre la pobreza o la riqueza está siempre allí, como posibilidad teórica. Pero, en la práctica, el socialismo sigue triunfando sobre el capitalismo, por lo menos en el papel y en los discursos. A este no le importa, porque tiene la sensación -la seguridad- de que el futuro le pertenece. Los otros se contentan, mientras se siguen empobreciendo, no con adquirir el progreso, sino con el triunfo de una sola palabra.
Mario Vargas LlosaEl asunto, según parece, es restaurar el orden de antes. O sea, reconstruir el México de los tiempos de Luis Echeverría y José López Portillo. No fue muy afortunada la gestión de estos 2 sujetos todopoderosos, por cierto. Más bien, fue vagamente catastrófica y nebulosamente ruinosa, por decirlo con una mínima circunspección: endeudamiento, devaluaciones, crisis económicas y derrumbe generalizado del país. Hubo crecimiento en las décadas anteriores, es cierto, pero aquel régimen masacraba estudiantes, encarcelaba a intelectuales y artistas, perseguía a los opositores y acallaba las voces disidentes. Nada bonita la cosa.
Tampoco es que hubiéramos sido un país rico, oigan. Para nada. La pobreza siempre ha estado ahí y nuestros politicastros han sido dignísimos herederos de aquel tal (Venustiano) Carranza cuyo apellido, justamente, originó el muy mexicano palabro "carrancear", un verbo que describe sin mayores ambages las prácticas de la caterva de saqueadores que nos ha gobernado.
Y, pues sí, luego de la ultima debacle financiera, el gobierno de Miguel de la Madrid implementó, digamos, políticas tibiamente neoliberales. Simple cuestión de números, de cuadrar las cuentas públicas, de pagar a los acreedores y de relanzar la economía. Pero, con perdón, nunca adoptamos un régimen verdaderamente liberal ni instauramos un sólido Estado de Derecho -principio y fin de todas las cosas porque sin certezas jurídicas no hay bienestar posible- ni impulsamos un proyecto educativo de excelencia para todos los mexicanos ni promovimos la innovación o la competitividad.
El gran pecado de nuestro proyecto de nación no es el neoliberalismo. Nuestros yerros persistentes han sido, entre otros, el paternalismo, el corporativismo (entendido como una política dirigida al otorgamiento de privilegios excesivos a ciertos sectores laborales a cambio de votos), el asistencialismo, la consagración de la demagogia, la infantilización de los ciudadanos, la irresponsabilidad administrativa, la incompetencia, el burocratismo extorsionador y el maridaje de una parte de la clase empresarial con el poder político (y el consecuente impacto en la productividad por la segregación de otros grupos). Nada de esto tiene que ver con el neoliberalismo.
Román Revueltas RetesLa lapidaria condena del neoliberalismo que lanzan los apóstoles de la 4T no distingue fronteras ni latitudes ni categorías ni condiciones particulares. Hace tabula rasa de todos. A unos y otros los coloca en el apartado de los sufridos, de los damnificados, de los agraviados. Los únicos beneficiarios serían unos cuantos -los de arriba, obligadamente minoritarios- y el resto de los individuos de la especie serían víctimas de un modelo depredador y esencialmente injusto.
Y sí, el capitalismo no es una doctrina precisamente compasiva y promueve abiertamente la ambición de los hombres (o, por lo menos, la reconoce como una fuerza que los mueve a emprender acciones para poseer más bienes, para atesorar objetos y alcanzar más placeres a través del desenfadado disfrute de lo material). Pero, al mismo tiempo, los procederes del libre mercado se sujetan a reglas muy estrictas. El comercio está regulado, la competencia entre los diferentes actores económicos se garantiza gracias a la supervisión de agencias y organismos gubernamentales, los derechos de los consumidores se aseguran de la misma manera, los propios trabajadores merecen la protección de las leyes y el Estado participa activamente cuando su intervención es necesaria.
No es en manera alguna un modelo perfecto. Hay países, sin embargo, que han alcanzado admirables niveles de desarrollo social y cuyas poblaciones exhiben incuestionables niveles de felicidad gracias a ese mismo sistema. El 1er. componente de la receta, en los casos de estas naciones exitosas, es la preeminencia de la ley por encima de los intereses particulares y la existencia de un aparato público capaz de procurar justicia a todos los ciudadanos por igual.
El capitalismo salvaje no tiene lugar alguno en las sociedades democráticas avanzadas y es precisamente esa versión del libre mercado, desregulada e impune, la que hemos padecido aquí, en un país sin reglas claras sojuzgado por politicastros saqueadores y empresarios abusivamente amparados por el poder político gracias a las complicidades que han logrado tejer. El "neoliberalismo" no es eso. Es una cosa bien diferente. Pero, bueno, la edificación de nuevos mitos necesita siempre de un enemigo a vencer.
Román Revueltas RetesEn los países en los cuales existe mayor disciplina social, aplicación masiva de pruebas y una estrategia sanitaria que identifica los contagios y busca romper las cadenas de éstos de manera localizada, habrá un menor costo que en aquellas naciones en donde la población carece de la cultura del cumplimiento de las normas, en donde se realizan pocas pruebas y donde no hay una estrategia que permita confinamientos localizados.
Si usted es de los que piensan que será cuestión de 2 o 3 meses más para que tengamos un regreso a la normalidad, más vale que vaya haciéndose a la idea de que esto no ocurrirá.
Además de que esa 'normalidad' en la que usted está pensando ya no existe. No se trata sólo de una sociedad que usa cubrebocas sino de un cambio cultural, económico y social cuya profundidad apenas atisbamos.
El panorama es aún tan incierto y tan sujeto a contingencias que si hay alguien que le diga que puede anticipar lo que va a ocurrir en los siguientes meses o años... es tiempo de que desconfíe de él.
Enrique QuintanaA veces parece que Latinoamérica tiene vocación de pobreza. Cada vez que un país de la región amenaza con convertirse en una nación próspera, surgen fuerzas que lo tiran al suelo. Y no son del imperialismo yanqui, sino de grupos políticos internos.
El referéndum para enmendar la Constitución chilena parece un paso en esa dirección. Chile es el país más próspero de América Latina y el que hasta ahora estaba más cercano a convertirse en desarrollado. Una serie de violentas manifestaciones anticapitalistas, sin embargo, lo llevaron a lanzar un referéndum el domingo pasado en el que 78% de los votantes aprobaron que se redacte una nueva Constitución. El presidente conservador Sebastián Piñera aplaudió el resultado: "Este triunfo de la democracia -dijo- debe llenarnos de alegría y esperanza".
La necesidad de la enmienda constitucional, sin embargo, se construyó sobre un engaño. Para empezar, la Constitución chilena no es del dictador Augusto Pinochet. Si bien Pinochet impulsó una Constitución, aprobada en referéndum en 1980 y que entró en vigor en 1981, en 2005 el presidente socialista Ricardo Lagos enmendó 27 artículos antidemocráticos mientras preservaba una economía de mercado. La firma que aparece al calce de la Carta Magna vigente es la de Lagos, no la de Pinochet.
Las políticas económicas liberales han permitido que Chile se convierta hoy en la nación más próspera de Latinoamérica, con un Producto Interno Bruto per cápita de 23,455 dólares, ajustado por poder de compra, según el FMI, por arriba de Uruguay, con 21,338 dólares. El problema, dicen los críticos, es que Chile es uno de los países con mayor desigualdad y esta ha venido aumentando.
La verdad es que Chile es uno de los países que más han reducido la desigualdad. De 0.572 en 1990, al final de la dictadura, el índice de Gini (en el que 1 es desigualdad total y 0 igualdad absoluta) pasó a 0.444 en 2017, según el Banco Mundial. Chile tiene menor desigualdad que Brasil (0.539) o México (0.454).
Más importante es la pobreza. Chile bajó su pobreza general de 38.6% en 1990 a 13.7% en 2006. La indigencia, o pobreza extrema, pasó de 13 a 3.2% (Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional, Casen). Según el Banco Mundial, en 2017 solo 0.3% de la población chilena vivía con menos de 1.90 dólares al día y 3.7% con menos de 5.50 dólares. México en 2018 tenía 1.7% y 23%.
La violenta rebelión contra el sistema de libre empresa en Chile amenaza con poner fin a este éxito. Mucho dependerá, por supuesto, del texto constitucional que finalmente se apruebe. Pero el país corre el riesgo de sufrir el deterioro que ha afectado a naciones como Venezuela y Argentina.
Venezuela, que durante décadas fue el país más rico de América Latina, se ha desplomado en las listas comparativas. Tan solo de 2015 a 2019 perdió 18 lugares en Latinoamérica y hoy es el 4o. país más pobre de la región, según cifras del FMI. Argentina fue en 1895 y 1896 el país más rico, no de Latinoamérica sino del mundo, por arriba de Estados Unidos, según las estadísticas históricas del proyecto Angus Maddison. Hoy se encuentra en el lugar 62.
Parecería que los latinoamericanos tienen una vocación de pobreza. Cuando empiezan a dejarla, se apresuran a tomar medidas para regresar a ella. En México, después de décadas de crecimiento mediocre, ni siquiera estábamos avanzando hacia la prosperidad, pero ya tenemos un gobierno que está tomando medidas para que haya más pobres y, por lo tanto, más programas sociales.
Sergio SarmientoEn 1er. lugar (y creo que este es el 1er. lugar para todos los expats que viven en Dubái), la seguridad es envidiable. Yo podía andar sin miedo en la calle un sábado por la noche sin temor a que me pasara algo. Podía dejar mi bolsa en el carrito del súper mientras me pasaba al pasillo de al lado a recoger algo que olvidé y sabía que, regresando, mi bolsa seguiría ahí. O más importante aún, podía ir al parque público y dejar que mi hija de 2 años corriera libremente sin preocuparme por la inseguridad. Por eso, sin dudarlo 2 veces, lo que más extraño de Dubái es la seguridad.
Por otro lado, la falta de impunidad que obliga a la gente a obedecer las reglas de la ciudad. Desde reglas importantes como no robar, hasta triviales como no tirar basura. Poca gente en Dubái se atreve a desafiar la ley por miedo al castigo, y eso hace que la ciudad funcione bien. Que camines por la calle y no veas basura tirada, grafiti o rampas para discapacitados bloqueadas por los coches. Que tus días transcurran y no te enteres de que asaltaron a fulanito o se metieron a la casa de perenganito. O que abras el periódico y no te encuentres una nueva estadística de homicidios en la ciudad. Esto hacía que la vida en Dubái fuera una vida tranquila, incluso durante los meses más álgidos del coronavirus. Y es que las reglas eran tan claras (no salir sin cubre bocas, no hacer bodas, no hacer reuniones grandes) y las sanciones tan altas, que muy poca gente se atrevió a tentar su suerte.
Ahora, toda moneda tiene 2 caras. ¿Cuál es la otra? Sencillo: que Dubái no es una democracia y las limitantes a la libertad de expresión también provocan que las malas noticias no circulen con facilidad. Y a pesar de que son muy pocas las malas noticias, sí las hay. Sin embargo, está prohibido propagarlas porque no se puede hablar mal de la ciudad, de su gobernante o de la familia real. No pueden incluso cuestionarse las decisiones políticas, así que todos los programas de radio hablan de economía, de estilo de vida y de cosas tan mundanas como el Récord Guinness a la persona que duró más tiempo con los ojos abiertos.
Cuando platico esto, la gente me pregunta, ¿y te gustaba vivir así? La respuesta nunca viene de forma sencilla. Siempre me debato internamente lo que voy a contestar porque crecí en una democracia y me inculcaron valores democráticos. Pero al final, siempre respondo que sí. Sí me gustaba vivir así a pesar de que se trata de una monarquía constitucional. Y aunque siento que traiciono mi espíritu de abogada occidental con lo que voy a decir, el día de hoy elijo la monarquía de Dubái sobre la democracia mexicana. Y es que prefiero vivir en un lugar donde la ley es estricta pero la vida es tranquila, a un lugar donde hay impunidad y la vida es insegura.
Gabriela SolísEste aciago 2020, entre sus muchas y generalmente muy desagradables sorpresas, trajo en Francia una positiva y muy peculiar, que refleja el talante francés y también algo que caracteriza a un país serio. Decir que los franceses generalmente son ahorrativos es poco, pues suelen ser más bien francamente "codos", lo cual seguramente es resultado de lo que han aprendido de su larga y tortuosa historia, pero también gracias a la educación y a gobiernos inteligentes. Las cuentas de ahorros, pese a sus débiles tasas de interés, han tenido este año un crecimiento inusitado; el Banco de Francia ha publicado que posiblemente cierren el 2020 con un volumen récord de 130,000 millones de euros. Ante la incertidumbre y la crisis, el instinto dicta a los galos prevenirse y ahorrar. Claro que su gobierno se ha ocupado de que puedan hacerlo, entre otras cosas pagando el alquiler de vivienda, los servicios públicos (agua, electricidad, gas...) de quienes no tienen recursos suficientes, y estimulando y dando facilidades fiscales a las empresas de distintos tamaños, sobre todo las pymes. Se dirá que en México la gente no tiene para ahorrar; cierto, pero desafortunadamente es una tendencia histórica y aun quienes sí podrían no suelen hacerlo. Y de apoyos del gobierno, ni hablar.
María PalomarGobernar abarca muchos campos, pero quizás el esencial radica en cómo recaudar y en qué gastar el dinero.
Este recordatorio de una obviedad es pertinente ahora que la representación de México en el Consejo de Seguridad de la ONU protesta por la forma inequitativa del reparto de vacunas contra el Covid. "La están acaparando 20 países", dijo el canciller Ebrard.
El Gobierno de México, en uso de sus facultades soberanas, ha decidido gastar en lo que llama 'el rescate de la industria petrolera'. Durante el año pasado Pemex perdió 761,000 millones de pesos.
Sumado al año previo, el gobierno de México ha perdido 1"200,000 millones de pesos en Pemex.
El congreso mexicano, electo democráticamente, lo ha permitido. Y la población, mayoritariamente, apoya a su gobierno. No hay nada qué discutir. El gobierno está en todo su derecho de desperdiciar, en un año, 761,000 millones de pesos. Ha sembrado sus recursos en petróleo y ha cosechado pérdidas estratosféricas. Asunto suyo y de la mayoría que le apoya.
Alemania y otros países sembraron en ciencia y cosechan vacunas.
Para el Gobierno de México el rescate de la industria petrolera es considerado un asunto de seguridad nacional.
Y para Merkel y otros gobernantes, el Covid es su tema de seguridad nacional. Cuestión de enfoques, de prioridades.
Alemania decidió invertir una cantidad -comparativamente ínfima respecto a las pérdidas de Pemex- en apoyar a científicos para obtener una vacuna contra el Covid y lo logró. La entonces mediana empresa BioNTech, un laboratorio propiedad de 2 migrantes turcos, obtuvo de la señora Angela Merkel un apoyo de 375 millones de euros. Cuando descubrieron la vacuna contra el Covid, se asociaron con la estadounidense Pfizer para producirla en grandes cantidades, y a la vez diseñar sistemas de refrigeración para el producto.
El gobierno de Estados Unidos decidió invertir 10,790 millones de dólares en el desarrollo y producción de vacunas en 6 farmacéuticas, y acertó en 2: Pfizer-BioNTech y Moderna.
Ninguna de esas cifras se compara con lo que pierde Pemex, por decisión soberana de su gobierno y del congreso.
Alemania invirtió en investigación y cosechó las vacunas que van a salvar al mundo. Estados Unidos invirtió en desarrollar en serie la producción y las cadenas de almacenamiento del producto, y obtiene vacunas para un buen número de sus habitantes.
México, con todo su derecho, prefirió perder 761,000 millones de pesos, tan sólo el año pasado, en 'rescatar Pemex' y no lo consiguió.
Si en lugar de recortar presupuesto a la ciencia, maltratar a los médicos especialistas y ofender a los científicos -los llamaron porfiristas-, se les hubiera apoyado, otra sería la situación.
Todo el programa de apoyo económico a laboratorios en búsqueda de la vacuna contra el Covid -desde enero del año pasado- le costó a Alemania 750 millones de euros. Esa cantidad destinada a la investigación y búsqueda de una vacuna contra el virus, equivale a sólo 9 días de pérdidas del gobierno mexicano en Pemex.
BioNTech recibió del gobierno alemán, para su gran hallazgo, el equivalente a 3.7 días de pérdidas de Petróleos Mexicanos.
Hay que insistir, si el gobierno de México quiere tirar el dinero a razón de 100 millones de dólares diarios (así ha sido en los últimos 12 meses), puede hacerlo.
Pero vamos a la pregunta central: ¿tiene derecho el gobierno mexicano a acusar de acaparadores a los países que invirtieron en ciencia y obtuvieron la vacuna?
Mientras en México las autoridades se burlaban del virus, decían que eran de una raza inmune, que se combatía con amuletos, apostaban por la "ciencia colaborativa" (¿?) en lugar de la "ciencia neoliberal", y quemaba su dinero, el gobierno de la señora Merkel empujaba por las vacunas. ¿No tienen derecho los alemanes a vacunarse primero, con su producto?
Estados Unidos, con todo y su disparatado presidente, invirtió en desarrollo y producción de vacunas (menos de la tercera parte de lo que Pemex perdió el año pasado, por decisión del gobierno mexicano). ¿No tienen derecho a vacunarse ellos primero, porque hicieron lo correcto con su dinero y lograron el producto?
Biden ha invertido más recursos que Trump en vacunas y solicitó dinero adicional al congreso para producir aceleradamente 200 millones de dosis más, que deben estar listas en verano y así concluir la tarea con los adultos.
Desde luego que hay una falta de solidaridad flagrante hacia los países pobres al no donarles vacunas las naciones que tienen más.
Pero México no es un país pobre. Según la ONU, es país de ingreso medio-alto, y tiene dinero para gastarlo y perderlo a manos llenas. Pemex ha perdido, en un año, más dinero que lo invertido por Alemania y Estados Unidos juntos en la investigación del Covid, la producción de vacunas y los sistemas de almacenamiento y distribución.
Las vacunas no fueron su prioridad. Entre los países latinoamericanos de ingreso medio-alto, los individuos que han recibido una vacuna por cada 100 habitantes, Chile tiene 3.2, Brasil 1.7, Costa Rica 0.9, Argentina 0.7 y México 0.5 (Washington Post).
Que proteste Haití. A ese país auténticamente pobre de las Antillas sólo llegan los aviones de Estados Unidos cargados con deportados.
Afortunadamente, la OMS llevará a los países pobres, antes de fin de año, 2,000 millones de vacunas. Irán a las naciones que carecen de dinero para comprarlas.
¿Y el gobierno de México es el que protesta?
Lo que se tiró en un año en Pemex, 761,000 millones de pesos de pérdidas netas (resultado que queda después de todos los ingresos, menos todos los gastos y ya pagados los impuestos y amortizaciones), alcanzaría para construir más de 700 hospitales de alta especialidad. O 7,600 millones de dosis de vacunas contra el Covid, suficientes para vacunar a México y, solidariamente, a todos los pobres del mundo.
Pero gobernar es, fundamentalmente, decidir en qué se gasta el dinero. Y el gobierno de México decidió tirarlo, en lugar de invertir en ciencia e investigación.
¿Qué reclama, entonces?
Pablo HiriartNo es el momento de criticar lo que las potencias mundiales hacen con las vacunas que tienen la capacidad de producir, y más bien deberíamos preguntarnos ¿por qué nosotros no tenemos esa misma capacidad? ¿En qué gastamos nuestros recursos? Y sí, la respuesta es obvia: en repugnantes, repetitivas y asfixiantes campañas políticas, como las que ya vemos y oímos todos los días, en pagar esa basura se nos va el dinero, no en producir vacunas.
Razón y AcciónLo que es realmente admirable es el caso de Ángela Merkel, la canciller de Alemania, quien después de 18 años al frente del gobierno, al despedirse de su encargo, recibió una ovación de 6 minutos, ¡6 minutos los políticos y el pueblo le aplaudieron en el parlamento y en las calles!... Lo que es la congruencia: jamás dejó de vivir en su departamento, no tuvo sirvientes, hizo con su marido las compras semanales y jamás se vio inmiscuida en escándalo alguno.
Eugenio Ruiz OrorzcoPensar antes de hablar es un principio tan viejo como poco atendido. Afirmar ante la Organización de las Naciones Unidas, que las potencias mundiales acaparan las vacunas es no advertir una serie de antecedentes que no conviene ignorar.
Si en efecto las potencias mundiales están acaparando las vacunas probablemente se deba a que esas potencias son justamente las que las están produciendo con sus recursos tanto humanos como materiales. En otras palabras, esas potencias han invertido buena parte de sus riquezas en programas permanentes de investigación científica, en universidades de alto prestigio internacional, en institutos mundialmente avalados por la calidad de sus trabajos, todo lo cual explica la enorme cantidad de premios Nobel que sus profesores han obtenido. Por lo mismo, desde hace muchas décadas, han hecho importantes descubrimientos y relevantes inventos en orden a la salud humana, lo cual explica que, en cualquiera de nuestros hospitales, la mayor parte de aparatos e instrumentos que observamos tengan patentes extranjeras, justo las de esas potencias de las que hoy se dice que acaparan las vacunas.
Se puede discutir el origen de sus riquezas, sabemos que por siglos han ido colonialistas, explotadores, agiotistas, y cuanto epíteto nos venga en gana, lo que no se puede negar es que esas riquezas, bien o mal habidas, las han sabido invertir en ciencia y tecnología, que a su tiempo y con sus condiciones, han finalmente beneficiado a toda la humanidad.
Se les puede llamar a la solidaridad, incluso a la pública caridad, pero la honestidad del tema exige que los primeros beneficiarios de las vacunas sean los ciudadanos que han contribuido con sus impuestos al mantenimiento de las infraestructuras de investigación científica que las generan, y al recto manejo de los recursos. Podemos aún así insistir en que nos ayuden, arriesgando el que nos pregunten, y ustedes ¿en qué invierten sus recursos?
Hasta cierto punto es verdad que no tenemos las enormes riquezas de las potencias mundiales, pero tampoco es que carezcamos de todo, como bien podría decirse de varios países. Tenemos riquezas tanto naturales como aquellas derivadas del trabajo cotidiano, el tema es ¿en qué la estamos invirtiendo?
México invierte sus riquezas en pago de nóminas burocráticas crecientes, en el mantenimiento de más de 10 partidos políticos más los que gusten fundar, en el sueldo de diputados y senadores ociosos, en elevadas aportaciones a las universidades públicas para que sigan haciendo política, en grandes sumas otorgadas al sindicato magisterial, para que también siga haciendo política, en esa marejada de anuncios de partidos que vemos y oímos todos los días y que tienen costo; en definitiva, en nuestro país la política partidista constituye un cáncer tan grave que absorbe ingentes recursos y lo hace de manera expansiva e insaciable, por eso no tenemos producción de vacunas propias, y, en el campo de la investigación científica, solamente un premio Nobel, ¿con qué cara podemos denunciar el que las potencias acaparen las vacunas que producen? O ¿cómo los gobiernos de esas potencias, podrían justificar ante sus ciudadanos, el dejarlos en espera, porque hay que ayudar al país vecino, cuya pobreza en buena parte se explica por su histórica corrupción política?
Armando González EscotoEs cierto que [a] muchas de las personas que vienen, sobre todo de Centroamérica no les interesa quedarse en México sino ir hacia los Estados Unidos. Sin embargo, el hecho es que México es un país antiinmigrante como lo demuestran las leyes y la constitución. Hacemos todo lo posible para no atraer talento de otros países y además generamos todos los incentivos negativos para expulsar el talento mexicano. Veamos algunos ejemplos: Hasta hace poco, la Ley General de Población marcaba que habría una cuota de número de extranjeros que se les permitirá acceso al país (previa evaluación por actividades o zonas de residencia (...) según sean sus posibilidades de contribuir al progreso nacional (Art.32 y 34). Adicionalmente, el Artículo 32 de la Constitución establece: "Los mexicanos serán preferidos a los extranjeros en igualdad de circunstancias, para toda clase de concesiones y para todos los empleos, cargos o comisiones de gobierno en que no sea indispensable la calidad de ciudadano". ¿Qué tal si en Estados Unidos emitieran una ley similar? ¿Cuántos gobernadores, senadores, congresistas y oficiales de alto rango en Estados Unidos hemos celebrado por ser de origen mexicano?
Además de las restricciones en su rol como ciudadanos, hay restricciones en la adquisición de propiedades a 50km del mar y 100 de la frontera. Si usted es un inmigrante y quiere emprender con una empresa en Tijuana, tendrá que cubrir engorrosos trámites burocráticos y costos extras que no tendría un mexicano. Esto no sucede en otros países, empezando por los Estados Unidos. Un inversionista preferirá cruzar la frontera y poner su empresa en San Isidro. En los Estados Unidos todos las personas que quieren invertir y crear empleos los reciben con los brazos abiertos, al grado que pueden tramitar una residencia permanente.
Las raíces del problema son más profundas. En México existen mexicanos de 1a. de 2a. y hasta de 3a. ¿Cómo se explica que una persona que ha vivido toda su vida en México solo por el hecho de haber nacido fuera, aunque haya llegado recién nacido y siendo ciudadano mexicano por naturalización no puede ser ni capitán de barco (con bandera mexicana) o militar, entre muchos otros? Es decir, la naturalización significa ser mexicano con derechos acotados, de 2a.. Hay una gran diferencia con los países desarrollados. En los Estados Unidos cualquier ciudadano norteamericano (aún naturalizado) al único puesto que no puede optar es al de vicepresidente o presidente. En otros países como Australia, Canadá, Israel, Gran Bretaña entre otros, no se requiere ser ciudadano por nacimiento para ser primer ministro, basta ser un ciudadano naturalizado. ¿A qué país preferiría inmigrar, a uno en que una vez que sea ciudadano no lo discriminen u otro donde siempre será uno ciudadano de 2a.?
Hay muchas razones por las que México no se ha podido desarrollar a plenitud. Sin duda la política y leyes migratorias son una de las principales causas del bajo crecimiento económico.
Jaques RogozinskiSi analizamos las políticas migratorias de los países desarrollados con democracia, se puede apreciar lo que muchos políticos y académicos vienen repitiendo: la inmigración es positiva para el desarrollo y crecimiento económico. Los países con alto desarrollo tienen también un alto número de inmigrantes, algunos casos son: Singapur un 46%, Suiza 30%, Australia 29%, Israel 24%, Suecia 18%, Alemania 15%, Estados Unidos 14% y el Reino Unido 13%. México en cambio tiene un bajísimo nivel de inmigración: menos del 1%. ¿Porque será? Hasta Japón, con la dificultad del idioma y una cultura cerrada tiene más inmigrantes que México, con un 2%.
¿Porque países que fomentan la inmigración tienen mayores indices de crecimiento económico? Hay varias razones: 1) Como dijo Gidi Grinstein, fundador del Reut Institute en Israel, "los inmigrantes no tienen aversión a empezar de nuevo, son por definición, gente que corre riesgos. Una nacion de inmigrantes es una nación de emprendedores". 2) La diversidad de la fuerza laboral genera externalidades que contribuyen a la creación de conocimiento. Los equipos diversos tienden a ser más efectivos que los equipos homogéneos en la resolución de problemas o la generación de nuevas ideas.
Los ejemplos de éxito son abrumadores. La empresa eBay fundada por Pierre Omidyar, originario de Francia. En 2017, generó casi 10,000 millones en ingresos y empleó a más de 14,000 personas. Google, el gigante de las búsquedas fue co-fundado por el ruso Sergey Brin en 1998 y cambió permanentemente la faz de Internet. Google emplea a más de 85,000 personas y en 2017, tuvo ingresos de más de 110,000 millones de dólares. Los fundadores de Tesla: Elon Musk, es de Sudáfrica; Max Levchin, de Ucrania; Peter Thiel de Alemania y Luke Nosek de Polonia. Tesla y su otra empresa, SpaceX, son responsables de 18,000 puestos de trabajo. El CEO de Amazon Jeff Bezos es hijo de inmigrante cubano, el Fundador de Apple Steve Jobs es hijo de un inmigrante sirio, el cofundador de Facebook Eduardo Saverin es nativo de Brasil, así podría mencionar muchos más. Las principales empresas tecnológicas estadounidenses fueron creadas por inmigrantes o hijos de inmigrantes. Los inmigrantes han recibido casi el 40% de los premios Nobel ganados por estadounidenses en química, medicina y física desde el año 2000. Un ejemplo cercano, el laureado premio nobel de Química, Mario Molina, era un inmigrante mexicano, naturalizado estadounidense al momento de ganar el nobel.
Si México incluyera la migración dentro de su modelo de crecimiento económico, podría evidenciar el beneficio que esta trae al desarrollo. Los migrantes en su mayoría son personas emprendedoras que contribuyen a la formación de nuevas empresas, o "estrellas" que generan nuevas ideas. Para las empresas, la diversidad de la fuerza laboral puede generar complementariedades productivas, particularmente en sectores de alto valor agregado e intensivos en conocimiento.
Los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos con licenciatura están aumentando en forma importante; de 269,000 en 2000 a 678,000 en 2017. Estamos perdiendo a pasos agigantados la oportunidad de ser una nación de emprendedores. La cantidad de mexicanos con éxito en Estados Unidos deberían ser el mejor ejemplo. Debemos dejar de expulsar talento y además atraerlo de todas partes del mundo.
Jaques RogozinskiLa palabra desigualdad tiene matices muy negativos, en muchos casos asociados a acciones deliberadas de parte de los gobiernos. Aún cuando en muchas ocasiones esto podría ser así, la desigualdad es también producto de condiciones sistémicas, históricas y estructurales en el mundo que van mucho más allá de un gobierno o una política económica. Lamentablemente, para muchas personas, la desigualdad inicia desde el nacimiento. No es lo mismo nacer en Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Australia o Nueva Zelanda que nacer en Honduras, Yemen o Mozambique.
Tampoco es lo mismo nacer en un país democrático que en un país donde existe una dictadura disfrazada como democracia o una dictadura real y aceptada. Tampoco es igual nacer con una nacionalidad que nacer o convertirse por razones políticas en un ciudadano sin país, apátrida, de los que actualmente hay más de 4.2 millones en el mundo. Es aquí donde empieza la verdadera desigualdad, que condicionará toda la vida de una persona, desde la posibilidad de tener acceso a la educación, hasta el acceso a salud, como estamos presenciando a diario con el manejo de los embistes de la pandemia en los países más débiles. Sin embargo, el discurso sigue centrándose en la desigualdad económica y del coeficiente de Gini.
Hay temas más importantes, como no tener certeza donde se puede vivir tranquilamente, aunque sea pobre. No se trata únicamente de la igualdad económica de la totalidad de la población. Como he mencionado en otros artículos, lo que se vende en los periódicos es que cuando se alcance la igualdad económica se acabaran todos los problemas. Los políticos y periodistas venden diciendo que tal o cual país es el menos desigual del mundo, ¿eso qué significa? Cuba tiene más igualdad económica que los Estados Unidos y México, pero no vemos muchos estadounidenses o mexicanos emigrando hacia allá, o a Venezuela o Bolivia. Una mayor igualdad económica no necesariamente es lo que la mayoría de la gente busca, sino más oportunidades y seguridad. La migración no se da por desigualdad absoluta dentro de un país, sino por la desigualdad relativa entre países. No se da únicamente por la desigualdad económica sino por el conjunto de desigualdades.
Desigualdad al acceso a vacunas, desigualdad militar, desigualdad jurídica, desigualdad geográfica, desigualdad en el consumo, desigualdad educativa, desigualdad física, desigualdad tecnológica, desigualdad de acceso al crédito, desigualdad del idioma. Estas son solo algunos tipos de desigualdad que no están necesariamente vinculados a la desigualdad del ingreso dentro de un país.
En Estados Unidos la desigualdad económica está creciendo rápidamente, sin embargo, la inmigración hacia los EU también. Por el contrario, las personas que viven en EU no se quieren ir a países donde existe menor desigualdad económica. ¿Por qué será? Un ejemplo adicional, Costa Rica y Chile son de los países con mayor desigualdad económica en la OCDE. Sin embargo, los ciudadanos de estos países no les interesa migrar, más bien son receptores de inmigración.
Las palabras son importantes y lo que medimos es una expresión de lo que nos importa. Si continuamos poniendo al acento únicamente a la desigualdad económica y no atendemos las causas estructurales que en muchas ocasiones ocasionan esta desigualdad, no se podrá resolver nunca el problema, no propiamente el de la desigualdad, pero sí el de la baja calidad de vida y la condición de pobreza de millones de personas en el mundo, muchos de los cuales están condenados a una vida más difícil desde su nacimiento.
Jaques RogozinskiLa pandemia ha representado un reto enorme para todos los gobiernos. El presidente López Obrador ha afirmado que México ha sido un ejemplo para el mundo; pero, si bien todavía no es momento de una evaluación final, los resultados son decepcionantes. México registra más de 220,000 muertes oficiales por la pandemia, el 4o. total más alto del mundo, aunque el bajo nivel de pruebas sugiere que la cifra es mucho mayor. La economía cayó 8.5% en 2020. Se observa una disminución de 2.1 millones de ocupados en un año, según Coneval. La pobreza laboral -que afecta a quienes, pese a trabajar, no pueden adquirir una canasta básica- subió de 35.6 a 39.4%.
"La pandemia puso a prueba las instituciones políticas y económicas de todas las naciones y nos permitió observar de primera mano la importancia de contar con instituciones sólidas", escribió en la presentación del "Índice de Calidad Institucional 2021" la presidenta de la Red Liberal de América Latina (Relial), la mexicana Bertha Pantoja. "Los países con mejores instituciones manejaron la crisis de mejor manera". Fue el caso de Chile -sí, pese a las protestas- y Uruguay. México queda muy atrás.
El "Índice de Calidad Institucional 2021" coloca en los primeros lugares del mundo a países como Dinamarca, Nueva Zelanda, Suiza, Finlandia y Canadá, que tienen sólidas instituciones. "En la mayoría de los casos no hay mayores sorpresas", apunta Martín Krause, pero llama la atención que Estonia y Lituania, que formaban parte de la Unión Soviética, hoy ocupan el 13er. y el 20o. puestos. En los últimos lugares se encuentran varios países de África y Asia, así como Cuba (171) y Venezuela (181). La lista de 189 países la cierra Corea del Norte.
Canadá y Estados Unidos están adelante en América con los lugares 5o. y 14o. del mundo, seguidos de Chile (25), Uruguay (38) y Costa Rica (39). México se encuentra en un remoto lugar 93, atrás de Panamá (58), Perú (65) y Colombia (82). México tiene una situación paradójica: ocupa el lugar número 56 en instituciones de mercado, pero el 136 en instituciones políticas y de Estado de Derecho.
En el esfuerzo contra la pandemia, "cada país buscó su propio camino con resultados diferentes", escribe Siegfried Herzog, de la Fundación Friedrich Naumann de Alemania. "La evaluación final aún está en proceso. Pero una lección ya es muy clara. La calidad institucional de cada país fue un elemento clave en la lucha contra la pandemia".
Preocupa que muchas de las medidas en México, como la centralización del poder, debilitan las instituciones políticas, mientras que en materia económica el desmantelamiento institucional es todavía más importante. Ahora que baje la marea quedará claro que, lejos de ser un ejemplo, en México estamos nadando desnudos.
Sergio SarmientoEl principal obstáculo que tenemos en México en materia económica es que somos sumamente improductivos. Trabajamos más horas al año que prácticamente cualquier otro país de la OCDE, pero producimos menos. En un documento de trabajo de Julio Leal para el Banco de México (2015), veía que la productividad de los mexicanos en el sector automotor ronda el 20% comparado con Estados Unidos; en construcción, 25%; un poco mejor en el comercio al menudeo. Si consideramos que el valor equivalente del dólar en México (por paridad de poder adquisitivo) es del doble, entonces los salarios en los sectores mencionados deben ser entre 8 y 10 veces menores que en Estados Unidos.
Ya alguna vez lo habíamos comentado aquí, utilizando datos de otra fuente, pero con el mismo resultado. Si queremos que los salarios sean mejores en México, es indispensable que seamos más productivos. Al respecto, Santiago Levy ha insistido desde hace algún tiempo en que parte del problema de improductividad tiene que ver con empresas demasiado pequeñas. Aunque a los políticos les encanta hablar de micro y pequeñas empresas, la verdad es que se trata de organizaciones muy improductivas, que apenas le permiten a quienes participan en ellas obtener ingresos equivalentes a los más bajos de la economía formal. Precisamente por eso son parte de la informalidad. Estas pequeñísimas empresas no tienen acceso a créditos razonables, no pueden conseguir insumos de calidad, sufren para moverse en el mercado, y sus participantes no tienen mayor conocimiento de temas fundamentales para la empresa, empezando por la contabilidad.
Es de celebrar el gran ímpetu emprendedor de millones de mexicanos que se lanzan a crear y mantener esas empresas, pero también es importante reconocer que es un esfuerzo mayormente desperdiciado. Algunas personas con capacidades innatas logran tener un éxito envidiable, pero la mayoría sufre para apenas mantenerse.
Incrementar la productividad exige 3 elementos. 1o., competencia económica. Sin ella, nadie busca mejorar, porque tiene un mercado cautivo al que puede venderle al precio que sea. Vaya usted a una comunidad rural, alejada, y encontrará una tiendita que vende todo al doble de lo que costaría en la ciudad más cercana. Es un pequeño monopolio, abusando de su clientela. No necesita usted pensar en Pemex o Telcel para eso. El mayor costo de la falta de competencia en México lo pagan los más pobres, a través de este mecanismo, y otros más.
El 2o. elemento es el capital. Sin inversión no se puede competir de verdad. Pero la inversión se mueve de acuerdo con un análisis muy simple: riesgo-rendimiento. En donde el riesgo es bajo, la inversión llega aunque sea con rendimientos igualmente bajos. Si el riesgo es elevado, entonces no habrá inversión a menos que los rendimientos crezcan de manera desproporcionada. Justamente ése ha sido el problema de México desde hace mucho. Sin un Estado de Derecho en forma, es decir sin reglas claras, la única inversión será aquélla que pueda obtener rendimientos extraordinarios. Por no tener reglas claras, durante todo el siglo 20 estuvimos fomentando monopolios de todo tipo, que le dieran a esos inversionistas esas ganancias extraordinarias.
Finalmente, el capital humano. Educación, pero no sólo la que se recibe en la escuela, mejor llamada instrucción. Es también aprender a relacionarse con los demás, a comunicarse de forma efectiva, a ser líder en diferentes grupos, a dominar el oficio, cualquiera que éste sea.
En resumen, para tener crecimiento económico e ingresos razonables para todos, debemos impulsar esos 3 temas: competencia económica, inversión y educación. 3 temas que dependen de contar con reglas claras, aplicables a todos, y con un sistema educativo orientado al desarrollo personal: al liderazgo, no a la mediocridad.
Macario SchettinoEn los países donde la riqueza es vista con ojos de sospecha, sobre todo por motivos religiosos, se observa un atraso que no se mira en las naciones donde -paradójicamente también por motivos religiosos- la riqueza es considerada un premio que da Dios a los que trabajan con tesón, honradez e inteligencia. La pobreza, diga lo que diga cualquier prédica, no es un mérito ni una bendición. Es más bien una desgracia de la cual derivan sufrimiento y penas. La riqueza genera siempre más riqueza, mientras que la pobreza origina más pobres. "Trabajo y ahorro". En ese sencillo lema se basó la prosperidad de Monterrey y de su gente. En eso se deberían fincar las homilías de López Obrador, y no en la condena de las legítimas aspiraciones de la gente por alcanzar un mejor nivel de vida.
Armando Fuentes Aguirre¿Saben ustedes por qué Estados Unidos llegó a ser el país más poderoso del mundo?
Por su Constitución...
Su Carta Magna fue la primera en la historia del mundo que se rebeló contra las monarquías. Y logró imponer un sistema de gobierno democrático, basado en un punto de vista novedoso, con solo 3 palabras: Nosotros la gente (We the people).
Y para que quedara clara su posición, con esas 3 palabras inicia su Constitución.
Con esa frase, lograron que el sistema democrático de Estados Unidos funcionara así:
- Nosotros la gente, decidimos hacer una unión de varios estados y lo llamamos Gobierno Federal (por eso se llama Estados Unidos).
- Nosotros la gente, nombramos a un mandatario como cabeza de ese nuevo gobierno, que es quien ejecuta nuestros mandatos. ¡Ojo! Ese mandatario no es el que manda, es el que obedece y hace lo que diga la gente. Nosotros.
- Ese mandatario y el gobierno que encabeza no puede hacer las leyes que quiera, solo debe hacer cumplir las leyes que nosotros le ordenemos que haga.
- Que quede muy claro, nosotros la gente, somos los dueños del auto. El mandatario es el chofer. El gobierno es el auto que nos lleva. Pero nosotros decidimos a donde ir, por que ruta y a que velocidad.
Y gracias a este sistema son el país más poderoso del mundo (aunque les duela a muchos envidiosos).
En México, nuestros mandatarios tienen que entender que no son reyes omnipotentes, son solamente empleados temporales de nosotros, la gente, los mexicanos.
Y tenemos que entender que quienes hacen las leyes, no pueden ser esclavos del mandatario. Es absurdo que los legisladores del partido del mandatario sean la mayoría en las cámaras. Esa ley se debe cambiar. La mayoría de los legisladores tienen que ser voceros de nosotros, la gente.
Nosotros debemos decidir en qué se gasta el dinero de todos los que pagamos impuestos, el mandatario no puede disponer de esos fondos sin nuestra venia. Y nos tiene que informar al detalle y de inmediato, en que servicios públicos lo está gastando.
Pero ahora, hasta se dan el gusto de ocultar la información por ser "Secreto de Estado" para que no sepamos cuánto se gastan y cuánto se roban en las obras que hacen con nuestro dinero.
Cada sexenio el gobierno crece y crece más. Ya se han convertido en un monstruo gigantesco, que cada día requiere más y más dinero, más poder, más regulaciones, más restricciones y más impuestos confiscatorios. Y cada sexenio dan a la gente menos opciones y menos libertad.
Los mexicanos de las últimas generaciones nacimos libres, pero los mandatarios se han encargado de convencernos que son ellos quienes mandan y nosotros somos los que obedecemos.
Recuerden que nosotros somos los dueños del auto, el mandatario es solo un chofer... temporal.
¿No creen ustedes que ya es hora de hacer que los mexicanos entiendan lo que es una democracia?
¿Y quien puede lograr que lo entiendan?
Las escuelas, las universidades, los medios, las asociaciones, las redes sociales...
Nosotros, la gente.
Alberto Martínez VaraQuisiera compartir una serie de reflexiones relacionadas con las interesantes ideas planteadas por mi amigo y asesor David Konzevik, en sus conferencias sobre su visión de México, considerando que la formación de nuestros jóvenes es la piedra angular de nuestro futuro.
Desde el punto de vista de Konzevik, lo que México necesita es una verdadera revolución cultural. Esta revolución se refiere a aspectos como la cultura de la legalidad, esfuerzo y riqueza, educación, familia y la urgente necesidad de fortalecer una cultura emprendedora para aumentar nuestro capital empresarial. Veamos.
Cultura de la legalidad
En el mexicano existe una visión del mundo que no nos permite progresar, pues se considera que la ley es flexible y está hecha para proteger al poderoso. Esta concepción hace imposible que la cultura de la legalidad eche raíces y sin el llamado imperio de la ley, un verdadero Estado de Derecho, es muy difícil que los negocios y el resto de la economía funcionen.
De acuerdo con el finado economista Rüdiger Dornbusch, el problema de América Latina es que "los países desarrollados tienen leyes flexibles de aplicación rigurosa, mientras que los países latinoamericanos tienen leyes rigurosas de aplicación flexible". Una frase muy acertada sobre nuestro marco institucional. Para agravar la situación, en México no tenemos una justicia expedita, situación que durante muchos años fomentó la corrupción y la deshonestidad.
Esfuerzo y riqueza
Otra clase de problemas tiene que ver con el "derrotismo" de la gente. Muchos mexicanos consideran que los "contactos" son fundamentales para progresar y que el esfuerzo y la dedicación poco importan para avanzar en un esquema de compadrazgos.
El mexicano concibe la riqueza no como un producto del esfuerzo sino de la explotación y, como resultado de esa visión colonial, es adicto a los títulos: nobiliarios, académicos y sociales.
Educación
El capital humano es la forma de riqueza más importante que existe y potenciarlo exaltando los talentos y capacidades de cada uno, es el único camino para desarrollar desde sus bases a nuestro país.
La situación educativa en México es uno de los problemas más graves que enfrentamos. Los alumnos de secundaria y preparatoria tienen un desempeño mediocre a nivel mundial. Por ejemplo, en el Programa para la Evaluación Internacional de los alumnos de la OCDE (prueba PISA, por sus siglas en inglés), nuestros jóvenes muestran un desempeño por debajo de la media en matemáticas, lectura y ciencias.
Por otro lado, la universidad es concebida como una fábrica de títulos y no como un recinto destinado a la exploración del universo y el fomento a la innovación. En el aula se aprende a obedecer y a memorizar, no es un lugar que estimule la imaginación, la creatividad y el trabajo en equipo. La escuela es un sitio que muchos niños y jóvenes aborrecen.
Es tiempo de repensar las capacidades humanas. Diversos estudios han revelado que nuestra creatividad se pierde gradualmente con cada año de nuestra vida que transcurre en una escuela tradicional. El mundo actual requiere individuos autónomos capaces de buscar soluciones creativas a los problemas y encontrar más de una respuesta a una sola pregunta.
También debemos ayudar a los jóvenes a descubrir su elemento, es decir, las cosas que les apasiona hacer y aquello para lo cual tienen una aptitud natural.
Familia
Se ha dicho mil veces que la familia es el núcleo de la sociedad, pero a veces no se entiende la relevancia de esto. La familia es el espacio donde se forjan los conceptos, valores y la visión que nos marcarán y guiarán por el resto de nuestras vidas. La familia mexicana es un núcleo muy sólido y esto es bueno... hasta cierto punto.
El problema con la familia mexicana es que es tan unida que la gente se siente insegura o incómoda al desprenderse de ella. Muchos jóvenes viven con sus papás hasta los 30 e incluso los 40 años y esta comodidad y falta de independencia les impide diseñar su destino, perseguir sus sueños y tomar riesgos.
No hablo, de ninguna manera, de vulnerar el indispensable núcleo familiar y su red de soporte sino de hacer conciencia en los padres de que el apoyo a nuestros hijos debe tener un límite: de repente es bueno dejarlos caer y que ellos mismos se levanten, es importante que aprendan a tomar riesgos y a perseguir sus metas. La familia debe ser un soporte, pero no una cadena. La familia debe sembrar los más altos valores y fomentar la responsabilidad, no consentir lo contrario.
Por otra parte, encontramos cada vez más casos de hombres jóvenes que nunca han tenido una figura paterna, porque provienen de familias desintegradas, donde comúnmente la madre queda sola. Varios estudios consideran que estos jóvenes no van a tener el mejor desempeño como miembros productivos de la sociedad y estarán en desventaja.
Debemos apoyar a la familia para que se convierta en la plataforma firme desde la cual despeguen nuestros sueños y que no se convierta en una jaula dorada que limite nuestras aspiraciones.
Cultura emprendedora
Muchas personas son poco tolerantes al riesgo. Sin una disposición a enfrentar la incertidumbre, es difícil que nos decidamos a crear empresas bien capitalizadas. Aparentemente esto contradice la visión de que somos un país de emprendedores: somos un pueblo creativo, pero no estamos dispuestos a arriesgar lo que tenemos para alcanzar nuestras metas.
Esto es un problema grave porque, desde el punto de vista de Konzevik, un país sin empresarios está destinado al fracaso económico. Para ilustrar este punto nos habla de Cuba, la extinta Unión Soviética, Corea del Norte y más recientemente Venezuela, como ejemplos de países que barrieron con sus empresarios y colapsaron su economía. Desde la visión de Konzevik, el emprendedor es un recurso sumamente escaso que debemos cuidar y promover. Personalmente, considero que el capital empresarial es fundamental para el desarrollo de cualquier país.
Pero ¿qué es un empresario y por qué es tan importante? En la definición de Konzevik, el empresario es aquel agente económico dispuesto a tomar riesgos no asegurables. Entonces, por definición, hablamos de un tomador de riesgos que nadie más estaría dispuesto a aceptar, un visionario listo para enfrentar la incertidumbre. En un mundo que cambia vertiginosamente, el empresario se vuelve cada vez más indispensable pero no cualquiera puede llegar a serlo: existe un DNA muy específico que define a este agente económico.
Entonces, si queremos contar con más empresas y expandir nuestra economía, es de gran importancia formar mexicanos con un alto nivel educativo, dispuestos a tomar riesgos, independizarse e innovar. Para ello es fundamental una revolución cultural que arranque de nuestra mente los conceptos coloniales que explican nuestra falta de dinamismo económico.
Busquemos un cambio
Muchos de los conceptos culturales e instituciones fallidas que tienden a llevarnos al fracaso, son como un cáncer que surgió desde antes de la conquista y durante la Colonia: fueron impuestos primero por los conquistadores aztecas y después por los españoles en su visión medieval del universo. Desafortunadamente, estas ideas reforzadas durante siglos han contaminado la mente del mexicano, y del resto de América Latina, y por eso mismo son tan difíciles de erradicar.
El cambio cultural no es algo que se pueda lograr de la noche a la mañana, a veces tarda generaciones en ocurrir. En México no tenemos más tiempo que perder. Millones de jóvenes requieren de empleos productivos que sólo pueden ser creados por los empresarios y sus empresas. Debemos inculcar en nuestros jóvenes una cultura del respeto a la ley, del esfuerzo, dedicación e innovación y la voluntad de tomar riesgos, pero esto último también implica que debemos ser más tolerantes al error y al fracaso.
La riqueza no se produce por decreto
En un mundo conectado a Internet, es cada vez menos relevante el conocimiento puntual de los datos y es cada vez más importante la capacidad de razonar, imaginar y crear. Es cada vez menos relevante la educación y se vuelve fundamental el aprendizaje -para Konzevik, educación es lo que otorga el profesor y aprendizaje es lo que el alumno realiza para sí. "Se puede transmitir el saber, más no la sabiduría. Puedes ver a Miguel Ángel hacer mil veces el David, pero nunca podrás reproducirlo", nos recuerda Konzevik.
La vieja economía era intensiva en trabajo, la nueva economía es intensiva en capital intelectual.
El mundo cambia vertiginosamente, tenemos poco tiempo y debemos pensar cómo lograr que estalle una revolución cultural en nuestros jóvenes. Porque la riqueza no se produce por decreto: requiere de un entorno propicio para la multiplicación de las empresas y el desarrollo de empresarios que lleven al mercado soluciones que incrementen el bienestar de la sociedad.
Ricardo Salinas PliegoLos países más prósperos y libres son aquellos en los que el gobierno se dedica a gobernar con probidad y eficiencia mientras las personas o las sociedades producen y hacen negocios. No es, sin embargo, el rumbo que está tomando el nuestro.
El presidente López Obrador quiere crear dentro del gobierno un enorme pulpo corporativo: con "el banco más grande en sucursales en el país y posiblemente el que manejará más dinero", monopolios en hidrocarburos y electricidad, una empresa de reparto de gas doméstico, un nuevo aeropuerto, una línea de aviación comercial, un ferrocarril, una distribuidora de medicamentos y muchos negocios más, algunos de ellos manejados por militares. Es un error que ya cometieron los gobernantes del viejo PRI, particularmente Luis Echeverría y José López Portillo, y que le costó a México una brutal crisis económica.
Los gobiernos son pésimos empresarios. Poco o nada tiene que ver esto con la honestidad personal de los gobernantes. Los políticos, incluso los más probos, responden a incentivos muy distintos a los empresarios. Un político busca el aplauso, el reconocimiento público, para obtener más y mejores puestos en el futuro, sin importar que deje a las dependencias con pérdidas u otros daños. Una empresaria, en cambio, busca el beneficio de su empresa, porque si le va bien a esta le irá bien a ella. John Steele Gordon, autor de An Empire of Wealth: The Epic History of American Economic Power (2004), señalaba: "Los políticos necesitan encabezados periodísticos... Los empresarios necesitan utilidades".
Una buena empresaria está siempre atenta a los mensajes del mercado y ajusta precios según la oferta y la demanda. Un político manipula los precios; sabe que subirlos, aunque sea necesario para la empresa, afectará su carrera, y opta usualmente por hacer lo que a él le conviene. Un político puede prometer no subir los precios de una empresa pública, por ejemplo, la gasolina o el gas doméstico, pero una empresaria no puede hacerlo porque sabe que si no se ajusta al mercado pone en peligro a la empresa.
La empresaria arriesga su propio dinero. Si los gastos de una empresa, incluyendo impuestos y seguridad social, no le dejan un remanente suficiente, tendrá que cerrarla. Los políticos utilizan el dinero de los contribuyentes y no se preocupan por las pérdidas. Este uso del dinero gubernamental convierte a las empresas públicas en competencia desleal para las de las personas. Los políticos entregan productos o servicios subsidiados con los mismos impuestos que pagan las empresas. Usan el dinero de las empresarias para robarles clientes.
Tarde o temprano, sin embargo, las empresas públicas desfallecen, se vuelven insostenibles. Eso pasó con las más de mil empresas públicas que llegó a acumular el gobierno al final del sexenio de López Portillo y cuyas pérdidas produjeron la quiebra del Estado mexicano.
El presidente dice constantemente que quiere gobernar primero para los pobres. Para lograrlo, debe concentrar al gobierno en la siempre difícil tarea de gobernar: necesita garantizar la seguridad y generar condiciones que permitan y fomenten la inversión productiva en un entorno de libre competencia. Convertir al gobierno en un empresario más, para que los políticos tengan un mayor aplauso público a costa de los contribuyentes y de la economía, es un grave error que ya cometieron nuestros políticos en el pasado. Son muy claras las consecuencias de construir un pulpo corporativo en el seno del gobierno.
Sergio SarmientoEntiendo que la tal tesis la enunció Max Weber. Según esa doctrina los países de religión protestante son más ricos y desarrollados que los de tradición católica. La causa de eso estriba en la distinta posición que guardan ambos credos en relación con el dinero. Mientras la ética protestante lo ve como premio que da Dios a quien trabaja tesoneramente, el catolicismo ha considerado al dinero con desprecio -"el estiércol del diablo"- y mira con suspicacia a la riqueza. Ese pensamiento contrario a los bienes materiales es entonces profundamente conservador. En cambio, el protestantismo, que admira la riqueza y la considera recompensa justa al trabajo emprendedor del hombre, es doctrina progresista que da origen al progreso y bienestar de los pueblos.
Armando Fuentes AguirreLo notable en nuestra época no es que haya países ricos, sino pobres. ¿Cómo se explica? Se explica porque el populismo, la búsqueda del paraíso, los sueños socialistas siguen vivos todavía, pese a los desmentidos que les ha impreso la realidad en todos los intentos habidos de organizar la sociedad de acuerdo a esos ideales. El error, sobre todo en el campo político, sigue haciendo de las suyas, sobre todo en los países subdesarrollados. Y en lo inmediato no da la impresión de que aquello pudiera variar.
¿Qué debe hacer un país para salir de la miseria, alcanzar el desarrollo, crear una economía al alcance del grueso de la población, permitiendo a hombres y mujeres lograr unos niveles de vida decorosos, y a algunos, los más esforzados o visionarios, la riqueza con que las sociedades más avanzadas premian a quienes les aportan mayores beneficios? Excluyo de este artículo todas las actividades ilícitas.
Un país que quiere salir del subdesarrollo debe abrir su economía que, en gran parte se halla en esta condición debido a su estructura cerrada y a la asfixia que le imprime el Estado, quien, generalmente, monopoliza el grueso de las actividades económicas. Mientras ellas se hallen controladas por el Estado, el resultado es invariablemente la corrupción, el privilegio de una minoría de burócratas, el atraso científico y técnico, y la dependencia del exterior, su subordinación a los países más desarrollados y prósperos. "Abrir la economía" debe entenderse, fundamentalmente, como su privatización, la transferencia de una economía estatizada a una economía libre, procurando que sea el conjunto de la sociedad civil la que haga uso de ella y no esa pequeña minoría que la tiene en manos del Estado, con el cuento de mejor servir a la mayoría. ¿Cuántas veces hemos oído esa mentira?
La transferencia de una economía estatizada a una economía libre es relativamente fácil, siempre que el gobierno esté orientado en esta dirección. Y, para lo mismo, es indispensable cambiar la idea que se hacen del "empresario" las masas y las élites dañadas por el prejuicio colectivista. Según estas versiones, el empresario es un ser egoísta y ávido, que sólo piensa en acumular dinero, para lo cual se vale de cualquier artilugio y de la conducta ilegal, en perjuicio de las mayorías hambrientas. Esta idea es incorrecta; que haya algunos empresarios de semejante mentalidad es posible, y, en general, se trata de personas maleadas por un sistema que empuja a los empresarios a actuar de esta manera. Pero en una sociedad libre, el empresario es el que se adelanta hacia el futuro con más rapidez que sus colegas, advirtiendo las necesidades próximas y, pagando sus impuestos y creando trabajo, facilita el progreso de la sociedad. Ese cambio de mentalidad respecto al empresario es una de las cosas más difíciles en los países devastados por el populismo. Pero ello ocurrirá de manera irremediable en las sociedades que se "abren" del confinamiento económico a la libertad.
"Abrirse al mundo" no es sólo desarrollar las empresas privadas dentro de los límites nacionales: es abrirse a todos los mercados del planeta procurando establecer, desde el principio, lugares donde es posible vender con ventaja los productos nacionales y adquirir de la manera más conveniente los que hacen falta en el propio lugar, es decir, desarrollando la economía, aprovechando las características mundiales que suelen tener hoy en día los mercados, a diferencia del pasado, donde se hallaban limitados por los prejuicios de la época. Con estas medidas básicas, un país debería ya atraer inversiones extranjeras.
Existe una enorme masa de dólares que andan escrutando el mundo con intenciones de invertir. Pero no lo hacen en cualquier parte, por supuesto. La frase: "No hay nada más cobarde que un millón de dólares" expresa una verdad. Aquellos dólares buscan seguridad, el apoyo de instituciones internacionales, antes de arriesgarse. Por eso, los países subdesarrollados o en vías de desarrollo, deben proponer inversiones atractivas y, sobre todo, absolutamente seguras, si quieren atraer de veras capitales.
Esta apertura al mundo corre el riesgo de establecer en el país pobre unos ingresos desproporcionados, en que algunos sectores avanzan muy lentamente y otros velozmente. De ahí las enormes diferencias que, en Chile por ejemplo, provocaron aquellos estallidos de la clase proletaria y ex proletaria, que iba en busca de la clase media y que no podía soportar aquella diferenciación en el ingreso.
Para evitar aquellas diferencias el liberalismo, el motor de la democracia, inventó la "igualdad de oportunidades", una de las esencias del progreso que ha impreso a la democracia sus ingredientes de mayor justicia social en el mismo proceso de ir saliendo de la pobreza. En el campo de la educación, por ejemplo. No es justo que según los sectores sociales a que pertenecen lleguen las personas al reparto de los beneficios. Quienes han sido educados, como ocurre en los sectores menos privilegiados, en escuelitas miserables, con escasos maestros, sin aparatos técnicos ni bibliotecas, están condenados a tener los peores trabajos y en cambio los jóvenes de clases privilegiadas, que pueden pagarse un buen colegio, tienen acceso a oficios y profesiones que los impulsan a tener los mejores salarios y constituir la élite de la sociedad. Un país que busca la justicia en la libertad debe gastar sumas importantes en crear una educación pública de muy alto nivel, pagando y preparando a los mejores maestros y constituyendo colegios y escuelas que puedan competir con las privadas y superarlas. Muchas personas pensarán que se trata de un ideal imposible. No es verdad. Francia tuvo una educación pública de altísimo nivel que llevó a líderes obreros a puestos principales. Y para mencionar a un país "subdesarrollado", que entonces no lo parecía, la Argentina de principios de siglo pasado tuvo un sistema de educación pública que el mundo entero miraba con envidia y admiración.
La igualdad de oportunidades puede funcionar perfectamente en aquel período de apertura, si no queremos que las distorsiones y desigualdades estropeen el proceso de liberación que emprende un país que quiere salir de la pobreza. Puede aplicarse en distintas áreas sociales y no sólo en la educación, pero es en este campo en el que es preciso apuntalar los cambios, pues es en esta esfera donde se hace sentir más el privilegio que dan los altos ingresos y las diferencias intelectuales entre los distintos sectores sociales. Un país que se "abre" al mundo y hacia sí mismo debe gastar grandes sumas sobre todo en el campo de la educación, en el que todos los gastos deberían estar permitidos, dentro de lo posible, para corregir la lacra de la desigualdad.
De más está decir que la apertura de un país, tanto en el campo interior como en lo exterior, es más difícil y el país está expuesto a tener crisis, conflictos y dramas sociales. Este tránsito se puede acortar o alargar, de acuerdo a las condiciones del país y a la lentitud y rapidez con que se apliquen los cambios. Estos no deberían ser tan rápidos que el país no pueda aguantarlos ni tan lentos que den la impresión de que nada cambia. Pero no es posible dictar una fórmula válida respecto a la velocidad de los cambios. Todo depende de los dirigentes y el grado de entusiasmo con que el grueso de la población acepta estas reformas.
Lo importante es tener en cuenta a dónde se quiere llegar. Un país que se "abre" tanto en el interior como en el exterior y quiere alcanzar el bienestar y la verdadera justicia social puede soportar las dificultades que ofrece ese tránsito. Y saber que los únicos países que han prosperado la han obtenido de este modo.
Mario Vargas LlosaLa forma más segura para que una nación pobre siga siendo pobre es hostigar, obstaculizar o limitar la empresa privada.
Henry HazlittEn tanto los países con mayores recursos y desarrollo fortalecen sus sistemas educativos, los subdesarrollados se atrapan en visiones ancladas en el pasado. Mientras la revolución tecnológica ha impactado de lleno las formas de producción y las relaciones laborales en el planeta, nuestros jóvenes mantienen currículos educativos y de capacitación para el trabajo prejuiciados y obsoletos. En algunos países, se apuesta por la generación de energía renovable y no contaminante; en México, se insiste en proyectos anacrónicos. Las sociedades del primer mundo preservan sus bienes naturales y en nuestro país se depredan. Mientras la tecnología logra avances espectaculares y los algoritmos aparecen como las cumbres de la inteligencia abstracta y aplicada, nosotros volvemos al ábaco.
Eugenio Ruiz OrozcoA principios de 2019 el presidente López Obrador cambió el logotipo de Pemex y le añadió un lema que no tenía con anterioridad: "Por el rescate de la soberanía".
El logotipo no tenía lema antes, aunque el gobierno de Enrique Peña Nieto utilizaba en ocasiones, solo con propósitos de difusión comercial, la frase: "Pemex, tenemos la energía".
El lema adoptado ahora para Pemex revela una convicción ideológica muy típica del viejo PRI: que la soberanía nacional se mide por el grado de monopolio de las grandes empresas gubernamentales de energía.
Pemex y la Comisión Federal de Electricidad son, según esta visión, los garantes de la soberanía nacional. Es una visión no solo anacrónica sino triste. ¡Pobre del país cuya soberanía dependa del desempeño de dos empresas obesas e ineficientes!
El término "soberanía", tan manoseado por los políticos, designa el poder político supremo de un Estado independiente. En la antigüedad se sostenía que la soberanía radicaba en el monarca, a quien por eso se le llamaba "soberano", y se expresaba en su capacidad de tomar decisiones sin interferencias. En los sistemas democráticos de hoy se considera que la soberanía radica en el pueblo, en los ciudadanos.
No hay ninguna razón para pensar que la soberanía de un país pueda depender de 2 empresas, por muy grandes que puedan ser. Es verdad que la actividad económica genera fortaleza y ayuda a construir soberanía: sin independencia económica, no pude haber soberanía real.
Por eso los países más prósperos son también los que tienen una soberanía más sólida.
Pero es la actividad de todas las empresas, y de todas las personas, la que construye esa independencia.
Lejos de fortalecer la soberanía nacional, monopolios como la CFE y Pemex la debilitan porque socavan la eficiencia económica y la prosperidad. Si medimos la soberanía como la capacidad de una nación para tomar sus propias decisiones sin interferencias externas, Estados Unidos sería ejemplo de un país con plena soberanía: ninguna potencia extranjera puede decirle lo que debe hacer.
La Unión Americana, sin embargo, no tiene monopolios gubernamentales.
Al contrario, su fortaleza económica, la cual ha permitido también la construcción de su poderío militar, se fundamenta en un mercado abierto que ha generado una gran prosperidad.
Lo mismo sucede con la mayoría de las naciones que han podido dar a sus ciudadanos una gran prosperidad y soberanía. Lo han conseguido construyendo mercados que generan bienestar. En cambio, los países que han recurrido a la creación de monopolios gubernamentales, sistemas de planificación central y dictaduras, han empobrecido a sus poblaciones y han perdido, por lo tanto, capacidad soberana. Venezuela y Cuba son 2 ejemplos notables.
Los políticos del viejo PRI, muchos de los cuales se enriquecieron en el poder, utilizaban la demagogia de la soberanía para justificar sus malas decisiones políticas y económicas. Los grandes monopolios de energía, Pemex y la CFE, no nos ayudaron a construir un país más próspero y soberano; todo lo contrario, nos hicieron más débiles y dependientes.
Por eso somos una nación que expulsa a sus trabajadores para ir a laborar a otro país donde la mayor libertad de mercado ha resultado en una mayor prosperidad. Lo paradójico es que hoy nuestro gobierno celebra como un gran triunfo el que esos trabajadores envíen remesas para ayudar a quienes viven aquí hundidos en una pobreza generada por malas políticas económicas defendidas con el engaño de la bandera de la soberanía.
Sergio SarmientoA diferencia de lo que cree López Obrador en México, los gobiernos en Estados Unidos no se manejan a través de los paradigmas del antes y el después. En México, López Obrador se ha deslindado de las políticas del pasado y las ha demolido. En otras naciones no se destruye todo lo que hicieron otros gobiernos, ni a nadie se le ocurre que el pasado marcó un fin y el presente un nuevo amanecer. Hay líneas continuas, no necesariamente idénticas en todos los campos, incluso cuando los gobiernos pertenecen al mismo partido, y hay políticas de Estado que marcan cuáles son las razones que definen a una nación.
Raymundo Riva Palacio¿Algún día podremos los mexicanos conducirnos con respeto, civilidad y honestidad? ¿Por qué en México todo tiene que funcionar mal, con mala calidad y sin garantías de ninguna clase?
¿Por qué tenemos que resolver nuestros problemas de manera corrupta, o nuestras diferencias a golpes, "gritos y sombrerazos"?
Obviamente no todos somos así, pero gracias a este generalizado "modo de ser", los mexicanos nos hemos convertido en el estereotipo de lo chafa y ganado la denominación de origen de las balaceras y la corrupción.
Repetiré estas preguntas cuantas veces sea necesario hasta que enfoquemos nuestra atención, opiniones y críticas en la mala calidad de la educación pública, causa principal de nuestros problemas, y no en las consecuencias (pobreza, discriminación, irresponsabilidad, violencia, corrupción, impunidad, falta de respeto a las leyes, falta de comportamientos cívicos, éticos, etc.).
Hemos dejado que la Secretaría de Educación Pública "nade de muertito" en el mar de problemas que nos aquejan, sin exigirle resultados y sin llamar a cuentas a los responsables.
Es imperativo redireccionar las exigencias ciudadanas hacia la educación pública y convertirla en prioridad nacional.
James Carville, quien fue el estratega de la exitosa campaña presidencial de Bill Clinton en 1992, concentró todo su mensaje político en tres temas reducidos a 3 frases. La más famosa decía: "It's the economy, stupid" ("Es la economía, estúpido"), con la que quería decir que todas las acciones, discursos y propuestas deberían enfocarse en mejoras a la economía de los ciudadanos. Las otras 2 frases fueron: "Change vs. more of the same" y "Don't forget the healthcare".
Acá en nuestro medio y contexto, si queremos un cambio verdadero, profundo y de largo plazo, tenemos que abrir los ojos, darnos cuenta y decir: ¡Es la educación, estúpido!
Lo digo porque la educación es clave para reducir la criminalidad y la comisión de delitos y para tener ciudadanos con comportamientos cívicos y socialmente responsables.
En una sociedad educada hay menor desempleo, menor dependencia de los programas de ayuda social y muchos más ingresos de impuestos, los cuales (si no se los roban, porque las personas bien educadas por lo general no roban) se traducen en mejores servicios públicos, mejores servicios de salud, mejor seguridad, etc.
La calidad de la educación pública debería ser prioridad nacional, centro de nuestra atención, preocupación y ocupación, y desgraciadamente no lo es.
Es imperativo llamar a cuentas a los funcionarios públicos y elaborar en conjunto, sociedad y gobierno, un nuevo plan educativo, serio, profesional, pragmático, con visión de futuro, y ajeno a cualquier ideología política o creencia religiosa, para que las siguientes generaciones de mexicanos cuenten con los conocimientos y herramientas necesarios para competir y salir adelante por sí mismos, sin tener que depender de programas sociales, sin tener que vender su dignidad y/o sus votos, a cambio de dádivas, o sin verse obligados a emigrar para obtener una mejor paga por su mano de obra y su misma ignorancia.
Ya basta de hacernos tontos, de pasar por alto la ineptitud y permitir que políticos vivales usen la ignorancia y las carencias de los mexicanos como bandera política y como arma para atacar a los que no somos ni tan ineptos ni tan ignorantes.
No podemos esperar que la pésima calidad educativa actual o las ideologías políticas que matan las aspiraciones den como resultado que las generaciones venideras sean más capaces, honestas, responsables y cívicas.
Cada generación que pasa sin una educación de calidad es una generación perdida, dejada a su suerte. Y en esa suerte, cada quien resolverá sus problemas o tratará de lograr sus aspiraciones como pueda. Unos viviendo al día bajo la ley de la selva, otros emigrando, otros transando y avanzando, y otros más optando por el camino fácil y rápido que la delincuencia y el crimen organizado ofrecen.
Sin una buena educación es imposible sostener el funcionamiento armónico de la sociedad y los valores y principios de una democracia. Es imposible porque ciudadanos educados son la materia prima de gobiernos honestos y responsables.
La solución de fondo está en la educación pública. ¡Es la educación, estúpido!
Ricardo Elías, arquitecto y empresarioLa educación es el camino de la libertad, por lo tanto, debe mantenerse ajena al dogma y a la ideologización. El mayor enemigo de la inteligencia es el prejuicio: la idea preconcebida o la verdad anticipada. A través de los procesos educativos se dota de herramientas al receptor para que discrimine; se le enseña a reflexionar, a pensar. Las instituciones de enseñanza superior se denominan "universidades" porque están abiertas al pensamiento universal, científico y tecnológico. Los sistemas educativos de los países con visión de largo plazo y compromiso social verdadero y no demagógico como Japón, Finlandia y Nueva Zelanda, tienen éxito porque dedican grandes recursos a la calificación profesional de sus ciudadanos, además de algo muy importante: tienen un profundo respeto por el maestro y les pagan los más altos salarios en el escalafón profesional.
La educación ve al futuro. Mientras las sociedades más desarrolladas preparan a sus niños y jóvenes para un mundo abierto y de alta competencia, las autoridades educativas nacionales condenan a los nuestros a dar un salto al pasado. El contenido de los nuevos libros de texto gratuitos de ciencias sociales es reflejo de una personalidad mesiánica, empeñada en colocarse al lado de los próceres nacionales. Ya se encargará Clío de poner a cada quien en su lugar.
Eugenio Ruiz OrozcoTuve la oportunidad de leer The great degeneration, how institutions decay and economies die, un libro escrito por el historiador escocés Niall Ferguson, quien bajo el mismo argumento de Adam Smith (y otros, como David S. Landes, Paul Collier, Daron Acemoglu y James Robinson) delinea los factores que llevan a un país al estancamiento.
Ferguson hace un examen provocativo sobre la extensa decadencia institucional que amenaza el futuro de la civilización occidental. Los síntomas del declive son evidentes: delincuencia, menor crecimiento económico, baja calidad educativa, deuda aplastante, pobreza y poblaciones que envejecen rápidamente, entre otros.
¿Qué ha fallado? De acuerdo con Ferguson, las instituciones se están degenerando.
El Gobierno Representativo, el Libre Mercado, el Imperio de la Ley y la Sociedad Civil, son los 4 pilares que sustentan el mundo moderno. Estas instituciones son las que colocaron a Occidente en el camino de la prosperidad y la seguridad. No obstante, en los últimos años estas mismas instituciones se han deteriorado notablemente. Lo mismo ocurre en algunos países de América Latina, que en realidad han tenido escasos roces con la prosperidad y la estabilidad democrática.
La degradación del proceso democrático ha roto el pacto entre las generaciones, al asignar cada vez más deuda a nuestros hijos y nietos mientras se deteriora el medio ambiente.
Los mercados han paralizado su desarrollo y sucumben ante regulaciones e impuestos excesivos y la regulación disfuncional ha incrementado la fragilidad del sistema.
El Imperio de la Ley ha degenerado en el Imperio de los abogados. Los abogados revolucionarios de una sociedad dinámica del pasado se han convertido en un parásito de una sociedad estacionaria.
La sociedad se ha concentrado en las ciudades y en éstas sólo hay efectividad cuando está presente un buen gobierno.
Mientras tanto, la Sociedad Civil ha degenerado en la sociedad Incivil, donde todos esperamos que nuestros problemas sean resueltos por el gobierno. ¡No hay nada más peligroso que mantener esta actitud! No podemos pretender que el gobierno resuelva todo lo que nos aqueja, eso nos quita libertad.
Ante esto, ¿cuál es el principal enemigo de la ley? Malas leyes. En México y en la mayor parte de América Latina, no hemos sido ajenos a esta realidad.
A lo largo de muchos años, gobernantes y legisladores se dieron a la tarea de limitar la competencia y la innovación bajo el argumento de "proteger" los derechos, la equidad y la seguridad de las personas; las consecuencias de estos amarres han sido totalmente indeseables y están a la vista.
La aprobación de leyes que no velan por el legítimo interés de la sociedad sucede gradualmente cuando la ciudadanía es pasiva, ignorante de su realidad y sólo se limita a votar -la democracia es mucho más que emitir un voto-.
La educación es también una herramienta valiosa, una inversión que sin embargo está en riesgo. "El monopolio educativo -como cualquier otro monopolio- declina gradualmente en calidad ante la falta de competencia y el poder que tienen los intereses de quienes lo controlan", afirma el autor. ¿Cuál es la solución? Romper la configuración monopólica de los servicios educativos, a través de una estrategia que integre un sistema de participación social y estímulos claros basados en resultados.
En estos términos, la aportación más valiosa del libro es que la sociedad debe establecer vínculos, tomar acción y convertirse en un agente de cambio. Esto aplica para América Latina y para los hispanos que radican en Estados Unidos.
Curiosamente, en el libro se menciona un caso muy cercano al autor, donde una comunidad de Gales se organizó para limpiar las playas inundadas de basura en una iniciativa muy parecida a Limpiemos México. Después de esta experiencia, el autor se convenció de que la solución a nuestros graves problemas sociales se basa en una sociedad civil organizada. Lo mismo me ocurrió a mí.
Insisto, las instituciones degeneran y los países decaen cuando sus rezagos económicos y políticos entorpecen el bienestar y la prosperidad de los ciudadanos, cuando las instituciones se convierten en lastres y el autoritarismo frena la innovación y limita la libertad de los individuos.
Como nos recuerda Paul Collier, los políticos no adoptarán medidas de transparencia relevantes, sólo gestos inútiles, a menos que sean obligados por una sociedad informada y participativa.
Estamos obligados a constituir cada vez más alianzas entre la sociedad civil, las empresas y el gobierno para resolver problemas cada vez más complejos. Debemos reflexionar y actuar, nuestro futuro depende de ello.
Ricardo Salinas PliegoAmérica Latina en general, y México en particular, ni despegan ni se hunden: se mantienen en la mediocridad. Nuestro país, con una cultura única, una población de más de 125 millones de personas y una larga frontera con la economía más grande del mundo, podría dar mucho más. Sin embargo, otros países del mundo, otrora más atrasados que nosotros, nos rebasan, y las políticas del presidente López Obrador solo asegurarán que otros más nos sigan superando.
La historia del crecimiento de la riqueza entre nuestro país y distintas naciones asiáticas es algo humillante. Para nosotros. En 1960, los coreanos del sur tenían un ingreso promedio anual de 158 dólares, mientras que los mexicanos ganábamos 359 dólares, o más del doble. Sin embargo, para 1990 los coreanos del sur ganaban 6,610 dólares, y los mexicanos 3,196. En tan solo 30 años, ellos obtuvieron un ingreso mayor al doble nuestro. Peor aún, para 2020 obtenían 34,997 dólares, y nosotros 10,045. Es decir, la diferencia ahora es de más del triple. Una historia similar sucede con Japón y Taiwán. Malasia ya nos rebasó, y también China. Vietnam, ahí viene.
¿Qué hicieron ellos que nosotros no hayamos hecho? Muchas cosas. Como bien comenta The Economist en un artículo donde analiza las razones del rezago latinoamericano, la región sufre de problemas estructurales serios. Uno es la poca inversión, trayendo carencias tecnológicas, infraestructura deficiente y muy mala educación. El 2o. problema son los grandes oligopolios, provocando poca innovación y mucha corrupción. Y un 3er. problema es el enorme sector informal, ya que empresas pequeñas no quieren crecer ante las cargas fiscales existentes. Todo lo anterior afecta la productividad, provocando que la economía no crezca.
¿Qué está haciendo la actual administración para resolver estos problemas? Muy poco y, en muchas ocasiones, solo agravándolos. Por ejemplo, hubo un leve aumento en la inversión pública, pero esta se irá a elefantes blancos como el AIFA, el Tren Maya y Dos Bocas. La inversión privada ha caído, y más aún a raíz de la cancelación del NAIM. Por otra parte, la reforma educativa del sexenio pasado que profesionalizaba el cuerpo docente quedó cancelada, y los nuevos libros de educación pública solo tienen 24 páginas destinados a matemáticas de un total de 516. Los oligopolios continúan, con las fortunas de los hombres más ricos de México creciendo al amparo de no haber impulsado una reforma fiscal. Y aunque hubo una positiva modificación al outsourcing y ha aumentado el salario mínimo, la innovación, y la ciencia y tecnología, son objeto de burla y recortes presupuestales.
El presidente de la república prometió tasas anuales de crecimiento económico del 6%. Después, dijo que era innecesario, que nos bastaba con lo que teníamos, y se mofó de la clase media mexicana por "aspiracioncita". Ciertamente, el presidente no aspira a un país de primer mundo. Mientras tanto, los países asiáticos despegan, y Asia se convierte en el ombligo del mundo.
Fernando Nuñez de la GarzaMientras que en Estados Unidos el pacto social está fundado en el principio de que basta esforzarse para sobresalir económica y profesionalmente, en México predomina la idea de que sólo heredando o robando se puede triunfar.
Estas visiones están construidas a partir de cierto patrón social más o menos dominante, pues en Estados Unidos hay mucha mayor movilidad social y empresarial que en México. Aunque allá está probado que también muchos de los privilegios se heredan: basta ver lo difícil que es para un afroamericano con estudios universitarios lograr niveles de ingresos similares a los de un blanco con ese mismo nivel educativo.
En México hay muchos ejemplos de éxito como el de Xóchitl Gálvez. Son menos de los deseables, pero existen innumerables negocios basados en la honestidad, la capacidad y el trabajo de sus fundadores. Gente honesta y luchona que se sacrifica para salir del horror de la pobreza, que no solo significa vivir con restricciones de todo tipo, sino en la inseguridad, tal como lo cuenta muy bien Xóchitl en una entrevista conducida por Carmen Aristegui hace unos días.
Xóchitl debe persuadir sobre todo a la clientela de AMLO que se puede construir un México con mayor movilidad social. Que nadie debe resignarse al cuento de la condena a la pobreza en función de donde uno nació. Que con mejores sistemas de salud y de educación pública, los cuales son posibles si el gobierno se aboca a ello, se pueden ensanchar las avenidas del progreso.
Sin embargo, seguirá siendo una puerta estrecha. Para quienes no puedan pasar por ella, el Estado debe proveer un paquete de derechos financiados por los impuestos de quienes más tienen para que puedan tener una vida digna, sin tener que emigrar a Estados Unidos para tratar de asegurar su futuro.
Este es el pacto socialdemócrata que funciona en la mayoría de los países europeos. Lo fácil es decir que lo alcanzaron explotando al resto del mundo. Varios lo hicieron, pero hay muchos otros factores detrás de su desarrollo. España, que en los años 60 tenía niveles de ingreso similares a los de México, logró construir, a partir de políticas públicas inteligentes y bien implementadas, un Estado democrático con instituciones fuertes y competente que garantiza un colchón social mínimo, y con ello se convirtió en un país mucho más moderno y próspero que el nuestro.
Carlos Elizondo Mayer-SerraHoy pocos pueden desdeñar la gran relevancia que han adquirido las disciplinas del llamado STEM o CTIM, en el acrónimo castellano. Se trata de disciplinas ligadas a la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.
No sólo países de gran desarrollo como los europeos, Estados Unidos o Japón se han vuelto líderes en esto, sino que también países como la India o Singapur han evolucionado de manera espectacular en esta materia.
Si lo han hecho esos países, la pregunta pertinente es por qué no lo ha logrado México. La respuesta más obvia es que se debe al modelo educativo que se ha implementado en México en los últimos años. Desgraciadamente, el gobierno actual no ha paliado sino agravado nuestro predicamento. Si a esto agregamos la deficiente respuesta oficial a la catástrofe natural como la pandemia del COVID, el problema se potencia.
En efecto, según estudios realizados por la Comisión para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), los y las estudiantes de primaria en nuestro país no pueden resolver los problemas matemáticos más básicos que, incluso los jóvenes que egresaron de la primaria antes de la pandemia, eran capaces de solucionar. Esto es una gran tragedia nacional, pues entraña que una generación entera de mexicanos no podrán competir y quedarán a la saga de la evolución futura del conocimiento.
Esto se podría haber evitado si el gobierno federal hubiera invertido cuantiosos recursos, como lo exigía la coyuntura después de la pandemia, en lograr que los niños mexicanos recuperarán el tiempo perdido y hubieran logrado ponerse al día. Es increíble que, ante esta situación, el régimen obradorista hubiera invocado una falsa austeridad que ahora, en un año electoral, ha echado por tierra.
A pesar de esto, el porvenir está frente a nosotros y el país necesita reconvertir los modelos educativos actuales por otros más avanzados. Lo que está en juego es, ni más ni menos, que el destino de las generaciones futuras.
Gustavo de Hoyos WaltherEn su ya clásico libro de 2012 ¿Por qué fracasan los países? (Why Nations Fail) Daren Acemoglu y James Robinson se preguntaban por qué los ingresos de los habitantes de Nogales, Sonora, eran solo de una tercera parte de los de su ciudad hermana, Nogales, Arizona. "¿Cómo podían las 2 mitades de lo que es esencialmente la misma ciudad ser tan diferentes? No hay diferencias en geografía, clima o tipos de enfermedades. ya que los gérmenes no tienen restricciones para cruzar de un lado al otro lado de la frontera". Por otra parte, "los antecedentes de la gente que vive a ambos lados de la frontera son muy similares".
Sin embargo, las condiciones económicas y de salud son abismalmente distintas. Lo es igualmente la seguridad. Los habitantes de Nogales, Sonora, no solo se enfrentan al crimen organizado, sino a enormes dificultades para abrir negocios, para lo cual tienen que pagar sobornos: "viven con la corrupción y la ineptitud de los políticos de manera cotidiana".
Ayer Jakob Svensson, presidente del Comité para el Premio Nobel en Ciencias Económicas, anunció a Acemoglu y Robinson, junto con Simon Johnson, como los ganadores del premio de este 2024. "Reducir las vastas diferencias entre países es uno de los retos más importantes de nuestros tiempos -dijo-. Los galardonados han demostrado la importancia de las instituciones de la sociedad para lograrlo".
Acemoglu y Robinson argumentan que la desigualdad entre los 2 Nogales es consecuencia de la falta de instituciones adecuadas en nuestro país. Quizá la que más falta hace es el "Estado de Derecho", la noción de que "las leyes deben aplicarse a todos por igual". Estados Unidos heredó del Reino Unido una tradición liberal cuya esencia eran los "límites y restricciones para los gobernantes", "parte de una lógica de pluralismo generada por una amplia coalición de quienes se oponían al absolutismo de los Estuardo".
En México, reconocen los autores, hemos tenido avances en la construcción de este Estado de Derecho. Antes de las reformas de los años 90, que dieron lugar a la alternancia de partidos en el poder a partir del 2000, "Nogales, Sonora, como el resto de México, estaba bajo el corrupto control del Partido Revolucionario Institucional". Este régimen de partido hegemónico hacía muy difícil tener instituciones que permitieran el Estado de Derecho y el pluralismo político.
Lo triste es que México está regresando a un régimen igual o peor, aunque la organización dominante tiene otro nombre. Este nuevo sistema autoritario domina ya no solo la Presidencia de la República sino que tiene, por medios legales e ilegales, mayorías calificadas en ambas cámaras del congreso, lo cual le permiten modificar la Constitución a discreción. Ahora, con la reforma judicial, está buscando también el control de los jueces. Ha anunciado, además, que destruirá todos los organismos autónomos que pudieran representar un contrapeso al poder.
"Obviamente hay una relación estrecha entre el pluralismo y las instituciones económicas inclusivas", las que permiten "la participación de todos los miembros de la sociedad" en las decisiones, escriben Acemoglu y Robinson. "Es solo cuando muchos individuos y grupos pueden intervenir en las decisiones y participar en la mesa con el poder político que la idea de que todos deben ser tratados igual empieza a tener sentido".
Los ganadores del Premio Nobel tienen razón. La falta de instituciones es "la razón principal de las diferencias de prosperidad económica entre los 2 lados de la frontera". Lo peor es que nuestro gobierno quiere mandar al diablo lo que queda de estas instituciones.
Sergio Sarmiento